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Berlant, Lauren LAUREN BERLANT

El optimismo cruel
la ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Caja Negra, 2020
472 p.; 20 x 13 cm. - (Futuros próximos)

Traducción de Hugo Salas


ISBN 978-987-1622-87-0

1. Estudios de Género. 2. Estudios Culturales. 3. Feminismo.


I. Macón, Cecilia, prólogo II. Salas, Hugo, trad. III. Título.
CDD 306

Título original: Cruel Optimism

• Duke University Press, 2011


• Caja Negra Editora, 2020 EL OPTIMISMO CRUEL

Traducción / Hugo Salas


Prólogo / Cecilia Macón
Caja Negra Editora

o
Buenos Aires / Argentina
info®cajanegraeditora.com.ar
www.cajanegraeditora.com.ar
. 5

Dirección Editorial:
qi Diego Esteras / Ezequiel Fanego
Producción: Malena Rey
Asistente Editorial: Sofía Stel
Diseño de Colección: Consuelo Parga
Maquetación: Tomás Fadel
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e Corrección: María José Verna y Guadalupe Alfaro PR OX 1 MO S
ÍNDICE

9 Prólogo. Laurent Berlant: El sonido, la furia


(y los afectos), por Cecilia Macón

19 Introducción: El afecto en el presente

57 1. El optimismo cruel

103 2. Los intuicionistas. La historia


y el acontecimiento afectivo

177 3. La muerte lenta (obesidad, soberanía,


agencia lateral)

231 4. Dos muchachas, gorda y flaca

297 5. Casi utópico, casi normal. El afecto


posfordista en La promesa y Rosetta

349 6. Después de la buena vida, un impasse.


Recursos humanos, El empleo del tiempo
y la precariedad del presente

403 7. Acerca del deseo de lo político

469 Agradecimientos
'u

1
INTRODUCCION
EL AFECTO EN EL PRESENTE

Ch
Una relación de optimismo_cruel es aquella que se esta-
blece cuando eso mismo que deseamos obstaculiza nuestra
pidd. Puede ser la comida, una forma de amor, una•
fantasía de la buena vida o un proyecto político. Tam-
bién puede tratarse de algo mucho más sencillo, como por
ejemplo un nuevo hábito que promete inducir en nosotros
una mejor forma de ser. Estos tipos de relación optimista
no son inherentemente crueles. Se vuelven crueles cuan-7
do el objeto que suscita el apego nos impide de manera(
activa alcanzar ese mismo propósito que en un principio
nos condujo a él.
Todo apego es optimista, si entendemos el optimismo
como una fuerza que nos descentra de nosotros mismos y
nos dirige hacia el mundo, con el propósito de acercarnos
a ese algo satisfactorio que no podemos generar por nues-
tros propios medios pero vislumbramos en una persona,
un modo de vida, un objeto, un proyecto, un concepto o
una escena. Sin embargo, el optimismo puede no sentirse
de manera optimista. Dado su carácter ambicioso, de un
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momento a otro puede sentirse como cualquier otra cosa, moral-íntima-económica llamada "la buena vida' ¿Por qué
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o incluso nada: temor, ansiedad, hambre o curiosidad,

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N las personas mantienen sil apego a determinadas fantasías
toda la gama de sensaciones que va de la taimada neu- convencionales de la, buena vida -por ejemplo, de reci-
tralidad de quien camina entre las góndolas de un super- procidad duradera en las parejas, en las familias, en los
mercado como si no buscase nada hasta la excitación que sistemas políticos, en las instituciones, en los mercados y
suscita la sola posibilidad de "el cambio que ha de venir' en el trabajo- habiendo sobradas pruebas de su inestabi-
O el cambio que no ha de venir, ya que uno de los placeres lidad, su fragilidad y sus costos? La fantasía es el medio
habituales del optimismo es arrastrarnos a la convencio- por el cual las personas acaparan teorías y representacio-
nalidad, ese lugar en el que los apetitos encuentran su nes idealizantes acerca de cómo ellas y el mundo "forman
forma en las predecibles comodidades propuestas por los parte de algo' ¿Qué sucede cuando estas fantasías co-
géneros de la buena vida que alguna persona o mundo mienzan a deshilacharse? ¿Dan paso a la depresión, atá\
han tenido a bien formular. Pero el optimismo no mani- disociación, al pragmatismo, al cinismo, al optimismo, al
fiesta el único propósito de volverse idiota o sencillo; a activismo o a un amasijo incoherente?
menudo, el riesgo que un apego es capaz de tomar en sus Los lectores de mi trilogía sobre la sentimentalidad
últimos estertores manifiesta una inteligencia que excede nacional -The Anatomy of National Fantasy [La anatomía
el cálculo racional. de la fantasía nacional], The Female Complaint [La que-
Sin importar, entonces, la experiencia de un determinado ja femenina] y The Queen of Arnerica Goes to Washington
optimismo, la estructura afectiva de todo apego optimista City [La reina de los Estados Unidos va a la ciudad de c'J

supone una inclinación sostenida a regresar a la escena Washington]- 1 notarán que estas problemáticas ya esta-
de esa fantasía que nos permite esperar que esta vez la ban presentes en mi investigación acerca de. la estética,
cercanía a esta cosa habrá de ayudarnos a nosotros o al la erótica y la política estadounidense de los últimos dos
mundo a ser distintos en el sentido correcto. No obstante, siglos. Aquellos trabajos analizaban los componentes afec-
recordemos, el optimismo resulta cruel cuando ese mis- tivos de la ciudadanía y la esfera pública, prestando parti-
mo objeto o escena que aviva la- sensación de posibilidad cular atención al modo de funcionamiento de los públicos
vuelve de hecho imposible la transformación positiva que irttimos en proximidad a los modos normativos del amor
la persona o grupo de personas se esfuerzan por alcanzar; y la ley. El optimismo cruel extiende estas preocupaciones
y lo es por partida doble, en la medida en que vuelve en términos temporales y transnacionales, y las trae al
sustentables los placeres de estar en una relación con inde- presente. El archivo de este proyecto, con un pie en los
pendencia del contenido de dicha relación, dejando a la Estados Unidos y otro en Europa, toma en consideración
persona o al mundo sujetos a una situación de profunda la precariedad de, los cuerpos, la subjetividad y la fantasía
amenaza que resulta, al mismo tiempo, profundamente en términos de ciudadanía, raza, trabajo, '(dis)locación de
auto confirmatoria. clase, sexualidad y salud. Todos los casos analizados se
Este libro analiza distintas relaciones de optimismo vinculan, a su vez, a la retracción que experimentó du-
cruel, desde objetos o escenas de amor romántico y mo- rante las últimas tres décadas la promesa socialdemócrata
vilidad ascendente hasta el deseo de lo político. No obs- del período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra
tante, en el centro de este proyecto se encuentra esa cosa Mundial en los Estados Unidos y Europa.
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Sin embargo, este libro no se ocupa de la segunda objetos/escenarios de la buena vida, y explora los dramas
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mitad del siglo XX y el paso al siglo XXI en su totalidad; de la adaptación a este cambio de lo que alguna vez pare-
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tampoco ofrece una minuciosa exposición de la retirada ció fundamental dentro de ese tipo de relaciones optimis-
del Estado de la desigual expansión de la oportunidad tas vinculantes que hemos denominado "crueles'
económica, las normas sociales y los derechos legales, ele- ¿Pero qué nos permite afirmar que estas respuestas
mentos que supieron motorizar en buena medida el opti- afectivas, estéticamente mediadas, constituyan ejemplos
mismo de la posguerra respecto del acceso democrático a de un sentimiento histórico compartido? Lo que sigue es-
la buena vida.' En vez de ello, a partir de los medios ma- boza a grandes rasgos los giros conceptuales que este libro
sivos de comunicación, la literatura, la televisión, el cine procura establecer al plantearse esta pregunta.
y el video aparecidos entre 1990 y la actualidad, procura El sentido histórico del que más se ocupa El optimismo
esbozar el sensorio histórico que ha ido desarrollándose a cruel tiene que ver con la concepción del momento con-
medida que el componente fantasmático del optimismo a temporáneo desde el interior de dicho momento. Uno de
propósito de la transformación estructural produce cada los argumentos centrales de este libro es que el presente
vez menos tracción en el mundo. Entre las muchas fanta- se percibe, en primer lugar, en términos afectivos: el pre-
sías que se deshilachan se cuentan, en particular, la movi- sente es aquello que se hace presente ante nosotros an-
lidad ascendente, la seguridad laboral, la igualdad política tes de convertirse en cualquier otra cosa, por ejemplo un
y social y la de una intimidad feliz y duradera. El conjunto acontecimiento colectivo o una época a la que podemos
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('4 de garantías en disolución abarca también la meritocracia, regresar de manera retrospectiva. (El capítulo dos, "Los ('4

esa sensación de confianza en que la sociedad liberal-ca- intuicionistas", describe esta forma de pensar "el presen-
pitalista habrá de brindar oportunidades para que los in- te afectivo" dentro de la teoría crítica marxista.) Si en
dividuos forjen relaciones de reciprocidad que parezcan un principio el presente no es un objeto sino un afecto
justas y que alienten la vida como un proyecto en el que mediado, es también algo que se experimenta y está su-
todos los involucrados forman parte de algo y contribuyen jeto a revisión constante, un género temporal cuyas con-
a la formación de espacios de ocio y entretenimiento. Este venciones emergen de la infiltración de lo personal y lo
libro se pregunta qué pasa con las fantasías de la buena público en las situaciones y acontecimientos que ocurren
vida cuando lo cotidiano se convierte en una sucesión de en un ahora extendido cuyos propios parámetros (adónde
crisis de las expectativas y proyectos de vida tan abru- Comenzó "el presente"?) también son objeto de debate. 4
madora e inminente que, por su mero volumen, amenaza Por consiguiente, cualquier discusión acerca de los
a tal punto el significado de aquello que constituye "te- Contornos y contenidos del presente histórico compartido
ner una buena vida" que el simple hecho de adaptarse a resulta siempre profundamente política, en la medida en
ellas parece un logo. Rastrea la emergencia de una esfera que procura dirimir qué fuerzas han de ser consideradas
pública precaria, un público íntimo de sujetos que permi- responsables y qué crisis resultan urgentes para nuestra
te la circulación de escenarios de contingencia íntima y adjudicación de estrategias de supervivencia y concepcio-
económica y que negocia paradigmas acerca de la mejor nes de una vida mejor de lo que puede ofrecer la .ara de
manera posible de vivir, dadas las circunstancias.' Cada ca- Ea supervivencia. Esto supone, entonces, que concentrarse
pítulo cuenta la historia de la disolución de determinados en el presente no supone invariablemente recaer en un
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R presentismo vacío, o en "el narcisismo del ahora"; y que sentido del término impasse que atraviesa todo este libro:
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incluso cuando lo es, supone cierta angustia sobre cómo eLde1irnsividad. El optimismo cruel centra su atención
valorar nuestros saberes .e intuiciones de loque está ocu- en distintos estilos de compostura en términos de clase,
B rriendo y dosificar la sensación que nos provocan las con- de raza, de sexo y de género. Lo que Jacques Ranciére lla-
E secuencias de dicha valoración. 5 Este libro presta especial ma lijajitxihuciúne lo sensible" se manifiesta aquí no
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atención a distintos estilos en el manejo de relatos simul- solo en un posicionamiento de la sensibilidad basado en la
A táneos e incoherentes acerca de lo que está sucediendo, clase, sino también en economías del gesto que registran
N lo que parece posible y lo que está bloqueado en la vida normas de auto gerenciamiento dependientes de los tipos
T personal/ colectiva. No es posible entender los impasses de de confianza en los derechos a los que la habilita la ubica-
lo político sin tomar en cuenta la producción del presente. ción social que una persona haya disfrutado. El modo en
Atento a ello, El optimismo cruel tiene un profundo el que el cuerpo consigue desacelerar lo que cae contribu-
interés por congregar distintos géneros de duración histó- ye a clarificar la relación existente entre seguir viviendo .y
rica que marcan el despliegue de la actividad del momento la crisis y la pérdida, que experimenta.
contemporáneo. El principal género que nos permitirá ras- Además de los géneros temporales del presente esti-
trear aquí la sensación del presente es el del impasse. (Ver rado, este ensayo elabora otros géneros estéticos que in-
en particular el capítulo seis, "Después de la buena vida", tentan describir la actividad de quien reflexiona acerca
para una elaboración de este concepto.) Por lo general, un de la historicidad contemporánea a medida que la vive.
c'J impasse designa un tiempo de vacilación a partir del cual A lo largo del libro, quien lea encontrará muchos géneros Ln
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ninguna persona o situación puede avanzar. A los efectos del acontecimiento emergente, tales como la situación, el
de este libro, el impasse es un estiramiento del tiempo episodio, la interrupción, el aparte, la conversación, el
por el cual nos movemos con la sensación de que el mundo diario de viaje. .y el suceso. Defino el género situación,
se ha vuelto, a un mismo tiempo, intensamente presente e por ejemplo, en términos de la comedia de situación o
intensamente enigmático; por la tanto, la actividad de vi- del procedimiento policial. La policía suele decir en tér-
vir exige tanto una conciencia .dispersa, dispuesta 'a absor- minos convencionales:.. "Tenemos una situación aquí' Una
berlo todo, como una actitud de hipervigilancia lanzada a situación es un estado de cosas en el que, en el marco
recolectar material que contribuya a clarificar las cosas, de la actividad habitual de la vida, se está desplegan-
mantener el equilibrio y coordinar las crisis melodramá- do algo que tal vez llegue a ser relevante. Es un estado
ticas estándar con aquellos procesos que aún no han en- de aplazamiento vivo y vivificante que se impone a la
contrado el género de acontecimiento al que pertenecen.' conciencia, :y produce la.. sensación de que en el presente
En lo que concierne al optimismo cruel, es posible que está apareciendo algo que podría llegar .a convertirse en
en este momento muchas personas aspiren a vivir en un un acontecimiento. Esta definición de situación guarda
impasse, en la medida en que las infraestructuras tradi- semejanzas con la aparición del concepto en .el .trabajo
cionales de reproducción de la vida -en el trabajo, en la de Alain Badiou sobre el "acontecimiento", pero para Ba-
intimidad, en la política- se derrumban a un ritmo alar- diou el acontecimiento es un drama que impacta en el .ser
mante. El modelo de espera que supone el impasse insinúa en situaciones radicalmente abiertas; de esta forma, el
un refugio temporario. Esto nos conduce a un segundo acontecimiento constituye la posibilidad dé una, escena
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R de socialidad ética.' (Las personas no pueden tener fide- gran destrucción. En la tragedia de situación, por el con-
E trario, el mundo del sujeto es excesivamente frágil y está
N lidad a una "situación" porque no saben qué es ni cómo
estar dentro de ella; y así, si uno sigue la formulación de a tan solo un gesto de ya no poder sustentar sus fantasías:
B Badiou, el acontecimiento es ese elemento de la situación la situación supone la amenaza de un desbaratamiento
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que elabora el bien potencial en un quiebre radical, y el abyecto y total. En la obra de arte, o en respuesta a otras
R escenas, cuando un sensorio perceptivo siente una ame-
L efecto antisoberano de esa situación que desbarata el su-
A jeto y las seguridades generales pone en peligro la acción naza potencialmente significativa a la atmósfera corriente
N ética.) Brian Massumi adopta una perspectiva similarmen- en curso, desencadena los ritmos, de la tragedia de situa-
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te estructural pero más dialéctica, con la que se ocupa de ción, con su inquietante neorrealismo.
la relación entre la situación y el acontecimiento, dando No obstante, aunque en ocasiones las situaciones se
prioridad al "acontecimiento" como aquello que gobierna organicen en acontecimientos capaces de cambiar el mun-
la situación. Pero Massumi también está bastante intere- do o su devastadora latencia se cierna como una amenaza
sado en el sentido al que yo presto atención, y también ve sobre el presente, en la mayoría de los casos esto no se
la situación como un género de experiencia no forcluida. 8 produce. ¿Cómo llegamos a procesar un suceso x como un
En cualquier caso, el estado de situación de la sus- acontecimiento emergente, y de qué manera los géneros
pensión animada nos ofrece un modo de pensar acerca convencionales de la potencialidad del acontecimiento
de ciertas convenciones con las que desarrollamos en tér- forcluyen la posibilidad de que el acontecimiento adopte
ko
c..J minos afectivos un sentido histórico del presente como otra forma, la de los géneros y o z, que aun pudiendo ("j
inmanencia, emanación, atmósfera o emergencia. "Pertur- cernirse como posibilidad termina entre paréntesis y se la
bación" es el nombre que da Deleuze a las interrupciones almacena en algún lugar hasta que la repetición vuelva a
de la atmósfera que constituyen situaciones cuya forma convocarla, si es que esto sucede alguna vez? Este tipo de
solo puede ser forjada por acción de una reacción continua atención al devenir-acontecimiento de algo supone varias
y de un movimiento transversal, liberando a los sujetos de preguntas acerca de la ideología, la normatividad, la adap-
la normatividad de la intuición y poniéndolos a disponibi- tación afectiva, la improvisación y la conversión de lo sin-
lidad de mundos corrientes alternativos.' La situación es, gular en una experiencia general o ejemplar. El optimismo
por tanto, un género de práctica y tiempo social en el que cruel se organiza en torno a estos dos procesos: el devenir
se percibe un cambio en alguna relación entre personas y histórico del acontecimiento afectivo y la improvisación
mundos, al tiempo que las regias de su habitación y los del género en medio de la incertidumbre dominante.
géneros narrativos que la caracterizan resultan inestables, Así, como marca del presente, en vez del "ocaso de
caóticos. El capítulo cinco, "Casi utópico, casi normal", tos afectos" me interesa rastrear el ocaso de los géneros,
sostiene que la esfera pública precaria ha generado una y en particular de los viejos géneros realistas (entre los
nueva variación popular: la "tragedia de situación' En la que incluyo el melodrama), cuyas representaciones de la
comedia de situación, el sujeto, cuyo mundo no se ve de- buena vida y formas convencionales de poner en relación
masiado desestabilizado por la "situación" que se le pre- la fantasía con la vida corriente .hoy parecen dar cuenta
senta, lleva adelante una torpe adaptación errónea, con de expectativas arcaicas acerca de qué significa tener y
resultados absurdos y risibles, sin que esto provoque una COnstruir una vida. 10 Los géneros brindan una expectativa
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afectiva respecto a cómo habrá de experimentarse el des- fantasías. estatales-liberales-capitalistas moldean las .su-
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pliegue de algo, ya sea en él arte o en la vida. El ocaso..de cesivas adaptaciones a la presión estructural con .que la
los géneros abarca distintos tipos de aperturas potenciales crisis y la pérdida desgastan la potencia de la extorsión
dentro y más allá del impasse de adaptación que crea la que nos plantea la fantasía tradicional de la buena vida
situación de crisis constante. Este 'proyecto se nutre del sin desgastar la necesidad de que exista una buena vida. 13
análisis que hiciera Giorgio, Agamben de la producción de Además de identificar la dinámica histórica específica de
gestos. característicos, vinculada a la clase, que, el cine co- la situación que trata, cada capítulo rastrea ,distintos es-
lecciona en el momento mismo en.que se vuelven arcaicos.` tilos específicos del desbaratamiento de la .convención so-
También es el resultado de un sostenido compromiso con cial normativa en relación a los géneros.
el llamamiento de Raymond Williams a pensar el presente Queda implícita en -lo dicho la percepción de que el
como un proceso de emergencia. 12 En este presente desde momento presente se impone cada vez más a la concien-
el cual escribo acerca del presente, las convenciones de cia, en distintas ubicaciones geo y biopolíticas, como uno
reciprocidad en que se. basan los modos de vivir e imaginar de profunda crisis, en la que un suceso se acumula sobre
la vida atraviesan tal proceso de desbaratamiento , que los otro. El género de la crisis constituye un género altamente
gestos que improvisamos de manera corriente en la vida Interpretativo en sí mismo, que por medio de la retórica
cotidiana se ven obligados a ser mucho más explícitos en convierte una condición que está evolucionando en una
términos estéticos, y afectivos. El cine y otras formas de SItuación intensificada dentro de la cual la reproducción
co
cJ registro no solo van archivando lo que se pierde; también de la vida se encuentra supuestamente sujeta a grandes ON
c'I

monitorean aquello que sucede en el tiempo que habitamos riMenazas para su supervivencia. Al mismo tiempo, como
antes de que las nuevas formas nos permitan reubicar den- sostiene en el capítulo tres, "Muerte lenta", el género
tro de nuestras convenciones la fantasía .de la vida sobera- de la crisis puede distorsionar un fenómeno estructural en
na que se despliega en las acciones. curso presente dentro del ámbito 'de lo corriente y hacerlo
A lo largo de su desarrollo, con el propósito de mani- parecer algo impactante y excepcional.
festar la disociación que los sujetos experimentan respec- Esto nos lleva al segundo propósito de este' libro, el de
to de su optimismo íntimo y económico, este libro descri- P.Mborar modos de prestar atención a los registros senso-
be, el funcionamiento de géneros nuevos, como la tragedia riales de las grandes crisis tal como estas impactan ,en el
de situación (en relación al melodrama y la comedia de ntido histórico'' del presente. La teoría de la vida cotidia-
situación), y de estéticas emergentes, como la del cine s ofrece un marco teórico convencional para la compren-
de la precariedad (en el que la relación con las.,'anteriores 38n del. mundo contemporáneo, a partir del, cual varios
tradiciones del neorrealismo esta signada por su atención Arialistas del presente histórico' intentan plantear nuevas
a la omnipresente precariedad social contemporánea, al perspectivas. Noobstante,..a la hora de identificar una es-
tiempo que sostiene un diálogo con los nuevos movimien- ttica de la precariedad a partir del archivo de expresio-
tos sociales organizados bajo las nociones de la "preca- nes europeas y estadounidenses que reúne, El optimismo
riedad" y la "precarización"). Planteo que estas nuevas vrul se aparta de cualquier recapitulación de la teoría, de
formas estéticas aparecen durante la década de 1990 para L* vida cotidiana. El interés euromodernista por el shock
dar cuenta de un cambio en el modo en que las viejas Wt trajeron consigo la anomia urbana y la sociedad , de
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R masas permitió elaborar una interesante noción del sen-
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empujan a encontrar modos de seguir viviendo. Las rela-
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sorio de principios del siglo pasado. Esta noción quedó ciones vividas observables a las que atiende esta perspec-
plasmada en la imagen de la multitud indiferenciada y tiva siempre poseen una historia previa y dan pie a una
B en la conciencia y la práctica compensatoria del fláneur poética de construcción del mundo inmanente. En este
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y la fláneuse, cuyos modos de escudriñar y recolectar el sentido, el modo en que estos académicos abordan la acti-
R
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presente supuestamente les habrían servido de alivio a la vidad del afecto articula procesos que en la conversación
A crisis, emancipándolos de lo privado, pero manteniéndo- académica no forman parte del ámbito de lo corriente: la
N los a cierta distancia mental de la excesiva cercanía del historia, la fenomenología, la confianza en la potencial
T mundo. Sin embargo, la teoría de la vida cotidiana ya no ejemplaridad de cualquier episodio y el trabajo incesante
describe los modos de vida de la mayoría de las personas.i. de la narración (incluida en ello también la crítica) en la
La versión más breve que puedo ofrecer de la explicación a, Construcción y mediación de mundos.
esto es que hoy la vasta mayoría de la población mundial No me interesa la noción de lo cotidiano como algo
vive en ciudades y accede a la cultura de masas mediante organizado por el capitalismo -tal como la encontramos,
múltiples tecnologías, sin verse afectada en consecuencia entre otros, en Lefebvre y De Certeau-, sino la. de aquello
por la misma presión por desaprender un viejo entorno y que siendo abrumadoramente corriente se ve desorganiza-
adaptarse al nuevo a la que acaso fueran sometidos sus do por él y por muchas otras fuerzas. Es una cuestión de
antepasados. Al mismo tiempo, como bien señala Nigeli 4nfasis, no un reparo teórico: en el presente, los ritmos de
m Thrift, aquella deriva reflexiva de la mirada que servía la existencia corriente -eso que Lefebvre llama el dressage m
de alivio a la fláneuse y al fláneur ya no tiene el mismol dama o domesticación], entendido como el modelo gene-
efecto, sino que se ha convertido en el ejemplo del sen- tal de la subjetividad- vuelven borrosa la distinción en-
sorio de masas al que han dado lugar los problemas de tro adaptación forzada, variación placentera y disolución
supervivencia que atañen al ámbito de lo público y que menazadora de las normas que confirman la vida. 15 Esta
suscitan una gran variedad de respuestas afectivas colec vida Corriente es un espacio de intersección por el que cir-
tivas ante la falta de forma de un presente debilitado por iitan muchas fuerzas e historias, y que está "al alcance de
amenazas constantes. 1* mano", como diría Stanley Cavell, para inventar nuevos
En sintonía con libros como Non-Representationa ritmos de vida, ritmos que de un momento a otro podrían
Theory [Teoría no representacional], de Thrift, Los no lu *etLdlficarse, convirtiéndose en normas, formas e institu-
gares. Espacios del anonimato. Una antropología de la so ones.'6 Cada uno de los capítulos que siguen se interna
bremodernidad, de Marc Augé, Un gigante en convulsione *fl. Lo Corriente desde la perspectiva de la crisis en curso,
El mundo humano como sistema nervioso en emergenci:. yet libro en su conjunto rastrea la "crisis corriente" desde
permanente, de Michael Taussig y Ordinary Affects [Afec iflUltiples puntos de vista en función de distintos vectores
tos corrientes], de Kathleen Stewart, 14 El optimismo cru de privilegio.
presta atención a aquellos discursos que piensan lo co Lo determinante aquí no es ver aquello que les sucede
rriente como un impasse causado por la crisis, dentro d *personajes estéticamente mediados como un equivalente
cual las personas desarrollan destrezas que les permite de lo que les sucede a las personas, sino entender que
adaptarse a las novedosas y proliferantes presiones que .l *1% tos escenarios afectivos que presentan estas obras y
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R discursos es posible advertir distintos argumentos acerca impactos catastróficos. 18 ¿Qué persigue con ello? Dado el
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de la situación de la vida contemporánea. 17 En ciertas oca- Sitio primordial del trauma en la descripción de severas
siones empleo términos como "neoliberal" o "transnacio- transformaciones de la salud física y la vida de las perso-
nal" en un sentido heürístico que apunta a un conjunto nas, podría parecer sorprendente pensar el trauma como
de procesos deslocalizados que, a partir de la década de un género más para considerar el presente histórico. Pero
1970, han desempeñado un enorme papel en la transfor- en la teoría crítica, tanto como en la sociedad de masas en
mación de las normas políticas y económicas: de reciproci- qeneral, a lo largo de los últimos ochenta años el "trauma"
dad y meritocracia instauradas por la posguerra. Con ello se ha convertido en el género principal a la hora de des-
no afirmo que den lugar a un sistema de homogeneización cribir el presente histórico como la escena de una excep-
del mundo cuyas fuerzas ejercen y producen los mismos; ción que acaba de destrozar una vida corriente, carente
efectos, o afectos, en todas partes. Las diferencias son de singularidades, que supuestamente habría de continuar
importantes, y también las continuidades. Mi método con-; y respecto de la cual las personas se sentían seguras y
siste en leer algunos patrones de adaptación presentes confiadas. Este libro piensa lo corriente como una zona
en contextos estéticos y sociales específicos para tratar de convergencia de muchas historias, donde las personas
de establecer qué hay de colectivo en ciertos modos de gestionan las incoherencias de vidas que siguen su curso
actividad sensorial que se dirigen a la supervivencia y má øn presencia de amenazas para la buena vida que imagi-
allá de ella. Cada capítulo presta atención a distintas rela nan Las fuerzas catastróficas toman forma en esta zona
cJ
ciones dinámicas de hipervigilancia, agencia insuficient y se convierten en acontecimientos dentro de la historia (-n

y dispersión de la subjetividad bajo el capitalismo con, Vivida. Sin embargo, la teoría del trauma suele centrarse
temporáneo; pero lo que "capitalismo" significa en cada en el shock excepcional y la pérdida de información que
uno de ellos varía mucho, ya que cada caso plantea s. produce en la memoria y la experiencia de la catástrofe,
propia caracterización singular de las fuerzas generale dando a entender de manera implícita que los sujetos por
que dominan la producción de ese sensorio histórico qu Lo general archivan las intensidades de manera prolija y
está demasiado ocupado tratando de construir sentido• eficiente, con miras a tener un fácil acceso a ellas.
de mantener su apego aaquello con lo que debe trabaj Un acontecimiento traumático no es otra cosa que
por su vida. Un acontecimiento que tiene la capacidad de provocar un
Esto me lleva al último propósito' conceptual de est: trauma. A mi juicio, a la mayoría de los sucesos que obli-
libro. Ya he señalado que me aparto de los modelos mo' can a las personas a adaptarse a un cambio en curso les va
dernistas, para los cuales la vida cotidiana en la ciuda rnjor la caracterización que propone el concepto de crisis
entraña una sobrecarga cognitiva, con el propósito d, itmica o "carácter corriente de la crisis", y que es preciso
abordar un espectro más amplio de los géneros físicos caguirlas con un ojo puesto en el modo en que 'el impacto
estéticos que median entre las presiones del, moment activo toma forma y resulta mediado. Tanto para la' his-
actual y el sensorio del sujeto. Por consiguiente, El op; como para la conciencia, la crisis no constituye una
timismo cruel propone dejar de lado el discurso del trau excepción, sino un proceso inmerso en lo corriente que se
ma -de Caruth a Agamben- a la hora de describir qué l. b*pliega en relatos acerca de los modos de atravesar lo
sucede a las personas y a las poblaciones como efecto ti abrumador. Cada uno de los capítulos que siguen explica
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por qué pensar una lógica de adaptación a la escena his- contingencia en el trabajo de localizar cualquier proceso
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N tórica tiene más sentido que adoptar una perspectiva que en una vida, una escena 'o un 'evento. Podrían tomar 'el
confunde lo intenso con lo excepcional y lo extraordina- sentido del trauma como algo igual a su afirmación de ex-
B rio.. Lo. extraordinario, siempre resulta ser la amplificación cepcionalidad. Podrían pensar que la precariedad es .exis-
E
de algo que ya estaba en funcionamiento, en el mejor tencial. Podrían 'sostener que la perspectiva, estructural
R
L de los casos la ruptura de un límite lábil, no un punto constituye una sobresistematización del mundo.
A de partida después de dar un portazo. En el impasse que A este conjunto de objeciones,' por mi parte, respon-
N produce la crisis, el ser se mantiene a flote; principalmen- dería que la' recesión actual es el resultado de décadas de
T
te, se ocupa de no ahogarse. Incluso aquellas, personas bUurcación de clases, movilidad social descendente y de una
que podríamos considerar vencidas, son seres vivos que fragilidad ambiental, política y social que ha ido en pro-
intentan establecer cómo seguir aferrados a la vida desde gresivo aumento desde la era Reagan. La intensificación
- su interior, o por lo menos proteger su optimismo de que de dichos procesos, que reformula las convenciones de la
así sea. La profética descripción que ofreció Marcuse de la subordinación racial, de género, sexual, económica y a la
sociedad estadounidense de posguerra es bastante gráfi- nación, también ha supuesto el incremento de la probabi-
ca: mientras que las personas se tranquilizan contándose tidad de que la' contingencia estructural cree situaciones
historias sobre cómo derrotar al sistema o ser derrotadas de crisis manifiesta en la existencia corriente de un núme-
por él, "continúan la lucha por la existencia en formas, r o mayor de personas.'..
lt
Çn dolorosas, costosas y obsoletas'Y 9 Con ánimo crítico, también podría señalarse que el ar- L1
en

Considero que estas distinciones conceptuales acerca chivo de este libro, que reúne formas de conocimiento es-
de cómo consideramos la incesante actividad de la preca-, iticas y convencionalmente empíricas, se permite hacer
riedad en el presente son relevantes, y cada uno de los: grandes afirmaciones acerca de cómo viven las personas
casos analizados apunta a 'dilucidar de qué manera estas hoy partir de pequeños objetos, afirmaciones que .provie-
distinciones podrían permitirnos.' abrir escenas que hastal flen de una gran variedad de materiales para ninguno de
ahora hemos delegado a la lógica del trauma, con su lógi. tos cuales establece su propia etnografía ni recolecta datos
ca eminentemente ahisto.rizante. Algunos. lectores podrían $.tMidos de diarios, cartas u otros materiales primarios
objetar que complico demasiado las .cosas.. Dirían que las de historia social y autobiografía. ¡Es muy cierto! Este
fragilidades y el cará.cter. impredecible de vivir acorde ' lihia no ofrece casos sociológicamente empíricos, acerca
la fantasía de la buena vida y sus fallas sistémicas que 4@ personas que consiguen derrotar al sistema y otras que
advierto 'no son otra .cosa que "mala suerte", en un con iicumben a su estrés sistemático, si bien se nutre en buen
texto general de movilidad ascendente, intimidad confia- 1*do de un cuerpo '.interdisciplinario' de material secu.n-
ble y satisfacción política que ha bendecido a los mundo ds'to al respecto. 'Este es un libro acerca del padecimiento
político/económico liberales desde fines de la Segund. una fantasía, una forma de vida colectivamente inves'-
Guerra,Mundial. Para 'ellos, estos desastres experimenta. ft..i: la, buena vida.. En la medida en que .dicha fantasía .se
dos de manera colectiva se deberían a una convergenci, ha Vuelto m á s fantasmática, debido .a que guarda cada vez
de accidentes en el marco de un sistema imperfecto, M#fing relación con el modo de vida de las personas (es de-
tampoco estarían tan errados; hay un enorme grado d Iftdado que el mapa se ha desdibujado) su padecimiento
INTRODUCCIÓN

se manifiesta en un conjunto emergente de convenciones iigún impacto en él que guarde relación con el que causa
estéticas que afirman un realismo afectivo ligado a ritmos n nosotros.
de supervivencia encarnados y afectivos. A lo largo de este Los capítulos que siguen fueron escritos a paso len-
libro, genero casos ejemplares de adaptación a la pérdida to, durante un período de siete años que coincidió con
de esta fantasía de sustento por medio de la construcción de que empezara a dar cursos sobre la teoría del afecto. No
un archivo del impasse o momento transicional, e indago proponen ningún abordaje ortodoxo para la producción de
sobre qué puede llevar implícita la idea de prosperidad la evidencia y la comprensión del afecto, ya sea de tipo
en una sensación creciente de contingencia. Sin embargo, ticurológico, psicoanalítico, esquizoanalítico, histórico o
no pretendo ser exhaustiva respecto de los modos en que: nOrmativo. 20 Establecen los conceptos y géneros del senso-
puede ocurrir o ha ocurrido la adaptación entre fantasía y. rio del presente a partir de la observación de patrones que
vida en un contexto de creciente angustia acerca de lo qu medían entre distintas fuerzas sociales y resultan ejem-
ha sucedido, sucede y potencialmente podría suceder eni plares de una determinada escena de socialidad. Cuando el
la relación entre las vidas singulares y los. mundos capita-: abordaje metateórico contribuye a explicar de qué manera
listas translocales. El optimismo cruel le da nombre a un alquna determinada tradición de pensamiento contribuye
tipo de relación personal y colectiva, e intenta definirl Iluminar un particular estilo de actividad dentro del mo-
en un momento histórico que se ha vuelto tan transnacio! mento presente estirado, se procede a dicho análisis.
nal como lo son hoy la circulación del capital, el liberalis Durante el proceso de escritura de este libro, por
ko 1
rn mo de Estado y la fantasía heterofamiliar y de movilidadi ojemplo, aparecieron dentro de la teoría del afecto y la cn

ascendente de la buena vida. (*tnia queer otras propuestas acerca de la esperanza, el


Como es notorio y patente en mis trabajos anteriorel optimismo y la felicidad. Este no es el lugar para escri-
con estudio de casos, algo que me interesa sobremaner, t una detallada reseña de la relación que El optimis-
es la generalización, ese proceso por el cual se extirpa $10 cruel guarda con dichos proyectos, pero cuestiones
singular de su ubicación en la historia de una persona. 4e orden metodológico imponen la necesidad de plantear
en una historia irreductiblemente local y se lo pone a cir #Jias pocas palabras. El bello e incisivo trabajo de Michael
cular corno evidencia de algo compartido. Esto forma part øflediker Queer Optimism, que afirma su solidaridad pro-
de mi método: rastrear el hacerse general de las cosas sirif !óptica con el presente proyecto, comparte muchos de sus
gulares, y dilucidar su materialidad por medio de la inda $Uputstos acerca de los modos en que el optimismo puede
gación sobre su resonancia en distintas escenas, inclus ii'..nifestarse bajo la forma de afectos que normalmente no
aquellas conformadas por actividades lingüísticas aunqii IbCiamos al optimismo, como por ejemplo la vergüenza.
no verbales, como los gestos. La estética no es solo e 4 Affibos nos interesa también el tipo de actividad afectiva
lugar donde reacondicionamos nuestro sensorio por medf hace que los seres se vinculen con el presente, en vez
de la incorporación de nuevo material y el refinamient : con los futuros. Sin embargo, hay diferencias signifi-
de nuestra relación con él. También nos ofrece parámetro i*Itvas. Su proyecto se ocupa de conceptualizar el opti-
que nos permiten entender cómo espaciamos y alternam . ruo queer más que el optimismo a secas (sobre el tema,
nuestros encuentros con las cosas, cómo gestionamos *1 Wlnnicott y Leibniz), y construye el optimismo queer
excesiva cercanía del mundo y el parejo deseo de causa. Rulo un espacio reflexivo que permite meditar acerca de
L INTRODUCCIÓN
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aquellas condiciones del mundo que vendrían a ser me- resistencia y la adaptación al mundo, y en particular a
E
N recedoras de optimismo. Por consiguiente, su libro una y un mundo contemporáneo signado por- una mayor preca-
otra vez se ve llevadoo-a equiparar el optimismo del apego riedad y una disolución normativa cada vez mayor, de no
al sentimiento de optimismo como tal, y el optimismo a la ser por un entrenamiento en las múltiples teorías críticas
felicidad, a sentirse bien e incluso a una versión optimista de aquello . que Adorno denominó el "podría haber sido
del optimismo. En esto disentimos. Su principal interlo- distinto" del compromiso: la teoría queer, el psicoanáli-
cutor vendría a ser La promesa de la felicidad, de Sara MIs, la deconstrucción, la teoría antirracista, los estudios
Ahmed, 21 quien al igual que Snediker no trabaja en reali- sobre la subalteridad y otras historiografías etnográficas
dad sobre el afecto, sino sobre la emoción; a diferencia d e:. radicales del presente (tanto antropológicas como socioló-
él, no obstante, Ahmed se muestra escéptica respecto del gicas y periodísticas) que infieren sus conceptos partir
optimismo, al menos bajo la forma que este adopta en los: del monitoreo de determinados patrones, y de la atención
regímenes contemporáneos de felicidad obligatoria, mu- que prestan al modo en que va cobrando .forma el queha-
chas veces represivos de la disidencia. También se muestra.,,' tr humano. .
más positiva respecto de sus opuestos, tales como .elma[ Las ideas de este libro acerca del optimismo están más
humor y la melancolía. torea de las elaboradas en torno a la esperanza por Anna
El optimismo cruel es un proyecto más formalista qu- Potamianou en.Hope: A Shield in the .Economy of Border-
cualquiera de estos. En el contexto de este libro, el optimismo Une States [La esperanza: un escudo en la economía de
co
cn se manifiesta en determinados apegos y en el deseo de tea estados borderline] y José Esteban Muñoz en Utopía
sostenerlos; el apego .aparece como una estructura de qur, 22 con la salvedad de que dichas obras se orientan
lacionalidad. Pero la experiencia del afecto y la emoción,, h.cta el futuro. Así, Muñoz caracteriza la esperanza como
que se sujeta a dichas relaciones es tan extremadamente" Mqo que, desde los asuntos inconclusos del pasado, apun-
variada como los contextos de vida en los que hacen su ti hacia un futuro más allá del presente con el propósito
aparición. El apego optimista está vinculado a la propi de que el sujeto (queer) pueda sustentarse dentro de él;
continuidad o a la continuidad del mundo, pero es posibl •fla u caso, el presente es explícitamente construido como
sentirlo de muchas formas distintas, en un amplio espec •LUM prisión." Para Potamianou, la esperanza (en el caso
tro que va de romántica o fatalista a insensible, o nada. it los pacientes. "b.orderline") también es principalmente
Por consiguiente, me abstengo de afirmar que algún U* fijación con una relación de futuridad que constitu-
cualquier modo experiencial de la reflexividad emociona.
sea . particularmente queer,. deseable, , resistente, -revol
.p una defensa problemática ante las contingencias del
1 $ente, En ambos casos, el presente es más o menos un
cionario o lo. contrario. Procuro dilucidar las condicione' prubtema que debe resolver la proyección temporal que
bajo las -cuales ciertos apegos a aquello que. .se entiend, -4pUfla la esperanza. En la mayoría de los -casos con los
por vida adquieren o dejan de tener sentido, pero au: 4U0 trabaja Potamianou, por otra parte, se advierte ade-
así continúan, siendo potentes, en la medida en que con-' ffl44 un fuerte componente de pasividad la esperanza mu
siguen obstaculizar la .prosperidad de determinados se, veces supone la espera de. que ocurra algo específico,
res y colectivos. No - obstante, no podría haber elaborad la autora reconoce que en ocasiones también puede
ninguna idea acerca de los múltiples modos del apego, 1., :$mtjr la vinculación de las personas a una vida genuina
INTRODUCCIÓN

y activa. En mi trabajo, en cambio, el optimismo no es el siete), y por lo general sigue otras trayectorias, ligadas
mapa de una patología, sino un tipo de relación social del i tos ámbitos del trabajo, la vecindad y la intimidad, que
que participan los apegos que organizan el presente. Se constituyen el material más inmediato y manipulable de
trata de una orientación hacia el placer ligada a la acti- la fantasía de la buena vida.
vidad de construir el mundo, que puede guardar relación El hecho de que lo corriente esté impregnado por la
o no con posibles futuros. Al igual que a Potamianou, me: fantasía justifica el intento de este proyecto p4ci
interesa la complejidad del vínculo que nos une a la vida un contexto materialista paral ría del afecto. En un
Incluso cuando se convierte en una relación cruel, sería principio, la teoría del afecto no tendría ningún lugar en
erróneo considerar la negatividad del optimismo como el el trabajo de la historia literaria, o de ningún otro tipo.
síntoma de un error, una perversión, un perjuicio o unAl. iUes Deteuze sostiene, después de todo, que los afectosi

H
verdad oscura; muy por el contrario, el optimismo es unas actúan sobre los sistemas nerviosos de los mundos, no dej
escena de sostenimiento negociado que vuelve soportable ls personas;" Brian Massumi presenta el sistema nervioso
la vida tal como esta se presenta, en términos ambivalen- omo algo tan autónomo que los as afectivos no pueden
tes, desiguales e incoherentes. 1 sor intencionales, a diferenci de las realidades afectivas,
A diferencia de ellos, el maravilloso Against Paranokl que tas
Nationalism [Contra el nacionalismo paranoico], d tluLr posibilidades futuras de la concaencia 26 Debido a que
1 Ghassam Hage, rastrea la "disponibilidad, la circulaciól plantea el sujeto de la historia como uno principalmente
y el intercambio de esperanza" en el marco de la culturai activo y recesivo, esta concepción sensorial del campo
nacional australiana, y considera que el acceso desigua' histórico ha engendrado varias sospechas. Slavoj iek,
al afecto constituye un mapa emocional que permit ptn ejemplo, infiere que una política deleuziana, o algo
reconstruir el sentido de pertenencia en el momento his •$1 como una política del afecto, acaso no sea otra cosa
tórico contemporáneo a su funcionamiento. 24 En un traba. que un oxímoron o, peor aun, un modo burgués de en-
jo de este tipo no hay demasiada diferencia entre lo que é. *flcdrar el ensimismamiento sensorial convirtiéndolo en
llama esperanza y yo, optimismo. Sin embargo, su agud Wis actividad radicalmente ingobernable del ser. 27 ¿Signi-
análisis de la política clasista del miedo (de los otros in ftu esto que hablar de la actividad afectiva en términos
ternos, como por ejemplo los inmigrantes) contra la polí pottttcos o históricos no es más que reflejarse narcisista,
tica del cuidado (basada en una relación de dependenci b*tarica o pasivamente en el presente? Massumi y Teresa
social general a la que se considera una obligación étic tknnan -quienes escriben dentro de la tradición lacania-
y política) tiene por actor central al Estado y se ocup fli sostienen, como yo, que las atmósferas afectivas no
de las expectativas específicas respecto de la agencia d': Ofl ñolitarias sino compartidas, y que los cuerpos se ocu -
Estado en el marco de un régimen capitalista neoliberal $fl Continuamente de evaluar sus entornos y reaccionar
lo que en él se pone en juego. Por el contrario, la actitu *los atmósferas dentro de las cuales se encuentran. 28 Esta
optimista ante la buena vida que me interesa analizar e 10$0-ct6n del concepto de "estructura de sentimiento"
este libro está directamente relacionada a la crisis en Y Mymond Williams sostiene que independientemente de
participación del Estado en la vida económica y legal d t que se plantee respecto del sujeto como agente sobe-
los actores sociales y las poblaciones (véase el capítuf IflO do 1,a historia, es posible sostener que las respuestas
L INTRODUCCIÓN
A
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E
afectivas ejemplifican de manera significativa el tiempo porvenir, El optimismo cruel se ocupa de rastrear la des
N histórico compartido. 29 hUachada relación existente entre las prácticas estatales
Lo que sigue en este libro avanza junto con estas tra- y económicas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y
diciones críticas en el trabajo de señalar los contornos y ciertas fantasías de posguerra acerca de la buena vida que
las posibilidades de abordar el componente afectivo de la repiten en todas las regiones liberales, socialdemócra-
conciencia histórica, en particular cuando el problema en tas o relativamente prósperas. Pero de qué hablamos al re-
cuestión es la aprehensión del presente histórico. Se ocu- trtrnos a una - región" o "lugar" es una realidad variable:
pa de la observación de fuerzas subjetivas que se presen- a veces se trata de ciudades, a veces de naciones, a veces
tan entrelazadas con la causalidad estructural, intentando de una zona transnacional instituida por los patrones mi-
evitar las clausuras de una lectura sintomática que con- Ur4torios o el flujo del capital; a veces de un dormitorio, a
vertiría a los objetos del optimismo cruel en cosas malas y veces del interior de la cabeza de una persona.
opresivas y a sus sujetos en síntomas emblemáticos de la El afecto ingresa en la descripción de la disolución de
desigualdad económica, política y cultural. En tal sentido, Ost*s fantasías de la buena vida no como síntoma de la per-
por ejemplo, ya he señalado en otra parte que los críti- niciosa marca de alguna ideología o modo de producción
cos interesados en los modos en que las fuerzas estructu- en la dignidad, la resiliencia, el deseo o el optimismo. Su
rales se materializan a nivel local a menudo convierten jwtaleza como espacio de potencial esclarecimiento pro-
la noción heurística de "neoliberalismo" en un soberano. ano de los modos en que registra. las condiciones de vida çn
homogeneizador del mundo, de intenciones coherentes,. que circulan entré personas y mundos, tal como estas se j.

capaz de producir sujetos funcionales a sus intereses, al; drsrotlan en el tiempo vivido, y potencia determinados
punto tal que sus acciones singulares tan solo parezcan *psqoe, Como señala André Green, el afecto es una cate-
personales, afectivas y libremente intencionales, cuando. oria metapsicológica que abarca tanto lo interno como
en realidad no son más que el resultado de los efectos Ao externo a la subjetividad. Pero es también mucho. más
de fuerzas poderosas e impersonales. 30 Al mismo tiempo, 4110 eso Su actividad satura las performances corporales,
sin embargo, plantean una singularidad tan radical que, ultimas y políticas de adaptación que convierten a una
si bien las personas no son enteramente soberanas, lasl ttÓnfera compartida en algo palpable y, en los patrones
muestra comprometidas en la tarea de dirigir y recons- Je impone, deja entrever una poética, una teoria pues
truir un mundo que no logra saturarlas por completo. Estal J.flpráctica acerca del funcionamiento del mundo.
caracterización dialéctica, empero, no logra dar cuenta La saturación de la forma por el afecto tiene la ca
de las desordenadas dinámicas del apego, la autoconti- 14ad de comunicar las condiciones bajo las cuales un
nuidad y la reproducción de la vida que constituyen las, ~minado momento histórico se presenta como un mo
escenas materiales de seguir viviendo en el presente, y es $fltO visceral, evaluando el modo en que algo que sucede
justamente allí donde la conceptualización de la afectivi
dad resulta esclarecedora. Dé manera similar, he descrit
también cómo, en su recolección de escenas de una adap::
I flçuentra su genero lo cual es otra manera de decir que
T1etitra su acontecimiento.. Por ello, además. de la im-

I
jhnbk posibilidad de inferir de los patrones de respuesta
tación afectiva a la materialidad que media el present iltIv cE estado de las relaciones históricas estructu-
que se despliega en función de lo reciente, el ahora y e NI$I nflrrno que la plasmación estética o formal de la
L INTRODUCCIÓN
A
u
R
E experiencia, afectiva nos brinda evidencia de procesos his- ü objeto o mundo, y rastrea en ellas la relación entre la
N tóricos. ¿Cómo es posible que las huellas de lo afectivo perdida de una cosa singular (es decir, un modo de estar
en lo estético sirvan de evidencia de algo, más allá del n el mundo en relación con los objetos) y el estado de
B
mero registro del ingenio o la ideología escrituraria/lec- optimismo en sí. En tres obras distintas -"Untitled" [Sin
E
R
tora como tal? titulo] de John Ashbery, "Exchange Value" [Valor decam-
L Los primeros dos capítulos de este libro constituyen. blol de Charles Johnson y Was de Geoff Ryman- podemos
A una unidad que busca dar respuesta a tal pregunta. De allí observar la representación del apego a un objeto/mundo a
N
en más, el libro se interna en la escena de la reestructura-, posar de su fracaso, y revelan la importancia de considerar
T
ción 'neoliberal de lo corriente, y rastrea las adaptaciones. t impacto del privilegio sexual, racial y de clase a la hora
fantasmáticas, afectivas y físicas que organizan en cada de considerar quiénes tienen la capacidad de soportar la
capítulo distintas representaciones de la supervivencia en pérdida de un modo de (estar en la) vida.
el impasse del presente, lo que nos lleva a preguntarnos si El capítulo dos, "Los intuicionistas", retoma ese traba-
seguir teniendo un optimismo cruel no es mejor acaso qu& .0 pstético-afectivo, que en el capítulo anterior se ocupa
no contar con ninguno. do remediar la subjetividad, y lo proyecta sobre el campo
EL capítulo uno, "El optimismo cruel", presenta un, hlfttórico. En este caso, la subjetividad es representada
modelo para el reconocimiento de escenas en las que la: por la categoría de la: "intuición' ta intuición funciona
-4-
pérdida de un objeto parece conllevar la pérdida de todo eemo un mecanismo de archivación de los afectos expre-
-4- un mundo y por consiguiente una pérdida de seguridad' $ldoN en el comportamiento habituado y espontáneo que -4-

acerca de cómo seguir viviendo, incluso en el micronivel pou.. ce gestionar el presente histórico. En este libro, "el
del comportamiento corporal. Aborda en términos c oncep 0Oiite en curso" es un lugar donde los pasados se espa-
tuales la pregunta sobre los modos en que las personas. tIuii entre muchos otros lugares distintos que conver-
mantienen su vinculación a formas de vida que compro- en el modo en que el sensorio de las personas percibe
meten su bienestar, y para ello reformula la noción d ts condiciones de su escena histórica. El presente está
objeto de deseo no como una cosa (o una relación), sin *flbrødeterminado por el anacronismo. El presente en cur-
como un manojo de promesas imantado por una cosa que el también la zona de convergencia de la actividad
se presenta como un objeto pero en realidad es una escena: $Uticn y económica que denominamos estructural en
en el sentido psicoanalítico del término. Este giro obedece MedIda en que impregna lb corriente con sus deman-
a dos propósitos fundamentales. El primero es clarifkat normativas de organización psíquica y corporal Las
por qué la incoherencia del objeto respecto del deseo no MeFIU de este capitulo están tomadas de obras de arte
solo pueda no representar un impedimento para que el JnmorMs en crisis colectivas la película Habit de Gregg
sujeto lo sostenga, sino incluso pueda servirle de protec-. ØØdewltz, y el cuento"Así vivimos ahora de Susan Son
ción. El segundo es analizar qué nos permiten descubrir, M erqnizan su primera parte Ambas obras documentan
a propósito de los impedimentos para el cambio social y pidenila del sida como una crisis en el sensorio histo
personal, ciertos apegos que se vuelven fundamentales del presente Catalogan los efectos destructivos de la
para el optimismo, aun cuando resultan perniciosos. Este. sobre el habito y toman en consideración la
capítulo mira con detenimiento tres escenas de pérdida multIpiicidad de dominios en los que ha sido preciso
INTRODUCCIÓN
L
A
u
R lateral", un modo de bordear la conciencia en el ámbito
E
reinventar la habituación, junto con 'el significado mism '4

N de estar en lavida. La segunda;parte se ocupa deuna tra 4e lo corriente que les permite a las personas sobrevivir al
dición poco estudiada .del :pensamiento acerca del afecta strés que ejercen sobre su sensorio las dificultades plan-
vinculada a la teoría cultural marxista, y se concentra e tadas por la reproducción de la vida contemporánea.
la mediación histórica del .presente,bistórico en la novel El capitulo cuatro, "Dos muchachas, gorda y flaca",
histórica. El final del capítulo, aborda el análisis de do tr a ta acerca de la novela de Mary Gaitskill'Dos mucha-
novelas históricas del presente motorizadas por dos pro as, gorda y flaca, pero también acerca de la obra de Eve
tagonistas mujeres, de las que se dice que tienen una in Kosofsky Sedgwick. La decisión de incluirlas en este libro
tuición supersensitiva: The Intuitionist [La irztuicion,ista tuvo que ver con su mirada respecto del modo en que
y Pattern Recognition [Mundo espejo]." En estas dos nove sujetos que atraviesan una crisis -sea un trauma personal
las, una catástrofe desplaza a la intuicionista fuera de si e un alzamiento social- buscan aliviarse de la coercitiva
zona de confort de una manera que la obliga a reorganiza •udosoberania que les impone la personalidad por medio
la sensación y la memoria racial y política en el context de su inmersión en distintos apetitos. La novela de Gaits-
de un presente en curso que debe ser asimilado y dirigido kIU brinda un archivo de gestos autointerrumpidos que
para luego avanzar hacia una apertura que no supone l •tdbora la mediación de la comida y el apetito sobre la
rehabituación, la invención de nuevas normatividades. *qencla lateral y la soberanía interrumpida descriptas en
la elaboración y la superación del trauma. A diferencia d la muerte lenta' Funciona en el marco de las caracterís-
lo que sucede con los materiales analizados en el capítulc tku técnicas convencionales de una subjetividad moldea- '3.

uno, en los que protagonistas estructuralmente desfavore #A .por el trastorno de estrés postraumático, pero retrata
cidos se ven perjudicados por la pérdida de toda seguridac si si:. odo en que los sujetos se mueven por la vida buscando
intuitiva ante la súbita transformación de sus mundos, lo Un descanso del circuito'. ininterrumpido del trauma y la
sujetos de este capítulo no salen perjudicados, sino qu€ psnsación que sus historias parecen imponerles. El in-
tienen el optimismo necesario para reconstituir hábitos d 'N$ del capítulo por la obra de Sedgwick está vinculado a
prosperidad ante la pérdida de la seguridad que les brind Øft deseo de desubjetivizar la queeridad y verla encarnada
la intuición. *tpiActicas alternativas de vida que no requieren que la
Los capítulos tres a siete abordan el impacto que h se convierta en la expresión de una orientación
tenido la reestructuración neoliberal sobre las fantasías d o sea parte de un programa político que proponga
la buena vida en el mundo contemporáneo. ••:
El capítulo tres, "La muerte lenta", retoma el interé Ø Kl capitulo cinco Casi utópico, casi normal el afecto
del que lo precede por la actividad de marcar un present fordista en La promesa y Rosetta recupera las pregun-
histórico formulándolo en términos de crisis. En término al final de los capítulos anteriores en torno
concretos, aborda lo que ha dado en llamarse la "epidemi i$ iÑtertcia de un lugar de descanso para el sujeto en
de obesidad' Desafía el supuesto de que la subjetividad el del caos que suponen la conmoción intima y la eco -

siempre, por .lo general o en la mayoría de los casos sobe 0% En este capitulo dicha problemática aparece li-

rana, y reemplaza la noción de, soberanía con un modé.i, lo normatividad de las relaciones de parentesco (es
de agencia sin intencionalidad al que denomino agenci familia"). Al igual que en el capítulo anterior,
L INTRODUCCIÓN

A
u
la crisis circula entre historias de personas individuales y dmbivalencia respecto de la. seguridad (la prisión weberia-
N un contexto histórico sobre determinado. En este caso, la na del trabajo desencantado) se enfrenta a un desapego
crisis comienza en el mundo más que en el sujeto. Dado el de ella (todo es contingente)? ¿Cómo llegamos a entender
8 lugar central de los niños en los análisis de la glóbaliza- la emergencia de esta situación como una crisis 1 objetiva,
ción, la migración, la explotación laboral, el posfordismo intida? Este capítulo presta atención al comportamiento
L y l otros fenómenos similares, este capítulo recurre a dos. y los modales sobre el final de una era de obligación social
A películas centradas en ellos (Rosetta [1996] y La promesa. y pertenencia, con el fin de rastrear una gran variedad de
N [1999], de los hermanos Dardenne) para elaborar una no-: crisis que afectan a las categorías de clase, género, raza y
T
ción de afecto posfordista. La idea de afecto posfordista ración: la precariedad ya no es más una cuestión delegada
designa en este contexto el modo en que el sensorio se íoio en los pobres o en los sans-papiers [indocumentados].
abre camino a través de un presente posindustrial, el achi- El capítulo siete, "Sobre el deseo de lo político", tiene
camiento del Estado de bienestar, la expansión de las eco-"1Í, dos focos. La gran pregunta que se plantea es: ¿en qué
nomías grises (semiformales) y el exponencial incremen- flioniento el deseo de lo político se transforma en una ins-
to de la migración transnacional, con el correspondiente tancia de optimismo cruel?. El archivo en el que prosigo
aumento del racismo y el cinismo político. El capítulo se, esta indagación abarca la centralidad del sonido y la voz
pregunta por qué el agotamiento y la corrupción de las fa- N distintas performances de intimidad, autenticidad y
milias en una economía frágil produce en estos niños, si tuiitencia política. Sostenido por el "filtro" mediático de
embargo, el deseo de tener una vida "normal", "la buená Id política de masas hegemónica, este capítulo se ocupa -4-

vida". Concluye con una reflexión acerca de la crueldad del de una gran variedad de obras de arte modernistas y de
optimismo normativo y los significados cambiantes de 1 guardia que procuran afectar el sensorio político con-
movilidad en la escena del capitalismo global. tifflporáneo por medio de una refuncionalización de la
El capítulo seis, "Después de la buena vida, un impasse mediación aural. Dichas obras se ocupan de catástrofes
Recursos humanos, El empleo del tiempo y la precarieda. 4110 han permeado la vida corriente y se han vuelto parte
del presente", trata acerca de la erosión de la fantasía dJ dI campo político actual: Irak (en The PSA Project, de
la buena vida, específicamente ligada al ámbito del trabajo
el salario familiar y la movilidad social ascendente. Tom
por casos dos largometrajes de Laurent Cantet (Recursos h. IZ-
t thia Madansky) y la sociedad de vigilancia euroesta
nidense contemporánea (con los Surveillance Camera
ete), el sida (Organize the Silence, del grupo activista
manos [Ressources humaines, 1999] y El empleo del tiemp - ro Ultra-Red), el huracán Katrina (South of Ten, un
[L'Emploi du temps, 2001]); su propósito es abordar los nu rtwMetraje de Liza Johnson), y las escenas de luto pú-
vos lenguajes afectivos .de la economía global contempor• que rodearon a los sucesos del 9 de septiembre y la
nea en Europa y los Estados Unidos -lenguajes de ansieda ite de JFK hijo (Slate.r Bradley). Las obras de Bradley y
contingencia y precariedad- que hoy ocupan el espac un ponen un particular énfasis en el dominio yuxta-
que antes solían ocupar el sacrificio, la movilidad soci - ro de La inmediatez social. En The Female Gomplaint,
ascendente y la meritocracia. ¿Qué sucede con el optimi 1 Lo yuxtapolítico como el proyecto de construcción
mo cuando la muleta de la futuridad, que permite avan JftI1ttdo de un público íntimo que organiza la vida sin
por la vida, se hace astillas? ¿Qué sucede cuando una vie 1( ÍA Las instituciones políticas dominantes. Estas
INTRODUCCIÓN

obras plantean una serie de preguntas acerca del arte polí- u ollan ante las nuevas precariedades respuestas distintas
tico cuyo propósito no- es refuncionalizar lo político, sino de aquellas que desarrollan quienes dan por sentado que
producir una exploración lateral de un lugar distinto que habrán de ser protegidas. Pero ninguno de los estilos flor-
en un primer momento solo se percibe como atmósfera. La ÍnatlVOS de gestión del afecto de estas condiciones satura
sección final del capítulo se ocupa del activismo anarquis- en el caso de alguna persona la totalidad de su ser, de su
ta antineoliberal contemporáneo, y se pregunta qué tipo psicología, de su modo de interactuar con sus pares y con
de aperturas del optimismo cruel podemos encontrar en t1 ¡viundo,o de su experiencia del mundo como una fuerza
sus formas de apartarse de la nación/Estado como objeto. que la afecta.
optimista. Algunos sostienen que las diferencias entre ciases y
Desde cierto punto de vista, entonces, puede decir-, poblaciones tradicionales resultan hoy menos importantes
se que El optimismo cruel es una suerte de historia pro- que las convergencias y solidaridades que comienzan a
pioceptiva, una forma de pensar que considera que las51 mtrqer en torno a la singularidad y la precariedad. Este
normas representadas de la adaptación corporal resultaii fipumismo político despierta mi interés y mi escepticismo,
clave a la hora de entender la circulación del presente tWo planteo en los capítulos seis, "Después de la buena
como una sensación histórica y afectiva. Como sostiene kI.i", y siete, "Sobre el deseo de lo político' El libro pres-
Fredric Jameson, la actividad de vivir en el marco y má ta atención a estas variaciones de la situación sensorial y
allá de la actividad normativa se inscribe en la forma liui correspondientes tensiones que plantean en espacios
Ln pero en mi caso me interesan menos las forclusiones de 1 tu vastos como las atmósferas de contingencia colectivas UI

forma que los modos en que la actividad de ser históic y tan pequeños como el gesto de un labio que tiembla en
encuentra su género, que es lo mismo que encontrar s. P uterpo de una persona que se siente amenazada por la
acontecimiento. Por tanto, las adaptaciones al presente ii: pønlida de las condiciones que hasta aquí han sostenido
solo se manifiestan en aquello que convencionalmente 11 $Ü fantasía de la buena vida. Y también considera los po-
mamos géneros, sino también en hábitos, estilos y mod b1s significados políticos del hecho de que sueños dis-
de reacción más explícitamente activos. 12 El análisis d. toft y enfrentados acerca de un mundo de pertenencia
estas adaptaciones no revela una colección de singular
!PT0C0 continúen siendo un potente motivo vinculante,
dades. Los estilos de respuesta a la crisis que las person s de preservar los hábitos normativos de la reproduc-
desarrollan guardan fuerte relación con las expectativil social. (Ver, en particular, el capítulo cinco, "Casi
del mundo que se ven obligadas a reconfigurar frente piro, casi normal".)
deshilachamiento de las normas formales e informales. ;.1.5
LOS problemas que plantea el desapego a lo normal
la reciprocidad social e institucional. Me refiero aquí. #ipUtan tanto a la escritura crítica como a cualquier
condiciones como las de clase, raza, nación, género y s. ju nhJcto que coordine distintas intensidades de proyec-
xualidad; todas ellas me interesan por el modo en sabre el presente histórico. Los capítulos que siguen
funcionan en el contexto de la vida ricamente subjetiva Ian incómodos en forma y extensión: ¿son libros
seres que transitan el mundo desde distintos arcos de • Ido pequeños, casos de estudio demasiado exten-
toria y experiencia copresentes. Las personas que nac..' u un potaje aceptablé? A medida que fui relacionando
en mundos inhóspitos y entornos poco confiables des. • tttOS acontecimientos provocadores a la generalización
L INTRODUCCIÓN
A
u
R movimiento político global de lo "precario" aparecido durante este mismo
analítica, me resultó cada vez menos claro cuál era la me-
E pr'riodo defrayage [facilitación] de la fantasía de la buena vida. Buscando
N
jor manera retórica de abordar los problemas que crista- forjar alianzas transcategoriales (translocales, transnacionales, transcla-
lizaban, y más segura estuve de la necesidad de inventar e, t ranslegales, transexuales, etc.) contra el eclipse de las instituciones
B nuevos géneros para el tipo de trabajo especulativo que w iiildemócratas y hacia la invención de nuevas comunidades de cuidado
E
llamamos "teoría". Mientras tanto, espero cuanto menos y pertenencia política, este movimiento es la respuesta políticamente mo
R vIti,ada al escenario general de impasse y adaptación que analizo aquí.
L
que quien lea encuentre en estos escenarios de vida co- (Veo los capítulos cinco a siete para un abordaje más minucioso de la pre-
A rriente donde a la subjetividad se la retrata desbordada, aor'rlad.) Debo señalar que esta versión de la "precariedad" guarda solo
N obligada a cambiar, y al mismo tiempo paralizada, ini mut familiaridad oblicua con la noción ética de "precariedad" propuesta
T pu, ,Judith Butier en Vida precaria y otros textos. El uso que hace Butler
centivos suficientes para emprender su propio análisis, Irt término es vernáculo -significa "vulnerable"- y no hace referencia a
de los tipos de vida desbaratada de los que intenta da* ti movilización política del meme en Europa, Sudamérica y los Estados
cuenta El optimismo cruel: impasses en zonas de inti4 Unidos. Desde luego, en la medida en que las dos vemos en la injusticia
midad que sostienen una promesa, a menudo cruel, d puIuha la amplificación de una vulnerabilidad sentida como vulnerabili-
kd, existe una solidaridad significativa entre nuestros compromisos con
reciprocidad y pertenencia para personas que lo buscai formación de la subjetividad política y aquello que podría llegar a ser.
-que lo necesitan- en distintas escenas del trabajo, de: t iedith Butler, Vida precaria. El poder del duelo y la violencia, Buenos
10.0, Paidós, 2006.
amor y de lo político. 1 4' Açjradezco a Katie Stewart por esta nítida reformulación de la oración
ØflUIHdI.
4' Eata frase le fue regalada a este proyectó por Srinivas Aravamudan.
c'.j
Ln Ro "Unfeeling Kerry" introduje el concepto del presente histórico cf
LI
la trusición dramática bajo la forma del género del "impasse", y en
Iiuved" sostuve sus valencias potencialmente positivas en episodios
Leo de improvisación y desenmarañamiento de la soberanía. Ver
1. Agradezco enormemente a Anahid Nersessian y a Tom Mitchell por It 13e'rlant, "Starved", SAQ 106, n. 1, invierno de 2011, pp. 235-42, y
ber leído el borrador original de esta introducción de manera tan agi Ung Kerry", Theory and Event 8, n. 2, 2005..
y entusiasta, y a Roger Roúse por su aporte de último momento. Lau: Rgdiou, Manifiesto por lafilosofia, Buenos Aires, Nueva Visión, 1990.
Berlant, The Anatomy of National Fantasy: Hawthorne, Utopia, and Every 1: "Un objeto técnico continúa su evolución, pero dentro de los
Lzfe, Chicago, Chicago University Press, 1991; The Female C'omplaint: de u definición. Cambia, pero no lo suficiente como para merecer
Unfinished Business of Sentimentality in American Culture, Durham, Di nombre oficial. Si salta los limites de su identidad nominal, ello
University Press, 2008, y The Queen of America Goes to Washington C A que ha ocurrido un acontecimiento. Ha llegado al mundo algo
Essays on Sex and Citizenship, Durham, Duke University Press, 1997. En un contexto muy particular, ha irrumpido una nueva singu-
2. Existe una vasta, literatura acerca de la relación existente entre la em haciendo que el contexto vuelva a ser una 'situación' genitiva.
gencia de las prácticas económicas y estatales del neoliberalismo y : ¿ do más'. Una nueva vida: más para la realidad". Brian Massumi,
tintas formas de subjetividad y formaciones sociales y culturales. En IP; (otour-Patch for an Expanded Empiricism", Cultural Studies 14,
los títulos más destacados se cuentan David Harvey, Una breve histo tbttt tIc 2000, p. 183.
del neoliberalismo, Madrid, Akal, 2007; Wendy Brown, Edgework: Criti ifihlea Deteuze, Lógica del sentido, Barcelona, Paidós, 1994. También
Essays on Knowledge and Politics, Princeton, Princeton University Pre -_- a a este análisis de acontecimiento deleuziano: Brian Massumi,
2005; Aihwa Ong, Neoliberalism as Exception: Mutations in Citizens ftidé to Capitalism and Schizophrenia: Deviations from Deleuze
and Sovereignty, Durham, Duke University Press, 2006; Bob Jessop, Uui, Cambridge, MIT Press, 1990, pp. 68-69, y Paul Patton, "The
futuro del Estado capitalista, Madrid, Libros de la catarata, 2008, y ti trom Within: Deleuze and the Philos'ophy of Events", Theory
nos artículos de Silvia Federici, entre ellos, "Precarious Labor: A Femi 11. ti, 1, 1997.
Viewpoint" y "The Reproduction of Labour-Power in the Global Econo ho vuelto costumbre propinarle algún golpe 'bajo a la posición
Marxist Theory and the TJnfinished Feminist Revolution". .. por Fredric Jameson respecto de las aversiones afectivas
3. Empleo el lenguaje de la "precariedad" aquí en sintonía con: al proceso histórico en El posmodernismo o la lógica cultural
L 1 INTRODUCCIÓN

R del capitalismo avanzado, Barcelona, Paidós, 1991. El capítulo 2, "Lo !1. Sara Ahmed, La promesa de la felicidad. Una crítica cultural al impera-
E intuicionistas", desarrolla un fuerte argumento 'en favor de la idea de tivo de la alegría, Buenos Aires, Caja Negra, 2019.
N ocaso de los afectos. Por lo demás, la presente sección reformula alguna ?2. Anna Potamianou, Hope: A Shield in the Economy of Borderline States,
ideas presentes ya en Lauren Berlant, "Thinking about Feeling Historical" Londres y Nueva York, Routledge, 1997; José Esteban Muñoz, Utopía
B Emotion, Space, and Society 1, 2008, pp. 49. queer, Buenos Aires, Caja 'Negra, 2020.
E 11. Giorgio Agamben, Medios sin fin. Notas sobre la política, Valencia 3. Muñoz, Utopía queer, op. cit.
R Pre-Textos, 2001. 24. Ghassam Hage, Against Paranoid Nationalism: Searching for Hope in a
L 12. Raymond Williams, Marxismo y literatura, Barcelona, Península, 1997 Shrinking Socfety, Annandale, Pluto Press, 2003, p. 9.
A pp. 137-158. Ji, Ver Gilles Deleuze y Félix Guattari, "Percepto, afecto y concepto",
13. Fredric Jameson, Signaturas de lo visible, Buenos Aires, Prometeo ¿pué es la filosofía?, Barcelona, Anagrama, 1993, pp. 164201.
N
T 2013. 6 Brian Massumi, "The Future Birth of the Affective Fact", ponencia
14. Nigel Thrift, Non-Representational Theory: Space, Politics, Affect, Lori jre$entada en Montreal en el contexto del congreso "Genealogies of
dres, Routledge, 2007; Marc Augé, Los no lugares. Espacios del anonimato Hlopolitics" [Genealogía de la biopolítica], 2005, y Para bles for the Virtual:
Una, antropología de la sobremodernidad, Barcelona, Gedisa, 2000; Michae 4óvement, Affect, Sensation, Durham, Duke University Press, 2002, pp. 35-36.
Taussig, Un gigante en convulsiones. El mundo humano como sistem H. Slavoj Ziáek, Órganos sin cuerpo. Sobre Deleuze y consecuencias,
nervioso en emergencia permanente, Barcelona, Gedisa, 1995; Kathleei Vittncia, Pre-Textos, 2006.
Stewart, Ordinanj Affects, Durham, Duke University Press, 2007. ft Teresa Brennan, The Transmission of Affect, Ithaca, Cornell University
15. Henri Lefebvre, Rhythmanalysis: Space, Time and Everyday Life, Lori Ptvss 2004.
dres, Continuum, 2004, pp. 38-45. Q. Raymond Williams, Marxismo y literatura, op. cit., pp. 154-55.
16. Stanley Caveil, "The Uncanniness of the Ordinary", en In Quest q iU Para una atractiva ejecución de esta dinámica de la incompleta pero
the Ordinary: Lines of Skepticism and Romanticism, Chicago, University así minuciosa determinación subjetiva y estructural, ver Franco "Bifo"
Chicago Press, 1994,. y " The Wittgensteinian Event",. en Philosophythe D, ftraidi, Precarious Rhapsody: Semiocapitalism and the Pathologies of the
after Tomorrow, Cambridge, Harvard University Press, 2006. JUA!pha Generation, editado por Erik Empson y Stevphen Shukaitis,
17. Diana Taylor, El archivo y el repertorio. El cuerpo y la memoria culturc $tIos traductores, Londres, Minor Compositions, 2009.
en las Américas, Santiago de Chile,. Universidad Alberto Hurtado, 201 II Colson Whitehead, The Intuitionist: A Novel, Nueva York, Doubleday,
Ver también Candance Vogler, "The Moral of the Story", para un exten,; 1U91, y William Gibson, Pattern Recognition, Nueva York, Putnam, 2003
argumento contra el realismo basado en el personaje. Wv traducción al español: Colson Whitehead, La intuicionista, Barcelona,
18. Esbocé este argumento por primera vez en "TheSubject of True Feelin Mondadori, 2000; William Gibson, Mundo espejo, Barcelona, Minotauro,
Pain, Privacy and Politics", en Left Legalism / Left Critique, Durham, Du
University Press, 2002, y luego lo elaboré en The Female C'omplaint.. Pl ensayo clásico .de Jameson sobre la expresión' y la censura de la
también el planteo de Karyn Ball en "Traumatic Concepts: Latency a' ufla en la forma es Las ideologías de la teoría, Buenos Aires, Eterna
Crisis in Deleuze's' . Evolutionary Theory of Cinema", en Traumatizi ncla, 2014.
Theory: The Cultural Politics of Affect in and Beyond Psychoanalysis, Nue
York, Other Press, 2007.
19. Herbert Marcuse, La agresividad .en la sociedad industrial avanzad
otros ensayos, Madrid, Alianza, 1979.
20.' Es posible encontrar sustento para esta concepción del afecto co
un manojo metapsicológico de actividades relacionadas a los sentido:'
las emociones que no .se originan en ningún lugar en particular en Ani .
Green, , The Fabric 'of Affect in the Psychoanalytic Discourse, Nueva Yor
Londres, Routledge,: 1999. 'No obstante, a Green le preocupa la posible'...
fusión entre metapsicología y fenomenología, mientras que' yo afirmo qu
sobredeterminación de las fuerzas afectivas demanda una capacidad de
ta, evidencia y explicación que sea genuinamente transdisciplinaria, c
de rastrear la convergencia y la dispersión de las lógicas afectivas con
y fidelidad al intento de determinar ciertos principios, pero sin la inqui
de reproducir la existencia de disciplinas que es meramente profesional-
EL OPTIMISMO Y SUS OBJETOS En

(nclo apego es optimista. Cuando hablamos de un objeto


lo deseo, en realidad hablamos de un manojo de prome-

's que queremos que alguien o algo nos formule o haga


o
posible para nosotros. Este manojo de promesas puede
osentarse bajo la forma de una persona, una cosa, una
istitución, un texto, una norma, un conjunto de células,
(ores, una buena idea... cualquier cosa. La reformulación
ti "objeto de deseo" como manojo de promesas nos per-
ol;e salir al encuentro de aquello que nuestros apegos
aen de incoherente o enigmático, no como una mera
Lfirmación de nuestra irracionalidad, sino como una po-
(le explicación para nuestra persistencia en el objeto, en
medida en que la proximidad a él implica la proximidad
ml manojo de cosas que el objeto promete, algunas de las

ties pueden resultar claras y benéficas para nosotros,


entras que otras, no tanto. De esta forma, no todo ape-
Di una sensación optimista: se puede temer, por
H
EL OPTIMISMO CRUEL
L
A
u
R
ejemplo, el retorno de una escena de hambre, de nostalgia ialquier forma de: esperanza respecto de todas las cosas.
E
o incluso la escena cómica de la reiteración de las prede- A irienudo, como habremos de ver a lo largo de este libro,
N
cibles distorsiones de un padre o un amante. Pero el modo cho temor a la pérdida de la escena de optimismo en sí
B de funcionamiento del optimismo como forma afectiva un llega a ser explícito, y solo se lo experimenta bajo la
E
consiste en arrastrarnos al retorno de esa escena en la que forma da una súbita incapacidad de manejarse en situa-
R
el objeto acumula sus posibilidades. En el optimismo, el ciones alarmantes.
L
A sujeto se inclina hacia unas promesas que están conteni- Serpodría señalar que todos los objetos/escenas de de-
N das en el momento presente del encuentro con su objeto.' neo resultan problemáticos, en la medida en que nuestras
1
En la introducción, describí el "optimismo cruel" como Investiduras en ellos y todo lo que sobre ellos proyecta-
una relación de apego a condiciones de posibilidad com- is tiene menos que ver con los objetos/escenas en sí que
prometidas, cuya concreción resulta imposible, pura fan- o el manojo de afectos y deseos que consigamos mante-
tasía, o bien demasiado posible, tóxica. Lo que hace que Ir imantados a ellos. Esto rae ha llevado a preguntarme,
Ir hecho, si acaso no todo optimismo es cruel, dado lo
estos aspectos sean crueles, y no meramente inconvenien-
tes o trágicos, es que los sujetos que cuentan con x en su npactantemente perniciosa que puede ser la pérdida de
vida, aun cuando su presencia constituya una amenaza condiciones de su reproducción, a tal punto que la
para su bienestar, podrían no sobrellevar bien la pérdida linaza de la eventual pérdida de x en el espectro de
de su objeto/escena de deseo, porque sin importar el con- Lras pulsiones, de apego puede experimentarse como
co
tenido de dicho apego, la continuidad de su forma aporta 'menaza a la vida misma. Sin embargo, es preciso re-
algo a la continuidad de la sensación que el sujeto tiene lcr que algunas escenas de optimismo son claramente
respecto de lo que significa seguir viviendo y proyectar i.trf crueles. que otras: el optimismo cruel funciona allí
hacia el futuro su estar en el mundo. A diferencia de la ii la misma potencia vitalizante o movilizadora de un
melancolía, que está determinada por el deseo del sujeto o escena de deseo contribuye al padecimiento de
de temporizar la experiencia de pérdida de un objeto o iHiva prosperidad que supuestamente vendría a hacer
una escena en los que supo investir la continuidad de su lite el trabajo del apego. Esto puede apuntar ,a algo tan
ego, el optimismo cruel es aquella condición en la que se como un amor desafortunado, pero también se abre
sostiene el apego a un objeto significativamente proble- ipetitos obsesivos, la necesidad de trabajar para vi
rl patriotismo y toda clase de cosas. Todos entablamos
mático. Y algo más: en ocasiones, la crueldad de un de-
terminado apego resulta más fácilmente perceptible para w( afectivas, a menudo inconscientes, con los
un analista externo que observa el costo que el apego a x
:1 costos que nos imponen nuestros apegos, la mayoría
tiene para una determinada persona o grupo, en la medida cuales nos mantienen en proximidad a la escena de
en que las personas y comunidades tienden a prestar aten- :r/padecimiento.
ción a ciertos aspéctos de su relación con un determinado to significa que toda poética del apego supone cier-
objeto/mundo y a ignorar otros.' Pero cuando una persona i,ciación entre la historia que puedo contar acerca de
o grupo, siquiera de manera sutil, experimento la crueldad: ICO de estar cerca de x (como si x tuviera cualidades
lI liOrnas) y la actividad del habitus emocional que, en
de un apego, su gran temor es que la pérdida del propio ob-
jeto o escena de promesa frustre su capacidad de albergar co de tener a x en mi vida, he construido parapoder
EL OPTIMISMO CRUEL

proyectar mi persistencia en la proximidad al complejo de T, fantasía que me hago de ti, cargada de las cualida-
todo aquello que x parece ofrecer y proponer. Por ende, x que puedo proyectar sobre ti, dada tu conveniente
para entender el optimismo cruel es preciso emprender 'iisencia, hacen posible este presente. El apóstrofe, por
B un análisis de lo indirecto que nos permita pensar las ex- insiguiente, parece dirigirse a un "tú", como si fuera
E
trañas temporalidades de la proyección sobre un objeto un movimiento directo de un lugar x a un lugar y, pero
R
L capacitante que resulta al mismo tiempo incapacitante. n realidad es un rodeo, una animación de ese receptor
A Aprendí a hacerlo leyendo el trabajo de Barbara Johnson a hecha en nombre del deseo de hacer que ahora suceda una
N propósito del apóstrofe y el discurso indirecto libre. En su determinada cosa que produzca algo en el hablante, que lo
T
poética del discurso indirecto, estos dos modos retóricos haga más posible o posible de un modo distinto, porque en
son el producto de las formas en que una subjetividad rrto sentido ha admitido la importancia de hablar por,
escrituraria conjura a otras de manera tal que, por medio "no y entre dos (pero solo bajo la condición, y la ilusión,
de una performance de intersubjetividad fantasmática, el 1' que los dos son realmente uno y están en uno).
escritor adquiere una autoridad observacional suprahuma- El apóstrofe resulta entonces un movimiento de
na, lo que a su vez permite una performance del ser que =Iimación retórica indirecto, inestable, físicamente impo-
resulta posible por la proximidad a un objeto. Debido a dite pero fenomenológicamente vitalizante que permite
las similitudes entre este proceso estético y mi caracte- los sujetos permanecer suspendidos en el optimismo
rización del optimismo del apego, me veo conminada a una potencial ocupación del mismo espacio psíquico de
'o describir con algo de detalle la forma de mi vínculo trans- 'os, esos objetos de deseo que nos hacen posibles (en -1
'o

ferencial con el pensamiento de Johnson. tud de que tienen ciertas cualidades promisorias, pero
En "Apostrophe, Animation, and Abortion" [Apóstro- ubién de que no están aquí). 4 En trabajos posteriores,
fe, animación y aborto], mi obra de referencia en este uo "Muteness Envy" [Envidia de la mudez], Johnson
punto, Johnson rastrea las consecuencias políticas del i¡hora una caracterización de la influencia del género en
apóstrofe para aquello que ha llegado a ser considerado políticas retóricas de esta proyección de intersubjeti-
la persona fetal: a un interlocutor silencioso, presente en i1d voluble.' En uno y otro caso, se sostiene la paradoja
términos afectivos pero desplazado físicamente (un aman- limi esta exuberante inmersión de la propia conciencia
te, unfeto), se lo anima por medio de un discurso que "a requiere de una doble negación: de los límites
es lo suficientemente distante como para constituir una Ls ¡ , ¡¡en habla; de manera tal que él/ella pueda hacerse
conversación y al mismo tiempo lo suficientemente cer- qrande en la proximidad retórica al objeto de deseo,
cano como para ser imaginable por el hablante, dentro de .i,bién de quien se habla, que es un subrogado mudo
cuya cabeza sucede toda la escena.' Pero la condición de menos potente, que brinda a la imaginación del
la posibilidad proyectada, la de una escucha que no puede te la oportunidad para la prosperidad de él, de ella
tener lugar en los términos de su enunciación ("tú" no mbos.
estás aquí, "tú" estás en una demora eterna respecto de "'sde luego, en términos existenciales y psicoanalí-
esta conversación que imagino contigo), crea un falso mo- la intersubjetividad es un imposible. Es un anhe-
mento presente de intersubjetividad en el cual, sin embar - u deseo y una demanda de la sensación duradera: de
go, puede tener lugar una performance de interlocución. con y en x, que guarda relación con el gran nudo
EL OPTIMISMO CRUEL

que signa la relación indeterminada entre la sensación de ico-cognitiva de dejarse transformar por un proyecto de
reconocimiento y el reconocimiento erróneo. Corno sos- ersubjetividad limitada, que consistiría en permitir el
tengo con mayor detenimiento en el capítulo cuatro, el ogreso del Otro sin sostener que se tenga ningún conoci-
reconocimiento es aquel reconocimiento erróneo que miento acerca de cómo sea ese Otro íntimo.' Al igual que
podemos soportar, un intercambio que nos afirma sin el trabajo de Johnson sobre la proyección, estas teorías
necesariamente hacernos sentir bien ni ser preciso (pue- dirigen su atención hacia el optimismo del apego, y a me-
de idealizarnos, puede afirmar nuestra monstruosidad, mido son ellas mismas optimistas a propósito de las ne-
puede reflejar nuestro deseo de serlo suficientemente (Jaciones y extensiones de la persona que estas formas de
mínimos como para pasar desapercibidos, puede sencilla- Intersubjetividad suspendida exigen del amante o lector.
mente sentirse bien y así) . 6 Con el propósito de elaborar Lo que sigue no es tan alegre; el presente capítulo ela-
la tragicomedia del reconocimiento erróneo intersubjetivo ira y politiza la observación que hiciera Freud de que "el\
bajo una especie de realismo, el trabajo de Johnson sobre inbre no abandona de buen grado una posición libidi-
la proyección explora los espacios proyectivos y difusos L, ni aun cuando su sustituto ya asoma` .'° Eve Sedgwick
del apego al objeto de interlocución, necesariamente au- - nacteriza la posición depresiva de Melanie Klein como
sente para que el sujeto deseante de la intersubjetividad a orientación que busca inducir un circuito de repara-
pueda ganar terreno y estabilizar su proximidad al objeto en una relación con el mundo que se ha roto. 11 La
o escena de promesas. lión políticamente deprimida exacerba la postura clá-
cli
'o Cuando Johnson se ocupa del discurso indirecto libre, en la medida en que plantea un problema respecto
con su circulación de subjetividad observacional combi- 8ti10 del apego en relación con un conflicto entre
nada y solapada, la proyección del deseo de intersubjeti- isitos. El deprimido político puede mostrarse calmo,
vidad tiene resultados aun menos perniciosos.' En lo que desapegado, agudamente racional u hostil, y aun
constituye, podríamos decir, una combinación parcial del ls haber adoptado un modo que podríamos denomi-
narrador con la conciencia de un personaje, el discurso ti desapego, no estar en realidad para nada desape-
indirecto libre performa la imposibilidad de ubicar una sino en medio de una relación sostenida y en curso
inteligencia observacional en un cuerpo o en cualquier ii escena y el circuito del optimismo y la decepción.
cuerpo, y por consiguiente obliga al lector a negociar una 1 ] ,, ::apego aparente de la racionalidad, por ejemplo, no

relación distinta, más abierta, de despliegue de lo que bsoluto un desapego, sino un estilo emocional nor~
está leyendo, juzgando, siendo y creyendo que entiende. iv.imente asociado a una práctica retórica.)
En la obra de Johnson, esta negociación transformadora, tigo, queda en pie la pregunta por el sentido que
que se produce por medio de la lectura o el habla, supone - adoptar la reparación, que puede ir en favor o en
un buen 'despliegue" del sujeto, sin importar cualquier del restablecimiento de la relación con el objeto o
deseo que pudiera tener de no volverse significativamente política que hasta ese punto ha estructurado nues-
distinto.' En este punto, su obra se anticipa a la estética ilación con los extraños, el poder y las infraestruc-
de interpenetración subjetiva que, ha sido luego propuesta le pertenencia. También queda en pie el problema
por el optimismo levinasiano de Tiro Pean y el optimis- ónes son los que pueden soportar perder el mundo
mo psicoanalítico de Leo Bersani respecto de la decisión osición libidinal"), qué sucede cuando la pérdida
EL OPTIMISMO CRUEL

de aquello que no funciona es más intolerable que seguir terpretada como un logro. A partir del análisis de obras
N teniéndolo, y viceversa. El optimismo cruel presta aten- Ii John Ashbery, Charles Johnson y Geoff Ryman, el pre-
ción a distintas prácticas de interrupción, suspensión y sente capítulo atraviesa tres episodios en los que aquello
B aplazamiento de sí, que dan cuenta del modo en que las que constituye los vínculos crueles del optimismo cruel
- personas luchan para cambiar, pero no de manera traumA- resulta sorpresivo y provoca distintos dramas de adapta-
L tica, los términos de valor en los que han formulado su ción a una existencia posgénero, posnormativa y en la que
A actividad vital. 12 no se sabe del todo cómo vivir. Entre todas ellas, descu-
N El optimismo cruel es, entonces, al igual que todas briremos en el impasse un ritmo que las personas pueden
T
las frases, un deíctico: una frase que apunta hacia una 'ositar mientras dudan, vacilan, negocian, prueban o se
ubicación próxima. Como herramienta analítica, nos in- 'a sometidas al desgaste por las promesas a las que han
cita a habitar y rastrear el apego afectivo a aquello que ¡-carrollado un apego en este mundo.
denominamos "la buena vida"; para muchos, en realidad,
una mala vida que desgasta a sujetos que, a pesar de esto
y al mismo tiempo, encuentran dentro de ella sus propias LA
PROMESA DEL OBJETO
condiciones de personalidad. No se trata solo de un esta-
do psicológico. Las condiciones de la vida corriente en el ii,i reciente poema sin título de John Ashbery nos ofrece
mundo contemporáneo, incluso en lugares de relativa ri- H versión más promisoria de esta escena de promesas; el.
-3-
queza, como los Estados Unidos, producen el padecimiento xto pone en primer plano el efecto Doppler del conoci- 'o

o el desgaste de los sujetos, y la ironía de que el trabajo de krnto y formula en términos de una especie de demora
reproducir la vida en el mundo contemporáneo sea tam- jacial la economía política de désposesión que arras-
bién la actividad de ser desgastados por él tiene sus impli- mios como una sombra, al tiempo que nos brinda una
cancias específicas para el pensamiento acerca del carácter 'tiencia de vivacidad en el objeto que es no solo vivi-
corriente del sufrimiento, la violencia de la normatividad a, ino también simplificadora y revolucionaria, ese par
y las "tecnologías de la paciencia" que permiten que una: alo de la burguesía.
idea del después postergue los cuestionamientos respecto
de la crueldad del ahora.13 En este sentido, el optimismo Nos advirtieron de las arañas, y de las ocasionales
cruel es un concepto que apunta a un modo de inmanertcia hambrunas.
vivida, nacido de una determinada percepción en torno a Fuimos al centro en coche a visitar a nuestros vecinos.
los motivos por los cuales la generalidad de las personas Ninguno estaba en casa.
no es como el Bartleby de Melville, y prefiere no interpo- Paramos en patios creados por la municipalidad,
ner distintas variantes del empobrecimiento, sino montar: nos recordaban a otros lugares, lugares distintos.
la ola del sistema de apego al que ya están acostumbradas,: Pero ¿lo eran? ¿No los conocíamos de antes?
marchar a contratiempo o sostenerse en una relación de
reciprocidad, reconciliación o resignación que no implica En viñedos donde el himno de la abeja ahoga la monotonía,
derrota. O tal vez se inclinen hacia la forma normativa para: dormimos por la paz, participando de la gran carrera.
adormecerse con la promesa del consenso, erróneamenteI I vino a mí.
L EL OPTIMISMO CRUEL
A
u
R Todo era como había sido, sin atributos que hablan probablemente sean blancas y
E
N
salvo el peso del presente, estadounidenses, y que sus sirvientes probablemente no
que se escabulló del pacto que hicimos con el cielo. lo sean, pero la lengua del poema es tan general y tan
B En verdad, no había motivo alguno de regocijo, reprimida en términos demográficos que su localización
E ni tampoco necesidad de emprender el regreso.
R
en la iconicidad normativa de los sin atributos empuja el
L
Nos perdimos en el mero acto de permanecer allí, realismo hacia' la especulación.
A oyendo el zumbido de los cables sobre nuestras cabezas. 4 Esta transición es parte de su pedagogía del deseo. Es-
Nl tas preocupaciones materialistas que enunciamos no son
T
El primer fotograma nos presenta la escena del sueño puestas en primer plano por el sentido que el poema tiene
americano no realizado, pero casi; o como dice el propio 1 su acontecimiento o escena de conciencia prolífica. Sin
Ashbery en otro poema de la época: "El control del es- 'iWaigo, no viola las reglas de la autonomía estética o la
pejismo ha sellado las fronteras/ con luz y la incesante uiqulandad del poema pensar acerca de las condiciones de
timidez que la luz crea"` Con una sonoridad similar, en inducción de la autonomía en su interior. En todo caso,
el poema que analizamos las palabras home [casa] y hymn etórica explícita del vecino muestra que es consciente,
[himno] casi riman; pero nos sentimos inquietos, nadie { buéS de todo, de que el sueño americano no concede de-
está en casa, la naturaleza amenaza nuestra sensación de tajado tiempo para la curiosidad respecto de las personas
plenitud y existe lo que el hablante llama "el peso del pre- 'erca de las cuales no resulta conveniente o productivo
lo
lo sente", que por consiguiente convierte nuestras posturas ar ningún tipo de curiosidad. Es un espacio en el que 'o

políticas en quietistas, algo así como un llamamiento a 1 placer que se obtiene de los vecinos reside en su proxi-
dormir por la paz, que reduce lo simbólico a lo somático. «idad, su 'ligera disponibilidad al contacto: en el sueño
¿Hace cuánto tiempo ya las personas piensan el presente maricano, vemos a los vecinos cuando queremos, cuando
como algo que tiene peso, una cosa desconectada de las 'bios a dar una vuelta o acaso en un restaurante, y en
demás, un obstáculo para la vida? En este poema todo i—do caso el placer que nos ofrecen reside en su distancia
es muy general, pero aun así podemos extraer de él cier- Iativa, en el hecho de que su existencia sea paralela a
tos contextos: imaginar, por ejemplo, el peso del espacio propiedad "municipalmente" zonificada del narrador sin
previsible del poema, en la medida en que ilustra algo 1 1 ti dentro de ella, ese espacio donde el hablante acumu-

del sueño americano, el estilo suburbano. Las personas y disfruta del ocio, como si estuviera en un viñedo en
que mantienen la apariencia de este espacio cuidado, no .upo, y donde las intromisiones del ruidoso vecino, o
son parte del "nosotros" del poema; sin embargo, son ac- yó, podrían interrumpir las proyecciones de felicidad
tores, hacen ruido. Sus sonidos son los sonidos del ocio deriva del imperio del patio trasero. 16 El zumbido del
suburbano, no del ocio de los trabajadores. No sabemos hijo que otras personas realizan en los viñedos es con-
de dónde vienen, los ruidos de su día más allá del trabajo o necesaria para gozar del privilegio de aburrirse con
y su juego. Tampoco sabemos nada acerca de cómo son 'iil;U en una casa suburbana, absorto en un proceso de

los cuerpos; es pura subjetividad práctica que manifiesta 111 de una manera vagamente lateral.
su persona por medio de la acción y la refracción retó- Vii este poema sin título, en síntesis, "nosotros" he-
rica. Sin embargo, podemos especular que las personas ilegido ser ciudadanos atenuados, y estamos felices
EL u IMISu

de ser del color que alguien ha dispuesto entre las líneas- ello la emancipación plena de todos los sentidos y cuali-
-. estaríamos contentos si, después de todo, fué- dades humanos; pero es esta emancipación precisamente
ramos aquellos personajes del cuento de Donald Barthelme porque todos estos sentidos y cualidades se han hecho
1 Bought a Little City" [Me compré una ciudad peque- humanos, tanto en sentido objetivo como subjetivo. El
ñita] que viven en un complejo de viviendas que, visto ojo se ha hecho un ojo humano, así como su objeto se ha
desde el cielo, reproduce la Mona Lisa para cualquiera que hecho un objeto social, humano, creado por el hombre
disponga del tiempo y el dinero necesarios para ocupar para el hombre. Los sentidos se han hecho así inmediata-
determinada perspectiva. "Nosotros" vivimos nuestras vi- mente teóricos en su práctica. Se relacionan con la cosa
das como obras de belleza formal, si no arte; "nosotros" por amor de la cosa, pero la cosa misma es una relación
vivimos con una sensación de excitación ligera, integrán- humana objetiva para si y para el hombre [en la práctica
donos con paciencia para satisfacer la promesa de vivir sin solo puedo relacionarme con una cosa humanamente si
demasiada intensidad la buena vida de aquello que Slavoj la cosa se relaciona humanamente con el ser humano] y
i±ek llamaría un sublime descafeinado .17 No hay nada viceversa. Necesidad y goce han perdido con ello su natu-
particularmente original o profundo en esta parodia que raleza egoísta y la naturaleza ha perdido su pura utilidad,
Ashbery nos ofrece de los placeres suburbanos; el sonido al convertirse la utilidad en utilidad humana.18
reconfortante y el ritmo ligeramente adormecedor del cli-
ché ejecuta exactamente la cantidad de vida que una está Este análisis de los sentidos resuena a lo largo de todo
co
lo dispuesta a soportar allí, y representa el significado del 'oema de Ashbery. En él, como anticiparía Marx, el
deseo de moverse libremente dentro de lo municipal, esa íotros" parte de la posesión de lo que ve y la vista de
zona esmeradamente podada dé lo que alguna vez fue una que posee, y la naturaleza es percibida como una intro-
fantasía. lón este mundo autorreferencial; pero luego., asalta
Marx reflexiona acerca de la economía política que en- "nosotros" la idea de que su conocimiento es una
traña esta orientación automendicante y automediadora i itión de algo que no logra recordar, acaso porque,
del sujeto surgida como resultado de su relación con el sujetos del capital productivo y de consumo, "noso-
régimen de la propiedad privada: stuvimos dispuestos a que nuestros recuerdos fue-
sonificados por la constante manipulación necesaria
La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y unila- i, intener en marcha la maquinaria y la apariencia de
terales que un objeto solo es nuestro cuando lo tenemos, 'ola confiable. "Nosotros" fuimos dóciles, cumplido-
cuando existe para nosotros como capital o cuando es in- mas personas. "Nosotros" vivimos en proximidad a
mediatamente poseído, comido, bebido, vestido, habita- 1 - ,, o atado ahora a esta versión de la buena vida, y es
do, en resumen, utilizado por nosotros. [ ... ] En lugar de lino Si pudiéramos recordarla sensación de ya haber
todos los sentidos físicos y espirituales ha aparecido-así oH en ella, inundados por una suerte de expectativa a

la simple enajenación de todos estos sentidos, el sentido abemos solo apuntaban la propiedad y la vida con-
del tener. El ser humano tenía que ser reducido a esta ab- ene esperábamos obtener de ella. Nuestros objetos
soluta pobreza para que pudiera alumbrar su riqueza in- no nos transmiten una sensación de amenaza, tan
terior. [ ... ] La superación de la propiedad privada es por os resultan agotadores.
L OPTIMIS.
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Nuestros sentidos no se han hecho teóricos aún porqu los tropos de este poema con la obra de Milton y Eliot,
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N están atados a la regla, el mapa, la fantasía heredada y e Alibery intente revisar aquí su relación con la lírica re-
zumbido de las abejas obreras que fertilizan materialmenti i l usa. 20 Incluso podríamos pensar que su propósito esél
B la vida por la que transitamos. Pensándolo bien, tal vez ei contrastar las mediaciones ingeniosamente irónicas y
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realidad nunca quisimos que nuestros sentidos se vuelvai ujimenté sacras que propone el poema con el aconte-
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L teóricos, porque en tal caso, al final del día, nos habríamo. 'tiento presente y carnal, la escena de la vida gay en
A considerado a nosotros mismos el efecto de un intercambi í'Stados Unidos encarnada en la frase "Él vino a mí".
N con el mundo, seres en deuda con él, útiles para él, en vn momento recuerda el shock sexual que Virginia Woolf
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de ser sujetos soberanos. Después de todo, ¿qué hacemo i uribe ante la frase A Chloe le gustaba Olivia' Y 1 Élvino
para ganarnos la vida? "Nosotros" al parecer somos gen y rompió el contrato que había hecho con el cielo de
te ociosa, en un fin de semana interminable, excluidos dt ser gay. Lo queer y el afecto religioso establecen aquí
nuestra propia explotación, donde casi loúnico que impor a P.Spacio de resonancia y reverberancia: la vida se en-
ta es una feliz circulación del consumidor por un ámbito d «otra en el mejor de los impasses imaginables. La vida
familiaridad: "¿No los conocíamos de antes?' ido interrumpida y, como diría Badiou, ha sido tomada
A pesar de este semblante que construye, en tant a un acontecimiento que exige fidelidad a él.`
poema enunciado desde el interior de una comunidac El impacto del acontecimiento, sin embargo, también
anónima de sujetos de autorreferencialidad universales produce a pesar de lo autobiográfico. El poema cierra
o
la acción del poema no se ciñe por completo a este vagc stando atención a aquello que ocurre cuando alguien se -1

apego a un sueño americano que, a decir verdad, es vivid( a , lillite la transformación que implica el acontecimiento
como una serie de encuentros frustrados con el desastre A: 'Lar con el objeto, no en la proximidad semianónima
y el contacto humano, reducidos a una serie de episodio ir oyección que instaura el apóstrofe o en la socialidad
que apenas se ha llegado a experimentar. La acción de huimos-esto e hicimos-aquello que domina la primera
poema se construye en el pequeño movimiento entre homE [u, a decir verdad, en ninguna clase de términos bio-
[casa], hyinrz [himno] y hum [zumbido]. Más importante lA un. El escenario estético y sexual induce un modo de
todavía: en su interior se produce un acontecimiento que 'a[uersonandad que se hace sentir y se disemina en las
rompe con la autoacumulación desprovista de todo drama im 'unes y en el mundo. El cambio sísmico se produce
tismo que caracteriza a la vida colectiva, y no me refiero 'u cutir la proximidad de una intimidad que no está
al descanso en los viñedos entendido como un alivio de l A: a uu[a por el diálogo, constituida merced a un gesto de
improductividad suburbana. ciento que abrió y mantiene abierto un espacio en-
Acaso Ashbery exhiba con esto un pensamiento, cris [w; personas que no hacen más que permanecer allí,
tiano, a mitad de camino entre el ensueño y la reverencia 'lisamente vinculadas.
de hecho, las abejas nos retrotraen al célebre pasaje ile Li e cambio de registros, que resitúa al hablante del
Religio Medici, de sir Thomas Browne, en el que se describ un un lugar suspendido, admitiría una interpreta-
hasta qué punto la sabiduría de las abejas es mucho má z1 lutijermasiana. En Historia y crítica de la opinión pú-

avanzada que la razón humana en lo que hace al ente ncU lLibermas caracteriza la zonificación de los ámbitos
miento de su propia condición." Acaso, dada la cercanía u y privado del ser normativo en términos de una
EL OPTIMISMO CRUEL

escisión, en el hombre de la modernidad, entre el hombre H)sotros", sino a nuestro alrededor, y ese zumbido es
de la casa y el hombre del mercado. 23 Habermas sugiere 1111,1 temporización, una vacilación en el tiempo que no

que el problema de vivir la modernidad capitalista radica 'eta los tiempos de los impulsos y de los paseos en co-
B en la necesidad de gestionar la relación entre estas esferas l; tampoco está en un espacio cartografiado, sino en un
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como un burgués y un sujeto de emociones. Un burgués olJdCio perdido. La intersubjetividad que allí se produce
L es alguien que instrumentaliza sus relaciones sociales en iw tiene ningún contenido ,sino que se conforma en la si-
A términos de las reglas del mercado, y resulta zonificado multaneidad de la escucha, en una escena de experiencia
N por aquellas personas que le asignan valor a la propiedad ubjetiva que solo puede ser vista y no oída junto al poeta
T
como alguien que tiene valor cuando se mantiene en la u "él". Su intimidad es visible y radicalmente privada, y
proximidad de su propiedad y tiene posesión de sí o au- 'lite todo, no codificada. La vida entre les hommes, entre
tocontrol. Para el burgués hay propiedad, hay casa, y el husa [home] y el himno [hymn], queda interrumpida por
hombre es el pequeño líder de la casa, y todos reconocen 'ii um, 14 una interrupción de la verdad, en la que el sig-
su autoridad donde sea que lleve su propiedad sobre la Ucado de "nosotros" pasa a hacer referencia a esas dos
propiedad. Al mismo tiempo, el hombre cultiva una ima- vi , sonas que ahora, en su desplazamiento, se encuentran
gen de sí fundamentalmente moldeadaen función de tran- didas, pero vivas y no derrotadas.
sacciones de sentimiento, no de capital. Lo que distingue Podría parecernos tentador considerar que este poema
y singulariza al "homrne" de la casa, que se ve a sí mismo loza un medio de producción del impasse en el presente
CM Cfl
como un actor efectivo en el mundo y una autoridad en o aun no ha sido absorbido por los sentidos burgueses,
todas las actividades posibles, es su participación en unw ro eso nos lleva hacia el espacio de la socialidad y hacia
comunidad de amor, entre personas que se eligen la una o mundo cuyos encuentros nos absorben en una diferen-
a la otra; o, uno podría decir, que han venido la una hacia=1 impredecible. Estar abierto al que viene a mi. Permitir
la otra. El poema afirma que "en verdad, no había motivo el encuentro me cambie. Convertirme en un poeta del
alguno de regocijo"; es decir, no habla ningún motivo de dsodio, lo elidido, la elipsis...
regocijo en la realidad ni en la objetividad. En vez de ello, Al mismo tiempo, aquí importa quién habla: un hom-
hay una expectativa de intimidad. Y poesía lírica. eguro de sí. Este hombre avizora la posibilidad en un
Sin embargo, el acontecimiento de intimidad viva pre- ento de suspensión y no necesita que la lógica del
sente en este poema ocurre fuera de la casa y de la muni 7ii£'1 1 Ao garantice el valor de su persona ni que el reco-
cipalidad, en un lugar sin zonificar. El acontecimiento de riii de algo municipalmente normal o doméstico le
este poema es esa cosa que sucede cuando él viene a mí 'oire que tiene límites. Él puede sostener un no espa-
y me recuerda que no soy el sujeto de un himno [hymnJ iie no sea significativo. Al parecer, no le resulta una
sino de un zumbido [hum], eso que resuena a mi alrecle-Ei ,çi:Iza. Por ende, esta instancia de optimismo podría
dor, ya sea el cielo, las abejas, el trabajo, el deseo o e no parte de un optimismo cruel, no lo sabemos. La
cables de electricidad, pero que sin importar qué sea tic , 11 ,2 esa está en todas partes, y la disolución de la forma
que ver con perderme en la proximidad a alguien y, unal tique existía antes del evento no es causa de duelo
vez allí, estar perdido, en un sentido amoroso. Juntos él dú regocijo: es tan solo una realidad. ¿Será acaso que
y yo experimentamos un zumbido no allí donde estamos ii,ituraleza episódica de esta interrupción le permite
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luego, pasado el momento, regresar a los suburbios re- edremos limpiar después, tarea mucho más placentera
N novado? ¿Irán de allí a una cafetería de moda a comprar la emprendemos silbando una melodía. La idea de una
un café intensificado por la sobrecarga de leche y azúcar?. luida de sonido de nuestras vidas" -por citar un cliché
B ¿Se irán a buscar otra clase de estímulo? ¿El encuentro los sirvió de nombre irónico a una gran banda de pos-
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volverá distintos de una manera que les permita construir ok neopsicodéllco, pero también a una categoría en
L un mundo? ¿Representa esta pareja a un colectivo que, de marketing directo- 25 es potente porque remite
A ahora puede mantenerse despierto por la paz en vez de 110 que nos acompaña como una acumulación portátil
N permanecer sonámbulo? ¿El momento estético de autono- expresa nuestros verdaderos valores y nuestro verda-
T
mía que han alcanzado al existir juntos en el ensueño O gusto interior. Sostiene abierta la posibilidad de una
habrá hecho posible, acaso, no su desapego del mercado Jctura optimista de los ritmos de la vida y confirma
sino seguir viviendo en él, por haberles permitido pensar i
llt' todos somos estrellas. Nuestra banda de sonido es ese
que en realidad son esas personas que pueden perderse ;oar en el que podemos enamorarnos de nosotros mismos
en el momento? Habermas señalaría, tal vez, que la fan- :presar nuestra fidelidad a nuestra propia autenticidad
tasía del poder mundanal de los amantes le permite al, le a forma más sublimemente convencional, sin importar
hablante omitir todo aquello que sin embargo lo cons- iarticularidad de los sonidos. Nuestro poema represen-
tituye como hombre de propiedad y del mercado. Joho Ii de esta autointegración potencialmente
Ricco podría sostener que la exterioridad y externaliclad; jitable.
de estos hombres demuestra los potenciales recursos de la loro esto tampoco liquida la cuestión del optimismo
vida gay para constituir una antinormatividad queer que. 1 porque otra cosa que también importa aquí es el
no mire con nostalgia y anhelo los modelos burgueses de o orto político: el costo de esa instancia de abstracción
domesticidad. Pero es imposible determinar cuán profunda O iiuental o saturación emocional, el tipo de trabajo que
es la ruptura. Hacia el final, el hablante cree que ahora iiiiiiila el cambio de la banda de imágenes de lo real
está realmente vivo, en un momento de suspensión. Es; lo a la banda de sonido, y quién tiene el control
realmente un amante, un íntimo, ya no un usuario de ga- 1nificado del cambio, el ritmo del cambio y las con-
solina y de fertilizante que delega el trabajo en los demás..; cicias de desconectarse, siquiera por un momento,
Aquello fue en otra vida,,o así parece. =0: =;jejismo del consenso. Ese contexto político que está
Si no, tal vez podamos leer la escala del cambio en: loijente presente no llega tampoco a arruinar los pla-
términos de la banda de sonido del zumbido. Oímos el-,, y las aperturas vividos; la medida de la situación
zumbido del mundo, dice el optimista de Ashbery, y an- en lo irreconciliable. En el paso de la casa [home]
helamos la proximidad a él. En el melodrama, la banda del a; 1111 1 1no [hymn] y luego al zumbido [hum], el poema de
sonido es el género por antonomasia de lo no articulado, aliry construye una quietud interruptiva que es al
o lo articulado más allá de las palabras: es aquello que tiempo articulada y desarticulada, significativa y
nos dice que en realidad estamos más adentro de noso- co sustituto de una experiencia de transición que
tros mismos cuando nos inundan emociones que podemos: o ha llegado a conformarse. A la banda de sonido
reconocer a ciencia cierta, y que cualquier disonancia 1, oye, como a la propia poesía lírica, no le molesta
que sintamos 110 es real, sino tan solo un accidente que -=i1azamiento del realismo en lo que respecta a la
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reproducción material de la vida ni el dolor de la intimi- La búsqueda del significado de ese impasse que él poe-
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dad y el sonambulismo a otro tiempo y espacio. ma retrata como un acontecimiento que desplaza y disuel-
N
Desplazamiento de la casa [borne] al zumbido [hum], ve la vida corriente no nos permite concluir que todas las
B del homme al um, una interrupción: esto parece un ca corrupciones líricas o episódicas supongan, siquiera en
E
lambur, ese método que Throreau aplicaba a la indaga- t.enda, una condición de posibilidad que nos habilite a
R
L ción del espacio de un momento para medir sus con- qinar un sujeto p osneoliberal radicalmente resensoria-
A tornos, preguntarse qué quedaba detenido,. quién po- ulo. Pero en términos analíticos, nos presenta la opor-
N día hacerlo y qué significaría estar en este momento y itidad de aprender a trabajar (y entrar en transferencia)
T
después. Siempre entraña un riesgo la decisión de dejar a aquellos momentos de suspensión en los que el sujeto
entrar a alguien, adoptar un compás distinto del ritmo. o puede dar por sentada su continuidad en el mundo
productivo de, por ejemplo, la normatividad capitalista; ii,il 'rial y la historia contemporánea, porque de pronto se
Desde luego, "él" no era mi objeto, mi manojo de prome- 'cole lleno de algo inarticuladamente prometedor, algo'
sas: "él" vino a mí. Incluso si ser el objeto es más seguro revela, al mismo tiempo, una insidiosa nada acerca de
que tener uno y correr el riesgo de la decepción, el poe- condiciones generales del optimismo y el optimismo
ma se detiene antes de que nadie profundice demasiado, ud. Al prestar atención a los espacios heterosónicos y
it octemporales internos al capital dentro de los cua-
en la proyección. Es un poema que trata acerca de estar
abiertos a un encuentro potencialmente transformador, iu acontecimiento suspende el tiempo ordinario, los

que todavía no ha cuajado en la forma pareja, amistad,' ;uIs y los sentidos tienen la capacidad de modificar
interludio sexual rápido, nada. Apunta a la situación cla .1 ro modo de entender qué significa ser histórico. Es
estar perdido o suspendido en un proceso en el que no se tlle se siente confiado, porque lleva encarnados en el
sabe nada acerca del modo en que una escena de acción'. o el apoyo de los reconocimientos normativos y los
tuí de pertenencia social, creo yo, que el hablante de
en colaboración podría abrir un espacio de vivacidad po-
tencial donde, al parecer, no permitiría la construcción ódtry puede soportar el desapego de la promesa de la vida
de ningún tipo de cosa. En el espacio de demora entre é que está habituado y puede prosperar en la apertura a
y yo pasa algo y el nosotros mayestático o soberano de 'o tina que propone el deseo, por más embriagadora que
poema ya no está preocupado. El encuentro le permiLe "oro si este poema tiene el propósito de ser algo más
al hablante perderse en el um de una socialidad singular u relato acerca de la individualidad de ese hablan-
1 nueva escena sensorial intersubjetiva que plantea
acerca de cuya economía política nos estamos haciendo
preguntas. Si su felicidad es cruel, y exige que otras ao:Ia poder extender el momento hacia una actividad
personas o clases cubran sus 'costos, jamás lo sabremos: de disolver la legitimidad del optimismo inscripto
la sustitución de la habituada indiferencia por un placer mcl mundo ahora desplazado, con sus prometedoras
en expansión podría abrir una ventana hacia una ético 1 scenas, paisajes e instituciones de propiedad pu-
alternativa de la vida o no. Lo que suceda a continuació II 1 o otra forma, no se trata de un acontecimiento,
es el asunto inconcluso del poema, y es en este momentu imas de un episodio que se produce en el marco de
cuando los sentidos que pone en escena están listos para LO plenamente capaz de absorber e incluso permi-

hacerse teóricos. tueño entretenimiento espontáneo. -


L EL OPTIMISMO CRUEL

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3. LA PROMESA DEL VALOR DE INTERCAMBIO La historia se abre hacia una trama: los dos hermanos
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N den un plan para robar las pertenencias de una veci-
El yo poético de Ashbery tiene la fortuna de poder disol- na posiblemente muerta, la señorita Bailey. ¿Quién es la
verse y prosperar en ese desconocimiento en colaboración uñorita Bailey? Nadie lo sabe; es una vecina, no hay ne-
que desencadena el gesto, el encuentro, y potencialmente cesidad de conocerla. Su trabajo es andar por ahí, ser un
el acontecimiento capaz de liberar esa cosa, cualquiera "personaje", que escomo le decimos a alguien de nues-
sea, en cuya escucha puede reposar ahora ese "él/yo' En o entorno que ejecuta un conjunto de acciones que nos
el cuento de Charles Johnson "Exchange Value" [Valor de ;ultan familiares, pero con el que no tenemos ningún
intercambio], una situación que también podría haber 111 O de intimidad. La señorita Bailey se viste con ropa de

terminado de esa forma no lo logra. El modo en que esta oiibre de segunda mano; al igual que Cooter y Loftis, se
historia nos cuenta lo que sucede cuando cierto tipo de dirtenta de las raciones gratis que mendiga en un restau-
persona se ve derrotada al encontrarse a mitad de cami- ele local de comida creole; cuando Cooter le da una mo-
no entre una vida a la que está acostumbrada y otra que la, no la gasta, se la lleva a la boca y se la come. Esto es
debe inventar porque algo bueno termina convirtiéndose 'lo lo que Cooter sabe de ella, y no deduce ninguna otra
en una cosa insoportable tiene mucho que decirnos acerca sobre la mujer a partir de sus acciones. La historia
de por qué la noción de "economía política" debe acompa- 'lO lugar porque ella siempre ha estado allí y de pronto

ñar nuestro análisis acerca del optimismo cruel y habitual. está más. Cooter y Loftis creen que tal vez haya muerto
00
¿Por qué algunas personas tienen talento para improvisar a eciden ser los primeros en saquear su casa.
ese estado de desconocimiento mientras que otras se que- Este tipo de comportamiento, ir a hurgar entre las
dan atónitas y, en vez de zumbar, solo pueden acaparar? as ajenas, no es característico de Cooter, pero tampoco
Al igual que el poema de Ashbery, el cuento comienza lomos decir que vulnere su relación fundamental con
con una meditación acerca de los vecinos y la vecindad. '1 iiiiindo. En comparación con su hermano, siempre lo
"Exchange Value" transcurre en los años setenta, en el in considerado un perdedor. "Mamá siempre decía que
South Side de Chicago, cerca de la calle 49•26 Sus prota- i.t a ser Loftis, y no yo, el que iba a lograr algo... Lof-
gonistas -Cooter, de dieciocho años, y su hermano mayci, ñl se graduó con el quinto promedio de su clase en
Loftis- son pobres y afroamericanos. No van regularmente lliSable High School, consiguió dos trabajitos y, como
al centro para visitar a sus amigos ni frecuentan otros siempre quiso esas cosas que tienen los blancos de
vecindarios, no tienen coche. La casa y el barrio son los Park, donde mamá iba a trabajar algunos días." Los
espacios de distintas prácticas localizadas, personalizadas ladres de los muchachos han muerto a esta altura de
de encuentro, merodeo y pedido de. favores. Pero aquí, vidas: papá debido al exceso de trabajo y mamá por-
la intimidad de la proximidad no tiene nada que ver con la 'u' era "enorme como una Frigidaire". 27 Tras haber sido

intersubjetividad lírica de nadie, por más que el cuento ¡,q° de este proceso, Cooter se niega a montar la ola
O) :ucño americano; al recordar que sus padres "se ma-
siga los ritmos reflexivos del modo en que Cooter intenta
analizar una situación nueva. Los sujetos de "Exchange 111, Í o por dos pesos —apenas lo suficiente para pagar una

Value" son expresivos y opacos, pero con valencias nota- edila de avena—, me pongo a pensar que incluso si
blemente distintas a las de nuestro ejemplo previo. ve todo lo que quise, tal vez ya tuve, sabes, todo lo
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que voy a tener en la vida", y por ello organiza su vida a 0'}ticaciones Esquire y The Black Scholar y cose sobre su
N través de los placeres laterales de la fantasía. "No puedo it barata etiquetas de marcas costosas. 29 Lo que cuenta,
conservar ningún trabajo así que siempre estoy cerca de él, es salir adelante, ya sea por medio de la fuerza,
B casa, miro la tele, leo las historietas World's Finest, o me abajo o algún "trabajito' Tiene una opinión bastante
E
quedo tirado nomás, oyendo música, y me imagino qee de Cooter, le parece que su hermano menor es un
R
L veo caras o lugares lejanos en las manchas de humedad odor carente de motivación. No obstante, deciden ha-
A del empapelado' ¡untos este trabajo.
N Durante la década de los setenta, la serie de revistas L1 apartamento de la señorita Bailey es terriblemente
T
World's Finest reunió a Batman y Superman como un déo ro y apesta a mierda. Entre la basura, encuentran
de lucha contra el crimen. Pero las fantasías de Cooter no ccorte del Chicago Defender que revela que un ex
son miméticas; son modos aleatorios y pasivos de habito j)leador, Henry Conners, le dejó su herencia; durante
y construir un entorno en el cual los apegos no apun- ls esos años, su conducta extravagante y su afición
tan de manera optimista hacia un manojo de promesas 5 ovolver la basura ocultaban en realidad la posesión de
trascendentales, sino hacia otra cosa, algo soportable que a enorme fortuna. A oscuras todo tiene sentido. Pero
mantiene a raya no solo la inminencia de la pérdida, sino lirio se enciende la luz, advierte Cooter, "aparecieron
la pérdida que, inevitablemente, ya ha sucedido. Paa montón de formas en la luz y por un instante pensé
Cooter, la fantasía no es un plan. No es algo que venqo o nos habíamos hundido en el espacio' En este preciso
CD '-4
00 a equilibrar el modo en que se vive. Para él, es la acción :omento, Cooter entra en un impasse; aquel talento suyo 00

misma de vivir, su modo de pasar el rato sin tratar de imaginar formas extrañas se proyecta sobre su propia
convertirse en algo en el marco de un sistema de explota- que ya no puede ocupar.
ción e intercambio. En la economía política de su mundo,
ese sistema no produce descanso ni desechos, sino una La sala, cubierta de polvo, estaba a tope de dólares de
muerte lenta, el padecimiento de los sujetos por causa todas las denominaciones, pilas de acciones de General
de una situación en la que el valor es determinado por el Motors, Gulf Oil y 3M en viejas cajas de cigarros White
capital. En el contexto de este cuento, esa escena viene a Owl, en bolsos maltratados o atadas en fajos con bandas
consagrar el cuerpo del trabajador a un disfrute posterga-5 de goma color rosa... [T]odo, como si fuera un mundo
do del que, en aquellos casos en que dicho trabajador: se dentro del mundo, está aquí, es como si fuera una de
encuentra en la base de la pirámide social, probablemente esas escenas de abundancia de los libros de cuentos en la
ya no esté presente para gozar, llegado el momento, como que uno podría encerrarse y vivir para siempre. A Loftis
resulta claro y patente en el destino de sus padres. 28 o y a mí se nos cortó la respiración de golpe. Había cajas
Al contrario, Loftis tiene una relación realista con la de Jack Daniel's sin abrir, tres cajas fuertes pegadas con
fantasía. En su ambición, ha heredado el optimismo que 5 cemento al suelo, cientos de cajas de fósforos, ropa sin
sus padres sentían respecto de su porvenir. Pero sus es- 5 usar, una estufa de kerosene, docenas de anillos de boda,
trategias son estrictamente formales. Estudia con los na- basura, revistas de la Segunda Guerra Mundial, una caja
cionalistas negros en la "Black's People's Topographical 5 de latas de sardinas, estolas de visón, trapos viejos, una
Library" [Biblioteca Topográfica de la Gente Negra], lee las Jaula de pájaros, una cubeta llena de dólares de plata,
EL OPTIMISMO CRUEL

miles de libros, cuadros, monedas de veinticinco u porque la propiedad de la señorita Bailey era un pasado -
en latas de taba ço, dos pianos, frascos de vidrio el poder de ese tipo, Henry Conners, atrapado en una bo-
de centavos, una gaita, un Ford Modelo A casi coi tella- del que podíamos vivir, así que también era el fu-
cubierto de óxido, y lo juro, tres pedazos de ui turo, puro potencial, poder hacer. Loftis comenzó a decir
muerto. que el piano que habíamos logrado arrastrar a casa valía
unos mil dólares, lo que es igual, digamos, a un mal deck
¿Cómo entender esta colección no solo de cosas, sino 1EAC A-3340, o al pago inicial de un Buick de los setenta.

de detalles? La respuesta verbal de Cooter no es la de Su valor era (dijo Loftis) el de un estándar universal de
un historiador, sino la de un moralista: "Un árbol no e medida, un valor relacional, irreal corno un número, por
normal". Para mí, sin embargo, el acontecimiento decisivo el que ese deck podía convertirse mágicamente en dos
del cuento, la escena de cambio potencial, es somática. E trajes de lamé dorado, un viaje a Tijuana o veinticinco
cambio es un impacto que se vive en el cuerpo antes de mamadas de una callejera; teníamos $879.543 dólares en
haber entendido nada, algo que resulta simultáneamen- deseos, si puedes creerlo. Era como si las cosas de la se-
te significativo y desarticulado, y que da origen a uiia ñorita Bailey fueran energía pura, y Loftis y yo, magos
atmósfera a la que los personajes se pasarán el resto del que pudiéramos transformar sus porquerías en cualquier
cuento y sus vidas tratando de adaptarse. Es como gana otra cosa a voluntad. Lo único que teníamos que hacer
la lotería y recibir un montón de dinero por el que no han , ira decidir exactamente por qué intercambiarlas. -...j
co trabajado; al ser poseídos por la posesión de posesiones,: co

el shock los reduce a la impasividad. Esta grieta en las ne- sentidos de Cooter, acicateados por las promesas
cesidades de la historia hace flaquear a Cooter: "Me falla- en torno a las cosas, se han hecho verdade-
ron las rodillas y me desmayé al estilo Hollywood"; Loftd, :alg teóricos. El valor de intercambio no es idéntico
"jade[a] un poco" y "por primera vez.., parecía como si do de las cosas, sino que marca la determinación de
no supiera qué hacer a continuación' Sus cuerpos quedan noé otra cosa se las puede intercambiar, como si el
suspendidos. no estuviera involucrado, exactamente, en la me-
Las riquezas no solo cambian la historia, también has': El piano por tu abrigo. La plata por tu vida.
cen posible que la historia sea algo más que una zona do
posibilidad apenas o malamente imaginada. Loftis retornii escena de una riqueza impactante altera los térmi-
a la loca razón y pone un freno a la adrenalina. Obliga 4 los significados de la vida, de la reproducción de
Cooter a hacer un inventario de todo. Al final, HO e incluso del propio intercambio. Loftis se vuel-
:iiv ilencioso. Cooter toma un fajo de dinero y va a
el botín de la vieja loca sumaba $879.543 dólares en efec- alo al centro. Pero aunque el centro de Chicago está
tivo, treinta y das libretas de ahorro (algunas con sol ; lo unas pocas millas de distancia, para Cooter es
cinco dólares) y yo, no estaba seguro si eso era un sueóe' = luera un país extranjero: no habla su lenguaje
o qué, pero de pronto tuve la sensación de que, despuvi 10, Más allá de la teoría, en la práctica Cooter no

de dejar el apartamento, todos los miedos que Loftis y yvi Lea de qué hacer con el dinero, y de inmediato
habíamos tenido, acerca del: futuro habían desaparecido_ 1 ta, con repugnancia, de que el dinero no puede
EL OPTIMISMO CRUEL

hacernos sentir que pertenecemos a un determinado luqar El cuento trata con una exquisita delicadeza el surrea-
si no contamos de antemano con el privilegio de sentirnos: lismo que supone la sobrevivencia en un contexto de po-
así. Compra algunas prendas de vestir feas, mal confecc jo- breza tan extrema en el que incluso la riqueza solo puede
nadas, caras, que le hacen sentir vergüenza. Come carne! ronfirmar la inseguridad. De uno u otro lado de la división
hasta sentirse mal. Toma taxis a todas partes. Al volvor! it capital, la creatividad, la energía y la agencia humanas
a casa, su hermano está psicótico. Loftis ha construido! .1 ;in atadas al regateo y la estrategia. Todo comienza con
una trampa muy elaborada, una bóveda para proteges eU madre que, frente al fregadero, predice cuál de sus hijos
dinero. Le grita a Cooter por haber gastado una parte, el; vilrá la sensatez necesaria para adecuarse a los ritmos
único poder está en acumular. Le dice "en el momento tv umuneración del sistema, los padres que mueren antes
en que compras algo pierdes el poder de comprarlo". No. que ellos sean mayores de edad por haber tenido que
puede protegerse del destino de la señorita Bailey, "pade :rtirse el lomo para ganar aquello que Cooter llama con
cer ese especial miedo del negro a usar lo poco que tiene 1 11 , ii mordaz "dos pesos", la decisión de Cooter de vivir
en esta vida"; la herencia "la hizo cambiar y ella quedó
alimentar su pasividad y su capacidad de fantasía, y
hechizada, poseída por la promesa de la vida, llena de, I i loftis de vivir amoralmente entre una gran variedad
pánico a perderlo todo, y encerrada en el pasado porque ilos con el propósito de alcanzar la movilidad social
toda compra, ya sabes, siempre es una mala compra: una;
..viutente. Antes del giro de la fortuna, todos estos per -
pérdida de vida' :i;tjS manifiestan el oportunismo improvisado de aque-
CO Adviértase la frecuencia con la que Johnson vuelve In
ersonas que, por estar en el fondo de la situación, CO
sobre la palabra "vida' ¿Puede una persona que está en lo poco que perder y vivir en una economía de pedir,
más bajo sobrevivir a la presión de vivir una "vida", priva .::.e'rtir y ocultarse, harán el intento de conseguir algo
da de la ilusión de una tolerancia indefinida por medio dé ti) la ocasión lo permita.
cualquier tipo de práctica fantasmática que haya lograd:! ro la herencia que los hijos se procuran instaura en
pergeñar? ¿Cuán rápidamente puede uno deshacerse de los en quiebre sensorial, y silos modos anteriores de
viejos regateos entre las defensas y el deseo, y adaptas;; íl:imjsmo abarcaban una comunidad y un mientras
a un régimen cuyas reglas no brindan ninguna sensación que significaba estar en algún lugar y conocer a
de comodidad? "Exchange Value" demuestra la proximidai imadas personas, sin importar qué estilo de vida
de dos tipos de optimismo cruel: quien cuenta con poco ; ;o,en elegido, los modos posteriores prácticamente los
capital cultural o económico y lleva en las espaldas la!! °oei a la privacidad, a la acumulación, a volverse puro
historia de una desposesión racial respecto de las norma;. dal. La herencia se convierte así en la promesa de
del poder supremacista blanco trabaja hasta la muerte
mmesa, de un optimismo técnico; los sutura a una
bordea la no existencia; y quien cuenta con el lastredn ui siesgos, en proximidad a una plenitud carente de
capital, acumula contra la muerte, postergando la vid;,. ano icción. En el caso de Loftis, esta situación destru-
hasta morir. Cooter es realista: de los dos es el único qn;
Lceres que le procuraba el estrés de vivir al día,
advierte que ya no hay salida, no hay vida que no esté en:. lora la escala de la posible pérdida resulta des-
relación con la muerte, prefigurada en todas las pérdida; Cooter adopta una actitud más pasiva: se pliega
potenciales que la preceden. il:a de su hermano porque eso es él, una persona
EL OPTIMISMO CRUEL
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R que no construye espacios, sino que circula por los que ya «a nuestra decepción, lo que se suele recibir en el inter-
E tIbio de deseos incrustados en las cosas no es más que
N
están disponibles.
e instante breve, en ocasiones acompañado de una cosa
Al mismo tiempo, este retiro de los hermanos de ui ta
B participación siquiera vaga en la vida a fuerza del tri oficia de recuerdo de ese recuerdo, y no la concre-
E picheo reproduce otro aspecto de la lógica del capital. del deseo. En "Exchange Value", la forma dinero en
R rl «ular revela que la reciprocidad en especie no es más
L
Como hemos visto, en la medida en que han heredado de
A sus padres esa disciplina del cuerpo y el alma respetable un espejismo, revelación que destruye por completo
Ir,; hermanos, como había destruido ya en la señorita
N orientada hacia el futuro, al servicio de la construcción
de una vida, hazlo-para-que-tus-hijos-no-tengan-que-ha- y, esa infraestructura de confianza en el mundo que
—ii (1 a confundir el crédito con la economía afectiva y
cerlo, Cooter y Loftis han sido siempre sujetos del opti-
mismo cruel y de sus modos de muerte lenta. Pero ahe tiene a las personas apegadas a un determinado tipo
ra, ellos introducen en esta relación entre construir una rflIimjsmo.
vida y gastar la vida nuevas orientaciones generacionale s. el consumo promete satisfacción por medio de la
Del no hacer nada a la actividad ilícita del "trabajito", lo [lución y a su vez la niega porque todos los obje-
ter son más que interrupciones dispersas en ese pro-
hermanos encarnan estilos de vida que podrían parecer
tanto subcivilizados y extralegales como emprendedori- jineral de insatisfacción constante que supone
tas y ambiciosos, en el sentido positivo de la palabra. En • vivo bajo el capitalismo, en el impasse del deseo, la
ii iillición parecería aportar algún tipo de solución.
lo
co esta lógica final, sin embargo, la sensibilidad capitalista ~

exhibe en "Exchange Value" su demencia, en términos de eiulación protege la promesa de valor del gasto, y
ti") tiempo permite el disfrute de un presente in-
la loca razón: enloquecida no solo por la obstinación, la
compulsión, la formalidad o el hábito, sino ante todo poi — a el que se preserva un potencial puro. El final,
vr r, es el retablo que el cuento nos ofrece de la
la actividad de sostener contradicciones estructurales.
En este mundo, la confrontación del sujeto con la single dicción estructural que sacude, aturde y paraliza a
rl agonistas. Bajo el capitalismo, mientras que estar
laridad resulta la experiencia más aterradora. La singularida;
es esa parte de la propia soberanía que no puede ser dele [ación significa estar en la vida, la acumulación
1 Lite significa estar en una fantasía, que constituye
gada en un concepto, un objeto o una propiedad. Bajo (1
capitalismo, el dinero es poder y silo único que tuviéramc ición de acumulación contra una amenaza real y
fuera una cantidad excesiva de él, la soberanía resultan li d parecería ofrecer un mejor realismo aspiracional.
-

infinita y al mismo tiempo un peso imposible de soporte lr.trgo, la fantasía nos deja fijados ,a nuestra propia
iin singular en una no relacionalidad inagotable.
El valor de intercambio supuestamente viene a alivianar
sujeto por medio de la transferencia del valor a otro, que r~l if , , un excedente de dinero incuantificable -es de-

su vez devolvería algo en especie. De esta forma, el espaci.r i'e cualquier sujeto capitalista creería que todos
de intercambio viene a ser un espacio que da un respiro, convierte a los hermanos en contradicciones am-
es exactamente un espacio que le dé un respiro lo que seres que tienen todo lo que quieren y aun así
sujeto capitalista, con toda su ambición, busca alcanzai tue aquel querer que saturaba su fantasía de la
1 del mundo imaginable estaba en falta, porque
la buena vida, como ocurría en el poema de Ashbery. PCi
EL OPTIMISMO CRUEL
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R la soberanía, aunque ideal, es una carga pesadillesca, una valor de intercambio del reconocimiento lo transporta
E
soledad psicótica y mancillada. hp q ,1 de la personalidad, ese manojo de reiteraciones fa-
N
Esto significa que el objeto del optimismo cruel se nos 'liares. Es pura potencialidad, en el buen sentido de la
B presenta en este caso como aquella cosa dentro de cual- ibra, y le ofrece la adorable experiencia de entender
E quier objeto en la que uno intenta salvaguardar la propio nl fárrago de actividad que fingía ser la construcción
R
fantasía de soberanía. En el optimismo cruel, el sujeto o ° 'aa vida no era más que un impasse que ahora ha
L
A la comunidad transforman sus preciados apegos en objetos ° HIdonado y reemplazado por otro, más lento, en el que
N de seguridad que les permiten soportar la soberanía por experimentar la espera y dejar que algo o alguien
T medio de su distribución, la energía de sentirla relacional, qa a él como viene un sonido, sin ponerse a la defen-
general, recíproca y acumulativa. La circulación nos hace -a Por el contrario, para esos hombres que al final de
felices en un sentido corriente, a menudo encantador, per- change Value" todavía parecen muchachos, el afecto
que distribuye nuestro peso de estar en el mundo en o1 acompaña al optimismo es el pánico o el entumeci-
espacio, el tiempo, el ruido y otros seres. No obstante, 'uto, no el zumbido. Si bien, en tanto mecanismos de
cuando algo vuelve a poner en nuestras manos esa sobo- estos modos de vibración cercanos a la parálisis
ranía, se hace evidente el peso que hasta entonces estaba .iiailares a sus modos de arreglárselas previos a la
distribuido, y el sujeto queda paralizado en una mímei- -a de la señorita Bailey, aquellos estilos que antes
perversa de su enormidad. En el contexto de una relacion omitían mantenerse a flote por debajo del valor y
co o fantasías respecto de él parecen ahora utópicos
00 de optimismo cruel, nuestra actividad se nos revela como co

el vehículo que nos permite alcanzar cierta forma de p 'itparación a esta cripta del ser hecho añicos que ha
sividad, como evidencia del deseo de encontrar formas en - ido, cruelmente, el optimismo pecuniario.
relación con las cuales podamos sustentar una sensib contundente advertir que estos momentos de
lidad mínima, atenuada, en respuesta a la sensación do «ismo, que marcan cierta posibilidad de que los
estar demasiado vivos. de una historia no se reproduzcan, liberan una
''-dora fuerza negativa. Solemos predecir este tipo
etos de las escenas traumáticas, pero no estamos
4. LA PROMESA DE LA ENSEÑANZA ''ittbrados a pensar que un acontecimiento optimista
tner las mismas consecuencias potenciales. La fan-
Incluso en el contexto de las mediaciones raciales arrai ,iivencional de un posible elevamiento revoluciona-
gadas en las desigualdades capitalistas que impera en 1ro en proximidad a ese nuevo objeto o escena de
Estados Unidos, el optimismo implica la convicción • •' podría conducir a algo distinto de aquello que
que es posible obtener reconocimiento en el intercambio -'--'na o grupo pudiera preferir, después de todo,
Pero deberíamos preguntarnos, ¿reconocimiento de qus - ir de un episodio a otro mientras se inclina hacia
¿De nuestra propia autoidealización, de nuestro estilo r 1 de posibilidades vagamente formuladas. Y aun

ambivalencia, de nuestro costado tierno, de nuestro «rto grado de abstracción, la experiencia senso-
mo anhelo de que se produzca el acontecimiento de Li odisolución, de reformulación radical de la con-
reconciliación? En el caso de Ashbery, como hemos visto. 1 nuevos sensorios y de ruptura narrativa tanto
1,
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R del trauma como del optimismo podría parecerse. El inten - vir y, así y todo, una amenaza para la propia existencia.
E Vos nos muestra un caso limite de optimismo cruel, ya
N
to del sujeto de aferrarse a una forma estabilizada ante la
inminencia de la disolución también se asemeja al clásico roo su representación de la continuidad afectiva del trau-
mecanismo de compensación, en el que la producción de y el optimismo en una excitación que se pliega sobre
O oisnsa no resulta cómica, trágica ni melodramática, sino
hábitos ligados a lo predecible oficia de defensa contra
una completa pérdida de la forma emotiva. 1 aformal. Por medio de una exploración de la pérdida
He planteado que los diferentes modos en que se ar- en episodios que van de la alienación en las péque-
ticulan y se viven sensorialmente la identidad y el deseo cosas al delirio demente, Was piensa el género como
dentro de la cultura capitalista producen estas superpo- oleosa. La novela reconoce la fantasía como una defensa
siciones contraintuitivas. Pero sería reduccionista leerlo al procura hacer la vida soportable ante los padecimien-
anterior como una afirmación de que cualquier transac- de una historia corrientemente violenta.
ción subjetiva con la estructura optimista de valor delco- En esta novela, como en todos nuestros demás ejem-
pital produce de por silos enredados nudos del optimismo lg, la sensación afectiva de la normatividad se expresa
cruel. Si, las personas sufren el desgaste de la actividad o la idea de que el mundo debería tratarnos con amabi-
de construir una vida, en particular las personas pobres ud y nosotros deberíamos vivir felices junto a íntimos
y no normativas. Pero cada vida es distinta: las personas c onocidos , sin padecer el desgarro ni el agotamiento
cometen errores, son inconstantes, crueles o bondadosas, tabajo de la decepción ni de la decepción del trabajo.
y también se producen accidentes. El archivo del que se Votante, en este caso, la afirmación de la posibilidad rl
o,

nutre este ensayo presta atención a obras de arte que Murar en nuestro objeto o escena no aparece ligada
de manera deliberada convierten distintas singularidades Vrma pareja, a la trama romántica, a la familia, a la
en casos de abstracción no universal pero sí general, con HiLidad, al trabajo, a la riqueza o a la propiedad. Estos
lo que nos ofrecen escenarios narrativos acerca de cómo ser los sitios privilegiados del optimismo cruel,
las personas aprenden a identificar, manejar y sostener la ros de deseo convencional que obstaculizan de mane-

difusa luminosidad de su apego a ser x o tener x, en la roe 1 5-ulifíesta la prosperidad del sujeto. En vez de ello, la
dida en que después de todo sus apegos son promesas y no ofrece un doble juego de saturación en la historia
posesiones. La novela histórica de Geoff Ryman Was nos a fantasía de masas como solución al problema de
presenta un nuevo escenario para rastrear el perdurable -vivir a la brutalidad del trauma y el optimismo en él
carisma de lo normativo. A partir del entrecruzamiento de corriente. Plantea que el mejor modo de alcanzar
vzili)

actividades altamente subjetivas de construcción de fao peridad consiste en abandonar lo singular por lo
tasía en el ámbito rural de Kansas y la industria cultura y en adoptar distintas formas de intimidad con
de masas, Was recurre a cuatro encuentros con El mago da raño, si bien cuanto menos en uno de los casos aun
Oz para contar los procesos por los cuales las personas s, po de encuentro pone en riesgo a un sujeto tan des-
, a- lo por el trabajo de sobrevivir a la mala vida que lo
acumulan a sí mismas ante el temor a la disolución y, al-
mismo modo, buscan disolver esta acumulación en expe- que le quedan, en cierto sentido, son sus defensas.
riencias transformadoras de apego cuyos efectos son est construye un drama postraumático que confluye,
mulantes y aterradores, lo único por lo que vale la pena sa-ale, en la conciencia de Bill Davidson, trabajador
EL OPTIMISMO CRUEL

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A :IIS esclavos de sus propias fantasías de vivir a través
u de la salud mental, un hombre blanco heterosexual del 1 -os hijos, en términos de fama y dinero (la madre de
R CUYO ÚUjCO
roce personal previ
E MidweSt estadounidense, valencia que experimentó hacia o incluso de sexo (el padre de Gumm, cuya elec-
N con el trauma fue la ambi de objeto son los varoncitos). La tercera historia de
su prometidar pero cuya capacidad profesional de intel presenta a un hombre gay ficticio, un actor poco rele-
B narse en el impasse de sus pacientes y de abrirse a ests de Hollywood llamado Jonathan que alcanzó cierta
E resto optimista de
R impasses, lo convierte en el ÚUjCO por interpretar a un asesino serial en una película
L nvela, un testigo valioso. La primera i historia DorothV
verdadera trauma iuia The Child Minder y a quien, al comienzo de la
--
A ña le ofrecen un papel en una compañía que sale
tica que se cuenta trata n arte supongo, paia
N
Gale pelo con la ortografiaGael (e que n fuerte vie]t lt0 - ira con El mago de Oz en el mismo momento en que
T a
vincular a aquella muchac imagen de alguien que es tá nienza a experimentar los efectos de una demencia
transporta al reino de Oz a l en para vincularla a la zona ida por el sida Todas estas historias tratan acerca de
prisión gaol J ¡ ueldad del optimismo tal como esta se les revela a
en una tan novela hi s tórica, ese género
aélica de Escocia, cuna de a afectivas moldean exp'LlCl ñ mas que no tienen control sobre las condiciones ma-
Cuyas convenciones pohticas y a n acerca de unas elCpe de su ida o guardan tal relación con la fantasía
tamente esta meditación de rastros en archivo s, Pa'-1 = - ntrecruzamiento que se produce en sus concien-
riencias y recuerdos que dejan Canadá- y EstadoS - re realismo y fantasía destruye, ajuicio de Ryman,
sajes y cuerpos esparcidos irsonas ya la nación. No puedo detenerme aquí a o'
Unidos). Como ocurría con Coo 0Tter esta Dorothy Gael echa
sobrevjvlT -ii la totalidad de las singularidades de aquello que
c'J
o'
encuentre para
mano de cualquier fantaSia quetuacionalad histórica, iinismo vuelve posible e imposible en este libro, pero
a una escena de desesperza a s iste en una deriva vañ concentrarme en una escena que hace que todo
Sin embargo, su proceso no co:nvenci6n Ultigenéu1 posible. Me refiero a la escena en que Dorothy
sino intensa, por medio de •ados proyecc( psiCóti0 con maestro suplente, Frank Baum,
sueños, fantasías, juegos Pr1v1 maltrato a SUS comPare - cuela primaria de su Kansas rural.
mutismo agresivo, mentiras, d La creatividad le penal niños», escribe Ryman, "sabían que el suplente no
ros Una extrema fnontalldab. ndonada por sus padiea de verdad porque era demasiado blando 11.30
te a DorOthY -que ha sido a aHenry Gulch i rechaz - lf/" [suplente] deriva de la palabra "succeed" {te-
violada humillada Ol tío
consideran enorme, gorda it o; pero también suceder, en el sentido de venir

01 los demás niños, que .la con


por de ruido pos traUmdtl y como tal la palabra lleva fuertemente
oco elocuente- un muro la historia de quien lue el sentido de posibilidad en torno al reemplazo.
La segunda parte de Was cuenta prances Gumm tt . En no ha sido derrotado -por la vida o por los es-
conocida como Judy Garland, sta muchacha interpreta a DoroU11 --i —, el suplente trae optimismo. Entra en la vida de
e
set de El mago de Oz, ete sexuaUza, llev como una nueva posibilidad de apego, una posi-
Gale como una niña estrella vagamente amencontinuar pareCiefl -Idramatizada. Es, por definición, un sustituto,
ara
los senos ceñidos y apretadose roben su niñez. En su casti, =a u de aplazamiento, un acontecimiento aleatorio.
una niña, lo que supone que iolaciófl, sino do1 Li no es personal, no ha venido para nadie en
quita la infancia no es una v
lo que le -
EL OPTIMISMO CRUEL

particular. La cantidad de afecto que se libera a su alre- se sienta en su regazo, le lame la mano, tiene
dedor nos dice algo acerca de la intensidad de la pulsión .iz fría, se queda dormido en su falda y come de su
de los niños a estar menos muertos, menos adormecidos, la comida que la tía Em le da para que lo alimente. La
B menos neutralizados o enloquecidos por el hábito, pero no Lión retrata una vida feliz, en la que el amor circula y
E dice demasiado acerca de cómo se siente el tránsito entren , a todos con su simpatía, en vez de aquella que en
R la vida estancada y todos sus otros, o si dicha sensaciófl 1 11(1 vive, en la que "era como si todos estuvieran de
L
A puede conducir a algo positivo d , l,is y gritaran 'amor' a viva voz, pero en la dirección
N Desde ya, los alumnos suelen ser crueles con los suf avsrada' El texto lleva la huella de todas las buenas
T plentes debido a la excitación que produce en ellos l ncias que Dorothy alguna vez ha tenido. Y termina
impredecible y al hecho de no tener miedo o haber est llanera: "No fui yo quien te puso Toto. El nombre se
blecido una transferencia que los vuelva dóciles o inclu nj madre cuando estaba viva. Como a mí'
so les haga desear un reconocimiento que no hay tieint ¡lii, Dodo, Dorothy. El maestro advierte que la niña
para llegar a construir. Sin embargo, para Dorothy estél dido abrirse, ha bajado una defensa, y le conmueve
suplente es especial es actor, como sus padres les eriseer con que asume su identificación y su apego.
turco y les cuenta historias distintas que transcurren e11 itonces comete el error de dar a esto una respuesta
la actualidad y en el pasado. Dorothy fantasea con Franki :a, y mostrarle un comportamiento tierno, el que
Baum no bajo una modalidad narrativa, sino con una me que ella espera: "'Me alegra mucho', susurró, 'que
cIa de puro placer y defensa: "Frank, Frank, mientras lgo a lo que puedas amar tanto como a ese ani-
tío posaba sus manos sobre ella mas tarde se dirá a Ante esta respuesta, Dorothy pierde los estribos,
misma que no es digna porque sabe lo bello que ere t J3aum y suelta abruptamente toda la verdad acer-
lo fea que soy; tú nunca podrás tener nada que ver conr vida frente al resto de la clase. Sin pausa cuenta
go". Pronuncia su nombre, Frank, una y otra vez, "pare( 'totan, que tiene hambre todo el tiempo, que han
reunir todo lo que faltaba en su vida' Pero, cuando ev su perro y habla de su falta de elocuencia: "No sé
frente a él, ese mismo sentimiento de alivio que le prova termina. Esta frase significa que no hay nada
la cercanía del suplente le resulta intolerable. A veces pueda hacer para cambiar las cosas. Dicho esto,
enoja y otras veces se derrite ante su deferencia, su atr: •i a aullar e intenta cavar un hoyo en la tierra,
bilidad desinteresada. Se burla de él e interrumpe la ci aducirse al tamaño del que se siente y también,
para ahogar su propia ternura, pero obedece cuando etido, convertirse en una encarnación de la
pide que se retire del aula y escriba algo, cualquier c va que amó. Después, pierde la razón. Comienza
Regresa con una mentira, un deseo. Su perro, T su propio mundo de fantasía y deambula sin
ha sido asesinado por sus tíos, que lo odiaban yno me, sobre todo, de la capacidad de reflexionar
rían gastar comida en él. Pero al suplente le entrega Ui pérdida bajo las modalidades del realismo, la
historia suplente, que trata acerca de lo felicesi que a el melodrama. Para proteger su última gota de
ella y Toto. Incluye oraciones acerca de los juegos e se vuelve loca.
juegan juntos y de lo animado que es cuando corre poi , Baum reescribe El mago de Oz como regalo de
ladrando "como si fuera diciéndole hola a todo". El alternativo para una persona que no tiene la
L EL OPTIMISMO CRUEL

A
ji
R capacidad de decir o hacer nada que pueda cambiar los tér-J r-istiduras, suponen en sí mismos un riesgo tanto para
E
minos materiales de su vida, y que ha soportado tanto que :- tiergía como para la fantasía necesarias para sostener
N
un momentáneo alivio de sí supone una ruptura permanen- ¡ , te está en curso, en la medida en que las personas
B te de todos los géneros disponibles para su supervivencia. ti.; colectivos enfrentan día a día la crueldad que sig-
E En "Qué es una literatura menor?", Deleuze y Guattari ex- no solo la potencial renuncia a los objetos o el
R lijo en sus vidas, sino incluso a perder el vinculo que
hortan al lector a devenir menor exactamente de esta for-
L
A ma, desterritorializando lo normal, cavando un hoyo como lupia fantasía ha hecho posible con aquello que está
N lo hacen un perro o un topo. 31 Desde esta perspectiva, la ,
tcialmente allí, en los peligrosos dominios de la vida
T creación de un impasse, un espacio de desplazamiento jo hIn no se conoce ni se ha vivido. Los textos anali-
terno, aniquila las jerarquías, claridades, tiranías y confu en este capítulo escenifican distintos momentos en
siones normales solidarias de la individualidad autónoma Li vida podría convertirse en algo distinto, en el buen

Esta estrategia parecía promisoria en el poema de Ashber 'lo de la palabra. Sin embargo, un cambio sustancial
Pero en "ExchangeValue", como hemos visto, un solo mo u- -timo, una transformación sensorial, la intersubjeti-

mento de alivio desencadena una defensa psicótica conto; o la transferencia con un nuevo objeto promisorio
el peligro de perder el optimismo. Y para Dorothy Gael, co hallan para generar por sí solos una mejor buena vida,
Was, el optimismo del apego a otro ser vivo constituye co tina se producen sin ir acompañados de una experien-
sí mismo la más brutal de las bofetadas. iltalmente amenazadora de pérdida, como tampoco
A partir de este manojo podemos entender un por hacerlo una única colaboración, ya sea la de una
mejor la atracción magnética que ejerce el optimisror u r-j, la de un hermano o la de la pedagogía. La fantasía

cruel. Cualquier objeto de optimismo promete garantiza ria apertura y una defensa. Las vagas expectativas del
u olamo normativo
la perduración de algo, su supervivencia, su prospericLt producen pequeños cortocircuitos,
y, sobre todo, la protección de aquel deseo que hizo la iiil,ii que las heterotopías de la soberanía en medio de
ese objeto o escena algo lo suficientemente potente coro laigualdad estructural, la depresión política y otros
para haber conseguido atraer hacia sí un apego. Cuando o intos íntimos. Por medio de la representación de
establecen -estas relaciones de proximidad e intercambr 'i tasse en el que el quiebre hace lo suyo y suspende
por aproximación, se tiene la esperanza de que aquoir atas y reglas del mundo, estas obras nos enseñan a
que en realidad no está a la altura de lo que promete y no ti atención a la construcción e infraestructura de lo
decepciona no, habrá de suponer una gran amenaza par. o it e, y también cómo identificar lo que sucede cuan-

la reproducción de la vida en curso, y permitirá la exl atrés de dicha infraestructura produce un cuadro
tencia de zonas de optimismo como una especie de lU 'o. Los escenarios del optimismo cruel nos obligan
estable de compromiso. Se espera que en estas zonas el tu t-,der las nociones corrientes de reparación y pros-
bajo de sostener el optimismo no entre en contradice¡( , ti ya preguntarnos si acaso el problema no radica

con el trabajo de sostener el mundo como tal, y pernO. mismos escenarios de supervivencia que atribuimos
que prosiga el coqueteo con alguna bondad de la butu o it afectos. Aprender a analizar lo que en ellos se

vida. Pero muchos de los objetos normativos y singuL 1 05 una forma de ponderar el impasse de vivir en

res que están allí, en el mundo, a la espera de nuest u-o ,,,,tdor momento presente.
EL OPTIMISMO CRUEL

de trabajo sobre sentimientos públicos; vaya mi especial agradecí-


a Ann Svetkovich, Katie Steward, Debbie Gould, Rebecca Zorach
i' Pattern.
Kosofslnj Sedgck, "Teaching/Depression", en Th e Scholar and
1. La contribución de Emmanuel Ghent a esta idea se resume en la palabra !',iinist Online 4, n. 2, 2006.
B
"rendirse", a su juicio de una valencia relevantemente distinta a la de ''ron Berlant, Tite Queen of America Goas to Washington City: Essays on
E - 'iel Citizen,shjp,:Durharn, Duke University Press, 1997.
"someterse", que ha tenido grandes consecuencias para los modos en qu
R "Ini Ashbery,- "Sin título", en Tite New Yorker, 7 de noviembre de
este ensayo pondera la diferencia entre estar absorto y estar domrnade
L
por algo. La frase de Daniel Stern "el momento presente" introduce aquí e. 88. Este poema fue luego revisado y convertido en "Ignorance of
A :w is No Excuse" [La ignorancia de la ley no eme de su cumplimien-
una conceptualización respecto de "el presente" como una duración que
N '9w York Review of Books 51, n. 5, 25 de marzo de 2004, disponible en
no siempre es algo perdido y fugaz, sino aquello que las personas consn
T guen desacelerar proyectándolo o moviéndolo en el espacio. Ver Emmanuel '/iiybooks.com . [We were warned about spiders, and the occasional
Ghent, "Masochism, Submission, Surrender: Masochism as a Perversion --'e,! We drove downtown to seo our neigbors. None of them were
of Surrender", Conternporary Psychoanalysis 26, n. 1, 1990, pp. 108-3: / We nestled fu yards the municipality had created,/ reminisced
y Daniel Stern, The Present Moment in Psychotherapy and Everyday Lun iii Iter, different places -/ but were they? Hadn't we known it all
Nueva York, W.W. Norton, 2004. 1/ In vineyards where the bee's hyran drowns the monotony,/ we
fr' peace, joining inthe great run./-He. carne up Lo me.! It was all
2. Para distintos ejemplos de estudios de caso de optimismo cruel, ve, :
Thomas Frank, What's the .l'fatter with Kansas? How Consen'atives Won ter been,/ exceptfor the weight of the present,/ that scuttled the
Heart of America, Nueva York, Metropolitan, 2004 y Michael Warner, 39 anide with heaven./ In truth there was no cause br rejoiring,/
Trouble with Normal: Sex, Politics, and the Ethics of a Queer Life, Nun'.: -'-'1 lo turn around, either./ We were lost just by standing,/ listening

York, Free Press, 1999. 'inri of tite wires overhead.]


- Iiii Ashbery, "Filigrane", cc, Tite New Yorker, 7 de noviembre de 2005,
3. Barbara Johnson, "Apostrophe, Animation, and Abortion", Diacrit:
co 16, n. 1, 1986, pp. 26-47. Mirage control has sealed the borders/ with light and the endless o,
íight begets.] o,
4. Uno siente que en esta escena Johnson conjura esa presencia as
sente que es característica del objet petit a lacaniano; sin embargo, es = -: últimos años, el vecino ha ido apareciendo como una figura a la
muchos sentidos su trabajo acerca de la intersubjetividad retórica en icijudican las complejidades de la intimidad, el reconocimiento y
mucho más cerca de la construcción de la proyección que plantea MiLle reconocimiento en situaciones de desigualdad de poder. Ver, por
Borch-Jacobsen en el apego mimético. Ver The Freudian Subject, Stanfei el análisis que hace Joan Copjec de las relaciones transferenciales

Stanford University Press, 1988. leas coloniales y colonizados, en Read MyDesire: Lacan against tite
5. Barbara Johnson, "Muteness Envy", Tite Feminist Difference: Literato: Cambtidge, tur Press, 1994; Slavoj Zifek, "Love Thy Neighbor? No
Psychoanalysis, Roce and Gender, Cambridge, Harvard University PrHr Tite Psychoanalysis of Race, editado por Chtístopher ine, Nueva
1998. 'dimitía University Press, 1998, y el cuento de Amy Hempel "Beach
(le Codected Stories of Ant y Hersipel, Nueva York, Scribner, 2006, en
6. Para una mayor elaboración de la perduración de la relación transt u ni
rial con el objeto, ver Jessica Benjamín, "What Angel Would Hear Nc '.ini no experimentar la atrofia de su propia vida, la narradora se
The Erotics of Transference", PsychoanaliiyclnquirY 14, 1994, pp. 535-' ii su patio trasero a oír la conversación de su vecina con otra mujer
1,1 traición y el abandono de su esposo.
7. Barbara Johnson, "Metaphor, Metonym, Voice in Their Eyes Were WcL
ing God" y "Thresholds of Difference: Structures of Address in Zora In9 o ,--, ¿cicle "Passion—Regular or Decaf?", In Titese Times, 27 de
-
1, 12004.
Hurstori", A World of Difference, Baltimore, Johns Hopkins Unive:
Press, 1987. Marx, Manuscritos: economía y filosofía, Madrid, Alianza, 1980,
8. Barbara Johnson, "Bringing Out D. A. Miller", Narrative 10, n. 1, 20
pp. 3-8. lwcho, ¿no podría la Razón acaso ir a la misma Escuela de la
9. Ver Leo Bersani y Adam Philips, Intimacies, Chicago, University i*ii le las Abejas, las Hormigas y las Arañas? ¿Qué sabia mano les
Chicago Press, 2008, y Tim Dean, Unlimited Intimacy: Reflections oc tt a ellas aquello que la Razón no logra enseñarnos a nosotros?
Subculture of Barebacking, Chicago, University of Chicago Press, 2009. más toscas se quedan perplejas ante los grandes prodigios
10. Freud, Sigmund, "Duelo y melancolía", en Obras completas IV, Bucales "'loza, las Ballenas los Elefantes, los Dromedarios y los Cam&
Aires, Amorrortu, 1976, p. 242. iinfieso, son los Colosos y las más majestuosas piezas de su
11. La frase "depresión política" proviene de las discusiones dentro de 4;es es estos pequeños Motores se encuentra la más curiosa de las
EL OPTIMISMO CRUEL

Matemáticas, y la civilidad de estos pequeños Ciudadanos describe con luezado por la fidelidad a lo desconocido liberado en el campo de posi-
mayor claridad la Sabiduría de su Creador". Sir Thomas Browne, Sir Thomas :elseI por los procesos de verdad del acontecimiento. Alain Badiou vincu-
Browne: Selected Writings, Nueva York, Routledge, 2003. potenciales de la verdad en el encuentro amoroso a capturas menos
20. Bradin Cormack me sugirió que, al romper con el cielo, Ashbery rompe siales del afecto, incluida la actividad revolucionaria. Alain Badiou,
B también con Milton: ver el poema "On His Blindness" [A su ceguera], que lea. Ensayo sobre la conciencia del mal, México, Herder, 2004, pp. 70-
E cierra con el verso "They also serve who only stand and wait" [También [Berlant remite, también, a la página 118 de la edición en inglés,
le
R le sirven quienes permanecen allí y esperan]. John Milton, "On His Blin- se encuentra, a modo de apéndice, una entrevista no incluida en
ness", The Poetical Works of John Milton, vol. 3, Londres, Beli and Daldu,
1
L sión española de este texto, "Politics and Philosophy. An interview
1866. Ashbery rompe con la representación que hace Milton de ese "meso tlain Badiou" con Peter Hallward, publicada originalmente en Ange-
A
acto de permanecer allí": ya no es ante la mirada de Dios, sino ante ki n. 3, 1998, pp. 113-33 [N. del T.]
N 1 ti cejen Habermas, Historia y crítica de la opinión pública. La transformación
mirada de aquel que se le acerca. En este caso, además, la espera es deh-
T cc/ural de la vida pública, Barcelona, Gustavo Gili, 1999, pp. 68-88.
ciosa y sensual, abierta y nada oculta, y no tiene nada que ver con la ser.
vidumbre. Pero en sintonía con Milton, no es la vista sino el oído lo qeso Onomatopeya um se utiliza en inglés para expresar vacilación o una
Ashbery privilegia y resulta más intensificado cuando uno no está, por e a el discurso, a la manera de las españolas ah, eh y otras similares.
decirlo, sumergido en la constante búsqueda y circulación. En cuanto o al, desde luego, explota aquí la similitud entre
um y hum [zumbido].
Eliot, podemos pensar en los célebres versos de Ash Wednesday [ Miércoles OIT]
de ceniza]: "Because 1 do not hope to turn again/ Because 1 do not hope,! se refiere ala banda sueca The Soundtrack of our Lives (1995-
Because 1 do not hope to turn/ Desiring this man's gift and that maus
scope/ 1 no longer strive to strive towards such things/ (Why should ide 1
ioter advierte que su hermano tiene una risa "Geoffrey Holder", lo
aged Eagle stretch its wings?)/ Why should 1 mourn/ The vanished powe ILda la historia a mediados de los setenta, que es cuando este actor
of the usual reign)?/ Because 1 do not hope to know again.....[Porcue caericano gozaba de celebridad por su actuación en la película Vive y
, iorir (Live andLetDie) y también como vocero de 7up, la "no cola"
no espero volver otra vez! Porque no espero! Porque no espeso volver, A
desear los talentos de este hombre o la visión de aquel! Ya no me esfue: e- ii fines de los sesenta y durante la década siguiente, esta marca de
C) o
por esforzarme a alcanzar tales cosas/ (Por qué debería el águila env(je as desplegó en el mundo anglosajón una agresiva campaña de publí-
cida desplegar sus alas?)/ ¿Por qué debería lamentar/ el extinto poder AeJ pw hacía foco en su transparencia y claridad como valor diferencial
reino habitual?! Porque seo espero saber otra vez...]. También podríano de las marcas líderes de gaseosas cola, "the uncola" (N. del T.)]
advertir cierta proximidad del poema a "1 Knew a Woman" [Conocía a sm larles Johnson, "Exchange Value", The Sorcerer's Apprentice: Tales
-'u cje rations,
mujer], de Theodore Roethke: "How well her wishes wenti She stroked cus Nueva York, Plume, 1994, pp. 28-29. De aquí en adelan-
chin! She taught me Turn, and Counter-turn, and Stand;! She taught so nc
rectamente en el texto, indicando el número de página.
Touch, that undulant White ski:! 1 Nibbled meekly from has proffrs - II
lina mayor elaboración de la correlación entre la calificación del
ir y
hand;! She was the sickle; 1, por 1, the rake,! Coming behind her for lee u la insalubridad física, ver el capítulo 3, "La muerte lenta
«el, soberanía, agencia lateral)'
pretty sake! (But what prodigious mowing did we make)" [¡Qué tus
salían sus deseos! Me acariciaba la barbilla! Me enseñó la Vuelta, la Co de la importancia de los Black People's Topographical Research
.
travuelta y Quieto;! Me enseñó a Tocar, aquella undulante piel blanse para los proyectos de educación política nacionalista dentro de
Yo tomaba sumisamente los pequeños bocados que su mano me ofrei esilidades negras metropolitanas de los Estados. Unidos durante la
ele nlc'
Ella era la hoz; y yo, pobre yo, el rastrillo,! Que iba detrás de ella pos e los setenta, ver Yusuf Nuruddin, "The Promises and Pitfalls of
bonito bien! (Pero qué prodigiosamente segábamos el pasto)]. Theode s", en el sitio web de The National. Coalition of Blackr for Pepa-
- - III America (NCOBRA),
Roethke, "1 Knew a Woman", Words for the Wind: The Collected Ver,is www.ncobra.org .
1 Ryman, Was,
Theodore Roethke, Bloomington, Indiana University Press, 1961. Toda e -
Nueva York, Penguin, 1992, p. 168. Todas las man-
enmiendas de Ashbery tienden a una revisión radical del significado Irobra pertenecen a esta edición.
podría adquirir para alguien la gloriosa impasividad no como un conte o - Deleuze y Félix Guatiarí, "Qué es una literatura menor?",
-u 5 ira literatura menor, México, Era, 1978, pp. 28-44.
de la acción, sino como su manifestación más afín.
e
21. Vale la pena leer el pasaje completo: "'A Chloe le gustaba Olivia..
se asusten. No se sonrojen. Admitamos aquí entre nosotras que estas Ce
suceden. A veces a las mujeres les gustan otras mujeres". Virginia VI
Un cuarto propio, Revista Sur, año VI, marzo de 1936, p. 49.
22. Ser capturado por el acontecimiento es convertirse en un sujeur

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