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Las personas etiquetadas con algún nombre de casta se clasificaban jerárquicamente

según un linaje racial que privilegiaba la genealogía española y todas las demás
etiquetas raciales ocupaban las escalas móviles más bajas de las subjetividades raciales.
Las mezclas entre personas indígenas y descendientes y afrodescendientes fueron
ubicados como miembros bajos de la sociedad y de dudosa naturaleza como seres
humanos, dada su comparación con animales:

De español y negra, mulata


De indio y negra, lobo
De indio y mestiza, coyote
De lobo y negra, chino
De chino e india, cambujo
De tente en el aire y mulata, albarrazado
De albarrazado e india, barcino

Las etiquetas mulata (mulo), lobo (cánido salvaje), coyote (cánido salvaje), chino
(cerdo), cambujo (animal de color muy oscuro), albarrazado (animales con manchas
blancas) y barcino (caballo manchado) son marcadores que dirigen su atención hacia
estas razas como de naturaleza animalizada, esas categorías zoológicas revelan procesos
de animalización aplicados a personas indias y negras o especialmente, aquellas que
llevan algún porcentaje alto de sangre negra. Dashnaw (2014) 1 señala que estas etiquetas
hacen referencia a los bestiarios humanos medievales, dadas las similitudes de los
sujetos coloniales con animales, como mecanismo de control burocrático estas etiquetas
animalizaban a las personas de las castas y las situaban en los lugares más bajos de la
jerarquía, formando parte al mismo tiempo de la ideología científica que gustaba de
clasificarlo todo visualmente bajo el yugo de la supremacía blanca y el espíritu la
Ilustración. El sistema de castas quedó reforzado por la creencia de que el orden racial
se basaba en las leyes de la naturaleza. Las élites españolas reforzaron el sistema de
castas porque ello les permitió garantizar la existencia de nichos sociales laborales
asociados a la naturaleza, además, el sistema posibilitaba mejorar la sangre mediante el

1
Dashnaw, Mary Rita (2014): An Unframeable Icon: Coyote, Casta and the Mestizaje in Colonial New Spanish Art
(Tesis de Master). Arizona State University, Arizona. Disponible en https://repository.asu.edu/items/25080.
patrón correcto de mezcla y con ello prohibir la mezcla entre sangre india y negra,
situación que consideraban peligrosa para mantener el orden social impuesto por ellos.

Las pinturas de castas contenían conexiones lingüísticas directas referidas a animales


asociadas a la casta que representaba. Por ejemplo, la persona mulata, nacida de sangre
africana y española, era reconocida como una mezcla extraña y fea, considerándose a
estas personas mulatas con naturaleza de la mula. Asimismo, la casta cambujo tenía
connotaciones negativas y de maldad, asociándose con animales de color muy oscuro;
barcino se utilizaba para describir caballos manchados; albarazado refería a animales
con manchas blancas; lobo y coyote se referían a animales salvajes feroces y
depredadores. En definitiva, la representación de las subjetividades coloniales como
animales sugería que el estado natural de estas personas poseía esa cualidad animal,
cuestionando su humanidad. La animalización de las personas que poseyeran algún
porcentaje de sangre negra respondía al deseo de ser sometidos por las elites masculinas
blancas, quienes en nombre de la ciencia, se creyeron, al igual que Adán en la Biblia, de
nombrar según un mandato de Dios cristiano, ordenar y clasificar en el Nuevo Mundo
todos los animales y criaturas nuevas. Aquellas mezclas raciales que el hombre blanco
español consideraba como impura y menos humana, eran una amenaza para la pureza y
esto necesitaba un control visual manifestado en los cuadros a través de la posición
principal en el orden de la serie de las poblaciones españolas como señal de dominio y
al final de la serie se situaría la deformidad y lo más impuro.

Dos de las pinturas más representativas e importantes en relación a las comparaciones


entre humanidad y animalidad y donde se inferiorizan a ciertas poblaciones son aquellas
cuyo significado llevan implícita la idea de perro salvaje, son, la pintura de las castas
lobo y coyote.
Por un lado, la categoría lobo corresponde a las personas nacidas del cruce entre una
persona negra y una india, el cruce con la sangre negra se consideraba una infamia,
incluso si los que los realizaban eran personas indias. El apelativo de lobo hacia
referencia a lo profundamente salvaje y depravado. Las imágenes de los bestiarios
medievales y las enseñanzas bíblicas revelaban al lobo como representante del mal,
refiriéndose a su naturaleza voraz y al ansia de sangre que los lleva a engañar al rebaño,
imitando a un perro dócil. Metafóricamente, el lobo simboliza al diablo que destruye las
almas del rebaño de fieles de la Iglesia Católica, eran seres temibles y amenazantes
tanto física como espiritualmente. La representación del Otro cultural como lobo
simbolizaba al mal y una espiritualidad envilecida que era una tendencia genética en el
sentido de los linajes de sangre de las personas no cristianas. La casta lobo era una
amenaza hacia el Imperio español y su identidad cultural; mientras el sistema de castas
racial fue implantado en la Nueva España a través de la pureza de sangre y cultural, la
imagen del lobo fue un símbolo del miedo español frente al Otro. Baste decir que las
personas negras fueron asociadas con animales cánidos salvajes por el color de su piel y
porque constituyeron la principal fuente de trabajo basada en la esclavitud y este hecho
pretendió ser reproducido sin límites por las elites europeas o españolas. Las personas
que pertenecían a la categoría lobo eran las que peor consideradas eran, junto a la
persona mulata y coyote, en la jerarquía social; un lobo convivía con las ovejas blancas
de sangre pura y esto era una amenaza.

Por otro lado, la categoría coyote que designaba a las personas nacidas del cruce entre
una mestiza y un indio poseían el mismo status de inferioridad que el lobo pero al
poseer un porcentaje de sangre española no fue tan acusado el aislamiento y la exclusión
hacia ellas. Téngase en cuenta que la categoría coyote lleva implícita la idea de un
progenitor mestizo, si esta persona mestiza hubiese continuado el proceso de
blanqueamiento con una persona española, en una generación más el fruto seria una
persona española, pero por el contrario, al cruzarse con un indio se perdía el proceso.
Como tal, la etiqueta coyote se usó como afirmación de la animalidad y como amenaza
a otras personas mestizas. Por tanto, la cultura dominante diseño la etiqueta de coyote
para formar una identidad alternativa y diferente al de lobo, la cual implicaba cierto
grado de sangre negra. La formación de identidades coloniales atendía a una lógica
binaria que giraba en torno al blanco o negro.

Por tanto, el uso de dos imágenes que contenían connotaciones a animales cánidos
salvajes que representaban cada una a dos poblaciones diferentes, el lobo negro en el
rebaño blanco y el de coyote como perro doméstico, infantilizado, feminizado.

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