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Prof.

Manuel Limay Incil Arte y Percepción Visual

EQUILIBRIO
Antonio Saldaña Jara

Especialidad de Pintura
EL EQUILIBRIO

El equilibrio es el estado de un cuerpo cuando las fuerzas que actúan sobre él se


compensan y anulan mutuamente, quedando estable. Es decir, un elemento dentro
de un formato queda estable y armónico gracias a la compensación de fuerzas
perceptuales a las que se somete.
Estas fuerzas perceptuales existen de una manera psicológica en la interpretación
del espectador. Con ellas se interpretan atracciones y repulsiones como propiedades
genuinas del formato y de los elementos que éste contiene.
Cuando un objeto es empujado o atraído desde dos direcciones contrarias y con la
misma intensidad, decimos que el objeto en cuestión está equilibrado, todos los
factores de tipo de la forma, la dirección, y la ubicación se determinan mutuamente,
de tal manera que no parece posible ningún cambio, y el todo asume un carácter de
“necesidad” en cada una de sus partes. En cambio, cuando las fuerzas que actúan
sobre este objeto tienen intensidades diferentes decimos que está desequilibrado,
en este sentido todo parece accidental, transitoria, y por lo tanto no valida. Sus
elementos muestran una tendencia a cambiar de lugar o de forma para alcanzar un
estado que concuerde mejor con la estructura total.

Las fuerzas del formato.


El formato por sí mismo ejerce fuerzas sobre
los elementos que contiene. Rudolf Arnheim,
en su libro Arte y percepción visual, otorga
estas fuerzas a la estructura oculta del
cuadrado, la cual está formada por puntos y
líneas específicos del formato que emiten
fuerzas.
Los elementos colocados dentro del formato
dependerán de su posición respecto a estas
fuerzas para estar sólidamente asentados o,
por el contrario, manifestar tensión y
desequilibrio.
La fuerza de los elementos

Los elementos se influyen mutuamente


mediante las fuerzas de atracción o
repulsión que emiten, construyendo de
esta manera el equilibrio de la
composición general. Por lo tanto, puede
compensarse el desequilibrio de un
elemento mediante el uso de otro
elemento que lo equilibre o viceversa.

Estas fuerzas provienen de las


propiedades genuinas de los elementos.
El centro, locus principal de la atracción y
repulsión, queda determinado por el
cruce de esas cuatro líneas estructurales
más importantes. Otros puntos situados
sobre dichas líneas son menos poderosos
que el centro, pero también para ellos se puede determinar el efecto de atracción.

Dos propiedades de los objetos visuales ejercen especial influencia sobre el


equilibrio: el peso y la dirección.

El peso
Cada elemento tiene un peso concreto, y cuanto mayor sea éste más fuerza ejercerá
sobre los demás elementos.

En el mundo de nuestros cuerpos, llamamos peso a la intensidad de la fuerza


gravitatoria que tira de los objetos hacia abajo. Se puede observar un tirón similar
hacia abajo en las obras pictóricas y escultóricas, pero el peso se ejerce también en
otras direcciones. Por ejemplo, cuando contemplamos los objetos representados en
un cuadro, su peso parece producir una tensión a lo largo del eje que los une con el
ojo del observador, y no resulta fácil discernir si se apartan de la persona que las
está mirando o si empujan hacia ella. El peso es siempre un efecto dinámico, pero la
tensión no se orienta necesariamente a lo largo de una dirección contenida dentro
del plano pictórico.

El peso está definido por las siguientes razones:

Ubicación: Un elemento que no está apoyado en los puntos de


fuerza del formato pesa más. Es decir una posición fuerte sobre
el armazón estructural puede soportar más peso que otra que
este descentrada o alejada de la vertical u horizontal centrales.
Un objeto pictórico situado en el centro puede ser contrapesado
por otros más pequeños descentrados. Es frecuente que el grupo central de las
pinturas sea bastante pesado, con los pesos yendo en disminución hacia los bordes,
y sin embargo el cuadro entero resulte equilibrado.
Profundidad espacial: Un elemento colocado en la lejanía es
percibido por el espectador como un elemento lejano. El cerebro
lo interpreta de mayor tamaño y, por lo tanto, más pesado.

Tamaño: Cuanto mayor es el tamaño de un elemento, más peso


tiene.

Color: Los colores cálidos, oscuros y saturados pesan más que


los fríos, claros y poco saturados.

Contraste: Cuanto mayor es el contraste del color del elemento


respecto al color de fondo más pesado es. Este contraste puede
estar causado por saturación, tono o luminosidad.

Claro sobre oscuro: Los elementos de colores claros


sobre fondos oscuros pesan más que los elementos de
colores oscuros sobre fondos claros.

Aislamiento: Cuanto más aislado está un elemento más peso


tiene.

Forma: Cuanto más regular y geométrica sea la forma del


elemento más peso tiene.

Verticalidad: Un elemento en posición vertical pesa más que uno


en posición horizontal. Esto se debe al ritmo de lectura propio de
cada cultura, una forma vertical produce más impacto en el ritmo
de lectura occidental.

Interés intrínseco: En este caso el peso depende del espectador.


Ejemplo: te puede llamar personalmente más la atención un
objeto con una forma compleja que uno con forma simple, por lo
tanto pesará más.
Sensación del espectador: Dependiendo de la sensación que el
elemento transmita al espectador, causa un peso perceptivo u
otro. Ejemplo: A un leñador traumado por haberse cercenado un
dedo con un hacha, le pesa perceptualmente más ese objeto que
cualquier otro.

El conocimiento personal del espectador también influencia de gran manera,


otorgándole un valor a cada elemento dependiendo de sus connotaciones. Ejemplo:
Un cuadrado hecho de paja tiene un peso perceptual menor que uno hecho de hierro
del mismo tamaño. El espectador asocia el tipo de material del elemento con el peso
o fuerza que ejerce mediante los conocimientos personales.

Parte superior e inferior del formato


Todo formato puede ser dividido en dos mitades básicas: superior e inferior.
En cada una de estas mitades los pesos perceptuales se alteran. Cuanto más arriba
se coloca un elemento más peso tiene. Por el contrario, cuanto más abajo esté
menos pesado será. Aquí vuelve a entrar en juego la conciencia del espectador. El
conocimiento y la asociación de la física y las fuerzas gravitatorias otorgan a los
elementos posicionados en la parte superior más peso perceptual.

Suponiendo que los dos elementos colocados en las dos mitades son iguales en
tamaño, color y forma, podríamos equilibrar el conjunto reduciendo el tamaño del
elemento superior, logrando así equilibrar los pesos. Por otro lado, cuando contamos
solo con un elemento de formas irregulares el equilibrio solo se consigue cuando su
parte inferior es más pesada que la superior, de esa manera el elemento se asienta.

Parte izquierda y derecha del formato


El formato también puede dividirse entre izquierda y derecha y, al igual que en el
anterior caso, sus pesos perceptuales se alteran.

Nuestra lectura occidental sigue una dirección que va de izquierda a derecha, esto
afecta a los pesos de la imagen y determinan las siguientes reglas:

 La izquierda expresa cercanía y por lo tanto tiene más importancia que la


derecha, haciendo menos pesados los elementos que se sitúan en esta mitad.
 La derecha es más pesada.
 La lectura de la imagen es más cómoda y representa menos esfuerzo si es de
izquierda a derecha.
Para que haya una percepción de equilibrio, la parte izquierda de la imagen debe ser
técnicamente más pesada para contrarrestar el efecto de aumento de peso de la
parte derecha.

La dirección

El equilibrio se logra cuando las fuerzas que constituyen un sistema se compensan


unas a otras. Esa compensación depende de las tres propiedades de las fuerzas: la
ubicación de su punto de aplicación, su intensidad y su dirección.
Cada elemento o combinación de elementos expresa una dirección concreta que
repercute directamente sobre el equilibrio mediante la fuerza que ejerce
visualmente.
La dirección de las fuerzas visuales viene determinada por varios factores, entre ellos
la atracción que ejerce el peso de los elementos vecinos.

La dirección puede producirse por las siguientes razones:

Atracción: La dirección está definida mediante el peso


que ejercen elementos cercanos.

En la figura A el caballo es arrastrado hacia atrás por la atracción que ejerce la figura
del jinete, en tanto que en la figura B es arrastrado hacia adelante por el otro caballo.

FIGURA B

FIGURA A

Forma: La forma de los objetos puede expresar dirección.

Temática: En este caso vuelve a entrar en juego la interpretación


del espectador y su conocimiento sobre el elemento. Una cara
expresará una u otra dirección dependiendo hacia donde mire.
Movimiento: La dirección del elemento se percibe a través de la
interpretación del movimiento que expresa. Ejemplo: Un hombre
corriendo expresará una u otra dirección dependiendo hacia
donde corra.

El equilibrio hace que todo cambio en la imagen y su composición no parezca posible,


todo adquiere un carácter de “necesario” para que la imagen funcione. Éste no tiene
por qué exigir simetría ya que puede estar propiciado por la combinación de fuerzas.

El desequilibrio produce el efecto de accidentalidad, percibimos que la imagen es


transitoria e incorrecta. El efecto de movimiento provocado hace que la inmovilidad
propia de una ilustración, que al fin y al cabo es una imagen sin movimiento, pase a
ser un estorbo.

En ocasiones queremos componer una imagen desequilibrada para acentuar el


concepto o por cuestiones estéticas. Para realizarla correctamente solo podemos
hacerlo descomponiendo un buen equilibrio.

Un aspecto que tenemos que tener en cuenta en los dos casos es la ambigüedad. Si
queremos hacer intencionadamente un equilibrio o un desequilibrio, éste tiene que
evitar ser ambiguo para no propiciar la percepción de que la composición es fruto de
un error.

Aunque el equilibrio esté sujeto a aspectos técnicos, es más importante la intuición


del ojo. Cuando un elemento está equilibrado en base a los aspectos técnicos pero
el ojo humano lo ve desequilibrado, se debe corregir.

En una ilustración, un perro puede tener una posición antinatural (el ojo no lo ve
equilibrado) pero estar perfectamente equilibrado técnicamente. Por otro lado, este
mismo perro puede estar en una posición natural de equilibrio (el ojo humano lo
percibe correctamente equilibrado) y estar técnicamente desequilibrado.
En estos casos nuestros conocimientos del mundo físico afectan a la percepción del
equilibrio, dejando en un segundo plano el equilibrio técnico de la imagen.

Referencias Bibliograficas.
ARNHEIM, RUDOLF. 2006. Arte y Percepción Visual. Madrid. Alianza Editorial, S.A.
GILLAM SCOTT, ROBERT. 1970. Fundamentos del Diseño. Buenos Aires. EDITORIAL VICTOR
LERU, S.A.
http://crean.es/equilibrio-visual/

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