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Alvaro liménez Cadena

APORTES
DE LA SICOLOGÍA
A LA VIDA RELIGIOSA

SAN PABLO
Alvaro Jiménez Cadena
Colección
COMUNIDAD Y MISIÓN
CAMINARE EN PRESENCIA DEL SEÑOR
Benigno Juanes, 3a. ed.
LA COMUNIDAD RENOVADA
A. Manentl

Aportes
PERSONALIDAD Y VIDA CONSAGRADA
Vicente Serer
LLAMADOS PARA SER TESTIGOS
L A. Castro
LLEGAR A SER APÓSTOL
L A. Castro
LA MISIÓN: DAR DESDE NUESTRA POBREZA
L A. Castro
LA ORACIÓN DE JESÚS Y DEL CRISTIANO
de la sicología
Jan Sobrino, 3a. ed.
RENOVACIÓN DE LA VIDA CONSAGRADA
E. Pironio, 3a. ed.
EL SEGUIMIENTO DE CRISTO
Segundo Galilea, 5a. ed.
a la vida
SICOLOGÍA Y VIDA CONSAGRADA
Salvador López Ruiz, 3a. ed
VIVIR CON MARÍA LA VIDA CONSAGRADA
J. Galot
religiosa
LA SOM BRA DE DIOS ES TRANSPARENTE
Pablo L. De Marcos
CUANDO LOS SANTOS SON AMIGOS
Segundo Galilea, 2a. ed.
CAMINOS DE MADUREZ SICOLÓGICA
Alvaro Jiménez Cadena
DEJA SALIR A MI PUEBLO
Murilo Krieger
EL RELIGIOSO EDUCADOR EN LA ESCUELA CATÓLICA
Miguel Lucas Peña
ESPIRITUALIDAD MISIONERA '
?
Luis Augusto Castro --
LOS RELIGIOSOS Y LA ÉVANGELIZACION DE LA CULTURA
Miguel Lucas Peña '
PRESENCIA DE MARÍA EN LA VIDA CONSAGRADA
Jean Galot, 2a. ed.
VIVIR CON CRISTO
Jean Galot
HACIA UNA SICOLOGÍA DE LOS VOTOS
Jaime Moreno Umaña
APORTES DE LA SICOLOGÍA A LA VIDA RELIGIOSA SAN PABLO
Alvaro Jiménez Cadetux
Presentación

Este libro titulado "APORTES DE LA SICOLO-


GÍA A LA VIDA RELIGIOSA" puede resultar espe-
cialmente útil para los sacerdotes y seminaristas, para
todos los religiosos y religiosas y especialmente para
los formadores de los mismos.
Se ha procurado lograr una integración, nada fácil,
entre los descubrimientos de la sicología científica
actual y los problemas específicos que se presentan a
las personas consagradas a Dios. Muchas de ellas lu-
chan y se esfuerzan por llegar a ser hombres y muje-
res sicológicamente maduros y por llevar una vida
consagrada plenificante para sí mismas y fecunda para
sus hermanos, por quienes trabajan cumpliendo con su
vocación apostólica. Pero con frecuencia su formación
humana es deficiente y no cuenta con los medios ne-
cesarios para lograr la madurez integral de su persona-
© SAN PABLO 1993 Distribución; Departamento de Divulgación
lidad. A esta necesidad sentida tratamos de dar algu-
Carrera 46 No. 22A-90 Cal ie 170 No. 23-31 nas respuestas.
FAX (9-1) 2684288 A.A. 100383 - FAX (9-1) 6711278
Santafé de Bogotá. D.C. - Colombia
El punto de partida de la obra lo constituye el he-
ISBN: 9 5 8 - 6 0 7 - 6 4 3 - 1 cho innegable de que muchos hermanos de sacerdocio

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gados o frustrados. La persona consagrada tiene que
o de vida religiosa han abandonado el ministerio sa-
reconocer con realismo y aprender a sortear algunos
cerdotal o su vocación religiosa. Las deserciones han
escollos que surgen amenazadores en la práctica de la
aumentado alarmantemente durante estas dos últimas
castidad consagrada, como son la represión sexual, el
décadas. Nos encontramos en una crisis de fidelidad
aislamiento emocional, el egoísmo, la castidad ambi-
en que la palabra empeñada se ha convertido en mone- guamente vivida. La persona célibe puede y debe na-
da lastimosamente devaluada para el hombre actual. vegar resuelta y alegremente por la mar ilimitada de
Vale la pena examinar las causas de carácter sicológi- su consagración radical a Dios, con un sentido pleno
co, que están influyendo en estas deserciones, para de realización personal y apostólica. La sicología mo-
tratar de prevenirlas. La falta de madurez integral y es- derna, que tanto ha profundizado en las investigacio-
pecíficamente de madurez afectivo-sexual, unida o nes de la vida emocional, proporciona herramientas
superpuesta al enfriamiento en la vida espiritual, suele muy útiles para la regulación de la sexualidad. La
ser un denominador común en la mayoría de las deser- teología y la espiritualidad son brújulas que señalan la
ciones (capítulo I). meta y ayudan a afrontar con actitud resuelta la nave-
En los capítulos restantes de la obra, se ofrecen al- gación arriesgada, que conduce finalmente a una ex-
gunos principios y herramientas que contribuyan a in- periencia de "madurez humana y castidad religiosa o
crementar la tasa de perseverancia y el grado de satis- sacerdotal". El capítulo III cubre este tema de vital
facción personal y comunitaria en el camino dificul- importancia.
toso y lleno de desafíos de la maduración integral. El religioso, más que nadie, tiene el corazón libre
"Las personas ven el mundo a través del filtro de para cultivar hondas y profundas amistades y para
sí mismas; por consiguiente la imagen del yo colorea aprender el arte de "vivir la amistad con alegría y ma-
todas sus percepciones, la manera de pensar, de sentir, durez". Para eso, debe estar equipado con claros y
de obrar", ha dicho Branden. De la autoimagen y de la sólidos criterios que le ayuden a discernir una amistad
autoestima dependen, en altísima proporción, valores auténtica, generosa y enriquecedora: la amistad que
tan importantes como son el sentido de identidad per- hace crecer a uno mismo y al amigo en su opción fun-
sonal, la satisfacción con uno mismo, con su trabajo y damental de amor a Dios, de entrega a la Iglesia y a
vocación; las buenas relaciones comunitarias, la efi- todos los hermanos, y a distinguirla de otras amistades
ciencia en el apostolado. De este tema fascinante se que germinan en aguas turbias, como son las amista-
ocupa el capítulo II. des pegajosas, compensatorias, absorbentes o inma-
duras (capítulo IV).
La castidad y la amistad reciben especial relieve
dentro de este libro. La castidad no debe producir La formación sacerdotal o religiosa es un proceso
hombres o mujeres inmaduros, ni mucho menos amar- que nunca termina. Siempre podemos progresar. El

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religioso nunca puede descuidar su formación perma- se hacen especiales aplicaciones a la vida de las per-
nente, no solo en el progreso espiritual y en los aspec- sonas consagradas (capítulo VII).
tos académicos o doctrinales, sino también en la es- El último capítulo (VIII) lleva por título La ter-
tructuración del carácter y los rasgos de la personali- cera fuerza, como alternativa para un sicólogo huma-
dad; en el cultivo de las cualidades y virtudes huma- nista. Los sicólogos creyentes, navegamos entre dos
nas; en la integración de los impulsos y emociones escollos igualmente amenazadores para toda religión,
bajo la guía de la razón y de la voluntad; en el ejerci- cuando se radicalizan sus posiciones, ateas y materia-
cio de la libertad interior; y de manera muy particular, listas: el sicoanálisis freudiano y el conductismo de
en el cultivo de unas relaciones interpersonales y co- corte kinneriano. Afortunadamente ha surgido en estas
munitarias adecuadas y satisfactorias. Esto no puede últimas décadas un poderoso y esperanzador movi-
logarse sin emprender un programa serio de educación miento dentro del campo de los sistemas sicológicos
permanente (capítulo V). comtemporáneos, que se ha llamado La tercera fuer-
La ancianidad "es el tiempo en que hombres y mu- za. Los principios de la sicología humanista son los
jeres pueden cosechar la experiencia de toda su vida, hilos conductores que han guiado al autor, en su bús-
hacer un discernimiento entre lo accesorio y lo esen- queda de una integración armónica entre los grandes
cial y alcanzar un nivel de gran sabiduría y de profun- avances de la sicología moderna y la verdad revelada
da serenidad" (Juan Pablo II ante la asamblea de la por Jesucristo en el evangelio, iluminadas por las lu-
ONU). El religioso y el sacerdote que van coronando ces de la teología católica.
la cumbre de la vida y van adentrándose en los años de El autor ha buscado presentar una visión científi-
la tercera edad, afrontan especiales problemas. Pero ca, religiosa y teística del hombre, a partir de la sico-
pueden también disfrutar de la vejez (Skinner) y llegar logía y de la experiencia cotidiana de las personas
a ser "modelos de identificación" para las generacio- consagradas. A lo largo de la obra, se ha presentado
nes más jóvenes, convirtiéndose en sembradores de una visión actualizada de la madurez humana y reli-
alegría durante la "edad dorada" (capítulo VI). giosa que son la meta de la formación; se han expues-
Los dos últimos capítulos tienen un enfoque más to algunas teorías científicas; se han aclarado doctri-
académico que el resto de la obra. Sabrán apreciarlos nas; se ha presentado una visión crítica y equilibrada
y aprovecharlos mejor las personas de nivel cultural de principios e investigaciones sicológicas; se han he-
elevado; son especialmente útiles para formadores de cho aplicaciones a la vida concreta de las personas con-
religiosos(as) y para educadores de la fe. Con un enfo- sagradas; se han ofrecido sugerencias y medios prácti-
que enmarcado dentro de la sicología humanista, se cos para ascender por el camino escarpado de la ma-
analizan las características de la religiosidad madura y duración espiritual y humana.

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Este libro es el fruto de un esfuerzo de treinta años La actividad positiva y acogedora de los partici-
de lectura y estudio personal y de un postgrado univer- pantes ha sido siempre estimulante. A ellos y a ellas
sitario, y sobre todo de las experiencias adquiridas en dedico este modesto trabajo, sobre el cual imploro la
la asesoría individual a personas consagradas, y a tra- bendición del Padre de las luces, contando con la be-
vés de muy diversos encuentros, cursos y varios cursi- névola acogida de todos los lectores.
llos, seminarios y talleres de sicología con varios mi-
llares de religiosos, religiosas, sacerdotes y seminaris- Alvaro Jiménez Cadena.
tas.
El fruto obtenido ha demostrado que este esfuerzo
por integrar la sicología y la espiritualidad no ha sido
en vano y ha tenido excelente acogida. Se nota una ne-
cesidad vivamente sentida de sólidos principios sico-
lógicos entre las personas consagradas; es un anhelo
profundo, una verdadera hambre de formación, de
orientaciones claras, sólidas y científicamente funda-
mentadas.
El autor ha creído que era conveniente acceder a la
reiterada petición de muchos de los (as) participantes
en los talleres de sicología aplicada a la vida sacerdo-
tal y religiosa, en el sentido de compartir por escrito
algunas de las ideas conductoras de dichos encuentros.
A todos estos hermanos y hermanas, les agradezco
el invaluable aporte de sus experiencias compartidas,
de sus inquietudes y cuestionamientos, que a todos nos
han enriquecido mutuamente, a lo largo de todos estos
años de trabajo silencioso, en el clima de reflexión, de
oración y de auténtica fraternidad y apertura, que han
caracterizado siempre los "talleres". Las ideas se pue-
den comunicar en un libro; la experiencia es necesario
Nota importante: Otros temas complementarios son tratados por el
vivirla porque es intraducibie en palabras. autor en su obra "Caminos de madurez sicológica para religiosos (as)"
Santafé de Bogotá: Ed. Paulinas. 1992.

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CAPITULO I

Las causas del abandono


del ministerio sacerdotal
y de la vida religiosa

"Resulta incomprensible, —escribe el P. Paolo


Dezza, al cumplir sus 70 años de vida religiosa—, la
facilidad con que tantas veces se pide la dispensa de
los votos, aun perpetuos, como si se tratara de un ser-
vicio cualquiera, del cual uno se retira por alguna di-
ficultad subjetiva. Es natural que en la vida religiosa
se encuentren dificultades que hay que superar con
sacrificios; pero ¿la vocación religiosa no es precisa-
mente la invitación a seguir a Jesús en el sacrificio,
en la renuncia, en el llevar la cruz? Ciertamente se
pueden dar situaciones en las que un religioso se en-
cuentre en graves dificultades objetivas reconocidas
por la Iglesia, que justifican una petición de dispensa;
pero no son suficientes aquellas dificultades ordina-
rias de la vida, que con buena voluntad y con la ayu-
da del Señor se pueden y se deben superar para ser
fieles al Señor"'.

1. Dezza, P. Esencizi ignaziani. Roma: La civiltá católica. 1987, pp


69-70.

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El comentario del P. Dezza sobre los religiosos, dos con la mediocridad, porque no tienen el valor de
puede también aplicarse a las religiosas y a los sacer- retirarse"? ¿En quiénes se encuentra la infidelidad?
dotes diocesanos.
Comenzamos esta obra presentando algunas re- "Para ser fiel, no basta perseverar. Así como no es
flexiones muy personales acerca de las posibles causas el rito el que formaliza el constitutivo del compromi-
del abandono de la vocación, enfocado desde un punto so con su fuerza imperativa, tampoco es el simple
de vista sicológico. En el resto de esta obra se propon- hecho de no abandonar o desertar, de no salirse, lo
que define la fidelidad. Hay quienes parecenfielesa
drán algunas consideraciones para afrontar el desafío
sus compromisos, de vida religiosa o de sacerdocio y
que nos plantea la perseverancia y la plenitud en la op-
sin embargo, en el fondo son infieles, precisamente
ción por la vida entregada al Señor. porque el fondo de todo compromiso y de toda fideli-
1. No todo aquel que deja el sacerdocio comete una dad es la presencia y el amor. Resignados, con la
infidelidad que pudiera llamarse culpable. Ni todo muerte en el corazón, con una apariencia de fidelidad
el que persevera en el ejercicio del ministerio o en la jurídica, encuentran más cómoda esta mediocre
vida religiosa, ejerce auténticamente la virtud de la situación"2.
fidelidad. Más aún, en algunos casos sería un acto
de fidelidad a la vocación cristiana, el abandonar 2. Hablando sobre las causas de las defecciones del
un camino de vida que se emprendió equivocada- sacerdocio y de la vida religiosa en estos tiempos,
mente; un compromiso que se realizó con impru- mencionemos en primer lugar un fenómeno cultu-
dencia o precipitación; o un género de vida que, ral; la crisis de la palabra empeñada en que se
con el correr del tiempo, se ha tornado imposible y debate el mundo de hoy.
perjudicial para sí mismo o para los demás.
Tampoco el permanecer simplemente en el ejerci- "A nadie se le ocurre ya la idea de prestar juramento
para garantizar alguna cosa o de apoyarse en el jura-
cio del misterio o en la comunidad es equivalente a
mento del otro. Ello, sin duda está ligado a una
fidelidad. Se puede seguir adelante en la medio-
"desacralización " general"3.
cridad, o aun llevando una vida doble y escanda-
losa... Eso no es ser fiel. Sería mejor la autenticidad
de quien pide la reducción al estado laical o la dis- "Para dar o mantener su palabra, sería menestar
pensa de los votos. primeramente "tenerla". Ahora bien, el hombre de

Con razón se puede preguntar: ¿"Quiénes son más 2. Ayel, V. Compromiso y fidelidad para los tiempos de incertidum-
culpables: los que parecen romper con sus compro- bre. Madrid: Instituto teológico de la vida religiosa 1976, p 126.
misos, o los que simplemente perseveran, resigna- 3. Ibid. p 52.

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las sociedades contemporáneas adolece de eso, pre- consecuencia de un compromiso "irrevocable" si-
cisamente: no tiene palabra"4. tuado en mi pasado como un gesto aislado y bien
circunscrito en tal sitio y en tal día, cuanto fruto de
Conozco el caso de un sacerdote que al mes de la la continua renovación de mi fe y de mi amor, de la
ordenación ya estaba pidiendo su reducción al esta- reactivación permanente de doble —y única—
do laical, la exoneración de sus votos y de sus com- fidelidad a mí mismo y a Dios dentro de mi voca-
promisos sacerdotales: Probablemente se trataba de ción y misión. Evidentemente, es necesario un cier-
una grave anomalía patológica de personalidad. to vigor espiritual, purificado de todo fervor román-
Pero no es uno, sino muchos los sacerdotes que a tico" s.
los pocos meses de ordenados se han arrepentido
de haberlo hecho y los profesos que piden dispensa 4. Y para hablar ya de las defecciones más o menos
de votos. Y esto sí es preocupante. culpables, hay un hecho innegable: en el fondo de
casi toda defección, a veces como causa principal,
3. Muy relacionado con lo anterior está el miedo al otras al menos como causa concomitante más o me-
compromiso definitivo en que nos debatimos los nos influyente en el resultado final, se encontrará
hombres y las mujeres de hoy. El "SI" pronunciado una deficiencia en la vida de oración, un enfria-
por el joven sacerdote el día de su diaconado o de miento en la vida espiritual, una rutinización en la
su ordenación, tiene que ser renovado cada día y en recepción de los sacramentos, una progresiva "ace-
cada momento de la vida. No basta una auténtica día" espiritual; una marcada búsqueda de la propia
generosidad en el momento de la ordenación para comodidad, una huida sistemática de la abnegación.
perseverar. La vida se encarga de ir presentando al En una palabra, se encuentra uno ante el síndrome
sacerdote dificultades nuevas e imprevisibles, ex- tradicionalmente llamado por los autores ascéticos:
periencias, fracasos y tentaciones antes desconoci- la tibieza espiritual.
das. Las pasiones ejercen momentos de fuerza má-
xima que provocan verdaderas crisis. El romanti- Antes de la crisis vocacional de los años 60 y 70,
cismo juvenil del neosacerdote se puede ir eclip- parecía imposible que un sacerdote o un religioso
sando ante la mayor experiencia de vida, por no perdieran la fe. Con dolor, nos hemos ido acostum-
decir la desilusión y el desencanto de la misma. Lo brando a que este suceso no sea tan insólito. En mi
mismo puede acaecer a los religiosos. experiencia sacerdotal han sido más frecuentes los
casos de sacerdotes y religiosos (as) que atribuyen
La perpetuidad en el seguimiento del Señor que lla- su retiro a otras crisis distintas a la pérdida total de
mó al sacerdocio o a la vida religiosa, "No es tanto
5. Ibid. p 105.
4. Ibid. p 52.

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prudentes decisiones y la rectitud en el modo de juz-
la fe, la cual conservan intacta junto con una firme gar sobre los acontecimientos y los hombres. Habi-
esperanza en el Señor y en su misericordia. túense los alumnos a dominar bien el propio carácter;
Pero, el abandono de la vida espiritual y sacramen- fórmense en la reciedumbre de espíritu y, en general,
tal, produce con frecuencia si no la pérdida de la fe, sepan apreciar todas aquellas virtudes que gozan de
sí un enfriamiento en la vida de fe y en el amor per- mayor estima entre los hombres y avalan al ministro
sonal a Jesucristo, que constituye la razón última y de Cristo, cuales son la sinceridad, la preocupación
más firme de la vocación sacerdotal. constante por la justicia, la fidelidad a la palabra da-
da, la buena educación y la moderación en el hablar,
5. En muchos casos de abandono del sacerdocio mi- unida a la caridad"6.
nisterial o de la vida religiosa, hay que remontarse
muy atrás en el río de la vida, para encontrar las
verdaderas causas. Estas vienen de muy atrás, del Muchas veces ha insistido la Iglesia en que es una
hogar. De la adolescencia. Tal vez de la remota in- compasión mal entendida el admitir a la profesión
fancia. perpetua o a la ordenación sacerdotal a un candida-
to que es incapaz de guardar la castidad. Bajo capa
Más aún, con frecuencia hallamos casos en que uno de misericordia, se ocultaría un acto de crueldad
se puede preguntar extrañado: "¿Cómo se le conce- para con él y para con la Iglesia.
dió la profesión a la Hna. zutana? ¿Cómo se ordenó
fulano? ¿Cómo fue admitido a la ordenación? ¡ Nun- 6. Es sumamente importante, tener muy presente el
ca debería heberse hecho sacerdote! Este triste ambiente familiar del candidato al sacerdocio. El
densenlace era de esperarse y era perfectamente pre- "background" familiar juega un papel de importan-
visible". Por desgracia ya es demasiado tarde para cia definitiva y muchas veces indeleble, en el naci-
esta profecía "post factum". miento de la vocación, en la consolidación y en la
perseverancia del sacerdote en ella. La gracia de
Por algo la Iglesia ha insistido tanto en la selección Dios es poderosa y puede lograr transformaciones
estricta de los candidatos al sacerdocio y a la vida casi milagrosas en la personalidad. Pero no pode-
consagrada. mos esperar que los milagros ocurran cada día.
En el decreto Optatam totius, leemos esta sabia Por un lado, la estabilidad y armonía del hogar, el
recomendación: cariño sincero entre padres, hijos y hermanos, y por
otro, el ambiente religioso y moral de la familia
"Por medio de una formación sabiamente ordenada,
hay que cultivar también en los alumnos la necesaria 6. Documentos del Vaticano II. Madrid: BAC. MCMLXVIII, Opt.
madurez humana, cuyas principales manifestaciones Tot. n 11.
son la estabilidad de espíritu, capacidad para tomar
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18
constituyen una de las mejores garantías para la 8. Bajo un enfoque sicológico, para ordenarse de sa-
formación de una personalidad sicológicamente sa- cerdote o para emitir los votos perpetuos, con pro-
na y para la perseverancia en la vocación. Por el babilidades sólidas de perseverancia, se requiere
contrario, la falta de armonía y estabilidad familiar, una gran madurez integral de la personalidad. Pue-
la deficiente formación religiosa, el ambiente de de preguntar alguno: "¿Cómo identificar estas per-
inmoralidad, hacen muy difícil que esta delicada sonalidades maduras? ¿Cuáles son sus señales?".
planta de la vocación sacerdotal nazca, crezca y La respuesta puede variar muchísimo, según el es-
permanezca. Queda siempre la acción misteriosa y quema teórico en que se apoye el concepto de "ma-
poderosa de la gracia divina. Pero recordemos: durez sicológica" (*).
"Gratia non tollit naturam, sed supponit et perficit
eam": "La gracia no destruye la naturaleza, sino Pero, hay algunas características de madurez que
que la supone y la perfecciona". nunca deben pasarse por alto, antes de tomar la de-
cisión de ordenar un sacerdote. Algunas importan-
7. Para nadie es un misterio que, después de la tibieza tes son: percepción objetiva de la realidad, concep-
espiritual y, muchas veces a consecuencia de la to predominantemente positivo de sí mismo, de los
misma, la principal y la más frecuente causa de de- demás y del mundo; capacidad de tomar decisiones
serción (a veces abiertamente confesada, algunas y asumir responsabilidades; adaptación y eficiencia
veces discretamente callada, en no pocos casos dis- en un trabajo estable; sentido de la propia identidad
frazada bajo el poder casi ilimitado de racionaliza- como ser humano y como individuo sexuado; capa-
ción que tenemos los seres humanos) son las difi- cidad de mantener auténticas relaciones interper-
cultades relacionadas con la guarda fiel del celiba- sonales con los colegas, con las figuras de autoridad
to. y con los subordinados, todo lo cual constituye la
Aún sacerdotes o religiosos muy buenos, inteli- aptitud para vivir en comunidad que es importan-
gentes, celosos, trabajadores, generosos, caritati- tísima; capacidad de un amor oblativo que se entre-
vos, obedientes, fraternos con sus hermanos, con- gue a los demás y encuentre en el servicio al próji-
sagrados al apostolado y al servicio de los fieles, mo una fuente de realización personal; escala ade-
pueden encontrar dificultades grandes para guar-
dar la castidad perfecta y perpetua que conlleva el (*) Una exposición sencilla y clara sobre "La personalidad madura"
sacerdocio o a la vida religiosa. puede leerse con provecho en Allport, G. , La personalidad: su configu-
ración y su desarrollo. XII, la personalidad madura. Barcelona: Herder,
La falta de madurez afectivo-sexual es un denomi- 1986.
nador bastante común en muchos casos de deser- Allí se exponen las teorías de Freud, Erikson, Maslow y la del mismo
autor. Cí también: Jiménez, A., "Madurez sicológica y vida religiosa".
ción. Santafé de Bogotá: Ediciones paulinas. 1992.

20 21
cuada de valores y filosofía integradora de la vida. profesional con estabilidad y serenidad; que demues-
En esta enumeración no hemos hecho más que tra saber comportarse según la autonomía de la con-
mencionar las características de la madurez según ciencia personal; que posee la libertad de explorar,
la teoría epigenética del desarrollo de la personali- investigar y elaborar una experiencia, es decir, trans-
formar los acontecimientos para que resulten fructí-
dad propuesta por Erik Erikson7.
feros en el futuro; al hombre que ha logrado llevar al
Yo añadiría, como muy importante característica, debido nivel de desarrollo todas sus potencias y posi-
un alto nivel de tolerancia a la frustración, dado bilidades específicamente humanas"8.
que este género de vida exige mayor estabilidad si-
cológica con otras muchas profesiones. Hablando del sacerdote y del religioso, esta madu-
La madurez es una realidad compleja. Una buena rez integral debe concretarse muy claramente en el
descripción de la misma es la que presentan las terreno de la maduración afectivo-sexual, la cual
Orientaciones para la educación en el celibato sa- nunca debe sacarse del contexto global de la madu-
cerdotal de la Sagrada Congregación para la edu- ración de la personalidad. El sacerdote, antes de la
cación católica: ordenación, el religioso antes de la primera profe-
sión, deben haber superado razonablemente los pro-
"La madurez es una realidad compleja y no es fácil blemas del narcisismo, el auto-erotismo, la homo-
circunscribirla completamente. Se ha convenido, sin sexualidad y la ambivalencia sexual que es fre-
embargo, en considerar maduro, en general, al hom- cuente en la adolescencia; tienen que haber logrado
bre que ha realizado su vocación de hombre, con una relación madura y sencilla con las personas del
otras palabras, al hombre que ha conseguido la sufi- sexo opuesto. O sea, "un trato maduro, sencillo, no
ciente capacidad habitual para obrar libremente; que angustioso con las almas —hombres y mujeres—
ha integrado sus bien desarrolladas capacidades hu- con las que tratamos por razón de nuestro trabajo
manas en hábitos virtuosos; que ha conseguido un fá- en la edificación del cuerpo de Cristo"'.
cil y habitual autocontrol emotivo, con la integración
de las fuerzas emotivas que deben estar al servicio de Esta relación madura, está igualmente alejada de
una conducta racional; que prefiere vivir comunita- los dos extremos peligrosos. Por un lado, de la acti-
riamente porque quiere hacer partícipes a los demás tud angustiosa, represiva, temerosa ante las perso-
de su donación; que se compromete en un servicio nas del otro sexo. Por otro lado de la familiaridad

8. Sda. Congregación para la educaión católica: Orientaciones para


7. Erikson, E. H. Infancia y sociedad. Buenos Aires: Ad. Hormé,
la educación en el celibato sacerdotal, documentos para el diálogo, 1974.
S.A. E, 1974. 7: Ocho edades del hombre, cf Jiménez, A. Caminos de
l l l , p p 1-48.
madurez sicológica para los religiosos. Santate de Bogotá: Ed. Paulinas.
1992. 9. Congr. Gen S J, XXXI D. 16, n 8b.

22 23
ingenua, de la ligereza de adolescentes que de- Unidos" demuestran que el descontento con los obis-
muestran algunos sacerdotes o religiosos ya cua- pos y/o superiores, con la manera de ejercer la
rentones y cincuentones y que pueden indicar ado- autoridad en la Iglesia, constituyen una de las causas
lescencia retardada de quien apenas empieza a des- más frecuentemente alegadas por muchas personas al
cubrir los valores y la atracción del sexo feme- retirarse del ejercicio ministerial o de la comunidad.
nino10. Hay que tener en cuenta la imagen paterna que el
candidato al sacerdocio trae de su hogar, especial-
9. No siempre son más inmaduros afectivamente los
mente en algunos seminarios en que parece abun-
que ingresaron más jóvenes al seminario menor o a
dan los huérfanos de padre, por muerte de éste o
la vida religiosa. Es verdad que se presentan al-
por abandono del mismo.
gunos casos de personas que entraron al seminario
demasiado niños y nunca maduraron sicológica- Los sentimientos y actitudes sistemáticamente
mente. Pero también se encuentran muchas person- agresivas del sacerdote, son con frecuencia el re-
alidades muy maduras, muy varoniles, muy recias, sultado de un desplazamiento contra cualquier
entre los sacerdotes a quienes Dios llamó en edad figura de autoridad. A algunas personalidades, da-
muy temprana; lo mismo que sacerdotes tremenda- dos sus condicionamientos previos, les resulta casi
mente inmaduros entre los que entraron en una imposible el someterse a una autoridad, por apta y
edad avanzada. En muchos casos de abandono del buena que sea la persona que la ejerce.
sacerdocio o de la vida religiosa, se trata de hom- Habría aquí tema de meditación, tanto para quie-
bres que en su desarrolo afectivo-sexual apenas nes detentan y ejercen el poder, como para los
traspasaron los umbrales de la adolescencia, como candidatos que van a comprometerse a obedecer;
se echa de ver en sus amistades, en el trato con el los primeros deberían reflexionar sobre su espíritu
otro sexo, en problemas de auto-erotismo no supe- paternal de gobierno; los segundos, examinar si
rados, en actitudes egoístas, en dificultad para un tienen un carácter capaz de aceptar el ejercicio de
amor y entrega verdaderamente oblativos. la obediencia razonable.
11. Han sido muchas las defecciones, del año 60 para
10. Durante estos últimos años, parece haber tomado
acá, entre sacerdotes y religiosos sinceramente
mayor relevancia que en otros tiempos, como cau- comprometidos con la causa de los pobres. Su
sa del abandono del sacerdocio y de la vida reli-
giosa la crisis de la obediencia y de autoridad.
11. Kennedy, E. Heckler. U. J. The catholic priest in the United
Estudios realizados en otros países como Estados States: Psychologicai Investigations. Washington, D C: Publications office
United States catholic conference. 1972.
10. Jiménez, A. Madurez humana y castidad religiosa. Theologica Greeley, A. M. The catholic priest in the United States: sociological
Xaveriana. Bogotá. 1978. investigations. Washington, D C: Catholic conference publications. 1972.

24 25
compromiso los llevó en muchos casos a la radi- ejercicio de su ministerio estrictamente sacerdotal,
calizaron socio-política, la contestación siste- en el celibato consagrado por el reino de los cie-
mática y a empuñar el fusil y la ametralladora. los... Una desilución similar arruinó muchas voca-
¿No habría en estos actos de "compromiso heroi- ciones religiosas de hombres y de mujeres.
co", demasiadas motivaciones y condicionamien-
tos puramente humanos? ¿No habrá a veces mu- 13. Intimamente relacionada con la crisis de identidad
cho altruismo mal entendido y poca caridad cris- sacerdotal, puede presentarse una crisis de desen-
tiana, vivida como virtud teologal? ¿No habrá canto, de cansancio, de frustración generalizada y
confusión de identidad en el rol y funciones pro- paralizante. Con frecuencia, esta crisis se presenta
pias del sacerdocio? ¿No habrá algún desplaza- en la edad madura. Por eso, se la ha llamado la
miento de sentimientos agresivos contra objetivos crisis del demonio meridiano.
neutros o "chivos expiatorios"? Sobre ella se ha escrito mucho. Es prácticamente
Reflexiones similares podrían aplicarse al caso de una síntesis de todas las crisis posibles en el sacer-
muchas rebeliones "doctrinales y teológicas" con- docio o en la vida religiosa: crisis afectiva, crisis
tra la jerarquía y el magisterio pontificio. de triunfo, de obediencia, de naturalismo, en una
palabra de sentido de la vida13.
12. Estos años post-conciliares han sido también pro-
fundamente marcados por una crisis de identidad Es posible caer lentamente en un simple tolerar,
sacerdotal. El Concilio Vaticano II destacó muy aguantar, seguir adelante en el ejercicio ministe-
claramente la misión sacerdotal del laico, al recal- rial del sacerdocio.
car el derecho y el deber del seglar al apostolado12. Es un hecho triste, pero que lo comprobamos con
Pero no pocos sacerdotes, cayeron en el extremo más frecuencia de lo que fuera deseable: pasarla
de exaltar tanto la vocación del laico bautizado, bien; no matarse demasiado; darse buena vida;
que vinieron a menospreciar el sacerdocio minis- trabajar lo menos posible... Es el que en otro con-
terial. Podríamos hablar en estos casos, de una texto me he atrevido a llamar la sicología del
verdadera crisis de identidad o difusión de identi- solterón14.
dad sacerdotal, para usar la terminología de Erik- Qué bella y atrayente es la otra cara de la medalla:
son. Muchos sacerdotes dejaron el ejercicio de su el sacerdote o religioso entusiasta, animoso, traba-
ministerio simplemente porque "no tenía sentido jador, alegre, a pesar de las dificultades y fraca-
el ser sacerdote"; se sentían "desinflados" en el
13. Roldan, A. Las crisis de la vida en religión. Madrid: Ed. Razón y
Fe. 1967.
12. Vat. II, Apost. Act. n 3. 14. Jiménez, A. op. cit.

26 27
sos, a pesar de los años y la vejez: Es el sacerdote sus hermanos sacerdotes. A muchos quizás el Padre
autorealizado (Erikson). Bellamente ha sido bueno los espera, con los brazos abiertos, para un fe-
descrito este ideal por el cardenal Pironio, cuando cundo apostolado sacerdotal después de una auténtica
habla sobre la alegría de la fidelidad15. reconciliación consigo y con la Iglesia institucional.
Afortunadamente este bello ideal lo vemos encar- Los restantes capítulos de este libro buscan encen-
nado en muchos sacerdotes y religiosos que pro- der una pequeña luz, desde el campo de la sicología
yectan una imagen más o menos nítida de hom- moderna, para iluminar el camino de los que andan en
bres y mujeres realizados en el servicio a Dios y tinieblas, pero sobre todo dar una voz de aliento a tan-
la entrega a sus hermanos mediante el ejercicio tos hermanos y hermanas que se esfuerzan por con-
del ministerio sacerdotal o de la vida consagrada. quistar la madurez de su personalidad e integrarla con
una vida consagrada plenifícante para ellos y fecunda
para los demás.
***

Analizadas algunas causas, de las deserciones sa-


cerdotales, queda un paso mucho más importante co-
mo tema principal de reflexión: ¿con qué medios
podemos ayudar a nuestros hermanos sacerdotes para
lograr el don de la perseverancia? Busquemos los me-
dios naturales y sobrenaturales, con la confianza de
que la gracia divina nunca nos faltará.
Tenemos que poner el acento en una pastoral pre-
ventiva, aplicada a los futuros sacerdotes, ya desde la
formación del seminario.
Finalmente, imitando la actitud del buen pastor,
debemos tender una mano a tantos hermanos nuestros
que han dejado el ministerio, quienes tal vez seguirían
trabajando hombro a hombro a nuestro lado, si hubie-
ran encontrado más comprensión y amor por parte de
15. Pironio, E. card. La alegría de la fidelidad. Vida religiosa. 1977,
43, pp 310-317.

28 29
CAPITULO II

La autoimagen
y la autoestima

Además del yo-real, o sea, de la persona tal como


de hecho existe, hay otros elementos que son de deci-
siva importancia para la formación de la identidad
personal y, por consiguiente, de la madurez y equili-
brio sicológico del individuo.
Estos elementos son: la imagen que uno se forme
sobre sí mismo (autoimagen), el aprecio o desprecio
que uno se profesa (autoestima positiva o negativa);
aquella persona ideal que uno quisiera llegar a ser (el
yo-ideal), y la imagen que trata de proyectar ante los
demás (el yo-social).
Todos estos aspectos revisten la máxima impor-
tancia para la madurez de cualquier persona humana.
Por eso han ido recibiendo cada vez mayor atención,
durante estas últimas décadas, por parte de los sicólo-
gos sociales y de los especialistas en sicología de la
comunicación y de las relaciones humanas.
La autoimagen, la autoestima, el yo-ideal, el yo-
social, deben tenerse muy en cuenta en la selección de
información de los sacerdotes y de los religiosos. De

31
La autoimagen abarca muchos aspectos: el propio
estos factores dependen, en altísima proporción, la sa-
esquema corporal, la familia, los roles y funciones que
tisfacción y rendimiento en el trabajo apostólico; son
la persona desempeña, sus características de personali-
la base de unas relaciones interpersonales adecuadas y
de la capacidad para disfrutar de verdaderas y hondas dad, sus relaciones, etc.
amistades; en ellas se concreta el sentido de identidad
personal. Origen de la autoimagen.

I. EL YO REAL La autoimagen se forma:


a. A partir de los otros, desde la niñez, por efecto
Se refiere a la persona tal como es en la realidad, del trato con la demás personas; por influjo de sus es-
con todas sus características buenas, malas o indife- pectativas, alabanzas, reproches, etc., especialmente
rentes. Los anglosajones hablan del SELF. También se de las personas que uno más admira y aprecia. Espe-
usa el vocablo "ego" = yo, no en el sentido sicoanalíti- cial influjo tienen los padres y familiares cercanos, los
co, sino como equivalente de la personalidad total. maestros y los compañeros de escuela y los grupos so-
El yo es el núcleo vital de nuestra personalidad. Es ciales. Por esto, la comunicación y el lenguaje son fac-
el individuo, la persona, que se conoce a sí misma; es tores decisivos en la formación de la autoimagen y del
el sujeto de las acciones; el objeto de su propio cono- sentido de identidad personal. Entre los procesos de
cimiento; el agente de todas sus actividades. comunicación debe destacarse especialmente el influjo
decisivo que juega el fenómeno llamado "feedbak" (o
Nos sentimos afectados o comprometidos cuando retroalimentación).
vemos efectado el propio yo; los motivos, las inten-
ciones, los valores del yo son los que nos mueve a b. A partir de las propias experiencias, v.gr. de triun-
obrar. fo o de fracaso, de aceptación o rechazo. Un factor im-
portante en la formación de la utoimagen y de la pro-
pia identidad es también la profesión u oficio de la per-
II. LÁ AUTOIMAGEN sona. Nuestros roles y status en la sociedad vienen
(CONCEPTO DEL YO) determinados, en gran parte, por nuestras habilidades y
por el oficio que desempeñamos: "Soy sacerdote, reli-
Es la imagen mental que nos formamos acerca de giosa, estudiante, me ocupo en apostolado social, etc.".
nosotros mismos. A través del concepto del yo es co-
mo uno mira su mundo y en relación con él organiza e Diversas clases de autoimagen. Nuestra autoima-
interpreta todas sus experiencias. gen puede adquirir tres modalidades diferentes:

32 33
a. A veces podemos sobre-estimarnos {imagen "Las personas ven el mundo a través del filtro de sí
"aureolada", "engreída", "inflada"). Puede tratarse mismas; por consiguiente la imagen del yo colorea e
de un mecanismo de compensación, como defensa o influye todas sus percepciones, su manera de pensar,
fa-chada para disimular la propia inseguridad. Otras de sentir, de obrar. El auto-concepto es el marco de
ve-ces, se trata de verdadero orgullo, v.gr., cuando la referencia de todas las demás percepciones".
persona está centrada en el éxito social proveniente de
los honores, los títulos, las riquezas, etc.
b. La imagen negativa. Es tal vez más frecuente Elementos esenciales de la autoestima
que la anterior. El individuo no se aprecia suficiente-
mente; no reconoce sus cualidades; se minusvalora y se Con mucho acierto presenta Brande los que —a su
desprecia a sí mismo; ve todo "negro"; se fija en sus juicio— constituyen los elementos esenciales de la
limitaciones y en sus defectos; se considera insignifi- autoestima. Permítesenos consignar una cita un tanto
cante ante los demás e incapaz de realizar algo en la extensa.
vida.
Sería un lamentable error confundir la virtud de la "El primer acto de autoaprecio es la afirmación de la
humildad cristiana con un complejo de inferioridad. propia conciencia: la decisión de pensar, de darse
c. La imagen normal. Finalmente, nuestro auto- cuenta, de dirigir el reflector de la conciencia hacia
concepto puede aproximarse a lo que realmente uno afuera, al mundo exterior y hacia adentro, al propio
es, o sea, a su yo real. La humildad es la verdad. ser. Fallar en este empeño es fallar en el nivel básico
del yo.
Honrar al yo es decidirse a pensar independientemen-
III. AUTOESTIMA te, a vivir de acuerdo a su propia razón y a tener el
coraje de seguir las propias percepciones y juicios.
Es la valoración que uno tiene de sí mismo. Natu-
Apreciar el yo consiste en decidirse a conocer no
ralmente se basa en el auto-concepto. La autoestima se
solo lo que uno piensa, sino también lo que siente, lo
refiere a los juicios, negativos, positivos, ambivalentes,
que quiere, lo que necesita o desea, las cosas que lo
que uno hace sobre su autoimagen.
hacen sufrir, las que le causan miedo o rabia; y acep-
Las personas con alta estima se consideran dignas; tar el derecho de experimentar esos sentimientos. Lo
se respetan a sí mismas, se consideran iguales a los de- contrario a esta actitud es la negación, el descono-
más. En su libro la autoestima ("The psychology self cimiento, la represión; es repudiarse a sí mismo.
esteem") dice N. Branden:

34 35
Apreciarse a sí mismo significa conservar una actitud IV. EL INFLUJO DE LA AUTOIMAGEN
de autoaceptación, o sea aceptar lo que somos, sin Y LA AUTOESTIMA SOBRE
auto-opresión ni auto-castigo, sinficcionesacerca de
LA SALUD MENTAL
la verdad del propio ser; sinfingimientosque buscan
engañarse a sí mismo o engañar a los demás.
El concepto del yo y la autoestima juegan un papel
Honrar al yo es vivir auténticamente; hablar y obrar
definitivo en los sentimientos respecto a nosotros mis-
de acuerdo con nuestras íntimas convicciones y sen-
mos, nuestras metas, nuestras reacciones frente al fra-
timientos.
caso, nuestra manera de manejar el estrés, nuestro
La autoestima consiste en rechazar los sentimientos bienestar personal, nuestra eficiencia en el trabajo. En
de culpa no merecidos y hacer lo posible por corre- una palabra, sobre nuestra salud mental.
girlos cuando se han merecido.
Apreciarse a sí mismo quiere decir comprometerse "No hay un juicio de valor mas importante, —ningún
con nuestro derecho a existir, sabiendo que la propia factor más decisivo para su desarrollo sicológico y su
vida no pertenece a los demás y que no estamos en motivación— que el aprecio que él se tenga". "Este
este mundo para vivir como esclavos de las espectati- aprecio lo experimenta, no en forma consciente,
vas ajenas. Para muchas personas es ésta una respon- como un juicio verbalizado, sino en forma de sen-
sabilidad aterradora. timiento; sentimiento que puede ser muy difícil de
aislar o expresar con palabras, porque es algo que se
Honrar al yo es vivir enamorados de la propia vida; experimenta continuamente; es parte de todos los
enamorados de nuestras posibilidades de crecer y de demás sentimientos; está involucrado en toda
experimentar el gozo; enamorados del proceso de respuesta emocional"2.
descubrimiento y exploración de nuestras potenciali-
dades específicamente humanas. 1. Los individuos que tienen un concepto positivo de
Podemos, comenzar a ver que la autoestima consiste sí mismos son menos inclinados a los desórdenes
en practicar el amor de sí mismo en el sentido más emocionales y se recobran más rápidamente de los
alto,' más noble y menos comprendido de la palabra. mismos. Cuanto más positiva es la autoimagen,
Y esto requiere una enorme independencia, valor e tanto mayor es el control que uno tiene y siente so-
integridad" '. bre los acontecimientos; mayor su eficiencia en el
trabajo; mayor la facilidad para apreciar y aceptar a

I. Branden, N. Honorig the self. Toronto: Bantam Books. 1985, p 2. Branden, N. The p.iychology of self-esteem. New York: Bantam
13-14. Books. 1971, p 109.

36 37
los demás. Y generalmente, cuando uno se siente 1. Presentan más problemas emocionales.
aceptado como miembro de un grupo, no experi- 2. Son menos eficientes.
menta amenazas, ni necesidad de estar a la defensi- 3. Experimentan mayores dificultades en sus rela-
va o de atacar a los demás. A su vez, cada uno de ciones interpersonales.
nosotros tiene, en esa capacidad de aceptación, un 4. Se dejan influenciar más fácilmente.
poderoso instrumento para crearse una autoimagen 5. Disfrutan menos del trato de la gente3.
positiva y para disminuir las tensiones provenientes 3. Una imagen engreída tampoco contribuye a la
de los contactos y relaciones sociales. madu-rez humana porque no está de acuerdo con el
Con mucha razón se ha dicho que la autoimagen no principio de la realidad. Las relaciones de una per-
solo tiene carácter descriptivo de nuestra personali- sona con autoimagen engreída no pueden ser armo-
dad, sino que también es un factor predictivo de niosas, ya que tienden a despreciar a los débiles y
nuestros futuros éxitos y fracasos. adular a los poderosos, a dejarse dominar por su
egocentrismo. Su autoimagen infatuada les impide
2. La autoimagen negativa determina el grado de ame- reconocer sus fallas y corregir sus errores. Se creen
naza que uno experimenta y la defensividad de la perfectos...
persona. Esta actitud defensiva, a su vez influye
sobre la percepción de las alternativas posibles para
resolver los problemas y sobre la capacidad de de- Cambios y permanencia
cisión de la persona, y restringe su capacidad para de la autoimagen y la autoestima
ser agente activo de su propia realización.
En la autoimagen y en la autoestima ocurren cam-
Frases como "No sirvo para nada"; "Todo me sale bios y fluctuaciones normales. Naturalmente, la auto-
mal" etc., indican una autoestima negativa. Las per- estima del niño es mucho más vulnerable que la de
sonas que tienen baja autoestima experimentan, de una persona adulta o anciana; pero al mismo tiempo el
ordinario, autorechazo, descontento, autodesprecio. niño es mucho más educable y flexible para mejorar
Estos sentimientos producen sufrimiento, restrin- su autoimagen. El adulto tiene una personalidad más
gen la actividad de la persona, estorban sus rela- firme; esta firmeza puede constituir una ayuda contra
ciones con los demás e impiden su autorealización. las posibles lesiones de su autoestima; pero también le
La enorme importancia del autoconcepto y la au- es más difícil al adulto modificar su autoimagen en
toestima ha sido ampliamente demostrada por sentido positivo y aprender mejores comportamientos;
muchas y serias investigaciones científicas. Las su personalidad suele ser más rígida.
principales conclusiones de estas investigaciones 3. Weiten, W. Psychology applied to modern Ufe. Monterey,
demuestran que las personas con baja autoestima: California: Brooks/Cole Publishing. 1985, pp 218—219.

38 39
Es muy importante recalcar una ¡dea fundamental Sugerimos algunos medios4:
para la salud mental: la autoimagen y la autoestima son 1. Es muy importante el "diálogo-interior" (Self-talk)
adquiridas. Por lo tanto se pueden modificar. Se puede que uno mantiene consigo mismo permanentemen-
"des-aprender" una autoimagen negativa. Se puede te y con lo cual se forman, se mantienen y acrecien-
"re-aprender" una imagen más positiva. Mientras este-
tan los sentimientos positivos o negativos hacia uno
mos vivos, siempre conservamos la capacidad de cam-
mismo y hacia los demás. Modificando el conte-
biar, de progresar. Pero a veces estos cambios reque-
nido de este "diálogo-interior"se pueden cambiar
rirán tiempo y esfuerzo, como ha llevado tiempo el
los sentimientos y actitudes negativas y reforzar las
aprender una autoimagen negativa.
positivas. Haga el ensayo de contrarrestar cada
frase negativa que Ud. se dice a sí mismo, con una
V. COMO MEJORAR LA AUTOIMAGEN segura afirmación positiva. Notará muy pronto el
Y ACRECENTAR LA AUTOESTIMA buen efecto.

Las actitudes hacia sí mismo, tanto positivas como 2. Reconozca con humildad sus limitaciones y defi-
negativas, tienden a perpetuarse por sí mismas. Así, ciencias y esfuércese por corregirlas. Pero acostúm-
una persona que se siente competente suele ser más brese a centrar su atención sobre los aspectos posi-
emprendedora y tiene mayores probabilidades, por tivos de su. personalidad y sobre los increíbles re-
tanto, de obtener éxitos, reforzando con estos sus sen- cursos, potencialidades y dones que Dios le ha
timientos originales de valía. Lo contrario ocurrirá al dado. Aprovéchelos para ponerlos al servicio de los
individuo que se cree inútil y no se atreve a emprender demás. Su auto-imagen y su autoestima crecerán de
nada nuevo. Es uno de tantos casos en que se verifica manera sorprendente.
la "Profecía de auto-cumplimiento" (Self- fulfilling 3. Como todo ser humano es un animal social, las per-
prophecy). Un conjunto de creencias mías despierta sonas son esenciales para el mantenimiento y el
determinadas reacciones en los demás y dichas reac- desarrollo del yo y para lograr el sentido de identi-
ciones, a su vez, hacen que mis espectativas y creen- dad. La habilidad para afrontar los problemas me-
cias se coríviertan en realidad. diante el lenguaje verbal y simbólico es una de
Por fortuna, existe en todo ser humano una tenden- nuestras cualidades más humanas y que más influ-
cia innata hacia la auto-realización y al crecimiento yen en nuestra autoimagen. Podemos conocer y
sicológico, tan poderosa como la tendencia de todo ser evaluar nuestra autoimagen y determinar en qué
vivo a crecer físicamente. Aprovechando esta tenden- dirección queremos mejorarla, en el grado en que
cia, nuestro concepto del yo y nuestra auto-estima
pueden mejorarse. 4. Weiten, W. op. cit. pp 232-234.

40 41
podamos comunicarnos adecuadamente con los de- 9. Preste más atención a sus aspectos positivos. Los
más e interactuar con ellos. individuos con baja autoestima derivan poca satis-
facción de sus realizaciones y virtudes. Aprenda a
4. Si nos acercamos a la gente con una actitud positiva insistir más en sus cualidades y realizaciones que
y abierta, nuestras relaciones serán más agradables, en sus aspectos negativos.
y nos sentiremos más aceptados. Nuestra autoesti-
ma crecerá. 10. Ponga empeño en tratar de mejorar. Algunas limi-
taciones personales pueden ser superadas. Hay mu-
5. El compartir con los demás nuestras preocupacio- chas pruebas de que los esfuerzos por mejorar acre-
nes, sentimientos, aspiraciones y realizaciones, fa- cientan la autoestima.
cilita la comprensión y la aceptación de sí mismo.
11. Trate a los demás con una actitud positiva. El indi-
6. Reconozca que es Ud. mismo quien controla su au- viduo con autoestima baja tiende a ser excesiva-
toestima. Ud. es quien, en último término, controla mente crítico con los demás. Esto constituye un
su autoimagen. Ud. tiene el poder de cambiarla. estorbo para unas buenas relaciones interpersonales
Ud. puede aceptar o rechazar el feedbak que los de- y perjudica la autoestima. Si ud. se acerca a la gen-
más le dan. Aunque los demás pueden influenciar te con una actitud positiva y de apoyo, sus relacio-
su autoconcepto, ud. es la última autoridad. nes serán agradables y ud. se sentirá a su vez bien
7. No permita que los demás le fijen sus normas. Una aceptado. Probablemente no hay nada que favorez-
trampa en que muchos caemos es permitir a los ca tanto la autoestima como la aceptación y el afec-
demás que nos fijen los estándares de conducta por to genuino de los demás.
los cuales nos juzgamos a nosotros mismos. Las per-
sonas que tienen baja autoestima son especialmente
VI. EL YO IDEAL
sugestionables a la persuasión y demasiado propen-
sas a aceptar lo que los demás les imponen. Ud. es
quien debe fijarse sus propias metas e ideales. Es la persona que uno quisiera llegar a ser. Se basa
en las enormes posibilidades y en la tendencia pode-
8. Reconozca la metas irreales. Muchas personas se rosa hacia la auto-realización que todos sentimos, bajo
exigen demasiado a sí mismas. Siempre quieren la dirección de la propia conciencia.
realizar lo mejor, lo cual es posible. Socialmente se
comparan con los mejores, no con las de su misma Una conciencia recta y bien formada es, por consi-
categoría. Estas comparaciones no son realistas y guiente, un componente importante de la personalidad,
minan la autoestima. como guía de los comportamientos. Una conciencia
mal formada, demasiado estrecha, o demasiado laxa

42 43
Ser totalmente uno mismo, es decir, no dejar sin
estorba la salud mental e impide la satisfacción con la
cultivar sus capacidades sino aprovecharlas plenamen-
vida.
te con inteligencia y eficacia. Es la realización total de
El yo-ideal ejerce un poderoso influjo sobre la for- las propias capacidades.
mación de aspiraciones de moralidad, excelencia, etc.
Los ideales, para bien o para mal, juegan un papel de-
finitivo en el desarrollo de la personalidad. Los idea- VIL EL YO SOCIAL
les nos estimulan a progresar, pero si son equivoca-
dos, nos inclinan al mal bajo apariencia de bien. El Es la imagen con que tratamos de presentarnos
yo-ideal reteja nuestro sistema y nuestra jerarquía de ante los demás.
valores.
Jung habla de la "persona" o "la máscara", la cual
Si el yo-ideal es demasiado bajo, no estimula al varía según los individuos y las circunstancias; en el
individuo para progresar. Si el yo-ideal es irreal y de- lenguaje de Jung la palabra "máscara" no tiene una
masiado alto puede convertirse en una fuente de frus- connotación negativa. Puede implicar simplemente
tración y tortura porque crea expectativas perfeccio- un esfuerzo adecuado de adaptación a las personas y
nistas e inalcanzables... circunstancias, sin embargo, es frecuente alguna
El ideal razonable consiste en: exageración en el esfuerzo que hacemos en nuestras
auto-presentaciones, por proyectar una buena imagen
Aspirar a ser uno mismo, de nosotros mismos. Si esta tendencia se exagera de-
nada más que uno mismo, masiado, corremos el peligro de vivir tan solo de apa-
totalmente uno mismo. riencias y de perder nuestra autenticidad, en aras del
¿"qué dirán"? Las máscaras pueden llegar a crear un
Ser uno mismo, es decir, lo que uno es en lo más
yo totalmente artificial y en profunda discrepancia con
profundo de su ser y no lo que los demás dicen, espe-
nuestro yo-real y con nuestra autoimagen, causando
ran o desean. Pretender ser una persona distinta a uno
serios problemas de identidad personal.
mismo es absurdo, causa frustración y desaliento.
Tenía mucha razón Kierkegaard cuando escribió: "La
desesperación más común es no creer ser uno mismo.
Pero la forma más profunda de desesperación consiste
en escoger ser una persona distinta de uno mismo".
Ser nada más que uno mismo, es decir, no forzar sus
límites por encima de sus capacidades reales, aspirando
a ser más de lo que realmente es o puede llegar a ser.
45
44
VIII. ALGUNAS APLICACIONES didatos, deberían tomar muy en serio estos elemen-
A LA VIDA DEL RELIGIOSO tos: autoimagen, autoestima, yo-ideal, yo-social. La
Y DEL SACERDOTE formación en los seminarios y en las casas religio-
sas se ha centrado excesivamente sobre los aspectos
Todo lo dicho hasta aquí tiene enorme importancia académicos, con descuido inexplicable de la forma-
en la vida del religioso y del sacerdote. En efecto, de la ción humana y sicológica de la personalidad. La
autoimagen y de la autoestima depende en gran parte, misma formación espiritual y pastoral, que son las
que el religioso se sienta satisfecho y a gusto consigo más importantes sin duda, requieren un indispensa-
mismo y con su vocación; que logre mantener un trato ble y sólido substrato humano5.
abierto, espontáneo, no-defensivo, cordial y amistoso, 2. En su conocidísima y fundamental meditación sobre
tanto con sus hermanos de comunidad, como con las "Las dos banderas", la de Jesucristo y la de Satán,
personas a quienes van dirigidos sus empeños apostó- san Ignacio considera a la humildad como la base
licos. La eficacia del trabajo apostólico, —sin menos- para todas las demás virtudes6. Pero es preciso te-
preciar el influjo misterioso de la gracia divina—, de- ner muy claro el concepto de humildad cristiana.
pende en gran medida, de la autoestima del apóstol que La humildad es la verdad. Es la sumisión del hom-
condiciona la facilidad de relacionarse interpersonal- bre a Dios. Es ponerse al servicio de los demás, con
mente. Aquí sí que se aplica el conocido adagio de que todo lo que uno es y tiene, por amor de Dios.
"la gracia no destruye la naturaleza, sino que la eleva y La humildad no consiste en desconocer o menos-
la perfecciona". Sería temerario esperar milagros coti- preciar las propias cualidades, sino que, recono-
dianos, que repentinamente curaran un complejo de in- ciendo a Dios como la fuente y origen de todo lo
ferioridad, o redujeran a la realidad la imagen "inflada" bueno, agradecérselo y poner al servicio de los
de la persona engreída, llena de altanería y orgullo; el demás todos nuestros recursos. Así obró María, la
individuo que se ciega ante sus propios defectos y des- más grande y la más humilde, "bendita entre las
precia a los demás difícilmente entrará al corazón aje- mujeres": "Mi alma alaba la grandeza del Señor;
no para atraerlo hacia Dios. mi espíritu se alegra en Dios mi salvador... Porque
Las siguientes reflexiones, entre muchas posibles, el Todopoderoso ha hecho en mí cosas grandes"
pueden ayudar a las personas consagradas a aplicar en (Le 1,46-49).
su propia vida los principios generales que hemos
expuesto. 5. Jiménez, A. Madurez integral del sacerdote latinoamericano, para
el próximo milenio. Medellín. 62, 1990, pp 255-269.
1. En el proceso de formación de los religiosos y semi- 6. Loyola, san Ignacio de Ejercicios espirituales n 146. in Thesaurus
naristas, tanto los formadores como los mismos can- spiritualis societatis Iesu. Santander: Typis Aldus. 1950.

46 47
Por consiguiente, en muchos casos será necesario gen, la permanencia y los posibles cambios en la
rectificar conceptos erróneos acerca de la humildad, formación de la autoimagen, positiva o negativa. La
en un esfuerzo por subsanar los efectos de una autoimagen se forma, a partir de la interacción so-
equivocada formación, que estuvieron muy en boga cial con los demás y por las propias experiencias,
en tiempos no remotos y produjeron efectos devas- positivas o negativas. Es bueno insistir en que la
tadores sobre la autoimagen, la autoestima y la con- autoimagen negativa es aprendida y que por con-
fianza en sí mismos. No era raro el caso de un jo- siguiente se puede des-aprender y subsistir gradual-
ven o de una joven novicia, que habiendo sido per- mente por una autoimagen y autoestima más positi-
sonas importantes con responsabilidades serias en vas. Es un proceso lento que exige esfuerzo en el
la vida seglar, sufrían una especie de "crisis de em- formando, y comprensión, madurez y sensatez en
bobamiento" y de inseguridad, al entrar al novicia- los compañeros de comunidad y en los formadores.
do... Tal vez el error se cometió con más frecuencia En la vida de comunidad del seminario y de la casa
e intensidad en algunas comunidades femeninas. religiosa se presentan innumerables ocasiones para
¿Cuáles fueron los resultados? Personalidades apo- la reeducación de la autoestima, por las continuas
cadas, incapaces de tomar decisiones y de asumir inter-acciones sociales y por las oportunidades que
riesgos, dotadas de una sumisión rayana en la abu- ocurren para desarrollar las propias cualidades y sa-
lia o el servilismo, pero carentes de iniciativa pro- borear una saludable proporción de grandes o pe-
pia y de empuje apostólico; más inclinadas a buscar queños éxitos y realizaciones. Por consiguiente, es
apoyo en otro o a seguir detrás del rebaño, que a importante dar responsabilidades a las personas, en
infundir ánimo a otros y a asumir un liderazgo la vida litúrgica y académica, en el deporte, en las
apostólico. Así como los sicólogos insisten en la labores pastorales, en la organización de la vida
formación de la asertividad 7, los autores y for- diaria.
madores espirituales deben también recalcar la for-
taleza como una de las virtudes claves o "cardina- 4. Es incalculable el influjo poderoso que en la forma-
les", para el cristiano y para el religioso. ción, mantenimiento o cambio de la autoimagen (y
de la autoestima por consiguiente) juegan las per-
3. En la organización y régimen de las casas de forma- sonas con quienes uno trata; ellas dan permanente-
ción, en el acompañamiento personal, en toda la vi- mente feed-back al individuo reflejándose la ima-
da sacerdotal y religiosa, tienen múltiples aplicacio- gen que de él se han formado.
nes concretas los principios expuestos sobre el ori-
Los compañeros de seminario y de comunidad reli-
giosa, y sobre todo los superiores y figuras de auto-
7. Lange A. & Jakubowski, P. Responsible assertive behavior.
Champaign: Research Press. 1980. ridad juegan un papel decisivo para infundir seguri-

48 49
dad a la persona tímida, retraída, indecisa, negativis- persona segura de sí misma no necesita de tales
ta o apocada; influjo que la puede acabar de hundir, máscaras.
por medio de actitudes altaneras, impositivas, tal 7. Imposible pasar por alto el influjo benéfico del
vez despectivas y humillantes; o influjo benéfico, yo-ideal sobre la personalidad. Así se expresa el si-
por medio del estímulo, reconocimiento de la digni- cólogo jesuíta Eymieu, adelantándose en muchos
dad, de las cualidades y de las realizaciones del her- años a la sicología humanista, que tanto recalca el
mano. Podemos ser salvadores o saboteadores de valor de los ideales para la auto-realización de la
vocaciones sacerdotales y religiosas. persona:
5. Vale la pena fijarse un programa de reeducación
personal, adaptando cada uno a su caso individual, "El ideal es en definitiva, un inmenso amor que cons-
los medios que se han sugerido acerca de "¿Cómo tituye el gozo de la vida; un amor que nada puede
mejorar la autoimagen y acrecentar la autoestima?" destruir, ni la vida ni la muerte; podemos, en cual-
quier suceso de la vida, permanecer ciertos de su
6. Durante el tiempo de formación, especialmente valor. Amor que realiza el máximo de entusiasmo: el
durante los primeros años que preceden a la conce- único que responde con la sonrisa ante el trabajo y el
sión de los votos, al diaconado o al paso a la teolo- sufrimiento; y puesto que vivir es trabajar y sufrir,
gía, las máscaras y el yo-social pueden jugarle una entonces tenemos necesidad de amar la vida, de ver
mala pasada al candidato o a sus formadores, cuan- en ella un reflejo ideal para no despreciarla y malde-
do el deseo natural y sano de quedar bien con los cirla; para sonreirle por el contrario, a pesar de todo,
compañeros y superiores y de proyectar una buena y recibirla y continuarla con gozo, cualesquiera que
imagen de sí mismo, se exagera; la trampa consiste sean los caminos por donde nos conduzca...
en caer en la esclavitud del "qué dirán", o de obrar El hombre necesita un ideal para convencerse de que
principalmente por el temor de ser expulsado de la la vida vale la pena ser vivida; y es necesario que
comunidad, negación de votos o de órdenes, etc. El este ideal le parezca tan noble y bello, que por acer-
yo-social se convierte entonces en una amenaza carse a él un poco más cada día, a costa de todos sus
real para la autencidad y la sinceridad. Conviene trabajos y deberes, le parezca que aún ha dado dema-
abrir los ojos ante este peligro de fingimiento e hi- siado poco.
pocresía, tan reñidas con la verdadera humildad, Tener un ideal es tener una razón de vivir. ¡Una ra-
como lo es la autoimagen negativa. Más aún, de la zón para vivir! Y al mismo tiempo, la gran fuerza, el
imagen negativa, es de donde brota la falta de au- mayor bien, y el supremo gozo de la vida"8.
tenticidad, como un mecanismo compensatorio
contra los sentimientos de inseguridad personal. La
8. Eymieu, E. Le gouvernement de soi-méme. París: 1928, p 279.

50 51
Para que el ideal, tan bellamente descrito por Eymieu,
se convierta en realidad, desde el primer día de no- CAPITULO III
viciado o seminario, deben ponerse ante los ojos (y
sobre todo inculcarlos en el corazón) del candidato
los grandes ideales de santidad y de apostolado a
Madurez humana
que está llamado por su vocación. Ideales que se castidad religiosa
han concretizado en personas reales que los han vi-
vido a plenitud: santos del pasado y santos actuales y celibato sacerdotal*
que conviven entre nosotros como verdaderos mo-
delos de identificación para el novel religioso o se-
minarista. Ayudarán el estudio y la meditación
orante de los documentos de la Iglesia sobre el sa-
cerdocio y la vida consagrada: Vaticano II, docu- Este capítulo trata de compilar y organizar algunas
mentos pontificios, constituciones propias, historia ideas sencillas y prácticas, sacadas de experiencias
de la Iglesia y de la congragación, biografía de fun- concretas con grupos de sacerdotes, seminaristas y
dadores y de los grandes hombres y mujeres que religiosos de ambos sexos, y del trabajo personal con
han encarnado y vivido el propio carisma congrega- ellos, para que sirvan como puntos de reflexión y dis-
cional o el ideal del sacerdote diocesano. cusión a otros hermanos que se esfuerzan por vivir el
ideal de su vida consagrada.
8. Jesucristo y su Madre santísima son para la persona Esta parte podría también llevar por título: "Expe-
consagrada, la concreción máxima y la encarnación riencias y reflexiones de un sacerdote sicólogo sobre
de todos sus ideales. La contemplación de sus mis- la castidad religiosa", ya que la fuente de estos comen-
terios y la meditación de la doctrina evangélica son tarios es la experiencia: el autor ha participado y diri-
los medios más eficaces para cultivar altos ideales, gido un número ya bastante crecido de convivencias,
que no se queden en el plano etéreo de las utopías seminarios, encuentros de "sicología aplicada a la vida
irrealizables, sino que lentamente se vayan asimi- religiosa". Tema obligado en estas reuniones es el
lando y convirtiendo en vida propia y en dinamis- voto de castidad, que se ha solido tratar en forma de
mo apostólico. conferencias, mesas redondas, sociodramas y con
El ideal permanecerá siempre inalcanzable, pero diversas técnicas de dinámica de grupos.
paulatinamente irá atrayendo a la persona consagra-
da hacia las alturas de la santidad y el apostolado (*) Algunas ideas de este capílulo fueron presentadas por el autor en
fecundo. un artículo titulado "Madurez humana y castidad religiosa", en Theologica
Xaveriana. 31, 1981, pp 349-365.

52 53
Estos comentarios se aplican tanto al celibato de anatomía y la fisiología del aparato reproductor mas-
los sacerdotes como a la castidad de los religiosos. culino y femenino y en general sobre la sexualidad
Trataremos de integrar los conocimientos científicos humana. A veces no existen ideas claras y científicas,
que brinda la sicología con los principios religiosos y aunque abunda la seudociencia; se desconocen los
la teología. objetivos y el funcionamiento normal de la sexualidad
La castidad se considera bajo dos aspectos, que y sus posibles desviaciones y manifestaciones patoló-
nos servirán de guía para el presente trabajo: gicas. Esto sucede con más frecuencia entre los reli-
giosos que entraron en edad temprana al noviciado.
1. Posibles peligros que la vida de celibato o de casti- b) A nivel sicológico. Más frecuentemente todavía
dad consagrada puede presentar para la maduración es la falta de conocimientos sobre los aspectos sico-
de la personalidad. lógicos de la sexualidad, sobre la afectividad y el de-
2. La castidad como medio de realización personal y sarrollo sico-sexual humano. Es sorprendente cuánto
apostólica para el religioso (o sacerdote). ayudan por ejemplo, a los religiosos que participan en
3. En una tercera parte hablaremos sobre algunas las "convivencias" de sicología religiosa una simple
actitudes y medios para guardar la castidad. exposición clara y objetiva sobre "La sicología de las
motivaciones, y emociones humanas" complementada
con algunas normas prácticas para el manejo adecuado
I. PELIGROS QUE LA VIDA de las mismas. Un análisis de los elementos que inte-
DE CASTIDAD CONSAGRADA gran el fenómeno complejo de la experiencia emocio-
PRESENTA PARA LA MADURACIÓN nal, tal como puede hallarse en cualquier texto bueno
DE LA PERSONALIDAD de sicología general, suele disipar muchas dudas y dar
pie para comprender y manejar mejor la propia sexuali-
dad y la afectividad.
A. Incomprensión de la sexualidad humana
y del sentido del voto de castidad. c) A nivel religioso. Existe otra ignorancia más pe-
ligrosa y nociva, que lamentablemente se presenta con
A pesar de lo sofisticados y "corridos" que son los mayor frecuencia. Es la relacionada con el sentido
jóvenes de hoy en materias sexuales, se dan algunos exacto del voto de castidad y la razón de ser del celiba-
casos de sorprendente ignorancia, que suele manifes- to sacerdotal o religioso.
tarse en tres niveles diferentes: Si en una tertulia de amigos le preguntan a un sa-
a) A nivel biológico, en lo que se refiere a conoci- cerdote o religioso por qué no puede casarse, podría
mientos científicos claros acerca de la biología, la verse en apuros para contestar acertadamente. Si el

•;<;
54
tema se debate en una reunión social o entre los com- esto es contrario al voto de castidad. Ven en el amor
pañeros de trabajo o de universidad, él o ella se sen- conyugal solamente el placer de los sentidos. Otros
tirían inseguros en sus respuestas; vacilantes tal vez en han fundado la castidad sobre el desprecio a las
sus convicciones; cuestionados en sus actitudes; algu- mujeres y no ven que se puede amarlas sino por
nas veces fuertemente sacudidos en su opción por la pasión. Ellas son objeto de tentación y son peligro-
vida consagrada. sas" (Cruchon G, sj "Enquéte sur la chasteté, p 3).
No se trata solamente de una ignorancia teórica, Con este encuadre recortado, el amor se identifica
sino sobre todo de una falta de interiorización; no es fácilmente con el comportamiento sexual activo, de tal
tanto una carencia de ideas abstractas, sino sobre todo modo que sería preciso renunciar al amor para poder
de actitudes y realidades vivenciales. vivir el voto de castidad.
Como consecuencia de lo anterior, algunos reli- No es de extrañar que esta actitud negativa pro-
giosos, jóvenes, maduros y aun de edad avanzada, duzca una falta de gozo y dificulte el sano desarrollo
viven su castidad principalmente como una renuncia de la afectividad.
dolorosa. Los jóvenes, sobre todo al tiempo de ingre-
sar a la vida religiosa, tienen con frecuencia una con- Tiene razón un director espiritual, profesor de
cepción demasiado negativa y temerosa de la castidad. teología en Portugal, cuando recomienda enfatizar las
actitudes positivas en la formación de los futuros sa-
Así es imposible que su vida consagrada sea un cerdotes:
verdadero testimonio que atraiga a otras personas ge-
nerosas a emprender el camino que debe conducir a "Sería conveniente una formación más positiva y
una verdadera plenitud e irradiar felicidad. realista, donde se pudiera ver la sexualidad como
Con frecuencia se concibe la castidad de manera valor humano, que no disminuye la espiritualidad del
demasiado voluntarista y represiva, no solo de los hombre, sino que está consagrada, por el reino del
deseos sexuales, sino de todo amor profundo. Como lo Señor, en la alegría de una donación generosa, en
anota muy-bien un superior desde Malta: respuesta a una gracia y vocación, que no es dada a
todos... como lo ha hecho recientemente el Concilio"
"Para muchos, el voto se confunde más o menos con (Ibid. p 4).
la obligación de luchar contra el pecado de la carne.
Se les ha presentado la castidad como puramente Una concepción negativa de la castidad se manifi-
negativa y como una renuncia a todo amor humano esta otras veces en una actitud de resignación fatalista
profundo. Pero algunos se preguntan si esto agrada a que se doblega, ante una imposición de la Iglesia o de
Dios. Algunos tienen miedo de amar, pensando que la comunidad. La castidad es una obligación que se

56 57
tolera, o a lo más se acepta, pero que no se ama. El "En un mundo en que el amor está siendo vaciado de
celibato es el precio que hay que pagar para poder in- su plenitud, donde la desunión acrecienta distancias
gresar a una comunidad religiosa, para vivir y trabajar por doquier y el placer se erige como ídolo, los que
en ella o para ordenarse como sacerdote. El compro- pertenecen a Dios en Cristo por la castidad consagra-
miso de la castidad no es un tanto el resultado de una da serán testimonio de la alianza liberadora de Dios
decisión verdaderamente personal cuanto de una acti- con el hombre, y, en el seno de su Iglesia particular,
tud pasiva de resignación (cf Sacerdotalis coelibatus serán presencia del amor con el que "Cristo amó a la
n 11). Iglesia y se entregó a sí mismo por ella" (Ef 5,25).
Serán, finalmente, para todos un signo luminoso de
En estos casos, no carecería de todo fundamento la
la liberación escatológica vivida en la entrega a Dios
generalización injustamente repetida por algunos
y en la nueva y universal solidaridad con los hom-
sicoanalistas de que las personas célibes son seres bres" {Puebla 749).
imcompletos, frustrados y sicológicamente castrados.
Tales religiosos no han convertido en vida propia
la realidad de su consagración al Señor, como medio
B. Negación de la sexualidad
de realización personal y como fuente de fecundidad
apostólica al servicio del reino de Dios. Atrapados
ante la realidad de una dura renuncia no se elevan al Hasta ahora nos hemos referido a la ignorancia e
plano superior de la consagración a Dios y del aposto- incomprensión de la sexualidad humana y del sentido
lado, para descubrir el sentido pleno del voto de casti- del voto de castidad.
dad; para comprender el valor de signo escatológico; Pero, a veces el problema no es de falta de infor-
para penetrar en los aspectos profundos y positivos de mación, sino de actitudes equivocadas que se mani-
la castidad. Estos religiosos no han comprendido la fiestan en la dificultad que algunos experimentan para
necesidad de tener, "especialmente en estos tiempos aceptar plena y serenamente la propia sexualidad. Es
actuales, la conciencia de una elección hecha, libre, la inhabilidad para asumir el rol sexual de hombre o
explícita y magnánimamente, con comprensión de la de mujer y la dificultad para expresar de manera ade-
grandeza de la virginidad consagrada a Cristo" cuada y madura la propia actividad.
(Congr. Gen. SJ XXXI, D 16 n 6.a).
En tales casos, el yo se defiende de la angustia que
A estos religiosos o sacerdotes les convendría mu- le causan sus impulsos sexuales y de la amena7a de
cho meditar y tratar de convertir en vida propia el perder el control de los mismos, recurriendo al meca-
ideal que les presenta Puebla: nismo de defensa que se llama negación. A la nega-
ción, suele ir muy unida la represión del impulso y de

58 59
los sentimientos o manifestaciones afectivo-sexuales no solo por sus características sexuales primarias y
La negación y la represión son los mecanismos de de- secundarias, sino hasta la última célula del organismo
fensa preferidos para el manejo de la angustia.
y hasta las reacciones sicológicas más profundas de la
Usando un lenguaje plástico, podríamos hablar de personalidad, como son los sentimientos, las emocio-
cierto angelismo. El religioso o religiosa no se resigna nes, las actitudes y los intereses.
a persuadirse de que es hombre o mujer, con un espíri- Es peligroso ignorar cualquiera de los elementos
tu y un cuerpo; no se convence de que tiene un sistema que integran la sexualidad humana, sean de carácter
nervioso y unas glándulas endocrinas; experimenta biológico, afectivo o espiritual.
cierta vergüenza porque posee unos órganos genitales y
unas características sexuales secundarias; ignora el
hecho de que por su torrente sanguíneo circulan las C. El aislamiento emocional
hormonas sexuales y las secreciones hipofisiarias; se
angustia excesivamente ante el fenómeno natural de Otra manera inadecuada de manejar la afectividad
experimentar reacciones sexuales y específicamente es el mecanismo de defensa que se llama aislamiento
genitales. Trata de negar la realidad de que toda per- emocional. La angustia producida por el hecho de
sona normal, hombre o mujer, esperimenta una atrac- experimentar una fuerte atracción hacia las personas
ción fuerte y duradera hacia las personas del otro sexo; del sexo opuesto, por el peligro de perder el control de
que la afectividad vibra ante los estímulos de tipo afec- los impulsos sexuales, por las reacciones fisiológicas
tivo-sexual; que necesariamente tiene que sentirse de carácter genital, se maneja retirándose a un castillo
atraído, no solo a la unión afectiva sino física; no solo a cerrado que proteje a la persona contra toda relación
la unión de los corazones, sino también a la de los interpersonal profunda. Así se frustra la capacidad
cuerpos y que es muy natural y normal que esta unión afectiva y se mata en germen toda la amistad sincera y
cause placer sexual, el cual constituye una fuente de todo amor profundo.
atracción para todo adulto normal.
Con razón, Pablo VI previene a los sacerdotes
En el origen de este angelismo juega un papel contra este peligro, en su encíclica sobre El celibato
importante una educación rigorista, puritana, mani- sacerdotal:
queísta, recibida en algunos hogares, o en algunos
seminarios o cumunidades religiosas. "Hay quienes afirman con insistencia que el celibato
Para vivir una castidad madura es preciso no solo coloca al sacerdote en una condición física y sicoló-
conocer teóricamente sino aceptar de corazón el hecho gica antinatural, nociva para el equilibrio y la
madurez de la persona humana; de ella resulta, según
de que somos seres sexuados; uno es hombre o mujer
dicen, que con frecuencia el corazón del sacerdote se

60 61
seca, falto de calor humano o de plena comunión con D. Egoísmo
sus hermanos en su vida y en su destino, y es forzado
a un aislamiento del cual nacen la amargura y desáni- En hombres de edad madura, que han sido fieles a
mo" (Sac. coelibn 10). su voto de castidad y que en otros aspectos pueden
considerarse como buenos religiosos, uno de los peli-
Esta falta de autenticidad y de calor humano en las gros más frecuentes de la castidad o el celibato es el
relaciones interpersonales, ha sido señalada por el si- volverse egoístas.
cólogo Erik Erikson como aislamiento que es el polo A este fenómeno lo podríamos llamar, en forma
opuesto al sentido de intimidad. gráfica, la sicología del solterón.
Cuando Erikson habla de intimidad se refiere a Sin una esposa, ni unos hijos propios por los cua-
mucho más que a solo "hacer el amor". La intimidad les cuidar, la personalidad del religioso que ha llegado
es la facultad de compartir y de sentir afecto por otra a la madurez cronológica, puede desembocar en lo que
persona sin el temor de perderse a sí mismo. El aisla- el mismo Erikson llamaría esterilidad o paralización.
miento es, por el contrario, el sentido de estar solo, sin La esterilidad, en la concepción evolutiva de Erikson,
tener con quien compartir y a quien querer. se opone a la generatividad de la persona sicológica-
"Es un huir de los contactos que llevan a la intimi- mente madura.
dad. Cuando el retraimiento llega a ser patológico, La generatividad, que es signo de madurez, con-
pueden aparecer severos problemas de carácter que siste en la "capacidad de entregarse a sí mismo en el
interfieren con el amor y el trabajo, y ello basado a encuentro de los cuerpos y de las mentes"... "consti-
menudo en fijaciones infantiles e inmadureces persis- tuye primeramente el interés de establecer y guiar a la
tentes" (Erikson: "Ciclo vital", Enciclopedia interna- generación siguiente... Cuando este enriquecimiento
cional de las ciencias sociales p 311). falla, tiene lugar una regresión de la generatividad a
En la vida comunitaria este aislamiento dificultaría una necesidad obsesiva de seudo-intimidad, marcada...
las relaciones del religioso con los superiores, con los a menudo con un sentimiento penetrante (y la eviden-
compañeros de comunidad, con personas por quienes cia objetiva) de la paralización individual y de un em-
trabaja, especialmente cuando se trata de personas del pobrecimiento interpersonal" (cf Childhood and so-
sexo opuesto. Este aislamiento además de causar difi- ciety, c VIII).
cultades para la vida de comunidad, puede esterilizar, Todos conocemos muchos casos de hombres y
en buena parte, el trabajo apostólico. mujeres de edad que se vuelven exigentes, egoístas,
amigos de sus comodidades y del buen pasar, "cho-
chos", apegados a personas, oficios y lugares; teme-

62 63
rosos de una entrega generosa y sacrificada a los de- E. Castidad ambigua
más. Estos rasgos pueden acentuarse con el paso de
los años, pero no es raro que las primeras manifesta-
Otro peligro frecuente es de una actitud ambiva-
ciones se presenten en una edad relativamente tem-
lente, ante la castidad. Esta castidad ambigua consiste
prana.
en tratar de vivir la consagración, pero abrigando si-
Tales comportamientos, si ocurrieran entre per- multáneamente la añoranza de amores humanos y pla-
sonas casadas, pondrían en peligro la estabilidad y la ceres a los que renunció y acariciando la esperanza se-
armonía del hogar. Igualmente, obstaculizan la vida de creta de volver a poseer lo que se entregó en un mo-
comunidad y esterilizan el apostolado en la vida con- mento de generosidad o tal vez de romanticismo juve-
sagrada. nil...
Esta sicología del solterón puede encontrarse en la Se quiere vivir con un pie en el mundo y con otro
raíz de algunas defecciones tardías, sobre todo cuando en la religión. De manera más o menos consciente, se
se presenta la crisis de la edad meridiana. En algunos hace un pacto con la mediocridad, tratando de bordear
casos, esta actitud egoísta puede prolongarse por mu- imprudentemente el precipicio de la tentación, repar-
chos años, aun hasta la muerte y ser causa de grandes tiendo el corazón entre el amor espiritual y el amor
sufrimientos para el individuo y para los demás y con- más o menos sensual a las criaturas. Se quisiera per-
ducir a una lamentable esterilidad apostólica. manecer en la vida religiosa, pero disfrutando al mis-
Este estancamiento egoísta hace que el religioso mo tiempo de los afectos y placeres a que tiene dere-
permanezca atascado en los aspectos negativos de la cho la persona casada. En términos de espiritualidad
renuncia que supone la castidad, sin permitirle pro- ignaciana podríamos hablar de una actitud de "segun-
ducir los frutos positivos de una entrega gratificante, do binario" (cf Ejercicios espirituales n 154).
plena y generosa, ya que tales frutos solo pueden Esta actitud ambivalente pruduce una verdadera
cosecharse en el amor generoso a Cristo y la entrega a tortura sicológica en la persona que sufre desgarrada
los hermanos. entre dos fuerzas que tiran, como caballos desbocados,
El voto de castidad, que un día se hizo con sinceri- en sentido contrario.
dad al Señor, se puede ir convirtiendo, con el correr Es un fenómeno parecido a lo que Kelly y Festin-
del tiempo, en una carga pesada, que se soporta a ger han llamado "la disonancia cognoscitiva". Según
regañadientes, como una exigencia jurídica de una estos autores:
Iglesia institucional incomprensiva y dura para con los
más profundos sentimientos humanos. "Toda discrepancia entre los elementos cognoscitivos
produce un estado de desconfort, de angustia, de ten-

64
65
sión. Estas reacciones emocionales motivan al indi-
viduo para producir un comportamiento que tienda a Cuando se presentan problemas como la mastur-
reducir la discrepancia y asegurarse de que ésta no se bación, los enamoramientos, etc., el primer paso hacia
presentará en el futuro" (cf Maddi, Personality theo- la solución y (tal vez el más importante) consiste en
riesppl47y 162). despertar o reforzar esta actitud fundamental de com-
promiso generoso e irrevocable en la consagración
La tensión, el desconfort, la angustia, el descon-
completa al Señor.
tento no desaparecen hasta tanto que el individuo se
decida, de una manera radical y definitiva, por una de Sin esta actitud fundamental, la perspectiva en la
dos metas, que son mutuamente incompatibles. O se vocación es a la larga imposible. La vida de castidad
entrega de verdad a Cristo, con una actitud de gene- consagrada no puede vivirse a medias y con un cora-
rosidad incondicional, que le sirva de base para solu- zón dividido, sino como un ideal que se toma y por el
cionar los conflictos e ir poniendo remedio a sus debi- que se opta en forma definitiva, irreversible y gozosa:
lidades. O termina por abandonar su vocación.
Entretanto, seguirá con el corazón desgarrado, "Con este voto ofrecemos a Dios un corazón indivi-
viviendo en la mediocridad y en la amargura. Buscará so, un corazón capaz de aquella entrega en el servi-
compensaciones en comida, bebida, buena vida, diver- cio, que se asemeja a la caridad con que el mismo
siones, espectáculos, etc. Fomentará amistades "pega- Dios ama desinteresadamente a todas sus criaturas"
josas" con personas del mismo sexo o del sexo opues- (CG.SJXXXID. 11 n 26).
to. A veces se entregará a verdaderas "amistades par-
ticulares". La libertad en el trato con personas del sexo
opuesto, puede adquirir manifestaciones afectivas que II. EL CELIBATO SACERDOTAL
bordean abiertamente el peligro: citas, regalos, cari- Y LA CASTIDAD CONSAGRADA
cias, besos, fantasías, etc. El religioso camina por la COMO MEDIOS DE REALIZACIÓN
fácil pendiente de la tercera vía, hasta caer en un cierto
PERSONAL Y APOSTÓLICA
y doloroso enamoramiento.
Es increíble la capacidad de racionalizar de que se En esta segunda parte vamos a presentar aspectos
hecha mano en tales casos para justificar la propia positivos de la castidad y a recordar algunos medios
conducta. que ayudan a vivirla de una manera sicológica y esp¡-
Para vivir una castidad auténtica y gratificante es ritualmente saludable. No hay duda de que la castidad
indispensable llegar a una resolución básica de entrega religiosa vivida con alegría y madurez puede conver-
incondicional e íntima. tirse en un elemento valioso de realización personal y
apostólica.
66
67
A. El sentido y los motivos del celibato hablar sobre el celibato sacerdotal, el Papa enumera
y de la castidad consagrada.
tres clases de motivos:

No es este el lugar para hacer un tratado completo a) El sentido cristológico del celibato
de teología sobre la castidad consagrada. Pero cierta- "El sacerdocio cristiano, que es nuevo, no se com-
mente es de vital importancia para el religioso y el sa- prende sino a la luz de la novedad de Cristo, pontí-
cerdote tener un conocimiento exacto del porqué de su fice supremo y pastor eterno, que instituyó el sacer-
voto. Bástenos con recordar algunas ideas fundamen- docio ministerial como participación real de su único
tales. sacerdocio" (n 19). "La respuesta a este carisma divi-
Las razones de esta consagración especialísima al no tiene como motivo el reino de los cielos" (n 22).
Señor han sido bellamente sintetizadas por el decreto La virginidad es un testimonio dado a Cristo (n 23) y
"Perfectae Caritatis" del Concilio Vaticano (II Cn 12): ha sido considerada siempre en la Iglesia como
"signo y estímulo de la caridad" (n 24).
"La castidad por amor del reino de los cielos (Mt b) El sentido eclesiológico del celibato
19,12) que profesan los religiosos, ha de estimarse
como don eximio de la gracia, pues libera de modo El celibato es también una manifestación de amor a
regular el corazón del hombre (cf ICo 7,32-35) para la Iglesia (n 26). Desarrolla la capacidad para
que se encienda más en el amor de Dios y de todos escuchar la palabra de Dios y dispone a la oración.
los hombres, y por ello es signo especial de los bie- Prepara al hombre para celebrar el misterio de la
nes celestes y medio aptísimo para que los religiosos eucaristía (n 29). Da plenitud a la vida (n 30). Es
se consagren fervorosamente al servicio divino y a fuente de fecundidad apostólica (n 31 -32).
las obras de apostolado. De este modo evocan ellos c) El sentido escatológico del celibato
ante todos los fieles aquel maravilloso connubio, fun- "En medio del mundo, de tal manera absorbido por
dado por Dios y que ha de revelarse plenamente en las tareas terrestres y tan frecuentemente dominado
el siglo futuro, por el que la Iglesia tiene por espo- por la concupiscencia de la carne, el don precioso y
so único a Cristo" (Conc. vat. II Perfectae caritatis divino de la castidad perfecta por el reino de los cie-
nl2). los constituye precisamente un signo particular de los
bienes celestiales; proclama la presencia entre
Difícilmente podría hacerse una síntesis mejor nosotros de los últimos tiempos de la historia de la
sobre el sentido de la castidad consagrada. salvación" (n 34).
Otra exposición sólida y bella, la encontramos en
la encíclica "Sacerdotalis coelibatus" de Pablo VI. Al Observemos finalmente que el motivo más íntimo
y fuerte de la castidad consagrada, solo puede eiuon-
68
W
trarse en el amor personal a Jesucristo, en la adhesión Toda persona consagrada debe tener ideas muy
a la Iglesia y en la entrega al servicio del prójimo: claras y pleno conocimiento del sentido de la sexuali-
dad humana y de la castidad en su triple aspecto: bio-
"El motivo verdadero y profundo del celibato con- lógico, afectivo y espiritual.
sagrado es la elección de una relación personal más a) Aspecto biológico.: hoy más que nunca hay que
íntima y más completa con el misterio de Cristo y de tener ideas claras y conocimientos científicos de bio-
la Iglesia, por el bien de toda la humanidad; en esta logía, anatomía, fisiología y sicología, para llegar a
elección, los valores humanos más elevados pueden una elección libre, explícita y magnánima (cf Con-
ciertamente encontrar su más alta expresión" (Ibid greg. Gen. SJ XXXI, D. 16, n 6c).
n54).
Es verdad que toda persona humana es sexuada; es
cierto que la sexualidad tiene valores muy estimables
Solo cuando estas ideas se hayan convertido en
para la realización personal del individuo y para la
vida propia, será posible vivir la castidad perfecta con
conservación y progreso de la sociedad. Pero en un
esa actitud alegre, decidida, sin arrepentimientos ni
mundo supersaturado de erotismo, en el cual el sexo
añoranzas, que constituye el polo opuesto de la casti-
ha sido desmesuradamente enaltecido y colocado a la
dad ambigua.
cabeza en la escala de valores y en el que los medios
de comunicación social bombardean permanentemente
B. Actitud positiva ante la castitad los sentidos con propaganda de tipo sexual, hay que
saber aceptar que el impulso sexual es poderoso pero
Es importante inculcar actitudes positivas en la controlable.
formación de las religiosas y sacerdotes: El religioso tiene que aprender desde joven, el ma-
nejo de la sexualidad por medio de una sublimación
"La educación de la castidad ha de ser sincera, es sana del impulso sexual. Es importante distinguir entre
decir, fundada en la claridad y no en reticencias e el control de los impulsos, consciente, sereno y madu-
insinceridades; positiva, esto es, orientada sobre todo ro y una represión angustiosa y nociva.
a hacer madurar la sexualidad como un modo recto y
La continencia por sí misma no causa neurosis.
gozoso de amar y no solo de evitar las trasgresiones.
Ha de ser al mismo tiempo completa, orgánica y per- Así como la actividad sexual no es, por sí misma, la
sonalizada, o sea, adaptada a cada indivuduo en su panacea para alcanzar la maduración de la personali-
concreto y diferenciado desarrollo personal" (Orien- dad y el equlibrio afectivo.
taciones para la educaión en el celibato sacerdotal Es verdad que en personalidades inestables y pre-
n35). dispuestas a la enfermedad, la continencia puede tener

70 71
un carácter patógeno y hacer aflorar los síntomas de
conflictos latentes; pero lo mismo puede suceder en Es importante dejar muy claro que la única ma-
los casados que llevan una vida sexual activa. nera de compartir alegremente la cruz de Cristo es ele-
varse al plano superior de la consagración a Dios y al
Hay un hecho que tranquiliza mucho a los jóvenes apostolado, para desde allí descubrir el sentido pleno
religiosos, ya que contra facía non sunt argumenta. Es del voto de castidad.
la experiencia de tantos hombres y mujeres sanos,
maduros, equilibrados, felices y altamente productivos c) Aspecto espiritual: paternidad y maternidad: la
que viven con satisfacción y alegría su voto de casti- vida conyugal tiende a unir no solo a los cuerpos, sino
dad perfecta. también a la unión de dos almas. La persona sicológi-
camente madura reconoce y aprecia esta unión de los
Así, pues, el religioso debe aprender desde joven a espíritus. Reconoce también el valor profundo de la
defenderse contra los efectos angustiantes de una pro- paternidad y de la maternidad, como un bien personal
paganda seudocientífica acerca de los posibles efectos y social muy grande y como una purísima fuente de
nocivos de la continencia. realización humana.
b) Aspecto afectivo: no se trata de sofocar la afec- Habiendo renunciado a la paternidad o a la mater-
tividad, sino de controlarla, educarla, subliminarla. nidad física, el religioso y la religiosa que no llega a
Todo hombre normal experimenta un fuerte deseo ser padre o madre en el campo apostólico, quedaría
de intimidad. El valor del amor humano no puede recortado y viviría frustrado, con el peligro de refu-
negarse ni desconocerse. La mayor parte de las per- giarse en lo que hemos llamado la sicología del sol-
sonas consagradas experimentarán posiblemente un terón o sea en la esterilidad sicológica de que nos
vacío afectivo, al menos en determinados momentos y habla Erikson.
situaciones de la vida, que ni la caridad ni el apostola-
do podrán llenar íntegramente:
C. Actitud sana hacia
las personas del otro st'xo
"Nuestra consagración a Cristo lleva consigo una
renuncia definitiva y la soledad del corazón: Esto
forma parte integrante de la cruz que Jesús nos ofrece Un buen número de jóvenes creen hoy, para su
en su seguimiento, nos asocia íntimamente al miste- maduración y realización personnl en la vida de casti-
rio pascual, y nos hace partícipes de la fecundidad dad consagrada, es necesario teme relaciones de amis-
espiritual que de él dimana" (CG. SJ XXXI, D. 16, n tad íntima con personas de ambo* sexos (cf Cruchon:
5). "Enquéte sur la chasteté"). A vec os buscan con avidez
toda clase de experiencias.

72
73
Pero a pesar de tales experiencias, algunos con- III. ACTITUDES Y MEDIOS
tinúan siendo muy inmaduros, porque no son las expe- PARA GUARDAR LA CASTIDAD
riencias las que hacen madurar automáticamente la
personalidad, sino la manera como el individuo las Ciertamente la vida de todos los seres humanos, in-
aprovecha para integrarlas en su personalidad. cluidos los sacerdotes y religiosos, tiene que probar al-
Una castidad madura tiene que lograr el equilibrio gunas veces la amargura de los sufrimientos, de las ten-
armónico y sereno entre dos extremos igualmente da- taciones y de los sacrificios. Pero Dios quiere que los
ñosos. Por un lado, cierto temor angustioso e inseguri- religiosos vivamos alegres no solamente en la otra vida,
zante ante la persona del sexo opuesto; por el otro, una sino también en la presente; que las personas consagra-
peligrosa familiaridad. das vivamos plenas y realizadas con el voto de castidad.
La actitud madura es serena, sencilla, espontánea, Algunas personas parecen disfrutar con la con-
y está tan lejos de una mojigatería puritana, como de ciencia de una cierta "vocación de víctimas"; como
los riesgos innegables de quien bordea la tercera vía. tales "soportan" el celibato. No viven felices; y atri-
El trato prudente y moderado con la familia, la amis- buyen su actitud de mártires a la voluntad de Dios,
tad prudente y religiosa con personas del sexo opues- que los ha escogido... Debemos ser muy cautos cuan-
to, las experiencias apostólicas gradualmente asumi- do se trata de discernir entre una tentación o prueba
das y con la debida dirección de los superiores, pue- enviada o permitida por Dios y ciertas tendencias
den ser medios muy valiosos para adquirir esa actitud sado-masoquistas de carácter más o menos morboso.
sana ante el otro sexo: La castidad no debe producir hombres o mujeres
"Como fruto apostólico precioso del amor de recortados, "castrados", según la cruda expresión freu-
amistad vivo y pujante puede contarse ese trato ma- diana.
duro, sencillo, no angustioso, con las almas —hom-
bres o mujeres— con las que tratamos por razón de "El voto de castidad —advierte la Congregación gener-
nuestro trabajo en la edificación del cuerpo de Cristo" al XXXI a los jesuítas—, con la condición indispensa-
(CG, SJ XXXI, D. 16,n8.b.). ble de que se acepte humilde, alegre yfirmemente,no
mutila la propia personalidad ni obstaculiza la unión y
En esto, como en muchos otros aspectos de su per- el diálogo, sino que al mismo tiempo que amplía nues-
sonalidad, tenemos un modelo perfecto en san Ignacio, tra capacidad afectiva nos une fraternalmente a los
quien "de tal manera trasfundía toda su personalidad, hombres y nos lleva a un amor más pleno" '.
que sus compañeros eran para él verdaderos amigos y
con su afabilidad tan personal condujo a Dios innu- 1. Anónimo. Congregación general SJ: Documentos. Zaragoza:
merables hombres y mujeres" (Ibid. D. 16 n 8.a.). Hechos y Dichos. 1966, D. 16, n 5.

74 75
Por otra parte, el control de la sexualidad, como de
indeseables; también han demostrado su utilidad para
las demás emociones y sentimientos humanos, no es
muchos asesores espirituales y sicológicos.
un esfuerzo exclusivo del hombre y la mujer célibes.
Todo ser humano, que pretenda llevar una vida digna,
tiene que controlar sus temores, angustias, tristezas A. Tres actitudes fundamentales
alegrías. Especial dominio demandan las tendencias (cf figura 1).
agresivas y sexuales porque son dinamismos especial-
mente poderosos, capaces de producir incalculables Para guardar la castidad consagrada, hay que inte-
efectos benéficos o nocivos, según el uso y canaliza- grar tres actitudes igualmente fundamentales y no
ción que se les dé; son como el fuego, el agua, la ener- siempre fáciles de armonizar. Tratemos de explicarlas.
gía nuclear, los cuales pueden producir tragedias aso-
ladoras, o convertirse en maravillosos aliados para la
la. Serenidad
supervivencia y el progreso de la humanidad. Todo ser
humano, sea soltero o casado, niño, joven o viejo,
Una nota característica de la madurez afectivo-
hombre o mujer, seglar o religioso necesita controlar
sexual es la relativa serenidad ante las realidades del
su sexualidad, pero naturalmente el control de la se-
sexo. Sucede con frecuencia que los estímulos eróti-
xualidad reviste modalidades diferentes en quien ha
cos, los impulsos o reacciones fisiológicas de carácter
hecho profesión de perfecta continencia que en la per-
genital, el peligro de ceder ante las tentaciones, son
sona casada la cual puede encontrar la satisfacción
causa de angustia para algunas personas, especialmen-
afectivo-sexual en el marido o la esposa.
te durante la adolescencia y juventud. A medida que la
Esta última parte del capítulo está destinada a ex- persona vaya acostumbrándose a aceptar y controlar
poner algunas ideas sencillas pero prácticas sobre tres su sexualidad, con una actitud tranquila, se irá facili-
actitudes básicas y algunos medios naturales y sobre- tando el auto-control. Es importantísimo el aceptarse
naturales que pueden ayudar a la guarda de la castidad uno mismo como ser sexuado. El cuerpo humano ha
consagrada. La experiencia de muchos centenares de sido creado por Dios y no hay en él ninguna parte
mala o menos noble; ni "menos honesta", ni mucho
sacerdotes, religiosos y seminaristas que han participa-
menos "deshonesta", como se expresaban antigua-
do en talleres y seminarios sobre madurez integral,
mente algunos moralistas con expresiones de sabor
dirigidos por el autor, han probado la utilidad y efica-
maniqueo.
cia de las mismas, tanto para las personas que viven
fiel y maduramente su castidad, como para aquellas Dentro de una gran paz, la persona madura podría
que se encuentran envueltas en dificultades o hábitos expresar sus actitudes sexuales en estos o parecidos
términos: "Tengo un cuerpo de hombre (o de mujer)

76 77
con sus glándulas y sus hormonas; con un sistema
DIOS nervioso autónomo que no depende directamente de la
voluntad; con unos órganos reproductivos, aptos para
excitarse ante los estímulos eróticos. No soy menos
puro, ni mi entrega al Señor es menos sincera, por el
GRACIA hecho de experimentar un fuerte atractivo hacia las
personas del sexo opuesto, o porque experimente muy
profundamente las llamadas del cariño humano, del
placer, o la atracción hacia la paternidad (o la mater-
Caridad fraterna nidad) física. Simplemente, soy un hombre (o una
Trabajo apostólico
vida comunitaria mujer) normal. No he renunciado al matrimonio por
Descanso escapismo, ni por menosprecio, ni porque no me gus-
"Hobbies" Madurez integral ten las mujeres (o los hombres), sino "por el reino de
AMISTAD los cielos" o por un amor personal muy grande a la
Higiene mental persona de Cristo y a su Iglesia y a mis hermanos los
hombres". Si la persona logra esta sencillez, tranquili-
dad, naturalidad, ha dado un paso definitivo hacia la
conquista de la castidad madura.
Gradualmente se irá acostumbrando con serenidad
y sin mayores problemas a afrontar situaciones, per-
sonas o amistades, que le perturbarían, le estimularían
y aun le harían tambalear, cuando la bruma de la an-
gustia oscurece todo el panorama. Serenamente afron-
tará las ocasiones y peligros que razonablemente no se
pueden evitar, en este complicado mundo supereroti-
zado en que ordinariamente se mueve un ser humano,
para llevar una vida normal y un apóstol por su misma
vocación apostólica.
Nunca se recalcará suficientemente la idea de que
la formación para la castidad tiene que tener un enfo-
que integral, o sea, dentro de un marco general de

Figura 1.
79
78
madurez de la personalidad, especialmente en el aspec- mano al fracaso. No hay un verdadero propósito de
to afectivo-sexual. No se debe nunca centrar la aten- obtener una meta ardua, sino veleidades con las que
ción en una lucha frontal contra las tentaciones carna- quizás se trate de tranquilizar la conciencia y que san
les, sino en factores tales como la maduración de la Ignacio de Loyola retrató en la actitud de aquel par de
personalidad, una intensa vida espiritual, la entrega hombres del "primer binario" que "querría quitar el
entusiasta al trabajo apostólico, la caridad fraterna, el afecto que a la cosa adquirida tiene, para hallar en paz
deporte, la higiene mental y corporal, etc. a Dios nuestro Señor y saberse salvar, y no pone los
medios hasta la hora de la muerte" 2.
2a. Generosidad incondicional en la opción Distingamos dos clases de personas; a) las prime-
ras son aquellas que han guardado fielmente el voto de
Es la decisión firme, irrevocable, definitiva de per- castidad; b) la segunda clase son las personas que han
manecer fiel a Dios hasta la muete, que no da lugar a tenido sus tropiezos, sus caídas, quizás están enredadas
vacilaciones; es una opción fundamental, que se tomó en una amistad compensatoria de carácter ambiguo o no
una vez para siempre y que se va realizando en el dia- han logrado superar la etapa del auto-erotismo. Pero su-
rio batallar de cada día, sin dar lugar a miradas retros- ponemos que ambas han logrado llegar e esta opción
pectivas, como las de quien echa mano al arado y firme y radical de generosidad y han decidido guardar
vuelve a mirar lo que dejó atrás con ciertas secretas con fidelidad y radicalidad su consagración a Dios.
añoranzas.
a) Quien ha guardado fielmente su voto, encuentra
Al emitir la profesión perpetua o al recibir al dia- en esta decisión, renovada cada día, la roca para per-
conado el religioso o el sacerdote le entregó al Señor, manecer fiel y afrontar las inevitables luchas de la vi-
para siempre, el cuerpo, el alma, el corazón y los sen- da. Apoyándose en esta opción y la motivación que de
tidos. Esa entrega generosa no admite rapiñas en el ella brota, avanzará decididamente, aunque eventual-
holocausto. La generosidad incondicional es exacta- mente tenga sus imperfecciones, especialmente tratán-
mente lo contrario de lo que hemos llamado "castidad dose de actos no deliberados ni plenamente admitidos.
ambigua". Es una actitud íntegra, total, sin arrepen- El camino está abierto hacia una consagración cada
timiento. día más plena y satisfactoriamente vivida. Es la dis-
La experiencia demuestra que, sin esta decisión posición de que habla san Ignacio en la tercera clase
básica, es inútil cualquier labor pastoral para curar un de hombres, los de la absoluta generosidad. El reli-
mal hábito. Cualquier esfuerzo para corregir v.gr. un gioso ha encontrado la palanca y el punto apoyo que
hábito masturbatorio, o para romper un enamoramien-
2. Loyola san Ignacio de, Ejercicios espirituales, n 153, ¡n thesaurus
to o una amistad peligrosa, están llamados de ante- spíritualis Societatis fesu. Santander Typís Aldus 1950.

80 81
buscaba el filósofo para mover el mundo; ha dado el No hay dos momentos idénticos en la vida huma-
segundo paso decisivo hacia la superación definitiva. na, ni dos circunstancias iguales. En cada situación, la
b) La segunda clase de personas que luchan contra persona consagrada, a la luz de la fe y la oración, ha
dificultades no superadas, una vez que se deciden de de ir aplicando un delicado y difícil proceso de discer-
verdad a buscar, a cualquier precio, la meta de la casti- nimiento para ver qué es lo que Dios quiere de ella.
dad perfecta y a poner los medios eficaces para lograr- Así, por ejemplo, una amistad enriquecedora y límpi-
lo, están avanzando por muy buen camino. Lograda da se puede enturbiar con el paso del tiempo y conver-
esta decisión firme, no andarán bordeando impruden- tirse en un obstáculo para la entrega a Dios. El discer-
temente el peligro, ni jugando con la tentación, ni nimiento facilita a la persona plantearse algunas pre-
midiendo mezquinamente los límites entre pecados guntas que deben afrontarse con absoluta sinceridad
leves y pecados graves. Pueden ocurrir caídas, debidas para consigo mismo, para con Dios y para con los de-
a la fuerza del mal hábito, a la humana fragilidad o al más: ¿Me conviene esa amistad? ¿Es compatible con
ardor de las pasiones; pero si de la decisión fundamen- mi entrega al Señor? Tal lectura, tal revista, tal pelícu-
tal se mantiene firme e inconmovible, irá avanzando la, tal espectáculo, aquel estudio, ¿los estoy buscando
poco a poco, gradualmente y la lucha será cada vez sinceramente por Dios y en razón de mi apostolado?
más llevadera y tranquila. Si a la sinceridad ante lo sexual y a la generosidad
Tanto el interesado, como sus formadores y aseso- total con Dios se añade el discernimiento espiritual
res espirituales, tienen que tener presente que en la sincero, se evitarán los peligros de las racionalizacio-
lucha por la castidad perfecta rige la ley de la gradua- nes, compensaciones y otros mecanismos de defensa,
lidad. Un hábito inveterado no se cambia en un día; la tan frecuentes en este campo de la sexualidad.
pureza total no se logra sin penosos y largos esfuerzos. Sobra decir que estas tres actitudes fundamentales
Por lo tanto, a la firmeza debe unirse la paciencia, la no se pueden lograr si la persona no ha conseguido
confianza en sí mismo y en los recursos insospechados una gran madurez afectiva y un profundo espíritu de
que cada uno posee, y la esperanza en el poder de la fe. No insistimos más en estos dos puntos, porque son
gracia divina. las ideas centrales de todo este libro.

3-. El discernimiento espiritual

Asentados los dos pilares de la serenidad y la ge-


nerosidad, se puede ya tender el puente que los une y
armonice: el discernimiento espiritual.

82 83
B. Ayudas de la sicología sibilidades que tienen para manejarlo. Así, por
para el control de la sexualidad ejemplo, un niño frágil e indefenso que llora de
hambre despierta la ternura en una mujer; una jo-
Podríamos hablar de medios naturales, basados en ven hermosa es atractiva para un muchacho; un
los conocimientos científicos. transeúnte se siente amenazado en su vida o en sus
bienes por el ladrón que trata de robarle o de ma-
a. Elementos de una emoción
tarle.
Arnold define la emoción como:
2. Percibido el estímulo, necesariamente brota en el in-
"la tendencia que se experimenta hacia algo intuitiva- dividuo una tendencia o impulso: de aproximación
mente apreciado como bueno (benéfico), o a evitar o rechazo. Es un cambio en la preparacción para la
algo apreciado como malo (nocivo). Esta atracción o acción. Si el estímulo se percibe como atractivo, el
aversión va acompañada de un patrón de cambios impulso será de aproximación; será una tendencia al
fisiológicos organizados para aproximarse o alejarse ataque o la huida, cuando el estímulo es amena-
(del estímulo). El patrón es diferente para emociones zador.
diferentes"3.
3. Por acción del sistema nervioso central y del sis-
tema nervioso autónomo y de las glándulas endo-
Un sencillo análisis de los elementos que inter-
crinas, se experimenta un conjunto de reacciones
vienen en cualquier emoción, ha ayudado a muchas
fisiológicas muy variadas: sudor en las manos, dila-
personas a lograr una mejor comprensión y un manejo
tación de las pupilas, aceleración del ritmo cardia-
más maduro de la sexualidad. Aunque en la realidad la
co, rubor o palidez en el rostro, alteraciones en la
emoción se presenta como un complejo fenómeno en
tensión arterial y en ritmo respiratorio, lágrimas,
que todos estos elementos se mezclan inextricable y
etc.
casi simultáneamente, en el fenómeno emocional se
puede distinguir los siguientes elementos: 4. Estamos entonces ante una experiencia subjetiva
única, sumamente personal, muy difícil de des-
1. El individuo percibe un estímulo, interno o externo,
cribir, que solemos llamar "rabia", "miedo", "triste-
que es apreciado como algo que lo afecta personal-
za", "alegría", "celos", "emoción erótica", etc.
mente; como algo atractivo o como algo ame-
nazante; el evento se evalúa tanto por su relevancia 5. La emoción se manifiesta externamente por la ex-
respecto al individuo, como en relación con las po- presión del rostro, por los movimientos de brazos y
piernas, por la postura corporal, por el tono de la
3. Arnold, M. Emotion and personalily. New York: Columbia
University Press. 1960. p 182. voz, etc.

84 85
6. Como la emoción constituye una poderosa moti- modificar su apreciación acerca de la importancia de
vación para la acción, se seleccionan finalmente los mismos, del grado en que le afectan personalmente
determinados comportamientos entre los muchos y sobre la propia capacidad de controlarlos. En ciertos
posibles: la madre acaricia y alimenta al bebé, o casos se puede lograr suprimir el impulso, de tal modo
impacientemente le demuestra su rechazo; el joven que desaparezca de la conciencia o al menos desmi-
habla, abraza o besa a la muchacha, o se retira y de- nuya su intensidad. Indirectamente se puede intensifi-
cide continuar fiel con su novia antigua: el hombre car o disminuir la excitación fisiológica y la expresión
se defiende contra el ladrón en una reacción de ata- emocional. Por último, y es el punto más importante,
que o si éste es demasiado fuerte, la víctima escoge normalmente existe la capacidad de regular los pro-
más bien escapar y huye ante el peligro, etc. pios comportamientos.
Pero si tomamos en cuenta los elementos de una
b. La regulación de las emociones
emoción, veremos que hay tres elementos sobre los
Una persona madura es la que obra racionalmente, cuales es más directo el control voluntario de las emo-
o sea aquella cuyos comportamientos están regulados ciones: sobre los estímulos principalísimamente; en
por la razón y no flotan caprichosamente zarandeados algún grado, sobre la expresión emocional; normal-
al vaivén de los sentimientos y emociones. mente sobre los comportamientos. Es mucho menor la
Es verdad que cualquier tratado de teología mo- capacidad de control en cuanto a la tendencia misma
ral" enumera "las pasiones", como uno de los factores de atracción o repulsión, a las repercusiones fisioló
atenuantes de la responsabilidad, porque pueden dis- gicas y a la experiencia subjetiva de placer o de dis-
minuir y aun suspender temporalmente el uso de la gusto.
razón y de la libertad. Pero ordinariamente, el hombre Esta "acción reguladora" puede ocurrir en cual-
conserva su libertad para actuar de una manera o de quier emoción y, por consiguiente, se aplica también
otra, para poner una acción o no ejecutarla, para es- al control de la sexualidad. El punto clave está pri-
coger entre varios comportamientos alternativos, aun meramente en el control de los estímulos eróticos; en
bajo el impulso de una emoción (los autores espiritua- segundo lugar, en el manejo de los comportamientos;
les emplearían aquí el término "pasión"). y en algún grado, sobre la expresión emocional.
La acción reguladora, magistralmente expuesta
por Fridja, puede ocurrir en cualquiera de las fases c. control de los estímulos
descritas; uno puede buscar los estímulos o evitarlos; Hay muchísimos estímulos eróticos que no se
pueden razonablemente evitar en una vida normal de
4. Arregui, AM & Zalba M. Compendio de teología moral. Bilbao: trabajo apostólico. Puede tal vez ser admirable, pero
El mensajero. 1951, n 14.

86 87
ciertamente muy poco imitable y nada recomendable
y al mismo tiempo pretender frenar la emoción sexual
desde un punto de vista de la salud mental, el ejemplo
en la última etapa, cuando ya los comportamientos
de san Simeón el Estilita, de quien cuentan las cróni-
externos están a punto de desbordarse y resulta
cas que, en el siglo IV, se retiró al desierto con el fin
extremadamente dificultoso el control de la excitación
de escapar a las tentaciones de la carne y del mundo y
genital.
pasó larguísimos años subido en una columna... Pare-
ce que hubo muchos monjes estilistas en los siglos VII Una comparación puede ayudar a comprender lo
y VIII, especialmente en Siria. Probablemente, en tan absurdo de esta actitud ambivalente. El organismo po-
aterradora soledad, no faltaban las tentaciones, prove- dría compararse a un automóvil que tiene un acelera-
nientes al menos de los estímulos internos que se lla- dor (la rama simpática del sistema nervioso autóno-
man "hormonas" y de las fantasías de la imaginación, mo cuya acción es principalmente estimulante); un
la cual constituye la fuente principalmente de estimu- freno (la rama parasimpática, encargada de restablecer
laciones eróticas. la homeóstasis en el organismo) y un timón (el control
voluntario con influjo córtico-cerebral). Se trata de
El peligro de obsesionarse con el sexo, con tales una simple comparación, que ilustra, pero que no se
actitudes, no puede pasar inadvertido ante la sicología puede aplicar literalmente en todos sus detalles *.
moderna. Un control racional, sereno y maduro, es
algo completamente distinto de los mecanismos de ne- Pretender guardar una castidad ambigua sería
gación y represión, cuyo destructor influjo fue tan en- como aplicar el freno en el último metro de terreno
fatizado por el padre del sicoanálisis. Es absurdo y firme antes del abismo, cuando el coche va corriendo
contraproducente ver peligro en todo; se caería fácil- a 100 kilómetros por hora; marchar a toda velocidad
mente en una verdadera obsesión sexual. Tal actitud con el acelerador hundido hasta el fondo (la rama sim-
sería axactamente la contraria a la serenidad que he- pática del sistema nervioso autónoma cuya función es
mos puesto como pilar fundamental para la guarda estimulante) y al mismo tiempo apretando el pedal del
madura de la castidad. freno con todas las fuerzas (la rama parasimpática y
los controles córtico-cerebrales que inhiben la acción
Por otro, lado, sería altamente nocivo y martiri- externa).
zante para su víctima, pretender vivir una castidad am-
bigua, nadando antre dos aguas y buscando impruden- Tal remedo de castidad, la castidad ambigua es un
temente estimulaciones innecesarias en materia de mi- absurdo sicológico, que puede dar origen a mucho
radas, espectáculos y diversiones, conversaciones y
lecturas, amistades y demostraciones de afecto y sobre * Es sabido, por ejemplo que el parasimpático causa la erección del
todo en el vagar de la fantasía y en el soñar despierto; pene en el hombre y la lubricación vaginal en la mujer, mientras que la
eyaculación y el orgasmo son regulados por acción de la rama simpática.

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estrés y a serios trastornos de personalidad; y es tam- No solo se puede atender selectivamente a ciertos
bién un absurdo, desde el punto de vista de la espiri- estímulos, dejando otros en la penumbra de la concien-
tualidad, como muestra de profundo egoísmo total- cia, fuera del foco de la atención, sino que también es
mente opuesto a la entrega generosa que implica la posible modificar la apreciación acerca de la importan-
castidad consagrada. cia que para él tiene el estímulo y sobre la propia
El control de los comportamientos será tanto más capacidad para controlar sus impulsos. Así, por ejem-
dificultoso, cuanto más intenso haya sido el proceso plo, una persona puede supervalorar el sexo como algo
previo. Con los estímulos que acaecen espontánea- importantísimo e imprescindible para su felicidad per-
mente, sin necesidad de buscárselos, tenemos lucha sonal, mientras otro lo coloca en un lugar subordinado
suficiente. No conviene echarle leña al fuego, si uno en su jerarquía de valores; un individuo puede minus-
no quiere perecer abrasado entre las llamas... valorar su fuerza de voluntad y creer que no puede con-
trolarse, mientras el otro que tiene auto-estima más ele-
Al hablar de la regulación de las emociones, desde vada, cree y siente que es el dueño de su propia vida y
un punto de vista puramente científico, Fridja5 anota el señor de sus comportamientos, como un jinete que
que los estímulos emocionales se pueden regular de guía con seguridad el caballo brioso en que va cabal-
varias maneras: por ejemplo, aproximándose a ellos gando por la vida. En este sentido, habla Fridja de una
e intensificándolos o evitándolos y disminuyendo su re-apreciación de la situación, como una manera ade-
impacto. Algunos ejemplos: un hombre puede mirar o cuada y sana de manejo intra-síquico de los estímulos.
dejar de mirar una película; puede fomentar y escu-
char determinadas conversaciones o no fijar en ellas d. La imaginación
su atención; puede entretener fantasías eróticas, así
como puede ocupar su imaginación con otro tipo de El control se refiere no solo a los estímulos exter-
imágenes distractivas, interesantes, agradables. nos que vienen directamente a través de los sentidos
de la vista, del tacto, del oído, etc., sino muy princi-
La atención tiene un carácter selectivo, o sea, que palmente se refiere a los estímulos internos, prove-
de la infinidad de estímulos que permanentemente nientes de los pensamientos, recuerdos y fantasías de
bombardean los sentidos, uno atiende selectivamente a la imaginación. Este último punto, el control de la
unos pocos. Así, uno puede seleccionar la información imaginación —anotado por Frijda— es de capital
que estimula sus emociones de rabia, de tristeza, de importancia para la madurez sexual.
temor, de erotismo.
e. Los comportamientos
5. Fridja, N H., The emolions. Cambridge: Cambrige University Los comportamientos son ordinariamente contro-
Press. 1987. cap 8 "Regulatio", p 401 — 453.
lables, aunque esta afirmación tiene sus excepciones y

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91
sus grados. Ante una emoción que se despierta espon- (en parte involuntaria y en parte voluntaria) y los com-
táneamente, el individuo puede tomar actitudes muy portamientos, que normalmente son controlables por
diversas: disfrutarla voluntariamente y complacerse en la voluntad.
ella ("consentir"), o rechazarla con la conciencia tran-
quila de que "sentir no es consentir"; actuar de acuer- Existen otros mecanismos de defensa que se pue-
do con los impulsos (v.gr. masturbándose, o realizan- den emplear para el manejo intra-síquico de las emo-
do un acto sexual) o bien absteniéndose de tales com- ciones, pero son menos sanos y nada recomendables
portamientos. La intensidad de muchas emociones se porque incluyen cierto grado, más o menos serio de
puede atenuar o intensificar, mediante la acción volun- defensividad, v.gr. el desprendimiento o aislamiento
taria sobre los mismos comportamientos. La respuesta emocional, la intelectualización, etc. Entre los más
comportamental es apta para generar nuevos estímu- peligrosos y patógenos se cuentan la proyección, la
negación y sobre todo la represión.
los, que, a su vez, producen nuevas respuestas emo-
cionales; es un proceso circular que se podría llamar el Se puede concluir ya, que las últimas enseñanzas
ciclo de la escalada. Así sucede con la rabia, los celos, de la sicología científica acerca del control de los estí-
el sexo, la tristeza, la alegría, etc. mulos, viene simplemente a corroborar lo que enseña
la ascética y la espiritualidad tradicional cuando reco-
f) La expresión emocional miendan una cierta austeridad de vida y una disci-
El control emocional también se puede ejercer so- plinada guarda de los sentidos.
bre la expresión emocional aunque en grado menor. Las normas ascéticas tradicionales son todavía
La joven que se siente atraída y admirada por un mu- más necesarias en nuestro tiempo:
chacho puede ruborizarse, sentir que los latidos de su
corazón se aceleran, expresar su emoción en mil indi- "Atendiendo también a nuestra fragilidad, compañera
cios sutiles del rostro o de sus movimientos corpora- inseparable en la evolución del amor casto, desde la
les; se trata de simples reacciones involuntarias, regi- juventud hasta la ancianidad, no podemos en modo
das por el sistema nervioso autónomo y por las glán- alguno olvidar las normas ascéticas que la experien-
dulas endocrinas, sobre las cuales no tenemos un con- cia de la Iglesia ha consagrado y que los actuales
trol directo de la voluntad. peligros de la castidad exigen hoy más que en otros
tiempos" 6.
Pero sí está en manos de esa muchacha el sonreír,
mirar con ternura, dejarse coger la mano, abrazar o Una cierta austeridad de vida es indispensable
besar y otras expresiones de cariño. No parece fácil para templar el carácter y proteger la castidad. Como
establecer un límite claro entre la expresión emocional
6. Congregación general XXXI SJ n 8. d.

92 93
lo recomendaba hace muchos años William James, es a. un profundo espíritu de fe constituye la razón
preciso "mantener viva y dispuesta la capacidad para de ser y el único fundamento sólido en que
el esfuerzo", mediante la propia disciplina. puede apoyarse el celibato consagrado a Dios.
"Esta fe viva es el medio único para poder enten-
der existencialmente el sentido y el valor de ese su-
3. Medios sobrenaturales
blime amor que por la consagración de toda nuestra
personalidad con todos los elementos propios, la asu-
Podríamos distinguir tres clases de celibato, de me plenamente y trasciende todas sus reacciones, aun
acuerdo con los motivos que lo originan: a) el celibato las naturales7.
del solterón, que no se casa por motivos egoístas, o por
miedo a la mujer, o por dificultades de relación inter- Sin esta fe, existencialmente vivida, la castidad
personal, etc.; b) el celibato profesional, de quien se consagrada sería una simple renuncia absurda; los reli-
consagra de tal modo a su trabajo, que no le queda giosos podrían aplicarse la expresión de san Pablo
tiempo ni interés para pensar en el matrimonio; y c) el pronunciada en un contexto muy diferente; seríamos
celibato consagrado, libre y conscientemente elegido "los más miserables entre todos los hombres" (ICo
por un motivo religioso. 15,19).
Para abrazar y vivir una vida de celibato consagra- b. Amor personal a Jesucristo y devoción a María
do, los medios naturales basados en la sicología cons- Como dijimos antes, el motivo primero de la casti-
tituyen una ayuda muy eficaz, pero de ninguna manera dad evangélica tiene que ser el amor personal a Jesu-
son suficientes. Los medios espirituales son evidente- cristo, que se manifiesta en un total compromiso de sí
mente los principales para salvaguardar la castidad mismo a él y se concreta en una vida enteramente de-
consagrada. Sin ellos sería posible, a lo más, un celi- dicada al amor y al servicio del prójimo en el aposto-
bato profesional, pero nunca una vida auténticamente lado.
consagrada. Hay que evitar a toda costa el peligro de
caer en un voluntarismo naturalista. Donde comienza Es preciso cultivar con empeño y pedir cada día la
la acción de la gracia divina, el sicólogo tiene que gracia inapreciable de una íntima amistad y de un
ceder la palabra a los teólogos. Los medios espiritua- amor personal a Jesucristo. Sin este amor es imposible
les que vamos a enunciar son los que tradicionalmente tratar de vivir una castidad plenificante.
han venido recomendando los maestros de ascética y Intimamente unida a Jesucristo, en el plan de la
espiritualidad. redención y en la economía salvífica de Dios, estuvo y

7. Ibid. n 6. a.

94 95
está la santísima Virgen María. Ella con su virginal serenidad y generosidad y para practicar un verdadero
entrega alcanzó la fecundidad divina. Ella ayuda el discernimiento.
religioso a vivir plenamente su entrega casta y a ser Aunque diferentes del sacramento de la reconci-
espiritualmente fecundo. Todo religioso debe sobre- liación, la dirección espiritual y la claridad de con-
salir en el amor y devoción humilde y sencilla a Ma- ciencia están estrechamente unidas a él. Ambas son
ría, que lo lleve a imitar su pureza virginal y le obtiene fundamentales para la vida de castidad, no solo en la
con su valiosa e indispensable mediación la gracia de juventud, sino durante toda la vida.
imitarla en una entrega total, alegre y madura a Dios y
a los hermanos con una fecunda paternidad (o mater- Pero si de parte del dirigido se requieren claridad,
nidad) apostólica. sinceridad y docilidad, no es menos necesaria la ma-
durez humana y religiosa por parte del asesor espiri-
c. Vida de oración y sacramentos tual, de los superiores y formadores. Una actitud per-
Para una perseverancia hasta el fin, es preciso: sonal serena, positiva y madura en los formadores, son
un elemento de formación más importante que las pa-
"Fortalecer continuamente la vitalidad de la fe pri- labras.
mera por medio de una íntima familiaridad con Dios,
por la contemplación de los misterios de Cristo, por Sería peligroso poner como formadores de los
una asimilación vital con él, mediante los sacramen- jóvenes a religiosos con personalidad inmadura, acti-
tos, tanto el de la penitencia —que más y más nos tudes represivas, enredados ellos mismos en conflictos
purifica y pacifica— como por el de la eucaristía, por afectivos sin resolver; en una palabra, a sujetos no
el que nos hacemos un cuerpo y un alma con el maduros en el aspecto afectivo-sexual.
pueblo de Dios"8.
A veces olvidamos los efectos maravillosos de la
eucaristía. La doctrina de la Iglesia nos enseña que la
El sacramento de la reconciliación corre cierto
peligro de abandono y menosprecio aun entre los sa- eucaristía nos une a Jesucristo; es nuestro pan y ali-
cerdotes y religiosos. Es sin embargo un medio po- mento cotidiano; es el medio más eficaz para crecer en
deroso que ríos ha sido dado por Cristo para tranquili- santidad; sostiene y aumenta la vida del espíritu; en la
zar la conciencia y purificar el alma, no solo de las eucaristía encontramos las fuerzas que necesitamos
caídas graves, sino de las imperfecciones y debilida- para perseverar hasta el fin en la amistad de Dios y en
des de cada día. Es también un instrumento eficaz para la opción vocacional; es la mejor prenda de salvación
adquirir las dos actitudes de que antes hablábamos: y de nuestra futura resurrección9.

8. Ibid. n7, a.
9. Denzinger, E. El magisterio de la Iglesia. Barcelona: Herder. 1955,
cf índice sistemático, p 51.
96
97
La oración humilde y perseverante, la contem-
plación asidua de los misterios y doctrina del Señor, Para proteger la castidad, es muy grande el valor
son medio privilegiado para obtener de Dios las gra- de una comunidad local en la que se sienta auténtico
cias especiales, que purifican el alma, fortalecen la calor humano, que nos haga verdaderamente "amigos
voluntad contra la tentación y mueven a salir del peca- en el Señor".
do y superar los malos hábitos. Parece supérfluo insis- Pero no basta un amor universal, platónico, desen-
tir más sobre este punto capital. carnado. Hay que amar con amor concreto, a her-
manos concretos, de carne y hueso, de grandes cuali-
d. Vida fraterna y comunitaria
dades y atractivos algunos, otros quizás con limitacio-
Sin amor, la vida de celibato se vuelve un fardo nes y defectos muy reales".
pesado y duro, bajo el cual se agiganta el peligro de
compensaciones diversas: trato excesivo con los segla- e. El trabajo apostólico
res, alcohol, diversiones mundanas, etc.
El trabajo apostólico emprendido con dedicación,
En el fondo de muchas deserciones por problemas alegría y entusiasmo, es una fuente de gratificación
afectivos y sexuales, se encuentra casi siempre algún humana y apostólica. En cuanto lo permita el bien
problema en la vida comunitaria o en las relaciones in- común, todo religioso debería estar en el cargo que le
terpersonales. Nunca podrá ponderarse suficiente- conviene {"The right man in the right Place"). Debe-
mente la importancia de la caridad y de la vida frater- ría sentirse contento y entusiasmado en su cargo y
na, como salvaguarda de la castidad. campo de trabajo. Aun en su diario trabajo, el religio-
"El sacerdote es capaz de verdaderas y hondas so debe dar un testimonio de pureza:
amistades, singularmente útiles para su expansión
"Ayudados por la gracia divina, siendo siempre, sin
afectiva, cuando éstas se cultivan en la fraternidad sa-
embargo, mortificados, de tal manera hay que entre-
cerdotal" l0.
garse generosa y esforzadamente al trabajo apostóli-
Pablo VI recalca a los sacerdotes la importancia de co, que todas las relaciones humanas que nuestro tra-
la fraternidad (Sac. coelib. n 29), de la comunión de bajo lleve consigo —visitas, recreaciones, lecturas,
espíritu y vida (Ibid n 80), de la caridad hacia los her- estudio de los diversos problemas, espectáculos, di-
manos que se encuentran en peligro (Ibid. 81). versiones— sean una ocasión más en que resplandez-
ca el testimonio de nuestra consagración a Dios"12.
I0. Congregación para ¡a educación católica, orientaciones para la
educación en el celibato sacerdotal, in Documentos para el diálogo. 11 ¡,
1975. H.Op.citccVIIy Vin.
12. Congregación general XXXI SJ op.cit. n 8, e.

98
99
Así como la falta de oficio, la vagancia y la deso- El cimiento sobre la roca, lo forman la madurez huma-
cupación originan muy serios peligros para la casti- na, afectivo-sexual y un profundo espíritu de fe. Sobre
dad, de la misma manera, la entrega entusiasta y ple- esta base descansan firmemente asentadas las tres acti-
namente responsable al cumplimiento de una misión tudes fundamentales: serenidad, generosidad, discerni-
apostólica, con pureza de intención, crea un clima miento espiritual. La cruz de Jesucristo está formada
muy favorable para que florezca la castidad y defiende por dos travesanos: el palo vertical simboliza la unión
contra los peligros del ocio y de la pereza que "es ma- con Dios por medio de la vida de oración, los sacra-
dre de todos los vicios". mentos, el amor a Cristo y a la Virgen; éstos son los
Todo lo que se dice del trabajo apostólico para el medios eficaces que nos alcanzan las gracias para la
religioso ya formado durante su vida apostólica, se guarda de la castidad. Pero la cruz tiene también un
aplica al seminarista o al joven en formación respecto palo horizontal: un lado simboliza la dimensión comu-
al entusiasmo y dedicación responsable al estudio du- nitaria y de caridad fraterna; el otro representa la en-
rante los años de formación. Ese es su principal ocu- trega a la misión apostólica, al trabajo, al descanso y
pación y apostolado. los "hobbies". La castidad siempre tendrá una dimen-
sión de crucifixión y sacrificio, aunque se viva a ple-
f. El deporte y los "hobbies " nitud. "Nuestra consagración a Jesucristo lleva consi-
go una renuncia definitiva y la soledad del corazón" ".
El deporte y los "hobbies" son un elemento inva- Pero la cruz no está pelada: sobre ella descansa el
luable de equilibrio emocional y de salud mental. Co- cuerpo de Cristo, que es la razón de ser de la consa-
nocemos demasiados casos, especialmente entre las gración religiosa y el que ayuda a cumplir la castidad
comunidades femeninas, en que la religiosa no tiene ofrecida a Dios, recorriendo un camino de realización
tiempo suficiente de descanso, por un falso concepto personal y apostólica.
de austeridad y de pobreza. ¡Cuántas religiosas con la
salud física arruinada y con su vocación y su salud Solo queremos explicitar dos conclusiones, entre
mental en peligro, simplemente por falta del descanso las muchas que sería posible sacar de todo lo dicho en
y el sueño necesarios! este capítulo.
1. Cuidado en la admisión y dimisión de los reli-
giosos.
* * *
Todo lo dicho hasta aquí muestra claramente el
cuidado sumo que deben tener los superiores en la
Podríamos presentar una síntesis de las principales
ideas de esta última parte, en forma gráfica (cf fig 1). 13. Ibid. n5.

100 101
admisión a la comunidad, en la concesión de los votos, fuerte la tentación de "abandonarse a engañosas e»|W'
en el envío a los estudios de teología y sobre todo en ranzas y a peligrosas ilusiones".
la admisión a la ordenación sacerdotal.
2. Algunos problemas específicos
La Iglesia ha recomendado una y otra vez el máxi-
mo cuidado, que se inclina más a la severidad que a A la luz de los principios generales expuesto»,
una indulgencia mal entendida. Las disposiciones, ins- deben manejarse en la práctica algunos fenómenos de-
trucciones y recomendaciones de la Iglesia, en este licados que eventualmente pudieran presentarse, como
sentido, podrían multiplicarse casi indefinidamente; serían los problemas de masturbación, homosexualis-
bástenos con citar estas palabras de Pablo VI: mo, enamoramientos, etc. Intencionalmente no hemos
querido insistir sobre esos puntos concretos, cada uno
de los cuales exigiría por sí solo muchas páginas.
"Los sujetos que hayan sido reconocidos como física,
síquica o moralmente ineptos, deben ser inmediata- Hemos preferido que estos problemas queden en-
mente apartados del camino al sacerdocio; se trata de marcados dentro de las amplias orientaciones que he-
un deber grave que incumbe a los educadores. Estos mos presentado.
deben tener conciencia de ello, no deben abandonarse
Una observación final: al aplicar los principios
a engañosas esperanzas y a peligrosas ilusiones, ni
aquí expuestos, hay que esforzarse por armonizar, has-
permitir de ninguna manera que el candidato alimen-
te ilusiones semejantes, vistas las consecuencias peli- ta donde sea posible, la benignidad y el cuidado pas-
grosas que resultarían de aquí para el sujeto mismo y toral de la persona con las exigencias del bien común
para la Iglesia" ("Sac. Coel" n 64). y de la Iglesia.
El centro de espiritualidad de los jesuítas norte i
La sabiduría de esta norma se ve confirmada con menéanos14 presenta una bella semblanza de lo que
la experiencia cotidiana de todo superior religioso, o son los religiosos que viven su castidad como una ex-
padre espiritual. periencia madura y plenificante. Terminamos este cu-
pítulo, presentando a la meditación de todos nuestros
Desafortunadamente no siempre se cumplen estas hermanos, sacerdotes, religiosos y seminaristas, las
disposiciones. Cuando la mayor parte de las comu- características de las personas que viven con plenitud
nidades religiosas de hombres y mujeres experimentan su castidad consagrada, como un ideal por el cual vale
una seria escasez y crisis de vocaciones y especial- la pena luchar:
mente tratándose de sujetos valiosos por sus grandes
cualidades humanas, pero que ciertamente no sirven 14. Connolly, W. Affectivity and sexuality, in studes in ihe spirituiiUly
of ihe je.íuits, X, 1978. Saint Louis Missouri: Assistency seminar on jcsuii
para una vida de castidad perpetua, es demasiado spirituality, pp 152—160.

102 103
I. Ante todo, son personas para quienes la vida reli-
giosa es una empresa digna de vivirse, que vale la CAPITULO IV
pena, que despierta verdadero entusiasmo, que les
hace vibrar y les motiva.
2. Son personas dedicadas con entusiasmo a su traba- Vivir la amistad
jo, aunque no siempre éste les resulte grato; ellas mis-
mas crean la variedad de su trabajo y se entregan a él. con alegría y madurez
3. Su vida está marcada por una verdadera dimensión
comunitaria.
4. Disfrutan en su vida de verdaderas amistades. Por
medio de la contemplación aprenden a discernirlas y
a hacerlas compatibles con su compromiso funda-
mental con el Señor. "El amigofieles seguro refugio;
el que le encuentra, ha encontrado un tesoro.
5. La decisión fundamental de su compromiso con el
El amigofielno tiene precio
Señor se fortalece en la oración.
no hay peso que mida su valor".
6. La dialéctica entre su consagración y las tenden- (Si 6,14-15)
cias naturales no puede ser siempre pacífica. No care-
cen de luchas, tentaciones o dificultades, pero éstas Estas alentadores palabras del libro de Ben Sirá
no destruyen la paz profunda. tienen especial aplicación a las personas célibes que,
7. Experimentan un continuo crecimiento en la liber- por amor a Jesucristo y al Reino de los cielos han
tad interior. Sienten el sacrificio que han hecho y la renunciado a disfrutar de las gratas experiencias afec-
soledad del corazón, pero, al mismo tiempo, recono- tivas y sexuales que proporciona la vida conyugal. Es
cen más plenamente lo que tienen y lo que han el caso de los sacerdotes y religiosos (as). A ellos de
recibido por medio de su celibato. manera especial se aplican las sabias palabras del
Kempis: "Sin amigo no puedes vivir mucho; y si no
fuere Jesús tu especialísimo amigo, estarás muy triste
y desconsolado'.
Ante todo, preguntemos, ¿Qué es lo que esperan
los hombres y las mujeres de nuestro tiempo de un

1. Kempis, T. imitación de Cristo. Madrid: BAC. MCMLXXV, L. II,


cvn.
104
105
buen amigo? Dejemos responder a un sicólogo moder-
no, Wayne Weiten: "Los amigos juegan un papel I. ALGUNOS GRANDES PENSADORES
importante en nuestras vidas. Pueden darnos ayuda en Y MAESTROS EXALTAN
tiempos de necesidad, consejo en tiempo de confusión, LA AMISTAD VERDADERA
simpatía en tiempos de fracaso y estímulo en tiempos
de logros" 2. Otro sicólogo, M. N. Parlee3 y su equipo Aunque labor muy grata, sería interminable reco-
de investigadores, realizaron no hace mucho (1979) ger el florilegio de los bellos pensamientos de muchos
una amplia encuesta sobre las cualidades más desea- filósofos y pensadores antiguos y modernos, acerca de
bles en un amigo. Más de 40.000 respuestas indican la amistad. Sus ¡deas continúan siendo válidas para los
que las cualidades más apreciadas, en su orden, son: hombres y mujeres de nuestro tiempo. Contentémonos
confiabilidad y lealtad; calor humano y afecto; sopor- con recordar unos pensamientos selectos de Aristóte-
te; franqueza; sentido del humor; disponibilidad para les y Cicerón.
dar su tiempo. La investigación de Block (1980) arrojó
1. Aristóteles distingue varias clases de amistad:
resultados parecidos. Pero en ella surgió otro factor de
capital importancia: la voluntad de permitir a la otra "Hay tres clases de amistad: la virtuosa, basada en el
persona ser ella misma4. El compartir los propios pen- bien del amigo; la interesada, basada en el interés o
samientos, afectos y experiencias con otra persona placer del amigo y la utilitaria, basada en lo útil, la
pueden también tener un notable efecto terapéutico. cual es propia de los comerciantes".
Así lo reconocen casi todas las escuelas de sicoterapia
"La amistad basada en la virtud, solamente se da en-
en la actualidad5.
tre los hombres. La amistad basada en la utilidad y en
Esto y mucho más se espera de un buen amigo. el placer, se dan también en los animales brutos y
entre los hombres malos".
"La amistad virtuosa solo puede darse entre los
buenos y exige tiempo y trato y no puede extenderse
a muchos a la vez, pues es difícil que muchos agra-
2. Weiten, W. Psichology appled to moden Ufe. Monterey: den en gran manera a uno, y que sean buenos todos
Books/Cole. 1986, p 311.
para él".
3. Parlee M.B el al. The Friendship bond: PT's survey repon on
friendship in America, sychology Today. 1979, 13 (4) 43-54, 113.
4. Block, J.D. Friendship: How to give it. New York: Macmillam. "La amistad basada en la virtud es propia de los hom-
1980. bres óptimos".
5. Di Carpió, N. Ad justment: Fulfiiling human potetials. New Jersey:
Prentice-Hall. 1980, pp 286-287.

106
107
Para Aristóteles, ser amigo bueno es: "Ver en el vida. Cristo nos dejó como testamento último su
amigo otro yo, tratarlo como a uno mismo y ser pa- mandamiento de amor:
ra el amigo lo que uno es para sí mismo"6,
Este tipo de amistad virtuosa es el que desearíamos "Os doy un mandamiento nuevo:
ver florecer en las personas consagradas. que os améis los unos a los otros.
Que como yo os he amado,
2. La amistad es brillantemente exaltada por Cicerón. así os améis también los unos a los otros (Jn 13,34).
Entre muchos pensamientos bellos de Cicerón en
su famoso diálogo De amicitia 7. Recordemos estas "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por
ideas: sus amigos (Jn 15,13). Como brújula infalible que
orienta toda la práctica de la verdadera amistad y
"La amistad es sentir las cosas divinas y humanas
del amor auténtico, el divino Maestro nos legó la
con benevolencia y amor".
regla de oro del evangelio con la cual las doctrinas
"La amistad es tener dilección por aquel a quien religiosas de la humanidad acerca del trato entre los
amas, no buscando utilidad alguna". hombres han llegado al ápice de su perfección:
"No puede haber amistad sino entre los buenos". "Todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
"Sin amistad la vida es cosa vacía". hacédselo también a ellos" (Mt 7,12). Nos señala,
cuál debe ser la prueba de fuego de nuestro amor:
"Hay que hacer para cada amigo tanto cuanto puedas "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que os
realizar". mando" (Le 15,14).
3. De los filósofos, pasamos a Jesús de Nazaret. Más elocuentes que las palabras, son las actitudes y
las actuaciones del Maestro durante toda su vida.
Jesucristo nos trajo como regalo precioso, una Tres años de intimidad, varonil pero cordial y afec-
amistad que supera todo cuanto los filósofos paga- tuosa, con sus apóstoles; confidencias especiales
nos pudieron pensar acerca de la amistad ideal. El con Pedro, Santiago y Juan, "el discípulo a quien
la elevó a alturas nunca soñadas, no solo con sus Jesús amaba" (Jn 13,23); lazos amistosos con
enseñanzas, sino sobre todo con los ejemplos de su Nicodemo y con José de Arimatea; especial pre-
dilección por Martha, María y su hermano Lázaro;
ante su tumba el Maestro se entristece; sus sollo-
6. Aristóteles. Etica a Nicómaco, en Imágenes de la fe. 1983, n 176, p
31. zos, sus lágrimas, sus palabras de consuelo brotan
7. Cicerón. M.T. Laelius de amicitia. Münsten: Venlag Aschendoff, de un corazón que, como humano que era, sentía
1973. plenamente la profundidad y las delicadezas de la

108 109
verdadera amistad. Como es propio del verdadero
amigo, toda la vida de Cristo fue darse y compartir Ambas relaciones proceden de Dios. Ambas pue-
desinteresadamente: "A vosotros os he llamado den ser plenificantes para la persona. Ambas pueden
amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he conducir a Dios. Pero cada persona tiene su vocación
dado a conocer" (Le 15,15). propia y hace su opción fundamental en la vida entre
No es extraño que, en la primitiva Iglesia, a ejem- el matrimonio o la vida de celibato.
plo del Maestro divino, "la multitud de los cre-
1. El amor de pareja es una relación entre dos per-
yentes tenía un solo corazón y una sola alma; po-
sonas de distinto sexo que comparten tanto su vida
seían todo en común y nadie consideraba suyo lo
afectiva como una relación sexual activa8. Su rea-
que poseía" (Hch 4,32). lización plena se da en el matrimonio que es una
4. Eco de la "regla de oro" es también el himno de la unión íntima de amor único, total, indisoluble.
caridad que transmitió san Pablo a los cristianos. El amor de pareja tiende inevitablemente a la unici-
Casi que sobra repetir aquí cuáles son las notas dis- dad, la totalidad y exclusividad en la relación. Su-
tintivas del verdadero amor: pone la relación con una persona única, una entrega
completa a dicha persona, con exclusión de todos
"El amor es paciente, es servicial; el amor no es los demás.
envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es deco-
roso; no busca su interés; no se irrita; no toma en En esta clase de relación, la unión del "yo y el tú"
cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra tiende a la unidad del "nosotros". Polariza a las dos
de la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo personas, yo y tú en el nosotros. Es una unión má-
espera. Todo lo soporta" (ICo 13,4-7). xima, total, en el descubrimiento y profesión del
"tú", único e irrepetible y en la entrega total de mi
"yo", único también e irrepetible, para formar la
unidad del "nosotros".
II. ¿AMOR CONYUGAL
Exige compartir todos los ideales, el espíritu y el
O RELACIÓN DE AMISTAD?
cuerpo; el pensamiento y la imaginación; los afectos,
los sentidos, la sexualidad. Su culminación y expre-
Como fundamento para un proceso de discer- sión máxima la constituye la unión sexual. Necesita
nimiento, ayudará a distinguir desde el comienzo cla- la apertura hacia el otro, y reclama, como comple-
ramente entre dos clases de relaciones interpersonales, mento natural y social, la prolongación en el hijo.
especialmente entre personas de distinto sexo: 1) El
amor de pareja; 2) La relación de amistad. 8. Finn, Virginia Sullivan, Affeclivily and sexuaiity, Two Ways of
Loving, en The spirituality ofjesuits. 1978. X, pp 109-122.

110 111
2. La relación de amistad se da entre dos personas Q
Como cualquier ser humano normal, el sacerdote
sienten afecto mutuo, sin compartir activamente *T
también necesita de amistad. Así lo recalcaba un gru-
parcial, ni totalmente, una actividad sexual', A e ' s t '
nos vamos a referir continuamente al hablar de i a a po de sacerdotes de una importante arquidiócesis de
personas consagradas por un voto de castidad (Sa Colombia entre las conclusiones de un seminario-
cerdotes, religiosos, religiosas); sus característica taller celebrado recientemente:
y dinámica es lo que trataremos de analizar.
"Debemos partir del convencimiento de que en la
Aunque una relación de amistad tenga elementos vida de la familia presbiteral la amistad es una reali-
comunes con el amor de pareja, hay características dad necesaria sin la cual poco se puede realizar efec-
que los distinguen claramente, especialmente tra- tivamente.
tándose de la amistad de las personas consagradas. La amistad debe moverse y estar fundamentada sobre
la auténtica libertad expresada en la frase: 'Tu liber-
tad comienza allí donde termina la libertad del otro".
III. LA AMISTAD DEL SACERDOTE
Y DE LA PERSONA CONSAGRADA La amistad del sacerdote con sus semejantes debe
estar dada en el trato con el otro sobre todo como
persona y no por su oficio, es decir, como personaje.
El compromiso sacerdotal o religioso, de ninguna Nuestra concepción cultural hace que se valorice más
manera excluye la verdadera amistad. La amistad, fun- el personaje, el rol del sacerdote que la persona. Esto
dada en Cristo, lejos de ser un obstáculo, constituye crea utilitarismo en la amistad. Es conveniente que el
una ayuda para la auto-realización humana y apostóli- sacerdote tenga amigos colegas suyos para compartir
ca de la persona consagrada y para la eficacia de su en igualdad sus experiencias; amigos laicos que pue-
trabajo apostólico. den aportarle elementos desde su propia experiencia
secular.
En virtud de su voto de castidad, el religioso y el
sacerdote renuncian al amor conyugal, a los actos pre- El sacerdote no debe matricularse en un grupo deter-
paratorios de la unión sexual y la actividad genital. minado que impida la apertura y disponibilidad para
dar y recibir de todos y al mismo tiempo atente con-
Pero de ninguna manera renuncian a la necesidad de
tra la unidad eclesial. Para el sacerdote existe el peli-
amar y de ser amados, que constituye una necesidad gro de adulación, por ejemplo, con los politiqueros.
básica e imperiosa de todo ser humano, sin cuya satis-
facción no puede haber felicidad. La verdadera amistad tampoco debe ser el querer que
los otros sean iguales a mí, sin tener en cuenta la si-
tuación concreta y distinta en que cada persona como
9. Ibid.
individuo se encuentra.

112 113
La amistad no puede ser un aprobar todo lo que el
otro haga o diga, sino un acompañar, aportar o corre- aun a aquellos que pueden exigir grandes sacrificios y
gir si es necesario —siempre en caridad— la realidad dedicación". En el polo opuesto se encuentra el aisla-
del otro" l0. miento afectivo, o sea, la incapacidad de entablar una
relación personal profunda y adecuada.
Hasta aquí las conclusiones del encuentro sacerdo-
La generatividad se propone como la meta de la
tal.
madurez, que debe conquistarse normalmente durante
Muchos(as) religiosos(as) y sacerdotes, sin embar- la edad adulta. Quizás el término propuesto por Erik-
go, que profesan "amar a todo el mundo por amor de son no expresa tan acertadamente lo que él quizo
Dios", corren el peligro de no amar verdaderamente a decir. No se refiere el autor única, ni principalmente a
nadie. Pueden caer fácilmente en lo que Erik Erikson" la capacidad fisiológica para engendrar hijos. "El me-
llama los extremos del aislamiento y de la esterilidad, ro hecho de tener o incluso de desear hijos, no basta
opuestos a la madurez de la intimidad y a la genera- para alcanzar la generatividad. "La generatividad es,
tividad, que caracterizan a la persona adulta y madura. en esencia, la preocupación por establecer y guiar a la
Según la teoría epigenética sobre el desarrollo de generación siguiente". Además de la procreación,
la personalidad, la intimidad es la meta principal que incluye la productividad y la creatividad. Refleja una
debe conquistar el joven adulto en la ascensión a la preocupación altruista por cuidar y proteger a otros y
madurez. La intimidad, para Erikson, de ninguna ma- ayudarles a satisfacer sus necesidades. No se encuen-
nera se restringe a la esfera sexual, ni mucho menos al tra, por consiguiente, únicamente en los padres, sino
área genital. Abarca también la capacidad de abrirse, que puede florecer en cualquier persona que se intere-
de compartir, de dar, de sentir afecto por otra persona, sa activamente por el bienestar de los jóvenes, de los
sin el temor de perderse a sí mismo. Da cabida a la débiles, de los necesitados.
relación sana de amistad entre personas de distinto En nuestro lenguaje religioso, podríamos con toda
sexo o del mismo. Es "la capadidad de comprometerse propiedad hablar de la paternidad o de la maternidad
con agrupaciones o asociaciones concretas y desarro- espirituales, que son condición indispensable para la
llar la fortaleza ética para ser fiel a sus compromisos, realización humana del apóstol consagrado a Dios por
el celibato; él ha renunciado a tener hijos propios se-
10. Anónimo. Seminario. Taller sobre Madurez humano-comunitaria gún la carne, pero precisamente para engendrar y criar
y espiritual del sacerdote. Coordinado por A. Jiménez, SJ en marzo de
1987, para los sacerdotes de la arquidiócesis de Bucaramanga (Conclu- "hijos espirituales". En el polo opuesto a la genera-
siones Inéditas). tividad se encotrarían la esterilidad, el estancamiento,
11. Erikson, E. H. Instancia y sociedad. Buenos Aires: Ediciones el empobrecimiento personal.
Hormé, 1974, pp 237-241.
Sería otro error limitar al seminarista, al sacerdote
o al joven religioso(a) a la práctica de un amor "total-
114
115
mente espiritualizado, sin ningún componente afecti-
vo, ni sensible". Este error fue cometido con frecuen- de Dios posee normalmente una formidable capacidad
cia en tiempos pasados, en la formación de los sacer- de amistad" ".
dotes y religiosos(as), como con razón lo denuncia Pero hay amistades buenas y otras que no lo son:
Teófilo Viñas, OSA."Erróneamente creen algunos au-
tores que no existe una amistad que, sin perder su di- "La amistad entre los miembros de una comunidad
mensión humana, tenga, al mismo tiempo,dimensión religiosa no solamente es cosa buena, sino útil y cier-
sobrenatural. Y si existiese, ella sería, más bien un tamente necesaria para muchos que sin ella no
impedimento al afecto exclusivo que un religioso debe pueden alcanzar o mantener la madurez afectiva ni el
a Dios" n. equilibrio sicológico. Siendo una forma selecta de
caridad, no se debe evitar, como se hace con la ene-
El mismo autor, hablando acerca de la amistad en
mistad. Pero la satisfacción que produce debe ser
san Agustín, nota que "una 'caritas' desencarnada o incesantemente purificada... No toda amistad debe
una 'amicitiá' espiritualizada en demasía, serían, sin ser considerada como buena; mala es la que es falsa
duda, algo extraño en aquel hombre que tuvo un cora- y ni siquiera merece el nombre de amistad, siendo
zón tan sensible y tan humano" ". Lo mismo se podría tan solo una forma de amor propio y de búsqueda de
afirmar de otros grandes santos y maestros de vida sí mismo y no de caridad" ".
espiritual, como Teresa de Jesús, santa eminentemente
humana y femenina o de san Ignacio de Loyola, pro-
fundamente afectuoso y varonil. La amistad de la persona consagrada, tiene como
último fundamento a Dios, como guía de navegación
La amistad auténtica no aparta de Dios. Se ha di- el cumplimiento de la voluntad divina y como brújula
cho con razón que "no es el amor Jo que lo aparta de orientadora el discernimiento espiritual.
Dios, sino el no amar o el amar mal" H.
Con mucha razón, afirma san Agustín: "Ama ver-
"La amistad es la señal más clara de una consagra- daderamente al amigo, quien ama a Dios en el amigo"
ción plenamente vivida. Ella no es una concesión he- (s. Agustín)17. Dios es el firme fundamento de la amis-
cha a nuestra fragilidad, sino una exaltación de nuestra tad, especialmente para la persona consagrada: "¿Qué
potencia de amar. En efecto un corazón lleno de amor cosa es la amistad, cuyo nombre viene de amor, y nun-

12. Viñas, T. La amistad en la vida religiosa. Madrid: Instituto


teológico de vida religiosa. 1982, p 282. 15. Viñas T. op. cit, p 289.
13. Viñas T.op.cit.p 119. 16. Leclerq, J. Amicizia, en Dizionario degli istituti di perfezione.
14. Guerrero, J. M. Las amistades en la vida religiosa, en Vida reli- Roma: Edizioni Paoline. 1974, p 5)9.
giosa. Madrid: 1979, 47, n 9. pp 262-266. 17. Agustín, san. Obras de san Agustín. Serm. CCCXXXVI, 2,2.
Madrid: BAC. 1966.

116
117
ca es fiel sino en Cristo, en el cual solo puede ser eter-
na y feliz?" (s. Agustín)18.
Tuvo mucha fuerza en el pasado una tendencia a
"Precisamente este amor al Señor Jesús, es el que excluir de la formación y de la vida del presbítero y
va a impulsar nuestro corazón a un amor verdadera- del religioso(a) a toda persona del sexo opuesto. Se
mente humano hacia los hombres y a una verdadera llegó a proponer como ideal de perfección aquella co-
amistad" ". Este amor "verdaderamente humano", esta nocida máxima que rezaba: "Entre santa y santo, pared
"verdadera amistad" es la que recomienda la Congre- de calicanto". El seminarista al ingresar al seminario y
gación general XXXII, a todos los miembros de la el religioso al pisar el noviciado, daba un adiós casi
Compañía de Jesús, a ejemplo de su santo fundador definitivo a toda mujer. Parecida, y en algunos casos
Ignacio. Esta recomendación parece válida para otras todavía más extrema era la práctica corriente en la for-
comunidades religiosas y hermanos en el sacerdocio: mación de las jóvenes religiosas. Casi no se permitía
"Esta gracia (amor personal a Cristo) de tal ma- tratar a una persona del sexo opuesto, hasta después de
nera la tuvo san Ignacio y de tal manera transfundía la ordenación sacerdotal; o por necesidades apostóli-
toda su personalidad, que sus compañeros eran para él cas, después de transcurridos largos años desde el
verdaderos amigos y con su afabilidad tan personal noviciado.
condujo a Dios inmunerables hombres y mujeres" 20. Aun el trato con los familiares (tíos(as), pri-
mos(as), hermanos(as)) era mirado con ojos suspi-
caces y a veces poco limpios. Las manifestaciones
IV. LA AMISTAD CON PERSONAS más normales de cariño, que se habían practicado
DEL SEXO OPUESTO (*) siempre en la familia dentro de la máxima sencillez y
naturalidad, comenzaban a mirarse como ocasiones de
Esta amistad plantea peculiares y delicados pro- perturbación, inquietud y aun escrúpulo. Como un fan-
blemas, pero también puede ser especialmente enri- tasma del que tal vez nunca se había tenido conciencia
quecedora. ni malicia, aparecía en el horizonte, en ocasiones de
manera obsesiva, el nubarrón amenazante de las amis-
tades particulares.
18. op. cit. "Contra dua.s epist. pelag". X. 1,1
19. Compañía de Jesús, Congregación general XXXII, Documentos. Afortunadamente, hemos progresado mucho. En la
Zaragoza: Imp. Tipo-Línea. 1966, O. 16, 8b. formación de los(as) jóvenes, hoy se proporcionan
20. Ibid D. 16,8a. ocasiones saludables de mayor contacto con la familia
(*) Lo que se dice aquí de la amistad de un sacerdote con una mujer, propia y de un trato gradual, prudente, limpio, cordial,
también se puede aplicar "mutatis mutandis" (con las debidas adapta-
ciones) a las amistades de la religiosa con un varón. natural y sencillo con los(as) muchachos(as), no solo
en la universidad, sino también en diferentes grupos
118
11Q
juveniles y apostólicos y en diversas reuniones de tipo siones, propias del adolescente que está apenas co-
social. Bien llevadas, son experiencias sumamente menzando a descubrir el sexo opuesto, y que a veces
provechosas para la maduración humana y espiritual puede presentarse no solo entre los jóvenes, sino tam-
del sacerdote o religioso(a). El sexo opuesto pierde bién entre sacerdotes de 40 ó 50 años...
una buena parte del atractivo y de la fascinación del
misterio de lo prohibido, que es propia de todo tabú. En la vida del sacerdote es necesaria y conve-
niente la amistad con personas del mismo y del sexo
Naturalmente, la transición brusca y violenta, de opuesto.
una separación casi total a un trato frecuente, no siem-
pre prudente y a veces excesivo con personas del sexo La mujer es el complemento natural del varón.
opuesto, arrastró muchas vocaciones o por lo menos Son muy grandes los aportes que ella puede propor-
causó mucho sufrimiento a las personas impreparadas cionarle al sacerdote en orden a su maduración afecti-
para el trato mutuo. Se les había creado artificialmente va, a la formación y riqueza de sus sentimientos, al
un ambiente de misterio ante el sexo opuesto, que se desarrollo de sus habilidades de comunicación, en una
convertía en imán, tanto más atractivo y fascinante, palabra la madurez e integración de su personalidad.
cuando más misterioso e inaccesible había sido... Pero, tal vez hoy nos hemos ido al extremo opues-
Lejos de producir efectos beneficiosos, ese alejamien- to, obedeciendo a la ley del péndulo. Todo parece per-
to se prestaba para represiones, inhibiciones afectivas, mitido para algunos seminaristas y jóvenes religio-
o compensaciones; inseguridad, desplazamientos peli- sos(as) y a algunos no tan jóvenes. Nada les parece
grosos de la sexualidad y de la vida afectiva hacia per- malo. Juegan inconscientemente con el peligro hasta
sonas del mismo sexo. que el fuego arde y la llama lo devora todo... Así pien-
El mundo ha cambiado demasiado, entre otras san o se expresan estos:
cosas, por el ingreso masivo de la mujer al mundo del "¿Por qué no frecuentar el trato íntimo con una
trabajo, a la escuela, a la universidad. El sacerdote está mujer (o con un hombre)? ¿Qué tiene de malo mani-
hoy en permanente contacto con mujeres, en el trabajo festarnos nuestro mutuo afecto, con caricias, regalos,
parroquial, en las organizaciones apostólicas, en las largas conversaciones telefónicas, regalitos y detalles
escuelas y colegios, en la oficina, en la vida social, en cariñosos, visitas frecuentes y a solas, confidencias
su propia casa. Precisamente por esto, su trato con muy personales? Dejémonos de ser anticuados y moji-
ellas tiene que ser más cordial, más abierto y cercano, gatos".
más espontáneo, más afectuoso, más tranquilo y natu-
ral, más respetuoso y maduro. Están totalmente fuera Los resultados no se han hecho esperar, y hemos
de tono ciertas actitudes o comportamientos o expre- presenciado muchas defecciones sacerdotales y reli-
giosas, por la imposibilidad de guardar el celibato. No

120
121
es el enamoramiento la única causa, pero ciertamente
se encuentra entre las causas del abandono del minis- dadera patología. Absurdo espiritual, al pretender vivir
terio sacerdotal21. Por eso, la amistad de la persona una vida doble, en la que no se ha comprometido, ni
consagrada necesita como elemento absolutamente in- mucho menos vivenciado el ABC, del celibato y sus
dispensable un permanente y muy sincero proceso de razones teológicas. Parece que, como tantas otras mo-
discernimiento espiritual, para conocer y seguir la vo- das, hoy se ha ido olvidando esta "teoría", fértil en
luntad de Dios, o sea, para ver dónde termina la amis- racionalizaciones engañosas...
tad espiritual, dónde se mezclan elementos demasiado Tiene mucha razón la sabiduría popular, cuando
naturalistas, dónde comienza a predominar la sensuali- indica la distancia apropiada para colocar la candela
dad y dónde se empieza a bordear peligrosamente el encendida: "¡Ni tan cerca que queme al santo, ni tal
barranco de la Tercera vía y la sexualidad. lejos que no lo alumbre!".
La Tercera vía fue una de tantas teorías que pulu- San Agustín era un hombre desde luego genial en
laron en ciertos medios eclesiásticos de Norteamérica su inteligencia. Con razón se ha afirmado de él que
y de algunos países europeos durante los años setenta, también fue un gran sicólogo. Y además hablaba en él
como parte de la campaña contra el celibato sacerdotal la voz de la experiencia propia. No carece de ingenio y
obligatorio para los sacerdotes de rito latino. Según picardía la siguiente frase del "Doctor de Hipona":
sus propugnadores, un sacerdote podría fomentar con "Amor spiritualis generat affectuosum: affectuosus
una mujer una amistad íntima, exclusiva, en la que se obsequiosum; obsequiosus familiarem; familiaris car-
encontrara tanto una mutua manifestación de todo el nalem; camalis autem generat filium". Lástima que la
ser interior, aun de los pensamientos y deseos más traducción a la lengua vernácula casi siempre quita
personales, como también un compromiso mutuo, per- vigor y concisión al inigualable lenguaje de san Agus-
sonal, semejante al matrimonio, exceptuando, al me- tín: "El amor espiritual engendra el amor afectuoso; el
nos, los privilegios matrimoniales. Sobra decir cuan amor afectuoso genera el obsequioso; el amor obse-
absurda es esta actitud ambivalente y desintegradora quioso da origen a la familiaridad; la familiaridad pro-
de la personalidad, que pretende llevar una vida doble, duce el amor carnal; y a su vez el amor carnal engen-
que desgarra entre el compromiso generoso y total a dra al hijo" 22.
Dios y la entrega a una persona humana. Absurdo
Tenemos que vivir nuestras amistades sin temores
sicológico porque el individuo estaría totalmente divi-
e inhibiciones, pero al mismo tiempo con actitud pru-
dido en su afectividad con gravísimos peligros de ver-
dente y humilde y con conciencia clara y madura de
los peligros posibles y de la propia debilidad. Solo un
21. Jiménez, SJ, A. Las causas del abandono del sacerdocio ministe-
rial, en Medellín. 1986, XII, n 45, pp 87-95. 22. Citado por Biot, R y Galimand, P., Guía médica de las vocaciones
sacerdotales y religiosas. Buenos Aires: Desclée de Brouwer. 1948, p 187.

122
123
continuo y verdadero discernimiento espiritual nos
Jesús y tantos otros padres y madres de familias reli-
mantendrá en ese equilibrio salvador.
giosas hasta nuestros días.
En pocos aspectos de la vida ascética son tan fre- Se han hecho proverbiales las amistades santas y
cuentes las jugarretas engañosas de los mecanismos de ennoblecedoras entre dos hermanos, san Benito y
defensa como en el campo de la afectividad, de la santa Escolástica; entre Francisco de Sales y santa
amistad y del amor. En el camino hacia la amistad ver- Francisca de Chantal, entre santa Teresa y san Juan de
dadera nos acechan las negaciones, las racionaliza- la Cruz; entre san Ignacio y el grupo de piadosas seño-
ciones, las compensaciones... A veces el interesado es ras que lo seguían y le socorrían con sus bienes. En
el único que no ve los peligros en determinada amis- todas estas amistades vemos reflejada la actitud de
tad, cuyas expresiones no solo causan extrañeza sino Pablo de Tarso, quien no se ruborizaba al escribir a los
verdadero escándalo a propios y extraños. Y no ha- Filipenses: "Os llevo en el corazón... Bien sabe Dios
blamos de "escándalo farisaico" (ya que siempre exis- cómo os echo de menos en las entrañas de Cristo" (Flp
tirán los fariseos modernos), ni del "scandalum pussil- U-8).
lorum" (escándalo de los débiles) de que hablan los
moralistas, el cual es propio de gentes timoratas o Varios mecanismos de defensa pueden perjudicar
anticuadas... las relaciones de una persona consagrada con las per-
sonas del sexo opuesto. Tal seria el caso del menos-
Afortunadamente podrían citarse muchos casos en precio que algunos sacerdotes inmaduros manifiestan
que un sacerdote, lejano, afectivamente reprimido y por las figuras femeninas.
aun áspero y un tanto déspota y machista, ha encontra-
do una excelente terapia para su carácter en un grupo En nuestro ambiente machista, el sacerdote está
juvenil mixto, en su trato personal con personas ami- llamado a dar un testimonio y ejemplo de respeto por
gas del otro sexo, como asesor de "encuentros de no- la mujer. Lejos de fomentar actitudes y comporta-
vios" y "encuentros matrimoniales". mientos despectivos hacia la mujer, él debe, por el
contrario, valorar, respetar, defender a la mujer como
En el plano sobrenatural, la verdadera amistad es igual.
"un peldaño en el ascenso hacia Dios y un paso hacia
todos los hombres" M. Así lo entendieron y transmi- El temor angustioso puede ser indicio de repre-
tieron a sus hijos los grandes fundadores como san siones o condicionamientos nocivos provenientes de
Agustín, san Benito, san Francisco de Sales, santo una equivocada educación en el hogar, en la escuela o
Domingo, san Ignacio de Loyola, santa Teresa de en la vida religiosa.
Otras veces se presentan formaciones reactivas
23. Viñas, op. cit. p 280. por las cuales se considera a toda mujer como un peli-

124 125
gro para la castidad; otras veces nos encontramos ante
verdaderos complejos de inferioridad, ante las perso- amistad noble y elevada, le sirve al sacerdote de com-
nas del otro sexo. Algunos evitan el trato con ellas y pañía, lo equilibra afectivamente, le ayuda a madurar,
caen en un aislamiento afectivo; otros las tratan con lo educa, lo hace más humano y delicado. Mas, para
rudeza o impositivamente, como se podría tratar a un no pecar de ingenuidad o de imprudencia, hay que
recluta en el cuartel o a un compañero en la fábrica. tener muy presentes los criterios que a continuación
En otros puede predominar la suspicacia y desconfian- presentamos.
za. No faltan desplazamientos y compensaciones que
se manifiestan en el abuso del cigarrillo, del alcohol, V. CRITERIOS PARA DISTINGUIR
de las diversiones, de la buena mesa, del ansia, de po- LA AMISTAD AUTENTICA
der, de la codicia de dinero, de manifestaciones auto- EN LA PERSONA CONSAGRADA
. eróticas o egoístas, etc.
Vemos casos de párrocos y sacerdotes, que reser- Ya dijimos que la amistad no está reñida con el
van para las religiosas las aristas más ásperas y cor- compromiso sacerdotal o religioso. Más aún, que pue-
tantes de su carácter agrio, amargado o dominante. de ser una ayuda para vivir dicho compromiso, siem-
Tratan a las religiosas con altanería y dureza; les impi- pre que se cumplan ciertas condiciones.
den la participación en las decisiones y el trabajo, no
¿Cuáles son esas condiciones? Algunas son co-
tiene en cuenta sus opiniones, sugerencias y necesi-
munes a toda amistad verdadera; otras se aplican más
dades; las aislan y arrinconan.
directamente a la amistad de una persona consagrada
Afortunadamente muchos sacerdotes valoran a las por los votos o el celibato. Tratemos de describirlas,
religiosas como seres humanos, como personas con- sin pretender de ninguna manera ser exhaustivos.
sagradas al Señor y como invaluables y abnegadas La amistad del sacerdote o religioso (a) para ser
colaboradoras en la construcción del reino. Han apren- auténtica, debe llenar estas características:
dido a confiar en ellas, a darles responsabilidades, a
tratarlas como personas iguales en dignidad y, a veces 1. La amistad auténtica es una unión profunda entre dos
superiores, en cualidades humanas, en espíritu de ora- personas que consta de múltiples elementos: espiri-
ción, en capacidad de sacrificio y en fidelidad en su tuales, afectivos, sensibles. No abogamos por una
compromiso con Dios y con los hermanos. Han apren- amistad "desencamada" y artificialmente "espiritua-
dido a amarlas. Ellas pueden ser insustituibles colabo- lizada" sino por una verdadera amistad humana. Su-
radoras y un valioso complemento en la vida afectiva pone la integración de todos estos diversos elementos
del sacerdote. Una religiosa, a quien se profesa una de la personalidad: espirituales, afectivos, sensibles,
sexuales, o sea, la madurez de la personalidad (tan di-

126
127
fícil de definir y mucho más ardua de alcanzar). La
madurez es indispensable en cualquier relación hu- 7. Supone la liberación de temores e inhibiciones, y la
mana auténtica. capacidad de afrontar los riesgos que conlleva la
apertura con el otro en una relación de amistad. Hay
2. Surge de una cierta afinidad o sintonía con la otra que aprender a abrirse y a recibir también las comu-
persona y se manifiesta en el "dar y recibir", o sea en nicaciones del otro. Los sicólogos sociales modernos
lo que san Ignacio llama comunicación de bienes hablarían de la habilidad para dar y recibir "feed-
entre las dos personas (la Meditación última de los back" oportuno. El amigo aprende a comunicar sus
famosos Ejercicios espirituales, o sea, la contem- conocimientos; a compartir sus pertenencias, sus ha-
plación para alcanzar amor)24. bilidades, su tiempo y su trabajo y, lo que vale más
3. Supone una predilección. Aunque uno ame a muchas que todo, su propia persona. Está abierto a la comu-
personas y aun a todos los prójimos por amor de nicación, a las observaciones, a las correcciones de la
Dios, profesa un amor especial a la persona del ami- otra persona: "Es propio de la verdadera amistad
amonestar y ser amonestado" (Cicerón)26.
go.
4. Se basa en el respeto a la persona y a la libertad del 8. No basta con transmitir informaciones e ideas. Más
amigo y por lo tanto, a la opción de vida de las dos importante es aprender a comunicar y a compartir
apropiadamente los afectos, de acuerdo con la voca-
personas: sacerdocio, vida religiosa, matrimonio, etc.
ción elegida libremente y los compromisos adquiri-
5. Supone la comprensión, y sobre todo el aprecio y la dos por las dos personas: con Dios, con la Iglesia,
aceptación de la afectividad y de la sexualidad propia con la comunidad religiosa, con otros amigos y fami-
y ajena, como elementos de primordial importancia liares. Esta comunicación consiste en la transmisión
para la realización humana que condiciona toda y reflexión objetiva de los sentimientos, la cual for-
relación inter-personal. ma la quinta esencia de la terapia centrada en el
cliente popularizada por Cari Rogers y que juega un
6. Supone la superación del egocentrismo infantil y de papel principalísimo en una amistad profunda. La
la transición gradual y trabajosa del amor captativo persona consagrada, tiene que lograr un difícil equi-
del niño al amor oblativo del adulto. Es la benevolen- librio dinámico entre la inhibición y represiones
cia para buscar el bien de la otra persona, de que provenientes de una equivocada educación familiar o
deformaciones en la formación religiosa.
habla Cicerón y muchos otros autores25.
Pero, por otra tiene que evitar la entrega total de la
persona casada, las expresiones amorosas de los
enamorados y las manifestaciones inmaduras del
24. Ignacio de Loyola, san. Ejercicios espirituales, n 231.
25. Cicerón, op. cit. 26. Ibid.

129
adolescente, que está apenas comenzando a descubrir
y luchando por comprender su propio mundo afectivo tad del religioso(a) y del sacerdote necesariamente
y el imán que lo atrae hacia las personas del otro están condicionados por su propio sexo y por el de la
sexo. persona amiga; excluye de manera expresa, sincera y
generosa, toda expresión voluntaria de índole sexual.
9. No es ni posesiva, ni dominante, ni celosa. Deja a las Más claramente, excluye toda manifestación propia-
dos personas en libertad para crecer en la opción fun- mente genital. La auténtica amistad no andará bor-
damental de sus vidas y en las decisiones menudas deando temerariamente los despeñaderos de La Ter-
que forman la trama de la vida cotidiana. cera vía.
No excluye la acción de otros "tus", ni en la vida pro- 12. Este equilibrio es un proceso dinámico, siempre cam-
pia ni en la existencia de la persona amiga. En otras biante; no es nada fácil de lograr, sin un continuo
palabras, no es una amistad exclusiva ni excluyente. proceso de discernimiento espiritual y mucha vida de
Mantiene las puertas del afecto y del corazón abiertas oración.
a otras personas y amistades. Las dos personas no se
encierran en el "nosotros" y nadie más. "Una verda- Por eso ayuda tanto el vivir en apertura y lucidez.
dera amistad no debe hipotecar el corazón sino que Apertura hacia nuestro entorno (superiores, com-
debe liberarlo; ni debe aislarnos de los demás, sino pañeros, feligreses, etc.), sin secretismos sospe-
que debe dejar siempre la puerta abierta a los otros..." chosos. Apertura hacia nosotros mismos, sin racio-
Nos deja libres para amar27. nalizaciones. "Apertura hacia un director o un amigo
de verdad" ».
10. No es una entrega total. O sea, no tiene que compar-
tir toda la persona ni aspirar a dominar o poseer total- 13. Debe, estar fundamentada en Dios. Por eso, san
mente al otro. Agustín define muy bellamente la amistad cristiana
como "la unión interpersonal, afectuosa, desinteresa-
11. Por consiguiente, es sexuada, pero no sexual. Sexua- da y pura, que se hace tal, gracias a la presencia amo-
da porque cada persona pertenece a un sexo determi- rosa de Dios" N.
nado, el cual condiciona todos sus sentimientos, El compromiso total, definitivo, irrevocable con la
experiencias y actuaciones. Siempre seremos seres persona de Cristo, a la cual se la ha entregado el
sexuados, hombres o mujeres, hasta la última célula cuerpo y el alma, el corazón y los sentidos, la capaci-
de nuestro organismo y las manifestaciones más suti- dad de querer y de trabajar, sin restricciones de nin-
les de nuestros sentimientos, manifestaciones de cari- guna clase. Solo en Dios y por Dios tiene razón de
ño, manera de comunicarnos, etc. El amor y la amis- ser cualquier amistad humana. El le da sentido último

27. Guerrero, J.M. Las amista/les en la vida religiosa, en Vida reli-


giosa. Madrid: 1979, 47, n 9, pp 262-266. 28. Ibid.
29. Agustín, san. In Joan evangelium íract. LXV, 2 op. cit.

130
131
y positivo a toda amistad sellada con el voto de casti-
a Cristo lleva consigo una renuncia definitiva y la
dad.
soledad de corazón. Esto forma parte integrante de la
Las personas consagradas tienen que ser conscientes cruz que Jesús nos ofrece en su seguimiento, nos aso-
de lo que desean en esa amistad. "Algo sumamente cia íntimamente al misterio pascual, y nos hace par-
importante es que sean conscientes de lo que quieren, tícipes de la fecundidad espiritual que de él dima-
es decir, de entablar una sana amistad y no, una rela- na" 32. No nos llamemos a engaño ni ilusión: esta vi-
ción marital o cuasi-marital, o un enamoramiento30. vencia del amor a Dios, a los hermanos, a la misión,
Por eso deben preguntarse desde el comienzo: "¿Nues- necesitan "agarrar" toda la persona para servir de
tra amistad nos hace crecer en la opción fundamen- contrapeso al atractivo poderoso del amor humano.
tal?". "Si la amistad ayuda a crecer en apertura a Dios
y a los demás, en disponibilidad sin límites predefini- 15. De ahí la importancia fundamental de una "fe viva,
dos, en gratuidad para servir, en entusiasmo real e ilu- medio único para poder entender existencialmente el
sionado por el proyecto de vida que hemos asumido, sentido y el valor de ese sublime amor que por la
en una palabra en la fidelidad a nuestra opción funda- consagración de toda nuestra personalidad con todos
mental que orienta y da sentido a toda nuestra vida, es los elementos propios, la asume plenamente y tras-
una amistad sana y liberadora"31. ciende todas sus reacciones, aun las naturales" ".

La amistad de las personas consagradas, siendo de 16. Esta fe no puede mantenerse viva sin una intensa
gran importancia, como complemento de la persona- vida de oración. Solo la oración humilde y perseve-
lidad, debe estar sólidamente asentada sobre una op- rante puede alcanzar "la inmensa gracia amor perso-
ción vocacional clara y decidida por la radicalidad, nal a Cristo" 3 \ medio a su vez indispensable para la
por la entrega a Dios y en los servicios de la Iglesia y guarda del corazón.
de los hermanos. 17. El sacerdote y el (la) religioso(a) tienen que estar
muy centrados en una verdadera caridad y unión con
14. El compromiso de los votos no puede fundamentarse sus hermanos en el presbiterio o en su comunidad re-
en simple fuerza de voluntad. Sería caer en un volun- ligiosa y mantener un corazón abierto, en el cual ten-
tarismo naturalista, doloroso y, a la larga, insos- gan cabida otras amistades profundas y sinceras: con
tenible. Se requiere una vivencia de la entrega a Dios los miembros de su familia, con sus colaboradores en
y a los demás, que plenifique a la persona consagra- el apostolado, con grupos apostólicos, etc. Lo malo
da, que le de satisfacción, felicidad, aun en medio de no es en tener muchos amigos, sino no amar a nadie
las luchas y vacíos afectivos. "Nuestra consagración o mantener una amistad exclusiva y excluyente, co-

30. Guerrero , J. M. op. cit. 32. Compañía de Jesús. D. 14,5.


31. Ibid. 33. Ibid. 6,a.
34. Ibid. 8,a.

133
mo remedo o compensación de un amor conyugal, o mente; a realizarse como persona; a llenar su trabajo
cuasi-conyugal insatisfecho... "Una persona consa- apostólico más eficientemente; a santificarse y unirse
grada con votos tiene más probabilidades de perse- con Dios. Si logra aplicarlas con la ayuda de la gracia
verar, si mantiene varias amistades, con personas del
y su propio esfuerzo de discernimiento espiritual,
otro sexo" K.
vivirá sus amistades con alegría espiritual, entre los
18. Tratándose de la amistad de un sacerdote con una dos extremos del temor infundado y de la imprudencia
religiosa, o con una mujer casada, tanto más seguras rayana en presunción. Así viviremos con madurez y
estarán las dos personas y más serena será su amis- plenitud el maravilloso don de la amistad.
tad, cuando másfirmesy felices y "enamoradas" es-
tén ambas en su propia vocación, compromiso y mi-
sión apostólica. La esposa de Cristo satisfecha con su
vocación y con su comunidad y su misión; la mujer
casada feliz con su marido, con sus hijos, su hogar y
su trabajo.
19. La entrega entusiasta y alegre a la propia misión
apostólica será un contrapeso muy fuerte, para las
ocasiones en que surjan eventuales brotes de sensua-
lidad o deseos espontáneos o manifestaciones sexua-
les, que eventualmente pueden ocurrir aun en las
amistades más limpias entre un hombre y una mujer.
En esos momentos, se necesita "fuerza y peso viven-
cial de contrapeso" K.

* * *

Los criterios expuestos arrojan algunas luces para


reconocer la amistad auténtica y ennoblecedora que
ayuda a la persona consagrada a madurar sicológica-
35, Finn, Virginia Sullivan. op. cit.
36. Alcalá, SJ, V. Seminario de sicología. Bogotá. CRC (Notas
mimeografiadas) "Formación de la afectividad", p 9.

134
135
CAPITULO V

Formación permanente
de los presbíteros
y religiosos
(Dimensiones humana y comunitaria)

De acuerdo con la teología católica, la vocación al


sacerdocio o a la vida religiosa y la eficacia del trabajo
apostólico, suponen la operación de la gracia y una
respuesta del hombre. Incluyen por lo tanto elementos
naturales y sobrenaturales. La aptitud del instrumento
humano contribuye a la realización personal del após-
tol y a la eficacia de su apostolado. Es una simple apli-
cación del principio tan conocido de que gratia sup-
ponit naturam et perficit eam, o sea, que "la gracia de
basa en la naturaleza y la perfecciona" '. Así lo reco-
nocieron los obispos reunidos en el sínodo sobre la
formación sacerdotal: "Sin una adecuada formación
humana, toda la formación sacerdotal estaría privada
de su fundamento necesario" 2.
Juan Pablo II acaba de publicar su exhortación
apostólica postsinodal Pastores dabo vobis (marzo 25,

1. Jiménez, A. ¿Cómo son los sacerdotes de Colombia? Bogotá:


Pontificia Universidad Javeriana 1977, cf pp9-15.
2. Juan Pablo II. Exhortación apostólica postsinodal "Pastores dabo
vobis". Osservatore Romano, Año XXIV, N 15 (1111.215), n 43.

137
1992)5, que recoge las preocupaciones del sínodo y
constituye un verdadero "compendio de la formación contrar a todos y dialogar con todos. Sobre todo co-
de los sacerdotes en la situación actual". El último nociendo y compartiendo, es decir, haciendo propia,
capítulo lo dedica Juan Pablo II a un amplio estudio la experiencia humana del dolor en sus múltiples ma-
sobre la formación permanente de los sacerdotes. La nifestaciones, desde la indigencia a la enfermedad,
exhortación apostólica indica las razones teológicas de desde la marginación a la ignorancia, a la soledad, a
la formación permanente. A esas razones se añaden las pobrezas materiales y morales, el sacerdote enri-
otras motivaciones, como la exigencia de toda la vida quece su propia humanidad y la hace más auténtica y
transparente, en un creciente y apasionado amor al
para seguir adelante en el camino de la madurez, adap-
hombre"4.
tándose a las necesidades de los tiempos y lugares.
Actualizarse es casi una obligación profesional. La
nueva evangelización, tarea esencial de la Iglesia en La dimensión humana y comunitaria constituye un
punto importantísimo de la formación permanente no
este final del segundo milenio, exige un tremendo
solo de los sacerdotes sino de todos los religiosos y
esfuerzo de formación permanente.
religiosas. Sobre esta dimensión centraremos nuestra
Juan Pablo II distingue cuatro aspectos que deben atención.
profundizarse en toda educación permanente de los
presbíteros (y que pueden aplicarse a los (as) religio- En este capítulo esbozaremos esquemáticamente
algunas ideas personales acerca de la formación per-
sos(as); la formación humana, espiritual, intelectual y
manente del sacerdote que magistralmente y de ma-
pastoral. En relación con el tema que nos ocupa, las
nera muy amplia han tratado los padres sinodales y el
consideraciones siguientes merecen toda nuestra re-
papa Juan Pablo II. Aunque el sínodo y la exhortación
flexión:
apostólica de Juan Pablo II tratan solo de los sacer-
dotes, nos tomamos la libertad de extender a los reli-
"Una primera profundización se refiere a la dimen-
sión humana de la formación sacerdotal. En el trato giosos y religiosas algunas enseñanzas y aplicaciones.
con los hombres en la vida de cada día, el sacerdote El presente capítulo está dividido en dos partes:
debe acrecentar y profundizar aquella sensibilidad
1. Objetivos de un programa de educación perma-
humana que le permite comprender las necesidades y
nente
acoger los ruegos, intuir las preguntas no expresadas,
compartir las esperanzas y expectativas, las alegrías 2. Algunos medios y recursos para lograr la edu-
y los trabajos de la vida ordinaria; ser capaz de en- cación permanente

3. Ibid.
4. Ibid. n 71-72.

139
I. OBJETIVOS DE UN PROGRAMA * En una palabra la madurez integral de la personalidad
DE EDUCACIÓN PERMANENTE y el logro de una autorealización personal, que con-
siste en el aprovechamiento pleno de las casi ilimi-
Podemos afirmar que el objetivo de todo programa tadas capacidades del ser humano.
de educación permanente, para sacerdotes y religiosos,
en el aspecto humano-comunitario, consiste en propi- Algunos aspectos importantes de esta maduración
ciar comportamientos que demuestren un incesante integral de la personalidad son:
progreso en los siguientes puntos: 1. Convicción profunda de la importancia y nece-
sidad de la formación permanente y de la madurez si-
* Profundizar en el propio conocimiento. Acrecentar el
cológica del presbítero.
insight acerca de las propias cualidades, valores,
recursos, potencialidades, lo mismo que acerca de la 2. Cultivo de la inteligencia, que insista en la capa-
limitaciones, defectos, errores. O sea, adquirir una citación para saber pensar, en el juicio crítico, en la
autoimagen objetiva y positiva. motivación para continuar aprendiendo toda la vida,
* Aceptarse y valorarse a sí mismo, aprendiendo a más bien que en la acumulación de informaciones me-
armonizar la autoestima positiva con la práctica de la morísticas. No es raro el caso del sacerdote que no
más profunda humildad cristiana, ya que la "humil- vuelve a leer un libro serio después de su ordenación y
dad es la verdad" (santa Teresa) y la autoestima y el que es incapaz de sentarse a estudiar o de tomar un cur-
respeto a sí mismo constituyen la condición indis- so, o de participar activamente en un seminario y es por
pensable para apreciar y respetar a los demás. lo tanto incapaz de preparar con cuidado una buena
* Progresar continuamente en la maduración integral de homilía. La motivación y el interés por seguir apren-
la personalidad, especialmente en el aspecto emo- diendo toda la vida, debe ser una nota característica de
cional y más específicamente en la madurez afectivo- todo buen presbítero que quiera mantenerse a la altura
sexual. de su misión, en el mundo de hoy.
* Clarificar el sentido de la propia identidad, como per-
sona humana, hombre o mujer; como cristiano; y "También la dimensión intelectual de la formación
como sacerdote o persona consagrada. requiere que sea continuada y profundizada durante
* Un incesante progreso en las relaciones interperso- la vida toda del sacerdote, concretamente mediante el
nales adecuadas y satisfactorias. estudio y la actualización cultural seria y compro-
* Supuestos todos los elementos anteriores, demostrar metida".
la capacidad para un compromiso eficiente y plenifi- "La perseverancia en el estudio teológico resulta tam-
cante en el trabajo apostólico. bién necesaria para que el sacerdote pueda cumplir

140 141
con fidelidad el ministerio de la Palabra, anuncián- La madurez afectiva no excluye el amor humano.
dola sin titubeos ni ambigüedades"5. Por el contrario lo incluye como elemento constituti-
vo. Escribe Juan Pablo:
En algunas comunidades femeninas, en que la ma-
yoría de las religiosas no han hecho estudios profesio- "La madurez afectiva supone ser conscientes del
nales, o quizás ni siquiera han terminado el ciclo de en- puesto central del amor en la existencia humana. En
señanza secundaria, el problema del anquilosamiento y realidad, como señalé en la encíclica Redemptor
desfasamiento intelectuales se agiganta dramática- hominis "el hombre no puede vivir sin amor. El per-
mente. manece para sí mismo un ser incomprensible, su vida
está privada de sentido si no se le revela el amor, si no
Es claro que la necesidad de esta actualización se
se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo
verifica profesionalmente en todo apóstol o agente de
hace propio, si no participa en él vivamente"(126).
pastoral como son todos los religiosos(as).
Se trata de un amor que compromete a toda la perso-
3. Educación progresiva de los sentimientos y na, a nivel físico, síquico y espiritual, y que se expre-
emociones para superar los peligros de la inhibición y sa mediante el significado "esponsal" del cuerpo hu-
de la represión y para saber, al mismo tiempo, manejar mano, gracias al cual una persona se entrega a otra y
y canalizar la vida afectiva. la acoge. La educación sexual bien entendida tiende a
Especial importancia tiene el equilibrio en el área la comprensión y realización de esta verdad del amor
emocional en general y en el terreno afectivo-sexual humano" \
en particular. El sacerdote tiene que aprender a aceptar
y manejar constructivamente su sexualidad, a vivir la 4. Formación para el celibato
amistad humana y las relaciones con todas las perso- Oigamos nuevamente a Juan Pablo II. Recalcar la
nas, hombres y mujeres, con espíritu alegre, tranquilo, necesidad de la madurez afectiva como requisito para
maduro; con aceptación plena del celibato libremente la guarda de la castidad:
escogido y vivido por el reino de los cielos. Para el
equilibrio emocional es también muy importante el "Puesto que el carisma del celibato, aun cuando es
adecuado manejo de sentimientos tales como la agre- auténtico y probado, deja intactas las inclinaciones de
sividad, el temor y la culpa y la práctica de algunas la afectividad y los impulsos del instinto, los candi-
"virtudes olvidadas" como la comprensión, simpatía, datos al sacerdocio necesitan una madurez afectiva
el perdón y la misericordia. que capacite a la prudencia, a la renuncia a todo lo
que pueda ponerla en peligro, a la vigilancia sobre el
5. Ibid. n 72. 6. Ibid. n 44.

142 143
cuerpo y el espíritu, a la estima y el respeto en las re- cerdote no sea arrogante ni polémico, sino afable,
laciones interpersonales con hombres y mujeres. Una hospitalario, sincero en sus palabras y en su corazón,
prudente y discreto, generoso y disponible para el
ayuda valiosa podrá hallarse en una adecuada educa-
servicio, capaz de ofrecer personalmente y de susci-
ción para la verdadera amistad, a semejanza de los
tar en todos las relaciones leales y fraternas, dis-
vínculos de afecto fraterno que Cristo mismo vivió
puesto a comprender, perdonar y consolar (cf lTm
ensuvida(cfJnll,5)" 7 .
3,1-5; Tt 1,7-9)"'.
Un elevado "nivel de tolerancia ante la frustración" y
el "stress", para saber manejar los conflictos y solu- La capacidad de relacionarse con los demás abarca
cionar los problemas, a los que continuamente tiene varios aspectos:
que enfrentarse en su vida personal y apostólica. Ma-
nejo adecuado de los "mecanismos de defensa" y co- — Con las figuras de autoridad, personalidad, personifi-
nocimiento de la sicología de las emociones. cada en el Sumo Pontífice, el obispo, los superiores o
jefes en el trabajo, las autoridades civiles. La expe-
5. Parte fundamental de la salud mental son unas riencia nos muestra que a veces el religioso, el pres-
adecuadas relaciones interpersonales, las cuales adquie- bítero y particularmente los párrocos encuentran difi-
ren en todo apóstol una importancia especial: cultades en este aspecto. Estas dificultades pueden
tener origen muy remoto (Vr.gr. actitudes adquiridas
"Precisamente para que su ministerio sea humana- en la infancia hacia el padre o la madre, o los maes-
mente lo más creíble y aceptable, es necesario que el tros), las cuales siguen influyendo toda la vida a nivel
sacerdote plasme su personalidad humana de manera inconsciente; la costumbre de ser uno mismo la figu-
que sirva de puente y no de obstáculo a los demás en ra de autoridad en su obra, su pueblo o su parroquia,
el encuentro con Jesucristo, redentor del hombre; es puede hacer más difícil el aprecio, el respeto y la
necesario que, a ejemplo de Jesús que "conocía lo obediendia hacia otras autoridades. Actitudes negati-
que hay en el hombre" (Jn 2,25; cf 8, 3-11), el sacer- vas* de diversa índole se manifiestan en conductas tí-
dote sea capaz de conocer en profundidad el alma hu- picas del oposicionista, el contestatario, el criticón y
mana, intuir dificultades y problemas, facilitar el en- puede llegar a ser muy destructivas y peligrosas y
cuentro y el diálogo, obtener la confianza y colabo- causar profunda amargura a su propio autor.
ración, expresar juicios serenos y objetivos"s. — Con los hermanos en el presbiterio y compañeros de
Este elemento esencial para una persona llamada a trabajo, con los cuales hay que tratar de formar un
ser responsable de una comunidad, exige que "El sa- verdadero equipo integrado de trabajo pastoral, el

7. Ibid. 9. Ibid.
8. Ibid. n 43

145
cual está en el extremo opuesto al individualismo que
solo se busca a sí mismo, su prestigio, su propia rea- son el amor a la verdad, la lealtad, el respeto a la per-
lización, con prescindencia de los demás. sona, el sentido de la justicia, la fidelidad a la palabra
dada, la verdadera compasión, la coherencia y, en espe-
— Con los familiares, con lazos auténticos de amor y de
cial, el equilibrio de juicio y de comportamiento"12.
cariño, que no quitan la libertad y disponibilidad al
apóstol. 7. Ejercicio de la libertad y educación de la con-
— Con toda la comunidad pastoral, especialmente con ciencia personal. Son dos puntos de suma importancia,
los laicos, siguiendo directrices que sobre sus dere- en los cuales insiste Juan Pablo II.
chos y deberes dentro de la Iglesia recalcó el Vati- "La libertad exige que la persona sea dueña de sí
cano Ií'°. misma, dedicada a combatir y superar las diversas for-
— Del sacerdote o religioso con la mujer y de ésta con mas de egoísmo e individualismo que acechan a cada
los varones, evitando dos extremos: la familiaridad uno, dispuesta a abrirse a los demás, generosa en la
excesiva y peligrosa, reflejo a veces de una adoles- entrega y en el servicio del prójimo".
cencia retardada, por un lado; y por otro, el trato an- Citando a los padres sinodales, Juan Pablo recalca
gustioso, distante, frío, tal vez agresivo hacia las mu- la importancia de formar la conciencia personal:
jeres. "Como fruto apostólico precioso del amor de
amistad vivo y pujante puede contarse ese trato ma- "La madurez humana del sacerdote debe incluir espe-
duro, sencillo, no angustioso, con las almas —hom- cialmente la formación de su conciencia. En efecto,
bres y mujeres— con las que tratamos con razón de el candidato para poder cumplir sus obligaciones con
nuestro trabajo en la edificación del "Cuerpo de Cris- Dios y con la Iglesia y guiar con sabiduría las con-
to"". El presbítero debe aprender especialmente a ciencias de los fieles, debe habituarse a escuchar la
tratar a las religiosas, que en muchas de sus obras son voz de Dios, que le habla en su corazón, y adherirse
las colaboradoras más inmediatas y más valiosas. con amor yfirmezaa su voluntad"13.
6. Competencia profesional para el trabajo apostó- 8. Satisfacción con la vida. El presbítero debe
lico." Como elemento indispensable para ser un instru- aprender a vivir con plenitud su bella y altísima voca-
mento apto en las manos de Dios se cuenta el cultivo de ción.
algunas virtudes muy necesarias para el apóstol, como
9. Filosofía unificadora de la vida. También tiene
10. Vaticano II, Documentos. Madrid: BAC. MCMLXVIII, Dcr. especial aplicación al religioso y al sacerdote este ele-
Apostolicam actuositatem, passim.
11. Cotigr. Gen. SJ. XXXI, Documentos. Zaragoza: Tipo-Línea.
1966,Decr.l6, n 8b. 12. Juan Pablo II. op. cit. n 43.
13. Ibid.44.

146
147
mentó, que consigna G. Allport como uno de los más
toma de conciencia corresponde a los señores obis-
importantes factores y señales de "La personalidad pos y superiores religiosos, a los formadores del
madura"14. Las verdades religiosas y la vivencia de la clero y antes que a otros, a los mismos sacerdotes y
fe facilitan al sacerdote la formación de una "jerarquía religiosos(as) y seminaristas.
integral de valores".
Todos estos elementos contribuyen a formar lo 2. Sería muy conveniente dedicar algunos encuentros
que se ha llamado tradicionalmente "un hombre o una exclusivamente al tema de la formación humana y
mujer de carácter", con principios y metas claras y vo- comunitaria, con la colaboración de expertos en la
luntad firme para lograrlas. materia.
10. Finalmente y casi como síntesis de todo lo 3. Aprovechamiento de los recursos de las ciencias
anterior, el presbítero y el religioso tiene que lograr humanas y en especial la sicología pueden prestar
una integración progresiva de todos los elementos an- en el proceso de selección y admisión de los can-
teriores, que forman la personalidad madura, con una didatos para el sacerdocio o la vida religiosa. Esto
auténtica vivencia religiosa, o sea, con un espíritu pro- mismo se aplica a la promoción a los votos o a las
fundo de oración, con la abnegación de sí mismo, la órdenes sagradas, especialmente cuando haya lugar
práctica del discernimiento espiritual y la disponibili- a dudas prudentes sobre la aptitud del candidato.
dad, la humildad verdadera, el espíritu de trabajo crea- 4. En la formación de la comunidad o del seminario y
tivo y eficiente, etc. aprovechando diversas reuniones del presbiterio,
11. Y como camino y meta y última razón de ser y insistir en ¡a necesidad de un descanso metódico,
síntesis de este ideal tan dicícil: el amor personal a especialmente en compañía de otros sacerdotes y
Jesucristo y la devoción sincera a la madre de Dios y religiosas; esas reuniones fraternas pueden ayudar a
madre del sacerdote. renovar la vida espiritual y al espíritu de fraternidad
y restablecer las fuerzas corporales y sicológicas.
Para este fin, ayudaría el organizar algún tipo de
II. MEDIOS Y RECURSOS descanso semanal, o al menos quincenal, mediante
ayudas o suplencias de unos religiosos o sacerdotes
1. Ante todo hay que formar la conciencia de la im- con otros. También se puede planear algún tipo de
portancia que tienen los aspectos "humanos y co- vacaciones en común aprovechando las casas de
munitarios" en la formación permanente. Y esta descanso y de ejercicios existentes.
14. Allport, G. W. La personalidad: su configuración y desarrollo. Juan Pablo II recomienda a los sacerdotes varios
Barcelona: Herder. 1966, c XII. tipos de encuentros: encuentros del obispo con su

148 149
presbiterio, encuentros de espiritualidad sacerdotal, desajustes de tipo emocional. Lo mismo puede afir-
encuentros de estudio y de reflexión común. Igual- marse de los religiosos.
mente aconseja diversas formas de vida en común
y de asociaciones sacerdotales15. Los religiosos y 6. Creación de un "servicio de asesoría espiritual y si-
religiosas generalmente gozan de una mayor facili- cológica" para los presbíteros y los religiosos. Por
dad para estas convivencias comunitarias que sue- la limitación de recursos humanos y económicos, es
len ser tan fructuosas y que alivian la soledad del necesario aunar los esfuerzos (SPEC, CRC, CEP-
sacerdote. CAM, Departamentos de ministerios jerárquicos,
vida consagrada, universidades católicas, etc.). Po-
"La participación activa en el presbiterio diocesa- dría iniciarse este servicio en unas tres o cuatro ciu-
no, los contactos periódicos con el obispo y con los dades para atender las necesidades de una zona del
demás sacerdotes, la mutua colaboración, la vida país.
común o fraterna entre los sacerdotes, como tam-
bién la amistad y la cordialidad con los fíeles laicos 7. Sería muy útil entre tanto, elaborar una lista de
comprometidos en las parroquias son medios muy siquiatras y sicólogos de sólida formación y con-
útiles para superar los efectos negativos de la ducta ética y cristiana, que se puedan recomendar a
soledad que algunas veces puede experimentar el los sacerdotes para una consulta o tratamiento de
sacerdote"16. tipo sicológico, buscando también la fijación de
unos honorarios moderados.
5. Acompañar al presbítero y al religioso (a) en el
proceso ininterrumpido de la maduración integral 8. Aunque sea una meta a mediano o largo plazo,
de la personalidad. Este punto es de suma impor- parece lo más primordial de todo, la preparación de
tancia, ya que en los colegios y demás instituciones sacerdotes y religiosos especialistas en sicología,
de e-ducación, sin excluir los seminarios, se suele que puedan prestar el servicio de la dirección espi-
poner más énfasis en la formación estrictamente ritual y de la consejería sicológica a sus hermanos
académica. Hay que tener en cuenta que los sacer- sacerdotes. Esto podrán más fácilmente lograrlo las
dotes más inteligentes y más provistos de comunidades religiosas y las diócesis más ricas en
conocimientos y los que obtienen mejores califica- clero y en vocaciones.
ciones en el seminario, no siempre son los mejores 9. Creación de programas especializados (conviven-
sacerdotes ni los apóstoles más eficientes, debido cias, seminarios, publicaciones, etc.) para preparar
con frecuencia a defectos de personalidad o a a los presbíteros y a los religiosos a afrontar situa-
ciones difíciles como la enfermedad, la vejez y la
15. Juan Pablo II. op. cit. n 80-81.
jubilación, la invalidez, la muerte.
16. Ibid. n74.

151
10. Ayudará el organizar cursos, seminarios, convi-
vencias para los seminaristas, sacerdotes y reli- CAPITULO VI
giosos que proporcionen a los participantes algu-
nos conocimientos científicos y algunas experien-
cias basadas en la moderna sicología, que les fa- El bienestar sicológico
ciliten profundizar en el propio conocimiento, me-
jorar sus relaciones interpersonales y los capaciten
de los sacerdotes
para una opción religiosa definitiva más cons- y religiosos (as)
ciente y madura.
en la tercera edad

Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que el


bienestar y el sano ajuste sicológico de todo individuo
dependen principalmente de que sus necesidades bási-
cas sean adecuadamente satisfechas. Este principio
vale lo mismo para el niño que para el joven; para el
adulto tanto cómo para el anciano; lo mismo para el
religioso o sacerdote que para los laicos. Hay que te-
ner en cuenta también que las necesidades fundamen-
tales del ser humano son las mismas, aunque el modo
de satisfacerlas varíe infinitamente de un individuo a
otro y aun en el mismo individuo de acuerdo con las
diferentes etapas evolutivas o los momentos de su
existencia.
Por esta razón vamos a estudiar el bienestar inte-
gral del religioso y sacerdote ancianos a la luz de la si-
cología de las motivaciones humanas.

152
153
I. BIENESTAR INTEGRAL
Y NECESIDADES HUMANAS

A. Sicología de las motivaciones humanas


5.
'AUTORREA-^
Abraham Maslow es mundialmente conocido co- LIZACION
mo uno de los sicólogos más representativos de "La (Necesidades
superiores)
tercera fuerza" o "La sicología humanística"1.
Se ha hecho clásica su teoría sobre la jerarquía de 4. EFECTIVIDAD
las motivaciones o necesidades humanas. Según Mas- f (Logro, aprobación, etc.)\
low2, la amplísima gama de motivaciones humanas,
puede reducirse a cinco grandes áreas, escalonadas en
un orden de prioridad. Son las siguientes, comenzando
por las más básicas: 3. ACEPTACIÓN
(Amor, pertenencia, etc.)
1. Necesidades fisiológicas, basadas en la tendencia
dei organismo hacia el equilibrio homeostático; ta-
les son el hambre, la sed, el sueño, el sexo, el aire,
la eliminación, el abrigo, etc.
2. La seguridad: motivación en búsqueda de la estabi- 2. SEGURIDAD
lidad, y el orden; de sentirse al abrigo de los peli-
gros físicos; del caos y de la angustia, y de las ame-
nazas contra la autoestima.
3. La aceptación incluye la necesidad de ser amado; 1.NECESIDADES FISIOLÓGICAS
de afecto y pertenecia a una familia, a un grupo de (Hambre, sed, sueño, aire, eliminación, sexo, etc.)
compañeros o amigos, a grupos diversos.

1. Jiménez, A. La tercera fuerza como alternativa para un sicólogo


creyente. En: La no creencia: causas y motivaciones. Bogotá: CELAM.
1983, pp 41-74.
2. cf Weiten, W., Psichclogy applied to modern Ufe. Monterrey,
California. 1983, pp 61-63. Figura 2. —La jerarquía de las necesidades humanas
según la teoría de Abraham Maslow
154
155
4. La efectividad abarca el logro, la autoestima, el re- un padre de familia condenado a muerte en los campos
conocimiento y aprobación por parte de los demás. de concentración nazis. El religioso antepone el amor
5. Las necesidades de autorrealización se expresan en a Jesucristo y el servicio a los prójimos a necesidades
la habilidad para dirigir la propia vida y encontrar muy básicas, que son objeto de sus votos de pobreza,
un sentido en ella; en la capacidad de dar amor; en de castidad y de obediencia. Los grandes apóstoles
las motivaciones superiores hacia el saber, la crea- anteponen el servicio de la caridad, que forma parte de
tividad, la belleza y el arte; los anhelos de justicia y la autorealización en la cúspide de la pirámide, a la
finalmente las relaciones con Dios, el ser trascen- satisfacción de otras necesidades más fundamentales.
dente e infinito.
Según Maslow, las necesidades humanas están B. El bienestar integral del anciano
organizadas en una jerarquía, de acuerdo con su prio-
ridad. Pueden representarse como una pirámide (cf ¿Qué relación tiene la teoría de Maslow con el
figura 2). Las que ocupan la base son las más funda- bienestar integral de una persona?
mentales y deben satisfacerse razonablemente, para
que las siguientes cobren fuerza y motiven los com-
portamientos de una persona. Así, por ejemplo, nece- 1. Necesidades orgánicas
sita uno saciar suficientemente el hambre, para que la
necesidad de seguridad cobre fuerza y mueva a la Para que el anciano viva satisfecho, hay que tener
acción; o a la inversa, por buscar la supervivencia, se en cuenta, ante todo, sus necesidades orgánicas, o sea,
sacrifica la propia seguridad exponiéndose a peligros, aquellas que directamente se relacionan con el man-
a veces extremos. De manera semejante, para que tenimiento de su vida y salud corporales. Precisamente
cobren fuerza las necesidades que están colocadas más porque el organismo va decayendo, el viejo necesita
arriba, como es la aceptación, hay que satisfacer ade- cuidados especiales en lo referente a la alimentación,
cuadamente no solo las necesidades fisiológicas, sino la vivienda, el sueño, el cuidado de la salud y el alivio
también la seguridad. Y así consecutivamente. de sus dolores, achaques y molestias. Es tan claro esto
que no es necesario explicarlo.
Este orden se verifica en la generalidad de los
casos y personas, pero pueden ocurrir excepciones.
Toda guerra ha tenido sus héroes y toda causa cuenta 2. La seguridad
con sus mártires. San Maximiliano Mana Kolbe sacri-
Subiendo un poco más arriba en la escala de las
fica su propia vida (la más fundamental de todas las
necesidades humanas, se encuentran una serie comple-
necesidades humanas) en pro de un amor heroico por
ja de motivaciones sicológicas, tanto de tipo indivi-

156 157
dual como de carácter social, que deben satisfacerse 4. IM efectividad
adecuadamente para que el anciano pueda llevar una
vida feliz y gozar de salud mental. Es la necesidad de sentirse capaz, útil, fuerte,
La seguridad es la más básica de las motivaciones hábil, inteligente, en una palabra, competente. La per-
sicológicas del ser humano. Seguridad significa pro- sona que llena esta necesidad siente que es dueña de
tección contra los peligros que amenazan al yo o a su propia vida; funciona bien con la gente y llena su
otras personas con los cuales el individuo se siente trabajo profesional y los "roles" de su oficio. Se siente
unido por vínculos de aprecio o cariño. Estos peligros razonablemente satisfecha y puede contribuir al bien-
no son solamente de orden físico como la muerte, la estar de los demás.
enfermedad, la pérdida de los bienes materiales, la
miseria, sino que también existen amenazas sicológi- 5. La autorrealización y las motivaciones superiores
cas, como la soledad, el fracaso, los cambios, la muer-
te de los seres queridos y la paulatina desaparición de Mencionemos finalmente el deseo insaciable de
los coetáneos. aprender y de saber cosas nuevas; el ejercicio de la
creatividad, no solo en grandes inventos, sino en los
3. La aceptación detalles menudos de la vida cotidiana; las motivacio-
nes estéticas y artísticas como son el gusto por la pin-
Esta motivación se manifiesta en el deseo de sen- tura, la música y por tanta belleza que irradian la natu-
tirse y parecer digno, importante, necesario y sobre raleza y los seres humanos; el disfrute de la propia li-
todo en la necesidad de sentirse amado. La satisfac- bertad y de la disposición de su vida para no depender
ción de esta necesidad es requisito indispensable para excesivamente de las expectativas, de las opiniones,
aprender a estimarse y amarse uno mismo y para alabanzas o críticas ajenas sino proceder de acuerdo
aprender a dar amor. La necesidad de aceptación suele con los dictámenes de la propia conciencia y de asu-
permanecer muy activa hasta los 18 años, pero hay mir responsabilidades y riesgos; la ilimitada capacidad
personas que nunca la llenan; el ansia de aceptación de amar y poner los propios recursos y cualidades al
puede llevarlos hasta el servilismo y la prostitución de servicio de los demás o de una causa noble y digna,
sus más caros valores. como la lucha por la justicia entre los hombres, la
grandeza de la patria, la extensión del reino de Dios.
Muy importante es encontrar un sentido de la vida. La
persona autorrealizada es capaz de proponerse metas
altruistas que contribuyen al bienestar de los demás.

158 159
Para la persona consagrada adquieren especial c) Finalmente, hay otros desempleados que ya no
importancia las motivaciones religiosas, ya que su pueden trabajar. De ellos solo un pequeño número
vida toda está radicalmente orientada hacia el amor de está bien atendido materialmente, por su propia co-
Dios y hacia el servicio a los hermanos por amor de munidad, por diversas instituciones o por recursos
Dios. Son las ansias de un ser infinito, Dios, que con- propios; naturalmente estos últimos son quienes se
stituye la meta última de la existencia humana y el hallan en peor situación, especialmente cuando se
único bien capaz de llenar plenamente las necesidades trata de enfermos o inválidos3.
de verdadera y auténtica autorrealización. Aun las per-
Este último grupo es el que sufre más durante las
sonas que no conocen a Dios ni piensan en él, lo an-
privaciones, en aspectos tan fundamentales como la
dan buscando, tal vez a tientas y sin conocerlo, según
alimentación y el vestido, la vivienda, y sobre todo la
la expresión de san Pablo en el areópago de Atenas
conveniente atención a su salud quebrantada por la
(Hch 17,27).
edad. Indudablemente se han dado algunos pasos en
procura del bienestar humano y la seguridad social del
clero en América Latina4. Pero son muchos los sacer-
II. LA SITUACIÓN HUMANA dotes ancianos, especialmente antre el clero diocesa-
DEL SACERDOTE no, que viven casi totalmente desprotegidos y sin re-
Y DEL (DE LA) RELIGIOSO(A) cursos adecuados para llenar sus necesidades más fun-
damentales y llevar una vida digna, como merecerían
EN LA TERCERA EDAD
después de haber consagrado su existencia al bien de
los demás y a la predicación del evangelio.
A. Compartiendo los problemas de todos
los ancianos En general, las religiosas y religiosos están mejor
atendidos por sus respectivas comunidades en cuanto a
La situación humana de los sacerdotes y religiosos la satisfacción de sus necesidades materiales. Pero así
de la tercera edad es muy variada: como las angustias económicas suelen recaer princi-
palmente sobre los sacerdotes diocesanos que no cuen-
a) Existe uri grupo grande de ancianos activos en su tan con el respaldo de una familia religiosa, los pro-
trabajo; este grupo de presbíteros y religiosos apos-
tólicamente ocupados, es el que se halla en mejor
3. cf Jiménez, A. El bienestar sicológico del sacerdote en la tercera
situación. edad. Medellín, 43, 1985, pp 411-427.
b) No faltan algunos que pudiéramos calificar de sub- 4. CELAM, (DEVYM) Sustentación y prevención social del clero. Bogotá:
CELAM. 1975; cf etiam Encuentro sobre el bienestar humano y seguridad
empleados.
social del clero en América Latina Bogotá: CELAM. marzo 1985.

160 161
blemas de orden sicológico y humano afectan a todos Esta incertidumbre se extiende a todos los campos.
los religiosos, hombres y mujeres, y a todos los sacer- ¿Podrán cubrirse los gastos cuantiosos que exigen una
dotes, diocesanos y religiosos... sustentación y cuidados médicos adecuados? ¿Empeo-
Son muchos y muy duros los golpes que inevita- rarán sus achaques y dolores, hasta volverse intolera-
blemente la vejez trae consigo y que forman el lote bles? ¿Se quedará solo y abandonado? ¿Estará su con-
común de todas las personas de edad, sean seglares o cienca tranquila para dar cuenta a Dios de su vida?
sean personas consagradas. ¿Lo invadirán sentimientos de culpa y remordimien-
Si en nuestro medio se hiciera una encuesta5 con la tos?
sencilla pregunta "¿Qué es para ti lo más difícil de Las amenazas a la autoimagen y a la autoestima
aceptar en el otoño de la vida?", muchísimos religio- constituyen la fuente más común de sufrimiento para
sos de la tercera edad mencionarían algunas o todas muchos ancianos; muchísimas angustias brotan de esta
las siguientes causas de sufrimiento, que se expondrán fuente malsana. A veces la seguridad básica se logra
siguiendo el orden planteado por Maslow en su teoría durante la primera infancia; pero hay personas de 50 o
sobre la jerarquía de las necesidades. más años que se sienten inseguras. Es obvio el peligro
1. La enfermedad, las limitaciones físicas y el declinar de una regresión hacia la inseguridad, durante la ter-
de vigor corporal, con los achaques y dolores con- cera edad, aun en personas que vivieron durante su
siguientes. madurez muy confiadas y seguras, como señores de
A la comunidad, especialmente a los superiores las situaciones, tal vez centros de autoridad y de
corresponde, en buena parte, tomar las medidas poder, polos de atracción para los hermanos de comu-
necesarias para cuidar de las necesidades más bási- nidad y para las personas de fuera. Se necesita una
cas de los ancianos, imitando la generosa actitud de personalidad muy bien estructurada y un alto nivel de
Ignacio de Loyola que estaba dispuesto a vender tolerancia a la frustración para conservarse seguro a
aun los vasos sagrados para atender a los jesuítas medida que va uno adentrándose en la edad senil; es
enfermos . En esto consiste el ser verdaderos "ami- bien conocido el síndrome del anciano que, "regresa"
gos en el Señor". al invalidismo e impotencia de una "segunda infan-
cia".
2. La inseguridad originada en el hecho innegable del
envejecimiento y la incertidumbre frente a las ame- Cuando una persona es insegura, gran parte de sus
nazas de un porvenir incierto y de una muerte cierta energías se pierden en esta lucha agotadora en búsque-
y cercana. da de la seguridad. El individuo inseguro se parece al
soldado en peligro de muerte, que solo puede preocu-
5. Mateos, M. L. Mayores y jóvenes ante la tercera edad. Vida reli- parse por sobrevivir y para quien es imposible trabajar
giosa 46 n 4, 1979, pp 269-270.

162 163
por metas distintas o más elevadas. Más aún, las per- al tener que afrontar la jubilación o el retiro paulatino
sonas que se sienten amenazadas, se comportan a su de sus ocupaciones y cargos habituales. Los senti-
vez de manera defensiva y amenazante y no pueden mientos de soledad y abandono son consecuencia de
encontrar gusto en el trato con los demás, ni vivir fe- todo lo anterior: de la falta de salud, de la inseguridad,
lices. de la falta de respeto, aprecio y cariño, de la inactivi-
dad forzada.
3. La falta de acotación, aprecio y cariño
5. Las necesidades superiores
Es muy doloroso para el anciano el no ser tenido de autorrealización personal
en cuenta y sentirse como una carga para los demás o
un gravamen para la propia comunidad. Tanto o más Todos conocemos muchísimos ancianos en los
que el niño, el anciano necesita amor y comprensión, cuales estas motivaciones florecen con todo esplendor;
cariño y protección. Pero a medida que el individuo las motivaciones superiores pueden llenar muchos
envejece va sintiéndose cada vez más solo, menos vacíos que la vida va creando a medida que la edad
necesitado por los demás y menos estimado por ellos. progresa; son las únicas capaces de dar un sentido
En su dolorosa peregrinación el anciano se va alejando pleno a la vida y de proporcionar un alivio verdadero a
del mundo de los adultos y de los jóvenes; cada día se las inevitables privaciones y sufrimientos de la vejez.
siente más ajeno a los intereses, a las preocupaciones Dasafortunadamente, también conocemos viejos que
y a los temas de conversación de quienes lo rodean. se inclinan más hacia el polo negativo, llamado por
Erikson el sentido de desesperación y que prefe-
riríamos calificar de desesperanza, amargura o desilu-
4. La inactividad e inutilidad sión.
El no poder trabajar como antes, el sentimiento de No hay que olvidar, que según Maslow, esta plan-
ser inútil para el apostolado, el verse o creerse margi- ta preciosa de la autorrealización solo puede germinar,
nado, no solo de los organismos y centros de poder crecer, florecer y fructificar, hundiendo sus raíces en
sino aun de la misma vida social y comunitaria, cons- la capa vegetal de las demás necesidades razonable-
tituye para el viejo una de las fuentes más amargas de mente satisfechas. Simplemente, el anciano sufre frus-
sufrimiento. A causa del proceso inexorable del en- traciones a todos los niveles de la pirámide en la jerar-
vejecimiento, con su declinar físico y mental, la nece- quía de necesidades humanas propuestas por Maslow.
sidad de efectividad o logro es una de las que más fre-
cuentemente se frustran en el anciano, especialmente

164 165
nos; se echa de menos una auténtica fraternidad
B. Algunos datos empíricos sacerdotal o religiosa eficaz; denotan muchas ba-
rreras en la comunicación y poca capacidad de es-
Diversas encuestas6 confirman el cuadro que acaba cucha; gran penuria de servicios de animación inte-
de esbozarse. Algunos se originan en la personalidad gral y de atención a los ancianos; se lamenta el
del mismo anciano; otros provienen del ambiente y de vacío de organismos coordinadores del clero dioce-
la sociedad, principalmente de las personas que sano a nivel nacional y a nivel de provincia para los
rodean al anciano, como son los miembros de la pro- institutos religiosos.
pia congregación religiosa —coetáneos o personas Las encuestas destacan la falta de programas de
más jóvenes— y sobre todo el superior local. Los si- educación continuada; la ausencia casi total de aten-
guientes problemas, que fácilmente podrían encajar ción sicológica, sobre la cual no existe ni siquiera la
dentro de las categorías que vienen de exponerse son: conciencia de su necesidad. Se anota también la con-
a) Por parte de sacerdote anciano se anotan la inca- veniencia de fomentar el descanso y las sanas diver-
pacidad física y mental en la que a veces se en- siones; deja mucho que desear la selección cuidadosa
cuentra; la falta de preparación para aceptar y de directores espirituales y de superiores preparados
afrontar su vejez; la escasa motivación para ayu- para atender a sus hermanos ancianos; la falta de pla-
darse y para dejarse ayudar; la marginación del tra- nificación para aprovechar las posibilidades de trabajo
bajo y de la convivencia social; la profunda sole- que muchas personas de edad utilizarían todavía, si
dad; la necesidad de ser escuchado y tenido en estuvieran mejor ubicados.
cuenta. Hay necesidad de emprender programas de
preparación para la vejez con suficiente antelación,
c. Algunos problemas más específicos
de modo que el anciano acepte su vejez con valen-
del sacerdote y de la persona consagrada
tía y madurez y logre una relación satisfactoria no
solo con sus hermanos, sino con la gente en gene-
El sacerdote, como ser humano, participa de todas
ral.
las necesidades humanas fundamentales y se siente
b) Por parte de los hermanos en el sacerdocio o en la frustrado cuando éstas no se satisfacen adecuadamen-
vida religiosa, se nota en general, falta de concien- te. Sobra insistir en ello. Pero, por su misma voca-
tización e impreparación para atender a los ancia- ción, con frecuencia presenta una problemática carac-
terística, que es preciso tener en cuenta y que es inhe-
6. Dulcey, E. Encuesta sobre las necesidades y expectativas del sac- rente a su vocación y género de vida.
erdote anciano, realizada en la Universiodad de Santo Tomás, Bogotá,
1983 (Comunicación personal de la autora). Cf eitam CELAM, op. cit.
(Encuestas preparatorias para el encuentro).

167
166
Hagamos tres sencillas aplicaciones a la vida de sino que se ha desempeñado como elemento clave
los religiosos y de los presbíteros, como simples ejem- del progreso material y de cambio social en una pa-
plos entre muchos posibles. rroquia o en diversas asociaciones de influjo en la
sociedad. En esta forma, su motivación de logro ha
— La vocación al sacerdocio lo llama a imitar a Cristo mantenido múltiples oportunidades de satisfacerse de
pobre y a trabajar sin avaricia por los bienes materiales. manera sana y constructiva, en su trabajo apostólico.
Al ver que la vejez se aproxima, fácilmente se acre- Al producirse la jubilación oficial, o al decaer con la
cientan en el presbítero los sentimientos de inseguri- edad su vigor físico e intelectual y su participación
dad y de riesgo, que pueden hacerle sucumbir a la decisoria, el sacerdote tiene que dar un salto abrupto
tentación de avaricia y apego al dinero, si no existen o un gradual descenso de la autonomía a la depen-
los medios institucionales que provean a su honesta dencia, del rol central de liderazgo al arrinconamien-
sustentación y le protejan de los riesgos que conlle- to del marginado, del ejercicio del poder a la acepta-
van la ancianidad, la jubilación, la invalidez. ción de la voluntad ajena.

— Por su celibato ha tratado de imitar a Cristo virgen y — Los rápidos y profundos cambios de la sociedad in-
ha renunciado a formar una familia propia. Pero con- dustrializada suelen golpear más duramente a las per-
tinúa siendo un ser humano, dotado de una capacidad sonas de edad que a los mismos jóvenes. Los sacer-
profunda de amar y de sentirse amado. Con frecuen- dotes que hoy atraviesan por su ancianidad han vivi-
cia el sacerdote de edad, especialmete el diocesano, do una época de profundos cambios culturales, que
puede sentirse profundamente solo y marginado. difícilmente encuentran parangón en los siglos pasa-
Estos sentimientos, sí no logran manejarse adecuada- dos y que removieron hondamente a la Iglesia, a los
mente, pueden sumergir al sacerdote en una profunda religiosos, y al presbítero, hasta cuestionar su identi-
tristeza y amargura, o conducirle gradualmente a lo dad misma. Estos cambios producen o aumentan la
que podríamos llamar la sicología del solterón '. inseguridad ante situaciones desconocidas y frente a
las nuevas cohortes jóvenes que van desplazando a
— Por su vocación apostólica, por su cultura y por sus los de más edad. Piénsese en los posibles sentimien-
funciones apostólicas, el sacerdote ha sido casi siem- tos dolorosos del sacerdote anciano motivados por su
pre una persona de alto prestigio y "status" dentro de desactualización teológica, espiritual, litúrgica y pas-
la comunidad. Con frecuencia, ha sido un verdadero toral y por las profundas innovaciones disciplinarias
líder, no solo en el campo estrictamnete espiritual, de la Iglesia, especialmente a partir del Vaticano II.

Sobra decir que muchos de los problemas anterio-


7. Jiménez, A. personalidad madura y castidad religiosa, Theologic res, se agudizan en un continente subdesarrollado y
Xaveriana. 31, 1981, pp 349-355.
pobre como es nuestra América Latina.

168
169
III. LA ADAPTACIÓN SICOLÓGICA A. Tipos de ancianos:
DEL ANCIANO adaptados y desadaptados

¿Cómo podemos señalar caminos para el bienestar ¿Cómo afronta el anciano este cúmulo de proble-
humano del clero? mas estresantes que se han enumerado?
Juan Pablo II señala dos condiciones inseparables, Se ha intentado estudiar la personalidad del an-
para asegurar la fecundidad de los valores de ancia- ciano basándose en unos tipos ideales que han sido ve-
nidad:
rificados empíricamente, por la concurrencia de cierto
patrón de rasgos de personalidad en un individuo de-
"La primera exige de las mismas personas ancianas
que acepten totalmente su edad y aprecien todas sus terminado. Uno de los esfuerzos en este sentido lo
posiblesriquezas.La segunda condición se refiere a cosntituye la tipología de Reichard, Livson & Peter-
la sociedad de hoy. Necesita ser capaz de reconocer son9. Estos investigadores describen cinco síndromes o
los valores morales, afectivos y religiosos que moran conjuntos de rasgos, los cuales varían según el grado
en el espíritu y en el corazón de los ancianos"8. de ajuste sicológico.
Tal vez esta tipología ayude a comprender mejor
En otras palabras, la calidad de vida es la resul- al sacerdote y al religioso ancianos.
tante de dos clases de factores: a) Unos provenientes
de la persona misma, como son las actitudes y pre- 1. Adaptación constructiva. Estos ancianos constitu-
paración previa del individuo ante el hecho inexo- yen el grupo que podríamos llamar "maduro". Son
rable del envejecimiento, b) Otros factores externos o ellos el tipo de persona idealmente adaptada, que se
que caen fuera del control del anciano, como son las acepta a sí misma y acepta su pasado y que afronta
condiciones del organismo, el ambiente circundante, el presente con entusiasmo y actividad. Son los
principalmente el que forman su familia, sus amigos y ancianos que se hallan a gusto con su edad; relati-
las personas de la comunidad que rodean al anciano. vamente libres de conflictos neuróticos; capaces de
Dedicaremos a continuación algunas reflexiones a la aceptarse a sí mismos con una actitud realista; en-
preparación de la propia vejez y luego trataremos so- cuentran genuina satisfacción en sus actividades y
bre la ayuda sicológica que los demás podemos pres- relaciones personales. Sienten que su vida ha sido
tar al religioso y al sacerdote ancianos. satisfactoria; se muestran capaces de envejecer, sin
añoranza por el pasado ni lamentaciones por el pre-
8. Juan Pablo II. Los sacerdotes y el papel de los ancianos en la
sociedad actual (Mensaje en la asamblea mundial de la ONU, celebrado en
Viena, julio 22 de 1982, L'Osservatore romano, Ag. 22, 1982, pp 1-8. 9. Reichard & al. Aging and personality. New York: Wiley & Sons.
1962.

170
171
senté. Toman la ancianidad como algo natural y los demás, tornan su agresividad contra sí mismos;
tratan de disfrutar de ella. tienden a recriminarse y a deprimirse ante la inmi-
2. Adaptación pasiva. El segundo grupo es el de los nencia de la vejez, agobiados por sentimientos de
pasivos: se aceptan a sí mismos y aceptan su situa- indignidad, de culpa, de inseguridad personal. Son
ción, pero con una actividad pasiva. Disfrutan con los peor adaptados y posiblemente los que más
el hecho de sentirse libres de responsabilidades; sufren.
esas ventajas de la ancianidad les parecen una satis- Como sucede con todas las "tipologías", es natural
factoria compensación por las privaciones que ella que el tipo absolutamente puro no se encuentre
trae consigo. Aunque en grado menor que los ante- encarnado en un individuo concreto. Sin embargo,
riores, todavía su adaptación es satisfactoria. parece útil examinar estas cinco actitudes o estrate-
3. Adaptacción defensiva. El tercer grupo, que puede gias predominantes, que pueden irse asumiendo a
considerarse todavía más o menos ajustado es el de lo largo de la vida y que no son sino manifestacio-
los defensivos. Estos individuos están dotados de nes de las características de personalidad previa-
un sistema de "defensas" sicológicas bien organi- mente adquiridas. Son un reflejo de lo que ha sido
zadas, que los protegen contra la angustia y el te- la propia actitud ante la vida. Cada actitud ha sido
mor a envejecer. Se defienden contra la amenaza profundamente influenciada por algunas predis-
del declinar físico, refugiándose en una actividad posiciones hereditarias, pero sobre todo por las
casi compulsiva. Su rígido control sugiere la exis- experiencias personales y los diversos ambientes
tencia de una posible vulnerabilidad, pero todavía que han ido dejando sus huellas impresas en el indi-
mantiene un relativo autocontrol. viduo en quien se manifiesta la impronta de su úni-
ca e inconfundible personalidad.
4. Adaptación agresiva. Entre los que no han logrado
un ajuste sicológico satisfactorio, el grupo más nu- Esta interesante tipología puede ayudar a compren-
meroso es el de los agresivos. Estos experimentan der mejor las actitudes y reacciones de los sacer-
amargura por no haber alcanzado sus metas e incul- dotes y religiosos de la tercera edad y a prestarles
pan a los demás por sus propios fracasos. Envidian una ayuda más acertada y eficaz en la solución de
a las personas más jóvenes. No pueden resignarse sus problemas sicológicos, con tal de que se evite el
con la vejez. Se rebelan contra ella y proyectan su peligro de rotular, fichar, encajonar a una persona
hostilidad contra los demás. dentro de un "tipo" rígidamente prefijado.

5. Autopunitivos. Estos son los viejos que consideran


su vida como un fracaso. Pero en vez de culpar a

172 173
B. Preparar la propia vejez ésta una verdad incontrovertible, aunque nos cueste
mucho el aceptarla y preferimos con frecuencia no
pensar en este tópico tan desagradable que produce
No será difícil para un lector atento y perspicaz angustia. Todos y cada uno deberíamos preguntarnos:
establecer una correlación estrecha entre los cinco ti- "¿Cómo debemos prepararnos para afrontar la vejez
pos de adaptación descritos por Reichard, que abarcan cuando nos llegue el momento?"
desde los ancianos mejor adaptados hasta los más
desajustados y la última etapa de Erikson que describe En vez de atormentarnos con la toma de concien-
un continuo desde un óptimo sentido de integridad y cia de que la vida se acerca a su fin, el anciano debería
satisfacción con la vida, hasta el extremo opuesto de llenarse de satisfacción con la conciencia de que pue-
una deplorable amargura y sentido de desesperación. de aprovechar sus últimos años para disfrutar de la
vida, para amar más al Señor y para prestar un servicio
El bienestar sicológico en la tercera edad no es un muy valioso a la extensión de su reino en la tierra:
fruto silvestre que brote espontáneamente en el desier-
to árido de una vejez inmadura y desadaptada. Es un "Son estos los años en los que la fidelidad a la vida
fruto que nace, crece y madura a lo largo de toda la cobra una más valiosa vigencia. Por eso, no es la
vida y se cosecha en la tercera edad. conciencia del fin lo primero que se ha de poner de
La vejez no se improvisa. Como lo hemos recalca- relieve, sino el servicio que se puede y se debe pres-
do en otro lugar, In la última etapa en la teoría epi- tar desde la serenidad y la experiencia de la vida" ".
genética de Erikson, no es sino la cosecha del trigo o
la cizaña que se han ido sembrando desde el primer Muchos y excelentes libros y artículos se han
día de la vida. El germen del sentido de integralidad se escrito sobre el arte de aprender a envejecer12 y sobre
encontraba ya en la confianza básica adquirida durante disfrutar la vejez13. El lector que desee ampliar este
el primer año de vida y ha ido creciendo o angostán- tema podrá acudir a una nutrida bibliografía en diver-
dose a través de todas las crisis de la existencia, según sos libros y revistas. Aquí tan solo es posible recordar
la solución positiva o negativa resultante de dichas algunas ideas muy sencillas.
crisis. La Iglesia, los institutos religiosos y los sacerdotes
El envejecimiento es un hecho ineludible. Con necesitan el aporte ivaluable de quienes los han prece-
cierta gracia alguien lo expresaba diciendo que la ve- 11. Bocos, M. La tercera edad en la vida religiosa: entre la inquietud
jez nos ha de llegar a todos, "bajo pena de la vida". Es y la esperanza. Vida religiosa. Madrid: 46, n 4, 1979, p 243.
12. Tournier p. Aprendiendo a envejecer. Buenos Aires: La Aurora.
1973.
10. cf Jiménez, A. Caminos de madurez sicológica para religiosos.
Bogotá: Ed. Paulinas. 1992. 13. Skinner, B. F. Disfrutar la vejez. Barcelona: Martínez Roca. 1986.

174 175
dido; cargados de mérito, cuyo desconocimiento no por otra parte, fomentar la apertura entre los mayores
solo sería injusto sino cruel, las personas de edad están y la comprensión hacia maneras de ser distintas'"5.
llamadas a ser modelos de identificación para los reli-
giosos más jóvenes:
C. Preparación espiritual
"Los religiosos jóvenes... necesitamos gestos proféti-
cos en los que se nos ponga de relieve la confianza en Conviene destacar la preparación espiritual, tan
la vida religiosa, en los que se muestre la fuerza in- íntimamente conectada con la autorrealización sobre
cansable del espíritu, la firmeza y la liberalidad, la la cual hemos venido tratando y que ha sido muy bien
honradez y transparencia de los que él ha recreado"14. estudiada por Pedro Iturrioz, SJ'6.
La preparación espiritual consiste en aceptar la an-
Para superar la brecha de generaciones, las comu- cianidad como una gracia de la mano de nuestro Crea-
nidades religiosas necesitan no menos del vigor y dor y Señor, pues no lo es menos que la juventud... Es
fuerza renovadora de la juventud, que de la experien- la disponibilidad que proviene de la "indiferencia" ig-
cia y tradición de las generaciones maduras, como be- naciana. Es el espíritu de fe, profundamente vivido y
llamente lo expresó el general de los jesuítas, Pedro llevado hasta sus consecuencias últimas.
Arrupe:
El alimento para esta vida de fe es naturalmente la
"Se puede decir que una provincia tiene futuro oración. Muy acertadamente conjuga Ibañez estos dos
cuando cuenta con jóvenes fuertes y ancianos sabios. elementos:
Estos son los custodios de la memoria viva, aquellos
los que encarnarán tal memoria en el arrojo ante el "La vida aceptada en sus diferentes etapas, tal como
futuro. Sería mal camino agudizar las contradicciones quiso Dios, se acepta en la etapa final como prepara-
reduciendo el problema a una suerte de guerra donde ción para el "estar con Dios". Y, sin pretenderlo sis-
los jóvenes o los no jóvenes se sientan vencedores. La temáticamente, casi sin saberlo, se es un paulino "es-
síntesis hay que hallarla en el sentido de la pertenencia pectáculo" a los ángeles y a los hombres.
a un cuerpo que ni empezó ni terminará con nosotros... Las vemos centradas en lo que, finalmente, es un
Ayudará a que los jóvenes tengan más contacto con la núcleo vital: la oración. Una oración sencilla, a veces
realidad apostólica de la provincia, que conozcan la ingenua, de «pobres de Yavé», pero nada tiene de su-
historia y sepan lo que han hecho, muchas veces con
enorme esfuerzo, quienes los precedieron. Conviene, 15. Arrupe, P. Alocución a los provinciales de América Latina en
Huachipa (Lima). Sep. 1979.
16. Iturrioz, J. Ante la tercera edad: preparación humana y espiritual.
14. Bocos, M. A. op. cit. p 448. Vida religiosa. 46, n 4, 1979, pp 282-290.

176 177
perficial, y es llamamiento a nuestra propia oración. Vida austera y poco exigente
Un rezar por los demás, reposar afectivamente en el Criterios sobrenaturales muy profundos y enraiza-
amado, abrirse en intenciones universales y detenerse dos
en intenciones concretas... Un procurar insertarse sin Fidelidad a la propia vocación
molestar; casi siempre sonreír aunque el «borriqui- Exigencia hecha de aparentes nimiedades,
Uo» cuerpo se impaciente y duela... Ir dejando un
ejemplo de «último ofertorio» de misa definitiva, en pero engrandecidas por el espíritu que las anima.
que nos vamos a ver sin pan y sin vino, sin vida, por- Respaldo al apostolado activo de sus hermanas18.
que Dios que la dio nos la va recibiendo, y al final
como en la misa, nos quedaremos solo con Dios. Aquí están condensadas algunas de las principales
Nada menos que con Dios. actitudes que disponen el espíritu para una vejez vir-
tuosa y feliz. Para poder dar semejantes testimonios de
La verdad de la vida religiosa abunda en estos casos. virtud —repitámoslo una vez más—, el religioso nece-
No en vano han sido tantos los años de fidelidad al sita haberse preparado desde el noviciado; el sacer-
Señor, a pesar de miserias y crisis"17.
dote, desde los primeros años de seminario.
Todos los religiosos hemos convivido con ancia-
nos que son auténticos modelos de identificación, que IV. AYUDA SICOLÓGICA AL SACERDOTE
dan un verdadero testimonio profético, que nos esti- Y AL RELIGIOSO ANCIANOS
mulan con su ejemplo no solo a madurar sicológica-
mente, sino sobre todo a llevar una vida de fe basada "Contemos con nuestros mayores, —dice Ibañez—
en la oración. Fruto de una vida así son los siguientes Cuenten con nosotros los veteranos de la vida reli-
valores que anotaba un grupo de religiosas, como tes- giosa. Contemos unos con otros"'9. Si los jóvenes
timonio recibido de las hermanas ancianas de su tienen razón para esperar mucho de los viejos, con
propia comunidad: mucha mayor razón los ancianos también esperan
mucho de los religiosos más jóvenes.
Oración
Vida teologal Todas las personas que de alguna manera influyen
Fidelidad a la vocación sobre el anciano son importantes; pero juegan un
Devoción a la santísima Virgen papel principal los más allegados a él, como son sus
Entusiasmo por la educación de la niñez y juven-
tud 18. Mateos, M. L. Mayores y jóvenes ante la tercera edad. Vida reli-
17. Tbañez, i. La tercera edad: una interpretación. Vida religiosa. 46, giosa. 46, n 4, p 269.
n4, 1979, p 255. 19. Ibañez, J.. op. cit., p 256.

178 179
Si aplicamos este principio, lograremos que el
familiares, sus amigos y sus hermanos de religión o anciano conserve su autoestima, se esfuerce por ejerci-
sacerdocio: obispo, presbíteros, religiosos y muy espe- tar sus habilidades físicas, intelectuales y sicológicas;
cialmente la persona del superior local. se sienta más realizado, mantenga vivo el sentido del
esfuerzo y la superación y una sana actitud ante la
A. Dos principios fundamentales de ayuda vida.

Formulemos dos principios que deben guiar, como 2. Un segundo principio básico es el siguiente:
hilo conductor, toda ayuda gerontológica o geriátrica.
Para procurar el bienestar integral del anciano no
1. El principio fundamental basta simplemente con satisfacer sus necesidades ma-
prodría formularse en estos términos: teriales, ni con mantenerlo entretenido (como si fuera
un niño chiquito). Se requieren, ante todo, actitudes de
En la ayuda al anciano debe evitarse una actitud verdadero respeto, de escucha y de auténtico cariño
excesivamente paternalista que ordinariamente es humano.
nociva para el anciano. En vez de intentar ayudar al Este principio aplica simplemente la teoría de
anciano, debe buscarse principalmente ayudarle para Maslow al caso de los sacerdotes y religiosos. Es evi-
que él aprenda el arte de ayudarse a sí mismo20. dente que el anciano religioso debe estar bien atendido
Guiados por esta brújula, se evitará el escollo de la en cuanto a vivienda agradable y en un clima confor-
superprotección, con la cual se lesiona la autoestima table, alimentación y dieta especial, vestido y protec-
del anciano y se frustran sus motivaciones de logro; se ción contra los rigores del clima, atención médica aun
anula su efectividad en el trabajo y la posibilidad especializada cuando sea necesaria. Bien se lo merece
misma de cuidar de su propia vida y salud. quien, desde su juventud, ha consumido todas sus
energías al servicio de la comunidad.
Hay que evitar a toda costa el condenar prematu-
ramente a la persona de edad a una inactividad forzada Pero esto no basta. Revisando la pirámide de nece-
que puede resquebrajar sus sentimientos de valía per- sidades de Maslow (figura 2), es claro que el religioso
sonal y desencadenar dolorosos sentimientos acerca de necesita también sentirse seguro y aceptado, amando y
la propia invalidez o inutilidad. escuchando, apostólicamente útil no solo con sus ora-
ciones y sacrificios sino en la medida de lo posible
con la participación activa en algún trabajo propor-
20. Dulcey, E. Ideas presentadas en el Encuentro sobre el bienestar
humano y la seguridad social del clero en América Latina. Bogotá: cionado a sus fuerzas y capacitación. Solo en esta
CELAM. 1985 (Comunicación personal de la autora).

181
180
forma podrá ascender el último escalón de la autorrea- prolongen su vida, si le disminuyen la calidad de la
lización, para lograr un bienestar integral y verda- misma? ¿No será más importante sentirse seguro y
dero. aceptado en su propia comunidad, integrada por reli-
giosos de diversas edades, sentirse apreciado y amado
por sus hermanos, con oportunidad de tener quien le
B. ¿Casas especiales para ancianos? escuche y se interese por sus experiencias y opiniones?
¿No primará el anhelo de sentirse cercano e integrado
Una aplicación muy concreta del anterior princi- con los hermanos con quienes ha trabajado hombro a
pio tiene lugar cuando se discute la conveniencia o hombro toda su vida y ligado todavía de alguna manera
inconveniencia de abrir casas especiales para an- a la obra apostólica a la cual consagró largos años?
cianos, llámense residencia, enfermería, casa de repo- Finalmente, —y es de importancia suma— ¿cómo
so, ancianato, "nursing home" o de cualquier otra ma- lograr que el anciano se sienta útil dentro del plan
nera. apostólico común a la provincia o al instituto.
Es un problema complejo y espinoso, cuya dis- Tiene aquí una clara aplicación la acertada expre-
cusión despierta frecuentemente reacciones muy emo- sión de J. Kennedy: "No basta añadir nuevos años a
cionales. Sobre el tema se han hecho innumerables la vida; nuestro objetivo es añadir nueva vida a los
investigaciones y se han escrito muchísimos artículos años"21.
por eminentes gerontólogos y geriatras, sin que se ha-
Interrogantes parecidos se plantea Suárez del
ya llegado a una solución clara e ideal. Existen razo-
Villar, quien recomienda:
nes muy respetables tanto a favor como en contra de
tales instituciones exclusivamente para viejos. "Pensar si es solución reunir a los ancianos en resi-
Aquí tan solo se pretende recalcar una idea: la dencias de solo ancianos —con todas las ventajas de
atención a las necesidades materiales del anciano no es tipo de vida adecuado, mayor conformidad de crite-
lo único importante para su bienestar integral, si se las- rios...— o no sena mejor dejarles hacer "un papel"
timan otros valores que contribuyen a mantener el sen- en la pequeña sociedad que son las casas religiosas:
tido de la dignidad y valía personal. Si por satisfacer consejero, persona de peso, enlace con las genera-
las necesidades fisiológicas, se frustran otras motiva- ciones anteriores, compañero de los enfermos, narra-
ciones más elevadas, se estaría cometiendo un grave dor de la historia del instituto... o simplemente
error, con repercusiones nocivas para el bienestar inte- "abuelo" de la comunidad"22.
gral de la persona anciana, aunque esta medida se tome 21. Citado por Suárez del Villar, M. Preparación remota y próxima
con la mejor voluntad del mundo y el máximo cariño. para la tercera edad. Vida religiosa. 46, n 4, 1979, p 278.
¿De qué aprovecha al anciano que cuiden de su salud o 22. Ibid.

182 183
Si se opta por la solución afirmativa, —recomien-
da el mismo autor— ténganse en cuenta estas tres su- nados por el Papa ante la asamblea de la ONU24, que
gerencias: nosotros sacerdotes podemos aplicar en el cuidado de
nuestros hermanos ancianos:
1. Que sean "casa de reposo o semi-reposo, enten-
diendo por estas las que ofrezcan alguna posibili- 1) La formación permanente, practicada en algunos
dad de trabajo apstólico realizable por el anciano países genera en aquellos y aquellas que se benefi-
en la buena vejez". cian de ella no solo un enriquecimiento personal,
sino también capacidades de adaptación y partici-
2. "Hombres escogidos para esas casas. No solo enfer- pación en la vida cotidiana de la sociedad. Efecti-
meros. También quienes cuiden de los ancianos en vamente, los ancianos poseen reservas de saber y
los aspectos no sanitarios; quienes puedan "perder experiencia que, sostenidas y completadas por un
el tiempo" con ellos, formar comunidad con ellos, proceso bien adaptado de formación permanente,
orientarlos espiritualmente, aceptarles como son. podrían invertirse en sectores que van desde la edu-
Principalmente un superior en plenas facultades cación hasta humildes servicios socio-caritativos.
que se dedique a ellos, que sepa adaptarse y orien-
tar su vida, sabiendo cuáles fueron sus ocupaciones 2) Diversificación de actividades: Con razón se ha
anteriores, cuáles sus gustos". insistido sobre la importancia de "Una segunda
ocupación en la vida", la cual, "nace de una moti-
3. "Alguna persona que se ocupe —con tiempo y vación diferente, más social, y busca un fin; se fija
ganas— de atender a los cursos de reciclage, a la una misión que lleva al individuo a organizarse, a
reorientación laboral y ocupacional de quienes se ser fiel, a mantener una prioridad frente a los pla-
acercan o entran en la tercera edad..."23 ceres egoístas. Todo se hará por amor a los hom-
bres y no por deber, porque ya no se trata de activi-
C. Tres sugerencias de Juan Pablo II dad profesional: es un modo de estar en el mundo y
ante la ONU no de evadirse de él"25.
El sacerdote en realidad nunca se "jubila", ni se
Iluminados por los dos principios básicos que hemos "retira" de su sacerdocio, aunque sí pueda jubilar-
señalado, comentemos tres medios prácticos sugeridos se o retirarse de su ocupación, por motivos de edad
por Juan Pablo II ante la asamblea mundial de la ONU: o de salud, o por disposiciones jurídicas.
Iluminados por este principio, recordemos tres
medios prácticos para ayudar a los ancianos, mencio-
24.Ibid.
23. Juan Pablo II, op. cit. 25. Tournier, op. cit.

184 185
Cuando el sacerdote o el religioso tiene que dejar el
trabajo que ha venido realizando es importante que la edad de la jubilación y de la vejez" (Juan Pablo
todavía encuentre un segundo trabajo en que se II, p 6). La creatividad de los ancianos y de quienes
sienta útil a la Iglesia y que le ayude a conservar el quieran ayudarlos encontrará aquí un amplio campo
sentido de su propio valer. En realidad hay muchos de acción para idear y organizar diversos tipos de
trabajos, que puede realizar un anciano, a veces con asociaciones, acomodadas a las circunstancias de
inmenso fruto apostólico. Piénsese, v.gr. en las vi- personas y países, como lo son los grupos de ora-
sitas a los enfermos, el trabajo en los hospitales, el ción, de esparcimiento, "de formación permanente"
confesionario y la consejería espiritual, la atención y de actualización (de la cual nunca debe excluirse
a las religiosas, las comuniones a los enfermos, la las personas de edad). Esto se aplica especialmente
preparación de los niños para la primera comunión, a los sacerdotes diocesanos.
el apostolado de la pluma y muchos más. Afor-
tunadamente, trabajo pastoral es lo que sobra en * * * *
América Latina, a diferencia de otros continentes
en donde el sacerdote se ve forzado a jubilarse pre-
maturamente. Una vejez así vivida puede muy bien ser calificada
como "el tiempo de la cosecha". Bellamante expresó
Además de un trabajo propiamente dicho, acomoda- esta idea Juan Pablo II. Sus palabras constituyen la
do a la edad, los "hobbies" o aficiones personales mejor conclusión para el presente capítulo. La tercera
adquieren en la tercera edad una importancia espe- edad:
cial para mantener agradablemente ocupado el tiem-
po y darle interés a la vida. Con mucho acierto dijo "Es el tiempo en que hombres y mujeres pueden
alguien que "unas vacaciones perpetuas son la cosechar la experiencia de toda su vida, hacer un dis-
mejor definición operacional del infierno". Si el cernimiento entre lo accesorio y lo esencial y alcan-
religioso, al jubilarse, no tiene nada qué hacer, el zar un nivel de gran sabiduría y de profunda
tiempo se le hará un suplicio interminable y servirá serenidad. Es la época en la que disponen de más
de cultivó para los pensamientos y fantasías depre- tiempo, de todo su tiempo, para disfrutar del entorno
sivas, hipocondríacas, auto-punitivas o agresivas. familiar habitual u ocasional, con un desinterés, una
paciencia y una sobria alegría, de la que tantos
3) Asociaciones de sacerdotes ancianos que fomenten ancianos dan admirable ejemplo. Para los creyentes
la fraternidad y el amor mutuo. Este tipo de asocia- es también una oportunidad feliz para meditar sobre
ciones "ha sacado del aislamiento y de la penosa la grandeza de la fe y para orar más*.
impresión de ser ya inútiles a quienes han llegado a
26. Juan Pablo II, op. cit.

186 187
CAPITULO VII
notablemente. La gente se ha vuelto más crítica. El
proceso de secularización ha dado pasos gigantescos.
La madurez religiosa El secularismo ha invadido todos los ambientes.
Si el sacerdote y el religioso (y muy particular-
mente la religiosa) quieren tener un influjo apostólico
en la sociedad, necesitan estar a la altura de aquellas
personas a las cuales se dirige su misión apostólica.
Por eso, el tema de la madurez religiosa es de vital
importancia, especialmente para las personas con-
sagradas. Intencionalmente será abordado este tema
Las personas consagradas hacen profesión de con un enfoque "académico", o sea basado en los
entregar totalmente su vida al seguimiento radical de aportes de la sicología religiosa. Concretamente se
Jesucristo en el espíritu de las bienaventuranzas1; los seguirá en esta exposición el pensamiento de Gordon
sacerdotes son mediadores entre Dios y los hombres. W. Allport, sicólogo e investigador de Harvard.
Por consiguiente ellos, más que los simples bautiza- Abrigamos la esperanza de que estos comentarios
dos, deberían dar a los fíeles un verdadero testimonio serán útiles no solo a los sacerdotes y personas con-
y llegar a ser modelos de identificación en la manera sagradas, sino a todos los hombres religiosos, que aspi-
de vivir prácticamente su religiosidad. Además, para ran a vivir maduramente su religión, especialmente a
ejercer su misión de apostolado, también necesitan ser los de nivel cultural elevado, como son los universita-
muy maduros en los aspectos religiosos. rios y profesionales y todos aquellos que se ocupan de
Hace unos años quizás era suficiente el carácter la formación religiosa de la niñez y juventud.
sacerdotal o el hábito religioso, para ejercer una fun- Entre el sicoanálisis y el conductismo
ción de liderazgo y para hacerse acreedor a la esti-
mación y al. respeto de los fieles, especialmente en Algunos de los ataques más radicales contra la
ambientes sencillos, obreros y mucho más en el medio religión, en los tiempos modernos, provienen de las
campesino. El mundo ha cambiado demasiado en estas ciencias humanas: la sicología y la sociología. Algu-
últimas décadas. El analfabetismo ha disminuido. El nos ejemplos podrían ser los sicólogos Freud y
nivel cultural de la población en general ha subido Skinner, y el sociólogo Marx.
Por su preocupación por la neurosis y quizás tam-
1. Anónimo. Código de derecho canónico. Madrid: BAC. 1983 c bién a causa de sus puntos de vista y problemas per-
573.
sonales, Freud mostró una tendencia fuerte a ver la

188
189
religión en sus aspectos más infantiles y negativos. una ilusión, su acusación de que la religión impedía
Según él, la religión se originó del totemismo y de la que la gente creciera hacia la madurez adulta, sus
magia. El sentimiento de culpa es un problema que conceptos sobre la sexualidad y su ataque a las exi-
toda religión tiene que afrontar; este sentimiento se gencias de la religión por el perfeccionismo humano,
deriva, al menos parcialmente, del complejo de Edipo. no lo hicieron muy querido a los protestantes orto-
El componente esencial de la vida religiosa es la bús- doxos, a los católicos, ni a los judíos"3.
queda de la imagen paterna, la cual a su vez se deriba
de los sentimientos de culpa por la muerte del padre El sicólogo de mayor influjo en nuestros días es
en los hijos de la horda primitiva. Pero el ataque de sin duda el norteamericano B. F. Skinner. Ahora bien,
Freud contra la religión no va dirigido solo a los orí- el conductismo skinneriano se coloca "Más allá de la
genes sicológicos de la misma; para el padre del sicoa- libertad y de la dignidad humana"4 las cuales rechaza
nálisis, Dios es un mito, la realidad es la materia. La totalmente, como productos de la ignorancia precientí-
religión constituye una verdadera enfermedad mental, fíca. El autor del presente artículo tuvo oportunidad de
una neurosis colectiva, que precisamente por su gene- oír al mismo Skinner, en el congreso de la "American
ralización se ha tornado algo más benigna. Tótem y sichological association" celebrado en Washington
tabú, el futuro de una ilusión, la civilización y sus des- (1972), afirmar con toda claridad que en su opinión el
contentos, Moisés y el monoteísmo2, todas ellas de- hombre carece de toda libertad y responsabilidad. Al
sarrollan las mismas falsas interpretaciones de la igual que esos conceptos, la religión es fruto de la
ignorancia y del miedo. La religión sirve para proteger
creencia y práctica religiosa. Dentro de esta concep-
al hombre medroso contra las amenazas del ambiente.
ción sicoanalítica, la religión no solo sería alienante,
En esta forma, la religión refuerza el miedo y fomenta
sino que constituye un fenómeno patológico.
el conformismo social, la pasividad, el fatalismo,
George Christian Anderson, fundador de la Aca- quitándole al individuo la posibilidad de solucionar
demia de religión y salud mental resume muy acer- sus propios problemas5. La religión es pues alienante.
tadamente las razones por las cuales las grandes reli-
La opinión de Marx sobre la religión es casi un
giones se sintieron amenazadas por Freud:
lugar común. En sus lincamientos esenciales, se podría
"Es fácil comprender por qué Freud fue considerado
como una gran amenaza para la religión. Su insisten- 3. Anderson, G. C. Your religión: ¿Neurotic or healthy? New Yor:
cia en que las prácticas religiosas provenían de la Doubleday & Co. 1970, p 14.
enfermedad mental, su caracterización de Dios como 4. Skinner, B. R. Beyond freedom and dignity. New York: Alfred A.
Knopf. 1972.
5. Skinner, B.R. Walden two. New York: Macmillan. 1953.
2. Freud, S. Obras completas. Madrid: Biblioteca Nueva. 1948.

190 191
esquematizar así: la religión resulta de la infraestruc- James, Rollo May, Víctor Frankle, Abraham Maslow,
tura económica, por la cual es determinada. La in- Erik Fromm y muchos más, además de Allport.
fraestructura económica determina los modos de pre-
ocupación social y las superestructuras, o sea las ideo- El capítulo se ha organizado en tres partes: en la
logías, el estado, el derecho, la moral, la religión. Es- primera parte se exponen las condiciones que deben
tas superestructuras sirven a su vez de refuerzo a la llenar unos criterios válidos de madurez religiosa. Se-
infraestructura por la cual son determinadas. guidamente se exponen y comentan los criterios de
madurez religiosa de Gordon W. Allport. Por último
La religión es por tanto "el opio del pueblo", al se hacen algunas aplicaciones más específicas a la vi-
servicio de la clase dominante para la explotación de da y misión de los sacerdotes y de las personas consa-
la clase proletaria. La religión es, por consiguiente, gradas.
profundamente alienante.
Ante estas opiniones, cabe entonces preguntar:
¿Es toda religión alienante? ¿Es toda religión una neu- I. CRITERIOS DE MADUREZ RELIGIOSA
rosis o un síntoma patológico? ¿Debe la religión re-
chazarse como fruto de la ignorancia? ¿Es una etapa Es muy difícil fijar criterios válidos de madurez
ya superada por el hombre moderno, a la luz del religiosa y esto por múltiples razones7.
sicoanálisis, del conductismo, del marxismo?.
1. El crecimiento religioso es un proceso que nunca
Estas preguntas son demasiado complejas para termina. Es una meta a la cual el hombre tiende, sin
obtener aquí una respuesta adecuada, que excedería jamás alcanzarla plenamente. A esta meta se apro-
los modestos límites de un breve artículo. Nuestro ximan, en distinto grado, los grandes genios de la
propósito es más limifado y puede enunciarse apro- humanidad como un Francisco de Asís, un Ignacio
piándonos unas palabras de Gordon W. Allport, cuyas de Loyola; los grandes apóstoles sociales a lo Pedro
ideas profundas sobre sicología de la religión, han Claver, o Vicente de Paul, Gandhi o Martin Luther
estimulado en gran manera los presentes comentarios: King; los grandes místicos como Teresa de Avila o
"La mayor parte de las críticas contra la religión se Juan de la Cruz. Siempre queda un más allá, un
dirige contra las formas inmaduras de la misma"6. ideal realizado plenamente solo por un hombre:
Vamos pues a presentar un análisis sicológico de Jesús, el hombre-Dios
la madurez religiosa, que bien podría completarse en
2. La madurez religiosa no coincide con la madurez
el pensamiento de otros sicólogos como William física. La edad cronológica no es una medida exac-
6. Allport, G. W. The individual and his religión. New York:
Macmillan. 1960, p 54. 7. cf Clark, W. H. The psychology of religión. New York: Macmillan.
1958, pp 240-244.

192
193
ta de madurez mental o emocional; mucho menos
cia moral demasiado estrecha hasta los casos gra-
de madurez religiosa. Hay individuos de 40, de 50
ves de neurosis obsesivo-compulsiva y hasta el
o aun de 70 años cuya maduración religiosa quedó
delirio de exaltación mística o de seudo-posesión
estancada en los años remotos de la niñez o de la
diabólica. Este hecho no es de extrañar, dada la
adolescencia. Su pensamiento religioso sigue sien-
profundidad religiosa en la personalidad humana; la
do egocéntrico o mágico.
religión, lo mismo que el sexo y la agresividad, por
En ningún área de la personalidad se encuentran su papel decisivo en la sicología humana, son ener-
tantos residuos infantiles como en el aspecto reli- gías potentísimas, que lo mismo pueden canalizar-
gioso. Muchas personas cultas, universitarios y se para la autorrealización del individuo y el bien
profesionales quedan estancados en una religiosi- de la sociedad, o desviarse para el daño o destruc-
dad juvenil, mientras la maduración intelectual, ción propia y ajena, como sucede con el fuego, con
emocional y social se desarrolla de manera más o el agua, con la energía atómica.
menos satisfactoria. En medios "tradicionalmente
religiosos" como es el caso de Colombia, es espe- 4. No es tarea fácil definir exactamente en qué con-
cialmente peligroso que la religión constituya para siste la madurez religiosa. Pero quizás se puede
muchas personas una simple "tradición", o sea algo convenir en la necesidad de tres elementos que de-
que se recibió de los padres como el apellido de ben incluirse en cualquier definición de la misma.
familia, o se bebió con la leche materna, pero Toda religión madura debe comprender: a) una
nunca se asimiló hasta convertirse en sangre pro- relación del hombre con el Trascendente; b) una
pia, ni maduró a la par con el organismo de la experiencia personal interior; y c) algunas mani-
inteligencia o de la estabilidad emocional. festaciones externas, individuales y sociales, de esa
experiencia interior, como se logran en el culto, en
3. Hay que conceder que no solamente son frecuentes las ceremonias religiosas y en la liturgia.
los casos de religiosidad inmadura, sino que en
muchos pacientes se presentan elementos patológi- 5. Por otra parte, una religiosidad madura tiene que
cos de carácter religioso. Es este un hecho inne- satisfacer las necesidades sicológicas del individuo,
gable, de frecuente ocurrencia en la práctica profe- que los sicólogos clasifican de manera muy varia-
sional de cualquier siquiatra o sicólogo: la gama va da. Así, por ejemplo, Abraham Maslow, expresi-
desde ciertos rasgos de ligero fanatismo e intole- dente de la American psychological association las
rancia hasta el delirio sistematizado del paranoico reduce a cinco, que integran una jerarquía. Comen-
que se cree un nuevo Mesías o Jesucristo en per- zando por las más básicas, y subiendo hasta las más
sona; desde el individuo angustiado por su concien- elevadas, son: necesidades fisiológicas; seguridad;
aceptación; afectividad; necesidades de autorrea-

194
195
esquematizar así: la religión resulta de la infraestruc- James, Rollo May, Víctor Frankle, Abraham Maslow,
tura económica, por la cual es determinada. La in- Erik Fromm y muchos más, además de Allport.
fraestructura económica determina los modos de pre-
El capítulo se ha organizado en tres partes: en la
ocupación social y las superestructuras, o sea las ideo-
primera parte se exponen las condiciones que deben
logías, el estado, el derecho, la moral, la religión. Es-
llenar unos criterios válidos de madurez religiosa. Se-
tas superestructuras sirven a su vez de refuerzo a la
guidamente se exponen y comentan los criterios de
infraestructura por la cual son determinadas.
madurez religiosa de Gordon W. Allport. Por último
La religión es por tanto "el opio del pueblo", al se hacen algunas aplicaciones más específicas a la vi-
servicio de la clase dominante para la explotación de da y misión de los sacerdotes y de las personas consa-
ía clase proletaria. La religión es, por consiguiente, gradas.
profundamente alienante.
Ante estas opiniones, cabe entonces preguntar:
I. CRITERIOS DE MADUREZ RELIGIOSA
¿Es toda religión alienante? ¿Es toda religión una neu-
rosis o un síntoma patológico? ¿Debe la religión re-
chazarse como fruto de la ignorancia? ¿Es una etapa Es muy difícil fijar criterios válidos de madurez
ya superada por el hombre moderno, a la luz del religiosa y esto por múltiples razones7.
sicoanálisis, del conductismo, del marxismo?. 1. El crecimiento religioso es un proceso que nunca
Estas preguntas son demasiado complejas para termina. Es una meta a la cual el hombre tiende, sin
obtener aquí una respuesta adecuada, que excedería jamás alcanzarla plenamente. A esta meta se apro-
los modestos límites de un breve artículo. Nuestro ximan, en distinto grado, los grandes genios de la
propósito es más limitado y puede enunciarse apro- humanidad como un Francisco de Asís, un Ignacio
piándonos unas palabras de Gordon W. Allport, cuyas de Loyola; los grandes apóstoles sociales a lo Pedro
ideas profundas sobre sicología de la religión, han Claver, o Vicente de Paul, Gandhi o Martin Luther
estimulado en gran manera los presentes comentarios: King; los grandes místicos como Teresa de Avila o
"La mayor parte de las críticas contra la religión se Juan de la Cruz. Siempre queda un más allá, un
dirige contra las formas inmaduras de la misma"6. ideal realizado plenamente solo por un hombre:
Vamos pues a presentar un análisis sicológico de Jesús, el hombre-Dios
la madurez religiosa, que bien podría completarse en 2. La madurez religiosa no coincide con la madurez
el pensamiento de otros sicólogos como William física. La edad cronológica no es una medida exac-
6. Allport, G. W. The individual and his religión. New York: 7. cf Clark, W. H. The psychology of religión. New York: Macmillan.
Macmillan. 1950, p 54. 1958, pp 240-244.

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ta de madurez mental o emocional; mucho menos
de madurez religiosa. Hay individuos de 40, de 50 cia moral demasiado estrecha hasta los casos gra-
o aun de 70 años cuya maduración religiosa quedó ves de neurosis obsesivo-compulsiva y hasta el
estancada en los años remotos de la niñez o de la delirio de exaltación mística o de seudo-posesión
adolescencia. Su pensamiento religioso sigue sien- diabólica. Este hecho no es de extrañar, dada la
do egocéntrico o mágico. profundidad religiosa en la personalidad humana; la
religión, lo mismo que el sexo y la agresividad, por
En ningún área de la personalidad se encuentran su papel decisivo en la sicología humana, son ener-
tantos residuos infantiles como en el aspecto reli- gías potentísimas, que lo mismo pueden canalizar-
gioso. Muchas personas cultas, universitarios y se para la autorrealización del individuo y el bien
profesionales quedan estancados en una religiosi- de la sociedad, o desviarse para el daño o destruc-
dad juvenil, mientras la maduración intelectual, ción propia y ajena, como sucede con el fuego, con
emocional y social se desarrolla de manera más o el agua, con la energía atómica.
menos satisfactoria. En medios "tradicionalmente
religiosos" como es el caso de Colombia, es espe- 4. No es tarea fácil definir exactamente en qué con-
cialmente peligroso que la religión constituya para siste la madurez religiosa. Pero quizás se puede
muchas personas una simple "tradición", o sea algo convenir en la necesidad de tres elementos que de-
que se recibió de los padres como el apellido de ben incluirse en cualquier definición de la misma.
familia, o se bebió con la leche materna, pero Toda religión madura debe comprender: a) una
nunca se asimiló hasta convertirse en sangre pro- relación del hombre con el Trascendente; b) una
pia, ni maduró a la par con el organismo de la experiencia personal interior; y c) algunas mani-
inteligencia o de la estabilidad emocional. festaciones externas, individuales y sociales, de esa
experiencia interior, como se logran en el culto, en
3. Hay que conceder que no solamente son frecuentes las ceremonias religiosas y en la liturgia.
los casos de religiosidad inmadura, sino que en
muchos pacientes se presentan elementos patológi- 5. Por otra parte, una religiosidad madura tiene que
cos de carácter religioso. Es este un hecho inne- satisfacer las necesidades sicológicas del individuo,
gable, de frecuente ocurrencia en la práctica profe- que los sicólogos clasifican de manera muy varia-
sional de cualquier siquiatra o sicólogo: la gama va da. Así, por ejemplo, Abraham Maslow, expresi-
desde ciertos rasgos de ligero fanatismo e intole- dente de la American psychological association las
rancia hasta el delirio sistematizado del paranoico reduce a cinco, que integran una jerarquía. Comen-
que se cree un nuevo Mesías o Jesucristo en per- zando por las más básicas, y subiendo hasta las más
sona; desde el individuo angustiado por su concien- elevadas, son: necesidades fisiológicas; seguridad;
aceptación; afectividad; necesidades de autorrea-

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lización*. Como aparece de esta simple enume-ra- Otra muestra frecuente de inmadurez en el adulto
ción, el sentimiento religioso es asunto bien com- es su credulidad infantil en ritos y verbalizaciones
plejo, si ha de satisfacer las motivaciones básicas de tipo religioso, vacíos de sentido y de viveza inte-
de la persona. riorizada. Por eso, la oración es una de las medidas
más exactas de madurez religiosa. Para saber en
6. La religión madura se contrapone tanto a la religión
qué estadio de maduración se encuentra, el indivi-
infantil como a la religión del adolescente.
duo puede preguntarse honestamente y sin temor a
a) El niño es un ser totalmente dependiente de su la verdad: ¿"Cómo es mi oración"?
madre, de sus mayores, de la autoridad, no solo para
lograr su propia supervivencia física, sino en todos No solo los individuos pueden estancarse en este
los aspectos de su interior desarrollo, incluido el infantilismo religioso, sino también pueblos y cul-
aspecto religioso. La religión es una de las áreas en turas enteras. En estos casos, la religión sí puede
que la dependencia total del niño se manifiesta más volverse alienante y convertirse en el opio del pue-
marcadamente. A medida que el niño madura, su blo y en herramienta de explotación en manos de
religión, al igual que otras áreas de la personalidad, las clases dominantes. El lector podrá intentar un
se torna menos impuesta, más autónoma, más auto-análisis de su propia madurez religiosa y un
creadora, más crítica. No quiere esto decir que toda análisis crítico de vastos sectores de población en
dependencia sea señal de inmadurez, ni mucho me- nuestro religioso continente Latinoamericano...
nos que toda crítica e independencia sea signo de b) La religiosidad madura, contrapuesta a la del
madurez. El hombre maduro es capaz de someterse adolescente, tiende a ser menos confusa, más esta-
a una autoridad razonable; el criticismo amargado ble, más segura de sí misma, mejor organizada, más
del resentido está muy lejos de ser un índice de efectiva, más integrada en la acción y en la vida
madurez sicológica. Pero sí es verdad que un con- toda del individuo.
cepto demasiado antropomórfico de Dios, o una cre-
dulidad infantil, o ciertas fijaciones en la "fe del car-
bonero", en personas cultas como son los profesio-
nales o universitarios que han tenido la necesidad y
la oprtunidad de profundizar y acrecentar su cultura
religiosa y no lo han logrado, sí pueden ser señales
de religiosidad pueril e inmadura.

8. Cf Weiten, W., The psichohgy applied to modern Ufe. Monterey,


California, 1983, pp 61-63.

196 197
II. CRITERIOS DE MADUREZ
HUMANA Y RELIGIOSA personalidad y no tiene mayor valor que el que recibe
DE GORDON W. ALLPORT de la teoría en la cual se apoya. En la teoría de Allport,
las características de la personalidad madura se pue-
Terminadas estas anotaciones, procedemos a estu- den reducir a tres.
diar los criterios de madurez religiosa propuestos por
1. La extensión del sentido de sí mismo. El sentido
Gordon W. Allport, quien es ciertamente uno de los de sí mismo se forma fradualmente en la infancia. En
más importantes personólogos en la historia de la sico- la adolescencia tiene que superar la crisis que Erik-
logía. Sus cuarenta años de investigación y profesorado son llama "difusión de la identidad" para extenderse
en Harvard fueron muy fecundos; fruto de ellos es la mucho más ampliamente durante la edad adulta. En
teoría de la personalidad de Allport que puede consul- la personalidad madura existe una gran variedad de
tarse en cualquier libro de sistema sicológico contem- intereses sicogénicos que sobrepasan los objetivos y
poráneo. Allport es además uno de los sicólogos que valores puramente viscerogénicos. Los primeros
más a fondo y con mayor comprensión ha estudiado la pasos del niño, la adquisición del lenguaje concep-
sicología de la religión. En líneas muy generales tual, el ingreso a la escuela, abren campos nuevos ca-
seguimos aquí las ideas de Allport, contemplándolas, si ilimitados a sus experiencias e intereses. El primer
meditándolas y organizándolas con nuestros puntos de amor del adolescente amplía todavía más los límites
vista personales. de sí mismo, hasta que "el bien de la otra persona se
En su obra clásica "La personalidad", Allport dedi- vuelve tan importante para el sujeto como el bien
ca un excelente capítulo a la "personalidad madura"9. propio". Así se incorporan en el sentido de sí mismo,
En otra obra titulada "El individuo y su religión"10, nuevos amigos, nuevas ambiciones, nuevos grupos,
Allport aplica sus criterios generales de madurez sico- nuevas ideas, nuevas diversiones y aficiones. El sen-
lógica al área específicamente religiosa. tido de sí mismo se amplía y profundiza especial-
mente en la vocación del individuo y en su matrimo-
nio. "Si no se desarrollan en una persona intereses
A. Criterios generales "fuera de sí misma" (aunque formando parte de sí
de madurez sicológica misma), vive a un nivel más próximo al animal que
No puede uno juzgar la madurez de los demás con al hombre".
su propio criterio subjetivo, el cual puede estar errado. 2. La habilidad de objetivarse a sí mismo, o sea de
Un criterio debe basarse en una teoría científica de la verse a sí mismo como los demás lo ven a uno es la
9. Allport, G. W. La personalidad: su configuración y su desarrollo.
segunda gran señal de madurez sicológica. El
Barcelona: Herder. 1966, c XII. conocimiento profundo de sí mismo ("insight") colo-
10. Allport, G. W. op. cit. 1960. ca al individuo en una "perspectiva cósmica" y lo
hace capaz del "sentido del humor".
198
199
3. Una filosofía unificadora de la vida, es la tercera b) El término sentimiento religioso que usa Allport
señal de madurez sicológica. parece un tanto ambiguo y se presenta a interpreta-
ciones erróneas. Parece que no se trata de un fenó-
Estos atributos de madurez no han sido escogidos meno puramente emocional, sino que tiene compo-
de manera arbitraria, sino que representan las tres nentes intelectuales: "Cuando uso el término sen-
grandes avenidas del desarrollo y maduración de la timiento, para lo que pretendo, podría muy bien ha-
personalidad, que son: la extensión de intereses ("The blar de interés, perspectiva, o sistema de creencias"...
expandig-self), la objetivación y comprensión pro- Cuando un rasgo "representa una organización de
funda de sí mismo. ("Self-objetification") y de la inte- sentimiento y pensamiento, a ese sistema lo llama-
gración de la personalidad ("Self-unification"). mos sentimiento".
Estos criterios de madurez sicológica en general se c) Las características de la madurez del sentimiento
pueden aplicar al sentimiento religioso. El sentimiento religioso que enumera Allport son las siguientes: 1)
religioso que esté armonizado con estas normas será Rico, maduro, bien diferenciado; 2) Dinámico; 3)
maduro; no se aplicarán a él muchas de las críticas Consistente; 4) Comprehensivo; 5) Integrador; 6)
contra la religión. El sentimiento religioso que carezca Heurístico.
de esas notas será inmaduro. La religión es inmadura
por ejemplo, cuando es egocéntrica; o cuando es má- Terminadas estas anotaciones, procedemos a estu-
gica y es utilizada primariamente como un medio para diar los criterios de madurez religiosa propuestos por
la gratificación de los impulsos viscerogénicos; o Gordon W. Allport.
cuando el individuo no logra objetivarse a sí mismo y
Veamos cómo se aplican estos criterios de ma-
es por lo tanto incapaz de juzgar la cualidad de su
durez al sentimiento religioso.
propia conducta; o cuando la religión no constituye un
principio unifícador de la personalidad. 1. El sentimiento religioso maduro es ante todo rico,
complejo, bien diferenciado. Abarca miríadas de
componentes: sentimientos hacia lo divino, hacia el
B. La madurez religiosa
mundo, hacia los hombres, hacia la Iglesia, hacia el
Tres observaciones previas: bien y el mal, etc. Se contrapone a un sentimiento
simplista e indiferenciado que acepta o rechaza en
a) Allport distingue entre religión intrínseca y religión bloque la religión que le fue transmitida o impues-
extrínseca. La religión intrínseca o interiorizada es la ta, sin que medie una reflexión crítica personal.
religión madura. La religión extrínseca, o impuesta, Esos mismos sujetos que aceptan la religión sin
es la religión inmadura.
reflexión y sin crítica, tienden a reaccionar de ma-

200
201
ñera irreflexiva ante sus padres, ante los problemas amargado, ni con la actitud negativista del derrota-
políticos, ante las instituciones sociales. Con fre- do. La crítica madura es el fruto de sucesivas dife-
cuencia sus sentimientos son uniformemente inma- renciaciones y sutiles reorganizaciones de concep-
duros. Es posible que existan en ellos conflictos tos y sentimientos, apoyados en una amplia gama
reprimidos que dan origen a hostilidad, angustia, de intereses y conceptos bien diferenciados.
prejuicios. Un hijo, sicológicamente maduro puede En segundo lugar, el sentimiento religioso maduro
respetar y querer a su padre, sin cegarse ante los es dinámico, con un un dinamismo autónomo, o
defectos del mismo; un patriota puede seguir aman- sea, que tiene su fuerza motivadora en sí mismo,
do a su patria y aun defendiéndola contra la crítica independientemente de las motivaciones orgánicas.
y contra el invasor, al tiempo que reconoce sus Allport aplica aquí su célebre teoría sobre la "auto-
miserias, los defectos de sus compatriotas, los erro- nomía funcional" de los motivos, según la cual
res de sus políticos y gobernantes, las lacras de su existen motivos, en el hombre, cuyo origen depen-
sociedad. de históricamente de otros motivos inferiores, pero
De igual modo, un hombre religioso seguirá vivien- que en la actualidad funcionan, independientemen-
do su religión y amando a su Iglesia, sin escan- te de ellos, con un dinamismo autónomo. El senti-
dalizarse por la mojigatería o el ritualismo vacío de miento religioso funciona independientemente de
algunos de sus miembros, por el fanatismo de los temores, del hambre, de los deseos del cuerpo,
otros, por el libertinaje de aquellos, por el egoísmo aunque originariamente dichos motivos pudieron
y la dureza de otros más, o por los horrores de las influir en la formación del mismo.
guerras religiosas, o por los escándalos del clero, o La distinción más importante entre el sentimiento
por los desaciertos de las autoridades religiosas. Un religioso inmaduro y el maduro consiste en esta di-
sentimiento religioso rico y diferenciado capacita al ferencia básica de su carácter dinámico. La religión
individuo para matizar sus juicios y hacer muchas inmadura, en el niño o en el adulto, está impregna-
distinciones sutiles y necesarias entre la religión y da de pensamiento mágico y busca satisfacción de
sus expresiones concretas, entre las estructuras y la propia comodidad; la religión inmadura está al
las personas, entre los aspectos divinos y las autori- servicio de los motivos, las pulsiones y los deseos
dades humanas. Esta característica proporciona una corporales. Por el contrario, la religión madura, le-
fuente fecunda de reflexión para quien se siente jos de ser un siervo al servicio de los impulsos vis-
desconcertado ante los pequeños lunares o las gran- cerogénicos, es un señor que dirige y controla di-
des lacras de su Iglesia. La crítica madura y cons- chos impulsos, temores y deseos los dirige hacia
tructiva no tiene nada que ver ni con el criticismo una meta superior.

202 203
ganancias no siempre bien adquiridas. Piénsese
Este carácter dinámico explica el poder de la reli- también en ciertas devotas mujeres que multiplican
giosidad auténtica para transformar el carácter y la sus prácticas piadosas y los ritualismos religiosos,
vida toda de las personas Donde quiera que toma al tiempo que viven bastante "liberadas" en lo que
un papel preponderante, la religiosidad auténtica se respecta a su vida conyugal, o a sus aventuras ex-
manifiesta extraordinariamente penetrante y su tra-conyugales... A la religión auténtica se puede
influencia abarca un amplio radio de acción. Solo aplicar la frase evangélica: "Por sus frutos los co-
así se explican las grandes conversiones de un noceréis; el árbol bueno da buenos frutos...".
Pablo de Tarso, Agustín de Hipona, Ignacio de
Loyola y, en nuestro mismos días, de tantos alco- Quizás se puedan aducir excepciones históricas,
hólicos anónimos, quienes inútilmente habían lu- pero es verdad que ordinariamente a un decaimien-
chado por la reestructuración de su personalidad, to religioso, sigue casi siempre un descenso en la
hasta que finalmente encontraron el apoyo de un moralidad pública y privada y una marea creciente
sentimiento religioso autónomo, dinámico, regene- de odios, violencia, crímenes, injusticias, robos,
rador. promiscuidad sexual, guerras, divorcios, abortos.
Tal es el caso actual de Colombia.
Pero, a pesar de su dinamismo, el sentimiento reli-
gioso maduro no es ni fanático, ni compulsivo, 4. La religiosidad madura es además comprehensiva.
puesto que no brota de las fuerzas oscuras e indife- Constituye una verdadera filosofía de la vida, a la
renciadas del inconsciente, aptas para producir en cual armoniza dándole un sentido. Ni el humanis-
el sujeto cierta actitud insegura y patológicamente mo, ni la pasión por la ciencia o por el arte, ni la
defensiva. lucha en busca del placer o el dinero, ni la entrega a
una causa política como el comunismo, el fascismo
3. En tercer lugar, la religión madura es consistente
con sus consecuencias éticas. En la religión inma- o el nazismo, pueden dar este sentido último, unifi-
dura se abre una grieta o un abismo entre los prin- cador a la vida de un hombre. En todas estas causas
cipios y la práctica religiosa; o se presenta una mo- siempre se abre una pregunta ulterior que no obtie-
ralidad compartamentalizada en áreas muy irregu- ne respuesta "¿Todo esto para qué?". Este interro-
lares y desiguales. Es el típico caso del "ejecutivo gante solo se satisface en un más allá trascendente,
piadoso" y aún si se quiere del "mojigato" que de tipo religioso. "La religión, como la filosofía,
cumple escrupulosamente con determinados ritos, o debe responder las preguntas que la ciencia no se
prescripciones externas, mientras que explota sus atreve a formular; pero, a diferencia de la filosofía,
obreros inmisericordemente y se muestra sorpren- debe también dar una motivación para toda la
dentemente laxo cuando se trata de justificar sus vida... Aun desde un punto de vista sicológico,

204 205
como Descartes, Pascal, Newman, James, han seña-
vemos que el campo que abarca un interés secular, lado que la fe es un riesgo, pero que toda persona
por vital que sea, no alcanza a cubrir la gama que tiene que correrlo... El escepticismo crónico, los
caracteriza el sentimiento religioso, el cual no pensamientos inhibidores y deprimentes son in-
parece quedar nunca satisfecho, sino cuando trata compatibles con todo, excepto con una existencia
de materias centrales a toda la existencia"". vegetativa"12.
5. La religión madura es integral, en cuanto com-
prende y armoniza todos los detalles de la persona-
lidad. Otros sentimientos importantes, como el III. ALGUNAS APLICACIONES
artístico, el científico, el político, el económico son MAS ESPECÍFICAS A LAS PERSONAS
menos ambiciosos; pero el sentimiento religioso CONSAGRADAS
influye en cada átomo de la experiencia, afectando
todas la acciones, los valores, los ideales. Es el A. Peligros de la religiosidad inmadura
marco de referencia de toda la personalidad. Como
en un tapete artístico, así en la personalidad no
puede quedar un hilo suelto. El hombre religioso Si la religión no llena los criterios anteriores, quie-
maduro tiene que saber integrar con su religión los re esto decir que se practica y se vive de una manera
conocimientos de la ciencia moderna, de la bio- inmadura. Mencionaremos algunos escollos, relativos
logía, de la genética, de la sicología y la siquiatría, a cada uno de los criterios expuestos, escollos en los
de la antropología y la sociología, de la tecnología, cuales también pueden tropezar los sacerdotes y reli-
de la conquista del espacio. Todos los grandes giosos.
problemas filosóficos como el de la libertad, la No todos los aspectos infantiles deben desaparecer
existencia del mal y el sufrimiento de los inocentes, en la religión madura. La espontaneidad, la sencillez, la
tienen que ser afrontados e integrados. Sin este req- humildad del niño, su máxima capacidad de admiración
uisito, el sentimiento religioso no puede ser han caracterizado a todos los grandes genios religiosos
maduro. Tarea inmensa que dura toda una vida... de la humanidad. Más aún, son señales de aquella "ju-
ventud del alma" diferente con frecuencia a la juventud
6. Finalmente, Allport habla de una religión heurísti- cronológica y que muchas personas maduras y aun an-
ca, o sea, que busca siempre nuevas confirmaciones cianas saben conservar con frescura envidiable. La
y creencias más válidas. "Escritores tan distintos humildad, la docilidad ante lo numinoso no están reñi-
das con un auténtico espíritu maduro y crítico, según la
12. Ibid. p72.
ll.Ibid. p68.

206 207
frase evangélica; "Si no os hiciereis como niños, no Vale la pena repensar muy seriamente los planes
entraréis en el reino de los cielos...". de formación y resolverse a cualquier sacrificio, aun a
costa de obras muy urgentes e importantes, con tal de
Sin embargo, hay que estar alerta para que la reli- dar, a los religiosos y sobre todo a las religiosas, una
giosidad de la persona consagrada supere algunos sólida formación académica, teológica y pastoral.
aspectos negativos o inmaduros de la religiosidad Además de los cursos sistemáticos durante los años de
infantil: formación, que son los más importantes, conviene
también facilitar la participación en diversos cursillos,
Una fe poco ilustrada. Dada la ignorancia religiosa encuentros y otros medios de educación continuada a
cada vez más alarmante, aun entre jóvenes que se las personas de más edad.
han educado en colegios y universidades católicas,
las comunidades religiosas están llamadas a realizar La dependencia es otra característica de la religio-
una intensa labor remedial en el campo de la evange- sidad infantil, que también puede acechar a las per-
lización de sus propios miembros; si no querernos ser sonas consagradas. Al comienzo de la vida religiosa
"ciegos y guías de ciegos", ya desde el noviciado, te- son más importantes las ayudas externas para la prác-
nemos que impartir una sólida formación teológica a tica de la vida espiritual, y de la observancia religiosa,
los jóvenes religiosos, que están llamados a ser "luz por ejemplo el horario para la oración comunitaria, el
del mundo" y a "dar testimonio de la verdad". toque de la campana, el acompañamiento por parte de
los formadores, las distribuciones comunes, etc. Pero
de poco serviría todo esto, si el religioso no aprende a
La escasez de vocaciones y las necesidades urgen- orar de manera muy personal, a buscar el diálogo con
tes del apostolado activo ejercen una tremenda presión Dios y la participación en los sacramentos y en la vida
para acortar el tiempo de la formación espiritual y aca- litúrgica, por convicción propia y no por imposiciones
démica de muchos religiosos. Este fenómeno es es-pe- externas, a comportarse como persona consagrada no
cialmente alarmante en algunas comunidades feme- solo en presencia de sus superiores, sino en cualquier
minas. Tremendo error el lanzar a una joven, que es- lugar y circunstancia; a ser verdaderamente un hombre
casamente ha completado los estudios de bachillerato, o una mujer en la cual se pueda confiar plenamente.
al tráfago de la vida activa. ¿Qué va a poder comuni- La apreciación del P. Pedro Arrape, bien podría exten-
car, quien lleva un bagaje tan ligero de formación inte- derse a otros institutos:
lectual y religiosa? El famoso dicho latino "nemo dat
quod non habet" ("nadie da lo que no tiene") se aplica "Quiero hacer esta afirmación: que después de los
también en este caso. elementos sobrenaturales, para mí la cualidad de un
jesuíta, de un jesuita en formación, es la confianza

208 209
que se pueda tener en él. De tal manera que un sujeto "Si uno fuera a buscar la diferencia básica entre la
del cual no de puede tener confianza humanamente oración del religioso común y corriente y la del
absoluta (no hablo de defectos y debilidades que neurótico, probablemente llegaría a la conclusión de
todos tenemos), ese sujeto no es apto para la com- que la oración de la mayoría de sacerdotes, hermanos
pañía" l3. y hermanas está centrada en Dios, mientras que la
oración del neurótico se centra sobre sí mismo..." H.
No es demasiado arriesgado el glosar esta afirma-
ción, añadiendo que "no es apto para la Compañía de En la oración del neurótico las peticiones egocén-
Jesús, ni para la vida religiosa, ni para el sacerdocio". tricas se acumulan unas encimas de otras. La oración
La responsabilidad es característica de la madurez hu- de la persona madura, por el contrario, está marcada
mana y religiosa. de cierto carácter de gratitud; cuando el individuo es
maduro, la oración de petición trasciende los límites
Egocentrismo. Una religión inmadura puede mani- de la propia persona y se complementa con la ado-
festarse en actitudes profundamente egocéntricas. ración, la alabanza, la acción de gracias.
El niño es el ser egocéntrico por excelencia. Una Gradualmente, con la ayuda de Dios y de una
de las manifestaciones de inmadurez religiosa más fre- acertada dirección espiritual, y sin descuidar ni me-
cuente en el adulto es su preocupación demasiado cen- nospreciar jamás el cuidado de la salvación y de la
trada en sí mismo. La oración puede convertirse ex- perfección propias, podemos ir ascendiendo a la prác-
clusiva o principalmente en un medio de obtener favo- tica de una religiosidad más desinteresada, fundada en
res de Dios, a quien se considera en la práctica como el amor a Dios, en la gratuidad para con él, en el espí-
una especie de padre complaciente y bonachón. Al ritu de "adoración en espíritu y verdad", en la alaban-
discutir estas ideas en un reciente seminario con un za al Creador y orientada hacia la entrega sincera al
grupo de universitarios colombianos, con sorpresa de servicio de los demás, especialmente al compromiso
los participantes, el grupo llegó a la conclusión de que auténtico con los pobres y a la liberación integral del
gran parte de ellos estaban fijados en estas etapas de hombre.
religiosidad infantil, colindante con la magia...
Magia y ritualismo. Hay personas muy maduras,
Si fuéramos sinceros, muchos religiosos tal vez que saben conjugar admirablemente una religiosidad
veríamos nuestro retrato en ese espejo de la religiosi- muy sólida y profunda con una sencillez, humildad y
dad y de la oración egocéntrica. espontaneidad admirables en su vida de oración. Pero
una religiosidad inmadura fácilmente puede degenerar
13. Arrupe, P. La formación espiriutal del jesuíta, 1967, en en ritualismos vacíos de sentido y en la utilización de
Reflexiones CIRE: Directorio de pastoral vocacional. Bogotá: CIRE. 1984,
p 19. 14. Anderson, G. C. op. cit. p 92.

210 211
la religión como medio "mágico" para obtener favores puede admitirse la tesis freudiana de que la religión es
de Dios en provecho propio. sencillamente una "neurosis colectiva" que se ha he-
Fue un gran acierto del episcopado latinoameri- cho más benigna por ser tan generalizada. No se puede
cano reivindicar los auténticos valores de la religiosi- desconocer que el campo religioso constituye un te-
dad de nuestros pueblos15. Pero el documento de rreno fértil para que broten ciertos rasgos morbosos, o
Puebla también nos previene contra algunos peligros verdaderas neurosis y aun sicosis. Pero sería injusto y
de la religiosidad popular, contra los cuales no esta- anticientífico el marcar a la religión como causa de
mos inmunes las personas consagradas: "superstición, esta patología. Muchos síntomas patológicos de carác-
magia, fatalismo, idolatría del poder, fetichismo y ri- ter religioso son simplemente manifestaciones de per-
tualismo"16. sonalidades inmaduras, ya predispuestas a la enfer-
medad mental por causas ajenas a la religiosidad; el
desorden subyacente, que es la verdadera causa, po-
B. Patología dría haberse manifestado igualmente en el terreno de
la agresividad, o en comportamientos sexuales, o de
Un enfoque negativo de la religión puede manifes- cualquier otro género.
tarse de muchas maneras:
A pesar de lo dicho no sobra alertar a las personas
"Un dogmatismorígidoy compulsivo, la intolerancia consagradas sobre algunos peligros, a fin de que opor-
de quien se cree mejor que los demás, una insaciable tunamente se puedan prevenir o corregir eventuales
necesidad de seguridad, el ritualismo obsesivo, el tendencias morbosas.
temor al pecado imperdonable y la dependencia Un falso concepto de Dios y una religión excesi-
regresiva, son actitudes religiosas inmaduras" ". vamente negativa, debida a mala formación religiosa:
un Dios castigador, disciplinario, vengador; una prác-
No es este el sitio para tratar sobre "la enfermedad
tica religiosa y moral basada en el temor, las prohibi-
mental y la vida religiosa" l8. De ninguna manera
ciones, el castigo, el pecado, la condenación, etc.
15. /// Conferencia general del episcopado latinoamericano. La Oigamos a George Christian Anderson, fundador de la
evangelización en el présenle y en el futuro de América Latina: Academia de religión y salud mental:
Documento de Puebla. Buenos Aires: Conferencia Episcopal Argentina.
1979, p 454.
16. Ibid. n 456. "Nuestro concepto de Dios está ligado a nuestra
17. Jonhson, P. E. psychology of religión. New York: Abingdon salud emocional. Si somos enocionalmente enfermos,
Press. 1959, p 96. hay una buena probabilidad de que nuestro concepto
18. Vaughan, R. P. Mental illness and religious Ufe. Milwakee: The de Dios también sea enfermizo. En efecto, lo que una
Bruce Publishing Co. 1962.

212 213
persona cree acerca de Dios es un índice de su salud "Impulsos agobiadores por ser moralmente perfecto,
mental" ". o sentimientos excesivos de culpa, pueden encubrir
tipos serios de desórdenes emocionales ocultos,
Sentimientos morbosos de culpabilidad, que hacen inclusive de problemas sexuales"22.
sufrir muy cruelmente a algunas personas, indican con
frecuencia una personalidad más o menos escrupulosa, Actitudes y manifestaciones de emocionalismo
ya que la escrupulosidad admite grados muy diversos. incontrolado en las prácticas religiosas, especialmente
Son frecuentes profundos sentimientos de rabia y multitudinarias, son explicables como un fenómeno de
agresividad, que brotan del sentimiento de culpa; tam- sugestión de masas o de histeria colectiva. La persona
bién los fenómenos obsesivo-compulsivos y sobre to- excesivamente sugestionable, tiene en el campo reli-
do una atormentadora y cruel angustia. El escrupuloso gioso un terreno abonado para dar rienda suelta a su
necesita más que nadie de un enfoque positivo de la credulidad que lo hace tomarse por objeto de falsos
religión; una relación filial con Dios "Padre bueno y fenómenos místicos, curaciones "milagrosas", revela-
rico en misericordia"; un director espiritual sabio, ciones, apariciones, "carismas" especiales, que por ig-
comprensivo y firme; y, si es el caso, la ayuda profe- norancia y de buena fe, pueden atribuirse ligeramente
sional de un sicólogo competente2". al Espíritu Santo.
Ciertas tendencias masoquistas pueden disfrazarse Aislamiento. La oración y las prácticas religiosas
bajo apariencias de santidad. "El masoquismo es una pueden utilizarse como mecanismo de escape para
neurosis que toma la forma de una insaciable necesi- huir de la gente, para aislarse de la comunidad, para
dad de castigarse a sí mismo" 2I. Tendencias masoquis- encerrarse en una actitud egoísta o rehuir el trabajo y
tas pueden darse en la persona que se siente escogida la entrega apostólica. Se podría caer en la actitud, ano-
por Dios como "víctima" para reparar los pecados del tada por Karen Horney que lleva al neurótico a "huir
mundo o las faltas de una persona amada. Esta "actitud lejos de la gente"23.
de mártir", puede agostar la planta de la alegría con
que Dios quiere que se viva la vida consagrada. Ciertas Mencionemos finalmente el peligro de utilitaris-
penitencias, ayunos y mortificaciones imprudente- mo, o sea, el utilizar la religión y abusar de la reli-
mente practicados, contra la opinión del director espiri- giosidad ajena en provecho propio. Se convertiría la
tual o del superior, pueden ser señales de alarma. religión en un instrumento de poder personal, de
dominio sobre los demás, de enriquecimiento, de adu-
19. Anderson, G. C. op. cit. p 50.
22. Ibid. p 16.
20. cf. Vaughan, R. P. op. cit. pp 59-68.
23. Horney, K. La personalidad neurótica de nuestro tiempo. Buenos
21. Anderson, G. C. op. cii. pp 59-68 Aires: Paidós. 1969.

214 215
lación a los ricos y poderosos, de culto a una autoima- y divertirse. Tiene una actitud realista hacia la socie-
gen engreída y orgullosa. Este pulpo del utilitarismo dad y hacia la vida, sin entretenerse en fantasías, ni
puede extender sus tentáculos maléficos hasta la mani- correr tras ideales irrealizables. Tiene capacidad para
pulación de los demás con presiones indebidas en el soportar los fracasos y para ajustarse a los placeres y
terreno sagrado de la conciencia. a las penas que la vida trae consigo. Ese individuo
sano siente deseos corporales y posee la habilidad
para responder a ellos sin abusar y sin sentimientos
C. Características de la religiosidad madura infundados de culpabilidad; es capaz de apreciarse
íntegramente, aun cuando algunos de sus pensamien-
Si la religión es madura, puede constituir un ele- tos y deseos no sean compartidos por los demás.
mento precioso para la salud mental. Las característi- Tiene capacidad de tomar decisiones morales, acor-
cas de una persona religiosamente madura han sido des con claros criterios acerca del bien y del mal, sin
muy bien condensadas por el fundador de la Academia caer tampoco en larigidezde conciencia. Se propone
de religión y salud mental, George Christian Ander- metas y objetivos satisfactorios en la vida; es capaz
son: de aprender de la experiencia, de satisfacer las exi-
gencias importantes de su propio grupo, conservando
"Una religión sana, lejos de alimentar una neurosis,
al mismo tiempo la debida independencia respecto a
puede favorecer nuestra salud mental; ayuda a estabi-
las opiniones del grupo"25.
lizar el comportamiento, a favorecer la madurez
sicológica, a ser creativo e independiente"24.
Siguiendo los criterios adoptados por Allport,
El mismo autor describe los rasgos que distingen analicemos algunas caraterísticas del sacerdote y de
la religiosidad madura, los cuales complementan los las personas consagradas religiosamente maduras.
criterios expuestos por Allport: 1. Religión diferenciada, rica, crítica
"Estas son algunas características de una persona A las personas consagradas, menos que a nadie, les
religiosa sana. Por ellas, podemos medir nuestra basta hoy "la fe del carbonero"; por su posición de
propia salud en el aspecto religioso. El individuo liderazgo y su misión de convertirse en modelos de
sano goza de seguridad interior; tiene autoestima y identificación, necesitan una fe ilustrada y crítica;
un sentimiento de su propio valer, sin sentimientos una práctica de oración personal muy profunda; una
severos de culpabilidad; es capaz de establecer rela- vida litúrgica sólida y bien fundamentada; unos
ciones de amor, de controlar el resentimiento, de reir

24. Anderson, G. C. op. cit. p 26. 25. Ibid.

216 217
principios éticos claros y bien asimilados que sean sus hermanos y superiores. El individuo "criticón",
la guía segura de sus comportamientos. el "contestatario de profesión" no son personas ma-
Ellos tienen especial necesidad de una religiosidad duras. En bello contraste con los defectos y flaque-
rica y bien diferenciada para poder matizar sus zas humanas, ¡cuánta santidad, qué hermanos y her-
juicios y opiniones sobre la Iglesia y en general manas tan entregados totalmente al Señor y a los
sobre su propio instituto religioso. Un religioso ma- demás; qué prodigios heroicos de santidad, de pure-
duro puede afrontar, con serenidad y sin amargura, za, de humildad, de pobreza, de caridad!
el hecho innegable de que la Iglesia tiene sus man- Por el contrario, la estrechez de miras lleva con fre-
chas y arrugas, sin perder por eso su carácter divino. cuencia a los prejuicios y a la intransigencia, que
Su congregación no es perfecta, ni su comunidad afecta a algunas personas religiosas. Allport afirma
local tampoco, porque no vivimos entre ángeles, que son más inclinadas a los prejuicios las personas
sino entre seres humanos, imperfectos y limitados; que frecuentan las iglesias que los que no asisten a
existen superiores dominantes y ambiciosos, que ellas o no son creyentes26.
cometen injusticias y discriminan en su trato a las
personas; a nuestro lado conviven hermanos y her- 2. Dinámica. Una religiosidad madura necesariamente
manas con caracteres difíciles, con celos y envidiue- produce frutos y esos serán "frutos buenos". "Todo
las demasiado humanas, con ambiciones de poder árbol bueno da fruto bueno", pero el árbol malo de
demasiado naturalistas... y mil defectos más... Sería "fruto malo" (Mt 7,17), "Si se aman los unos a los
ingenuo cerrar los ojos y fingir que todo marcha otros, todo el mundo se dará cuenta de que son dis-
bien en la Iglesia o en la propia comunidad. cípulos míos" (Jn 13,35).
Pero la persona madura sabe discriminar entre lo Cada comportamiento en la vida de una persona es
blanco y lo negro y entre los tonos infinitamente va- una manifestación de su espíritu interior y de la
riados del gris; reconoce y aprecia lo divino y lo hu- madurez de su personalidad. Pero hay ciertos indi-
mano en la Iglesia y en su propia familia religiosa; cadores especialmente elocuentes para comprobar
distingue lo transitorio de lo permanente; lo que es el dinamismo de una religiosidad auténtica. Buenos
esencial, como el carisma y espíritu de los fundado- indicadores en la persona consagrada pueden ser:
res, de lo que es accidental y mudable y que requie- ante todo, la práctica de la caridad en la vida comu-
re renovación y adaptación a los tiempos nuevos y a nitaria y en la oblatividad que el apostolado exige;
las circunstancias cambiantes. No permite que las el espíritu misionero que se traduce en un apostola-
flaquezas humanas oscurezcan la bondad básica y la do fecundo, emprendedor, y en un auténtico "com-
buena voluntad fundamental que hay en cada uno de
26. Allport, G. W. The nature ofprejudice. Reading, Ma. 1987.

218 219
promiso con los pobres". La abnegación de sí En este caso también se aplica la teoría de la diso-
mismo, aplicada no tanto a las penitencias corpo- nancia cognoscitiva de que habla Festinger27, según
rales, sino al dominio de las propias pasiones, al la cual, la falta de coherencia entre varias creencias,
control del carácter, al sacrificio del propio juicio y o entre los valores y los comportamientos, produce
sobre todo del amor propio desordenado; la dis- angustia y tensión sicológica; para aliviar esta mo-
ponibilidad para buscar y cumplir la voluntad de lesta tensión el individuo tiende a reducir la di-
Dios, a la luz de un auténtico discernimiento espiri- sonancia. La consistencia puede lograrse de tres
tual; la fidelidad a la palabra empeñada ante Dios el maneras: a) elevando los comportamientos al nivel
día de la profesión o del sacerdocio. de los valores; b) o rebajando los principios y va-
lores al nivel de los comportamientos; c) o median-
3. Consistente. Aun en las personas religiosamente te un compromiso, en el cual los valores se rebajan
más maduras, habrá algunas inconsistencias entre un poco y, a su vez, los comportamientos se elevan,
sus valores religiosos y sus comportamientos. El hasta lograr un cierto tipo de equilibrio homeostá-
mismo apóstol Pablo se quejaba de esa falta de tico.
coherencia: "No entiendo lo que me pasa, pues no
hago lo que quiero, y en cambio aquello que odio Ante la inconsistencia entre los ideales religiosos y
es precisamente lo que hago" (Rm 6,15). Así tam- los comportamientos, con que tropezamos cada día,
bién lo reconoce Allport. Como la madurez es un es evidente que la manera más sana y estimulante,
ideal, en pos del cual el hombre camina toda su para una persona religiosamente madura, es optar
vida sin jamás alcanzarlo en su plenitud, el esfuer- por el primer camino de elevar los comportamien-
zo para lograr la perfecta coherencia entre los prin- tos para que se aproximen al ideal, así la senda sea
cipios religiosos y morales y los comportamientos empinada y áspera. La persona consagrada se irá
reales, supone un esfuerzo que ocupa la vida volviendo más caritativa, más abnegada, más fiel a
entera. Tras este ideal, lucha la persona consagrada las inspiraciones del Espíritu; más humilde, más
que ha optado por una vocación hacia la santidad y fiel en la guarda de su castidad, más generosa y
el "seguimiento radical de Cristo". disponible para el apostolado y más responsable en
su trabajo; más coherente y auténtica. En una pa-
Lenta y gradualmente, con tenacidad y esfuerzo, labra, más consistente.
sin desanimarse jamás por la propia debilidad, con-
4. Religión comprehensiva. Si bien es verdad que
ducido de la mano por el Espíritu Santo y apoyado
existen ideales, de carácter no religioso, que pue-
en la fuerza de la gracia divina, el religioso trata de
ir reduciendo el abismo o las grietas que separan 27. cf Maddi, S. Personality theories. Homewood: Dorsey Press,
sus ideales de sus comportamientos. 1972, pp 162-165/221-226.

220 221
den influir en muchos aspectos de una personali- tro del cual puede juzgar y evaluar los significados
dad, no se hallará ninguno que le dé un sentido últi- más específicos y las opciones de su propia vida" M.
mo a la existencia del ser humano en el grado y la La sicología de las motivaciones nos enseña que
extensión que lo logra la religión. Quien ha hecho "hay motivos centrales que influyen en todos o casi
profesión de consagrarse totalmente a Dios, en- todos los comportamientos humanos" 30. Tal es el
cuentra en él el sentido último de su vida y el ele- caso de las motivaciones religiosas, cuando llegan a
mento integrador por excelencia. ser algo vital para el individuo. El carácter de cris-
La religión madura tiene en sí la capacidad para tiano y la condición de religioso forman parte muy
resolver lo que un famoso autor ha llamado "Las importante de la identidad misma de la persona
antinomias de la vida espiritual" 28. En la religión consagrada.
maduramente vivida se puede encontrar la solución 6. Carácter "heurístico" de la religión. Según Allport
satisfactoria para muchas tensiones que con fre- "una creencia heurística es la que se tiene tentativa-
cuencia experimenta la persona consagrada, como mente, hasta que pueda ser confirmada o hasta que
son los conflictos entre vida activa y vida contem- nos ayude a descubrir otra creencia más válida". La
plativa; obediencia religiosa y autonomía personal; fe es "una hipótesis de trabajo" 3I.
pureza total y amor verdaderamente humano hacia
diversos hombres y mujeres; valor de la tradición y Allport habla de una religión heurística, o sea, que
del carisma fundacional por un lado, y renovación busca siempre nuevas corfirmaciones y creencias
y adaptación por el otro; vida y trabajo en el mundo más válidas.
haciéndose "todo a todos", sin ser del mundo ni Por su parte, los teólogos católicos sostienen que la
dejarse contagiar por el espíritu mundano, etc. fe da una verdadera certeza. Pero también sostienen
5. Integral. Esta característica guarda una íntima rela- que la fe puede y debe crecer. "La fe es una tarea";
ción con la anterior. La religión es comprehensiva la certidumbre de la fe es:
cuando influyen en todos los aspectos de la per-
"la más honda y la más grande que conocemos sobre
sona. Es integral cuando une y armoniza todos los
la tierra, pero es, al mismo tiempo, una certeza de
elementos anteriores. "La persona sana en el aspec-
entrega y amor, de amor a Dios, a quien solo en esta
to religioso ha encontrado un marco de referencia,
un sentido tanto teológico como humanístico, den-
29. Anderson, G. C. op. cit. p 184.
30 cf Di Carpió, N. S. Adjustment: fulfilling human potentialities.
Englewood Cliffs: Prenüce Hall, Inc. 1980, pp 94-124.
28. Trulhar. Las antinomias de la vida espiritual. Madrid: Razón y fe. 31. Allport, G.W. op. cit. 1960, p 72.
1964.

222 223
entrega conocemos. Esto quiere decir que en ella no alienante, contribuye a la realización plena del hombre
pisamos tierra firme, por así decirlo. Por tanto, la y a la unificación de su vida. "Pero debe establecerse
duda es ingrediente esencial de la certidumbre de la inmediatamente una distinción. Los sentimientos reli-
fe"3!. giosos de muchas personas (quizás de la mayoría) son
decididamente inmaduros. Frecuentemente, son for-
Ciertamente uno de los criterios de la religión maciones infantiles que persisten sin modificación en
madura es su capacidad de crecer. En este sentido la edad adulta. Son construcciones centradas en sí mis-
puede entenderse correctamente la nota de "heurís- mas, en las que se adopta una deidad que favorece los
tica" que postula Allport, sin caer en un relativismo intereses inmediatos del individuo, una especie de
religioso. La madurez supone una "lealtad comple- Reyes magos o de padres complacientes...". Esta es la
ta" (Wieman) en la búsqueda de los objetivos reli- "religión extrínseca" que tiende a favorecer los exclu-
giosos, y una "progresión de lealtades" a medida sivismos, los prejuicios, las aversiones, opuestos a to-
que se superan la metas intermedias y otras más dos nuestros criterios de madurez. En tales casos, no
altas aparecen en el horizonte. La madurez reli- hay una extensión del sentido de sí mismo con los
giosa, a diferencia de la madurez física, es un pro- demás; no hay seguridad emocional, percepción rea-
ceso siempre inconcluso, un ideal al cual se tiende lista, conocimiento de sí mismo, ni sentido del humor.
siempre sin alcanzarlo nunca por completo. "Al propio tiempo, el sentimiento religioso puede
La fe puede y debe crecer siempre en todo cre- ser de tal suerte que proporcione una solución inclusi-
yente, cuánto más en la persona consagrada. Es va a los enigmas de la vida a la luz de una teoría inte-
nuestra tarea alimentarla con la oración y las bue- ligible. Puede ser así, si la religión se considera como
nas obras, con los sacramentos, con la lectura y un fin en sí misma, como un valor subyacente a todas
meditación de la palabra de Dios, buscando al las cosas y deseable por sí misma. Sometiéndose el
Señor en esa certeza oscura de entrega y amor. individuo a este fin (no usándolo como medio), la
religión viene a ser un valor "intrínseco" para el indi-
viduo y como tal es comprehensiva, integrativa, y
* * * motivacional" ".

Si la religión cumple ciertos criterios está por


encima de muchas críticas que generalmente se le
hacen en nombre de la ciencia moderna. Lejos de ser

32. Instituto superior de catequética de Nimega, Nuevo catecismo


para adultos. Barcelona: Herder. 1969, p 281. 33. Allport, G. W. op. cit. 1966, p 359.

224 225
CAPITULO VIH

"La tercera fuerza"


como alternativa para
un sicólogo humanista

A lo largo de todo este libro sobre la madurez


sicológica en la vida religiosa, nos ha iluminado el
pensamiento de los sicólogos humanistas. En este
capítulo final, pretendemos presentar de manera más
sistemática algunos principios de la, así llamada "Ter-
cera fuerza", en diversos aspectos de sicología reli-
giosa. El lector culto obtendrá una visión panorámica
de marco teórico que nos ha servido de brújula en esta
difícil navegación entre dos escuelas igualmente mate-
rialista y ateas: el freudismo y el conductismo.
El sicoanálisis y el conductismo, dos sistemas
anti-humanos y ateos.
Sin duda alguna, las dos corrientes más compren-
sivas e influyentes de la sicología científica actual son
el sicoanálisis freudiano y el conductismo skinne-
riano.
El sicoanálisis clásico sostiene una visión del
hombre esencialmente pesimista, al generalizar de los
fenómenos sicopatológicos al funcionamiento del
hombre normal. El conductismo extremo llega hasta el

227
cinismo, cuando iguala el funcionamiento del hombre Además de pesimistas y deshumanizantes, ambos
con el de las ratas1. sistemas son esencialmente ateos.
Para el padre del sicoanálisis, la herencia humana El ataque de Freud contra la religión no va sola-
consiste en un manojo de instintos egoístas y anima- mente dirigido contra los orígenes sicológicos de la
les; el conflicto entre el hombre y la sociedad es y será misma, sino contra la realidad de Dios. Para Freud,
siempre inevitable, ya que la sociedad debe velar por Dios no es más que la proyección de la imagen pater-
el bien común, al cual se opone siempre el bien del na, carente de toda existencia real; Dios es un mito; la
individuo. Como la sociedad es más fuerte, el único única realidad es la materia.
compromiso posible es la subordinación de las gratifi-
caciones individuales a las exigencias de la sociedad. Para Skinner, la religión es fruto de la ignorancia
El individuo adulto tendrá que inhibir sus impulsos y del miedo; sirve para proteger al hombre medroso
sexuales y agresivos; más aún, deberá defenderse con- contra las asechanzas del ambiente; la religión fomen-
tra la conciencia angustiante de esos impulsos y aun ta el conformismo social, la pasividad, el fatalismo, y
suprimir el recuerdo de lo que pudo haber hecho o quita al individuo la posibilidad de solucionar sus pro-
pensado cuando era niño. "La meta del sicoanálisis pios problemas3.
parece despojar al hombre de su sentido de dignidad y Así pues, tanto el freudismo como el conductismo
convencerlo de que no es superior a los demás ani- son enfoques no-humanistas y esencialmente antireli-
males" \ giosos.
Por influjo del positivismo lógico y el conduc-
tismo extremo, la sicología llegó a definirse como "la I. "LA TERCERA FUERZA" EN SICOLOGÍA
ciencia del comportamiento" y los animales se con-
virtieron en objeto predilecto de su estudio. Desde la
óptica del conductismo, el hombre no puede ser con- En estas últimas décadas ha surgido en el panora-
siderado como un ser especial entre los demás ani- ma de la sicología una tercera fuerza sobre la que se
males, ni mucho menos como el objeto único de habla y se escribe mucho, a favor o en contra. Abra-
sicología. ham Maslow4, fue quien, hace algo más de veinte
años, acuñó el apelativo de la tercera fuerza. Así se
expresa este autor:

1. Maddi, S. R. y Costa, P. T. Humanism in personology: Allport 3. Jiménez, A. Análisis sicológico de la madurez religiosa. Revista
Maslow and Murray. Chicago: Aldine, 1972, p 30. Javeriana, 1975, 83, p 348 ss.
4. Maslow, A. H. Toward a Psychology ofbeing. Princeton: D. Van
Co. 1962.
2. Ibid. p 3.

229
228
"Las dos teorías comprensivas de la naturaleza huma- La tercera fuerza propugna por una sicología hu-
na de mayor influjo en sicología, hasta hace poco, han manista, no solo centrada en el ser humano, sino apta
sido la freudiana y la experimentalista—positivista- para valorar las capacidades y aspiraciones que dis-
conductista. Todas las demás teorías eran menos com- tinguen al hombre de los demás animales y lo cons-
prensivas y sus adherentes formaban grupos dispersos. tituyen en señor de su propio destino. "Decisión, fuer-
Durante los últimos años, sin embargo, varios grupos za de voluntad, pensamiento conceptual, imaginación,
se han ido compactando en una tercera teoría, cada vez introspección, auto-crítica, aspiraciones por el futuro,
más comprensiva, de la naturaleza humana, en lo que
y creatividad son tópicos importantes en eí humanis-
puede llamarse la 'La Tercera Fuerza'".
mo, porque se refieren a las capacidades e intereses
El campo de la sicología humanista. La "revista de que parecen únicos del hombre como especie" 6.
sicología humanística" describe así el campo de estu- No solo el hombre como especie, es importante
dio que interesa a la sicología humanística y enumera para el humanismo. También lo son las características
algunos de sus principales exponentes: que hacen a cada hombre una persona única, distinta
La tercera fuerza en la sicología contemporánea se de todos los demás hombres. "La individualidad del
preocupa por tópicos que encuentran poca cabida en hombre, o sea, los pensamientos, fantasías, esfuerzos,
las teorías y sistemas existentes, como por ejemplo, el preocupaciones, triunfos y las tragedias que integran
amor, la creatividad, el "self' y el "llegar-a-ser" ("be- la vida de una persona y de nadie más" 7, todos éstos
coming"), la espontaneidad, el juego, el humor, el son tópicos centrales en una posición humanista.
afecto, la naturalidad, la trascendencia del yo, la obje- El humanismo adopta una postura muy optimista
tividad, la autonomía, la responsabilidad, el significa- respecto al hombre, en la cual, no digamos que es fá-
do, la honorabilidad, la experiencia trascendental, las cil, pero sí posible encontrar algunas bases para cons-
experiencias-cumbre ("peak-experience"), el valor y truir una auténtica "sicología de la religión", que le
otros conceptos afines. Este enfoque encuentra su abra al sicólogo creyente algunas pistas para salir del
expresión en los escritos de personas como Allport, atolladero en que se encuentra aprisionado entre los
Angyal, Asch, Buhler, Fromm, Goldstein, Horney, sistemas de Freud y de Skinner.
Maslow, Moustakas, Rigers, Wetheimer, y en ciertos
Entre muchos autores, vamos a concentrarnos en
escritos de Jung, Adler y los sicoanalístas de la
Maslow y en Allport. Ambos han ocupado la presiden-
sicología del ego, y en los sicólogos fenomenólogos y
existencialistas"5.

5. Maslow, A. H. Religions, valúes and peak-esperíences. New York: 6. Maddi y Costa, op. cit. p 30.
Viking Press. 197J, pp 70-71. 7. íbid. pp7-18.

230 231
cia de la "American sycological association". Una
Tal acento ha sido llamado, en sentido peyorativo
encuesta realizada hace algunos años (1957) demostró
"Lockeano" por Allport y "atomista-reduccionista"
que, después de Freud, Allport era el sicólogo de ma-
por Maslow. Pero esto no quiere decir que los estímu-
yor influjo entre los clínicos, no obstante su fuerte
los culturales y sociológicos, no carezcan de importan-
oposición a Freud, el cual ocupaba el primer lugar.
cia, como por ejemplo, las presiones del grupo, o los
Maslow, por su parte, es uno de los más brillantes
roles de la persona.
exponentes del humanismo en sicología. En estos dos
autores estudiaremos, algunos conceptos sobre el hom- El "modelo de hombre" propuesto por Allport
bre; y luego analizaremos algunos aspectos específica- causa verdadera impresión a quien lo estudia con
mente relacionados con la sicología de la religión. cuidado. Así los describe Bertocci y Millard:
"El hombre no es un reactor pasivo a los estímulos
II. EL CONCEPTO SOBRE EL HOMBRE externos; no es empujado de este modo por las fuerzas
más poderosas que lo "condicionan", como los sicólo-
EN LA SICOLOGÍA DE MASLOW
gos conductistas y operacionalistas parecen creer. Ni
Y ALLPORT
su esfuerzo presente emerge de los manantiales de las
necesidades universales que encuentran esta o aquella
A. El hombre como ser activo salida. La convicción central de Allport es que la uni-
cidad del hombre se funda en su capacidad para trans-
Una de las convicciones fundamentales de Mas- formar su naturaleza "humana" en una naturaleza indi-
low y Allport es que el hombre no es solo reactivo a vidual. El hombre es un actor, no un reactor" 8.
los estímulos ambientales, sino que posee procesos y
estructuras internas que ejercen un influjo casual sobre
B. El hombre posee
la percepción, el pensamiento, el sentimiento y la ac- una organización sicológica
ción. Algunas de estas características internas son en-
dógenas, como las necesidades de Maslow; otras son
aprendidas, como ¡os estilos individuales en Allport. En el funcionamiento activo del hombre, Allport y
Ambos autores coinciden en que no se puede dar una Maslow encuentran una regularidad y orden típicos, que
explicación adecuada de una situación dada, con- atribuyen a la naturaleza organizada de la personalidad.
siderando solamente los rasgos externos de la misma. Allport encontró que en el comportamiento indi-
Ambos rechazan cualquier enfoque que atribuya una vidual aparece una compleja integración. Maslow
importancia exclusiva o predominante a los factores
externos, para explicar el comportamiento humano. 8. Bertocci, P. A. y Millard, R. Personality and the good New York:
David Makay Co. 1967, p 122.

232 4
233
aboga con mayor fuerza todavía por una posición dad. "Concedemos gustosos que los motivos adultos
"holística", defendiendo que es imposible apreciar reflejan con frecuencia el sexo y la agresividad...; pero
cualquier aspecto de la conducta en un individuo, sin no podemos creer que Freud hace justicia a la diversi-
tener en cuenta todos los aspectos restantes; cada as- dad, la unicidad y la simultaneidad en el tiempo de la
pecto de la personalidad se confunde con los demás y mayor parte de las motivaciones adultas '".
los altera, de tal modo que siempre hay que hablar de Allport y Maslow están convencidos de que las
totalidades complejas9. personas tienen muchas intenciones y valores y estilos
Esta organización sicológica se echa de ver tanto diferentes, cambiantes y a veces contradictorios, que
en la convergencia de muchas características de la per- se pueden expresar de muchas maneras, según el con-
sonalidad en un momento dado de su funcionamiento, texto ambiental.
como en la unidad de la misma a través de períodos Una adecuada teoría de la personalidad debe ex-
más largos de tiempo. Cualquier posición asocia- plicar esta complejidad.
cionista y un enfoque puramente experimental, limita-
do, son particularmente inadecuados para explicar esta
organización de la personalidad. D. El hombre funciona como un ser racional
Dichos enfoques tienden a dividir la personalidad,
de una manera ficticia, en su empeño por lograr la Llegamos aquí a uno de los conceptos claves de
simplificación y comprensión de la misma. Maslow y Allport, con el que muchos sicólogos no es-
tarán de acuerdo. Con excepción de algunos avances
en el campo de la sicología del ego, la teoría freudiana
C. El hombre es un ser recalca que la conducta humana se origina y es deter-
sicológicamente complejo minada por impulsos en gran parte inconscientes,
inexorables, egoístas, primitivos. Allport se opone
Al recalcar la organización, Allport y Maslow no enérgicamente a este punto de vista. El funcionamien-
quieren decir que el funcionamiento humano sea sim- to del adulto es, para él, racional y gobernado por car-
ple. Por el contrario, es muy complejo; esta compleji- acterísticas conscientes de la personalidad, tales como
dad resulta del proceso de la "diferenciación". Allport las metas a largo plazo, los planes de acción, y la
critica a Freud porque su imagen general de la moti- filosofía de la vida de una persona. Solo los niños, en
vación hace de la personalidad un producto totalmente los cuales la personalidad no se ha desarrollado plena-
reactivo a dos fuuerzas arcaicas: el sexo y la agresivi- mente, o los enfermos mentales, en los que el proceso

9. Maddi y Costa, op. cit. p 17. 10. Ibid. p23.

234 235
del desarrollo se ha detenido o distorsionado, se apro- entre los seres humanos, sería fatal reducir el indivi-
ximan a la imagen propuesta por el freudismo extre- duo a una simple "muestra" de la naturaleza humana,
mo, con su énfasis en las fuerzas del Id. como si todos los individuos fueran iguales. El anti-
reduccionismo sostiene que el hombre debe estudiarse
Aunque no tan radicalmente opuesto a Freud, al
en sí mismo y que cada hombre debe ser comprendido
igual que Allport, Maslow insiste también en la racio-
como individuo.
nalidad del ser humano.
Este aprecio por la individualidad, ocupa en la
Los procesos racionales e irracionales existen úni- tradición religiosa judeo-cristiana un puesto central,
camente en todo ser humano. Una amplia proporción ya que Dios ama a cada persona sea santa o pecadora;
de procesos se realizan de acuerdo con los planes, en sicología brota simplemente de la preocupación por
intenciones y valores del hombre, los cuales son cons- la verdad, acerca de la naturaleza humana. Son muchos
cientes y racionales. Es verdad que unas personas son los sicólogos, de diversas orientaciones filosóficas y
más racionales que otras y las menos racionales son religiosas que no admiten el que los datos de una natu-
considerados como enfermos mentales. Por eso los raleza humana se puedan simple y adecuadamente
informes del sujeto y su experiencia subjetiva son da- explicar recurriendo a la experiencia y al compor-
tos de capital importancia para poder comprenderlo. tamiento animales. Para no mencionar sino unos
Allport llega a creer que las técnicas proyectivas son, pocos, habría que incluir aquí a G. W. Allport, Hadiey
por consiguiente, poco útiles para conocer al adulto Cantril, Paul E Johnson, K. Koffka, W. Kolher. K.
normal, opinión que parece no poder sostenerse ante Lewin, H. Mewrer, Gardner Murphy, H. A. Murray,
los resultados de las investigaciones recientes". H. S. Sullivan y muchos otros.
La sicología en su afán de igualar su metodología
E. El hombre es único científica con la de las ciencias físicas rechazó la in-
trospección como fuente válida de conocimiento cien-
Enfrentándose el freudismo y el conductismo, tífico. Estos autores son conscientes de que nadan
Allport Y. Maslow son abiertamente antireduc- contra la corriente de la ortodoxia científica e insisten
cionistas. Su opción al reduccionismo se manifiesta en en hacer de la sicología una disciplina centrada no
dos frentes: primeramente se opone a la fácil tentación tanto en la ciencia, cuanto en el hombre. Esto es ver-
del sicólogo de usar el comportamiento animal como dad especialmente, tratándose de Maslow y Allort n .
modelo confiable para explicar adecuadamente al ser El sicólogo que ha defendido con más entusiasmo
humano. En segundo lugar, a pesar de las semejanzas la unicidad de cada individuo es sin duda Allport. Su

ll.Ibid. pp 25-27. 12. Bertocci, P. A. y Millard, R. M. op. cii. c V.

236 237
simple reflejo, o como sofisticadas representaciones
posición es extremadamente "idiográfica": el hombre de alguna fijación temprana, de hábitos o instintos,
es único, tanto en cuanto a la especie, como en cuanto pierde de vista la inmensa importancia que tiene la
a persona individual; el empleo de los animales infe- orientación del hombre hacia las realizaciones y metas
riores para comprender el funcionamiento humano es futuras.
por lo tanto prácticamente inútil. "Cada persona es por
El crecimiento sicológico, una mayor diferencia-
sí misma un idioma, una violación aparente de la sin-
ción e integración, que se prolongan durante la vida,
taxis de la especie"... "Todos los animales del mundo
son naturales y de crucial importancia para compren-
son, entre sí, menos distintos sicológicamente, de lo
der al hombre.
que un hombre lo es en relación con los otros hom-
bres" l3. La principal tarea de la sicología es compren- Para Allport, el desarrollo de una filosofía de la
der y predecir el caso individual, más bien que el caso vida, las metas a largo plazo, el sentido de integridad
promedio. El punto de vista de Maslow es algo más personal, no pueden confundirse con la tendencia in-
"nomotético" que el de Allport, sin negar por ello la fantil hacia la repetición de respuestas, producidas por
importancia de la individualidad. las figuras de autoridad, mediante la manipulación de
premios y castigos externos; ni tampoco con el resul-
Maslow acepta, como fuentes aptas de informa-
tado de los conflictos sico-sexuales tempranos.
ción, las técnicas proyectivas, lo mismo que la obser-
vación, las pruebas de ejecución, el autoinforme per- En su obra Becoming, Allport ataca fuertemente a
sonal; y los juzga útiles para obtener información so- los freudianos, preocupados por hurgar en el pasado,
bre el individuo, generalizable a todas las personas, mientras el individuo se esfuerza continuamente hacia
grupos o tipos de personas en particular. En su bús- el futuro. Tanto el freudismo como el conductismo
queda de la individualidad, Maslow no insiste en que suponen que el principal principio que gobierna el
un concepto apropiado para una persona sea, por de- funcionamiento humano es la tendencia homeostática,
finición, irrelevante para cualquier otra. o sea, la tendencia a mantener o a rebajar un bajo
nivel de tensión organísmica. Tal orientación homeos-
tática no explica la orientación del hombre hacia el
F. El hombre es un ser orientado futuro, hacia el crecimiento, llamada por Maslow la
hacia el futuro
"autorealización".
Según Maslow y Allport, cualquier enfoque que En resumen los puntos en que Maslow y Allport
trate de explicar el funcionamiento del adulto como están de acuerdo, en su concepción humanística del
hombre, pueden sintetizarse así:
13. Allport, G. W. Becoming. New Haven: Yale Univ. Press, 1955.

239
238
1. La influencia determinante de características inter- nales e infractores de las leyes; muchos sobre el
nas, originadas en el individuo, más bien que en las miedo, pero poco sobre el valor; más sobre la hostili-
fuerzas externas; dad, que sobre el sentido de afiliación; hay mucho
escrito sobre la ceguera del hombre y poco sobre su
2. La organización, tanto en un momento dado, como visión; mucho sobre su pasado, pero poco sobre su
a lo largo del tiempo; proyección hacia el futuro" l4.
3. La complejidad, en el sentido de los cambios y en la Y Maslow se expresa en términos parecidos:
coexistencia de muchos elementos diferenciables; "Una de las limitaciones mayores en la investigación
4. La racionalidad que se manifiesta en los propósitos sicológica (y lo mismo se diga de la siquiatría) es su
conscientes, en las decisiones y planes, más impor- concepción pesismista, negativa y limitada de la
tantes que la irracionalidad de los impulsos incons- altura plena que puede alcanzar el ser humano. En
cientes, irresistibles; parte por este prejuicio, se nos han revelado tantas
cosas acerca de las limitaciones humanas, de sus
5. Una marcada unicidad, tanto de la especie, como enfermedades, sus pecados y debilidades; pero más
del individuo; bien poco acerca de sus virtudes, sus potencialidades
6. La orientación hacia el futuro, en búsqueda de me- y sus más altas aspiraciones... No es esto una llamada
tas y propósitos, y una tendencia hacia el creci- al optimismo. Es más bien una exigencia de realis-
miento sicológico. mo, en el mejor y más pleno sentido de la palabra" ".
Esta concepción humanista, puede ilustrarse con Esta orientación humanística le atribuye al hombre
dos breves citas, que hacen resaltar más la concepción una alta dignidad, y se opone diametralmente al con-
optimista sobre el hombre sostenida por Allport y cepto degradante que del mismo sostienen tanto el
Maslow:
autor de Beyond freedom and dignity l6 (Skinner);
Allport se expresa así: como el padre del sicoanálisis (Freud).
"Algunas teorías del desarrollo ("Becoming") se Terminemos estas pinceladas sobre el concepto
basan en gran parte sobre el comportamiento de del hombre con una breve nota sobre la personalidad
gente enferma y angustiada, o sobre las piruetas de idealmente desarrollada, según Maslow y Allport. Es
ratas cautivas y desesperadas. Son más escasas las éste un excelente complemento para comprender
teorías que se han derivado del estudio de seres
14. Maddi y Costa, op. cit. p 41.
humanos sanos, quienes se esfuerzan no tanto por
15. Ibid. p41.
preservar la vida, cuanto por hacerla digna de vivirse.
16. Skinner. Beyondd freedom and difnity. New York: A. Knopf.
Así, encontramos hoy mucho estudio sobre los crimi- 1972.

240 241
cómo conciben ellos la persona humana, en sus mejo-
res exponentes. 11. Estructura democrática del carácter.
12. Certidumbre ética.
G. La personalidad ideal, según Maslow 13. Humor sin hostilidad.
14. Creatividad.
Maslow prefiere hablar sobre las personas actua-
lizadoras de sí mismas. Son las que se han actualizado Los tipos de personalidad no plenamente actua-
plenamente, por medio de una vigorosa expresión de lizados, estarán orientados más bien a la satisfacción
sus capacidades, tales como: Lincoln, Jefferson, Tho- de otras necesidades menos elevadas, dentro de la je-
reau, Beethoven, Elcanor Roosevelt, Einstein, etc. Las rarquía de necesidades postulada por Maslow que
características de la persona actualizadora de sí misma tienen categorías, comenzando por las más básicas y
son ": menos elevadas:
1. Más eficiente percepción de la realidad y más fáci- 1. Las necesidades fisiológicas;
les relaciones con ella. 2. las necesidades de seguridad;
2. Aceptación de sí mismo, de los demás y de la natu-
3. la necesidad de pertenencia;
raleza.
3. Espontaneidad. 4. la necesidad de estimación.
4. Concentración en los problemas. Si estas necesidades no están adecuadamente sa-
tisfechas, es imposible que la necesidad de actua-
5. Independencia en las relaciones personales. lizarse a sí mismo se exprese de manera vigorosa.
6. Independencia respecto a la cultura y al medio.
7. Apreciación libre, no convertida en rígida (frente a H. La personalidad madura según Allport18
las experiencias nuevas).
En la teoría de Allport, las características de la
8. Horizontes ilimitados (en los intereses).
personalidad madura se pueden reducir a tres:
9. Sentimiento social.
1. La extensión del sentido de sí mismo. El sentido de
10. Relaciones sociales profundas, pero selectivas. sí mismo se forma gradualmente en la infancia. En
la adolescencia tiene que superar la crisis que Erik-
17. Maslow, A. H. Motivation and personality. New York: Harper son llama la difusión de la identidad, para extender-
1954.
18. Jiménez, A. op. cit.

242
243
nos mucho más ampliamente en la edad adulta. En de intereses ("The expanding-self'), la objetivación
la personalidad madura existe una gran variedad de y comprensión profunda de sí mismo ("The self-
intereses sicogénicos que sobrepasan los objetivos objectification") y la integración de la personalidad
y valores puramente viscerogénicos. Los primeros ("The self-unification").
pasos del niño, la adquisición del lenguaje concep-
tual, el ingreso a la escuela abren campos nuevos III. SICOLOGÍA Y RELIGIÓN,
casi ilimitados a sus experiencias e intereses. El SEGÚN MASLOW Y ALLPORT
primer amor del adolescente amplía aún más los
límites de sí mismo, hasta que "el bien de la otra
persona se vuelve tan importante para el sujeto El pensamiento de Maslow sobre sicología y
como el bien propio". Así se incorporan en el senti- religión se encuentra bastante bien sistematizado en su
do de sí mismo, nuevos amigos, nuevas ambi- obra titulada Religiones, valores y experiencias-cum-
ciones, nuevos grupos, nuevas ideas, nuevas diver- bre '9, en la cual se basa la presente exposición.
siones y aficiones. El sentido de sí mismo se amplía
y profundiza especialmente en la vocación del indi- A. Maslow contra Freud y Skinner
viduo y en su matrimonio. "Si no se desarrollan en
una persona intereses "fuera de sí misma" (aunque El libro citado fue escrito con ocasión de la deci-
formando parte de sí misma), vive en un nivel más sión tomada por la corte suprema de los EE.UU. sobre
próximo al animal que al hombre". la inconstitucionalidad de la oración en las escuelas
públicas. Maslow se pronuncia a favor de los valores
2. La habilidad de objetivarse a sí mismo, o sea, de
espirituales, ya que los resultados de sus investigacio-
verse a sí mismo como los demás lo ven a uno, es
nes le inclinan fuertemente a admitir la realidad de los
la segunda gran señal de madurez sicológica. El
mismos.
conocimiento profundo de sí mismo ("insight")
coloca al individuo en una "perspectiva cósmica" y Maslow rechaza enérgicamente tanto la posición
la hace capaz del sentido del humor". conductista como la freudiana; pero al mismo tiempo
expresa claras reservas contra las religiones organi-
3. Una filosofía unificadora de la vida es la tercera zadas, las cuales hasta ahora han sido consideradas
señal de madurez sicológica. por mucha gente como "el lugar, la fuente, el custodio,
Estos atributos de madurez sicológica no han sido guardián y maestro de la vida espiritual" 20.
escogidos de manera arbitraria, sino que represen-
tan las tres grandes avenidas del desarrollo y madu- 19. Maslow, A. H. op. cit.
ración de la personalidad, como son: la extensión 20. Ibid. p 4.

244 245
Opina Maslow que tales valores son independien- Esta crisis de valores ha afectado en nuestros días
tes de las iglesias organizadas y pueden ser estudiados a la mayor parte de los estudiosos y artistas huma-
como fenómenos simplemente sicológicos. nistas:
Los sicólogos positivistas, los conductistas, los
neo-conductistas y los ultra-experimentalistas, casi "Y así hoy, una gran proporción de nuestros artistas,
novelistas, dramaturgos, críticos, literatos e histo-
universalmente, opinan que los valores no son de com-
riadores están descorazonados, o pesimistas y deses-
petencia profesional.
perados, y una buena proporción son nihilistas o cíni-
cos (en el sentido que creen que una "vida buena" es
"Efectivamente, el positivista puro rechaza cualquier
imposible, y que los así llamados valores superiores
experiencia interna de cualquier clase, como a-cientí-
son un engaño y un fraude)"23.
fica, como no pertinente al conocimiento humano,
como no susceptible de estudio por métodos científi-
cos, pues tales datos no son objetivos; es decir no son B. Una ciencia
públicos ni comunicables. Es una especie de "reduc- y una religión dicotomizadas
ción a lo concreto", a lo tangible, a lo visible, a lo que
puede registrarse en una máquina, al comportamien- Nos encontramos hoy, piensa Maslow, ante una
to" 2I. ciencia dicotomizada y una religión igualmente dico-
Por otra parte, la teoría freudiana niega también todo tomizada. Mutuamente se han excluido la una de la
lo que tenga que ver con valores éticos y espirituales. otra.
El freudismo ortodoxo, oficial, sigue siendo "un sis-
tema sicopatológico y una cura para la sicopatolo- La religión por su parte, se ha aislado de la cien-
gía"; "no deja lugar para una sicología de la vida su- cia. Esta dicotomización contagió también a las reli-
perior, ni de la vida del espíritu, ni de aquello hacia lo giones organizadas, aislándolas de los hechos y acon-
cual el ser humano debe crecer, ni de lo que puede lle- tecimientos científicos, hasta el punto de convertirlas
gar a ser". Así, el sicoanálisis con frecuencia se acer- con frecuencia en enemigas de la ciencia. Con esto, la
ca peligrosamente, a unafilosofíanihilista del hombre religión se cerró a ulteriores descubrimientos y a las
que niega los valores". "Afortunadamente — con- demostraciones científicas; acabó también con la posi-
cluye Maslow— todo buen terapeuta no presta mucha bilidad de purificarse y progresar. Se abocó a un fraca-
atención, en la práctica, a esta filosofía"22. so. Una religión así dicotomizada, llega hasta distor-
sionar conceptos tan importantes como la fe, lo sagra-
do, etc.
21.1b¡d. p6.
22. Ibid. p 7. 23. Ibid. p 9.

246 247
Críticas parecidas se aplican a la ciencia, que tam- de modo que deje de estar aislada de los conocimien-
bién se dicotomizó de la religión. La actitud meca- tos científicos y, con mayor razón, deje de mostrarse
nicista, positivista, reduccionista del siglo XIX con- como enemiga de la ciencia.
denó a la ciencia a no ser más que "una tecnología
amoral". Un ejemplo lo tenemos en el caso reciente de Estas conclusiones sobre la necesidad de resolver
los científicos alemanes, que con igual celo trabajaron la antinomia ciencia-religión son dignas de tenerse
para los nazis, los comunistas, o los americanos. muy en cuenta por cualquier sicólogo-católico que
realmente aspire a ser católico auténtico y científico
La exclusión de lo sagrado y de lo trascendente, auténtico. Oigamos de nuevo a Maslow, en una cita
del campo de la ciencia, hace imposible en principio, que vale la pena meditar:
el estudio de algunos aspectos abstractos como la
sicoterapia, la experiencia religiosa natural, la teoría
del amor, las experiencias místicas, las "experiencias "Puede decirse que el ateo del siglo XIX quemó la
cumbre", para no mencionar la poesía, el arte y mu- casa en vez de remodelarla. Junto con las respuestas
chas otras cosas más. Claramente, lo que se necesita es de religión, arrojó fuera las preguntas, porque tenía
una ciencia más abierta, con poderes y métodos más que rechazar las respuestas religiosas. O sea, que
amplios, una ciencia que pueda estudiar los valores y volvió la espalda a toda empresa religiosa, porque la
enseñarlos a la humanidad" 24. religión organizada le presentaba un conjunto de
respuestas que la ciencia intelectualmente no podía
Así pues, los nuevos desarrollos de la sicología aceptar. Pero lo que el científico más sofisticado está
están exigiendo un cambio profundo en la filosofía de ahora aprendiendo es que, aunque tiene que disentir
la ciencia, cambio tan extenso, que podamos aceptar de la mayor parte de las respuestas que la religión
las cuestiones religiosas básicas como parte propia de organizada ha dado a los problemas religiosos, cada
la jurisdicción de la ciencia, una vez que ésta haya vez es más claro que las preguntas mismas, la bús-
sido ampliada y redefinida. "Tarde o temprano, ten- queda y las aspiraciones religiosas, están arraigadas
dremos que redefinir ambas cosas: la religión y la en lo más profundo de la naturaleza humana, y pue-
ciencia" 25. Si se quieren salvar, hay que redefinir la den estudiarse, describirse y examinarse de manera
ciencia de modo que abarque "todo conocimiento sus- científica; y que las iglesias estaban tratando de res-
ceptible de ser confirmado, en todos los estadios de su ponder preguntas humanas perfectamente sanas.
desarrollo" 26. Y también hay que redefinir la religión, Aunque las respuestas no eran aceptables, las pregun-
tas mismas sí lo eran; son perfectamente aceptables y
24. Ibid. p 17. perfectamente legítimas". De hecho, los sicólogos
25. Ibid p 17, contemporáneos existencialistas y humanistas proba-
26. Ibid. p 17. blemente considerarían enferma o anormal, desde

248 249
una perspectiva existencial, a la persona que no se entre las mismas se deben a particularismos en el
preocupa de estas preguntas "religiosas" v. tiempo o en el espacio y son, por consiguiente, peri-
féricas, perecederas, no esenciales. Ese núcleo común
Estas palabras son demasiado importantes para a todas las religiones, lo llama Maslow "experiencia
quien esté preocupado por tender un puente entre la religiosa básica o experiencia trascendente" ("core-
sicología y la religión. Lo menos que un creyente religious-experience" o "trascendent-experience").
puede exigir a un sicólogo es que, como científico, to- Avanzando un paso más por este camino, distin-
me en serio sus preguntas, anhelos y aspiraciones reli- gue Maslow entre el "profeta" de una religión (el que
giosas "arraigadas en lo más profundo de su natu- ha tenido estas experiencias-cumbre) y los eclesiásti-
raleza humana" y las estudie, describa y examine co- cos-legalistas (los que han organizado la religión pos-
mo objeto "perfectamente respetable" desde el punto teriormente). "La relación entre el profeta y el ecle-
de vista de la sicología científica. Quedarían por dis- siástico, entre el místico solitario y el hombre reli-
cutir la aseveración de que el científico, tenga que gioso organizador (en sentido extremo), radica en que
"disentir de la mayor parte de las respuestas que la el primero es capaz de estas esperiencias-cumbre,
religión organizada (concretamente la católica) ha mientras el segundo no. En el lenguaje original de
dado a las preguntas religiosas". Tal cuestión amplísi- Maslow, el profeta es un "peaker" y el organizador es
ma rebasa el campo de nuestro estudio. un "non-peaker" n.
La experiencia religiosa básica o "trascendente" es
C. La experiencia religiosa un fenómeno perfectamente natural. Así, "podemos
básica o trascendente estudiar hoy lo que sucedió en el pasado y que fue
explicado solamente en términos sobrenaturales". Ha-
Maslow opina que todas las "revelaciones", que ciendo esto, estamos capacitados para examinar la
han dado origen a las grandes religiones, han sido religión en todas sus facetas y significados, de tal
"experiencias-cumbre" ("peak-experiences"), o expe- manera que forme parte de la ciencia, en vez de ser
riencias "trascendentes". Juzga él muy plausible la algo que quede por fuera de ella, o que la excluya" 10.
hipótesis de que, "por cuanto todas las experiencias En otras palabras, "parece bastante probable que la
místicas, o "cumbres" son esencialmente las mismas y experiencia cumbre puede ser el modelo de la re-
siempre lo han sido, todas las religiones son iguales en velación o de la iluminación o conversión religiosa, la
su esencia y siempre lo han sido" 2X. Las diferencias cual ha jugado un papel tan grande en la historia de las

27. Ibid.pl 7-18. 29. Ibíd. p 21.


28. Ibid. p 20. 30. Ibid. p20.

250 251
religiones. Pero, como las experiencias-cumbre están Según dicho autor, las experiencias-cumbre, aun-
dentro del mundo natural y se pueden investigar, po- que sean más frecuentes en un contexto religioso, no
demos esperar confiadamente que, a medida que nues- siempre son de naturaleza religiosa. También se dan
tro conocimiento de tales experiencias vaya creciendo, en experiencias sexuales, artísticas, etc.
podremos comprender mejor, en el futuro, estas gran- Juzgamos oportuno dos brevísimos comentarios
des revelaciones e iluminaciones, sobre las cuales se sobre estas experiencias-cumbre y experiencias tras-
fundaron las grandes religiones. cendentes de Maslow:
A Maslow le parece que esta experiencia religiosa
1. En cuanto a las "experiencias-cumbre" son fenó-
básica, lo mismo puede darse en un contexto teísta o
menos humanos, en realidad pueden ser objeto de
sobrenatural, como también puede ocurrir en un con-
la sicología científica.
texto no-teísta. De ella participan todas las grandes
religiones del mundo, incluyendo algunas religiones 2. Pero queda por demostrar que todas las experien-
"ateas, como el budismo, el taoísmo, el humanismo, o cias, en todas las religiones, son esencialmente
el confucionismo"3I. iguales. En todo caso, el problema teológico de la
autenticidad, veracidad, sobrenaturalidad de la re-
"Puedo afirmar que esta experiencia-básica intrínseca velación cristiana", son cuestiones que desbordan
es un lugar de encuentro no solo entre judíos, cris- la competencia de un sicólogo y trascienden el
tianos o mahometanos, sino también entre sacerdotes campo de la ciencia.
y ateos, comunistas y anti-comunistas, conservadores
y liberales, artistas y científicos, hombres y mujeres32.
Más aún, "las dos religiones de la humanidad tienden D. Las experiencias-cumbre
a ser los "peakers" y los "nonpeakers", o sea, por un en las religiones organizadas
lado los que con facilidad y frecuencia tienen experi-
encias básicas religiosas privadas, personales, tras- Maslow se encuentra bastante adverso a todo tipo
cendentes y las aceptan y saben usarlas; y por otro de religión organizada: "Cuando yo entrevistaba "per-
lado, los que nunca las han tenido, o las reprimen o sonas religiosas no teístas", me parecía que éstas
suprimen y, por consiguiente, no pueden usarlas para tenían más experiencias religiosas o trascendentes que
su terapia personal, su crecimiento personal o su rea- la gente convencionalmente religiosa" M.
lización personal" 33.
Reconoce que estos resultados pueden explicarse
31. Ibid. p28. como un "error muestral", en sus investigaciones, ya
32. Ibid. p 28.
33. Ibid p 29. 34. Ibid. p 31.

252 253
necesaria una mente genial que lograra sistematizar en
que los entrevistados eran en su mayor parte universi- un todo coherente los materiales acumulados, lo cual
tarios que habían rechazado su religión heredada y parece casi imposible en este momento, dada la tre-
"Debe quedar muy claro que el problema filosófico menda heterogeneidad de la materia prima.
último de la verdad de la creencia en Dios no ha sido
resuelto ni por Freud, ni por Allport, ni por ningún Se habían creado una religión propia. Pero de
otro sicólogo, aunque sus puntos de vista se echen de todas maneras, Maslow juzga oportuno prevenir con-
ver en las conclusiones a que llegan"35. tra el peligro de que una religión organizada y lega-
lista tienda a "religionizar" solo una parte de la vida,
Dentro de los límites de este modesto trabajo, he- mientras seculariza el resto de la misma36.
mos señalado algunos elementos de la llamada "Terce-
ra fuerza" o "sicología humanista" relacionados con el No se nos oculta, cuan peligroso sería equiparar a
concepto de esas teorías de la personalidad sobre el todas las religiones y menospreciar o negar la religión
hombre y sobre la sicología de la religión. sobrenatural y revelada como es la cristiana, o igualar
las experiencias de los grandes místicos cristianos con
No es extraño que un sicólogo católico experi- las de un no-teísta. Pero a pesar de no compartir todos
mente alguna afinidad y simpatía hacia la "sicología los puntos de vista de Maslow, creemos que en su teoría
humanista" o "Tercera Fuerza". En ella puede encon- pueden encontrarse elementos que estimulan una prove-
trarse una cantera inexplotada todavía, de la cual, len- chosa reflexión de quienes están empeñados en superar
tamente y con mucha reflexión y esfuerzo se podrán la dicotomía ciencia-religión y estudiar los aspectos
extraer ricos materiales, frecuentemente mezclados sicológicos de la experiencia religiosa. Queda abierto
con arena y barro, para ir construyendo una teoría de un ancho campo para la reflexión y la investigación.
la personalidad, que en vez de ser atea y de atentar
contra la dignidad del hombre, ofrezca sólidas bases
para un sicólogo creyente. En este trabajo, solo hemos E. Unas palabras finales
indicado algunas pistas, necesariamente incompletas y
elementales. Un punto central en Allport es su opinión de que
Un trabajo similar al que hemos hecho con Allport la creencia religiosa, como tal, no puede tildarse de
y Maslow, podría emprenderse con las obras de otros infantil, inmadura o madura, desde un punto de vista
autores que se consideran como sicólogos humanistas, estrictamente sicológico.
como Murray, Rogers, Frankle, etc. Esto supone un Conviene subrayar la diferencia entre el lugar que
ingente trabajo de muchos años. Finalmente sería ocupa la religión en la teoría de Allport y en la de
36. Ibid. 31.
35. Ibid. p 138.

255
254
Freud. "Freud creyó que superar los deseos infantiles
era superar la religión. Allport concede que abunda la índice
"religión" defensiva infantil, que debe ser superada.
Pero sostiene que una persona puede llegar a ser
madura con la ayuda de una organización de valores,
selectiva, crítica, comprensiva y arriesgada que una
vida religiosa puede favorecer"37.

Presentación 5

Capítulo I
Las causas del abandono del ministerio sacerdotal
y de la vida religiosa 13

Capítulo II
La autoimagen y la autoestima 31

I.Yo real 32
II.La autoimagen (concepto del yo) 32
III.Autoestima 34
IV. El influjo de la autoimagen
y la autoestima sobre la salud mental 37
V. Cómo mejorar la autoimagen
y acrecentar la autoestima 40
VI. El yo ideal 43
37. Ibid. 360. VII. El yo social 45

256
A. Tres actitudes fundamentales
VIII. Algunas aplicaciones (cf figura 1). 77
a la vida del religioso y del sacerdote 46
B. Ayudas de la sicología
para el control de la sexualidad 84
Capítulo III C. Medios sobrenaturales 94
Madurez humana, castidad religiosa
y celibato sacerdotal 53
Capítulo IV
I. Peligros que la vida de castidad consagrada Vivir la amistad
presenta para la maduración con alegría y madurez 105
de la personalidad 54
I. Algunos grandes pensadores y maestros
A. Incomprensión de la sexualidad humana exaltan la amistad verdadera 107
y del sentido del voto de castidad. 54
II. ¿Amor conyugal
B. Negación de la sexualidad 59 o relación de amistad? 110
C. El aislamiento emocional 61 III. La amistad del sacerdote
D. Egoísmo 63 y de la persona consagrada 112
E. Castidad ambigua 65 IV. La amistad con personas del sexo opuesto 118
II. El celibato sacerdotal y la castidad consagrada
V. Criterios para distinguir la amistad
como medios de realización
auténtica en la persona consagrada 127
personal y apostólica 67
A. El sentido y los motivos del celibato
Capítulo V
y de la castidad consagrada. 68
Formación permanente
B. Actitud positiva ante la castidad 70 de los presbíteros religiosos
C. Actitud sana hacia (Dimensiones humana y comunitaria) 137
las personas del otro sexo 73
I. Objetivos de un programa
III. Actitudes y medios de educación permanente 140
para guardar la castidad 75
II. Medios y recursos 148
Capítulo VI
£1 bienestar sicológico de los sacerdotes CapítuloVII
y religiosos en la tercera edad 153 La madurez religiosa 188

I. Bienestar integral y necesidades humanas 154 I. Criterios de madurez religiosa 193


A. Sicología de las motivaciones humanas 154 II. Criterios de madurez humana y religiosa
B. El bienestar integral del anciano 157 de Gordon W. Allport 198
II. La situación Humana del sacerdote A. Criterios generales
y del (de la) religioso (a) en la tercera edad 160 de madurez sicológica 198
A. Compartiendo los problemas B. La madurez religiosa 200
de todos los ancianos 160 III. Algunas aplicaciones más específicas
B. Algunos datos empíricos 166 a las personas consagradas 207
III. La adaptación sicológica del anciano 170 A. Peligros de la religiosidad inmadura 207
A. Tipos de ancianos: B. Patología 212
adaptados y desadaptados 171 C. Características
de la religiosidad madura 216
B. Preparar la propia vejez 175
C. Preparación espiritual 177
Capítulo VIII
IV. Ayudas sicológicas al sacerdote
"La tercera fuerza" como la alternativa
y al religioso ancianos 179
para un sicólogo humanista 227
A. Dos principios fundamentales de ayuda 180
B. ¿Casas especiales para ancianos? 182 I. "La tercera fuerza" en sicología 229
C. Tres sugerencias de Juan Pablo II II. El concepto sobre el hombre
ante la ONU 184 en la sicología de Maslow y Allport 232
A. El hombre como ser activo 232
B. El hombre posee
una organización sicológica 233

961
C. El hombre es un ser
sicológicamente complejo 234
D. El hombre funciona
como un ser racional 235
E. El hombre es único 236
F. El hombre es un ser orientado
hacia el futuro 238
G. La personalidad ideal, según Maslow 242
H. La personalidad madura
según Allport 243
III. Sicología y religión
según Maslow y Allport 245
A. Maslow contra Freud y Skinner 245
B. Una ciencia
y una religión dicotomizadas 247
C. La experiencia religiosa
básica o trascendente 250
D. Las experiencias-cumbre
en las religiones organizadas 253
E. Unas palabras finales 255

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