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Facultad de Ciencias Económicas y Sociales


Tema:
Resumen Capítulo VI

Sustentante:
Teresa Pérez Disla 100314966
Ana Carolina Acosta 100137626
Profesora:
Jesús Santana Florián

Asignatura:
Economía Dominicana
Sección:
11
Ciudad Universitaria, Santo Domingo, D. N.
3 de mayo del 2016
Resumen Capítulo VI: Explota la Crisis Bancaria del 2003

El fraude bancario

Para marzo del 2003 se había acordado la absorción del Banco BANINTER por parte del Banco del
Progreso, sobre la base de un contrato de venta que contemplaba una auditoria independiente
para determinar la situación del banco, cuando esta auditoria se llevo a cabo se descubrió que la
verdadera situación del BANINTER no era la que reflejaban las informaciones entregadas a la
Superintendencia de Bancos, ni tampoco, las entregadas a la prensa para dominio publico, la
realidad era que BANINTER escondia en sus informes un banco paralelo que en realidad era mucho
mayor que el visible, pues gran parte de las operaciones de depósitos y de créditos no se
registraban en los libros oficiales del banco frente a lo cual el Banco del Progreso decidió no
continuar con el proceso de compra.

Ante este panorama, la Junta Monetaria designo en abril de ese mismo año, una comisión
interventora para que se hiciera cargo de BANINTER. La gravedad del caso escalo a un punto en el
que se consideró necesario organizar una alocución nacional para explicársela al país ya que no
existía forma de manejar discretamente este fraude colosal llevado a cabo por el banco más
grande del país.

De acuerdo con el FMI y el panel de Expertos Internacionales contratados para evaluar la situación
de BANINTER, el monto de los pasivos encubiertos por los directivos de ese banco era el doble de
los registrados oficialmente, lo que lo hacía en realidad el banco más grande del sistema, por lo
que esta crisis abarcaba a un número considerable de clientes diseminados por toda la geografía
nacional.

Antes de la crisis, BANINTER se consideraba el tercer banco más grande del país, pues sus libros
arrojaban activos por unos 26,000 millones de pesos. Sin embargo cuando se le sumaba el banco
paralelo, que era de unos 55,000 millones, las operaciones totales alcanzaban los 81,000 millones,
lo que lo convertía en el banco más grande de la República Dominicana.

La alocución del gobernador del Banco Central sobre la amenaza que significaba este caso para
nuestra economía se produjo el día 13 de mayo, la responsabilidad de enfrenar este impasse en
nuestra economía quedo en manos de la Junta Monetaria, organismo superior del Banco Central y
la Superintendencia de Bancos.

Al momento de surgir la crisis, BANINTER tenía obligaciones de pagos a sus clientes por concepto
de depósitos de cuentas corrientes y ahorro, así como tenencia de certificados emitidos tanto en
pesos como en dólares. El número de cuentas por todos estos conceptos superaba las 570,000 (sin
incluir el banco paralelo), de las cuales el 80% correspondía a personas físicas y morales con
montos superiores a los 500,000 pesos. Estos depositantes fueron respaldados por el Banco
Central, el cual otorgo un financiamiento adicional por una suma superior a los 40,000 millones de
pesos para cubrir el retiro de los depósitos, un monto sin precedentes que excedía el nivel
alcanzado por la emisión monetaria para esa época.
Viaje Oficial del Presidente a Washington e inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario

Durante una visita oficial del gobernante dominicano Hipólito Mejía a Washington durante ese
mismo año se iniciaron los contactos con el FMI, para solicitar asistencia para resolver un
problema que según las estimaciones realizadas y proporcionadas al Secretario del Tesoro de
EUUU para esa época, John Snow, implicaría la pérdida del 10% del PIB del país.

Las negociaciones iniciaron formalmente el 14 de junio del 2003, proceso que duraría 41dias y en
los cuales se presentaron nuevos inconvenientes que agravaron aún más nuestra situación
económica como son los casos de malas prácticas contables, prestamos vinculados y otras
anomalías tanto del Banco Mercantil como del Banco Nacional de crédito (BANCREDITO), los
cuales tuvieron que ser auxiliados por el Banco Central.

El caso de BANCREDITO fue solucionado mediante un arreglo con el Grupo Leon Jimenez, que dio
como resultado la creación de una nueva entidad bancaria, El Banco Leon. Sin embargo para poder
llegar a este acuerdo el Banco Central tuvo que aportar alrededor de 23, 300. En el caso de Banco
Mercantil, esta fue vendida al The Republic Bank Of Trinidad Y Tobago, este rescate le representó
al Banco Central otros 6,500 millones netos.

Todos estos acontecimientos hicieron necesarias la adopción de algunas medidas par evitar que
se produjesen otras situaciones parecidas, entre estas, se solicitó a los directivos de cada banco
una declaración jurada donde se indicara que en su banco no se había cometido ningún tipo de
irregularidades, en adición, se contrataron 50 auditores en el extranjero para que vinieran y
realizaran una auditoria a cada banco del sistema, asimismo, se endurecieron las medidas de
supervisión bancaria y se fortaleció técnicamente a la Superintendencia de Bancos.

Mientras se llevaban a cabo las negociaciones el Banco Central tuvo que continuar asistiendo a los
3 bancos con problemas, lo que al final del proceso represento un enorme costo de 109,150
millones de pesos. El monto de asistencia financiera na estos tres bancos no tenía precedente en
nuestra historia y superaba en más de 3 veces el monto total de la emisión monetaria del país
antes de la crisis. Representaba alrededor de un 20 % del PIB, con lo que superaba a cualquier otra
crisis bancaria en el continente.

Criticas ante la posición de la Junta Monetaria

La forma en la que la Junta Monetaria manejo la crisis bancaria del 2003 ha sido criticada por
muchos aun en nuestros días. A grandes rasgos existían tres posibles opciones a seguir para lidiar
con este problema:

La primera, era no haber otorgado ningún financiamiento por encima de lo que la ley permitía, es
decir, prestar hasta un máximo del 150 por ciento del capital de cada banco. Este limitado monto
de financiamiento no hubiese evitado el colapso de esos bancos y en consecuencia general, es
probable que se hubiera producido una crisis bancaria general, con una alta probabilidad de que
no hubiese quedado ningún banco en pie, a excepción, quizás del Banco de Reservas y los dos
Bancos extranjeros que operaban en el país para esa época.

La segunda opción hubiese sido reconocer todos los depósitos, excepto unos pocos casos
claramente identificados, pero no entregarles dinero en efectivo sino a largo plazo con tasas de
interés más bajas de las que ha pagado el banco por sus certificados. Es muy probable que con
esta solución también se hubiese producido una total paralización del país con consecuencias
impredecibles en términos de producción y empleo, aunque con esta solución el Estado hubiese
logrado reducir un poco la gran deuda pública, con un mayor plazo y a una tasa de interés más
baja, esta solución no hubiese evitado el problema que hoy representa la deuda cuasi fiscal del
Banco Central, la cual viene dada principalmente por el monto de la deuda y los intereses que se
tienen que pagar.

La tercera opción que tenía la junta Monetaria fue la que adopto, la cual la mayoría de los
economistas del país veían con desagrado dado que podían prever con facilidad las consecuencias
que iba a tener la misma en la economía del país, sin embargo, dadas las circunstancias de
extrema rapidez con la que se desarrollaron los acontecimientos y la complejidad de los
problemas en cuestión, existían muy pocas posibilidades de recomendar y determinar
externamente alternativas que hubiesen podido ser útiles a la hora de enfrentar la crisis del 2003.

Efectos sobre la emisión monetaria y la estabilidad

Para contrarrestar el efecto de la enorme emisión monetaria realizada, el Banco Central decidió ir
retirando dinero en circulación mediante la emisión de certificados del propio banco a tasas de
interés que fuesen lo suficientemente atractivas para los adquirientes potenciales. A finales de
julio, el banco había otorgado financiamiento por 79,200 millones, pero había retirado mediante la
venta de certificados alrededor de 50,600, para un efecto neto expansionista de unos 28,600
millones. Esto significaba una expansión monetaria de un 80% con respecto a antes de la crisis, lo
que junto con la pérdida de confianza provoco una tasa de cambio, la cual paso de 18.80 peso por
dólar, a septiembre del 2002, a 35.09 para julio del 2003.

También como consecuencia de la emisión de certificados, se produjo un aumento de la deuda


pública en 50,600 millones de pesos, sin que el gobierno hubiese utilizado ni un solo centavo. Por
estas razones, el FMI considero que el país tenía que entrar en un severo periodo de ajuste fiscal y
monetario, para poder contrarrestar este aumento de la deuda pública, que en esencia es la
principal preocupación de esta institución internacional esto sumado con el crecimiento del déficit
consolidado del sector público, hizo necesario la aplicación de nuevos impuestos con la finalidad
de aumentar los ingresos del gobierno.

Los acuerdos con el FMI

El 25 de julio concluyeron las negociaciones y el 29 de agosto, el Directorio del FMI aprobó un


programa Stand-By de dos años de duración con un apoyo financiero de aproximadamente 600
millones de dólares.

El programa acordado con el FMI era muy restrictivo, lo que se reflejaba en una reducción del PIB
de un 3.0 % en 2003 y apenas una recuperación de 0.5% en 2004. Este programa incluía nuevas
medidas para reducir el déficit fiscal, tanto por el lado de los ingresos como de los gastos. De
manera particular se habían acordado medidas relacionadas con el sector energético cual se había
constituido en un gran problema fiscal por los altos subsidios que el gobierno le había otorgado.
Las causas de la crisis bancaria y sus efectos sobre la economía

La causa principal de la crisis bancaria del 2003 fueron las malas prácticas contables y los fraudes
ocurridos en algunos bancos del sistema, así como la incapacidad de los gobiernos para
detectarlos oportunamente.

Una de las causas por la que esto ocurrió se encuentra en nuestra debilidad institucional, en este
caso de la Superintendencia de Bancos durante los últimos gobiernos antes de la crisis para
detectar las irregularidades que estaban cometiendo los bancos. También la debilidad de las
auditorías externas que hacen las empresas de prestigio, las cuales se exigen y se pagan,
precisamente para tener la seguridad de que no se están cometiendo fraudes en los
procedimientos contables.

Otra de las mayores causas del problema fue le excesivo poder económico y social alcanzado por
algunos sectores económicos, los cuales les hace prácticamente invulnerables como sucedió con
los propietarios de BANINTER, los cuales no solo tenían a su disposición los recursos del banco sino
que además controlaban el principal periódico del país y eran propietarios de numerosos canales
de televisión y estaciones radiales, teniendo por tanto una gran incidencia en la opinión pública.
Todo lo anteriormente mencionado, constituye la única explicación razonable para que las malas
prácticas contables de BANINTER, que se venían produciendo desde el último periodo de gobierno
de Balaguer, no hayan sido detectadas con prontitud.

El impuesto del 5% a las exportaciones y relaciones con el sector empresarial

Como parte de las medidas impositivas aplicadas en concordancia con el acuerdo con el FMI, se
acordó la aplicación de un impuesto del 5% sobre las exportaciones, que equivalía a una reducción
de la tasa de cambio, que en esos momentos rondaba en los 35.0 pesos por dólar, en una misma
magnitud, o sea, ésta bajó a 33.2 pesos por dólar. Este impuesto tuvo una fuerte oposición de las
zonas francas, el turismo y de algunas empresas industriales exportadoras. El mismo a pesar de no
ser bien recibido por ninguno de los involucrados, fue hecho efectivo ya que al ser parte del
programa del FMI, su rechazo hubiese producido un retraso en las tan necesarias negociaciones
con este órgano internacional cuyo acuerdo era la única vía para estabilizar nuestra tasa de
cambio y así evitar el aumento del costo de la vida.

La aplicación de esta medida impacto negativamente la ya deteriorada relación del gobierno de


Mejía con el sector privado de nuestro país.

La compra de EDENORTE Y EDESUR y sus repercusiones.

La corporación Dominicana de electricidad fue reestructurada de acuerdo con la Ley general de


Reformas de Empresas Publicas en 1997, esta fue convertida en tres compañías de distribución,
dos compañías de generación térmica y una de transmisión y generación hidráulica. En 1999, la
corporación española Fenosa, se hizo propietaria del 50% de las acciones de las distribuidoras
EDENORTE y EDESUR. Para el 2003 debido al incremento del petróleo y la crisis económica que
sufría el país, el gobierno tuvo que subsidiar el sector, esto sumado con el hecho que la
corporación Fenosa contrajo grandes deudas con las empresas generadoras de energía, lo cual
estaba dificultando aún más el acceso de la población a la electricidad llevo a condición del
sistema a un punto tal que existía el riesgo de que EDENORTE se declarara en bancarrota.
Todo estos factores combinados con el viaje oficial del presidente Mejía a España, provocaron que
el gobierno realizara de forma apresurada y discreta de las acciones de la corporación Fenosa, este
hecho provocó una suspensión del acuerdo Stand-By alcanzado por parte FMI bajo el argumento
de que esta acción de compra había elevado la deuda publica bruta del país a un punto que
abarcaba más del 50% del PIB situación que era precisamente la que se quería evitar.

La suspensión del acuerdo con el FMI y el alza de la tasa de cambio

La acción de compra de las EDES fue vista negativamente por el FMI, el BID, y el Banco Mundial.
Tras la suspensión del acuerdo con el Fondo Monetario se produjo una desestabilización de la tasa
de cambio del dólar. Para tratar de minorar el saldo negativo de las cuentas del gobierno por
causa de esta operación de adquisición, se llegó a la conclusión de que el gobierno debía aumentar
las tarifas eléctricas, las cuales fueron aumentadas específicamente a las clases media y alta de la
sociedad quedando el Estado con la carga de un subsidio no solo para la clase baja sino también,
para aquellos que no pagaban la tarifa eléctrica.

El 16 de noviembre se reanudaron nuevamente las negociaciones con el FMI, luego de haberse


superado el impasse generado por la compra de EDENORTE Y EDESUR. Estas rondas de
negociaciones se extendieron hasta enero del 2004, cuando finalmente se pudo llegar a una serie
de acuerdos sobre diferentes aspectos de la economía dominicana, que cubrían lo fiscal, lo
monetario, el sector energético, la banca, el endeudamiento externo, las reformas estructurales, la
renegociación de la deuda externa bilateral, el fortalecimiento de la supervisión bancaria y muchos
otros temas incluyendo la necesidad de una nueva reforma fiscal en un futuro próximo.

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