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Tema 21 - 2017 - Andalucía PDF
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN.
2. RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
4.1. Planificación
4.2. Gestión de los recursos
4.3. Representación
4.4. Interpretación y valoración de resultados
6. CONCLUSIONES
7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Introducción
La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas
y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el
espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.
En las economías modernas el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más
importantes de la producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo
social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite
con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación.
Los alumnos deben aprender matemáticas utilizándolas en contextos funcionales
relacionados con situaciones de la vida diaria, planteadas a modo de situaciones problemáticas,
para adquirir progresivamente conocimientos más complejos. Para ello es necesario que conozca
las diferentes clases y métodos de resolución de problemas, pues desde el conocimiento
metacognitivo de los procedimientos llegará a la adquisición y fortalecimiento de estructuras
intelectuales más complejas.
En el artículo 17 de la Ley Orgánica 8/2013 del 9 de diciembre para la Mejora de la
Calidad Educativa (en adelante LOMCE), se contemplan los objetivos de la Educación Primaria.
Destacándose el objetivo g) totalmente relacionado con el área de matemáticas:
g) “Desarrollar las competencias matemáticas básicas e iniciarse en la resolución de
problemas que requieran la realización de operaciones elementales de cálculo,
conocimientos geográficos y estimaciones, así como ser capaces de aplicarlos a las
situaciones de su vida cotidiana.
Aunque los problemas han acompañado siempre a la enseñanza de las matemáticas (los
primeros textos matemáticos que se conservan, como el papiro de Rhind de 160 a.C., son
colecciones de problemas), su papel en la escuela y su importancia en la creación de los
conceptos matemáticos solo han sido estudiados de manera exhaustiva a partir de los trabajos del
profesor húngaro George Pólya en 1945. Desde entonces ha ido creciendo el interés por la
resolución de problemas hasta convertir esta tarea en una de las principales de la educación
matemática.
En este tema expondré, en primer lugar, cómo queda reflejada la resolución de problemas
en el currículo de Educación Primaria con la normativa actual, y los significados precisos de
<<problema>> y <<resolución de problemas>> según distintas concepciones teóricas.
A continuación expondré las diferentes clases y métodos de resolución generales.
De igual manera trataré la forma de llevar a la práctica la resolución de problemas en las
clases por medio de la planificación y gestión de los recursos, y de cómo representar, interpretar
y valorar los resultados obtenidos en esta práctica.
Finalmente expondré una intervención educativa apropiada para la resolución de
problemas.
2. Resolución de problemas
El maestro tiene como objetivo durante la etapa de Primaria, que los niños y niñas
resuelvan problemas, con los instrumentos matemáticos necesarios, para que sepan aplicarlos en
la vida cotidiana del día a día.
Así pues, la resolución de problemas es la actividad más complicada e importante que se
plantea en la vida cotidiana en general y en el área de Matemáticas en particular. Los contenidos
del área cobran sentido desde el momento en que es necesario aplicarlos para poder resolver una
situación comunicativa.
La Orden 17 de marzo del 2015 en su Anexo I, refleja para el área de matemáticas uno de
los objetivos relacionados directamente con la resolución de problemas:
Objetivo 1. Plantear y resolver de manera individual o en grupo problemas extraídos de la
vida cotidiana, de otras ciencias o de las propias matemáticas, eligiendo y utilizando diferentes
estrategias, justificando el proceso de resolución, interpretando resultados y aplicándolos a
nuevas situaciones para poder actuar de manera más eficiente en el medio social.
Los procesos de resolución de problemas constituyen uno de los ejes principales de la
actividad matemática y deben ser soporte principal del aprendizaje matemático a lo largo de la
etapa, puesto que constituyen la piedra angular de la educación matemática, considerados, no
sólo como contenido procedimental, sino también como el contexto en el cual los conceptos y las
actitudes pueden ser aprendidos.
La triple función educativa de la resolución de problemas proporciona un inmenso valor
didáctico al contenido.
En primer lugar, la resolución de problemas, proporciona significatividad, globalidad y
funcionalidad a los conceptos matemáticos.
En segundo, ayuda a valorar la utilidad de los conocimientos matemáticos en la vida
cotidiana.
En tercer lugar, y no por ello menos importante, contribuye al desarrollo de actitudes
como la flexibilidad en la búsqueda de soluciones alternativas, la exploración de nuevas
posibilidades, la valoración de distintos puntos de vista, la confianza en las propias
habilidades y la autoestima.
Es una situación que plantea una pregunta o una serie de preguntas de contenido
matemático, cuya respuesta exige el pensamiento reflexivo, pues no se resuelve por un
procedimiento rutinario.
Es, por tanto, diferente a lo que entendemos por ejercicio de matemáticas, que consiste en
la aplicación de un algoritmo conocido para hallar una respuesta, con el fin de afianzar la
adquisición de un conocimiento.
En un problema matemático lo que importa es el proceso que se sigue para llegar a la
solución, más que la solución en sí, pues con él lo que se pretende es mejorar el pensamiento
matemático del alumnado.
En 1945 se publicó por primera vez el libro <<How to solve it>>, traducido al español
por <<Cómo plantear y resolver problemas>>, primera de las obras del profesor húngaro George
Pólya, dedicada a cómo ayudar a los alumnos a pensar por sí mismos resolviendo problemas.
Este libro, que causó gran impacto entre matemáticos, psicólogos y pedagogos, supuso el
comienzo de la búsqueda de una teoría sobre la resolución de problemas.
Existen diferentes aportaciones a esta teoría, de las cuales cabe destacar las siguientes:
George Pólya propugna el empleo del método heurístico, es decir, partir de la actitud
investigadora de los alumnos para que realicen descubrimientos con su propio esfuerzo.
Además, plantea cuatro fases para la resolución de un problema: comprender el
problema, concebir un plan, llevar adelante el plan y comprobar la solución obtenida.
Allan Schoenfeld, plantea que además de contar con estrategias, es necesario reconocer
los recursos previos de los alumnos, sus creencias y métodos de control del trabajo
propio.
Jonh Mason, Leone Burton y Kaye Stacey son autores de un manual para desarrollar la
capacidad matemática, donde muestran cómo acometer cualquier problema de una
manera eficaz y cómo aprender de la experiencia.
Miguel Guzmán cree en la posibilidad de diseñar un programa de estrategias generales
que, mediante el entrenamiento, permite implantar hábitos de pensamiento útiles en la
resolución de problemas.
Otras corrientes teóricas han aportado nuevas ideas sobre metacognición (conocimiento
sobre los propios conocimientos), afectividad y motivación de la resolución de problemas.
Las distintas teorías expuestas en el punto anterior permiten que se puedan realizar diferentes
modos de clasificación de los problemas.
Asimismo, proponen diferentes estrategias de pensamiento que pueden enseñarse para
conocer métodos de resolución.
Existen muchos criterios que pueden usarse para clasificar problemas. Entre ellos se pueden citar:
Problemas de encontrar
Problemas de probar o teoremas
Por el tipo de tareas que se deben llevar a cabo en el problema (Butts, 1980)
Por el tipo de estrategias que deben usarse para resolverlos (aunque puedan usarse más de
una)
Tantear
Buscar un problema parecido
Organizar los datos
Empezar por el final
Problemas de números
Problemas de geometría
Problemas de medida
Problemas de razonamiento lógico
Problemas realistas
Problemas de aplicación a la vida cotidiana
Problemas orales
Problemas escritos
Problemas visuales/geométricos
De uso de la calculadora
Con instrumentos de medida
De modelizaciones (regletas, geoplanos…)
Por la finalidad de su presentación a los alumnos
Según Pólya para resolver un problema se deben cumplir las siguientes cuatro fases:
Para facilitar el proceso que sugiere Pólya, varios autores han propuesto listas de
preguntas o estrategias heurísticas que pueden usarse como modelo para resolver problemas. Por
ejemplo, Guzmán (1991) propone el siguiente modelo:
Por su parte, Mason et al (1992) simplifica las fases, proponiendo el siguiente esquema:
3.2.4. Las situaciones problemáticas
Los métodos de resolución propuestos no han sido elaborados para niños pequeños,
aunque existen implementaciones de esos métodos para clases de Primaria. Según Fernández
Bravo (2000), antes de que un alumno pueda resolver problemas debería ser consciente de
cuestiones previas, como <<la importancia de la pregunta, de la relación lógica entre las partes
de un problema, la necesidad de elección de los datos respecto al contenido de la pregunta, la
magnitud implícita en la relación, la estimación de resultados…>>, cuestiones todas ellas
ignoradas por los métodos tradicionales. Por ello propone una técnica de aprendizaje de la
resolución de problemas a través del planteamiento de 49 modelos de situaciones problemáticas,
que agrupa en seis metamodelos:
4.1. Planificación
En la resolución de problemas los alumnos son los principales actores de la tarea y deben
tener libertad suficiente para poder expresar su potencial creativo. Pero esta inversión de papeles
exige una planificación más rigurosa de lo normal para poder encauzar esa creatividad hacia la
reflexión y a la adquisición de aprendizajes
En primer lugar, es muy importante planificar los tiempos dedicados a esta tarea. Pueden
variar desde unos cuantos minutos hasta el periodo completo, dependiendo de la finalidad que se
persigue, ya sea reforzar un concepto, evaluar el grado de comprensión de un tema, mejorar las
capacidades de resolución… pero siempre deben contemplar la fase de reflexión final y la de
elaboración o exposición del resultado.
En segundo lugar, es importante decidir la organización de los alumnos en el aula, pues
en algunos casos convendrá el trabajo individual, pero debería trabajarse por parejas, en
pequeños grupos o con el grupo entero para fomentar el trabajo colaborativo y la adquisición de
la competencia social y ciudadana.
En tercer lugar, se ha subrayado la importancia de una buena elección de los problemas o
las situaciones problemáticas que se presentan a los alumnos. Una mala elección, ya sea por un
nivel inadecuado, un lenguaje poco claro o un excesivo alejamiento de las experiencias o
intereses de los alumnos, pueden producir bloqueos y desmotivación.
También es necesario haber previsto la actuación del maestro a la hora de reconducir la
investigación de los alumnos con preguntas, contraejemplos o sugerencias, pero sin intervenir en
el preceso, señalando un camino.
Por último, dado que la tarea se presenta como eje vertebrador de todo el currículo, es
necesario planificar una adecuada secuenciación para que no se convierta en una actividad
aislada del resto. Además, se debe tener en cuenta un método de control que permita comprobar
los avances adquiridos en la resolución de problemas para poder ir elevando el nivel de dificultad
de forma acorde al desarrollo de las capacidades de los alumnos.
4.2. Gestión de los recursos
La calculadora y los recursos informáticos merecen un apartado especial, pues su uso está
expresamente mencionado en el currículo. En particular, la calculadora ayuda a eliminar las
dificultades asociadas al cálculo numérico en la fase de exploración en resolución de problemas.
Es especialmente útil en las estrategias basadas en el ensayo y error, en el cálculo de todas las
soluciones aproximadas. También permite abordar problemas ligados al mundo real que
contengan datos complejos.
Las nuevas tecnologías ofrecen posibilidades de trabajo e investigación en resolución de
problemas, En particular, podemos citar las webs de resolución de problemas con materiales,
pistas…
4.3. Representación
Siempre que hacemos matemáticas, utilizamos algún tipo de representación, ya sea a
través del lenguaje (oral o escrito) o mediante los símbolos y gráficos propios de las
matemáticas. Una escritura, una notación, un símbolo representando un objeto matemático, las
figuras geométricas, las gráficas, son ejemplos de representaciones.
El lenguaje
Diagramas y tablas
Los alumnos pueden utilizar distintos diagramas y tablas para representar los datos del problema,
las relaciones entre los datos o los procesos de resolución.
Diagramas de área: utilizamos rectángulos, c´rculos, triángulos, etc. Para representar, por
ejemplo, fracciones. Ejemplo:
Tablas: podemos usarlas para representar los datos de un problema o para organizar el
proceso de resolución y presentación del resultado. Ejemplo:
Gráficos
Usamos los gráficos para organizar la información de un problema o para comunicar resultados
de manera más visual. Podemos realizar gráficos de muchos tipos, pero los más utilizados son
los de barras, de sectores y lineales.
4.4. Interpretación y valoración de los resultados.
Competencias
En el proceso de resolución de problemas están involucradas muchas competencias,
además de la matemática.
En general, una competencia es la capacidad para aplicar conocimientos, habilidades y
actitudes en diferentes contextos, y por tanto poseerla consiste en saber resolver un problema:
cómo se puede aplicar los conocimientos y habilidades para actuar en este contexto determinado.
Por tanto, la resolución de problemas contribuye de manera integral a la adquisición de
todas las competencias clave:
De manera más específica, la resolución de problemas matemáticos contribuye
directamente a la adquisición de la competencia matemática, al afianzar la comprensión
de los conceptos y procedimientos, y al proporcionar estrategias para aplicarlos en
distintos contextos.
Contribuye a la adquisición de la competencia en comunicación lingüística, al poner el
acento en la lectura comprensiva de los enunciados de los problemas, y en la explicación
oral o escrita de la resolución de problemas.
Respecto a las competencias básicas en ciencia y tecnología, es determinante la
resolución de problemas que reflejan situaciones cotidianas o de la naturaleza.
El uso de la calculadora y programas informáticos para la resolución de problemas,
incide en la adquisición de la competencia digital.
La existencia de innumerables problemas clásicos y los problemas geométricos,
demuestran la importancia actual e histórica de estos, e incide en la adquisición de la
conciencia y expresiones culturales.
Para el desarrollo de la competencia aprender a aprender es fundamental la autonomía,
la perseverancia y el esfuerzo, actitudes fomentadas en la resolución de problemas.
La resolución de problemas potencia la confianza en la propia capacidad para afrontar
con éxito situaciones inciertas, contribuyendo por tanto, al sentido de iniciativa y
espíritu emprendedor.
La aportación a las competencias sociales y cívicas puede realizarse a partir de potenciar
el trabajo en equipo, donde se aprende a aceptar otros puntos de vista y respetar las
producciones de los compañeros.
Objetivos
Contenidos
Orientaciones metodológicas
Evaluación
Al finalizar cada curso, el docente debe ser capaz de constatar el avance realizado por el
alumnado en el proceso de resolución de problemas.
Las estrategias planteadas para trabajar a lo largo de esta etapa pueden y deben ponerse
en práctica para valorar el nivel de consecución de los objetivos propuestos.
La resolución de problemas tiene asociados criterios de evaluación en progresiva
dificultad, que se concretan en estándares de aprendizaje evaluables, con la finalidad de
comprobar que el alumnado adquiere y aplica estrategias variadas en problemas que supongan un
reto.
6. Conclusiones
En este tema hemos visto cómo trabajar la resolución de problemas como eje vertebrador
de la enseñanza de las matemáticas en educación Primaria.
La enseñanza tradicional de las matemáticas fomentaba el aprendizaje “memorístico” e
impedía la creatividad por parte del alumnado. Nuestro reto será enseñarles a pensar
matemáticamente, es decir, a que sean capaces de abstraer y aplicar ideas matemáticas a diversas
situaciones a partir de métodos o estrategias.
El docente tiene mucho que decir, ya que este conforma el eslabón de unión entre el área
de matemáticas y el alumno, aproximando la enseñanza a contextos de la vida cotidiana.
Por último, señalar que el docente debe actuar de guía, interviniendo en los momentos
claves para hacer las sugerencias oportunas y buscar diversos apoyos (manipulativos, gráficos,
etc.) que faciliten al alumnado la comprensión y la resolución del problema, adaptándose en cada
momento a los intereses, motivaciones y capacidades de la diversidad del alumnado para
favorecer el aprendizaje de este.
7. Referencias bibliográficas
BOJA (2015). Orden 17 de marzo de 2015 por la que se desarrolla el currículo en educación
primaria
MEC (2013a). Ley Orgánica 8/2013 del 9 de diciembre para la Mejora de la Calidad
Educativa.
MEC (2014b). Real Decreto 126/2014 del 28 de febrero por el que se establece el currículo
básico de la Educación Primaria.
MEC (2006a) Ley Orgánica 2/2006, de 3 de Mayo, de Educación.
Schoenfeld, A. (1985). Sugerencias para la enseñanza de la Resolución de Problemas
Matemáticos. En Separata del libro “La enseñanza de la matemática a debate”. Ministerio
de Educación y Ciencia. Madrid.
Puig l. y Cerdán F. (1990) Departamento de Didàctica de la Matemàtica de la Universitat de
València. Conferencia invitada al grupo de Álgebra del Segundo Simposio Internacional de
Educación Matemática, Cuernavaca, Morelos, México, 12-14 de julio de 1990.
Vergnaud, G. (1983) Multiplicative Structures. In Lesh, R., Landau, L. Acquisition of
mathematic concepts and processes. New York: Academic Press. 127-174, traducido por
GODINO, J.
Jonh Mason, Leone Burton y Kaye Stacey (1992) Pensar matemáticamente. Editorial Labor
(Barcelona)
Fernández Bravo J.A. (2000) Técnicas creativas para la resolución de problemas. Praxis
Barcelona