Está en la página 1de 4

EL MATERIALISMO HISTÓRICO

[Esquema redactado por Simone Weil para una conferencia, publicado en L’Effort, nº
416, 3 de febrero de 1934]

1. La cuestión fundamental de la ciencia social

No tendremos un método para sacudirnos la opresión más que el día en que hayamos
comprendido las causas de la opresión tan claramente como concebimos las condiciones de
equilibrio de una piedra. Desde ese momento, la primera pregunta que se plantea es la
siguiente: ¿de qué tipo de condiciones depende, de manera general, la estructura de una
sociedad humana?

Las tradiciones antiguas representaban a cada estado como fundado por un sabio inspirado
por los dioses (Moisés, Solón). Todavía en nuestros días se cree de buen grado que los
grandes políticos dan a su país una organización social completamente hecha (Napoleón).
Por otra parte, Bossuet intentó, hace trescientos años, explicar todas las transformaciones
de la sociedad apelando simplemente, como principio de explicación, a la providencia
divina. En el siglo siguiente, se consideró que la sociedad surgía de convenciones
concluidas entre hombres que antes vivían aislados.

Todas estas explicaciones vuelven a dar cuenta de la organización social mediante un


pensamiento humano o divino. Dios, o bien un gran hombre, o bien un conjunto de
hombres, habría concebido primero el plan de la sociedad, después habría formado la
sociedad como un arquitecto construye su casa. Pero sabemos muy bien por qué
intermediarios se transforma el proyecto del arquitecto en una casa real; mientras que
ignoramos cómo los pensamientos de un hombre o de un grupo de hombres, por no hablar
de la providencia, pueden producir una organización social. No hay por tanto ahí una
explicación científica.

Para alcanzar nuestro objetivo y encontrar un método que permita actuar sobre la sociedad,
hay que abandonar las falsas explicaciones de este género y buscar las condiciones
materiales de las que depende la estructura social y por medio de las cuales podemos
modificarla.

Pero aquí se presenta una dificultad. Una sociedad es una organización complicada en la
que todo tipo de elementos se encuentran coordinados de una manera armoniosa. ¿Se puede
dar cuenta de una coordinación semejante por causas materiales? Una casa no se explica
por la sola gravedad: hay que tener en cuenta los planos del arquitecto. ¿No se debe
suponer igualmente que todo lo que está organizado ha surgido de un pensamiento director?
Esta pregunta no se plantea solamente para las sociedades, sino también para la estructura
de los seres vivos.
1
La ciencia del siglo XIX ha resuelto la cuestión mediante la idea de las condiciones de la
existencia.

2. La idea de las condiciones de la existencia

Los griegos habían formulado esta noción bajo una forma simple, diciendo: uno no se debe
asombrar de que todas las partes del cuerpo de un animal esté adaptadas unas a otras y de
que el animal en su conjunto esté adaptado a lo que le rodea; pues un animal no adaptado
muere y deja en seguida de ser un animal. Los animales que sobreviven están por lo tanto
necesariamente bien adaptados.

Darwin, contemporáneo de Marx, al que Marx admiraba, trató de aplicar esta noción a las
estructuras de las especies vivas y a sus trasformaciones de una manera precisa. Partiendo
de la idea de que un ser no adaptado no puede vivir, intentó mostrar que todo organismo
vivo es un reflejo de las condiciones impuestas por el medio. El medio es, para un ser
determinado, no sólo el clima, el suelo, etc., sino los otros seres vivos, los que le sirven de
alimento, los que amenazan su seguridad y los que, siendo de la misma especie, son
competidores. (Por ejemplo: lobos esbeltos y rápidos allí donde la presa es el ciervo, porque
los más lentos mueren; rechonchos y vigorosos allí donde la presa es el búfalo.)

Marx aplicó su análisis a la estructura social. Se puede decir de una sociedad, como de un
animal, que si vive, es porque cumple las condiciones necesarias para la vida en el medio
en que se encuentra. Pues si no cumpliera esas condiciones desaparecería. Por lo tanto, se
puede considerar que también toda sociedad es un reflejo de las condiciones impuestas por
su medio vital. Éste se define no solo por el clima y el terreno, los animales y las plantas,
sino también por el instrumental y por las otras sociedades que la rodean.

3. Concepción materialista de la estructura social

Para comprender cómo la estructura de una sociedad puede reflejar sus condiciones de
existencia, lo más simple es comparar la sociedad con un ejército. Se ve claramente cómo
la organización de un ejército depende del lugar en que se desarrollan los combates, del
enemigo con el que se lucha, de las armas que se utilizan. Un pueblo primitivo que combate
en un país montañoso con arcos, flechas y venablos es muy poco disciplinado; los jefes
tienen poco poder. Un pueblo que combate en vastas llanuras necesita realizar maniobras
estratégicas; es consecuencia, la disciplina es rigurosa, y los jefes, organizados según una
jerarquía precisa, tienen un poder considerable. Igualmente, un cañón, las ametralladoras,
suponen una cierta disciplina. Así, las relaciones de los soldados entre sí y con los jefes
están matemáticamente determinadas por las condiciones del combate.

Ahora bien, la existencia de cualquier sociedad se basa exclusivamente en la guerra y en la


producción; y la producción puede ser asimilada a una guerra contra la naturaleza; esta

2
guerra implica también una disciplina calcada de los métodos de combate, que dependen
del medio material, de los instrumentos y de las sociedades circundantes.

La organización de toda sociedad refleja las condiciones de esta doble guerra, contra los
hombres y contra la naturaleza. (Por ejemplo: comparar pastores nómadas y egipcios;
hordas de saqueadores y pueblo comerciante, etcétera.)

4. Relaciones del pensamiento individual con la sociedad

Son, pues, las necesidades materiales, no los pensamientos de los individuos, las que
determinan la estructura de la sociedad; y es también esta estructura la que determina los
pensamientos individuales en gran parte. Todo hombre es capaz de reflexionar por sí
mismo; pero, en sus reflexiones, toma siempre como punto de partida una serie de ideas
completamente hechas que le proporcionan su medio social y con las que muchos se
contentan.

1) Concepción de las relaciones del hombre con la naturaleza (por ejemplo: técnica débil,
hombre aplastado: naturaleza divinizada; técnica fuerte, triunfo del trabajo humano:
naturaleza concebida como puramente material.)

2) Concepción de las relaciones entre los hombres: los deberes establecidos en una
sociedad cualquiera se corresponden siempre con las relaciones que existen en esa sociedad
entre las diversas categorías de hombres (por ejemplo, robo honrado en Esparta, crueldad
de Roma, etcétera.)

De este modo, no se puede esperar cambiar la sociedad por ningún tipo de propaganda.
Sólo aquellos que reflexionan por sí mismos pueden concebir otros deberes que los que les
impone la sociedad en que se encuentran. Los otros son absolutamente inaccesibles a la
propaganda, aunque en apariencia sean afectados por ella.

Por consiguiente, es necesario examinar si el pequeño número de hombres que piensan por
sí mismos tienen algún poder para transformar metódicamente la estructura social.

5. Posibilidades de transformación social

En primer lugar, parece imposible transformar la sociedad, puesto que ésta no es sino un
reflejo de las condiciones impuestas por el medio vital.

Pero hay que señalar que mientras que el animal sufre el medio vital al que se debe adaptar
su organización, el hombre crea por el contrario las condiciones de su propia existencia.
Todo lo que constituye nuestras condiciones de vida, tierra vegetal, plantas cultivadas,
animales domésticos, todo eso es obra del hombre. Por la producción el hombre se crea un
medio vital artificial. Por lo tanto, el trabajo humano está en el origen de las
transformaciones sociales.

3
Sin embargo, esto no prueba todavía que podamos transformar metódicamente la
organización social de manera que la opresión sea abolida. Para plantear claramente la
cuestión, es necesario examinar la manera de abolir la opresión en general y la opresión
capitalista en particular.

(De: Escritos Históricos y Políticos, Editorial Trotta, 2007)

También podría gustarte