Está en la página 1de 17

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Filosofía y Letras

Epistemología y Métodos de la Investigación Social

SEGUNDO CUATRIMESTRE 2023

Integrantes:
● Tuccillo, Florencia Sol (43444910)
● Lucero, Candela Agustina (42144338)
● Videla Cornejo, Agostina (44157973)
● Ossoinak, María Victoria (44594819)
● Orellana, Maitena Alejandra (43311164)

Taller: Miércoles de 19 a 21 h
Fecha de final a elección: 13 de diciembre 2023
Segunda jornada: Lo que está en juego en la lectura
hoy en día

En el presente escrito desarrollaremos un análisis epistemológico del texto Nuevos


acercamientos a los jóvenes y la lectura, Michèle Petit (1999).
Para comenzar, debemos contextualizar el objeto de nuestro estudio. El texto se trata de
una recopilación de textos de la autora francesa Michèle Petit, los cuáles fueron leídos en el
marco de un ciclo de conferencias en 1998 en México. Petit divide su trabajo en cuatro
jornadas: La primera se centró en lo que la autora llama “las dos vertientes de la lectura” que
refieren al poder que ejerce el texto escrito en contraposición a la libertad del lector. La
segunda jornada (la cual vamos a analizar) trata sobre “la pluralidad de lo que está en juego
en la lectura” y cómo esta nos afecta de forma profunda durante la adolescencia. En la
tercera, Petit habla del “miedo al libro” y “las diferentes maneras de convertirse en lector”.
Finalmente, en la última jornada da voz a “el papel de los maestros, bibliotecarios y otros
mediadores” en el fomento de ésta práctica.
Este texto es analizado por los alumnos de la carrera de Edición en la materia Edición
Editorial como parte de la bibliografía obligatoria, sin embargo, cumple una función más
complementaria. El foco de la materia está puesto en el proceso editorial, es decir, en el cómo
editar. Los textos de Petit están en una unidad que intenta ampliar la competencia cultural de
los estudiantes; se busca que entiendan mejor el libro como objeto de producción cultural y
simbólico, sus implicancias sociales y políticas, cómo afecta a los lectores. El objetivo es
invitar a los editores a pensar sobre cuál es el mensaje que queremos dar con nuestro trabajo.
Sin embargo, para el examen final de la materia, no es un tema que se suela tratar; a la
hora de evaluar les interesa más que los estudiantes lleven a cabo un análisis sobre el aspecto
físico de una colección de libros y el proceso de edición detrás de él, por lo que piden teorizar
en base a las huellas de la edición por las facetas que atraviesa.

Beneficios de la lectura y lucha por el poder

Podemos decir que, según la autora, los beneficios de la lectura en las juventudes, los
grupos marginados y las disidencias, son de dos tipos: prácticos, con reflejos en las tareas de
la vida real, y de tipo simbólico.

1
El capítulo empieza narrando las diferentes vivencias de diferentes jóvenes, y su relación
personal con la lectura. Por lo general, son historias de niños de barrios humildes que por su
condición social parecen destinados a ser “ignorantes”, pero que, gracias a la lectura, ponen
en juego y reformulan su propia identidad, rechazando de esta manera las expectativas
socialmente impuestas sobre ellos.
Los jóvenes entrevistados en las jornadas de Petit buscan cultivarse a sí mismos a través
de los libros y tomar las riendas de sus vidas. Podemos verlo cuando la autora menciona: “[...]
lo que está en juego es la identidad misma de quienes se acercan a los libros, su manera de
representarse a sí mismos, de situarse, de tener una forma de acción sobre sus destinos [...]”
(pág. 61).
Además, Petit describe otros beneficios de la lectura (además, por supuesto, de la
adquisicion del código escrito y oral), como son no quedar excluido de la sociedad, conservar
vínculos y ganar confianza en uno mismo, dejar de sentirse “tonto” y poseer una herramienta
para participar en debates y en conversaciones intelectuales. En palabras de la autora:
“[...] Apropiarse de los conocimientos mediante el estudio de la historia, de las
ciencias de la vida, de la astronomía, es una manera de ser parte del mundo, de
comprenderlo mejor, de encontrar un lugar en él. En el primer registro de lectura
coexiste así aprendizajes estrictamente funcionales, inducidos por la demanda escolar,
por el ejercicio de un oficio, por las necesidades de la vida cotidiana; y aprendizajes
en los que interviene una curiosidad personal, en los que se perfila un cuestionamiento
propio”.1 (Pág. 68).
Entonces, los libros son una forma eficaz de expandir nuestro mundo y conocimientos,
guiados tanto por la escuela y la academia, como por la curiosidad personal. Es una forma de
acrecentar el capital cultural propio, y de ganar prestigio inclusive, ¿cuántas veces hemos
escuchado que “fulanito” es inteligente porque lee mucho?
Es interesante cuestionarnos cómo se pone el énfasis en leer para ser más capaz, para abrir
más puertas, y permitir la integración con mayor facilidad a la sociedad capitalista. La autora,
en más de una ocasión, específica cómo estos conocimientos que adquieren los jóvenes en
bibliotecas populares son utilizados a posterioridad en el ámbito académico, dando a entender
que las únicas lecturas consideradas apropiadas para cultivarse a uno mismo, por diversos
sectores académicos de la sociedad, son aquellas validadas y etiquetadas como “útiles”;

1
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.

2
mientras tanto, en ambientes rurales, se suele condenar o excluir a las personas que leen por
entretenimiento y son calificadas como ociosas y antisociales.
La selección de este cuerpo de libros depende de fuerzas mayores, de lo que una minoría
dice que hay que leer para pertenecer a determinado ámbito. Como Foucault explica en
Verdad y poder: Un diálogo sobre el poder:
“La verdad es de este mundo; se produce en él gracias a múltiples coacciones.
Y detenta en él efectos regulados de poder. Cada sociedad tiene su régimen de verdad,
su «política general» de la verdad: es decir, los tipos de discurso que acoge y hace
funcionar como verdaderos o falsos, el modo cómo se sancionan unos y otros; las
técnicas y los procedimientos que están valorizados para la obtención de la verdad; el
estatuto de quienes están a cargo de decir lo que funciona como verdadero”.2 (Pág.
143).
Las palabras de Foucalt hacen referencia a lo que sucede a nivel universitario, es decir,
cómo el poder queda en manos de algunos legitimados por la Academia, y ellos definen un
concepto de verdad que se le impone al colectivo, pensando en que le va a ser útil en su
futuro profesional.
Claramente, la lectura sirve para crecer como persona, para escapar de la condición social
inicial, siempre y cuándo lo hagas de determinada forma, cumpliendo las reglas del juego
impuestas por estos grupos, y teniendo en cuenta que existe un techo invisible que frena
nuestras aspiraciones.
Desde un punto de vista epistemológico, podemos plantear que en los libros se encuentra
información, relatos, experiencias de vida, investigaciones (quedan incluidos, casi en su
totalidad, todos los libros de no ficción); que permiten crecer el espíritu de un ser humano,
crecer en conocimiento, sabiduria, a traves de verdades que allí se presentan, porque uno
asume que lo que se encuentra escrito y publicado es algo inherentemente verídico, ya que es
conocimiento formalizado.
Sin embargo, si los libros son un bien tan preciado, y de tanta importancia para la
educación y el crecimiento social, ¿quién los formaliza? Mejor dicho, ¿quién da prueba de
ese conocimiento? ¿Acaso no son los libros un producto más creado y pensado bajo una
lógica comercial de maximización de los beneficios?
Históricamente, los libros como bienes materiales fueron objetos muy disputados.

2
Foucault, M. (1995), Verdad y poder: Un diálogo sobre el poder. Buenos Aires, Alianza.

3
Solo las personas con dinero podían publicar un libro en forma de ediciones muy
reducidas, que circulaban en manos de unos pocos. No solo el acceso a los libros era
limitado, sino también su producción.
El mejor ejemplo de esto es la Biblia: durante muchos años, las Universidades, que
nacieron dentro del marco de la política de la Iglesia Católica, eran lugares de formación para
el clérigo dónde se estudiaban las escrituras sagradas y el idioma latín. Los textos ajenos a
ellas que se revisaban se hacían siempre con el objetivo de complementar la lectura de la
Biblia.
Aún fuera del marco de la religión, eran pocas las figuras que poseían no sólo
conocimientos de lectura y escritura, sino además el dinero suficiente como para dedicar
horas estáticas a este oficio, y el aval del Rey, cuya aprobación o desaprobación de un escrito
era, en muchos casos, determinante para el futuro de los textos.
Por lo tanto, desde hace años la verdad que se encuentra en los libros estuvo solo a
disposición de unos pocos. Y la razón de esto es que estos objetos/productos culturales
implican poder. Petit concuerda con esto: el conocimiento de la verdad a través de los libros
es una forma de poder. Tener acceso a la palabra, es tener acceso al poder.
Desde temprana edad vamos adquiriendo una serie de reglas que rigen el uso del lenguaje.
Este registro será útil posteriormente para introducirnos en el ámbito escolar, uno de los
primeros centros de encierro de las sociedades disciplinarias, según Foucault. Este primer
encierro es de carácter productivo, es decir, que el poder produce conocimiento y disciplina a
través de instituciones como la escuela.
Para Foucault, además, las reglas del lenguaje son una forma en la que se ejerce el poder,
ya que éstas son impuestas por las instituciones que controlan el lenguaje, como la academia
y los medios de comunicación.
Deleuze complementa esta idea en Posdata sobre las sociedades de control, texto que se
desarrolla sobre la base teórica desarrollada por Foucault. Según él, ya no nos encontramos
en una sociedad disciplinaria, sino en una “sociedad de control", dónde el poder cambió de
manos y ya no se ejerce específicamente desde espacios delimitados físicamente (el hogar, las
instituciones, la cárcel, etc.). En cambio, ahora el poder se encuentra descentralizado en los
medios de comunicación masivos, en el marketing, y otros mecanismos de influencia y
control social de los que somos víctimas desde temprana edad. Más adelante en el trabajo
volveremos a este punto al hablar de las implicancias del texto de Michèle Petit en la
actualidad.

4
Tanto Deleuze como Foucalt plantean un panorama bastante pesimista, dónde somos
víctimas de las sociedades disciplinarias o de control y estamos condenamos a subordinarnos
a ello. Sin embargo, el texto de Petit abre una pregunta, ¿es posible luchar contra el control?
Para responderla, debemos retomar la discusión sobre el poder y el uso de la palabra. En
este sentido, Foucalt y Petit coinciden: “[...] la lectura es también una vía privilegiada para
acceder a un uso más desenvuelto de la lengua, esa lengua que puede llegar a constituir una
terrible barrera social”, (Petit, 1999. Pág. 68).
Es decir, que el dominio del lenguaje, adquirido gracias a la práctica de la lectura,
contribuye a la construcción de la identidad, y del sujeto como ser que habla:
"El lenguaje no es reductible a un instrumento, tiene que ver con la
construcción de nosotros como sujetos parlantes. Y ya lo dije antes, lo que determina
la vida del ser humano es en gran medida el pedido, el peso de las palabras, o el peso
de su ausencia. Cuanto más capaz es uno de nombrar lo que vive, más apto será para
vivirlo, y para transformarlo"3 (pág. 73).
En este sentido, leer mejora la apropiación de la lengua. Petit considera que sin manejar la
lengua, no existe una verdadera ciudadanía (pág. 72).
Sin embargo, ante la luz de las reflexiones sobre el carácter de las lecturas fomentadas y
reglamentarias que realizamos antes, podemos preguntarnos, ¿es esto cierto?
En El maestro ignorante, Rancière pareciera negarlo. Refiriendo al desafío de Joseph
Jacotot de enseñar francés a un grupo de estudiantes de los Países Bajos, el autor afirma:
“No había dado a sus «alumnos» ninguna explicación sobre los primeros
elementos de la lengua. No les había explicado ni la ortografía ni las conjugaciones.
Ellos solos buscaron las palabras francesas que correspondían a las palabras que
conocían y las justificaciones de sus desinencias. Ellos solos aprendieron cómo
combinarlas para hacer, en su momento, oraciones francesas: frases cuya ortografía y
gramática eran cada vez más exactas a medida que avanzaban en el libro; pero
sobretodo eran frases de escritores y no de escolares”.4 (Pág 2).
Para Petit, el conocimiento del lenguaje que está disponible para los jóvenes en los libros
es uno que no pueden alcanzar por su propia cuenta, sea por sus condiciones sociales, por su
familia, o por su relación con el idioma. En este sentido, podemos afirmar una clara
diferencia con Rancière, quien propone liberar la enseñanza a la habilidad o inteligencia de
los estudiantes.

3
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.
4
Jacques Rancière (2007), El maestro ignorante. Buenos Aires, Editorial Libros del Zorzal (selección).

5
Sin embargo, el conocimiento que trae la literatura en Petit es de un carácter distinto,
provee un saber incomparable al de las clases, el de simbolizar. “Simbolizar” significa poder
configurar espacios, culturas, y formas de vida distintas a las que se ven representadas en la
escuela o los medios de comunicación masivos. Es la habilidad de comprender la vida, pero
además de proyectar una distinta, posible y alcanzable con los medios a los cuales los jóvenes
tienen acceso, y planificar un futuro.
La ausencia de esto tiene muchas consecuencias:
“Mientras que en el caso contrario, la dificultad de simbolizar puede ir
acompañada de una agresividad incontrolable. Cuando carece uno de palabras para
pensar a sí mismo, para expresar su angustia, su coraje, sus esperanzas, no queda más
que el cuerpo para hablar: ya sea el cuerpo que grita con todos sus síntomas, ya sea el
enfrentamiento violento de un cuerpo a otro, la traducción en actos violentos”.5 (Pág.
74).
La diferencia de la postura de Petit con respecto de la de Rancière está en el hecho de que
el saber de los libros no es objetivo, como sí lo son las reglas gramaticales del francés, por
ejemplo: nace de las experiencias, de las vidas y las subjetividades de los autores y, como tal,
es capaz de influenciar la vida ajena.
En la televisión, las redes sociales y otros medios de comunicación, somos sometidos a un
relato simplificado de los hechos, muchas veces dependiente de las lógicas capitalistas de
lograr el mayor rendimiento posible. Los libros, aunque son un bien y como tal siguen la
lógica de la búsqueda del beneficio, permiten acceder al conocimiento y al uso del lenguaje
de una forma distinta que a las de los medios, repletos de estereotipos y clichés. Al respecto,
Petit dice: “[...] Los prejuicios vienen muchas veces de un cliché, le repiten constantemente a
uno la misma cosa. Había allí una posibilidad de ejercer un espíritu crítico y de decirse que
hay que ir al fondo de las cosas”. (Pág. 89).
Retomando la pregunta que abrimos sobre el poder, podemos afirmar que la posibilidad de
concebirse a uno mismo como un sujeto es, precisamente, una forma de obtener poder y
liberarse del control también.
Según Butler, en su texto Mecanismos psíquicos del poder: teorías sobre la sujeción, ser
sujeto, o la sujeción es "el proceso de devenir subordinado al poder" (pág. 12). Es decir que
el poder, por su misma característica de exigir la subordinación de los sujetos, ejerce presión
sobre los individuos hasta modificarlos de forma tal que su propia existencia dependa de las

5
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.

6
estructuras que este mismo impone. De esta forma, el poder mismo toma forma dentro del
sujeto, construyéndose como parte de su identidad.
Por esto afirmamos que la posibilidad de devenirse sujeto, de simbolizarse y construir una
identidad propia, es una forma de poder.
No se trata de liberarse de las estructuras de poder ajeno, ya que en las mismas palabras de
Butler, “al oponerse a la subordinación, el sujeto reitera su sometimiento,” (pág. 22). Pero si,
como afirma la autora, el poder nace de la represión del deseo (pág. 20), la lectura, la fantasía
y el uso de la imaginación son formas de ampliar ese deseo, de ejercitarlo y de concebir otras
formas de habitar para los sujetos, no quizás completamente libres, pero construyendo
relaciones diferentes con el poder, que no sean de total subordinación.
Butler lo explica con claridad: "El sometimiento consiste precisamente en esta
dependencia fundamental ante un discurso que no hemos elegido pero que, paradójicamente,
inicia y sustenta nuestra potencia"(pág. 12).
Volvemos a citar a Petit que añade respecto a esto:
“La importancia de la lectura no puede por lo tanto evaluarse únicamente a
partir de cifras, del número de libros leídos o tomados en préstamo. a veces es una
sola frase, que uno apunta en un cuaderno o en la memoria, o incluso que olvida, lo
que hace que el mundo se vuelva más inteligible”.6 (Pág 80).
Leer es, quizás, aprender nuevas palabras.

Concepto de verdad en Petit y paradoja, ¿la literatura construye realidades


o ilusiones?

Con respecto a la verdad como concepto, Petit no expresa la existencia de una verdad
universal innegable, sin embargo, a partir de sus escritos es claro que la autora asocia al libro
como objeto a la verdad. “La lectura es ya en sí un medio para tener acceso al saber, a los
conocimientos formalizados, y por eso mismo puede modificar las líneas de nuestro destino
escolar, profesional, social” (pág. 63).
Es más, es imposible definir como objetivas sus conclusiones, ya que son reflexiones a
partir de estudios, pero sin base empírica. Es decir, la autora no puede citar pruebas concretas
de que la lectura cambia la vida de sus usuarios, sin embargo utiliza ejemplos para ayudar a la
audiencia a concebir sus efectos.

6
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.

7
Esta concepción de los libros como la fuente de la verdad queda respaldada por varias
citas que hace ella sobre la opinión de poblaciones rurales, “Los libros son el saber, son lo
que yo quisiera saber” (pág. 63).
La verdad se desentraña a través de la lectura, y esta es intrínsecamente experiencial. Es
decir que a través de la experiencia de lectura se descubre, pero además es en la experiencia
dónde la verdad tiene sus efectos: en el destino escolar, profesional y social. La visión de
Petit sobre la verdad sigue la tradición perspectivista, ya que propone un conocimiento de uso
práctico, pero dónde la realidad solo puede ser interpretada desde un punto de vista o
perspectiva única, presentada ya sea en el libro leído, o en la cosmovisión que la lectura de
varios libros creó en el lector.
En este sentido, podemos relacionar a la autora con Nietzsche, cuándo este último
menciona en Sobre verdad y mentira en sentido extramoral:
“Se encuentran profundamente sumergidos en ilusiones y ensueños; su mirada
se limita a deslizarse sobre la superficie de las cosas y percibe “formas”, su sensación
no conduce en ningún caso a la verdad, sino que se contenta con recibir estímulos,
como si jugase a tantear el dorso de las cosas”7 (pág. 1).
Sin embargo, mientras Petit concibe el desarrollo de imaginarios en la lectura como algo
positivo, la mirada de Nietzsche es totalmente contraria:
“En realidad, ¿qué sabe el hombre de sí mismo? ¿Sería capaz de percibirse a sí
mismo, aunque sólo fuese por una vez, como si estuviese tendido en una vitrina
iluminada? ¿Acaso no le oculta la naturaleza la mayor parte de las cosas, incluso su
propio cuerpo”8 (pág. 1).
Esto nos lleva a preguntarnos, ¿es el desarrollo de lo imaginario algo realmente positivo?
O quizás debemos plantear la pregunta de otra forma, ¿los libros ayudan a los lectores?
Estableciendo así las condiciones, debemos comenzar por definir cómo es la relación entre
el sujeto, y el objeto de conocimiento, es decir, el lector y el libro. Si hay algo que podemos
atestiguar en la actualidad, es que el libro no posee el monopolio de la transmisión del
conocimiento.
Rancière, en El Maestro Ignorante, afirma que "En el pasado, muchos conocimientos
podían ser transmitidos sin hacer uso de la escritura. La gente aprendía de una vez por todas
las acciones que iba a repetir durante toda su vida". De la misma manera, en la actualidad la
gente aprende a través de Internet, busca tutoriales y how-to’s en YouTube y Tik Tok.

7
Nietzsche, Friedrich (2005), Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid, Tecnos.
8
Nietzsche, Friedrich (2005), Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid, Tecnos.

8
¿Qué clase de espacio y tiempo de aprendizaje ofrece el libro, que es distinto a otros? Para
responder ello, debemos recurrir al texto de Petit: “¿cómo quieren que los jóvenes se
acostumbren a la imaginación científica, que quieran construir robots, si no tienen libros que
les hablen de algo ficticio?” (pág. 84).
Si las lecturas útiles son definidas por otros, la lectura personal abre espacios de
conocimiento dictados por uno mismo.
Rancière cita a Destutt-Tracy:
“Todo hombre que habla tiene ideas de ideología, de gramática, de lógica y de
elocuencia. Todo hombre que actúa tiene sus principios de moral privada y de moral
social. Todo ser que solamente vegeta tiene sus nociones de física y de cálculo, y por
el simple hecho de vivir con sus semejantes tiene su pequeña colección de hechos
históricos, y su manera de juzgarlos”.9 (Pág. 13).
Partiendo del cuestionamiento de Petit: “¿De qué forma puede la lectura ser una parte
integral de la afirmación personal y del desarrollo de un barrio, de una región, de un país? De
diversas maneras, por varios ángulos, en diferentes registros; es justamente esa pluralidad de
registros lo que me parece importante” (pág. 62).
Esto podemos relacionarlo con la reflexión de Rancière sobre la igualdad y la desigualdad
en la educación. Rancière plantea que la educación debe ser un medio para reducir la
desigualdad social. Por lo tanto, podemos decir que la lectura es una parte integral del
desarrollo de una comunidad, y un elemento fundamental para repensar la educación en
términos de igualdad y pluralidad.
Al enfatizar la importancia de la pluralidad de registros en la lectura, Petit sugiere que la
educación debe ser un medio para fomentar la diversidad y la inclusión en lugar de
simplemente reducir la desigualdad social. En este sentido, los textos de Rancière y Petit
pueden ser vistos desde dos perspectivas complementarias sobre la educación y su papel en la
construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Formación del sujeto, educación y sus implicancias políticas

Frente a todo esto, nos podemos preguntar: ¿La ficción contribuye a la formación del
sujeto? (pág. 76).

9
Jacques Rancière (2007), El maestro ignorante. Buenos Aires, Editorial Libros del Zorzal (selección).

9
Para Petit la respuesta es sí. La autora afirma: “Lo que está en juego es la identidad misma
de quienes se acercan a los libros, su manera de presentarse a sí mismos, de situarse, de tener
una forma de acción sobre sus destinos” (pág. 61).
Desde sus inicios, la educación en la lectura se concibió como una manera de formar
ciudadanía. La educación se volvió obligatoria como marca de ciudadanía, para que todos
entendieran la ley, y que, de esa forma, el Estado tenga la justificación legítima del ejercicio
de la fuerza policial y judicial.
Sin embargo, la verdadera ciudadanía se obtiene más allá de sólamente la lectura de la ley.
Como ya mencionamos previamente, para Petit, cultivarse a uno mismo es “la llave para
alcanzar la dignidad y la libertad” (pág. 68) y recién cuando se es capaz de “[...] Arriesgarse a
tomar la palabra, arriesgarse a tomar la pluma” (pág. 71) podemos decir que se posee una
ciudadanía activa.
El hábito de la lectura es excelente para adquirir conocimiento y poder participar en las
discusiones actuales. De esta forma, los ciudadanos evitan ser excluidos de la política y
pueden dar voz a sus propias experiencias, que es quizás la parte más rica de este aprendizaje;
la producción propia sobre uno mismo.
“Todas las personas que conocimos, rurales o urbanas, saben que sin una cierta
destreza para manejar la lengua no existe una verdadera ciudadanía. Y que el iletrado
es aquel que siempre necesita ser asistido. Aquel que, también, al disponer de muy
pocas palabras, muy pocos giros expresivos, es el más frágil ante los demagogos que
aportan respuestas simplificadoras”.10 (Pág. 72 y 73).
Ya que Petit habla sobre la situación de Francia y México sobre cómo la lectura cambia
vidas, nos pareció pertinente usar esto como disparador para analizarlo en relación a la
situación en Argentina. Actualmente se estima que 653 mil niños de entre 4 y 17 años no van
a la escuela. De ellos, solo 1 de cada 2 adolescentes que empieza el secundario logra
terminarlo, y más de 70 mil adolescentes dejan de estudiar porque necesitan trabajar para
subsistir. Además, 55 mil adolescentes abandonan la escuela cada año por embarazo o
cuidado de otros niños11. Complementando estos datos, según el INDEC, el país tiene una
tasa de pobreza del 40,1 %12.

10
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.
11
Fuente:
https://www.mdzol.com/sociedad/2023/2/25/el-ciclo-lectivo-2023-un-contexto-que-se-opone-al-desarrollo-in
tegral-de-los-ninos-317523.html
12
Fuente: https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/eph_pobreza_09_2326FC0901C2.pdf

10
En este contexto, los libros pasarían a ser un privilegio de las clases más estables
económicamente, que tienen los conocimientos para consumirlos y el financiamiento para
acceder a ellos, más que un medio para salir de la pobreza o del “barrio” como propone Petit.
Por lo general, aunque la lectura sea un medio para abrir los horizontes y saber que hay
algo más además de lo que conocemos, en estos tiempos este pensamiento es casi idealista.
Los altos costos y los bajos ingresos hacen que sea imposible de consumir libros para muchas
personas de nuestro país. Estos renuncian a la idea de la lectura porque no hay un
acompañamiento en su contexto social que no ridiculice la práctica, además de un
asesoramiento o guía, ya que no todas las personas pueden leer literatura clásica y seguir
sobre ello por su cuenta. Muchas veces las escuelas ayudan en esto, pero actualmente muchas
instituciones educativas en las zonas más carenciadas perdieron la vocación de guiar a los
jóvenes y simplemente tomaron una actitud pasiva frente a ellos.
Otro punto que contribuye al alejamiento de la lectura es la estigmatización de los jóvenes
que viven en barrios carenciados o rurales y la búsqueda de cambiarlos o transformarlos. En
el texto Petit dice:
“En esos barrios periféricos las construcciones no son lo único que a menudo
está deteriorado, y tampoco el tejido social es lo único que puede ser afectado
negativamente. Para una gran parte de los que viven ahí, también está menoscabada la
capacidad de simbolizar, la capacidad de imaginar y, por lo mismo, la de pensar un
poco por sí mismos, de pensarse, y de tener un papel en la sociedad. Y la construcción
psíquica, o la reconstrucción psíquica, resultan tan importantes como la rehabilitación
de los barrios”.13(Pág. 74).
Que las construcciones estén deterioradas no es sinónimo de pobreza, podemos decir que
un edificio está deteriorado y no por eso es una señal de carencia. Pretender que zonas que no
pueden darse el lujo de contratar arquitectos o diseñadores para poder estandarizar a nivel
estético un barrio es ignorar que las personas tienen otras necesidades que no remontan a la
estética o a las renovaciones. Además, consideramos que juzgar que una persona “no puede
pensar por sí mismo” es ponerse en una posición de superioridad, ¿qué criterios se utilizan
para evaluar eso? ¿A qué nos referimos con “tener un papel en la sociedad”?
Muchos de los trabajos que llevan a cabo las personas de sectores pobres o de clase media,
como es el sector de la construcción, son fundamentales y, claramente, llenan espacios en
nuestra sociedad que otras personas toman como no deseables.

13
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.

11
Foucault realizó un análisis muy similar en su texto Vigilar y castigar:
“Segunda mitad del siglo XVIII: el soldado se ha convertido en algo que se
fabrica, de una pasta informe, de un cuerpo inepto, se ha hecho la máquina que se
necesitaba; se han corregido poco a poco las posturas; lentamente una coacción
calculada recorre cada parte del cuerpo, lo domina, pliega el conjunto, lo vuelve
perpetuamente disponible, y se prolonga en silencio, en el automatismo de los hábitos;
en suma, se ha ‘expulsado al campesino’ y se le ha dado el ‘aire de soldado”.
14
(Foucault, 2002: 139).
Muchas veces la sociedad espera que estas personas actúen de determinada manera
prejuiciosa y con un vocabulario que ellos consideran “inferior” o muchas veces “vulgar”
para alimentar su propia fantasía y poder sentirse de alguna manera más “intelectuales” o
“superiores”, como dice Nietzsche:
“Le cuesta trabajo reconocer ante sí mismo que el insecto o el pájaro perciben
otro mundo completamente diferente al del hombre y que la cuestión de cuál de las
dos percepciones del mundo es la correcta carece totalmente de sentido, ya que para
decidir sobre ello tendríamos que medir con la medida de la percepción correcta, es
decir, con una medida de la que no se dispone”.15 (Pág. 5).16
Esto también puede ser una forma de querer perpetuar la diferencias de clase y el control
del poder, como Foucault dice “En todo lugar hay poder, el poder se ejerce, nadie es su dueño
o poseedor, sin embargo sabemos que se ejerce en una determinada dirección, no sabemos
quién lo tiene, sabemos quién no lo tiene”17.
Además, Bourdieu señala al respecto que “lo que genera el poder de las palabras y las
palabras de orden, el poder de mantener el orden o de subvertirlo, es la creencia en la
legitimidad de las palabras y de quien las pronuncia”18.
Ambos autores nos muestran que las palabras y el poder están entrelazados, los poderosos
en función de querer dominar van a utilizar todos los medios a su alcance, en este caso las
palabras y el lenguaje.
Entonces, ¿es importante pelear contra estos estereotipos y no caer en ellos? ¿Es posible
rebelarse contra los que perpetúan el poder?
14
Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI Editores
Argentina.
15
Nietzsche, Friedrich (2005), Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid, Tecnos.
16
Al hacer uso de esta cita se busca dejar en claro la creencia de un punto de vista correcto, en ningún
momento se hace uso de las palabras “insecto” o “pájaro” para llamar a las personas de zonas urbanas o rurales.
17
Foucault, M (1992) Microfísica del poder, La piqueta, Madrid.
18
Bourdieu, Pierre (2007) Sobre el poder simbólico, en Intelectuales, política y poder, Buenos Aires,
Eudeba.

12
Con estas preguntas en mente, citar a Petit parece lo más adecuado, ya que creemos, esta
frase engloba un poco la creencia o el anhelo que muchas personas mantienen en su vida de
lucha contra el poder:
"Ahora bien, la lectura puede ser, justamente, en todas las edades, un camino
privilegiado para construirse uno mismo, para pensarse, para darle un sentido a la
propia experiencia, un sentido a la propia vida, para darle voz a su sufrimiento, forma
a los deseos, a los sueños propios".19 (Pág. 74).
La lectura, como ya dejamos claro, es un obvio camino privilegiado, en muchos casos casi
inaccesible. Esto no quita que sea una forma de luchar contra el poder, si uno logra atravesar
todos los obstáculos.
Entonces, podemos preguntarnos ¿cuáles son las implicancias políticas del texto de Petit?
Para la autora, el libro es más que un objeto de transmisión de la información: es una
oportunidad para las juventudes marginadas de expandir sus horizontes, dominar el lenguaje
y la ciudadanía sobre los cuales tienen derechos, y aprender a simbolizarse a sí mismos y a
sus entornos como sujetos.

La opinión de Petit no es ajena a la industria editorial argentina. Hace unas semanas,


dentro del marco del Balotaje que se llevó a cabo el domingo 19 de noviembre, Ediciones
Godot compartió el siguiente posteo20 en varias de sus redes sociales:

19
Michèle Petit (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Fondo de Cultura Económica.
20

Enlace:https://www.instagram.com/p/Czbro4vRxqR/?utm_source=ig_web_copy_link&igshid=MzRlODBiNWF
lZA==

13
La premisa es clara; el libro, al diferenciarse de otros productos y mercancías de carácter
cultural, requiere un tratado distinto por parte del Estado.
El posteo, además de abrir un debate en el marco de las elecciones, cuándo diferentes ejes
de discusión estaban surgiendo a lo largo del país, es un claro pedido al gobierno de políticas
más activas del fomento de la lectura, rememorando así en marco de los 40 años de
democracia, la dictadura militar que hubo en nuestro país y su relación con los libros. Toda la
censura que sufrieron las bibliotecas, el secuestro y las prohibiciones de la lectura que
impusieron tomando al libro como un objeto que incentivo a la subversión.
Es innegable la importancia de poder (y el deber) leer nuestra historia como país e
informarnos respecto de los acontecimientos que atravesamos para no volver a ser
limitados/censurados culturalmente (entre otras cosas). Sin el conocimiento no somos nada, y
por eso es vital que el gobierno pueda acercar de manera activa la lectura, no es suficiente
con unos pocos programas, se necesita un seguimiento activo.
Algunas de las medidas por parte del gobierno a lo largo de los años luego de la dictadura
militar y en la actualidad para el fomento de las lecturas fueron:
- La ley 25 446 sancionada en julio de 2001 y promulgada en el mismo año donde: “El
Estado nacional reconoce en el libro y la lectura, instrumentos idóneos e
indispensables para el enriquecimiento y transmisión de la cultura. El Estado nacional
reconoce en el libro y la lectura, instrumentos idóneos e indispensables para el
enriquecimiento y transmisión de la cultura”.
- La creación del CONABIP y todos sus planes https://www.conabip.gob.ar/node/24
- El programa libros y casas https://librosycasas.cultura.gob.ar/
- El plan nacional de lecturas https://www.argentina.gob.ar/educacion/pnl
https://www.educ.ar/recursos/153229/plan-nacional-de-lecturas
Las medidas que se tomaron, aunque hayan sido muy útiles (y tengan efectos todavía en la
actualidad), muchas veces no se ponen en práctica. Además que, dependiendo del gobierno
electo y de la situación del país, se puede decidir no seguir con los programas creados, lo cual
es sumamente perjudicial ya que, tal vez, las personas que no lo necesitan piensen que es una
decisión correcta. Miles de niños y sus futuros quedan desamparados porque la lectura, su
lectura, no es tan importante para el resto de los sectores más privilegiados, que son los que
detentan el poder de decisión. Esto no solo pasa en Argentina, en Europa debido a la guerra
uno de los primeros programas en cortar fueron los relacionados a bienes culturales como los
libros.

14
Por estos motivos, consideramos fundamental defender los derechos adquiridos, las
bibliotecas populares, la enseñanza pública y reivindicar la importancia de la lectura desde
una edad temprana, al igual que Petit.

Conclusión

En el tejido complejo de la lectura, descubrimos una herramienta de doble filo que se erige
como símbolo de ciudadanía y emancipación intelectual. Por un lado, la lectura proporciona
las herramientas esenciales para participar activamente en las discusiones contemporáneas y
para la formación integral del individuo. Sin embargo, esta misma herramienta puede
convertirse en un factor de exclusión dentro de la comunidad.
Michèle Petit nos guía a través de la paradoja inherente a la lectura, destacando su
capacidad para conferir poder y, al mismo tiempo, perpetuar dinámicas de poder
preexistentes. La noción de ciudadanía asociada a la lectura se convierte en una dualidad,
donde la emancipación intelectual puede ser tanto liberadora como una aptitud que nos
restringe por los juegos de poder presentes en la selección y validación de lecturas.
El texto invita a reflexionar sobre cómo la lectura, al ser una expresión de identidad y
conocimiento, puede generar tanto inclusión como exclusión en una comunidad y cómo esta
contribuye a la formación del sujeto que forma parte de la ciudadanía activa. La capacidad de
participar en el diálogo social se ve influenciada por el acceso y la interpretación de la
lectura, destacando la importancia de abordar inequidades en el acceso a la información y la
diversidad de perspectivas.
En conclusión, la lectura, como instrumento dual, se plantea como elemento crucial en la
configuración de la ciudadanía y la emancipación intelectual. Sin embargo, su ambivalencia
nos insta a reflexionar sobre la responsabilidad colectiva de garantizar un acceso equitativo y
diverso a la lectura, evitando que se convierta en una fuente de exclusión en lugar de un
medio transformador para la participación activa en la sociedad.

15
Bibliografía:

❖ Petit, Michèle (1999), Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura. Buenos Aires,
Fondo de Cultura Económica.
❖ Rancière, Jacques (2007), El maestro ignorante. Buenos Aires, Editorial Libros del
Zorzal (selección).
❖ Foucault, Michel (1992) Microfísica del poder, La piqueta, Madrid

❖ Foucault, Michel (1995), Verdad y poder: Un diálogo sobre el poder. Buenos Aires,
Alianza.
❖ Foucault, Michel (2002), Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión. Buenos Aires,
Siglo XXI Editores.
❖ Nietzsche, Friedrich (2005), Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Madrid,
Tecnos.
❖ Butler, Judith (2001), Mecanismos psíquicos del poder: teorías sobre la sujeción.
Universitat de València.
❖ Delouze, Gilles (1991), Posdata sobre las sociedades de control. Montevideo, Ed.
Nordan.
❖ Bourdieu, Pierre (2007) Sobre el poder simbólico, en Intelectuales, política y poder,
Buenos Aires, Eudeba

Enlaces de interés:
❖ Material de análisis:
https://drive.google.com/file/d/1zXpqjWFdtOUcrz_p8MYzqNQ_jR-AUWgm/view?u
sp=sharing
❖ https://drive.google.com/file/d/0B_xmgQDUJXnfTXR1Y3V0RjNyR00/view?usp=dri
ve_link&resourcekey=0-VKB1-xysYdqONCHAVo1-pw
❖ https://www.mdzol.com/sociedad/2023/2/25/el-ciclo-lectivo-2023-un-contexto-que-se
-opone-al-desarrollo-integral-de-los-ninos-317523.html

16

También podría gustarte