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UNIDAD III

Unidad III: Legislación hispano-americana. Características. Capitulaciones. Ordenanzas y Reales Cédulas.


Instituciones jurídicas de los indígenas y esclavos en las colonias. El sistema de Castas colonial. Situación del
Indio. Instituciones aborígenes subsistentes. Mita. Encomienda. Yanaconazgo. Ordenanzas de Alfaro.
Reducciones y Misiones. La presencia del esclavo negro en el Río de la Plata, su consideración jurídica. Frank
Tennembaum y la discusió n sobre los sistemas esclavistas. Reformas españolas para América en el siglo XVIII.
Creación del Virreinato del Río de la Plata. Causas económicas y políticas de su creación. Demarcación.
Reglamento de Comercio Libre. La real Ordenanza de Intendentes. Contenido e importancia. Aduana, Audiencia
y Consulado de Buenos Aires.
Legislación hispano-americana: características, capitulaciones,
ordenanzas y reales cédulas
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Educardo Galiana.
Corrientes, 1997. Legislación hispano-americana (página 107). Fuero Juzgo (páginas 109 -
111). Fuero Real (páginas 113 - 114). Las Siete Partidas (páginas 115 – 116). El Ordenamiento
de Alcalá de Henarez (páginas 117 – 118). Ordenanzas Reales de Castilla (página 119). Las Leyes
de Toro (página 121). La Nueva Recopilación de las Leyes de Castilla (página 123). La Novísima
Recopilación de las Leyes de España (páginas 125 – 126). Ordenanzas de Bilbao (páginas 127 –
128). Características de la Legislación Hispanoamericana (páginas 142 - 156).
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Legislación hipano-americana (páginas
103 - 111)
Instituciones jurídicas de los indígenas y esclavos en las colonias, el
sistema de Castas colonial.

Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Situación jurídica y social del indígena
(páginas 111 – 121)
Estudio de las Instituciones Indianas. Darío López Villagra, Dardo Ramírez Braschi. Resistencia,
Chaco. 2015. 1.4. LAS INSTITUCIONES DE LA AMÉRICA INDÍGENA EN LA ÉPOCA DE LA
CONQUISTA (páginas 32 – 36 )
Sistemas de castas colonial (Wikipedia)
Sistema o sociedad de castas colonial es un concepto historiográ fico moderno, segú n el cual el Imperio
Españ ol, durante la administració n de sus posesiones de América, habría clasificado a las personas por razas y
cruces étnicos para organizar un sistema social estratificado.
De acuerdo con este sistema, la sociedad americana bajo la dominació n españ ola se organizó como una
pirá mide jerá rquica que ubicaba en la cú spide a los españ oles (clasificados a su vez en «peninsulares» y
«criollos»), y bajo ellos, a la mayoría de la població n integrada por indios o naturales (pueblos originarios),
negros (traídos como esclavos de Á frica) y castas (descendientes de relaciones sexuales entre las tres grandes
ramas étnicas anteriores). Robert Cope lo relaciona con el régimen españ ol de «limpieza de sangre» y lo define
como «un orden jerá rquico de grupos raciales clasificados segú n la proporció n de sangre españ ol».1 Algunos
autores consideran que existe una continuidad entre el sistema de castas colonial y los procesos actuales de
discriminació n racial en los países hispanoamericanos.
La idea de que el Imperio Españ ol estableció en sus provincias americanas un sistema de castas fue formulada
por primera vez en la década de 1940 por los historiadores argentino Á ngel Rosenblat y mexicano Gonzalo
Aguirre Beltrá n, en sus obras La població n indígena de América, desde 1492 hasta la actualidad (1945) y La
població n negra de México 1519-1810 (1946), respectivamente.

Sistemas de castas español


El sistema de castas colonial derivaría de la noció n de limpieza o pureza de sangre existente en Españ a antes
de la llegada de Coló n a América, impulsado por la Inquisició n para imponer el catolicismo, distinguiendo
entre "cristianos viejos" y "cristianos nuevos", entre quienes se encontraban los "moros" (á rabes) y judíos.8 En
la provincias americanas, el Imperio debió lidiar también con la presencia de los pueblos originarios y los
esclavos traídos del Á frica subsahariana, que darían origen a las categorías raciales de "indio" y "negro": el
Estatuto de Limpieza de Sangre del Colegio de San Luis de Puebla de los Á ngeles, establecía textualmente que
"los religiosos electos como becarios" debían ser “de linaje limpio, sin raza de judío, ni indio, ni moro, ni
negro.”
“La necesidad de contar con una definició n legal de quienes debían considerarse "cristianos nuevos", llevó a la
Inquisició n a elaborar y propagar los Estatutos de Limpieza de Sangre en Españ a y América. "De esta manera,
la Inquisició n cumplió un rol decisivo en el surgimiento de una ideología españ ola y cristiana obsesionada con
la genealogía y con la idea de que tener un «linaje puro» era el signo incuestionable de pertenencia
aristocrá tica, no tanto a una fe comú n, sino a un estatuto humano superior"
Las instituciones y corporaciones coloniales (ayuntamientos, ó rdenes religiosas, milicias, gremios, colegios,
universidades, escribanías, etc.) tenían estatutos de limpieza de sangre que limitaba el acceso de las personas a
las mismas segú n el mayor o menor grado de "limpieza" de su sangre, siendo la sangre españ ola la de mayor
dignidad, considerada "pura", y la sangre negra la má s despreciada.9 Conforme aumentaba la mezcla racial de
las personas, su estatus social disminuía.9 Mientras las personas que tenían mezcla con sangre india, podían
"redimirse" y limpiar su sangre con sucesivas mezclas, las personas que tenían mezcla con sangre negra no
podían redimirse nunca de la impureza original.9 Las castas clasificaban a las personas que habían nacido
como resultado de la "cruza" de las tres razas que Españ a consideraba existentes: indígena, negra y españ ola,
también llamada blanca.
El primer estrato de esta sociedad discriminatoria por la piel está ocupado, como ha quedado expuesto, por el
sector blanco de la població n. Lo constituye una minoría de españ oles peninsulares ricos y muy influyentes
(los llamados "gachupines" en Nueva Españ a y "chapetones" en Perú ) y de criollos que les siguen por prestigio
socioeconó mico. Es un hecho manifiesto que a medida que la sociedad colonial se había ido estructurando
durante la anterior centuria, se fue dando mayor importancia a la pureza de sangre, derivando en la adopció n
de un sentido jerá rquico y aristocrá tico, perfectamente conformado a principios del siglo XVIII. Tal fue la
importancia atribuida a la limpieza de sangre (que en muchos casos no era limpieza absoluta de sangre blanca)
que con frecuencia los individuos de este sector recurrieron en este período a la Audiencia para certificarla.

Limitaciones
Sin embargo, el sistema de castas jamá s fue infalible, existiendo un permanente entrecruzamiento y una
masiva mezcla en la sociedad virreinal. Y así, ya en el añ o 1753 se afirmaba[cita requerida] de las castas que
"no habrá quién se atreva a distinguirlas", o su distinció n "nunca tendría fin", de tal manera las castas
resultaban en términos comunes pero con un significado propio para cada lugar, y distinto para la ciudad o el
medio rural, inclusive que cambia para un mismo sujeto, y referida a aspectos sobre privilegios,
fundamentalmente en pugnas de la aristocracia colonial.
La discriminació n y el prejuicio socio-racial en la sociedad colonial impulsó las uniones de españ oles,
indígenas y esclavos originarios del Á frica negra, y sus descendientes, principalmente mediante relaciones
matrimoniales cuando se trataba de indígenas y esclavos y sus descendientes, o de relaciones sexuales
ilegítimas, cuando involucraba a españ oles:
Con frecuencia, estos matrimonios mixtos vincularon miembros de castas pró ximas como los castizos,
mestizos-mulatos, etc. La unió n matrimonial entre el españ ol peninsular o americano con las castas inferiores
continuó siendo infrecuente, no así la unió n ilegítima".
Rasgos propios del siglo XVIII fueron: el aumento del prejuicio socio-racial de la élite blanca y la frecuencia
creciente de matrimonios mixtos... La situació n marginal del individuo de color, provocada por el rechazo de
una sociedad ideoló gicamente blanca, pero minoritaria numéricamente, impulsó hacia una mayor unió n entre
los grupos discriminados o mayoría cuantitativa.
Sin embargo, los descendientes de matrimonios mixtos, en muchos casos no fueron registrados en la casta que
le había atribuido la legislació n indiana porque ella pretendía "limitar las aspiraciones de poder de los estratos
inferiores".14 La movilidad social alcanzada mediante los matrimonios mixtos y las uniones ilegítimas, no
impidió un modo de vida propio, peor valorado que los roles atribuidos a los de sangre limpia (blancos o
indígenas dependiendo de la mayoría racial), y a su vez, de parte de los mestizos, donde ellos eran mayoría, del
rechazo de las regulaciones del sistema de castas. De este modo la sociedad colonial se caracterizó por una
fuerte discriminació n de la mayoría de la població n, categorizada como castas —entre ellas los mestizos—,
dominada por la minoría españ ola (peninsulares y americanos), que se definía como blanca:
Desde luego el desdén de los blancos, españ oles o criollos, hacia los mestizos y a las castas, fue un fenó meno
generalizado... A mitad de la centuria (1750) el mestizo había ogrado, pese a las trabas, un modo de vida
propio y una actitud só lida frente a una sociedad cuyos rasgos fundamentales eran el acrecentamiento del
prejuicio racial y el reforzamiento de la jerarquizació n social fundada en la pureza de sangre, con el
consiguiente rechazo de los grupos inferiores.
Finalmente, el desmoronamiento del sistema de castas se produjo por la gran movilidad social, producto del
mismo mestizaje que había contribuido a crearlas.De este modo se produjo un proceso de amalgamació n de
castas, integrada por tipos humanos relativamente uniformes en costumbres, ideas y estatus social, que se
aceleraría má s durante las Guerras de Independencia Hispanoamericana, hasta concluir con el colapso del
sistema de castas colonial por efecto de la guerra sobre la aristocracia blanca, y terminarse má s tarde con la
esclavitud del negro africano, abolida en los primeros añ os de existencia de los nuevos países
hispanoamericanos. Por ú ltimo contra el indígena americano, ú ltimo "sangre limpia", se arrojarían
nuevas ideas del racismo bioló gico seudocientífico traído por la nueva ola de migració n europea del siglo XIX
en los países independizados, dando lugar a la marginació n, cuando no un deliberado exterminio racial,
denominado limpieza étnica.
En relació n a la població n local la corona empezó por promover matrimonios como preferible para la
estabilidad social que el concubinato que en los hechos estaba sucediendo,15 así, por ejemplo, Francisco
Gonzá lez Paniagua nos informa que en Paraguay "algunos españ oles tienen setenta mujeres, a menos que sean
muy pobres ninguno tenía menos que cinco o seis, la mayoría de quince a veinte y de veinte a cuarenta". Frente
a situaciones como esa, la corona decretó —en 1528— que se daría preferencia para puestos oficiales a los
españ oles casados y, en 1538, que la misma preferencia se observaría para las "reparticiones de indios". En la
prá ctica esto llevó a muchos matrimonios mixtos. No solo no había las suficientes mujeres hispanas para
casarse con todos los conquistadores que existían, sino que ademá s las hijas de caciques y nobles indígenas
traían con ellas unas dotes considerables para los conquistadores. Así, por ejemplo, fray Bartolomé de Las
Casas escribe que la mayoría de los vecinos de Vera Paz, Guatemala, estaban casados con indígenas.
Adicionalmente, la mayoría de los fundadores de Santa Fe de Bogotá , Colombia, se casaron con indígenas
chibchas. (op cit). Sin embargo, esta situació n cambio en un plazo relativamente corto, con el descubrimiento
por parte de la Corona que tales uniones estaban teniendo un efecto contrario a los intereses regios,
transformá ndose en una política de separació n de las razas, lo que dio origen a un complicado sistema de
clasificació n (ver má s abajo). Estos nuevos estatutos siguieron en vigencia hasta la época de la Independencia
de América. Los que querían ingresar en las filas del ejército al servicio de Españ a, durante el virreinato,
debían probar su limpieza de sangre.16 Requerimientos similares se aplicaban para acceder a la educació n
superior17 y a los altas dignidades en la iglesia, aun cuando, en esa ú ltima á rea, al menos para acceder al
sacerdocio, se hicieron excepciones a favor de la "la nobleza indígena o (los) hijos de caciques." Aun así, y de
acuerdo a la misma fuente: "la inmensa mayoría de los sacerdotes indígenas en Hispanoamérica sirvieron de
clérigos auxiliares bajo la supervisió n de un cura criollo o como curas en pueblos muy periféricos. Aú n hacia
fines de la era colonial, el nú mero de sacerdotes indígenas probablemente nunca superó el cinco por ciento del
clero en las dió cesis hispanoamericanas y en varias de ellas la presencia de sacerdotes indígenas nunca superó
al uno por ciento."
Aú n má s exigentes eran las consideraciones para acceder a la docencia: "Todo sacerdote tenía derecho a
enseñ ar. A los laicos, en cambio, se les exigía una licencia del Cabildo y de la autoridad eclesiá stica. Debían
cumplir una cantidad de requisitos como limpieza de sangre, es decir, no ser hijos de uniones ilegítimas; no
tener cuentas pendientes con la justicia e incluso a la prohibició n de matrimonio entre cualquiera nombrado a
posició n de autoridad por el rey con incluso damas criollas y entre los sectores má s altos de la casta hispana
(los dones y doñ as) y cualquiera otra. Las consecuencia de desobedecer o ignorar tales ordenanzas podían ser
severas, dado que se estaba violando tanto la ley civil como eclesiá stica. Sanciones civiles incluían la pérdida
del derecho a la herencia, la confiscació n de bienes y el destierro, aparte o en adició n a encarcelamiento.
Sanciones eclesiá sticas incluían la anulació n del matrimonio y penanza obligatorias. Así por ejemplo, en un
caso bien documentado en Mérida, Venezuela (tan tarde como 1809) el dictamen eclesiá stico, en adició n a
anular el matrimonio, obligó a "los reos" a asistir a misa con velas en la mano de rodillas en la ú ltima grada del
presbiterio en días festivos. Adicionalmente, el varó n debió ayunar —por un mes— cuatro días de la semana
(dos a pan y agua) y la mujer, por el mismo tiempo, dos días a la semana. Adicionalmente, durante ese periodo
estuvieron aislados de todos amigos y conocidos. Al término de esto, debieron confesar sus pecados (y
presumiblemente, arrepentirse a fin de evitar caer en obstinació n)".
El sistema de estratificació n colonial clasificaba a los habitantes de Hispanoamérica en tres «razas»: blanca o
españ ola, indígena y negra. La sangre de las personas de cada grupo era «limpia», pero si un hombre y una
mujer de diferentes «razas» engendraban un hijo, la sangre de este se vería «manchada», hecho que lo haría
pertenecer a una casta. Debido a ello, en el sistema colonial españ ol el término «cruzas» o «castas» designaba a
los grupos e individuos con «sangre manchada» a consecuencia del sexo interracial. A su vez, los individuos
con «sangre manchada» eran clasificados en diversos tipos de «castas», definidas segú n las «cruzas» que se le
atribuían a sus antepasados. Los derechos que le correspondían a cada persona estaban estrictamente
determinados por su clasificació n en tales categorías, considerá ndose superior al españ ol peninsular (nacido
en la península ibérica) y en el lugar má s «bajo», al esclavo secuestrado en Á frica.
El Sistema de Castas Colonial
Las bases sociales
Las bases sociales que servían de (base) fundamento a las instituciones regían (dirigía, guiaban) sobre una población
diversificada y dividida jerárquicamente, Por ejemplo, en el rio de la plata pequeños núcleos de población denominados
ciudades estaban diseminados dentro del territorios y solo en ellos vivían los blancos existía una concepción jerárquica de la
social que hacía cada vez más compleja debido a la sucesiva mezcla.
La sociedad era estamentaria, es decir, que, a diferencia de los grupos o clases sociales, estaba compuesta por distintos
estratos sociales sin había igualdad racial jurídica ni económica el estamento es fijo, por nacimiento y se permanece en él toda
la vida. Aunque existía cierto grado de movilidad en algunas situaciones por ejemplo en el ascenso social a través de las
profesiones.
Al contrario de lo que sucedía en Perú no había en el rio de la plata aristocracia de sangre ni títulos nobiliarios. Estos eran
escasos y solo se otorgaban en contadas ocasiones, no existía una verdadera aristocracia. Los primeros conquistadores tenían
predominio de la acción privada sobre la acción oficial del estado tuvieron grandes privilegios concedidos por la corona en las
respectivas capitulaciones formándose una nueva aristocracia no de sangre sino de privilegios. Pero también existía una base
de tipo económico que formaba la aristocracia basada en la riqueza mediante el sistema de encomienda.
Según Lorenzo, La elite rioplatense se conformó por la base de la propiedad del ganado y las ganancias obtenidas del tráfico
comercial. La elite de Tucumán en cambio se erigió a base de propiedad de tierras y la masiva explotación de mano de obra
indígena.

Las castas no eran totalmente herméticas, pero a medida que aumentaba la población y aumentaba las mezclas se acentuaba
la división de clases. En comienzo reino cierta igualdad entre las diferentes clases o castas, pero más adelante los grupos se
van excluyendo. El único elemento de unidad o factor determinante que se tenía en cuenta aparte de los privilegios que se
concedían al conquistador era el de la unidad de la fe católica excluyéndose a los moros y judíos que no podían pasar a las
Indias. Por una parte, se impedía la entrada de los no católicos por la otra parte se realizaba la conquista espiritual
atrayéndose al catolicismo a los infieles, pero aparte de este elemento de unidad en los demás la sociedad según dijimos es
estamentaria y cerrada.

Según Lorenzo, la jerarquización de la sociedad sobre la base de riqueza y de pureza racial son los ejes sobre los que sin duda
giraron la vida e instituciones de la colonia. Era estructura social estratificada por color y fisonomía, lo que lo antropólogos
llaman fenotipo, una elite de blanco o casi blanco y una masa de gente de color indio, mulato, negro y mestizo. denominados
casta. Las castas pueden clasificarse en grandes grupos: 1. indio 2. mestizo (mezcla de blanco e indio) 3. negro 4. mulato 5.
Zambos

La traída de los negros como elemento de trabajo y mano de obra barata produjo el sistema de castas, estamentos y clases
bien eslabonadas subordinadas entre sí. La incorporación de negros constituyo una forma de ganancia a través del comercio y
del intercambio de producción con la nueva potencia que había surgido renovada luego del tratado de Utrecht Inglaterra y
Souto sea compay proveía a través del comercio marítimo cada vez más intenso a ese intercambio por el cual las colonias
recibían esclavos negros y mercancía manufacturada a cambio de metales oro y plata grasa sebo y cueros productos de lo que
hacía largo uso Europa es decir el esclavo negro era considerado mercancía compraba y vendible y sus precios fluctuaban
conforme al precio del mercado.

Las Castas
El negro suplanto al indio cuando escaseo la mano de obra indígena, debido a que la población india también fue escasa El
negro podía ser esclavo o liberto, eran marcados con hierro candente en espalda o en la frente y eran llamados carimbados.
Tenían trabajo obligatorio desde los 17 hasta los 60 años y desempeñaban diferentes oficios como cultivar la tierra o servicio
doméstico. Obtenían su libertad por medio del rescate o la carta de libertad concedida por los amos.

Seguían en la escala social a los negros, los mulatos y pardos, aunque en ocasiones tenían cierta importancia debido a sus
orígenes, muchas veces hijos de padres ricos. Se creía que eran ambiciosos y aun después de la independencia se los considero
despectivamente.

El zambo mezcla de indio y negro era más despreciado por los sectores y a su vez y a su vez había subtipos.

- El cuarterón de mestizo: hijo de español y mestiza. Un cuarto de sangre india.


- El cuarterón de mulato: hijo de español y mulato. Un cuarto de sangre africana.
- El quinterón de mestizo: hijo de español y cuarterona de mestizo. Con un octavo de sangre india.
- El quinterón de mulato: hijo de español y quinterona de mulato. Con un octavo de sangre africana. Por lo que el
mestizaje llevaba a disolver el sistema de castas de color.

El blanco tenía una hegemonía social, económico y política el núcleo de gobernantes detentaba el poder y la riqueza poseía
propiedad, formaba parte de la milicia participaba en el gobierno municipal, gozaba de cargos públicos y de diferentes
prerrogativas tenía acceso a la cultura e instrucción. El blanco estaba en la cúspide de la escala social, pero a su vez había que
hacer una doble distinción:
A. entre españoles europeos y americanos.
B. a través de tres capas conforme con su jerarquía posición económica, funciones, trabajo etc.

En la primera distinción el español europeo (chapetón) tenía desdén(menospreciaba) por el español americano criollo y
ocupaba un lugar preeminente con respecto a este.

El español europeo tenía acceso a todos los cargos y gozaba de diferentes privilegios, aunque los criollos llegaron en ocasiones
a altos puestos. Según Lorenzo, los únicos que gozaban de la plenitud de derechos eran los blancos, españoles europeos o
españoles americanos (criollos) que constituían una elite los españoles europeos relegaron a los españoles americanos y
sufrieron parte de esta elite la desconfianza que lo rodeaba la administración real que le mantenía al margen de los altos
cargos entre los 60 virreyes de la historia colonial solo 4 fueron criollos y catorce entre los seiscientos dos capitanes generales.
Las causas que los alejaban de la administración laica también los alejaban de las altas jerarquías eclesiásticas. Dentro de esta
casta de los blancos existían una diferenciación jerárquica que podríamos dividir en tres capas:

1er lugar: a falta de aristocracia de la sangre: los cargos militares o políticos, los poseedores de grandes haciendas, los
militares, los clérigos, los altos funcionarios ocupaban lo que denominaban capa superior.

2da capa, los comerciantes y hacendados en muchas ocasiones con intereses antagónicos y los letrados se encontraron en lo
que podríamos denominar capa intermedia.

3ra capa los pequeños comerciantes artesanos, agrupados en gremios y los funcionarios subalternos.
Situación del indio
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana.
Corrientes, 1997. Situación del Indio (páginas 165 – 169)
Estudio de las Instituciones Indianas. Darío López Villagra, Dardo Ramírez Braschi. Resistencia, Chaco. 2015.
(páginas 53 - 60)
Instituciones aborígenes subsistentes: Mita, Encomienda,
Yanaconazgo
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana. Corrientes, 1997
(páginas 171 – 178).
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. (páginas 121 – 123)
Ordenanzas de Alfaro
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana. Corrientes, 1997.
Ordenanzas de Alfaro: contenido (páginas 179 – 184)
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Ordenanzas de Alfaro(páginas 123 - 124)
Reducciones y Misiones
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana. Corrientes, 1997.
Reducciones y Misiones (páginas 185 – 188)
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Reducciones y Misiones (páginas 118 - )
La presencia del esclavo negro en el Río de la Plata, su consideración
jurídica
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Situación Jurídica y social del Indígena
(páginas 111 – 112)
Estudio de las Instituciones Indianas. Darío López Villagra, Dardo Ramírez Braschi. Resistencia,
Chaco. 2015.
Reformas españolas para América en el siglo XVIII
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Reformas españolas para América en el
siglo XVIII (páginas 129 – 132)
Creación del Virreinato del Río de la Plata: causas económicas y
políticas de su creación, demarcación
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana. Corrientes, 1997.
Historia del Derecho Patrio Argentino (páginas 66 – 67)
Manual de Historia Constituional Argentina. Dr. Ricardo J. G. Harvey. Causas que determinaron la creación del
Virreynato del Río de
la Plata (páginas 134 – 137)
Estudio de las Instituciones Indianas. Darío López Villagra, Dardo Ramírez Braschi. Resistencia, Chaco. 2015. EL
VIHEINATO (páginas 46 – 50)
Reglamento de Comercio Libre
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana.
Corrientes, 1997. El Reglamento de Comercio Libre (páginas 137 – 138)
La real Ordenanza de Intendentes: contenido e importancia
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana.
Corrientes, 1997. La Real Ordenanza de Intendentes (páginas 142 – 143)
Aduana, Audiencia y Consulado de Buenos Aires
Manual de Historia Constitucional Argentina (Primera Parte). Enrique Eduardo Galiana.
Corrientes, 1997. La Aduana (páginas 138 – 139). La Audiencia (páginas 139 – 141). El Consulado
(página 141)

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