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UNIDAD 5.

METODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN


APLICADOS A LA LECTURA IVETH CABRERA

Cada mirada a la lectura y su propuesta según Cassany1


depende de la perspectiva desde donde se mire. Se pueden
establecer así tres grandes concepciones: la lingüística, la
psicolingüística y la perspectiva sociocultural. El modelo de
la lingüística y el de la psicolingüística tienen un acento en
los procesos cognitivos, mientras que el modelo sociocultural
pone énfasis en las prácticas letradas.

Tomando como referencia la mirada sociocultural, la lectura


va más allá de signos, códigos y procesos, constituye un
acontecimiento en el cual entran en juego roles, entidades y
valores; la lectura se convierte en un evento letrado que a su
vez produce practicas letradas vinculadas a un contexto. Bajo esta propuesta, la lectura deja
de ser una actividad en solitario para convertirse en una práctica social, haciendo hincapié en
las formas de lectura y escritura que no se rigen por normas institucionales, ni se aprenden
formalmente.

Para Larrosa2 siguiendo la perspectiva sociocultural, la lectura es un fenómeno de dos


dimensiones: por un lado la lectura como formación, en donde es una actividad ligada a la
subjetividad del lector, que implica nociones de transformación, de formación o de
de–formación, como una práctica que nos constituye o nos pone en cuestionamiento con lo que
somos, es también una práctica que nos afecta, que nos cambia y que tiene que ver con
aquello que nos hace ser lo que somos. Por otro lado la formación como lectura, implica una
producción de sentido, en donde lo importante no es el texto sino la relación con el texto, en la
capacidad de escuchar y de poner atención de lo que tiene que decirnos. Su idea principal es
re-pensar la idea de formación, apostando a la formación sin patrones, ni proyectos, sin ideas
normativas, autoritarias o excluyentes abriendo camino a la experiencia de lectura. Experiencia
que siempre tendrá una dimensión de incertidumbre y cuyo camino no se dirige a un objetivo
pre-visto, sino que por el contrario, es una apertura hacia lo desconocido.

Y es este mundo descocido, este acto místico el que ha generado a lo largo de muchos años
diversas interrogantes, interrogantes que a través del tiempo han tenido matices diferentes. A
finales del siglo pasado se manifiesta un interés por medir los resultados de las políticas
culturales y con ello se inició la tradición de las encuestas culturales. En México La Encuesta
Nacional de Lectura3 (2006) abarcando todo el país y en 2010 el Consejo Nacional para la

1
Cassany, Daniel. “Miradas y propuestas sobre la lectura” .En: Tras las líneas sobre la lectura contemporánea.
Barcelona: Anagrama, 2006
2
Larrosa, Jorge. La experiencia de la lectura: estudios sobre literatura y formación. México: F.C.E., 2003
3
Encuesta Nacional de Lectura (2006). http://sic.conaculta.gob.mx/publicaciones_sic.php
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Cultura y las Artes (CONACULTA) se encargó de la Encuesta Nacional de Prácticas y


Consumo Culturales4.

Resultados: entre otras cifras, de acuerdo con la ENL la población mayor de 12 años lee en
promedio 2.9 libros al año, que en comparación con otros países nos ubica en los niveles más
bajos en estándares de lectura. La Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales por
su parte reveló que 68 % de los encuestados dijo no haber leído un libro en los últimos doce
meses y el 13 % menciono haber leído uno. Estos y otros resultados engalanaron las primeras
páginas de los diarios y varios minutos de noticieros en horario estelar a lo largo y ancho del
país.

Sin embargo, citando a Lahire5, ¿podemos estudiar de manera racional una realidad tan íntima,
tan personal, tan intangible, sin fronteras, como la lectura? ¿Podemos y debemos analizar y a
fortiori medir y calcular lo inefable, lo inmaterial, el amor?

¿Qué se puede cuantificar de lo que no tiene un objeto concreto? Citando a Barthes6 “Se leen
textos, imágenes, ciudades, rostros, gestos, escenas”, son tan variados los objetos que no se
pueden integrar en una categoría sustancial; el objeto que uno lee se fundamenta tan sólo en la
intención de leer. Tampoco existe la pertinencia de los niveles, es decir, existe un origen de la
lectura gráfica, es decir el aprendizaje de letras, de las palabras escritas, pero hay también un
aprendizaje de imágenes y una vez adquiridas tales destrezas no se sabe dónde detener la
profundidad y la dispersión de la lectura. “el saber-leer puede controlarse, verificarse, en su
estadio inaugural, pero muy pronto se convierte en algo sin fondo, sin reglas, sin grados y sin
término”7.

Bahloul8 bien señalaba que un factor a considerar en las encuestas sobre lectores, es la
definición de lectura auténtica desde la que se parte, legitimando solo libros y la medición de los
lectores por el número de libros que leen al año.

Sin embargo los objetos de la cultura escrita son diversos: existió una vez la memoria grabada
en piedra, arcilla, que pasó a diferentes tipos de materiales escritos, hubo un codex, apareció
un libro, se invento una máquina capaz de reinventar la escritura a través del hipertexto. Éstas
tres modalidades: la escritura manuscrita, la publicación impresa y la textualidad electrónica,
invita a reflexionar como dice Chartier9, sobre la nueva forma de construcción de los discursos
del saber y sobre las modalidades especificas de la lectura, ya que cada nueva forma supone
una transformación de técnicas y de hábitos. En el mundo textual sin fronteras –agrega el

4 Encuesta Nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales Conaculta (Agosto, 2010) en:
http://www.conaculta.gob.mx/recursos/banners/ENCUESTA_NACIONAL.pdf
5 Sociología de la lectura. / compilador Bernard Lahire. Barcelona: Gedisa, 2004
6 Barthes, Roland. “Sobre la lectura”. En: El susurro del lenguaje, más allá de la palabra y la escritura. Barcelona: Paidós, 1987
7 Ibid.
8 Bahloul, Joëlle. “El significado social y cultural de la lectura y de los libros en el siglo XXI”. En: Seminario La lectura en el mundo

de los jóvenes ¿una actividad en riesgo? / coordinadora Elsa Margarita Ramírez Leyva. México: UNAM: CUIB, 2011
9
Chartier, Roger. “¿muerte o transfiguración del lector?”. En: Las revoluciones de la cultura escrita. España: Gedisa,
2000.
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autor—, la noción esencial llega a ser por ejemplo la del vínculo (link), ya no se habla de hojas,
de páginas o capítulos, transfigurándose así el lector y su mundo.

En los tiempos modernos agrega Littau10 hubo tres innovaciones tecnológicas que redefinieron
la relación de las sociedades occidentales con la palabra escrita, y al hacerlo, alteraron la
sensibilidad: la invención de la imprenta a mediados del siglo XV, la invención del
cinematógrafo a finales del siglo XIX, y la invención de la computadora a mediados del siglo XX,
y con ello las características materiales con que nos llega lo escrito cambiaron: tablillas
grabadas, rollos, páginas, códices, ejemplares impresos producidos masivamente, imágenes en
movimiento, el audio, o los hipertextos en línea que están a disposición de cualquiera en todas
partes, son modalidades –u objetos-- que determinan la relación con la palabra escrita e
influyen sobre todo en el modo en que llevamos a cabo la lectura, sobre el lugar elegido para
leer, el tipo de literatura que leemos y el volumen de nuestras lecturas.

Lahire11 por su parte afirma que los datos estadísticos, no pueden interpretarse correctamente
sin formular una serie de preguntas relativas a las condiciones sociales y culturales en que se
produce, haciendo hincapié en primera estancia ¿Qué se entiende por lectura? ¿Dónde
empieza, dónde acaba? ¿Qué aspectos enturbian la relación entre lo que se lee y lo que se
dice que se lee? Comenta que existen gestos de estudio, hábitos intelectuales, preferencias y
disposiciones culturales: existe entonces una lectura acompañada de anotaciones, la
disertación, el comentario de textos, la ficha de lectura, la resolución de problemas, el ejercicio
práctico, el uso de software, los trabajos prácticos, y éstas no implican el pasaje de “lectores” a
“no lectores”. Agrega que no todas las maneras posibles de lectura se declaran con la misma
facilidad, el material impreso es más declarable en primer lugar y el más legítimo en
comparación con las novelas sentimentales, policiacas o de ciencia ficción; el cómic y los libros
prácticos tienden a desaparecer porque son subestimados. No se alude a las lecturas cortas o
“discontinuas”: artículos de periódico, revistas hojeadas, manuales escolares u obras científicas
y técnicas leídas por una consulta especifica, fotocopias o apuntes y con ello se evidencia uno
de los grandes criterios implícitos de la “verdadera lectura”. De esta manera todas aquellas
lecturas que se insertan en actividades de otro orden, que son medios para llegar a otros fines –
que no coinciden con el placer de leer—simplemente desaparecen.

Y sucede que cuando se leen otros objetos, colocados por el imaginario social en categoría de
no-lectura, de literatura no válida, de no legítima, se devalúan las prácticas lectoras, peor aún,
no solo a las prácticas, sino a las personas colocándolas en grupos jerarquizados de mayor a
menor nivel, en una actividad donde no hay niveles o no debería haberlos. Todo se reduce
como dice Arguelles12 a una sentencia: “leer buenos libros es bueno; no leer libros buenos, o
simplemente no leer libros, es malo”.

10
Littau, Karin. “introducción: anatomía de la lectura” En: teorías de la lectura: libros, cuerpos y bibliomanía.
Argentina: Manantial, 2008.
11
Sociología de la lectura… óp. cit.
12
Arguelles, Juan Domingo. ¿Por qué es un problema la lectura? En: http://estepais.com/site/?p=36686
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Las prácticas usuales de escritura y de lectura han permitido demostrar la necesidad de


combatir los cortes habituales de las actividades sociales que tienen a desaparecerlas incluso a
aquellos que las practican, señala Lahire13: cuando se profundiza en las respuestas de los
encuestados suelen aparecer prácticas lectoras de la vida cotidiana, lo cual refleja que muchas
prácticas de la lectura no corresponden a un formato clásico y se les suele considerar como “no
lecturas”, lo que hace que éstas prácticas sean imperceptibles y no recordables como
“verdaderas prácticas de lectura” y es lo que las transforma en no declarables en las encuestas.

Entender a la lectura como una “transgresión” en palabras de Certeau14, y no sólo como una
práctica social en función de la legitimidad, de cifras, números, perfiles o resultados abre
nuevos caminos en la búsqueda de qué es eso que se llama lectura.

Peroni15 señala que como toda práctica, la lectura es vista como algo que está influenciado por
la coacción social, como algo que determinan en sus diferentes modalidades, los cuadros
sociales, de esta manera frente al libro existen diferentes lecturas e instrumentos de
apropiación que varían según el sexo, la edad, el sistema escolar, etc.

Si queremos conocer realmente las prácticas de lectura no podemos quedarnos solo en los
modelos de investigación cuantitativos; desde luego no se vuelven menos importantes u
obsoletos, ya que permiten medir y contrastar cambios en las prácticas sociales o brindan
elementos para conocer algunos problemas, no obstante como apunta Ramírez16, se pueden
desarrollar conocimientos para formular nuevos paradigmas, pero integrando enfoques
diferentes desde los campos de la sociología, la antropología, el psicoanálisis o los estudios
culturales, con la finalidad de explorar teorías y metodologías para conocer las diversas
relaciones que se crean entre los lectores y los objetos escritos o gráficos, se hace necesario
tener otros referentes culturales, en tanto el libro ha dejado de ser el único espacio en donde
puede ejercitarse el código aprendido. Añade Bahloul17, los estudios cualitativos se vuelven
necesarios para poder captar la complejidad de la práctica de la lectura.

Álvarez18, añade que no debemos centrarnos en ver a la lectura y a la escritura como


problemas de comprensión, eficiencias y eficacias cognitivas y lingüísticas, sino debemos
integrarlas en estudios más amplios de orden social, cultural y político, en donde los enfoques
de la antropología cultural, la sociología, la historia, las ciencias de la comunicación y la

13
Sociología de la lectura… óp. cit.
14
Certeau, Michel de. “La lectura una cacería furtiva”. En: La invención de lo cotidiano. México: Universidad
Iberoamericana, Departamento de Historia.
15
Peroni, Michel. La lectura como práctica social. Los inequívocos de una evidencia. Conferencia Magistral en el
marco de la XVIII Feria Internacional del Libro de Guadalajara, 2004
16
Ramírez Leyva, Elsa Margarita. “Los poderes de la lectura: un problema para la investigación bibliotecológica”.
En: Memoria del 5to seminario Hispano-mexicano de Investigación Bibliotecológica / com. Filiberto Felipe Martínez
Arellano. México: UNAM: CUIB, 2009
17
Bahloul, Joëlle. El significado social… óp. cit.
18
Álvarez Zapata, Didier. “Allende los linderos. Hacia la integración de enfoques en los estudios de lectura y
escritura”. En: Lectura: pasado, presente y futuro. /Comp. Elsa Margarita Ramírez Leyva. México: UNAM: CUIB,
2003
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politología aporten su saber sobre las maneras en que leer y escribir nos muestren los cambios
y tendencias de lo humano y nos ayuden a narrar e interpretar los múltiples senderos por los
que transitan la textualidad y la significación.

Bajo el marco referencial anteriormente expuesto se entiende que la lectura no es solo un


proceso cognitivo y tampoco hace alusión únicamente a la lectura de “textos” o libros, existe
una lectura de gestos, de imágenes, de ciudades, de rostros, escenas, etc. Se convierte en una
experiencia transformadora o deformadora, en una literacidad matizada de valores, ideas y
creencias, moldeada por las instituciones. Influenciada por el contexto escolar, familiar, laboral,
y de formación profesional, transfigurándose día a día con la aparición de nuevos objetos de
cultura escrita. Finalmente no se puede investigar esta experiencia solo de manera cuantitativa.

Por ello el presente estudio tiene como objetivo profundizar en la experiencia de lectura de 6
mujeres profesionistas.

Objetivos:

Investigar qué es lo que significa la lectura para ellas.

Indagar acerca de su experiencia con la lectura.

Averiguar quién o quienes fueron figuras claves en sus experiencias de lectura.

Indagar su percepción acerca del fenómeno de la lectura actualmente.

Explorar qué elementos o aspectos influyen desde su mirada en las prácticas lectoras de las
personas.

Preguntas de investigación.

¿Qué significa la lectura para este grupo de mujeres?

¿Qué experiencia han tenido con la lectura a lo largo de su vida?

¿Quién o quienes han sido las personas que han influido en sus prácticas lectoras?

¿Cuál es su percepción acerca de la lectura actualmente?

¿Qué aspectos o elementos consideran que influyen en las prácticas lectoras de las personas?

Hipótesis.

Las experiencias de lectura son literacidades relacionadas con una historia de vida personal y
enmarcada en un contexto histórico distinto, por lo que cada experiencia de lectura estará
vinculada a una subjetividad distinta.
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Metodología.

Estudio de tipo cualitativo.

Se realizó una entrevista sin límite de tiempo de 5 preguntas a cada una para indagar a cerca
de sus experiencias de lectura.

Limitaciones del estudio.

Es una investigación realizada en una población muy pequeña y que por lo tanto carece de
representatividad. Cuyos resultados no pueden generalizarse o hacer extensivos a una
población que tenga las mismas características.

Perfil:

Mujer
Profesionista
Mayor de 30 años
Nivel socioeconómico: medio alto
Tipo de material (cultura escrita): diversificado (libros, revistas, textos escolares,
periódico, cine, televisión, eventos culturales)
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Las entrevistas.

1.- ¿para ti que es la lectura?

Ana: interesante pregunta creo que es el encuentro que es el encuentro con los deseos,
fantasías e ilusiones que uno pudiera tener.

Beatriz: Es el medio de expandir mis conocimientos. De entretenerme, de conocer lugares


lejanos y desconocidos y gente que generalmente no conoces en la vida cotidiana de aprender
y comprender en fin es algo extraordinario.

Catalina: para mí para empezar es una terapia es como para mantener el cerebro activo, aparte
es método de enseñanza, sirve para mejorar la ortografía y como distracción.

Mónica. Además de considerarlo un pasatiempo, creo que es un buen medio para aprender
ortografía (en el caso de las personas que tienen muchas faltas) y también para adquirir cultura
general, un vocabulario más amplio, etc.

Araceli. La lectura es un arte, y es una de las maneras más saludables de crear, imaginar,
aprender y comprender.

Noemí: para mí la lectura son tres cosas, todas importantes, de hecho no podría jerarquizarlas,
ya que son relevantes cada una con sus particularidades. La primera es como herramienta para
enriquecer mi conocimiento, mi formación y mi desarrollo profesional, la carrera que decidí
estudiar, requiere necesariamente de amor y sobre todo dedicación, tres o cuatro horas diarias
a la lectura para poder estudiarla, el ser humano es tan complejo que requiere mucho tiempo de
estudio. En segundo lugar la lectura para mí es un medio para conocer otros lugares, otros
mundos, otras personas o personajes, a través de la lectura desarrollo mi imaginación y mi
capacidad de ver por medio de la fantasía lugares y personas que seguramente, por factores
económicos, políticos, sociales, culturales y sobre todo reales, me refiero a que en los libros
muchas veces se hablan de mundos irreales producto de la imaginación de los autores, los
cuales de no haberlos leído no los hubiera podido conocer y sobre todo crear con rasgos y
aspectos muy particulares que surgieron de mi pensamiento. La tercera variante de lo que es
para mí la lectura es un modo eficaz para relajarme, para distraerme, para divertirme, a través
de la lectura encuentro mi forma ideal para evadir el mundo real, que muchas veces es
estresante, agotador y a veces poco gratificante y por medio de la lectura encuentro
satisfacción, ya que elijo que leer dependiendo de mi estado de ánimo y de mi actitud.

2. Haciendo un recuento de "los daños" ¿cuál ha sido tu experiencia con la lectura? (en
la infancia, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en tu casa, etc.)

Ana: ha sido de lo más interesante, sobre todo las novelas.

Beatriz.: La lectura en la infancia fue un medio para no sentirme sola, además de que fue una
forma de sentirme importante ya que lo hacía escondidas. En la escuela secundaria y en la
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preparatoria fue tomando forma al seleccionar los tipos de lectura leí mucha literatura que te
imponen pero me gusto saber más de historia en general. En la Universidad y por falta de
tiempo solo puede leer los académicos y posteriormente empecé a leer cuanto libro caía en mis
manos. Unos los almacene otros no.

Carolina: en la infancia sin duda alguna, los cuentos infantiles, yo admiraba a las personas que
ya sabían leer y mi mente viajaba en esas historias. En la escuela realmente lo vi como que
tenía que leerlo para aprender. En la universidad y que fue diferente y utilizaba la lectura para
intentar razonar, dialogar, discutir con mis compañeros. En el trabajo únicamente para la
actualización o alguna duda. En la casa más que nada tareas con los hijos, no tengo el habito
de leer.

Mónica. Durante mi infancia no estaba muy interesada en la lectura, ya que tenía problemas de
visión que no se me habían detectado y se me dificultaba leer. Durante la etapa de la
preparatoria y la universidad fue que adquirí el gusto por la lectura a base de trabajos
obligatorios, sin embargo me gusto mucho. Y ahora en la actualidad leo por gusto cuando tengo
tiempo

Araceli: siempre ha sido básica en mi desarrollo personal sobre todo escolar. Inicialmente más
a fuerzas que de ganas solo por cumplir requisitos, pasar materias. Ahora lo hago para
distraerme, aprender e imaginar

Noemí: Mi experiencia con la lectura ha sido diversa, en la infancia afortunadamente fue muy
divertida tanto mis padres como mi abuela, quien se encargaba de mi cuidado se preocupaba
por lograr que me interesara leer. Los primeros me regalaban libros de temas diversos, desde
los clásicos cuentos infantiles hasta enciclopedias del cuerpo humano perfectamente ilustradas,
recuerdo haber leído con gran interés una enciclopedia que se titulaba “los 1000 pueblos del
mundo” que por cierto fue el regalo de mi padre cuando cumplí 8 años de edad. Y mi abuela
semanalmente me compraba historietas como Archie y sus amigos y Memín Pingüin, las cuales
me parecían muy divertidas y entretenidas. En la adolescencia comencé a leer por primera vez
novelas, genero que resulta ni favorito. En la época de la preparatoria leí novelas que me
dejaban leer mis profesores, las cuales era lecturas “obligatorias”, pero que gracias a eso fui
ampliando mi panorama y conociendo más obras de los autores que ellas me dejaban leer o de
algunos otros que criticaban o comentaban las novelas que me dejaban de tarea. En la
universidad y ahora en la maestría desafortunadamente no cuento con mucho tiempo para leer
lo que me “gustaría” leer, me refiero a novelas o cuentos, sin embargo, leí y leo muchísimos
libros relacionados con mi carrera, no existe otra forma de estudiar, según yo. He de señalar
que gracias a la lectura tengo una muy buena ortografía y redacción, lo cual me permito
ascender de puesto en uno de mis empleos, te cuento que el director del área (poligrafía) en la
que trabajaba se percato de esa cualidad y me ascendió a coordinadora del área, mis funciones
eran revisar y corregir los reportes que mis compañeros hacían sobre sus evaluados.
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3.- ¿Quién o quienes consideras que fueron piezas claves en tu experiencia con la
lectura?

Ana: mi familia quienes inculcaron en mi sino el hábito si el gusto o por lo menos la curiosidad
por la lectura.

Beatriz: creo que fue la necesidad de sentirme acompañada y algunos maestros de la


preparatoria.

Catalina: únicamente mis maestros

Mónica: en primer lugar mi familia, ya que todos tienen la costumbre de estar leyendo todo el
tiempo. y en segundo lugar algunos de mis profesores que durante la prepa y la licenciatura nos
pedían leer cierta cantidad de libros en un determinado periodo.

Araceli. Definitivamente mi madre es la que siempre me inculco la lectura. Ya en esta última


etapa de vida una doctora que fue mi adscrita en la especialidad.

Noemí: definitivamente las figuras que me motivaron a leer fueron mis padres, ambos lectores
apasionados, mi padre, de profesión psiquiatra eterna e incansablemente lee, sobre todo textos
relacionados con su profesión. Y mi madre desde que la recuerdo prefiere leer que ver
televisión o escuchar radio. Afortunadamente provengo de una familia lectora que me inculcó
que a través de la lectura se podían romper muchas barreras. Recuerdo que mi abuelo paterno,
sin haber concluido la primaria, podía hablar de política, economía, cultura, etc. gracias a que
diariamente leía el periódico. De igual forma mi abuela materna a la fecha es una lectora
entusiasta de novelas y atlas de lugares lejanos y culturas diversas.

4.- ¿Cuál es tu percepción de la lectura actualmente? (se lee más o menos, se lee lo
mismo, en los mismos lugares, la misma gente, etc.)

Ana. Desafortunadamente el costo tan elevado de los libros hace perder la oportunidad de leer
muy seguido, aunque solo en algunos casos es excusa porque si se quiere aunque sea
prestados leer.

Beatriz. Creo que se lee menos libros por que ya hay otros modos de recibir información el
general, muchas revistas, el internet, las redes sociales, aunque creo que se ha perdido un
poco el gusto por leer, por el simple hecho de hacerlo, y creo también por que consumimos el
tiempo en otras cosas.

Catalina: pienso que se lee menos, la tv, el internet han intervenido un poco en cuanto a eso,
simplemente a veces ni los trípticos que dan en la unidad de salud los leemos.

Mónica: Yo creo que actualmente hay gente joven que se interesa más por la lectura, en lugar
de ser solo las personas mayores. Pienso que también que los jóvenes ahora intentan
permanecer informados todo el tiempo.
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Araceli: Definitivamente se lee en los mismos estratos socioculturales. Ni más ni menos.

Noemí. Desafortunadamente en la actualidad se lee menos, yo lo atribuyo al exceso de medios


electrónicos y los aparatos de entretenimiento que existen. Ahora los niños no solo ven
televisión o escuchan radio, sino también juegan videojuegos, tanto en sus casas como en la
calle, es decir, llevan a todos lados sus videojuegos portátiles. Además, en las escuelas los
profesores ya no fomentan la lectura, les piden a los niños reportes de lectura y éstos de
manera tramposa los copian de internet y fingen haber leído el libro.

5.- ¿Qué aspectos influyen en las practicas lectoras de las personas? (la familia, la
escuela, el dinero, los amigos, etc.)

Ana: para que un libro me llame la atención lo principal es el título, aunque las reseñas son
quienes me ayudan a determinar si me ira a gustar o no. De manera general, me parece que el
dinero, si tienes o no para comprar un libro, y el gusto.

Beatriz: podría ser el que se conozca el autor, o nos interesa el titulo, así como las
recomendaciones de amigos y familiares.

Catalina: todo empieza en el hogar aunque se han conocido personas que aunque no exista el
hábito de leer lo hacen, pienso que desde nuestros padres tienen una parte importante para
inculcar la lectura y en los adolescentes la tecnología está ganando

Mónica. Yo pienso que el círculo social en que se desenvuelven ya que en algunas


circunstancias de bajos recursos, la gente no tiene la cultura de leer o simplemente no tienen ni
siquiera las posibilidades para ir a la escuela y aprender y mucho menos saben leer.

Araceli. El interés, el medio en el que se desenvuelven, el tiempo, lo económico.

Noemí. Opino que el que los niños vean a sus padres leer y que los padres les ofrezcan a sus
niños lecturas que sean de su interés, que los entretengan y los diviertan son primordiales para
lograr que una persona adquiera el hábito de la lectura. Otro aspecto importante que influye
para que la gente lea, es que encuentre en la lectura información que le resulte atractiva que
logre vincular su desarrollo profesional y personal con la lectura y no con la televisión.

6. ¿Qué leíste en los últimos seis meses?

Ana: “Armagedón 2012 las profecías mayas del fin del mundo” de Adrian Gilbert. Editorial
Diana. “Ángeles y demonios” de Dan Brown. Editorial books pocket. “La filosofía de House,
todos mienten” de William Irwin y Henry Jacob, editorial Selector. Todos ellos me gustaron
muchísimo ahora leo “Aura” de Carlos Fuentes, no lo había leído.

Beatriz: “Nostalgia de la muerte, poemas y ensayos” de Xavier Villaurrutia (reelectura), el


“Vengador”, novela de Frederick Forsyth. La ultima promesa, novela de Beatriz Rivas y Federico
Traeger. Historia de los impresionistas, de varios autores. En la cama con el rey, novela de
Eleanor Herman (inconclusa). El secreto de las cosas, no recuerdo el autor Regina, novela de
Velazco Piña (releyendo).
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Catalina: leí un manual sobre tanatología ya que fui a un curso que acudí y me intereso mucho.

Mónica: Desafortunadamente nada, por falta de tiempo, sin embargo anteriormente había
intentado leer por lo menos 1 libro cada dos meses.

Araceli. Leo todo lo que tiene que ver con psicoanálisis, tanto filosofía, metapsicología,
metodología y psiquiatría.

Noemí: En los últimos 6 meses solo he leído libros relacionados con mi formación profesional,
salvo en el mes que tuve de vacaciones releí “Cien años de soledad”, para distraerme,
despejarme y divertirme un rato, eran mis vacaciones y tenía que aprovecharlas.

Análisis de los resultados.

Considero que siendo un estudio cualitativo no debe haber un análisis tradicional, siguiendo la
línea de Lahire, no se puede racionalizar un acto tan íntimo y tan personal. Barthes señala que
el objeto que se lee existe tan solo en la intención de leer y de pronto se convierte en algo sin
fondo, sin reglas y sin término. No obstante, se distinguen datos interesantes de estas
experiencias.

La lectura tiene que ver en términos generales, efectivamente con conocimientos, con el
aprendizaje, con la actividad del cerebro, con la ortografía pero también con el deseo, las
fantasías, las ilusiones, con el entretenimiento o pasatiempo, con la creatividad, la imaginación
a manera de terapia, de relajación y con la evasión del mundo que suele tornarse estresante.

En este sentido observo que existen dos maneras de concebirla, la manera “clásica”
dependiente de los conocimientos que hay que adquirir o aprender y que mucho se recalca en
la sociedad de las estadísticas, la lectura obligatoria, la lectura desafortunadamente vinculada al
mundo escolar y la otra mirada desde el mundo de la subjetividad y de la imaginación que
siempre se soslaya o desaparece.

En las experiencias de lectura se notan varios mundos: por un lado la infancia, con cuentos,
por acompañamiento, con padres o abuelos interesados en la lectura de sus hijos y nietos. Por
otro lado una etapa escolar o académica en donde la lectura se vuelve una suerte de obligación
imposición o necesidad para aprobar, para aprender o entregar trabajos, quedando la otra
lectura fuera de lugar generalmente por falta de tiempo, “no cuento con mucho tiempo para leer
lo que me gustaría leer”, me pregunto qué pasaría si en esta etapa escolar en donde
aparentemente se lee mucho –y así lo confirman las estadísticas – se dejara abierta la
posibilidad de escoger lo que uno quiera leer, dejar abierta la inquietud como dice Larrosa, una
lectura de formación no impuesta ni autoritaria, no pre-vista, sobre todo en la secundaria y
preparatoria y acompañando a los textos académicos en la universidad, pienso que
seguramente se leería más y la connotación de “obligación” cambiaría a “gusto”, con lo cual al
mismo tiempo se volverían declarables en las encuestas y el promedio de libros que se lee por
año aumentaría. Y quizá seríamos un mejor país o por lo menos en cifras de lectura.
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Existe otro mundo también que se relaciona con el fin de esta etapa académica en la cual se
vuelve a ese gusto que incluso pudo haberse generado a partir de la obligación como el caso
de Mónica, las prácticas lectoras retoman en el mejor de los casos ese matiz que tiene que ver
con la distracción y la imaginación abandonando la imposición.

La (s) figura (s) clave (s) que influyen en las prácticas lectoras: la familia (madre, padre,
abuelos) está presente en tres casos; en dos casos (Mónica y Araceli) después de la familia,
son los profesores. Y para dos de ellas (Catalina y Beatriz) sólo los profesores. Figuras que
también en la formación de nuestra personalidad y carácter están presentes, sin duda sólo se
reafirma su papel fundamental en la vida de las personas y en sus literacidades.

Los aspectos que pueden llegar a influir en las prácticas lectoras, se mencionan el título, el
autor, la recomendación de una obra, el hábito o la falta de éste, la importancia de los padres,
la tecnología, el círculo social, los recursos económicos, el haber tenido la oportunidad de
aprender a leer, el interés, el ofrecer lecturas que sean interesantes o divertidas y el tiempo. Sin
lugar a dudas todos ellos importantes en la relación de las personas con la cultura escrita,
incluso la tecnología como comenta Littau, las generaciones actuales tienen otro tipo de objetos
de cultura escrita que no necesariamente dejan de ser validos, existe una transfiguración de los
lectores como agrega Chartier, ahora los vínculos se empalman con las páginas.

Por último, algunas leyeron seis y cuatro libros relacionados con la literatura; uno, relacionado
con su trabajo; o ningún libro por falta de tiempo en los últimos seis meses, sin embargo en
otros casos leyeron todo lo que tiene que ver con psicoanálisis, tanto filosofía, metapsicología,
metodología y psiquiatría o solo libros relacionados con su formación profesional. Esto supone
como señalaba Bahloul que las personas están acostumbradas a declarar en el mejor de los
casos, sólo lo que aparentemente se considera válido o legítimo, es decir, la literatura y en
ocasiones lo que no es literatura se pierde o desaparece en las encuestas. En el caso que no
ha leído es por falta de tiempo, más nunca por falta de ganas.

Conclusiones.

Toda esta riqueza se perdería en un estudio cuantitativo, porque no se te permite explicar o


comunicar tu circunstancia, solo se te permite marcar lo que más se acerque a tu realidad.
Además, todavía existe en el imaginario social la idea de que solo puedo decir “que leo” si leo
libros de literatura. Como dice Bahloul la definición sobre lo que es el libro y la lectura tiende a
devaluar las prácticas lectoras, colocándolas en prácticas de no-lectura.

Cierto es que las cifras son importantes, sin embargo considero que profundizando en las
experiencias resulta más enriquecedor estudiar o rectificando observar el fenómeno de la
literacidad. Existen detalles que son incuantificables, historias que se escaparían en formatos
rígidos. Sería imposible captar estos aspectos tan complejos, tan íntimos y tan personales.

Por otro lado me encuentro todavía con ciertas posturas ante los nuevos objetos de la cultura
escrita: “la televisión, el internet, la tecnología, el exceso de medios electrónicos y aparatos de
entretenimiento” y como dice Bahloul: los adolescentes se han familiarizado con la literatura
UNIDAD 5. METODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN
APLICADOS A LA LECTURA IVETH CABRERA

digital de diversos tipos, incluyendo aquellos que no son “válidos” ante la élite cultural oficial;
de esta manera los adolescentes de todo el mundo se han apropiado masivamente de
Facebook, YouTube, MySpace, Twitter y una amplia variedad de blogs personales donde
escriben, leen y reseñan libros y en los que intercambian ideas y sugerencias de lectura. Los
medios digitales se han convertido en los nuevos soportes institucionales de la lectura para los
adolescentes; sin embargo al no ser “válidos” desaparecemos esas prácticas y junto con ellas
devaluamos su literacidad.

No hablo de perfiles, “no lector” “lector débil” “lector medio”, “gran lector”, considero que todos
somos lectores, todos estamos en contacto con las letras, las imágenes, los gestos, todos
hemos tenido experiencias de lecturas, aunque no nos hayamos dado cuenta. De lo que se
trata en todo caso como dice Lahire, es hacer visible lo invisible. Comprender que más allá de
respuestas –muchas veces calladas – de resultados y de cifras, siempre existe una lectura
diferente en cada persona.

“A la lectura –como a las mujeres—no hay que entenderla sólo amarla”


Iveth Cabrera.

Obras consultadas.

Álvarez Zapata, Didier. “Allende los linderos. Hacia la integración de enfoques en los estudios de lectura y
escritura”. En: Lectura: pasado, presente y futuro. /Comp. Elsa Margarita Ramírez Leyva. México: UNAM:
CUIB, 2003

Arguelles, Juan Domingo. ¿Por qué es un problema la lectura? En: http://estepais.com/site/?p=36686


[CONSULTADO EL 31 DE MAYO DE 2012]

Bahloul, Joëlle. “El significado social y cultural de la lectura y de los libros en el siglo XXI”. En: Seminario
La lectura en el mundo de los jóvenes ¿una actividad en riesgo? / Coordinadora Elsa Margarita Ramírez
Leyva. México: UNAM: CUIB, 2011

Barthes, Roland. “Sobre la lectura”. En: El susurro del lenguaje, más allá de la palabra y la escritura.
Barcelona: Paidós, 1987

Certeau, Michel de. “La lectura una cacería furtiva”. En: La invención de lo cotidiano. México: Universidad
Iberoamericana, Departamento de Historia.

Chartier, Roger. “¿muerte o transfiguración del lector?”. En: Las revoluciones de la cultura escrita.
España: Gedisa, 2000.

Cassany, Daniel. “Miradas y propuestas sobre la lectura” .En: Tras las líneas sobre la lectura
contemporánea. Barcelona: Anagrama, 2006

Encuesta Nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales Conaculta (Agosto, 2010) en:
http://www.conaculta.gob.mx/recursos/banners/ENCUESTA_NACIONAL.pdf

Encuesta Nacional de Lectura (2006). http://sic.conaculta.gob.mx/publicaciones_sic.php


UNIDAD 5. METODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN
APLICADOS A LA LECTURA IVETH CABRERA

Larrosa, Jorge. La experiencia de la lectura: estudios sobre literatura y formación. México: F.C.E., 2003.

Littau, Karin. “introducción: anatomía de la lectura” En: teorías de la lectura: libros, cuerpos y bibliomanía.
Argentina: Manantial, 2008.

Peroni, Michel. La lectura como práctica social. Los inequívocos de una evidencia. Conferencia Magistral
en el marco de la XVIII Feria Internacional del Libro de Guadalajara, 2004

Ramírez Leyva, Elsa Margarita. “Los poderes de la lectura: un problema para la investigación
bibliotecológica”. En: Memoria del 5to seminario Hispano-mexicano de Investigación Bibliotecológica /
com. Filiberto Felipe Martínez Arellano. México: UNAM: CUIB, 2009

Sociología de la lectura. / Compilador Bernard Lahire. Barcelona: Gedisa, 2004

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