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Qué significa el poema Cultivo una rosa blanca de

José Martí:
El poema “Cultivo una rosa blanca” es uno de los poemas más célebres
del escritor y político cubano José Martí. Es un poema sobre el valor de
la amistad y la importancia de cultivar, con los demás, un amor sincero,
puro.

El poema aparece en el libro Versos sencillos en el número XXXIX, que


el poeta publicara en 1891, mientras vivía en la ciudad de Nueva York.

La obra de Martí es considerada, junto con la de autores como Rubén


Darío o Amado Nervo, como parte del modernismo hispanoamericano,
que dio una voz propia en el concierto de las letras universales a la
expresión literaria de raigambre hispanoamericana.

Poema “Cultivo una rosa blanca”

Análisis del poema


El poema “Cultivo una rosa blanca” se encuentra en el libro Versos
sencillos, publicado en 1891. Como tal, es el poema número XXXIX del
libro. Tal como el nombre lo indica, este es un poema de versos de gran
sencillez que se asoma, sin embargo, a sentimientos complejos.

Es un poema que trata del valor de la amistad. En él, la voz poética, en


actitud enunciativa, se refiere a la amistad (motivo lírico) como una rosa
blanca (objeto lírico) que cultiva para aquel que es leal, franco y sincero.
No obstante, al referirse a aquel que le “arranca el corazón”, es decir, al
desleal, al pérfido, afirma que para él también cultiva una rosa blanca.

El poema, en este sentido, también reflexiona sobre la importancia de no


guardar o cultivar rencores (cardos y ortigas) para aquellos que nos
hacen daño o nos traicionan, para los que piensan distinto o no comulgan
con nuestras ideas.

De allí que el poema pueda considerarse una exaltación de la amistad,


del sentimiento fraterno que yace en las relaciones basadas en la
franqueza y la honestidad, así como también de la importancia de
construir con los otros relaciones cimentadas en estos valores. Incluso
ante aquellos que nos despierten mayores aprensiones.

Tipo de verso, rima y métrica

Este poema está compuesto por dos estrofas de cuatro versos cada una.
Está escrito en redondilla, con versos de arte menor de ocho sílabas
cada uno, también conocidos como octosílabos. Su rima es consonante,
siendo que riman los versos primero y cuarto de cada estrofa, al igual
que los versos segundo y tercero o, lo que es lo mismo, siguiendo el
esquema: a, b, b, a; c, d, d, c. Todo esto le confiere gran sonoridad al
poema.

A continuación, presentamos un cuadro que muestra la métrica del


poema, con su división en sílabas. Las sinalefas, que son la fusión de la
vocal final de una palabra con la vocal inicial de la siguiente, están
destacadas en negritas.

Versos separados en sílabas Nro.

Cul/ti/vo u/na/ ro/sa/ blan/ca 8a


en/ ju/nio/ co/mo en/ e/ne/ro 8b
pa/ra el/ a/mi/go/ sin/ce/ro 8b
que/ me/ da/ su/ ma/no/ fran/ca. 8a

Y/ pa/ra el/ cruel/ que/ me a/rran/ca 8c


el/ co/ra/zón/ con/ que/ vi/vo, 8d
Versos separados en sílabas Nro.

car/do/ ni or/ti/ga/ cul/ti/vo; 8d


cul/ti/vo/ la/ ro/sa/ blan/ca. 8c

Figuras retóricas

ALEGORÍA

El poema es una alegoría de la amistad y del valor de ofrecer afecto al


otro, tanto al que nos es simpático como el que no. Se expresa a través
de varias metáforas, que establecen relaciones intrínsecas entre ideas o
conceptos en el lenguaje literario.

METÁFORAS

Las metáforas de esta alegoría serían la de la rosa blanca como


metáfora de la amistad, del amor y de la franqueza. En ella, el blanco,
color de la pureza, se puede interpretar como un símbolo de la bonda y la
honestidad, mientras que la rosa, la planta, puede considerarse un
símbolo del amor.

A su vez, en esta alegoría está presente la idea del cultivo, que se refiere
a aquello que se siembra, se cuida y se obtiene mediante la labor
constante. El cultivo de la rosa blanca, pues, se refiere a la idea de la
amistad como rosa que es preciso cuidar para que florezca.

Otra metáfora que acompaña esta alegoría es la de los cardos y las


ortigas, plantas ordinarias, silvestres, la última de ellas venenosa, que la
voz poética se niega a ofrecer a aquellos que le arrancan el corazón, es
decir, al desleal, al traicionero. Estas plantas serían, pues, una metáfora
del rencor, como lo es la rosa blanca de la amistad pura y franca.

HIPÉRBOLE

Se incurre en la exageración de una situación o circunstancia: “Y para el


cruel que me arranca/ el corazón con que vivo”. Arrancar el corazón, en
este sentido, no debe interpretarse literalmente; es una forma de referirse
a aquel que traiciona, a aquel que actúa de mala manera.
HIPÉRBATON

Alteración en el orden de los elementos en la oración: “Y para el cruel


que me arranca/ el corazón con que vivo,/ cardo ni ortiga cultivo;/ cultivo
la rosa blanca”.

Sobre José Martí


José Julián Martí Pérez, mejor conocido como José Martí, fue un escritor
y político cubano nacido en La Habana en 1853, y fallecido en combate
en Dos Ríos, el año de 1895.

Su obra política fue clave en el proceso de independencia cubano; fue


promotor de la guerra de independencia y fundador del Partido
Revolucionario Cubano.

También es autor de una destacada obra literaria, inscrita, junto con la de


figuras como Rubén Darío o Amado Nervo, dentro del movimiento
modernista hispanoamericano.

Entre sus obras sobresalen Ismaelillo (1882), Versos


sencillos (1891), Versos libres(1913, póstumo) y Flores del
destierro (1933, póstumo), mientras que en su obra ensayística
destaca Nuestra América (1891).

https://www.culturagenial.com/es/poema-cultivo-una-rosa-blanca-de-jose-marti/

José Martí
(José Julián Martí Pérez; La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895) Político y
escritor cubano, destacado precursor del Modernismo literario
hispanoamericano y uno de los principales líderes de la independencia de su
país.
José Martí

Nacido en el seno de una familia española con pocos recursos económicos, a


la edad de doce años José Martí empezó a estudiar en el colegio municipal
que dirigía el poeta Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades
intelectuales del muchacho y decidió dedicarse personalmente a su
educación.
El joven Martí pronto se sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos
cubanos, y tras el inicio de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y el
encarcelamiento de su mentor, inició su actividad revolucionaria: publicó la
gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco después una revista, La Patria Libre, que
contenía su poema dramático Abdala. A los diecisiete años José Martí fue
condenado a seis años de cárcel por su pertenencia a grupos
independentistas; realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal
estado de salud le valió el indulto.
Deportado a España, en este país publicó su primera obra de importancia, el
drama La adúltera. Inició en Madrid estudios de derecho y se licenció en
derecho y filosofía y letras por la Universidad de Zaragoza. Durante sus años
en España surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó
su política colonial. En su obra La República Española ante la Revolución
Cubana reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y
reconociese los errores cometidos en Cuba.

Tras viajar durante tres años por Europa y América, José Martí acabó por
instalarse en México. Allí se casó con la cubana Carmen Zayas-Bazán y, poco
después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por concluida la Guerra de los
Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de nuevo por las autoridades
cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó en Nueva York
y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.

Desde su residencia en el exilio, José Martí se afanó en la organización de un


nuevo proceso revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido
Revolucionario Cubano y la revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo
adalid de la lucha por la independencia de su país.
Dos años más tarde, tras entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, se
incorporó a una nueva intentona que daría lugar a la definitiva Guerra de la
Independencia (1895-1898). Pese al embargo de sus barcos por parte de las
autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño
contingente hacia Cuba, pero fue abatido por las tropas realistas en 1895;
contaba cuarenta y dos años. Junto a Simón Bolívar y José de San Martín, José
Martí es considerado uno de los principales protagonistas del proceso de
emancipación de Hispanoamérica.
La poesía de José Martí
Además de destacado ideólogo y político, José Martí fue uno de los más
grandes poetas hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de
transición al Modernismo, que en América supuso la llegada de nuevos
ideales artísticos. Como poeta se le conoce por Versos libres (1878-1882,
publicados póstumamente); Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse
un adelanto de los presupuestos modernistas por el dominio de la forma
sobre el contenido; y Versos sencillos(1891), un poemario decididamente
modernista en el que predominan los apuntes autobiográficos y el carácter
popular.
José Martí

Escritos en su mayor parte en 1882, los poemas de Versos libres no vieron la


luz hasta su publicación póstuma en 1913, muchos años después de su
muerte. El propio Martí calificó esos versos de "endecasílabos hirsutos,
nacidos de grandes miedos, o de grandes esperanzas, o de indómito amor
de libertad, o de amor doloroso a la hermosura".
El tono fuerte y áspero de este volumen, por el que Martí proclamaba su
propia preferencia, impresionó vivamente a Miguel de Unamuno, cuyos juicios
serían el punto de partida de la valoración de la obra. Su fuerza vibratoria,
tanto formal como en los contenidos, se hace evidente en composiciones
como "Poética", "Mi poesía" o "Cuentan que antaño", en las que se sirvió de
un lenguaje vigoroso y oscuro, por momentos incluso pasional.
La poesía de José Martí se funda en una visión dualista de la humanidad:
realidad e idealismo, espíritu y materia, verdad y falsedad, conciencia e
inconsciencia, luz y oscuridad. Los poemas de Ismaelillo (1882), libro dedicado
a su hijo, son un ejemplo de ello: la debilidad y la inocencia del niño son su
fuerza.
En Versos sencillos (1891), José Martí expresa el sentimiento que le despierta
la alegría de la naturaleza y el mal de la civilización. El sufrimiento y el temor
al paso del tiempo también fueron elementos frecuentes en su lírica, donde
se advierte un acercamiento al romanticismo que muchos críticos han
considerado superior al de otros de sus contemporáneos. En A mis hermanos
muertos el 27 de noviembre(1872), publicado durante su destierro en España,
Martí dedica sus versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida
en aquella fecha.
Obra en prosa
Su única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el
pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El Latino-
Americano entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento
predomina el tema amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen
elementos sociales. Entre sus obras dramáticas destacan Abdala (1869),
drama simbólico en un acto y en octosílabos, La Adúltera (1873) y Amor con amor
se paga (1875), también en verso y estrenado en México.

José Martí

La prosa de Martí se vio influida por la obra del norteamericano Ralph Waldo
Emerson, para quien la palabra debía ser tan elocuente como poética e intensa
dentro de un discurso sencillo y conciso. Era consciente, como acaso sólo lo
fueron los modernistas inmediatamente posteriores a él, de todas las
posibilidades del lenguaje, y consideraba que sus recursos estaban
íntimamente ligados a las cualidades humanas del pueblo, que en última
instancia era quien los inventaba.

Tanto la prosa como la poesía de Martí resultan inseparables de su biografía;


él mismo declaró que eran parte indiscutible de su máxima preocupación,
que no era otra que la política. Personalidad optimista, sus opiniones sobre
el hombre, la poesía o la sociedad son aspectos que aparecen en sus obras
al servicio de unas concepciones que tenían siempre al ser humano como
centro. A largo plazo su objetivo era la mejora de la humanidad, pero a corto
plazo lo era la liberación de Cuba, a la que dedicó todos sus esfuerzos.

Por ello, su producción en prosa fue en su mayor parte funcional, como sus
ensayos sobre Simón Bolívar, José de San Martín o el general José Antonio Páez,
en relación a los héroes del pasado, y sobre el general Máximo Gómez, Walt
Whitman o Ralph Waldo Emerson entre los contemporáneos; en tales textos,
que constituyeron lo mejor de su prosa, exaltó las cualidades de personajes
que admiraba. Dentro de la primera edición de sus obras completas, el
volumen titulado Norteamericanos reunió póstumamente sus estudios sobre
figuras del norte; otros dos volúmenes, bajo el título Nuestra América,
contienen los trabajos de Martí consagrados a estudiar aspectos de la vida,
la cultura y la historia de la América hispana. En ellos expresó su mensaje
americanista y resumió su precursora teoría de la debilidad de las naciones
hispánicas, en las que existía un enorme abismo entre las clases dirigentes
e intelectuales y el pueblo.
Cronista y crítico excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos
ensayos, algunos de carácter revolucionario como El presidio político en
Cuba (1871), reflejo de gran fuerza lírica de su condena a trabajos forzados
en el que denuncia las penurias que sufrían los independentistas. Cabe
destacar también La República Española ante la Revolución Cubana (1873) y Cuba y
los Estados Unidos (1889), refutación de los ataques de la prensa
norteamericana a los patriotas cubanos, así como El Manifiesto de Montecristi o
su Diario de campaña.
También fundó una revista para niños, La Edad de Oro (1889), publicada en
Nueva York y en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don Pomposo, Nené
traviesa y La muñeca negra. Íntegramente redactada por Martí, esta publicación
muestra una serie de aspectos de su personalidad y constituye también una
demostración de cómo supo anticiparse a muchas conquistas de la pedagogía
moderna: una vez más, puso de relieve en esos escritos su preocupación por
las normas de justicia y dignidad humanas, que debían cultivarse en el niño
desde su más tierna edad.
José Martí colaboró a lo largo de su vida en innumerables publicaciones de
distintos países, como La Revista Venezolana, La Opinión Nacional de Caracas, La
Nación de Buenos Aires o la Revista Universal de México. Sus Obras completas(que
en la edición de 1963-1965 constan de veinticinco volúmenes) incluyen
asimismo un nutrido epistolario (sus cartas, también reveladoras de su
singular personalidad, han merecido excepcionales comentarios) y
numerosos discursos, muchos de ellos dedicados a enardecer el sentimiento
patriótico de los cubanos que radicaban como él en la emigración,
llamándolos al esfuerzo común gracias al cual se lograría la independencia
de la patria.

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marti.htm
Biografía de Luz Méndez de la Vega
28 noviembre 2016 4:51 pm | Por: Leslie

(Foto: Poemas del Alma)


Esta escritora guatemalteca es reconocida por haber sido la primera mujer que obtuvo el Premio Nacional de
Literatura Miguel Ángel Asturias 1994.
Luz Méndez de la Vega fue una escritora, autora de numerosos ensayos, antologías de
poesía guatemalteca e investigaciones literarias.

Nacimiento: 2 de septiembre de 1919, Retalhuleu, Guatemala.

Fallecimiento: 8 de marzo de 2012, ciudad de Guatemala.

Ocupación: Periodista, actriz y poetisa.


(Foto: La Niña de Guatemala)

Antecedentes
Méndez de la Vega era hija de José Méndez Valle y de Susana de la Vega. A finales de 1919
José Méndez Valle prestó su casa para que se reunieran allí los miembros de un partido
político en contra del presidente, Manuel Estrada Cabrera.

Después de varios sucesos en el país, la familia Méndez de la Vega tuvo que exiliarse en el
estado mexicano de Chiapas en donde Luz recibió su primera educación en una institución
laica.

Su vida
Cuando la familia regresó a Guatemala, estudió en un internado de monjas en El Salvador.
Allí tuvo la oportunidad de conocer a la poetisa chilena Gabriela Mistral, quien la inspiró a
seguir su carrera literaria.

Luego regresó a Guatemala para continuar con sus estudios en el Instituto Normal Central
para Señoritas Belén. Terminó sus estudios de secundaria en el Liceo Francés e ingresó a la
Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala —USAC—.
(Foto: Luz Méndez de la Vega)
En 1942, empezó a trabajar como columnista en el periódico El Liberal Progresista, cuya
tendencia era a favor de la política del presidente Jorge Ubico Castañeda.

En 1944 abandonó los estudios universitarios y se casó con Alfonso Asturias, con quien tuvo
tres hijos.

Méndez de la Vega tuvo su primera hija a los 20 años y luego obtuvo una licenciatura en
Letras en la USAC. A principios de la década de 1960, viajó con su familia a España, en
donde estudió el doctorado en Letras en la Universidad Complutense de Madrid, España.

A su regreso a Guatemala en 1965, se divorció y empezó a dar clases de literatura en la


USAC. Durante esa época publicó algunos ensayos en el reconocido periódico
guatemalteco El Imparcial.
(Foto: Luz Méndez de la Vega)
A partir de 1970 se dedicó con un grupo de mujeres a la causa y los estudios feministas. Tuvo
una relevante labor en el periodismo cultural.

Fue nombrada miembro de la Academia Guatemalteca de la Lengua, correspondiente de la


Real Academia Española y realizó investigaciones para rescatar la obra de escritoras de
Guatemala.

Méndez falleció en el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2012, a los 93 años de


edad.

Obras destacadas

Libros
 Eva sin Dios.

 Tríptico: tiempo de amor, tiempo de llanto y desamor.

 De las palabras y la sombra.

 Poetisas desmitificadoras guatemaltecas —antología—.


 Las voces silenciadas —poema feminista—.

 Mujer, desnudez.

 Antología poética.

 Helénicas.

 Toque de queda —poesías de terror—.

(Foto: Luz Méndez de la Vega)

Ensayos
 Los romances a la pasión de Lope de Vega y Carpio, Recogidos por el Santo Oficio de Nueva
España en 1613.

 Apuntes de lengua y literatura.

 El señor presidente y tirano Banderas.

 Las fuentes literarias y entornos histórico-culturales como instrumentos auxiliares en el


enfrentamiento de Tirano Banderas y el Señor Presidente Primer Congreso de Humanidades.

 La mujer en la literatura y los libros de texto.

 Características del estilo de Galdós y su influjo en la novela guatemalteca.


 La poesía de Eugenio Montale.

 Lenguaje, religión y literatura como deformadores de la mujer y de la cultura.

Premios
 Reconocimiento de parte del Instituto Guatemalteco Americano —IGA—.

 Premio Permanente Centroamericano por el libro De las palabras y la sombra —1983—.

 Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias. Méndez de la Vega fue la primera mujer en
obtenerlo en 1994.

 Medalla internacional Pablo Neruda —2004—.

Referencias
 (2016). Luz Méndez de la Vega. Recuperado el 28 de noviembre de 2016 de https://goo.gl/6RsEu9

https://aprende.guatemala.com/historia/personajes/biografia-de-luz-mendez-de-la-vega/

José Martí: El ojo del canarioSinopsisComentario Reparto Ficha técnicaFotosTráiler

José Martí: El ojo del canarioDirigida por Fernando Pérez

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José Martí fue un hombre de una sensibilidad muy especial que marcó la historia de Cuba,
pero también fue un ser humano común, corriente, como cualquiera de nosotros. Creo que
eso es lo que hace grande a los grandes hombres. Mi película se sumerge en la complejidad
cotidiana que formó el carácter de Martí durante su infancia y adolescencia. La mirada será
más personal que histórica, más subjetiva que biográfica.
Cada cubano tiene su Martí. En este filme, yo trataré de expresar el mío.

Fernando Pérez - el director

https://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/5417/sinopsis.php

Un itinerario espiritual inspirado en la infancia y adolescencia del


héroe nacional cubano José Martí, la conmoción social de su
patria marcó el carácter del chico entre los 9 y 17 años de edad.

José Martí: el ojo del canario


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José Martí: el ojo del canario

Título José Martí: el ojo del canario

Ficha técnica

 Fernando Pérez Valdés


Dirección

Ayudante de dirección Yassel Iglesias

Dirección artística Erick Grass

Producción Rafael Rey Rodríguez


Camilo Vives
Fernando Pérez Barrera
José María Morales
Sancho Gracia

Guion Fernando Pérez Valdés

Música Edesio Alejandro

Sonido Raúl Lorenzo Amargó Pérez

Maquillaje Magali Pompa


Juan Francisco Carreño Oliver

Fotografía Raúl Pérez Ureta

Montaje Julia Yip

Escenografía Erick Grass

Vestuario Miriam Dueñas

Efectos especiales Kinema Digital

Protagonistas Damián Antonio Rodríguez Vidal


Daniel Romero Bildaín
Rolando Brito
Broselianda Hernández
Eugenio Torroella Ramos
Francisco López Ruiz
Pedro Orlando Herrera
Héctor David Rosales
Manuel Porto
Julio César Ramírez
Pancho García
Aramís Delgado

Datos y cifras

País Cuba
España
Año 2010

Género Drama, Histórico

Duración 120 minutos

Idioma(s) Español

Formato DVD
NTSC

Compañías

Productora Wanda Films


ICAIC
TVE
Lusa Films SL

Distribución Televisión Española (TVE)

[editar datos en Wikidata]

José Martí: el ojo del canario es una película cubana dramática de


temática histórica y biográfica de 2010, escrita y dirigida por Fernando Pérez Valdés.1 Está
inspirada en la niñez y adolescencia de José Martí, un destacado político, pensador, escritor e
independentista cubano de la segunda mitad del siglo XIX, en el período de su vida que
abarca desde los 9 hasta los 17 años de edad. La película es una colaboración cubano-
española, producida conjuntamente por el Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográficos (ICAIC),2 Televisión Española (TVE) y las productoras (también
españolas) Wanda Films y Lusa Films SL. José Martí: el ojo del canario constituye el título
inaugural de la saga Libertadores,3 una colección de ocho películas pensada en el marco de
las conmemoraciones por el bicentenario de las independencias hispanoamericanas y
dedicada sus próceres más destacados.

Índice

 1Argumento
o 1.1Abejas
o 1.2Arias
o 1.3Cumpleaños
o 1.4Rejas
 2Guion
o 2.1Referencias a la obra martiana
 3Banda sonora
 4Estreno
 5Recepción
o 5.1Crítica
 5.1.1En Cuba
 5.1.2En el extranjero
o 5.2Premios y nominaciones
 6Referencias
 7Enlaces externos

Argumento[editar]
José Martí: el ojo del canario busca adentrar al espectador en la complejidad cotidiana que
forjó la personalidad y el carácter de José Martí durante sus años de infancia y adolescencia,4
específicamente en el período de su vida que se extiende desde los 9 hasta los 16 años de
edad, cuando es encarcelado por el gobierno español en Cuba y condenado a seis años de
cárcel y trabajos forzados en las canteras de San Lázaro. La ficción de la película narra la vida
de un Martí rodeado por problemas familiares, vicisitudes económicas, conflictos e
incomprensiones.También refleja los primeros contactos del personaje con el mundo político y
con la naturaleza; todos ellos elementos a partir de los que progresivamente se fueron
forjando su pensamiento y convicciones.
El largometraje de 120 minutos está dividido en cuatro partes ordenadas cronológicamente y
de similar extensión. Los primeros dos segmentos están dedicados a la infancia del personaje
con la actuación de Damián Rodríguez, mientras que los dos últimos ahondan en la etapa de
la adolescencia a través de la interpretación de Daniel Romero.5
Abejas[editar]
La primera parte trata las vivencias de José Martí en la ciudad y en el campo. Las dos
primeras escenas son de relevante importancia porque marcarán definitivamente el discursar
de la película y de la psicología misma del protagonista. El Martí niño se niega a delatar a sus
compañeros de clase que han robado un examen de la vitrina del maestro, mientras su padre,
Don Mariano, defiende públicamente a un anciano ante las vejaciones de una señora
aristócrata. En esencia, este primer fragmento de la película refleja rasgos característicos de
la personalidad de Martí como su tendencia al ensimismamiento y su profundo carácter
melancólico, así como su fuerte convicción moral de defender la dignidad frente a un acto de
humillación. También se muestra la relación con sus seres más allegados, especialmente con
su madre, sus hermanas y su amigo Fermín Valdés Domínguez; así como sus temores de
niño y la exploración de la sexualidad (en dos escenas que suscitaron el escándalo entre los
espectadores más conservadores).
En la segunda mitad de esta parte, Martí deja La Habana en el período de receso escolar y se
traslada a la finca Hanábana, cercana al poblado de Calimete, en la provincia de Matanzas,6
para ayudar a su padre en trabajos de transcripción. Aquí tiene lugar su primer acercamiento a
la naturaleza de la mano de un negro esclavo que le enseña los secretos y los sonidos del
campo, una experiencia que influirá decisivamente el estilo y las temáticas de la obra poética
martiana. El fragmento concluye con el enfrentamiento de Don Mariano con los terratenientes
de la zona por el tráfico de esclavos. Martí, escondido entre los juncos de la playa, conoce por
primera vez el horror de la esclavitud, mientras contempla la imagen de desamparo de un niño
negro envuelto por las abejas. En este momento el título “Abejas” cobra sentido y se
presentan dos nuevos rasgos de Martí: su hipersensibilidad y su poder de observación.
Arias[editar]
La segunda parte relata los primeros encuentros de Martí con el ambiente artístico y político
de Cuba. Comienza a trabajar a medio tiempo como contable en el bodegón de Don
Salustiano y por las noches asiste a las clases en el colegio del maestro Rafael María de
Mendive, de quien se nutriría en gran medida su pensamiento político y gusto artístico. En el
bodegón Martí presencia actos de conspiración contra el gobierno y enfrentamientos con
oficiales españoles. El contacto cotidiano con este ambiente lo llevará a irse interesando poco
a poco por la política; pero, nuevamente, el director busca destacar más los momentos que
corresponden a la faceta poética de Martí que los de carácter político, aquellos momentos que
materializan el espíritu de la obra y la sensibilidad de Martí, especialmente cuando se le ve
traduciendo a Lord Byron y cuando empieza a frecuentar el teatro, donde queda fascinado por
la ópera. Hacia el final de esta parte Martí contempla a la cantante Adelina Patti, mientras
ensaya una aria en el escenario del teatro. En paralelo, en el hogar de los Martí, muere la más
pequeña de las hermanas. Camino al cementerio, Martí se topa con una madre sentada en las
rocas de la costa con una niña en brazos.
Cumpleaños[editar]
En la tercera parte asistimos a los comienzos del quehacer político, revolucionario y poético de
Martí. Se le ve más maduro, totalmente implicado en la conspiración contra España a través
de sus publicaciones en Patria libre. El foco de atención de este segmento se centra en
los sucesos del Tearo Villanueva, donde se representaba la obra Perro Huevero. La frase
"¡Viva la tierra que produce la caña!" desencadenó un altercado entre voluntarios españoles e
independentistas. Martí, que estaba presente en el teatro, logra escapar y se refugia en casa
de su maestro Mendive. Su madre va a buscarlo. En el camino de regreso presencian varios
asesinatos y tiene lugar un violento enfrentamiento entre Martí y uno de los voluntarios que
quiere obligarlo a gritar “¡Viva España con honra!”. Logran salir ilesos de la situación, pero al
llegar a casa Don Mariano acusa a su hijo de poner a la madre en grave peligro y de
abandonar a su familia. Martí, orgulloso, se niega a pedir disculpas de rodillas a su padre. La
tensión con Don Mariano ya había provocado que Martí se fuese a vivir a la casa de Mendive.
Con la implicación en la esfera política y el recurso al dato histórico, en esta tercera parte la
figura de Martí empieza a perder frescura y roza por momentos el acartonamiento. El pequeño
discurso sobre la democracia en la clase de latín suena un tanto trillado, pero una vez más se
salva por el recurso poético y el elemento visual de un Martí pensativo frente a las olas que
rompen en las rocas de la costa. Esta parte cierra con Martí volviendo a su hogar después de
una breve estancia en la casa de Mendive y su madre le recuerda que ese día había sido su
cumpleaños dieciséis.
Rejas[editar]
La cuarta parte pone punto final al filme con el enfrentamiento de José Martí a las autoridades
españolas y su condena al presidio con trabajos forzados. La imagen final presenta a un Martí
en plena soledad, “mirando al espectador desde el dolor, pero también desde su firmeza”,7 en
palabras del director, mientras los créditos van deslizándose junto a su rostro y apenas se
escucha su respiración.

Guion[editar]
La información que se tiene sobre la infancia y adolescencia de José Martí es escasa, lo que
hace que hace que esta área oscura del registro histórico sea un terreno fecundo para la
cinematografía. Con su guion, sin ignorar la historia y con diálogos que buscan adaptarse a la
época de la manera más fiel posible,5 el director Fernando Pérez opta por representar a Martí
desde una perspectiva apegada a lo humano, una forma de representación que responde a la
visión personal del director sobre el apóstol cubano y no tanto a la idealización y mitificación a
la que se había tendido hasta el momento, desde los escándalos de La rosa blanca y Páginas
del diario de José Martí (1971) hasta las manipulaciones propagandísticas del director
Santiago Álvarez en El primer delegado (1975) y Mi hermano Fidel (1977).8 El propio Pérez
insistió en que su largometraje no pretendía ser una biografía, sino una descripción del
"itinerario espiritual" que marcó decisivamente la formación del personaje. En una entrevista
declaraba: "Mi intención es humanizar y acortar esa distancia glacial y marmórea en la que yo
veo a Martí, para acercarlo a los jóvenes, porque su vida se ha convertido en la hagiografía de
Martí, más en una estatua que en un ser humano”.9 Según una nota de prensa emitida por la
organización del 36 Festival de Cine Iberoamericano celebrado en Huelva, España, en 2010 la
película es una mirada personal "más subjetiva que biográfica sobre el político y pensador
cubano a través de la narración de su infancia y su primera juventud".10
Referencias a la obra martiana[editar]
En José Martí: el ojo del canario se encuentran claras referencias a la obra de José Martí. El
propio título del filme alude a la primera estrofa del poema XXV de los Versos sencillos: “Yo
pienso, cuando me alegro / Como un escolar sencillo, / En el canario amarillo, / ¡Que tiene el
ojo tan negro!”.11
Del mismo modo, las diferentes escenas en Hanábana hacen referencia a la carta que
constituye el primer texto que se conserva del Héroe Nacional de Cuba y fue simiente de su
profusa correspondencia. Martí escribió esta epístola, dirigida a su madre Leonor Pérez, el 23
de octubre de 1862.12 El facsímil de la carta hace notar la buena redacción y la excelente
caligrafía con la que ya contaba Martí a la edad de nueve años.13
La escena final del acto “Abejas” y su impacto en el personaje remiten nuevamente a
los Versos sencillos, a la última cuarteta del poema XXX: "Un niño lo vio: tembló/ De pasión
por los que gimen:/ ¡Y, al pie del muerto, juró/ Lavar con su vida el crimen!".14 Y a la segunda
estrofa del poema XXXIV: "Yo sé de un pesar profundo/ Entre las penas sin nombre:/ ¡La
esclavitud de los hombres/ Es la gran pena del mundo!".15
Los zapaticos de rosa, uno de los poemas más conocidos de José Martí, también está
presente cuando la familia va camino al cementerio para enterrar a una de sus hijas que
acaba de morir. A su paso a la orilla del mar el niño Martí observa a una mujer sostiene en
brazos a una niña descalza. Esta imagen recuerda los siguientes versos: "Yo tengo una niña
enferma / que llora en el cuarto oscuro. / Y la traigo al aire puro / A ver el sol, y a que duerma."
Y también: "Con sus dos brazos menudos / Estaba como abrazando; / Y yo mirando, mirando /
Sus piececitos desnudos."16
Acto seguido, como primera escena de "Cumleaños", se ve al Martí adolescente escribiendo
Abdala, su novela dramática en verso, una obra de referencia en
el independentismode Cuba y uno de los textos clave del modernismo: El amor, madre, a la
patria / No es el amor ridículo a la tierra, / Ni a la yerba que pisan nuestras plantas; / Es el odio
invencible a quien la oprime, / Es el rencor eterno a quien la ataca(...)"17 Más adelante, junto a
su amigo Fermín Valdés Domínguez, ultima los preparativos para que la publicación Patria
libre viese la luz por primera vez el 23 de enero de 1869, en cuyas dos páginas finales se
reprodujo Abdala18.
El último documento martiano aludido es la carta que escribe a Carlos De Castro, tras conocer
que se retiraba de la conspiración contra el gobierno español por cobardía. Posteriormente,
las autoridades registraron la casa de los De Castro y la carta fue encontrada con las firmas
de Martí y Fermín. Este fue motivo sufiente para tacharlos de traidores: la sentencia fue rápida
y sin apelación. José Martí fue condenado a seis años de presidio por ser el autor y Fermín
Valdés Domínguez a seis meses de arresto mayor.19

Banda sonora[editar]
El músico cubano Edesio Alejandro fue el encargado de la banda sonora de José Martí: el ojo
del canario. El proceso de creación de la banda sonora implicó la creación e inserción de
todos los sonidos de la época. Apenas se utilizó la música extradiegética, a excepción de las
notas de La bayamesa que se pueden escuchar en segundo plano hacia el final del
largometraje. Cabe añadir que la película fue doblada por completo, aunque es un filme que
se aparta de grandes discursos patrióticos y predominan los silencios,5 elementos que
favorecen su tono íntimo y poético.

Estreno[editar]
Este filme es, sin dudas, lo que el gremio de los cineastas llama un largometraje de festivales,
si se tiene en cuenta que su trayectoria por las salas de proyección comerciales fue
prácticamente nula, en cambio fue proyectado en numerosos festivales de cine. Se estrenó el
24 de marzo de 2010 el el Cine Charles Chaplin de La Habana, Cuba.5 En el mismo mes de
marzo ya estaba siendo proyectada en el Festival Les Reflets du Cinéma Ibérique et Latino-
américain de Villeurbanne, Francia. Igualmente, pasó por el Festival de Cine Iberoamericano
de Huelva (noviembre de 2010),20 el Festival Internacional del Nuevo Cine
Latinoamericano (diciembre de 2010) y el Festival Internacional de Cine de Miami (8 de marzo
de 2011).

Recepción[editar]
Crítica[editar]
José Martí:el ojo del canario acaparó la mirada de la crítica tanto cubana como extranjera
desde el momento de su estreno. Como era de esperar, una película que trata sobre la vida
del Apóstol cubano no podía sino ser loada por los críticos nacionales, sin embargo, fuera de
las fronteras de Cuba la opinión se divide y puede ser más o menos dura. Eso sí, todos
coinciden en que la ambientación de la época está magníficamente conseguida y la actuación
de Broselianda Hernández, en el papel de una madre Leonor sacrificada, supera con creces el
resto de las interpretaciones.21
En Cuba[editar]
«Constituye un acierto en el filme «Me pasó como a todos ante esta «A partir de este tropo, de las propias
la elegante puesta en escena y la película. La emoción sostenida del búsquedas de Fernando Pérez para su
reconstrucción de la época. principio al fin, inmerso totalmente en la mirada martiana y de los preceptos de
Cuando concluye la proyección narración, el nudo en la garganta, el la familia Martí – Pérez, se crea un
permanecemos sentados, deseo casi infantil de que no termine, la referente espiritual, con la apoyatura
pensando que la película se fue admiración y el entusiasmo sin peros escenográfica y musical, exacta si se
demasiado rápido. Quedamos ante el guión, las actuaciones, la quiere, para llenarse del Martí niño,
con deseos de seguir viendo más, dirección de actores y una recreación de adolescente e involucra al espectador
de comparar, de analizar, de la época que incluye la traducción a su en un referente emocional práctico,
observar a Martí.» vehículo artístico de la conciencia social vivencial del padre intelectual y afectivo
22
que tenían los que la vivían.» de María Mantilla, de su propio
Evelyn Fernández (Radio Reloj) Ismaelillo cuando multiplica su
Fernando Martínez Herediaramificación espiritual.»
(Cubadebate)23
Yirian García de la Torre (Radio
Rebelde)24

En el extranjero[editar]
«En Cuba, cuando la crítica especializada aborda la «(...)el guion parece escrito por sordos, que obligan a
película, suspicazmente, ha preferido irse por la tangente los actores a declamar unos diálogos almidonados que,
y sólo escribe y habla de las virtudes formales y para cubanizarlos, tienen que recurrir a una mal
espirituales del filme, que son encomiables, sin atreverse encajada mala palabra que termina sonando soez y
a especular sobre su lectura contemporánea, ambigüedad gratuita. A partir de ahi, las actuaciones son por lo
cultivada por los directores valiosos y valientes del otrora general muy deficientes(...) En fin, lo que le sobraba a
cine de los países socialistas, abundantes en metáforas y Titón de humor, lo tiene Fernando Pérez de solemne y
dobles lecturas. Aunque modernizando esta estrategia, de paternalista. En resumidas cuentas, con unas
Pérez no ha tropologizado sus comentarios políticos sino pretensiones viscontianas de gran cine histórico, Pérez
que ha preferido hacerlos obvios.» ha hecho un filme viejo y envejecido.»
Alejandro Ríos (América TV)25 Roberto Madrigal (Revista Término)26

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mart%C3%AD:_el_ojo_del_canario

Ante El ojo del canario


Por: Fernando Martínez Heredia

En este artículo: Cine, Cuba, Cultura, Fernando Pérez, Historia, José Martí

24 mayo 2010 | 7

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Escena de "Martí: El ojo del canario", de Fernando Pérez

Me pasó como a todos ante esta película. La emoción sostenida del principio al fin,
inmerso totalmente en la narración, el nudo en la garganta, el deseo casi infantil
de que no termine, la admiración y el entusiasmo sin peros ante el guión, las
actuaciones, la dirección de actores y una recreación de la época que incluye la
traducción a su vehículo artístico de la conciencia social que tenían los que la
vivían. Y, ahora sí, poder identificar en el mundo complejo de este filme el real
nacimiento de Cuba. Durante, y sobre todo después, el agradecimiento a
Fernando Pérez, el gran artista que nos va mostrando a nosotros mismos, a la
vida y las trascendencias, en una serie de obras que poseen organicidad y que
serán valoradas como una de las expresiones artísticas más profundas y logradas
del país y de sus seres humanos de este último medio siglo. A Fernando, tan
genuinamente sencillo, tan sin enfermedades profesionales, que ahora se ha
vuelto atrás, siglo y medio atrás, para darnos este producto que es un alimento
espiritual para todos y un arma para los que sentimos necesidades cívicas.
El ojo del canario llama también a las cubanas y cubanos a la lucidez y al examen.
De entre tantos filones, escojo hacer algunos comentarios alrededor del
protagonista y del significado que tiene este filme para la carencia actual de una
historia verdadera de Cuba, que padece la mayoría de nuestra población y que
constituye un problema muy grave en los casos de la infancia y de los jóvenes.
El niño José Julián sabe lo que es ser pobre, mucho antes de saber lo que es ser
cubano. Primogénito de inmigrantes demasiado modestos, al menos es blanco;
pronto estará sujeto a la realidad de ser el único varón entre tantas hermanas, y
con un padre enérgico, pero fracasado en sus cambiantes actividades, que lo
necesita para la economía familiar. No existe la casa solariega de los Martí: nació
en Paula, pero se mudan todos los años. Es casi casual que mantenga su
condición de habanero frente a la búsqueda incesante de don Mariano de alguna
solución a su precaria situación. La escuela primaria es el bálsamo de este niño de
desmedida inteligencia y abismal timidez -la primera refuerza a la segunda-, que
es una esperanza para la familia. El filme no esconde las humillaciones y la
inseguridad que le aporta su baja condición, primera escuela de un pobre para ir
conociendo su lugar en la vida y el comportamiento que se espera de él. Igual que
otras lumbreras sin dinero, dependerá tanto de su esfuerzo como del filántropo y
del azar para ascender uno o dos peldaños en la escala social, o será
dependiente, mensajero, hasta encontrar oficio o acomodo en el trabajo o el mal
vivir. La identidad personal de por vida es privilegio de los que tienen con qué: el
niño José Julián no tiene por qué ser José Martí.
Su extrema sensibilidad lo llevará a las creaciones artísticas cuando sea mayor,
pero al niño de nueve años lo lleva a interrogarse y angustiarse ante lo que para el
hombre común es la vida cotidiana y lo que siempre ha sido y será. José Julián es
impactado muy hondamente por las horrorosas implicaciones que tiene la
condición servil. En las calles habaneras discurren los negros esclavos, y parece
algo natural. Los ocho meses pasados en La Hanábana constituyen una escuela
diferente, muy lejana a la palmeta, maravillosa y terrible al mismo tiempo. Goza y
se llena de la hermosa naturaleza del país natal, es más libre y aprende a conocer
los sonidos, los nombres de los animales y los palos, otra manera de contar las
horas y apreciar el clima, montar a caballo. Pero su amistad con el esclavo en
edad de guardiero, maestro analfabeto y cariñoso del hijo del capitán de partido, le
mostrará pronto los límites férreos que marcan las relaciones sociales. El que
pronto será un joven idealista pretende que el negro viejo le prometa no humillarse
ante nadie. Pero este le da otra lección: “el negro sabe cuándo tiene que bajar la
cabeza y cuándo no”. No es verdad que la justicia pueda reinar en la vida práctica
como lo hace en el discurso y en los libros.
José Julián no conoce todavía los versos con los que el poeta Heredia fijó la
antinomia de su patria: “las bellezas del físico mundo / los horrores del mundo
moral”. Lo que él recibe es el golpe traumático de la vivencia, el horror absoluto de
los actos de despojo de la condición humana. Ya maduro, en Nueva York,
escribirá: “¿Qué vi yo en los albores de mi vida? El boca abajo en el campo, en La
Hanábana”. “¿Quién que ha visto azotar a un negro no se considera para siempre
su deudor? Yo lo vi, lo vi cuando era niño y todavía no se me ha apagado en las
mejillas la vergüenza […] Yo lo vi, y me juré desde entonces a su defensa”. No lo
leyó en novelas más o menos abolicionistas, y sobre todo se negó a verlo como la
parte fea de la vida. Sintió que era un crimen sin nombre, y quizá sintió por
primera vez que su destino sería lavar con su vida el crimen.
Escena de "Martí: El ojo del canario", de Fernando Pérez

Pero es la patria la que tocará a la puerta del jovencito. Nunca aparece en El ojo
del canario la oreja peluda de la teleología, por eso la patria no es fácilmente
asible para José Julián. En casa no está: el padre valenciano será buen español
en la crisis que se avecina; su terco sentido de la honestidad y la justicia le hacen
más difícil al muchacho encontrar razones para oponérsele, pero es posible que
rebelarse a su autoridad haya sido un motivo más a favor de su cubanía. La patria
aparece sobre todo en el colegio, en la figura del director Mendive, poeta, hombre
moderno y cubano militante, que es conductor pedagógico y protector del jovencito
que tanto promete. Y aparece en su elección de formarse y adquirir cultura porque
ella lo lleva a necesitar una identidad y al debate de ideas. A sus 15 años, la
primera deja de ser un criollismo radical para convertirse en una subversión
armada: el Grito de Yara es un tajo tremendo, de cuya sangre manará la historia
nacional. Pero en la realidad política que rodea al joven habanero se suceden,
comparten o contradicen las más disímiles posiciones, actitudes y anécdotas. La
libertad de prensa, la lealtad a la Madre Patria, el democratismo, la Revolución de
Septiembre en España, los rejuegos y oposiciones del mundo oficial y empresarial,
el laborantismo a favor de la insurrección y la hostilidad juvenil a los Voluntarios,
milicia colonialista manejada por los más reaccionarios.
Esas son las vivencias de José Julián, mientras ya no logra seguir siendo
estudiante -a pesar de acumular tantos puntos y premios en los dos primeros años
de Bachillerato- y comienza en el mundo del trabajo ayudado por los
conocimientos adquiridos. Nacido 50 años antes que él, Heredia escribió: “A la
lucha terrible que preveo / el alma y el pecho apercibid, cubanos”. El joven
empleado y poeta ya no pudo prever: debió decidir si se lanzaba o no a la lucha
terrible. Sabemos que saludó con endecasílabos guerreros al 10 de Octubre y
publicó Abdala en el efímero La Patria Libre. José se ofrecía a Cuba con su pluma
porque era el arma que tenía a la mano. Pero ya absorbía unas lecturas muy
superiores a su edad y sus posibilidades, -traducía a Byron, como buen radical
hispanoamericano- y admiraba puestas en escena, manejaba bien las ideas de
democracia y derechos del individuo, y sabía rechazar el reformismo: “o Yara o
Madrid”. La guerra era un huracán de la acción en Oriente y se extendía a
Camagüey y Las Villas, pero nunca logró prender en Occidente. De La Habana
estaban saliendo deportados o como emigrantes separatistas, los adultos
señalados por la represión. Si alguna gestión hubiera puesto a Pepe en trance de
salir al exterior, a desarrollar su enorme potencial intelectual, sin duda habría
seguido sintiéndose cubano; pero su formación y sus nuevas vivencias serían
ajenas, como ajeno era ya su hogar al mundo de la cultura en que penetraba.
Este 1869 todavía pudiera no ser la hora de convertirse en José Martí. Pero el
jovencito con tantas cualidades del intelecto y la sensibilidad se ha llenado de un
patriotismo radical que quiere darse a la acción y el sacrificio. La justicia solo
reinará en la realidad si se pelea por ella. Ese primer ejercicio de su autonomía en
la vida será decisivo a la hora de la prueba. En adelante, como sucede casi
siempre en estos casos, primará el azar. La víspera del primer aniversario del 10
de Octubre, un funcionario leyó, entre los papeles ocupados al registrar la casa de
los Valdés Domínguez, la carta amenazante al cadete Carlos Castro. La suerte de
José Julián estaba echada.

En la cárcel, esperando el juicio, todavía se le escapa la frase dolida del que sabe
a qué capa social pertenece: “Los Domínguez y Sellén saldrán al fin en libertad, yo
me quedaré encerrado”. Pero ante el tribunal militar ya sabe quién es, el tamaño
inmenso de su causa y el destino que puede alcanzar. La arenga encendida con
que desafía a los jueces atónitos y a la muerte me parece una escena totalmente
verosímil. El filme nos ha ofrecido los primeros años de una vida que pudo haber
sido la de muchos, los elementos que concurrieron y el despliegue progresivo de
una personalidad. Ahora nos brinda el nacimiento de un grande -solo el primer
acto, que podía haber sido el único si no hubiera sobrevivido a esta primera
prueba-, y aunque hasta aquí hemos sentido casi sin aliento que se trata de él, por
primera vez podemos pensar un hecho suyo teniendo en cuenta todo lo que hizo
después, porque a partir de aquí es José Martí. Al ir al presidio, el muchacho que
ha querido saber cada vez más y tener novia, no se referirá, sin embargo, a su
lugar histórico, sino a la vida que le espera:

Voy a una casa inmensa en que me han dicho


que es la vida expirar.
La Patria allí me lleva. Por la Patria,
morir es gozar más.
Fernando Pérez nos ha brindado a todos lo que solo el gran arte puede brindar.
Junto a las emociones y al orgullo de ser cubano -que tanta falta hace hoy-, entre
tantas vetas y aristas de El ojo del canario, resalto dos solamente. Cuba ha
desarrollado tanto las capacidades de sus seres humanos que puede realizar y
contar con obras incomparablemente superiores a sus recursos materiales; sería
suicida no abrir paso y brindar todas las garantías a los talentos que pueden
aportarnos satisfacciones a las ansias y las expectativas que la Revolución creó,
precisamente al multiplicar esas capacidades al mismo tiempo que instituía
personas, relaciones y costumbres no dominadas por la manera de vivir y el
sistema del capitalismo. Y tenemos ante nosotros otra visión de nuestra historia,
con la que a fuerza de hechos reales y verdades podríamos ganar mucho en
cuanto a reconocer lo esencial y enfrentar los desafíos actuales, al apoderarnos
de la grandeza de un pueblo que ha tenido que pelear y vencer una y otra vez a
las tiranías, a la geopolítica, a la economía, al dominio extranjero, a sus propios
demonios, a sus carencias y sus defectos, y ha debido aprender una y otra vez a
crear sus realidades y sus proyectos. Una historia cuya clave ha estado y sigue
estando en la unión de la libertad y la justicia.

http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/05/24/ante-el-ojo-del-canario/#.XHUh_qIzbIU

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