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Durante los últimos años, la ecografía ha adquirido una importancia cada vez mayor en la
identificación de los grupos de alto riesgo. Esto se debe a que la mayoría de los fetos con
alteraciones cromosómicas tienen malformaciones estructurares que pueden detectarse mediante
esta técnica. El marcador ecográfico más efectivo de la Trisomía 21 y otros defectos
cromosómicos es el aumento del espesor de la traslucencia nucal (TN) entre las 11 y 14 semanas
de edad gestacional.
Marcadores bioquímicos
La molécula de HCG comprende dos subunidades, a y ß, que son producidas por diferentes células
de la placenta. Diferentes estudios sugirieron la utilidad de la subunidad ß libre de la HCG en el
cribado de SD. Es importante tener en cuenta su gran inestabilidad a temperatura ambiente.
Por lo que todos estos factores deben ser recogidos para realizar una corrección al calcular el
riesgo.
Criterio de calidad que debe cumplir el laboratorio para realizar las determinaciones bioquímicas.
- Las muestras deben ser analizadas dentro de las 24 horas siguientes a su extracción,
debido a que la PAPP-A se degrada a las 24 horas.
- El laboratorio debe de adoptar controles internos de la precisión de las determinaciones
(precisión intra e interensayo) y es muy recomendable suscribir un control externo con
agencias internacionales como la United Kingdom National Quality Assessment Schemes
(UK NEQAS) for Maternal Serum Screening.
- El laboratorio debe de usar equipos y reactivos especialmente diseñados para el cribado
del SD, que realicen determinaciones de cada marcador en el rango de concentración
apropiado para el cribado del SD.
- El laboratorio debe de calcular y actualizar periódicamente las medianas propias del
centro para cada marcador, para cada semana de gestación en los intervalos semanales
habituales para cada tipo de cribado, para cada técnica y para la población que
habitualmente atiende.
Marcador ecográfico
La ecografía tiene dos usos en el cribado del SD: establecer la edad gestacional, haciendo más
precisos los cálculos de riesgo con pruebas serológicas, y como prueba de cribado por sí misma.
Translucencia nucal
La TN es el marcador ecográfico más utilizado en el cribado del SD. La TN está definida como
un acúmulo de líquido de asiento en la nuca fetal. Una pequeña cantidad en las fases finales del
primer trimestre de la gestación se considera un hallazgo fisiológico.
El aumento de este acúmulo hasta valores por encima de los considerados fisiológicos para cada
edad gestacional conlleva un incremento del riesgo de cromosomopatía que puede ser
cuantificable. El índice de riesgo por encima de un nivel previo establecido (el que en condiciones
basales normales correspondería a una mujer de alrededor de 35 años) se considera que justifica
el ofrecimiento a la gestante de la práctica de una técnica invasiva de diagnóstico prenatal (en
nuestro entorno una amniocentesis).
2. Si bien la medición puede realizarse satisfactoriamente en fetos cuya longitud cráneo caudal
(CRL) oscile entre los 45 y los 84 mm (lo que viene a corresponder con gestaciones entre la 11 y
la 13+6 semana de gestación), la mayor sensibilidad se ha encontrado en las edades más precoces
del rango. Pero, por otro lado, el diferir la exploración hasta una edad alrededor de la 12+5
semana, a costa de perder algo de sensibilidad, permitirá una evaluación morfológica fetal que
posibilitará identificar las malformaciones fetales de mayor expresividad morfológica
(habitualmente las más graves) y reducir al mínimo la necesidad de repetir la exploración en
gestantes con ciclos largos. Por este motivo, éste se considera el momento idóneo para la medición
de la TN.
- Debe delimitarse o definirse el número de ecografistas que realicen el estudio del primer
trimestre (TN) y que, en cualquier caso, se garantice que siempre haya personal
cualificado para realizarlo.
- Los/as ecografistas que participen en el Programa deberán poseer una capacitación
adecuada para el Programa de cribado establecida en el mismo.
- Igualmente, a posteriori y merced a la información registrada en el Programa, se podrá
llevar a cabo un control de calidad de la TN observando la variabilidad interprofesionales
e intercentros de las mediciones realizadas, posibilitando la detección y corrección de las
desviaciones que se detecten.
Para calcular el riesgo, en términos de probabilidad en el momento del parto, de que el feto esté
afectado por las alteraciones cromosómicas citadas, se utiliza un programa informático,
previamente contrastado y validado, en el que se introducen los resultados de los marcadores
bioquímicos y ecográficos de la gestante comparándolos con las medianas de su edad gestacional,
lo que se expresa como múltiplos de la mediana (MoM). Se introducen también en el programa
informático aquellas variables como edad, peso, raza, consumo de tabaco, diabetes, embarazo
gemelar o por fecundación in vitro, que puedan influir en el cálculo del riesgo. Utilizaremos como
punto de corte un riesgo de 1/270 expresado en el momento del cribado. Aquella gestante que
presente un valor por debajo del punto de corte establecido (1/270), indica que tiene un riesgo
bajo de cromosomopatía fetal, por lo que continuará el control habitual del embarazo. La gestante
que tenga un valor por encima del punto de corte establecido (1/270), indica un riesgo alto de
cromosomopatía fetal, por lo que se le ofrecerá la posibilidad de confirmar el diagnóstico
mediante la realización de una prueba invasiva (habitualmente la amniocentesis) por encima de
la semana 14 de gestación.
PRIMER TRIMESTRE
Ecografia
La ecografía durante el primer trimestre del embarazo nos permite confirmar la viabilidad fetal,
el cálculo preciso de la edad gestacional mediante la medición de la longitud cráneo‐caudal
(LCC), el diagnóstico precoz de anomalías mayores en el feto y la detección de embarazos
múltiples. Además, la demostración de que el mejor marcador ecográfico de las anomalías
cromosómicas es el aumento del grosor de la TN, condujo a la realización universal de ecografías
durante el primer trimestre para examinar al feto y no solo medir la LCC fetal.
En fetos sanos, el grosor de la TN aumenta a medida que se incrementa la LCC fetal. EL percentil
99 de la normalidad no se modifica de forma significativa en función de la LCC y oscila alrededor
de 3,5 mm. El aumento de la TN se define como un valor superior al percentil 95 de la normalidad.
Marcadores Bioquímicos:
En los embarazos con trisomía 21, la concentración sérica materna de β‐hCG (subunidad β de la
gonadotropina coriónica humana) libre es más elevada que en los fetos con cromosomas sanos,
mientras que el nivel de PAPP‐A es más bajo. Sin embargo, a medida que avanza la gestación de
un feto con trisomía 21, la concentración de PAPP‐A no es tan baja y la de β‐hCG libre no es tan
elevada, por lo que se deben tener en cuenta los cambios temporales dependientes de la edad
gestacional cuando se calcula este riesgo.
No hay una asociación significativa entre la TN fetal y la concentración sérica materna de β‐hCG
libre o PAPP‐A tanto en la trisomía 21 como en los embarazos con cromosomas normales; por
ello, se pueden combinar los marcadores ecográficos y bioquímicos para lograr una detección del
90%, más eficaz que con cualquiera de los dos métodos utilizado aisladamente.
En las trisomías 13 y 18 las concentraciones séricas maternas de β‐hCG libre y PAPP‐A están
disminuidas, mientras que en las anomalías de los cromosomas sexuales la concentración sérica
materna de β‐hCG libre es normal y la de PAPP‐A es baja.
En el 60 al 70% de los fetos con trisomía 21 el hueso nasal está ausente, pero sólo en el 2% de los
fetos con cromosomas sanos. La hipoplasia del hueso nasal en combinación con la TN y la
bioquímica del primer trimestre, podría aumentar la detección de anomalías cromosómicas fetales
a más del 90%.
La trisomía 18 se asocia con retraso del crecimiento fetal de comienzo precoz, onfalocele,
ausencia del hueso nasal y arteria umbilical única. La trisomía 13 se caracteriza por taquicardia
fetal, retraso del crecimiento fetal de forma precoz, megavejiga, holoprosencefalia y onfalocele.
SEGUNDO TRIMESTRE:
Existen varios tipos de cribado de segundo trimestre, los más usados son:
Cribado bioquímico del segundo trimestre mediante test triple: Se basa en la cuantificación de
tres marcadores bioquímicos (AFP, β‐hCG y uE3) y no considera ningún marcador ecográfico.
Su tasa de detección es del 60% con una tasa de falsos positivos del 5%.
Cribado bioquímico del segundo trimestre mediante test cuádruple: se basa en la cuantificación
de cuatro marcadores bioquímicos (AFP, β‐hCG, uE3 e inhibina A) sin tener en cuenta ningún
marcador ecográfico. Su tasa de detección ronda el 70%, con una tasa de falsos positivos del 5%.
- Cráneo en fresa. Aproximadamente en el 80% de los fetos con trisomía 18 se detecta una
forma característica de la cabeza, en la que el occipucio se encuentra aplanado y la parte
frontal de la cabeza es más estrecha.
- Braquicefalia. Se caracteriza por la disminución relativa del diámetro occipitofrontal, sin
embargo, no se ha demostrado que la relación entre el diámetro biparietal y el
occipitofrontal sea útil para la detección sistemática prenatal de la trisomía 21.
- Microcefalia. Se asocia en el 15% de los casos a defectos cromosómicos, en general a la
trisomía 13.
- Ventriculomegalia. La incidencia de defectos cromosómicos en presencia de este
hallazgo es de alrededor del 10%; los más frecuentes son las trisomías 21, 18,13 y la
triploidía.
- Holoprosencefalia. Se asocia a defectos cromosómicos en el 30% de los casos. Los más
frecuentes son las trisomías 13 y 18. A menudo la holoprosencefalia fetal se asocia con
anomalías medio‐faciales, pero la incidencia de defectos cromosómicos es más elevada
cuando a la holoprosencefalia se unen defectos extrafaciales que cuando sólo se
acompaña de anomalías faciales.
- Quistes de plexo coroideo. Existe una asociación muy leve con defectos cromosómicos,
en especial con la trisomía 18. Ante este hallazgo deben buscarse otros marcadores
ecográficos, ya que los fetos con trisomía 18 presentan muchos otros defectos valorables
ecográficamente.
- Agenesia del cuerpo calloso. Se asocia con más de 100 síndromes genéticos y defectos
cromosómicos, especialmente las trisomías 18 y 13.
- Complejo Dandy‐Walker. La incidencia global de defectos cromosómicos es del 40%,
con mayor frecuencia, trisomías 18 y 13 y triploidías.
- Hendiduras faciales. Presentan una incidencia de cromosomopatías del 10% y se asocian
más frecuentemente a las trisomías 13 y 18.
- Micrognatia. Es un hallazgo inespecífico en una amplia variedad de síndromes genéticos
y defectos cromosómicos, sobre todo trisomía 18 y triploidía.
- Hipoplasia/Ausencia nasal. Se observa en alrededor del 60% de los fetos con trisomía 21
y sólo en el 1 al 2% de los fetos sanos, por lo que parece el marcador aislado más sensible
y específico durante el segundo trimestre para la detección de la trisomía 21.
- Higroma quístico. Es una anomalía del desarrollo linfático. El hallazgo consiste en la
demostración de una estructura quística tabicada bilateral en la región occipitocervical.
En el 75% de los casos se asocia a defectos cromosómicos, casi siempre corresponde al
síndrome de Turner.
- Edema nucal. Es el equivalente durante el segundo trimestre al aumento de la TN entre
as 11 y 14 semanas. Su detección se asocia con una amplia variedad de síndromes
congénitos y defectos cromosómicos. Se diagnostica cuando se observa un edema
subcutáneo mayor de 6 mm en el plano medio‐sagital del cuello. El aumento de este
espesor se detecta en alrededor del 30% de los fetos con trisomía 21 y en menos del 1%
de los fetos sanos.
- Hernia diafragmática. En el 50% de los casos se vincula con anomalías cromosómicas y
defectos genéticos. La incidencia de defectos cromosómicos asociados, sobre todo
trisomía 18, es de alrededor del 20%.
- Anomalías cardiacas. Se encuentran defectos cardiacos en más del 90% de los fetos con
trisomías 13 o 18, en el 50% de los fetos con trisomía 21 y en el 40% de los fetos con
síndrome de Turner.
- Focos ecogénicos intracardiacos. Se detectan en el 4% de los fetos sanos y en un 25% de
los fetos con trisomía 21.
- Arteria subclavia aberrante. Este hallazgo es más común en fetos con defectos
cromosómicos, en particular la trisomía 21, con una prevalencia del 29% comparado con
fetos euploides, estando asociado además con un aumento en la incidencia
malformaciones cardiacas. En este estudio la presencia de arteria subclavia aberrante en
la ecografía en las semanas 16‐23 aumenta 20 veces el riesgo de trisomía 21 y el de
trisomía 18 unas 12 veces. La incidencia en fetos euploides es 1.5%, estando asociada a
un aumento en el riesgo de cardiopatías congénitas, que alcanza un 4%, comparado con
el 0.6‐0.8% de la población normal.
- Onfalocele. Los defectos cromosómicos, sobre todo trisomías 18 y 13, se hallan en
aproximadamente el 60% de los casos a las 12 semanas, y en el 35% durante el segundo
trimestre. La incidencia de anomalías cromosómicas es más elevada cuando el saco del
onfalocele sólo contiene intestino que cuando también está incluido el hígado.
- Atresia esofágica. El diagnóstico se sospecha cuando en varias exploraciones ecográficas
no es posible detectar el estómago fetal. Los defectos cromosómicos, sobre todo la
trisomía 18, se asocian en el 20% de los casos.
- Atresia duodenal. Se asocia en un 25% de los casos con trisomía 21.
- Intestino hiperecogénico. Aumenta por un factor de tres el riesgo basal de
cromosomopatías, sobre todo trisomía 21.
- Anomalías de las vías urinarias. En la hidronefrosis leve el defecto cromosómico más
frecuente es la trisomía 21, mientras que en la hidronefrosis grave y moderada, riñones
poliquísticos o la agenesia renal, los defectos más frecuentes son las trisomías 13 y 18.
- Anomalías esqueléticas. En una amplia variedad de defectos cromosómicos se hallan
anomalías características de los miembros. Además, las trisomías 21, 18, la triploidia y
el síndrome de Turner se acompañan de un acortamiento relativo de los huesos largos.
- Retraso del crecimiento fetal. La incidencia más elevada de defectos cromosómicos se
observa en los casos en los que además del retraso de crecimiento hay anomalías
estructurales del feto, el volumen de líquido amniótico es normal o elevado y el Doppler
de las arterias uterinas y umbilical son normales.
En este caso, ante el hallazgo de dos marcadores ecográficos como son la hipoplasia del hueso
nasal y el edema nucal, se debe continuar la búsqueda de otros marcadores de cromosomopatías.
Se ofrecerá a los padres la realización de una técnica invasiva, amniocentesis, para conocer el
cariotipo fetal.
CONDICIONES ESPECIALES:
GESTACIÓN MÚLTIPLE
TRISOMÍAS 18 Y 13
La amniocentesis no está justificada desde el punto de vista coste-beneficio ya que son poco
prevalentes y las consecuencias de estas anomalías para la salud y costes son limitados.
Trisomía 18: los marcadores bioquímicos (triple screening) ofrecen una sensibilidad del 60% para
un porcentaje de FP de 1%. Los marcadores ecográficos tienen una sensibilidad del 85% para un
4% de FP
Debe obtenerse una muestra de sangre a partir de la semana 15, donde encontraremos en los
defectos de tubo neural la AFP aumentada con una sensibilidad del 75 % para una tasa de FP del
3%, para un punto de corte 2,5 MoM
ÁCIDO FÓLICO
Es una vitamina hidrosoluble del grupo B (vitamina B9), que se administra por vía oral y
parenteral. Esta vitamina se encuentra en una gran variedad de alimentos incluyendo el hígado, la
levadura y los vegetales verdes.
Presentación
Capsulas 5, 10 mg
Mecanismo de Acción
Factor vitamínico. Interviene como cofactor en síntesis de nucleoproteínas y en eritropoyesis.
En el organismo se reduce a ácido tetrahidrofólico, coenzima fundamental en la biosíntesis de
aminoácidos y ácidos nucleicos, después de la absorción por el tracto digestivo, el ácido fólico
es reducido rápidamente, dando lugar a formas activas que participan en numerosas reacciones
metabólicas esenciales para la vida, tales como la síntesis de purinas, síntesis de nucleótidos
pirimidínicos e interconversión de aminoácidos (serina en glicina, histidina en ácido glutámico,
homocisteína en metionina, un proceso en el que se utiliza como cofactor la vitamina B12.).
La carencia en ácido fólico está asociada a una hiperhomocisteinemia, un factor de riesgo
independiente para la arteriosclerosis de las arterias coronarias, cerebrales y periféricas. La
deficiencia de ácido fólico, produce una síntesis defectuosa de ADN en cualquier célula que
intenta la replicación cromosómica y la división. En la médula ósea, tejido de mayor índice de
crecimiento y división celular, la carencia de ácido fólico produce anemia macrocítica y
megaloblástica. Su participación en la biosíntesis de aminoácidos y ácidos nucleicos lo
convierte en un factor crucial en la formación del sistema nervioso central, que se desarrolla en
humanos entre los días 15 y 28 después de la concepción.
Los derivados del ácido fólico son transportados al interior de las células mediante una
endocitosis activada por un receptor, Una vez en el interior de la célula participan en los
procesos antes indicados, así como en la generación de los formil-ARN de transferencia
implicados en la síntesis de proteínas.
El ácido fólico participa en la síntesis de ADN y, por lo tanto, es esencial para la división celular
rápida que ocurre durante el desarrollo fetal precoz. También juega un rol importante en la
metilación y de esta forma en la regulación génica.
Farmacocinética
Absorción: Por vía oral, el ácido fólico es rápidamente absorbido en el tracto gastrointestinal,
principalmente en la parte proximal del intestino delgado. Tras la administración oral, el pico
de actividad de folatos en sangre se alcanza entre 30 y 60 minutos. La concentración plasmática
normal de folatos varía de 0,005-0,015 microgramos/ml. En general, concentraciones
plasmáticas inferiores a 0,005 microgramos/ml indican deficiencia de folatos. Concentraciones
inferiores a 0,002 microgramos/ml conducen a anemia megaloblástica.
Distribución: El ácido tetrahidrofólico y sus derivados son distribuidos en todos los tejidos
corporales. El hígado contiene cerca de la mitad del total de las reservas de folatos, es
metabolizado a 5-metiltetrahidrofólico, el cual es cedido a la circulación. Se une a proteínas
plasmáticas y difunde a todos los tejidos. Los folatos son concentrados activamente en el
líquido cefalorraquídeo, con concentraciones normales de aproximadamente 0,016- 0,021
microgramos/ml. La vía renal es su vía de eliminación, por ello no se produce acumulación en
el organismo. Se establece una circulación entero-hepática de folatos, que es fundamental para
mantener su homeostasis.
Eliminación: Cuando se supera la reabsorción tubular renal máxima, después de
administraciones orales superiores a las necesidades diarias, el folato es excretado intacto en la
orina. Cerca de 0,05 mg de las reservas normales de folatos son eliminadas diariamente por
excreción fecal y urinaria. En las heces aparecen folatos de la dieta no absorbidos, de la
secreción biliar y de la síntesis de bacterias intestinales. El ácido fólico se excreta por la leche
materna. El ácido fólico es eliminado mediante hemodiálisis.
Indicaciones
Prevención y tto. de deficiencia de ác. fólico especialmente durante la gestación, lactancia,
periodos de crecimiento rápidos,
Tratamiento de los trastornos que cursan con déficit de ácido fólico: Anemias megaloblásticas,
alcoholismo crónico, cirrosis hepática, síndromes de malabsorción intestinal (congénita,
enfermedad celíaca, inducida por etanol, alteraciones de la mucosa intestinal, sprue tropical y
no tropical, enfermedad de Crohn, resección quirúrgica), y en transtornos congénitos del
metabolismo de folatos.
Prevención y tratamiento de la deficiencia de ácido fólico en mujeres embarazadas: como
prevención de los defectos en el tubo neural (espina bífida, anencefalia, encefalocele) y otros
defectos congénitos, especialmente en mujeres con antecedentes de hijo o feto con estas
deficiencias en el tubo neural. La prevención y tratamiento se debe iniciar cuatro semanas antes
de la concepción y continuar durante los tres primeros meses de gestación.
Dosis
Tratamiento de los trastornos que cursan con déficit de ácido fólico: Inicialmente de 10 a 20
mg (1-2 cápsulas) al día hasta la obtención de respuesta farmacológica y normalización
hematológica. La dosis diaria de mantenimiento es de 10 mg.
Tratamiento de la anemia megaloblástica por deficiencia de ácido fólico: 10 a 20 mg (1-2
cápsulas) al día hasta la obtención de respuesta farmacológica y normalización hematológica.
Prevención y tratamiento de la deficiencia de ácido fólico en mujeres embarazadas: o 0,4 mg
diarios de ácido fólico para la prevención de ocurrencia de los DCTN y de 4 mg diarios para la
prevención de la recurrencia. Se recomienda planificar el embarazo, previa consulta médica,
para que, a menos que esté contraindicado, se le prescriba por vía oral cuatro semanas antes de
la concepción y los tres primeros meses de la gestación
Contraindicaciones
Hipersensibilidad, anemia perniciosa addisoniana, anemia megaloblástica por deficiencia de
vit. B12 . Muchas formulaciones de ácido fólico para uso parenteral contienen alcohol bencílico
como preservativo. El alcolhol bencílico puede cuasar graves reacciones alérgicas en personas
hipersensibles. También deben evitarse los preparados de ácido fólico con alcohol bencílico en
los neonatos ya que el alcohol bencílico ha sido asociado con una condición fatal de acidosis
metabólica y disfunción del sistema nervioso central y de los riñones. La forma oral suele
contener lactosa y, por tanto deben prevenirse los pacientes con intolerancia a este azúcar
Interacción
Necesidades aumentadas por: metotrexato, trimetoprima, estrógenos, sulfamidas,
corticosteroides (uso prolongado), alcohol, suplementos de Zn, antiácidos, colestiramina,
colestipol, triamtereno, antimaláricos, sulfasalazina, carbamazepina, ác. valproico,
pirimetamina, aminopterina, antituberculosos.
Disminuye efecto de: fenobarbital, fenitoína, primidona. succinimidas aumentando su
metabolismo y la frecuencia de crisis convulsivas.
En pacientes con carencia de folatos la administración con cloranfenicol antagoniza la
respuesta hematopoyética al ác. fólico.
Otros medicamentos que pueden afectar de forma adversa a la absorción o metabolismo del
ácido fólico pudiendo producir estados de deficiencia de folato son: suplementos de cinc,
antiácidos, colestiramina, colestipol, triamtereno, antimaláricos, sulfasalacina,
antituberculosos.
Efectos adversos
Trastornos del sistema inmunológico: Raros: alteraciones alérgicas y de hipersensibilidad
individual como eritema, prurito, erupciones exantemáticas, malestar general y espasmo
bronquial. Frecuencia no conocida: reacción anafiláctica.
Trastornos gastrointestinales Raros: Anorexia, náuseas, distensión abdominal, flatulencia,
diarreas y alteraciones del gusto (sabor amargo).
Trastornos psiquiátricos Raros: Alteraciones neuro-psiquiátricas como alteraciones del sueño,
excitación, alteraciones cognitivas, agresividad, depresión mental y confusión
Uso en embarazo
La mujer embarazada debe recibir cantidades suficientes de ácido fólico en la dieta o mediante
suplementación. La deficiencia en ácido fólico no inducida por medicamentos o por un
metabolismo anormal de los folatos, está relacionada con la ocurrencia de defectos en el
nacimiento y algunos defectos en el tubo neural. La interferencia con el metabolismo del ácido
fólico o la deficiencia en folatos inducida por medicamentos como los anticonvulsivos y
algunos antineoplásicos al inicio del embarazo da lugar a anomalías congénitas. La falta de
ácido fólico o sus metabolitos puede ser también responsable de algunos casos de aborto
espontáneo y retardo del crecimiento intrauterino.
Uso en lactancia
El ácido fólico se elimina de forma activa en la leche materna humana. La acumulación de
folatos en la leche tiene preferencia frente a las necesidades maternas de los mismos. En el
calostro, los niveles de ácido fólico son relativamente bajos, pero en la continuación de la
lactancia, los niveles aumentan. No se han observado reacciones adversas en lactantes cuyas
madres estaban en tratamiento con ácido fólico.
BIBLIOGRAFIA: