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Universidad Nacional de Colombia - Sede Manizales


Especialización en Gestión Cultural con Énfasis en Planeación y Políticas Culturales
Ensayo marco conceptual: Enumerando problemáticas, intentando estructurar un
nuevo pensamiento o tal vez generando nuevas preguntas.
Presentado por: Maira Ximena Salamanca Rocha.
Presentado a: Winston Licona Calpe

Enumerando problemáticas, intentando estructurar un nuevo pensamiento o tal

vez generando nuevas preguntas.

Maira Ximena Salamanca Rocha1

“Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense,

porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos

necesidad de toda vuestra fuerza”

Antonio Gramsci

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Maira Salamanca: Maestra en Artes Escénicas con énfasis en dirección de la Facultad de Artes ASAB de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Se desempeña actualmente como productora general de la Facultad de
Artes – ASAB con la cual realiza el plan de circulación “PROYECTARTE” para la visibilizacion de productos artísticos
en alianza con entidades distritales y privadas en Bogotá, Productora del festival de Teatro de Bogotá, productora artística
del Teatro R 101. Realiza el apoyo logístico de varios festivales de Bogotá en música y danza.
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Resumen

Este texto no pretende ser un plan, tampoco un proyecto, tampoco un diagnóstico

certero sobre las problemáticas de la gestión cultural. Es una mera reflexión en voz alta,

provisional e incompleta, diríamos autobiográfica, casi una confesión, como consecuencia

de trasegar durante muchos años por problemáticas de la cultura contemporánea y de haber

pasado mi vida en teatros, festivales y reuniones. Literalmente hago una apuesta para

revisar y reflexionar como artista sobre la forma en que veo el entorno y la sociedad, me

planteo preguntas y pienso acerca de las problemáticas que aquejan el sector cultural.

Planteo tres problemas básicos en los cuales la forma de preguntarse y pensar la

construcción cultural, nos están jugando una mala pasada.

Abstrac

This paper don't meant to be a plan, a project, or a correct diagnosis about the issues of

cultural management. It is just an aloud, provisional and incomplete thought, we would say

autobiographical, almost a confession, as a consequence of my transit, through many

years, for the problems of contemporary culture, and after having spent my life in theaters,

festivals andmeetings. I literally make a bet to review and think, as an artist, about the way

I see the environment and society, the way I ask questions and think about the problems

that afflict the cultural sector. I pose three basic problems in which the way of wondering

and thinking of cultural construction are playing tricks on us.


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En el año 2003 después de un desafortunado paso por un pre – grado en dirección de

cine, el “destino”, la “vida”, Mi mama, decidieron que el camino se centraría en la

dirección teatral, luego de 5 años de estrellarme con los análisis de texto, el problema de la

producción de sentido, la contextualización, la luz, el actor indisciplinado, etc. Me enfrente

al verdadero contexto, la vida profesional, el trabajo con el sector. El titulo otorgado por mi

pre grado no se volvió mi trabajo, ni mi sustento, se volvió mi hobby, pues era necesario

construir un nuevo camino, para que las puestas en escena, tuviesen mejor destino.

Entonces apareció lo que se volvería mi pasión y mi adrenalina, la producción. Asumí este

nuevo camino desde el rol más simple en la construcción de un espectáculo, barrer y cargar,

posteriormente fui conociendo y enfrentándome a nuevos retos, control logístico, dirección

técnica, coordinación de bienestar artístico, producción artística, negociación de

proveedores, manejo presupuestal, producción general de un festival, producción general de

una facultad.

A medida que el camino crecía, la preguntas eran más complejas, pues ya no se trataba

de generar una puesta en escena para encontrar un canal de comunicación, ahora se trataba

de coordinar todos los aspectos para que el engranaje de esa puesta en escena ( de cualquier

expresión artística) tuviese repercusión en una comunidad, en una sociedad, en el distrito.

Entonces las preguntas se volvieron: ¿Cómo cobramos?,¿Cuál es el presupuesto?,

¿Cómo hacemos para que el presupuesto rinda?, ¿Qué es un aliado?, ¿Cómo negocio el

proveedor?, ¿Cómo hacemos para que se llene la función?, ¿Cómo hacemos difusión?

¿Cómo hacemos para vender la función?, ¿Cómo hacemos un proyecto?, ¿Qué es una

fundación?, ¿Cómo conseguimos recursos?, ¿Cómo vendemos la idea?, ¿Dónde está el


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público?, ¿Qué es formación de público¸ ¿En qué sociedad vivimos?, ¿Por qué las peores

clases en el colegio son las de artes?, ¿Qué es cultura? ¿Qué es gestión?, ¿Qué es gestión

cultural?, ¿Por qué nadie cree que se pueda vivir de esto?.

Inicio este ensayo, dando una vuelta general de aquello que me ha pasado , como

artista, como productora y ahora queriendo pensar como gestora, pues es con base en mi

experiencia, con base en mi relación con artistas, gestores, agentes y líderes del sector

cultural, lo que me genera la necesidad de pensar diferente, de encontrar nuevas rutas, de

estructurar nuevos proyectos, de conocer, de leer nuevas teorías, de preguntar nuevas cosas

y tal vez seguir sin respuestas; Pero es urgente planear diferente.

Mi visión es de artista, mi visión es de productora, mi visión es de un ser que acaba de

encontrarse con un sin número de teorías, análisis, problemáticas, contextos, versus una

experiencia de 10 años de trabajo empírico en proyectos y producciones en el ámbito

cultural de Bogotá.

Planteare tres grandes problemáticas:

1 Problemática: ¿Para qué sociedad construimos proyectos culturales

Diversos estudios planteados en Colombia demuestran que somos un país privilegiado

con un patrimonio natural y cultural excepcional, incomparable en riqueza y

heterogeneidad geográfica, con condiciones culturales y sociales diversas y diferentes

niveles de desarrollo regional (Cultura, 2013), En Bogotáá, en la cartilla de “Planeación

Cultural, Guía para Bogotá” (2015) se expone que “Bogotá es una ciudad privilegiada por

que cuenta con una amplia red de medios para la oferta y el consumo cultural, integrada,
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entre otros, por casas disqueras, editoriales, distribuidores de música, librerías, empresas de

grabación, auditorios, bibliotecas, salas de cine, galerías de arte, museos, centros culturales,

y salas de teatro; y, sobre todo, por la diversidad étnica y cultural arraigada en sus

territorios y por la vitalidad y creatividad de su producción cultural”

No hay duda Colombia es un país con una producción cultural única, todas las

expresiones artísticas tienen sus espacios (festivales, ferias, eventos, etc.), Bogotáá por

ejemplo cuenta con un sin número de eventos los cuales intentan abarcar toda la ciudad.

Es importante anotar, que cada expresión cultural tiene un desarrollo diferente y un

impacto diferente. Pero este no es el análisis de esta problemática, el análisis o mejor la

preguntas que suscita este punto es ¿Sabemos las necesidades, intereses, búsquedas, de la

sociedad que nos rodea, y teniendo en cuenta estos construimos proyectos culturales que

vayan en concordancia con esto?

Irresponsablemente podría responder que como artistas o agentes culturales no

tenemos en cuenta que le está pasando a la sociedad; Se construye, se planea, se proyecta

pero no se hace mella, y no se hace mella porque estamos en una sociedad en constante

movimiento y cambio, estamos en una sociedad individualizada, que tiene intereses

diferentes, etc. y necesario que se engrane la cultura con su contexto, para que de esta

manera sí logre su objetivo y sí logre ser trasversal en cada aspecto del ser y en la

construcción y tejido social.

Sygmun Baugman busca exponer en su libro “Modernidad Liquida” (2004) como una

de las características de la sociedad actual es el individualismo, el cual marca nuestras


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relaciones y las torna precarias, transitorias y volátiles. “La modernidad liquida es una

figura del cambio y de la transitoriedad, somos líquidos: los sólidos conservan su forma y

persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman

constantemente: fluyen (Bauman, 2004).

Esto nos ubica en unas características especiales de la sociedad la cual exige que la

cultura no siga en su concepción inicial “como un agente de cambio, una misión

emprendida con el objeto de educar a las masas y refinar sus costumbres” (Bauman , 2013).

Si no que se inserte en una sociedad individualizada y de consumo, donde es necesario

“crear necesidades nuevas, y a la vez garantizar la permanente insatisfacción de las que ya

están afianzadas. Así, la cultura actual se asemeja a una gran tienda cuyos estantes rebosan

de bienes deseables que cambian a diario, en competencia por la atención

insoportablemente fugaz y distraída de los potenciales clientes” (Bauman, 2013)

Ahora, es necesario tener en cuenta que estos “potenciales clientes” individualizados

que ya no responden a comunidades con una tradición establecida, sino a colectividades

individualizadas que se estructuran en forma ambivalente, nunca lineal, nunca cerrada

(Ulrich, 2003)

Si tejemos más delgado, debemos tener en cuenta las tecnologías, que dan acceso a la

información, que abren los referentes del mundo, que comunica, etc. Dejo enunciado este

tema de la tecnología pues es bastante extenso, pero influye notablemente en los cambios

de la sociedad.
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Siendo así es más que necesario que nuestra proyección y nuestras construcciones

culturales, es necesario entender nuestra sociedad y dialogar con ella, es necesario dejarnos

permear al crear y dialogar con lo que nos rodea.

Volviendo a Baugman “El objetivo principal de la cultura es evitar el sentimiento de

satisfacción en sus ex súbditos y pupilos, hoy transformados en clientes, y en particular

contrarrestar su perfecta, completa y definitiva gratificación, que no dejaría espacio para

nuevos antojos y necesidades que satisfacer” (Bauman, 2014)

Tenemos toda la argumentación de los cambios sociales, necesitamos entender, en

todos los aspectos que la cultura debe responder a estos cambios, que se debe dialogar con

la sociedad, que no podemos aislarnos. Como hacer esto, empezando por entender la

necesidad de estructurar un nuevo pensamiento frente a lo que hacemos.

2 Problemática: Educación con enfoque cultural, Formación de Públicos.

“Se asume que la sensibilización y el gusto por el arte se crean y se fortalecen desde

edades tempranas de la infancia y la juventud. Por ello se propende socialmente a que

instituciones y organizaciones del sector cultural trabajen con la mirada puesta en el futuro,

desarrollando mayores muestras de compromiso con la educación y el acceso a la

Cultura” (Antonie, 2012)

Muchos especialistas en educación y cultura postulan que, para lograr un crecimiento

de audiencias y de seres sensibles a la cultura, es necesario un plan a largo plazo. Siendo un

país con incipientes políticas públicas de fomento a la cultura, con un bajo nivel de

consumo en esta área y con un alto nivel de centralismo de espacios culturales en Bogotá,
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Medellín, Cali, es necesario formar individuos culturales sensibles a todos los procesos,

seres consumidores de cultura.

La dificultad para congregar espectadores, no depende exclusivamente del tipo de

espectáculo, o de la calidad de sus instalaciones, de las referencias de sus productores o de

sus directores, ni de la promoción o publicidad invertida. Está relacionada directamente con

la falta de costumbre de asistir a espectáculos culturales, al poco conocimiento que se tiene

de la oferta cultural, la nula valoración y prejuicio que se tiene por nuestras manifestaciones

culturales en general.

Se hace entonces necesario la relación educación – cultura como una necesidad social,

por lo tanto, la primera y más importante reflexión es situar en su perspectiva integradora

conceptual. La relación educación –cultura, es un proceso de carácter integral donde se

configuran los vínculos y los nexos entre el fenómeno educacional y cultural,

condicionados por el marco histórico social de una realidad dada, donde se modifica, se

reproduce y crean nuevas expectativas, formas de vida, valores en el desarrollo del sujeto

para las transformaciones de sí y de su entorno social. A partir de esta brújula, se considera

que para desarrollar una capacidad conducente a transformar la realidad y su curso histórico

sobre el fundamento de la educación y la cultura, la acción del hombre debe estar basada en

la conciencia de la necesidad.

.En Colombia se desarrollan proyectos con enfoque en la educación artística y cultural

que permita “potenciar y desarrollar la sensibilidad, la experiencia estética, el pensamiento

creativo y la expresión simbólica, a partir de manifestaciones materiales e inmateriales en

contextos interculturales que se expresan desde lo sonoro, lo visual, lo corporal y


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lo literario, teniendo presentes nuestros modos de relacionarnos con el arte, la cultura y

el patrimonio” (Min. educación, 2012) Ya lo expresa German Rey en su libro “ Los

Sentidos despiertos; públicos y apropiación de la música, la danza y el teatro en Bogotá”

“Lo que la danza, el teatro y la música activan son los sentidos, que además de ser

facultades individuales, son órganos de la ciudad, órganos sociales… Son los sentidos

despiertos, abiertos a una experiencia que forma parte de las responsabilidades públicas y

las libres opciones individuales, los que hacen que la vida entre a borbotones” (2010)

Se tiene entonces clara la formula, seres educados en cultura son sensibles a la

transformación de su entorno, preservan la memoria e identidad de una comunidad, son

susceptibles a la transformación, son seres críticos, son consumidores artísticos.

Entonces la educación artística es fundamental para que esta fórmula se dé.

“la importancia de establecer vínculos más fuertes y dinámicos entre los programas

educativos y la oferta cultural de la ciudad, teniendo en cuenta en parte que lo que

demuestran los estudios de consumo cultural en América Latina es la gran participación de

los jóvenes. En los últimos 50 años, las actividades artísticas y del patrimonio se han

integrado progresivamente a los procesos educativos que ocurren en las familias y las

escuelas, y una buena parte de las discusiones sobre la formación de públicos tiene que ver

con el papel que estas instituciones socializadoras tienen en el ingreso de los niños y niñas a

la cultura y en general al mundo simbólico” (Rey, 2010)

Pero, aunque Colombia ha fomentado diferentes programas que estimulen la

apropiación en la educación cultural en Colombia, aun los esfuerzos no son suficientes, se


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considera la educación artística como un área complementaria relegándola a una simple

expresión artística que acompañe los eventos del colegio o la comunidad; no se desarrollan

vínculos fuertes que permitan una mayor apropiación del arte, por lo tanto no formamos

públicos participativos y consumidores de cultura. Obvio no podemos olvidar los factores

económicos, la confusa idea de que el arte es elite, etc.

Pero Se trata de un reto a desarrollar tanto en el ámbito formal como el no formal y al

que deben responder de forma coordinada los ministerios de Educación y de Cultura, junto

con organismos y entidades vinculadas a sociedad civil, con el fin de generar un espacio de

apoyo para la construcción de la ciudadanía cultural y la formación de públicos para las

artes, punto crítico de la gestión de la cultura en diversos países.

Iniciativas a destacar en este aspecto son los programas “Tejedores de Vida “Arte para

la primera infancia y el Programa CLAN (Centros Locales de arte para la Niñez y la

Juventud) cuyos objetivos se centran en la formación artística como ejes fundamentales de

los procesos de formación. Desde el 2013 este programa se enfoca en crear y poner en

marcha la estrategia de formación para los y las estudiantes de los colegios públicos en

Bogotá, que hacen parte de la política de Jornada completa. Dichos beneficiarios han sido

atendidos en los CLAN y en algunos de los colegios que cuentan con la infraestructura

disponible para llevar acabo la formación artística en sus instalaciones. La vinculación de

los y las beneficiarios se da por elección propia a partir del concepto centros de interés (en

la mayoría de los casos) y cuentan con el respaldo institucional de sus colegios y de la SED.

El propósito formativo es la aproximación a la práctica artística, a partir de la realización de


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talleres en un área artística a cargo de Artistas Formadores no licenciados en artes. Con una

intensidad horaria de 4 horas a la semana en dos encuentros de 2 horas cada uno.

(IDARTES, 2015).

3 Problemática: Los supuestos que permean el desarrollo cultural.

Santiago Trujillo en su último informe de gestión con el IDARTES, expone “Sin

importar la latitud o piso térmico en que este ubicada la ciudad, el trabajo de los gestores

públicos de la cultura, en un gran porcentaje se divide en luchar por conseguir más

recursos, sobrellevar y atender las disputas que surgen entre los disimiles intereses de los

que aquí llamamos agentes del sector, a tramitar estoicamente con diplomacia y milimetria

política, el ego de uno que otro artista. Y finalmente cuando queda tiempo y dinero, a

pensar en los desarrollos de nuevos programas y líneas de fortalecimiento”

Ya lo expone Winston Lincona en su artículo “Gestión Cultural… y eso como se come?”

el cual a su vez reseña a Bonet Lluis , “El contexto de la gestión cultural requiere entonces de

protagonistas “capaces de establecer puntos de diálogo entre la creación artística y el consumo

cultural, entre las dinámicas socio-económicas y las dinámicas culturales, entre las exigencias

políticas o empresariales y la coherencia del producto”. Además “con una gran capacidad de

adaptación a circunstancias frágiles y cambiantes de un medio sobre el que todo el mundo se

atreve a opinar y que no dispone de una tradición de gestión larga y consensuada.”

Estos dos agentes y muchos más lo exponen, necesitamos como artistas un nuevo

pensamiento en la cultura, una nueva forma de relacionarnos , una nueva forma de gestionar,

pensar, crear, etc. Porque hasta el momento seguimos dando vueltas en los mismo supuestos
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que no nos permiten un desarrollo consecuente y regular de la basta actividad artística y

cultural de nuestro país.

Enumerando los supuestos que más permean el quehacer cultural, son:

1. ¡Los artistas y creativos son seres aislados en su oficio!, olvidando que el trabajo

creativo es un conjunto, no el resultado de una sola persona.

2. ¡El artista no debe involucrarse en la gestión administrativa de su obra!, sin reconocer

que darle salida a la creación artística, entender el mercado garantiza continuidad de

recursos, paso esencial para su maduración artística plena.

3. !Los productos artísticos no se miden por resultados¡ olvidando que una cuidadosa

planificación sujeta a indicadores de gestión va permitir establecer si se logran los

objetivos y las metas propuestas al inicio del proceso creativos, que va mucho más allá

del conteo del público.

4. Los artistas que consideran que hay un riesgo en la asociatividad con otras personas

ajenas al gremio, por miedo a la pérdida del conocimiento artístico, generando que se

fomenten redes informales que no cuentan con una información precisa generando

desgastes y fracasos en los proyectos que se emprenden.

5. ¡Las industrias creativas no generan interdependencias! , desconociendo que por el

contrario, son industrias que se pueden caracterizar por generar importantes sinergias

con otras y en otras ciudades y regiones.


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6. ¡La formalización de entidades culturales hace perder el sentido creativo de las

mismas!, olvidando que la formalización sustenta las bases de un ejercicio perdurable

y sostenibles que permite materializar sus propósitos y objetivos, impulsando una

participación incidente, cualificada y activa en la líneas de desarrollo político de la

región ciudad y país.

Postulados tomados de entrevistas de la revista “Teatros” Numero 15, publicación de la comunidad

teatral de Bogotá, Tema Industrias culturales. (2011)

Y así diferentes postulados que crean supuestos que no dejan que los hacedores artísticos

que saben las necesidades, potencialidades, riquezas y proyecciones sean partícipes de la

construcción cultural del país desde la política, formulación de proyectos, concepción de las

industrias culturales.

“Colombia, por ser un país diverso en sus regiones, biodiversidad, en la conformación de

sus culturas, por la multiplicidad de grupos, etnias y valores culturales, posee un don que

tiende a ser escaso: su altísimo nivel de creatividad, reconocido hoy en día nacional e

internacionalmente. Pero, la diversidad posee una paradoja: si se canaliza y combina

adecuadamente, genera creatividad. Si por el contrario, no se emplea bien, genera conflicto a

nivel social y entre las mismas organizaciones que la componen. Paradójicamente y a pesar de

nuestro alto nivel de creatividad, esta no se ha podido canalizar de igual forma hacia el

proceso organizativo, generando que la mayoría de talentos se desperdicien. La mejor salida a

este dilema es fortalecer una cultura de la asociatividad, que reconozca la creatividad como un

proceso en el que están inmersos muchos individuos, no solamente el artista, y que requiere la

existencia de intermediarios importantes, en particular productores de arte y gestores


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culturales, para desarrollar vínculos y alianzas de cooperación con aquellos que contribuyen a

la cadena de formación de valor en el proceso creativo” (Min. Cultura, 2010)

En conclusión, la necesidad de re-pensar y re-programar la visión del de los agentes

implicados en el sector cultural, se hace necesaria y urgente, tenemos una sociedad con

ansias de devorarlo todo de aceptarlo todo versus hacedores culturales enconchados sin

escuchar y entender que la cultura al igual que la sociedad cambia, y cada vez más rápido y

por lo tanto es necesario responder a este cambio.

Pienso que la problemática central no está en el planteamiento de proyectos, ni en la

política, ni en la plata, está en la forma en la que los agentes directos del sector se están

relacionando con su contexto y con la sociedad.


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Bibliografía:

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 Ministerio de Educacion. Proyecto: Colombia aprende.

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