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psiquiátrica a la
epidemiología
en salud mental:
el sufrimiento psíquico
como categoría clave
Ana Cecilia Augsburger1
Resumen Introducción
El presente artículo busca analizar los criterios y las
categorías utilizados para el diagnóstico y
La epidemiología de los pro-
Palabras clave
ñala la Organización Mun-
Sufrimiento psíquico
nos mentales se encuentran
entre los más graves de todas
Key words
las clases de enfermedades
Psychic suffering.
a su cronicidad, a la prema-
turez de su aparición en la vi-
da de las personas, y a la se-
veridad de las incapacidades
1. Psicóloga. Magister en Salud Pública. Investigadora del Consejo de que producen (OPS; 2000).I
Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario (CIUNR). Sin embargo, la gravedad del
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mental.
mayor conflicto disciplinar, buscan-
do simultáneamente identificar y
Abstract
describir el problema como también
avanzar en propuestas tendientes a su
This article examines the criteria and categories used
superación. Los procesos de clasifi-
in the diagnose and classification of mental health
cación de los problemas mentales
problems, considering that they constitute an
son un componente imprescindible
indispensable component in which the epidemic
en el que debe fundarse la investiga-
investigation is founded.
ción epidemiológica en salud mental,
In the first place, it analyses the limitations of the
por lo que las categorías o lógicas
standing taxonomies at international level,
con que se agrupan aquellos deben
emphasizing the notion of mental illness.
ser sensibles y adecuadas a los pro-
In the second place, some of the social
blemas actuales que presenta la salud
transformations are described: those social issues
mental de los individuos y las pobla-
that cross and configure the current problems in the
ciones. En este sentido, las transfor-
field of mental health.
maciones y crisis que atraviesan tan-
It proposes the category of psychic suffering as
to la vida en sociedad como las con-
indicator, with more understanding capacity on the
diciones de vida en el ámbito fami-
re-elaboration of the object of Epidemiology in mental
liar son espacios de generación de si-
health.
tuaciones críticas que pueden contri-
buir a la generación de padecimiento
psíquico, por consiguiente deben
construirse categorías que las descri-
ban adecuadamente, sin considerar-
las necesariamente en términos de
patologías.
Por otra parte, la coexistencia de
diversos marcos conceptuales para
comprender y explicar la génesis del
sufrimiento psíquico y de la enfer-
medad mental, ubica el diseño de las
herramientas diagnósticas y la defi-
nición de lógicas o criterios de clasi-
ficación de los problemas de salud
mental como un campo de amplias
controversias teóricas y técnicas. El
establecimiento y la utilización de
las taxonomías vigentes a nivel inter-
nacional está estrechamente ligado a
las posibilidades y límites de desen-
volvimiento de la epidemiología en
salud mental, y a la producción de
información epidemiológica en los
contextos locales.
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La clasificación de los
De la epidemiología psiquiátrica a la epidemiología en salud mental: el sufrimiento psíquico como categoría clave
problemas de salud
miento particular (por ejemplo la
mental: de la
muerte de un ser querido). Cualquiera
sea su causa, debe considerarse como
enfermedad mental al
la manifestación individual de una dis-
sufrimiento psíquico
función comportamental, psicológica o
biológica. Ni el comportamiento des-
viado (político, religioso o sexual) ni
El proceso de clasificación de las en- los conflictos entre el individuo y la
fermedades mentales es un compo- sociedad son considerados trastornos
nente necesario en el que debe fundar- mentales. Son los mismos autores res-
se la investigación epidemiológica en ponsables de la clasificación quienes
el campo de la salud mental. Una cla- confirman la multiplicidad de signifi-
sificación de enfermedades se define cados con los que el trastorno mental
como un sistema de categorías a las se ha comprendido: malestar, descon-
cuales se asignan entidades mórbidas trol, limitación, incapacidad, patrón
de acuerdo con criterios preestableci- sindrómico, etiología o desviación es-
dos. El propósito que le da origen es tadística. Cada uno de ellos puede ser
permitir el registro sistemático, el aná- un indicador útil para un tipo de tras-
lisis, la interpretación y la compara- torno mental, pero ninguno equivale al
ción de los datos de morbilidad y mor- concepto. También sus redactores sos-
talidad recolectados en diferentes re- tienen que la distinción entre trastor-
giones o países, y en distintos momen- nos “mentales” y “físicos” es desafor-
tos históricos. tunada, pero no ha conseguido reem-
En el dominio específico de los plazarse por una más adecuada. Estas
problemas de salud mental las norma- dificultades por ellos señaladas se ubi-
tizaciones existentes con mayor desa- can como un punto clave en la tarea de
rrollo y difusión se organizan sobre problematizar las categorías utilizadas
una descripción taxonómica de las en- para describir y clasificar los proble-
fermedades mentales con base en la mas de salud mental.
nosografía psiquiátrica. Con ese com- A lo largo del tiempo se han forma-
ponente disciplinar se elabora el capí- do diversas ideas y nociones acerca de
tulo V de la Décima Clasificación In- la salud y de la enfermedad mental,
ternacional de Enfermedades y pro- también se han construido explicacio-
blemas relacionados con la salud que nes heterogéneas sobre las formas en
reúne los llamados trastornos menta- que las mismas se generan. Los gru-
les y del comportamiento y también la pos sociales han consensuado y siste-
elaboración posterior de la Asocia- matizado modalidades propias de co-
ción Americana de Psiquiatría, cuya nocimiento sobre la enfermedad y la
última renovación es conocida como salud configurando un conjunto de no-
DSM IV. ciones y representaciones sobre esos
En ambas taxonomías la categoría objetos. Esos conocimientos y nocio-
central que organiza el proceso clasifi- nes, propios de un momento histórico
catorio es la de “trastorno mental”.II,III particular, organizan tanto un saber
Su definición alude a un sindrome o popular, resultado de prácticas cotidia-
patrón comportamental o psicológico nas, como un cuerpo teórico y concep-
de significación clínica que aparece tual entramado en prácticas profesio-
asociado a un malestar (dolor), a una nales específicas. En este marco, el
discapacidad (deterioro en una o más campo de la producción científica de
áreas de funcionamiento) o a un riesgo los objetos designados como salud y
significativamente aumentado de morir enfermedad acumula desarrollos mu-
o de sufrir dolor, discapacidad o pérdi- chas veces contradictorios y antagóni-
da de libertad. Además este sindrome o cos. Los obstáculos teóricos que pare-
padrón no debe ser meramente una res- cen estar presentándose conducen a
puesta cultural aceptada a un aconteci- que diversos autores coincidan en se-
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De la epidemiología psiquiátrica a la epidemiología en salud mental: el sufrimiento psíquico como categoría clave
mente las psicosis, emergen nuevas Por otro lado, la distinción que pro-
formas de expresión del sufrimiento pone entre malestar y enfermedad per-
psíquico. Las dificultades para enamo- mite atender asimismo a las conse-
rarse verdaderamente, los infortunios cuencias sociales que produce una de-
de la vida en pareja, la insatisfacción signación. El proceso de etiqueta-
general con las vidas actuales, el fra- miento que la enfermedad produce
caso o la frustración en el ámbito del (diagnóstico) le confiere un destino
trabajo, la soledad o las dificultades dentro del conjunto social, y ese desti-
para relacionarse con los otros, confi- no desliga el sufrimiento del proceso
guran un conjunto de nuevos proble- que le dio origen.
mas subjetivos que no pueden resol- Desde la perspectiva del psicoanáli-
verse ensanchando las clasificaciones sis, Freud va a utilizar la noción de su-
nosográficas. frimiento para describir las situaciones
Sobre la base de considerar que la que conspiran para que los hombres al-
producción de subjetividad está en- cancen la felicidad. Freud formula una
marcada en condiciones históricas y pregunta aparentemente modesta:
culturales concretas, este autor postula ¿Qué fines y propósitos de vida expre-
la necesidad de comprender el sufri- san los hombres en su propia conduc-
miento psíquico en función de las ta, qué esperan de la vida y qué preten-
cuestiones atinentes al ser y a la exis- den alcanzar en ella? Y afirma que no
tencia, y no según el modelo médico puede equivocarse la respuesta: los se-
de enfermedad mental. res humanos aspiran a la felicidad,
Desde otra perspectiva, marcada por quieren llegar a ser felices, no quieren
el interés en las patologías de género, la dejar de serlo. Sin embargo, tal fin no
psicoanalista M. Burin propone proble- se presenta fácilmente accesible.
matizar la noción de salud-enfermedad. En el Malestar en la cultura sostie-
En función del análisis de las proble- ne que el sufrimiento amenaza a los
máticas de la salud mental sostiene que hombres desde tres sitios diferentes:
el modelo clásico de concebir la salud desde el propio cuerpo, sujeto a la de-
y la enfermedad, de distinguir entre lo cadencia y finitud, desde el mundo ex-
normal y lo patológico, no permite ana- terior, desde las fuerzas de la naturale-
lizar el impacto que las condiciones de za que pueden ser destructoras e im-
vida de las mujeres producen sobre los placables, y desde los vínculos con
modos particulares de enfermar. Intro- otros seres humanos. Afirma que esta
duce entonces un tercer término, el de última fuente de sufrimiento es quizás
malestar, como una noción intermedia, la más dolorosa. Así, los espacios de
a medias subjetiva y objetiva, externa e pertenencia social, la integración a una
interna a la vez, que no refrenda la se- comunidad de intereses y afectos con
paración entre sano y enfermo, entre lo los otros, quedan signados por la para-
normal y lo patológico. doja de ser simultáneamente proveedo-
El malestar es analizado en térmi- res de garantías y seguridad a la par
nos de conflicto y descripto como una que centro de producción de dolor y
situación contradictoria, incompatible sufrimiento. “No podemos entender”,
entre sí, que puede ser registrado por dice Freud, “la razón por la cual las
el sujeto tanto en forma consciente co- normas que nosotros mismos hemos
mo inconsciente. En este último caso creado no habrían más bien de prote-
el sujeto percibe la tensión o la ansie- gernos y beneficiarnos a todos”.IV
dad pero no conoce ni discrimina los Las demandas actuales que recep-
términos que producen el conflicto. ciona el campo de la salud mental pue-
Según esta autora, el malestar debe den ser incluidas en tres grupos dife-
considerarse como un hecho social, rentes.V Las de aquellos que se des-
buscando sus orígenes en las leyes marcan de los comportamientos socia-
culturales que imponen condiciones les aceptados (drogadictos, psicóticos,
opresivas a las mujeres. etc.); los que por distintas razones fra-
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comprensión de los
mayor riesgo de enfermar en función
de su pertenencia a un grupo etáreo o
problemas actuales
al atravesamiento de un ciclo vital (ni-
en el campo de la salud
ños, adolescentes, ancianos, etc.). Es-
tos conjuntos de demandas pueden in-
mental. El caso
cluirse en el campo de las experiencias
de Rosario (Argentina)
del sufrimiento humano y requieren
ser pensadas en el seno de las relacio-
nes sociales en que se generan, sin ne-
cesidad de ser traducidas a la lógica de
procesos patológicos. Proponer en el La precariedad e incertidumbre que carac-
terreno de investigación epidemiológi- teriza la sociedad actual, el sentimiento
ca la distinción entre sufrimiento y pa- permanente de inseguridad constituye una
tología y la priorización del concepto nueva forma de padecimiento que se carac-
de sufrimiento permite otorgarle visi- teriza por la aparición de una angustia di-
bilidad y reconocimiento a situaciones fusa y apremiante
de afectación de la salud mental que Pierre Rosanvallon
han permanecido opacadas.
Al mismo tiempo, esta distinción Para profundizar en la comprensión de
reubica aspectos centrales que plantea las formas actuales que adquiere el pa-
la especificidad de los problemas ati- decimiento subjetivo es necesario ob-
nentes a la salud mental. Por un lado, servar la realidad, interrogando las
evita considerar los conflictos que de- nuevas formas culturales que presenta
vienen de la vida cotidiana y de las in- y los cambios profundos que trae apa-
terrelaciones sociales, en términos de rejadas en los modos de relacionarse y
patologías. Las condiciones concretas vincularse socialmente. Las transfor-
en que se generan los padecimientos le maciones sociales y la impronta con
otorgan a estos un carácter procesual e que ellas marcan las nuevas modalida-
histórico que no queda expresado en des de conformación de la subjetivi-
las clasificaciones mórbidas; y cuya dad, son una vía legítima para aprehen-
utilización conduce a una patologiza- der tanto las perspectivas actuales co-
ción de las situaciones cotidianas. La mo futuras que atañen a la salud men-
emergencia del sufrimiento psíquico tal a su conservación y a su deterioro.
no conduce necesariamente a la enfer- Indagar en torno a la subjetividad
medad, puede tanto precederla, como consiste, tal como señala Galende, en
ser divergente de ella. interrogar los sentidos, las significa-
Por otro lado, el sufrimiento permi- ciones, y los valores éticos y morales
te incorporar la dimensión subjetiva que se producen en una determinada
del padecimiento, perspectiva sin duda cultura, los modos como los sujetos se
ausente en la nosografía clásica. La apropian de ella y la orientación que
percepción y enunciación de malestar efectúan sobre sus acciones prácticas.
por parte de un sujeto puede no estar “No existe una subjetividad que pueda
acompañada de signos o síntomas dis- aislarse de la cultura y de la vida so-
cernibles por terceros. El avance del cial, ni tampoco existe una cultura que
conocimiento sobre el cuerpo humano pueda aislarse de la subjetividad que
y de sus formas de reparación no pue- la sostiene. Esta mutua determinación
de sustituir la percepción y expresión —en verdad mutua protección— debe
de un sufrimiento que se rige con ser nuestro punto de arranque, ya que
coordenadas distintas de las que mar- la subjetividad es cultura singulariza-
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que cambia
la producción cultural).VI
En el proceso de construcción de un
sujeto se requiere de un extenso pasa- La familia, como reservorio de los
je que va desde las formas más gene- vínculos sociales más íntimos y como
rales de la especie y la cultura, inter- espacio de cuidado, socialización y
mediadas por formaciones institucio- protección de los seres humanos, ofre-
nales socio-históricas, hasta la apro- ce un ámbito de contención y sostén
piación y reconstrcción singular hecha social. La pertenencia familiar otorga
por cada ser humano. al individuo una historia, lo incluye en
La familia, la escuela y el trabajo se una genealogía que opera como sopor-
presentan como instituciones fundan- te de la constitución identitaria. Sin
tes de la subjetividad y productoras de embargo, diversos estudios e informa-
relaciones sociales concretas. Las vio- ción actuales estarían indicando muta-
lentas transformaciones que ellas es- ciones que tienden a la fragilización
tán atravesando dejan su impronta en del vínculo familiar.
la subjetividad y ubica a estas institu- Si por un lado la crisis de la familia
ciones como el escenario donde el su- tradicional ha democratizado la fami-
frimiento humano se hace presente. La lia patriarcal tendiendo hacia formas y
familia, la escuela y el trabajo no relaciones que permiten, en algunos
constituyen, en el plano de los proble- grupos sociales, una mayor libertad de
mas de salud mental, un contexto o las mujeres a partir de una redistribu-
paisaje externo al surgimiento de los ción del poder y de las funciones; por
conflictos, sino que, por el contrario, otro, se instituye un proceso de labili-
se presentan como el ámbito social en zación y fragilización de los vínculos
el que se gestan y despliegan los mis- a partir de los cuales no se constituye
mos. Los procesos de producción de una nueva forma sino que se fractura
subjetividad están internamente liga- la existente.VII Al interior de la familia
dos a ellos en forma tal que no pode- mutan las formas de relación y se des-
mos pensar en instituciones sin sujetos vanecen las referencias entre genera-
ni en sujetos sin instituciones. ciones y entre los sexos. Las formas
En diversos textos psicoanalíticos, tradicionales tienden a alterarse des-
Freud enfatiza los mecanismos que cribiendo situaciones de ausencia de
empujan a los seres humanos a reunir- uno de los padres, generalmente el
se y a formar comunidades e institu- hombre, de hijos repartidos en dos ho-
ciones, que imponiéndose a las aspira- gares, o conviviendo con nuevos cón-
ciones de satisfacción pulsional inme- yuges de sus padres y cada vez más de
diata del individuo, les proporcionan la mujer asumiendo una doble ocupa-
un ordenamiento social que brinda se- ción, dentro y fuera del hogar. Situa-
guridad para todos. Los escritos de ciones estas que estarían contribuyen-
Psicología de las Masas, El Malestar do a fragilizar los lazos sociales que se
en la cultura y Totem y tabú enfatizan establecen en su interior.
la función de las instituciones sociales Algunos datos se constituyen como
como reguladoras de las relaciones y indicadores de esa situación. En los
productoras de subjetividad. sectores más pobres de la Argentina
Estos tres espacios sociales, que casi el 45% de las familias tienen co-
cumplen un papel central en los proce- mo cabeza y sostén a una mujer.VIII En
sos de subjetivación, se hallan hoy en un sector asalariado tradicionalmente
profunda crisis. Del análisis de las hegemonizado por mujeres, como el
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La incertidumbre
dumbre, imprimen un quiebre en la
subjetividad.
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La crisis de la institución
educativa y los problemas
viesan. Son estas transformaciones las
que producen, como uno de sus efec-
en la infancia
tos más perversos, la exclusión social.
Sin embargo, restringirse solo a esta
sería simplificar el problema. La tercera institución nodal para com-
En Rosario, casi el 50% de los tra- prender los problemas actuales del
bajadores asalariados no tiene cober- campo de la salud mental es la escue-
tura social o la tiene en forma incom- la. Ella ha sido tradicionalmente, y
pleta. El 42,3% de ellos no tiene afi- continúa siéndolo, un agente privile-
liación sindical, espacio gremial de giado de socialización. El proceso de
pertenencia y un 30% son sobreocu- socialización es comprendido como
pados (personas que trabajan más de un momento de la relación que el
45 hs. semanales).XVII Estos datos son hombre mantiene con la realidad que
elocuentes a la hora de hacer visible le es externa. Indica esa dinámica me-
la precarización del trabajo y van diante la cual la realidad se internaliza
configurando un nuevo mapa social en los sujetos, esto es, se vuelve reali-
que incrementa las desigualdades es- dad subjetiva.
tructurales y le superpone un núcleo La escuela disciplina, es decir, con-
de desigualdades dinámicas que son, forma valores e impone hábitos y nor-
en el lenguaje de los economistas, in- mativas que regulan y contienen las
tracategoriales. conductas humanas transformándolas
Las situaciones diferentes, respec- en conductas normalizadas. Si bien
to al empleo o al desempleo dentro de mucho se ha cuestionado la función
un mismo grupo social, tiene efectos normalizadora de la escuela, vale de-
persistentes. Qué sucede con un pe- cir en su favor que en la medida que
queño empresario en quiebra, con un instaura un orden disciplinador, limita
ejecutivo despedido, con un trabaja- y frena los impulsos y las pasiones in-
dor calificado que debe desempeñar dividuales permitiendo reconocer(se)
un trabajo de baja calificación y en en un espacio colectivo y de regula-
forma precaria. La descalificación so- ción de las relaciones sociales.
cial y laboral puede ser vivida de una En el proceso de socialización, re-
manera particularmente penosa en ferenciada como la formación de un
quienes han conocido y tenido una “ser social” pueden distinguirse dos
inserción diferente. momentos, uno de socialización pri-
Estas desigualdades no producen maria y otro de socialización secun-
solo el descenso del ingreso o las dife- daria. La socialización primaria, que
rencias económicas —es el efecto más abarca los primeros años de vida,
visible—, sino que producen una rup- queda en manos fundamentalmente
tura de los espacios de pertenencia, de la familia, mientras que la segunda
una sensación de victimización que transcurre básicamente en la institu-
perturba la representación que se tiene ción escolar.
de sí mismo. Se fragilizan los espacios Las funciones de la escuela son re-
de referencia y pertenencia social y no conocidas a partir de la distinción,
es posible construir nuevos espacios usualmente aceptada, entre instruc-
ya que se mantienen las pautas cultu- ción y educación. Mientras la primera
rales y valorativas de aquel primer tiene que ver con el desarrollo de ha-
grupo de pertenencia. bilidades y la adquisición de conoci-
El resultado de estas rupturas o mientos e información, se reserva para
quiebres de la trayectoria laboral con- la segunda el proceso de transmisión
figura situaciones difíciles de aceptar de valores y actitudes vinculadas a la
y mucho más difíciles de tramitar psí- formación integral de los individuos
quicamente por cada individuo ya que en tanto sujetos sociales dotados de
ponen en crisis no solo su nivel de vi- identidad y autonomía. Estas dos fun-
da sino su identidad. ciones oficiales de la institución esco-
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Deconstruyendo el obje-
ámbito de la salud.XVIII Una perspecti- (Oyola, 1994; Jay Green, 1988).
va de comprensión, explicación y
to de la epidemiología
abordaje de los problemas educativos
en salud mental
centrada en el individuo que invisibili-
za el proceso de producción y condi-
cionamiento social de esos problemas.
La individualización opaca las raíces Las concepciones dominantes de la
institucionales, sociales, culturales y enfermedad mental como afecciones
económicas en las que el problema se intrapsíquicas y con manifestaciones
genera y contribuye a responsabilizar de naturaleza individual, llevan a que
al sujeto al estigmatizarlo con una ase- los procedimientos diagnósticos se fo-
veración diagnóstica. calicen exclusivamente en los indivi-
El fracaso en la escolarización de duos, destacándose el compromiso
los niños produce diversas consecuen- singular por sobre elementos de índo-
cias. En primer lugar se puede señalar le familiar, social, relacional. Tambien
el déficit que resulta en la competen- el diseño de los instrumentos de eva-
cia cognitiva, tanto en el pensar como luación diagnóstica para uso epide-
en el hacer. En segundo lugar, hay un miológico sigue indefectiblemente esa
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trabajando con ella como si esta fuera VIII. Stolkiner, Alicia. Op. Cit.
un existente previo, sin poner en rela- IX. Martínez, D; Valles, I; Kohen, J. Salud y
ción el padecimiento mental con la vi- trabajo docente. Editorial Kapelusz. Buenos
da social y las condiciones de vida. Aires, 1997.
Proponer entonces la distinción entre X. La situación de la mujer en Rosario. Plan
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