ORACIÓN DE LA GESTALT

Llegar a ser verdadero.

Aprender a tomar una posición.
Definirse, desarrollar el centro de un mismo,
Entender la base del existencialismo:
Una rosa es una rosa.
Yo soy lo que soy, y en este momento,
no puedo ser diferente de lo que soy.
Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Tú eres tú, y yo soy yo.
Y si por casualidad nos encontramos es hermoso.
Si no, no puede remediarse.

Fritz Perls

LA VIEJA Y NOVÍSIMA GESTALT

Claudio Naranjo

Vive ahora – es decir, preocúpate del presente más que del pasado o del futuro.
Vive aquí – es decir, relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
Deja de imaginar: experimenta lo real.
Abandona los pensamientos innecesarios, más bien, siente y observa.
Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
Entrégate al desagrado y al dolor como al placer; no restrinjas tu darte cuenta.
No aceptes ningún otro debería o tendría más que el tuyo propio: no adores
ninguna imagen tallada.
Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
Acepta ser como eres.
REVELACIÓN DE LA GRACIA
1. Para ingresar al misterio donde puede ocurrir el aprendizaje, debemos
renunciar tanto al deseo como al control. El deseo de estar en lo
correcto debe ceder paso a la aceptación y la receptividad hacia aquello
que es.

2. El trabajo básico de los profesionales de la salud en general y de los

psicoterapeutas en particular, es convertirse en seres humanos plenos e
inspirar plena humanidad en personas que se sienten carentes respecto
a sus vidas.

3. Es importante encontrar un terapeuta que se haya encontrado con sus

propias debilidades y grandezas.

4. En todo caso la terapia nos debe inducir a confiar en nuestra propia

sabiduría interior.

5. La labor de los terapeutas se asemeja más a la de una partera. Ellos

entrenan y preparan a la naturaleza. Cuando el bebé nace, no cabe duda
a quién pertenece.

6. Es importante que el terapeuta confíe en su propia visión interior y

ofrecer sus intuiciones.

7. La terapia requiere una buena sincronización. El uso del momento

preciso inevitablemente se estropea cuando el terapeuta siente la
necesidad de llenar espacios, de hacer algo sólo para producir una acción
más visible.

8. En buena medida la terapia es un acto de confianza.

9. Se dictan leyes sobre leyes para cubrir resquicios cuando el corazón no

está considerado en una correcta relación.

10. La terapia avanza cuando dejamos de lado el convencionalismo del sabe,

para reemplazarlo por simplemente vivenciar.

11. Los terapeutas pueden facilitar un proceso transformativo que nos

ayude a abrir nuevas posibilidades al dejarnos con interrogantes que nos
dirigen al interior de nuestra vivencia corporal en oposición a lo que
hacen las teorías.
12. El camino es fácil para quienes no tienen preferencias.

13. El buscar terapia presupone que estamos dispuestos a hacernos

plenamente conscientes y explorar nuestro mundo interior. Presupone
que tenemos sentido de responsabilidad por nuestro mundo y nuestras
acciones, y la voluntad de asumir nuestra parte en lo que está pasando
en nuestras vidas.

14. Si el terapeuta está contento con lo que tiene, significa que está en paz
con sus propias limitaciones. Puede permanecer en el centro. Deja de
estar controlada por amenazas bajo la forma de exigencias para hacer
felices a las personas y satisfacer sus expectativas. El terapeuta no
está gobernado por la necesidad de controlar, de ser querido, o de
validar los sentimientos de su cliente en un intento por validar los
propios.

15. Lo más importante que hace el terapeuta por nosotros es proveernos de

un entorno, de un útero nutriente en que nuestras vidas pueden
desplegarse. A través del entorno físico y, más importante aún, el
entorno de su propio ser, crea un lugar seguro, confiable, donde la vida
es bien acogida mediante una afirmación de la fe en nuestra sabiduría y
creatividad.

16. Es un raro obsequio encontrar a alguien que pueda ayudar sin ser
demasiado ayudador, que pueda facilitar las cosas sin interponerse en el
camino, que pueda involucrarse sin mezclar sus propias necesidades con
las nuestras, y que pueda ser una partera sin restarle crédito a la madre
y al niño.