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TRABAJO SOCIAL: PERSPECTIVAS

CONTEMPORANEAS
RESUMEN

8 DE ABRIL DE 2019
ARANCIBIA AHUMADA ALEJANDRA / ARAYA VERA ADA
NAVARRETE BAEZA SILVANA / SALINAS FIGUEROA FRANCISCA
Epistemología del Trabajo Social

Trabajo Social: Perspectivas Contemporáneas


Karen Healy (2001)

Resumen
Capítulo VII
 La reconstrucción de las prácticas crítica.
 La deconstrucción de la escisión entre teoría y práctica.
 El trabajo social en contexto.
 El poder en la práctica.
 Poder y saber en el trabajo social activista.
 La deconstrucción del trabajador poderoso y el cliente impotente.
 Más allá del activista heroico
 Estrategias para el cambio.
 Advertencias críticas sobre las teorías “post”.

Capítulo VIII
 Conclusiones.
 La desorganización del activismo.
 La reconstrucción de los enfoques críticos.
 La prolongación de los retos.

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Epistemología del Trabajo Social

El Trabajo Social Crítico, está en un período de transición, ya que debe hacer frente
a dos problemas: uno que surge desde su interior “efectos silenciadores y
dominadores de su práctica” y desde el exterior la “reorganización significativa de
los Estamos de Bienestar”.

Las teorías post críticas plantean problemas a las formas críticas del Trabajo Social,
ideas que generan desequilibrio, pero, a su vez, entregan esperanzas de
“reconstrucción” y “diversificación” de las prácticas profesionales del Trabajo Social
Activista

Se hace necesario comprender que las perspectivas contemporáneas del Trabajo


Social enfrentan un momento de cambio, es decir, estamos frente a varios enfoques
de trabajo, en donde la Teoría (discurso) y la Praxis (practicas sociales) requieren
encontrar una nueva forma de relacionarse frente a una realidad social distinta.

Es fundamental un cambio en la mirada del quehacer profesional, que nos guía


hacia un Trabajo Social Activista, Progresista y Crítico, que requiere de ciencias
sociales también críticas, capases de analizar más allá del uso de la razón y la
acción, sino que, además: interpreten circunstancias; entornos y territorialidad de la
realidad social.

Para dar un remirada a las perspectivas contemporáneas del Trabajo Social, se


deben de deconstruir ciertos aprendizajes que nos han llevado a la división entre
teoría y práctica, este pensamiento fundamentalista requiere de dar una o varias
vueltas más, para investigar, analizar y comprender la herencia que nos han dejado
las teorías críticas, con respecto a lo que debe ser el Trabajo Social. Si no somos
capaces de mirar más allá de lo que ya tenemos y existe, es imposible generar
nuevo conocimiento con respecto a la disciplina, para ello se requiere de desinstalar
ciertas ideas que ya no son tan ciertas ni tan verdad como se creía en su momento.

Un problema fundamental, dice el posestructuralismo, es la división entre teoría y


práctica, ya que se hace necesario e imprescindible un replanteamiento de ambas
para un Trabajo Social Crítico. Las teorías criticas imponen un orden y guían la
actividad local, anulando de esta manera prácticas alternativas, orientando la

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Epistemología del Trabajo Social

práctica de mala manera. La teoría es necesaria para una práctica crítica, así como
la práctica es una fuente inagotable de conocimiento empírico para el fortalecimiento
de la teoría, permitiendo la creación de formas y técnicas propias de intervención
del Trabajo Social.

La crítica va dirigida a la creencia de que el análisis de una realidad social


determinada, se puede entender, interpretar y deducir desde la comprensión de la
realidad social total, dejando de la lado las particularidades y sensibilidades locales,
es ahí, en donde la teoría posestructuralista difiere, ya que esta nos plantea la
necesidad de reflexionar sobre los hechos, sus circunstancias y consecuencias,
tomando aspectos de análisis de la teoría crítica, y a su vez, nos dice que: debemos
analizar y comprender las formas de entender el fenómeno y para llevar a la práctica
de la disciplina instrumentos de intervención tan validos como comprobables, que
se transformen en modelos de trabajo desde la realidad local a lo universal.

El enfoque que nos entrega el posestructuralismo se basa en el trabajo conjunto de


la teoría con la práctica, respetando los límites de la teoría, para conocer la verdad
y orientar la práctica. Para lo cual se hace necesario incorporar nuevas dimensiones
de la realidad social, que van de la mano con otras miradas, observaciones e
ideales, más acordes al momento político, social, económico y cultural que se vive,
además de la propia historia local, con todo lo que ella conlleva.

Para Foucault, la teoría sólo entrega ideas parciales y la crítica dirigida a “lo que
es”. Refuerza la idea de libertad de los activistas para aceptar o rechazar la crítica,
según la utilidad en los procesos y cambios en contestos locales de la práctica.

La teoría Postestructuralista tiene como gran herramienta a la crítica, a través de la


cual se busca traer de vuelta la teoría a la práctica. La teoría es un medio de crítica
hacia la práctica, deconstruyendo ideas de la practica crítica, generando así una
reinvención de Trabajo Social Crítico, el cual debe desinstalar ideas obsoletas o
fuera de tiempo, pero a su vez conservar todo aquello que permite un trabajo político
importante. La crítica desestabiliza a las ciencias sociales y sus verdades
incuestionable que ponen a la teoría por encima de la práctica y lo universal
(estructural) por sobre lo local.

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Epistemología del Trabajo Social

El pensamiento postestructuralista nos invita a que la teoría cuestione la práctica y


viceversa, promoviendo una práctica social crítica, en donde los sectores o grupos
oprimidos sean los que lideren procesos de cambios individuales y colectivos.

Frente a esto surge la pregunta, siempre en busca de la verdad o la verdad del


momento según el paradigma vigente, ¿Qué es el Trabajo Social y que debe ser el
Trabajo Social?

Si las teorías críticas, nos decían que la esencia del Trabajo Social, es el “cambio
social”, ideal universal y estructural, asumiendo que el problema o mal, según Marx
y otros críticos, es el capitalismo, el cual oprime al proletariado, poniendo a una
clase social por sobre otra. La teoría posestructuralista, nos lleva a mirar más allá
de la estructura social, jerarquizada por un solo tipo de poder, nos abre un camino
a ver otras formas de dominación que siempre han estado presente y, que, para
algunos activistas, están por sobre el capitalismo. Acá encontramos el “patriarcado
y el “imperialismo”, reconociendo así, que hay otras formas de poder y no solo las
clases sociales. Esta reflexión nos obliga a remirar la praxis del Trabajo Social y sus
formas de relacionarse con las personas (usuarias y usuarios) de los sistemas e
instituciones.

El post estructuralismo, nos dice que hay mas fuentes opresoras y relaciones de
poder, las cuales van más allá de la estructura social general, lo cual se va a
descubrir a través del análisis de esas estructuras, en donde hay más dimensiones
de ejercicio de poder (género, raza, orientación sexual, etc.), considera también la
diferencia de autoridad que se produce en la relación trabajador “social y cliente”,
cuando se le denomina “profesional” a los trabajadores sociales. Frente a esto y,
con la finalidad de reducir diferencias, se deben adquirir posturas igualitarias, con
valores de poder y liderazgo compartido (aprendizaje mutuo, conocimiento
compartido, distribución de tareas en los procedimientos prácticos), reconociendo
el saber de las personas en sus propios entornos. A través de esto se busca la
“reflexión crítica” de la persona, para que salga de su estado de autoinculpación y
comprenda que los orígenes de sus problemas están en la estructura social en la
cual se desarrolla como persona.

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Epistemología del Trabajo Social

Este proceso se denomina “concienciación”, la conciencia modifica (reflexión crítica


y acción) influyen en la acción transformadora del oprimido (Leonard, 1975).
Estrategias que son principios de la ciencia socia crítica, que buscan cambiar la
cosmovisión, motivar y orientar las formas que permitan el cambio social, en donde
si son importante las condiciones materiales que pueden ser modificadas. Se
promueve el liderazgo de las personas (oprimidos) en el cambio social.

La reconceptualización post estructural, exige un replanteamiento fundamental de


los efectos del poder (coercitivos / productivos), lo cual no ha permitido un dialogo
sobre las funciones productivas del poder, debilitando la comprensión y acción del
Trabajo Social.

Otro factor a considerar es el “dualismo” presente en la historia y teoría del Trabajo


Social Crítica, el cual parece no tener cabida en los tiempos actuales. Parejas de
elementos opuestos, que minimizan el potencial radical de las practicas del trabajo
social, evitando el surgimiento de teorías que permitan resolver problemas y no solo
minimizar efectos y consecuencias. Esto exige al Trabajo Social Crítico y Subversivo
analizar, comprender, entender e interpretar los discursos racionalistas de otras
disciplinas, con la finalidad de generar una práctica dentro de contextos específicos
y locales de la realidad social latente.

“Las teorías post estructurales van en la búsqueda de la reconstrucción


de las ideas de poder, la identidad y el cambio de las prácticas del
trabajo social crítico”.

Esto se logrará incluyendo la valorización de lo diferente, la equidad no se opone a


la diferencia. Como también, reconociendo lo positivo del poder, esto nos lleva a ver
el poder en las distintas esferas de la estructura social, para reconocer y manejar
esas diferencias.

El trabajo social crítico, no se encuentra ajeno a esa realidad de poder, toda vez
que incita a las personas a estructurar sus vidas, construyendo normas y
categorizando. La teoría post estructural ve, esto también, como una forma de
dominación, indicando que los discursos de liberación no existen aparte del poder,
ya que estos hechos pueden tener efectos opresivos. No hay espacios o realidades

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Epistemología del Trabajo Social

que estén ajenos al poder, por lo tanto, se hace necesario observar, analizar y
entender cómo funciona el poder, con la finalidad de que este genere democracia
potenciando lo contextos locales de la práctica.

“La reconceptualización postestructural del poder para incorporar


tanto sus efectos coercitivos como los productivos exige un
replanteamiento fundamental de las ideas del poder en las que se basan
los enfoques de la práctica crítica”. (Healy, pág. 177)

El poder coercitivo en la práctica ha truncado la comunicación entre las funciones


productivas del poder, debilitando el desarrollo de la comprensión y la acción en el
Trabajo Social, no permitiéndole ser un facilitador de reflexión critica para el hallazgo
de nuevas miradas de un fenómeno y descubrir así, otras formas de acción frente a
las vulnerabilidades.

Mejorar las diferencias y desigualdades de poder, a través de la comunicación clara


y valoración de lo diferente, no entiendo esto como amenaza, permite alcanzar
equidad en la relación cliente trabajador y disminuir las desventajas a las que están
sometidos los usuarios en diferentes contextos.

Desde la perspectiva posestrutural la teoría apoya la existencia de experiencias,


habilidades y talentos diversos en la práctica.

El poder y el saber son inseparables para Foucault. La teoría práctica crítica otorga
a las ciencias sociales un poder frente a otros sujetos, cuando se le da la categoría
de “experto”, generando un proceso de dominación sobre la población marginada.

El Trabajo Social, entra en esta dinámica de poder cuando se utilizan


procedimientos de normalización, vigilancia y disciplinamiento de hombres y
mujeres parte de una sociedad, incitándolas a estructurar sus vidas. El poder
ejercido a través del saber experto o técnico en ocasiones limitada el actuar y
decisiones de las personas, cuando su finalidad debiera se extender la justicia y la
humanidad.

Debemos reflexionar sobre el uso del poder en la práctica crítica, analizando los
discursos de poder que se generan, a través del saber técnico y verdades
incuestionables, que permiten encontrar el saber y las herramientas para el cambio.

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Epistemología del Trabajo Social

El poder esta siempre presente, los discursos pueden quitar u otorgar el poder a
una postura, ciencia o paradigma, generando una nueva forma de dominación. Por
lo tanto, tener tantas perspectivas posibles como posibles verdades, permiten
generar transformaciones sociales, valorando lo que cada una puede entregar.

El diálogo en la relación entre sujetos es importante, tanto en la Teoría del Trabajo


Social Crítico como en las Perspectivas Posestructuralistas, discutiendo estas
últimas, la situación de los oprimidos que accede a la verdad de manera limitada
debido a sus experiencias de vida marginadas, las cuales no le han permitido
acceder a un mayor saber, mas que al que le entregado las operaciones de poder
que han restringido sus posibilidades. Esto además puede generar una extensión
del poder profesional.

El Trabajo social Critico, enfrenta un escenario de crisis, difícil es para los activistas
generar una práctica de cambio, el cual es limitado y casi siempre peligroso. La
autora señala que la teoría crítica no puede ser una verdad absoluta, ya que limita
la relación de la teoría con la práctica, ocasionando desacuerdos constantes en lo
que es el Trabajo Social. Resalta la importancia de la práctica critica activista que
busca demostrar las relaciones existentes entre el poder, identidad y cambio, para
hacer que el trabajo social tome relevancia en las dinámicas sociales de los
contextos locales y prácticas cotidianas.

Hace hincapié en el cambio necesario de los servicios sociales, modelos que piden
una reorientación del trabajo social con nuevos enfoques y prácticas contextuales,
que permita reconocer las variadas problematicas que se dan en las realidades
locales y estructúrales. Identificando las relaciones de poder, identidad y
conocimiento, que generan prácticas de disciplinamiento y opresión, que van más
allá de la estructura y el capitalismo.

El poder, es uno de los elementos analizados dentro de la práctica de trabaja social,


identificado como herramienta para oprimir a los más desfavorecidos, pero para las
teorías críticas, este puede servir para que los oprimidos, a través del
reconocimiento de sus saberes también puedan utilizarlo (poder) como mecanismo

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Epistemología del Trabajo Social

para ser escuchados, buscando así alcanzar un igualitarismo que rompa las
relaciones autoritarias entre trabajadores y usuarios del servicio.

El saber técnico y el poder que tiene el Trabajador Social, hace que esta disciplina
se diferencia de otras profesiones, más aún cuando las prácticas locales concretas
permiten la toma de conciencia de los usuarios (concienciación), generando
cambios transformadores y, no sólo se lo utiliza como un dispositivo de control para
lograr disciplina únicamente. Foucault, señala que el poder y el saber está en todos
los contextos institucionales, empresariales, organizacionales, de asistencialismo y
activismo, lo cual es apoyado por Cixous, que cuestiona tanto al político como al
revolucionario, por sus discursos seductores cuyas codicias del poder se contrastan
con el sufrimiento de las personas.” (citado en Healy, 2001).

El Trabajo Social también va adquiriendo mayor poder por los saberes que les
genera la práctica, la mirada del enfoque critico indica que debiera facilitar el diálogo
entre los beneficiarios y los trabajadores para conseguir un verdadero cambio,
desde la mirada del sujeto, provocando una independencias en los grupos,
distanciándolos de los “profesionales”, propiciando el surgimiento de dos
identidades “los clientes impotentes” y “los trabajadores poderosos”, es más dentro
del grupo de los trabajadores poderosos se dan diferencias que crean categorías
de profesionales (clase social, saberes, sexo, etc.) “Identidades” que se definen a
través de los discursos. Este proceso dinámico muestra cómo el poder puede estar
de un lado u otro, ya que los beneficiarios de los servicios van adquiriendo poder a
través de la concienciación y saber.

Para conseguir cambios en las estructuras de poder, la autora habla del activismo
heroico, el cual ha estado identificado por el género en las diferentes acciones que
se han realizado para conseguir cambios. Esta acción, no es para ganar prestigio y
reconocimiento, pues no, debe ir más allá, ya que debe reflejar un compromiso de
inclusión con los grupos y realidades locales.

Para el cambio, las teorías post dejan dos planteamientos o perspectivas claras: “El
Replanteamiento de la Concienciación y de la Identificación y Acción Colectiva”,

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Epistemología del Trabajo Social

siendo críticos siempre, lo que nos lleva a ver las complicaciones o problemas que
presentan estas teorías.

Las teorías posestructurales, pueden con sus enfoquen desorganizar el trabajo


social activista, por la falta de identificación de las diferencias, la dificultad que
presenta renunciar a sus formas de ver la verdad y la excesiva importancia a
símbolos como el discurso.

Healy, finaliza diciendo que las Teoría Critica representa una de las opciones para
realizar las prácticas del Trabajo Social Critico, sin embargo, las Teorías Poscríticas
puntualiza, “desestabilizan las proposiciones de verdad de las ciencias sociales
críticas sobre el poder, la identidad y el cambio” (2001, p. 188).

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