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Revista de Psicopatología y Psicología Clínica

Vol. 2. N" 2, pp. 155-166, 1997

HIPOCONDRÍA:
¿UN TRASTORNO TRATABLE?
M' Pilar Martínez Narváez-Cabeza de Vaca^
Cristina Botella Arbona^
Amparo Belloch Fuster^
' Universitat de Valencia.
' Universitat Jaume I, Castellón.

RESUMEN

El presente trabajo se sitúa en el marco de los estudios que se están dedicando


en los últimos años a desarrollar estrategias de tratamiento para los problemas
hipocondriacos. Se describen las pautas generales de actuación para el manejo de
este tipo de trastornos. Asimismo, se presenta una adaptación del programa de
tratamiento cognitivo-comportamental para la hipocondría elaborado por Sall(ovslds y
Warwick y se comenta la eficacia de este programa.

Palabras clave: hipocondría, tratamiento cognitivo-comportamental, eficacia

ABSTRACT

During the last few years, some studies are being canled out on the development
of treatment strategies for hypochondriacal problems. This paper is also focussed on
this topic. The guidelines to the management of hypochondriasis are described.
Moreover, an adaptation of the cognitive-behavioural treatment programme for
hypochondriasis developed by Saikovskis and Wanwick is presented and the efficacy
of this programme is discussed.

Key words: hypochondriasis, cognitive-behavioural treatment, efficacy

Correspondencia: M* Pilar Martínez Narváez-Cabeza de Vaca, Facultad de Psicología. Departamento de PersonalkJad,


Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Avda. Blasco Ibánez 21. Valencia-46010.
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INTRODUCCIÓN amplificador y de las interpretaciones catastró-


El tratamiento de la hipocondría ha tenido ficas de los síntomas.
hasta hace pocos años una contundente res- El presente trabajo tiene dos objetivos. El
puesta negativa. Durante mucho tiempo los primero consiste en señalar las pautas genera-
pacientes hipocondriacos han sufrido la les a contemplar en el abordaje de los pacientes
"marginación" de algunos profesionales de la hipocondríacos, y en general en los somati-
salud por llevar el "estigma" de ser pacientes zadores. El segundo objetivo estriba en descri-
muy resistente al tratamiento y con los que bir la adaptación que hemos realizado del pro-
resulta difícil establecer una adecuada relación grama de tratamiento para la hipocondría rea-
terapéutica. Afortunadamente, en la actualidad lizado por Saikovskis y Warwick y exponer la
estamos presenciando un intento por paliar este posible utilidad del programa en nuestro contex-
estado de cosas, tratando de desarrollar méto- to.
dos de intervención que pemiitan un mejor manejo
del trastomo
Desde una perspectiva médica, la principal
RECOMENDACIONES GENERALES
estrategia utilizada para la hipocondría ha sido
Entre los trabajos existentes sobre el trata-
la terapia famnacológica. Aunque algunos estu-
miento de la hipocondría y/o condiciones simi-
dios han informado de resultados alentadores
lares destacan algunos informes que, sin cons-
acerca del tratamiento de esta condición con
tituir programas terapéuticos formales, han plan-
compuestos tales como la clomipramina
teado algunas sugerencias que pueden resultar
(Kamlana y Gray, 1988), la imipramina (Wesner
útiles para abordar este tipo de problemática.
y Noyes, 1991) y la fluoxetina (Fallón, Liebowitz,
Puesto que una importante proporción de las
Salman, Schneier, Jusino, Hollander y Klein,
personas que presentan problemas
1993), no se dispone por el momento de datos
hipocondríacos o de somatización son asiduos
concluyentes al respecto. Desde un enfoque
"clientes" de las consultas de los médicos
psicológico comportamental y/o cognitivo-
generales y/o especialistas, algunos autores (p.
comportamental, las técnicas más aplicadas
ej., Bass y Benjamín, 1993; Dubovsky, 1988;
han sido la desen-sibilización sistemática (Floru,
Marshall, 1987) han reseñado unas líneas ge-
1973; Rifkin, 1968), el manejo de contingencias
nerales de actuación que pueden ayudar a los
(Mansdorf, 1981; Reinders, 1988; Williamson,
profesionales de la salud a lograr un manejo
1984), y la exposición in vivo y/o en imaginación
más adecuado de tales pacientes.
junto con la prevención de respuesta (Logsdail,
Lovell, Warwick y Marks, 1991; Wanwick y
Marks, 1988).
Por otra parte, en los últimos afios se han Las recomendaciones de Marshall (1987)
diseñado diversos programas de orientación Según Marshall, el primer paso para manejar
cognitivo-comportamental para abordar los pro- (que no curar) a una persona con problemas
blemas hipocondriacos entre los que destacan hipocondríacos o de somatización, consiste en
el de Barsky, Geringer y Wool (1988), House transmitíríe de manera sutil pero clara, la idea
(1989), Saikovskis y Wanwick (Saikovskis, 1989, de que el médico se encuentra más interesado
1991; Wanwick, 1989; Wanwick y Saikovskis, en establecer una buena relación médico-pa-
1989,1990), Stem y Fernández (1991), Sharpe, ciente que en curar sus síntomas. Durante la
Pevelery Mayou (1992), Avia (1993), y Speckens, fase diagnóstica se acuerda con el paciente ir
Spinhoven, Hawton, Bolk y van Hemert (1996). abordando los síntomas de uno en uno, y se le
Aunque las expectativas que han suscitado estos plantea la realización de aquellas pruebas clí-
programas son muy favorables, todavía no exis- nicas que permitan al médico excluir la existen-
te suficiente evidencia empírica sobre su validez cia de un trastomo orgánico (éstas nunca deben
terapéutica. De todas estas propuestas las que ir encaminadas a tranquilizar al paciente). A
han contado con mayor respaldo empírico han continuación, se le propone la posibilidad de
sido la de Barsky y colaboradores y la de concertar nuevas citas con el fin de que el
Saikovskis y Wanvick, centradas respectiva- médico pueda llegar a conoceríe mejor, enten-
mente en el tratamiento del estilo somático der sus síntomas adecuadamente y determinar
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Tabla 1 . - Estrategias de tratamiento para los pacientes somatizadores e hipocondriacos (Marshall,


1987)

Hacer No hacer

Proporcionar una aproximación de apoyo. Ignorar las quejas.

Considerar un síntoma cada vez. Minimizar las quejas.

Centrar el interés en las cuestiones de la Ofrecer información tranquilizadora definitiva.


vida y no en los síntomas.

Permitir al paciente que mantenga las defensas Promesas de cura.


(contra la enfermedad) con el mínimo de
sufrimiento y de consumo de recursos médicos.

Citas regulares (dos veces a la sennana, una vez Decir 'no hay nada físico'.
al mes) y de corta duración (10-20 minutos).

Contrato: acuerdo mutuo explícito entre médico Utilizar placebos.


y paciente.

Solicitar solamente los exámenes necesarios para Utilizar explicaciones psicológicas de las
convencer al médico de que no existe patología quejas.
orgánica (no para tranquilizar al paciente).

El diagnóstico det>e implicar una enfermedad Utilizar aproximaciones de Insight o confrontación.


crónica pero tienigna.

Ayudar al paciente a renovar los intereses Remitir directamente al psicólogo o al psiquiatra


de su vida. (habitualmente no aceptados por el paciente).

Cuando la medicación sea necesaria, utilizar la dosis


más tiaja de la medicación más suave que el paciente
aceptará con el propósito de suspendería tan pronto
como sea posible.

Establecer citas más frecuentes en los momentos


de estrés.

aquellos aspectos de su vida que pueden estar un mayor control, tanto en las citas como en
afectando a su problema. el contenido de las sesiones. En la Tabla 1 se
A lo largo de cada sesión el terapeuta da al recogen algunas otras indicaciones de Marshall
paciente la oportunidad de hablar libremente para el tratamiento de estos casos.
durante algunos minutos. Aunque al principio es
posible que éste centre su conversación en sus
síntomas, a medida que vaya transcumendo el Las recomendaciones de Dubovsky (1988)
tratamiento, el núcleo de atención se irá des- Dubovsky ha propuesto una linea de inter-
plazando hacia otros temas. Esto pemnitirá que, vención para el manejo de los pacientes
poco a poco, vaya dándose cuenta de que ha somatizadores, basada en la consideración de
estado tan pendiente de sus preocupaciones que el problema nuclear de estos pacientes
que ha descuidado otros ámbitos de su vida (p. reside en su necesidad de cuidado y atención
ej., relaciones sociales). A medida que se vayan por parte de los demás, y en su tendencia a
sucediendo las sesiones, el clínico irá tomando utilizar el lenguaje corporal como modo de
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expresar sus dificultades psicológicas. Su for- 7. Minimizar las ganancias secundarias.


mulación se sintetiza en los diez principios Antes de decidir cuáles van a ser las metas del
siguientes: tratamiento, es preciso resolver los problemas
1. Ver al paciente de manera regular. Hay relativos a demandas de invalidez y litigios. Se
que asegurar al paciente que puede tener un ayudará a la familia a que no reestructure su
acceso permanente al clínico; asi se evitará que funcionamiento en tomo a la enfermedad del
utilice las quejas físicas como "excusa" para paciente sino a que, progresivamente, vaya
ser atendido. En un principio, el paciente podría incrementando las tareas que se le exigen a
ser visto una vez cada 2-6 semanas durante 15- éste, con independencia de cómo se encuentre.
30 minutos; posteriormente, las visitas se irían 8. Enseñar al paciente a expresar con pa-
recortando en frecuencia y duración hasta que- labras sus emociones. Hacer que el paciente
dar reducidas a 1-2 visitas al año durante 10 se dé cuenta de que el terapeuta está intere-
minutos. sado, no sólo en su sintomatología física sino
2. Aceptarla necesidad que tiene el paciente también en las emociones que experimenta.
de ser considerado como un enfermo. Transmi- 9. Control firme de las reacciones hacia el
tir al paciente la idea de que aunque los sínto- paciente. Los pacientes que exhiben una con-
mas mejoren, su problema es de carácter cró- ducta de role de enfermo pero al mismo tiempo
nico. En este contexto, el tratamiento está dirigido rehusan los intentos del terapeuta por ayudaríe,
a proporcionarte apoyo y comprensión. suelen provocar en éste fuertes reacciones emo-
3. No permitir visitas que sean contingentes cionales, que le llevan a decide, por ejemplo,
con las quejas somáticas. En la misma línea que no vuelva a menos que empeoren los sín-
que el primer principio, hacer ver al paciente que tomas o a tratarie con excesiva hostilidad. El
puede consultar a su terapeuta aunque se clínico debe aprender a detectar y controlar este
encuentre bien, reduce la probabilidad de que tipo de reacciones.
utilice los síntomas físicos como modo de 10. Estar alerta ante la aparición de enfer-
acceder a él. medades físicas concurrentes. Cuando el pa-
4. No prolongar los contactos con el pacien- ciente tenga síntomas que no puedan ser ex-
te como respuesta al incremento de síntomas. plicados por la aparición de nuevos estresores
Se debe informar al paciente con antelación, de o por la falta de habilidad del terapeuta, es
la duración de la consulta y su finalización con posible que se trate de un nuevo problema fí-
puntualidad, con el fin de que el paciente no pre- sico.
tenda controlar, con la gravedad de su sinto-
matologla, el tiempo que el clínico le dedica.
5. Fijar por adelantado una fecha para dar Las recomendaciones de Bass y Benjamín
el alta a los pacientes ingresados. Esta indica- (1993)
ción está dirigida a aquellos pacientes somati- Bass y Benjamín han señalado una serie de
zadores que son hospitalizados con el fin de estrategias para el tratamiento de los pacientes
someterles a exploraciones clínicas que penni- somatizadores por parte del médico general o
tan descartar una posible enfermedad orgánica. el especialista: 1) identificar los factores
La hospitalización no tendrá por objeto, nece- psicosociales que pueden estar incidiendo en el
sariamente, eliminar o reducir los síntomas, ni problema; 2) proporcionar información dará sobre
tendrá una duración prolongada, ya que, por ser los resultados obtenidos en las pruebas reali-
una situación potencialmente gratificante para el zadas; 3) planificar el tiempo que se dedica a
paciente, puede dificultar su posterior alta clí- atender al paciente; 4) elaborar y negociar con
nica. el paciente el contenido de la agenda; 5) poner
6. Permitir al paciente estructurar el conte- límites a la realización de exámenes clínicos;
nido de las discusiones. Formular preguntas 6) explicar al paciente los motivos por los cuales
abiertas (p. ej., ¿cómo se ha sentido?), no im- se le va a remitir a otro especialista; 7) evitar
plicarse en discusiones acerca de los síntomas los diagnósticos espúreos; 8) no dar tratamiento
o sobre si realmente el paciente está enfermo, para la condición médica que el paciente no
y favorecer los comentarios de éste acerca de tiene; 9) evitar mantener un modelo dualista
sus emociones. (problema físico vs. problema mental); 10) pro-
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porcionar un modelo explicativo de los sínto- ción consiste en ayudar al paciente a que
mas; 11) remitir al paciente al psiquiatra o al conozca cuál es su problema y no en descubrir
psicólogo clínico cuando se carezca del tiempo las enfermedades que no tiene; el reconoci-
o las destrezas oportunas; 12) procurar que miento explícito de la veracidad de los síntomas
siempre sea el mismo médico el que atienda al corporales que el paciente dice experimentar
paciente; 13) decir al paciente honestamente, (no se considera que éstos son fingidos ni si-
que va a ser remitido para una exploración mulados) y el fimie propósito de tratar de ofrecer
psiquiátrica; 14) realizar una evaluación del con el tratamiento una explicación convincente
estado del paciente conjuntamente con el del origen de los mismos; y la diferenciación
médico/especialista-psiquiatra/psicólogo clínico; entre las "explicaciones apropiadas" consisten-
15) rebatir las excusas del paciente para visitar tes en proporcionar de manera clara y comprensi-
al psiquiatra; y 16) ser consistente a lo largo de ble información relevante que el sujeto no po-
las actuaciones que emprenda. see, y las "explicaciones inapropiadas" que
incluirían la realización de pruebas clínicas in-
Recomendaciones de Saikovskis (1989) necesarias y la provisión reiterada de datos
Por otra parte, y desde una perspectiva más irrelevantes o redundantes.
centrada en la actuación psicológica, Saikovskis Posiblemente hay muchas indicaciones de
ha planteado una serie de principios generales gran utilidad entre las propuestas señaladas, no
que sirven como guía para la aplicación de las di- obstante, las autoras de este trabajo abogamos
versas estrategias de intervención de corte cogni- por las sugeridas por Saikovskis (1989) puesto
tivo-comportamental (consúltese la Tabla 2). que, desde un punto de vista psicológico, son
Entre estos principios destacarían, por ejemplo, las que pueden resultar más idóneas para el
la insistencia en que la finalidad de la interven- tratamiento de un paciente hipocondríaco.

Tabla 2.- Principios generales del tratamiento cognitivo-conductuai de los problemas


somáticos relacionados con la ansiedad (Saikovskis, 1989)

1. El objetivo es ayudar al paciente a identificar en qué consiste el problema

2. Reconocer que los síntomas existen realmente y que el tratamiento aspira a ofrecer una
explicación satisfactoria para los mismos.

3. Distinguir entre dar infonnación relevante, en oposición a tranquilizar con Infonnación in^levan-
te o repetitiva.

4. Las sesiones de tratamiento no deberán ser nunca combativas; preguntar y colaborar con el
paciente es el estilo adecuado como en todas las terapias cognitivas en general.

5. Las creencias del paciente están invariablemente basadas en una evidencia que es convin-
cente para él; antes que desaprobar la creencia, descubra la observación que el paciente toma
como evidencia y trabájela en colaboración con él.

6. Establezca un contrato por un período de tiempo limitado que cubra las exigencias del terapeuta
mientras tenga en consideración los temores del paciente.

7. La atención selectiva y sugestionabiiidad típica de muchos pacientes debe utilizarse para de


mostrar la forma en que la ansiedad puede dar lugar a la creación de síntomas e "infonnación"
a partir de hechos inocuos.

8. Lo que los pacientes hayan entendido de lo hablado en la sesión de tratamiento debe ser
siempre comprobado pidiéndoles que hagan un resumen de ello y de la fonna en que les
repercute.
160 M.P. MARTÍNEZ, C. BOTELLA Y A. BELLOCH

PROGRAMA DE TRATAMIENTO mientos y la evidencia en la que se apoyan, asi


PSICOLÓGICO como la elaboración y comprobación de explica-
Saikovskis y Warwick (Salkovskis, 1989, ciones alternativas no patológicas sobre la natu-
1991; Salkovskis y Warwick, 1986; Warwick, raleza de los síntomas. Para ello se utilizan téc-
1989; Warwick y Salkovskis, 1989, 1990) a nicas verbales y experimentos comportamentales.
partir de su modelo explicativo de la hipocondría 3. Supuestos disfuncionales. Se hace uso
han propuesto una linea de tratamiento para de procedimientos similares a los anteriores
este trastorno. La intervención está dirigida a centrados en la reatribución y los experimentos
enseñar al paciente a que detecte y sustituya comportamentales.
por otros más adaptativos los comportamientos Basándonos en las directrices generales que
problemáticos, los pensamientos automáticos han expuesto Salkovskis y Wanwíck en diversos
negativos sobre los síntomas físicos y los su- trabajos, hemos estructurado un protocolo tera-
puestos disfuncionales sobre la salud/enferme- péutico para la hipocondría (consúltese Botella
dad. Para lograr estos objetivos las principales y Martínez, 1997; Martínez, 1997; y Martínez y
estrategias utilizadas son: Botella, 1997). El programa consta de 10 sesio-
1. Comportamientos problemáticos. Se re- nes, cada una de ellas con una duración de
curre a experimentos con las conductas in- aproximadamente una hora y con una periodi-
volucradas en el mantenimiento del problema, cidad semanal. El protocolo se desarrolla en
a la prevención de las conductas de verifica- tres fases: a) fonmulación del modelo y obtención
ción del estado corporal y de búsqueda de in- del compromiso (sesiones 1 y 2); b) estrategias
fomnación tranquilizadora, y a la retirada de la de intervención (sesiones 3, 4, 5, 6, 7 y 8); y
atención a los comentarios sobre los síntomas. c) prevención de recaídas (sesiones 9 y 10). En
2. Pensamientos automáticos negativos. la Tabla 3 se recogen los principales contenidos
Se requiere la identificación de dichos pensa- de estas fases.

Tabla 3.- Contenido de las fases de intervención

FORMULACIÓN DEL MODELO Y OBTENCIÓN DEL COMPROMISO


1. Plantear la hipótesis que el paciente considera que explica el problema (trastorno orgánico').
2. Proponer una nueva hipótesis alternativa a la anterior ('prot)lema de ansiedad').
3. Comparar las dos hipótesis expIteaUvas del prot>lema.
4. Estatjiecer el contrato terapéutico.
5. Plantear la lógica del tratamiento.

ESTRATEGIAS DE mTERVENCIÓN
1. Discusión del fatíor conductual en el mantenimiento del protHema.
2. Lista de 'auto-prohibickines'.
3. Pautas de actuación para los ^miliares.
4. Desafio vert>al de las interpretaciones negativas de los síntomas (I).
5. Desafio vert»! de las lnterpretack>nes negativas de los síntomas (II).
6. Role de la auto-atención en la percepción de las sensaciones corporales.
7. Efectos paliativos de la distracción.
8. Entrenamiento en técnicas de distracción.
9. Reestructuración de las Imágenes espontáneas desagradatiles.
10. Identificación y discusión de las aeenclas dlsfündonales.

PREVENCIÓN DE RECAIDAS
1. Repaso del contenkio de las sestones anteriores.
2. Repaso de la evolución del pedente a lo largo de la terapia.
3. Valoración de las creencias residuales y futuras preocupaciones del paciente.
4. Conveniencia de generalizar el contenido de la terapia a otras sensaciones corporales.
5. Conveniencia de seguir practicando las técnicas aprendidas.
6. Resolución de dudas finales respecto al tratamiento.
7. Programación de las evaluaciones de post-tratamiento y seguimientos.
HIPOCONDRÍA: ¿UN TRASTORNO TRATABLE? 161

Formulación del modelo y obtención del problema que contemplan los elementos bási-
compromiso cos que han sido recogidos durante la evalua-
1' Sesión ción.
La sesión comienza resumiendo la infomfia- Como tarea para casa se propone al pacien-
ción recogida durante la fase de evaluación, te que reflexione sobre las figuras elaboradas
enfatizando los datos que en opinión del pacien- para su problema y que haga un listado que
te confirman su sospecha de que se encuentra incluya las ideas con las que está de acuerdo
gravemente enfermo, y haciéndole ver que exis- y las ideas con las que no lo está. También se
ten datos que no concuerdan con su idea de le pide que anote las dudas que le hayan podido
enfermedad. Seguidamente, frente al plantea- surgir asi como los comentarios que quiera
miento inicial que mantiene el paciente (padece plantear al respecto.
una grave enfemnedad), el terapeuta introduce
una hipótesis explicativa alternativa basada en
la consideración de la situación como un pro- 2* Sesión
blema de ansiedad. La primera parte de la sesión se dedica a
Para que el paciente empiece a entender evaluar las ventajas y desventajas de cada una
este nuevo enfoque recurrimos a algunas de las de las hipótesis explicativas del problema (en-
ideas que utilizan Barlow y Cemy (1988). Se femnedad física vs. ansiedad). Esta cuestión se
discuten e ilustran los siguientes conceptos: a) puede abordar discutiendo, por ejemplo, los
qué es la ansiedad (se explica que la ansiedad escasos logros que ha conseguido el paciente
es una emoción que actúa como un sistema de intentando tratar el problema como un trastorno
alarma que se dispara cuando percibimos una orgánico y los beneficios que podría conseguir
amenaza); b) valor adaptativo de la ansiedad (se con el modelo psicológico propuesto.
incide en el hecho de que la ansiedad es be- Seguidamente, se ofrece al paciente la po-
neficiosa en la medida en que pennite que las sibilidad de abordar su problema, de acuerdo
personas pongamos en marcha los mecanis- con el nuevo enfoque sugerido por el terapeuta,
mos necesarios para hacer frente al peligro o durante un período de tiempo limitado que será
escapar de éste, pero resulta perjudicial cuando de, al menos, dos meses. Esta propuesta se
se activa ante situaciones inofensivas); c) for- plantea como una hipótesis provisional de tra-
mas de manifestarse la ansiedad (se describe bajo que tendrá que ser sometida a prueba, es
la presentación de la ansiedad a nivel fisiológi- decir, deberá ser comprobada a través de la
co, cognitivo y comportamental); y d) relación correspondiente evidencia empírica. Se explica
entre pensamiento, emoción y conducta (se al paciente que la aceptación de la propuesta
ilustra este vinculo recurriendo al ejemplo de no conllevará ninguna consecuencia negativa
Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979, págs. 138- para él puesto que si la intervención psicológica
139; y a los episodios de preocupación re- funciona su problema se habrá resuelto, pero en
gistrados por el paciente). Asimismo, se co- caso contrarío al menos le quedará la certeza
mentan y ejemplifican los factores responsables de haber considerado todas las posibles formas
de la aparición y agravamiento de los síntomas de solucionar el problema y podrá retomar la
y signos físicos (p. ej., una herida empeora si hipótesis inicial de enfermedad.
se la toca de manera reiterada). En algunas ocasiones, el paciente se mues-
A continuación, se ilustra el modelo cognitivo- tra reticente a iniciar el tratamiento psicológico
comportamental del desanrollo y mantenimiento a no ser que se someta a un "último" recono-
de la hipocondría propuesto por Saikovskis y cimiento médico. En estos casos es recomen-
Wanwick, a través de la descripción de un caso dable actuar del siguiente modo: a) que un
de "fobia cardíaca" y la elaboración de las co- médico le haga de nuevo un examen físico para
nrespondientes figuras clarificadoras. La presen- tranquilizaría; y b) evaluar la ansiedad por la
tación de este tipo de casos suele facilitar la salud, la convicción de enfemnedad y la nece-
disposición del paciente a analizar su problema sidad de información tranquilizadora, antes,
en términos similares a los expuestos. Así, el inmediatamente después y transcurrido un
terapeuta, contando con la colaboración activa período más largo tras la consulta médica. Con
del paciente, elabora esquemas explicativos del este procedimiento se hace ver al paciente que
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la información tranquilizadora desempeña una verifique el aumento del malestar que esta
función importante en el mantenimiento del conducta produce.
problema (aunque a corto plazo tranquiliza, a la 3. Conductas de consultas médicas. Se
larga aumenta la preocupación), y se facilita la utiliza el ejercicio del "último" reconocimiento
aceptación de la prevención de respuesta (su- médico. Se hace ver cómo esta conducta aun-
presión de la información tranquilizadora) como que en un principio proporciona cierto alivio a la
estrategia de intervención. preocupación con el transcurso del tiempo la
Una vez que hemos conseguido la suficiente empeoran.
implicación del paciente para tratar de solucio- Después de estas ilustraciones, paciente y
nar su problema de acuerdo con el enfoque terapeuta acuerdan establecer una lista de
propuesto, se le explica, en términos generales, actividades que el paciente se compromete a no
que el tratamiento consistirá en cortar el circulo realizar a partir de ese momento. Estas "auto-
vicioso que contribuye a mantener la preocupa- prohibiciones" son: 1) realizar visitas innecesa-
ción por la salud, y en recabar información que rias a médicos y repetir exploraciones clínicas;
permita examinar la utilidad de la nueva con- 2) hablar de sus síntomas a familiares, amigos
ceptualización. y compañeros de trabajo; 3) infomnarse (p. ej.,
Como tarea para casa se solicita al paciente lecturas, T.V., radio) o conversar con otras
que reflexione sobre su tratamiento y que con- personas sobre temas relacionados con enfer-
teste por escrito a las siguientes preguntas: medades; y 4) observarse o tocar las zonas de
¿por dónde se podría cortar el circulo de la an- su cuerpo objeto de sus preocupaciones.
siedad por la salud?, y ¿qué cosas debería ha-
Para conseguir que la familia y las personas
cer y qué cosas no debería hacer para ayudarse
más allegadas se involucren en el tratamiento,
a s¡ mismo?".
se les informa de las repercusiones negativas
que tienen sus intentos de tranquilizar al pacien-
Estrategias de Intervención te. Asimismo, se les da la siguiente pauta de
3' Sesión actuación: "cuando X le hable de sus molestias
La sesión se inicia exponiendo brevemente físicas y de temas relacionados con la enferme-
las estrategias de intervención que se van a dad, dígale con tono de voz neutro (ni agresivo
utilizar. Se subraya que la terapia va a estar ni demasiado suave) lo siguiente: 'no puedo
dirigida a analizar los factores implicados en su contestar a tus comentarios'. Si insiste de nuevo,
preocupación por la salud y a enseñarle una vuelva a repetir la frase anterior e intente hablar
fomna más lógica y realista de pensar sobre sus de otro tema. Repita la frase tantas veces como
síntomas físicos. sea necesario".
El núcleo de la sesión consiste en discutir A partir de esta sesión y hasta el final del
el papel de algunas de las conductas que el tratamiento se propone al paciente como tarea
paciente realiza en el mantenimiento del proble- para casa que elabore una lista de lo que ha
ma. A través de experimentos comportamentales aprendido en la sesión.
se muestra la influencia de la evitación de de-
tenninadas actividades, la auto-inspección cor-
poral, la búsqueda de infonmadón tranquilizadora, 4* Sesión
etc. El terapeuta se centra en las conductas Las sesiones 4 y 5 están destinadas a
que más relevancia tienen en el problema del enseñar al paciente a que cuestione sus ideas
paciente. A título ilustrativo exponemos los de enfermedad, utilizando una serie de métodos
siguientes experimentos: para analizar objetivamente la interpretación
1. Conductas de evitación 1. Se solicita al negativa de los síntomas y la explicación alter-
paciente que realice las conductas que evita (p. nativa de éstos. Uno de estos procedimientos
ej., deporte) y compruebe si producen el efecto es la prueba de hipótesis, que consiste en
negativo esperado (p. ej., un ataque al corazón). examinar los datos a favor y en contra de cada
una de las dos explicaciones del problema a
2. Conductas de auto-inspección corporal.
través de las siguientes puntos: a) exposición
Se pide al paciente que presione con fuerza la
clara del pensamiento negativo (p. ej., "tengo un
zona de su cuerpo que le preocupa para que
HIPOCONDRÍA: ¿UN TRASTORNO TRATABLE? 163

cáncer de hígado"); b) estimación del grado de síntomas, mediante la tarea de la "hora de


creencia en el pensamiento negativo según una preocuparse". Se trata de un cuademillo que
escala de O ("no lo creo en absoluto") a 100 está compuesto por una serie de ejercicios. Con
("estoy completamente convencido de que es el primero de ellos el paciente realiza una tarea
verdad"); c) elicitación, identificación y anota- continuada de saciación y exposición imagina-
ción de las evidencias a favor y en contra del da a la posibilidad de estar gravemente enfemrio.
pensamiento negativo; d) suma de las eviden- Para ello se le da la instrucción de que dedique
cias (paciente y terapeuta tienen que estar de una hora diaria a pensar y escribir acerca de
acuerdo en el resultado); e) elaboración de una todo lo que le preocupa sobre sus síntomas
explicación alternativa para los síntomas me- físicos. Con los restantes ejercicios el paciente
diante preguntas y observaciones; f) elicitación, continúa avanzando en el análisis de las ideas
identificación y anotación de las evidencias a de enfemnedad buscando explicaciones alterna-
favor y en contra de la explicación alternativa; tivas para sus síntomas (se utiliza un diagrama
g) suma de las evidencias (paciente y terapeuta pastel), y examinando si está sobrevalorando la
tienen que estar de acuerdo en el resultado); y probabilidad de padecer una enfermedad (se
h) estimación del grado de creencia en el pen- utiliza una pirámide invertida).
samiento negativo y en la explicación altemativa Como tarea para casa, y hasta el final de
(cuando está tranquilo en el despacho del te- tratamiento, se propone la cumplimentaclón del
rapeuta, y cuando note los síntomas). cuademillo de la "hora de preocuparse".
Otro método que puede ayudar al paciente
a retar sus pensamientos negativos consiste en
proponer que se haga a sf mismo preguntas 6* Sesión
como las siguientes y reflexiones sobre ellas: Eí objetivo fundamental de esta sesión es
¿existen, por tanto, otras interpretaciones alter- mostrar al paciente el papel de la auto-atención
nativas a lo que me sucede?, ¿estoy olvidando en la percepción de las sensaciones corporales,
hechos relevantes o centrándome demasiado mostrándole cómo el hecho de centrar la aten-
en hechos irrelevantes?, ¿qué pensaría otra ción en el cuerpo y estar excesivamente pen-
persona en mi situación?, etc. diente de éste, puede hacer que se dé cuenta
Para facilitar la práctica de estas técnicas de sensaciones que de otro modo podrían haberle
se ensena al paciente a cumplimentar un Diario pasado inadvertidas. Para ilustrar este proceso
de Hipocondría. Este diario pentiite el registro se utilizan diversos ejemplos (entre ellos los que
de los síntomas físicos y su gravedad; la hora describen Barslcy et al., 1988), y experimentos
del día y situación en que se experimentan; las comportamentales como manipular el foco de la
interpretaciones negativas sobre la causa que atención durante la sesión. Un procedimiento
los origina y el grado de creencia en éstos; las bastante útil consiste en pedir al paciente que,
emociones que desencadenan y su intensidad; manteniendo los ojos cerrados, se concentre en
las consecuencias comportamentales que con- su corazón durante cinco minutos. El paciente
llevan; las explicaciones alternativas acerca del se dará cuenta de que con tan soto prestar
origen de los síntomas y el grado de creencia atención a su corazón (sin tocar su cuerpo)
en las mismas; y la reestimación de la creencia puede detectar sus latidos, y que cuando se le
en la interpretación negativa inicial. pide que abra los ojos y describa la habitación,
Como tarea para casa se propone al pacien- deja de percibirios.
te la realización de un experimento que aporte A continuación se muestran al paciente los
información adicional para probar la hipótesis efectos atenuantes de la distracción en la per-
altemativa. Asimismo, se plantea la cumplí- cepción de síntomas (se utilizan algunos ejem-
mentación del diario (esta tarea se incluye hasta plos de Barsky et al., 1988), y se le entrena en
el final del tratamiento). algunas técnicas de distracción, por ejemplo,
las que se describen a continuación:
1.Centrarse en un objeto. Se solicita al
5* Sesión paciente que focalice su atención a nivel visual
En esta sesión se continúa con el desafío en un objeto extemo y que lo describa lo más
de las interpretaciones catastróficas sobre los detalladamente posible (p. ej., forma, color).
164 M.P. MARTÍNEZ, C. BOTELLA Y A. BELLOCH

2. Ejercicios mentales. Consiste en que el ción por la salud?; 2) ¿qué pensamientos ne-
paciente realice ejercicios mentales de dificul- gativos tenia o tengo con respecto a mis sín-
tad media (p. ej., contar de 1.000 a O restando tomas? (evidencia a favor y en contra); 3) ¿qué
de 6 en 6). creencias inadecuadas tenia o tengo con res-
3. Actividades absorbentes. Se trata de que pecto a la salud? (evidencia a favor y en contra);
el paciente realice actividades que requieran 4) ¿qué aspectos de la terapia me han ayudado
atención y le resulten entretenidas (p. ej., jugar más?; y 5) ¿cómo puedo hacer frente a las
a las cartas). preocupaciones por mi salud?.
La tarea para casa consiste en practicar las
técnicas de distracción (esta tarea se incluye
hasta el final del tratamiento). 10' Sesión
Esta última sesión se dedica a solventar las
dudas finales sobre el tratamiento, a realizar
7» y 8' Sesiones una última valoración de la terapia, a insistir de
Las sesiones 7 y 8 no están tan estructuradas nuevo en la necesidad de poner en práctica lo
como las anteriores ya que, dependiendo de aprendido en la terapia para mantener y aumen-
cómo evolucione el paciente a lo largo de la tar la mejoría, y a programar las evaluaciones
terapia, en estas sesiones se hará hincapié en de los seguimientos posteriores.
uno u otro de los aspectos abordados. No obs- En cuanto a los beneficios terapéuticos que
tante, como puntos específicos de estas sesio- proporciona este programa de tratamiento pode-
nes cabe señalar la modificación de las creen- mos decir que disponemos de datos que ilus-
cias disfuncionales subyacentes, y la reestruc- tran su eficacia. Recientemente, hemos realiza-
turación de las imágenes mentales desagrada- do un estudio que nos ha permitido analizar la
bles. utilidad de este protocolo (Martínez, 1997). La
muestra utilizada estuvo compuesta por 12
pacientes con hipocondría (criterios DSM-lll-R),
Prevención de recaídas 4 de los cuales eran hombres y 8 mujeres,
9* Sesión situándose su edad media en tomo a los 36
En esta sesión se hace un repaso de los anos. Los resultados de este estudio penmiten
conceptos trabajados y las técnicas utilizadas inferir la eficacia del programa terapéutico ad-
en el tratamiento, incidiendo en aquellas que ministrado. En concreto, el tratamiento contri-
más beneficio han aportado al paciente. Se re- buyó a producir un cambio positivo en el estado
visan las mejorías conseguidas durante el pro- de ánimo disfóríco (inquietud y tristeza), en los
ceso terapéutico, y se explora su opinión sobre síntomas clínicos nucleares de la hipocondría
los camt)ios experimentados y los factores tales como la creencia de enfermedad, en la
responsables de éstos. Se evalúa su grado de tendencia a considerar como amenazantes las
creencia en las dos hipótesis explicativas del señales interoceptivas, y en los supuestos
problema (enfermedad física vs. ansiedad) y se desadaptativos sobre la salud y la enfermedad.
revisa la evidencia acumulada a favor y en contra En un futuro trabajo se presentarán resultados
de cada una de ellas. Se anticipan recaldas detallados de este estudio (Martínez, Botella y
identificando las posibles preocupaciones futu- Belloch, en preparación).
ras por la reaparición de los síntomas.
Finalmente, se insiste en la posibilidad de aplicar
las estrategias aprendidas a las preocupacio- CONCLUSIÓN
nes que puedan surgir en un futuro respecto a Los datos de nuestro estudio confieren so-
otro tipo de síntomas, y en la conveniencia de lidez a la adaptación que hemos realizado del
practicar dichas estrategias para consolidar los programa de tratamiento de Saikovskis y
cambios. Warwick, y en general a las intervenciones
Como tarea para casa se solicita al paciente cognitivo-conductuales. Sin embargo, y a pesar
que responda por escrito a las siguientes pre- de estas y otras incipientes evidencias empíri-
guntas: 1) ¿qué es la ansiedad? y ¿qué factores cas (p. ej.. Avia, Ruiz, Olivares, Crespo, Guisa-
intervienen en el mantenimiento de la preocupa- do, Sánchez y Várela, 1996; Warwick, Clark,
HIPOCONDRÍA: ¿UN TRASTORNO TRATABLE? 165

Cobb y Saikovskis, 1996), estamos todavía lejos Bass, C, y Benjamín, S. (1993). The management
de poder afirmar que la hipocondría es un pro- of chronic somatisation. Brítish Journal of
Psychiatry. 162. 472-480.
blema totalmente resuelto. En efecto, existen
Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., y Emery, G.
preguntas de gran relevancia que carecen por (1979). Cognitive Therapy of Depression. New
el momento de respuesta y que podrían consti- York, Guilford Press (Bilbao, Desclée de
tuir el centro de atención de los futuros trabajos Brouwer, 1983).
de investigación. Nos estamos refiriendo, por Botella, C, y Martínez, M. P. (1997). Tratamiento
una parte, a la necesidad de lograr una delimi- cognltivo-conductual de la hipocondría. En V.
tación precisa de las características E. Caballo (dir.). Manual para el Tratamiento
definicionales de la hipocondría y, por otra, a Cognitivo-Conductual de los Trastornos Psico-
estudiar si la hipocondría constituye un lógicos. Trastornos por Ansiedad, Sexuales.
constructo unitario o si es posible delimitar Afectivos y Psicóticos (Vol. 1). Madrid, Siglo
Veintiuno.
distintos subtipos. Finalmente, también es Ciarte, D. M. (1989). Anxiety states. Panic and
necesario señalar que una estructuración ade- generalizad anxiety. En K. Hawton, P. M.
cuada de los programas de tratamiento (y de los Saikovskis, J. Kirk, y D. M. Clark (dirs.),
componentes que puedan conformartos) pasa Cognltlve-Behavlour Therapy for Psychiatric
por encontrar respuestas a estas cuestiones. Probiems: A Practica! Guide. Oxford, Oxford
Precisamente, en estos momentos estamos University Press.
trabajando para intentar conseguir estos obje- Dubovsky, S. L. (1988). Concise Guide to Cllnlcal
tivos. Los avances que, a corto plazo o medio Psychiatry. Washington, DC, American
plazo, logremos en el estudio de este trastomo Psychiatric Press.
Fallón, B. A., Liebowitz, M. R., Salman, E., Schneier,
pemiitirán, sin lugar a dudas, ir despejando
F. R., Juslno, C, Hollander, E., y Klein, D. F.
algunas de las muchas incógnitas que todavía (1993). Fluoxetine for hypochondriacal patients
nos quedan por resolver. without major depresston. Journal of Cllnlcal
Psychopharmacology, 13 (6), 438-441.
Agradecimientos Floru, L. (1973). Attempts at behavtor therapy by
Este estudio ha sido financiado a través de systematic desensitizatton. Psychlatria Clínica,
una beca de investigación concedida a la prime- 6 (5), 300-318.
ra de las autoras por la Conselleria de Cultura, House, A. (1989). Hypochondriasis and relatad
disorders: assessment and management of
Educado i Ciencia de la Generalitat Valenciana,
patients refenred for a psychiatric opinión.
para llevar a cabo una investigación más exten- General Hospital Psychiatry, 11, 156-165.
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