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Estoy sentado bajo la sombra de un troje, evitando el calor que hace afuera, en el que
hasta el día de hoy ha sido mi vivienda, hecha por mis antepasados con las mejores y
más sazonas maderas de pino, es un troje viejito y acabado por el paso de los años,
pero estoy seguro que el acogerá a otros y otros que como yo, se sentarán a soñar en
su regazo.
Y mientras descanso y cierro mis ojos cansados un ratito, platico en silencio con el
pasado, llevando y trayendo recuerdos, unos muy bonitos como para retenerlos y otros
para olvidarlos, pero es necesario repasarlos a todos, porque de ellos sacaré lo que
escribiré para ustedes, para que sepan cómo fue el ayer cuando yo era niño,
retrocediendo setenta y tres años y compararlos con el hoy que vivimos.
Así, después de un largo suspiro, abro lentamente los ojos dirigiéndolos hacia el sur,
por donde queda el cerro grande de Tancítaro, allá por donde nació el volcán
Parhikutini, luego mirando más hacia el oriente diviso el cerro de Jurhita Erandi, por
donde ya se empiezan a juntar algunas nubes muy blancas anunciando que por ese
rumbo como siempre, llegaran las aguas, como les nombramos por aquí.
Pero antes que se me olvide, les estoy hablando de una pequeña comunidad
desatinadamente nombrada Zacán, pues su verdadero bautizo es Tsakani y significa
“labrar piedra” o “cavar donde hay piedra”, en la lengua materna.
De alguna manera sabemos pues de este enorme problema que se está viviendo sobre
la tierra, incluyendo a estos rincones, acá entre las montañas, respecto a la escases del
agua potable, y aunque de poco sirva lo que yo pueda aportar en favor de esta
necesidad urgente, voy a revivir el pasado, quizá aquellas experiencias de los que
vivieron mucho antes que nosotros, sirvan para tratar de conservar lo que aún nos
queda.
Y pensando en eso, sigo mirando el cielo y me divierto con el juguetear de las nubes,
las que como gigantes enamorados, se apachurran, se besan y se abrazan, y en su
espectacular cortejo, gritan, sudan y lloran gototas de agua y granizo en medio de
estruendosos truenos, avisando que ya regresan como cada año a dar vida a los
hombres, a las plantas y a los animales.
Por estos meses de Junio han llegado casi siempre las grandes tormentas, a veces
poco adelantadas o retrasadas, según aparecieran también las señales de la naturaleza
por ejemplo: cuando se miran los rastros de las víboras, o las mismas atravesando los
caminos, o cuando florecen las jaras y cuando cantan los pajaritos, esos que se oyen
como si trajeran agua en los piquitos, y sumado a esto y otras señales, la aparición de
la luna nueva media vertical en estos meses allá en el cielo…..entonces decimos que la
luna trae agua.
RELATO: “LOS CINCO PECHOS DEL AGUA”
Ahora vamos a caminar juntos por las veredas de los montes y los llanos, para que
ustedes sean testigos de los que fue y lo que es ahora el campo, y el pueblo, y el
pensamiento de la gente que se dice moderna.
Comenzaremos con los cinco pechos, importantísimos tesoros de agua que nos da la
madre tierra, los que nos han amamantado, no se desde cuándo, con su sangre, con su
agua que gota a gota sale de sus venas.
A tres kilómetros más o menos de mi nuestro pueblo Tzakani, está la noria de Uancho
rodeada de pinos y encinos, allí cada tarde sacábamos agua para darles de beber a los
caballos de trabajo, con los que hacíamos todos los quehaceres del campo, al igual que
a las reses que llevábamos a pastar.
También para nuestro pueblo; está la noria de Turátiro, un poco más pequeña pero nos
dio y nos sirvió como la otra….
Luego caminamos hacia el cerro de Paramba, más o menos igual de retirado, aquí
tenemos un manantial a flor de tierra, pues es un estiladero que sale de los alrededores
de la barranca formando un chorrito que despacito va llenando una canoa de madera
donde los animales que pastan libres por esos lugares y los que nos ayudan con las
labores acuden a refrescarlos, y muchas aves revolotean en busca de agua…… y para
acercarnos al pueblo llegamos al tanquecito de Uecato, otro escurridero chiquito de
este preciado líquido, que a la vista se mira cómo va resbalando hacia el suelo para
llenar un tanquecito……allí en otros años iban a lavar las mujeres y aprovechaban para
bañarse y bañar a sus hijos, este pocito de agua no se usó mucho para los animales
aunque así como en Paramba, las aves bajaban a refrescarse y bañarse.
Y después de conocer, de dar agua y calmar la sed también nosotros, nos preparamos
para recibir las aguas, estas benditas lluvias que son la más grande maravilla de
nuestro mundo, reviviendo con nostalgia aquellos martillazos que se escuchaban por
todas partes para remendar los tejados de los trojes y cocinas de madera para que no
goteara y oír como sonaban los hachazos por allá en el cerrito para traer leña y calentar
las casas, al mismo tiempo que se adquirían capotes y sombreros de palma para no
mojarse al salir al campo y las mujeres sus gruesos rebozos de lana para cubrirse la
cabeza y todo lo que cargaban.
…..en Junio, era tiempo de la escarda, de echarle tierra a las matas de las milpas, las
que ya ondeaban sus largas y suaves hojas con el viento, había que culminar el arduo
trabajo que empezaba con el barbecho en Octubre…….así, con la alegría de la lluvia
que mojaba la tierra como ahora, nos apurábamos a terminar, pues si la milpa nos
ganaba a crecer, se quebraban las matas, por eso desde muy temprano hombres,
mujeres y hasta niños, a veces con sol, pero más bajo las tormentas pronto hacíamos
la escarda, almorzando con frijolitos y tortillas echadas a mano por las mujeres cada
mañana.
Así pasaban los meses y las milpas floreaban con sus espigas adornando el paisaje
con otras flores que por allí crecían, entregándonos luego a sus hijitos, los blancos
elotes envueltos en pañales verdes….en los solares había elotes morados, azules y
pintitos, con los se hacen uchepos y atoles de anicillo y de nurhite y luego toqueras y
tamales y tortillas de colores, cuánta comida, cuanta alegría que de las milpas salía,
porque aparte de elotes y dulces cañas, había tomatillos, berenjenas y muchas
pichekuas, igual por los surcos había kelites y calabazas, las que tiernitas, o sazonas
endulzadas con piloncillo son una delicia con los atoles de nurhite, y se me olvidaba
contarles que también se daba mucho frijol, no de mayo ni de junio….no lo
importábamos, era el que nosotros mismos sembrábamos para aprovechar la tierra,
obteníamos maíz para el sustento de todo el año, de las mazorcas teníamos las hojas
para nacatamales y de las matas, las otras hojas para envolver los tamales.
Y qué decir de los llanos y montes donde se daban Iarhini terhekuas, hongos colorados
y paxakuas, y zarzamoras, tejocotes y bellotas, uvas, y kiotes en los magueyes y el
agua miel tan sabroso y dulce…..por allí brincaban los conejitos y las liebres, y había
huilotas y aullaban muchos coyotes y hasta guacamayas y zopilotes y otros pájaros
carpinteros que se extinguieron ya por estos rumbos.
Pero nos falta conocer el templo dedicado a San Pedro, construido con piedra y
madera, y el hospital y capilla dedicada a Santa Rosa de Lima, que por acá llamamos
huatápera.
Ahora vamos hacia la orilla del pueblo, por el lado donde se mete el sol, atrás del cerrito
de Tata Reesi, este cerrito que ya no es como el que yo miraba de niño, porque
nosotros mismos lo hemos acabado, al igual que los llanos y cerros grandes, tumbando
árboles y cambiando el uso del suelo.
Nos falta contar del último pecho de la tierra de nosotros, del cerrito, con su ojo de agua
y sus pilas. Repitiendo lo que dijo Basalenque por el año de 1,700 cuando pasó por
aquí……”este pueblo se mantiene de milagro con estiladero de agua que nace del
cerro”. Es cierto lo que el fraile expresó, como también puede ser cierto que una
viejecita llamada Inés iba a peinarse al ojo de agua en algunas tardes y después
desaparecía, pero lo verdaderamente importante es que esta fuente de vida milenaria
que brotaba de este volcan apagado revestido de árboles desde quién sabe cuándo,
sigue haciendo el milagro de darnos agua aunque todos le hayamos pagado mal,
dejándolo olvidado por otra agua.
Pero es bueno agradecer al prójimo, en este caso a la lluvia y a la tierra y de lo que allí
brota como alimento, hablando por último del cerrito querido, del ojo de agua y de las
grandes pilas que tanto nos siguen ayudando.
Hablar de las pilas es hablar del cerrito y del ojo de agua, así como de las muchachas y
muchachos haciendo una fiesta continua porque cada mañana y cada tarde de todas
las partes del pueblo iban y venían a llevar agua en cantaros las novias y en botes los
novios, mientras los papás daban agua a los animales y las mamás lavaban a un lado
de la pilas oyendo cantar a los pajaritos en el cerro y algunos hombres que con sus
guitarras entonaban p’irhekuas y otras canciones y cuando llegaba el San Juan en
Junio se iban a bañar de madrugada las señoras y muchachas a la pila, porque dicen
que ese día amanece bendecida el agua.
Y en los días de Semana Santa, Lunes, Martes y Miércoles santo, iban las señoritas al
ojo de agua con cantaros nuevos antes de que el sol saliera a llevar agua a la iglesia
para bañar a los cristos se dice, aunque sea simbólico, pues el agua la vacían en
grandes ollas de barro nuevas donde les despochunan pétalos de rosas con las que
lavan como acariciando los cuerpos de los cristos, esa agua con sabor a barro y rosas,
toda la gente la tomaba y la llevaba a sus casas, es un regalo que ofrecían los
cargueros de cada día.
Si ustedes entienden comparten lo que aquí escribí, podrán ver que todo lo que nos
rodea y nos da vida viene del agua….de las lluvias, sin éstas no habría pozos,
estiladeros ni ojos de agua y allá en las tierras bajas también se acabarían los ríos y los
lagos, por eso es imprescindible cuidar nuestros árboles, pero no los de aguacates
injertados…..por aquí hacen falta pinos y encinos….y el cultivo de las milpas.
Tsimani (2)
ENGA URHETA UKUARHEJKA (ANTECEDENTES)
Na uéjkeni miteskachi, arhi xani k’eri tsunapekueri irhekani jaka echerhiru isi, istu
arhini tsumindikuechani engaksi jaká juátecharu terhuntskua jimbó, indeeri itsi
k’amakurhikua engachi itsimajka, ka najtuka sanitku marhuaka engani ji uandaaka
indeni jimbo iaasiasi eka uetarhini jaká, nirhasinga tsintsani iontki nitámakua,
repentku ima kaxumbikuecha achaatecheri engaksi sander urheta ireka marhuaka
paru patsan enga utasi pakarhajka.
Ari juniueri kutsiecha jimbó niarhasindi mentkisi k’erhati janikuecha, menisi santku ka
menisi no isi, na enga xarhantapirhinga aianpekueri xerhakua tsipitiecheri ambema
ka istu no tsipitiecheri, eska arhi: ekachi xejka xanatakua akuitsecheri xanarhuecharu
nitamajuani, ekachi erhatejuajka t’oksinecha tsipanani, ekaksi kuinituechapirhejka,
inde engaksi kurhakuarhejka eska ambe itsi kamapirhinga imaeri penchumekuaru, ka
indeni kundakata jinguni ka materu xekuecha, nana kukueri xarharhakua imbanku
arhi kutsiecha jini auandaru, uandanasindi eska itsi juasindi eka anandetini
xarhantajka.
Ma (1)
RELATO: “IUMU ITSUKUA JATAKUECHA”
Arhi esti jurhakukata T’urhatiru anapu sanderu sapichu, joperhujtsini majku jasi
marhuuchesti eska materu; iasichi xanarhaaka Parhambani juataru isis, majku jasi
iauani esku arhi jarhakukata, arhi itsí uekuaru echerhiru karhakua jarhasti, jemboka
arhi iurhuntskuajataro uerhasindi kauarhueri tsindsikatarhuecharu enga upajka
sapichitu iurhekua ma enga iatsitatakuerku uinichapajka ch’ikarheeri chekakua ma,
enga ch’anchakecha, uakasecha, tekenchuecha ka iamu engaksi t’irhenijku jamajka
jimaasisi ninajaka itsimanani, ka istu engajtsini jarhuataka anchekuarheni Ma (1)
nirhasingachi itsi intskujuani, menisi terhuxutinisi joperu sanderu inchatirhuechani,
ekaksi tsintunecha xarharhajka, ka uánekua kuinecha engaksi pirejka (gorriones y
jilgueros).
Joperuchi kuerhatasinga irétarhisi xanárhani parhichi miteni tatá San Pedro Tioso,
tsakapu ka chikari jimbó úkata, eska tsináperhakua ka tioso sapichu naná Santa
Rosaeri Lima anapu, engajtu uandaperhakua arhinajka.
Ka iaasi juché iretaru uanámukuni isi, jiniini kándani enga tata jurihiata inchajka, juata
sapichuru tatsepani tatá Reseri, arhi juata enga nateru isekia eskani engani ji
erhatempka, jembokachi juchajku k’amataskachi, majku jasi eska t’upakuechani ka
máteru juatechani, angátapuechani ch’apajuani ka míjtakujuani jamani echeri
urhakuerini. Tanimu (3)
Kuerhátasindi eskachi uandaaka itsukeri jatakua juchari echerheri enga kuerhatajka,
menderu uandani enga Basalenque Diego uandapka jiní uexurhikua isi tsimani
sotupu iumu ekuatsi (1700) eka ixuusisi nitampka, arhi ireta irekasati Milagroeri jimbó
itsi iurhuntskatarueri ma enga juatarhu andájpenajka. Isesti enga ima tata uandaka
imari arhintskua jimbó, eskajtu enga uandanajka eska uarhiiti kutsimiti ma
nirhasirhampka uixujtukuarheni itsí uekuárhuru maru inchatirhuechani ka xasi noteru
erhátekuarhesirhampti, joperu enga sesi jimbo Jukáparhaka, nani jameri engachi
uekaaka xeni, arhi itsí paru tsipekua uanekua to anapu jatiru, uerhakata volcaneri
párhukata xukuparhakata anatapuecha jinguni, no mitekuarhesti nani jameri, utasi
usindi Milagro itsí intskujtsini, najtukachi iámenduchi no sesi maiaka, mirhikurhini
jurhárkukata materu itsí jimbó.
Ka eka tata San Juan niarhampka Junio jimbó, ikuanani nirhasirhamptiksi uarhiitecha
ka uáchecha jimá k’eri játakuaaru jemboka uandanasindi eska arhi jurhiitekua
Ujchakurhakata erhandisindi itsiecha ka Semana Santaru, Lunes, Martes ka
Miercoles, ninasirhampti iurhitskirhiecha jiní mendu itsí uerhakuaru k’amukuecha
imhanecha jinguni urheta eka tsanda uerhapirhinga, itsí panani tiosoru paru tata
k’uerhajpirhiechani ikuarhajuani isi arhikuarhesindi, najtuka no isi unajka, jemboka
itsí mondanasirhampti purhechecharu k’echati jimbó echerheeri imbanecha emanga
tsitsikecheri xukurhecha jatsirhanampka ima echani junguni enga jinguni
p’arhirhempka tata kuerhajpirhiechani indé itsí indé itsí enga echeri ka tsitsiki
xamarhampka, iamu k’uirhipu itsi masirhampti ka imaecheri irekuecharu T’amu (4)
pasirhamptiksi imaecheri k’utaecha jimbó, íntskukuarhesti imaecheri engaksi
t’erhunchejka.
Ekajtsi cha jánaskaaka, iamu ambé engani karhaka itsieri uandanasindi ka sanderu
janikuecha jinguni, jemboka ekaksi no jupirhinga, no japirhindi jarhákukatecha
jauanetiecha, iurhúnthateecha ka inde itsi uerhakuecha ka jiní echerhecharu
kétsekua istu k’amakurhipirhindiksi, k’erhati iurhekuecha ka japóndarhuecha, jimbosi
uninapekueti anatapuechani ikárhajuani joperu no kupandecha marhukatecha,
ixuusisi p’ukurhechani ka urhikuechani ka tarhetachani ujuani.
Uimu (5)