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Época Bananera Del Ecuador
Época Bananera Del Ecuador
El proceso inicial de expansión del banano duró hasta fines de 1950 y se sustentó en las
pequeñas y medianas plantaciones, debido a una política que fomentaba este tipo de
producción por parte del gobierno y evitaba la concentración de tierra y capital en pocas
manos, como sucedió con el auge cacaotero. Este proceso desencadenó la formación de
una burguesía agraria que fortaleció a la clase media, la cual, según la concepción
gobiernista, era la portadora de los valores democráticos. La estrategia apuntaba también
a crear una sociedad con mayor capacidad de consumo. Las empresas transnacionales -
como la United Fruit Co.- sólo intervinieron en la etapa de comercialización.
Durante los años 60, las plantaciones centroamericanas empezaron a recuperarse, lo que
supuso una disminución de la demanda para la fruta ecuatoriana. La crisis de
sobreproducción y la presencia de plagas golpearon con fuerza a los pequeños y medianos
productores, quienes no contaban con el capital para hacer frente a períodos de crisis o
nuevas inversiones. La quiebra de los pequeños productores fue aprovechada por los
grandes propietarios, quienes iniciaron la etapa bananera de la gran plantación en la Costa
ecuatoriana. Muchas veces estos combinaban la producción con la actividad exportadora,
imponiendo precios a los pequeños productores que aún hoy subsisten en el agro de la
Costa.
El desarrollo urbano que se había anunciado tímidamente desde inicios del siglo XX se
intensificó notablemente. El Estado desarrollista, sustentado en una economía en
crecimiento, fomentó la profesionalización de sus capas medias. En la Sierra el auge
bananero y los límites propios de un sistema caduco provocaron la descomposición del
sistema de hacienda tradicional, el cual enfrentó la necesidad de modernizarse. Mucha
población emigró a la Costa y otra engrosó la población de las ciudades de la Sierra. Sin
embargo, y a pesar de los cambios, no hubo una transformación generalizada de las
relaciones sociales y económicas. Las oligarquías regionales seguían teniendo mucho
poder.
Cuando las exportaciones bananeras empezaron a decaer en los años 60, el Estado
regulador y planificador orientó la economía, hasta entonces dependiente del mercado
exterior, hacia el modelo de sustitución de importaciones que privilegió el desarrollo
interno.
Desde 1948, los protagonistas de la vida política ecuatoriana hicieron un esfuerzo común
por alcanzar una estabilidad que se veía como condición indispensable para el progreso y
el desarrollo del país. Este esfuerzo estuvo apoyado por una coyuntura económica
favorable que se tradujo en la ordenada sucesión democrática de cuatro gobiernos: en
1952 triunfó Velasco Ibarra; en 1956, Camilo Ponce Enríquez; y en 1960, otra vez
Velasco Ibarra.