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El primer endeudamiento de la Argentina se produjo en 1824, siendo Bernardino

Rivadavia ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, mediante el conocido

empréstito de la Baring Brothers, que tuvo como gestores a los hermanos Parish Robertson, por

un millón de libras esterlinas. Los manejos inescrupulosos e irresponsables de su deuda, al igual

que los que se fueron sucediendo en el tiempo, con algunos breves períodos de declamado

nacionalismo, llevaron a la Argentina a una sucesión de defaults: el primero se inició en 1828 a

partir de la gobernación de Juan Manuel de Rosas1.

Si se tiene en cuenta que en ese momento la tasa anual rondaba el 6% en el mercado

mundial se puede considerar el arreglo como satisfactorio y así se concluyó de pagar en 1904

cuando ya la deuda, a partir de 1866, y ya habiéndose unificado el país bajo la presidencia de

Mitre, el préstamo había pasado del ámbito provincial al nacional. Pero el proceso de

endeudamiento volvió a agravarse, sobre todo durante la gestión de Celman y su política de los

"bancos garantidos" por lo cual se desembocó en la crisis de 1890 que, junto con la "Revolución

del Parque" encabezada por Alem, provocó la renuncia del presidente y la asunción del

vicepresidente Carlos Pellegrini. En medio de esa crisis, el Lloyds Bank solicitó al gobierno del

Reino Unido e Irlanda del Norte que se hiciera cargo del manejo de las finanzas argentinas.

El fin del default marca el regreso de la Argentina al mundo. Sin embargo, esto también

representa el mayor endeudamiento de su historia. El primer ministro del RU Salisbury, rechazó

esas propuestas y convocó a los gobiernos de Francia y Rusia para el auxilio de la banca

británica a punto de quebrar por la crisis argentina y así, mediante la intervención del barón de

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Lo acordado en esa ocasión fue pagar absolutamente todo lo adeudado, tras un plazo de gracia, a partir de
1861, agregándose a la deuda original la emisión de títulos adicionales para cubrir los intereses impagos en todo el
período del default, aceptándose tasas de interés progresivamente más elevadas ya que alcanzaban al 1% anual para
el período 1861/1865, al 2% para la etapa 1866/1870 y al 3% de allí en más. Mediante una nueva emisión de bonos
de deuda, la actual administración de Macri le puso fin al default más reciente del país.
Rothschild como cabeza de la operación, junto con el Banco de Inglaterra (central) y John

Pierpont Morgan (hijo de J.S. Morgan, fundador de la banca Morgan) se concretó la

renegociación.

El préstamo implicó la emisión de bonos que compensaban el pago de los intereses a

pagar durante los siguientes tres años y cuya colocación quedó a cargo de la banca Morgan,

mientras la Argentina aceptó un duro programa de ajustes restringiendo la emisión monetaria,

aumentando los impuestos, privatizando bienes del Estado y reduciendo gastos públicos.

Ese acuerdo no fue bien visto por el sucesor de Pellegrini. En ese marco, Romero encaró

una renegociación que facilitara el desarrollo argentino y aliviase las cuentas fiscales. En 1893,

se firmó el denominado "Acuerdo Romero" que dio lugar a los 20 años de gran crecimiento del

país, que se ubicó entre las primeras economías planetarias hasta la crisis financiera británica de

1913, producto de las Guerras de los Balcanes.

Un nuevo default se produjo a partir de abril de 1988 durante la presidencia de Alfonsín

lo que dio lugar a que, sobre la finalización de 1991, el siguiente jefe del Estado, Carlos Menem,

iniciara negociaciones con sus acreedores en el marco del llamado "Plan Brady", por el cual se

emitieron nuevos bonos en reemplazo de los impagos, lo que implicó una salida que cubrió lo

adeudado en 23.000 millones de dólares estadounidenses por el capital y 8.000 millones por los

intereses. Esta negociación incluyó a unos 500 bancos acreedores que realizaron diversos

acuerdos; de todas las alternativas surgió, finalmente, que el 68% de los acreedores optó por los

bonos Par2 y el 32% por los bonos con Descuento3, lo que se terminó de firmar en abril de 1993.

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contenían la totalidad de lo adeudado, pero con una tasa menor; del 4% anual durante siete años y del 6%
a partir de ese momento; en tanto que respecto de los intereses vencidos se acordó un pago inmediato de u$s 400
millones, se entregaron títulos garantizados por los EUA por USD$ 300 millones y el resto con títulos del país en
moneda estadounidense con la referida "Tasa Libor" más el 13,26%.
3
Con los llamados "Bonos con Descuento", ya que se hizo una quita del 35% sobre el capital, pero con un
enorme interés que se basaba en la "Tasa Libor" más un interés de 13,26% anual, todo garantizado por un año con
títulos Tesoro de los Estados Unidos de América.
Los sucesivos problemas dieron lugar al "blindaje" de noviembre de 2000 cuando para

evitar el default el gobierno del presidente De la Rúa acordó un auxilio con aportes del FMI, del

BID, el gobierno de España y varios bancos extranjeros que operaban en la Argentina, mientras

el conjunto de la banca acreedora renovó USD$ 10.000 millones en papeles que tenían

vencimiento en el 2001.

En marzo de 2001, se produjo una fuga de divisas por USD$ 5.543 millones lo que

provocó la renuncia del ministro de Economía, quien lo reemplazo, se encontró en julio con una

fuga de USD$ 5.268 millones y en agosto de USD$ 2.091 millones, hasta que, finalmente, él y el

entonces secretario de Política Económica, llevaron a cabo a fines de ese año el llamado

"Megacanje" que postergó vencimientos, pero incrementó notablemente la deuda y los intereses

a pagar.

Caído el gobierno delarruista, el presidente Rodríguez Saá, declaró el default, mientras

que la posterior gestión de Duhalde, que incrementó violentamente la deuda, dio lugar a que en

2003 amenazase con un default para presionar a una nueva negociación con los acreedores sobre

la que en 2005 avanzó el ministro de Economía, durante la gestión presidencial de Kirchner

logrando restructurar el 76% de los pasivos, ampliándose esa cifra al 92% ya durante la

presidencia de Fernández de Kirchner.

La refinanciación, que implicó una importante liberación, no pudo incluir a la totalidad

de los acreedores, los llamados "holdouts", quiénes iniciaron acciones judiciales que pusieron al

país ante un nuevo default con sentencias judiciales emitidas por los tribunales de Nueva York y

avaladas por la Corte Suprema de los EUA mientras el gobierno argentino pagaba a otros

acreedores, como el propio FMI. Finalmente, mediante una nueva emisión de bonos de deuda, la

actual administración de Macri le puso fin al default más reciente del país. Según el Gobierno
esto marca el regreso de la Argentina al mundo. Sin embargo, esto también representa el mayor

endeudamiento de su historia4.

A lo largo de su historia, Argentina atravesó por varios ciclos en endeudamiento y

desendeudamiento, en general acompañados de profundos cambios en las políticas económicas y

crisis institucionales. La primera situación en la cual el país contrajo enormes deudas sucedió

pocos años después de constituirse como nación independiente. Con la crisis de 2001, el país

entró en suspensión de pagos (default) de su deuda externa, la cual ascendía a 144 000 millones

de dólares. En mayo de 2014 se cierra el acuerdo para salir del default con el Club de París por

9500 millones de dólares. A partir de inicios del 2016, se implementaron políticas que

habilitaron a que el gobierno federal, provincial y los sectores financieros contrajeran deudas por

valores que alcanzan el 30% del Producto Interno Bruto (PIB).

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Infonews (2016, Abril 24). Breve historia del endeudamiento argentino, de los Parish a los holdouts.
Recuperado de: http://www.infonews.com/nota/287968/breve-historia-del-endeudamiento-argentino

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