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XIII CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE ARQUEOLOGÍA “RAFAEL LARCO HOYLE”

EL FENÓMENO WARI EN EL NORTE


PERUANO
Una visión desde La Libertad en base a las
nuevas evidencias

Gabriel Prieto Burmester


Carlos Rengifo Chunga

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO


I. INTRODUCCIÓN

En los últimos años investigaciones intensivas en la zona donde se centra el


presente documento (sierra y costa norte, específicamente del Departamento de La
Libertad) han esclarecido un poco el panorama en torno al carácter de la presencia
Wari en la zona norte. No con ello se pretende tomar la tesis de que Wari no constituyó
un Imperio en el Horizonte Medio, lo que sugerimos, o mejor dicho lo que sugieren los
resultados de las investigaciones, es que al parecer la zona norte jugó otro papel, no el
de sociedades pasivas, sino más bien el de entes sociales receptivos que mantuvieron
su autonomía frente a una poderosa influencia, y que en algunos casos asimilaron parte
de ésta sin perder su independencia. Es decir, en este trabajo no se niega la presencia
de Wari en la zona norte, sino, a la luz de las nuevas investigaciones se reinterpreta su
presencia y sus mecanismos de interacción con las sociedades de la costa y sierra de
la zona norte; además debemos remarcar que esta presencia se limita en muchos
casos a la presencia de elementos cerámicos. Igualmente expondremos las posiciones
de los Topic frente a la problemática de la arquitectura y las implicancias que conllevan
a reinterpretar la visión de una presencia de tipo imperialista. Finalmente todos estos
elementos nos permitirán esbozar un modelo social para esta época en la costa norte,
específicamente en las áreas que están comprendidas dentro del actual departamento
de la Libertad.
II. EL FENÓMENO WARI

El fenómeno Wari se desarrolló en la zona de Ayacucho a partir del año 500 d.C.
aproximadamente y surgió como resultado de las influencias de Tiahuanaco y Nazca
(aunque luego veremos que las recientes excavaciones de Isbell (2000) en el sitio de
Conchopata nos muestran un panorama distinto). Su principal centro urbano fue Ciudad
de Wari a 5 km de la actual ciudad de Huamanga.

2.1 Fases Cerámicas

Dorothy Menzel (1968) elaboró una secuencia cerámica del Horizonte Medio
basándose en la distinción de los estilos alfareros. La autora divide este periodo en
cuatro épocas, con la subdivisión de las dos primeras en: Época 1A y 1B y Época 2A y
2B.

EPOCA 1
Como ya hemos señalado esta época se subdivide en: Época 1A y 1B. En la
primera fase sobresale el estilo ceremonial denominado Conchopata mientras que en la
segunda fase el estilo ceremonial característico es Robles Moqo (Fig. 1). En los dos
casos se trata principalmente de grandes urnas decoradas que han sido usadas como
ofrendas, pues este tipo de cerámica se encuentra rota in situ dentro de grandes
cámaras.
La diferencia más saltante entre estos dos estilos, es que en Robles Moqo los
motivos son mucho más grandes, en comparación con los de Conchopata, los primeros
llegan a cubrir toda la superficie de los lados y se realizan en ambas superficies,
mientras que en la cerámica Conchopata estos motivos sólo se hacen en la cara
exterior.
Entre los estilos de cerámica doméstica, tenemos Chakipampa, Okros y Negro
Decorado, los dos primeros de fuerte influencia Nazca (fases 7, 8 y 9).
Entre los estilos regionales emparentados con Wari, destacan Nievería, propio de
la Costa Central que se ubica en la Época 1B y que parte de una base estilística Lima
con una clara influencia serrana.

Fig. 1. Cerámica ceremonial Wari Conchopata (izquierda) y Robles Moqo (derecha),


pertenecientes a la época 1A y 1B respectivamente.

EPOCA 2
En esta época Menzel observa diferencias entre los estilos que son identificados
como estilos regionales Wari.
El estilo Viñaque es característico para la sierra en esta época. Este estilo tiene
influencia Robles Moqo, Chakipampa B y Nazca. La forma típica de este estilo es la
silueta en forma de lira, que ha sido derivada de Chakipampa B.
El estilo característico en la zona de Nazca es Atarco. En la Costa Central el
estilo Nievería de la época anterior es reemplazado por el estilo Pachacámac. El icono
característico de este estilo es el denominado “Grifo de Pachacámac”, el cual señala
Menzel, es descendiente de animales míticos del estilo Conchopata, combinando
rasgos de ángeles de este mismo estilo (Menzel 1968: 163).
EPOCA 3
No hay evidencias de grandes cambios estilísticos. Entres los estilos regionales
en esta época destacan: el estilo Soisongo, propio de la zona de Nazca; y en la zona de
Ica el estilo Pinilla.

EPOCA 4
Ha sido denominado por Uhle como el estilo Epigonal, en donde se puede
apreciar derivaciones simplificadas y reducidas de los respectivos estilos de la Época 3,
sin contener elementos nuevos.

2.2 Las Propuestas

Modelo Imperial

Esta tesis ha sido defendida principalmente por Lumbreras e Isbell. Este modelo
sustenta la presencia de un poderoso Imperio expansionista, el primero de los andes
centrales, en el Horizonte Medio cuyo núcleo se encontraba en el área de Ayacucho.
Este Imperio alcanzó su expansión máxima a fines de la Época 2, llegando a
abarcar un gran territorio: por la sierra norte hasta los actuales Departamentos de
Cajamarca y el sur de Amazonas, mientras por el sur llegó hasta el valle del Cuzco,
específicamente en la cuenca de Lucre.

Modelo de Emporios

Este modelo ha sido planteado por Ruth Shady a partir del estudio lingüístico de
Alfredo Torero, quien afirma que en el Horizonte Medio no existía una lengua común a
todo el territorio, es decir, una lengua impuesta por un estado centralista que unifique al
"imperio" (este fenómeno sucedió en todos los imperios del mundo antiguo: Egipto,
Grecia, Roma, Imperio Mongol, inclusive los Incas impusieron el Runa Simi como
lengua oficial - para sustentar que lo andino no fue ajeno a algunos fenómenos
universales - )
Partiendo de esta idea Shady intenta formular que la presencia de un Imperio
centralista en esta época no es plausible, si no más bien ella apunta a la existencia de
un red de intercambios comerciales a través de todos los andes centrales. Según
Shady en el Horizonte Medio “existió estados regionales independientes que lograron
una consolidación económica, política y cultural en su región y mantenían una fuerte
interacción a nivel interregional. En lugar de un Imperio hubo varios emporios en los
andes centrales en la época Wari” (Shady 1988).
La autora cree que el modelo "imperialista" ha descuidado la caracterización
socio-económica de las sociedades precedentes, el grado de desarrollo de sus fuerzas
productivas, la cohesión socio-política y la influencia cultural a nivel regional. En base a
una serie de asociaciones que encuentran fundamento en los registros arqueológicos,
Shady sustenta que hacia fines del Intermedio Temprano en lugar de la emergencia de
un "Imperio Wari", se estaban introduciendo en Ayacucho colonias costeñas las cuales
implantaron allí un centro de poder económico y político (Shady 1988: 73). El valle de
Ayacucho, con bajo potencial agrícola, fue escogido para la ubicación de un centro de
intercambio por su acceso a una serie de áreas de producción especializada. De esta
manera, los Estados andinos de Lima, Nazca, Moche, Cajamarca, Huamachuco y
Tiahuanaco hacia fines del Intermedio Temprano e inicios del Horizonte Medio "abren
sus puertas" a un comercio mas libre (aunque siempre controlados por las élites) debido
a algunos cambios estructurales dentro de la fisonomía de su filosofía (evidente en
Moche - ver Castillo 2001- ). Esta interacción utilizaría las rutas de siempre: la marítima
y la terrestre. Por ejemplo, durante la época 1 del Horizonte Medio, la sociedad Nazca
(caracterizada por el estilo Nazca 9) alcanzó un alto nivel de prestigio, su estilo
cerámico se le encuentra en Ayacucho, Lima, Huancayo, Tantamayo y Kuélap; inclusive
en la fase Amaru de Huamachuco. Al parecer esta sociedad representaría un foco de
innovación frente a las tradicionales y monótonas sociedades serranas del centro. Es
más, Shady afirma que "el prestigio de Nazca se da en un período previo al de la
aparición de Rasgos Tiahuanaco en la costa y valles interandinos" 1 (Shady 1988: 77).

1
Esta afirmación encuentra eco en las recientes excavaciones de Isbell (2001), donde se nota
claramente que el polícromo estilo Conchopata se forma mucho antes de la llegada de la influencia
Tiahuanaco a la zona de Ayacucho; mas bien parecería que la iconografía y el color llegara de la costa
sur del Perú, es decir de la zona de Nazca.
Por otro lado la sociedad Cajamarca (representada por su estilo cerámico
Cajamarca III o Cursivo Floral) tuvo una distribución muy amplia (Huamachuco,
Condebamba), según la autora, esta sociedad actuó como un agente intermediario
entre las poblaciones de la selva alta (su presencia en Kuélap y Chachapoyas es
evidente) y el resto del área andina. El éxito de esta sociedad pudo deberse a que
poseía valles amplios, tierras fértiles para la agricultura, amplias pampas para el
pastoreo y áreas de contacto cercano entre el mar y el oriente. Con argumentos como
este, Shady intenta demostrar que para finales del Intermedio Temprano y los inicios
del Horizonte Medio, los Estados andinos eran lo suficientemente estables y con
sistemas políticos organizados y un área de poder bien definida. De esta manera sitios
como Marcahuamachuco, Cajamarquilla, Pampa Grande (entre los más importantes)
son el producto de la consolidación económica de su región y de la producción para el
mercadeo, lo cual se puede inferir a partir de su ubicación en zonas para el contacto,
funcionando como agentes de interacción o transacción comercial, a la vez que
sirvieron de intermediarios para el intercambio de mercancías producidas por cada
nación.
Este modelo no descarta la gran influencia que debió tener el estado regional
Wari, sólo revisa la existencia de un Imperio. Shady realza que el valle de Ayacucho fue
escogido, por su ubicación estratégica, como un gran centro de intercambio.

III. WARI EN EL NORTE : CONQUISTA, INFLUENCIA O INTERCAMBIO?

En la década del 60' el modelo de conquista militar administrado por un imperio


centralizado en Ciudad de Wari fue aceptado por unanimidad, como hemos visto éste
se basa en la presencia de cerámica y del modelo arquitectónico característico
(ortogonal) presente en las supuestas "provincias". Sin embargo, debemos analizar más
detalladamente las categorías que estamos utilizando. Bajo esta perspectiva debemos
preguntarnos: ¿la presencia de objetos exóticos son el resultado de una conquista
militar?, ¿qué implica una conquista militar?, ¿cuáles son sus consecuencias sobre
vencidos y vencedores? y ¿se puede recuperar esta información bajo el registro
arqueológico?
Siguiendo a Lange Topic (1991), debe obviarse el argumento que unos cuantos
objetos exóticos presentes en diversos sitios prueben una conquista militar (trataremos
este tema en detalle más adelante). Esta empresa es un proyecto muy grande para el
estado que va a ejecutarlo. Universalmente siempre ha requerido de alianzas (que
implica matrimonios estratégicos entre las élites, conflictos armados resueltos por el
intercambio de productos, etc.) con otros grupos o estados que generalmente
compartían la misma ideología y tenían los mismos objetivos económicos ocultos,
también se juntaban para pelear contra otro estado poderoso que amenazaba con su
soberanía y libertad 2. Es decir, las grandes conquistas no se gestan de un día para
otro, sino mas bien, son el resultado de un largo proceso bien planificado.
Otro aspecto a considerar en una conquista militar es la fuerte inversión para
equipar a los hombres que conforman el ejército. Sólo un elevadísimo excedente de
producción permitiría fabricar las armas, pues ello implica algún tipo de “pago” a los
artesanos que las fabricarán. También se debe tener en cuenta las provisiones de
alimento para el ejército durante la campaña, lo que supone toda una logística detrás
para su abastecimiento y funcionamiento. Universalmente muchos imperios han ido
tejiendo -conforme conquistaban- una red de depósitos estatales que generalmente
estaban dentro de casas de gobierno o edificios administrativos, y que constituían el
símbolo del poder imperial en el área. En el área andina los datos de los cronistas
mencionan la presencia de "depósitos estatales" asociados a los tambos, donde se
encontraban armas, calzado, víveres, etc. para el ejército. Sin embargo, esto sólo se
reporta para el Horizonte Tardío, lamentablemente para períodos anteriores no hay
evidencia arqueológica que respalde la existencia de este tipo de estructuras al servicio
de un imperio, del ejército y de los pobladores.
Por otro lado un evento de esta naturaleza implica drásticas consecuencias a los
grupos afectados, en primer lugar se destituye de sus cargos a los personajes más
importantes, aunque pueden mantenerlo pero a nivel del imperio su estatus y rango es
menor y simbólico, pues el que tiene el verdadero poder es el administrador mandado

2
Por ejemplo, Filipo II, rey de Macedonia uno de los generales más conspicuos de su tiempo, consolidó
su reino e incrementó su riqueza y poder con conquistas, comercio y especialmente hábiles alianzas,
entre las que figuraron casamientos de naturaleza mas bien política (por lo menos 7). Sólo con esta base,
el mundo conoció a uno de los mas grandes conquistadores de todos los tiempos, su hijo Alejandro
Magno, el cual conquistó gran parte de Asia.
por el gobierno central. Si el encuentro ha sido muy violento, generalmente se destruye
el centro urbano o el centro ceremonial y se impone una nueva religión y forma de
administración, acorde con la visión del imperio expansionista. En otras palabras la
transferencia del control a los conquistadores requiere de cambios en la infraestructura
administrativa. Bajo esta perspectiva una evidencia arqueológica sería la presencia de
Centros Administrativos foráneos, los que son una llave para entender el proceso de
conquista y cambios administrativos en las áreas subyugadas. En su planificación
generalmente se seguirán patrones locales, patrones impuestos por los conquistadores
o una mezcla de ambos.
Menzel propone que los Centros Administrativos Incas evidencian la
centralización del imperio en Cuzco. Para Lange Topic (1991) la presencia de Centros
Administrativos y cambios masivos en los patrones de asentamiento regionales con un
patrón foráneo constituye la evidencia de una conquista.
Otra evidencia observable por la arqueología sería la presencia de fortificaciones,
sin embargo su presencia no es indispensable en una conquista.
Como vimos anteriormente, es difícil generalizar que la presencia de artefactos
exóticos sean consecuencia de una conquista militar. Los productos importados
asimismo por los conquistadores no constituyen una prueba de conquista, existen otros
mecanismos para ver su presencia. En todo caso los bienes producidos por los
conquistadores en sus centros artesanales y exportados a las zonas subyugadas o los
producidos localmente en estas zonas por artesanos importados o los locales, son
prestigiosos y aparecen en los niveles sociales mas altos y son controlados por los
"invasores". Algunos bienes importados son distribuidos a las élites conquistadas y el
prestigio de los estilos exóticos son imitados por los artesanos locales.
Para poder entender todos estos mecanismos y aplicarlos al fenómeno de la
presencia Wari en el norte, pasaremos a describir los sitios en donde las excavaciones
arqueológicas nos revelan evidencias materiales que sustenten o desechen los
modelos propuestos anteriormente. Para una mejor exposición hemos creído
conveniente dividir el área en sierra norte y costa norte.
3.1 Sierra Norte
Comprende la zona de sierra de los actuales departamentos de La Libertad y
Cajamarca. Durante muchos años, se creyó que la sierra norte fue conquistada por los
Wari, siendo su principal argumento la presencia de un centro administrativo llamado
Viracochapampa, cuya principal función fue la de almacenamiento y de guarnición.
Isbell y Schreiber (1978) la consideran inmediatamente después de Wari y como
equivalente a Pikillacta. Es decir pudo servir como una capital secundaria para toda la
sierra norte. Por otro lado la presencia de objetos exóticos como las puntas de
obsidiana, lapizlázuli, cerámica del Callejón de Huaylas y otros materiales brindan
pistas para la comprensión del fenómeno que se dio en esta área.
Como veremos a lo largo de las descripciones, otros sitios - incluyendo
Viracochapampa - revelan datos que permiten reinterpretar la presencia Wari en el
norte y específicamente en la sierra.

Cajamarca

Realmente es muy pobre la información que se tiene del Horizonte Medio en


Cajamarca. Los sitios de Yamobamba y Miraflores son considerados instalaciones Wari
por su planta ortogonal. En el sitio de Miraflores sólo se han recolectado algunos tiestos
de estilo Wari por el Dr. Isbell, y Lumbreras reporta algunas piezas Wari en museos
particulares (Lange Topic 1991).

Huamachuco

Ubicado en la sierra del Departamento de La Libertad, constituye una clave para


la comprensión del fenómeno Wari en la sierra norte. Las recientes excavaciones de los
esposos Topic en los diferentes complejos arqueológicos han permitido establecer una
secuencia cronológica para el área :

Fase Sausagocha 400 a.C. - 0


Fase Purpucala 0 - 400 d.C.
Fase Huamachuco Temprano 400 d.C. - 600 d.C.
Fase Amaru 600 d.C. - 800 d.C.
Fase Huamachuco Tardío 800 d.C. - 1000 d.C.

Durante la Fase Purpucala, Huamachuco parece estar aislado de las redes de


interacción regional, sin embargo durante esta fase parece que hay un incremento en la
población, tomando como evidencia el incremento en la edificación de nuevos edificios
(centros de las comunidades circundantes).
En la fase Huamachuco Temprano existe una concentración poblacional en
pocos sitios: Marcahuamachuco, Cerro Sazón y Cerro Amaru, los cuales se encuentran
a pocos kilómetros uno del otro. Estos tres sitios muestran similitudes importantes en
muchos de sus planeamientos y técnicas de construcción. La construcción de los tres
sitios es de piedra y en gran parte son de escala monumental. Los edificios principales
presentan un particular estilo en la construcción de los muros: las piedras grandes
están rodeadas por pequeñas piedras partidas, esta técnica es denominada por Topic y
L. Topic (1985) "fractura ordenada".
Existen dos tipos característicos de la arquitectura de Huamachuco (Fig. 2):
Galerías, que es un edificio largo y angosto, se divide en cuartos, cada uno con
su propia puerta, son rectangulares aunque también tienen forma curvilineal o circular
que encierra y define un patio sin techo y pueden tener mas de 2 plantas. Eran
espacios domésticos (por la presencia de manos de moler, restos de comida, vajilla
utilitaria). Estas enfocan la interacción de los habitantes. Estas albergan a una unidad
social que se ha denominado "pachaca", la cual tiene un ancestro común, terrenos en
común y están asociadas con un paisaje. Se ha establecido una cronología y han sido
divididas en Tempranas, Transicionales, Clásicas y Tardías. Para mayores detalles ver
Topic (1991).
Galpones Nichados, edificio largo pero más ancho que la galería. Tiene
cielorraso más altos (más de 4 metros), tienen entre una y cuatro puertas (sólo por uno
de los muros largos). Generalmente tienen una hilera de nichos en la cara interior del
muro trasero y algunos tienen una hilera adicional en la cara interior del muro frontal.
Servían como tumbas en los muros (cuando el cuerpo ya estaba descompuesto), es
decir eran espacios dedicados a la veneración de los ancestros por la presencia de
comida y vasijas sugiere que su colocación era precedida por actividades rituales
dentro de un evento festivo.

Fig. 2. Las galerías (izquierda) y los galpones nichados (derecha) como tipos característicos de la
arquitectura Huamachuco del Horizonte Medio.

Marcahuamachuco

Es el sitio de la sierra norte mas grande desde la fase Huamachuco Temprano


hasta la fase Huamachuco Tardío. El sitio se encuentra construido sobre una meseta
oblonga de 5 kilómetros de largo y 500 metros de ancho. Domina el extremo sur de la
meseta de Condebamba.
Funcionó como un centro ritual en el cual se congregaban diferentes grupos de
un área con un radio quizá de 20 kilómetros para venerar a sus ancestros. Al parecer
solo se reunirían en la estación del lluvias. Este sitio sólo fue ocupado por temporadas
por pachacas distintas e independientes pero unidas por el acto compartido de venerar
a sus ancestros en un único centro ritual. Parecería que la monumentalidad servía más
que para legitimizar a una élite, mostraba la integridad de la pachaca como un modo de
organización social que honra la integridad tanto en la vida como en la muerte (Topic &
L. Topic 2001)
La construcción no se distribuye de modo parejo a lo largo de esta cima.
Comprende Cerro del Castillo, donde los restos arquitectónicos son mas densos e
incluyen un núcleo central de galerías, con otras estructuras de arquitectura
monumental donde debió haberse cumplido la función administrativa y una construcción
que corre a lo largo del perímetro de cerro del Castillo. Al norte de este cerro y
separado por algunos cientos de metros se ubica cerro de las Monjas, sin restos de
edificaciones. A su alrededor y encima se construyeron varias galerías circulares. Más
al norte se encuentra cerro de los Corrales, de ocupación dispersa, y en el extremo
norte de la meseta está cerro Viejo, que presenta edificaciones importantes, incluyendo
galerías curvas, galerías rectangulares y una entrada masiva hacia el noroeste, aunque
la densidad no es tan grande como en cerro del Castillo. En la fase Huamachuco
Temprano el sitio cobra mucha importancia y es donde se comienzan a edificar las
galerías curvas.
Durante la fase Amaru hay evidencia de una continua ocupación y construcción
en Marcahuamachuco. Siguieron ocupadas las áreas a lo largo de las galerías
curvilíneas construidas durante la fase Huamachuco Temprano. En algunas áreas de
Cerro del Castillo la continua ocupación y remodelación en las galerías curvilíneas y
lugares adyacentes ha dejado de 2 a 3 metros de profundidad de registro estratigráfico
(Topic & L. Topic 1985). Cabe resaltar que durante esta fase se construyeron dos
formas distintas de arquitectura monumental:
• Un tipo de construcción continuó la tradición curvilínea. Este tipo de
edificación tiene sus mejores ejemplos en los llamados "fuertes redondos" o
"conventos" de Cerro las Monjas.
• El otro prosigue la tradición de las galerías rectangulares y como mejor se
expresa es en la galería A.
La diferencia principal entre estos dos tipos de construcción radica en la
organización del espacio interior. A menudo la galería rectangular tiene un piso de
tierra, mientras que le segundo piso forma un espacio angosto pero continuo. El
segundo piso tiene un alto de 2 a 3 metros, pero si hay un tercer piso el techo es a
veces más bajo y sugiere un ático.
Hay poca influencia de cerámica foránea, la cerámica Wari está casi ausente
tanto en decoración como en formas (como las presentes en cerro Amaru en esa
misma época). La cerámica Cajamarca continúa siendo importada e imitada y
representa la única influencia exterior en el sitio.
Finalmente en la fase Huamachuco Tardío, en Marcahuamachuco continuaron
las construcciones monumentales que incluyen grandes galerías rectangulares y
galerías redondas en cerro Las Monjas.

Cerro Sazón

Este sitio se encuentra al norte de la actual Huamachuco. Comprende más de 20


hectáreas y aunque está muy destruido, aún quedan restos de grandes construcciones
que incluyen galerías curvas semejantes a las de Marcahumachuco y también galerías
rectangulares dispuestas alrededor de patios rectangulares o trapezoidales. Al igual que
Marcahumachuco, durante la fase Huamachuco Temprano, parece caracterizarse por
una elevada concentración de su población en galerías.
Por su ubicación parece un sitio ideal para detenerse en el camino norte-sur, y J.
Topic (1991) cree que fue mandado construir por Marcahuamachuco para ese propósito
durante el período Intermedio Temprano. La única evidencia para sustentar esto es el
planteamiento rectilíneo de las galerías y el hecho que no se encuentran pequeñas
construcciones en los patios. La presencia de maíz quemado hace pensar que se trató
de un centro de producción de chicha de jora.
Durante la fase Amaru, es rara la influencia Wari en la cerámica y no se
encuentran objetos importados. No se tiene información para la fase Huamachuco
Tardío en este sitio.
Cerro Amaru

Aunque el sitio está muy destruido, algunos fechados permiten situar su


fundación durante la fase Huamachuco Temprano. El sitio cubre dos cerros pequeños
en el camino hacia Marcahuamachuco. En el sitio quedan muy pocos restos
arquitectónicos pero las colecciones de superficies son abundantes: la mayoría de
material diagnóstico data del Horizonte Medio 1B y la iconografía es del estilo secular
de Chakipampa. Otros ceramios exóticos presentes en el sitio son los de estilo de la
costa central o norcentral, del Callejón de Huaylas y de Cajamarca. Además aparecen
piedras de lapizlázuli trabajadas y sin trabajar, conchas marinas, obsidiana, entre otros.
Un rasgo importante del sitio es la presencia de 3 pozos o "chiles", cuya función
fue ceremonial.
La evidencia más importante encontrada hasta este momento en Cerro Amaru es
un "mausoleo". La estructura mide 7 x 7 m y tiene un poyo de piedra y conserva parte
del piso en el lado norte. El interior de la estructura está dividido en 2 sectores, de
medida desigual, mediante un muro bajo. En el mayor sector oriental hay una pequeña
habitación apoyada contra el muro oriental. La habitación tiene voladizos de piedra que
soportaban un piso de lajas a 90 cm sobre el nivel del suelo. El sector occidental parece
haber tenido una plataforma de madera sostenida por vigas, que corrían desde el muro
bajo hasta el retallo de la pared occidental. La plataforma debe haber estado entre 1,10
m y 1,50 m sobre el piso. Este nivel alto del mausoleo ha sido muy disturbado, primero
por el fuego y después por acción de los huaqueros. Sin embargo, la esquina noroeste
fue menos afectada que los otros sectores y allí se encontraron asociaciones de
material óseo, bienes exóticos y cerámica de influencia Wari (Topic & L. Topic 1985).
Entre lo mas llamativo se encontró tupus amarrados de cobre, plato con base
trípode de patas huecas y sin decoración. Otras vasijas incluían un plato de cerámica
negra pulida con pico, dos pequeños cántaros sencillos. El pico cubría un cuadrado de
piedra de 11,4 cm por lado, con piezas de pirita adheridas para formar un espejo.
También habían láminas de obsidiana y un pendiente hueco de cerámica negra pulida,
semejante a un gato o zorro. Se encontraron también objetos de oro y plata. También
se encontraron nódulos de obsidiana y astas de venado. La cerámica encontrada en
una cámara estaba representada por estilos no locales de la costa central, Cajamarca,
Chakipampa B, etc. Los fechados radiocarbónicos fechan la construcción del mausoleo
para la fase Huamachuco Temprano, sin embargo fue utilizado en un lapso de 50 años
durante la fase Amaru, específicamente del Horizonte Medio 1B. En cuanto al rango y
status de los individuos enterrados, la presencia de objetos de oro y plata implican la
presencia de status relativamente elevados; sin embargo los otros adornos como los
tupus y en particular la cerámica no indican un rango particularmente alto. La cerámica
es de mediana calidad, lo que parecería indicar que muchas piezas son imitaciones de
varias vasijas foráneas. Topic & L. Topic (1985) creen que todos los individuos
enterrados en el mausoleo no son de origen local y aunque son evidentes los vínculos
de influencia de la esfera Wari, aunque no necesariamente con el mismo Wari.
La concentración de esquirlas de obsidiana indujo a pensar que podía haber un
taller en este sitio. Sin embargo las excavaciones realizadas en el sitio muestran que
sólo fue en centro de reelaboración de las piezas dañadas o rotas.
La presencia de Colcas en cerro Amaru fechadas a comienzos del Horizonte
Medio es otro fuerte indicador de la interacción durante esta fase. Se ha reconocido un
total de 18 colcas circulares ubicadas en tres terrazas.

Viracochapampa

Viracochapampa esta ubicado a 2,5 km al norte de la ciudad de Huamachuco. El


sitio se planeó como un cuadrado grande (aprox. 580 x 565 metros), dividido en dos
partes desiguales por una avenida que lo atravesaba de norte a sur. Se proyectó una
plaza central flanqueada hacia el norte y sur por dos grandes construcciones oblongas
(aprox. 15 x 15 x 6 metros de alto), hacia el oeste por un pequeño montículo y un
complejo de edificaciones, y hacia el este por otras construcciones grandes. El sitio fue
subdividido en pequeños cercos, algunos con recintos y otros no. En su planta dominan
dos tipos de construcción. Uno es un gran hall, especialmente caracterizado por
ángulos internos redondeados y gran cantidad de hornacinas. El segundo corresponde
a una larga y angosta galería de dos pisos (aprox. 20 x 2,5 metros). Se estima que para
su construcción se necesitó algo así como un millón y medio de días / hombre.
Fig. 3. Plano de Viracochapampa tomado de los Topic (2001) en el que muestran los muros que
no se terminaron de construir.
Sin embargo, el sitio muestra claras evidencias que nunca fue concluido. Lo mas
obvio es el hecho que faltan muros o que sólo se completaron parcialmente (Fig.3). Por
ejemplo los muros que se encuentran en el patio sur de la unidad A, se levantan sólo a
un metro sobre el nivel del suelo. En los 26 cortes hechos por los Topic dentro de
habitaciones y patios, sólo en dos de ellos se halló alguna evidencia de superficies
habitadas. En estos dos casos queda claro que dichas superficies corresponden a la
ocupación de sus constructores. No se encontró ningún piso preparado (típico de Wari,
presentar los pisos bien preparados). Otro rasgo incompleto de Viracochapampa es el
sistema de agua. Fuera de la entrada sur puede seguirse a lo largo de un kilómetro la
línea del canal que nunca se usó. Sólo en algunas partes se revistió con piedras y una
pequeña sección se cubrió con piedras. Dentro del sitio se le hicieron aberturas a través
de los muros, enlucidas cuidadosamente con caolín, pero nunca se hicieron conexiones
entre ellas. También se han encontrado algunas estructuras edificadas en un patio, que
sirvieron como habitación para los constructores del complejo. Finalmente hacia el este
de la unidad C, hay depositado un enorme rimero de rocas de aproximadamente 80 m3.
A diferencia de las que resultan de la limpieza de campo, amontonadas a lo largo de los
bordes, éstas se encuentran en el patio.
El sitio parece ser construido durante el Horizonte Medio 1B (según la calibración
de los fechados radiocarbónicos).

Otuzco

Corresponde al área de sierra entre Galindo y Marcahuamachuco. El área está


llena de evidencia de sitios fortificados asociados al control de las vías de comunicación
entre la costa y la sierra. Los sitios más característicos son cerro Quinga, cerro
Campana Chica y Ochoconday. Estos sitios denotarían la creciente importancia y
expansión de Huamachuco sobre la vertiente occidental. Por otro lado el incremento en
la construcción monumental en la fase Huamachuco Temprano va acompañado por una
mayor evidencia de la interacción a larga distancia. En la cuenca alta de los ríos Virú y
Chao, así como en el área al suroeste de Santiago de Chuco, hay numerosos sitios con
arquitectura de varios pisos y que con mayor o menor grado se parece a la arquitectura
del estilo Huamachuco. Algunos son pueblos grandes como Acque, Huasochugo y
cerro Sulcha; otros son fortalezas tales como Mollepuquio y cerro Churre. Muchos están
asociados con restos de caminos y a veces tienen grandes corrales cercados.
Actualmente es difícil relacionar la mayoría de estos sitios con la secuencia
Huamachuco (Topic y L. Topic, 1985).
Sin embargo, una prospección realizada por los mismos esposos, así como
algunas excavaciones (Lange Topic 1991), mostraron que en Ochoconday y Cerro
Campana Chica había cerámica del Horizonte Temprano y cerámica castillo rojo,
blanco y anaranjado, la cual aparece hasta la segunda mitad del Intermedio Temprano
en el valle alto de Moche y Virú. La cerámica producida posteriormente tiene influencia
Marcahuamachuco. No se nota mucho la influencia arquitectónica de
Marcahuamachuco, pero si en Cerro Sulcha. Este sitio ha sido habitado desde el
Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío. En esta área, la presencia Huamachuco
se restringe a un único tipo de localización: en un promontorio cerca de caminos en
sitios que habían sido habitados anteriormente.

3.2 Costa Norte

La problemática de la presencia Wari en la zona norte, como señala Castillo,


data de largo tiempo.
Uhle en sus primeros trabajos indica de que la costa norte durante un periodo de
su historia, que correspondería al Horizonte Medio, estuvo bajo el dominio de las
sociedades serranas. Esta conclusión estuvo basada en el hallazgo de cerámica con
clara influencia de la sierra en sus excavaciones en las Huacas de Moche.
Años después Larco en su Cronología Arqueológica del Norte del Perú (1948)
habla también de una conquista Wari a los Moche, y que de ello se derivarían los estilos
cerámicos denominados: Wari Norteño A, Mochica-Wari, y Wari Norteño B.
Pero la hipótesis de una conquista militar Wari en esta zona no cuenta con el
respaldo de la evidencia factual. Castillo (2001: 144) menciona de que es mínima la
cantidad de materiales que presentan clara asociación Wari, y estos pocos son de
dudosa procedencia.
La influencia de Wari en esta región es innegable, pero el problema se centraría
en determinar bajo que condiciones se presentó dicha influencia. Si como señalan
Lumbreras e Isbell, esta zona estuvo bajo el control del poderoso Imperio Ayacuchano,
o si sólo recibió su influencia no teniendo un control geopolítico en la zona,
manteniendo las sociedades norteñas su independencia. Al parecer, siguiendo la
evidencia arqueológica, la segunda propuesta seria la más acertada.
Es necesario aclarar de que para comprender cual fue el carácter de la presencia
Wari en esta región, hay que definir primero cual es la relación que de Wari y los estilos
derivados de éste, tal es el caso de los estilos Nievería, Pachacámac, Atarco y Viñaque.
Castillo plantea dos posibles relaciones: a) estos estilos provendrían de un dependiente
Wari; o b) sociedades ligadas a Wari sólo por vínculos estilísticos. Se necesita, como
bien señala Castillo, un mejor estudio de estos aspectos del fenómeno Wari (Castillo
2001: 144).

Valles de Piura

Como hemos señalado líneas arriba, esta región es considerada por lo


seguidores del modelo imperial como el límite norte del Imperio Wari (Bonavia 1991,
Lumbreras 1990,). Al parecer esta visión no concuerda con los hallazgos arqueológicos.
Lumbreras señala de que existe muestras de cerámica provenientes de esta
región, aunque el mismo afirma de que se trata de “hallazgos esporádicos y no
controlados arqueológicamente” (Lumbreras 1979:84), no se encuentra una presencia
Wari consistente que permita establecer a esta región como límite del denominado
Imperio. Larco también reportó muestras de cerámica el estilo Mochica polícromo
(Castillo 2001: 160).
Valle Jequetepeque

San José de Moro

Se conoce de la presencia Wari en el valle de Jequetepeque en base a las


investigaciones del sitio San José de Moro.
San José de Moro funcionó como un gran centro ceremonial de carácter regional,
así como cementerio de la élite Mochica (Castillo 2003). El sitio presenta una ocupación
que va desde el periodo Mochica Medio hasta la conquista Inca.
La presencia Wari en este sitio, y en general en el valle de Jequetepeque, se
reporta desde el periodo Mochica Tardío, encontrándose en las excavaciones cerámica
pertenecientes a los estilos: Wari, Wari derivado o mochica polícromo. La cerámica
importada es escasa en las tumbas, de lo que deduce de que existe una restricción en
la distribución de este tipo de cerámica.
La problemática como hemos señalado es la definir cual fue el carácter de la
presencia Wari. Luis Jaime Castillo, quien dirige las excavaciones en el sitio desde
1991, ha podido definir cuál fue el carácter de la influencia Wari en San José de Moro y
que podría ser extensible a toda el área Moche.
Castillo (2001) ha divido la influencia Wari en el sitio en dos fases: a) asociada
con el periodo Mochica Tardío, relacionada con el Horizonte Medio 1; y b) asociada con
el periodo Transicional 3 relacionada con el Horizonte Medio 2.
Los resultados de las investigaciones en el sitio han planteado que al contrario
de lo que muchos investigadores pensaban, Wari no conquistó a la sociedad Moche,
más bien esta se abrió a su influencia incorporando aspectos Wari a su cultura,
convirtiéndose luego en una fuerte influencia que después seria uno de los factores
causales del colapso de la sociedad Moche (Castillo 2001: 144), o mejor dicho,
ocasionó una pérdida de identidad Moche, frente a la fuerte influencia externa, y de este
modo el colapso es de la identidad de la élite gobernante Moche.

3
Castillo define este periodo como: “... un periodo de tránsito entre el fin de Mochica y el inicio de
Lambayeque o Chimú” y que correspondería a lo que Larco llamó Wari Norteño (1966), y Donnan y
Mackey (1978) Chimú Temprano (Castillo 2003: 51).
Durante las excavaciones en el sitio se ha podido encontrar material lítico y
cerámico de clara afiliación Wari.
Entre el material lítico tenemos las puntas de obsidiana de forma foliácea de
base plana, que son similares a las encontradas en otros sitios Wari. Estas puntas
fueron al parecer traídas desde la sierra, ya que la materia prima así como la tradición
tecnológica de este tipo de artefactos líticos no son propios de la costa norte.
Estas puntas forman parte de las ofrendas de entierros de personajes
masculinos asociados a contextos Mochica Tardío.
El sitio de San José de Moro presenta gran muestra de estilos foráneos. Se ha
encontrado muestras de cerámica perteneciente al Horizonte Medio 1 asociados con
Wari, específicamente de los estilos Nievería, Robles Moqo, así como diseños que
denotan influencia Chakipampa. Para el Horizonte Medio 2 los estilos Viñaque,
Pachacámac y Atarco. Además en el sitio se puede encontrar los denominados
híbridos, que son la mezcla del estilo Moche con los estilos foráneos.
Castillo (2001) ha definido tres momentos para entender mejor la evolución de
los estilos en San José de Moro:
1. Presencia del estilo de línea fina propio de la fase Mochica Tardío.
2. Presencia de las primeras piezas importadas, que corresponden al Horizonte
Medio 1. Se divide este momento en dos etapas:
a) Aparición de los primeros ceramios importados en las tumbas de élite;
y
b) Inicio de la producción de híbridos, así como de copias locales de los
ceramios de estilo foráneo.
3. Desaparición de la decoración de línea fina, subsistiendo las copias locales, y
consolidándose la presencia de híbridos. También se puede dividir este
momento en dos etapas:
a) Final de Mochica Tardío; y
b) Inicio del periodo Transicional.
La definición de estos tres momentos a permitido a Castillo separar en fases al
periodo Mochica Tardío, que resulta de vital importancia para entender la evolución de
la presencia del fenómeno Wari en San José de Moro:

Fase Mochica Tardío A


Con dos momentos importantes. El primero con la presencia de cerámica con
decoración compleja en línea fina, y el segundo en donde se puede apreciar las
primeras muestras de cerámica importada.
Al segundo momento corresponden las tumbas de las sacerdotisas, en donde se
encontró dos botellas de estilo Nievería. Además se encontró un plato de estilo
Cajamarca, que permite a Castillo proponer que los artefactos Wari llegan
acompañados con material Cajamarca, deduciendo de que la ruta de acceso de estos
artefactos era por la sierra del valle de Jequetepeque en estrecha relación con la zona
de Huamachuco, que tenia un mayor contacto con la zona centro sur de la sierra.

Fase Mochica Tardío B


En esta fase es donde se produce la gran variedad de híbridos. En las tumbas
asociadas a esta fase no se han podido encontrar artefactos importados, pero por los
motivos derivados similares a la fase anterior se supone que siguieron en contacto con
las sociedades serranas. La producción local imita los estilos Nievería y la decoración
Chakipampa.
En esta fase se consolida la presencia de cerámica en donde se sintetiza los
estilos Moche y Wari, así como un estilo Mochica Polícromo.

Fase Mochica Tardío C


En esta fase se produce la ruptura estilística con respecto a las fases anteriores.
Al parecer esta fase sería de corta duración, ya que las tumbas de este periodo son
menos frecuentes. No se ha encontrado artefactos importados, pero los híbridos son
comunes. Los motivos chakipampa, como la serpiente y el rombo, se hacen populares.
En esta fase al parecer se estaría dando el inicio de la alta variabilidad estilística
característica del periodo Transicional.
Lo más saltante de esta fase es que la forma y decoración característica de
Moche, la botella asa estribo decorada en línea fina, desaparece de los contextos
funerarios.

Periodo Transicional
Marcado principalmente por el abandono de la cerámica de línea fina y de las
tumbas en bota. En este periodo si podemos observar cerámica importada
correspondiente al Horizonte Medio 2, específicamente a los estilos: Viñaque,
Pachacámac y Atarco.
El denominado estilo Mochica policromo desaparece, ya no hay una interacción
entre lo foráneo y lo local, como señala Castillo: “los estilos foráneos se vuelven fuentes
de inspiración y ya no de imitación” (Castillo 2001: 162).
Como habíamos mencionado líneas arriba en la investigaciones en San José de
Moro se había abordado de una u otra manera el problema de la presencia Wari,
brindando Castillo una hipótesis de cómo se puede interpretar el carácter de la
presencia Wari en esta región, el cual coincide con el fin de la sociedad Mochica.
Todo parece indicar que la muestra de cerámica foránea en contextos moche se
debe a que son ellos quienes importan e incluyen es sus entierros este tipo de
cerámica, la idea entonces de que este tipo de cerámica este dando prueba de un tipo
de imposición queda, al parecer, descartada.
Los mochicas aceptan y reciben este tipo de influencia porque su sistema
ideológico estaba venido a menos, necesitaban otra fuente que les permitiera seguir
con su control político el cual estaba basado en la legitimidad ideológica. En esa época
Wari contaba con un sistema ideológico que gozaba de gran prestigio en los andes
centrales, y es así que los moche establecen los primeros contactos con los
ayacuchanos a través de los estilos regionales de la costa central. Se produce pues una
abertura ideológica en la costa norte y es así como se generalizó la influencia Wari. Se
genera entonces un proceso de deterioro de la tradición Mochica. Hay que indicar que a
finales del periodo Transicional, lo que desaparece es lo que esta íntimamente ligado a
la élite moche, como las tumbas en bota y cerámica con decoración en línea fina, esto
llevaría a pensar de que en verdad lo que se debilita es la esfera de poder Moche, ya
no tienen un control sobre la población y no se pueden llegar a distinguir del resto
(Castillo 2001: 175).

Fig. 4. Ceramio que combina la forma e iconografía mochica con la policromía foránea.

Valle de Moche

En la década del 70, que es cuando se consolida la hipótesis de Wari como


Imperio, se tenia la idea de que el valle de Moche llegó a ser conquistado por esta
sociedad siendo anexado al territorio Wari.
Lumbreras a tratado sobre la presencia Wari en el valle de Moche y es lógico que
sus planteamientos estén ligados a respaldar la presencia de un Imperio Conquistador,
en donde la subyugación de las sociedades norteñas, ya sean de la costa o de la sierra,
está más que tácita (Lumbreras 1979).
Asimismo señala que en esta zona Wari tuvo una presencia corta, entre unos 30
a 50 años, y que coincide con el final de la fase Moche V, siguiendo la secuencia de
Larco. La presencia Wari indujo a grandes cambios, uno de ellos es el cambio de la
capital del Estado Moche, antes ubicada en las Huacas de Moche, a la zona de
Lambayeque, específicamente a Pampa Grande (Lumbreras 1990: 243).
El establecimiento de un nuevo patrón urbano en esta zona, para Lumbreras, es
síntoma de una ocupación Wari. Lumbreras deja entrever de que la caída de la
sociedad Moche coincide con la ocupación Wari en este valle, mencionando de que
existiría un cambio violento entre Moche y Chimú.
Esta propuesta encuentra sustento en el modelo de Schaedel (1951, citado en
Canziani 2003), quien consideró que antes de la influencia Wari, el sitio Huacas de
Moche al igual que otros asentamientos del Intermedio Temprano eran Centros
Ceremoniales con escasas estructuras (es decir, no tenían centros urbanos), los cuales
estaban asociados a extensas jefaturas Moche. Con estos datos se llegó a la
conclusión que la presencia súbita de Galindo y Pampa Grande era la prueba de un
modelo de urbanismo impuesto por los Wari.
En la actualidad esta propuesta no tiene sustento debido a las nuevas evidencias
obtenidas durante las investigaciones en el complejo de las Huacas de Moche (Uceda y
Mujica 1997). Se ha probado que el urbanismo Moche existe antes de la influencia Wari
y el sitio se mantuvo hasta el final de la ocupación Moche.
Galindo, ubicado en la margen derecha del valle de Moche fue considerado
durante mucho tiempo un sitio de defensa que protegería a la élite Moche de la
"invasión Wari". Es evidente que en el sitio se han hecho singulares esfuerzos para
mantener algunos sectores protegidos contra algún tipo de amenaza. Sin embargo
Bawden (1982), al excavar en el sitio no encontró ninguna evidencia de influencia Wari,
menos contextos donde se halla observado un saqueo o enfrentamientos. Por otro lado
Lange Topic (1991), remarca que si Galindo fue un sitio fortificado para la defensa, los
centros aledaños a éste deberían presentar evidencia de una presencia Wari,
lamentablemente para los defensores del modelo imperial dicha evidencia es
inexistente.
Una explicación coherente sobre la presencia de elementos defensivos en el sitio
es la propuesta de Bawden (1994). El considera que las defensas son consecuencia
del debilitamiento de la élite moche que se vio en la necesidad de refugiarse en Galindo
para protegerse de posibles ataques del mismo pueblo moche.
De este modo vemos que las evidencias arqueológicas no respaldan la hipótesis
de Lumbreras, y más bien apuntan a una evidente continuidad entre Moche V y Chimú
Temprano. Él mismo afirma que la presencia de cerámica u otros materiales que
evidencien una ocupación Wari son casi inexistentes (Lumbreras 1980: 146).
El proyecto Chan Chan - Valle de Moche, realizó una prospección en el valle de
Moche, donde registró menos de 15 sitios que pueden ser atribuidos a Wari y que son
asociados al periodo Chimú Temprano (Donnan y Mackey 1978).
Menzel (1968) menciona que durante el Horizonte Medio 2B llegan hasta el valle
de Moche influencias provenientes del estilo Pachacámac y Viñaque.
La evidencia de la presencia Wari en el valle de Moche esta asociada a
contextos Chimú, y dicha influencia se representa, al parecer, sólo en componentes
estilísticos. Como evidencia arqueológica de esto tenemos que en las excavaciones
realizadas por Uhle a principios de siglo XX, en la cima de la Huaca del Sol, este
recuperó de una tumba dos keros de clara influencia Wari (Kroeber 1925). La tumba
estaba asociada a contextos Chimú Temprano. Además en 1972 se excavó otros dos
keros de influencia Wari, en la planicie entre Huaca del Sol y de la Luna. Uno de ellos
estuvo asociado a cuatro vasos Chimú Medio y el otro se encontró aislado (Donnan y
Mackey, 1978: 213).
Como hemos revisado, no existen pruebas concluyentes que nos demuestren
que hubo un cambio político producto de una conquista militar Wari la que en todo caso
se vería reflejada en la arquitectura, cerámica, patrones de asentamiento. En donde si
apreciamos un cambio drástico es en el patrón funerario, que se ubica
cronológicamente a fines del Horizonte Medio y principios del Intermedio Tardío. La
costumbre de enterrar a sus muertos en forma extendida fue suplantada por la posición
flexionada, tal como en el sur, y se volvió característica de los entierros Chimú.
El por qué de este nuevo patrón se debería principalmente a los cambios
ideológicos que se dieron en el seno de la sociedad Moche a fines del Intermedio
Temprano. A parte de lo expuesto no existe otra evidencia que sustente la presencia o
influencia de Wari en el valle de Moche.

IV. DISCUSIÓN

Hemos revisado la propuesta de D. Menzel (1968), en la cual se plantea las


cuatro épocas para el Horizonte Medio. Las intensivas temporadas de excavación
realizadas por W. Isbell en el sitio de Conchopata, han aportado nuevos datos acerca
del origen del estilo Wari.
Esta nueva información motiva a revisar lo propuesto por Menzel. En primer lugar
Isbell establece el origen del característico estilo polícromo en Conchopata en la fase
Silva (500-700 d.C.), ya era un estilo maduro y que no tiene ninguna influencia
Tiahuanaco, mas bien pareciera que toma elementos de Nazca y de la costa sur del
Perú. Siguiendo a Isbell (2000), propone que la influencia Tiahuanaco llega
tardíamente, hacia el 850 d.C. (Época 2 de Menzel). Esto conlleva a proponer que la
iconografía Tiahuanaco no fue "el gran impulso" que menciona Menzel para el
despegue de Wari. Bajo nuestro criterio el origen de este característico estilo resultó de
la interacción entre sitios como Conchopata y Nazca (por ello la policromía, antes nunca
registrados en el área de Ayacucho).
De acuerdo a los estudios de Isbell en el sitio de Conchopata, la influencia
Tiahuanaco aparece en el 850-900 d.C. es decir a finales de la época 2B de Menzel.
Para este momento Wari ya estaba presente en zonas tan alejadas como la sierra y
costa norte (Castillo 2001; Topic y L. Topic 2001).
Al parecer la ruta de ingreso, como ya hemos indicado anteriormente, de la
influencia Wari hacia la costa fue desde la sierra. Llega a Huamachuco desde el
Callejón de Huaylas siguiendo la ruta norte-sur (Lange Topic 1991), hasta el norte del
río Crisnejas, que ya es dominio de los Cajamarca, hasta alcanzar el valle alto del
Jequetepeque que hasta hoy sigue siendo el acceso a la costa. Es decir que la
influencia Wari pudo haber llegado a la costa siguiendo al río Jequetepeque hasta
alcanzar el valle bajo. Por ello no debe sorprender que en sitios funerarios como San
José de Moro donde aparece una buena cantidad de artefactos de clara influencia Wari
estén mezclados con cerámica Cajamarca serrano (hechas con pasta de caolín),
inclusive se llega a copiar el estilo Cajamarca y aparece lo que se denomina Cajamarca
Costeño con formas y decoración Cajamarca pero la pasta roja es de procedencia local
(Disselhoff, 1958)
Por otro lado la influencia Wari que llega a este valle no es pura, sino pertenecen
a los estilos derivados de la costa Central, en un primer momento Nievería y luego
Pachacámac y Atarco, los cuales aparecen en un primer momento como elementos
importados solamente en tumbas de élite. En un segundo momento se mezclan los dos
estilos: el foráneo y el local, dando como resultado una serie de estilos híbridos, que
llegan a aparecer en tumbas de botas, siendo en su último momento predominantes los
elementos con decoración Chaquipampa : el rombo de San José de Moro y la serpiente
de Chaquipampa (Castillo 2000). Además la iconografía representada en la cerámica
híbrida de San José de Moro no presenta los temas más característicos del estilo Wari
(principalmente el dios de varas, los ángeles, entre otros), mas bien aparecen
elementos considerados "de relleno", por ejemplo, círculo y punto, chevrones, el rombo
de San José de Moro, etc. Algo que no debe pasarse por alto es que la presencia de
estos elementos decorando objetos para tumbas si constituyen una clara evidencia de
una influencia en el área, que pudo significar un símbolo de prestigio frente al resto del
pueblo, sin embargo Castillo (2000) es enfático al mencionar que estos elementos no
son los principales del ajuar funerario. Adicionalmente menciona que en eventos
relevantes como la preparación y consumo de la chicha la presencia Wari está ausente.
Es interesante mencionar que al desaparecer del contexto arqueológico las
tumbas de bota y la cerámica de línea fina de moche, desaparecen también los
elementos híbridos. Esto conlleva al autor a proponer que la influencia Wari en el área
desaparece con el colapso de la élite mochica.
Por otro lado la presencia Wari en el valle de Moche se remite a unos cuantos
keros registrados por Uhle a inicios del siglo XX y por el Proyecto Chan Chan - Valle de
Moche en 1974 en contexto con cerámica Chimú. Vemos entonces que la evidencia
arqueológica en este valle no apoya la idea de una conquista militar por parte de los
Wari.
Adicionalmente las excavaciones que viene realizando el Proyecto Arqueológico
Huacas del Sol y de la Luna en el Núcleo Urbano evidencian la arquitectura ortogonal
mejor planificada de todo el área andina durante el Intermedio Temprano e inicios del
Horizonte Medio (los fechados mas tardíos para este centro urbano se extienden hasta
el 850 d.C.), incluso mejor que la misma arquitectura presente en Ciudad de Wari.
La presencia política del "estado expansivo" Wari es inexistente. Varios autores
sustentan que esta presencia se ve reflejada en los Centros Administrativos de planta
ortogonal. En la zona norte solamente se encontraría uno y está ubicado en la sierra
liberteña, específicamente en la zona de Huamachuco.
El sitio epónimo de la presencia Wari en la sierra norte es sin duda
Viracochapampa, y ha sido considerado el emblema de los investigadores que
defienden la idea de que Wari conquistó la zona Huamachuco. El sitio ha sido visto
como un centro administrativo con algún uso como almacén, funcionando así mismo
como Capital Provincial (Bonavia 1991). Como menciona Topic (1991), esta idea esta
basada fundamentalmente en la similitud del planeamiento de este centro con otros
atribuidos a Wari, Pikillacta en el Cuzco por ejemplo. En otras palabras sigue el
planeamiento típico de los sitios Wari, y la única explicación atribuible es que haya sido
construido por mandato de este estado. Apoya también esta tesis el que se trata, a
simple vista, de un desligamiento de las tradiciones locales y que el sitio esté ubicado
estratégicamente cerca de un sistema de caminos. Así mismo existe una canal que
corre paralelo al camino, y que al parecer sería similar a otros canales Wari.
Como hemos visto Viracochapampa comenzó a construirse durante el Horizonte
Medio 1B, lo cual es una fecha temprana dentro de la secuencia de la expansión Wari.
El sitio constituiría el único ejemplo temprano de la arquitectura administrativa Wari.
Siguiendo a Schreiber (1978) el área de Pikillacta con mayor semejanza a
Viracochapampa es la que rodea a la plaza C. Sólo en esos dos sitios existen galerías
diagonales a las esquinas de los muros. Además la plaza C está flanqueada en dos de
sus lados por grandes estructuras rectangulares, similares en su forma a los espacios
con hornacinas de Viracochapampa, donde constituyen lo característico del tipo. Se
desconoce si estas hornacinas existen en Pikillacta y otros sitios Wari. De acuerdo a lo
postulado por Topic y L. Topic (1985), resultaría obvio que este tipo de construcción es
proporcionalmente y tal vez más común en Viracochapampa que en cualquier otro sitio
del Horizonte Medio. Por lo cual estos ambientes con hornacinas no parecerían típicos
de la arquitectura Wari, pero si de Viracochapampa y mas específicamente del área de
Huamachuco, donde como dijimos anteriormente se ha logrado establecer una
evolución arquitectónica de estas "Galerías Nichadas" desde el período Intermedio
Temprano hasta fines del Horizonte Medio, por lo tanto es el elemento arquitectónico
distintivo del área de Huamachuco. (Topic 1991). Actualmente se sabe que las
"galerías" (edificios largos y angostos) y los "galpones nichados" (edificios largos pero
mas anchos que la galería) fueron fuentes de innovación arquitectónica en Wari y no a
la inversa como se pensaba bajo los criterios del modelo imperial.
En síntesis Viracochapampa casi en su totalidad se compone de galerías y
galpones nichados dispuestos alrededor de patios. Este complejo nunca se habitó
(salvo por algunas ocupaciones domésticas que han sido atribuidas a los constructores
del sitio) y pudo ser la reemplazante de Marcahuamachuco.
Por otro lado, las excavaciones realizadas por los Topic evidenciaron que el sitio
en términos de distribución local de población y autoridad es periférico, sin embargo el
sitio está estratégicamente localizado en relación con el camino norte-sur que pasa por
el valle de Condebamba, lo que supone para los Topic que si este complejo hubiera
sido terminado, su función habría sido la de control del tráfico hacia el norte que
buscaba comerciar con la cerámica Cajamarca y las conchas spondylus del Ecuador.
Podemos decir que su construcción y abandono se produjo entre el 650 y el 700 d.C.
Cerro Amaru constituye una clave para entender la presencia Wari en esta zona.
Como hemos visto anteriormente, el descubrimiento de un mausoleo ha permitido
establecer interesantes conclusiones. En primer lugar los objetos exóticos encontrados
en este mausoleo permiten establecer que el personaje o los personajes enterrados allí
tuvieron cierto status con respecto a los demás pobladores de su tiempo. Este status
les habría conferido cierto prestigio y debieron ser vistos como grandes señores. Es
difícil establecer si estos individuos fueron comerciantes Waris o comerciantes y/o
señores Huamachucos. Lo importante es que la presencia de estos objetos, así como la
relativa abundancia de cerámica Wari en el sitio (aunque no específicamente fina)
muestra una clara interacción con el sur y con el norte (presencia de Spondylus y
cerámica Cajamarca cursiva fina en el mausoleo). En segundo lugar, si este mausoleo
constituyó un santuario podría establecerse que estos objetos pudieron ser ofrendas.
También pudieron ser regalos conferidos en vida a las élites locales, que dejaban los
comerciantes Wari a su paso por esta zona, o simplemente, son producto del
intercambio con objetos locales. Como hemos visto ninguna de las interpretaciones
apuntan a evidenciar un control geopolítico de Wari sobre esta zona y la evidencia mas
clara es Marcahuamachuco.
Las recientes interpretaciones de Topic y L. Topic (2001) han determinado que
los grupos humanos asentados en la zona de Huamachuco comprende un área extensa
cuyos habitantes compartieron ideas culturales comunes, por lo tanto es un área
unificada en términos culturales. Por ello llega a la conclusión que en Huamachuco no
hubo un aparato estatal regulador, basándose en la siguiente premisa: "sociedades
complejas no estatales pueden ejercer una influencia significativa". Esta interpretación
se basa en la importancia de la descendencia, la organización social a nivel de la
comunidad y la cooperación de los integrantes de la comunidad.
Bajo estos criterios no se apoya la tesis de un estado centralizado en
Marcahuamachuco como capital (pero si fue el centro más importante del Intermedio
Temprano y el Horizonte Medio), es decir actualmente se le considera a
Marcahuamachuco como un centro ceremonial en el que la gente aledaña se
congregaba para celebrar fiestas y rituales en honor a sus ancestros. Es decir en este
centro se congregaban diferentes grupos de un área con un radio quizá de 20 Km para
venerar a sus ancestros. El sitio sólo fue ocupado por temporadas por las pachacas
distintas e independientes pero unidas por el acto compartido de venerar a sus
ancestros en un único centro ritual. Parecería que la monumentalidad servía más que
para legitimizar a una élite servía para mostrar la integridad de la pachaca como un
modo de organización social que honre la integridad tanto en vida como en la muerte.
Es por ello quizá que los sitios Huamachuco ubicados en la sierra norte no tienen casi
influencia Wari, pues la función de estos complejos sería ritual. Mas bien es interesante
notar que la fuerte cohesión como grupo de los Huamachuco impidió que de alguna
manera los Wari los influenciara. Mientras Viracochapampa era edificada y después a
su abandono, Marcahuamachuco siguió siendo el centro más importante de peregrinaje
y culto a los ancestros. Por otro lado si estos grupos habitaron dispersos por el campo
hubieran sido presa fácil de los "conquistadores Wari", sin embargo en le registro
arqueológico de sus tumbas no se muestra influencia alguna, salvo en el enclave -
santuario de Cerro Amaru.
V. CONCLUSIONES

Todas las evidencias parecen indicar que la presencia Wari en la costa norte y
específicamente en el área del valle de Jequetepeque y por extensión en los valles de
Chicama y Moche, así como en la sierra norte (específicamente en la circunscripción de
la actual provincia de Huamachuco) tuvo un carácter comercial, aunque los objetos
comercializados tenían por finalidad ser utilizados en contextos funerarios, donde el
tenerlos confería cierto prestigio a los individuos que los poseían. Este punto se
sustenta en las tumbas de San José de Moro y en la de Cerro Amaru, en la costa y
sierra norte respectivamente.

La cerámica presente tanto en la sierra de Huamachuco como en San José de


Moro es de estilos derivados Wari de la Costa Central y del Callejón de Huaylas.
Aunque el estilo Chaquipampa, que si es Wari, es mas bien doméstico y no muestra en
su decoración los elementos más sacros de la ideología de Wari.
Creemos que la sociedad Cajamarca, específicamente sus comerciantes,
jugaron un papel determinante en la distribución de esta cerámica y otros bienes
suntuarios como sodalitas, lapislázuli y obsidianas. Tanto en San José de Moro como
en Huamachuco, cerámica de influencia Wari aparece en contextos arqueológicos con
cerámica Cajamarca. Adicionalmente la cerámica Cajamarca también aparece en
ciudad de Wari, hecho que se puede explicar como el producto de una amplia
distribución comercial.
Por otro lado, Viracochapampa nunca constituyó un enclave de control en la
sierra norte, ya que a la luz de las evidencias nunca fue terminada y su ocupación se
asocia a los mismos constructores que trabajaron en ella. Su construcción y el
abandono de esta empresa está fechada durante el Horizonte Medio, época 1b de
Menzel, para ese momento (750 – 850 d.C.) el centro urbano Huacas de Moche estaba
aún funcionamiento.
Concordamos con los Topic que Viracochapampa, al igual que otros sitios
distribuidos a lo largo del camino norte-sur, evidencia que la presencia Wari en el norte
se debió a fines estrictamente comerciales que no implican un control geopolítico. Esto
se evidencia por ejemplo en que la élite local de Huamachuco no fue desplazada por
los comerciantes Wari, tampoco se reduce su status y Marcahuamachuco no fue
abandonada.

AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer y reconocer a Nadia Gamarra por sus aportes iniciales al
presente trabajo, así como por sus ideas y puntos de vista intercambiados en distintas
conversaciones sobre este interesante tema.
Igualmente nuestro agradecimiento al Dr. Santiago Uceda Castillo, Co-Director
del Proyecto Arqueológico Huacas del Sol y de la Luna, por sus críticas y revisión a
este artículo.
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