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José Ramón Ubieto

Psicólogo clínico y Ps¡coanal¡sta. M¡embro de la


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3
6
JOSE RAMON UBIETO
f
Asociación Mundial de Ps¡coanális¡s y de la Escuela z
Lacaniana de Psicoanálisis. Colaborador docente de E
la Universidad Oberta de Catalunya. É
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§)) rotrontnL uoc lililllilJlllltililllLlll 11 §) tortonrnL uoc


TDAH:
Hablar con el cuerpo
José Ramón tibieto
l)jrcctorcs dc l:i colcccirin: Scgundo N{oyano v.fordi I)lanclla

hn¿ ,\l,ri (l,yltpn. »i tonltar)ert de/ ¿/ruo, ii m\tfirr;anl


l)iscrit¡ dcl libro v tlc h cubicrta: N¿t:\lia Serranr¡

l)rimcra cdicirin: mlyo 2U14


l)rimera rcinrprcsirin: scpticmbrc 2014
Scgrrncla reinprcsirin: ur¡r.icmbre 2()1.1
'l'rrccta rcimprcsión: cncro 201 5
(,Lrirrtl t:imprcsi<in: rlnrzo 2()15
(]uinta rcimprcsirin: mrvo 2[)15

O.Josó li.arnón t-lbicto, dcl tcrto

(O Iidit¡rri¿l tJ(Xi (( )bsta Ll()(l 1)ublishin{:, SLLI), dc csta cdicj(in, 2014


(iran \1i¿ rlc lc:s (lorts (iatalancs, 1i72, 3a planta
0tl()1 8 llercck»rl
h tp://rvt,rvcdt toritlur rc.cont

llcaliz¿cir'rn crlitorial: Natili¿ Scrr¿no


Irnprcsi/rn: I't(x)k Pri¡t i)rgtal, S.,\.

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l)cpósito lcgel; 13 1 l92lt-2074

Ninguna pxfic dc csta publicacirin, incluiclo el disciro gcneral y h cubicrtx,


pucdc scr «;pildq rcproducidl, alm:rccnada o transmitidt dc ninguna ltrrrma,
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_Jacrlucs Lacal

"f).se uterpo no hdlla ¡itto qne gtt*l en .¡i/entio,


e¡e .rilenio qae l;retd ahibuía a /a.r pn/.riowt;
puo in unbargo e¡ ú'0n ese mtpt con tl qtre ¡e hab/a,
a partir de e¡e gl{e findt de tna t'tqpar fadas."
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acques-,\lain N{illcr
AGRADECIMIENTOS

Este libro debe mucho a mr"rcha gentel pacientes, fá-


miliares y colegas. A todos ellos mi agradecimiento por 1o
qlre me han enseñadr¡.
Quiero hacer una mencitin especial al 1)r" Javier Petei-
ro, jefe de la Sección de Ilioquímica del Cornplcjo Ilospi-
talario de A Coruña y autor tle I j/ ¿rutoritarisrno de ntzJico, por
sus infc¡tr¡aciones acerca de los estucüos neurobiolcigicos
y genéticos del IDAI I, por su hurnc¡r v rigor científico.
Al Dr. Joan-Ramon Laporte, catedrático de Farmacología
(tlAB); jefe del Servicio de Farmacología Clinica (llospi-
tal Vall d'I{ebron) y director de l¿ lrundació Institut Catali
de llarrnacologia, por su amplio conocimiento 1, sus ob-
scfi,aciones sobre el efecto de krs fármacos en el abordaje
del'I'DAII. Al Dr. Josep Nrtoya, di¡ector del OSAN{CA|I'
(Observatorio de Salud Nlental de Cataluria), por sus aná-
lisis críticos sobre el constructo del T'D;\I{ y sus investl-
gaciones. A Francesc Vili, psicoanalista y clirector socio-
sanitari<¡ de la Fundaci<i Cassii [ust, por sus comcnraric¡s
y sus precisiones clínicas y la amistad que comparumos.
ÍNorce

INTRoDUCctótri........... .........13

1. TDAH: CONSTRUCTO Y PATOI-OCfA ..................... I 9


I]reve historia del TI)¡\I'L............................. 21
Criterios cliagnósticos ............25
Aspectos etiológicos .............. 34
Paradojas "'digitales" de la arención ,........... 43
La venta del'fDA}:l ............... 47

2. ABORDAJES TERAPÉUTTCOS DEL TDAH ........... 55


'I'ratamiento farmacológic<.r .......................... 59
Consultas y asesoramiett<¡ a los padres .............................. 70
Trabajo en red: atención sociai, educ¿ción y salud ........... 7fl
Cómo darse el tiempo de escuchar a los niños
y adolescentes hiperactil'os .............."............ 87
Caso 1: '-IACI{E" ..............90
Caso 2: "DESPIS'IADO" ................. .......94

3. PERSPECTIVAS Y CONCLUSIONES .................."..... 99

BIBLrOGRAFÍA............... ...... 103

t1
INTRODUCCIÓN

Pensar hov la hiperactividad exige pensar el uso que


hacemos del tiempo en nuestra vida cotidiana. l-os sc¡ció-
lo¡¡os Zygmunt Rauman o lUchard Sennett nos han hecho
una deconstucciixr minuciosa, rnostrando que el tiempo
hiperactivo es un discurso que impregna el conjunto de
ilrestr¿s vidas. Dr¿ allí que ese signiñcante, hiperactiuid,ad,
nc¡mbre hoy r¡¡166ur de nurestras dificultades.
Si partimos de la tesis que un discurso consr-ituyc una
mc¡dalidad de lazo social, la hiperactir,.idad se revela hoy
como el significante amo de un discurso que define una
nueva manera de vincularse al "otto" (I-acan, 1992). Una
manera contemporánea de responder cr.¡n el cuerpo a la
presencia del "otro", sea bajo ia forma verborreica del
nirio que no hace sin<¡ interrumpir al profesor/aduito, o la
desatenta de ignora.do. En los dcis casos podemos lrer una
modalidacl del r,ínculo que nos habla de una dificultad cre-
ciente de la palabra para regular io que se agita en el cuerpo.
Tbdo síntc¡ma tiene su envoltorio formal ligado a las
condiciones discursivas e históricas en las que toma clrer-
po. La categoda f'DAFI (trastorno por cléficit de atención

t3
con hiperactividad) se configura como Lrna "clase" capaz Eso implica que dejamos el cuerpo almndonado a su sa-
de "fal¡ricar mundos" en el sentido <¡ue da a este térmi- tisfacción autoerótica confiando en que éi encontrará su
lc-, el filósofo v iógico Nelson Goodman (1990). llara él propia regulación.
una clase, deiinida a partir de los miembros que incluye y La realidad en cambio nos muestra que ese satisfacer-
de sus rasgos ccrmunes, tiene la capacidad de reconfigurar se sin otro lírrrite que la resistencia del crierpo, hasta que
nuestro pasado, delinir el presente v anúcipar el futuro. aguante o explote, nos conduce a un callejón sin salida e
}-in ese sentjclo crea un nllevo mundo a pttrtir de la clase incluso a la muerte, como le sucedió al aspirante ruso al
misma. lls por eso por 1o que el 'IDAI{ tiene hol,, más título mundial de sauna, Vladimir l,adyschenski, que en
allá de su Lrso clasifrcatorir¡ cn psicopat<>logía, el po«Jer de agosto del 2010 sufrió un colapso y falieció en el mismo
nombrar el malestar en la inf¿ncia y la adoiescencia, r¡ aho- lugar de la cornpetición úas alcanzar la final.
ra tamllién en l<¡s adultos. Otro dato reciente: las muertes por suicidio eatre los
Preteucier reducitlo -como se hace a veces- a ulta mi.litares norteamerican«;s, jóvenes ql¡e someteri su cuer'
versión desubjetivada del sufrimiento humano, a un tras- po al rnáximo rendimiento, va superan las bajas por com-
torno en el cual no harí¿ falta escuchar al sujeto, es una bate. IguaLnente es conocido el tráfico de an¿bolizantes
ilusión. porque h repdmido -aquí ia subjetividad del ser en estos mismos ejércitos, cc¡nsurnidos por estos jóvenes
hablante* no cesa de manifestarse y expresarse. que desean hacetse un cuerpo musculad<.r.
Usamos a menuclo el dich<; coloqr.rial "1o hace para lil imperativo actual del funcionarniento y Ia optimiza-
llamar la ¿tención", f ese drcho ,va muestra cí>mo en ese ción dc las c()mpetcncias aparcce corn() un pragrnadsmo
movimiento hay palabras apresadas en el cuerpo, palabras radical aplicado a 1a "gestión" de1 cuerpq concebido como
ausentes. Fln cierto modo c-.s así, hay una dimensión de una máquina, conectado siempre en oa plille4 200(>). liste
aúinQ owl en muchos de esos niños, un actuar sin palabras funcionamiento, basado en el empuje a la satisfacción in-
pero rio sin la relaci<in con el otro: adulto, profesor, com- tnediata, inter6ere directarnente en el víncul<> educativo.
pañero. Por tanto, ese acruar nos incluye. Al¿n Schwarz, redrctor de salud derl Nsa, \brk Tirue¡,
La fórmula tradicional para estar atentos y quietos re- señaia, en un interesante artículo scibre el'II)AI-I, el us<r
sultaba de mezclar el ideal de esfuerzo, la disciplina cor- creciente de los psicoestimulantes efl niños procedentes
poral d«:l ejercicio fisico, la presencia de una autoridad re- dc barrios desfavorecidos *y quc presenran dificultades
conr¡cida (padre/maestro) v la garantía de clue en el futuro escolarers (bajos aprendizajes y problemas de conducta)-
habria una recompensa en forma cle ascenso social. Esr¡ como estímulo de mejora, inclependiertemente de si cum-
anudaba la palabra al cuerpo. plen i: no erl diagnóstico. f)e hccho, much<¡s de los pedia-
F{oy vil'imos en otra época, la del consumo generaliza- tras y psiquiatras consultados adrniten que los prescriben
dq caracterizada por un ernpuje al goce instantáneo ccrmo por ser la fórmula más sencill¿ y económica5 y que cuentan
la vía regia de la búsqueda de la exceiencia y la felicidad. para eik;, en la rnayoría de los casos, cotl el cotrscntirrrien-

1,4 r5
to y la dernanda de las lhmilias. "Ilem<¡s decidido, como sin esa idea tan actual c1e que corrienclo, sin parar, podría-
sociedad, (lue es dcmasiado caro modjlicar el entorno de mos evitar la pérdicla del tiempo. Cultivamos la ilusión cle
estos niiios, asi que mejor modificafllos a los nirios" (M. que sumando actividades, exttaescr:lares v extralaborales,
Anderson, pediatra clel Cherokee Count1,, Atlanta)r. llenaremos todos los vacír¡s de nuestras r,'idas. No es, pues,
'I'enemns pues el eje del tiempo hiperactivo, que
pensable el cteciente fen<imen<¡ cle la hiperactividad -que
iucluye la prisa y la inquietud, io que se mueve sin pa- itrcluve las dificultades de detención del sujeto- sin esa
rar, pero al mismo tiempo hay algo fijo, algo que tie- dirrensión dcl aprestrramiento y el multirasking, pr.opia y
ne que vcr con la satisfacción de la repetición. Junto a aceptada sociahncnte en nuestra época.
la dispersión y el movimiento del'I'DAII encontramos,
en los mismos niños, una ñieza, algo a lo c¡ue no pue-
den dejar de atender, como veremos en las r.iñetas clí-
nicas tnás adelante. Iis conc¡cido también cómo mu-
chos dc estr¡s niños pueden pasar horas pegados a una
pantalla (internet, móvil, videojuego), mostrando así
una hiperateflción en una tafea que sea de su interés.
Para tcrminar esta introducción, cabe indicar que hoy
tenemos también una versión adulta del'I'DAI-I, clue in-
cluye en su calegoría el estrés como patología contem-
poránea de la prisa. Y junto a estas manifestaciones del
exceso de actividad, no hay clue oh,idat aquellos niños y
adolescentes hipoactivos, que pasan clesapercibiclos por su
timidez, inhibición e incluso "fc»l¡ia social". A veces, años
después, teflemos noticias de ellos cuzrndo esa posición se
vuelve conflictiya y se manifiesta en ttastornc¡s de conduc-
ta, en ocasiones graves, corno ha ocurrido en al¡¡unas de
las matanzas juveniles cscolarcs, pt<>tagonizaclas por estos
chicos "discretos".
I lemos empezado refiriéndonos al tiempo porque es-
tas patokrgías del cuerpo hiperactivo no serían pensables
[ ,\lan Schtarz. ",\Itcntion l)isortl<:r or Not, l)ills to I lclp in School". N¿rz ]7¡*
'l
)zzrr¡ celicirin dcl 9 dc octr"rbrc dc] 201 2. htg://rvrv§rnvrrrilcs.com/2o12/10 /tt9 /
hcalth/airc¡tion tlist¡rrlt:r-r¡r-nr¡t-chiltlrcn-prescribccl-pills-t,r-hclp-in-schixrl.ht-
rrl?pagervmtctl=r1l&_r=0. (lonsul¿rdo cl 23 dc maz<¡ dcl 201.1.

1i
1. TDAH: CONSTRUCTO Y PATOLOGÍA
I-as manifestaciones más importantes del padecimien-
to psíquico de los niric-rs del s.XXI giran en tornci a Ia es-
cuela y los aprendizaies. Lo cual no tiene nada de extraño,
ya que la escuela es su principal foco socializador, tanto
por 1o que se refiere a la adcluisición c{e conocimientos y
de hábitos como a la interaccióo social con sus semejantcs.
Buena parte de este sufiinüento está ligado a los apren-
dtzajes y a la relación que mantienen con el srbeq que rlo
siempre es fácil, y marcada por un deseo y un consenti-
miento en aprender. tincontramos dificultades reiacic¡na-
das a la carencia de recursr.¡s personales o déficits cogmiti-
vc,s, dificultades vinculadas a la atención y concenmación
y a veces rechazct directo de los aprenclizaies (absentismo).
Algunas de las dificultades en el ámbito escolar toman
la f<rrma del denominado fDAII, diagntlsticcr clue srrvc
en truchos casos como cajón de sastre, que incluye ver-
daderas dificultades de atención vinculadas a conductas
hiperactivas y otfas fespuestas con etiología diferente.
Por eso hov resulta funda¡rental responcler a la pre-
gunta: ¿A qué llarnamos hiperactir.,idad? ya que asistimos a
una proliferación de etiquetas diagnósticas, accimpañadas

18 19
de meclicación, que ad<;uieren ya visc,rs de epidemia. Bas- Com«: reconoce la propia "(luía de práctica clinica
ten alp¡"rnos clatc¡s recientes: un 200,á cle niños hiperactivos, sobre el trastorno por déficit de atención con hiperacri-
en llstados Ll"nidos, toman ritalina para los problernas de vidad (I'DAFI) en niños 1, adolescentes" ((]PC-IT)AFI),
ccrnducta:. iln e.l Reino Unido, un l0o/o de los niños tienen del lr,{inisterio de Sanidad, los desacuerdos actuaies sobre
algún ttastorno mental y en el 2007 sc expidieron 34 mi- el diagnóstico y ffatamiento del TDAF{ son nllfirerosos:
lloncs de recetas médicas de antidepresivr,¡s. h,n llolanda, "No hay acuerdo en nuestro medio acetca de qué instru-
uno de cada3 niños toma fárrnac<¡s paralahi.peracdvidad. mentos hav que uahzar parz la evaft"ración de niños con
Iin lrspaña más de 250.000 niños (entre el3-7Yo en niños posible TDAI{; también existe controversi¿ sobre los
y adolescentes) los toman. N{lrchos estudios calculan qr.re
cr"iteric.,s que se dcben emplearpaLra su diagnóstico. Ilstas
entre el 30 v el 509'u de los indi¡,,iduos diagnosticados de dificultades en la detección, el proceso cüagnóstico y la
T'DAlt en la infancia sigue con esa sintomatología en la metodología originan amplias vadaciones fueográficas y,
vida Lrdulta. Aun así, ¿lgunos crxpertos se lamentan de que
demográficas), io que cc¡nduce a un infradiagnóstico o so-
s<¡lc¡ el 2096 dc los aclultos, presuntos hiperactivos, y el
brediagnóstico del'I'I)AI I. No existen marcadores bioló-
50% de los niños hiperactivos reciben medicación. Llama
gir:os que nos permitan diagnosticar el'fDi\FI, por io que
la atención que en países c'omo }rrancia y Suecia el uso del
el diagnóstico es clínico. Los instrumentos que se utilizan
neÍilfbnidato, psicocstirnulantc prescdt o p^t^ el TDAÍI, es
habitualmente para la evaluación de los niños, cn quicnes
prácticamente nulo.
se sospecha el trastorno, no siempre han sido validados
El l)r. Oonners, psicirlogo y profesor emérito de la
en la población española. En lo que respecta a las opcio-
Universidad de Duke y uno de los investigadotes y clí-
nicos del 'fDAiI más reconocido mundialrriente, señaló nes tempéuticas coo f,ármacos, existe contrnversia acerca
recientemente, erl una entrevista para el New York'fimes, de si usar estimulantes o n<¡ cstinrulantes corno primera
que el número de niños diagnosticados con'I'DAFI se ha- elecci<in, si la eficacia persiste efl los ftatamientos de más
bía elevado a 3,5 millones (600.000 detectados en 1990). de l2 sem¿nas de duraiión, si es recc.¡mendable suspender
El mismo c¿iificó estas cifras de "un desastre nacicinal de la medicación durante los períodos vacacionales o fines
proporciones peligrosas",,y añadió diversas consideracio- de semana, así corno la duración dei tratamiento farma-
nes en su blog'. El trastorno es ahora, en Ilstados Unidos, cológico"r.
el sep¡undo diagnósuco más frecuente a largo plazo reali-
zadc¡ en niños, muy cetcaya del asma.
Breve historia del TDAH
2lrttp://n'wn.tytimcs.crx¡/2t)'13/fl4/01/httrrth/morc-r1i:rgnoscs-rir-h1.perac-
tivitr--c¡usinq-crxrr:ern.html?_r=1&. (ixrsultldr¡ cl 23 tlc m¿rzo clcl 2()1.{.. I11 T'DAH es, en realidad, una vieja enfermedad con
3 Al)llD Wrrrld: http://adhd,rvodrl.blogspor.com.cs/. (lonsultrrcio rl 23 dc ropajes nue\¡os (tssebbag, 2008). I-a primera refcrencia la
m¿rzo dcl 2()14.
.+ (ll'(l-'l'I)AIL Páq. 3.f

21
eocofltramo$ en el año 1U65 en un artículo titulado "Der la edición del DSNÍ i\L]'R se refirió a esre trastorrlo corl
Sruwwelpeter", donde el médico alemán F{einrich I loff- el término de'fraúorno par deftit de alenúón con hitr>eractiuidad
mafl se refiere a uu niño que no pataba rrurrca v no ltacia (1'DAI"I).
nacla de 1o que se le ordenaba. Más tarde, en 1902, Still En la reciente versión ctel DSN{-V se c¡bservan algunos
y 1}e<lgold realzaron Ias primeras descripciones sistemá- carrbir:s notables, que, como señaia Allen Frances (2010).
ticas, agrupando, bajo 1¿ denominación de síndrome de "junto con ufl marketing extremadamente activo <ie las
lesión cercbral, un conjunto de niños que presentaban c<impañías farmacéuticas, contribuitán a aumentar las
una hiperactivi<Jad importante en el inicio del aprendizaje tasas de 'If)AI{, a un abuso generalizado de medicacio-
escr¡lar. A pesar de que en algunos casos no se pudo esta- nes estimulantes para la mejora de las competencias y a la
blecer ninguna asociación entre hipetactividad ), lesión ce- emergencia de un gran mercado secundario ilegal".
rebral, la idea subyacente era que k¡s síntomas observados Los cambios más notables, que empeorarán el va exis-
eran causados por Llna lesión cerebral. Smith propuso en tente sobtediagnóstico al reclucir significativamente la es-
1926 sustituir el términc, de lesión cerebral por el de lesión pecificidacl del diagnóstico cle f'D¡\II en adolescentes )'
cerebral mínima. aclultos, v producir un flu.io de falsos positivos, son los
lin el añci 19ó3, un grupo cle expertos (Oxford Inter- siguientes:
national Study Gtoup of Child l.Teurology) ptopuso susti-
tuir el término de l¿¡irin terebral mínima por el de di$unúrín ce- ¡ Elevar la edad requedda de comienzc¡ de 7 a 12
rebral mínirua, desplazando la connotación de daño lesional años.
a la de alteración funcional, más abierta a la complejidad . Reducir a 5 el númeto de síntomas reclueridos
neurobiológica cerebral Q,asa, 2008). para adultos.
tinos aric¡s antes, en 1957, Eisenberg introdujo un o Perrnitir ei dragnirsúco de TI)AII ern presencia de
nuevo término, hlperkinetic, para teferirsc a niños cori una autismo, Iisto podría crear la interaccii.¡n de dc¡s
actividad motora excesiva respecto de 1o que se podría lalsas epiclemias, incrementando el uso de cstimu-
considerar normai para su edad y sexo. Iln 1968, el DSM lantes en una población especialmente vulnerable.
iI descdbió la reacción bipercinética de la infancia. En el año . Por últim<¡, el'IDAFI se colc¡có en el capítuio de
1980, con la publicación del DSNI III, se produjo un cam- trastomos del desarrollo neurológico para reflejar
bio importante puesto que se sr.rstituyó el antetior términcr correlatos cerebraies dc desarrollo con If)AIl.
de reacción hipercinética por el de trastorno por déficit de
atención con o sin hiperactividad. llstc¡ comportó poner En esta nueva revisi<1n del DSM-V ya se observa ei
ei énfasis en la carencia de atencióu y en ia impulsividad. I'.DA[I en el adulto, pues hasta ahora se contemplaba
Por <¡tro lado, supuso el uso del término hiperactiuidad en como Lrn trastorno de la infancia. IJna de las principales
strstitución del tétrnino hipu,,ineia. F-inalmente, et cl 2000, manifestaciones en la vida adtrlta es el déficit en ia auto-

22
tregulación emocional, o inestabilidad emocional. Flsto se con la rnultiplicidad y heterogeneidad de los síntomas y
traduce en: con la psicopatología asociacla, así como con la imposibi-
lidacl de encontrar una etiología única ciel trastorno.
. I)éficits en la autoregulación del ar¡rosal frsiológi- I-Iay que recoldar que Ia fenomenología clíuica de la
co calrsado por ernociones intensas. hiperactividad es detectable en uumetosos cuadros psicó-
o l)ificultades en la inh-rbición de conductas inapro- ticos y neuródcos, así como en procesos de duelq mi-
piadas cr) rcspuesta a ernocioncs posiúvas o ne- graciones o adopciones. 'Ihmbién en niños victimas de
gatl\ras. violencia o abuso sexual. De hechq todos los trastorflos
. Problemas par¿ rccefltrar la atenci.ón después de infantiles tienen sobreactividad motora, en algunr,»s casos
emocir.»nes intensas. inducidos pot la rnedicaciótr, como es el caso del uso re-
. Desorganización de la conducta coordinada cn guiar del Ventoiín en niños asmáticos.
respuesta a una ilctivación emr¡cional. Se acepta comúnmcrnte que los primeros síntomas
(edad preescolar) corresponden a la hiperactividad y que
Ilasta al'rr¡ra (DSN{ I! no existía la considcracií-¡n luego, cotr la entrada a la escuela, se constatan las dilicul-
diagniistica clel 'IT)AFI adulter, sino que los criterios cn tades de atención que son las clue continúan en la adc¡-
los que se bas¿tr los clínicos para diapgrosticar este trastor- lescencia y vida adulta ya que la hiperactividad disminu-
no eran los empleados para la población infanto-juvenil. ye con el paso del tiempo hasta desaparecer, sin que ello
\h Barklel, (2009) allticipó la necesidad cic limitar a nueve sea attibuible a la medicacióni: "lista disrninución de los
síntomas io que se necesitaba para cladlicar con prccisión síntomas de hiperactividad-impulsividad no es la conse-
a los adultr¡s con'IL)AII. Iintre ellos, ni un solo síntorna cuencia de la meclicación u otro tratarliento, sino que es
de hiper:actividad demosttaba utilidad diagnóstica, conclu- posiblc que sea el'olutiva".
yendo que "podría existir un coujunto mejor de síntornas
para identificar a los adultos con TID¡\II que el que se
utlltza para lc¡s niñr:s". Propone la supresión dc la eclad cle Criteri«rs diagnósticos del TDAH
inicio dejándola en "algún punto de la infancia a la ad<¡-
lescencia", lo que permite un más ampiio diagnóstico e El trastorno por déficit de atención con hiperactividad
inclusivr: de lc,s adultos, donde predominaría la impulsivi- está constituido por tres síntomas nucleares: el déficit de
dad,v la dcsatención. atención, la hiperactividad y la impulsividad. ;\ctualmente,
T)or <ltra partc. siguc sin cxisür un conscnso ni una a la espera de que se implemente en h,spaña el nuevo manual
regulación en krs rnedicamentos indicados para el tema, del DSM-V (previsto para mediados del 2014), el diagnós-
sobre la posología ¡rara la edad adulta. tico se hace siguiendo los criterios del DSN{ I\'-lR (;\me-
ilbdos estos cambios se pueden relacionar con la ca- 2000) y de 1a CIH-10 (oN{S).
rencia de criterios diagtósticos objetivos homogéneos,
:fgl:l:!-itl.Association,
5 (;l(l-'il)AI t, pág 53.
EI DSN{ idenrifica tres grupos de síntomas fundarnen- fuerzo mental sostenido (como trabajos escolares
taies e incluye el'IDAFI en la categoría de los trastornos o domésticos).
clel compofiamiento perturbador, juoto con el trastorno A menudo pierde objetos necesarios para llevar a
negativista desafiante y el trastorno disociai. cabo tareas o actjvidades (p. ej., iuguetes, ejercicios
Los criterios establecidos por el DSM IV-'IR son los escolares, lápices, iibt<¡s o herrarnieotas).
siguientes: A menudo se distrae fácilmente por estímulos
itrelevantes.
A) (1) o (2) A menudo es descuidado en 1as actividades diarias.

(1) Seis o más cle los siguientes síntomas de déficit de 2) Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactivi-
ateución han persistido al rnenos dur¿nte (r meses con uria dad-impulsividad han petsistido ai menos durante 6 me-
intensidad que es desadaptativa e incohetenre en relación ses, con una intensidad que es desadaptati¡ra e incohercnte
c<¡n el nivel de desarollo. en relación con el nivel de desarrc¡llc>

Défrcit de atención: l{iperactivídad:

. A menudo no presta suficiente atención a lc¡s deta- A menudc¡ mucye en exccrso manos o pies, o se
lles, comctiendo erores por descuidr> en las tareas mueve en su silla.
escr-¡lares, en el trabajo o en ()tras actir.,idacles. A rnemrdo se levanta de su asiento en la clase o
¡ A rnenud<¡ tiene dificultades para mantener la en otras situaciones en las que se espera qr.re esté
atcnción en tareas c¡ en actividades lúdicas. sentado.
. ,r\ menudo patece no escuchar cuandc¡ se le habla A menudo corre o salta exccsivamente en sittracio-
directamente. nes en las cr-rales es inadecuado haceric¡.r\ menudo
. A menudr¡ no sigue instrucciones y no ñnaliza tiene diñcultades para jugar o dedicarse tranquila-
tateas escolares, encarg(>s, u obligacir¡nes en el mente a acúvidades dc ocio.
centto de trabajo (no se clebe a comportamiento a A menudo suele actuar corno si nlviera un ralotor.
negatil,'ista o incapacitado para comprender ins- a ¡\ menudc» habla en exceso.
trucciones).
¡ A menudr¡ tiene dificultades para organizar tareas Impulsividad:
y actividades.
. A menudo er,-ita, ie desagrada o es reticente en A menudo da respuestas antes de haber sido com-
cuanto a dedicarse a tareas que reqr-rieren un es- pletadas las preguntas.

26 27
. .A menudo tiene dificultades para guardar el turno. pulsividad, un "subtipo con predominio del cléficit de
. A menudo interrumpe o se mete en las actir,'idades atención" (IDAI{-DA) ), un "subtipo hiperactivo- impul-
de los otros" sivo" ([I)A]{-HI), cuando se cumplen seis o más cdterios
de un tipo y menos de seis criterios dci factt¡r contrari<.r.
B) Algunos de los síntomas de hiperactividacl- impul- Asimismo, se distingue un "subtipo sin especificar".
sividad r¡ cléficit de atención que causaban alteraciones es- Por lo que sc r:efiere a las diferencias dc géner<.r, se
taban presentes antes de los 7 ¿ños de edad (el DSNI-V lcr ¿cepta comi¡nmente que es un trastorn(> más frecuente
eleva ¿ bs 12 años). en varones qlre er1 mujeres, y en ambos sexos, el subtip<>
combinadc¡ (inatención + hiperactir.idad/impulsiüdad) es
C) Algunas altctaciones provocaclas por los síntomas el más ftecuente, pero en el subtipo inatento parece que
se presentan en dos o más situaciones o contextos (escue- hay un rnayor porcentaje de chicas, en las que los síntomas
la. familia,..). de impulsividad e hipetactividad pueden aparecer con me-
nc¡t intensidad. Se considera que las diferencias en cuanto
D) 'f iencn que existir pruebas claras de un deterioro al sexo tienen que ver más con las escalas de valor¿ción
clínicamente significativo de la actividad social, académica psicopatológica y/o conductual, que no incluyen ítems
o laboral. específicos para chicas, que con una especificiclad cn fun-
ci<in del sexo, v hay estudios que señalan que los maestros
E) I-os síntomas no aparecen exclusirramente en el detectan flrenos en las niñas que en los niños con TI)AI{.
transcllrso cle un trastorno generalizado del <lesarrollo, En cuanto a 1a cou:rorbiiidad, el DSM IV-'IR reconoce
escluizofrenia u otro trastorno psicótico, )¡ r1o se explica todos k:s diagnósticos que están presentes, salvo la esqui-
mejor por la presencia de offo tfastorno mental. z<>ftenla, el autismo y el trastorn«r general del desarrollo.
[in cambio, la CIII-10 desaprueba los diagnósticos rnírlti-
Iil diagnostico por el DSM V requiere la presencia de ples. ,\si, cuando hay trastornos afcctivos. la CLH,-10 nr>
seis sintomas cle déficit de atención o seis sínt<,¡mas de recomienda el diagnóstico de fDAFI.
hiperactividad-impulsir.'idad, o de ambos. En cambic¡, la Las consecuenci¿s en las prevalencias sc¡n n<¡tables:
CIE-10 exige la presencia de seis síntomas de déñcit cle por cada diez incür"iduos diagnosticados segu-rn criteric¡s
atención, más tres síntomas de hiperactividad y un sínto- DSM-IV se diagnostica Lrno con el CIE-10. l-.lsta diferen-
ma de impulsividad. cia de tasa, seg;,rn el manual usado, explica el hecho de
A partir de aquí se piantea la existencia de tres subtipos clue las autc¡ridades de }.istados Llnid<¡s alerten sobre un
diferenci¿dos de TDAFI. Se distingue un "subtipt.r combi- exceso cle diagnósticos de TDA[{. Esto ha ptopiciado que
nado" (fDi\H-C), cuando se cumplen los criterlos com- en los últimos 10 años los supuestos casos auflrentc:n un
pletos para déficit de atención y para hiperactividad-im- 53% en el país, de acuerdo cofl nuevos datos del Cent¡r.>

28
de Ptevención y Conttol de Enfermedades (CDC, por sus Añade que ante las quejas de ios paclrcs frusttadr¡s es
siglas en inglé$. I-os resultados forman parte de un am- usual que el médico apunte el diagnóstico de l'D:\Fi v la
plio estudio del CDC sobre los problemas de sair-rd en los medicación como L1r1a salida experimental: 'tarn<¡s a pro-
niños, recogidos de febrero clcl 2011 hasta junio del 2012. bado a vet si funciona"s.
La agencia entre'u'istó telefónicamente a más de 76.000 pa-
dres en todo el país6. lhbla 1" listudir>s dc prcvalcncia dcl'l'l)r\t I cn lispaña.
I-Iasta junio del 201.2, cerca de uno de cada cinco ni- liucntc: Ouí¡ clínica'l'l)r\l I INSS 2010
ños varones en el instituto y uno de cada 10 cle los alum-
nos dc primaria habían sido diagnosticados alguna vez Autores y año Edad (años) Prevalencia (o/o)

con -IT)AF{7. [.]stos datos han alertado a los expertos, que (.arcl<.¡ v <¡t«rs, 2007 (N{alL>rca) 6-11 "1.57
creen que ei crecirniento tan eler.,ado de nuevos diagnós- ,\ndr:ós I' otros. 1 91)9 §ralcncia) 10 3,6
tic<¡s está provocando también que se medique de forma
I 1,1,1
abusiva. l)os tercios de ios casos han recibido ttatamiento (]<imcz-Bcncvto y ()tros, 1994 11 q1
con estimulantes alguna r.-ez. Vrlcncia) 15 1

La propia Academia Americana de Pediatría admite l3cniumca y N,ft:jarr«r, 1993 (Scvilla) (r.-1 5 4-6
que el 209.'o de médicos se guian por su instinto, y no por
Iiarró Narborta, 19{}9 §avarra) 5, 10 1..2
la guía clínica. a la hora cle diagnosticar ei T'DAI {. W Graf, "v-

pediatra y neurólogo infanul en New Flaven, admite que


sea la fhmil,ia quien decida el uso del psicoestimurlante si
fnshwmentos d.e ddagnóstlco
con ello Írumenta el rendimiento académico, limltándose
el clínico a rr:.anit<>izar los posibles efectos secundarios, Iin el proceso de evaluacií"¡n de est«' trastoroo se utili-
muchos cle los cuaies no han sido suficientemente estudia-
zan diferentes procedimientos e instrumentos. Irntre ellos
dos, y tambión se descotroce las posibles interferencias en
encontramos las escalas de valoracií¡n como uno de los
la maduraciirn cerebral.
instrumentos más utilizados en la evaluacii¡n del'I'D,\II.
t)n inspector de ptirnaria de California, consultado por
Una de las más utiüzadas son las "escalas de Conners"
Schwarz, señala que a medicla que han disminui.do los fon-
(Arnadoq 2002).
dos de financiación de la escuela pública (muchas con 42
niños por clase), ha aumentado el diagnostict,¡ de T'DAH.

ó http://rrrv*lcd¡.{¡o1./nchs/slaits/nsch.htnr. (lotsult¿do el 23 dc marzo del lJ ,\lan Schrvrz. '!\ttentir»r l)isori.lcr or Nor, l)ills to llclp iLr Sclxrol". N¿a'lir¡(
'l'iru¿.¡,c,Jtción Jei 9 dc octubrc tlcJ 2(.)12. http://s,rvl:tvtimcrs.trrm/21112i'l\i/ly)/
2014.
hca) th/atrcntion-disordcr-i¡r-not-cl.r;ldrcn-prescribcd-pills-tr>lrc1p-in-scb¡ ¡ol-ht-
7 http://rurvurnvtimcs.«xr/intcrrctivt/2()13/l)3/31/us/¿dh.l-in-childrcn.ht¡d.
(lrnsultldr¡ cl ml?pagcrv:rntcd=al1&*r=() , (lonsr¡lt¿do cl 23 dc m¿rzo dc1 2014.
23 tic marzo elcl 2014.

30 31
l)etripdón de /¿¡ e.rcala¡ Iin su fcrrma abteviada (CI'}RS-,+8) ias 48 ¡rregunt¿s se
I-as "escalas de Conners" fueron diseñadas por (,. reparten en 5 factr¡res:
I(eith Conners en 1969. Aunque estas escalas se desarro*
llaron para ev¿luar lc¡s cambios en la conducta de nirios . Problemas de cc¡nducta
hipemctivos que recibían tratamiento farmacológico, su . Problemas de aprendizaje
uso se ha exten<liclo al proceso de evaluación anterior ai r Quejaspsicosomáticas.
tratamiento. ]-lstas escalas se han convertido en un instru- . Impulsiviclad-Iliperactividad
lnento cuyo objetivo es detectar la presencia clc 'I'DAII . Ansiedad
mediante la e¡.,¿hr¿rción de Ia información recogida de pa-
dres v profesores. - E¡ca/a o te¡l de Conner.r pdru przf¿¡zrel (CIRS-39) La
Las escaias de Conners cuentan con dc¡s versiones (la cscala de Cc¡nners para profesores es mucho más breve ¡r
odginal v la abreviada) tanto parala escala de padres comc: está compuesta de 39 preguntas repartidas efl 6 factotes:
la de profesorese. Ambas contienen 10 preguntas, que se
agrLlpañ dando lugar ai "índice de hiperactividad", que se r lfiperactividad
colrsidera un<¡ de los c¡ue mejor describen ias conductas . Ptoblemas de conducta
prototípicas del niño /a hiperactivc",. . I..abilidademocional
. Ansiedad-P¿sividad
- I¿t e¡cr¡la o Íc¡t de Conner¡ para padres (CPRS-9i). La . Conducta antisocial
escala de Conners para padres contj.ene 93 preguntas rea- . Dificultades en el sueño
grupadas cn 8 factores:
. Alteraciones de conducta Hn la versión abte'viacla para profesores (CIRS-2S) las
. Nliedc¡ 28 preguntas se dir.'iden en 3 factores:
. Ansiedad
. Inquietud-Impulsividacl . Problernas de conducta
. Inmadurez-Problemas deaptendizaje . I-Iiperactividad
. Problemaspsicosomáticos . I)es¿tención-Pasividad
. Obsesión
. Conductas antisociales e hiperactividad .,lplitutión de ia.¡ e¡ula¡
Cada pregunta describe una c<.¡nducta caracter'ística de
estos niños/as! qr¡e los padres o los profesores deberán
9 r'crsitin itbrcriail:r dc cstas csc¿l:rs se pucclc cr¡nsult:rr eil nLlmerosas rvcbs:
.1,¿
valotar de acuetdo con la intensidad con que $e presenten.
http:/ /*,t'u: fund¿ci()ncad¿h.org/¡'cb/ertrculri/cn,queconsistcn-lirs-cscal¿s-
tlc-conrrcrs-parl-cr,¿lunr-el-ttleh.html, (irnsult¿tlo cl 23 / 03 / 201,4. Para responder se proponcrl cuatrr-¡ opciones: Nada-Po-

32
co-lJastante-L,Iucho, que se puntuan de 0 a 3 §ada = 0, fDAH. Antes del 2003, el grupo cle Castellanos
sobre el
Poco = 1, Bastante = 2, N{ucho = 3). Q0A2) proporcionó el estudio neuroanatómico más rele-
vante sobre el fI)AI-i, que fle realizad<:¡ a 1«: largo de diez
Clorret¡iítn de /a.r e.¡t;¿ila.r años, y mostró que el cetebro de los niños afectados era
Para valorar los datos, hay que sumar las puntuaciones un 370 más pequeño que el de los contoles, aunqtre hubo
obtenidas en el índice cle hiperactividad de la escala. rlt e[:ecto evident«: del sexo en esas curvas de crccimrento.
En la esc¿la de padres los niños que obtienen una Philip Shaw (2009), efl una revisión más reciente, mostró
punruación de 15 o supedor reclüeren un estudio en pro- la alta heter<igeneiclad metodológica existente cntre traba-
funüdad porque posiblemente sean hiperactivos. Para las os similares, así como el escaso tamaño muestral analiza-
f
nirias, la puntuación es de 13 o superior. do en cada uno.
Ir,t¡ la escala de profesores, uoa puntuación de 17 para Una de las hipótesis concernientes al fDAI{ seda una
los niños y cle 13 para las niñas hace sospechar la existen- disfunción en la red neuronal por defectq de tal modo
cia de una posible hiperactividad. que su actividacl nr¡ estaría perturbada en reposo pero
no se atenuaúa enla transición ala rcahz,ación de tareas.
Queda por evaluar la causalidad entre la perturbación en
Aspectos etiológicos materia blanca con la disfunción cottical. Los patrones de
conexión en pacientes con'I'DAF{ se parecen ¿ los obser-
Ils habitual leer en manuales, folletos y webs dedica-
vados en controles típicamente más jirvenes. Miefltras que
das al'I'DAI:I que si bien no existe una sola variable <1ue
en niños y adoiescentes con IDAI"I se h¿ mostradc¡ una
podamns señalar como callsa del IIIDAI I, I-ray s1.ids¡.irt
reducción en la materia blanca en general, hay una tenden-
(?) de clue se trata de un probletna neurobiológicc-r, con
cia a un aumento en ella en adultos con el síndrome.
una heredal¡ilidad muy ¿l¡2 y sobre el que los datos de
neuroimagen y genética catla vez están aportando mayor
Iis importante tener en cuenta que la mayoría de casos
información. Parece paraclójico que se niegue la mayor que entran en estudios morfológicos están <¡ han estadc¡
medicad<¡s. Comparaudo 14 casos no tratados con 18 ffa-
(monocausal) v luego se hable de er'-idencias genéticas o
bblógicas. tados crónicamente y 15 controles, el gnrpo cle Pliszka
(2006) sugirió Ia posibilidad de que el tratamiento podría
nc¡rm¡lizx las estructuras defectuosas. Una conclusión
Estud, ios neurobiológicos similar la obtuv<"r el equipo de Semrud-Clikeman a parúr
de urr estudio caso: control c<>n 21" controles sanr:s y 30
L,os datos que tenemos solr flumerosos. Siguiendo la pacietrtes, 1(r medicaclos (Peteiro, 2013).
revisión minuciosa del Dr. Jar,'ier Peteiro (2013), solo en Si cc'¡nsideramos todas las fuentes de variabilidad a in-
PubN{ed se publicaron, a lo largo del 20'i'2,1732 trabajos cluir en cada estudio de imagen y la heter:ogeneidad de

34 35
los realizadc)s, parece que estamos lejos de establecer un aproximaciírn sr¡lr¡ daría cuenta de una fracclon míntma
patrón neurobiológico consistente del trastorno 1,, muchcr de casos.
menos, de un m¿rrcador morfológico del mismo. No es Investigadores del I lospital Clínic de llarcelr¡na han
extraño, por ello, una insisrencia en buscar en los genes lo desarrc-rllado una técnica cle diagnóstico que pertnite ver
que no se encuentr¿ dc un mr¡do perfectamente claro en si el cerebro de un recién nacido ha tenido un des¿rrollo
el cerebr<¡. correcto en el útero. La técnica facilita Ia identi6cación de
Ios bebés que aparentemente son normales, pero que pre-
sentan un alto riesgo de sufrir fracaso escolar ¡, qtre más
Genética del TDAII adelante "strelen tener trastornos de atención, exceso de
irritabilidad y dificultades de relación social". Lll dire*or
En lr.»s años noventa se vio claramente que rnuchas en- de la investigación no dudaba, a pesar del carácter expe-
fermedades tenían un componente genético pero que no rirnental de la técnica, en afirmar que "pot pr.imeta vez
residía en un locus determinado, sino que era más bien tenemos la capacidad de predecu el desgo individual de
poligénico. Ill estudir:> de genes candidatos se ftie com- cada niño"1').
plementando pot el análisis comparativ(), entre casos r\l estudiar la bibiiogtafía científica existente sohre
y controles, de variantes a lo iargo de toclo el genoma, '|DAI-I. estamos irnte una gran heterogeneidad en méto-
mediante el enfoque "()c'nome \X/ide", sustentaclo en una dos y resultados. La ausencia de matcadores morfolí:gicos
hipótesis conocida comr¡ "enfermedad común - varia.nte <l bioquímicos no facilita las cosas. Los datos genéticos
común", que relacionaría el posible determinismo genéti- obtenidos hasta el momento muestran ufl panorama con-
co subyaccnte con la existencia de dcterminadas vadantes fuso sin que se pueda a día de hoy establecer una asocia-
col11unes en un número reiativamente limitado de gcnes, ct(¡n claru con el trastorno.
teniendo cada rzriante r¡n efecto moderado. La hipótesis C<¡mo señala Peteiro (2010), a ptopósito de lc¡s iímites
parccia adecuarse ¿ enfermedades como ia diabetes. En el de la investigación genética "flanscurriclos ya diez años
caso de la esquizofrenia, parece que un riesgo inrportante desde el término clel Prt¡vecto (]enoma, la conciusión más
de padecetla se asocia a vati¿ntes comunes de miles cle ge- sólida sobre los genes es que no sabemos lo que son. ni
nes, teniendo cada una de esas varjantes un efecto núnim<> si<¡.rieta si tiere sentido la pregunta sobre su n¿turaieza,
sobre el desarrollo de la enfermedad. más allá de aptoximaciones operacionales". l,o mismo
IJn el 2010, uno de esos estudios realizados por el ocurre con el poder seductot de las neuroimágenes, que
grupo de Benjamín Neale (2010) no encontró asocia- ofreciendo explicaciones neurobiológicas cle las activida-
ci«¡nes signihcativas al T'DAI{, pero surgi«i una hipótesis
10.foscp (irrbclla. "lil (llínic rictccta cl riesgo.lc freclslr csct>l¿r dcsdc los pri-
alternativa, la de múltiples variantes raras. Iin el caso cle
mcrirs rií¿s dc vrch". l .t L:tr¿utriia (cdicirln clcl miércoles, 23 nt¡vicmbre 21) 1 1 ,
trastornos relatit amente frectientes como el 'f'D¡\H- esta p:i¡¡ina 34).

-)o 3i
des humanas dan a entender más de 1o que hay, como si su justa medida. Perversa si se erige como única nrirada"
estas fueran la mz6n y causa hnal (?étez-Alvarez, 201.1), (Peteito, 2013).
cu¿ud<; Io cierto es que, pese a los ingentes esfuerzos de Si vivimos en un medio en el que se ha dcscrito una
tiempo y dinero, los hallazgos neurocientíficos no han su- alta prevalencia c¡ hay una fuerte presión social favorable
puesto avaflces notables en el conocimiento <le la psique. a identificar a niños con fT):\FI. esa probabiliclacl pre-
De hechq estas tesis parecen confundir la subsecuencia vir será mavor. (latecemos de marcadnres o, dicho de
con la consecuencia, esto es admitir que por el hecho de otro modo, de pruebas complementarias, por lo que por
que un acontecimiento se produzca detrás de otto, este "positivo" inclicaremos un resultado final que podrá ser
último es su causa. el resultado de seguir un algoritmo, como podría hacer
No es descart¿ble que ern el fututo se obtenga una un ordenador, basado en un manuai tipo I)SNI, o de una
perspecúr,a neurobiológica o genética clara del T'Dr\If. impresión clínica sustentada en un sabet. Ilsa positividad
peto airora esa posibilidad parece muv temota, en el cas<r tendrá una consecuencia práctica dicotómica: tratamiento
de quc fuera posible estableceda. I-Ia,v que recordar al farmacológico sí r: no. ]:s fácil pensar que, en situacioncs
respecto que ni siquiera para alg5o tan prevalente como I¿ sociaies poco ptopicias, puede haber una tendencia a una
depresión mayor disponcmos de una explicación neuro- hipermedicalización, compensadora de c¿rencias ciue in-
biológica mínimamente satisfactoria. La GPC-'IT)AH l<> ducirían a pcnsar en un TI)A[.I cuando no lo hay.
señala claramente citando diversos estudic¡s internaciona- "Ciettamente, cs vcrclad que Lln amplio númetc¡ de
les: "No ha), ¡n matcadot biológico específico que per- niños tienen problernas con la atención, la autc;rregula-
mita el diagnóstico de'1DAII (SIGI{ 20051, AAP 2000). cirin v la cr:nducta. Pero estos problenras ¿se deben a al-
Aunque se han encontrado en algunos estudios diferen- gunos aspectos presentes ya ai nacer? ¿O están causatlos
cias en pruebas de neuroimagen y neurofisiológtcas entre por experiencias en la primera infaucia? Estas preguntas
casos TT)AI-{ y controles, estas pruebas no permiten iden- solo pueden ser respondidas estudiando a los niños y sus
tificar casos individuales (AACAP, 2007; ¡LAP 2000)"rr. entornos desde antes del nacimiento 1' a ttavés de la in-
I,ln esta situ¿ción de ausencia real de un cuadro fisicl- fancia y la adolescencia; como con mis colegas de la LIni-
patológico consistente, parece que solo desde la clínica versidad de lvIinnesota desde 1975, que hemos seguidcr
pueden tomarse clecisir¡nes diagnósticas y terapéuti- a 200 niños que nacieron en la pobreza y por lo tanto,
cas adecr¡adas para cada caso. "Se ha trabajado sobre el son más vulnerables a prnblemas de conducta. Se incluvó
TDAFJ desde el punto de vista científico positivista v es a sus ma<lres durante el embaraeo, y en el transcurso <le
de suponer que se seguirá haciendo. También se hace so- sus vidas hemc¡s estudiado sus relaciones con los cuida-
bre el autismo. La perspectiva científica del mundo y de dores, maesttos compañeros. Hemos seguido su pro-
"v
nosotros es un arrna dc doble filo. Buena, si se la tolna er fJreso a través de la escuela y sus experiencias en la edad
adulta temprana. A intervalc¡s regulares se mide su salud,
11 (;P(,-'i l),\l I: pág. 67

.)ó 39
su comportamiento, el desempeño en ptuebas de inteli- cualquier otro cliagnóstico psiquiátrico, el f'DAH tiendc
gencia,v otras características. Al finai de la adolescencia, el a.aparecer combinado con otros trastornos psicopatoló-
50% de la muestra tecibió algún diagnósticc'r psiquiátrico. glcos.
Casi la mitad había mostrad<¡ problemas de comporta- Las cifras son variables, pero hay r1n consenso al cou-
miento en la escuela prx lo metros en ufla ocasión,,v hubo siderar que aproximadamente en un 70% de c¿sos de
an 24o,ta de aband<¡no escolar hasta el 12." grado; el 1't% TDAH se cumpien cdterios de, al menos, otro trastorno
cumplieron con los criterios para el Al)D entre 1." y 6." psiquiátrico ¿dicional ()enseo y otros, 2001).
grado. Ottos estudios epidemiológicos a grr.n escala con- El TDAH puede presentarse asociado a varios tras-
firman estas mismas tendencias en Ia población general de tornos: a) trastorno negativista dcsafiante habiéndose
niños desfavorecidos. Entre todos los niños, incluidos to- encontrado prel'alencias de hasta un 409/o en niños diag-
dos ic¡s grupos socioeconómicos, la incidencia del TDA- ncrsticados de 'I'DAI{; b) trastorno de coudr¡cta (1.1'h);
,\DI) se estima en un 87b. I-o que encontrarlos fue que el c) trastornos de los aprendizajes (15-a07,); d) ttastornos
ambiente del niñ<¡ predice el desarrollo de prnblemas de cle ansieclad (25-33ok); e) trastornos del humor (20-30%)
ADD-'IDA. Elr tnarcado contraste, la medición de ano- (San Sebastián, Soutullo, y I;'igueroa, 2010).
malías neurológicas al nacer, del C.I., ,v del ternperamento Aun así, el us<.¡ dei término sonoiltilidad ha sidc¡ cues-
infantil -incluido nivel de activiclad infantil- no predicen tionado por varios autores (lr'{aj, 2tJ07) puesto que en una
un AI)I)" (Stoufe. 2012). gran parte de los casr¡s no queda claro si los diagnósticos
cr>ncomitantes reflejan la presencia de entidades clínicas
diferentes o bien se refieren a múltiples manifestaciones
Lq. comorbtlid.a.d de una única enticlad. Además, lc¡s l)SN{ están basados en
criterios diagnósticos opetacionales, los ctrales no pertni-
La complejidad y diversidad de los signos clínicos po- ten expresar ia esencia de cada enticlad diagnóstica (M.ryu,
nen de manifiesto las contradicciones y los abusos en al- 2013).
gunas de las teorías acruales sobre el TDA}L Llna de las Un experrto internacional como Rusell Barkley (2007)
características más destacables del '1"DAiI es su elevada afttna que las causas son genéticas y neurológicas, origi-
comarbi/idad. h,ste tétmin<> se utiliza para hacer teferencia a nadas en una tercera parte efl el período de gestación, pero
aquellos casos en los cuales se da una cl¿ra entidad clínica ai mismo tiempo admite que hay mucha comorbilidad de
adici<¡nal a 1o largo del curso clínico de un pacicnte con otras patologías, hasta en un 809''o de casos, y que el cntor-
una cnfermedad clasificada" (Iieinstein, 1970). También no familiar afecta. de mrnera muy'importante. Sabemos
significa "cásos en los cuales el paciente recibe dos o más que el recurso a ia comorbilld¿d en las l'ripótesis etiológi-
diagnósticos médicos". I{a sido señalaclo por varios au* cas no cleja de ser un eufemismo para aceptar, sin recono-
tores (Sor.rtullo, 2007; Stahl v Mignon, 2011) clue más que cerlo explícitamente, que hay otras c¿usas nr¡ admitidas.

40
Una reflexión sorprendente sobre la consistencia del "prescribir una pastilla contra el f"DAFI es mucho mas
cüagnóstico de'I'DAH nos la ofrece el semanario aiemán rápido".
Der,lpie,ge/, en un ar:tículo en el que pone de relieve ei au- Para concluir este apartado diremos que Lrn buen diag-
mento de enfermedades mentales en la población alema- nóstico supone que se haga a partir de entrevistas con la
na. Allí explic¿r que Eisenberg, inr.,entor como decíamos far¡rilia r. el niño o la niña, y también con ia infotmación
antes del término ltyperkinetic, dijo siete meses antes de que se obtenga de los profesionaies de1 centrr:» educativcr
morir, cuandc¡ contaba ya con 87 años, que "el 'IDAÉ{ (de primaria o de secundaria). Además de las infbrmacio-
es un ejempl<¡ de enfermedad ficticia"t2. El logro de Ei, nes procedentcs de la familia v de los dc.,centes, resulta
senberg v sus colabor¿dores fue conseguir difundir la muy útil e imprescindible la obsen ación directa de la niña
creencia en la causalidad gení:tica del T1)l\I{" y él mismo o el niño en el misn-ro marco escolar. hn cualquier caso
declara ahota cluc la idea de que un niño tenga'IDAI-I l<.¡s cuestionarios y las escaias de valoraciórr nlrnca pueden
desde el nacimientc¡ estaba sobrevaiorada. Sin embargo, el sustituir las entter,-istas con el niño y su f¿milia, ffscuchar
efecto de esta tesis etiológica en la población y en los pa- al niño es la única pr:sibilidad de captar las dificultades y el
cltes, produce un,r aparente desculpabtbzaciín, ya que los sufrimiento, que a veces puede ser negado por el entorno.
paclres se sienten aliviaclos y aceptan mejor el tratamiento
fármacc;lógico. En 1993 se vendieron en las farmacias ale-
maoas 34 kg dc rnetilfenidato y en el ano 2011,1.7ó0 kg. Paradoias "digitales" de la atención
Iiisenberg, c¡.rc llegó a dirigir el senicio de psiquiatría
del prestigioso f{ospital General cle Massachusetrs en Actualmente no parece existir un clato acr-rerdo scibre
Boston, donde fue reconocido como uno de los más fa- qué es atención y qué no l<¡ es. bln io que sí hay un cou-
mosos profesionales de la neurología y de la psiquiatría del senso es en la existencia cle una gran confusión termino-
rnundo, decidió confesar la verdad meses antes cle morir lógica que dificulta el estudio de los mecanismos cogniti-
afectado de un cáncer de próstata, añacüendo que 1o que vr:,s incluidos dentro de este constructo (Ríos, Periáñez, v
debería hacer un psiquiatm intantil es tÍatar de determinar Rodríguez, 2011).I.a atención no es un procesc) unitario
las razr>nes psicosociales que pueden ptoducir problemas sino el nombre dado a una seric limitada de procesos, que
de conclucta. Ver si hay problemas corl los paclres, si ha1, pueden interactuar mutuaÍnente durante el desatrollo de
discusiones en la familia, si los padres están juntc'rs o sepa- tareas perceptivas, cogtitivas )¡ rnotoras parasuranam,
rados, si hav ptoblemas con la escuela, si al niño le cuesta 1ee8).
adaptarse, por qué le cuesta, etc. A todo esto añadió que, Luria (1975) definió la atención cr¡mo el proceso se-
ló¡5icamente, esto llc.ra un tiempo, un trabajo, y conclurl,ri: lectivo de la información necesaria, la consolidación de
los programas de acción elegidos y el mantenimiento de
12 htt¡://rvrvsrspiegcl.de/spicgcl/print/rJ-133f365282.html (i¡rsulte.lo el
un control permanente sobre ellos. Por lo tanto, la aten-
23/03 /2014.

12 43
ción tiene que considerarse como un sistema complejo dc: dc» seguir hacienclo referencia a la carenci¿ de atención,
subprocesos específicos, a Úavés de los cuales dirigimos ia sino que habría que ampliar el foco y considerar las fun-
orientación, el procesamiento de la información, la toma ciones ejecutivas en toda su complejidad. Algunos investi-
de decisiones y la conducta. gadores ya afrrtr,a:n haber identi{icado un nuevo trastorno
I-a dispersión teóric¿ existente favc¡rece la proliferación que poclría ampliar enormemente el númeto de iérvenes
de micromodelos explicativos <1ue dificultan una postura tratados ptir problemas de atención. llamadc¡ "'Iiempo
teódca integradora, hasta e1 punto de discutr cuestiones cognitivo lento", se caracteriza por el letargo, ei soñar des-
tan esenciales como la propia raturaleza de la atención pierto y el ptocesamiento mental lento. Según estimacio-
(Roseiló, lvfunar, Rarceló y otros, 2001). Algunos de estos nes estaría presente efl tal \¡ez dos millones de niños.1r'
modelos son de carácter clínicr¡ y permiten diferenciar as- Por otro lado, y como anaiizareflios clespués, §abemos
pectos relevantes para la práctica clínica cotidiana. r\sí, el de bs fenómenos de hiperatención observados en niños
modelo de Sohlberg y N'Iateer (1987) establece seis niveles y relacionacJc¡s habitualmente coil tareas de juego (r,ideo-
jerátquicos de manera que cada nivel requiere ei correcto cousolas).
funcionamiento clel nivel anterior, y la asunción de que IJoy se habla cada vea más cle la brecha digital c<¡nsis
cacla cornponente es más complejo que el que lo precede. tente en la separación que existe entre las petsonas (comu-
Atencliendo a este modelo, parecería que muchos niños/ nidacles, estados, países...) que utilizan las tecnologías de:
niñas diagnosticaclos de -IDAH tienen problemas en los información y comunicación (flil) como uflír parte ruLi-
niveles de atenci<in sostcnida c¡ atención selectiva. naria de su vida diaria, y aquellas que no tienen acceso a las
Como han serialado varios autores @arkle1, 2009; mismas )¡ que aunque lo tengan no saben cómc,, utiüzarlas.
Soutrrllo, 2007), el núcler.¡ del problema de las p....rrn. Fin lo que se refiere a los nativos digrtales, se sabe que a
cc¡n
-|DAFI no radica medida que el cerebro evoluciona y sitúa su punto de mira
únicanrente en la funciófl "aten-
ci<in", sino en un proceso rnucho más compiejo: fr-rnción en las nuevas destrezas tecnológicas, se aleja de habiüda-
ejecutiva, que consiste en un conjunto de mecanismos clue des sociales fundamentales, como las de leer la expresión
están implic¿dos en Ja optimización de ios procesos cog-
facial durante la conversación o ia de captar el contexto
nitivos para orientados hacia la resolución de situaciones sentimental de un gesto suul (Small v Votgan, 2009).
I.as redes neuronales del cerebro de 1os nativos digita-
complejas o nuevas.
les sr:n muy difetentes de las del cerebro de ios inmigtan-
Estas funcir¡nes ejecutivas incluyen un conjunto de
tes digitales. L,l cerebro de la generación ioven está co-
procesos cognitivos, entre los que destacan la anticipa-
nectado de forma digitai desde la infancia. mucltas t eces
ción, elecciirn de objeuvos, planificación, selección de l¿
a expen$as clel cableadr¡ neuronal qLle conffola la destr:eza
conducta, autorregulación, automonitottz.acií¡ y uso de
feedback (Tirapu, 2011). Por lo tanro. considcrando la {-. lqpqlgfs_e¡i realizat una cosa después de c¡tra.
13 httlr://rvnr:rvtirncs"ctxn/21)14/{14/12/heilth/idc¿r¡¡t'-ncl,-tttcntion-di-
complejidad del problema, no parece demasiado apropia-
srrrdcr-spurs-rcsc,ltch-a¡d-dcl¡irte.htrnl?-r=0 . (lonsultadt¡ cl 12.\.)4.2ltll

44 45
l-a revolución de la alta tecnología provoca un estado La verta del TDAH
de atención parcial continua que Linda Stone ha descri-
to como ul1 estar permanentemente ocupados: siempre I.a investigación actual, por Parte de la indusuia far-
atentos a tc¡do pero sin cenffarnos nunca de verdad en macéutica, de nuevos medic¿mentos para el tratamiento
algo concreto. de la patologia mental es muy escasa. I-,as innovaciones
No obstante, algunos juegos de ordenadr¡r pueden que conocemos son pequeños cambios en la composición
mejorar la habilidad copyritiva y las destrezas en múltiples molecular del productq que permiten sahzr las limitacio-
tareas Q(earney, 2007). Pero har¡ un punto más destaca- nes cle la caducidad de la patente y alargat así unos aiios
ble: todas las personas diagnosucadas de'IT)AH parecen la vida comercial del fárm¿co. De esta manera se c<¡nsi-
ptacticat algunas nctividades, en las cuales sus problemas gue también Lrn aunrento dei precio final y del margen
crónicos de deterioro de las funciones consecutivas están
de beneficio. ltl metilfenidat<¡, en su presentación clásica
auserltes. lrstas acúvidades podrían ser jugar un deporte
(Ritalin), apenas llegaba a un coste mensual de 5 eutos,
particular, navegat por internet o jugar un juego de or-
mientras que las versiones que incorporan la forl::rt:Ja re-
denador (por ejernplo, un iuego de estrategia). Cuando se
tard (Ccxcerta), que consiguen una liberación retarclada
les pregtrnta cómo es que pueden prest¿r atención a unas
del principio activo evitando l¿s fluctuaciones piasmáticas,
determinadas acti¡,'idades, pero en camlrio tienen dificulta-
cuestan entre 65-90 euros mensuales 1, s¡ el c¿so de la atc¡-
des cró¡icas para reahzar las mismas funciones en la rna-
moxetina (Stattem) alca¡za los 125 euros fllensuales. Irs
yor parte de las rcstantes actividades de la vida cotidiana,
responden: "Si la tarea rne interesa, la puedo hacer". significativo que la regulación de estos fármacos se eierza
Algunos autores (Ilrown, 2010) consideran que esta en la ¿ctualidad por la OMC (Organización Mundial del
variabilidad en funcií¡n del contexto cs un dato de que Consumo) y no por la ON{S (Orgaruzaciirn lvlundial de la
los deterioros enceFálicos implicados en este trastorno no Salud).
se refieren a las funciones cognitivas primarias, sino a las Este declive de la investiga.ción v producción cle nue-
redes centrales de gestión que las activ¿n o desactivan. Ncr vos fárt¡acos, paralelá ai avance de las neurociencias que
obstante, otra pefspectiva sobre esta cuestión consiste en apuestan por la biomedicina y la genética, donde se espera
anabzar específicarnente el papel que desarolla la vadable que surjan los fututos avances, deia a la infancia como Lrn
motivación en la modificación sintomática (atenciírn e hi- sector del mercado muy provechoso, ya que el aumeflto
percinesia). de la medicación en los niños, adernás de constiturr por
La obserr.'ación clínica muestra que niños y adolescen- sí mismo un sector poblacional amplio, es una apuesta de
tes que tienen dilicultades para mantenerse atentos y quie- futtrr<¡ para asegurar la cotrtinuidad de esa medicacióll en
tr¡s en el aula son capaces de prestar atención y permanecer la edad aduita.
sentados dur¿nte una hora seguida cuando se les coloca 'l'hornas Steitz (premio Ndobel <ie Química del 2tJ09)
ante una tarea que los modva @,scalera y otros, 2012) a6rmaba recientemente que los laboratc¡rios farrnacéuti

4(¡ 47
cos no rnvierten en investigar en antibióticos, que puedan indwtia JurndcéuÍiw (Geüsa) el funcionamiento
curar definitivamente, sino que prefieren centrar el ne- ^ ^naliz^r
de los laboratorios, más preocupados de optimizar lc¡s be-
gocio en medicamentos que sea neccsario tomar durante neficios que cle inventar nuevos fármacos, lo que los lleva
"toda ia vida".ra Esta idea revela un nuevo paradigma en la a inventar nuevas enfetmedades donde prescr:ibir ios me-
medicalización de la sociedad, que es el de la cronificación dicamentos y¿ existentes: "'Populari.zafl enfermedades que
corno estado permanente de ingesta de medicamentos. no lo son, como "menr:pausia masculina" o "depresión
Toclo ello recluiere de un aEnado marketing al que la puntual recurrente", y logran que los médicos receten mas
industria dedica ya un porcentaje muy eler.ado de sus gas- fármacos sin necesidad verdadera, ¡incluso para prevenir!
tos. IVlarketing que no es a.jeno a la promoción de enfer- Abogan por medicalizarnos la vida... ¡,v lo consiguen!".rú
medadc's (di.reate ntongering). fhrnbién traducida conto truí/ico Marcia Angell, que dirigió la prestigiosa revista médica
de enJermedadet, es una expresión que se re6ere ¿l esfuer- llrw E 4qland Journal o.f fuIedidne, es autora de I¿t uerclad sobre
zo que reaiizlirn las compañías farmacéuticas por llamar la.r compariíal.farmacáufiu.r. Cómo no¡ engrtíidn_! qaá hat'er nbre
la atención sobre condiciones o enfermeclades frecuen- el/0, donde seriala cómo "la industda no resulta especial-
temente inofensivas con objeto de incrementar la ven- mente innovadora en 1<> clue se refiere a descubrimientos
ta de rne<ücamentos mediante campañas publicitarias, de nuevas drogas, pero en cuanto a inventar manetas cle
visitadc¡res médicos o estudios que intentan medicalizar ampliar sus derechos de monopolio, crs iflilova(lor¿ en ex-
cualquier dolencia $4oynihan, 2006). Los ejemplos de la remo (y agresiva)" (Angell,2006).
osteoporosis, los umbrales del colesterol o la rnenopausia foan Ramon Lapotte, catedrático de Farmacología
son al¡¡rtos de los casos más conc¡cidos de la medicaliza- (UAll); iefe del servicic¡ de liarmacología Clínica (I{ospi-
ción de una condición natural.1s tai Vall d'IIebron) y director de la Fundació Institut C.a-
Philipe Pignaruc, directir.,o de un laboratorio farmacéu- talá de lrarmacologia, es una de las mavores autoridacles
tico (Sanofi-Synthélabo) durante [7 años 1. ptofesor en Ia mundiales en sll especialidad. Iin el prólogo al libro del
Universidad Palís-VIII, donde imparte cursos sobre psi- periodista alemhn Jórg Blech, L.a¡ inuentore.t de enlermeladet
cótropos, ha dedicado uno de sus libros |il gran ¡etyeto de /a (Destino), escribe 1o siguiente: "I'apráctica de hacet creer
a la gente que está enferma cuando en re¿lidad está sana
14 http://nn'rvl¿r.¿¡Eu;rrdia.corn/saluci/2t)110fi26/54205577o6f1/thomas-
srcitz-prerni0-rr,tl¡c1-muchas-l¿rm¿ccutices-cicrrltn-sus-inr.cstiLrcit)nLs
no es nueva. fis una de las cstrategias usadas pr:r algunos
s()-
irrc- ¿ntil¡iritrcn'cos.lrtrnl#ixzz2rv2Kd'1.'6ZY (,onsult:rclo t|23/03/2014. médicos pet? te{otz^r su posiciófl social. Debe de ser tan
15 l,)l pcririista ausrtliano Ilay i\lovnihrLn cs unr¡ clc los r¡uc más h:rn contri, vieja como la propia ñledicina, ia cual, en formas diferen-
buitl¡ a Ia diir-rsirir-r dcl c()ncepto. I [a pron-rovido divcrsa-s curlcrtrncias sobre tes según la cultura, ha sido v es una fc¡rma de podet -clo-
cl tema: \loynihan, Il..; l)oran, Ii.; I{cnr1., I} (2001t). "I)isctsc N.{ongcring ls minación sobre los demás- basada en la magia. Solo que,
Nr>rv l)art of thc (ilobal Ilealrh l)cb¡tc". l)l¡rS ]\{cd (r'o1.5, núni.5) c1()ó.
06 htp: //ur,»:pkrsmcdicirc,or g / xticlc / tt-
cloi:1 {). 1 371 /¡rurnal.pmc.d.005()1 16 htt.p://hcnrcrotcctr.lavanguardia.ctint/pro'icrv/2\tt.\5/t.15/21/pegina-68
foo,t,3r\clrrro,ir2lrl{).1j71oi,2}riournal.pmcd.()05{t'10ó. Consulrado cl23/t)3/2014. / 3\)7 7 6'7 60 / r¡df .h tml. ( lonsul trdo d 21 / (13 i 7t\1 4.

48 .t9
en la actual-idad, la magia se rer,-iste de argumentos apa- hechas en casa, una independencia que trato de alentaq
rentemente científicos. La atenctín a la salud está cada día una sonrisa con la que siempre puedr: contar".
más impregnada de valores de mercado, y las ftinciones La prirnera asr¡ciación de afectados, en defensa de los
de cuidat, cllrar )¡ rehabilitar han perdido la centralidad". pacientes diagnosticados con "I'DAH, ftle fundada en Es-
tados Unidos en 1987 y denominada CI{¡\DD (Children
and Adults with Attention Déficit/I-Iiperactiviq, L)isot-
El morheting del TDAII der). Prornovían una ma)'or atención a su problema y al
tratamieflto mediante el Ritalin, la principal droga dispo-
El marketing moderno de los psicoestimulantes em- nil:le en ese nromeflto. Los fondos de pucsta en marcha
pez6 va con la elección del nombre del medicamento de de ia asociación fueron pr(T)orcion¿dos por Ciba-()eigy,
mayor venta en listados Unidos: Adderall. 111 Sr. Griggs
fabricante principal del lUtalin, y en la convención anual,
compró un pequeño laboratorio farmacéutico que produ-
celebrada en el 2000, Chadcl expresó sir agradecimiento a
cía una píldr:ra para perder peso, Obetrc¡l. Ante la sospe-
los lL patrocinadr¡re,s principales, todos ellos laboratcirios
cha de que el T'DAI.I, presente entonces en un 3-591o de
farmacéuticos. Patrocinio que sigue en activo, y Shire, fa-
ios niños, poclda gerlcrar un potencial metcado muy supe-
bricante del Adderall, pagó hasta 3 millones de dólares,
rior, ie cambió el nornbre jugando con el término AI)l)
(trastorno por déficit de atención, en inglés) hasta con- entre 2006-09, para que la revista bimestral de la asocia-
seguir el ...lDD"[or tt//(fDA para todos). Cornc¡ él mismc.r ción llegara a tc¡clos los médicos del país. Se calcula que un
declar:ó, se trataba de un producto que incluyese a todos. tercio de los ingresos anuaies de Chadd provienen cie las
.llste matketing cle me<licamentos ha supuesto también donaciones de empresas farmacéuticas.
un buen negocio para las revistas médicas, las misrnas que En nuestro país, por 1o que hace a los encuentros cien-
publican documentos de apoyo al uso de los psicoestimu- tíficos entte 1>eüatras, el patrocinio ttadicional de los fa-
larrtes. La publicación más irnportante, 'I'he Journa/ ol' the bricantes de leche pata bebés deió el paso primeto a los
-4meri¿an.,lLtadem1 oJ Chik dr ¿ldok¡anl Pytcltiatry', pasó dc fabricantes de va{:unas, y en la actualidad son los labora-
flo tener nin¡¡ún anuncio de medicarnentos para el TDAt,l torios ¡rroductores de los medicamentos para el TDAI{
en 1990 a cerca dc 100 páginas al año solo una década los principales parocir:adotes. l,eemos en el ptograma
más tarde. La nay<>ria de páglnas en color eran sr¡bre me- científico de la Reunión anual de la Sociedad Española
dicamentos para el TDÁI{. Resulta habirual, en esta plr- de Neurología Peciiirtrica (SENEP) del 2012. que su pri-
blicidad, que los ¡:rosibies efectos secundarios (insomnio, mera mesa redonda lleva por título: "SymposiumJanssen:
irritalrilidad, episodios psicóticos) n en letra pe- TI)AI.{", auspiciada por el fabricante del Concetta (fans-
^patezc
queña siempte de manera muy poco
1. visible. sen) y otra "S1,mp6sium Iilly: Iil'IDAII desde nuevos
Un anuncio de Concerta presenta a una firadre agrade- purltos cle r,ista" allspiciada por Lill1', fabdcante de Stra-
cida diciendo: "l\{ejores resultadc¡s escolares, más tareas ttera (¿tomoxetina), medicamento no estimulante que se

50 51
utiliza en el tratarniento del TDAH. En su página r.veb n<r Un video de educación rnódica patrocinado por Shire
dudan en afirmar que '"Se calcula que entre un 30 y un presentaba a un médico hacienclo el dragnóstico del tras-
609/o de los niños con este tastorflo seguirá con síntomas torno en un adulto dlrrante una conversación de ó', des-
en Ia erlad adulta" sin quc haya hasta ei momerrto ning¡_rna pués de lo cual le recomendaba tomar medicación.
evidencia que pruebe esta afirmación. Sobre otros patro- Para aquellos que no se anirtrcn a navegar por la web,
cinios de los laboratorios, se puede consultar el anexo 6 ias compañias productoras de psicoestimulantes sc: acer-
de la vigente "(]uía de práctica clínica del'II)AH", en la can a sus domicilios mediánte autobuses, en el marco de
que 21 de sus autores declaran conÉlictos de intercses con un lbuq que en pocos minutos les diagtostican el ffastor-
diversos iaboratorios r7. no, aconse,ándoles de manera gtatuita la toma de medi-
Una de las novedades de esta "venta" del TDAFII8 es el camentosr'). Ilistos tours se repiten de manera sistemática
markcting dirigido a los adultos, que no deja de incremen- por diversas ciud¿des de Estados Unidos y no deian de
tatser al ti.empo que la ¡rrevalencia del trastorno aumenta evocaf los buses de la metaclr:na, que en nllestro país se
de año en año. I-Iabida cuenta que los adultos representan ubicaban en bardos con ull alto porcentaje de toxicóma-
un sector de la población mucho más numeroso que los nos en proceso cle rehabilitación.
niñr¡s, el mercado potencial podría doblar el infantojuve- Iin todas estas campañas de marketing se repiten tres
nil. Se calcula, sin que haya evidencias concluyentes, que mensajes l¡ásicos:
esta prevalencia llegaría hasta el 109/o en los adultos, lta-
sándose en la hipótesis -ya mencionada antes y no demos- J. EI trastorno esta infradiagnosticado y de ahí el es-
trada* de que un porcefltaje elevado de niños con TI)AH fuerzo de la publicidad.
continíran con el trastorrlo en la .r,,ida adulta. 2, l,os fármacos estirnulatrtes son eficaces y segllros.
Pata ello, el marketing sc centra cn campañas masir,"as, 3. UnT'DAII no medicado implica riesgc,rs relevan-
sobre tc¡do en la web y las redes sociales, que animan a tes: fracasrJ escolar, drogodependencia, acciclentes
los adultos a velificar ellos mismos -en tests (!) cortos- si de tráfico y conflictos cnn la le1'.
son potenciaies pacientes con 'fDAlI. Cualquiera pr-redc
acceder a esta página web: everydayhealth.cr_rnr, donde en y condenas, a veces millonarias, de la
I.,as denuncias
pocos minutcls, a través de 6 preguntas, se pucde descu- ;\dministración hacia las cr:rnpañías farrnacéuticas, por
brir si es un'I1)AI{. De hecho, prácticamente la mitad de publicidad engañosa y ocultamient«: de datr s relevantes
los que lo prueban resultan ser potenciales 'I'DAI{. acerca de lr¡s efectos secundarios. no parecen frenat la co-
17 irttp://rvutrgencat.car/salur/dcpsln/units/aalrrn/pdf/gpc_tdah_hipcrac- dicia de Big Phanna dado que los beneficios de la venta
rrlidad_airqs2()10_cornpl.¡d[ (]rxrsulratlr¡ c1 23 / lt3 / 2t) I 4.
superall claramente las rnuitas. I-a empresa fármacéuúca
1ll http;//rvrvrv.nynmcs.com/201 j/12/15/hctltb/thc,sclling-ot--rttcntion-dc- 11) htqr://rvrvru.¡rtncrvsrvire.comr/nervs-rclclsc-./shite-launchcs-n¿rionu'le1c
ficit-disorricrhtmi?*r=0. (lonsulta l,o el 23 / 0i / 2Ol 4. rdult-rdlrrl-m<rbilc-as.arcncss-totir-5723'{{22.trtm]. (.onstrltadr¡ cl27/ú/2\\14

52 53
británic¿ (ilaxoSmithl(line tuvo que paÉlar 3000 miliones
de dólares en Llstad<¡s Llnidos por errores en ia comercia-
ltzaciín de sus productos Paxil y W'elibutrin (antidepresi-
vos) y Arandia (diabéticos). Recornendaba el uso de Paxil
para nlenores de 18 años cuando no había sido aproba-
do pot la ]rDA (r\gencia Federal del Medicamento) es-
tadounidense y había estafado al programa N.{EDIC^II)
por sobreprecir¡ en sus productos. Anteriormente, Pfizer
y Lilly habían pagado cantidades elevadas por delitos si-
milares, y de nuevo Pfizer fue rnultad¿ por el Gobierno
norteamericano en agosto del 2012 con 60 millones de 2. ABORDAJES TERAPÉUTICOS DEL TDAH
dólares por sob«xnos a médicos.
Desde hace más de 30 años Ia aptoximación predomi-
nante en salucl mental ha estad«: centracla en la búsqueda
de las causas biológicas de los trastornos mentales. De
acuerdo a esite modelo biomédico, eue ha calado de iieno
en la ciencia, las políticas y las prácticas en salud mental en
toclo el ffrundo, krs trastornos mentales son considerados
enfermedades cerebtales causados por un desequilibrio de
neurotransmisores. an()rmalidades genéticas y dettectos eu
Ia estructura y funciones del cerebro, que se pueden corre-
gir mediante psicofármacos específ,cos.
De esta maoera, el auge del modelo biomédico en sa-
lud mental ha ido acompañado de la expansi<iu en el r-rsr:
de fárrnac<.rs psiquiáfficos, cuya utilización se ha extendi-
do de manera exponencial durante los ultjmc¡s 30 años.
Tista fe generalizada en e1 potencial de la neur<¡ciencia
para revolucionar la púctica en salltd mental se ha ca-
ructerizíLdo por una f¿lta de innor.'aciones clínicas y por
unos resultados desfavorables. Además, el paradigma irio-
médic<¡ ha afectado profundamente a la psicología clínica,
con la adopción cle la metr¡dología de ensal,os clínicos en

54 55
la investigación en psicoterapia, que ha deiado de lado el Creencia 4: La p.riquiatña bio/tígica hu hecho grunde.t prqgre'
estudio de los procesos de los tratamientos, dificultando la §0,t pdrd, /a reductión de la carga de la.r enferrued¿tde¡ menfale¡ en

innovación en los tratamientos y su difusión, y dividrendo e/ ,rnundo.


el campo de la salud mental entre la ciencia y la práctica I'Iecho: Los trastorttos mentales se han r,'uelto más
profesional. crónicos y gr¿ves. y ei nírmero de petsonas con discapa-
I)eacon (2013), en un trabajo reciente, desgkrsa algu- cidad asociada a sus síntomas ha aumentado de manera
nas dc las creencias asociaclas al modelo biomédico en constante en las últimas décadas.
salud rnental, contrastándolas con Ios datos disponibles:
Creencia 5'. Educur a la lodedad .¡obre la idea de qwe lot
Creencia 1.; Lo¡ tra¡tortto.r menla/e¡ ton enfermeútde.¡ ¿'erebra-
lra¡íorno¡ r/xeltkt/eÍ tienen ¡a origen en caav.t hiológit'a-¡ reduce e/
esl$rna aso¿iado a la eqfertruedad menlal.
/e.r cauudal por el de.reqwilibio tle k¡ nearzlrdil.tm^'0rc.t, Lttlrmlt-
I-Iecho: A pesar de que Ia sociedad ha aceptado am-
li da du ge n éri ax -y d(i c I o.r e n /a e.¡ lra ctu r¿ n r:i o n u de / ce re bro.
"fit
-1,
pliamente Ia idea de que los ffastornos mentales tienen un
I:Iecho: L<-¡s científicos no han iclentificado ufla causa
odgen y tratamiento biológico. los probiemas de estigma-
biológica, rú siquiera un marcadot l:ir:iógico inequívoco,
úzac\6n no han mejomdo e, inclusr:, se están agtaranclo.
de ninguno de los trastr¡rnos mental€:s.
Creencia 6: na mayor inuertión en inaeiliqatión en el campo
U
Creencia 2: Ltt ruedi¿ación picotritpica.fhnciona medianle el de las neurocientiat permilirui de.rurrollar teú' diagnótlico't' ba¡ado¡
realu.rÍe de lo.r detequilibrio¡ en lo¡ nearofran.rrui'oret retponsablet en carnponente.r biológicos-1t lratamienÍot-farm¿tc0/ósiL'0¡ t'ttrafiuo.t (no
de la enlerxtedad menlal. nlo paliatiuo.r).
Ilecho: No existe evidencia concluyente de que los I{echo: I-a industria farmacéutica ha reducido drás-
trastornos mentales sean causados por un desequilibtio ticamente sus esfuetzc'¡s en desarrollar nuevos fármacos,
químico, o de que los fármacos f¡ncionen corrigierrclo di- debido ¡ \a falta de dianas moleculates prometecloras ca-
chos desequilibri<¡s. paces de incidir sobre los trastorrtos mentales, y al fracaso
constante de los nuevos c:ornpuestos en demostr¿f su su-
Creencia 3'. .I-o.r auance¡ en neuroienria han dado parc a una perioridad frente al placebo.
naeu;t cra de-ftínnaco.s mh efitacet,y ¡egurlr.
I{echo: Los fármacos psiquiátricos modetnos no son, ltas la revisión de los estudir.¡s científicos publicados,
a grandes ras{4os, ni más seguros ni más eficaces que los f)eacon concluye que, a la luz de los resuitados, los "fru-
descubiertos casualmente hace medio siglo. tos de la revolucilxr bir¡médica eu salud mentai" se ttadu-
cen efl un f¿llo en 1a identi{icación de las bases bioldrgicas

5(r 51
de los trastornos mentales, en la promoción de desequih- Tratamiento farmacológico
brios bioquímicos infundados, en su fracasr¡ para reducir
el estigma, en la falta de innovación v en pobres resultados Lil abordaje fatmacológicq si nos fijamos en krs da-
a largo plazc> de los tratamientos farmacológicos, unido a tos de Estados Unidos, en ia actualidad está considera-
un incremento en la croniciclad y scvericlad de los trastot- do como la opción básica del tratamiento a pesar de que
nos mentales. siempre se insista en quc el tratamientc¡ del'|D;\FI es mul-
Como hemr:s visto en los apartados anter{ores, el timodal. Aproximaclamente uno de cada 5 adolescentes
l!éll.-:_.1lq e.s comprensible
.'én si tomamos en cuenta los en secundaria v Llno de cada 10 en primaria está siendo
diferentei
.'--,., -,,,,: ia.t"i"r j;;-gá (ñ;i"biirlógi.,, r. p s ico lógi- me<licado en este momento. Las ventas de los fármacos
93¡, gducativ«-¡s. familiares v sociales)- J-:n consccucncia. más usados (Adderall, Ritalin, Concerta) se han multipli-
elgl.t3"g¡ent9 tignp 99.q lef gl9_hlhSlyyg_"d" él 9ó4rdxt9 c¿clo en los últimcis cinco años y mientras que en el 2007
soSfu].§9J g!ñq, !a
"c4lidqd de l¡r e-sgolartzaclín qug lecibi, estc mercado obtuvr¡ unos beneficios de 4.000 mill<¡nes
lganlsrds:tg"sl-g."lau.§laq-ig-{,-eq-g-orlogpqdte-cylalpÍ1.*l!¡leq de dólares (3.122 rnilkrnes de euros); en el 2012 las ven-
alteraqiones_psjggp"llg_lgg9+r. l-]g5gJ-r-l pl-t!g,. el raramien- tas fueton de 9.000 millones de dólates (7.025 miliones).
te_U§!§_ss_e_"1g_fl,sxihli st,cgn:_úñqiu .ó" i; ¿á*6ñ' Debido a su eñcacia en los casos más gra',1'es, el uso de k:s
guq:X"-r:$J¡3.pp{qg_!e¡do a lt; largq dá¡ t19-¡-," fármacos se ha extrapolado a los que simplemente pade-
fil plA!-gqg -ej4_
rl el tra tami en t<¡ d el'IT)A I I tien e cu a tro cen rasgos del trastornq convittienclo el tratamientc, con
Elare $ la1nagplégiC ó; il iñ e !¿iáp ¿iit1;ó, d;, li i"i e.
r-amiil: estimulantes en una especie de atajo popular para meiorar
tg:ll$.p.r*§sy-d"9*-tehilq.,9."l-f g-d-"-c-qt-stq--.sllqt-.trabaiq- las calificaciones de los estucüattes sin tener efl cuenta el
dqrg q ¡99r1!e.1 ¡r_ cl! ¡i go._s. riesgo pata su salud.
FIoy los tratanientos más habituales están centrados en Por lo que se refiete a Flspaña, en el informe del año
la farmacr¡logía. Son los propios padres los que a veces lo 2010 del Comité tie Derechos clel Niño. organismo cle
piden, inclu)rendo otros fármacos como hipnóticos infan- Naciones Llnidas que vela por la aplicación de la Conven-
tiles (!!) para favorecer el sueño infantil, en oc¿siones alte- ci<in sobre Derechos del Niño, y en las recomendaciones
rado por ias vicisinrcles propias de la infancia (nacimiento clirigidas al Irstado español, en el apartado cle "Salud v
de un hermano, peleas efltre compañeros, cambios brus- acceso a sef\'tc1os sanltafios" dice texfualmente:
ccrs,..). Listos mismos padres catla vez más nccesitan <1ue
sea el méclico quien dé significado a los síntomas del niño. "l'll (lomité cxprcsa ta¡rbién su prcocu¡racii.rn por Ia il-
tirrmaciirn, <1ucindicn un ¿umcot(), cn un pcriodo corttl, cn la
prcscripci<in dc i-rsicocstimulantcs a niños tlia¡¡rostic¿dos con
un trilst()m() p(¡r dí¡ficit clc atcncitin c hipcractividad (11)AI I)".

58 59
"lil (lon¡itó ¡ccor:riencia ¿l I.lstacl<¡ parte quc exrminc con r Insomnio, cefalea, exacerbación de tics, nerviosis-
dctcnimicnto cl fcnómcno dc la prcscripcit'rn crccsiva dc mc-
mo, irdtabilidad, temblo4 mareos (Stahl, 2009).
dic¿mcnto-s ¿ los ttiiyrs y ad«rptc ipiciativas pitfa prop( )rcir )nx.
Lrs r-¡ue estál cliagnosticarJos con un'l'[)r\l J \,()tr()s trastonl()s
. Anorexia, dolor abdominal, pérdida de pcso.
dcl cornportamicnt<¡, así como a sus padrcs, madres v macs- . I'emporalmente puede lcntificar el crecirniento
tr()s. acccs() a una ¿firplia gama tle mcdidas y tratamicritos edu- normal en niños por su influencia en vad¿s hor-
cativ()s y psicolírgicos":". monas li¡¡adas a é1.
. Lipisodiospsicóticos.
Ilntre lcis factores que están influyendo err este il1cre- . (lonvtilsiones.
mento, según los expertos, se erlcuentran tanto la publici- . Palpitaciones, taquicardia, hipertensión arterial'
dad positiva de los medicamentos por parte de las farma- r Abust.¡ posferior de sust¿ncias (l1lkins, 2007).
céuticas -en IIE LIU los anuncios de fármacos con receta
no están prohibidos- crimo la presión de algrnos padres Iio general, los tratamientos con metilfenidato pre§en-
para que el compoftamiento de su hijo varíe. tan flumerosas [mitaciones. Fin primer lugar, no es infre-
I-os fármac<)s más utilizados son el metilferudato y la cuente encootrar familias reticentes a que su hiio o hiia
atomoxetin¿. EI metilfenidato es un derivado anfetamí- tomen medicatnentos. Fls un problema que no se da úni-
nico, que actr-ra predominanter¡ente liberanclo dopamina c¿mente ante el nretiifenidato, sino que es extensible a la
de los terminales dopaminérgicos presinápticos. Ifl me- ma)'or parte de medicamentos. Otras f¿millas §e mue§tran
tilferridato se administr? por via oral y iis absorbe rápida- preocupadas por las implicaciones éticas o neurobioli;gi-
mente en el tubo digesüvo. sus efectos aparecen entre 20 cas del t¡atamientc¡ de niños pequeños con psicofárma-
minutos y I hora después de la ingestión. Su acción dura cos o bien por el riesgo potencial de dependencia a estr¡s.
de 3 a 6 horas, según ios individuos. Esta circunstancia C)tro problema es que el ttatamiento tiene un tiernpo [mi-
comporta tener que hacer dos administraciones! una por tado de acción, de tal manera que, a fitenudo, Ios efectos
la mañana v la otra a mediodía. Se tiene que evitar la toma sr¡lo se notan durante las hotas de clase.
vespettina puesto que puede provocar dificultades para Aquí lray clue Írcl¿rar ciue Ia presentación retdrd de tl;.e-
conciliar el sueño. Su metabolito, ei ácido ritalínico, se eli- tilfenidato puede solventat este problema Y otros como el.
mina por la orina. tr.lg}oh de la dosis ingericla es excretada oh,-r<lo de alguna toma, las dificultades de administración
en las ¿18 a 96 horas (N{r:-va, 2013). del fármaco en la escuela y la estigmatiz^cion del niño al
Il,l metilfenidato puede tener los siguientes efectos tomar la medicación delante de sus compañeros.
secundarios: Finalmente, existe la limitación inhetente a las varia-
ciones en la respuesta. Se considera que un 7()7ó cle los
20 \/cr cl citirdo Inftrrmc cn cl siguit.nte cnlacc: http://u,rvurunicct.cs/sitcs,/ pacientes responden positivarncnte, lo cual comporta que
/( )bscn'acir xrcs.prl t. ( Jonsu) tad o d 27 / 03 / 2014.
wrvn: ruriccicsT'filcs en un 300.4 de k>s casos el tratamiento es ine{icaz.'lcrdas

60 ól
estas ümitaciones se tienen que tener en cuerita a la hora tarrúento2r.'thmbién sc recomienda ajustar la dr:sis cuan-
de prescribir el fármaco. do se administre a pacientes con insuficiencia hepática
I-il segnrndo {ármaco,la atom<¡xetina, se ha incorpora- o cuando se coaclministra con inhibidores de C\?2D6.
do más recientemente al mercado español. Se trata de un como la paroxetina, la fluoxetina o la quinidina.
inhibidor especíñco de la recaptación de la noradrenalina, En Catalunytthabia 5.000 pacientes con metilfenidato
no anfetamínicq con efect<t positivo durante todo el día, en el 2005 y en el 2010 aumentaron a 17.500, a los que
y que se puecle adtninistrar una soia \¡ez por la mañana. habrh que sumar otros 800 pacientes con atorn<¡xetina.22
Su eficacia sobre la sintomatología del TDAH es similar Por lo que se refiere a los efectos aclversos, hasta enero
al rnetilfenidato. La ciosis habirual en niños es <1e 1,2 mg/ del 2008 cn llspaña hubo 77 notjficacic¡nes por reacciones
kg, mienttas que en adultos las dosis oscilan entre 60 y aclversas, 40 graves v 2 de ellas tnortales. hln abril del 2010
100 mg/día. se cluplicaron pasando a 143, de las cuales 27 cortespon-
Los efectos secundarios más frecuentes son (Stahl, dieron a Cataluña, consiclerándose la rnitad graves.
200e):

. Scdación,cansarrci<>. Límites y posibiftd.a.des d.e los estimulantes


. Dismintrción del hambre.
r Incrernento de la frecuencia cardi^c^ y de la ten- I-as paiabras, los sigrrificantes que uszlmos par¿ nom-
sión arterial. brar, son hechos de discurso, y por ello mismo configuran
¡ Insomnio, mareos, ansiedad. agitación, irritabiü- la reaüdad, la crean y nos la presentafl corl url podeq que
dacl. Freud supo c ptr enseguida como el resorte de ese nuevo
. Boca scca, estrechamiento, náuseas. clolor abdo- lazo social que instauró, al proponer a sus pacicntes que
minal. asociasen libremente potque en ese fluir suponía una ver-
. Retención urinaria (en varones). clacl octrlta, ioconsciente.
Hoy [251u*os de antidepresivos o antipsicóticos ,v
No se recomienda su administración a menores de solo con esos térrninos ira se rislumbra ia idea dc que se
(r años. La revisión de hs datos procedentes de ensayos trattna de fárm¿cos capaces de revertir el cursr: de una
clínicos ha mostrado que la atomoxetina puedc producir depresión c¡ de una psicosis. F,sos fármacos neurolépticr-is
cambios clínicamente importantes en la presión arterial v 2l http://Ntrnt,rcrnps.gob.cs/iriltrrma/mrlaslnlormativas,/¡ncdicarncntr¡sL]srr
en. la frecuencia cardíaca. .Antes de iniciar el tratamientcr I lumano/scguridad/2()i 1/N l-\{UI I_25-20I i.htm. (}¡nsulrrdo el 2J/\t3 /2014.
debe evaluarse la presencia c-r ¿ntecedentes de patología 22 l)rtos dcl llutllctí dc liarmacovigilincia clc (latalLurva (rrrl. ll, núm. 2, mar-
cardiaca. Se debe ilevar a cabo una monitorización de la zr¡-abtil dcl 2{)1{). htp://u'sx2().¡lencat,car/docs/c,rlrrls¿lut/Nlinisitc/N{cdi'
presiórr arterial _v de la frecuencia cardiaca dutante el tra- cámcnts/1)rofr:ssiorÍrls//Ilutllctins /llolc dl*l iarrmcoviglancra/ [)ocrunents/
Arrius,illl\ *r{)ft,n2c.pdl (lonsultrrdo t\ 21 / t\3 / 20 1 4.

Ira 63
se reflovaron a partir de la década de los cincuenta )'se- que las características de una intoxicación suave inducida
senta, y enseg'uida la perspectiv^ de cómo funci6na- por estimulantes pueden tener ef'ectos significativos so-
ban cambiir Lapúctica clinica ), la^cerca
misma psi<luiatría com<t bre Ia hiperactir.-idad y la concentración. Se ha visto que
cüscip[na. Ilasta entonces, el paradigtra dominante era el estos efectos se generan en todos los niños y adlrltos, con
modelo centrado en el firmaco (MCF), según el cual un indiferencia de si fueron cliagnosricados dc TDAI'I o no
neuroléptico incluce en el paciente un estado mental por (Rapoport, 1980).
su efecto tóxico que, si bien puede inhibir una parte de sur Mejr:ran la capacidad de cc ncentración. especialmente
respuesta cognitiva v motriz, puede, pot ello nrismo, re- en tareas que no son interesantes en sí mismas o cuando
sultar útil por su poteflcial de sedación, 1o cual ayuda tam, se está fatigaclo o aburrido, pero ao meiorall las capaci-
bién a c'xplicar los efectos dañinos de un uso alargo plazc> dades globales de aprendizaje. Así como ies ha ocurrido
A partir de estos años hubo un cambio de hipótesis y se a muchas persolras que usaron y abandonaron fármacos
pasó al modelo centtado en la enfermedad (MCI1), según similares para adelgazar, los efectos de los estirrrulantcs
el cual los fármacos acruaban tevirtiendo las enfcrmeda- en los niños con problemas de atención se desvanecen
des mentales subr.acentcs al ayudar a testablecer el n<¡rmai cuando se prolonga sr-r utilizaci<ln.
fr"rnci<;namiento del cerebro. I-as alteraciones mentales .Algunos expertos han argumentado que lcls niños con
obvias producidas por la m¿yor parte de los fármacos TDr\l{ no desarrollan tal tc¡letancia porque sus cerebros
psicoactivos se pasan por alto y son interptetadas como tienen algo diferente. Pero de hecho" la pérdida de apetitcr
carnbios en el trastorno subvacente (TMoncrieff, 2014). y el insomnio de lc¡s niños que inician la toma de fárma-
Ifste nuevo modelo se halla estrechamente unido a las cos para el T'DAII se van desvaneciendo progresivamente
teoúas qtre afirman que la patología mental está causada por y, corno ahora sabemos, lo mismo ocurre cofl sus ef:ectos
un desequilibrio químico. Al observar clue ei fármaco actúa sobre el comportamiento. Parece que es pot desarrollar
en los sistemas de neurotransmisión, se cr¡menzó a propo- una tolerancia al fármacr,, el motivo por el ctral su e.6ca-
ner que la causa radicaba en una anormalidad de estc¡s sis- cia desaparece. Nfuchos padres que quitan los Fátmacos
temas. Lo cierto, comr¡ señalábamos antes, es que ningpin a strs hijos encuentrafl quc su comPortamiento empeora,
trastorno psiquiátrico ha sido indiscutiblemente vincula- lo cual, muy ptobablemente, confirma su cteencia en la
do a una alteración bioquímica concreta (I)eacon, 2013). eficacia del fármaco. Pero su ccrnduct¿ efirpeota Porque
Fisa hipótesis del N{CE sugicre que Jos estimulantes el cuerpo del niño se ha habituado al Fármacc¡, lo mismo
corrigen un desequilibrio químicq si bien a día de hoy clue ocurre a muchos adultos si bruscamente dejan el café
no hay pruebas de que est<¡ exi.sta en los cerebrc¡s de las o el tabaco.
personas con'|I)AI{, y tampoco de que los estimulantes En dosis altas los estimuiantes pueden causar conduc-
funcionen en esa lógica. Por el contrario, ei N{CF- puede tas de tipo obsesivo-cor¡rptrlsivo v mol.imientos arrorma-
dar cuenta fácilmente de strs efectos sobre el'IDAFI, ya les (tics, muecas), cfectos bien conocidos desde hace años

65
por los colrsumidc)res de drogas. Irn dosis bajas aumentan mucho meior clue 1os que solo obtLlvieron psicoter^pia o
la capacidad de concentración, para centrarse en una úni- tatamiento habitual en la comunidad. I-os fabricantes cle
c tare . reduciendo su interacción con el resto del entor- lc¡s medicamentos disüibu),eron miies de separatas dcl ar-
no, y producerl una sensación de calm¿. tículo a los médicc¡s en llri mofi]eflto en que el diagnóstico
l,os ensal'os clínicos existentes son mu)' cortos, el más de'IDAH seguía una curva asceodente.
extenso se prolongaba 28 semanas mientras c¡ue los esti- Iln una segunda fase del estudio, los investigadores
mulantes se prcscriben durante años sin que se pueda, por hicieron ei seguimiento a los niños -v cofirpararon su e\¡o-
tantq evicienciar su efecto en el largcl plazo. I-Iasta ahora, lución, pero los investigadores va asignaron al azar las di-
ningún estudio ha encontrado a largo piazo un beneficir¡ versas opciones de tratamiento, por 1o que esta fase fue
(de la meücación pam el T'DAII) sobre el rendimienrcr menos rigurosa científic¿me'nte. lln agosto dei 2007, los
académico, ias relaciones con sus compañeros o sobre investigadores del MfA oftecierc¡n los primeros datos de
los problemas de conducta, que en realidad son las cosas seguimiento, que para entonces ya no mostraban diferen-
importantes clue hay que mejorar. "I-Iasta hace poco, ia cias en el comportamiento entre niños que fueron medi-
mayotía de los estudios sobre estos fármacos no habían cados y los clue no lo eran. Pero los datr:s sí que mostraton
sido debidamente randomizados y algunos de ellos tenían que los niños que tomaron ios medicamentos durante 36
ottcrs defectos met odr:lógicos" (Sroufe, 20 12). meses sufrieron una pérdida de peso y un descenso del
Ill estudio más serio hecho hasta ei momento es el Iis, crecimientor+.
tudio de Tlatzrmiento Nlultimodal de Niños con TI)AII Sabernos por otra parte que los estudios que encuen-
(Mf'A)ri reafizacT¡¡ por el NIN{LI §ational Instirute of tran efectos positivos en los fármacos tienen más posibi-
N{ental t{ealth) una de las agencias de investigación bio- liclades de ser publicados que los que no los encuentran o
médica y del c«tmportamiento más importantes del (]o- que destacan que son dañinos.
bierno federal dc listados Unidos. F'ue diseñado para pro-
bar si los niñr:s diagnosticados con'II)AII tienen mejores
resultados cuando son ffatados con medicar¡entos, con El baen uso d.e l.a medica.clón en la únfancla
medicamentos v psicoterapia, con psicoterapia solo o con
tratamiento habirual en la comunidad. Ei análisis inicial de Por supuesto que el uso de la medicación en niños y
14 meses, publicado en 1999 con lc¡s niños asignados al adolescentes es con,enieúte en algunos casos, pero como
azat a Ltna de las cuatro opciones de tratamiento, mostrír
lusde sl Tllhos ámbitos de la vida, su uso debe es-
claramente que los tratados con la medicación lo hicieron 24 lin el cstuclio I\l'l'A se ha halltdo una mctlia rle a Lrs 2 ¡ñ<¡s dc segui-
'rltur'¡
mir'fltr)1,.111 cm mcn()r dc la cspcradit por cdrxl, v una mtdia rle pcso 1,3 kg
23 lrttp://uu,rvnrmh.nih.gov/funtling/clinrcal-trals-lor-rcsc¿rdrcrs /pncticil/ inlcrior.,\ los 3 anos dc scgumirxrto, cl urupo quc recil:it'¡ trttamiertr¡ farmaco-
mtirf multimodrl-trcatmrrrt,ol-¿ttcntir >n-dc{icit -hypcractivitv-clisr¡rdcr-mte - Ligico mostrti un crccimicrt() r1c 2 cm mcnt¡s quc c1 grupo no trctlicailo, v un
stud¡'.shtml. ( lr;nsulradr¡ tl 23 / oi / 2(t1 4. pcso mcdio 2,7 kg inledor (l\f lA, 2007).

66 61
tar bajo condiciones de seguridad y rigor protesional. que atribuye al cuerpo la causa de sus conductas y actos.
Y cuando se trata de la infancia con mayor r zot:, por- Induce la creencia en padres y profesores de que el mal
que sabearos que el uso de los medicamentos en niños y comportamiento es resultado de la enfermedad y el bueno
adolcscentes presenta dificultades objetivas vinculaclas a del fármaco.
ios efectos específicos que introduce. Thntc¡ los relativos Ill segundo son los efectos nocivos comprobados ya
a ias üferencias del metabolismo en los niños, como a expuestos: los exlrapitarnidales, los trastornos del sueño,
los efectc¡s clesconocidos, todavía, de algunos de ellos. I:.1 el aurnento de peso c¡ ia indifetencia emocional, a los que
Ministerio de Sanidad español admite, en una nota a los ha,v que añ¿dir aquellos declaraclos solo parcialmeflte,
ptofesionales sanitaricrs, referida al metilfenidato, que "su como es el caso de las ideacione§ suicidas2(' c¡ las agresio-
mecanisr¡o de acción no se conoce con precisión" v que nes inducidas2T. No hay que pensar que los psicoestimu-
"flo se dispone cle datos suficientes respecto a los posibles lantes produzcan síntomas psicóticos pero sí que lcls ocul-
efe'ctos a largo plaz,ct"25. ten, e incluso los estimulen, impidiendo así un abordaie
Por otra parte, y como sucede con la ptevalencia acfual adecuado de esa sintomatología de manera más precoz.
del trastorno bipolar, en paidopsiquiatria se ha optado por I{ay que tomar en cuenta que el metilfenidato, consumido
una generalización de las referencias de la psiquiauía de a \¡eces por latgr:s periodos, es bioquímicameflte similar a
adultos en los diagnósticos, muchos de ellos importados. lns estjmulantes que luego esos rrrismos ióvenes pueden
'Ihrnbién se c¡L'¡serva una emulación de las p¿utas clínicas, adquirir en discotecas o after houts como dtogas de dise-
y ahora también en la ioclusión de lr¡s niños en los estu- ño (1"i2ón, 2007). frn el añc¡ 2006La' Iif)A estadounidense
dios clínicr¡s, prohibición vigente hasta hace muy poco. constató 1ó muettes súbitas por anfetaminas v 8 por me-
Iixiste pues el riesgo de un uso normativizanre y punitivo tilfenidatr¡ (Lapotte, 201,3).
cle Ia medicacií¡n: la mcdicación podría sustituir, a modo
de camisa de fuerza química, ese castigo no ejercido por
26 Lr I rl)r\ cstrrclounicietrsc fue cr¡ntrutdcnrc al alert¿rr quc cl nlttlicrtnlcnti¡ Str¿'
los padres. tcrr¿, utilizado frccucntcmcnrc para t{¿tlr cl 'l'l),\l I, "llutric incrüxentxr los
Thmbién haY coincidencia, entre numefosos e,\peftos, pelsenient.os suiciclas o inturtos rlc suicirlio tn nitios v tdolcsccntcs" (lil)A
sr>bre lc.¡s di'"'ersos efectos secundarios, nada desprecial¡les. Alcrt 09/2(X)5). (irnsultailo ct 23/03/2i1.4: http://rvrvrufrlagor/l)rugs/
.lrl prirnero es la desresponsabiüdad que pueden introdu- l)rugSa fcty / l)ostmerlictl)r ugSatctyl nforlnittionlirtl'a ticntslndl)toriilcrs /
ucrnl 24391.htm
cir:, tanto respecto al profesional, que se siente liberado
27 Los sl¡cesos dcl instituto dc (irlumbinL:. tlondc dris ldoicsccntcs itrurrl¡ic
de tratar al sujeto y a su angustia, como del mismo niño,
ron con arln¿s pct'pctrando trlít tnitilllz2, llelo ¿l (loblcrno fcdcrtl" prcrio in-
tirrmc clcl scn,icio si:crcto tluc crrnsraló a:l crxlsL¡tnt) rcgrrlar clc cs,ls itit'cncs
25 http://r'rvw:acmps.gob.cs/infirrmr/notaslnft;rmativls/mcdicamcntost_lsrr 'asesinos y dc otros cn succs()s srmlucs. a rnridiflcar lt trtl¡¡r¿tirrt quc hastir
I Iumanr>/scguricladl2{)t)9/NI*20t]9-01_mctilfenidato.hrm . hn¡:,//s rv*:cmca. clltonccs pcrmitía a los dircctorcs cscol¿rcs rll:ligu a los paclrcs I mctlicar t sus
curLrpa.eu/ cma/indcx. jsp?curl=clocumcnts /rJocumcnt_librrrry/Prcss_rcle¿, hijos diar-nosticrcl¡s cr,n'l'l),\l l. htqr://psvchirtricfraucl.or¡¡/crtcgrirvfcok,ra-
sc I 20{\9 / 1 1 /W (.5t)(X } 1 4589.s jsp ( ltxrsulradr> cl 23 / 03 / 201 4. do-ncn,s/scht¡r¡lsrcoloraclr>¡errvs/ (lonsultado c\ 23 / 01 i 2ll1 4.

68 ó9
¿Qué criterios podríamos estabiecer, pues, para un acerca de los ptofesionales que atienden o han atendid<>
buen uso? Antes que nada. conviene precisar con dgor la a su hijo M. l:ll niño tiene 12 años, está diagnosticado cle
indicación. Para eilo clebemos considerar el padecimiento 'I'DAI{ y según la madte no está sufrcientemente medic¿-
subjetir..o del niiio, su eficacia para favorecer el uso de la do. Eilla habla de 1as dosis, la frecuencia de las tomas, la
palabra y la reducción de ricsgos graves, entre ellos el efec- comorbiüdad, como si fuera una experta. Cuando logro
to de desresp<¡nsabil-ización que conlleva la medicación, y prefluntade en quó puedo avudatle, continúa haciendcr
el efecto esti¡ynatizante, que produce la impresión en el caso omiso de mi inter¡,encióu, con la letanía de agravios
sujeto de que iray also inherentemente clefectuoso en é1. que ha strfrido su hijo. f)e tc:pente toma ufl descanso y me
En segundo lugar se deben calcular los efectos subje- habta de su hijo mavorJ, de 17 años, al que ahota ella le
tivos. siempre presentes, en la significación que el niño da ha diagnosticado también lI'Dr\H ), 1o ha confitmado un
al hecho de "tragarse la píldora'". l,os rrralestares psico- psiquratra que le rrisita. La medicación, añade, es correcta
ló¡¡icos no son entidades "naturales" inmunes a rilrestra y sie nota en krs progresos cle J, que había deiado el ptimer
explicación o interpretación, sinr¡ situaciones cuya srgni- curso de bachillcr sin tertnitlar.
ficación interactúa de tal m¿nera que ia vivencia de esos Vuelvo a preguntatle en qué podría ayudade y es en-
síntomas y cler las respr'restas que damos forman parte de tonces cuando me mira y me explica que ha descubiertcr
las "soluciones". que ella rristna -flracias a las chadas de la asociación de
En tercer lugar hay que asegurar el seguimiento médi- afectados del fDAI{ a la que asiste rcgularmente* es Lln
co y h26s¡1. de manera coordinada con otros profesiona- TDAII adulto. I{a vivido todos estos años, desde qr-le rie
les intervinientes. Una paradoja habitual de los psicótro- separó, preguntándose por 1o que le pasaba' Ahota ya lcr
pos es que se prescriben para un tiempo bteve (3-(r meses) sabe y ha empezaclo a uedicarse. Espera que yo corrobore
y luego se rnantienen para evitar el efccto de su retirada, el diagnóstico familiar y confirme los errores de los clíni-
vtl'a\rez <1ue el niño ),a está habituado. De alf, como decía- cos que no atienden bien a su hiio rneflor.
mos, la percepción ertónea de padres y docentes de que P, padre de R, una chica de 15 años, me explica -ante la
el medicamento funciona porque al retiradr¡ se observan denuncia de su hija por haber sido golpeada pot el padre-
efectc¡s rebote, lo <¡-re también asusta a los niños y adoles- clue efectivamente él Ie dio LIfl tortazo Porque ella le res-
cefltes al deiarb. pondió de malos modos. "Pero, añacle, el lunes mismo (esto
ocurría un sábad<¡ llamé a un gabinete de psicoiogía que me
tecc¡mendaron, para que le hicieran la prueba del'lf)\I{".
Consultas y asesoramiento a los padres Ante mt asombro por la relación que establece elltre la re-
beldía 1, el'I'DAI1, me aclara que es obvio que una niña que
Una señora acude a la consulta para manifestar, en los pri- no respeta la autoriclad de los padres tiene un 11)AH, 1o
meros 15'r' sin que yo pueda detenerla, todas sus queias sabe porque 1o ha escuchado en la escuela a otros padres'

70 71,
T, un adolescente de 14 años, lleva 1 mes en Barcelona, rendimieuto escolar se verá disminuido y esto puede re-
huys¡¿. de la virilencia en su país natal, donde vio cómo percutir negativamente en su futuro profesional.
mataban a su padre por un asunto de narcotráfico. Ape- Ante esta constelación de problen:ras y tensiones intra-
nas entiende el catalán y se le hace difícil seguir el ritmo familiares, tesulta obvia la necesidad de ayudar a los pa-
escolar. Está inquietc¡ además porque buena parte de su dres a encontrar estrategias que les permitan leconducir ia
familia sigue en su país v teme que pueda haber repre- situación y. a l^ vez, evitar aquellas respuestas parentales
salias contra ellos. La tutora le aconseja a la madre que que pueden contribuir negativamente en el curso.
consuite porque cree que T' puede tener un '|DAI-I ba- Para ello, debemc¡s cc¡nÉar eo los padres para que a
sándose en su comportamiento en clase, donde se mues- partir de su saber colaborcn en el tral:ajo con slr hijo/a. Iil
tra desatento, mor,.ido v casi nunca acaba las tareas. La lugar que les dan:os. viene marcadr: por el principio ético
madre cluda de si h¿cer la consulta porque le parece que que orienta nlrestra intervención, Que tiene una doble ver-
ha pasado poco ticmpo desde que llegaron y cree que es tiente: la participación y la corresponsabilid¿d. Iisto quiere
norr¡al que'I'no haya superado esos d<¡s duelos: el del decir que nosotros les rendimr¡s cuentas de sus derechos
padre y el migratorio. y de nuestros deberes col1 la condición de contar con su
lil sufrimierlto de estos padres, colrro el de muchos saber, que nos lo transmitan porque elk¡s sabcn, )' tiencn
otros corl niños diaEtosticados con Tl)Alf, es evidente, derechcl a que no utilicemos nuestro saber contr:a elios.
v c1ué duda cabe de que Ia existencia de un hijo o una lúja
Por otro lado, ¿cómo pensar la incidencia st¡bre sus

cc¡n T'[)AH suele generar: importantes distorsi«rnes en el hijos? En ningrin caso corno culpables de la patología del
seno de la familia. En este marco se hace difícil delimit¿r hijo sino como corresponsables, como sr.rietos que pue-
den responder, con ei hijo, de eso que está pasando.
si el problema es una consecuencia del trastorno o pre-
Cuando se acusa al psicoanálisis de culpabilizar a los
viamente ya existían clisfunciones familiares. Hay que se-
padres, sc repite un tnito que, si bien ha podido tener al-
ñalat que la hiperactividad es más frecuente en niños que
gún defensor en otto momento, hoy carece para nosotros
pertenecerr a famiüas que tienen problemas conyugales, o
de cualcluier fundamento. l,a culpa es un afecto universai,v
bien cuaodo se dan relaciones hostiles entre paclres e hi-
constitutivo clel sujeto hurnano, ya que temite a su vínculo
jos. -fambién la existencia de dinámicas famiiiares caóticas
al "otro" y al dcser:. Nos sentimos culpables por desear
contribuye ne¡¡ativamente en la evolución del caso (Nlor¡a,
y a la vez nos sentilnos culpables por 1a insuficiencia cle
za1.3).
nuestra satisfacción28. Son dos manifestaciones de lzr culpa
Es también una circunstancia aceptada por toclo el üferentes, qLle nos poflen en la pista de la complejidad y
munclo que vivirnos en una sc¡ciedad competrtiva y cflm-
biante, que somete a las personas a enorñres tensiones 2ll iSassols, i\[.¡ l3crtnguer, li.; Ubieto,i. l{. (2014). "l']l sentimicnto clc culp'r".
[)ossict (iulture(s). l,t l'an.quttnlit cdiciiin del miúrcolcs, 5 dc mrrrzo d(l 2(]1'1,
psícluicas; por lo tanto, la presencia de un hrjo conT'I)AH
pág 3-5. (imsultadr¡ cl 23/(17/2¡11. http://rvrvrulavanguartliacom,/culttt-
suele comportar temores de caut al futuro, puesto que su ra / 201 ttlljlll / 54.1()21t02835/ cl-ssntirniclrtcclc-culpa.html.

72 /-)
variedad de ese aFecto cuyas raíces inconscientes sc.¡n evi- deríamos la singularidad de las posiciones subietivas que
dentes Q'acan,2001), son patentes en un mismo núcleo familiar.
Algunos padres mani6estan su culpabilidad por la pa- Irreud (1981), en el inicio de Psit:olqgía de lat mau¡-y aná'
tobgía del hijo v la asocian a determinados deseos y con- liú del yo, dice que "En la vida anímica indiviclual, aparece
tingencias vitales que pervir.en para ellos más allá de nues- integrado siempre, efectivamente, «el otfo», como mo-
tta interpretación. Seda ornnipotenlc creer qlre nosotros delo. objetcl, auxiliar o adversarir-r", indicando así que los
podernos modificar o fundar esa culpabilidad. mr.¡dos del r'ínculo entre padres e hijos son diversos.
Ils más interesante datnos cuenta de que la causali- Lacan (201,2) ptecisa más estos vinculos disti.nguienclo
dad de una patología va mucho más allá de los deseos o dos lugares posibles. El lugar sintomátic<¡ del niñr:, cuan-
volunt¿ci de un progenitor. I)e hecho, nuesfta vida es el do encarna Ia verdad de la pareja parental, como es el caso
resultado cle una compleja interacción en la que habría de un muchacho que Presenta una fuerte inhibición inte-
que incluir diversas r.ariables: lectual, que pone de manifiesto el conflicto entre los pa-
dres marcado por un secteto familiar del que no se quiere
1. I-a "hercncia" familiar que incluve datos genéticos
(clebe) hablar. fil niño, con su no qlrefer sabet, tros l-rabla
(variablcs y con plasticidad genéuca) v datos sim-
de eso que hace sintoma en 1¿ familia.
l:ólicos (nombres, dichos, significaciones, rnodos
de satisfacción): la incidcncia del lenguaje sobre
Ill otro r'ínculo c¡ue señala Lacan es el del niño que
encarna el objeto del fantasma materno y rcaliza así ese
nuestro cuerpo y nuestra organi.zación mental: lc¡
lugar objetalieado. Allí no hay mediación v encontr¿mos
dicho v lo no dicho.
las formas de la psicosis infantil.
2. Las vicisitudes de nuestra biografia: lo suceclido
F)r ocasiones, además, se clcpositan en el hiio los peo-
(accidentes, enfetmedades, traumas) y las signifi-
rcs ternores y expectativas de fracaso, asociados a estigrnas
caciones que se han clado.
3. Nuestra propia elección: tanto en término de sig- tamiliares (antecedentes de enfennedad mental, alcohoüs-
nificación e interpretación de 1o sucedido v de los mo, r.'iolencia...).
dichos familiares como de las elecciones de los Para pensar en círrrro dirigirtros a los padres no debe-
modos de satisfacción. mcrs olviclar que ellos son padres y alavez sujetos (ro*-
bres y mujeres), y es por esa doble condición pot 1o que
Reducir la causalidad al primer factor v atribuir toda la los tomamc¡s como intedocutores con el olljetivo de des-
responsabilidad a los progcnitores es ignorar que el sujeto piazados de una posición en la que ellos mismos están.
siempre elige, aunque esta sca una elección forzada. Es ig- identifi.cados con ufla cettez^ ("nú hiio es un discapacita-
norar la subjetiviclad comc¡ dimensión que el inconsciente do", "yo tengo la culpa de su'11)AI{").
siempre pone cle manifiesto cuanclo la qucremos relrrirrrir l)ebemos invitades a oftecer su sáber para qtre al
(sueños, actos fallidos, retorno). Sin esa variable no enterl- hablar, diluyéndolo en su palabra, eilos tolnen posición

75
como sllietos, ofrcciendo finalmente también a su hijc> Un ttabajo de sensibilización que incluva algunas ex-
una posición de sujeto. I-legado el momento, es necesa- plicaciones sobre las carácterísticas de la enfermcdad y sus
rio que ellos sepan dejar caer esta certcza, este saber no concliciones evohrtivas se hace necesado. No tanto para
dialéctico. Cuanclo decimos que ellos tienen un sabeq lo ptoporcionar etiquetas, sino para hacet comprensibles las
que decimos es que ese saber no es ajeno a las plopias vivcncias dcl sujcto l para ctrcsti<-¡nar ciertos csdgmas so-
vicisitudes de su existencia. Flsa idea, que a veces puede bre la asociación "natural" entre patología rnental v vio-
ser muv frja, remite generalmente a las propias dificultades lencia posterior (I'DAFI en la infancia y conducta antiso-
subjetivas dc los progenitc¡rcs. cial juvenil) c¡ délicit intelectual.
L'lsta convetsación con los padres puede tomar ia for- Iil trabajo grupal con padres puede permitir así situar
ma de un trabajo indtvidual con ellos, a solas o en pareja, esa dificultacl en una setie que, sin obvj.ar la cliñcultad, lzr
donde ia estrategia fundamental es la de colaborar con su trJraúvtza. P<.¡r c.¡tra parte, las soluciones de cltros padres,
saber, vaciándolo del peso de la c.erteza fantasmática, to- explicitadas, pueden servir de ayuda y apoyo al resto.
mando en cuellta todas ias indicaciones anteriores: culpa- Cuando planteamos un trabajo grupal con padtes, te-
bilidad, dialéctica, saber acoger su surfrimiento y tomar en nemos que hacerlo bajo el concepto de un "taller" más
cuenta su posición subjetiva. que de una "escuela", ya c¡re se üata de un lugar dondc
Ilay que saber qtre este trabajo no es fácil y que en- todo el mundo debe construir algo a partir de herramien-
contraremos muchas r.eces efectos de reacción terapéu- tas que ponemos á su alcance: el tlebate. las películas, ios
tica negatir.,a, esto es, urn boicot a cualcluier cambir.¡ de la cuentos, materiales de la cultura" Los profesionales dina-
situa.ción (proccsos de mejora ligados a una separación del rnizamos ese taller.
hijo), que ponga en peligro equilibrios y horneostasis que Una particularidad de ese trabajo grupal y colectivcr
apottaü ut claro lteneficio a los padres. Una mu.ier quc hov son ias formas asc¡ciatir,'as de esos grupos de padres
tetroccde ante su propia pregunta por la feminidad puede y/o de afectados <1ue cacla vcz cobran más importancia etl
basar en el cuidado del hijo toda su existencia. Si esc¡ se la definición misnra de las políticas públ-icas.
modifica, la angustia que ella tiene puede frenar cualquier 'fenemos ejemplos muy tecientes de la incidencia que
emancipación del hijo. algunas asociaciones han tenidr¡ en ámbitos colrlo la ater-
Otra manera de trabajar con padres incluye el grt4ro ci<in del
-IDAI{r", o de otras patoiogías como el autisr¡rc'r.
que, a veces, puede ser url escenario priviiegiado para Su condición de lobhie;; (grupos de presión) los couvierten
abr¡rclar cuestiones que en la atención individual pueden en actores especialmente escuchados por los políticos a
entrar en un irupal.rc por patricuianzar en exceso la situa-
29 l,¿ liedcr¿cirir lispañola dc .,\sr;ciaciotrcs elc A1'utla ¿l l)óficri clc ,\tcncirin e
ción. I{ay cliEcuitades que son colllunes a muchos niños
I lipcractiridati 0tlir\,\l),\tl) cs una mr¡ciacitin sit rinimo dc lucro cread¿ cn cl
(alimentación, moviüdad, aficiones repetitivas) y que cada añ<¡ 2()02 !'quc rcúfle ¿ mris dc sctetrta rtsociacioncs 1'c,tieradls. Ifl'lr\r\l)AI I ¿s,
famtTta puede ver como singuiares y propias sin dimensio- irdcmis, socio ñrncl:rdor y ¿clilo ¡rir:mbrrt dc h rtLl curopca clc asoci¡cioncs de
nar el ptoblema. atcnción ¿l'l'l)AI l,,\l)l II)-liurr>pc. hltp://u,rvu:tcracllh.or¡¡/cs

16
causa clel eco social que plreden tener y del rédiro electoral atálisis sereno del caso en particular l'rehuir las tenden-
en luego. cias medicalizadoras.
La mayoria de estas asociaciones -si n<¡ todas- están Los probiemas de comportamiento escolar son siem-
fotmadas por familiares. afectados y asesores, que son pre manifestación de uil entorno socirri más o menos de-
ptofesionales que colaboran en la organización del grupo, sértico, como señala rnuy bien Concha fiernández (2008),
la definición de objetivos y de las estrategias de actuación. que se enquistan y perpetúan en tanto en cuanto los di-
Por ell<i no deberíamos delar de lado este modo de ferentes agentes sociales, padres, Profesores, políticos y
participación política y colaborar en esos movimienros demás profesionales irnplicados. en sentido amplio, desde
para aportar nLresffa orientación y porque ese ffabajo inci- el periodismo hasta la medicina, desertan de una auténtica
dirá luego en nuestra ptopia prácttca profesional. posición de compromiso. Culpar al niño por un compor-
tamiento inadecuado, dejado caet del sistema educalivo,
publicar titulares alatmantes t¿les como "Delincuetrtes
Trubaio en red: atención social, educación y salud desde niños" o convertido en enfermo son, todas ellas,
posiciones más o menos desertoras, que matltienen in-
La complejidad inhcrente a muchas de las dificultacles cuestionables todas las demás condiciones.
diagnosticadas conlo TDI\I{ nos obliga a repensar nues- Algunas recomendaciones útiles para el n-raneio de
üos procedirnientos v a compartir la estrategia del caso los niñ<-¡s y niñas con'ID¿\I{ en las aulas sofl las siguien-
con los otros profesionales que se ocupafl del niño/a: do- tes: a) controlar el ambiente de la clase, manteniendo un
centes, trabajadores sociales, clínicos. 'Iodo ello con clos orden, una rutina y una previsión; b) <>rganizar la clase,
objetivos básicos: lograr una representación compartida disponiendo de zonas cle trabajo aisladas, clue sean uti-
del caso (Libieto, 2012) que situe las manifestaciones de lizables por aquelkrs ¿lumnos con condiciones similares;
hiperactividad en un marco más global, y al mismo tiem- c) planificat los horarios, procurando que las asignaturas
po coflserlsuar un plan de trabajo conjunto cuando sea académicamente más fuertes se den en hotarios matina-
conveniente. ies v estableciendo pausas entre las diferentes clases; d)
f)e entracla conviene ser prudentes y no etiquetar inventar nuevás estrategias, de fc¡tma que el niño/a con
apresuradamente aquellos alumnos que presefltan com- 'fDAF{ tenga ei apoyo de otros alumnos más estables. En
portamientos perturbadores en las aulas. No siempre un resumen, se trata de {ár,orecer que los doccntes puedan
comportamiento hipcrquinético o un déficit de atención implementar aqueilas estrategias pedagógicas más adecua-
sotr indicativos de TDAI'I. "fanto el grupo clase como los das para la optimización de los tecutsos personales de los
propios docentes se encuentran también sometidos a exi- alumnos con 1'I)AI{ (Moya, 201,3).
gencias a las que ticnen que responder. Se hace neccsario, Ho,v ya contamos con urla mulúplicidad de experietr-
pues, implementar acluellos mecanismos que permitan un cias que trat¿n de convertir la escuela et un lugat autó-

7B 79
nomc, y acogedor, en un espacio amable y vital, donde Itsos posibles del trabajo en red.
los niños y los jór,enes puedan crecer en la seguridadyla
confr,anza de un entorno que les permita el desarrollo de Liste abordaje que toma como base el centro escolar
sus facultacles, la expresión y la creatividad. resuita insuficiente si no se enmarca en un Plan más glcibal
I"os maestros cr,rrnplen una función básica porque con que incluya -siempre clue sea posible- a otros profesiona-
su buen hacet permitut veriÉcar -en su encuenffo cori les que constituven la ted misma que iñter\¡iene en cada
el niño y el adolescente- el alcance de su interés por sLr caso. Nuestra época está huérfana de la uetdad*ettendida
deseo. I,e avudan a capta! cc¡n idas y venidas, su apuesta como Ia palai:ra úluma y definiriva- y pot ello nos hace
por encontrar la salida, ]¡a que si el maesüo desfallece en falta una conl'ersación sobre las acciones posibles, donde
su deseo y abandona, puede hacer imposibie el acceso al el poder de la palabra toma el lugar del fundamento. Si
saber del sujeto. El maestro le permite hacer c<ln un pa- ho1, proliferan los comités clc ética es potque ya no dis-
dre, tal como nos recordaba Freucl en sus escritos sobre ponemos del oráculo quc pronuncia ia sanción definitiva,
adolescentes: por 1o que será necesario que c()nverscmos a partir de una
"I.a escuela secundaria, empero, ha de cumplit algo ética de I¿s consecuericias, clLle se rige por la pra€ynáúca y
más <;ue abstcnerse simplemenre de impuisar a los j<ivenes no p()r las buenas intencioncs.
al suicidio: ha de infundrdes el placer de vivir y ofrecedes La atención de casos en el trabajo en red se basa en la
apo)¡o y asidero en un períndo de su vida, en el cual las existencia de una conversación regular entre los diferentes
condiciones de su desarroll<l les obligan a soltar sus r,ín- profesir:nales que integran la red. Esa cnnversación impLi-
culos con el hogar paterno y con Ia familia. Me parece in- ca una c«-,munidad de cxpericncia que se consútui-e cr>tncr
dudable que la educación secundaria no cumple tal misión un vínculo social eutre los servicios de atención social,
y que en múltiples sentidos queda muv ala zaga de consti- educación v salud. a pattir de uu territorio común y dc una
tuir un sucedáneo parala familia y despertar el interés por realidad de ttabajo compartida (infancia en desgo, violen-
la existencia en el gran mundo. No es esta la ocasión de -11)ÁI-1).
cia de género, adolescencias,
plantear la cr'ítica de la edr-rcación secundarja en su estado Para que esta conversación sea productiva, y no un
actual; séame permitido, sin embargo, destacar un único simple blablabla, hace f¿lta que se den algunas condicio-
factor. l,a escuela nunca debe oh,-idar que trata con indi- nes que constituyen 1() que caracteiza el "rnétodo" de
viduos todavía inmaduros, a los cuales no se puede negar trabajo que proponemos. Una disciplina que vectorice el
el derecho de detenerse en determinadas f¿ses evo1utir.,as, trabajo de esos profesionales ,r, permita, de esta filanera,
pcir ingratas que estas sea11. No ptetende-rá. arrogarse la encontrar una orientación conjunta, requisito básico para
inexr:rabilidad der la existencia; no querrá ser más que ufl no perderse en ias derivas y derivaciones, tan frecuentes
jugar a ia vida" (Irreud, 1972). en el sistema de la multiasistencia. Sistema caractenzad<¡
por otganizarse a partit de la respuest¿ a una pregunta

80 B1
básica frente a un caso susceptible de atención: "¿esto me sal¡idc¡ puede f¡ncionar (Floffmann, 1998)' Allí se nece-
toca mí?". A partir de aquí, ,v siguiendo los protocolos sita anticipación y ¡e se put:cle exactalnente declucrr, sino
^
existentes" el prof'esional atiende y/o deriva el caso, sin que hay que abducir, inventar hip<ltesis explicativas ntre-
implicarse con el resto de servicios, buscando la máxima vas. Iiste adivinar se funda sobre lo que Peitcc denomina
optimización de los recursos. Vana ilusión que la tozuda la costumbre, el hábito (vinculo social, lo sedimentado, lo
realidad desmiente, va que ese real, que se quicre evitar, ya sabido).
retornlr siem¡rte bajo la forma de reincidencias, boicot E,l tercer supuesto de nuestr<¡ métodq el supuesto me-
terapéutico, falta de adherencia al tratamiento o, i.ncluso, todológico, nos señala la c<tnversación como la mod¿lidad
violencia del sujeto hacia los profesionales. específica de articr-rlar esos saberes diversos, procedentes
La propuesta dcl tral:ajo en red, y de la consúucción de disciplinas diferentes. Lln modo que implica la interac-
del caso colrro su elementc-r cenffal, se organiza a partit cle ción, y no solo el strmatorio de clatos. L<> real de nuestro
otra pregrlnta: "¿cr'rmo puedo yo colaborat en la atención objeto de atención (dificultades escolares, fenómenos de
clel caso?". La propia preguntá incluye )¡a al otro profe- violencia, negligencias parentales, fracasos y precarieda-
sional como parfenuirc en ese trabajo colaborativo, f exi- des,..) no obedece a una ley predecible, como tampoco las
ge, por tantr¡, la birsc¡.reda de formulas de consenso y el personas cofr las que trabaiamos. P¿ra nosotros se trata cle
cr.rmpromiso mlltuo, exigencias que toman Ia fcrrma de un otas leyes dc¡nde lo subjetivo, ,v sus características pto-
supues to ético: parucipación y corresponsabilidad. pias, confnrman otro modo de abordaie y otro método
El segundo supuesto, el epistemológico, es el que en- ajustado a ese objeto de trabaio. La com'ersación es una
marca la construccií¡n del saber como el resultado de una respuesta ai sinsentido del acto, al hecho obvio de que
elaboración colectiva, flo como algo que los profesiooales ese re¿l no siempre se revela como comprcnsil¡le porque
ya saben a priori, sin necesida.d de escuchar ai niño, a su nLrnca es lineal ni previsible. N{ás allá del sentido y la sig-
familia ni de escucharse ellos mismos. Lnplica rcchazar el nificaci<in que siempre buscamos a los comportamientos
sal:er como un "todo" ya constituido y suponer, en cam- humanos, ia realidad es que a veces mlrestran su sinsen-
bio, qr-ie eI otro siempre tiene algo por decir, siempre hay tido de firanera cluda (suicidi.os! condustas de riesgr: ex-
algo pot llegar en ese vínculo transf-erencial que establece- tremas)"
mos con los sujetos y las familias que atendemos. l,a agitación que mttchos niños y adolescentes, diag-
Iisa convers¿ción debe pues desarrollarse en el límite nosticados de IDAI-I. üluestran, como las familias v Ia
vacilante entre 1o "ya sabido" y Io "no sabido", 1o que que- vida misma, está llena de secrctos y de sorpresas' lil mis-
da por construir. El lógico Chades S. Peirce hablaba de la mc¡ términc¡ caso procede tle ca¡u.r, que es alg<t que cae
abduccirfu para referirse a ciertas zonas de la elaboración por sorpresa, de manera desafortunada, colll() unx contill-
del saber, en las que no se puede operar sin la capacidad genciir. Ignc»rar este datci es sigto de tin rechazo a 1<¡ más
de adir.inar, -va que ninguna aplicación mecánica de 1o va propio e íntimo del ser humano. Por cso, cuando eflcon-

B2 83
tramos en ai¡Eunos profesionales resistencias a conversar, o f,,a organizaci.ón comc¡ clave ante la espontaneidad
podernos suponer que se trata de resistencias a ese real en y el voluntarismo.
juego. Cuando no hay conversación tenenros otra cosa, o I.,a interdisciplinariedad como patrón de relaci<ln
teflemos la negociación, donde no se trata ya de construir intetprofesional.
ufl caso, sino de sah,aguardar el estatuto y los privilegios . La orientación como finaiidad primordial del ta-
cle c¿da un<¡. l.,a <tpción está clara: es lo r¡no o lo otro. bajo compartido.
Iista conversación que tenemos que pfomover úcnc . El sostenimiento como beneficio secund¿ric¡ de
hoy un rnodelo en expansión: las redes sociales (liacebook, csta cooperación.
Twitter, Vhafupp), que facilitan un tipo de conversación
cou algunos rasgos básicos. [il principal de ellos es que Por eso, si tuviéramos que estabiecer los nÍnimos requi-
el cuerpo se escabulle produciendo una seuclointimidad sitos para decit dc una praxis que es un verdadero Úabaio
(se puede decir cualquier cosa sin hacerse responsable de en red. tenddamos que encontrat en el modelo de con-
ello) v de paso se ahorra el compromiso. Iis por eso por lo versación que mantieneü los profesionales los siguientes
que esta conversación online está llena de ilarnadas "perdi* rasgo§:
das", citas que no llegan a térrnino o ñnal|rzan pronto con
decepci<in. . Cara a c^r^i la presencia del otro no es sustituible,
si bien las "fIC resultan muy útiles para intercam-
,.en-
¿Quién es nuestro verdaclero /tartenuire en este
cuentro"? Podernos estar seguros de que nc¡ es el r¡tro, biar información (ro para producir saber).
sino nosotros mismos, y por cso parece más un monólo¡¡o r Constante y regular: solo la continuidad da seutido
narcisista que un diálogo con dialéctica. El trabajo en red a la actuación.
p¿fa nosotr(>s, extraído de nuestra experiencia de lnÍetxar- o Alrededor de un interrogante: el eie de Ia c<¡ns-
xe.r31)-d¡¡¡¿" la presencia del 'IDAH es reler.ante- es una trucciót del caso tiene que partir de aquello que
conversación de otro tipo. Lo podríamos definir como: no sabemos y causa nuestra conversación.
"otganizar una conversacií>n intercüsciplinaria con el fin . Global y singulat: nos hacemos una representa-
de orie¡tarnos y sostenernos en nuestra tarea (casos, pro- ción compartida cle la situación (familia) sin c¡lvi-
yectos, institución) ". dar la posición v singularidad de cada miembro.
Llna definición minimalisra pero que ya incluye todos . Poner por escrito el proceso y los acuerdos: escri-
los aspectos básicos: bir es ya ordenar los elementos, priorizar acciones
y formalizar el compromiso colectivo.

3t) I il I)ro!Írmr Intcrx¿r.rcs sc rualiza en ci disrito tlc I lorta-Grúnardri (llarcc- La alternativa a la construccii¡n del caso es hoy la ritua-
)ont) dcsJc ilario 2()t){), c incluye las djicrcltcs rctles tle atcncirjn sr>cial, cducir-
cirir
hzacion de la intervención mediante el abuso de los proto-
1 salud c(rtfrlrdzs cn iniurcia I f¿milia: u t,rui¡tr:r\1tr\cs.nc[

84 ó1
colos. Es una práctica dominante que va en el sentido de todzación de los esfuerzos colecdvos' )¡ colt el apoyo ins-
la repetición, sin lugar parala sorpresa y la invención, que tirucional que asegurá el teconocimiento y la estabiiidac{
nos hace volver siempre al mismo punto de desencuentro, del equipo de trabaio.
en lugar de tomar las riendas del asunto. El culto al están- ¿\bcltdar desde la escucla, y en coordinación con ser-
dar de lapúcttcamonitorizada va contra todo aquello que vicios sociales ,v saiud mental -cuando así convenga* la
constiruye nuestro principal activo como profesionales: problemática del TDAI-I exige construir el caso en el mar-
nuestro juicio y nuestra valoración criica. co de un trabajo en red que se fiIuestrá como una prácti-
lil juicio es siempre Ltn arte y no la aplicaci<in automá- ca colatr<¡rativa dc gran utilidad e inter:ós para lns propios
tica cie la teoría, por eso implica r{esgos. Entre lo universai afectados, sus familias y los profesionales implicados.
(todos los'IT)AH funcionan rgual) y el caso particular, hay
qr"re incluir el acto de juzgar, quc no es unir.ersalizal>\e ni
automatizable. l-a consffucción del c¿so es precisamente Cómo darse el tiempo de escuchar a los niños y adn-
un métr¡dc¡ para sostener ese acto de irzgar al que ningún lescentes hipetactivos
profesional (educador, médico, trabajador sricial) debe re-
nunciar ilunc¿. so pena de volr.'erse vulnerable a cualquier IJemos dejado para el final el abordaie clirico. qlre lra-
otr<l juicio decisorio, sea del sujeto o de las directrices ad- taremos cle explicar mediante dr¡s viñetas clínicas. Algu-
ministrativas. nos autores (Campamá, 2003; I3rignoni,201.3, Vil| 2013)
li,n el trabajo en red, todo caso debería construirse, pues, señalan lir imperrt:lncia de cr¡locar al niño o 1¿ niña comcr
ala maneta de I-a¡ A,[enina.¡. ComoYelázqoez en el cuadrq sr-rjeto activo v responsable )' alrrdadr¡ ¡ analTztt las causas
los profesionales se retratan allímismoporque ellos forman de sus sínfomas. Iista r,ía no es incompatible con el tra-
parte del cuadrr¡ (NIiller. 201 l). Iil profesional, a diferencia tamiento fatmacológico, pero sí comporta una§ coorde-
del experimentador en su laboratorio, no es un personaje nadas muv diferentes a parlir de las cuales el indivi<luo se
externo puesto que pertenece de llenr¡ a ia expedencja.l".a puede hacer cargo de lo que le Pasa.
"contamiriación" subjetir.,a está asegurada porque el vín- hln un momento en que los niños y los adoiescentes
culo transferenciai que L1n profesional establece con las están rrrás solos que nuflc¿, co11 su velltana vi¡tual y ante
personas a las que atiende no es aséptico ni neutrai, es un la ftagilidad del otto, que parece desertar de su función, es
r,-inculo de compromiso en el que él pone su saber teóri- importante que encontremos una forma cle con\rersaf coll
co, sus competencias v obligaciones legales, pero sobre ellos. una pragmática de la convetsación.
todo, pone su implicación personal como elemento clave Su punto de paruda no podría set otro qlle tornar en
en la génesis de la confianzay de su autoridad prof'esional. cuenta ese malestar de inicio como un síntoma, y ay'udar-
E,sta tarea. para que tenga continuidad, hav que com- ies a encontrar la fórmula de tratado haciendo hablar a ese
plernentarla con la coordin¿ción v el li.derazgo, como vec- cuerpo, mudo pero agitado, leyendo esos acontccimientos

86 B7
de cuerpo. J:jl síntoma es lo más real que renemos y por palabras, música, baile, dibu¡o. fotografía, rap, cuerpos ta-
ello reclama toclo nuestro interés. Muchos de estos niños tuados, peinados, fr¡tmas de vestir.
conocen lo que: les pasa: despistes, malas notas, problemas Pero descubrir y hacer suyo el p(esentimiento no es
con los maestros y los padres, crisis impulsivas, a veces fácil, rápidamente emerge Ia angustia de no dar la talla, la
estados depresivos, pero no saben por qué les pasa ni qué solnbra del fracaso, de no tener nad'.r digno para pfesen-
parte de su ser está implicado en ello. tarse al "otrc)". Surge la regresión ,v los impas.re.f en forfl1a
Ei método que proponemos se basa en manterler con de inhibición escolar, conductas petrudradoras, consu-
ellos una conversación que conjug;ue dos vías: el acompa- mos, prácticas de riesgo que pueden "confirmar" su e\-
ñamiento v la exigencia. Esto implica estar a su lado, cn clusión y el No Iiature.
una cierta posición de no saber, de no suponer de entrada Cuando ios nriramos y los clasificamos poniendn el
todas ias explicaciones y estar abiertos a ia sorprcsa que énfasis en sus dó:frcits (trastornos, ftacaso, adicci<ines) blo-
cada unr¡ lleva. queamos, más que facilitamos, la salida de ese túnel qr"re el
lil segundo ingrediente de ia fnrmula, propuesta en adolescente, como decía Freud (1981a). debe perforar en
su día por el frlósofcr ,.\iain (19ó7), la exigencia, implica una dclblc vía: cumplir las exigencias sociales y dar satis-
no cerder ante la apatia,, reclarnar el esfuerzo y avudarles facción a las pulsionales que el nuevo cuerpo sexuado le
a transfbrrrar su malestar en una pregunta producti.i,a, a plantea.
establecer ulla perspectiva clesde donde mirarse en ese tra- Ningún adolescente es aieno a la rrlirada del otro adul-
yecto que va del presentirniento. eso que cada niño ima- to, de hecho muesüan sensibilidad extrema quc los
r-rn¿
gina con más o menos claridad que es su deseo de ser hace escclnderse efl el anonimato de su habitación cerra-
adulto, a su realizacií¡n futura (Frcud, 1981a). da, ios parques desiertos o el ciberespacio. Susttaer§e a esa
Nos referimos con la idea de presentimiento al anhelo mirada es una necesidad que a veces implica cierta corl-
de hacerse mavor real,izando aquello que le es propio y frr¡otación.
que le ¡rermitirá vincularse al "otro" y le proporcionará un I)ades un "sí", mostrando nue§tro deseo como edu-
cierto sentimiento cle utilidatl social y personal. cadores o clínicos, arriesgando tluestra decisión, más allá
Para ello nc¡ tiene otra que coflstruirse una vida "ejem- de los protocolos establecidos, abre la posibilidad de que
plar", algo que le sirva a éI ya que no se dispone delpret-a- ellos escuchen Lln "no" frente a las deril'as cle su goce
porterni de Ia medida estándar. Realizar este presentimien- mortífero (drogas, peleas. abandonos escolares). Sin acc¡-
to requiere r-ur lenguaje nuevo, que sea propio v donde ger el maleslar no hay credibilidad ni obedicncia. \'¡a qu('
cada adolescenle se reconozca. Un lenguaje desafiante v tndas ias soluciones les resuitan fálsas.
provocador; sentido como vivo i, que diga algo del ma- IIol. todr¡s los profesionales estamns sometidos c¿cla
lestar experimentado. Iiste lenguaje, como veremos en \¡ez más a una monitortzaclín excesiva, que sin dttcla fictrcr
los casos expuestos, se hace con diferentes herramientas: algunas ventajas. como la disr¡inución dc la attgtrstia anttr

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el qué hacer; pero tambión diversos inconr,-enientes, entre médico, da un prime{ nombre a su malestar ,v ya irrtrodu-
ellos que cl excest.r de burocratizaciín debilita el ejercicio ce un primer equívoco en el sentidc¡. Equír'oco (IACI Ifl
de pensar y por encle, el de formarse criterios adecuados, por'I'D:\[{) que tiene toda su importancia con relaci<in a
-su
clínicos, educativos o sociales. "saber" inion:,ciente y por tanto bomado dei tegistro
consciente.
Iniciamos la couversación sobre lo que trae en la
CasoL:«TACHE" mano: muñequitos pequeños de I{inder. f)e entracla llama
la atención su excesivc¡ infanti[smo y la temática <Je los
Llna viñeta clínica nos muestra cómo practicar esa con- dibujos que hacc: animales con bocas grandes, abiettas Y
versación. Z e s un niiro cle 11 años que viene con la madre con fercries dentaduras. Ilabitan el subsuelo y aternorizan
ttas haber sido diag¡rosticado como 'I'DAii v medicado a las pocas personas que hay arriba y a \reces lanzan fucgo
con metilfenidato. I'Ji la madre ni la tutora ven mejolía y por la boca y provocarl itrcendios y explosi<lnes. I-as se-
han perdido \a conhanza eri esa solución, además, cada iiotr"* son muy tranquilas, no se levanta nunca de ia silla,
vez da ffiás muestras de mal humor en casa v en la clase. habla muy cluedo v mantiene stl atención cuando me dirijo
"Está tranquilo y de repente explota", dice su tutora. "Ije- a é1, y especialmente cuando la madrc o Ia hetmana me ha-
ne una hermana mayor que estudia en la universidad y es cen algún comentario a la enffada o salida de las sesiones.
la que más se oclrpa de él pot<1ue la ma<ire trabaia muchas Suspender de entrada el diagnóstico e interesatse por
horas. A su padre nunca 1o conoció pero le han explicado 1o que él trae es la primera operación de acogida. Suspen-
que era minero y una explosión lo sepulti>. .En realidad no der nuesro saber experto quiere decir que oo ponemos
fue así, ios padres se separaron tras una relación tormen- en primer lugar la clasificación como argumento. Ilso
tosa -poco antes de n^cet Z* y é1 sigue vivo pero nunca no implica nega( que este chico tenga un'-[DAI'J, pero
quiso saber de su hijo. Ivladre e hija acordaron dade esta sí inteiesarse por la manera particular que tiene pata él la
versión. J-,a rnadre, cuando lo recoge, lo besuquea ), le dice desatención yia inquietud. Cí¡mo ha construido ese sín-
siemprc frases cariñosas reiacionadas con lo oral: "te voy toma tomanclo apoyo en las coordenadas significantes de
á comer, mi niño". Iln casa es el rey atendido dócilmente su historia. Cuál es su manera propia de agitarse y en estc
por ias dos mujeres que se lo hacen todo y a lo cual é1 caso explotat
consiente -no sin momentos de angustia. La segunda operación inciuve tratat también al "otro"
Cuando lo recibo se presenta diciendo que es un "'lh- del niño, esa red adulta, especialmente la familiar. ()cupat-
che". r\nte mi sorpresa me deletrea su nombre: "T r\ C se de cllos dcvienc una tarea itnportante para 1>crmitir <1trt'
H E", hago cara de no entender v añade que también se todo aquello que se puede plantear en ese ámbito f¿mrliar
llama Z. llsta presentación, en la que se hace reptesen- cor¡lo un destino irreversible para ese niño: ftacaso' par:r
tar por ese si.gnificante tomado del "otro", en este caso sitismo, marginaiidad, pierda algo de peso y abra tttr tnar-

90
gen de elección para cada sujetct. De ahí que una pnmera F,ste trabaio dura todo un año, un tiempo flecesarl()
propuesta que les traslado a rnadre, hija y pot supuesto a para que Z encuentre algunas respuestas a pregunt¿s quc
Z es la posibilidad de inscribirlo en un centro de tiempo lo inqrúetaban, preguntas acerca del deseo del "otro" v
libre, al tiempo que les indico la conveniencia de que deien de su lugar. Irs el tiempo necesalio para cerrff un cicl<r
de haccde todo lo que é1 ya puede hacer por sí mismo, y permite que esa conversación haya tenido efectos en la
incluiclo dormir solo. Esta prescripción apunta a introdu- regulación del cuerpo y su relación co11 el saber. Iifectos
cir r-rna separación de Z respecto a esos familiares que lc,r patciales que corresponden a un ciclo que volverá a ¡brir'
nornbran como un sujeto infantibzado, dependiente v lo .se más adelante sin duda, cuando otro acontecimiento clc
atrapan eu ciena as6xia. cue{po -como ahora ha sido la hiperactividad- vuelva a
Paralelamente, en las sesiones con é1, le puntúo algu- hacer emerger una satisfacción ciuer pide ser tratada Por la
nas de las escenas y de los petsonajes terroríficos, siempre vía de la significación. Se trata solo de una primera \'"uelta
ferneninos, y le indicó su posición complaciente en la es- airededor de algo tachado qtre 1o a¡ita ¡' para 1o que dcberá
cena familiar. El habla entonces de las pesacüllas noctur- l:uscar soluciones en cada momentr¡ r''ital.
nas y de sus miedos en casa, ligados a personajes de su Podríamos resumir l¿s claves de esa conversación en
juego simbólico. 'I'emas que no estaban en el inicio, donde tres elementos: la hospitalidad (acoger el malestar), el cn-
solo aparecía la inquietud. cuentro (tratarlo con otros) y dar (se) el tiempo -el suv«r
Al cabo de dos meses la rnadre y ia hcrmana acceden ): el nuestro* que hace falta pata esas
tra\¡ectorias vitales.
a explicatle a Z lc:t que ocurrió cie verdad. Él no prr.c" Hernos particlo pues del síntoma, de aquello que no
rrlulr 5e¡Ot.t dido y se interesa pot algunos detalies actua- funciona (as distracciones cle 7, e¡ el aula) para apo-
les del padre. Proponerle ufl encuentro (tiempo libre) con yÍrrnos en la parte inventiva de este mismo síntoma (os
otros, un lugar y un laz<> donde ser uno más entfe otros. drbuios y personajes del subsuelo, de la otra escena, los
y al misrrro tiempo limitar la asfixia familiar. descompletar nombres y equívr cos). Pocfuíamos optar por eliminar ese
a ese otro que 1o vigila permanentemente, es la sep¡unda síntoma. calificando negativamente aquello que el suiet<-r
operación que incluye nLlestra conversación. hace al considetatlo como indeseable o falto de interés. Si
Sus dificultades escolares disminuyen pero no desapa- lo hiciétamos así mr»stradamos fluestro despteci<'r pot las
recen, v según la tutota mejora su actitud, más atenta y soluciones que busca el suieto y nos coiocaríamos en l¿
parti.cipativa. Ya no trae los muñe<luitos ni dibuja. En su posición de "saber experto", de aquel que sabe qué ie con-
lugar explica historias con sus nuevos amigos del casal, viene al otro, pero sin tomar efl clleflta el declf del otro'
habla de los grafittis (marcamuy ügada al hacerse un nom- Los niños saben más de lo que les suponemos halli-
bre para muchos acloiescentes jóvenes) que ha empezado ruaknente. Por eso interesarse por sus cosas es cstablccc'r
a hacer, y prcguflta hast¿ cuándo tendrá que seguir vinicn- las bases de un vírlculcl transferencial que haga ¡l<lsil>lc st'r
((t'a
do ahora que se s¿be" todo. escurchado por el sujeto. Es a ttavés de esas prodttcciotrcs

92 91
singuiares, y no del atrincheramiento (reforzamiento de ertrada en la escr¡ela, después de asistir imegularmente a la
str lazc¡ a la etiqueta diagnóstica) a la categoría unfi,ersal, guarderia. pareció cahnado y se mostró como un niño aie-
como pueden ellos rencontrar un lazo sociai. [re, participativq aunque un tanto despistado. Su primera
Flster ttabajo es lo que permite que algo, que en un iutora ya lo desiEyró corio nervioso e hiperactivo'
inicio puecle ser un malestar difuso (hiperacavidad), más Los padres comparten un rasgo: ambos fueron "hiios
tarde se exprese como Lrn síntoma constituido, algo que machacad<¡s por los padres"' 1' tienen la voluntad de ncl
ya nos incluve porque, además de la satisf¿cción incons- repetido en sus propios hiios. La paradoia !s que eso que
ciente cluc supone, también se dirige al otro. L,n este des- elüs ttatan de olvidar, 1o actúan en'I'a través de este largo
plazamienro -dei agobro por estar en el aula a la asfixia periplo por difetcntes tratamiento§ reeducativos (6 años) y
familiar- tenemos ya ufia operación de construcción de ésta vigilancia coustante, lleua cle "pistas -dicen* y paut¿§
un síntoma, que no es sino la aperlura de una pregunta para corregir sus déficits". F.l sc 1o lra clich<-¡ vnrias vcces y
pot éi mismo, por Io que quiere hacer v que ya va didgida ie lo recrreicla cuando le ptoponen venir a verme: "queréis
cürectatrenl.e a nosotros. Si no nos conectamos a eso que que sea perfecto y yo no pueclo sef como a vosotfos os
iuventan, aparcce el desierto del "otro" y la desconexión de su hiio
§ustaría';. Para el padre, la lentitud v los despistes
del niño/adolescente vía el mutismo o directamente el re- prorro.ot su cólera y la madre se hace presente baio una
chazo violento. modalidad que'f significará más tarde como asfixiante'
1'se sorprende de que no ie proponga ninguna prueba
y q.r. op"nas le ptegunte. "¿Iintonces, si nc, tengo nada
Caso 2: "DESPISTADO" qrré hu."t podemos hablar?" f)e eso se trata, le confir-
mo, de hablat de 1o que te hace sufiir. l'-ln su relato se va
Si en el caso de Z predomrnaba la hiperactividad ¡, la haciendo patente la dificultad de separarse de ese mundo
impulsir,'rdad, en esta segunda viñeta veremos más cla- infantil, m¿rcado por la omnipresencia materna v por su
ramente la falta de atención, el <¡tro síntoma nuclear del c<¡nsentimiento a ese lugar de obieto-tapón de la madre'
'fDAI-I. f', de 12 años, es traído pot los padres poco antes Durante tiempo, incluso ocupaba el lugar vacio del padre
zr la
de pasar al instituto. Algo nuevo había surgicio en su viejo -viajero habitual* en el lecho conyrrgal, cc¡nsolando
síntorna de déficit de atención con hiperactividad. Ahora madre y sustifuyendo así la ausencia paterna.
se muestra desafiante con los profesores v ello resuena de Seniiirle a los signos clel deseo del otr<¡: cambios de
manera particular en los padres. Nacido en una covuntura ertonación. vacilaciones, enfados, fiia siempte su mirada
de crisis para los padres, la rnadre, muy sola durante el em- v su escucha en lo que pasa a su altededor. l)e su pres.en-
barazrs, relata su agobio durante los primeros ¿ñr¡s de vida iación extraigo un significante qr-re él ttae: "des-pista-do",
de T', marcados por dificultades de salud: bronquitis asmá- en el que resuefl¿n las pistas que §u madre y los reeduca-
ticas, drenajes en el oído, lloros e inquietud frecuentes. I-a dotes le proponen como gu.ía. Lo repito,v añado "(despis-

95
tado) pero muy atento". En las sesi<lnes, centradas en sus Fll encuentro con el agufero de la castración, con esa
conflictos cotidianos familia¡es y escolares, vamos ope- falta, le ha hecho presente la muerte y la sexualidad como
rando una rectificación, señalando su complacencia con el dos realidad.s p^io las cuales el discurso común fan-riliar
"dejarse hacer", por la rnadre y por ios amigos que a ratos ya no le sirve. Le f¿ltan las signiflcaciones y le sobran las
se budan de é1, así como sll participación, nada inocente, sensacic,nes corporales clisplacenteras. L,a vergüenza le
en el desencaclenamiento de la cólera del padre. apremia ;'1e empuja, 2 veces, a respoüder por el insulto r-l
lil acontecimiento surge de itnproviso, bruscamente. pot el acto de desafio.
Ill abuelo mate,:no, personaje muy cercano, sufre un ictus Esa división srrbjetiva que'l' exper'ílxenta entre la flos-
cetebral apenas reconoce a los familiares v ya no puede talgia del goce inianúI, aquello que ve perderse: su posi-
acompañar a 'f' a coger ranas o cazar pájar<>s. Ill "Otro" ciiin cle niÁo objeto de los cuidados maternales' y el drama
se muesffa ahora en falta. En esa misma época sufre una clel nuevo real (un cuetpo sexuado) implica conlrontarse a
butla en el colegi«r por parte de los amigos: lo dejan sin un vacío de significacr6ny a Ia necesidad de crear una nue-
ropa en las duchas y tiene que saliq desnudo, a buscada va lengua. Para esto es también indispensnble un nuevo
fuera. Se <¡frece entonces, alamirada de los otros, en falta. territo;io "éxtifiro", que abie lo íntirnc¡ de ese vacío y lo
La covuntura, surgida en su entrada a la pubertad y con exterior dc la farnilia, un lugar que él sierlta c()mo proPi()'
el horizonte de un final de ciclo escolar, suponc un punto lin nuestra conversación, Lina vez despeiada su inicial
de inflexión en el anudamiento infantil de f'. Su cuerpo se nominación de TDAII" damns un lugar importante al trsc'r
ve ahora "manchado" por una falta que le produce senti- que ahora hace de su t'mafiphona y del lazo que le procura
mientos de extrañeza, tristeza y rabia. a través rJel whul¡ap7 con sus colegas y al margen de. los
Al poco relata nna escena que se le repite últimnmente padres. Ill crea grupos ul11sext mlxto§ y acept¿ partlclpar
cada fin de semana, cuando viaja con su hermana y sus áe otros. Iixplora á través de esta realidad virtual darse
padres a la segr.rnda residerncia. Va pegando su cara a la otro nombr* D. -orr.nto ha encontrado uno, que di-
ventana y siente que está solo a pesar de tener a los padres buja como un tagv sin traducir: NOIY'[-LF'R[], sacado cle
y a la hermana al lado. "}rs -dice* como si yo no fuese de un personaie de iómrc, un rcbelde <1ue desafía la omnivi-
esa familia", conro si estuviera exiliado. J--e enffa uná gran gilancia. I'Iacc cle t:sta manera otro uso -raás propio y rnás
congoia l¡ Lrna tristeza inmensa que no puede evitar. ieparad., de los di.chos famiiiares y la voluntad de goce
No lo habla con nadie porque le da vergüenzay le fal- que compottan- de su desPiste.
tan palabras para nombrarlo. Su "despiste" ahora tiene la
' Como efl el caso anterior, donde Z cncuentra en los
forma de una soledad frente a ese goce nuevo e inquic- grafittis y el grupo de calle un lugar clonde dccir algo de su
tante que aparece en su cuerpo y en su pensamiento. Des- áalestar, T invento Ia fórmula de la conversación ouiine
de hace unas noches se toca los genitales en medio de la Quhatvpfi y un nombre aieno a io famiüar, para
ir siguicn-
excitación 1, la atr¡¡ustia, sollozando sin poder contenefse. dc¡ sus propias pistas.

96 97
3. PERSPECTIVAS Y CONCLUSIONES

Cada época se c<¡nftc.rnta a 1a tensión entre aquello


que emerge como novedad y aqueik: que Permanece in-
r.ariable. Ñi¡os movidos y desatentos con relación a los
aprendizajes los ha habido siempre. l,a n<¡vedad rarJica en
ia mentalidad contempotánea, iigada a la prisa y a una rlo-
cid¡n del tiempo que no contempla la espera ni el trempo
para conprender.
La hiperactiviclad, de la que cl T'DAI I es su tnarca "pa-
tológica", es pues el signo dc nuestra época. Nos habla
cle la sustjtuci/¡n cle una noción del tiempo que incluía la
espera v el medio piazo cotno momentos ineludibles en
ia consecución de obietrvos, por un tiempo de lo instan-
táneo, deljwtÍ in time (¡consíg,uelo val), cuy'o paradigma es
internet como sLlpresión clel espacio y dei tiempo, cootde-
nadas clásicas de la modemidad.
Se trata de un tiernpo de la hiperactividad (Ansermet,
2012) que se presenta como ur presentismo absclluto y
por tanto está ftlera dei tiernpo: todo sucede iunto 1' al
mismr¡ tiempo. Es el nuevo territorio del suieto rtahikt¡"
,éz4q dispetsado en mírltiples tarcas (ipod, otdenador, mó-
vil, tv,...) como si c<¡triera desesperaclo para que nada se

98 99
le escape. La exigencia de satisfaccií-¡n es insaciable pero No se ttata pues cle un juicio sobre la existencta o u<r
1a ¡'tand«sja es que esa satisfacciónno persigue otra cosa del'I-I)AF"I sino de comprender -más allá de la clasifica-
que la insatisfacción que sicmprc rcencuentra a pesar de ción <Iiagnóstica- a qué alude, cómo v cuándo §e puede
su esFuerzo. detectar en la escuela, la familia o los setvicios de salud,
Flste carnbio implica la anulación de la ftrnción psico- cómo se diagnoslica v qué imphcaciones tiene, como el
lógica de la espera (Llbieto, 2004), crucial para introducir hecho de al:órd¿r estas problemáticas más allá de un sim-
un tiempo de compren<ler entre el instante de la mirada y ple enfr xlue farmac, rlógic.r.
el momentr¡ der concluir (Lacan, 1971). La h\:eractividacl
' Ilr;,v es evidente qué asistimos en todo el munder occi-
anula el ticmpo p,¿rl ff^tx así de anular la pérdida y re- clcntal a un sobrecliagrrírstico, y Por tanto. a una sobreme-
cuperado todo, como si fuera posible cumplir ese anhelo dicación, de los niños y jóvenes diagnosticados de T'DAII'
contemporáneo del "no percler el tiempo". Al vi¡,ir solo Las causas, hemos visto, son múltiples: intereses de la in-
en el presente, la atención se pierde porque atender impli- dustria f¿rmacéutica, presión de los padres, muchas veces
ca la discontinuidad del pasado y el futuro. Toda la exis- desorientados ante las dificultades de sus hiios. criterios
tencia sc reduce a un instante de ver disperso al que cada clínicos poco rigurosos, sobresaturacié¡n de las aulas'
uno se aliena, sin atender a las causas y consecuencias. Todo ello hace que se configure Llna maflera de pensar
FIoy las palabras y los cuerpos se separan sin que las ai niño y sus malestares, que corre el riesgo cle oividar su
normas estándares (prácticas educativas, valc¡res socialcs, con<lición de suieto y reduci.r:lo a un cue{po que padece un
reglas familiares) consigan alcanzar ese empalme que con- trristorno del que no tiene nada que decir.
im-
tendda la agitación de esos cuetpos que quedan, muchas Jil lilr.o !a gugrido poner el énfasis en señalar lacom-
veces, abandonados a sí mismos y a la conexión con los g>--ilep-¿ie C.¿.!1 suQgpvidad e11 t<;clo el proceso de
gadgets y los objetos qr-re pueblan nuestra existencia (I-au- plüOsr ql-l Dr\F-l $-.p-11Heul:idad" -ds la -éPp"-.. en qrl.Te:
rent,2013). itsrt "l,gt,lr-* l+ pfil+ y A l" "illltften-9o. !--?-9-ubjqti-r1ida{
Iis por ello por lo que la clase TDAII sirve muy bien 4.l *ñ;.i {lg";*tddr::-dS-jP-$H expresan así
.1¡19
.u99.§ §ig!gr1íl§,. pef q gue
para nombrar ese malestar de los niños y adolescentes, qq. gale q4 ef f es -
g
.qgg .cq+fl'pl:q
cuyas causas son diversas. Permite así ponet palabtas a un p-g-+dga.qinra-c-i-qtpqsp¡ry,.,cf
sufrimiernto que incluve a todos: nirios, padres y profesio-
- iv.g¡¡as.
Lacan destacó, como una de las aportaciones centra-
nales. Los propios sujetos se adueñan hoy de categorías les de fireud, la prer,'alencia dei síntoma en e1 sujeto con-
que les son propLlestas por los especialistas para hacer un tenrpotáneo, como aquelb que interroga a cada uno' Illsc
usr¡ de ellas "off label" (I-aurent, 2014). Los individuos síntóma, construido en la relación ttansferencial, convt>ca
se reclaman como hiperactivos, autistas o bipolares ¡lara también la strbietjvidad de los profesionales que no Ptle-
rei'i'indicar sus derechos y generan toda una literatura tes- clen pensarse fuera del cuadro en el que se dibuian iunt<r
timonial. a Ios pacientes o educandc¡s. l,a "contaminacil.¡n" -ctl hc-

100 i0l
chc¡ de flo ser observadores neutfos- en este caso no es
un impedimeoto ni un problema sino 1a razón rnisma que
sostiene el'u'íuculo transf'erencial entre u11os y otros.
l1n el capírulo de las recomendaciones finales rccor-
damc.¡s algunas ya comentadas: reaiizar un cliagnóstico
pteciso, hecho pot profesionales especializ¿cl,rs y que siga
las recorncndaciones internacion¿les (Anguera y Nfoya,
2U10); el l¡uen uso de la medicación siguiendo criterios
de dgor profesional; la acción tutr:rial cc¡mo factor clave
en la recr¡nducción de ios problemas de cornportamiento,
puesto que es el principal ,"-ínculo transferencial del mar- BIBLIOGRAFIA
co educativo (F-ernández, 2008); un trabajo en red entre
los diferentes profesionales del ámbito educativo, clíni- (Alain) Chartier, E. A. (1967). PrEot' .¡ar l'édw¡¿lion,
co y social (Ubieto, 2009). Nuestro ttabajo ticne sicmpre París: PLIF.
una dimensión de acto individual y por ello insustituible. Amador Campos, J. A.; ldiázabal Alecha, M."
Fln cierto modo, aun uabajando en equipo. cada unr¡ está A.; Sangorrín Garcla, J.; Espadalet Gamissans,
s<-¡k> en ese acto. Pero para que esa soleclad necesaria n<> J. M.; Foms i Santacana, M. (2002). "Utilidad de
se transfornle efl un aislamientc¡, hace talta favorecer el las escalas dc Conners para discriminar entrc suietos
c<>n y sin tr¿stoñ1o por déficit de atención con hipe-
encuentro con l<¡s otros profesir¡nales del equipo y de las
otras disciplinas. ractividad". P¡icothen¡a (vol.14. núm. 2. pág. 350-356.).
I'Iablar con el cuerpo es un hecho propio del ser ha- Angell, M. (2006). ILt perdad acerca t/.e l¿t indastriafarrua'
cdu¡ica. Ltimo no.r eqqañan qué ltacer al re.r]>ecto. Bogotá:
blante, "<.lecimos" pues alg¡o de lo que a cada uno nos agi- -y
ta. aufl sin saberlo, como recuerda Lacan en la cita clue en- Norrna.
cabeza este libro. Nuestra tarea como clínicos es entonces Anguera, M. T.; Moya,J. (2010) I-atprob/.emut'dt ¡om'
portamienlo en lo.r niñot-y ado/e¡ceate¡ de Calaluña eÍadio du'
leer esos cuerpos -afectados de 'I'DAJJ* no al modo de
la ¿uscultación o el blablabla, sino tomando el eje de las riptiuo del trailonto por dejdl de u.lendónf lra¡lotvo de mndacia.
invenciones sintomáticas, como vimos en los dos casr¡s N e ce¡i dude¡ e da mtiuat q a e ge nera n. Barcelona: l)epartament
expuestos. Solo a partir de ahí, y situándon<.¡s como sus d'L)nsenyament. Generalitat de Catalunlra. bttp:/ /
intedocutores, podremos incidir en aquello que la catego- \\\\
ñ'.esanlc at.cat f catf Pr-rblicacions/'fDAI{/Default.
ría rigidifica al n<¡mbrar al sujeto como un déficrt, con el htm. Consr¡ltad<¡ el 23/04/20t4.
cual difícilmente logrará un vínculo social no segregatn'o. Ansermet, F. (2012). "T<¡do juntr:, todci al uismo
Rescat¿r su singularidad es una tarea ética irrenunciable. tiempo". Papen (nun. 2). http:/ /wv/w.congresoamp.
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