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Baruch Spinoza

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Retrato de Baruch de Spinoza, cerca de 1665.

Baruch de Spinoza (también escrito Baruj de Spinoza) (Hebreo: ‫ברוך שפינוזה‬, Latín:
Benedictus de Spinoza, Portugués: Bento de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de noviembre de
1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefardí
portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes
racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán
Gottfried Leibniz.

Contenido
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 1 Biografía
 2 Pensamiento
o 2.1 Pensamiento político
 3 Obra
o 3.1 Traducciones al español
 4 Bibliografía y referencias
 5 Notas y referencias de detalle
 6 Véase también
 7 Enlaces externos

[editar] Biografía
Nació en Ámsterdam, Países Bajos, en 1632, procedente de una familia de judíos sefardíes
emigrantes de la península Ibérica, que huía de la persecución en Portugal. Se dice que su
familia procedía de España, más en concreto de Vidiferre (Orense), de donde habría huido
en el siglo XV a Portugal; sin muchas pruebas, hay quien sostiene que era originaria de
Espinosa de los Monteros (Burgos), lo que explicaría su apellido "Espinosa".1 Se educó en
la comunidad judía de Ámsterdam, donde se conservaba una considerable tolerancia
religiosa, pese a la influencia de los clérigos calvinistas. Contrajo una tuberculosis que poco
a poco minaría su salud, hasta ocasionarle una muerte temprana.

A pesar de haber recibido una educación ligada a la ortodoxia judía, por ejemplo, con la
asistencia a las lecciones de Saúl Levi Morteira, el joven Spinoza mostró una actitud
bastante crítica frente a estas enseñanzas y amplió sus estudios por su cuenta en
matemáticas y filosofía cartesiana, dirigido por Franciscus van den Enden. Leyó también a
Thomas Hobbes, Lucrecio y Giordano Bruno; estas lecturas lo fueron alejando de la
ortodoxia judaica. A esto se le pueden sumar las influencias del grupo de los collegianten o
colegiantes (cristianos liberales protestantes neerlandeses), así como de heterodoxias judías
hispano-portuguesas, estas últimas encarnadas principalmente en las figuras de Juan de
Prado y Uriel da Costa.

Muerto su padre, en 1654, Spinoza no tenía ya que mantener oculto su descreimiento por
respeto a la figura paterna. El 27 de julio de 1656 fue expulsado de la comunidad judía (así
como excomulgado y desterrado de la ciudad), a la sazón dividida en dos grupos:

 Sefardíes: judíos expulsados de la península Ibérica y grupo al cual Spinoza


pertenecía. Era un grupo parcialmente influido por la tradición humanista.
 Askenazíes: judíos procedentes de Europa central que al sufrir fuertes persecuciones
durante la Edad Media emigraron en masa hacia el este, pero también a los Países
Bajos e Inglaterra.

Éstos últimos constituían un grupo cerrado. En algún momento histórico parece que sus
normas fueran más ortodoxas y rígidas que las de los sefardíes. Era el grupo mayoritario en
Ámsterdam.
La estatua del filósofo vecina a su casa.

Tras la expulsión se retiró a un suburbio en las afueras de la ciudad y publicó su Apología


para justificarse de su abdicación de la sinagoga, obra perdida que algunos autores
consideran un precedente de su Tractatus theologico-politicus. Acentuó su trato con los
grupos cristianos menonitas y colegiantes, de carácter cristiano bastante liberal y tolerante.

Para sobrevivir se dedicó a pulir lentes para instrumentos ópticos, entre ellos para su amigo
el científico Huygens. Aparte de ganarse la vida con este oficio, recibía, según alguno de
sus biógrafos, una pensión que le consiguió su amigo el munícipe Jan de Witt.

En 1660 se trasladó a Rijnsburg, pueblo cercano a Leyden, donde redactó su exposición de


la filosofía cartesiana, Principia philosophiae cartesianae, y los Cogitata metaphysica, que
se editaron conjuntamente en verano de 1663 (edic. latina; en 1664 apareció la versión
holandesa) y que serían las dos únicas obras publicadas con su nombre en vida. Sostuvo
una abundante correspondencia con intelectuales de toda Europa. En los primeros 1660
también empezó a trabajar en su Tractatus de intellectus emendatione y en la más famosa
de sus obras, la Ethica, terminada en 1675.

En 1663 se trasladó a Voorburg, cerca de La Haya, donde frecuentó los círculos liberales y
trabó una gran amistad con el físico Christiaan Huygens y con el por entonces jefe de
gobierno (raadspensionaris) Jan de Witt, quien, según algunos, protegió la publicación
anónima de su Tractatus theologico-politicus en 1670, obra que causó un gran revuelo por
su crítica racionalista de la religión. Estas protestas, y la muerte de su protector De Witt
(1672), lo convencieron de no volver a publicar nuevas obras sino tras su muerte; las obras
circularían, sin embargo, entre sus admiradores, cada vez más numerosos.
De 1670 hasta su muerte vivió en La Haya. En 1673 J.L. Fabritius, profesor de Teología,
por encargo del Elector del Palatinado, le ofreció una cátedra de Filosofía en su
universidad, la de Heidelberg, pero Spinoza no la aceptó, pues aunque se le garantizaba
"libertad de filosofar", se le exigía "no perturbar la religión públicamente establecida". Un
año antes de su muerte fue visitado por Leibniz, pero éste negó luego tal encuentro. Minado
por la tuberculosis, murió el 21 de febrero de 1677 cuando contaba 44 años. Sus amigos
editaron en noviembre de ese mismo año, simultáneamente en latín y en holandés, todas las
obras inéditas que encontraron, incluyendo (parte de) la correspondencia, bajo el título
Opera posthuma (versión latina) y Nagelate Schriften (versión holandesa).

[editar] Pensamiento
Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con
mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a
Descartes, éste había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la
extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita,
que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios o bien con la Naturaleza
(ambos términos llegan a ser equivalentes para él, según su célebre expresión Deus sive
Natura).

Para Spinoza, la substancia es la realidad, que es causa de sí misma y a la vez de todas las
cosas; que existe por sí misma y es productora de toda la realidad; por tanto, la naturaleza
es equivalente a Dios. Dios y el mundo, su producción, son entonces idénticos. Todos los
objetos físicos son los "modos" de Dios contenidos en el atributo extensión. Del mismo
modo, todas las ideas son los "modos" de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las
cosas o modos son naturaleza naturada, mientras que la única substancia o Dios es
naturaleza naturante. Las cosas o modos son finitas, mientras que Dios es de naturaleza
infinita y existencia necesaria y eterna.

El estudio del pensador conservado en su Casa-Museo.

Este cambio tiene la ventaja, sobre la filosofía cartesiana, de borrar de un plumazo los
problemas que presenta la filosofía de Descartes para explicar la posibilidad del
conocimiento: dado que el pensamiento y la extensión son dos de los infinitos atributos de
Dios, distintos e independientes el uno del otro (paralelismo de los atributos), ¿cómo se
puede conocer el mundo? Descartes había resuelto este problema de una manera
aparentemente gratuita, amén de insatisfactoria, señalando la comunicación de éstas
sustancias en la glándula pineal.

Con Spinoza, pues, ya no existe este problema: se puede conocer el mundo, porque el
entendimiento, en tanto parte del entendimiento de Dios, es una modificación o "modo" de
la misma sustancia divina, entendimiento infinito de Dios, que "piensa" su objeto extenso o
cuerpo, de modo que el entendimiento puro puede "aprehender" la realidad, porque el alma,
o sea la idea del cuerpo, "replica" lo que afecta a éste cuerpo. La unidad del alma y el
cuerpo está justificada por la unidad de la sustancia infinita de la que son sus
modificaciones finitas o modos.

Pero, a la vez, abre un tremendo problema para explicar la libertad humana. La anterior
distinción de Descartes en tres sustancias le permitió sustraer del determinismo
mecanicista, al entendimiento, con lo cual el ser humano mantendría su libertad. El
mecanicismo sostiene que todo el Universo está determinado por leyes, con lo cual
cualquier ente que esté dentro de él también estará sujeto a dichas leyes, incluido el ser
humano. Descartes y Spinoza son mecanicistas, pero el primero salva el problema a través
de su postulado de las tres sustancias: el mecanicismo (por tanto el determinismo o
ausencia de libertad) sólo afecta a la sustancia extensa o mundo, pero no a la sustancia
pensante o entendimiento.

Pero, al postular Spinoza una sola sustancia, ¿cómo es posible que exista la libertad
humana, si todo está sometido a una inexorable regulación permanente? Spinoza acaba
afirmando un determinismo (negación de la libertad humana) riguroso, aunque deja el
resquicio de una definición poco alentadora y paradójica de libertad: la libertad humana
aparece cuando el ser humano acepta que todo está determinado; la libertad no depende de
la voluntad sino del entendimiento; el hombre se libera por medio del conocimiento
intelectual.

En el campo de la filosofía Spinoza se declara monista, esto es, no cree en la existencia de


un dualismo cuerpo-alma. Para Spinoza el hombre es cuerpo y mente, y todo en su conjunto
es parte de una sustancia universal con infinitos modos e infinitos atributos, algo que da
lugar a un "monismo neutral".

También es determinista, lo que supone que no cree en el libre albedrío: asegura que el
hombre está determinado por leyes universales que lo condicionan mediante la ley de la
preservación de la vida. Así, afirma que ser libre es regirse por la razón frente a la
sumisión, por ejemplo, a la religión.

[editar] Pensamiento político

En el aspecto político sigue en parte a Hobbes. Sin embargo, su doctrina tuvo gran
influencia en el pensamiento del siglo XVIII, ya que se le considera el iniciador del
ateísmo, aunque esta afirmación no es del todo correcta. Como filósofo, comparte con
Hobbes el tema del determinismo. Sin embargo Spinoza fue siempre, y en todos los
campos, un escritor proscrito, hasta el punto de que a comienzos del siglo XIX no se le
reconocía, especialmente por el movimiento Romántico alemán (Goethe, Jacobi, etcétera).
Dentro del ámbito de la política se le considera precursor de Rousseau.

Su pensamiento traslada la visión del mundo de Galileo, que dice que el mundo está sujeto
a unas determinadas leyes, por lo que buscará cuales son las que regulan a la sociedad. En
este punto coincide en parte con Descartes y Hobbes, pero con la singularidad de que
Spinoza además busca las leyes que rigen la moral y la religión. Así Spinoza entra de lleno
tanto en la moral como en la religión, intentando introducir la razón en ambas esferas, para
lo que usa un método racional.

La Casa del pensador hoy un Museo que conserva su obra.

En su Ética demostrada según el orden geométrico habla de Dios, del ser humano y del
puesto que el hombre ocupa dentro de la Naturaleza; así, dice que la forma correcta de
entender a los hombres, es que son una parte más de la Naturaleza y que las acciones
humanas no se deben analizar con criterios morales, sino como partes necesarias de leyes
que rigen el Cosmos, esto es, que existen leyes universales de la Naturaleza a las que los
hombres están sujetos, por lo que no se puede afirmar que el hombre es totalmente libre.
Siguiendo este planteamiento se encuentra una de sus afirmaciones más importantes y que
más problemas le trajo: afirma que los valores son creaciones humanas arbitrarias.

En el tema político, el filósofo reivindica la democracia más amplia posible, aunque dentro
de ésta no incluye explícitamente a las mujeres, a quienes plantea si deben tener o no
derechos políticos, cosa que no tiene muy clara; finalmente se inclina por sostener una
inferioridad innata de las mujeres, y afirma que el mejor gobierno es de los hombres. No
obstante deja una puerta abierta al reconocimiento de las mujeres, diciendo finalmente que
sí son iguales a los hombres, que sí pueden gobernar, pero que lo mejor es evitar el tema, ya
que puede generar conflictos.

Según su visión, el fin del Estado es hacer a todos los hombres libres, lo que significa que
el hombre ha de dejar de ser un autómata.

[editar] Obra
Spinoza publicó dos obras en vida:
 Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos (1663; versión en
holandés, 1664)
 Tratado teológico-político (1670)

El resto de sus obras, incluyendo la Ética, fueron publicadas por amigos suyos en las Opera
posthuma (OP) / Nagelate Schriften (NS) de 1677, excepto el Tratado breve, que fue
descubierto y publicado en 1852:

 Tratado breve (escrito hacia 1660)


 Tratado de la reforma del entendimiento (OP, escrito hacia 1661)
 Ética demostrada según el orden geométrico (OP, escrito en 1661-1675)
 Tratado político (OP, escrito 1675-1677)
 Compendio de gramática hebrea (OP)

Además de las mencionadas, se atribuyen a Spinoza dos pequeñas obras de carácter


científico, publicadas de manera anónima en 1687. Sin embargo, la autenticidad de estas
obras se encuentra en disputa.

 Cálculo algebraico del arcoiris


 Cálculo de probabilidades

Por último, se encuentran las cartas de Spinoza, las cuales están fechadas entre 1661 y 1676
y son consideradas de interés filosófico.

 Correspondencia (1661-1676)

[editar] Traducciones al español

Las obras completas de Baruch de Spinoza, incluido su epistolario y las biografías que se
compusieron sobre él, han sido traducidas al español por uno de los máximos especialistas
en este autor, el profesor Atilano Domínguez Basalo (Madrid: Alianza Editorial).

 Spinoza, Baruch (2011). Luciano Espinosa. ed. Obra completa. Biblioteca de


Grandes Pensadores. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 9788424919412.
 Ética demostrada según el orden geométrico, introducción, traducción y notas de
Vidal Peña, Madrid: Alianza Editorial, 1987 {ISBN 84-206-0243-4}
 Ética demostrada según el orden geométrico, edición y traducción de Atilano
Domínguez, Madrid: Editorial Trotta, 2000, 2005, 2009.
 Ética demostrada según el orden geométrico, traducción de Oscar Cohen, FCE,
México, varias ediciones desde 1958.
 Tratado teológico-político, traducción, introducción, índice analítico y notas por
Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1986 {ISBN 84-206-0185-3}, 2003.
 Tratado político, traducción, introducción, índice analítico y notas por Atilano
Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1986 {ISBN 84-206-0219-1}, 2004.
 Tratado Político, Introducción, traducción, notas, Index Latinus Translationis y
Bibliografía de Humberto Giannini y María Isabel Flisfisch, Editorial Universitaria,
Santiago, Chile,1989.
 Tratado de la reforma del entendimiento. Principios de filosofía de Descartes.
Pensamientos metafísicos, introducción, traducción y notas de Atilano Domínguez,
Madrid: Alianza Editorial, 1988 {ISBN 84-206-0325-2}, 2006.
 Tratado de la reforma del entendimiento, traducción de Oscar Cohen, Buenos
Aires: Editorial Cactus, 2006.
 Tratado breve, traducción, prólogo y notas de Atilano Domínguez, Madrid: Alianza
Editorial, 1990 {ISBN 84-206-0478-X}.
 Correspondencia, introducción, traducción, notas e índices de Atilano Domínguez,
Madrid: Alianza Editorial, 1988 {ISBN 84-206-0305-8}.
 Correspondencia completa, Traducción, introducción, notas e índices de Juan
Domingo Sánchez Estop, Madrid: Ediciones Hiperión, 1988.

[editar] Bibliografía y referencias


 ALBIAC, Gabriel, La sinagoga vacía, Madrid, Hiperion, 1988.
 AUGUSTO, Roberto, «La crítica de Schelling a la filosofía de Spinoza», en:
Estudios Filosóficos, Instituto Superior de Filosofía de Valladolid, vol. LVIII, n.º
168, mayo-agosto 2009, pp. 293-311.
 BELTRÁN, Miquel (1998): Un espejo extraviado. Spinoza y la filosofía hispano-
judía. Riopiedras. Barcelona.
 DELEUZE, Gilles (1984): Spinoza: filosofía práctica. Cuadernos íntimos 122,
Tusquets Editores. Barcelona.
 DELEUZE, Gilles (2003): En medio de Spinoza. Serie Clases 1, Cactus. Buenos
Aires.
 DELEUZE, Gilles (1968): Spinoza y el problema de la expresión (Tesis Doctoral).
Muchnik Editores. Barcelona, 1975.
 DOMÍNGUEZ, Atilano, Baruch de Spinoza (1632-1677), Madrid: Ediciones del
Orto, 1995. ISBN 84-7923-074-6.* PEÑA, Vidal (1974): El materialismo de
Spinoza. Biblioteca de Filosofía, Revista de Occidente, Madrid.
 KAMINSKY, Gregorio, "Spinoza la política de las pasiones", Buenos Aires,
Gedisa, 1990.
 VV.AA. "El gobierno de los afectos en Baruj Spinoza", Madrid, Trotta, 2007.
 Biografías de Spinoza, selección, traducción, introducción, notas e índices por
Atilano Domínguez, Madrid: Alianza Editorial, 1995 {ISBN 84-206-0711-8}.

[editar] Notas y referencias de detalle


1. ↑ En su «Introducción» a B. Spinoza, Correspondencia, Madrid, 1988 {ISBN 84-206-0305-
8}, pp. 24-26, el especialista en Spinoza Atilano Domínguez informa sobre las diferentes
teorías sobre el origen del filósofo y de su familia; entre otras, menciona (pp. 25s) de la de
Salvador de Madariaga, que sostuvo en 1977 la tesis aludida del origen burgalés de la
familia de Spinoza:
«aunque vio la luz en Ámsterdam..., Benito Espinosa era oriundo de Espinosa de los Monteros... El
disfraz que se le ha echado sobre su preclaro nombre –supresión de la E inicial, sustitución de la S
por la Z y hasta ese Baruch, hebreo de Benito– no parece haberse debido a iniciativas suyas, sino al
celo de los eruditos que en todas partes han procurado deshispanizar a los prohombres que llevaban
su nombre con garbo de Castilla. Su familia, que siempre se da como portuguesa, era española: tan
española, que lo hizo educar en la escuela judeo-española de Ámsterdam, cuyo vehículo para la
enseñanza era el español. Su lengua y su biblioteca españolas eran».

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