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FACULTAD DE ARQUITECTURA
Asignatura: TEORIA 1
Profesor. : Arq. Francisco Ruffinelli
ARTE Y PERCEPCION VISUAL, Rudolph Arnheim
El presente trabajo constituye un brevísimo resumen obtenido del subrayado del texto del
Libro Arte y Percepción Visual, Psicología de la Visión Creadora, escrito por Rudolf Arnheim
(Eudeba, Bs.As., 1.987), con el propósito de ayudar a la lectura del mismo y sumarizarlo para mejor
comprensión. Arheim, el autor, en forma sencilla y metódica, pero sustentado en fuentes muy eruditas
establece una psicología del proceso visual, a partir de la cual se puede analizar el hecho objetivo
técnico o artístico, la cosa o la obra de arte, llegando a exponer las categorías del análisis visual y
dando una introducción a la morfología y la semántica de las formas artísticas. Tiene, por tanto, el
objetivo de introducir, en nuestro caso, a los estudiantes de arquitectura, a una psicología de la forma
a través de las artes visuales, estimulándolos y capacitándolos para el análisis de las mismas, para
posteriormente, poder profundizar en el campo específico de la psicología de las formas
arquitectónicas.
I. EL EQUILIBRIO
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Equilibrio psicológico y equilibrio físico.
En la obra de arte todos los elementos deben distribuirse de tal manera que resulte en estado de
equilibrio. El equilibrio es el estado de un cuerpo en el cual las fuerzas que operan sobre él se
compensan mutuamente. Como un cuerpo físico, toda figura posee un fulcro o centro de gravedad. Se
puede determinar el centro de una configuración visual: el modo más sencillo consiste en mover un
marco en torno de la figura hasta que ambos se equilibren: el centro de la figura, nótese, coincide con
el del marco. Por tanto, el centro de gravedad de una obra pictórica coincide con el del marco. En una
obra sin marco la figura determina su propio fulcro. No existe método de cálculo racional para
determinar el fulcro (salvo para formas más regulares), que reemplace la intuición visual.
Los valores de equilibrio visual de factores tales como el tamaño, el color y la dirección a
menudo no halla correspondencia con factores físicos equivalentes (ejemplo de la bailarina que en la
realidad se halla desequilibrada aunque en la pintura luzca muy cómoda).
El peso.
Dos factores determinan el equilibrio: el peso y la dirección. Un elemento pictórico que se
encuentre en el centro de la composición o cerca de él, o del eje vertical central, posee menos peso
compositivo que uno que esté fuera de los senderos del “mapa estructural”. No debe confundirse peso
con importancia. Un objeto colocado en el centro adquiere más importancia que el que esté colocado
lateralmente. Un objeto que se encuentre en la parte superior de la composición resulta más pesado que
el que se encuentra en la parte inferior, y en el lado derecho más que en el izquierdo. El peso de un
elemento pictórico aumenta proporcionalmente a la distancia del centro de equilibrio ( similitud con la
palanca). Cuanto más lejos del observador se ubiquen los objetos en el espacio pictórico, mayor será su
peso. Un objeto mayor se muestra relativamente grande a causa de la perspectiva: los efectos de la
perspectiva hacen aparecer mayor que el espacio que en realidad ocupa (Cuadro de Manet Déjeuner
sur l’herbe). El peso depende también del tamaño. Cuanto más grande sea el objeto mayor será su
peso. El rojo es más pesado que el azul. Para que una superficie negra compense a una blanca debe ser
de mayor tamaño. Una superficie luminosa parece relativamente mayor.
La percepción puede ser influida por los deseos y temores del observador. El aislamiento
también contribuye al peso. El aislamiento es un conocido recurso teatral para hacer resaltar una
situación. Las figuras geométricas simples son más pesadas que las irregulares. También la
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densidad, ( grado en que una masa se concentra en su centro) aumenta su peso. Las formas con
dirección vertical parecen más pesadas.
¿Cuál es la influencia del conocimiento? Ningún conocimiento que posea el observador hará
que un elemento parezca más pesado ( ejemplo del fardo de algodón, un edificio que se apoye sobre
una base de vidrio). En contrapartida, la discrepancia puramente visual entre una gran masa y un
soporte excesivamente delgado, no ha de ser disminuida en absoluto porque el arquitecto asegure la
estabilidad física del conjunto.
La dirección.
El peso de todo elemento compositivo atraerá los objetos vecinos y les impondrá así una
dirección ( Fig. 10 y 11). La forma de los objetos pictóricos produce ejes que a su vez crean fuerzas
dirigidas (la figura humana en una posición erguida señala siempre una fuerza vertical. Los triángulos
compositivos forjan grupos de figuras en forma de pirámidaes que se elevan (La Piedad de el Greco).
Figuras como la elipse producen direcciones opuestas. La tendencia a una de ellas puede estar
reforzada por la orientación. Así, en general, se tiene la tendencia a leer estructuras visuales de
izquierda a derecha. El tema también engendra fuerzs orientadas. En el teatro la mirada de los actores
crea direcciones espaciales que se conocen con el nombre de “líneas visuales”.
En toda obra de arte, muchos de los factores mencionados se apoyan o se oponen entre sí para
lograr el equilibrio del conjunto: el peso que proporciona el color puede compensarse mediante el peso
de la ubicación; la dirección que indique la forma puede equilibrarse por el desplazamiento hacia el
centro de atracción. La complejidad de estas relaciones contribuyen gran medida a la animación de
obra de arte.
En la danza, teatro o cine, la dirección se indica por el movimiento. El equilibrio se obtiene
entre los episodios que suceden simultáneamente.
Esquemas de equilibrio
El equilibrio se centra a menudo en uno o dos centros nodales o focos que soportan el peso
principal. Cada una de las figuras a su vez se organizará entorno a centros secundarios. De igual modo,
el tema principal representa la cumbre de un de un orden jerárquico. El equilibrio del conjunto también
puede mantenerse por un amplio número de centros menores ( Matisse, Klee, Braque). El resultado de
una homogeneidad que podría denominarse “atonal” es porque se reemplaza la “clave” estructural
subyacente por una red de conexiones entre los elementos de la composición misma.
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espacio y centrada en sí misma, demuestra su emancipación de la realidad material evadiéndose del
peso terrestre. Esta tendencia se observa incluso en ciertas obras de la escultura y la arquitectura
modernas.
Derecha e izquierda
Los cuadros se leen de izquierda a derecha. Todo objeto pictórico parece pesar más hacia la
derecha del cuadro (Madonna Sixtina de Rafael). En las llamadas áreas escénicas del teatro, cuando se
levanta el telón al comienzo del acto el público mira primero a su izquierda. El lado izquierdo del
escenario es considerado como el más fuerte. En un grupo de dos o tres actores, el que se encuentra a la
izquierda domina la escena. A un actor que entra al escenario por la derecha se lo advierte de
inmediato, pero el foco de la acción si no ocupa el centro, se centra a la izquierda. La razón está en que
la visión del lado derecho sería mas articulada, de ahí la mayor claridad de los objetos que aparecen en
esa dirección. La atención hacia lo que sucede a la izquierda compensaría esa asimetría y el ojo se
desplazaría espontáneamente desde el primer lugar de atención al área de visión más articulada.
irreversible de energía activa. El universo tiende a un estado de equilibrio en el cual todas las
asimetrías de distribución existente se eliminarán. Así, los teorizadores de la Gestalt llegaron a la
conclusión de que en todo campo psicológico tiende a ala organización más simple, más equilibrada y
más regular posible. De esta forma,. La psicología ha definido la motivación como “ el desequilibrio
del organismo que provoca la acción para restaurar la estabilidad”. En realidad bien podría ser que la
principal característica de un organismo consistiera en una anomalía de la naturaleza, pues al tomar
constantemente energía de su medio ambiente, sostiene una lucha desigual contra la ley universal de la
entropía. En la vida humana el equilibrio se obtiene solo parcial y temporariamente. Aún así, una
persona comprometida en la contienda y la acción trata constantemente de organizar las fuerzas en
oposición que constituyen su situación vital de tal modo que resulte el emjor equilibrio posible.
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abstracto, únicamente el contenido puede determinar la configuración a seguir y su organización o
composición pictórica. De acuerdo con Leonardo, en una buena obra pictórica “ la distribución o
arreglo de las figuras se dispone en concordancia con las condiciones que se desee que represente la
acción”.
II. LA FORMA
Desde un punto de vista práctico, ver es determinar por medio de los ojos que un cierto objeto
está presente en cierto lugar. En principio la orientación solo requiere de indicios: el marido
que entra en el dormitorio por la noche, percibe una mancha oscura sobre la almohada blanca y
“ve” así que su mujer se halla en el lugar habitual. Pero, evidentemente, ver significa bastante
más que eso.
Captación de lo esencial
Ver significa captar unos pocos rasgos destacados del objeto. Unos pocos rasgos
escogidos, pues, son capaces de promover la presencia de un objeto completo. , incluso
transmite la vívida impresión de ser la cosa completa y “real”.En resumen, unas pocas
características notorias determinan la identidad de un objeto percibido.
Conceptos perceptuales
La percepción comienza con la captación de los rasgos estructurales destacados. Se
suponía que la percepción comenzaba con el registro de los casos individuales, lo cuales por
generalización nos permitía formar conceptos intelectualmente. Avances experimentales dieron
un vuelco a esta teoría. Por el contrario, llegó a ser evidente que las características
estructurales eran los datos primarios de la percepción. Los niñitos distinguen el “carácter
perruno” de los perros antes de que sean capaces de individualizarlos. Pero ¿cómo se
introduce el percepto? La respuesta es que, la configuración de estímulos parece intervenir en
el proceso perceptual solo en la medida en que evoque en el cerebro una estructura específica
de categorías sensoriales generales, que “reemplazan” al estímulo de un modo parecido al que,
en una descripción científica una trama de conceptos generales se da como el equivalente de un
fenómeno de la realidad.
Podemos suponer que en el área cortical de la visión surgen patrones de estructura
simple en respuesta a las cualidades perceptuales que se indican más o menos claramente en el
material en bruto del estímulo. Debemos admitir que la percepción consiste en la formulación
de “conceptos perceptuales”. La visión actúa sobre el material en bruto de la experiencia
creando un patrón correlativo de formas generales que se aplican no solo al caso individual
concreto, sino también a un número infinito de otros casos. El acto de percibir, no es sin
embargo, una operación intelectual. A nivel perceptual como a nivel conceptual operan los
mismos mecanismos El pensamiento psicológico reciente considera al acto visual como una
actividad creadora de la psique humana. La percepción logra al nivel de los sentidos lo que en
el reino de la razón se llama entendimmiento. Ver es comprender.
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¿Qué es la forma?
La forma es una de las características esenciales de los objetos que la vista capta.
Concierne en primer a los límites de las masas. La forma nos es dada por los límites interiores
de los sólidos. Además el objeto nunca se determina solo por la imagen que impresiona al ojo.
La parte posterior oculta de la pelota, que de manera lógica completa la forma esférica
parcialmente visible desde adelante, es una parte realmente presente en el percepto. En las artes
se revelan varias concepciones sobre lo que constituye la forma visible de los objetos. En el
Renacimiento, la forma se reduce a lo que se ve desde un punto de vista fijo de observación;
los egipcios, los indios norteamericanos y los cubistas no tienen en cuenta esta restricción. La
forma no coincide necesariamente con los límites efectivos del cuerpo físico (Fig.18). La
forma de un objeto, pues, se constituye por sus características espaciales esenciales.
Visión de la forma
La psicología de la Gestalt ha llamado la ley básica de la percepción a la siguiente:
todo patrón estimulante tiende a verse de modo tal, que la estructura resultante sea tan simple
Simplicidad
Es necesario definir la simplicidad, no solo por sus efectos sobre los individuos, sino
también por las condiciones estructurales precisas que hacen que una figura resulte simple.
Deben considerarse las de la figura experimentada, y también las del estímulo que conduce a la
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experiencia. La experiencia de la simplicidad puede entenderse solo si se las considera al
mismo tiempo como una propiedad de los patrones físicos en sí mismos, sin tener en cuenta
que un sujeto los contemple o no.
En la práctica el término simplicidad se utiliza con dos acepciones distintas. Se dice
que una canción folklórica es más simple que una sinfonía. Aquí la palabra se usa en sentido
cuantitativo. En este caso el antónimo de simplicidad es complejidad. En el campo de las artes
es distinto. Los objetos de arte primitivos logran la simplicidad del conjunto por medios
simples. Sin embargo, obras de apariencia “simples” pueden resultar muy complejas. Cuando
se alaba una obra de arte por su simplicidad, en realidad nos estamos refiriendo al modo en
que se organizan la riqueza de significación y su forma en una estructura total que define
claramente el lugar y la función de cada uno de los detalles en el conjunto. La simplicidad
artística es el “ordenamiento más hábil de los medios basado en la comprensión de lo esencial,
a lo cual todo lo demás debe subordinarse”. En la obra de arte madura, todas las cosas parecen
tener semejanza entre sí, vale decir, todo se ha subordinado al poder unificador del gran artista,
quien da a luz a un nuevo universo en el que los objetos familiares adquieren una apariencia
que nunca habían tenido antes.
La ley de parsimonia- o principio de economía- : “ se dice que una hipótesis es más
simple que otra cuando el número de tipos independientes de elementos es menor en la primera
que en la segunda”. De igual forma, el artista no debe ir más allá de lo que sea necesario para
su propósito. “Nada se hace en vano, y lo que abunda resulta vano cuando con menos alcanza:
porque la naturaleza se complace en la simplicidad y no asume la pompa de las causas
superfluas” (Newton). El número de elementos iene influencia en la simplicidad del conjunto,
pero el ejemplo de la fig. 30 muestra que la figura de mayor número de elementos es más
simple. El cuadrado con sus cuatro lados y cuatro ángulos iguales es más simple que el
triángulo irregular. El triángulo posee menos elementos, ñpero varían en tamaño y ubicación, y
no hay ninguna simetría.
La línea recta es simple porque posee solo una dirección invariable. Las líneas
paralelas son más simples que las que definen un ángulo, porque su relación puede definirse
por una sola distancia constante. El ángulo recto es más simple que los que no lo son, por que
da lugar a una subdivisión de espacio que se basa sobre un único ángulo (Fig.31).
Elementos, en sí mismos de forma simple, pueden distribuirse de tal modo que
constituyan un grupo sumamente complejo.( Ver figura 33, sobre un cuadro de Piet Mondrian).
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En un sentido absoluto, algo es simple cuando está constituido por un número
pequeño de características estructurales; en un sentido relativo, cuando un material
complejo se organiza con el menor número posible de características estructurales. Las
características son propiedades estructurales que pueden describirse en términos de distancia y
angularidad. Las características estructurales deben determinarse por la estructura total.
(Círculo con distintos números de radios dibujados no altera la simplicidad del conjunto).
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La simplicidad física
En las artes visuales, la forma es algo que se le impone al material desde afuera,
excepto ciertas cualidades inherentes al medio empleado. El artista tiende a no utilizar
materiales que, como los cristales o las plantas, poseen un algo grado de organización. La
forma artística se construye mientras la orgánica se desarrolla. En la naturaleza abundan
factores que obstaculizan su tendencia a la simplicidad. Esto se debe a que la simplicidad sólo
puede ejercerse sin trabas en los “sistemas aislables”, es decir en configuraciones cerradas no
influenciables por las fuerzas de la naturaleza.
La simplicidad demostrada
De acuerdo a la ley básica de la percepción visual, todo patrón estimulante tiende a
verse de tal modo, que la resultante sea tan simple como lo permitan las condiciones dadas.
Se agrupa o se completa el material dado de modo de lograr el resultado más simple posible.
En cuanto un estímulo fuerte controla la figura por percibir, esta tendencia es menos notoria.
Cuanto más débil el estímulo, tanto más radicalmente se afirma la mencionada tendencia
perceptual –Leonardo: la percepción del objeto a la distancia tiende a redondearse-, porque el
estímulo se debilita.
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contrario, la agudización conduce a la subdivisión, a la intensificación de las diferencias y al
refuerzo de la oblicuidad.
Relaciones de agrupación
Una vez aclarado que la relación entre las partes depende de la estructura del todo
describir las relaciones específicas entre las partes. Las reglas de la agrupación se basan en el
¨principio básico de la similitud¨. Así tenemos agrupaciones por similitud de tamaño, por
similitud de formas, similitud de claridad o de color, similitud de ubicación, similitud por
orientación espacial, similitud de dirección, similitud de velocidad.
El principio de la agrupación de la ¨¨forma consistente¨¨ constituye un paso adelante
con respecto a la mera similitud de unidades. Cuanto más consistente sea la forma de una
unidad, con tanto más presteza se destacará de su ámbito.
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Ejemplos tomados del arte
Debe insertarse aquí la transcripción de las páginas 58 a 61.
El esqueleto estructural
Acaso ya resulte evidente que la forma de un objeto visual no consiste solo en su
contorno. Delacroix ha dicho que para dibujar un objeto lo primero que debe captarse de él es
el contraste de sus líneas principales. Las líneas principales no nos refieren sus contornos sino
que forman el ¨¨esqueleto estructural de un objeto visual¨¨. Fig 72 a 75.
El hecho de que el esqueleto estructural establezca la identidad de una figura es de gran
trascendencia. Cuando se pretenda que una serie de formas incluidas en una misma obra de arte
se asemeja entre sí, no importará que manifiesten diferencias considerables, siempre que sus
esqueletos estructurales se parezcan lo bastante.
Ninguna tan nociva para el artista que la moda de pensar que la de sostener que la
comprensión de una obra de arte es algo totalmente subjetivo. Un cuadro o una estatua no son
una pantalla en blanco sobre la que cada observador proyecta los reflejos de su propia mente.
Ya se ha descrito que los fenómenos visuales son esencialmente independientes de las
diferencias individuales. La simplicidad se describió en términos objetivos, como lo fueron la
subdivisión y la agrupación. Siempre que el observador posea un sistema nervioso intacto, las
condiciones objetivas del estímulo producirán reacciones predecibles. Se concede que estos
fenómenos son elementales. En las artes, sin embargo, las figuras de forma elemental se
cargan de lo fundamental del significado. Si estas figuras poseen una estructura objetiva
propia, es probable que ofrezcan una base sólida en la que el artista pueda confiar.
La estructura visual no se alude solo a sí misma, siempre representa algo más allá de su
propia existencia individual. Toda forma es forma significativa de algún contenido. El
contenido, claro, no es lo mismo que el tema. La representación de objetos mediante
estructuras visuales es uno de los problemas de forma significativa con que se topa la mayoría
de los artistas. La representación incluye una comparación entre el objeto que sirve de modelo
y su imagen.
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El cambio de orientación
Cuando una figura tiene un esqueleto de ejes claros, a pesar de inclinarse hacia
cualquier lado, la figura resultante no tendrá generalmente una estructura que le sea propia. La
mente restablece la orientación ¨¨normal¨¨ de la figura. La orientación de un objeto no es un
fenómeno absoluto, sino relativo. La orientación existe solo con relación a un marco. En
realidad, la visión está influida por tres marcos: 1) el esqueleto estructural del mundo visual
circundante; 2) el área cerebral sobre la que se proyecta la imagen; 3) el marco estructural del
cuerpo del observador. En tanto el eje vertical de un cuadro coincida con la vertical inherente a
mi campo visual, el cuadro se verá derecho, independientemente de que esté colgado sobre la
pared, depositado sobre la mesa o sostenido en cualquier posición.
La orientación de los elementos de una obra de arte se determina principalmente por
los ejes fundamentales. La orientación espacial de los elementos de una obra de arte se
determina por una serie de distintas influencias (Fig. 76,77, 78,79).
Objetos invertidos
Cuando se invierte una figura en la que uno de sus ejes prevalece de tal modo que
ninguno de los otros puede competir, se convierte en una forma diferente, aunque nada haya
cambiado desde un punto de vista geométrico. Caso de los triángulos isósceles, que provocan
respectivamente la sensación de estabilidad o inestabilidad cuando colocados con su eje
principal en forma vertical y forma invertida. Parece que en el área cerebral existe el
predominio de una dirección que coincide con lo que llamamos vertical; la simetría del violín
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resulta más evidente cuando se lo ve vertical. La vertical también coincide en el espacio físico
con la fuerza de gravedad.
Proyecciones
La proyección cambia la forma de los objetos. Parecería que el observador vería por
tanto distintos objetos según el punto de vista. Afortunadamente, no es así. A pesar de la forma
cambiante de la proyección de los objetos en la retina, la percepción de la figura se mantiene
inalterable. Esto se conoce como ¨¨constancia de la forma¨¨.
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El método egipcio
Los relieves egipcios talvez constituyan el método más feliz de representar uno o
varios objetos –junto al de las representaciones infantiles- donde de cada parte o combinación
de objetos se escoge el aspecto que mejor se adecue al fin pictórico propuesto. Se pensaba que
los egipcios había evitado la utilización escorzo porque les resultaba demasiado difícil. Luego
se probó que los egipcios utilizaban el método de proyección ortogonal, no porque no tuvieran
otro remedio, sino porque a sí lo preferían. Esto les permitía preservar la simetría característica
del tórax y los hombros y, al mismo tiempo, el enfoque frontal de los ojos sobre la cara vista de
perfil. Los egipcios representan al pié de la letra, lo cuadrado, cuadrado; lo simétrico,
simétrico; lo externo, externo (Fig. 87 y 88). El enigma de la perspectiva (renacentista) radica
en que para que los objetos se muestren como son, es necesario hacerlos como no son.
El escorzo
Una proyección particular de la cosa tiene por objeto representar el todo. La forma del
objeto percibido no es la cosa completa, pero la estructura de la totalidad que sugiere debe ser
la correcta. Debe ser captada espontáneamente como si incluyera el volumen entero.
El término ¨¨escorzo¨¨ puede usarse con tres aceptaciones diferentes: 1) la proyección
del objeto no es ortogonal, es decir, que su parte visible no se muestra en su total extensión,
sino contraída en la proyección, 2) cuando una figura que se ve escorzo no brinda un aspecto
característico del todo (caso del sombreo mexicano). Solo el conocimiento del objeto nos
ayuda a identificarlos. 3) Geométricamente toda proyección significa escorzo, porque todas las
partes del cuerpo que no son paralelas al plano de proyección cambian en sus proporciones. La
contracción proyectiva significa siempre una posición oblicua en el espacio. La oblicuidad es
la prueba de que el objeto posee volumen, es decir que sus diferentes partes se hallan a
distancias diferentes del observador.
Las contracciones a lo largo de un eje de simetría deben manejarse con cuidado. El
efecto de una cara vista desde arriba o desde abajo es mucho más violento que desde una
perspectiva lateral.
El ocultamiento de las partes invisibles y la discontinuidad de las visibles ( por la
superposición de los cuerpos) obstaculizan seriamente el concepto visual subyacente.
La superposición
La superposición es uno de los recursos por que se crea una figura desviada de la
concepción visual subyacente. Consiste en la ocultación parcial de un elemento por otro que se
encuentra delante de él, ya sea en un objeto, ya en un conjunto. Los requisitos para una
percepción adecuada consisten en que los elementos que por efecto de la proyección se
encuentran en el mismo plano, se vean como: a) separados entre sí y b) pertenecientes a
distintos planos. Cuanto más consistente es de por sí la forma de cada unidad y más se destacan
las formas individuales entre sí, tanto más claramente se percibe la superposición. En la
superposición un elemento cubierto parcialmente por otro debe lograrse que el elemento
interceptado a pesar de incompleto sugiera el modo más adecuado de ser completado. La ley de
la forma consistente hace que la forma continúe el miembro interrumpido de acuerdo con la
estructura de la parte visible. Un examen de la obra de los grandes maestros del arte nos revela
el gran cuidado que ponen en que el concepto visual subyacente resulte reconocible en la
proyección.
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De que sirve la superposición
Podríamos decir que el ¨¨realismo¨¨ occidental (la del escorzo) es la más radical
desviación de la realidad de la historia del arte. La superposición intensifica la relación formal
por medio de su concentración en una estructura más unificada. Mediante la renuncia a la
claridad el artista realiza una interpretación más sutil y dramática de la comunión de las
formas.
La obstaculización que causa la superposición no es recíproca. Un elemento es el que
se superpone, intacto, violando la integridad del otro. De modo que la superposición, al crear
una distinción entre elementos dominantes y subordinados, establece una jerarquía.
La superposición tiene la doble propiedad de eliminar partes de objetos y preservar su
integridad al mismo tiempo.
La superposición permite la reorganización de los elementos en configuraciones
sorprendentemente nuevas.
La superposición ofrece una solución adecuada al problema de cómo representar una
forma simétrica en relación con una figura que participa del cuadro.
Dinámica de la oblicuidad
Un objeto orientado oblicuamente se carga de energía potencial. En cambio si se ubica
paralelo al plano frontal, se encuentra en entera quietud. Compárece la mesa y las paredes de la
Ultima Cena de Leonardo. La mesa y la pared posterior (paralela al plano frontal) reflejan la
majestuosa estabilidad de cristo, al paso que las paredes laterales se abren hacia el exterior en
un ademán de revelación (dinámico) que se adecua al significado de la escena.
La insuficiencia de la constancia es también otro efecto dinámico que ocurre en el
escorzo.
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El realismo
La adicción a la profundidad y al volumen a la pintura contribuyen en gran medida que
ésta sea un duplicado de la realidad física. La forma volumétrica se parece más al objeto que la
plana. Todavía después de muchas decadas de trabajo de los artistas modernos, les cuesta
lograr que el ¨¨hombre de la calle ¨¨ acepte que un cuadro que resulta completamente
incomprensible pueda representar con verosimilitud una persona o un paisaje, o aún poseer un
contenido artístico.
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Los estilos de representación parecen estar sujetos a la ley psicológica por la cual las
características constantes de una situación tienden a desaparecer de la conciencia. Un olor
muy intenso cuando acabamos de entrar en el cuarto se desvanece al cabo de un momento.
Pareciera que un principio de economía limita la conciencia. Ésta es la razón por la cual
representación pictórica propia del medio cultural al que pertenece el observador resulta ¨¨sin
estilo¨¨, es decir, ejecutada de acuerdo con el único método natural y correcto. El arte moderno
resulta particularmente perturbador no solo porque su estilo sea nuevo, sino también porque
expresa violencia y tensión. Pero hasta la violencia puede pasar inadvertida cuando es lo que se
ajusta al estado de ánimo de la persona o grupo. El creador es el menos conciente del estilo de
su obra, pues ésta consiste en un reflejo directo de su propia personalidad. Para esto no resulta
tan importante el detalle de la presencia material del modelo como las cualidades de expresión
de formas y colores.
Ya he demostrado cómo la copia mecánica del modelo había vuelto visualmente
incomprensible la estructura pictórica. Al mismo tiempo, la escuela impresionista había
emprendido la reducción de las capacidades cognoscitivas de la visión humana a un mínimo.
Todo lo que pretendía el pintor que registrara fielmente las unidades de color más pequeñas
que pudieran percibirse tal como mostraban en un objeto dado en un momento particular. Sin
embargo, existía la necesidad de recuperar el mundo de los objetos que se había extraviado.
De la doble necesidad del pintor moderno, la del objeto y la de forma, podría haber surgido
algo tan simple como los dibujos infantiles. La forma de las cosas se remontó al esquema
elemental. Los ornatos y modulaciones realistas se abandonaron a favor de una geometrización
ascética. Los aspectos francamente frontal y lateral remplazaron al escorzo. Sin embargo, la
mayoría de estas obras de arte, estaban lejos de ser simples; antes que la visión ingenua de un
mundo estable, se trataba de un refugio de la desconcertante complejidad que hallaba el artista
delante de si y aun en sí mismo.
Algunos artistas obtuvieron la simplicidad mediante el retiro al monasterio de la
abstracción. (Fg. 106, Hermano y hermana de Paul Klee). Es la imagen del mundo en el cual
es estado natural de las cosa se altera, pues lo que se opone se afirma en forma igualmente
convincente.
Transparencia
En el realismo había dos principios que no podían violarse: uno se relacionaba con la
superposición; el otro, con los aspectos proyectivos. Tenía que resultar bien claro que un objeto
se encontraba delante de otro. El arte moderno se liberó de esta limitación, pues utilizó una
superposición recíproca. Paradójicamente, se hizo que una superficie única perteneciera a más
de un objeto, como una transparencia, destruyendo así el encarecido valor de la propiedad bien
definida. La sospecha de que la realidad era solo una ficción se convirtió en la audaz
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afirmación de que toda imagen tenía un origen subjetivo. Así, la llamada realidad no era sino el
producto del ojo, la mano y el pensamiento.
Representación reducida
Existe un tercer fenómeno, que guarda relación con el desvío de la concepción visual
elemental: la tendencia a reducir la representación de objetos a un mínimo de características
estructurales. Cuando se toman solo algunos rasgos del objeto hay más libertad para simplificar
y enriquecer la composición con independencia de lo que pudiera exigir el objeto. Los
procedimientos se describen variadamente como geométricos, ornamentales, formalistas,
estilizados, esquemáticos, simbólicos. La forma geométrica, la regular y la simétrica aparecen
cuando la tendencia a la estructura simple se libera a causa de un alejamiento de la
multiplicidad de la naturaleza.
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El abandono del aquí y ahora
La forma geométrica del arte moderno
El ornamento
Realidad y forma
La imaginación
La Source
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