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Universidad de san Buenaventura.

Licenciatura en filosofía
Desarrollo humano y espiritualidad
Daniel Felipe calderón Vargas.

El hombre como unidad pluridimensional y su relación con el otro y Dios

En el presente ensayo me propongo desarrollar tres ideas. En primer lugar, plantear los
aportes fundamentales de la antropología teológica en relación con lo sostenido por la
Doctrina social de la Iglesia, (DSI) en torno al tema del desarrollo humano. En segundo lugar,
esbozar la contribución dada al desarrollo humano, a partir de un diálogo interdisciplinar,
esto es, uno establecido entre la teología, la psicología y la economía. Y, en tercer lugar,
postular una idea, desde la filosofía, sobre la comprensión del hombre en relación con nuestra
sociedad contemporánea. Commented [YGG1]: El desarrollo de este apartado se
queda corto. LO enunciado resulta descontextualizado,
especialmente porque no hay un desarrollo claro de las
ideas que allí se plantean.

Introducción Commented [YGG2]: Si la introducción inicia aquí ¿ las


líneas anteriores a qué corresponden?
El interés que ha tenido la teología al pensar sobre el hombre, resulta ser un asunto de vital
importancia y profundidad, tanto así que el resultado de ese esfuerzo reflexivo se ha visto
materializado en la fundamentación de una suerte de antropología teológica. Dios y hombre,
Creador y creatura, aunque durante siglos se vieron separados a la hora de su estudio y
análisis, ahora, con una teología que se preocupa por el hombre, se logra realizar la Commented [YGG3]: ¿cuando?

vinculación entre estas dos realidades. Tal vinculación o unión de objetos de estudio es lo
que pretendemos abordar en estas páginas, tratando de esclarecer la relación vital y
existencial que se establece cuando el hombre se encuentra de cara a un mundo, a un cosmos
que le impone retos, pero que, mediante un proceso de toma de conciencia y autorreflexión
de sus circunstancias, tanto históricas como culturales, consigue comprenderse como ser
llamado a la relación, al encuentro, a la apertura. Esto, pues, posibilita su búsqueda de un

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fundamento de la vida y de la historia; un fundamento que no puede ser comprendido en su
totalidad gracias a sus categorías y esquemas finitos e imperfectos, sino que ha de ser buscado
y encontrado bajo los presupuestos del amor y la gratuidad. Es Dios, leído en términos
antropológicos y teológicos, quien se convierte en el fundamento del mundo que existe y, al
mismo tiempo, es la clave hermenéutica para que el hombre entienda y asimile su
complejidad a la hora de examinar sus dimensiones.

La creatura humana y el cosmos en su inmensidad, necesitan de algo que les otorgue una
carga semántica y existencial, es decir, algo que les permite ser poseedores de un sentido y
orientación en el tiempo y el espacio, pero, a su vez, sea la fuente, fundamento y horizonte
de su caminar y evolucionar en la historia. Dios, en este sentido, relacionado con el hombre,
es el origen y motor de todo su desarrollo. El ser humano puede desarrollarse porque Dios lo
ha dotado de esa capacidad, de una serie de cualidades que le abren senderos por los cuales
desplegar, de forma radical, sus potencialidades y virtudes. Ahora bien, no podemos dejar en
un segundo plano el don inalienable con el cual cuenta el hombre desde su nacimiento hasta
su momento final: la Libertad. Dios puede intervenir en la historia humana, pero el hombre
puede decidir si asiente o no a su plan de salvación. Aun así, nuestra intención es platear que,
a pesar de la libertad, del poder de decisión e, incluso, de optar por negarse a la voluntad
divina, el hombre puede desarrollar su existencia y su totalidad, en cuento leamos esa
existencia en términos de gratuidad, es decir, como un proyecto de amor de Dios que se Commented [YGG4]: Esta es una excelente propuesta.
Sin embargo, los argumentos que cohesionan el desarrollo
materializa y se hace evidente en el devenir histórico. De esta manera, aunque de parte del del texto, no hacen mención de ella.

hombre no se dé una respuesta afirmativa al querer de Dios, el sujeto y la humanidad pueden


llegar a su desarrollo pleno.

1. Desarrollo humano: Lectura desde la Antropología teológica y LA DSI.

La reflexión teológica centra su atención en tratar de comprender la esencia de Dios que se Commented [YGG5]: Esta no es la tarea de la teología. En
cuanto ciencia humana de tipo hermenéutica, la teología
revela en la historia, sus formas de revelarse y el contenido de esa revelación. Pero en ese reflexiona acerca de del acontecer de Dios en la historia. Su
tarea no es “comprender la esencial de Dios” antes bien
proceso es imposible e injusto dejar a un lado a quien es, por antonomasia, el receptor de los interpretar y teorizar alrededor de su revelación en la
historia de la humanidad
contenidos de la revelación. Por lo tanto, el problema de Dios también está, íntimamente

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relacionada, con el del hombre, pues, al decir de Ladaira, “la cuestión del hombre no es sólo
un problema o un enigma, sino que constituye en términos estrictos un misterios, reflejo del
misterio de Dios”1. El hombre, como culmen de la creación, está llamado, en este orden de
ideas, a ser el destinatario de la acción de Dios en el tiempo y el espacio. ¿Qué sentido tendría
pensar en un Dios que se revela, sin alguien o algo que tuviera conciencia para comprenderlo?
De inmediato, podemos afirmar que ninguno, porque toda revelación indica un develamiento
para, es decir, algo que estaba oculto para alguien, se exterioriza, se manifiesta y permite que
sus misterios sean escrutados. Mas, para que ello se dé, la condición esencial es la existencia
de un receptor que se capaz de ser testimonio de acontecimiento.

Bajo este marco referencial, nos es posible hacer una breve reconstrucción de lo que significa
el desarrollo humano desde la antropología teológica. Elementos propios de la tradición Commented [YGG6]: Lo que expones en los dos párrafos
siguientes hablan de la comprensión biblica del hombre. No
bíblica veterotestamentarias como Basar, Nefes o Ruah, nos hablar de las dimensiones anejas obstante, no “reconstruyes el significado del desarrollo
humano”. Esto se debe, quizás, a que las ideas son
a la realidad humana, es decir, éste no es solamente carne o espíritu o alma, sino que es una enunciadas pero no analizadas.
unidad corpórea y espiritual, abierto a la experiencia de la trascendencia, lo que indica un
deseo innato de superar lo netamente inmanente y estático de una vida sin contenido y
renuente a la apertura2.

En este mismo entramado se sitúan las tradiciones bíblicas, poniendo un énfasis particular en
los relatos creacionistas presentes en el libro del Génesis. La tradición Yahvista nos brinda
una visión unitaria y compleja de la creaturiedad del hombre, es decir, dada la gama de Commented [YGG7]: ¿?

dimensiones que integran al hombre, es posible decir que éste es Imagen de Dios, tal y como
lo señala el mismo libro del Génesis. Asimismo, la realidad creatural del hombre lo sitúa en
relación con el mundo, pues fue creado de la tierra, proviene de la tierra y, por ende, su
realización debe efectuarse en la misma, en su cuidado y cultivo3. Por otro lado, la Tradición
Sacerdotal se va a preocupar por el sentido que tiene la tesis del hombre como imagen de
Dios y, de hecho, de acuerdo con Ladaira, “la afirmación acerca de la creación del hombre a

1
LADAIRA, Luis. Introducción a la Antropología Teológica. Pamplona, España: Verbo Divina, 1993. 59 p.
2 Cf. RUIZ DE LA PEÑA, Juan L. Imagen de Dios: Antropología Fundamental. Santander, España: Sal Terrae, 1998.
20;23
3
Cf. RUIZ DE LA PEÑA, Juan L. Imagen de Dios: Antropología Fundamental. Santander, España: Sal Terrae, 1998.
32;38

3
imagen y semejanza de Dios se encuentra en el documento sacerdotal”4. No obstante, no es
sólo el individuo concreto quien es, de forma análoga, imagen de Dios, sino que es toda la
humanidad, la cual es capaz de entra en relación yo-tú con Dios: el hombre es el tú de Dios
y Dios es el tú del hombre. Esa relación de reciprocidad y dependencia se constituye en el
fundamento de la dignidad humana5.

Por último, en relación con los aportes de la antropología teológica al desarrollo humano, nos
encontramos con la idea de un hombre que es imagen de Dios, poseedor de diversas
dimensiones a las cuales está abierto y tiene contacto en su proceso existencia y de desarrollo.
En primer lugar, el hombre pose una dimensión teologal, que no es otra cosa que la capacidad
que tiene para ir al encuentro de Dios, su dimensión trascendente. En segundo lugar, la
dimensión social constituye la configuración del individuo como ser concreto, pero también
su búsqueda de sentido en la relación que establece con los otros en la conformación de una
sociedad o comunidad. En tercer lugar, la dimensión cósmica que le permite al hombre
reconocerse situado en el mundo, en lo creado y, por ende, en interacción con la creación que
también se convierte en una alteridad. Y, en cuarto lugar, la dimensión histórica que
constituye la tendencia del hombre a realizarse como ser integral, es decir, a lograr la plenitud
de su vida, entendida como un progresar hacia la perfección de su ser. Commented [YGG8]: Lo expuesto en este párrafo es una
cita indirecta. Falta la referencia a pie de página que indique
la fuente de consulta.
Por su lado, la DSI se presenta como una hoja de ruta para la comprensión del desarrollo
humano dentro de la Iglesia. Dejando a un lado los asuntos de tinte exclusivamente
doctrinales o dogmáticos, este documento puede considerase como el producto de la reflexión
de la Iglesia en torno a la preocupación por el hombre, la persona y los procesos que se dan
al interior de la sociedad. Es la toma de postura de un humanismo integral y solidario6. Sin Commented [YGG9]: Buena deducción.
7
embargo, la manera como la DSI entiende el desarrollo humano no se reduce a lo económico
o político, sino que debe ser un asunto integral, es decir, en el cual han de participar y han de

4 LADAIRA, Luis. Introducción a la Antropología Teológica. Pamplona, España: Verbo Divina, 1993. 60 p.

Cf. RUIZ DE LA PEÑA, Juan L. Imagen de Dios: Antropología Fundamental. Santander, España: Sal Terrae, 1998. 41-
42
6 Cf. PONTIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ ». Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia [en línea]. Libreria

Editrice Vaticana: Roma, 2005.


7 SS PABLO VI. Carta encíclica populorum progressio. [en línea]. Vaticano: Roma, 1967. No 14.

4
tenerse en cuenta a las personas y sus cualidades en función de la búsqueda de un mundo más
justo, esto es, el mejoramiento de las condiciones de vista tanto individuales como colectivas.

Mencionemos algunas características fundamentales del desarrollo humano entendido por la


Doctrina social de la Iglesia a partir de las reflexiones expuestas por SS Pablo VI en su carta
encíclica Populorum progressio. En primer lugar, el desarrollo de la humanidad es una
vocación personal, porque, según el designio de Dios, cada hombre está llamado a su propio
progreso8. La vida, en este sentido, se entiende como una misión hacia algo concreto, hacia
la configuración, construcción y crecimiento del sujeto en pro de su bienestar. En segundo
lugar, se habla de una solidaridad con la humanidad, en la que debe primer la justicia en las
relaciones comerciales o de intercambio de mercancía, creando así una suerte de caridad que
se difunde a escala universal, lo cual ha de permitir que el progreso no se revierta o devenga
en obstáculo o impedimento para el desarrollo de los individuos9. Y, en tercer lugar, el Papa
nos sugiere el nombre nuevo de la paz, que debe ser entendido como una lucha por logar un
ambiente planetario de justicia, en el cual la miseria producida por la desigualdad económica
y política no sea la encargada de dictaminar el camino hacia el bienestar, sino que se debe
buscar un equilibrio que esté en sintonía con el querer de Dios10

En definitiva, siguiendo la DSI, es posible afirmar una mirada del desarrollo humano de
carácter antropológico y teológico, pues el primer (el hombre) necesita de la segunda (Dios) Commented [YGG10]: primero

para realizarse y la segunda requiere de la primera para llevar a cumplimiento su plan


salvífico. Esta mirada integral y relacional nos refiere una forma de comprender al hombre y
su desarrollo a partir de “la inalienable dignidad de la persona humana, que tiene su raíz y su
garantía en el designio creador de Dios; la sociabilidad constitutiva del ser humano”11. El
hombre es social y se relaciona por naturaleza, esto es, busca construir convenios, establecer
acuerdos que orientes su vida hacia un buen vivir. Así, siguiendo los planteamientos de la

8 bíd., No. 15.


9 Ibíd., No. 43.
10 Ibíd., No. 76.
11
PONTIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ ». Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia [en línea]. Libreria
Editrice Vaticana: Roma, 2005. No. 37

5
DSI “esta visión de la persona humana, de la sociedad y de la historia hunde sus raíces en
Dios y está iluminada por la realización de su designio de salvación”12.

Así pues, los principios de la Antropología teológica están en profunda sintonía o simetría
con lo presentado en la DSI, en tanto que en ambos lugares hay un presupuesto común: el
hombre como imagen de Dios. Dado este postulado, la humanidad reconoce su identidad,
sus rasgos característicos y la necesidad que tiene de Dios, pero reconociéndose también
como capacitada con la facultad de la libertad para desarrollarse en el mundo, construir
comunidad y tratar de estructurar una sociedad más justa. El hombre, en este sentido, ha de Commented [YGG11]: Buena conclusion. En ella se
cohesionan muy bien las ideas planteadas hasta aquí.
desarrollar su fuerza productiva y cada una de las oportunidades que, dadas su naturaleza
Commented [YGG12]: No es del todo clara esta
también divina, es capaz de afrontar y llevar a buen término. afirmación.

2. Desarrollo humano: una mira interdisciplinar desde la relación entre teología,


economía y psicología.

Para tratar de abordar al hombre desde una perspectiva interdisciplinar, queremos partir de
la siguiente pregunta ¿es el hombre una sustancia o entidad que se hace a sí misma, es decir,
es autopoietica y acabada o si, por el contrario, la una unidad se debe desarrollar, construir,
estructurar en sus diversas y complejas dimensiones? Si nos atreviéramos a afirmar la primera
parte del interrogante, sería muy difícil e, incluso, innecesario tratar de hacer un análisis
interdisciplinar del hombre como existente en el mundo, pues no cabría pensar en proceros
de configuración o desarrollo, dado que en algo plenamente realizado no hay ningún tipo de
camino a seguir o una ruta sobre la cual empezar un recorrido hasta arribar a un punto
definitivo. Pero si, siendo realistas y sensatos, asumimos la segunda parte de la cuestión, el
abanico de posibilidades se abre y la problemática se expresa en su riqueza y dificultad. En
este sentido, vamos a centra nuestra atención en un análisis antropológico desde la
psicológica, la economía y su subsiguiente relación con la teología.

12 Ibíd., No. 38.

6
La perspectiva del desarrollo humano defendida por la psicología puede entenderse a partir
de los diversos cambios que se dan al interior y al exterior del sujeto: cambios biológicos,
psíquicos y socio-afectivos. El hombre es, bajo este punto de vista, un ente pluridimensional,
en tanto que se deben tener en cuenta el desarrollo físicos, desarrollo cognoscitivos,
desarrollo emocional o socio afectivo y desarrollo social13.

Por el lado de la perspectiva económica del desarrollo humano, nos encontramos con la
siguiente afirmación : “El objetivo básico del desarrollo es crear un ambiente propicio para
que los seres humanos disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa”14. El énfasis
que este punto de vista pone en los desarrollos de las cualidades productivas y de la
adquisición de riqueza para un buen vivir, ya nos permite hacer una breve observación sobre
la importancia que cumplen los componentes de tipo burocrático y económico en pro de la
vida humana, porque el ser humano también necesita recursos monetarios o materiales para
logara un desarrollo adecuado, o al menos eso sería lo ideal, de su existencia. Commented [YGG13]: Esto también lo menciona Pablo
VI.
En este orden de ideas, el tratamiento interdisciplinar del hombre, visto desde la
antropológica teológica, la psicología y la economía, resulta ser un válido intento de
comprender en el desarrollo de la humanidad. Desde el punto de vista teológico, es necesario
tener en consideración que el hombre, receptor de la revelación y culmen de la creación,
también es un sujeto biológico y psíquico que muta, cambia y evoluciona a medida transcurre
el tiempo y se trasforman las circunstancias, y, aunque debe ser consciente de su relación con
un Dios que lo ha creado y que lo orienta hacia una realidad trascendente, también debe poner
una atención capital a asuntos humanos, es decir, aquellos que están relacionados con el
progreso económico, político y cultural del sujeto, en función de lograr una sociedad más
justa y equitativa. Commented [YGG14]: Excelente conclusión.

13
Teorías del desarrollo humano. Tomado y modificada de Craig 1997 y 2009; Coon y Mitterer, 2010; Collin y col. 2012;
Kail y Cavanaugh, 2011; Morales, 2008 y Sarason, 1997, 2000.

14 PNUD. Informe sobre desarrollo humano 1990 [en línea]. Consultado el 19 de junio de 2018.

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3. Conclusión

Brevemente, quisiéramos proponer una sencilla idea acerca del sujeto moderno y la sociedad
contemporánea. El hombre debe desenredarse de la maraña idealista en la cual lo sumió el
pensamiento cartesiano. Nos referimos a la preminencia del cogito15 o yo que va a estar
presente a lo largo del pensamiento moderno. Acontecimientos como la primera y la segunda
Guerra Mundial, en general y Auschwitz en particular, deben llevar al hombre a replantarse
los esquemas de su pensamiento. A partir de una lectura antropológica, el sujeto debe salirse
de la subjetividad, de esa mansión cómoda y segura, para ir al encuentro de aquel que le
circunda y le complementa. La pregunta, en este sentido, debe dirigir la mirada al otro, hay
que arriesgarse a introducirnos en el horizonte de la intersubjetividad. Commented [YGG15]: Lo que aquí planteas es pertinente
e interesante. No obstante, al respecto del tema objeto de
estudio, podría haber tenido un mayor desarrollo.
Bibliografía.

 DESCARTES, Rene. Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas.


Madrid: Alfaguara. 1977.

 LADAIRA, Luis. Introducción a la Antropología Teológica. Pamplona, España:


Verbo Divina, 1993. 192 p. ISBN
 KAIL, Robert; CAVANAUGH, Jhon C. Desarrollo Humano: Una perspectiva del
ciclo vital. 5 ED. México DF.: Cengage Learning Editores.
 RUIZ DE LA PEÑA, Juan L. Imagen de Dios: Antropología Fundamental. Santander,
España: Sal Terrae, 1998. 286 p.

Cibergrafía

 PNUD. Informe sobre desarrollo humano 1990 [en línea]. Consultado el 19 de Junio
de 2018. En. Recuperado de: http://cort.as/-8Vj3
 PONTIFICIO CONSEJO « JUSTICIA Y PAZ ». Compendio de la Doctrina Social
de la Iglesia [en línea]. Libreria Editrice Vaticana: Roma, 2005 ISBN 88-209-7697-
8. Consultado 14 de junio de 2018. Disponible en internet: http://cort.as/-7XrU

 SS PABLO VI. Carta encíclica populorum progressio. [en línea]. Vaticano: Roma,
1967. Consultado 14 de junio de 2018. Disponible en internet: http://cort.as/-7Xko

15 DESCARTES, Rene. Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas. Madrid: Alfaguara. 1977

8
OBSERVACIONES.
El trabajo presentado refleja lectura, estudio y comprensión del material bibliográfico y de
los postulados teóricos propuestos para esta actividad. De manera particular, se destacan los
apartados en los que presentas y analizas la antropología teológica y los postulados de la
DSI desde los cuales se podría plantearse un aporte teológico al diálogo interdisciplinar del
desarrollo humano. Junto a estos aspectos considero, que lo más valioso del trabajo se
encuentra en las afirmaciones que realizas al finalizar los apartados uno y dos; en ellas
logras exponer con rigor argumentos que develan el carácter ser propositivo de tu trabajo.
Felicitaciones.
Ahora bien, los aspectos por revisar se centran en la introducción y las conclusiones. En la
introducción se enuncian aspectos que no son desarrollados en el texto, el elemento
métodológico y la descripción general del tema no están de la mano. Con respecto al
apartado de la conclusión, hay una buena intención, no obstante carece de desarrollo y por
tanto, tal cual como está presentada, se lee como una serie de ideas descontextualizadas del
tema abordado en el trabajo.
Por lo demás, de cara al objetivo pedagógico y teórico de la actividad, considero que
realizaste un muy buen trabajo.

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