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HENRIK lBSEN

TEATRO
COMPLETO
Traducción directa del noruego y notas por
ELSE W ASTESON
COKPL&TADA POR

M. WINAERTS y GERMAN GOMEZ DE LA MATA

Revisión y prólogo por


GERMAN GOMEZ DE LA MATA

Con 30 ilustraciones

(iJ
TOUE,LEGE

I AGUlLAR
HENRIK IBSEN

r--- - (
¡

colección obras eternas


asesor arturo del hoyo

PROLOGO

-;,:,.

iD a~ilar s a de ediciones 1952 1966 juan bravo 38 madrid


deposito legal m 15058/1973
tercera edición-primera reimpresión-1973
ISBN 84-03-00038-3 .
printed in spain impreso en españa por selecciones gráficas
carretera de irún km 11,500 madrid
N los umbrales del TEATRO COMPLE- pronto; pero no tardaremos en descu-
E TO de Ibsen, conviene hacer algu- brir que muchas veces llevamos en el
nas advertencias al lector que no fondo de nosotros mismos, sin percibido
esté ampliamente docuplentado, para o percibiéndolo, los embriones de ideas
orientade y para edificade acerca de análogas. Por consiguiente, nada de esto
la obra total que va a leer, obra nada resulta monstruoso y sí grandioso. aun
corriente, por cieno, aunque tampoco cuando nos sorprenda de primera in-
nada inasequible, como han pretendido tención; y conforme nos acercamos al
propagar algunos espíritus malévolos, si bullente oleaje de su enCrespado mar,
no cortos de vista. Porque alrededor i:le adonde afluye un tropel de apreciacio-
la señera figura de este genio, ni más nes, plasmaciones e impresiones produ-
ni menos que alrededor de las figuras de cidas por una corriente interna, iremos
los genios todos, se ha formado poco a observando cómo ha surgido todo ello
poco una leyenda literaria, la cual im- de nuestro ínfimo mundo, o mejor di-
pana disipar, a fin de que su niebla cho del microcosmos que porta cad'1 uno
no enturbie los contornos y perfiles de en sí, puesto que cada individualidad
una cumbre que se debe discernir con encierra y constituye por sí sola una
precisión. Y sin otras dilaciones, consi- creación cabal.
der:mos de lleno tan difícil tema. . Sin duda, no se adapta tanta grandeza
Vamos a penetrar en el vasto uni- a los temperamentos mezquinos, i tan-
verso concebido por un cíclope de las ta clarividencia a las mentalidades defec-
letras. Dentro de este universo palpita tuosas. No obstante, al cabo se impuso
toda una Humanidad, con sentimientos el talento sugeridor a unos y a otras.
y pensamientOs proporcionados a di- que terminaron por reverenciado... o
mensiones que en un principio se nos por fingido. Así, pues, hubo. de susci-
antojan desmesuradas, ardientes como tarse la oponunidad de que Camille
volcanes y profundos como abismos, cu- Mauclair dijera, al final de una conferen-
yo ímpetu alienta con la violencia irre- cia sobre El maestro Solness: "Seamos
sistible de los terremotos. Su ciclo cro- sinceros ante nosotros propios y cuidé-
nológico abarca pasado, presente y un monos del demortio de la tontería.". Y
atisbo de porvenir, desde tiempos abo- a propósito de Un enemigo del pueblo,
lidos hasta edades profetizadas, detenién- indicaba Laurent Tailhade, en otra con-
dose con una mezcla de piedad y des- ferencia: "Si algo puede hac'ér perdonar
dén en nuestros pobres dias prosaicos. al público de los estrenos... la. asom-
Tamaño tumulto de almas obedece a brosa impericia que le distingue... es la
una ebullición de ideas que aturde por acogida que ha dispensado a los dos ge-
su pluralidad y abruma por su densidad nios cuya amargura parece caber menos
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lidad de raciocinar serenamente, septen- en lo posible, escueta para que destaque,
rricmalmente.Estos distintivos étnicos re- sin recargarla de excesiva erudición y sin
en lo que tan justaml:ntc: ~c: llama el tras por fuerza. Con todo, no comporta saltan, por supuesto, en IbseI1 y en su. dejar de matizada, con objeto de que
"gusto francés"; refiero a Ri.:hard W;¡g- ello incompatibilidad ni por asomo, sino obra. Resaltan asimismo el deseo' de un aparezca más atractiva. Hemos espigado
ner y a Henrik Ibsen." que, al contrario, aviva nuestra curio- mundo mejor y la inquietud de un ce- en el frondoso acervo de acotaciones le-
En general, podriamos aSC:\'l:rarque sidad y despierta nuestro interés. Ade- rebro acuciado por diversas solicitacio- gadas por sus múltiples biógrafos. to-
Ibsen no es más incomprensible que más, por si no fuera suficiente esto, los nes, atormentado por diversas angustias mando un dato acá, un gesto allá. un
cualquier pensador, Ahora bic:n: los pc:n- sentimientos y pensamientos a que he- de tipos diversos. Ha vivido mil vidas, se detalle acullá. Por nuestra parte, sólo he-
sadores son siempre más incomprc:nsi- mos aludido pertenecen al terreno uni- ha indignado mil veces y se ha consolado mos aportado un buen propósito, una
bles, por ejemplo, que los poetas, }' ale- versal y no se acusan privativos de un otras mil. Lo experimenta todo y atina buena fe y la paciencia concienzuda de
garemos en pro de Ibsen que es poeta, pais o de una raza, según apuntábamos a exteriorizarlo todo, sublevándole la los recopiladores. Todo lo que decimos
amén de pensador, lo cual le hace más también; de modo que cada hombre ruindad y exaltándole la excelsitud. A a continuación estaba dicho antes, y nos
abordable todavía. Supone, por ende, puede sentidos o pensarlos, y en cuanto menudo escala las cimas de lo sublime, hemos dedicado a condensar}o sencilla-
un mito esa creencia de que el teatro a su expresión concreta o simbólica, porque sabe desentrañarlo. Le conmue- mente. Nos han servido' los desvelos de
ibseniano deja "a oscuras" a los espec- no se denota tan extraña como para es- ven las pasiones desenfrenadas y las da los demás, y nuestros desvelos se han
tadores, sin que neguemos que se lo capar a la receptividad del individuo a conocer con su frenesí arrollador. Si circunscrito a ordenarlos y extractarlos.
deje a quienes }o estaban ya, por de medianamente inteligente, a despecho de a momentos se le estima tenebroso, no Quizá, a lo sumo, hayamos traído al
contado... Difundieron tal creencia unos lo que se ha pretendido sin razón por olvidemos que estamos rodeados de ti- conjunto, como único toque personal, un
críticos mediocres o malignos, y la aco- un prurito de exagerar las cosas. niebla3, y que tenebroso ha de mostrarse ligero escalofrío de emoción, }a emoción
gieron como verdad indiscutible cuan- Los norteños reflexionan en frío, y recibida por nosotros mientras escudri-
tos no sobresalían de un nivel. harto por eso calan más hondo, buscando con quien busque en lo insondable. .
. Atraen a Ib5en el heroísmo y' el en- ñábamos fechas, porm~nores-:y.recuerdos
bajo; verbigracia, con respecto a Ibsen frecuencia las causas de los efectos. Los sueño, determinando .tal vez esta atrac- ajenos, ecos perdidos del poema de una
ha osado dictaminar chabacanamente nativos del Sur suelen seguir impulsos, ción vagas reminiscencias ancestrales; le existencia extinta; y si hubiéramos lo-
Vecchieris: "El público va al teatro a y de ahi que se identifiquen más dra- atrae el amor intenso, el amor que se grado transmitir un reflejo de esa emo-
conmoverse o a reír, no a descifrar máticos, así como, si bien se mira, más sale de las vulgares afecciones, y le atrae, ción, nos daríamos por contentos, sa-
acertijos." La f¡:ase tuvO éxito entre las superficiales; pero no significa esto que en fin, la redención del género humano. tisfechos de no haber emprendido una
.que denominaba Nietzsche "moscas de la un meridional no pueda ser reflexivo Q. Con estos elementos, unidos a. la in- labor baldía.
plaza pública". En cambio, ¡qué tem- que no pueda ser dramático un septen- mensidad de su poético numen y a su Queremos presentar a Henrik Ibsen
pestad de aplausos iba a provocar a la trional, ni muchos menos que no estén alteza de miras, juntos o separados, ofre- con su fisonomia física y moral, como
vuelta del tiempo este teatro: primero, capacitados uno y otro para asiWlarse y ce concepciones grandiosas, donde n fal- le vieron sus contemporáneos y como
entre la minoría selecta; luego, entre la evaluarse en la justa medida. No cabe, tan verdaderas actitudes de iluminado le disecaron los psicólogos; queremos
mayoría, y después, por doquiera, su- por tanto, deducir superioridades ni in- ni predicciones de adivino. ¿Se equivo- relatar sus andanzas en la patria y fuera
poniendo la excepci6n aque} que !e des- ferioridades de las diferencias expuestas, cará a ratos? Ya hemos argüído que de la patria, por las tierras de bruma y
aprobaba! Hablamos de ayer, claro está, que hemos recalcado en parangón, y que es poeta, y el poeta no se equivoca las tierras de sol, partiendo de su naci-
porque hoy se halla Ibsen consagrado, y se salvan sin .apenas esfuerzo. Cada pue.. nunca, ni siquiera cuando canta la men- miento y llegando a' su muerte; quere-
nadie se atreve a dudar de él. blo tiene su idiosincrasia, sus caracterís-
tira... a condición de que la cante col. mos enumerar y comentar 'su produc-
Contribuy6 a extender esta leyenda ticas, y a la postre todos los. pueblos belleza e inspiradamente; es poeta, y ción íntegra, tan enjundiosa, tan ple-
de esotericismo el desconcierto ocasio- se equiparan por lo que atañe a sus basta, ya que los poetas poseen el raro tórica de. inagotable savia, y explicar los
nado por algunas piezas ibsenianas. Lo facultades de orden cordial o intelec- don de corporeizar lo incorpóreo, al ex- puntos sujetos a opuestas interpretacio-
que desconcierta, obnubila el entendi- tual, como todos los hombres se ase- tremo de permitir a un filósofo compro- nes de una ideología compleja; quere-
miento, y a la saz6n necesita uno repo- mejan, en virtud de rasgos comunes, bar, merced a una elegante paradoja: mos familiarizamos con sus personajes.
nerse de su prístino estupor. Para los aparte los matices, por su mera calidad "j Hay tantas cosas, entre el cielo y la a }a manera suya;~igual que si se tratara
meridional~s hay, por añadidura, una de hombres. .
tierra, que sólo }os poetas han soñado!" de criaturas reales-¿no lo son, en ver-
relativa dificultad, en modo alguno insu- Noruega es un país de. historia ac- Al estudiar y analizar en sus varios dad ?-, y queremos, finalmente, sub-
perable, que se reduce a una .simple cidentada y de cJin1a glatial. Sus hi-' aspectos la personalidad de Ibsen, he- rayar las huellas de su paso a través
cuestión de latitud. Se obviará fácilmen- jos, nutridos de añejas fantasmagorías mos procurado hacerlo con un sen!ido de un anecdotario multiforme. ¿Lo ha-
te, no bien intentemos amoldamos al que han mecido los sueños de su ima- más divulgador y objetivo que crítico, bremos conseguido? No estamos muy
medio o ponemos en situación. Henrik ginación y fomentando }a inventiva de su intentando componer una semblanza viva seguros.
Ibsen es un natural del Norte, cuyas carácter, traicionan una leve tendencia
reacciones han de diferir de las nues- al desvarío, que no excluye la posibi- 11
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piráticas expediciones a los crueles nor- mismo que se opone a veces-no siem-
mandos-tan temidos por alemanes y pre-a su arraigado pesimismo, esa con-
franceses, que impetraban en sus igle- fianza inquebrantable en el "tercer rei-
CAPITULO PRIMERO sias: A furore normandorum libera nos, no", donde dominarán "el espiritu de la
Domine!-, diez centurias después, se verdad y el espíritu de la libertad"; luz,
condolía ante las desdichas de sus her- en fin, es su compasión evangélica, que
EL HOMBRE manos de todas las razas... ¿Un apóstol? le conforta con el ejemplo de Aquel que
No; un teórico altrUísta doblado de dijo: Ego sum lux...
DEL NORTE HELADO... saturado de angustia y de amor, aun- poeta.
que también, ¡ay!, de relativo escep- Poeta a cada instante, igualmente si
bendice que si maldice; poeta en sus SEMBLANZA FISICA y MORAL
Del Norte helado, la tierra de los ticismo. El titán no había digerido, no
bárbaros guerreros que asolaron buena digeriría nunca el enorme desengaño de más recónditas fibras, como que refle-
xiona a través de ).a poesía que lleva De niño, por las trazas, era Ibsen
parte de Europa, al cabo de los siglos la vida, que se había ensañado con él, en ).a masa de la sangre. Pues bien: la bastante desmedrado y nada ágil-pues
llegó un día a nuestras latitudes la voz y si su naturaleza bondadosa no le per- poesía y el sentimiento, cual no importa "no tenía buena salud", según cuenta
de un hombre extraordinario, de un mitió entregarse a la maldad, tampoco
hombre excepcional. Le abrumaba el dejó de resentirse y de agriarse. Todo qué impulsos anímicos, se denotan más su hermana Hedvig-, bajo de estatura,
lastre de una mitología hiperbórea, de ello, pues, debía originar un arte triste, o menos comunes a todos, y poseen un con cabellos negros y ojos azules que le
efectivo don de universalidad. De ahí venían de su madre. De quince a veinte
antiguas leyendas, de sangrientos relatos con algunas ráfagas de esperanza en sus que, a pesar de manifestársenos lejano, años, a juzgar por el testimonio de quie-
'recogidos por las sagas o canciones de mejores ,momentos. No obstante, es un llegue a nuestra psiquis y se nos tome nes le conocieron en Grimstad, era fla-
gesta escandinavas; conocía de oídas un ane cordial, de conmiseraéión y de her- asequible ~ la' postre. Poeta e hiperesté- cucho y achaparrado, con el pelo re-
cosmos inaudito de duendes y de otros mandad,. que llora nuestras penas y
seres sobrenaturales, a' cuyo conjuro se anhela nuestras alegrías, de las cuales sico, pertenece, desde el punto de vista vuelto, un sombrío mechón el cual le
animaba lo inanimado; había residido no se resigna a desistir. Por eso no de lo que no se palpa, a cualquier país. caía sobre la frente, y una oscura barba
entre nieve, en las tinieblas de un in- queremos juzgarlo deprimente, y mien- Está, por ende, cerca de nosotros, pues- inculta, en armonía con su indumentaria
vierno casi polar, y había contemplado tras nos parece que detrás de su amar- tO que, como nosotros, I:s un hombre, sucia y descuidada. La señora Thoresen,
alguna vez el rojo sol de medianoche. gura vibra a ratos la risa del demonio, siquiera sea un hombre extraordinario, su suegra y escritora ilustre, manifestó
Aquel hombre tenía algo de pensador presentimos que detrás del demonio son- un hombre excepcional. Y respecto a un día a un periodista que, cuando era
su sinceridad, veamos lo que declara al novio de su hijastra, resu}taba "un tipO
y mucho de vate, rasgos redentores y rie un ángel... Ibsen no pietde por editor de uno de sus libros: "Todas las insignificante", y ella, una "naturaleza
gestos diabólicos; pero tenia en particu- completo su fe en la justicia, y a nos- poesías que he escrito se relacionan ínti- poética" que iba a influir en la trans-
lar un corazón enternecido por el dolor otros nos corresponde no perder por
humano, un corazón que ardla como una completo la fe en Ibsen. mamente conmigo, con lo que ha pasado formación del individuo aquel. Más tar-
llama dentro de su pecho y le abrasaba Sus remotos antepasados Jos vikin- por mi, aunque no lo haya pasado yo., de, en plena juventud todavía, adqui-
el alma conmovida. Escribía obras de gas, aquellos expedicionarios marineros Todos mis poemas han tenido por ob- rió cierta robustez, y hemos examinado
teatro, de cierto teatro raro, no sólo para que empezaron por ,ser piratas para jeto limpiar y purificar mi conciencia, un retrato suyo de aquella época, donde
nosotros, sino hasta para sus compatrio- acabar por ser colonizadores, no le le- pues nadie vive de todo punto irrespon- aparece ancho de cara y con poblada
sable en sociedad." barba. Esta barba tomaría después otra
tas, quienes ,,al,principio le tomaron por garon de su idiosincrasia sino una espe- Constituye consecuencia de esto una forma, y como su abundante cabellera,
loco, y era un genio... Se llamaba Hen- cie de vaga afición a la aventura y una dramatUrgia magnífica y profunda, so- iría encaneciendo poco a poco para em-
rik Ibsen, y su teatro promovería una nostálgica admiración hacia sus hazañas ñada al propio tiempo que vivida. En- blanquecer completamente a últimll hora.
auténtica revolución literaria y de pú- de héroes, que cantaria con retraso. Fa- treguémonos a ella sin convencionalis- Hasta aquí, el hombre en su aspecto
blico. cilitaron su tarea de cantor las facUlta-
Por su cuenta, afirmaba, refiríéndose des que a su vez le habían legado los mos ni distingas preconcebidos, ~enci- menos difundido,. y de aquí en lo su-
a 10 que nacía de SUpluma: "Todo lo escaldos, primitivos bardos islandeses, y llamente, honradamente, y ).a encontra- cesivo, el anciano que ha pasado a la
he buscado en mi mismo, todo ha salido a tal fin estudió ).asdos Eddas en prosa remos pronto clara como la luz. Porque posteridad.
de mi corazón." Y ya hemos notado y verso, vetusta recopIlación de la añeja es lu.z: una luz que deslumbra al primer Maurice Bigeon, que le había trata-
cómo era el suyo un corazón de titán literatura nórdica. Acaso atenuaron su fulgor y alumbra luego; una luz que do en su atmósfera íntima por enton-
enfermo, a cuyo abrigo anidaban las ímpetu ancestral los mandamientos cris- ilumina los recol/ecos interiores en que ces, nos ,le describe al detalle así: "La
a menudo no nos hemos atrevido a nariz es fuerte; los pómulos, colorados
dolencias ajenas, que asimilara por so- tianos, y el individuo que, diez cen- adentrarnos. Luz es ese flotante opti- y saledizos; el mentón, vigorosamente
lidaridad fraterna; corazón mesiánico, turias antes, habría acompañado en sus
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acusado; sus grandes anteojos de oro, bla, que parece escrutar las conciencias.
su barba espesa y blanca, donde se Sobre todo, la frente es magnífica, cua- ce de él Ossip-Lourié: "De talla pe- bastante extendida: la de los que creen
oculta la parte inferior del rostro, le drada, sólida, de poderosos contornos; queña, rechoncho, con un hermoso ros- que en la obra de Ibsen hay más aparato
dan el aire de un buen hombre, la apa- frente heroica y genial, vasta como el tro enmarcado por espesos cabellos blan- que consistencia. Tales se han puesto las
riencia de un magistrado de provin- mundo de pensamientos que cobija, y cos, patillas y un collar de barba, tiene cosas, que ya no se puede ser ni hom-
cia envejecido en el cargo. Toda la dominando el conjunto, acentuando aún el mentón y los labios afeitados. Sus bre de genio." .
ojos redondos, escondidos detrás de es- Por 10 que atañe al aspecto moral,
pesas antiparras, se recogen bajo sus ce- era Ibsen desde la infancia un ente
jas enormes. El conjunto resulta expre- reconcentrado y meditabundo, a la ma-
sivo, poderoso y sagaz." nera de su madre, a quien se parecía
Por su parte) Georges Leneveu le en- mucho, pareciéndose a su padre asimis-
foca como sigue: "Menudo, de amplia mo en otras particularidades, entr.: ellas
frente, se adivina a este hombre vi- la ironía. Este carácter, que s~ reflejaba
brante igual que una mujer. Su mano, en su modo de vivir, lo defme con-
como )a de Zola, es nerviosa y atormen- cretamente e) citado Leneveu a la vez
tada, blanca cual una mano femenina. que relata su existencia ordinaria, de re-
Habiendo vivido tanto de corazón como torno en su tierra ya, conforme trans-
de espíritu, pues se sufre con lo que cribimos : "Lento y metódico hasta en
se escribe como con )0 que se ve, se sus andares y movimientos, )0 cual ha
discierne en los estragos de su fisonomía permitido decir que su puntualidad mar-
al hombre que ha padecido por ~entir caba los '3egundos. Ericontramos tam-
demasíado." Y tras de consignar que bién esta precisión en las intlicaciones de
llevaba una existencia retraída, agrega: la puesta en escena de sus obras y del
"Muy sociable, empero. En Alemania, juego de sus personajes; aun en la me-
en Austria, en Suecia, en los banquetes nor sonrisa, en los menores matices de
que le ofrecían sus admiradores, era, dicción está subrayado todo... ¿Debe-
si bien poco hablador, un oyente ex- mos añadir que lbsen es sensible al ex-
quisito, de un trato lleno de encanto, tremo de infundir lástima? Lo hemos
de una sencillez casi úmida, con voz visto en su obra. Pero esta sensibilidad
suave y precisa, voz donde se percibe llega a la nostalgia."
como una ternura que canta." y a continuación nos informa de có-
Nuestro Angel Ganivet, andaluz que mO se levantaba a las siete de la ma-
había vivido en el extremo Norte, le ñana en verano y a Jas ocho en invierno,
evoca de esta. guisa, no sin cierto gra- madurando durante su aseo el plan de
cejo de un gusto muy meridional: "lb- trabajo de la jornada. A raíz del primer
El "Spt;o md¡ico dt lbs"n. Caricolurll aparecida en Vikingen, 1872. sen, con su cabeza gorda, agrandada almuerzo, laboraba de nueve a una. Sin
más aún por )a cabellera y patillas blan- servirse de sec11etario,pues no sabía
poesía del alma, todo el esplendor de la más esta impresión de animalidad ideal cas, encrespadas, se asemeja a un león. dictar, despachaba por sí solo su nume-
inteligencia se han refugiado y se evi- que se desprende de su fisonomía toda, El símil no es sólo ocurrencia mía, pues rosa correspondencia. Sobre su escrito-
, dencian en Jos labios finos y largos, un una crinada cabellera nívea, fogosa, in- lo han utilizado ya muchos críticos, y rio babía junto al tintero una bandeja
tanto sensuales, que hacen en las comi- domable..." Más adelante le conceptúa alguno ha ido más lejos y ha asegurado con uno de .c:spsosos pequeñitos de ma-
suras una mueca de altiva ironía, o en "un hombre, en resumen, de esencia es- que la semejanza es falaz, y que lbsen dera que tallan en Suiza, un minúsculo
la mirada, velada y como abierta hacia pecial, de tipo extraño, que inquieta y parece un león, pero no un león de diablo negro para las cerillas, dos o tres
adentro, ora dulce y melancólica, ora subyuga, cuyo parejo diriase' inhallable; verdad, sino un león con melenas pos- gatitos y varios conejitos de cobre. uno
aguda y agresiva; mirada de místico y hombre que no podría olvidarse, aunque tizas. Este rasgo malévolo del crítico de los cuales tocaba el violín, y éstos
de luchador, mirada turbadora, inquie- se vivieran cien años". francés Théodore de Wyzewa lo anoto eran sus fetiches. Salía a la calle térmi-
tante, atormentada, bajo la cual se tiem- He aquí la breve semblanza que ha- aqui en prueba de imparcialidad para nado su segundo almuerzo, con ojos dis-
14 hacerme también eco de una opinión traídos, rehuyendo las miradas curiosas,
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rias, tras de triunfar de todos ellos... desvalido, ajeno, solo, sin una verdadera
de levita y chistera, apoyado en su pa- que vivía a su albedrío; pero antes Sin embargo, no había olvidado, no 10- comunión con su pueblo ni quizá con
raguas, con un par de guantes en la mano hubo de atravesar días turbulentos, ha- graria olvidar jamás. nadíe, atormentado de añoranzas impre-
derecha. Paseaba un rato por Cristianía, ciendo cara a las contrariedades, y todo Refiriéndose a los últimos tiempos, cisas, con el vago deseo de una patria
y a veces se paraba en la tienda 'de al- ello había dejado en su alma una honda corrobora P.-G. La Chesnais en una cer- que pretendía situar sobre las olas y
gún prendero, para regresar pronto a huella, un poso melancólico que apenas tera página biográfica: "Pasaba por ho~- bajo el cielo infinito, obseso por el re-
reanudar su labor hasta la noche: Des- subía a la superficie. Aun así, no faltaba bre arisco y taciturno. El sentimiento cuerdo de otras patrias que no habían
pués de la cena, leía los periódicos en quien le encontrase adusto con exceso. del público noruego a su respecto era sido suyas. Desgracias anteriores empon-
el café, saboreando un grog, muy car- "Malhumorado por lo general--observa admirativo y respetuoso, pero despro- zoñaron su alma para siempre, y ahora,
gado de aguardiente de Francia, y se un escritor no muy lisonjero, ciertamen- visto de simpaúa en absoluto... Ya no mientras alrededor parecía senreírle todo,
podía él creer oír risas a su espalda, de él, que había perdido la sonrisa interior,
lo cual se quejara otrora. En suma: te- no era feliz, no lo sería nunca...
nía razón sobrada para estar satisfecho,
y lo estaba. Lo estaba sin entusiasmo.
En sus discursos, sus canas, sus conver- CIUDA.DA.NO DBL MUNDO
saciones... había expresado a menudo la
decepción que le causaba su celebridad. Su biógrafo Henrik Jaeger, hace notar
Y el ~dus vivendi, q~e se había esta- que "Ibsen no tenía en línea recta "ni
blecido entre Noruega y él hacía su es- una gota de sangre noruega". Moritz
tancia en. su país bastimte agradable, Prozor, su primer traducto¡: francés, re-
pero exenta del calor afectuoso que ha- calca: ''Hijo de un danés y de una no-
bía anhelado, pues bajo su aparente frial- ruega cuya madre era alemana y cuya
dad de tímido desconfiado era, en el abuela escocesa, busca en esta ascen-
fondo, muy sensible." dencia compleja el secreto de su natu-
El 3 de junio de 1897, escribía a su raleza y de las contradiciones que en
profeta y amigo Georg Brandes: "¿Adí- ella descubre." El vizconde de Colleville
vinará usted lo que sueño, proyecto y y Fritz de Zepelin, que escribieron acer-
me represento como algo delicioso? Es ca de Ibsen un libro muy edificante, ob-
instalarme a la orilla del Oresund, entre servan que, de acuerdo con la ley atá-
Copenhague y HeJsingor, en un paraje vica, se ha hecho .percibir particularmen-
despejado desde donde se puedan ver te para él la influencia de las mujeres
todos los grandes veleros venir de lejos desde el punto de vista intelectual. "Es-
y marcharse lejos. No puedo aquí Aquí cocia-dicen-es el país del puritanismo
están cerrados todos los pasos en todos y del idealismo; Alemania, el del ensue-
Bn IU mala da trabajo, lb.en crea mundo. :Yvidas. los sentidos de la palabra, y todos los ño y de la metafísica... De los ascen-
canales de la comprensión, tapados. iOh, dientes varones le resta el gusto de los
retiraba luego, a fin de acostarse tem- te-, era temible el viejo en sus cóleras, querido Brandes, no sin esfuerzo se viajes, la energía, el cosmopolitismo, que
y se complacía en la rumia amarga de vive veintisiete años fuera, en los am- le han hecho posible veinte años de ale-
prano. plios medios de civilización libres y jamiento del país natal, 10 que no habría
Ya había evolucionado paulatinamente, su destierro, de su pobreza, de la ruin- emancipadores! Aquí, en los fjords, ten- podido soportar un auténtico noruego."
a Ja sazón, el viejo Ibsen, pues no debe dad de la crítica y de Ja incomprensión go mi país natal; pero ¿dónde encontra- Admitida la c9pc1usión de que no co-
olvidarse la ley evolutiva que descubrió popular." Al cabo no estaba desterrado ré el país que fuese para mí un hogar? rriese por SUS'"venas ni una gota de
Hegel, que adoptó Darwin, y que se ni era pobre, no se atrevían los criti~os El mar es lo que más me atrae." .' sangre noruega, nadie podrá considerar,
convirtió en doctrina para Spencer; ya a censurarle ni se desentendía de él la Así, pues, en las postrimerías de su pues, como una falta de patriotismo el
se había amansado su fiereza primitivl1 multitud; lucía en' cada ocasión sus carrera, cuando ya no exisú::n para él rencoroso sentimiento que alimentó con-
a lo largo de sus viajes, en ambientes de cuantiosas . condecoraciones, costUmbre obstáculos de ninguna clase, cuando le tra su tierra durante buena parte de su
cosmopolitismo, y merced al acatamiento que no le perdonaba Bjomson, y mante- acompañaba espiritualmente la admira- vida. Y, sin embargo, era noruego, a
que le prestaba el mundo. Era un apa- nía amistad con reyes. Había perdonado ción del mundo, se sentía distanciado, despecho de todo, sin que le faltaran en
cible señor, cargado de años y de gloria, a sus enemigos y a las gentes refracta-
16 17
\ melancolía de los anhelos insatisfechos o
sus lares y reintegrado tarde a ellos, des-
entendido de una porción de las ideas satisfechos a deshora, melancolía de todo
absoluto Jos distintivos del pueblo entre peculiares. "El pueblo noruego-indica ..
!

circunscritas al crisol donde en un prin- y de nada, de lo que no cuajó y de lo


quien había nacido. Su mismo odio con- Ludvig Passarge-es, sin duda, uno de cipio cristalizó mejor o peor por efecto que ha cuajado ya... Ibsen se denota
tra Noruega traicionaba un sedimento de los más originales de Europa. Dotado por del ambiente su idiosincrasia, imbuído un temperamento esencialmente mdan-
ofendido amor, ni más ni menos que la la Naturaleza con más fuerza que los de ideas universales, Ibsen había cesado cólico, y esta sombra del alma se pro-
pasión con que se entregó a las luchas demás pueblos germánicos, poseyendo un de ser noruego, siquiera no lo fuese a yecta sobre toda su vida y se trasluce
políticas en su primera juventud, y el espíritu enérgico, pero también un exce- fondo jamás, para ser ciudadano del en toda su obra.
interés, en fin, con que leía desde el so de fantasía, no se mueve en la historia mundo. He aquí su máxima ventaja y, de De niño, con salud precaria, reflexio-
extranjero en los periódicos las noticias de un modo regular y tranquilo. sino consuno, su tragedia íntima. naba silencioso, arrinconado en un re-
de la patria lejana. dando siempre saltos enormes, seguidos cinto estrecho, mientras en torno suyo
No vamos a emplear el método obje- de un descanso prolongado." jugaban ruidosamente sus hermanos y
tivo de Taine para definir la psicología A este pueblo, del que tanto hubo de MELANCHOLIA otros pequeñuelos de la misma edad; de
del insigne dramaturgo; pero no resul- renegar, pertenecía Ibsen, y no podía joven, hubo de pasar 'por las amarguras
tará ocioso enfocarla de fuera adentro sustraerse a ello en mayor o menor. Había vivido una existencia retraída, de una bohemia miserable que agarrotó
por lo pronto, o de abajo arriba, si se proporción, diferenciándose a la vez del apartado siempre, solo aun en medio de su corazón y entenebreció su genio; en
prefiere, para enfocarla después de den- mismo a ratos en proporción no escasa la muchedumbre, lo cual no deja de la madurez le apenó, y a veces le des-
tro afuera, o si se prefiere, de arriba desde primera hora. Tiempo adelante se constituir una situación favorable para animó al extremo de hacerle casi desistir
abajo. El medio influye sobre el hom- acentuarían tales diferencias, y el hom- el desarrollo interior. "Y si estás solo, de sus propósitos, la hostilidad desper-
,', bre, 10 mismo que el hombre, si cuenta bre llegaría a encontrarse aislado en el . ,.\ serás todo tuyo", afirma Leonardo de tada por la incomprensión de sus con-
con fuerza espiritual suficiente, logra in- 'seno de .Ios suyos. Largos años de emi- Vinci: temporáneos, no sólo en S\1 país, sino
fluir sobre el medio al cabo. Y el medio gración en otÍos países le enfermarían ¡ Pero la soledad trae aparejada una en los demás países; de viejo, luego
de Henrik Ibsen es, desde luego, su poco a poco de nostalgía y acercarían su. sensación de angustia, eso que acabó por de haber asistido vivo a su propia apo-
rincón nativo, que a la postre se some- alma a la patria que no había podido llamarse tedium vitae. Era un idealista, teosis mundial, y rodeado de la admí-
tería a su influjo hasta cierto punto. "Se olvidar nunca. Retornó a ella, por fin, y el constante choque con la realidad ración, punto menos que unánime, le
es de su siglo y de su raza-afirma Re- y entonces. volvió a encontrarse solo, in- melló sus ideales, engendrando una ten- melancolizaba acaso el vacio de la glo-
nan-hasta cuando se reacciona contra vadido por los recuerdos de lugares que dencia pesimista, que también pudo fa- ría... Diriase que seguía sus paso> un
su siglo y contra su raza." había abandonado. Con una genealogía vorecerle espiritualmente, pues le libró batir de alas negras al compás de un
Noruega, la antigua Noruega, parte internacional, y n.o~ego por acc!derite de la quietud estática y estéril que com- lamento.
integrante de la que llamaba Plinio antes que por eSplrltU,no se senUE¡en- porta el optimismo a ultranza. Y a tal Tuvo, sin duda, mil motivos para
Scandia insula, constituye un país mon- cajado .en ningún sitio, ni desencajado respecto arguye Tissot: "No fué su duelo reaccionar melancólicamente; mas asi-
tañoso "que avanza hacia el mar", se- tampoco; no sabía arraigar de veras desalentado, ni deprimente, ni enfermizo; mismo los tuvO de consuelo' y hasta de
gún fra3e de su himno nacional~ con donde quiera que fuese, y le atormen- fué el duelo de un espíritu que debía dicha dentro de las Jimitaciones a que
un litoral de altos acantilados desde los taba, como una fatalidad, sin casi dis- partir, y que partió pronto, al de~cubri- se halla sujeto cada individuo. Cono-
cuale3 se precipitan cascadas entr~ nu- cernirlo, el anhelo impreciso de una ver- miento de los problemás, a la conquista ció en su adolescencia las ternuras de
bes de vapor, formando un espectáculo dadera cuna, de un terruño donde se' de las ideas. Su pesimismo debía ser la una amistad perfecta, esa amistad que
grandioso y salvaje, y lo caracterizan sus viene al mundo, donde se permanece y base de sus sistemas futuros, como la Montaigne cantara un día con emocio-
numerosísimos fiords, golfos estrechos donde se muere al cabo. El se había duda es la base del cartesianismo, y en nadas frases a la muerte de su amigo
y muy entrantes, que se suponen sean desprendido del árbol original, a manera este sentido fué un pesimismo provisio- La Boetie; no le faltó después el amor
quizá valles sumergidos. Sus naturales, de rama cortada, transportada e injertada na!." abnegado de una esposa ejemplar ver-
más vigorosos que los suecos, agresivos en el último momento para recibir de No obstante, detrás de esto se yer- dadera ninfa Egeria del esposo, y logró
ayer y pacíficos hoy por obra de las nuevo la savia del tronco prjmitivo; de gue como una maldición el lúgubre fan- prolongarse . eQ"~un hijo, de quien se
circunstancias, denotaban una predispo- suerte que la savia circulaba mal, en tasma de la melancolía, sentimiento que enorg\Jllecía muy justamente; tuvo,' por
sición casi . enfermiza, que ha ido ate- suma, dentro de la rama desgajad~ un inspiró una de las aguafuertes más im- último, el innegable lenitivo del arte, y
nuándose, a la divagación, consecuencia día. . .
presionantes del germánico Alberto Du- durante los veinte años de su decanta-
acaso de su maravillosa mitología fantás- "Por un análisis penetrante de la ..rero al inscribir al pie las fatídicas le- miento intelectual en Roma, Munich y
tica. Noruega ha estado unida unas veces obra, de la biografía y de la genealo- tras: Melancholia. Melancolía ante el D'resde, pudo beber en las fuentes de la
a Suecia y otras a Dinamarca, y no ca- gía-advierte Ernest Tissot-se identifi- espectáculo de la insuficiencia humana, belleza, recreándose, cuando se lo permi-
rece de concomitancias con Islandia, aun- can ciertos modos de pensar, de sentir \.~.
que en todo instante ha ofrecido rasgos y de vivir." Apartado bruscamente de
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tieron las circunstancias, en Ja perso- seres superiores, y que quizá salpimien-
1 el aire mugía un incesante ruido sordo familiar y distinguía a mi madre acoda-
nal posesión de cuadros de los grandes te de una manera extraña sus momentos y terrible; a veces diríanse gemidos de da a una de las ventanas... De súbito
maestros italianos, con los cuales viajaba afortunados... Cual aquel mane, tecel, mujeres o lúgubres lamentaciones. Era vi a toda la gente correr hacia nuestra
inclusive. No debía, pues, máxime al el murmullo de las cascadas, que se casa, y la criada, tirando de mí desde
lares bíblico, brilló en caracteres de fuego mezclaba con los cánticos quejumbrosos atrás, me hizo bajar de la torre en se-
final, estimarse demasiado infeliz. para él sobre el muro del porvenir, pre-
Sin embargo, de continuo se le apa- de las serrerías sitas en las afueras. .. guida. He olvidado lo que pasó luego';
sidiendo su éxodo de predestinada cria- y más tarde no podía yo Jeer el relato pero después me enteraron de que mi
reció el espectro vago y triste de esa tura que nació bajo tan doliente signo, el
melancolía que, a modo de irresistible letrero del aguafuerte inolvidable: Me- de los últimos suplicios de un guilloti- madre, al verme encaramado tan arriba,
fatum, acompaña con frecuencia a los lancholia. nado, sin ver en mi espíritu el acero de se sintió presa del terror y se desmayó,
aquellas sierras en movimiento. para besarme llorando al volver a verme
".. .La iglesia de Skien, quemada en cerca de ella...
el siglo pasado por imprudencia de una "Aún hay otra remembranza que he
CAPITULO II sirviente, quien sufrió pena de muerte conservado de aquellos primeros tiem-
sin más ni más en vista' del hecho, fué pos. En conmemoracíón de mi bautizo,
SU VIDA reconstruída con rapidez, y se practi- se me entregó una medalla de plata en
caron en torno calles anchas y rectas... la cual estaba cincelada una cabeza de
.En aquel instante" yo no era capaz de hombre. Me asombraban la frente er-
AROS DE INFANCIA Ibsen, representantes de la alta burgue- advertir tamañas ventajas. Lo que guida, la nariz aquilina y el cuello des-
sía, que vivían con holgura, merced al atraía... mi atención era un ángel gordo nudo de su ímagen. Mi niñera me en-
El 20 de marzo de 1828 nació Hen- comercio de maderas, fuente de riqueZa y blanco que sostenía con ambas manos señó que... representaba a Federico Rex.
rik . Ibsen~ 'en Skien, pequeña ciudad del lugar donde vino al mundo el prímo- una anchurosa pila; este ángel perma- Cuando yo jugaba una VI:Zcon la me-
de tres mil habitantes a la sazon, per- génito Henrik. El mismo ha dado las pri- necía suspendido en eJ espacio durante dalla, se me escapó ésta:::.y desapareció
teneciente a la provincia de Telemarken, mitivas impresiones de su niñez a su la semana, y el domingo bajaba entre por un agujero del entarimado. Creo
al sur de Noruega, con un puertecito biógrafo ]aeger, en unas págínas pre- nosotros para 'vener el agua bautismal que mis padres vieron una señal funesta
al fondo de un fiord, en un valle cu- ciósas, buena parte de las cuales trans-' sobre }as tiernas frentes de los éatecú- en aquella pérdida... Se demolió, pues,
bieno de niebla al pie de abrupta mon- cribimos a continuación: menos. Más todavía que el ángel, llena- el entarímado y se procedió a cuidadosas
taña. E} primero del linaje que se esta- "Cuando hace algunos años se bau- ba mi imagínación un legendario perro rebuscas; todo en vano: Federico Rex
bleció en el país fué - su tatarabuelo, tizaron o rebautizaron las cal,les de mi negro, del cual me habían hablado;. vi- no retornó a }a luz. A consecuencia de
marino danés, que se casó en Bergen ciudad natal, una de ellas recibió mi vía en otro tiempo, me afirmaban, con este acontecimiento me tuve por un
con una alemana; su hijo, también ca- nombre. No sólo me lo anunciaron los el celador, quien desde lo más alto de gran culpable, y si coincidía con el agen-
pitán de marina, contrajo matrimonio periódicos, sino que me trajeron la noti- la torre lanzaba las horas al vacío de la te que velaba por la seguridad pública
con una escocesa,que le dió un vástago, cia viajeros dignos de crédito. "Esa ca- noche... Cierta noche postrera de di- me apresuraba a. esconderme debajo de
enviudó pronto y volvió' a casarse, ins- lle-me dijeron-es la que va del mer- ciembre, en e} momento en que el vi- la cama de mi cuartito.
talándose en Skien, cuna del fanático cado al puerto." De ser así, me explico gilante anunciaba }a hora inicial del año, "No residímos mucho en el aposento
pastor Lammers; el descendiente de la mal que se haya denominado de tal al ver muy abajo al perro mirade fijo de \a plaza. Mi padre compró' una casa
familia y abuelo del poeta, marino igual suerte, porque no nací ni he habitado con sus ojos rojos, se cayó al pie de la muy espaciosa cuando iba yo a cumplir
que' sus antepasados, desposó a una mu- en ella nunca. Por el contrario... he vis- torre, I1}atándose,y ya jamás cantó nin- cuatro años. Tenía esta casa nueva to-
jer de origen tudesco y pereció en un to la }uz... en las cercanías de la iglesia, gún celador desde allí la hora. Este su- rreón a la calle y estaba enclavada en la
naufragio a la vista de Grimstad, dejan- cuya alta torre llamaba }a atención-de- ceso databa de antes de mi nacimiento; parte alta de la ciudad. Sus piezas eran
do un Knut Henriksen Ibsen, que matri- lante de ella se erige actualmente un pero he oído contar muchos análogos vastas y numerosas, y como frecuentaban
monió a su vez con Marichen Cornelia busto de Ibsen-. A la derecha se si- que habían acontecido en numerosas tantas visitas el salón, permanecíamos
Altenburg, hija de comerciantes alema- tuaba }a picota, y a la izquierda, el Ayun- iglesias noruegas... poco allí nosotros los niños.
nes. El era hombre de carácter festivo, y "Un día me llevó mi niñera a lo alto "La plaza donde se alzaban los dos
tamiento, comprendiendo la cárcel y el
ella, una sombría Juterana, imbuída, sin manicomio. Al otro lado de la 'plaza',.el de la torre, y sujetándome por detrás, centros docentes servía de campo cer-
duda, de }as doctrinas del violento ol'ador liceo y la escuela. La iglesia se erguía en me había autorizado a' asomarme sobre cado a la infancia de la ciudad. El rec-
sagrado a quien nos hemos referido, y medio... La primera perspectiva que el vacío. Recuerdo cuánto me sorpréndió tor del liceo, hombre considerable y con-
que provocó el pietismo reinante en el tuve del mundo fué aquel hacinamiento atisbar por encima los tocados de los siderado, era el viejo Om, mientras que
contorno. Toda la ciudad apreciaba a los transeúntes. Veía a la vez la vivienda el director de la escuela comunal era
de piedras sin verdor y sin horizonte. En
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como espectador a la pelea. Por lo de- remachada a la tabla una cadena de hie-
más, no era batallador en mi prístina rro terminada por una argolla, y esta
edad. cadena parecía aguardar al paciente, dis-
"Tenian para mi mayor interés la pi- puesta a apretarle de firme. No se ha-
cota y el Ayuntamiento, con el conjunto bía utilizado la tal picota desde largos

Monumento a lbsen en Skien (NOTuega).

La últi"", casa de la acera derecha, pró"i"", a la iglesia, es Stockmann's misterioso de los hechos que se aglome- años atrás, y $iguió, empero, en pie
Gaar, en Skien. En ella nació Henrik lbsen el
20 de marzo de 1828. raban al cobijo de sus altas murallas. La durante toda lni estancia en Skien.
picota estaba compuesta de una tabla ¿Existe todavía? No lo sé. Al Avunta-
Iver Flasrud, igualmente anciano, que los diferentes adeptos de estas dos es- de madera rojiza, coronada arriba por miento, como a la iglesia, daba acceso
acumulaba sus delicadas funciones a las cuelas tenían lugar combates singulares; una especie de capitel; bajo la acción del una escalera monumental. En los só-
de barbero del elemento elegante. Entre pero, ajeno a los dos bandos, yo asistía viento y de Ja lluvia, este capitel había tanos se encontraban Jos calabozos. con
tomado un tinte extraño y sugería la ventanas protegidas por barras de hierro,
22 ilusión de una cabeza de hombre. Estaba tras las cuales he visto a menudo pá-
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se alude en el tercer acto de El pato sal- 1844, alrededor de sus dieciséis años, se
lidos rostros pletóricos de odio. En lo se la festejaba en común, aunque jóvenes 'fJaje. vió obligado a abandonar la ciudad natal,
más profundo del subsuelo había una y viejos se reunían en cuatro o cinco ,¡ Al salir de su aislamiento, haCÍa in- que ya no le atraia mucho, para ganarse
mazmorra donde se encadenaba a los grupos que se encargaban de las gozosas geniosos juegos de manos, ayudado por el sustento en Grimstad, a la vista de
locos, cosa que aún hoy se me antoja hogueras. Ya antes de Pentecostés nos su hermanito menor, Y amenizaba así cuyo puerto naufragó su abuelo, confor-
algunas veladas de domingo, a las cuales me se sabe. Desde entonces sólo iria a
I
increíble. Como las de las otras celdas, ocurría ir a buscar a armadores y due-
las ventanas de ésta estaban enrejadas, ños de canteras para obtener brea y to- acudían varios vecinos. Se distraía en Skien de tarde en tarde y por contadas
y detrás de los barrotes había una férrea neles a este efecto. Era uso corriente otros casos dibujando tipos que recortaba horas.
placa 'bena de agujeros. Se afirmaba hurtar Jo que no se nos donaba de buen y pegaba sobre una cartulina para formar
que esta celda había servido de Jugar grado, y nunca habían hallado en ello con ellos grupos de personajes, anticipo EPOCA DE GRIMST AD
de reclusión a un infame criminal que nada reprobable los propietarios ni la de sus futuras aficiones escénicas. De
sufrió la marca del fuego. Y se preten- policía... Se capturaban, además, restos cuando en cuando, al aire libre, ejecutaba En aquel tiempo era Grimstad una lo-
día que fué encerrado de por vida allí de navíos, y si podíamos transportados hábiles construcciones de juguete, que calidad muy pequeña, cuya población
un galeote evadido y capturado, después entre nosotros, se convertian en propie- derribaba apenas acabadas, y aquí cabe sólo sumaba la cifra de ochocientos habi-
de azotarle en público... dad nuestra, sin que reclamara nadie. presentir la vocación de El maestro Sol- tantes, sin más recursos 'que su puerto y
"Durante nú niñez era Skien una La víspera de San Juan se llevaba en ness. su negocio. Se nevaba allí vida limitada
ciudad alegre y viva. ICómo cambió más triunfo una barca vieja a través de la Según Ossip-Lourié, en 1842 se rein- y murmuradora, carente de todo anhelo
adelante! Habitaban el casco o quintas población hasta el puente, donde debía tegró a Skien la familia Ibsen, pues el espiritual y dotninando por doquiera los
inmediatas diversas familias ricas y dis- quemarse. En esta barca se mantenía en padre iba a desempeñar allí un empleo, meros anhelos materiales. Un medio res-
tinguidas. Estaban muy unidas entre cUas pie un violinista, y la escoltaba un corte- y el hijo ingresó en una escuela regen- tringido y a ras de tierra, en fin, donde
y con frecuencia se recibían mutUamen- jo. He asistido ~uchas veces a este des- tada por sacerdotes bien impuestos en la- se hubiera ahogado cualquier apetencia
te, 10 cual daba ocasión a conúdas, bailes file, y aun he tomado parte én él pei~ ' tin. Apasionaban a Henrik la teologia y sublime.
y conciertos variados, no sólo en invier- sonalmente." la historia hasta el punto de no separar- Henrik Ibsen iba a Grimstad para
no, sino en verano también. Por aña- Brand, Peer Gynt y La coalición de se casi de la Biblia. Cuenta uno de sus prestar servicio como mancebo a las ór-
didura, pasaban no pocos turistas, y co- los jóvenes dejan traslucir a ratos algunos condiscípulos que en cierta ocasión es- denes del farmacéutico Reimann. con
mo no había hotel decoroso, se alojaban de estos recuerdos infantiles. En reali- cribió como ejercicio de clase un sueño quien salfa cada mañana a buscar hier-
en los donúcilios de amigos o conocidos. dad, al revés de como se le figuraba al suyo, y los profesores creyeron que 10 bas en el campo, ayudando a preparar
Por ejemplo, nosotros teníamos siempre pequeñuelo, Skien era una ciudad leví- había copiado. Era un sueño simbólico, medicamentos y despachando en el mos-
nuestra espaciosa casa repleta de invita- tica por obra de las exaltadas predicacio- donde un ángel le conmina a levantarse trador el resto de la jornada. No tenia
dos por Navidad, y en el momento de nes de Lammers, con separación de cas- y le muestra el espectáculo de la vida hu- apenas comunicación con el mundo exte-
la feria estaba la mesa puesta y aper- t;ls, ambiente mezquino, luchas partidis- mana en su esplendor y en su decaden- rior, ni se expansionaba con la familia
cibida de la mañana a la noche. La tas y egoísmos contrapuestos, en me- cia, mientras se adivina la resurrección del patrón tampoco. CQtniamaJ, y por las
feria se celebraba en el mes de febrero, dio de un hastío general, nada simpática, de la carne... Denotaba su temperamen- noches, escasamente satisfecho el estóma-
y para nosotros, los niños, era una época ciertamente. to una positiva predisposición religiosa, go y huraño el ánimo, el mancebo de bo-
de alegría. Seis, meses antes de esta El año 1836 suspendió pagos Knut acentuada por la educación recibida, la tica hacia versos antes de acostarse... Por
fecha ahorrábamos dinero para poder Ibsen, otorgándosele una moratoria, y atmósfera circundante y las costumbres lo pronto, no le agradaba la tertUlia de
ofrecemos los diferentes espectáculos que hubo disensiones en el matrimonio. Ha- '
en auge allí. El año 1843 hizo su confir- la rebotica, con su comineo provinciano;
daban prestidigitadores y bailarines en la bía venido la fanúlia tan a menos, que mación con todo fervor en un templo además, no simpatizaba con nadie ni na-
cuerda floja de los circos, y para com- abandonaron todos la lujosa casa de luterano del lugar, y expiró su niñez: la die simpatizaba con él. Hablaba en con-
prar también mostachones. Ignoro si esta Skien para trasladarse a Venstob, en los crisálida 'iba a devenir mariposa... fianza nada más que con las criadas de
fecha tenia repercusión sobre los nego- alrededores, y ocupar una modesta finca Llegado el momento de escoger una la casa, y no cumplidos aún los dieciocho
cios comerciales de la urbe. Para tni que pudo salvarse de la rUina. Bajo la carrera, que la sitUación de los padres no años, entraría con,qn& de ellas, diez años
era, en particular, un período de festejos infiuencia de su adusta madre, el, tni- les pennitia costear, el muchacho optó mayor que él, en'rel,aciones íntimas, fru-
populares que duraba una semana en- núsculo Henrik se tornó taciturno y re- por la pintura, para la que siempre ha- to de las cuales fué un, hijo, que hubo de
tera. '
traído de sus hermanos más pequeños. sin bía tenido evidentes aptitudes, y no fal- reconocer y a cuya alimentación hubo de
. "La fiesta nacional del 17' 'de mayo participar en sus travesuras.'Mientras iu- ta quien afirma que pudo convertirse en contribuir, sin que mediase para ello ter-
no preocupaba mucho a los ciudadanos gaban éstos. se encerraba él en Uila habi- pintor de gran mérito. No obstante, a la nura alguna, por cierto.
de Skien... Pero la noche de San Juan tación y hojeaba antiguos libros, entre postre mandaron las circunstancias, y en Mientras, el irónico adolescente tra-
era- objeto de un regocijo universal. No otros aquella Historia de Londres a que
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,¿

zaba a solas intencionadas caricaturas conducta asustó algo a la gente, y varias


que no enseñaba a los demás, o diver- palabras excesivas le crearon fama de un drama en tres actos, concebido, pen- allí para rematar de prisa y corriendo
tía a Jos chicos del barrio con morda- descreído entre el elemento piadoso de sado, planeado y versificado en las ho- sus estudios, igual que tantos otros es-
ces bromas contra los vecinos. Debía la ciudad. Por su parte, presumía de ras que robaba al sueño y al estudio, tudiantes, a fin de examinarse del ba-
de leer libros sacados de un gabinete republicano, y empezó una novela, que producción que firmó a su tiempc con chillerato y seguir a continuación la
de lectura próximo, y continuaba es- no terminaria nunca, basada en la his- el seudónimo de Brynjolf Bjarme. Puso, carrera médica. También le impulsaba
cribiendo versos. Dicen unos bió~rafos toria de un aldeano mártir de sus prin- sin duda, mucho de su corazón y no poco el deseo de activar la publicación de
que no sabia bailar; pero otros cuen- cipios liberales. de su incipiente talento en este drama, su drama Catilina. Se reunió sin tar-
tan que en un baile, entre pasos a Cuando el boticario Reimann tras- primera de sus obras teatraJes, que causa danza con Schulerud, que residía en
compás, conversó largo rato con una pasó el establecimiento de su pertenen- una profunda intensidad de sentimiento un barrio popular de la ciudad, y se
mujer, de quien se enamoró platónica- cia, permaneció Ibsen en la farmao;ia.Su y una asombrosa maestría dentro de su fué a vivir con él de la manera más
mente hasta enterarse de que se tra- tertulia se había renovado bajo el su- natural inexperiencia, no delatada o casi económica posible, pues ocupaban am-
taba de una señora casada, y quizá cesor, y la engrosaron diversas amista- a lo largo del desarrollo de su asunto. bos una reducida habitación con una
este episodio sugiriera determinada es- des que contrajera paulatinamente el Porque Catilina, con su sabor hhtórico, sola cama.
cena cómica de La noche de San 1zum. mancebo, entre ellas Ole Schulerud, su alteza de miras, su psicología com- Por lo que a los estudios atañe. in-
Una dama, que residía en Grimstad a quien tan abnegado se mostraría pronto
la sazón, manifestó a Jaeger que aquel pleja, sus versos inspirados y su )'a re- gresó en la institución del profesor
con él. A otros amigos de la rebotica, calcada originalidad al calor de efluvios Heltberg, apasionado por' el latín, que
jovenzuelo suponía un enigma para la los de "la bolsa llena y el cerebro va- misteriosos, constituye por sí solo un atiborraba de materias indigestas a sus
sociedad burguesa del lugar, la cual le cío", los despreciaba, denotándose teó- drama considerable y sugestivo. . alumnos. Entre éstos . se contaban
encontraba arisco, sucio y vestido con ricamente rebelde por irle peor que ~ ..1 Por testimonio de su hermana Hed- Bjornsterne Bjornson, Aasmund Olaf-
desaliño; parecía, según ella, ofenderle ellos y hallarse descontento del estado vig, nos consta que, a raíz de termi- son Vinje y Jonas Lie.' Bjornson le re-
el buen humor de los otros jóvenes, de cosas reinante. Entonces vendió un ~r la redacción de Cazilina, efectuó trata de esta guisa';' "Pálido, seco y
y se le atribuye la frase' de que a los cuadro suyo ':3 un armador, que le pag6 Ibsen un rápido viaje a Skien, y el dia excitado, Ibsen se sentaba escondiendo
veinte años experimentaba "una nece- por Ja pintura una cantidad írrisoria. de su llegada emprendieron ambos her- su cara en su larga barba negra." No
sidad ridicula de estar triste." También 'hacía poesías líricas, 31~as manos un paseo filosófico a las ruinas pudo permacener el poeta en aquella
Le interesaban particularmente la po- dedicadas a señoritas de sus conocimien- de una antigua iglesia. Conforme pasea- academia más de una breve temporada,
lítica y el movimiento revolucionario tos, como Clara Ebbel, con quien pa- ban, exponía él sus pretensiones artís- porque no se lo permitían sus recursos;
que en aquella época conmovia a Euro- rece que tuvo unos amores castos. Otras ticas y su deseo de escalar las más de modo que mal podría lograr bri-
pa; y como Noruega, influída por Di- de sus poesías propendían al género luminosas cumbres para contemplar des- llantes resultados. Sólo duró su período
namarca, se debaúa a merced de un lúgubre, como Danza macabra, y se ini- de su. altura la verdad, aunque hubiera de alumno cuatro o cinco meses, al
impulso nacionalista, peroraba Ibsen ciaba en su alma el p<;simismoque no de cegarle su esplendor. cabo de los cuales se examinó, apro-
con impctuosidad a favor de las nue- tardaría en caracterizarle, si bien oreado -¿Y qué harás después?-le pre- bándosele condicionalmente, sin que
vas ideas en los círculos apropiados. de un vago asomo de esperanza que lo guntó ella. pasara después por los exámenes com-
Quería ser médico, y a todo esto, se contradecía hasta cierto punto, ni más -Después, alcanzada' esa meta, qui- plementarios; pero ya tenía calidad es-
preparaba durante sus vigilias para el ni menos' que le ocurrió en adelante siera morir ... tudiantil, que le hizo ser bien recibido
bachillerato, alternando sus estudios con siempre. por doquiera, y perteneció a la Asocia-
el cultivo de la gaya ciencia en diferen- Entre tanto, no descuidaba sus estu- ción de Estudiantes y a la Sociedad
tes aspectos, sobre todo el social, pues dios por las noches, y al beber en las ALREDEDOR DE "CATILINA" Literaria, donde se captó nuevos ami-
aspiraba a ser un poeta cívico y a "can- fuentes de Salustio y Cicerón, acabó BOHEMIA gos. A pesar de todo, abandonó su pro-
tar el dolor actual, la alegría y las penas por prendarse de la figura del conspi- pósito de estudiar a las postrimerías de
presentes,. para dicha del pueblo". El rador romano Catilina, execrada en la El 28 de marzo de 1850 desembarcó .septiembre,para consagrarsede lleno a
año 1848, cuando se sublevó Hungría historia. Sin embargo, no le enfocó lo Ibsen en Cristianía, capital de ti'einta la 'literatura.
contra Austria, él compuso un poema mismo que sus adversos histor.iadores y cinco mil habitantes, sin prestancia En cuanto a la' aparición de Catilina,
exhortando a los magiares a luchar por el joven Ibsen, conceptuándole al con- ni monumentos, aunque J. J. Ampere, él mismo nos suministra curiosos por-
su libertad, y el 1849,..vencidos los va- trario, un reformador sincero. ,y con no-,. quien la contempló a bordo en medio menores acerca de esta obra, con hu-
lerosos insurrectos, de nuevo los enal- bles propósitos, y ahí reside precisa- de los esplendores del ocaso, viniendo morístico donaire, en el prólogo que
tceió, e instaba a que siguieran su ejem- mente la originalidad con que supo in- del Este, asegura que ofrecía "uno de puso a la segunda edición, fechado en
plo otras naciones esclavizadas. Esta terpretar el tipo. De todo ello' surgiría los más hermosos puntos de vista del febrero de 1875 desde Dresde. Tras de
universo". Iba el ex mancebo de botica recordar Jas condiciones en que )a escri-
26
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1
bió Y la situación tormentosa del mun- Calilinurias, de Cicerón, devorando con I
(
bre a quien Cicerón, infatigable aboga- cibi6 mi amigo la pieza acompañada de
do de las mayorías, no osó atacar sino una carta cortés conteniendo una nega-
do entoncj:s, que hubo de influir sobre avidez estos textos, y en corto plazo cuando él no corría peligro. Además, tiva categórica. Los editores, visitados
su esplritu al extremo de tornar le un quedó terminado mi drama. Conforme pocos personajes históricos han sido por turno, se mostrarOn de acuerdo con
juzgados, como Catilina, exclusivamente el comité de lectura; el más propicio
por adversarios. pedia una fuerte cantidad para la im-
".. .Mi patrón el farmacéutico era presi6n, bien al contrario de ofrecer
honrado y bueno; pero nO tenía otra dinero. No quebrantaba todo esto un
aspiración que la prosperidad de sus ápice la fe vivaz de mi amigo en el
negocios comerciales, y para mf exa- éxito. Para él era preferible así, pues
men yo debía, como quien dice, sus- editaría yo mismo la obra, y él me
traerle los instantes necesarios a mi tra- adelantaría el dinero indispensable, ocu-
bajo, tOtI).andotodavía de este tiempo pándose de la cuesti6n material y re-
hurtado los momentos que requería la partiendo los beneficios conmigo '.. En
tarea de hacer un poco de literatura. efecto.. . calculaba que nuestros ingre-
Para tales actividades suplementarías no sos podrían subvenir a los gastos de un
me restaban casi más que las horas de viaje por Europa y por Oriente que
la madrugada. Naturalmente, había de habíamos soñado desde largo tiempo
mantener secretas con cuidado mis am- atrás.
"I biciones dramáticas en el medio en que "Di6 algo que habJar la pieza e inte-
vivía. Sin embargo, resultaba muy difí- resó a los estudiantes; pero la crítica
cil a un poeta de veinte años no tener me reproch6 la pobreza de mis ver-
confidentes, y exponía mi designio, mi sos y no estim6 asaz madura la obra.
idea a dos amigos de mi edad. Unicamente se emiti6 sobre el drama
"Albergábamos los tres grandes es- un juicio favorable... de alguien cuyo
peranzas respecto a Calilina. Tennina- criterio benévolo y autorizado exigía res-
'. do el drama, fué menester primero ee- peto... Vendimos muy escasos ejempla-
piarlo; luego, ,enviado al teatro de Cris- res de nuestra pequeña edici6n... Pero,
nanía con seud6nimo, y, por último, cuando se resentía la economía en el
hacerlo imprimir. Uno de mis dos ami- hogar común, íbamos a desprendemos
gos se encarg6 de copiar con bella ca- de estos libros como papel de envolver
ligrafía mi borrador... El otro parti6 en el establecimiento del salchichero in-
para Cristianía con el manuscrito. Pue- mediato, y con el importe teníamos 10
do nombrarle, porque ha muerto: era imprescindible para unos dias.
el estudiante y más tarde abogado "El verano pasado, durante mi estan-
Schulerud. Recuerdo aún la carta en cia en Noruega, y. sobre todo, a mi
que me anunciaba que había dePosita- regreso aqui, como en mi memoria se
do Catilina en un teatro real, y que, dibuja muy distintamente mi pretérito
de seguro, se representaría, pues inte- literario, me resolvÍ' a releer Calilina.
graban el comité de lectura varones Había olvidado casi esta producci6n, y
eminentes. No cabía dudar tampoco de al recorrerla, me percaté de que en-
lb..n, jOlltn. que cualquier editor pagaría gustoso cerraba algunas c~dades, y de que,
una suma bastante considerable por los por mi parte, no existía razón para
exaltado de la política y crearJe anti- se verá, no abundé en la opinión de derechos de la primera edici6n, y s6lo despreciarla, tanto menos cuanto que
patías a,lrededor suyo, añade: los dos escritores romanos sobre los mó- importaba descubrir cuál pagaría me- constituyó mi iniciaci6n en la literatUra.
"Tal era, pues, mi estado de ánimo viles de la revuelta, y aún hoy no es- jor. Ya asomaban en estado embrionario de-
mientras, al preparar mi examen, con- toy lejos de creer en cierta grandeza "Después de una espera penosa sur- terminadas preocupaciones que se encon-
sultaba el Calilil1a, de Salustio, y las y en cualidades sobresalientes del hom- gieron las dificultades. Del teatro re- trarán desarrolladas en otras obras; por

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ejemplo, el abismo que separa el querer obrerismo ni su .humanitarismo el jo- muy versado en literaturas extranjeras el puesto que hubo de ensayarlo todo, siñ
y el poder, el destino trágico a la par ven Ibsen, se dejó impresionar por las segundo, madurado prematuramente por adquirir una situación sólida en nada.
q~~ cómi~.ode
dlvlduo.. . la humanidad y del in- tendencias del grupo, asistiendo a sus su penetrante ínteligencia el primero. No obstante, sí no guardaban propor-
mítines y colaborando en el periódico En las columnas de aquella revista in- ción las ventajas con los méritos. en
fundado por sus componentes. Pronto sertó el joven poeta. versos o artículos, y tomo a él fué cristalizando paulatina-
A propósito de este drama inicial ha detuv~ la Policía a los dos cabecillas y como había arribado a Cristianía embe- mente cierta repUtación dentro del res-
dicho Brandes: "Para Ibsen, su prime- se incautó de sus papeles, en cuyo con- bido de los principios en auge por Euro- tringído círculo de las letras y de la
ra publicación fué su primera batalla." junto no faltaban manuscritos de aquél, pa, ínterviniendo a poco en manifestacio_ enrarecida atmósfera ideológica. Por en-
Sucesivas batallas le esperaban en el resignado ya a sufrir la suerte de sus nes populares, un buen día, con asco de, cuando el violinísta Ole Bull buscaba
orden político, según estudiaba con el nuevos compañeros, por más que nada ante los manejos de los politicastros, un director de escena para el Teatro
profesor Heltberg, intrigándole el mo- tuvieran de revolucionarias las cuaniUas compuso su sátira Norma o los amores Noruego de Bergen, se fijó en el inci-
vinúento revolucionario que conmovía intervenídas; pero le salvó del arresto
a la sazón corazones y cerebros. la destreza de cierto compositor en cier- de un político, parodia íntencionada de piente literato, le atrajo al lado suyo y
la No
célebre ópera deentre
descuidaba, Bellíni.
tanto, la poesía le asoció a sus futUros planes.
Por aquellas fechas llegó a Noruega nes--el calígrafo que había copiado el
un danés llamado Harro Harring, cuyo original de Carilina-, quien supo esca- meramente lírica ni los Jigeros escarceos
romanticismo participara antes en la motearlas con oportunídad. de amor. Eny ladedicaría
capital volvería
guerra de independencia griega y en Refiriéndose a la vida que llevaban Clara Ebbel sentidas aestrofas
ver a EL TEATRO DE BERGEN
análogas expediciones. Acababa de pu- Ibsen y su amigo, cuenta Botten-Hansen, a Rikke Holst, de quien estUvo enamo- Ole Bull, apodado eJ. Paganini No-
blicar un comedia titulada El testamento amigo asimismo de ambos, en una bio-
de Ammaz, y 'como pareciera 'hano grafía del dramaturgo: "Escaseaba el di- rada. ruego, era un póco. fantástico. El año
Aquel año estrenaba con éxito, por 1839, a su regreso .de un excursión ar-
disolvente al gobiemo, se decretó la ex- nero para que pudieSen comer caliente, añadidura, en el 1;eatro de _Cristianfa, tística por América, se detuvo en París
pulsión del autor. En la mañana del 29 o mejor, cenar. Por no perder la consi- La tuw.ba del, [fUeTTero,y sus tres pri-' para saludar a Lamartine con una ban-
de mayo se apoderaba de él la policía deración de los inquilinos de su casa, sa-
para conducirle al puerto y embarcarle lían 'a la hora de la cena y no regresaban meras representaciones le reportaron me- dera noruega en la mano. Poco después,
con guardias de vista hasta que zarpase hasta tarde, con ánimo de sugerir que nos numerario que gloria; era un aCto impelido por su patriotismo, quiso crear
el navío. Apenas hubo de conocerse la venían de hacer una comida fuera. Acto único, evocación de Jos viejos vikíngos, en la nación un teatro verdaderamente ,
noticia en Cristianía, se alborotó la ju- seguido ingurgítaban su café,' mojando .al estilo de Oehlenschlager, que refun- nacional, y de ahí que requiriera la aYUda
ventUd y organizó al punto un mitin que pan, mucho pan, y a esto se reducía su dió después por no haberle dejado sa- del dramatUrgo. En breve volvería a ,
se celebraría aquel día mismo. De él cena efectiva." J tisfecho. y Bajo
Hansen la influencia
de Vínje, de Batten- acabó
quienes COntribuye_ América
de para fundar una colonia que
arruinarle.
brotó una protesta redactada y fumada El citado Botten-Hansen, Vinje, Bjom-
por ciento cuarenta ciudadanos (entre son e Ibsen, todos ellos noveles, lanzaron ron a su formación ínteleCtUal,Jeyó a "La escena estaba completamente en
los cuales se incluían Ibsen y Bjomson), a la publicidad un semanario literario que Shakespeare, Goethe y Schiller; a So- poder de los daneses-puntualiza Pas- ¡
la que una comisión entregó al ministro se titulaba Manden (El Hombre), si no ren Kierkegaard, moraJista demoledor, y sarge-. En Bergen y en Cristianfa se
de Justicia, mientras el grueso de los ostentaba, en síntesis, a mmera de título, a Kant, "COn más atención que pasión crearon teatros noruegos, y los auto-
protestatarios se dirigía al barcQ, donde una simple viñeta alusiva. Más adelante, acaso". Pudo continuar cultivando su res que para ellos escribían cuidaron I
se pronunciaron discursos, a los que a consecuencia de un concurso abierto talento gracias a Schulerud, que compar- de diferenciar bien su lengua de la
tia su modesto peculio con el admirado danesa, cosa no tan fácil, porque ape- i
correspondió Harríng con vivas a la pa- para ello, lo titularon Andhrimner,
tria y a la libertad. Ibsen se distinguió nombre del cocinero de los dioses en el camarada, e Ibsen Je quiso de veras, sín nas se distinguían ambas una de otra. l'
por la energía de' sus gritos, siquiera Valhala. Arrastró una existencia preca- olvidarle jamás y ensalzando su memo- Se proYectó sustitUir el danés con un
fuese ésta la sola vez que se mezcló ria de nueve meses, sín superar nunca ria a.t morir. Fundamentalmente bueno, idioma nuevo, y más tarde se han he- /.
con la multitud en una algarada po- la cifra de cien susc:riptores. Manden aquel joven poseía un corazón tierno y cho ensayos de convertir el noruego po_
lítica. combatía ígualmente a los conservado-o animó en las horas negraS al poeta, quien pular en lenguaje culto Y apto para una 11
Habitaba la misma casa que el poeta res y a los liberales, cuya oposición con- se mantuvo agradecido a tanta abnega_ literatura. De cuantoA intentaron realizar
y Schulerud el estudiante Theodor ceptuaba sobrado d~il, y Andhrimner ción. este esfuerzo ninguno -obtuvo un resul-
Abildgaard, que se sumaba al revuelo acentUó su aire combativo y su matiz Año y medio de Cristianía habían tado tan brillante como Ole Bull, que
obrero promovido por el socialista Ma- izquierdista. Lo inspiraron de ordinario, bastado para convertir a Henrik Ibsen murió en el verano de 1880. Con tal
rius Thrane durante las jomadas febre- más que Ibsen y Bjomson, Vinje y Bot- en ~ poHgrafo notable, dramatUrgo, poe- afán luchó por esta empresa, tales obs- "
r t~ CIvil y lírico, cronista satírico, pe- táculos venció, que hubo de merecer
rinas, y aun cuando no compartía su ten-Hansen, mayores que uno y otro, llOmsta político y crítico dramático, de sus compatriotas el sobrenombre de
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Voluntad de Hierro, y le han concep- po ingresó B. Bjornson con la misma
tuado todos como la más perfecta per- finalidad en el de Cristianía." sueldo aseguraba al nuevo funcionario la de mástiles al azar del oleaje; antigl;los
sonificación del pueblo noruego. Sin dis- Ibsen no se inclinaba a aceptar el subsistencia a la vez que le permitía barrios ennegrecidos por los siglos:..
. poner de medios casi, fundó el teatro en cargo que le ofrecía el insigne músico, ampliar sus conocimientos dramáticos. arrabales de quintas risueñas y floridas
Bergen, compuso oberturas y canciones, pues proyectaba, por el instante, una A la sazón contaba Bergen, la Venecia en un paisaje lejano, recortado y salva-
y para formar una orquesta tuvo que recopilación de poemas suyos, y ade-
enseñar música a varios individuos. Los más, dudaba de aquel renacimiento na-
actores no sabían hablar noruego, y se cionalista, menos positivo que superfi-
vieron obligados a aprender y ejercitar cial y pintoresco. Sin embargo, aceptó,

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:".
.~
.,
..

El lealro de Bergen.

esa lengua. Necesitó vencer Ja resistencia no ocultándosele el partido que podría


del público y la oposición de la policía; sacarse de la historia patria con altas
pero del humildlsimo JocaJ de madera de miras estéticas, y salió para Bergen, sede
la plaza de Egen iba a salir el teatro y cuna quizá del movimiento. Pesem- lbsen en 1855.
noruego. Perdió mucho dinero en este barcaba allí en octubre o noviembre, y
empeño, y su coUseo, donde podía en- desde luego tomó posesión de su cargo, ::-...
trar la gente "sin perder la salud", se un tanto vago, de "poeta del teatro". del None, veinticinco mil habitantes, y je, cuyo mar está sembrado de arre-
abrió el 2 de enero de 1850, cerrándose Debía bregar con artistas improvisados, de .ella transcribimos una no muy hala- cifes. He aqui Bergen, la "ciudad de
en la prim,averadel mismo año. Para este entre los cuales destacó más adelante el güeña descripción con que Tissot nos los ¡joTds", como dicen los poetas...
teatro llamó Ole Bull a Henrik Ibsen, famoso Johannes Brun, a quien se ha edifica así: "Casas blancas con tejados adonde convergen todos los pueblos del
desconocido entonces, y al mismo tiem- erigido en Oslo una estatua. Un modesto ... rojos, innumerables chimeneas de fábri- Norte, la ciudad comercial, perú tam-
cas... .un puerto donde vacilan millare3 bién... tristona, donde llueve siempre,
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donde es mahano el aire, donde da pena A principios del año 1856, invitado crito casi completo de Los guerreros de mento su discreta opinión. Por ejemplo,
vivir." en casa del pastor Thore3en y d~ su Helgoland, con el asunto de Fiesta en una .vez que volvió é.1 a encaprichar:ie:
A! año siguiente comisionó a Ibsen segunda esposa, Magdalena, eximia es- Solhaug, aunque enfocado de otro modo, por la pintura y tomó un maestro, su
el teatro para estudiar el arte escénico critora de origen danés, Ibsen se rela- obra pensada y empezada a escribir en mujer le aconsejó que desistiese y con-
en el extranjero, acompañándole al co- cionó con Susannah, hija mayor del clé- Bergen, que terminaba y estrenaba' al sagrara sus horas Ubres a Madera' de
mienzo del viaje el ya citado actor Brun rigo, de diecinueve años, bajita, repleta siguiente año. La rehusó primero el reyes, concebida años atrás. Entre los
y su mujer Louise Gulbransen. Durante y graciosa, con hermosos ojos y cabello Teatro de Cristianía, y no bien decidió
tres meses visitó Copenhague, Dresde, negro, amén de una voz dulce. Pren- admitida, se la retiró el dramaturgo,
Berlín y Hamburgo. Mientras, empe- dado de su encanto, le declaró cómo acabando por dada en el Teatro Norue-
zaba a escribir La noche de San 1uan asociaba sinceras ilusiones amorosas a go. Alrededor de ,este drama se produjo
con destino al Teatro Noruego. Por cier- su persona, la cual no puso inconve- un revuelo seguido de polémica, en la
to que en aquel mismo viaje volvió a ver nientes en aceptade, y quedaron prome- que defendieron al auto,r sus amigos
a su ayer amada Rikke Holst, musa de tidos para casarse al cabo de \,Inos dos Bjornson y Botten-Hansen. Más tarde
algunas poesías suyas, y pidió en verso años. Susannah Daae Thoresen no dejó lo reestrenó el teatro causante del litigio
su mano; pero recibió una rotunda ne- nunca de ser la perfecta c.9mpañera de y lo conservó en su repenorio como una
gativa por cuenta del padre de la joven. su marido en todo el resto de su vida. muestra magistral del género.
A! regreso continuó regentando el teatro Considerada por su madrastra admira- Por entonces se había recrudecido la
dentro de sus atribuciones, bastante li- tivamente como una "niña singular", campaña en pro de un teatro nacio-
mitadas, y se trasladó varias veces a unía a su predisposición al. ensueño un nal, antigua sugerencia de Vinje, que
Trondhjem par~ asuntos teatrales carácter firme. Copiamos palabras del apadrinaban ahora los obreros, y se cele-
Conforme transcurrían. sus años de sacerdote que pronunció su oración fú:. braron representaciones para los trabaja-
Bergen, estrenó Ibsen cinco obras, siem-: nebre: "El escaso número de sus cono- dores con intervención de Ibsen, cuyo
pre el 2 de enero, aniversario de la fun- cidos experimentaba admiración por su nacionalismo, apenas existente antes,
dación del teatro: en 1853, La noche lealtad y la inflexibilidad de su recti- aXarcebaron las circunstancias poco a
de San 1uan, total fracaso; en 1854, su tud." A ella debe mucho su gloria el poco. Secundó con entusiasmo el mo-
refundición de La rumba del guerrero; poeta, quien afirmaba en una cana.a su vimiento Knud Knudsen, y el año 1859
en 1855, Dama ¡nger de Osrraar,mejor hermana que su mujer le convema' de se creaba la Unión Noruega éon Bjorn-
acogida que las dos anteriores; en 1856, todo punto. Ella le ha sugerido algu- son de presidente e Ibsen de vicepre-
Fiesta en Solhaug, que obtuvo un gran nos de sus inolvidables tipos femeninos, sidente, separándose este último en cuan-
éxito, y en 1857, Ola! Liliekrans. con y por su pane, él le ha prodigado líri- to la invadieron los políticos. El resul-
éxito asimismo, aunque no igualara al cas alabanzas llenas de emoción. Recor- tado final de todo ello implicó un triun-
precedente. La noche de San 'Juan ti~ne demos, por ejemplo, el. poema Gracia: fo para los nacionalistas.
algo de El sueño de una noche de ve- "Ella. es la vestal que mantiene en mi A! expirar su primera temporada del
rano, de Shakespellre, con detalles de alma el fuego sagrado, no extinto jamás. Teatro Noruego, bastante próspera. re- . Susannah Ibsen en 1873.
magia en una acción contemporánea, y a y como no quiere que se lo agradezca, solvió Ibsen casarse con su prometida,
Puck le sustituye un nixo o duende le dedico estos versos y le digo: cuyo padre había, muerto recientemente, visitantes del matrimonio Ibsen se con-
noruego. Dama ¡nger de OsrTaar,dra- ¡Gracias! " y para ello emprendió un breve viaje a taba Lorents Dietrichson, que conocía
ma 'histórico de una intensidad punzan- Bergen, embarcándose luego con su es- ya a la mujer y lIj:gó a tutearse con
te, acusa un profundo análisis psicoló- posa rumbo a la capital, sin pararse el marido.
gico de su herolna. Fiesra en Solhaug, AMOR Y "LA COMEDIA DEL AMOR" siquiera en Skien. Se instalaron en un Tuvieron una feliz luna de miel. Ib-
pieza ~Irica,se inspira en leyendas y can- bonito' piso de una casa nueva, adonde sen, alegre a la sazón, designaba a la
ciones de:la vieja Noruega, con un asun- Cumplidos sus compromisos con el no dejaron de acudir sus amistades, con joven bajo el ¡lpelativo de "su gato"
to que desarrollaría de manera muy Teatro de Bergen-en el cual le reem- quienes se mostraba un tanto reservada y componía en. honor suyo "poemas fe-
distinta en Los guerreros de Helgoland. plazaría Bjon1son, a quien llamó Ole la señora Ibsen, más comunicativa con linos", que ella guardó con cariño siem-
Por último, Ola! Liliekrans, de un gus- BulI, que había regresado de '.América-, sus hermanos, por supuesto. ,El esposo pre. Comenzaba la segunda temporada
to romántico, torna a beber en fuentes Ibsen .se reintegró a Cristianía donde estaba muy atareado; pero no le fal- del Teatro' Noruego, de continuo en
legendarias más aún que Fiesra en pronto iba a dirigir el Teatro Noruego. taban ocasiones de participar a Susan- pugna con el Teatro de Cristianía, y el
Solhaug. Había traído en su equipaje el manus- nah sus planes, y ella emitía en cada mo- dramaturgo interrumpió su Madera de
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Teyes para entregarse de lleno a La co- Cuando por fin se Ilevó a la escena,
media del amor, cuya idea le obsesio- once años después, y en lo sucesivo,
naba; idea algo vaga que parafrasea el constituiría una de las piezas más cele-
conde Prozor así: "La más alta ventura bradas de Ibsen, que ha dicho respecto
que puede alcanzar el hombre es el a la misma, en el prólogo de la edición
olvido de su aislamiento, del misero siguiente:
estado de atomismo y disgregación en "Cometí el error de publicar este li-
que vivimos. Cualquier comunión de bro en Noruega. Fueron mal elegidos
nuestro ser engendra en nosotros el sen- por mi el tiempo y el lugar. Mi obra
timiento de esa ventura; pero se des- excitó una tempestad de indignación más
vanece en seguida que pretendemos fi- general y más extendida que la que hayá
jarla, imprimirlc: una dirección, porque podido provocar ningún otro libro pu-
entonces entramos en el espacio, en el blicado en nuestro país. Nada me sor-
tiempo, en todas las condiciones de la prendió este efecto. El sano realismo nos
vida exterior. " Jas cuales nada en la induce a contemplar en lo existente lo
tierra puede sustraerse." Y acerca de las autorizado, en Ja solución del tema la
aptitudes de "su gato" para compren- idea. Tal manera de ver nos porporcio-
der esta comedia, como inspiradora que na interiormente un intenso bienestar,
era suya y de su tierna protagonista, ma- pero no presta mucha claridad al con-
nifestaba el autor, en carta a un amigo: cepto. Como en mi comedia hablo de
"Es conforme la deseaba yo. Carece de amor y de honra, es muy natural que el
lógica; pero tiene un iristinto poético público proteste en nombre de la honra
muy desarrollado. Posee un espíritu am- y del amor. La educación y las facul-
plio y odia las consideraciones mez- tades necesarias al crítico para llenar su
quinas. Mis compatriotas no entendían cometido, sólo de un modo incompleto
nada de esto, y por mi pane, no estaba adornan a nuestro público. Yo no estoy
dispuesto a hacerles confidencias." en el caso de escribir en este prólogo un
. No tardó su amor en ser fecundo, y tratado de crítica."
al hijo que tuvieron se le puso de nom-
bre Sigurd, en recuerdo de una saga
de donde habían salido Los guerreros LA PASlON. DE CRISTIANIA
de Helgoiand, apadrinándole Bjomson.
Aquel mismo año, como contrapeso del No hemos reseñado aún la tenulia
regocijo experimentado por el díchoso literaria adonde soUaconcurrir Ibsen du-
padre, murió su camarada de los días rante su segunda' estancia -en la capital,
bohemios, Ole Schulerud, y el poeta y que acabó por hacerse famosa. La
sintió con toda el alma tan triste muene, componían él, Botten-Hansen, Lokke,'
que deploró en unos conmovidos ver- Birkeland y Daae, engrosándola como
sos. . simpatizantes Vinje, Sars, Fiele, Asbjom-
Apareció La comedia del amor, repar- son, Welhaven, Thoresen-hermano de Ca... donde vivió Ibsen en Crislianía.
tiéndose de prima a los suscriptores del la señora Ibsen, y Daae, primo suyo-,
IllustreTet Nyhedsblad, semanario fun- Bjorson y algún otro. Se reunían, por bre las alturas, que se escribió en 1859. un sofá, con u~<buen vaso de bebida,
dado por Botten-Hansen al cesar Andh- lo general, en casa de Botten-Hansen, Las reuniones "oficiales" eran los lunes; un arenque ahumado y una salchicha
rimneT, que obtuvo buena acogida, y que una casa atestada de liQrotes, y otras pero casi a diario acudía ¡bsen a. casa delante. Los cinco. y sus acólitos ha-
duraria, no sin altibajos, tres lustroso veces, en un pequeño' café suizo de la de su amigo o al café, Y'Jonas Lie, que cían gala de la mayor libertad, res-
Desde luego se alborotó la crítica pues caIle Orsa; en tal caso, decian que iban debió de asistir a más de una, le evoca petando la independencia de cada uno,
juzgaba esta obra demoledora e inmoral. "a las alturas", y quizá obedezca a este en el domicilio de aquél, repantigado en y abundaban en ingeniosidades llenas
sin que se atreviera nadie a estrenarla. recuerdo el títuJo del célebre poema So-
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de cordial animación. Lejos de ostentar tro de Cristianía, con un sueldo redu-
el carácter huraño con que hubo de co- cidísimo. Le embargaron el mobiliario Poco antes coincidía con Bjornson en SOL DE ITALIA
nocérsele después, nuestro poeta se dis- por no haber pagado los impuestos, y Bergen, adonde le llevaba una solemni-
tinguía por su tremendas paradojas, y tuvo que desalojar su piso para mudar- dad oficial, y se alegró mucho del en- 'Salió de Noruega con el alma heri-
Birkeland le hacia cara gustoso. se a otro más exiguo en una casa humil- cuentro; pero no pareció corresponder a da, resuelto a no reintegrarse jamás a
En cierta ocasión, como el erudito de. A espaldas suyas se murmuraba este contento su amigo, quien le tacha- su patria, que había acabado por odiar,
Botten-Hansen, a la caza siempre de li- que, en su desesperación, bebía con ex- ba desdeñosamente de "hombrecillo des- y sólo sirvió de lenitivo a su dolor el
bros, hallara un volumen raro, Daae citó ceso, y una noche le recogieron borra- mañado, sin trasero ni pecho, y que cariño de su esposa, dulce compañera
esta frase de una comedia de Holberg, cho, caído en el arroyo... no sabe hablar". Más adelante se en- de las horas malas, confidente de sus
a quien admiraban todos ellos: ''Es un No le estimulaba nada el medio cir- fadaron, y duró su enfado varios lustras. planes, única a quien daba a conocer
diablo este holandés, que en todas par- cundante, pues aquella capital se de- En realidad, eran dos naturalezas opues- sus obras, y que le aconsejaba acerca de
tes tiene espías." A partir de entonces notaba harto hostil para un literato po- tas, y nunca supieron entenderse por ellas, .fnspirándole a menudo esos tipos
se 'llamaron a sí mismos "holandeses", bre. El vizconde de Colleville V Fritz completo, siquiera se guardaran un ins- de mujeres animosas e independientes
y al punto de la reunión, "Holanda". de Zepelin la definen de este modo: tintivo afecto mutuo. que proyectan sobre su. dramaturgia una
Cuando Ibsen se ponía muy hablador, le "Al comienzo del presente 3iglo [el XIX], Apenas hubo estallado la guerra de luz del porvenir. Susannah Thoresen, la
apodaban Geert Westphaler, nombre del era CristiaIÚa' una pequeña ciudad de 1864 entre Dinamarca y Prusia, el poeta señora Ibsen, no quiso nunca compartir
protagonista de otra comedia de Holberg, seis mil habítantes. Con una rapidez que hizo un llamamiento a los pueblos de los honores ofrendados a su esposo, aun-
Geert Westphaler o el barbero parlan- se as~ila al desarrollo de las metrópo- Noruega y Suecia para que prestasen su que siempre había compartido sus tri-
chín, y más tarde se designaría tam- lis norteamericanas, se ha convertido en socorro al . pueblo hermano; pero am- bulaciones, y a la hora del triunfo pre-
bién el grupo con el distintivo de "los una capital de unos ciento ochenta mil; bos países se- mantuvieron neutrales y firió- eclipsarse momentáneamente: Du-
vesfalianos", y el lugar, "la tienda del pero ha coñsetvado todas. las .mezquin- dejaron desmembrar la patria del más rante su noviazgo Ja p~ntaba Ibsen como
barbero". El gran hombre .'en' cierne, dades de otro' tiempo: allí florecen los débil, lo que puso el colmo al asco de no bonita, sino inteligente y alegre, y
sin duda, se sintió dichoso y a gusto en rumores y son corrientes los chismorreas, Ibsen, cuyo escandinavismo había ve- así supo seguir siendo para animar el
aquel ambiente juvenil, tan festivo y las calumnias, las bajezas. Se ensalza la nido intensificándose desde 1848. Ardía destierro del genio incomprendido; asu-
acogedor, que colmaba .las apetencias de mediocridad y se niega todo homenaje en deseos de abandonar con su mujer y mió la tarea desairada de auxiliarle en
su temperamento, y a cuyo calor se a Ja grandeza verdadera." Por su cuenta. su hijo aquella nación, para él envile- la sombra y dejó para él solo el esplen-'
expansionaba. Jonas Lie la describe así: " i CristiaIÚa, cida, sin acertar a concretarse cómo po- doro Algún biógrafo puntUaliza que a la
Su luna de miel y, la tertulia "ho- lo más abrumador. y mezquino; Cristia- dría hacerlo. A todo evento pidió otra sazón éstaban la dama y su hijo con
landesa" fueron acaso las doS"únicas no- DÍa, Ja ciudad sin estilo, pequeña villa vez .una pensión para alejarse en pos de Magdalena Thoresen en Copenhague, y
tas gozosas de aquella época para él. arrinconada, exenta de la intimidad de extrañas lontananzas. que fué el viajero a recogerlos allí, lo
Porque le iba mal, muy mal en Cristia- una villa pequeña l Por doquiera. un Tras de una nueva súplica de viático, que a la postre viene a ser lo mismo.
IÚa;donde se agotaron sus recursos. Ga- prosafsmo sin esperanza; sólo la ba- y de una nueva negativa, .se le concedió Resultaría difícil describir la reacción
.
naba sumas inferiores a sus necesidades, nalidad más gastada y más penosa."
y hasta Sc le esfuméÍsu cargo del Teatro Algo a,nálogo afirman cuantos escritores
por fin un subsidio menor del que soli- de Ibsen al pisar "el país donde florece
citaba, y por iritervención ajena, se. re- el limonero". Procedía de una tierra
Noruego, a punto de. quebrar. Sus ami- y artistas la han conocido hasta fines del dqndeó con cargo al presupuesto del glacial, sin sol, y arribaba a una tierra
gos procuraron conseguirle un modesto siglo pasado, como refractaria a cual- culto, aun cuando jamás había tratado paradisíaca, soleada; por añadidura, de-
empleo, sin resultado. Siguiendo el quier anhelo espiritual. Esperemos que ni trataría muy bien al clero el solici- jaba lejos las ruindades que le exaspe-
ejemplo de Vinje y Bjornson, solicitó de la Oslo de hoy, mucho mayor, haya tante. A la sazón le ofrecieron la .plaza raron. Tras de pasar días inefables en
la Cámara una pensión para viajar por mejorado y ofrezca más propicia atmós- de director del Teatro de CristiaIÚa, Venecia, la famosa Perla del Adriático,
el extranjero, y se les concedió a uno fera. que rehusó, habiendo abogado en balde y en Florencia, la ciudad de los Médicis
y a otro en sucesivas ocasiones, pero En aquel 1863 terminó Ibsen Made- con .anterioridad para que se le otor- y sede del Renacimiento, olvidaba por
no a él, quien, según la contestación ra de reyes, drama de alto sentido gase a su amigo Bjornson. El 30 de el instante sus ..rencores y se percioia
de un diputado, sólo "merecía una pa- patriótico, destinado a alcanzar un fran- marzo le dieron los "holandeses" un plenamente feliz; émpapado de arte ita-
liza". Después obtuvo una bolsa de viaje co éxito futuro, publicándose en el mis- banquete íntimo para despedirle, a la liano, admirado y conmovido. Dice Er-
por Noruega, y en esta. ocasión encon- mo año, aunque no . se estrenó hasta par que festejaban a Botten-Hansen por nest Ti,ssot en Le drame noruegien:
tró la génesis de Brand y pormenores enero de 1864, ni llegó de primera in- habérsele nombrado bibliotecario de la "Después de una juventud, casi una vida
para su Peer Gynt. El año 1863 se le tención a rendirle provecho suficiente Universidad. Y en la mañana del 5 de de lucha por el pan, de cOtltinuo su-
nombraba "consejero artístico" del Tea- para salir de apuros y saldar sus deudas. abril se embarcó para Copenhague con frimiento moral; después de semanas
rumbo inmediato a las tierras de sol. y semanas de viajar a través de Alemania
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cuchar; pero }o aplazó, dado que le emprender nuevos derroteros... En Roma
solicitaban ideas numerosas. Una de ellas encontró paz y tranquilidad pa1'llel tra-
y Austria, una mañana de verano del Babuíno, muy cerca de la plaza de Es- era su poema dramático Brand, sugerido bajo... Allí se estableció definitivamen-
año 1864, poco antes de llegar a Trieste, paña y del Pincio, lugares frecuentados por remembranzas de la niñez y por el te, y algunas veces recordaba con amar-
vislumbró de repente Ibsen, a la aurora, por un pequeño cfrcu}o de escandinavos espectáculo de un presbiterio derrum- gura su decisión de no regresar jamás
el azul maravilloso del Adriático. Se sin- que se reunían en el café del Greco, vía bado bajo un alud de nieve que viera en a su patria." Por su CUenta, recalca el
tió deslumbrado. Y de Trieste a Ve- Condoui. Ibsen fué muy bien recibido su país cuando se le encomendó aque- tan mencionado Tissot: "y mientras pa-
necia, de Venecia a Roma, al igual que allí, así como en la Asociación Escan- lla misión oficial de 1862. Había pro- saba sus inviernos en Roma y sus vera-
por un escenario de fábula, anduvo de dinava del palacio Correa, en las proxi- yectado con anterioridad otro drama, del nos en las islas cerúleas de la divina
hechizo en hechizo. Comparados con los midades del Corso, que le permiúa ha- que desistió, y empezó a planear la forma bahía de Nápoles, casi como un ceno-
cielos pálidos, con las ciudades muenas, jear la prensa de los tres países y oir los de éste. De súbito se le reveló en San
con los paisajes g1'llvesde Noruega, los sábados buena música. En el salón ha- Pedro la concreción definitiva de la obra,
cielos destellantes, las ciudades pintores- bía un Jibro de reclamaciones que con- y por 10que atañe a Emperador :Ygalileo,
cas, las campiñas lujuriantes de Italia le serva su rastro. Pronto' fué un asiduo de ocurría otro tanto. Absono en sus pro-
entusiasmaban. Habían cesado por largo la Asociación, en la cual coincidió con yectos literarios, no le acuciaban ahora
tiempo las maledicencias, las envidias de Bjornson, que llevaba en Italia cuatro los apuros económicos, a pesar de que
campanario. Todos los pensamientos de años, siquiera hiciese en ellos algún vía. había traído a Italia escaso dinero de
desesperación se habían quedado entre je a Noruega. No se avino a aprender su subsidio y de algunas aponaciones
las brumas flotantes por encima de los el italiano ni mantuvo contacto con los paniculares. .Escribió Brand el año 1866
liords helados de Noruega. Aquí eran naturales. Primeramente en Genzano, en Ariccia, junto al lago de Nemi, adon-
el ~l, la alegría, la belleza." luego en Ariccia y más tarde en Frascati, de había ido a pasar el verano.
Entró en Roma el 19 de junio en' cada estio se complada en su eXistencia En Brand presenta Ibsen la menta-
diligencia, y pasó once' dias visitando ordenada y tranquila, "levantándose tem- lidad noruega y' el paisaje sin la menor.
museos y monumentos.. Copiamos unas p1'llnop81'llpasear hasta que apretaba el adulación, con dureza inclusive, atacando
frases de madame de Stael: "Roma en- calor y trabajando 1a mayor parte de la diversas instituciones y exponiendo su
canta por el interés que inspira, inciTan- jornada. "Se disfruta aquí una calma concepto de 10 que debía ser aquel pue-
do. a pensar. Se goza en Roma de una bendita, sin relaciones, y no leo nada blo. Su aparición en libreria obtUvo ver-
existencia. solitaria y ani,mada que des- más que 1aBiblia, algo poderoso y triste",. dadero éxito y suscitó honda sensación.
arrolla en nosotros todo' lo que allí ha escribía una vez en una cana. Dulcificó Al año siguiente lanzaba Peer Gynt, don-
puesto el cielo." Y sólido
Goethequien
advime: su carácter, de insiste sobre los rasgos caracteristicos
"En Roma se torna tiene dar pruebas aun
de sucuando no dej~aEn de
mal humor. la del mismo pueblo noruego, no como de-
ojos para ver y quien mira con serie-' Asociación Escandinava tuvo tiempo ade- biera .ser. sino como era en realidad,
dad." Sólido se tornó Ibsen, y su es- lante varias disputas, una porque acep- publicándose el volumen con todos los
tancia en Italia le ayudaría a descubrirse taron la invitación para un baile de la honores y afianzando la reputación de Ibsen a los cuG{enra años de edad.
a sí mismo. Afirmaba Renan que Roma colonia alemana, y otra porque no ha- su autor. .
es la ciudad mejor para filosofar, y el bían renovado la suscripción de VOs- A este respecto observa Passarge que bita, con la única compañía de su mujer
poeta pudo comprobarlo fácilmente. "Pe- servatore Romano, que ni miraba por de su estancia en Italia había de salir y su hijo, fijó las virtudes y las debi-
ro no es menos c.ierto--agrega el citado encima... A poco de llegar regañó con algo grande, conforme esperaban los no- lidades del alma noruega en dos poemas
Tissot-que Ita).ia, que Roma sobre todo, un escultor danés y discutió de mala ruegos que aún creían en él. "Y así fué denigrantes hasta la sátira y originales
~erá mucho tiempo todavía el único país manera con Bjornson, apane del pos- -añade--, pues sus dos obras mejores hasta la rareza: Brand (1866) y Peer
del mundo donde quienes no viven más terior enfado entre ambos, que duró . Brand y Peer Gynt... las escribió en Gynt (1867)."
que para el arte comprenderán por fin diecisiete años. Roma-ya hemos dicho que fué en Arie- A trueque de no entenderse uno con
que es la Patria, y que seria bueno en- Un día, recorriendo las ruinas de cía la prime1'll,y la segunda en vario& otro, en este casO.~1'10pudo Bjornson por-
vejecer allí, pues allí, por no sé qué del la antigua Roma, ante .105.poStreros res- puntos, aunque carece de importancia tarse mejor con Ibsen, ya que por me-o
aire, se hacen más inteligentes, más vi- tos del paganismo y los primeros ves- este detalle-como Goethe, que' necesitó diación suya publicó Brand el editor He-
.brantes, más vivos, en una palabra." tigios del cristianismo, le asaltó la idea el cielo de Italia para rematar su l/i- gel, de Copenhague, quien seguiría edi-
. Luego de. mitigar los g1'llndes calo- de su doble drama' Emperador :Y galileo,
genia y su Tasso. Ibsen respiraba una tando las sucesivas producciones del
res en Geniino, a últimos de agosto que resucita 1a figura de JuJiano el Após- atmósfera. nueva que le hizo también maestro, y asimismo por influencia de
volvió a la éiudad Eterna, donde se ins- tata, cuya vjda, contada por Amiano
taló en un modesto pisito amueblado del Marcelino, había tenido ocasión de es- 41
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Bjornson, se le asignaría una "pensión de por sU alboroto, había salido para Egipto,
poeta", sin contar otra bolsa de viaje no como se explicará a continuación. Entre que el rey Oscar II le confería la orden queta de pana, símbolo de los caros .

solicitada. Nada de esto, empero, impidió tanto, comenzaron a traducirse sus obms, de San Olaf. devaneos artísticos, en pro de una levita
que se enfadaran, según se ha indicado, y él a familiarizarse con la vida alema- Había roto con su familia, y muerta muy ceñida al pecho". El año 1878 ve-
a causa de una crítica que supuso Ib- na. El Teatro de Cristianía ofreció de su madre, no se comunicaba más que raneó en el Tirol, y a fines de septiembre
sen promovida por su amigo, además nuevo su dirección arústica a' Bjornson con su hermana Hedvig, distanciado de llegaba otra vez a Roma.
de sus diferencias en cuanto al escan- y a Ibsen, que la rechazaron. sU padre, que murió años después. El sol de Italia le había transformado,
dinavismo, y sobre todo, a causa de la Hizo un viaje de. estudios a Suecia, En 1874 se dirigió a Copenhague con había cambiado su rumbo espiritUal, y
mutua desconfianza y las rencillas que comisionado por su gobierno, y Di{'trich- su mujer y su hijo, y el 19 de julio arribó a la vuelta de no pocas andanzas por
envenenaron la cuestión. Al cabo de son le introdujo en sociedad. El rey Car- a Cristiania, en cuya capital se le pro- diversos países, donde acaso lo echara
años prevendría Bjornson a Hegel: los XV le llamó a su presencia, le reci- digaron entusiásticos agasajos, de los cua- de menos, buscaba el sol de Italia to-
"i Desconfíe de Ibsen! Es ingratO, y el bió en un castillo suyo y brindaron les parecia' muy satisfecho. Tras de una davía.
ingrato es capaz de todo." juntos, Jo cual significaba, a uso escandi- corta estancia en Estocolmo, volvieron
Salvo un ataque de malaria el año navo, que habían de tutearse, nombrán- los tres, a Dresde, y en 1815 se insta- EL ESCAN,DALO
1866, no se había resentido la salud dole caballero de la Orden de Wasa, su laron en Munich, con objeto de atender DE "CASA DE MU~ECAS"
de Ibsen. Libre de contratiempos cre- primera condecoración. El Khedive, que a ],a educación del joven Sigurd, que
matísticos, vistiendo' bien a su modo se hallaba allí, le condecoró también y prometía mucho. Durante su residencia Rico al cabo o poco menos, pues ga-
-::haqueta de pana y sombrero blan- le invitó a la inauguración del canal de en Munich, vivía entre literatos y artis- naba bastante con 51,15obras, y en sus
do-, considerado por doquiera, tornó Suez. Ibsen se encaminó a Alejandría tas escandinavos, uno de ellos John cuatro años anteriores de Italia le había
a agriarse su carácter, sin embargo, pau- por París y Marsella, con escala en Bo- Paulsen, quien ha relatado anécdotas sa- tocado la lotería. por dos veces, 'Ibsen
latinamente. "Me aísla y soy un hom- nifacio y Mesina, y a Javuelta reanudó brosas de su intimidad, notando, por empezó en Roma a comprar cuadros an-
bre poco sociable en la extensa colonia su faena de Emperador y galileo. , ejemplo, que a ratos mostraba:'úna aver- tíguos, con los cuales viajátía para ador-
de Roma", declara él mismo. Estaba ta- Sorprendido en Dresde por la gue- sión al campo análoga a la de Camilla nar sus hogares de ocasión a lo largo de
citurno y dudaba acerca del sitio donde rra francoprusiana, se. trasladó con los' Collet, que aseguraba: "París es mi bal- sus ,correrías europeas, viviendo con
viviría en el porvenir, obligado a ausen- suyos a Copenhague, y regresaron al neario." desahogo y trabajando sin apremios, a
tarse de Roma, porque debía estudiar advenir la paz. Prosig\lió trabajando en Refiriéndose a esta época cosmopo- su gusto. Parece que traía imaginada de
su hijo en Dinamarca o en Alemania, su laboriosa dilogía, que .finalizó y pu- lita, señala Ossip-Lourié: '''Ibsen erra- Alemaniasu celebérrimaCasade muñe-
nación ésta que no le seducía mucho, y blicó el año 1873 para despertar suma pundeó de una ciudad a otra, siempre cas, "tragedia del tiempo presente", que
de ningún modo se resignaba a ir a No- curiosidad, sin provocar escándalo. Era henchido de amargura contra sus com- debió de madurar durante meses en la
ruega, "un país donde todo es mezquino una evocación del mundo antig1,1oy un patriotas y henchido de ternura por su Ciuda~ Eterna, y' al siguiente verano,
y se encoge el alma". A In vez lela con análisis psicológico del personaje' univer- país. se trasladó a Amalfi para darle forma y
regularidad el Morgenbladet y no olvida- salmente célebre, interpretado a sU guisa, Nunca se siente melar cuán querida terminarla a principios de otoño. Volvió,
ba el país natal, intrigándole las fluc- no sin haberse documentado 11 fondo. nos es una cosa que cuando. se encuen- luego a Munich, con objeto do que Si-
tuaciones de su poUtica, slntomas de un Se trata de una de sus obras más im- tra uno 1.ejosde ella... Durante su des- gurd prosiguiera sus estudios, y allí tole-
dolorido patriotismo. portantes, la más importante para él, tierra voluntario de veinticinco años, no ró las mundanidades, más amable y ase-
Partió en mayo de 1868 para veranear si bien liay cierta disparidad entre las dejó Ibsen de seguir 'siendo un, especta- quible que nunca. Como hubiera algún
en diferentes lugares, pasando. después dos partes de que se compone. Con este dor de ]a vida noruega." inconveniente para que su hijo se ma-
los meses de septiembre en Munich, Y' doble drama se despediría en definiúva Después de largas vacacionas, por lo triculara en la Universidad de Cristianía,
de o::tubre en Dresde, donde se amis- de los asuntos históricos, y en. adelante que afecta al teatro, estrenó en 1877 Lizs fueron otra vez a Roma, decididos a que
tó con Camilla Collet, que intimaría con abordaría sólo temas contemporáneos. Golumnasde la sociedad,que alcanzaría estudiase en Ita1ia~ Poseía ya el gran
su mujer. Por último, adoptó la deter- Por lo pronto, cesando de momento en un rotundo éxito. Se desplazó a Berlín hombre numerosas condecoraciones, y
minación de residir el invierno en Ale- sus tareas con destino a la escena, con- 'Dara asistir al estreno de otro drama su- su fama se había extendido por doquie-
mania y retorpar a Noruega. A todo esto, sagró sus actividades ],iterarias a una yo, y ]a Universidad de Upsala le titulé ra; mejoraba a'"ojos vistas su carácter
sin prescindir de Eniperador y galileo, recopilación de poemas y, a la correc- doctor honoris causa. Aprobado brillan- y recibía en su casa numerosas amistades
.terminó La coalición de los jóvenes, sá- ción de obras dramáticas anteriores en temente el bachillerato de Sigurd Ibsen, y conocimientos de una sociedad cosmo-
tira de costumbres políticas. pensada en segundas ediciones. ,Aquel mismo año madre e hijo se marcharon a Noruega, polita.
Roma y escrita en territorio alemán. estuvo dos meses en Viena para la inau- y el padre permaneció en Munich. Re- Pero hablemos de Casa de muñecas.
Cuando se estrenó, en velada memcrable guración de una exposición, y allí supo cuerda Edmund Gosse que entonces A raíz de su aparición en volumen V
fué "cuando desechó [Ibsen] la cha- de sus representaciones iniciales, pro-
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dujo un escándalo mayúsculo; el mayor ta en rincones apartados. Al calor de conocía aquella obra ni aún, probable- del tumulto provocado. Sin embargo, por
que había producido ninguno de sus la polvareda levantada, análoga a 1- que mente, el nombre de Vílliers; pero esta más que se juzgue inconcebible, Ibsen
dramas, más grande aún por ser famo- levantaría con el tiempo el proceso de cuestión incidental contribuyó a aumen- no era feminista. Veamos 10 que decla-
tar el alboroto. Mientras, dcstilab3 amar- raba él mismo años más tarde, el 16
gura y tornaba a acentuarse la melancó- de mayo de 1898, en un discurso pro-
lica predisposición del dramaturgo al pe- nunciado ante un auditorio de mujeres
simismo. sufragistas que intentaban atraérsele :
Obedecia tal revuelo sin precedente ''Yo no pertenezco a vuestra sociedad
a que en Casa de muñecas se plantea feminista. Lo que he escrito respecto a
con gallardía y se resuelve en cierto la mujer 10 he escrito sin designio ten-
modo-sólo en cieno modo-el pro- dencioso; fui más poeta y menos filósofo
. blema de. J.a emancipación de la mu- social de 10 que se piensa. No por ello
jer, confonne se advertirá cuando se lea dejo de agradecer a ustedes, señoras, que
en su lugar la reseña detallada. Una hayan brindado a mi salud; pero no me
espo3a y madre, al percatarse de que reconozco el honor de haber hecho nada
no supone para su marido más que una por la emancipación de la mujer. A
muñeca con la cuat ha jugado él, le ab~ decir verdad, ni siquiera comprendo muy
dona, y de paso abandona a sus hijos, bien lo que se entiende por eso. He
para vivir su vida y encontrarse a sí batallado mucho en pro de la liberación
misma. Realmente; 10 que persegufa Ib- de la humanidad en general, y puede
sen era la iguaJdad de derechos entre la ser que a su vez haya entrado en la
mujer y el hombre, a fm de que ella misma la cuestión feminista; pero esta
revele su personalidad y tenga conciencia cuestión es secundaria.".-::y acabó por
de su significación, sin abogar por. el añadir: "Constituye un objetivo que me
divorcio, como se ha argüído, ni menos he propuesto siempre el ennoblecimiento
todavía desfeminizando al bello sexo o del pueblo; pero se requiere que las
sexo débil, porque 10 quiere todo lo be- madres engendren en el alma de sus hi-
llo que sea posible, aunque no tan débil jos, merced. a un prolongado y penoso
en el orden espirirual e intelectual. Al trabajo, el deseo de aprender y la nece-
contemplarse Nora de fuera adentro, sidad de la disciplina... Son las madres
muestra un rasgo extraordinario de indis- quienes deben resolver J.a emancipación
cutible valentía, y el autor 10 consigna de la humanidad, y no pueden hacerlo
bajo la personal responsabilidad de aqué- sino como madres. Esto compona su ver-
lla, simpatice o no con su actitUd. La de- dadero papel."
fiende y no la apJ.aude; pero le abre un Por consiguiente, opmaba Ibsen que
camino dándole quizá en su fuero inter- la mujer debe .ser madre ante todo y
no J.arazón, si bien no toda la razón... sobre todo. Simpatizando, pues, con
Así lo corrobora Jaeger al decir, cóm~- Nora, no la aplaude sin reserva, dado
tando el coI)flicto: "No SOn sólo dere- cómo se desentiende ella de sus hijos.
La Réjane en "Casa de muñecas".
chos J,o que reclama Ibsen para la mu- No olvidemos, empero, que Nora, igual
jer; también J.a obliga a deberes,. y por que tantos otros personajes de Ibsen, es
culpa de ella, por J&.de su padre y dueña de su propia existencia, una exis-
SOentonces el autor. Llegó a prohibirse Dreyfus en Francia, no faltó quien acu.:. de su m.arído, carece de fuerza y se di- tencia separaWl de quien la creara, y
el tema en las conversaciones particu- sara de plagiarío a Ibsen,. basándose. en suelve J.a unión conyugal a las primeras llegado su momento, se independiza del
lares y se habló del caso en los púlpitos, vagas analogías con' una comedia de dificultades de J.avida". autor, a J.amanera que los hijos se inde-
apasionando el asunto al mundo entero. Villiers de l'Isle-Adam, y se encargó de Se ha querido discernir en Casa de pendizan de sus padres. En cuanto a la
Nora, su protagonista, se hizo popu- la acusación el exqUisito poeta francés muñecas .un alegato a favor del femi- audacia de J.a idea desarrollada paulati- _
lar-o antipopuJar, según se mire-has- Catulle Mendes. De seguro, Ibsen no nismo, y he aquí la causa primordial namente en el transcurso de los tres actos
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1
del drama, no olvidemos tampoco, sin vez más Ja animadversión de los demó-
que pretendamos regatearle originalidad, cratas, doJjéndole esta mucho. Nuevo al-
que muy bien pudo coincidir con Vil- boroto, que acabó, como siempre, im-
liers de l'Isle-Adam o con cualquier otro. poniéndose la obra.
Las ideas no son de la exclusiva pro- A los veintidós años y medio había
piedad de nadie; flotan sobre nosotros terminado Sigurd Ibsen su carrera;
por el aire con un revoloteo indeciso, 'J pronto se le agregaría a la Legación
se apodera de ellas aquel que sabe verlas sueconoruega de Washington, y más tar-
y atraparlas con la red de cazar maripo- de pasaría a Viena. Entre tanto, su pa-
sas que utiliza el pensamiento. Ibscn dre atravesaba un periodo de: desaliento,
vió una idea-suya por haberla visto--, durante el cual escribió El palO salva-
la atrapó y no le asustó luego exponerla je (1884); drama pesimista que acogió
a la consideración del público. Fué el con agrado el público, tomándolo como
público quien se asustó sin fundamento. una palinodia y como un mea culpa del
dramaturgo, en quien se cebaron su~ ene-
migos todavía, mientras le aplaudían sus
LA GLORIA CON RETRASO amigos. En verdad, no es El pato sal-
vaje la abdicación que se le atribuyó, sino
Al escándalo de Casa de muñecas si- Un simple suspiro de melaacolía...
guió; superándolo aún, el de Espectros, En 1885 fué Ibsen a Munich, y en
"drama de familia", escrilo en Sorrento 1886, a Noruega nuevamente. Aquel
y Roma y publicado el año 1881. Los mismo año volvió a ver a su antigua
teatrós no osaron representado hasta dos amada Rikke Holst,' que ahora era la
años después; fué prohibido en Ingla- señora Tresselt, y bromearon recordan-
terra y Alemania j hubo calumnias con- do unas bodas simbólicasque contrajeron
tra Ibsen e investigaciones malévolas en treinta años atrás, y que el poeta evo-
su vida intima... A la postre ha quedado caria en La Dama del Mar. A todo esto,
este drama en los anales escénicos como acababa en Alemania Rosmersholm, con-
una obra maestra del teatro moderno. cebido en Italia 'un quinquenio F!tes,
Provocó tan general indignación porque
el autor se enfrenta con la fatalidad del
drama psicológico y filosófico de altos
vuelos, que constitUye'una de sus mejo-
-
atavismo y de la herencia patológica, res obras. A poco le invitó y condecoró
que hace pagar a los hijos las culpas el duque de Sajonia-Meiningen, " col-
de los padres. En la encendida contro- mado de honores, se reconcilió con los
versia intervino Bjornson, y entonces se alemanes asimismo.
reconciliaron por fin. Mientras menudeaban en Suecia y
Como réplica a las protestas suscita- Dinamarca los homenajes a su genio
das, .en Roma y en Gossensass,escribió dramático,un viaje al mar libre le su-
Ibsen Un enemigo del pueblo, que se girió. La Dama del Mar, aparecida en
publicaría a últimos del año 1882 y se 1888. En esta obra apunta Ibsen la
estrenaría a. comienzos del siguiente. tesis atrevida de que por la unión con-
Aquí arremete contra la democracia y certada sin trabas. se llega al matrimonio
propugna el individualismo. Su protago.- perfecto, y hay en' el desenlace un claro
Dista, e:l doctor Stockmann, es el pro- .destello de optimismo. Originó polémicas,
pio Ibsen en lucha contra todos, retan- por de contado, a la sazc?nen tono bajo
do a la opinión y sintiéndose más fuerte y dentro de un respeto admirativo.
cuanto más solo se encomraba. Abomi- RedcIa Gabler, escrita en Alemania RelralO de Ibsen por Werens"iold.
naba de las mayorías, y se atrajo una y tal. vez en el Tirol, que salió a luz
46
-,
el año 1890, es otro drama psicológico tristeza. Adoptaba una manera de vivir iba a escribir, él mismo atribuía a ratos una decepción, no menos vaga, de no
de ciena perversidad, donde se estudia sencilla, sin recibir en su casa muchos el descontento y el vacío de su situa- atinaba a dilucidar bien qué.
el alma de una mujer altiva y hermosa, visitantes, en vista del mal estado de sa- ción actual a haber estado ausente de El 20 de marzo de 1898, septuagésimo
que prefiere morir con belleza a rebajane lud de su esposa, que padecia de' reu- su patria tanto tiempo. Amaba a No- aniversario de su nacimiento, y las fe-
y a soponar las mezquindades de la matismo. aarlaba, complacido, con los
vida. Su protagonista recorrió el mundo, niños, a quienes contaba miríficas bis-
interpretada prodigiosamente por la in- torias; siempre le habian gustado, y en
signe actriz italiana Eleonora Duse, que 1894 lo probaba con El pequeño Eyolf
ya habia encarnado a maravilla otras he- drama rebosante de piedad para la in-
roinas ibsenianas. fancia desvalida, aunque afirmaba que
Cuando contaba Ibsen sesenta años, el pobre niño inváJido, cuyo nombre con-
conoció en Gossensass a una elegante signa para título de la obra, era una
señorita vienesa, Emilie Bardach, de "criatura de Satán"...
quien es\Uvo enamorado espiritualmente, Después escribía Juan Gabriel BOTk-
y que le correspondió en análogo sen- man, que se publicó en 1896 y se es-
tido, a despecho de sus dieciocho pri- trenó a principios del siguiente año,
maveras. Sin verse más, mantuvieron epopeya privada de un banquero en
una larga correspondencia de idéntico quiebra que se sobrevive a sí mismo con
matiz hasta 1890. Aquella encantadora una supervivencia impresionante, hasta
adolescente iba a inspirade )a Hilda de que muere acariciando un ensueño su-
El maestro Solness, que se editó en
1893. Este drama sí que puede conside-
premo de ambición. Tanto en este dra-
ma como en los dos anteriores asoma
.
! '

rarse, sin miedo a error, como fran- una duda, humilde duda, que asaltaba
camente simboUsta,y hay quien ve en a última hora el espíritu conturbadodel
'

él una sintesis poética de la biografia' viejo Ibsen. ¿Dónde está la verdad?


de Ibsen reducida a símbolos. ¿Quién tiene razón? Dudaba, sí, pues
Al cabo de tantos viajes de Italia a no se hallaba muy seguro de nada, y
Alemania y Austria, viejo ya,. el maestro al hacer el balance final, liquidando su
debía de estar hano cansado. Había existencia, no se atrevía a aseverar que
perdido agi1idad, y se acordaba a todas no se hubiera equivocado. ¿Está ¡seguro
horas de la patria, contra la que hoy de algo cualquier hombre cuando des-
no alimentaba rencores; era menos com- ciende en pleno declive de su. edad?
bativo, más tolerante, más débil... Y Ya hemos relatado en el capítulo an-
el 17 de noviembre de 1891 arribó a terior c6~0 vivía Ibsen en aquella épo-
Cristianía para establecerse defmitiva- ca, halagado por el respeto y por la ad-
mente allí. Era rico y estaba satisfecho miración generales, presentándose con
con motivos sobrados. Su hijo había di- mesura en sociedad sin quejarse de na- De$file de anlorcha! en honor de 1bsen. Desde el balcón del le/llro Real
mitido el cargo de diplomático que des- die ni de nada, mas sin manifestar el de Copenhague. el genio 1/Órdicoagradece el Id'UIO.
empeñaba, y empezó a hablane de él menor gozo ante los agasajos, aunque le "
como futuro ministro de Asuntos Ex- conmovieran y los agradeciera. ¿Le ha-
teriores; en breve se casaría con Ber- bía defraudado su notoriedad mundial? ruega, extinguidos los pretéritos ren- chas siguientes, se celebro un grandioso
,gliot Bjé;imson,hija del padrino del jo- En todo caso, no se mostraba contento cores, y no residía allí a disgusto, cier- jubileo, en el cual paniciparon los, más
ven. Al retorno de Ibsen, le acosaron ,ni dichoso. Su amigo Cristopher Due tamente; pero se notaba descentrado, y distintos países, esCritores y anistas de
los periodistas, se organizó un banquete no advenía en él al presente la viveza y siendo patriota al modo usual tras de Europa entera y de los otros continentes,
por iniciativa de Brandes y se dieron re- la expansividad de antaño, por supuesto. haberlo sido antes de otro modo. no eminenúsimos personajes de varias cali-
. presentaciones extraordinarias de sus, El anciano iba realizando el tipo adus- dejaba de ser ciudadano del mundo, sin dades y reyes inclusive, con publicacio-
obras. El sonreía... sonreía, y babía en to que ha popularizado la leyendd Co- 'bastarle su tierra, y sólo a causas vagas nes especiales, funciones de gala, recep-
su sonrisa cual un velo impalpable de mo el Rubek de la obra postrera qut" .obedecia su decepción. ¿Decepción? Sí. ciones imponantes, delegaciones extrañas,

48 49
nuevas condecoraciones, obsequios mag- fama el nombre ilustre de Henrik Ibsen, apoteosis muy capaz de aclarar las ne- ciosas y concienzudas rebuscas, que com-
níficos, festines oficiales y veladas litera- que habia alcanzado el pináculo sublIme gruras que en momentos funestos ente- pletan y rematan o\~as anteriores, han
rias. Luego viajó por los tres reinos, de la celebridad y desde su alta cumbre nebrecieron su a).maherida. Naturahnen- aportado nueva luz sobre el asunto y fa-
te, et glorioso septuagenario estaba emo- cilitarán mucho la tarea a los investi-
.:-r' cionado... pero no estaba alegre. gadores del porvenir.
A los postres de, un banquete que En 1899 acabó y publicó el drnmatur-
se le había' ofrecido en Cristianía el go Cuando despertamos los muertos,
23 de marzo de aquel año, pronunció "epílogo dramático" que cidra el ciclo
Ibsen un discurso del que recordare- iniciado por Casa de muñecas y donde
mos palabras llenas de interés psicoló- se pone de manífiesto Ja misteriosa anu-
gico que suenan un poco a test3mento, laqón de una personalidad de mUJerque
palabras tan enterneéidas como enterne- vaga por la vida sin ahna, porque se la
cedoras. "Han surgido--dijo-fuerzas jó- arrebató un artista al repr~ducír su her-
venes y seguras del triunfo. No 'necesitan mosura desnuda, y hay un nuevo avatar
escribir para un círculo restringido: tie- de ambos al encontrarse después. Drama
nen Un auditorio, todo un público que extraño y casi sobrenatural, podría cole-
les escucha, al cual pueden. exponer sus girse que el autor Jo llama epílogo por
ideas y sus sentimientos. Viene a re- un presentimiento de que seria su pos-
sultar casi igual que encuentren resisten- trer obra, y denota una melancolía ma-
c~a o que se las apruebe. No hay nada yor que de costumbre, producida quizá
más peligroso que la dureza de ,oído y por la proximidad de la muerte, cuya
los sofiones. Yo he hecho por mí mismo idea llena el drama. Cuenta su esposa
]a experiencia... Sin duda, he hallado co"; que estaba muy nervioso mientras lo es-
razones ardientes que me comprendían; cribía, y aunque necesitaba ella para su
pero no es don innato, Ja verdadera dicha dolencia una estancia en un clima tem-
interior. Debe adquirirse a costa' de es- plado, no se' atrevió a abandonarle.
fuerzos penosos con frecuencia, pues El 1 de septiembre se inauguró el
quien ha poseído un home en tantos teatro Nacional, que reemplazaba al vie-
países no se siente dentro de su casa jo teatro Cristianía, descubriéndose ante
rea).mente en ninguna parte, ni aun en la fachada las estatuas de Ibsen y Bjorn-
su patria." son, quienes asisQerona la representación
, La gloria, la gran gloria, la gloria desde el mismo palco central, si bien
~in limitaciones y sin oposición, la glo- relativamente separados por un enorme
ria inmortalizadora, cuya aureoJa diviniza, ramo de rosas blancas y rojas, pues no'
llegaba acaso demasiado tarde para el eran de momc:nto muy cordiales sus mu-
genio doliente... tuas relaciones, aunque no existía ya en-
tre ambos el enfado antiguo. El día 2,
LA MUERTE' consagrado a Ibsen, se representó Un
enemigo del pueblo, con lectura de un
Vamos. a relatar sucintamente cómo poema laudatorio, y hubo frenéticos vi-
transcurrieron los últimos años del maes- vas. El anciano, quien había estado solo
La /0""'0 d.l pnicldico en e/ café e. parte de /0 fJÍda cOlidiana de tro, para lo cual nos servimos con pre- en et palco central a'é:¡uellavez, se,retiró
lbsen en Cri.,ian/a.
ferencia de Jos preciosos datos recogidos pronto, húmedos de lágrimas los ojos,
por su .más moderno biógrafo y traduc~ entre dos filas de admiradores que aplau-
recibiendo continuos homenajea entre fes- contemplaba un plural conjunto Je pue- tor, P.-G. La Chesnais. a quien habrán dian.
tejos y aclamacionesde la multitud. Todo blos prosternados a sus pies, espectáculo de recurrir cuantos deseen pormenores A principiqs del año. 1900 pensaba
ello tuvo repercusión internacional, y por magno y conmovédor. El desagravio su- inéditos y exactos acerca de la vida y Ibsen cOmeniar otra srrie de obras tea-
doquiera pregonaron las trompetas de Ja peraba a Jas ofensas anteriores, con una de Ja obra de HeQrik Ibsen. Sus minu- . trales, si se lo permitían sus energías, y
50 51
volver a salir a Ja palestra "con nuevas levantaban la cabeza los ,transeúntes que
armas y un equipo nuevo". Pero sus le reconocían. Sin animosidad alguna
energías no se 10 permitieron. Por la contra no importa quién, había perdo-
primavera cayó víctima de una erisipela nado a todos, y su carácter se acusaba
que le afectó a las piernas, y tras de generalmente afable y aun jovial; pero a
haberse restablecido, Je dejó en la izquier- ratos estallaba con violencia, como cuan-
da cierta debilidad, impidiéndole reanu- do le impacientaba Vigeland al posar
dar sus actividades ordinarias fuera de para que esculpiera su famoso busto.
casa, reducidas ahora a un corto paseo Debían de agradarJe las visitas de sus .

por su misma calle o por el parque real, mejores amigos. A Bjornson le declaró:
abierto para él por deferencia de Os- "Tú eres el más querido para mí". A
car n. . Jonas Lie, por mediación de quien se
I Al año siguiente tuvo Un ataque de le concedió la gran cruz de San Olaf, le
.1 apoplejía, del cual no se repuso a sa- afirmó: "Nadie ha hecho por este país
I tisfacción, y Je costaba gran esfuerzo 10 que tú." Con Gunnar Heiberg estuvo
andar, sin salir más que en coche, siem- muy cariñoso al recibide. También iba
pre -en el mismo vehículo, de <:uyo co- a verle el sacerdote Cristopher Bruun,
chero llegó a hacerse amigo. Mientras, un poco mo"elo de Brand, quien estima-
seguía pe.nsandoen reintegrarse a su tra- ba que las ideas religiosas de Ibsen se
bajo, siquiera confesara que perdía vi- habían dulcificado. En su última visita
gor físico, no intelectual,' y el médico le le encontró Brandes extremadamente dé-
recomendó un reposo absoluto. bil. Se expresaba cada véz con mayor
Se qabía entrado en el siglo xx. Em- dificultad; pero de ordinario' se man-
pezó a reunirse el comité que designaba tenía bien despierto sU espíritu, salvo
la Academia Sueca para otorgar el pró- algunas excepciones. Por ejemplo, al no-
ximo premio NóbeJ de Literatura, con- velista Peter Nansen no l~ reconoció si-
{,rido a SuUy Prudhomme. :1m 1902 se quiera.
propuso a Ibsen, cuyos altos méritos fue- A la sazón le cupo la suprema sa-
ron reconocidos, sin perjuicio de atribuir- tisfacción de ver cómo medraba su hijo,
selo después a Mommsen. En 1903 lo que hizo una espléndida carrera.. de-
obtuvo Bjornson, y Jo recibíeron suce- mostró excepcionales facultades y llegó
sivamente Mistral y Echegaray en 1904. a ser IDinistro, en efecto. Le interesaban
Sienkiewicz en 1905 y Carducci en 1906. particularmente las noticias de Skien
Ibsen murió sin haber conocido por si transmitidas por su hermana Hedvig, la
galardón tan preciado. Claro que se lle- señora StousJand, que venía de cuando
varon a cabo todas estas gestiones a es- en cuando con su hija Anna, la cual le
pa1,dasde él...que no se enteró de nada llamó en cierta ocasión su "dios solar",
J,
y vivía retraído, achacoso, con alterna- y si aquélla le enviaba desde la ciudad
tivas continuas en sus males, pues a par- natal pasteliUosconfeccionados con miel
tir de entonces no tuvo apenas interven- o uvas procedentes de la estufa de un
ciones públicas durante a,quellos años. convento, se quedaba él ante el regalo en
Tampoco escribía ya, y un día en éXtasis._. Su espoSá, que con~uaba muy
que intentaba hacerlo, indicó a Sigurd: quebrantada de salud, Je cuidaba con
"Estoy aprendiendo a dibujar mis le- ejemplar esmero, sin pedir ayuda a na-
tras, yo que he .sido escritor en otro die y obstinándose en atenderle sola.
I tiempo." Andaba por casa apoyado en un Sin embargo, a la postre"hubo de gtiar-
.,
bastón, y a veces miraba a la calle por dar cama tbsen, y la auxilió en sus cui-
lbsen y BjOmsOll en la inauguración del le/IITONacional de Cns/ianía. la ventana de su despacho, en tanto que dados su nuera Bergliot, que pudo con-
53
\

Teatro NaciOMl de CristÜtnía.

. ;

Una de las úllimas fOlografías de lbsen.

vencerla para tomar una enfermera. El y Je dijo en 'Un rapto de ternura: "Si
pobre paralítico tenúa que su Susannah murieras tú antes que yo, yo moriría a
se Je adelantara en el trance decisivo, los cinco minutos."
lbsen en trineo, en la plaza del teatro NaciOMl de Cristianfll. Delante del tealro,
la eslalua de lbsm.
j

Murió él antes, el 23 de mayo de vador, y duró el desCil¡:tres horas y II


I
1906, y en la madrugada anterior, con media, hasta .las once de la mañana. En /
la mano de su mujer entre las suyas, el templo, amado de negro, asistieron a \
!
mUrpluró: " iCuán amable y buena has las exequias, además de la familia-~in
sido para mí!", palabras que se apre- la señora Ibsen, retenida en su domici- CAPITULO In
suró a transmitir a Bergliot ella, pletó- lio por el reumatismo-, el rey y los
rica de justo orgullo. Parece ser que embajadores de Inglaterra y Dinamarca, SU OBRA
por la mañana del mismo día de su entre representantes del gobierno, del
muerte, como al despertar de un tran- Parlamento y de la Universidad, amén
quilo sueño oyera él a alguien opinar de numeroso3 eclesiásticos con sobrepe- VISTA DE CONJUNTO que de paso tenemos ya clasificada su
que estaba mejor, contestó con brío: lliz. Nunca se había. conocido en No- dramaturgia.
" iAl contrario!" Expiraba dentro de la ruega un duelo tan solemne. Cristopher Según diversos críticos, presiden la En los dramas históricos o románticos.
jornada, no sin complacer a su esposa, Bruun pronunció la oración fúnebre e obra total de Ibsen. tres ideas funda- y que podríamos llamar nostalglcos, por
quien no se avenía a la voluntad del hizo delicada3 alusiones a la viuda. Luego mentales. La primera. es su severo sen- lo antes dicho, el poeta -recurre al pre-
moribundo de ser incinerado, porque el monarca presentó sus condolencias a tido del deber, al cual va aparejadO'el térito para huir de la mezquindad aC-
deseaba florecer su tumba. Sigurd y a Bergliot Ibsen, marchándose 'Cbmraste entre lo que se quiere y lo tUal; tienen verdadera grandeza dentro
Se verificó el entierro el 1 de junio, acto seguido. Después de la ceremonia que se puede, contraste que unas veces de su carácter de añoranza y evocan con
pues en los paises fríos suelen demorarse oficial, partió un cortejo interminable resulta trágico y otras veces resulta cómi- cariño tiempos abolidos, a menudo, en
los sepelios mucho más que en los paí- hacia el cementerio, donde las corpora- co. La segunda idea es su profundo Qi: sonoros versos, y si no, en prosa "con
ses cálidos. ciones depositaron flores. a brazadas. ~,- de una religiosidad vaga, estilo de saga~' o en un tono elevado,
Hemos visto una fotografía de Ibsen, Más tarde se erigiría a Ibsen un. casi siempre basada en la. Biblia, y que por lo menos. Constituyen,. esta serie
amortajado ya, en su lecho mortuorio, mausoleo compuesto de una alta co- a. ratos parecerá herética a muchos; no Catilina, .La. tumba del 'l:ue&.ero,Dama
con expresión beaúfica y serena. Acce- lumna de granito, sin nombre ni fe- se trata de un piadoso militante, sino de .Inger de Ostraat, Fiesta en Sólhaug, Olaf
diendo a una demanda formulada, se cha, y a instancias de su esposa, se un pc;nsadorpreocupado por lo que cons- Liliekran, Los guerreros de Helgoland,
permitió que desfilara el público ante el grabó allí una mano con un martillo. tituye el. motivo de las religiones todas. Madera de reyes y Emperador y galileo.
féretro, transportado 11la iglesia del Sal- en recuerdo del poema El minero La tercera idea, en fin, es su en!tlsias- La noche de San 1uan, que podría in-
!!J.Qpor la libenad, entusiasmo sm gene- cluirse con ellos, supone algo aparte, por
ris, pues la ama a condición de no 10- transcurrir su acción en nuestros días.
grarIa, de no servirse de ella y de .ex- Los poemas dramáticos, encajados de
tremarla, como se ama al ideal.inasequi- lleno en Já época moderna, la rebasan. y
ble. Más adelante nos extenderemos so- se sitúan en la eternidad del sentimiento,
bre estos tres conceptos. . desarrollando con amplitud temas muy
Poeta siempre, en su adolescencia es- amplios por sí: el amor, 1a voluntad. La
cribía Ibsen versos líricos, cívicos y comedia del amor, primero de ellos y
filosóficos, sin que los abandonara por. más bien prólogo, combate la pequeñez
completo nunca. Después le atrajo so- con que se consideran en este tiempo el
bre todo la literatúra dramática en verso idilio y hasta el matrimonio, para abogar
o prosa, y por protesta contra el pre- por la inclinación poética y desinteresada
.\ sente acaso, quiso sumirse en el pasado de.. dos ~eres que se separarán cuando
I para purificarse; pero a sus dramas his- dejen de amarse o cuando no deban
tóricos y románticos sigl,lÍeron sus poe- amarse. El segundo, Brand, presenta lo
mas dramáticos, cuya acción contemporá- . que, a juicio det autor, enaltecería el
nea se sale de 1a cronología con peren- genio del pueblo nóruego en decadencia,
nes interpretaciones de orden espiritual; aunque capaz de transfigurarse y redi-
a 1a postre, prescindiendo para lo suce- mirse, con un lenguaje lleno de excelsi-
sivo del verso como medio de expresión tud. El terceto, Peer Gynt, cuyo héroe
escénica, penetra en la mentalidad de pasa por la vida en una continua pirueta
Ibsen en su lecho de muene. la época y nacen los que se han deno- arlequinésca, subraya las características
minado sus dramas modernos, con lo. de la tal decadencia de un pueblo que
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57
.-, /

divaga y sonríe... Esta especie de trilogia conde Prozor a poco de terminar una 1,
resalta por su originalidad y su varie- obra: "Experimento un sentimiento de
dad en los límites del corto ciclo que la soledad al verme de repente apartado
abarca. así de un trabajo que durante varios me-
No menos vario se denota el grupo ses ha ocupado exclusivamente mi tiem-
de los ~ramas modernos, que abordan po Y mis pensamientos. De hecho es una
problemas sociales y conflictos individua- verdadera suerte que acabe, pues esta in-
les, más cerca de nosotros que los ante- timidad con seres imaginarios empezaba
riores, más vivos!...m~~humanos, y en a ponerme bastante nervioso."
ningún 'caso vúrgares o ligeros. Lo com- Su biógrafo Brandes justifica :le esta
ponen La coalición de los jóvenes, Las manera el teatro de .Ibsen: "El mundo
columnas de la soc:iedad,Casa de muñe- nuevo descubierto por Kierkegaard er.t .i
cas, Espectros, Un enemigo del pueblo, una idea: el individuo. Fué este el dia- !,.
El pato salvaje, Rosmersholm, La Dama mante precioso que ofreció a su tiempo. ;::
del Mar, Hedda Gabler, El maestro En una época en que reinaba la doctrina ,} :'!
Solness, El pequeño Eyolf, 7uan Gabriel del justo medio, era grande y noble lan- .Q
, ! '5
Borkman y Cuando despertamos los zar la palabra "individuo" y querer con- .Q 1 C>
muertos. vencer a la gente de que,-gracias al in- .
'"
. En su estudio acerca del dramaturgo dividuo, podía la raza degenerada tomar ¡¡. (5
hace notar Ehrhardt: "Primeramente to- a ser humanidad s!ncei'a.!' ;e.,
ma Ibsen en cuenta todas las circunstan- Por su parte, indica René Doumic : Q.
cias exteriores en que se mueven los "Los _personajesde Ibsen se distinguen .:
personajes, y describe con un cuidado de los que acostumbramos a ver en la es- !:
.Q
meticuloso el medio donde viven. Cada cena. por el hecho de que no son hijos ...
una de sus piezas va p1'el:edlda-de una de teatro, sino que en ellos se nos mues- ..
""
noticia que regula su mise en scene tran esa complejidad de sentimientos, esa 'i1Iq¡ ... ,w,a¡
hasta en sus últimos,~s. No hay movilidad de natural,eza y un no sé qué {-,r;';;
"
nada de pueril en ello. La naturaleza ina- de incompleto que es el signo por Iel cual
nimada se asocia a la acción, desempe- se reconoce la vida. A Ibsen le desvela .a
ñando su papel mudo." Esto, no s610en 'una cuestión, al punto de que todo su
10 que afecta a los dramas modernos, teatro no es más que una serie de ensayos .
sino Jo mismo a los hist6ricps y a los para responder a la misma: precisamente Q
poemas dramáticos, siquiera con menos la cuestión de saber cómo y en qué me- -
minuciosidad, y si no hay descripciones dida podemos poner de acuerdo nuestra
detalladas de Iqs tipos, todo personaje vida. social con nuestra vida interior. Con
se produce deslle luego con su elocu- sus cuadros de costumbres mezcla la dis-
ción propia, distinta de la de los demá-3. cusión de ideas morales. Estas ideas -ata-
Puesto que de sus personajes habla- ñen al matrimonio, a la familia, a la lu-
. mas, importa consignar cómo, a raíz de cha del individuo contra la sociedad, y
creados, Ibsen les concede autonomía; por ende, a cuanto es para nosotros de
de modo que sus reacciones le sorpren- un interés directo e in~ediato."
den a veces, hach!ndoleasistir a algo que Por lo que se refiere al conjunto de
ha surgido de él y que al cabo se le fi- la dramaturgia moderna de Ibsen, di-
gura que no tiene nada de él, por lo cual ce Tissot: "En general, en este teatro,
le emocionan como rasgos de seres aje- el drama proviene del contacto de dos
nos, extraftos. Hay aquí un misterioso medios sociales. Estalla Un conflicto en
desdoblamiento de personalidad, difícil ~ dos n!l",hd-~es
de explicar. Y a este respet.:toescribía al opuestos hasta la antítesis: de una par-
58
te, las colu.ffillils_Jic:..-1a-soeiedad; de francamente adversas. La primera es ':tel Brand, antes de ver el presbiterio de-
otra;-rosmdep-=-ndi~ntes.Jos. rebeldes,.. crítico francés Sarcey, que rectificaría ,
I
POBSIAS rrumbado que acabó de sugerírselo a
Son almas superiores. La pasión y el más tarde. Hela aqui: "Señor, pre- T Ibsen, presenta un extraño cazador fo-
mal de aquí abajo podrán muy bien sérvame... de la literatura exótica; del Si bien no le han acreditado tanto rastero que simboliza las aspiraciones
extraviarlos; pero será de tan buena teatro de Maeterlinck, el Shakespeare como sus dram3s, quizá por ser escasas ideales del poeta, y empieza así:
fe, que no osaremos censurar a los o belga, o de Henrik Ibsen, el Shakes-
a Jas que han opuesto tan heroicamente peare noruego. Y si me atreviera, aña- relativamente, las poesías sueltas de Ib- Canta el órgano en el templo.
sen poseen efectivo mérito bajo todos y en el altar briUan cirios.
a las leyes escritas los derechos im- diría: iPresérvame, en. nuestra escena, Mejor canta la tormenta
prescriptibles de la conciencia, luchando de Shakespeare mismo 1" los aspectos a la par que una gran ori- y brilla nieve en las cUnas,
hasta el martirio por la causa de la y he aquí la segunda, del poeta Ca- ginalidad, y hay en ellas, lo mismo que
verdad." tulle Mendes, que en' ningún' caso ha en sus otras producciones, un caudal de Terie Vigen, cuyo héroe se preten-
y observa W. Berteval, fijándose en rectificado:' "¿Por qué esforzarse para ideas. de que ha existido, constituye la mara-
el dramaturgo ahora: "Trágico cruel o buscar un sentido profundo y lejano a Nunca se manifestó poeta gárrulo v¡llosa historia de un marinero norue-
satírico estridente, ha escrito para si, ha las obras del señor Ibsen? No niego y siempre dijo 10 que tenia. que decir, go que se venga noblemente de quien
obedecido a su propia inspiración. Si que tengan un aire de misterio; pero que no era poco. Varias de las poesías ocasionó la desgracia de su vida.
queremos, tratemos, pues, de encontrAr no tienen de enigmático más que su en cuestión se han hecho célebres por Un singular individuo que estaba todo ca-
su escalofrío creador, no considerando vacilac~ón, su pudor quizá, para reve- doquiera y han recorrido en triunfo el [noso
sus piezas por fuera, como el espec- lar lo que significan, y adivinado el mundo, traducidas. El .alemán Ouo habitaba la isla, tan lejana y tan yerma.
tador o el crítico, y asimilémonos al enigma, se asoq1bra uno de que sea la
autor, reconstrUyendo, en cierto modo, clave tan próxima, tan poco rara, tan Brahm les consagró un certero estudio, Caro- que a nadie le hacía aquel hombre (60 alauno.
da-
su obra después de él." b!lnal a veces. El señor Ibsen se me en el cual se han basado diferentes es- i¡ualmentc en la tierra ~ue en las aguas
En cuanto a su acusada signif1cación, aparece comG un espíritu muy sencillo tudios posteriores. De carácter f11os6- .', (del mar.
fico y político a menudo, ofrecen otras Sin embargo. algunas veces brUlaban, hoscos,
agrega Salvador Albert: "Si grande es en el fondo... Si se le ocurre proferir so- , (sus ojos,
Ibsen como pensador, mAs grande es lemnes frases de ciencia moderna y de veces simple carácter lírico y cantan con sobre todo si el tiempo era amenazador.
todavía, si cabe, como artista. Entre esc~ela, lo hace con la candidez infa- entusiasmo casto a Ja mujer, 'empezando La gente se preguntaba si estada en sus ca-
estos dos aspectos de su personalidad, tuada de un colegial que las ha apren- por su esposa. Ni más ni menos que a (bales.
y contadas personas se atreVían entonces.
media estrecha, íntima relación. ¿No se dido recientemente, y su malicia es la Goethe y a Byron, a Ibsen le atrae a a acercarse a Terje Vigen.
ha dicho, con acierto, que todo artista de un niño que ha escuchado a la, ratos el espíritu del mal, y en deter-
es un pensador? Ibsen vació su obra puertas de las literaturas extranjCf3s." niinadas ocasiones sustenta la teoria del El minero, que data de 1850, presta-
-más aún que sus pocs(as-cn molde~ Por último, se ha querido buscar a cainismo, que se refleja, pOr ejemplo, ría su simbolismo a 'Juan Gabriel Bork-
propios, sin incurrir jamás en la bajeza Ibsen motivaciones en Moliere, en Au- en e. poema Judas. Citaremos, además. JI".any está representado en la tumba
de la imitación... Fué un innovador, gier, en Zola, en Scribe, .en Dumas hijo. entre }as conocidas en todas partes. las de Ibsen; para extraer después una
más por virtud selectiva que por parti y hasta en George Sand. Por 10 que con composiciones A la única, Solo, Carta conclusión de sentido pesimista, piensa
pris revolucionario." esta escritora se relaciona-sugerencia de
Qssi,p-Lourié dcfme como sigue el Jules Lemaitre, corroborada por EtniIe por globo, Terje Vigen, El. minero, En el primero el hombre que en la mina des-
teatro ibseniano: ''Las piezas de Ibsen Faguet y muchos otros-, el propio museo, Vida primaveral, El cisne, Sobre cubriría muchos secretos de )a Natura-
son menos producciones dramáticas que Ibsen se: ha sincerado con el insigne ~ altlU'49, El asesinato de Abrahán leza, y acaba viendo que sólo hay oscu-
ensayos filosóficos acerca de las cue,- crítico danés y primer biógrafo suyo, Lincoln, etcétera. De algunas, por aña- ridad allí.
tiones vitales de la humanidad." asegurándole que no había leído de ella didura, haremos ligeras referencias a Roca, estalla con estrépito
Max Nordau, quien no es incondi- ni una sola novela. En realidad, aparte continuación. a los fuertes manillazos.
cional del Hacía abajo hago camino
stro ni mucho menos, en- de algunas remembranzas de poetas es- La Carta por globo, particularmente
guras de ~
tiende que Ibsen ha creado algunas fi- candinavos en sus dramas iniciales, y de
verdad y de una riqueza la apuntada influencia de Soren Ki~r-
tales como no se las encuc::ntramás que kegaard, no cabe atribuir a su teatrQ
divulgada, es una epístola que, durante
su viaje a Egipto, escribe a una señora.
sueca, denotando cieno desdén por la
hasta que suene el metal.
.: :..:-.....................
Abrcme paso, martiUo,
hasta el fondo del secreto.
en un~egundo poeta después de Shakes- otros antecedentes que Ja tragedia griega época a la sazón presente; se haUa re-
peare.) y una como luminosa proyección de dactada en un estilo casi telegráfico y se El cisne, composición de la prímera
y pa~ completar la información, va- Shakespeare en sus momentos más su- impregna de un sabor muy moderno. época, es algo delicado y de una ter-
mos a transcribir también dos opiniones blimes. Sobre las. alturas, primitiva génesis de . nura triste. El. asesinaro de Abrahán
60 61
Lincoln se cuenta entre los mejores can- ma de c!¡ama la impresión total que le .1 se Je considere... ~omo el supremo es- y desnuda. Lo que conserva de inexpli-
tos ibsenianos del género civil. Y no produce la vida, su modo de compren- fuerzo de un espiritu vigoroso que pro. cado y de indeterminado, de vago y de
detallaremos más para no apoyar el mo- derla, la visión que tiene del tiempo en cura encerrar en una forma de arte, la flotante es justamente lo que comporta
tivo con excesiva insistencia. que vivimos." riesgo de quebrarla, tanto pensamiento su valor y le da su alcance. Porque la
Estas poesías se publicaron, recopila- Dice Albert: "Su singular conoci-
das, por lo pronto, en Copenhague el miento del corazón humano, su extra-
año 1871, y de ellas se imprimieron ordinario poder de observación... per-
siete ediciones aún, hasta incluirlas en mitenle profundos y minuciosos análisis
la definitiva de obras completas de Ibsen. que su clarividente fantasia consideraba
en síntesis supremas, hasta llegar a las
alturas del simbolo, entendiendo por
EL SIMBOLlSMO DB IBSEN tal la representación bella y sencilla de
todo un orden de realidades que pueden .
A menudo se ha considerado a Ibsen claramente ser reconocidas en la Tealidad
como poeta y dramaturgo simbolista, y creada por el artista".
muchas veces lo es, ciertamente, aun Dicen Cheneviére y Johansen: "..a
cuando otras muchas veces no lo es, ,>in pesar de su preOC}lpaciónsincera por
que por eso deje de atribuirsele tam- pjntar la vida tal cual es, pone en es-
bién ese simbolismo que se figuran ver cena, al lado de personajes muy vivien-
en tod~.su creación algunos, por estimar- tes y de una realidad sorprendente, seres ..
lo más cómodo o por ignoramos qué se- que parecen pertenecer a otro mundo y
creta causa. Ibsen es simbolista, en efec- hablan un lenguaje místico, simbólic:l,
to, por más que no lo sea siempre. Y lleno de a,lusiones.De esta fonna de ex-
a fin de definir el simbolismo en gene- poner, de este encuentro de personali-
ral y el suyo en particular, apelaremos .dades I\..'"IIlesy personalidades simbó-
a los testimonios de que nos hemos va- licas resulta, por lo pronto, una especie
lido hace poco para comentar su drama- de oscuridad. Creeriase que se alza un
turgia. velo de bruma entre Jos espectadores y
Dice Ehrhardt: "El simbolismo es la y el drama representado... Pero poco a
forma del arte que da a la par satisfac- poco se hace la luz, y se descubre uni- .
ción a nuestro deseo de ver representar dad y annonía donde se había creído 1
la realidad y a nuestra necesidad de distinguir contradicciones y disonan- ~
'trasponerla. Reúne lo concreto y lo abs- cias." .
tracto. Dice Doumic: "De una pieza a i>tra
La realidad tiene doble fondo, y un Ibsen desarrolla, refuerza o corrige sus
sentjdo oculto las hechos, que son la ideas. Su pensamiento se. modifica y se
I
representación material de las ideas.. . amplía. Para traduclrlo conseLvándoleLa-
.EI verdadero simbolismo es la ideali- da su extensión, recurre al símbolo... Cariclltura de lbs"", por Albert Brgslrom.
zación de Ja materia, la transfiguración Porque el símbolismo es una tentativa
de lo real, 1a sugestión de lo infinito para dar de la realidad una explicación
por lo finito" que traspasa Jos hechos: consiste en ex- como pueda contener:' Y más adelante verdad pasa siempre, sle lo que no está
Dice el conde Prozor: "Si Ibsen, pa- presar en su plenitud la idea de lo cual añade: "Se hal;>1ahoy mucho del sim- permitido percibir de ella con claridad.
ra contamos su alma y todo lo que no son los hechos más que la represen- bolo, se habla a tontas y a locas; se '!ti- La disminuimos y la estrechamos para
en ella se aglomera-sus esperanzas, sus tación material y la aplicación restrin- liza con indiscreción y se llegará a des- hacerla entrar en nuestras fónnulas pre-
pesares, sus aversiones, sus tristezas-, gida. Es legitimo el empleo del símb.)lo acrewtarlo. ;por algún tiempo. Será lás- cisas, y encuentra su amplitud en el
nos habla en lenguaje simbólico, es por- hasta en el teatro, a condición, empero, tima. El símbolo es una traducción de la símbolo..
que este lenguaje, según él, constituye de que se sepa que es un medio poético verdad más amplia y más comprensiva El simboJ.ismo es la imaginación
el único capaz de comunicamos en for- más bien que dramático, y con tal que que lo seria su expresión despojada, seC'! sumándose a la razón, Y la imagi-
62 63
1
ti

nación también es 'una facultad descu- sensibles al representarla fielmente. En )1 ultracivilizados, del genio inclusive... Así,
por influjo de su mentalidad vieja ,;fe 1

bridora... El simbolismo pone en obra este sentido soy simbolista. No de otro pues, en esto como en todo, no con- siglos, harto cerebral y harto curiosa so-
ciertas analogías que enlazan el mundo modo." viene generalizar. Y por lo que a Ibsen bre un fondo de perversidad latente; tie-
interior con el mundo exterior No nos El catalán Pompeyo Gener, en su !1- atañe, está claro, en resumen, que se ne amplias apetencias intelectUales, co-
denotaba simbalista a menudo, en uso de noce los más insignes sociólogos y es
1 su perfectísimo derecho... cuando se lo a menudo una rebelde en diversos senti-
denotaba, no siempre ni siquiera tanto dos. Maurice Barres las designa: "esas
como se ha pretendido. extrañas y frágíles cositas del Norte".
y Lionel Radiguet, circunscribiéndose a
las mujeres de Ibsen, dice que "semejan
LAS MUJERES DE IBSEN concentrar en el azul de sus pupilas la
melancolía vaga de Un ensueño irreali':'
Con referencia a Ibsen, ha afirmado zado." Añadamos :1hora, por nuestra
Tissot alguna vez: "Si su temperamen- parte, que no todas son rebeldes, inde-
to psíquico no le permitía ser más que pendientes o perversas, como no todas
un realista y un psicólogo de ocasión, tienen 1.osojos azules. Las hay buenas y
fué, ,por cierto, naturalmente, y en toda malas, conscientes e irresponsables, y en
la acepción magnífica de esta palabra, su misma variedad radica la universali-
un pensador." Un gran pensador, sí; dad a que acabamos de aludir.
l pero no hay que subestimar ni por asomo Son ejemplos inolvidabl~~ de mujeres
sus altas dotes de psicólogo, sus raras buenas ,Aurelia, )a abnega~ esposa del
facultades évocatorias y su extraordi- patricio Catilina, que no 'Da-cesado de
narío don de observación, que le per- sacrificarse por su esposo y le sigue,
mitían abarcar el orbe circundante, tan- sonriente, a la muerte; aquella Blanca
gible, y ese otro orbe misterioso del que vive en un islote de Sicilia, cuidando
subconsciente. Demuestran 10' primero al,hombre que exterminó a los suyos, un
muchos personajes episódicos, 'tan origí.' feroz vikingo, tras de haberle convertido
nales, dignos de Dickens. Fué, además, a la fe, cristiana, como convertirá tam-
un ideólogo prendado del ideal, conforme bién más tarde al guerrero que se ha
demuestra su teatro, teatro de ideas 'a rendido a sus encantos y la conduce al
la par que idealista, lejos del 113tura- país septentrional de sus mayores; la
lismo, si se quiere, sin que desdeñe el dulce Alfhilda, enamorada del divagador
naturalismo tampoco, y prefirió el teatro caballero Olaf, con quien a la postre
como vehículo expresivo, porque va di- llegará a casarse; Margarita, primera
recto a 1.amuchedumbre, que lo siente súbdita del rey que la ha hecho reina,
antes de comprenderlo. Demuestra, en y cuyo amor estimará ella por encima
suma; 1.0 primero y 1.0 segundo, la le- del amor filial inclusive; Inés, compa-
Caricalura de ,lbsen, par Nordens Piller, gíón de mujeres ibsenía113s que tanto ñera de Gran, dedicánlole un apego
!I) han impresionado a los públicos todos, total, sin limitaciones, que habrá de
cada una a su manera. costarle 1.a vida; Solveig, )a que supo
considera como seres aislados. Restablece bro Literaturas trIQlsanas,conceptuaba el Por lo pronto, aunque no quita ello aguardar duran.te. largos años, hilando a
asi la armonía que une todos los ele- símbolo una manifestación rudimentaria nada de su universalidad a estos tipos la puerta de su''éabaña, al frívolo galán
mentos de la múltiple Naturaleza y TO- y un recurso pueril de los pueblos y de femeninos, se ha de tener en cuenta, que viene, viejo ya, sólo para' morir;
das las partes del gran conjunto..." los hombres incultos. Esto; hasta cierto 'sobre todo para determinados casos, el la virtuosa Macrina, hermana de San
y dice, por último, 'el propio Ibsen: punto nada más, puede ser exacto; pero carácter de )a mujer escandinava.Seg1n Basilio, que concibe en silencio una' en-
"Todos nosotros somos símbolos vivos. puede 'serio asimismo que implica a el repetido Tissot, la noruega, con su ternecida inclinación hacia el apóstata
li aire juvenil y su aspecto de salamandra Juliano, a quien asistirá en sus momen-
Cuanto pasa en la vida ocurre con arre- veces una manifestación depurada y un 11,
glo a determinadas leyes que se hac~n recurso superior de pueblos y hombres del amor, es una especie de desen~antada, tos postreros; la niña Hedvigia, tan
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afecta a su problemático padre, que pe- emancipación se debe al cruel desenga- ..


rece al cabo, víctima de su propio semi- ño de advertir cómo hasta entonces no
miento, y Ela Rentheim, en fin, fiel a ha sido nunca más que una muñeca para
su amor, aquejada de una enfermedad in- su marido, igual que ayer lo era para
curable, hasta última hora. Difícilmente su padre e igual que lo seria para sus
se encomrarán casos más limpios y más pequeñuelos mañana, todo lo cual la in-
puros de bondad cabal y de consagración duce a abandonar su casa una noche de
absoluta de un ser a otro ser que los de invierno; a Elena, la señora Alving, viu-
estas conmovedoras criaturas. da de un depravado, la que también se
Se acreditan de malas, aun cuando ha redimido de prejuicios y no quiere
denotan siempre grandeza en su maldad, retroceder ame nada con tal que su po-
la vestal Furia, que ama a eatilina con bre hijo sea feliz; a Petra, la maestra,
un amor mezclado de odio, vengativo hija del doctor Stockmann, siguiendo
amor casi de ultratumba; dama lnger, con firmeza una norma rectiUnea, ajena
menos mala que otras, siquiera haya a toda debilidad sentimental o de otro
sacrificado a su ambición más de una género, mujer fuerte, y, por último, a
hija, y que, al sentirse enteramente ma- esa Rebeca West, culta y reflexiva, a
dre, por un error funesto, manda matar quien inspiró su amor un crimen cere-
a su hijo; la terrible Margit, que quiere bral, y que sucumbe, sublimándose en un
envenenar a su esposo para ponerse a gesto expiatorio, cuan~o el. amor. golpea
disposición del bardo a quien adora, arre- a su puerta. Se hari emlincipado todas,
pintiéndose al final; Hjordis, una va1kt- por supuesto, y serán, a favor de su in-
ria de esta baja tierra, para quien será la dependencia, mejores o peores; pero, al
muerte el modo de subir al cielo y ca- emanciparse, no ha perdido ninguna de
balgar entre las nubes sobre un negro ellas ni un ápice de su. sensibilidad, de
córcel; en un grado interior, Regina, la su fina sensibilidad despiena de con-
doncella de servicio, sin ternura ni mo- Qnuo.
ral, dispuesta a todo y asqueada de todo,' Las inconscientes, las irresponszbles',
apenas traspuestos los linderos de la perturbadas, histéricas o francamente 10-
edad moza, y en un grado superior, cas, se llaman Ana, imbuida de los cuen-
Hedda Gabler, que siembra alrededor tos y consejos de su abuelo, tan distintos
suyo el mal por aburrimento y termina de la realidad, quien, a merced -de su
suprimiéndose a sí misma. No cabe candidez, hallará en la realidad una ver-
duda de que todas ellas son malas, de dadera dicha de leyenda; la demente
una afectiva maldad atroz, malas como Gerda, cuya demencia ve en las manos
las fuerzas destructoras o tantos indi-. de Brand los agujeros de los clavos y
viduos malditos ¡ y, sin embargo, a ratos en su frente los !'rañazos de la corona
dan ganas de compadecerlas, en vista de de espinas, guiándole hacia la fantástica
Que suelen obedecer a una fatalidad que iglesia de hielo donde caerá él baji"<una ".-
las impulsa, si no la llevan dentro. avalancha; Elida, Ja.Dama del Mar, '4c-
Viene después el grupo de las eman- tima de su neurosis, que se salva por
cipadas, a cuya cabeza nos tropezamos instintivo concepto de\ albedrío, y en el
con la extravagante Lona Hessel, poco instante de elegir entre el matrimonio y
femenina, al parecer, y, en realidad, muy un amor aventurero, elige con plena li-. ~.,J. \ \
femenil y maternalmente entregada al bertad el matrimonio que la hizo des- \,' .
ennoblecimiento del desaprensivo per- dichada m,jentras no era libre, e lrene,
sonaie que un día Ja desairó para me- la bella inspiradora, muerta en vida y
drar; he aquí a Nora, cuya ingenua sin alma, según cree, que resucitará en 1IISInI ", Europa (caricatU1'ade la época).
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1
la muerte. A pesar de no ser normales, SlMPATIAS y ANTIPATIAS
estas hembras alucinadas nos atraen por
su anormalidad llena de insinuaciones A través del teatro de Ibsen se dis-
y por la extraña contextura de sus men- ciernen sus simpatías y sus antipatías,
tes insanas. sus preferencias y sus aversiones, pues
No hemos agotadp la serie todavla. las evidencia naturalmente, como cual-
Quedan las apasionadas, con las cuales quier hombre, y las ha subrayado su ,s-
contaremos a Svanhild, quien se retira a píritu observador. Obedecen, por lo de-
tiempo no bien cómprende que su poeta más, a diversas causas de distinto orden
no la amará toda una existencia; Rita, que han ido cuajando en el terreno aní-
bacante ardiente, responsable hasta cier- mico.
to punto del ahogo de su hijito inválido, Está bien manifiesta, verbigracia, su
y la soñadora Hilda, juventud fatal que simpatía a los médicos, simpatía que
buscaba un reino y contempla estrellarse demostró siempre en su existencia y
por culpa suya a aquel que iba a dárselo. otro tanto en su obra dramática. No re-
Aún quedan otras, acaso, no tan inte- cordamos, entre sus personajes galenos,
resantes como las nombradas, y el con- ninguno que cometa 1a menor villanía
junto nos fascina por su gracia, por su ni que tienda a una mala acción. Tenía
talento" hasta por su desequilibrio... el, dramaturgo demasiado favorable con-
'j Al presente, a despecho de sus ras- cepto de sus amigos los doctores para ...\.' ...... "
gos étnicos, no se nos antojan lejos de imaginárselos entregados a un torpe ma-
nosotros, exóticas, herméticas; pertene- nejo cualquiera~ todo ello con, indiscu- o O
cen a un mundo que es de todo el mun- tible fundamento, porque ya hemos con-
do, a una humanidad en que estamos 'venido en que el ejercicio de la medici-
incluídos todos, y sin perjuicio de supo- na, salvo inevitables excepciones, com-
ner. frecuentemente una excepción, las porta un verdadero sacerdocio. Desde el v "
animan impulsos que discernimos todos doctor Fjeldvo de La coalición de los
sin esfuerzo" algo a todos común, el jóvenes, hasta el dOCtorHerdal, de El
soplo que enciende en cada uno análoga maestro Solness, y desde' el méd,ico de
llama, con intensidades diferentes. Sé Brand hasta el doctor Stockmann,.prota-
trata, al fin y al cabo, de vivos ejem- gonista de Un enemigo del pueblo, o el
plares humanos, muy huptanos, dema- doctor Wangel, de La, Dama del Mar, ' \
siado humanos tal vez. , pasando por el dOCtorRa:nk, d!: Casa de
iLas mujeres de Ibsen I Son rosas muñecas, y el Cínico doctor Relling, de
fragantes unas veces, marchitas otras, sa- El Pato salvaje, todos ellos implican
ludables o deletéreas, de. un jardín in- ejemplos de rectitud y buen sentido, aun
terior, el jardln de un alma, alma contur- sin ser, en cienos casos, modelos de vir- 11
bada de genio estremecido por la an- tudes. No olvidemos que Ibsen había
gustia del prójimo. Y nuestra alma perci- querido seguir en su adolescc;nciala ca-
be los efluvios de estas rosas lozanas o rrera de medicina, por la cual profesaba
enfermizas, nacidas, dentro de un jardín sincera admiración, considerándola en
cerrado, al conjuro de un dramaturgo todo momento con respeto.
creador, de un mago prodigioso. Sus Suelen asimismo gozar 'de sus simpa-
rosas de alma constituyen por sí, solas tías los marinos, como el capitán Hors-
lo que se denomina el eterno femenino, ter' en Un enemigo del pueblo, incluso
y el mago Henrik Ibsen hubo de rea- el misterioso extranjero de La Dama del i
lizar tales prodigios en su obra de vida. Mar, y aquél Holandés Errante a quien
se alud~ en un pasaje de El pato salvaje, ,1bsen, de levira.
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o algún otro que no se halla presente de de Rosmersholm, por más que Brand,
momento en nuestra memoria. Adviénase personaje grandioso, es sacerdote él mis-
q\.le Ibsen, escandinavo, procedia de la mo, y lo ha sido Rosmer, personaje pre- CAPITULO IV
raza marítima de los antiguos vikingos, dilecto de su autor. No se explica a sa-
aunque no fuese a este respeCto muy tisfacción esta animosidad de Ibsen para
puro su linaje; en sus antepasados in- el clero, ya que. en él había un profun- SU OBRA
mediatos abundaban los marinos a su do sedimento religioso, vago si se quiere,
vez, y su abuelo, capitán de barco, pe- que lindaba con el puritanismo, producto (Continuación)
reció con su navío en un naufragio a de la educación dirigida por su madre,
la vista de Grimstad, según se ha referido y de la influencia de sus primeros maes- CATIUNA rrotado por las falanges romanas, el revo-
a su tiempo. tros, siendo la Biblia su libro de cabe- lucionario se queda solo en el campo
Denota el poeta, además, una ligera cera a .10 largo de una vida acciden- Asqueado por }a corrupción en que de batalla, siempre entre la atracción
inclinación afectiva hacia los locos o tada. se debate la Roma de su siglo, el pa- contrapuesta de sus dos mujeres. Al cabo
los desequilibríldos. Gerda en Brand, el Por su parte, no lo tomó en cuenta a tricio Catilina desea erigirse en dictador apuñalará a la inocente Aurelia y se
citado doctor Rank, psicópata, en Casa última hora el clero, al que tanto había para salvar su patria, mientras los hom- hará matar por la siniestra Furia; pero
de muñecas, y el borracho casi genial combatido, solemnizó con su asistencia bres del Capitolio le denigran y desacre- morirá con Aurelia agonizante en sus
Brendel en Rosmersholm, o el no menos en cuanti030 número las exequias y el ditan, sin estar completamente decidido brazos, conforme se aleja Furia, en pos
borracho y genial sin casi Lovborg en entierro del poeta, quien no dejo tampoco 1l una acción eficaz cuando llegue el de su destino, a favor de las últimas
Hedda Gabler¡ la misma Hedda, neuras- de apreciar a muchos amigos suyos sacer- momento, pues tiene un carácter algo in- negruras de la noche.
ténica, igual que Elida en La Dama del dotes. deciso a ratos. Por lo que atañe a. su He aqui, en resumen, el asunto de
Mar, o Hilda Wnngel en BI maestro También incurren a menudo en sus vida afectiva, tras de un periodo de or- Catilina, que inicia el ciclo histórico de
Solness, sin contar otros, merecen más antipatías los periodistas, contra quienes gías, fluctúa también entre dos' mujeres, los dramas ibsenianos. Rematada en
o menos una atención enternecida de más de una vez arremete airado, sin que 1l quienes ama por igual, no obstante l'e- 1849, no se publicó hasta 1850, con
quien los creara. Ibsen sabIa que los ni- aeuse un carácter general esta animad- sultar cada una contraria de la otra. Son seudónimo, por cuenta de Ibsen y sus
ños y los locos dicen las verdades, que versión, que se comprende. Porque Ibsen estas dos mujeres su esposa Aurelia, amigos, que habían procurado en vano
en el pasado se los estimó por varios estaba muy dolido de la conducta de mansa y bondadosa criatUra que le adora, estrenarla en el Teatro de Cristiania.
pueblos seres divinos, y que el trastorno la prensa con él, conocía a fondo rasgos y la vestal Furia, que acabará dejando Todo eOo se ha referido con detalle al
de su cerebro enfermo ofrece un atra- venales de tal cual representapte del apagarse el fuego sagrado y escapará casi narrar la vida de aquél y transcribir la
yente misterio preñado de sugerencias. cuarto poder, y ).a falta de honradez re- por milagro del encierro donde se la historia del drama por pluma de su
En el capitulo de las antipatías ocu- pugnaba a su temperamento. Sin em- empareda viva como castigo por su fal- autor. Según ciertos críticos, es{a obra
pan primer lugar los sacerdotes, a quie- bargo, repetimos que no se trata, ni ta. Antes del -suceso, Furia y Catilina refleja la inquietud de la época, así
nes fustigó con frecuencia el mal hu- mucho menos, de un odio absoluto. celebraban entrevistas idilicas y un poco como eJ entUsiasmo juvenil del poeta,
mor ibseniano, exteriorizando una clara y ahora,. estudiada en su conjunta sacrílegas en el templo de Vesta, hasta y según otros, se denota muy endeble.
parcialidad en contra suya. Menciona- y en algunas de sus particularidades la que de improviso ¡e pide ).a joven que Al aparecer en volumen, no faltó quien
remos especialmente, entre las víctimas obra total de Henrik Ibsen, vamos a re- jure vengada del hombre que deshonro la motejara de "ruda y de extravaRan-
de su saña, el deán de Brand, el pastor señar una por una las piezas constitun- un día a la hermana de ella, ocasionando te"; pero e\ profesor Monrad le dedicó
Manders, de Bspectros, y el rector Kroll, vas de} teatro que le ha .inmortalizado. . su suicidio inmediato. Al enterarse ambos un largo y eJogioso estUdio. En realidad,
de que aquel hombre era el propio Cati- sin que hayan cuajado todavía, se reve-
lina, él se. horroriza del juramento lan en esta producción inicial las excep-
prestado contra sí mismo, y entonces la cionales cualidades del que iba a ser un
sacerdotisa ttUeca su amor en odio, aun- portentoso dramaturgo y tiene una hon-
que no logra desterrar su primitivo sen- da intensidad ~'dramática. El mismo Ib-
timiento en absoluto. Así, con esta mez- sen lo comprueba al prologar,. bastantes
cla de odio y amor, un tanto penurbada, años después, una segunda edición de
además, desde que se evadió de su tum- este "ensayo de juventud."
"ba, Furia perseguiria en lo sucesivo .a Lo que caracteriza, sobre todo, el pri-
Catilina como sombra que viene a re- mer drama en verso de Henrik lb-
.- clamarle el reino de las sombras. De- sen-. o de Bryn;olf B;aT1flecomo se fir-
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maba a la sazón-es el originalísimo en- en germen los dos tipos opuestos de En pocas palabras, Catilina nos parece tentara al dramatUrgo, y a pesar de que
foque del aspecto moral de Catilina, per- mujeres de Ibsen." un prodigio para ser la primera obra de en ella no aparezca ni por asomo su
sonaje execrado por sus historiadores, Varios comentaristas creen descubrir un jovenzuelo que no había salido de fuerte personalidad. A tal respecto obser-
de quienes discrepaba en general el man- un antecedente literario del drama en dos rincones provincianos de un pequeño va Brandes: "Si '10 supiéramos que es
cebo de botica que le hizo héroe de su Julio César, de Shakespeare, a la vez que país, y en todo caso, una obra excelen- autor de esta obra Henrik Ibsen, na-
tragedia, confiriéndole una alteza de pen- en Los bandidos y La conjuradón de tísima que no se olvida fácilmente y lleva die podría atribuirla al gran maestro." .
samiento y unas disposiciones nobles Fiesco, de Schiller. No hay por qué negar en sí un sello inconfundible de positiva En una islita de Sicllia, asolada por
que acaso no sintiera jamás el entt au- que la idea de rebeldía que lo inform" eternidad. los normandos hace años, viven cual
téntico. A este respecto alega el crítico palpitaba desde tiempo atrás en numero- únicos pobladores cierta doncella, Blanca,
finlandés Valfrid Vasenius que la tesis sos textos, entre ellos, efectivamente, en y un hombre viejo, jefe de los asaltan-
de Ibsen está de acuerdo con la historia LA TUMBA DEL GUERRERO
Los bandidos, y W. Berteval hace un tes, a quien Ja niña encontró moribundo
romana; pero basta leer a ;)alustlo y a parangón del héroe romano con el de la y curó de sus heridas. Tras de haber
Cicerón, fuentes documentales de Ibsen tragedia. alemana, considerando, en ver- Aunque un poco posterior histórica- exterminado a la familia de ella, la
y enemigos ambos de Catilina, para con. dad, más humano a Catilina. Nada de mente a Catilina, en realidad, La tum- adopta por hija el antiguo guerrero, y
vencerse de lo contrario. esto significa, empero, que no se trate ba del guerrero, que entonces se lla- cuando la joven acaba por convertirle al
De lo que no cabe duda es de que de una obra espontáuea y personal, por- maba Los normandos, data de los ultimas cristianismo, entierra él sus armas bajo
esta pieza constituye por sí sola un que en literatura, como en todo, sólo tiempos de Grimstad. Hubo de volver a un túmulo. De improviso llega' su hijo,
airoso punto de partida, slquien re- existen novedades relativas, y dentro de escribirla Ibsen en la capital noruega que le cree muerto, con ánimo de ven-
cele la influencia, que no deja de apun- esta relatividad, precisamente suele acre- durante las vacaciones de Pentecostés y garle, y como no le reconoce, se prepara
tar algún biógrafo, del insigne poeta ro- ditarse casi unico el genial dramaturgo la estrenó en el Teatro de Cristianía el a matar a al1lbos, imbuído de su idea
mántico danés Oehlenschlager. A lo lar- noruego, poi 10 que a puntos de vista aÍ'io 1850, con el seudónimo de Brynjolf sanguinaria de "rey del mar", rindién-
go de su desarrollo, por ejemplo, asoma exclusivos se refiere. Bjcrme. Tres años más tarde la refun- dose muy pronto a la bondad de la dulce.
ese cautivador prurito, acentuado repeti- Otro crítico estima Catilina el pri- diría en verso, prestando una mayor y delicada criatura. Entonces, por no
damente con la edad, de bordear las fron- mer grito del gran rebelde escandinavo, precisión a los caracteres y a sus reac- faltar a su cruel juramento, decide mo-
teras sobrenaturales, sin permitimos ape- e iniciando las insinuaciones simbolistas ciones psicológicas, para estrenarla de rir, hasta que el antaño despiadado vi-
nas discernir dónde empiezan éstas y que se le atribuirían más tarde con mayor nuevo en Bergen al comienzo de 1854, kingo, y devoto eremita ahora, que es su
termina el mundo tangible. En fin, no es o menor fundamento, se le antoja inden- porque no le satisfizo su primer estreno, padre, lo descubre todo. Salen con rum-
todavía una obra perfecta, pero sí una tificar tras ).a Roma antigua la moderna a lo largo del cual halló. defectos que bo al Norte los dos enamorados, y el
obra notabilísima por diversos concep- burguesía noruega, que importa destruir, quiso corregír, y parece ser que los ,la- anciano se queda allí junto a su tumba,
tos. Brandes, que la juzgaba "un juego a su entender, no para triunfo del pue- menta en un poema, El pájaro y su ca- que le espera.
de niños, arbitrario y nena de prome- blo y sí para exaltación de. un super- zador. Por cieno que, casi medio siglo Conforme puede verse, en este acto
sas", declara luego que Ibsen ha cum- hombre capaz de rehacer y engrandecer después, al releerlo, no iba a encontrar resalta el contraste entre el Septentrión
plido infinitamente más de lo que pro- la patria. Aun cuando se halla esto con- tan deleznable como al principio este y el Mediodía, entre Odin y Cristo, entre
metía. corde con la ideología futura de Ibsen, drama. la fuerza y la piedad, por medio de un
Asimismo puede advertirse en Cati- distinta a ).a de su juventud, no enten- Apresurémonos a consignar que La asunto que supone una especie de pró-
lina un. sugestivo anticipo de lo que demos que intentara entonces otra cosa tumba del guerrero carece de verdadera logo al ciclo dramático de historia es-
llegarían a ser los modelos femeninos que trazar una evocación histórica y una originalidad~al contrario que Catilina-, candinava emprendido por Ibsen. Cons-
ibsenianos. Y a prop6sito de este ex- exposición de apreciaciones elevadas, sin dado que recuerda con exceso las trage- tituye, además, una elegía enternecida de
tremo observa Charles Sarolea: "Al lado propósitos nacionales ni patrióticos. Por dias románticas de Oehlenschlager; pero los pretéritos vikingos, cuyas audaces ex-
de Cati1ina se yerguen dos mujeres, o jo que concierne a la cuestión, creemos esto no es decir que no posea positivos pediciones bélicas iban a cesar ante el
mejor dos abstracciones de mujeres, oportuno reproducir el ecuánime criterio méritos, ya que es una pieza muy bien advenimiento de Ja buena nueva evan-
pues aun se acusa aquí el poeta dema- de La Chesnais, que aconseja: "Conviene construida, llena de encantos y de emo- gelizadora, y el ci!rmtafiodel héroe, don-
siado subjetivo pllra ajustar una indivl- guardarse áqui de interpretar sobrado es- ción, a la par que de exquisita ter- de sólo yacen su coraza y su espada, se
dualidad propia 11ll1s creaciones de su trictamente una obra que no se ha com- nura. alza en tierra lejana, al sol meridional,
imanigaci6n. Una, su genio bueno (Au- puesto, por cieno, con ánimo de de- Se explica, pues, el éxito que obtuvo como un símbolo de gestas abolidas por
relia), dulce y amllnte; otra, su genio fender una tesis. Ibsen ha pretendido por pane del publico, siquiera no con. los siglos.
malo (Furia), una verdadera furia. Estas más bien comprender sus propias ideas
dos abstracciones femeninas contienen ya que formu).ar una conclusión firme."
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seguir la moda, del racismo, propósito rapsodia moderna, si se quiere, de El sen una respuesta sin mirar para nada
LA NOCHE DE SAN ¡UAN sueñ() de una noche de veran(), de Sha- el texto, traicionándose, y desde luego
poco trascendetal conseguido con creces
a la postre. Si fracasó tan en absoluto, kespeare, cuyas mejores creaciones aca- dedujo el presidente Ja verdad de aque-
Escrita en 1852 durante su viaje de cabe achacarIo a que no supo el público baba de ver representar Ibsen en Co- lla estratagema. Al preguntarle por qué
instrucción por Dinamarca y Alemania, comprender de buenas a primeras este penhague y Dresde, con la diferencia de había observado tan tortuosa conducta,
La noche de San 1zum, primera pieza cuento escénico, predestinación de Ib- que aquí Puck encarna un nixo o duen- explicó el dramaturgo que, después del
de Ibsen para el Teatro Noruego de sen que se repetiría con demasiada fre- de noruego, y aunque en prosa, la es- escaso éxito de sus dos estrenos anterio-
Bergen, se estrenó 3 principios del año cuencia en el porvenir. maltan imitaciones versificadas de anti- res en el mismo teatro, pretendía tantear
1853 y constituyó un fracaso rotundo, He aquí a grandes rasgos el asunto. guos cantos populares de los tres países el terreno y saber a qué atenerse, por no
pues ni aun hubo de levantar revuelo su La señora Berg, viuda dos veces, vive escandinavos. La obra se identifica más arriesgarse sin más ni más a un tercer
resultado negativo, como el de tantas con sus hijos Jorge y' Juliana, del pri- bien de circunstancias, compuesta con fracaso. Entonces se le pidió que pusiera
producciones posteriores suyas, sino que mer marido, y 'con su hijastra Ana, del algún apremio sobre la sugerencia de un su nombre aJ frente de la nueva pro-
llevaba implícito el desdén. Había des- segundo, en la vecindad de su suegro. periódico de. Bergen, y en toda ella ducción, acabándose por vencer su re-
pertado cierta ansiedad, por suponer un El viejo Berg cuenta a su nieta narra- domina un tono irónico que no por es:<>sistencia. Representada' la pieza a pri-
noble intento en pro de la escena na- ciones y leyendas que, a juicio de los de- excluye el espiritualismo, dado que al meros del siguiente año, no obtuvo.
cional y por no denotarse desconocido más, han trastornado el seso de la mu- cabo triunfa y realiza su ideal la soña- por cierto, el éxito que todos esperaban,
ya su autor; pero defraudo al auditorio, chacha, quien cree a pies juntillas en dora Ana. aunque no dejó de aplaudirse.
aburriendo el primer acto, interesando aquel mundo milagroso. Antes de con- Ni por asomo comporta una equivo- La obra en cuestión era Dama lnger
'apenas el segundo, y provocando una traer nuevas nupcias con la dama, el abo,- cación, ,según \Se ha' 'presumido, esta de OstTaat, sombrío drama en prosa, cu-
ostensible silba' el tercero. Al día si- gado Berg, quizá por instigaci9~ de ella, comedia romántica, al entender, de unos, ya acción se desarrolla en una sola no-
"guíente se confirmó el deséxito ante una sustrajo 1a propiedad de una granja a o de magia, al entender de otros, y sí che-nótese la tendencia ib3eniana a
'Casidesierta sala, y no volvió a represen- cierto axnigo, haciéndole perder un plei- un simple ensayo o un inoéente jugueteo acciones que transcurren en pocas ho-
tarse esta comedia, sin haberse pUQlicado to, y movido de remordimiento, sufragó del poeta cuando no tenía aún ,formada ras-, y por su factura acusaba un in-
hasta más de medio siglo después-sólo subrepticiamente en Cristianía la educa- su personalidad, resultando hoy un do- negable progreso al comparado con los
existían en Noruega dos manuscritos de ción del niño heredero legítimo de la cumento muy curioso, donde pueden dramas ,precedentes.
difícil consulta-, ni figura siquiera en la granja aquella, llamado Birk. Más tarde, apreciarse, embrionarias, las futuras cua- Ibsen, para escribirlo, había tenido en
edición de obras completas, no habién- para conciliarIo todo, la señora Berg lidades del dramaturgo excepcional que cuenta las indicaciones de Herman Het-
dose traducido tampoco a otros idiomas, piensa casar}e con su hija. Birk y Ana iba a captarse a última hora la admira- ner, respetando la unidad de tiempo y
excepto al francés, recientemente. se cO,nacieron en la infancia; ,pero él ción del mundo contra viento y marea. de espacio, a la vez que cuidaba la pane
Declaremos desde luego que no se perdió pronto, a consecuencia. de una psicológíca. Basado en un episodio de
trata de ninguna obra maestra en com- fiebre, la memoria de sus primeros años. la historia de Noruega cuando en el
DAMA INGER DB OSTRAAT
paración con las demás debidas al ge- El día de San Juan, víspera de los es- siglo XVIanhelaba sacudirse el yugo de
nio ibseniano j carece de originalidad, ponsales, se reúnen unos y otros en 12 Dinamarca, a pesar de que altere a ratos
inspirada en Shakespeare, por 10 pron- finca rústica de la viuda, a más, de En 1854, estando a cargo de !bsen el verismo histórico, denota su asunto
to; y asimismo en Heiberg, Hettner, Paulsen, fantástico estudiante pretencio- bajo diversos aspectos el Teatro No- una fuerza, arrolladora de fatalidad que
Faye, Hostrup y Hansen; además, re- so. Por la noche suben a la co}.inatradi- ruego de Bergen, donde había dado viene de la tragedia griega y recuerda
velan inexperiencia sus numerosos mo- cional de las hogueras, Paulsen con Ju- su segunda versión de La tumba del una vez más a Shakespeare. La figura de
nólogos y apartes, a la par que la can- liana y Birk con Ana, presenciando o guerrero y La noche de San 'uan, fué a su heroína, realmente grandiosa, empie-
didez de algunas situaciones. Sin embar- imaginándose presenciar las maravillas ver al presidente del comité de direc- za a engrosar la suma de mujeres enér-
1, go, tiene también muchas benezas-entre del solsticio de verano, y se enamoraron ción, Peter Blytt, con un manuscrito. gicas que caracterizarían con frecuencia
ellas, la de1fc¡osafantasmagoria del se- mutUamente, a despecho del enlace con:. Se trataba, dijo, de una obra compues- el teatro del gran poeta norUegO.Muchos
gundo acto--y conserva un típico carác- vénido. Llegada 1a mañana, se desata el ta por un amigo suyo que quería guar- críticos, los franceses sobre todo, se han
ter escandinavo antes que particularmente enredo, y habrá esponsales dobles de dar el incógnito y deseaba que se leyera complacido en ver aquí una influencia
noruego, todo lo' cual implica una suma cada uno y cada una con quien.)e dicta y se, aceptara, en caso de creerlo opor- de Scribe, infJ.uencia harto discutida,
de méritos indiscutibles. A la sazón 'se su respectiva inc).inación, si 119los con- tuno. BJytt la leyó, y le ,entusiasmó su pues siempre supo rayar Ibsen a mayor
propuso el comediógrafo, sin duda, com- cenados. ' contenido hasta el punto de resolver es- altura.
poner un vaudevi/le de estudiantes, como Conforme se advertirá, este desarro- trenarla en seguida. Durante los ensayos, Dama Inger, castellana de Ostraat,
los que estaban en boga por entonCes, y no algo ingenuo de 1a intriga es una cuando corregía a un actor, declam6 Ib- practica a su modo el patriotismo, si-

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quiera siga con los suyos una conducta guerreros de Helgoland, que meditaba desposará a Signa, en tanto que Margit nimo en Bergen, a principios del año
equívoca. Es en secreto madre de un el dramaturgo y no dejaría de escribir a pedirá la paz del alma al refugio con- siguiente, la cual logró bastante éxito,
hijo natural, y a última hora, convencida su hora; pero por el momento le sedujo templativo de un convento. El relato, aun cuando no igualara al obtenido antes
de que va a hacer rey al vástago clan- más 'el desarrollo que pensaba darle contado escuetamente aqui, se adorna por Fiesta en Solhaug.
destino suprimiendo al heredero legítimo con el título de Fiesra en Solhaug (Mon- con episodios que pretenden parecer his- Cesó de gustar pronto a su autor este
del trono, manda matar a su propio hijo, taña soleada),aplazando su primitivo pro- tóricos y éon la grata amenidad de coros drama tan poético, que cierra el periodo
que confunde con el otro, porque la han pósito. Asi se ha servido de la misma atractivos. de obras presentadas por él en su pri-
engañado, tras de sacrificar, hasta cierto trama para urdir una amable pieza mu- Ignoramos qué defectos descubriria mera etapa de) Teatro Noruego, pues
punto, a sus hijas también. El sentimien- sical y una tragedia lúgubre. Inspiraron Ibsen posteriormente en este drama liri- le encontraba nuevos defectos cada dia.
to maternal la lleva al crimen más ho- aquélla, cuya acción acontece al comien- co, para abominar de él tiempo adelante. Más tarde se propuso convertido en
rrendo, y por ser buena madre se convier- zo del siglo XIV,además de las sagas, la 1.0 cieno es que, aun cuando no se acu- ópera, con el título de El pájaro de la
te en verdugo de su prole. historia y la literatura medievales del sara todavia a lo largo de sus escenas monraña, dejándola sin ierminar y des-
Conforme puede verse, Dama Inger pafs. Con veintisiete años de intervalo, la fuene personalidad del autor, posee echándola. para siempre por fin. Se. iba
de Osrraar continúa la fase de entusias- en el prólogo de la segunda edición ex- múltiples bellezas de conjunto y en deta- cansando de la forma romántica y aspi-
mo de su autor por Jos héroes del pasa- pone Ibsen las causas que le movieron lle, que 10 acreditan como una muestra raba a algo distinto, un poco deprimido
do, quizá como protesta contra las mez- a tal preferencia por Fiesra en Solhaug prematura de su inmenso talento y como acaso por la acogida demasiado severa
quindades del presente, y a despecho de "Las canciones populares de Noruega un positivo acierto teatral bajo el aspectode la Prensa a raíz del estreno, sin po-
no constituir un drama perfecto en ab- --dice~, que acababan de publicarse. que busca de ordinario el público exento ner apenas empeño en imprimir el libre-
soluto, se acerca mucho a la perfección, ejerciendo una profunda inffuencia en de complicaciones. to siquiera, aunque 10 envió al Teatro de
sin duda, altísimos valores dramáticos. mi espíritu; los sentimientos que me Cristianía, que no quiso aprpvecharlo.
,~I:!sen,tan exigente de ordi.nario consigo, agitaban entonces concordaban mejor con Hagamos ahora una sucinta reseña de
OLAF UUEKRANS.
estaba satisfecho de si en este ca~o, y el romanticismo de la edad media que la intriga' a guisa de inicial orientación.
para ello le sobraban razones. Hoy su con los hechos históricos, con la forma Cierta noble dama y cieno opulento ha-
ya lejano drama, positiva obra maestra, poética mejor que con )a prosa." De 1850 data el comienzo de esta cendado, representantes de dos familias
sigue en pie de cara al porvenir y re- El asunto en cuestión, al cual se iba obra, cuya trama se supone concebida enemigas en la edad media, deciden re-
siste los más cicateros reparos. a dar doble desarrollo, según hemos in- ya en Grimstad, y que empezó a escri- conciliarse para lo sucesivo casando a
dicado, tiene en este caso Un sabOrfuene birse en Cristianía con el título de La sus dos hijos, el.caballero Olaf y la bella
y casi bárbaro, rodeado de prestigio poé- perdiz de nieve de 'justedal, según roa- Ingeborg. Antes de celebrarse el matri-
FIESTA EN SOLHAUG tico, y los franceses que aquel mismo año nuscrito de dos actos del drama, que monio, conoce Olaf, en un valle perdido,
vieron representar Ja obra en Noruega, iba a tener cuatro, firmado por Bryn- a AJfhiJda, pobre mudlacha ignorante,
Drama .lirico en prosa y verso, con con motivo de una función de gala en joZ! Bjarme y conservado en .Ja Biblio- hija de un músico rústico. enamorán-
profusión de canciones típicas, fué com- honor del príncipe Jerónimo Napoleón, teca de Ja capitaJ de Noruega. Se inspi- dose uno de otro. Ella le acompaña, y
puesto durante el verano de 1855 y se la encontraron de "una belleza salvaje". raba en Jos cuentos populares del P!Ús él abandonará por ella a su rica prome-
estrenó en el Teatro Noruego de Bergen Dos hermanas, Margit y Signa, arruina- recogidos por A. Faye, y particularmente tida; pero las circunstancias le obliga-
a principios de 1856. Constituye el pri- das por la muerte de su padre, aman en e1 titulado 1ustedals Rypen, fácil de rán a abandonar después también a
mer gran éxito de Ibsen, porque le acla- desde la infancia a su primo Gudmund, identificar, como se ve. Tras de haber' AlfhiJ,da,que prende fuego a la casa del
mó el público, siguiéndolea su casa la con quien se. criaron. Parte Gudmund a desistido de su idea durante varios años, perjuro y retorna a su valle. Entre tanto,
orquesta y muchos cspectadores para dar- otras tierras, y la mayor de ambas, Mar- al leer Ibsen las antiguas canciones colec- Ingeborg se fuga con un criado de su
le serenata a la puerta y hacerle asomar- git, se casa mientras, por conveniencia, cionada~ por Landstad, atrajeron con padre, a quien acabará por convencer
se a )a ventana. Poco después lanzaba con un hombre viejo y rico, sin hallar la preferencia su atención la de Ola! Lilie- para que autorice aquel enlace desil;Ual.
contra él la critica una a&surda acusación felicidad en la abundancia. Vuelve el kTans, Úl 'Venganzade la pequeña Kersti A última hora se. condena a muene a
de haber plagiado a Henz, rebatida al .ausente, y revive el amor de las dos her- y alguna otra, que le recordaron el pri- !a incendiaria, y;:éUando va a ser eje-
punto por varios literatos, entre ellos manas por él. Entonces intenta la casáda mitivo asQnto; y adoptando para título CUtada,la salva Olaf, porque decreta la
Bjornson, y más tarde, por el propio envenenar a su esposo. para quedarse el nombre del héroe de la primera de tradicipn que sea absuelta si proclama
autor, quien acabada renegando de la libre; pero lo 'impide ~I. azar, aunque, ellas, compuso una pieza. en tres actos su inocencia y la desposa un hombre
obra, a pesar de Ja calurosa acogida que de todos modos, ha de perecer en una y en limpios versos daneses casi toda, libre y sin mancilla.
obtuvo. pelea el molesto marido. Se arrepiente donde abundan muy felices glosas, ter-. Hay en Ola! Liliekrans una huella in-
Estaba ya la idea del asunto en Los ella de su designio criminal, y Gudmund minada en 1856 y estrenada sin seudó- dudab1e de Eddas y sagas que le pres-

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a Thorolf, instigado y engañado por ella, viejos cantos del escaldo con el ruido
tan su encanto, "habiéndosele señalado, saga", a fin de resucitar por un momento quien al presente se prenda del matador de la marea y de la tempestad; pero
además, otras muchas influencias, hano el alma del pasado. Su héroe, Sigurd, del oso blanco. Sin embargo, no pue- el prudente armador que le dirige ha
discutibles, con mayor o menor funda- constituye una versión del Sigfrido mi- den amarse, porque los separa el abis- meditado maduramente los gastos del
mento. A pesar de todo, Brandes afirma tológico, que, a su vez, quiso exhumar mo de sus contrarias creencias, y ni la viaje, mientras un cuidadoso administra-
que esta producción, un tanto desdeña- Bjornsone en la trilogia Sigurd el teme- muerte logrará unirlos jamás; él irá al dor, descendiente quizá de los Magnus
da en general, ofrece "gran interés psi- rario, y su heroína, Hjordis, reencarna cielo cristiano, y ella tomará parte en o de los Stuve, anota a la ida o a 13
cológico para el critico", y La Chesnais, las valkirias aguerridas de otrora, aun- una cabalgata fantasmal a través de las vuelta del navío su nombre, su salida
en )a noticia que precede a su traduc- que declara Ibsen haberla concebido so- nubes nocturnas... y la naturaleza de su cargamento."
ción francesa, la estima "muy personal". bre el "modelo que la Svanhild de La Rehusada primero por el Teatro Real, Respecto a Los guerreros de Helgo-
Realmente, sin constituir una de las comedia del amar", o sea su esposa. A de Copenhague, y por el Teatro de Cris- land, diée Passarge: "En este drama, el
obras cumbres de Henrik Ibsen, cons- quienes le acusaban de haber transfor- uanía, la pieza se estrenó en el Teatro poeta maneja de tal modo su argumento
tituye una obra digna de encendidos elo- mado en 'vulgares combatientes a los sobrenatural, que el lector acaba por com-
semidioses de Eddas y sagas, contestaria Noruego, de esta última capital, que en-
gios, y no vamos a regateárselos al cabo tonces regentaba Ibseri, en noviembre del prender la estructura de esos espíritus
de un siglo. desde el prólogo de la segunda edición: año 1858. No obtuvo al principio mu- gigantescos." Rubén Daría, en Los ra-
"Mi propósito no era representar el mun- cho éxito, aun cuando suponía un ver- ros, lo define como "rara obra de visio-
do de nuestras leyendas, sino nuestra dadero acierto y un progreso indudable nario." Y a propósito del sentido hu-
LOS GUERREROS DE HELGOLAND manera de vivir en los tiempos anti-
en la factura del dramaturgo, suscitando mano que 10 informa, hace notar Ehr-
guos." Por eso, sin perder el tono, huye las consabidas polémicas; pero tiempo hardt: "No es que del drama haya des-
Como se sabe, un solo asunto sirvió de las altisonancias a 10 Oehlenschlager, adelante alcanzaría un triunfo rotundo aparecido todo romanticismo, sino que
a Ibsen para componer d03 obras muy procurando mostrarse exacto y concien- en diversas escenas y en numerosas edi- está en los accesorios, en las decoracio-
distintas: Fiesta en Solhaug, drama líri- zudo. ciones:'de lectura. Después pretendió su nes y en el vestuario más bien que en
co en el que abundan las canciones lle- Véase cómo se desarolla aquí el asun- autor convertirla en ópera; y para ello la disposición fundamentaJ. COnsiste, por
nas de carácter, con un final antes bien to repetido. Omulfo, viejo vikingo, tie- se puso de acuerdo con Grieg, cuenta ejemplo, en mostrarnos a Hjordis, la
optimista que otra cosa, y Los guerre- ne muchos hijos y una hija, la dulce John Paulsen, siquiera abandonase esta salvaje heroína, vestida tan pronto con
ros de Helgoland, lúgubre drama des- Dagny, amén de otra adoptiva, la bár- idea a Ja postre. De todos modos, se un ropón "negro como con un manto es-
enterrado de una antigüedad difunta, con bara pagana' Hjordis, a los cuales rap- trata de una de las produciones ibsenia- carlata, o en hacerle hablar de una fata-
un final fantástico y simbólico. La dife- tan los guerreros Sigurd y Gunnar. Hjor- nas que se han representado y publicado lidad implacable~ que exige que ella y
rencia entre ambas producciones no está dis ponía de custodio a la puena de su mayor número de veces. No falta quien Sigurd se penenezcan, o de un tro-
sino en la forma de enfocar su conte- cámara un oso blanco, y Sigurd le mató, la juzga una efectiva obra maestra de 'pel fantástico de sombras que oye galo-
nido; pero resultan casi contrarias a la aprovechando una noche tenebrosa, para técnica dramática, recalcando el contras- par a través de los aires con un tintineo
postre por su alcance psic-ológicoy por companir el lecho de )a bravía virgen, te de Ja soberbia Hjordis con la mansa de cascabeles frenéticamente agitados."
el aspecto general de cada una. Reseña- separados por una espada desnuda; pero Dagny. Hay, además, en algunos mo- Para terminar, transcribimos la im-
da ya Fiesta en Solhaug, vamos a rese- al día siguiente le sustituirá Gunnar, así mentos de su desarrollo, una conmovida presión aguda de Trigant-Geneste, tra-
ñar ahora Los guereros de Helgoland, como a él, Sigurd al ladó de la otra evocación de Islandia, patria de los es- ductor francés del drama, que indica:
nueva modalidad del mismo tema, que doncella, llevándoseJasconsigo. Años más caldos, donde ve Carlyle "áspero campo "Las guerreros marcan, en efecto, una
supera, sin duda, a sU antecedente. tarde vuelve el padre de ambas con sus de batalla entre hielo y fuego". evolución en el pensamiento de Ibsen, un
Esta segunda interpretación data de hijos varones, resuelto a vengar el doble Como La tumba del guerrero, este dra- cambio en su manera de concebir el
la época de Bergen, donde se escribió rapto, y no tardan en reconciliarse todos. ma nostálgico canta las postreras proe- arte dramático. Largo tiempo había hala-
en unos meses, punto menos que com- Luego panen el anciano y los suyos, con zas de los llamados "reyes del mar", gado el gusto de. público con un arte
pleta, terminándose en Cristiania, el año ánimo de arrancar de manos enemigas conforme se afianza el dominio del blan- en que se sacrificaba .a pintura exacta
1858. La habían inspirado' poemáticos al hijito de Gunnar, y aquél deja que co Cristo, a quien adora ya Sigurd. Es de la realidad al placer de los ojos y de
textos de ayer, de los cuales se sirvió su le sustituya mientras, en la fiesta subsi- la agonía de un período abolido, y co- los oídos... El aUtor... ha reconquistado
aUtor, no sin alterar un poco la verdad guiente, su propio hijo menor, Thorolf. mentando esta decadencia vikinga, ob- su independencia, vuelve a ser él mismo
histórica para humanizar a los persona- Durante el festín, Hjordis ensalza"a su serva Léouzon-Leduc en uIi'libro sobre e inaugura la serie que encerrará tan-
jes, cón objeto de hacémoslos así asequi- marido con menosprecio de Sigurd, y el Báltico: "El vikingo se ha hecho cal- tas obras maestras."
bles.' En verso, por 10 pronto, afirma acaba por saber que fué éste quien mató culador. Mecido sobre vergas elevadas, el
Bonen-Hansen,. prefirió a poco la prosa al oso la noche memorable. A la vez que marinero escandinavo mezcla todavía los
y utilizó 10 que él llamaba "estilo de Omulfo salva al niño, Gunnar asesina
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LA COMEDIA DEL AMOR Desde el punto de vista del amor, su- ritual y su repugnancia, en fin, por la diera alcanzarla". A poco del esueno,
pone una crítica doble, porque, mien- ruindad de un corrillo chismoso y comi- Magdalena Thoresen, que no estaba muy
Aparte de La noche de San 7uan tras censura el excesó de sentido prác- nero. al tanto de las producciones de su yer-
-cuya acción contemporánea no pasa tico, pretende que no se pierdan los es- Sobre este panicular opinaba desde no, afirmó que la representación la ha-
de simple pretexto para una deliciosa tribos al olvidar este sentido. A la pos- luego el critico Vasenius que los dos bía "subyugado por completo" y le había
rapsodia de leyendas y canciones anti- tre no se denota clara su tendencia, un enamorados de La comedia del amor hecho comprender mejor toda la trama.
guas, bajo el signo de Shakespeare, alre- tanto conuadictoria, la cual iba a des- han. cometido una falta psicológica al Antes de terminar, copiamos la cene-
dedor de El sueño de una noche de concertar a los aristarcos y al público. ~ospechar que basta el ensueño para com- ra impresión que saca de esta pieza
verano--, La comedia del amor es la Sin embargo, a este respecto ha adver- prender lo que exige la vida, y que por Georges Leneveu: "La comedia del
primera obra de ambiente moderno com- tido el propio Ibsen que un autor debe. el ejercicio de la vida, luchando y re- amor, donde estalla la guerra contra
puesta por Ibsen, que la concibió en guardarse de explicar con insistencia sus nunciando, debe esforzarse el hombre la mentíra, es la primera obra donde
1858, empezó a planeada y escribirla propósitos, y "dejar a cada uno el cui- para obtener su dicha, teoría aprobada Ibsen pone en escena personajes mo-
en prosa en 1860, con el útulo de Svan- dado de comentar según su criterío per- por el dramaturgo. Y a propósito de la dernos-los había puestO ya, repetimos,
hild, y la realizó por completo en 1862, sona!". obra, observaría W. Berteval, más tarde: en La noche de San 7uan-. Muy mal
escribiéndola en verso al cabo. Había Enuemos de lleno en 1a inuiga, que "Cuando Ibsen arremete conua Ja socie- acogida, ella será la causa determinante
conuaído matrimonio unos años aUás, y nos transporta a la hospedería de la se- dad, escribe mucho menos para conver- de su destierro voluntarío, dos años más
a causa de sus fracasos en el Teauo de ñora Halm, quien ha casado a dos so- tirla que para aliviarse; si pone así de tarde. Es realmente la comedia del amor
Bergen, estaba algo desanimado, des- brinas suyas con pupilos del estableci- relieve las incongruencias del mundo, no en .toda su ferocidad y toda su desola-
confiando de sí mismo inclusive. Quizá miento y tiene por casar otras dos: Ana es porque piense remediarlas, sino por- ción. Nada nos muesua mejor el fasti-
convenga señalar como antecedentes de y Svanhild. Enue los huéspedes de la que Je han conmovido por lo pronto sus dio y la viudez de todas esas frases hue-
esta pieza, por lo que atañe a conceptos casa se cuentan. el poeta Falk y el estu- , despropósitos Y.ha estallado su indigna- cas y convencionales que los hombres
estéticos,los poemas En el museo,Vida diante de teología Lind. Uno de los ción ante ellos." cruzan a través de la tradición para ilu-
primaveral y Sobre las alturas. . personajes, el pastor Straamand, acredi- La comecha del amor no se represen- sionarse sobre la pobreza efímera de sus
Tenía en plan de ejecución el drama tó dotes de ga~ soñador en su juven- tó inmediatamente; apareció primero en sentimient03, sin aueverse a mirar la
histórico Madera de reyes, que conti- tud, y al cabo de años, cargado de hiias, volumen, provocando COnsu modernidad verdad cara a cara."
nuaría después; pero de momento hubo sólo piensa en subvenir a las necesidades prematura fuenes discusiones que tuvie- Obra de precursor, algo pesimista e
de interrumpido, obseso por la preocu- de su hogar; otto, Guldstad, solter~n ron su resonancia, y se vendió bastante. impregnada de profundo sentido huma-
pación de su nueva comedia. "Si algún .acaudalado y egoísta, se revela una espe- Desconcertada, dedujo la critica que el no, esta comedia, que asustó hace casi
autor ha necesitado desembarazarse de cie de filósofo epicúreo. Todos ~precian autor había espigado, para simples deta- un sigl,o, no asusta hoy, por supuesto,
una impresión y de un asunto-dice-~ el amor de un modo utilitario, salvo Falk, lles, en Camilla Collet, Kierkegaard, Pa- siquiera no se haya adelantado mucho
tal ha sido mi caso cuando me dediqué que ama a Svanhild, quíen, a su vez, ludan-Muller, Botten-Hansen, Holberg, desde entonces en diversos órdenes; ni
a esta obra." Para la protagonísta, por le ama, mientras Lind, haciendo con- Vergeland, Heiberg, Hosuup, y aun quí- asusta ni se aueve nadie a vituperarla
lo visto, tomó rasgos de su esposa Su- cesiones, se desposa con Ana. Gulstad, 1iO discernir reminiscencias de Moliere como en su época, sin que, a pesar de
sannah, y todos los personajes se inspi- prendado de Svanhild asimismo, habla y de Rousseau. A raíz de su publicación, todo, resulten ahora ociosas sus teorías,
ran más o menos en ouos vivos, así en nombre de la razón a ambos amantes, ~oncluyó el periódico satírico Vikingen: por cieno. Y en cuanto a su esuuctura,
como a lo largo del desarrollo hay alusio- los cuales deciden separarse: ella, por- ., j Pobres actores los que la interpreten, no obstante el diálogo versificado en el
pobre público el que Ja vea y pobre idioma original, conserva la prístina lo-
nes a sucesos recientes que le ínfunden que sabe que él no la amará siempre,
una atmósfera contemporánea. sin tardar en ir a un casamiento de con- autor el que la ha escrito!" Varias veces zanía y ofrece actualidad perenne aún,
Conforme puede verse, el autor cesa veniencia con el ríco, y él, .para prose- se intentó llevarla a distintos teauos y porque no llega a rezagarse del presente
aquí de acusarse exclusivamente román- guir por el mundo su misión poética. 1iiempre se desistió por miedo, encon- nunca bajo ningún aspecto o de alguna
tico y se vuelve de espaldas al pretérito Hemos dicho que aqUf había prescin- trándola hano inmoral y audaz, hasta manera, lo que posee en sí algo de in-
durante algún tiempo para observar y dido Ibsen de su romanticismo, y dan- -que, por último, fué puesta en escena monal. ...
analizar la vida circundante, iniciando a do de lado Jas contradicciones apunta- el año 1873 y logró un franco éxito,
acerca del cual hizo notar el director del MADERA DE REYES
fondo su teatto de ideas. La comedia del das, el aseno no parece exacto en abso-
amor, sátira de costiunbres, constituye luto, sino por'o que se refiere al culto Teauo de Cristi3nia, donde se estrenó,
una protesta conua la vulgarídad y el del ayer, puestomanticas se manifies-. Ludvig Josephson, que la obra "alcan- Aunque asegura Ibsen que tardó sólo
prosaísmo reinantes a la sazón en el tan su postura de"desdén a lo mercan- -zó taJ popularidad, que el mismo Ibsen seis semanas en escribir esta obra, se re-
país. til y vulgar, su apología-de) goce espi- no había soñado acaso nunca que pu- fiere, sin duda, a Ja materialidad de darle
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forma, pue:!1.0que él mismo declararía constituir con originalidad pasiones y sen- es una apología del rey que tiene el don Haakón es un modelo de personalidad
en distinta ocasión que estuvo madurán- timientos humanos, ajustándose a lo que de la realeza, no por imperativo de su vigorosa."
dola varios c:ños. Desde 1858, en efecto, recomiendan la ciencia y la experimen- estirpe, sino por imposición celeste, o Con Madera de reyes termina Ibsen
tenía ya pet153do el asunto, para el cual tación. sea, del verdadero ungido de Dios. su ciclo de dramas históricos escandina-
se documentó en la Hisroria del pueblo Para acreditar el derecho que le asiste A! publicarse el drama, la critica no- vos de carácter romántico y patriótico,
ncruego, de P. A. Munch, en la saga a Ja realeza, Haakón Haakonson somete ruega no llegó a comprenderlo muy bien, dentro del cual constituye aquél uno de
del rey H=kón, y en otras' distintas; sin vacilación a su madre a. la prueba evidentemente; pero tampoco 10 acogió los mejores; pero parece que empieza
pero hubo de interrumpir este trabajo del hierro ígneo, triunfando de la misma con apóstrofes violentos, como había aco- a no bastarle ya la historia, porque, sin
preparatOrio para dedicarse de lleno a ella; pero aún tiene en contra suya al gido La comedia del amor. Meses des- duda, necesita una rea1idad más actual,
La comedia del amor, cuya idea le ob- yarl Skule y al intrigante obispo Nico- J pués, a raíz de su estreno, tuvo la vaga más tangible, más viva...
sesionaba, c.omo se ha referido, sin re- lás Arnesson. Profesa el ideal de la uni-
anud'lrlo ha~1a 1863. De algo antes da- dad del reino y le posee el sentido pro-
I percepción, aunque sin confesarlo a las
claras, de que se hallaba en presencia BRAND
tan su matrimonio y su instalación en videncial de su misión, que le hará des- de una auténtica obra maestra, la obra
la capital a raíz de terminar su con- atender a la abnegada Inga y rechazar maestra que constituye en realidad, y Brand, la obra más trascendental de
trato con el Teatro Noruego, en Bergen. a la mujer amada. Casado con la hija con los años, iba a contarse entre las pie- Ibsen desde el punto de vista filosófiéo,
Estaba el drama en prosa, si bien no en de su rival el yarl, colma de mercedes zas de Ibsen que han alcanzado mayor equivale a un fruto deJ Norte que ma-
el llamado "estilo de saga", sino en un a éste, sin lograr impedir que se le número de representaciones en su país durara prodigiosamente bajo el cielo
lenguaje menos altisonante dentro de oponga, instigado por el obispo, hasta el y en otros. abrasador del Med¡odia. Concebida antes
su elevación,. y no dejó de sorprender punto de llegar a proclamarse soberano De ella dijo, primeramente, el profe- de salir del país, durante el viaje que
su título, donde se exhumaba la palabra por su cuenta.. Vencerá Haakón, pues es sor Monrad que era "un verdadero en- efectuó por Noruega con un móvil lite-
obsoleta Kongsnnnll, explicado opornina- el elegido de Dios, hecho con. "madera ..."
riquecimiento para nuestra literatura". rario oficial, el recuerdo y quizá el con-
mente en nota al pie de la traducción. de rey", .y el yarl acabará por com- Como "esperanza contra duda", resume traste exacerbaron una visión material y
Se estrenó al comienzo de 1864, en Cris- prenderlo, sacrificándose a última hora, su argumento Halvdan Koht en su libro espiritual que de lejos revestía insospe-
tianía, con un éxito inferior al que iba con su hijo natural, al principio del dere- consagrado at dramaturgo Rubén Darío, chada agudeza. Empezó a componerse co-
a obtener más tarde, dejando un poco cho divino, que asimismo acata la esposa coincidiendo con Leneveu, opina que mo poema narrativo-elllamado "Brand
decaído el ánimo del autor, hasta el ex- del vencedor, siquiera haya costado a su esta producción "tiene que haber influi- épico"-, DO tardando en dársele forma
tremo de que llegó a desconfiar de si padre y a .su .hermanastro la vida. do muy directamente en la forma dialo- escénica, sin estar destinado en princi-
una vez todavía, según se desprende de En el drama, que no carece de ciertas gal característica de. MaeterJinck en sus pio a la escena, por lo demás. Aunque
su poema En el museo, poema de des- drama~ simbolistas". Y no falta quien no se publicaría hasta marzo de 1866,
aliento. intervenciones sobrenaturales, ~uede ad-
vertirse cómo apunta la idea ~ezscheana cree .que sugirieron la exhumación y ter- acabó de escribirse en Ariccia el verano
Así como Los guerreros de Helgoland del superhombre, el hombre capaz de minación de este alegato dramático' los del año 1865, y resolvió enviar su ma-
resucita la Noruega del siglo x, Ma- salvar por sí solo a un pueblo, y de nue- a~ntecimientos de 1864, cuando Prusia nuscrito el .dramaturgo al editor Hegel,
dera de reyes la evoca en el siglo XIII, vo, ante la ruindad presente, se refugia y Austria forzaron a Dinamarca a pres- de Copenhague, quien se apresuró a
de . cuyo ambiente se empapó a fondo el poeta en las gestas del pretérito, mo- cindir de Schleswig y Holstein, sin re- aceptarJo, en vista de sus excepcionales
Ibsen para condensar en cinco actos die- vido de un prurito romántico, por 10 parar en la fecha de publicación, ante- méritos.
cisiete años de historia y sentírla antes que atañe aJ aspeCto ideológico; ade- rior a los tales acontecimientos... La figura del héroe, con sus colosales
con intensidad. A este respecto, afirma más, seguía la corriente, pues con asun- Ehrhardt adivina en esta obra un es- dimensiones, llena por sí sola este poe-
en un rasgo de honradez literaria: "To- tos análogos se escribieron entonces no bozo de sistema moraJ, y observa en un ma dramático, que no podía titularse más
do 10 que he producido acusa su origen pocas tragedias de este género. En cuan- estUdio acerca de sus particularidades: que Brand, cuya palabra significa "fue-
en una impresión y una situación vivi- to al aspecto psicológico, hay, aparte del "El poeta aborda ahora una cuestión so- go" , y a su lado palidecen las otras
das; jamás he escrito nada porque hu- rey Haakón, personajes tan interesantes bre la cual voJverá tantas y. tantas ve- figuras det drama. Contribuyeron a la
biera "encontrado un buen asunto", con- como el indeciso Skule, el diabólico ces: la cuestión de la personalidad hu- creación del tipo remembranzas de aquel
forme se ha dicho." Por ejemplo, para obispo Nicolás y la dulce Margarita. mana. Según éJ, la esencia del hombre pastor Lammers~' Savonarola septentrio-
el. personaje de Inga, madre de Haakón, Se ha entrevisto en la obra una indu- está en la energía moral. Cada uno debe nal que conmovió las almas piadosas de
confiesa que se inspiró en su propia ma- dable influencia de Shakespeare y se ha proponerse un móvil en' su vida y per'; Skien en vísperas de su disidencia, y
dre, y sigue la máxima preconizada por creído ver una problemática influencia seguir este móvil con obstinación. La como antítesis, el filósofo danés Soren
Brandes de "avergonzar al tiempo" (ar de Scribe. Sobre ser una manifestación incertidumbre disminuye al hombre y le Kierkegaard; asimismo se había inspi-
skamme Tíden ud), consistente en re- de fe en la voluntad, Madera de reyes hace incapaz de. ejecutar altas empresas. rado Ibsen en el pastor Barman, de Hel-
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lesylt, y en el misionero H. C. Knud- Podriamos añadir que. aquí no se ha in-
A propósito del grandioso asunto, ob- sobre todos los seres y todos los obje-
~en, conocido accidentalmente en Bergen; serva Leneveu: "En Brand se ha pin-
más tarde, ya en Italia, le sugirió deta- ventado nada, siquiera una imaginación tos, y les presta una apariencia de símbo-
genial lo haya transfigurado todo en ma- tado Ibsen a sí mismo; es su naturaleza los; es tan complejo, que llega hasta
lles para su protagonista Christopher la que ha imbuido al sacerdote, que
Bruun, con quien tuvo cierta cordial fre- yor o menor proporción. Y según ya se a contradecirse a si mismo, y el final
cuentación. En el fondo, la verdadera ha dicho, la primera idea del drama es- recuerda al pa3tor Lammers, aquel agi- de Brand parece una refutación de!. dra-
fuente inspiradora es el duténtico Hen- taba en el poema Sobre las alturas. tador al aire libre, como le había de- ma entero... Por desgracia, se ha queri-
rik Ibsen, a la sazón un Ibsen intransi- Brand personifica el espíritU religio- signado en oposición con Soren Kier- do atenerse a la letra de los símbolos,
gente y puritano, roído de anhelos ren- so, duro e insobornable del hombre kegaard-agitador de cámara-, sacerdo- resolver las contradicciones, y así se han
corosos contra su pueblo. Luego diria íntegro, aunque equivocado, a juzgar te danés también en su juventud, quien, creado alrededor de Brand la incompren-
que Brand implicaba una obra "mucho por el final; es el sacerdote que fumo- con Grundlwig, atacó el dogmatismo de sión y la confusión."
los protestantes, proclamando el co- y Fierens-Gevaert indica: "Todo un
más objetiva de lo que parece"; pero la a su concepto de Dios no ímpona mienzo de la cordura en el temor, se-
no conviene desdeñar su declaración de qué-madre, mujer, hijo-, mientras no arte nació del cristianismo; todo un arte
que "Brand soy yo en mis mejore~ mo- deja de inmolarse por su parte. 1.0 exi-
mentos".
gún Kierkegaard, y en Cl amor, según podría nacer del neocristianismo que
ge todo o no quiere nada. Le faltan Grundlwig." anuncia Ibsen en Brand. Guardémonos,
y por lo que se refiere a todos los flexibilidad, humana sensibilidad, y ha- Charles Sarolea. se expresa así res- pues, de condenar al poeta escandinavo"
interJocutores del drama, argüía, según ce desgraciados a los suyos, sembrando pecto al caso: "Intente el lector repre- porque contribuye a nuestro perfeccio-
namiento mora!."
cuenta un biógrafo: ''Los personajes de el mal en tanto que pretende sólo sem- sentarse este largo poema, con sus ver-
sos enérgicos, punzantes, cargados y aun Estos juicios se han emitido con al-
Brand me obsesionaban día y noche, me odios brar el bien, despenando antipatías y
quitaban el sueño, me rodeaban como sin cuento. Por último, ya acaso sobrecargados de pensamientos, amalga- guna posteridad a Ja aparición del dra-
seres reales, y para mí, existían realmen- desequilibrado, se une a la demente en .t. mando la filosofía más abstracta con la ma. No obstante, a raíz de publicarse, ya
te. Yo los sentía en tomo mío. Eran busca de una iglesia 'ideal y perece tragedia más sublime...; imagínese, ade. despertó el interés de Ja crítica, no muy
pensamientos que cobraban existencia." bajo una avalancha de nieve por volun- más, la escena en que se desarrolIa el de acuerdo para ensalzarlo. Así armnaba
En cuanto a los que acompañaban a servir tad del Dios a quien no ha cesado de sombrio drama: nieves eternas, preci- Brandes que, "acabada la leCtura, se ex-
a su modo. picios gigantescos, fiords, revueltos por la perPnenta una emoción abrumadora de
Brand y le dan la réplica a 10 largo del En este drama extraordinario se acen- tempestad, y no tendrá sino una débil haber estado frente a frente con un ge-
diálogo, sirvieron de modelos criatUras túa la apología de la voluntad, iniciada
encontradas en la vida. Por ejemplo, en Madera de reyes, y de la indivi- idea de esta obra, única quizá dentro de nio indignado cuya mirada penetrante
su género en la historia literaria. Hay, obliga a la malicia a bajar los ojos."
la madre tiene su origen en una vieja dualidad, así como de la vocación. sin embargo, una a la cual .se podría Botten-Hansen, por su parte, se ocupó
avara de quien supo durante el citado "
viaje; Gerda fué sugerida por una tal Brand, pastor implacable en SU/ngoris,", comparar con algún provecho: Brand con extensión de "este poema medio apo-
Ingeborg, jovenzuela loca que llamó su mo del deber, se denota capaz de con- es La Di'VÍnaComedia del Puritanismo y caUptico, medio profético." Sigurd Host
ducir un pueblo, canta la epopeya del
atención entonces; Ejnar, en ,su segundo renunciamiento ofrece con Dante el más asombroso pa- lo consideraba "independiente de todo
aspeCto, delata determinados rasgos del transigencia, y aparadójicamente,'
la vez que de la in-
de la
ralelismo al Jada de 'díferencias menos
IIamativas."
modelo literario a un grado raro." Y el
propio Lammers, e Inés se asemeja a piedad despiadada. Lo que él pide profesor noruego Gerhard Gran diCtami-
Thea Bruun, hermana de Christopher. es He aqui lo que opina W. Berteval: naba: "Brand es la figura más viva de
Esto aparte, cada uno de los susodichos lo que pide Ibsen a sus compatriotas. ''En ninguna parte son más evidentes nuestra literatUra; si se quiere medir la
personajes, a su vez, denota algo de Disgustado por la hipocresía y la mez..: las ~ntenciones del autor que en esta
pieza. ¿De qué proviene, pues, que para
vida de una creación de, poéta por la in-
tensidad con la cual vive en el alma de
Ibsen, que de cuando en cuando les quindad de la religión Ímperante, que
infunde numerosos detalles de su fiso- se ahoga en las capillas, la reetitUd del muchos inaugure en la 9bra del maes- la nación, ningún ser de la literatUra no-
nomía íntima. sacerdote desea erigir un vasto templo tro una era de. extrañeza y de oscuri- ruega puede comparársele."
dad? Obedece ello, sin duda, a que
Si de!"paisaje hablamos, está visto y para su Dios magno e inexorable, ca- ~d es precisamente un ideal, un ser
En efecto, el pueblo se aprendió pron-
to de memoria muchos versos de la obra,
bien visto en la lejana patria, desde el minando sólo en pos de su quimera,
día en que impresionó al poeta el lace- que acaba por no satisfacerle tampoco, ab$oluto, Cuyos altaneros puntos. de. vis- que alcanzó una resonancia máxima, y
rante espeCtáculodel presbiterio destruí- y a elIa 10 sacrifica todo; pero ''hay ta nos cuesta algún trabajo compartir. aun tuvo como Cobsecuenciauna novela
. .do pOr un alud, hasta la salvaje grandeza una cosa que no se puede sacrificar ,Nosotros somos hombres, y. no siem- de la escritora Laura Kieler, Las hijas
de montañas y ventisqueros, admirada -adviene el conde Prozor-, y es su pre sabemos distinguir 10 sóbrehumano de Brand. Se comentó en el púlpito in-
después, un cuadro de los cuales iba a yo, su ser interno. La vocación es un de Jo inhumano. Al caso contribuyen
más aún cuestiones de forma... Es alli
clusive, y sublevó privadamente a Bjorn-
tormento que no se puede rechazar,
suscitar la idea de la iglesia de hielo. vallar son, quien nO atinó a entendeda hasta
ni restringir." tan vasto el pensamiento, que irradia largos años más tarde. Además, con-
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concluir por )0 que empezó y extinguirse buye al drama influencias de Heigerg,
viene señalar que, si bien no se escribió terionzando un alma no menos .ligera \ al cabo en el punto de partida. Kierkegaard, Oehlenschlager, Holberg,
esta obra para la escena, a pesar de su y evaporada que simpática, un alma sin Rowel y Botten-Hansen, además de la
estructura, como se ha dicho, la han re- alas que da brincos grotescos para con- Mecieron la cuna de Peer Gynt las del Fausto, de Goethe, y la obligada y
presentado total o fragmentariamente va- vencerse de que vuela. Escrita durante canciones fantásticas de su madre Asa. honrosamente innegable de Shakespeare
rios teatros del mundo. En cambio, no el verano y el otoño de 1867 en Ischia, I y la historia del ágil y gracioso aldeano. una vez aún; acaso ayudaran también
se acertó a discernir con exactitud su co- Casamicciola, Sorrento y Roma, bajo el pobre ayer, rico hoy y ni rico ni pobre a la formación del tipo Vinje, Ole Bull,
lérica indole nacional, habiendo desorien- cielo azul de Italia, igual que la ante- mañana, compondrá una.jéerie exquisita el político Larche, un tal Moller, que
tado su espíritu religioso, más o menos rior, esta obra tiene un dinamismo y una que termina al son de otra canción, des- contaba sus ilusorios viajes, y cierto par-
recogido de la Biblia en hondas aprecia- sana alegría de que la anterior carece, I
pués de haberse debatido entre duendes
ciones. Otros la calificaron de drama sim- cual si la dulce annósfera latina hubiera
bOlista, sin ver que sólo era un drama influido ya no poco sobre el espíritu del
con algunos símbolos. La última frase poeta, y sin dejar de acusarse fundamen-
de Brand, algo desconcertante y enigmá- talmente noruega, lleva en sí el reflejo I

tica, ha intrigado a partir de su publi- de un so} distinto al sol de medianoche.


cación, y todavía la explica a su guisa Sin duda, la inspíró un septentrional país
cada exegeta, mientras de todo este ba- de consejas y leyendas, y supone, en rea-
rullo se alza triunfante por .encima de lidad, un cuento sugestivo, cuento de
las generaciones el poema Inmortal que las nieves, narrado entre los esplendores
no podrá olvidarse nunca, a despecho de del lujuriante Mediodía.
sus indiscutibles defectos y de sus pro- La figura que anima este drama poé-
bables deficiencias. tico, urdido todo, a la manera de Brand,
A manera de cOnclusión, subrayare- en tomo a su personaje central, implica
mos que Brand, primera obra de Ibsen un héroe funambulesco y rebosante de
en Italia, es a la par su primera obra ex- alocada mocedad que piruetea a lo largo
clusivamente personal, y para una in- de cinco actos aírosamente versificados.
mensa mayoria, la mejor debida a su donde hay epísodios chuscos, de los cua-
pluma, con Peer Gynt. que le sirve de les se extrae una filosofía humana, junto
complemento. Séalo o no, cabe asegurar a otros episodios entemecedorcs. Ni bue-
que contituye una producción sin seme- no ni malo, y un tanto amoral, ra Peer
janza, cuya importancia sorprendente y Gynt por la vida buscándose a sí mis-
casi aplastante va a ratos más allá de la mo, y jugueteaba con ella, sin cesar de
receptividad y de la comprensión hu- manifestarse a la vez un curioso jugue-
manas. Se requiere la' fuerza misteriosa te de la vida misma. Creen hallar en él
del genio para ascender a tan ingentes algunos criticas una especie de carica- Dos páginas del /ibrelo de "Peer Gynl".
cimas del pensamiento y del sentimiento tura de Brand, y así se identifica. en
universales. efecto, una caricatura genial y encanta- .anchin danés que murió en Italia cerca
dora; por otra pane, no falta quien y .locos, objetos hechizados, seres sobre- de1 dramaturgo. En puridad, éste llegó
PEER GYNT osa compararle con nuestro Don Qui- naturales y símbolos de muene que bai- a sentir1e dentro de sí y se compenetró
lan alrededor suyo una zarabanda con-
jote, cayendo en positivo error, pues el tradictoria y epiléptica, en cuyo centro con él, otro tanto que antes se había
Como contrapartida, anútesis y como insensato hidalgo manchego denota un autoanalizado en Brand, tan mal com-
plemento que es de Brand, conforme fondo de seriedad que el aventuréro describe él gritos de mariposa embria-
gada... prendido. Por lo de]Dás, declara que tie-
hemos apuntado, Peer Gynt resulta una noneño DO denota en modo alguno, ne algo de su propia madre J.amadre de
. Parece que a Imes de! stglo XVIII exis-
concepción algo burlesca del pueblo no- por más que posea un tesoro de distin- tió' un auténtico Peer Gynt, de quien Peer Gynt, de su. propio padre el difunto
ruego, aunque sin ninguna acrimonia. tas cualidades. Desenfadado y atolon- relatan las hazañas Absjorsen y Moe, en padre del pintOresco mozo, y que en el
Brand encarnaba las. virtudes que, a drado, nunca atinará a formular un ideal.
juicio' de Ibsen, debía tener esa nación, mientras sigue el. revoloteo de su capri- las . cuales se inspiraría algo Ibsen. así tranScurso del desarrollo abundan re-
cuerdos de su niñez, con evocación de
y Peer Gynt encarna' sus efectivas carac- cho indeciso; ha podido llegar a todo, y como quizá en el Adam Homo, de. Pa- muchas personas bien reales. El hecho
teristicas, siempre a juicio de Ibsen, ex- en resumen, se quedará en nada, para ludan Muller, y por añadidura, se atri-
S'l
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es que le había atraído 'su Tartarín casi su excursión por Africa en el manico- 1 y en las horas de prueba y de acción tema es muy antiguo. Salido del corazón
. ..
hiperbóreo y que "Ibsen se divierte con mio del Cairo, donde en breve le pro- decisiva, ha acunado sus preocupaciones de los hombres, de sus aspiraciones más
Peer Gynt", según frase feliz de La Ches- claman los locos emperador suyo. Viejo contándose historias." intimas, ha penetrado la leyenda cris-
nais. ' de edad, siquiera no de genio, naufraga y opina W. Berteval, por su cuenta: tiana y en ella ha introducido la imagen
iPeer Gynt 1... Vedle primero embro- en aguas de Noruega, y extraviado por "Cienos aforismos, ciertas expresiones, de la divina auxiliadora, de la Virgen sin
mando cariñosamente a su vieja, para encuentros un tanto diabólicos, va a pa- repitiéndose con insistencia, dan la per- tacha, de la Madre del Hombre."
la cual inventa o adereza épicas mentiras, rar a la vetusta cabaña en que aguarda petua impresión de que las locuras de Cuando se publicó por primera vez la
y vedle luego, borracho, cuando rapta a Solveig... Retorna arrepentido, y ella Peer Gynt no están allí únicamente para obra, a fines de 1867, la critica noruega
una novia el día de la boda, abandonán- le dice que no tiene nada de qué arre- divertimos, y <;leque, bajo esta fantas- la acogió con alguna reserva, sin atre-
dola al punto. Aill conocerá a Solveig, pentirse, que ha llenado de encanto su magoria de cuadros bajo este desbor- verse a negar sus méritos, empero. Por
que le impresiona por su recato, y a tranquila existencia de novia paciente, damiento monstruoso de bufonadas, el su parte. no dejarían las críticas danesa
quien impresiona él por todo lo contra- convirtiéndola en un verdadero poema. autor esconde toda una filosofía. Pero y alemana de aseverar que el protagonis-
rio, sin tardar en olvidarla asimismo de Peer Gynt se adormila para morir sobre esta filosofía, que debiera constituir la ta compendiaba en si la idiosincrasia del
momento. Le hallaremos después en la el suave regazo, y Solveig, para mecerle, unidad de la obra, se escabulle cada vez carácter noruego, conforme otros críticos
montaña, donde le esperan diferentes sor- entona una de esas canciones con que que creemos encontrada. Cuando tiene se esforzaban por discernir en el asunto
presas, picarescas unas, estrafalarias otras, se arru1la el sueño de los niños. la apariencia de un pensamiento es infa- numerosos simbolismos efectivos o dis-
y más tarde, a través de un sueño, se Sí, Ibsen ha querido contamos .aqui liblemente comprendido y aplicado al re- cutibles. Con el tiempo, al estrenarla en
debatirá entre brujerías, saliendo de esta un cuento de su país, definido por el vés por todos los personajes de la pieza, el Teatro de Cristiania en forma de ópera
pesadilla para bregar contra unos entes alemán Passarge como "folklorista y y, en particular, por ese incorregible musicada por el gran compositor Ed-
mágicos, a los que dispersa la pura evo- cuentista"; cuento maravillosamente ab- Peer Gynt, cuya imaginación deforma vard Grieg, obtuvo un éxito rotundo de
cación de la pura Solveig. Hele aquí surdo, con sus conclusiones espirituales todas las cosas, cuyas palabras son a público, dedicándole la prensa reseñas
ahora, desterrado en el bosque, ante y con su moraleja al final, no exento de rat03 las de un pedante y cuyas accio- un tanto ambiguas y hasta hostiles. Des-
una cabaña que acaba de construir, a melancolía, en cuyo desarrollo se cru- nes siempre las de un gran niño terri- de entonces ha continuado interesando al
cuyo abrigo viene Solveig para quedarse zan y atropellan las ideas, que despiden ble." mund9 este asunto dramático que una
al lado del galán el resto de sus días; chispazos a intervalos. Se trata de algo Pero no hablemos sólo de Peer Gynt, enorme pluralidad estima cual el mayor
pero un remordimiento repentino le hará muy poético, mezcla de verdades y em- olvidando a Solveig, que perfuma todo acierto de Ibsen, y recientemente, sin ir
huir y engañarla diciéndole que volverá bustes, "delicioso a veces de fantasía el poema con el aroma de su alma ni- más lejos, se ha hecho en Oslo una
en seguida y que le aguarde. Aparece irónica", observa el profesor Gustave vea, primero pasando por la escena con nueva versión del mismo con cierta par-
a poco, de improviso, junto al lecho de Lanson. Y el conde Prozar ,lo juzga el libro de salmos en la mano, luego titura moderna que hubo de producir
su madre moribunda, y endulza los últi- "obra de juventud nacional, no de ju- acompañando desde lejos por medio del verdadero revuelo.
mos momentos de la mujeruca con una ventud individual, como han 'entendido recuerdo al buen mozo errabundo, des-' Peer Gynt cierra el ciclo de poemas
farsa dislocada, jugando a que caminan algunos". El autor, que tenía entonces pués invocando su nombre mientras en- dramáticos integratlo por La comedia del
hacia un mirífico palacio en un vehículo treinta y nueve años, ha soltado la brida vejece paulatinamente, y por último re- amor-que puede considerarse como el
que es la cama al galope de un brioso a - su numen, y su numen corre por sí dimiéndole y disculpando su conducta prólogo-, Brand y este drama poético.
corcel que es el gato, y la anciana "muere solo, provocando una magia dionisíaca, farandulesca de juglar. A propósito de que constituye su digno y fulgurante bro-
sonriente, casi sin enterarse.". Al cabo exuberante de salud, casi optimista, de 10 que significa Solveig en el drama che.
de los años nos le tropezamos en la risas mojadas por lágrimas, con la que, señala con notorio acierto el citado con-
. costa de Marruecos, convenido en dan- afirman muchos, ha pretendido descan- de Prozor: "Hallamos ahí una influencia LA COALlClON DE LOS 10VENES
dy y dueño de un yate, tras de enrique- sar de dramas lúgubres. A este respecto, católica muy pronuilci!lda; figuras d~
cerse como negrero y como dístribuidor advierte Charles Sarolea: "Noruega y pesadilla que nos hacen reir a la par Durante el estreno de esta célebre co-
de objetos piadosos, mientras Solveig le Dinamarca son... la tierra clásica del que estremecer, y cada una de !,as cua- media, que no fué realmente demasiado
espera todavía en un rincón del None, cuento y del mito... En ninguna pane, les representa una pasión o un vicio... tUmultuoso, se escucharon bastantes sil-
a la puerta de su cabaña, hilando y can- ni aun en la India, existe una floración una debilidad o una llaga escondida en bidos entre el público; pero en la se-
tando... Perdido .en el desieno, se pren- tan rica del mito bajo .todas sus formas... el fondo de nuestra naturaleza, y que gunda representación se produjo un albo-
da de una joyen mahomc;tana que le Ningún pueblo ha sabido dar cuerpo tan reconocemos. En fin, detrás de los tras- roto tal, que hubo que apagar las luces
toma por el Profeta y le robará a la pos- bien a las creaciones de su imaginación' tornos y de los terrores, deséUbrimos un para dominarlo. Por último, durante la
tre. Interroga a la estatua de Memnón desordenada. Desgraciadamente, ha per- humilde retiro de apaciguamiento, de tercera, hicieron. los agitadores un su-
"Ya la esfinge de Gizeh, para rematar dido por eso el terreno de la realidad, perdón y de amor.. . Ya se ve que el premo esfuerzo, y en 10 sucesivo iba a
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representarse sin incidentes hasta quince de escena por fin, un tanto corrido, mien. I
~ serie de asuntos modernos insiniJada ya dulzura del cristianismo y ha edificado
veces seguidas, lo cual suponía a la sazón tras alguien augura que llegará a mi- j en La comedia del amor, a despecho de con su conducta. Amigo de Gregario- Na-
algo extraordinario tratándose de una co- nistro dentro de unos años... su apariencia lírica. Entre varios panicu- cianceno y Basilio de Ccsárea, santos
media larga. Con el tiempo re3ultó un Con las excepciones de La comedia lares de otra carta, ahora a Brandes, ambos después, en Grecia empieza a se-
éxito como no lo había conocido hasta del amor, del propio Ibsen, en verso.
I
anuncia el mismo Ibsen: "En mi nueva ducide el hechizo del paganismo, impe-
la fecha Ibsen, quien viajaba por Egip- y de Los recién casados, de Bjornson, comedia encontrá usted la vida cotidia- lido, además, por el mago Máximo, cuya
I
to, invitado a la apenura del canal de no solían representarse entonces en los na, banal, sin fuertes emociones, sin im- sapiencia le impresiona. César un dia,
Suez, 'y escribía a un amigo, al enterarse teatros noruegos piezas nacionales de presiones profundas, y, sobre todo, sin ante el traicionero comportamiento de
del escándalo: "La acogida hecha a La asunto contemporáneo, salvo algunas de pensamientos aislados... Está en prosa y, Constancia, se proclama o le proclaman
coalicián de los jóvenes me regocija ambiente campesino. Y La coalición de por consiguiente, es de un recio color al cabo emperador; cristiano un día,
mucho; estaba yo preparado a la oposi- los ióveMs, por añadidura, era una co- realista." ,
empieza a dudar pronto y se pronuncia
ción, y me habría defraudado que fal- media satírica, arrancada del natural, con Además de estar en prosa, se denota por e. paganismo al cabo. Es apóstata;
tara." no muy buena intención y de tendencias quizá un poco prosaica, y constituye algo pero en su apostasía obra de buena fe y
La obra era un alarde verista de or- no muy progresivas tampoco, cuyos per- apane, sin par en la producción total de aspira sólo a un puro ideal. Ha sufrido
den político, sin mayor mérito literario, sonajes todos y cuyos lugares estaban ins- Ibsen. Su mayor acieno psicológico es antes una verdadera tonura del alma,
en puridad, que el de la exactitud del pirados en personajes y lugares reales. la mentalidad del desaprensivo Stens- y cuando se convierte, .0' hace porque
diálogo y el de su fina observación, ma- Así, el punto de Ja acción es Skien, por gaard, donde existe más sinceridad de así se lo dicta su conciencia, pretendiendo
tizado de un tono satírico y algo cruel, ejemplo, y para el protagonista se ha- la que parece, puesto que en toda oca- resucitar la belleza antigua, alegre y lu-
donde creyeron encontrar los leCtores y bía documentado el autor en un tal sión le mueve un asomo de buena fe, minosa, al mirarla en contraste con la
los espeCtadores muchas y enconadas Herman Bagger, amigo de sU padre, y en sin perjuicio de obrar después en sentido negra tristeza de los galileos. En el fondo,
alusiones personales. A este respeCto se otros, no faltando quien interpretara la contrario con:una especie de picardía se denota UDpoeta soñador. y' sin adver-
sinceraba el propio Ibsen, con anterio- creación como una sañuda caricatUra del ingenua; no carece nunca de entusiasmo, tido acaso, tiene Ja vanidad de los poe-
ridad, en cana a Dietrichson, conforme propio Bjornson; en cuanto a los demás que aprovecha para medrar, y se adviene tas; quiere también acreditarse de f1ló-
sigue: "Como verás, es una comedia de que le rodean, cada uno tiene un modelo en su historia algo desorbitado, lo cual sofo, y sU filosofía se reduce a un sueño
¡¡spectoy carácter medianos... Es pOsible vivo. Desde fuera de su país el dramatur- se explica por lo anómalo de su origen. irrealizable, como todos los sueños.
que en Noruega algunos me acusen de go vió mejor Ja mezquindad de la polí- Como individualista, Ibsen nO desper- 11. El emperador ']uliano.-Ya es
haber trazado retratos. No hay nada de tica de campanario, con sus despreciables dicia aquí Ja oponunidad de arremeter dueño del Poder, y trata de realizar su
eso. Naturalmente, me he inspirado en manejos, enfocándola un poco en bro- contra el socialismo más o menos indi- quimera; pero Jas quimeras, ¡ay 1, no se
figuras y situaciones nuestras. El modelo ma, aunque su burla se denota hmarga y rectamente. La coalición de los jóvenes realizan nunca... CuandO' intenta recons-
e3. tan indispensable al autor dramático ,a ratos malhumorada inclusive.'No aCUsa no supone, en verdad, un alegato de truir una bacanal antigua, resulta una
como al pintor y al escultor." nada de jocunda, siquiera se haya pre- todo punto reaccionario, según se ha que- repulsiva mascarada, y poco a poco se
El día 17 de mayo, fiesta nacional, tendido considerarla bajo un aspecto más rido conceptuarla; pero, en el fondo, no alejan de su lado .os amigos para pasarse
en una pequeña poblacíón de Noruega, bien festivo al ver que no toma en serio cabe negar que desprende una teais a los cristianos, que los conquistan con
con' motivo de unas elecciones, se revela la sandez humana, y ofrece un vago op- más bien conservadora, y que las sim- su mansedumbre y su capacidad de su-
como orador público un joven abogado, timismo harto atenuado, si se quiere. parlas del autor se inclinan hacia el per- frimientO'; los que no apostataron jamás,
Stensgaard, captándose gran número de Esta obra fué concebida en Roma y sooaje que representa esta tendencia. como Gregario y Basij,io, ya se habían
simpatías. Este individuo personaliza en durante un viaje a' AJemania, dándosele Porque importa no olvidar que, a despe- apartado de él. Nota el emperador un
sí el tipo del logrero de la política a la forma en Dresde con el título doble de cho de cuanto se ha iotentado argüir vacio en torno suyo, y no puede menos
par que del amor, pues adula tan pron- La coalición de los jóvenes o Nuestro en contrario,' Ibsen era un aristócrata y de asombrarse ante Ja fmneza galilea,
to a unos como a otros, según su con- Señor y Compañía, cuya segunda pane le molestaba siempre la democracia... triunfante en medio de la sangre venida.
veniencia, y se aviene a casarse tan pron- desapareció en sucesivos manuscritos, pa- Ju1iano muere a manos de un compañero
to con una como con otra mujer, según ra terininarla el año 1869. Se le atribuye de la infancia. que'ha perdido eJ juicio, y
indica la veleta de las circunstancias. cierta influencia de Augier y de Scribe, EMPERADOR Y GAULBO no por una flecha persa, según cuen-
Hombre sin ideales, funda una 'asocia- aun cuando en las discu!>ionesmotivadas ta'la historia. A última hora. desengaña-
ción so capa de los que no posee y arras- por su publicación y su estreno no .se la 1. La apostasía del César.-Julíano, do de su propia j\usión, casi cabría creer-
tra muchos .adeptos desde luego. No conceptuaba literaria propiamente dicha; sometido al emperador Constancia, que le a punto de ser apóstata por segunda
obstante, acaba por, desacreditarse en los pero tenía trascendencia desde el punto ha perpetrado diferentes crímenes en Ja vez, mj.entras se insinúa un mutuo amor
dos terrenos donde opera, y desaparece de vista del teatro noruego, e inicia la familia del joven, siente desde niño la callado entre él y la vinuosa Macrina,
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hermana de Basilio, que le asiste en el psicológica, a pesar de las desigualdades Después de Jargas discusiones con ral: "Seguramente, hay en Ibsen un
trance postrero. que se disciernenentre ambas panes. ' Brandes acerca de la obra, al publicarse elemento místico que conviene tener en
He aquí, muy condensado, el asunto No cabe duda de que hay en el con- ésta, hizo muchas reservas el eximio crí- cuenta si se quiere comprenderle bien y
de esta doble tragedia en diez actos que junto mucho de personal, característica tico; otros le atribuyeron cierta influen- sentir su personalidad palpitar en su
ideó su autor durante el estío de 1864, del genio creador, y lo confiesa Ibsen cia de Heiberg, y otrQSafirman discernir obra. Pero este misticismo no 'parece co-
cuando oía el relato de la' vida y la cuando dice: "Es algo de mi propia en ella el rastro de la intelectualidad ale- nacer ningún espíritu vivo y superior
muene de su héroe por Amiano Marce- vida... 10 que consigno en este libro; mana. Pcr su cuenta, Bjornson declaraba a lo humano. Lo divIDOpara él es el
lino. Más tarde, en Roma, la grandeza lo que describo, 10 he experimentado yo que la lectura le produjo "una gran de- hombre en su expresión suprema. Le
de los monumentos "de una civilización mismo bajo otras formas." Y agregará cepción". No falta quien estima que en es ajeno lo sobrenatural." y Beneval
que había desaparecido, y de todas aque- después: ''Hay en este libro mucho de este drama históríco se encierra ya laten- consigue rebatido así, a propósito de Em-
llas ruinas que narraban su caída, induio autoanatomía." La idea de la voluntad te buena copia del caudal de ideas que peradur y galileo precisamente: "En el
a Ibsen a concebir el proyecto de tratar sometida a la necesidad, aunque coincida aparecían en los dramas modernos del origen quizá no hubiera sido su intención
esta caída en forma dramática inclusive", con los historiadores ecJesiásticos,se de- iniciador de un nuevo ane dramático formal escribir un drama histórico. Por
dice Jaeger. Se dedicó a estudiar con nota netamente ibseniana, y aun la des- y de una nueva época. Schlenther ase- casualidad, se ha encontrado con que la
ahinco textos adecuados, sobre todo de igualdad entre ambas panes, que ya he- gura que aquí está "el fundamento de lo historia le suministraba una ilustración
los historiadores de la Iglesia, en la bi- mos señalado, demuestra cómo evolucio- que más tarde creará Ibsen, y por lo de su pensamiento, y ha hecho de Iu;'
blioteca alemana del Capitolio, y si bien naba el dramaturgo por imperativo de las mismo aquello en vinud de 10 cual es liano el Apóstata el héroe de su obra...
tenía otros trabajos por hacer, se ocupaba circunstancias, imprimiendo esta evolu- 10 que es". y ahora ve Ibsen transfigurada su pro-
de Juliano "con alegría entusiástica". ción de su persona al argumento que des- El poeta consideró de continuo este pia idea. Este emperador tremendo, este
Después de un forzoso intervaló,' en 1866, arrollaba. Personal es, por último, posi- drama como su obra más imponante, gran criminal, en quien han querido
tornó ala historia del siglo IV a lo largo tiva o soñadora, la "reveláció!1"que tuvo y no hay que dudar de que, 'cfectiva- .ver nuestros antepasados al. Anticristo, y
de seis meses. Otra interrupción hasta en San Pedro el año 1870 para darle '. mente, es una obra imponanúsúria. que, a despecho suyo, ha favorecido un
1869, en que vuelven a conar la faena forma. Emanan de ella una. fatalidad de teatro culto que detestaba, ise nos aparece
del dramaturgo sus viajes a Suecia y En cuanto al aspecto ideológico, obe- griego y un concepto particularísimo de ya como un instrumento de la voluntad
Egipto primero, amén de diversos pro- dece a una indudable intención filosófica, las predestinaciones, amén de un profun- divina! "
yectos teatrales al regreso. Un dí.., en siquiera no fuese Ibsen de ordinario fi- do sentido religioso. Juliano quiere erigir Con Emperadur.y galileo cierra Ib-
San Pedro, vió claro de súbito el plan lósofo. Más que mosófico, podríamos todo un imperio para él, e inconsciente~ sen el ciclo de los dramas históricos.
da su obra, empezó a escribirla casi de conceptuar este extenso drama como obra mente se lo erige a Jesús. A este respec- 'entre los cuales sólo Carilina y éste--el
seguido, haciendo varios manuscritos y de sugerencias para que de ellas/extraigan to, observa Ernest Tissot: "Sin embargo, primero. y el último-no s?n noruegos,
numerosas modificaciones, con un último los filósofos una filosofía, esa mosofía en el ardor de su joven fe, se ic:adi- y en adelante no escribirá sino dramas
abandono circunstancial, para terminarla que no siempre sacaba por sí solo él, ni vina tUrbado de día en día; vacila entre modernos para estudiar mentalidades y
en la primavera de 1873. Nueve años de falta que le hacía tampoco. En cambio, la vida de acción y la vida de pensamien- problemas contemporáneos. El pasado
preocupación y de tanteo, al fmalizar los sabe buscar los dominios oscuros de lo to; presiente que tendrá que llevar a se queda atrás, y ahora le interesa el
cuales estaba satisfecho de su labor. sobrenatural, y hace presumir que des- cabo una pesada tarea e interroga a sus presente, mientras vislumbra en lonta-
Desde el punto de vista histórico, esta corre' el velo del misterio, aclarando el sentidos y se adolora el corazón escru- nanza el porvenir...
dilogía no deja de ser bastante exacta, enigma de los destinos. Comprende, en tanda el porvenir. Es un Hamlet a quien
aunque el autor se tome algunas liber- fin, con seguro instinto, la teoría heré- no ha hablado todavía el espectro de su
tades permitidas siempre a los poetas, y tica de los cainitas del siglo n. En la padre." Y Adrien Naville añade: "Com- 1.4S COLUMNAS DE LA SOCIEDAD
como evocación del mundo antiguo, acre- escena de las prácticas mágicas de Má- -¡ prender el pensamiento de Juliano es
dita un don taumatúrgico que a ratos ximo llega a la conclusión de que Caín comprender toda una época de la histo- A panir de esta obra deja Ibsen de
llega, en efecto, a resucitado. Edouard favoreció con su crimen la lucha por ria intelectual de la humanidad." Ibsen corporeizar sus sueños más o menos his-
Rod entiende que la interpretación de la existencia, de que Judas desempeñó lo ha comprendido a su manera y se tóricos, para ocuparse de los magnos y
Juliano constituye una pura fantasía; el papel primordial e indispensable en el identifica a conciencia con el personaje. candentes problemas sociales; en vez de
pero Ibsen se documeI1tó a fondo' para drama de la Redención, y de que el Acerca del profundo sentido reUgio- mirar adentro, mira de dentro afuera y
plasmarJa, ayudándole también una ver- otro malvado necesario era Juliano antes so que se trasJuce en este drama' a tra- se' preocupa de lo que ve, interpretán-
dadera intuición histórica -para montar de instaurarse el "tercer reino". Tal es vés de un hormiguero de ideas, recor- dolo a su modo. Estilmos lejos de la
este "espectáculo de historia universal", la síntesis del interesante caso, con su daremos 10 que una vez había dicho antigüedad y de las gigantescas figuras
según 10 llama, y una evidente hondura tesis de alta trascendencia. el conde Prozor dentro de un tono gene- un tanto legendarias, que no volverán a
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frazarse para el prójimo, llevando inte- más tarde abordará el autor valiente-
riormente la gusanera de su podredum- mente en otras producciones; pero el
tentar al dramaturgo, quien renunciará Escandinavia, en Alemania, en Austria bre. Aquí empieza a decir el dramatur- feminismo de Ibsen no tiene, por cier-
también al verso en la escena y restrin- Y por doquiera, aunque algunos críticos go lo mucho que tenía que decir del to, nada de común con el político, y se
girá el número de actos de sus drama~, la estimen como la obra menos repre- presente en que vivía, tras de haberse limita a defender el desarrollo moral del
siempre que el asunto lo permita; ahora sentativa de su autor y la única en que complacido en el pretérito, y compone bello sexo sin menoscabo de su feminei-
es la actualidad, e\ ambiente contemporá- la intriga parece sobreponerse a los ca- a tal fin un drama moral en alto grado, dad. A este respecto constituyen verda-
neo 10 que le atrae, y sus personajes, racteres para provocar situaciones dramá- cuya tesis se muestra algo más asequi- deros hallazgos el personaje de Lona Hes-
ble que otras a la comprensión del pú- sel y algún otro.
blico. Está basada la obra en una palpitante
El cónsul Bemick pasa por un modelo realidad, desde el lugar de la acción, que
de vinudes en un rincón levítico de No- es Grimstad, hasta el último porme-
ruega, entre personas que le admiran por nor, siquiera se halle todo hábilmente
su sedicente conducta ejemplar. Pero... disimulado. Lona Hessel supone un re-
muchos años atrás, sorprendió en adúlte- trato literario de la feminista Aasta.Hans-
ro coloquio con su cónyuge el marido teen, que había ínspirado a Heiberg, El
de una actriz a Bemick, que huyó por detalle de los navíos averiados recuerda
la ventana, y para salvarle, un hermano un slJceso que trascendió a la prensa. En
de su esposa se achacó el delito, incu- cuanto a 10 demás, cada minucia inclusive
rriendo en la abominación general y emi- viene de una remembranza de algo rela-
grando Juego a América; para colmo,' cionado con la vidá' de .Ibilen, recuerdo
el cónsul,. dejó acusar a su cuñado de de infancia o reminiscencia de última
haberle distraído fondos de la caja, con hora. Y el drama, tanto en libro como
objeto de que se le concedieran <;,réditos sobre las escenas, produjo verdadera sen-
y reponer su mala situación. Este mismo sación.
hombre, que antes abandonó a su prome- Acerca de Las columnas d/1la sociedad
tida para casarse con una joven rica, lQ manifiesta el alemán Quo Brahm: "Ahí
aprovecha todo en beneficio suyo, y las hemos visto J.3 primera idea de un mundo
mejoras que ejecuta en la ciudad, so capa poético nuevo; por primera vez nos he-
de favorecer a sus conciudadanos, sólo mos sentido en presencia de personas de
le favorecen a él, sin que tenga escrúpu- nuestra época en quienes podíamos creer
los, por ejemplo, en fletar un barco que y ante una crítica que abarca toda la so-
no ignora que ha de irse a pique. Por ciedad de nuestro tiempo; hemos con-
fin, llega un momento en que se des- templado surgir triunfalmente todos los
pierta ~a conciencia del gran egoísta y ideales de libertad y de verdad como
.gran hipócrita, quien acaba confesando puntales de la misma. Desde entonces
Pin d.1 ..",ndo aclO de "Las columnas de la sociedad". según un dibujo de Knud públicamente sus culpas. Y cuando afir- penenecemos a este reciente ane realista,
Gamborg en la noche del eSlreno en el lealro Real de Copenhague.
ma, a una criatura excepcional, que los y nuestra vida estética tiene un conte-
verdaderos puntuales de la sociedad son nido."
las mujeres, ella le contesta que lo son Ibsen ha encontrado su definitivo de-
hombres Y mujeres singulares a menudo, ticas y teatrales por medio de un asunto
visten como nosotrOs, no se distinguen algo inverosimil Y convencional, mien- la libertad y la verdad, pilares sólidos rrotero, exclusivamente suyo en princi-
de nosotrOSen apariencia y respiran el tras otrOSle reprochan su semejanza con sobre los cuales puede edificarse un por- pio, si bien no tai'daría en crear escuela,
aire trivial de nuestrOS dias. Sin em- La quiebra, de Bjomson. Violenta dia- venir sin fallas de ninguna clase. e inicia un período doctrinario que revo-
Este drama ensalza la actuaCión de lucionará y robustecerá el teatrO moder-
bargo, nada tienen de triviales las suge- triba contra !.a.hipocresía burguesa del la mujer en los conflictos familiares y no,incu1cándole sangre viva e ideas
rencias que suscitan nuestrOs dias en el mundó moderrto, Y en particular de la apunta la cuestión del feminismo, que sanas.
ánimo de su genial observador. sociedad noruega de su época, no carece
Las columnas d/1 la soci/1dad, escri- de grandeza positiva; además, a 10 largo
ta en Munich el afto 1877, supone uno de su desarrollo destaca el misterio de
de los mayores 6xitos de Ibsen en toda la individualidad humana, que sabe dis-
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dicha se proyecta una sombra... Tiem- acarreó un mes de manicomio, el di-
CASA DE MU~ECAS
en la Lona Hessel de Las columnas de po atrás, por salvar la salud de su vorcio y la separación legal de sus ¡.:¡os.
la sociedad, y la incrementaría en Es- . marido, a quien los médicos recetaban aunque después volvieron las cosas a su
Al llegar su momento cronológico en peClros, en Un enemigo del pueblo y una estancia en Italia, tomó dinero a cauce, no sin que la antigua "alondra"
la biografía de Ibsen, ya hemos aludido en La Dama del Mar, denotándola con préstamo y falsificó una firma a espaldas se quejara al dramaturgo del trastorno
por extenso a esta obra, de la cual hizo frecuencia en distintos momentos de sus suyas. " ocasionado en su hogar. Aparte de este
diferentes manuscritos hasta el definiti- dramas. A la Asociación Escandinava, de De improviso teme que se descubra incidente, al cual sólo conferimos un
vo, en Amalfi el año 1879, y hemos re- Roma, había llevado proyectos de otor- todo a consecuencia de una serie de valor anecdótico, a pesar de .su gra-
cordado la enorme marejada que pro- gar a las mujeres derechos de que no circunstancias, y, en efecto, se descubr,e. vedad, 10 esencial para nosotros se redu-
dujo en el mundo entero su sensacional gozaban todavía, pidiendo para ellas Cuando Helmer se entera del delito ce a la figura en si, muy digna de estudio
aparición. Casa de mUliecas es la pieza cargos y atribuciones. Influyeron, por cometido por su mujer, no repara en y análisis.
teatral más famosa de su autor, y sin ser añadidura, en su espíritu, Camilla Co- la inmejorable intención que la indujo; Hay en el desarrollo de la intriga otro
precisamente 10 que se dice una obra llet, sufragista y amiga de la señora Ib- le afea su conducta en nombre del ho- personaje no menos conmovedor por se-
de polémica, desencadenó por doquiera sen, y la escritora noruega María Col- nor, la rechaza y la excluye su intimidad, cundario, y es el doctor Rank, lleno de
encendidas disputas, ptopagándose como ban, que residia en París y se relacionó sin ablandarse sino al saber que ha sugerencias delicadas, quizá un poco
la pólvora su fama. En la sociedad es- con él en Italia. pasado el peligro, y entonces la perdo- amargo, que paga, sonriendo, ajenas cul-
candinava hubo de recurrirse a la me- De todas estas simpaúas fundamentales na-¿de qué?-, volviendo a mimarla pas y ama honestamente a Nora, de
dida de borrar de las discusiones priva- y de todas estas influencias iba a sur- como siempre. Por fin, comprende Nora quien se despide, al averiguar que en
das el tema del caso de Nora, con(orme gir el tipo inolvidable de Nora, respecto que no ha sido con antelación a aquel breve va a morir, con un gesto elegante.
ocurriría más adelante en Francia' con a cuya presunta inverosimilitud indica el instante más que una muñeca, una pobre El doctor Rank compona, entre tantos,
el del proceso Dreyfus, y tan calurosa conde Prozor:' "Es necesario conocer los' muñequita, y' el ídolo en que ,trocara un positivo acieno de Ibsen.
controversia apasionó a Europa, con rj:- dobles y iriiiles fondos que existen en ~l 'al hombre amado se derrumba por sí Por 10 que atañe áldráma 'en ge-
percusiones en los demás continentes. a1ma de IRmujer escandinava y' preparan solo. neral, añade el citado conde''Prozor: "Lo
Relatando el estreno, advertía Brandes: a quien la estudia las sorpresas más ines- A raíz de resolverse satisfactoriamente que ha sorprendido a más de uno es
''La pieza causó un efecto poderoso, aun- peradas." No negaremos los asenos an- el serio conflicto doméstico que originó el alcance moral de la obra; no su fun-
que asustara." BjBrnson, que la encontró teriores; pero sí negamos que el tal tipo su amor, desengañada, al cabo indiferen- damento psíquico y la acción dramática
buena desde el punto de vista técnico, la se circuscriba a la mentalidad escandi- te a los halagos, cerrado su horizonte, que de é1 se desprende." Berteval estima
creía emanada "de un espíritu grosero nava, siquiera favorezca ésta un tanto sus abandona casa, esposo, hijos, todo, con que estas dos cuestiones se reducen real-
y malo", mientras opina\:)a que "iba a reacciones, pues constituye un tipo inter- ánimo de ser en lo sucesivo ella misma mente a una sola, ya que "Ibsen no es
alzarse pronto una protesta general". Y nacional: el de la mujer que 'reflexiona y dejar de ser muñeca, marchándose en moralista sino por ser psicólogo, y vice-
así ocurrió. En los púlpitos inclusive, en un momento cumbre de su vida, y el medio de la noche de invierno... Unos versa, no es humano y dramático sino
igual que de Brand antes, hablaban de caso se halla fuera de localismos y ca- minútos antes, al preguntarle He1mer si porque la idea central de la pieza es una
ella los sermones de los pastores. Un al- racterísticas étnicas. Por eso ha quedado cesaría él alguna vez de suponer en idea elevada. No es un confeccionador
boroto sin precedente o casi. en los anales 'de la literatura y aun en concepto de ella un simple extraño, le de sistemas abstractos, ya que su con-
Para comprenderlo, examínese despacio la historia humana, por su palpitante ha respondido: "Para que sea así, ha- cepción moral depende de su observación
el importantísimo problema del femi- realismo y por su intensidad cordial, ría falta el mayor de los milagros, trans- de la vida." Bien mirado, lo que pa-
nismo planteado en Casa de muñecas y haciendo época, y se suma al número de formamos .hasta el extremo de que nues- rece insuperable habilidad de Ibsen en
enfocado con efectiva valenúa por un mujeres extraordinarias del teatro ibse- ! tra unión llegara a convertirse en un ver- esta magnífica muestra del teatro mo-
hombre que no era feminista en el sen- Diano. Ella se desconoce, y los acon- .. dadero matrimonio." derno consiste en su sinceridad para
tido político de la palabra; 10 era, sí, en tecimientos la ayudarán a revelarse; ha Sin duda, inspiró a Ibsen la figura abordar el problema núcleo del asunto,
un sentido mucho más amplio: el del estado ciega, ha vivido con una ven- de Nora aquella Laura Kieler que es- y de ahí su éxito triunfal sobre todas las
desarrollo de la personalidad, a que ten- da en los ojos, y cuando cae la venda cribió Las hijas de BrdITd a los die- repulsas. Y el problema lleva anejo el
dió siempre, circunscrito ahora a la de y ve la luz, no vacila y se aleja en cinueve' años, y que más tarde pasó una del matrimonio, que a su hora se abor-
la mujer, hacia quien tuvo de continuo busca de la verdad. temporada en Dresde con 'la. familia del dará sin rodeos en La Dama del Mar,
benévolas inclinaciones; fomentadas a He aqui el esquema de]" asunto. No- poeta, quien la llamaba "alondra". La según hemos apuntado, quedando en pie
menudo por su misma esPosa,' Había ra, niña mimada' primero por su pailre' medula del drama está en la existencia aquí para resolverlo airosa y felizmente
insinuado acaso esta predisposición en y -luego por Helmer, su esposo, se juz- de Laura tras de casarse con un profesor en esa otra creación del gran hombre.
La comedia del amor, más aún, en cier- ga feliz, junto a éste y sus tres hijitos, de liceo y recorrer un calvario que le Más de una vez se ha pedido auto-
ta escena de La coalición de los jóvenes, bajo el techo conyugal; pero sobre su
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rización a Ibsen para variar el final de insólito de que sólo pudo estrenarse unos
,
Casa de muñecas, autorización concedida t Ella misma, criatura enérgica que en lógico y temible escándalo. Con objeto de
dos años después de publicada, y a cau- alguna ocasión se vió obligada a com- alejar al hijo; la madre le envía casi niño
de mala gana por complacencia o con- sa de ello hubo de sufrir cl dramaturgo
veniencia, pues precisamente en ese final imultos atroces, en tanto que le :uri-
partír las orgías de su marído para que al extranjero, donde se hace el joven un
estriban toda la fuerza del argumento y buian con notOria injusticia la defensa
todo el pensamiento del autor. Su drama del amor libre y aun del desenfreno.
termina como debe terminar, o por lo Sin embargo, Espectros constituye una
menos, como lo habia sentido quien lo manifestación humanitaria de amplia pie-
había escrito, y su te.'minación implÍme dad para el pobre mundo contaminado
gallardía y originalidad a la actitud su- por las culpas de un. ayer difunto que
prema de su heroína. Prescindiremos, se aparece a ratos, y al que hay que
pues, de estas modificaciones ocasiunalt:s, volver a matar... Acerca de la misma
respetando los respetables propósitos del dice el propio 'lbsen: "Es un drama
dramaturgo-quien no carece de razón, de familia, triste y 1!ris cual un día de
por cierto--, para sacar en conclusión lluvia." Y este drama gris y triste se
que nos hallamos ante una de las mejo- escribió desde l880-alternando' qui7.á a
res obras de Ibsen. No diremos que de veces con Un enemigo del pueblo, que
la mejor, como aseguran muchos, fieles se terminaría más tarde-"bajo el cielo
a nuestra norma de no hacer afirmacio- de amor, en el paraíso de las islas napo-
,nes de índole demasiado personal, tan litanas, adonde había vuelto a fines de
rotundas, absolutas y exclusivas; pero sí 1879", hace notar Tisott, De una ideo-
afirmaremos sin vacilar que implica una logía elevada y compasiva, no va en
indiscutible obra maestra y de eviaentí- contra de instituciones respetables, sino
sima trascendencia en los órdenes psico- de quienes manchan y destruyen con su
lógico y social. conducta la existencia ajena. Tiene unos
personajes buenos y otros malos-nin-
ESPECTROS guno completamente bueno ni malo, en
puridad-, al igual de los personajes de
Se trata de una de las obras más la vida, que ponen de relieve en un am-
combatidas de Ibsen, y de las más di. biente melancólico el dolor de 'Ja heren-
fundidas por lo mismo, A raíz de su cia patológica, Brandes conceptúa esta
aparición, como Ja considerara disolvente producción "la más noble de las acciones
e inmoral de todo punto, disparó la cri- de Ibsen". En efecto, para cualquier es-
tica verdaderas andanadas de improperios píritu imparcial, la pieza, con toda su
contra el autor, en cuya intimidad se audacia incontestable, desprende una te-
quiso investigar, con un malévolo prurito, sis n1oralizadora, y en todo caso, supone
a la busca de hechos vergonzosos, sin por si sola, sin contar sus características
que los encontrara nadie, natUralmente. de otro orden, una obra maestra de
Los teatros escandinavos Se! negaron a técnica teatral.
ponerla en escena, unos por sincera in- He aquí el asunto. La señora Alving,
dignación, la mayoría por miedo a vio- viuda de un personaje cuya memoria ve- Emurte Zacconi en "S.pectro,", de lb.en.
lentas reacciones del público; en la pu-
dibunda Inglaterra fué prohibida su re-
neran todos en el contorno, procura dar
a su hijo Oswaldo una educación con- no trascendieran al exterior, un día de
'. .
presentación. y no sabemos que hasta la veniente, incu1cándole el más admirativo pintor de fama, y al retorno trae ya las
desesperación huyó del domicilio con- taras heredadas, pobre avaríósico conde-
fecha se haya levantado el veto: otro respeto a su padre. Pero éste era en yugal y fué a entregarse al pastor Man-
tanto ocurrió en Alemania, si bien no realidad un hombre licencioso que sedu- nado a Ja locura y a una muerte. próxi-
ders, que la amaba, aunque él se sobre- ma. Uega a tiempo para la inauguración
tardaron en revocar tal prohibición las cía a las criadas, se embriagaba de or- .1 puso al propio sentimiento y le ordenó de un asilo que ostenta el nomore ilustre
autoridades del país, Se dió el caso dinario y estaba minado por sus vicios. volver a su hogar antes de producir el del difunto, y que costea su mujer. La
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j
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doncella de Ja casa, hija ilegítima del que estos tres actos infunden "un senti- localidad. Los demás, con ánimo de cual ofrece bastante analogía, y por eso
muerto y desprovista de corazón, se deja miento de terror sordo". Y Berteval I lucro, incurren en graves deficiencias por palpitan como seres vivos.
cortejar por Oswaldo, a quien no tarda concluye: "No es sólo la idea de la he- lo que atañe al saneamiento de la ins- Por 10 que respecta a la figura del
en sorprender su madre requiriéndola ni rencia fisiológica, idea científica y ya talación, con 10 que desvirtúan la idea protagonista, se ha creído ver en ella
más ni menos que hacía en vida el es- trivial; es la visión de una individualidad inidal y la envilecen hasta poner en peli- retratos más o menos vagos de Bran-
poso. A pesar de todo, pone su ins- limitada o sofocada por todo lo que ha I gro la salud del pueblo y de los bañistas. des, de Jonas Lie y de Bjornson; pero
tinto maternal por encima de no ím- existido antes que ella, todo lo que ha Ala cabeza del grupo se halla el alcalde, suele indentificarse aquí, antes que :- na-
porta qué, y no retrocederá ní ante el muerto y todo lo que vuelve." hermano del doctor, quien decide enton- die, al mismo Ibsen. Para sincerarse, él,
incesto, con tal que su vástago sea feliz. Tras de la primera virulencia crítica ces denunciar el daño, y la mayoría, pre- por su cuenta, iba a puntualizar en una
No se consumará hecho tan alarmante, y de las enconadas polémicas que la sidida por el propio alcalde, le desacre- carta: "El doctor Stockmann y yo nos
porque la muchacha se retira cínicamen- siguieron-en alguna de las cuales de- dita después de haberJe elogiado mucho, entendíamos muy bien y estábamos de
te con oportunidad, y mientras acaba fendió Bjornson a Ibsen-, se aquietaron porque ellos no quieren hacer grandes acuerdo sobre muchos puntos; pero' el
de arder de abajo arriba el asilo por los ánimos, y al cabo no pudieron negar- gastos ni perder la explotación tampoco. doctor tiene una cabeza más embrollada
culpa de una torpe imprudencia, Oswaldo se Ja importancia y el mérito de esta Stockmann habla claro, muy claro, ante que la mía, y hay también otras varias
muere víctima de un repentino ataque, creación dramática, una de las mejores todos, asegurando, para concluir, que el particularidades que permiten soportar
medio ídiota, pidiendo a su madre el del teatro moderno, donde. se aborda un adversario más peligroso de la verdad de su boca muchas palabras que quizá
sol con balbuceo infantil... palpitante conflicto de honda raigambre y la libertad sociales es el sufragio uní- no se habrían aceptado tan fácilmente
Se desconocen los motivos gestadores física, espiritual y social. Aparte de su veral. Por unanimidad, acto seguido, se le si las hubiera emitido yo." El conde
del drama. Presume alguien que se lo intensidad emotiva y de su tema va- declara enemigo del pueblo, y él se sien- Prozor estima que no intentaba el dra-
inspiró a Ibsen una noveJita leída mu- lerosamente expuesto, hasta la hora de te!'más fuerte al encontrarse solo. maturgo pintarse en 'su héroe, siquiera
chos años atrás en Grimstad, si nQ se ahora ha quedado Espectros 'como ejem- No debemos prescindir de mencionar no quepa dudar de .que:.del1otaéste mu-
lo sugirieron varias discusiones sosteni- plo de maestría escénica, enriqueciendo . ahora, reseñando' esta pieza, la simpática chas características suyas,' como las de-

das sobre la eutanasia, que le hicíeron el repertorio de los grandes actores, quie- personalidad de Petra, hija del doctor, notan, por supuesto, tantos entes creados
interesarse por las últimas teodas cientí- nes no cesan de complacerse, por virtuo- tipo de mujer consciente y llena de rec- por él, y de que abundan a lo largo de
ficas de entonces, y se afirma que trans- sismo; en salvar las dificultades casi in- titud, que- aprueba sin vacilaciones la la obra similitudes con su vida literaria.
portó a la intriga recuerdos de una six:- superables de. su compleja y siempre firme y arriesgada conducta de su padre, En cambio, aseveran A. Cheneviere y
viente que tuvo en Munic:h; pero más peligrosa interpretación., . secundándola. Maestra profesional y sin H. Johansen en el prólogo de su traduc-
bien parece que no utilizase modelos prejuicios, considera la probidad por en- ción francesa: ''El se encarna en el
vivos para ninguno de sus personajes, . / cima de todo y forma parte del intere- principal personaje de la pieza, el doctor
sobre todo para el impuro. e inocente UN ENEMIGO DEL PUEBLO sante grupo ibseniano de mujeres inde- Stockrnann. Esto ha hecho decir, con
Oswaldo, perdido por los pecados pa- pendientes, que saben no retroceder razón justificada, que Un enemigo del
ternos, ni siquiera para la resuelta y Como ya hemos. dicho; esta obra es cuando llega la ocasión. de manifestar su pueblo es una especie de autobiografía
entrañable madre del infeliz. una réplica orgullosa contra la 'polvareda independepcia. de Ibsen, suprema confidencia de hom-
A propósito de ella, conviene recalcar levantada por Espectros, drama que a su Un enemigo del pueblo estaba pen- bre y de filósofo."
que, desde luego, se relacionó Espectros vez lo había sido en cierto modo contra sado por su autor desde la primavera Tomando desde un punto de vista ge-
con Casa dI nllÚiecas,de la que viene a la producción por Casa de muñecas, y de 1880, y lo abandonó provisionalmen- neral la ideología del drama, observa
ser consecuencia, según hemos indicado estas tres piezas guardan entre sí una te para escribir Espectros, si no alternó Georg Brandes: "En Un enemigo del
al relatar la biografía' de su autor, y relativa concatenación. En cuanto a Un la composición de ambos dramas en Ro- pueblo se afirma hoy por primera vez
no faltó quien definiera que la señora enemigo del pueblo en particular, cons- ma, entregándose después con exclusi- en forma directa el' principio fundamental
Alvin¡¡ es "una Nora con veinte años tituye ,la apología del individuo y se en- vidad a éste, que terminaria en su defini- del dramaturgo, arraigadamente aristocrá-
más." A este respecto observa La Ches- saña con ,las mayorías, que, a juicio de tivo tono de violencia el año 1882.Palece tico, pero tendiendo a la educación del
nais: "BI nexo con3iste en la oposición Ibsen, siempre están equivocadas. que el asunto se basa en un suceso real, pueblo, y, por ~e, bien dispuesto en
entre Nora, que dejR a su marido, y la 'EI doctor Tomás Stockmann, que ha contado a Ibsen por el hijo de un mé- pro de las masas." Sobre todo destaca su
señora Alving, que no ha dejado al suyo pasado su juventud en un rincón perdido dico, y en otra historia semejante que animadversión contra el liberalismo y
después de reconocer su indignidad." del norte de Noruega, vuelve a su.ciudad se refiere a un farmacéutico. Todos los contra' el apotegma democrático de la in-
En cuanto a la obra en general y natal, donde funda un balneario al descu- personajes se inspiran en recuerdos, casi fabilidad mayori~ria por la única razón
en sí, que se ha comparado nada menos brir determinadas propiedades en sus siempre de Skien, como los de La coa- de sumar de la mitad más uno en ade-
que con Edipo r6'Y,dice el conde Prozor aguas, creando así una riqueza para ,la lición de los jóvenes, comedia con la lante. Por nuestra parte, sin pronunciar-
100 101

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.,
I

nos a favor ni mucho menos desautori- Hedvigia, nombre de la pobre heroína de


zarle de ninguna manera, le dejamos to- tan pobre epopeya; el anciano Ekdal se
da la responsabilidad de su criterio, un asemeja al anciano Knud Ibsen; Hjalmar
criterio respetabilísimo. denota algo de un pintor que le dió
Esta obra, una de las más famosas lecciones en Cristianía el año 1860, algo
y trascendentales de Ibsen, se acusa del doctor sueco Lindberg y algo inclu-
desde luego francamente personal y ori- sive de otros, sin que, en suma, se pa-
ginal, aunque no se encuentre entre la~ rezca a ninguno; Gregorio Werle a mo-
mejores suyas, en opinión de algunos, mentos se identifica con el puritano
y conforme se desarrolla la acción, mar- espíritu que concibió Brand, igual que.
ca aquél su pesimismo-con gotas opti- en otro aspecto desconocido de su tem-
.mistas, según una contradicción frecuen- peramento, el doctor Relling, y en otro.
te-pesimismo que acentuará en El pato en fin, el licenciado teólogo Molvik, ya
salvaje. Gesto airado de odio e indigna. que alguna vez calificaba también de "de- I
ción, delata, sin embargo, una imprecisa moníaco" Magdalena Thoresen a su yer- f
confianza en el porvenir-optimismo a no. Y en cuanto a las cosas, el desván
larga fecha- y no destila sobre el alma evoca e. pequeño reducto donde se en-
la amargura que podría presumirse, por- cerraba él de niño; el antiguo marino
que los males que señala, si se quiere, apodado el Holandés Errante, de quien I
resultan remediables a la postre. se hace referencia en cierto pasaje, otto
antiguo marino de quien oyó hablar en
EL PATO SALVA1B Grimstad; aquel libro inglés, con es-
tampas de Londres, que hojeaba Hedvi-
Cabe pensar que, cuando Ibsen es- gia, el mismo libro inglés que hojeaba
cribía El paro salvaje, quiso demostrar- Henrik Ibsen en su infancia...
nos cómo puede componerse un drama El industrial WerJe, director de una
intenso y de una factura perfeCta ahon- fábrica, se ha enriquecido defraudando
dando en las almas grises de unos indi- al Estado en una tala de' bosques, y su
viduos vulgares y apenas inteligentes socio Ekdal paga las consecuehcias y t
que se debaten a favor de un medio sin va a la cárcel en lugar de ét Werle I

relieve alguno. Porque así es, ni más ni tiene un hijo, Gregorio, que desprecia
menos, esta obra maestra, de la cual a su padre, y Ekdal otro, Hjalmar, pro-
hubo de redactar por lo pronto nume- tegido de Werle. Este, viejo licencioso
rosos manuscritos su autor en Roma y que ha seducido a muchas mujeres, hace I
Gossensass durante los alías 1883 y 1884; años casó a Gina, ex servidora suya
obra psicológica cuyos personajes todos encinta, con el hijo de Ekdal, fotógrafo ¡
o casi todos ellos estain tomados de una mediocre, holgazán y egoísta, quien no
mísera realidad, con sus insuficiencias y sabe más que tocar la flauta y presume
I
-
.
taras, tanto como los detalles del conjun- junto a su esposa y Hedvigia, la nífía
to. Respecto a los primeros, dice a su que cree hija suya, mientras su protector
editor Ibsen: "Los personajes de esta proyecta contraer segundas nupcias con
pieza, a pe1ar de sus defectos de todas una viuda de mala fama. Gregorio se
clases, han llegado a hac~seme caros por mete a redentor. y perturba la muelle
sus prolongadas relaciones cotidianas." Y calma de Hjabilar en su hogar, oca-
además, decimos nosotros, por el hecho sionando la muerte de la niña por cul-
de que cada uno de ellos encierra un re- pa de su buen deseo. El doctor Rel- .. . LE CANARD SAUW..OE
jlJ . ~"' '
cuerdo recogido a lo largo de la existen- ling, interesante tipo secundario, que cu- ---
cia. En efecto, su hermana se llamaba ra a sus pacientes por virtud de lo que
102 Los C4TaCleresde "El pala SII/vaje" represenlado' en el Théálre Ubre de París.
denomina la "mentira vital", posee la El paro salvaje obtuvo un éxito ro- cimientos singulares de la propia vida ROSMERSHOLM
~Iave de este sombrío conflicto: no hay tundo y de gran resonancia, aplaudién- de juventud .del autor. Y eso infunde al
que exponer nunca la verdad a quienes dolo calurosamente el público entre la drama un secreto encanto interno, un Es Rosmersholm una. finca habitada
no resultan capaces de soportarla. puplejidad suspensa de la crítica, des- suave perfume que no se encuentra en por varias generaciones de la familia Ros-
Según se ve, nos enfrentamos con concertada al modo que en tanta3 oca- mer, que esparció en torno sólidos y se-
una tesis desilusionada y desilusionado- siones anteriores. Fué una doble victoria ninguna de sus otras obras."
ra, achaque de la crisis de desaliento sus- paradójica, dado que los enemigos de Por su parte, indica René Doumic en veros principios morales, matando la ale-
citada en Ibsen por la actitud hostil del Ib~en la creyeron suya en un principio, el volumen De Scribe a Ibsen: "Para gría en las almas. Para acentUar este
, ambiente de tristeza, existe la tradición
público. Ahora duda de que la muche- pues tomaron por palinodia aquella es- apreciar El pato salvaje, es menester si- de que los muertos de tan son\hrio li-
dumbre sea digna de aprender verdades, pede de viraje ideológico, que aprove- tuarse en un doble punto de vista. La naje se aparecen a raíz de su muert~ bajo
y aun teme que las verdades atraigan la charon para subrayarlo y escarnecerle fábula ha sido escogida y los episodios la forma de un caballo blanco. Ahora
desgracia de muchos, idea de un descon- varios críticos miopes o malignos; al-
i han sido combinados con la evidente in- residen solos y castamente allí el último
suelo pesimista. "Quien añade ciencia, gún otro, por el contrario, conceptua- tención de hacer sensible, de expresar y vástago de la estirpe.. ex sacerdote que
añade dolor", concluye lamentablemente ría esta obra la más personal de Ibsen, de probar una verdad moral. Sin em- ha abjurado por rectitud de conciencia al
el gemebundo Eclesiastés. Y el drama- que había vertido en ella toda la amar- bargo, los personajes no son en modo cesar de admitir el dogma, y su ami-
turgo declara, refiriéndose a aquella épo- gura de su ser; por ~timo, otros, muy alguno abstracciones y entes de razón. ga Rebeca West, mujer emancipada y de
ca: "Mi pensamiento era amargo cuando pocos, extrajeron la moraleja errónea de Son hombres de carne y. hueso, criaturas mentalidad moderna, mientras guardan
no era trÍste." Poco antes aconsejada en que más vale destruir la dicha que vivas. El palO salvaje es a la par un dra- la memoria de la esposa de él, que se
otra producción escénica, por boca de dejar subsistir un embuste, coincidiendo ma simbólico, que encierra en su amarga arrojó a las aguas del molino cercano.
uno de sus personajes: "No quitéis la con ~a práctica torpe del estúpido reden- filosofía mucho pensamiento, y un drama Rosmer no conoce su propio sentimien-
mentira al hombre, que no sabdá ya vivir tor Gregario. En resÚn1idascuentas, se realista, de una sorprendente intensidad to; pero Rebeca conoce. demasiado el
sin ella." A pesar de toda su desolada discutió por unos y por otros. el argu- de .vida." . suyo. y de improviso el hombre com-
filosofía, El par", salvaje, uno de los ma- mento, CUya evidente trascendencia no
yores acíertos de su autor, contiene tan se atrevió nadie a negar, y can el tiem- Edmund Gosse comenta la pieza como prende que ama a su compañera, y le
propone casarse, proposición que rechaza
fuerte dosis de emoción, que arrebata, po se aquietarían los ánimos para modi- sigue: "La he leído sobre el puente la joven, quien se decide a revelarle cómo
y por su asunto, donde se confunden ficarse en un sentido favorable buen de un navío. Era en el Atlántico, el in- indujo al suicidio a la difunta con ánimo
adrede las ,fronteras del bien y del mal, número de los juicios aventurados desde vierno de la publicación, e identificaré de aprovechar J.aviudez del marido, arre-
pasa un soplo de fatalidad moderna que luego. si.empre estas tristes páginas con las pentida de su .érimen al cabo. Por no
viene una vez más de la tragedia griega; A propósito de El paro salvaje hace desolaciones del océano furioso." poder él ya creer en ella, para conven-
con sus mentalidades incoherentes y sus notar Brandes: "En esta obra, rica y Cuando se representó el drama en In- cerse de su sinceridad, le pide que se
reacciones desconcertantes, harto verosí- poderosa también, se observa la huella glaterra, no pudo menos de consagrarle mate conforme 10 hizo su pobre víctima,
miles a despecho de 10 desconcertantes'y qel efecto, vivamente experimentado por unas palabras elogiosas Bernard Shaw: y acaban por ahogarse ambos en el mis-
de lo incoherentes, llega corazón adentro, Ibsen, que había producido en él la "¿Hallaré un epíteto bastante espléndido mo paraje que la muerta, donde quizá
acusándose original hasta el punto de que mala acogida hecha a Espectros, sobre para El pato salvaje?", se preguntaba y aparecerán mañana otros dos caballos
en un ambiente ordinario, respirado por todo en el personaje de Gregario W~rle, le asombraba la comprobación de pene- blancos...
personas ordinarias, su intriga no se equi- presentado como. la caricatura de un trar cada vez más profundamente en casa . Aunque la medula del drama se re-
para a ninguna otra análoga, siquiera apóstol." Y agrega que el dramaturgo de Ekdal, en su misma vida, hasta ol- duce a un conflicto amoroso, actúan de
le encontrase Bj6rnson vaga equivalencia "se ha preguntado en serio por primera vidarse por completo de que estaba sen- factores importantes las convicciones per-
con ¡¡UMds alld de las fuerzashumanas. vez si de veras valía la pena, si de veras tado en una butaca del teatro... sonales y los movimientos sociales, y
Si el cazador hiere a un pato salvaje, se constituía un deber proclamar la verdad a
refugia en el fondo del agua el animal gentes comunes, tales como su púbJ,ico, El palO salvaje es una de esas obló'ls alrededor de los protagonistas se agitan
unos cuantos interlocutores secundarios:
para morir lejol de las miradas de sus y si no era precisamente. necesaria para magistrales que un buen dia se escri- cierta ama de llaves, sin nada de saliente
perseguidores, y elto sirve de símbolo ellas la mentira en el transcurso de su ben para el porvenir, queriendo o sin en su vulgar catadura; un cuñado de.
a ~a trama, en cuyo desenlace se mata vida." querer, y en el porvenir quedan de cara Rosmer, el rector Kroll, intransigente y
poc bondad una tierna criatura, llena de Gunnar Heiberg, el primero que pu- a las edades, como hito indestrUctible obcecado dentro de su retrógrado crite-
filial amor hacia aquel de quien al cabo so en escena J.a obra, sugiere: "Diría- dentro de los anales literarios, presente rio; el desaprensivo periodista Mortens-
no está convencida de que la haya en- se que El pato salvaje es una pieza siempre, merced a la eternidad de los gaard, y en fin, el cínico filósofo Ulrico
gendrado. basada en recuerdos dolorosos, en aconte- pensamientos que la informan. Brendel, cuyas rápidas intervenciones
104 105
dejan en el lector o en el espectador una algo a Ibsen también, quien debió de
huella honda. Nada más y nada me- servirse, además, de varios modelos cono- todas las últimas piezas de Ibsen, pre. tiría calar.a fondo en ciertos sentimientos
nos, de no ser una melancólica actitud cidos por él en Sklen, siquiera no se feria El palo salvaje y Rosmersholm. En anímicos.
ante la excesiva preponderancia del pa- identifique a ninguno preciso. En cuanto cambio, Sven Lange la juzga "borrosa y Uno de los que han estudiado escru-
sado y de las tradiciones familiares, y a Kroll, creyó verse retratado en este sin armonía", estimando que el autor "se pulosamente Rosmersholm es el profesor
un odio para el fanatismo político; nada antipálico individuo y se enfadó con el da tono con divagaciones cada vez más Sigmund Freud, quien cree ver en Re-'
menos y nada más... Sin embargo, con- autor su antiguo camarada de juventud
viene no olvidar la famosa frase de Ludvig Ludvigsen Daal, por más que
Brandes acerca de Ibsen: "El pone los lo negara aquél, asegurando que no ha-
problemas a discusión." Y por su parte, bía tal cosa, y otros le creen un retrato
el propio lbsen explica que "la pieza malévolo de Deitrichson. Mortensgaard,
trata de la lucha que debe sostener tipo genérico, no recuerda ningún mo-
todo ser humano serio contra sí mismo delo reconocible.
para poner la conducta de su vida de Al parecer, empezó Ibsen a pensar en
acuerdo COnsus ideas". esta obra, que entonces iba a titularse
El lugar de la acción, que no se nom- Caballos blancos, el año 1881 en Italia,
bra, es Molde, donde estuvo Ibsen de y a darle forma en Alemania apenas se
temporada, y la finca Rosmersholm, una desentendió de El palo salvaje, haciendo
casa sclariega que había a la entrada de de ella bastantes manuscritos, según su
la ciudad, y en cuya contemplación se costumbre, y terminándola el año 1886.
recreaba el dramalurgo durante sus pa- Publicado primero y estrenado luego, co-
seos a lo largo del .fiord. Por lo que ata- mo de ordinario, no tUvo en un principio
ñe a los personajes, Rosmer se delata "buena prensa" este drama psicológico,
basado en el poeta y diplomático Snoi!- filosóficp, social, de tesis y de ideas. La
sky, amigo de Ibsen y escandinavo a critica noruega se mostró un tanto ad-
pesar de su apellido eslavo, con rasgos versa, si bien respetuosa en general, sin
individuales del propio autor, que habi- que ninguno lo encontrara mediocre, y
tualmente se desdoblaba un poco así hasta hablaron de la decadencia de Ib-
en sus creaciones. El lipo de Rebeca está sen los periódicos. Por lo demá¡¡, en el
acaso inspirado por lo pronto en la se- país ofendieron no poco las apreciacio-
gunda esposa del mismo Snoilsky, SI 110 nes irreligiosas que se manifiestan en el
en cierta dama de Cristianía, al decir transcurso del asunto. La' prensa inglesa
de algunas comidillas mundanas; por su se mostró asimismo contraria, con las
parte, Passarge. que visit6 a Ibsen en excepciones de sir Hertrand Rusell, quien
Gossensass el año 1884, recuerda que dice no haber encontrado nunca una tra-
habló con él del trá¡ico destino de Char- gedia más realmente trágica, y de Be"r-
lone Slieglitz, mártir de su sentimenta- nard Shaw, quien afirma que es la B/sonora Duse en "Rosmersholm". leal,o de C,islianía (1905).
lismo, a quien quiere reconocer en la más cautivadora de todas las piezas de
heroína. Esposa del poeta Heinrich 5tie- Ibsen.
glitz. una víctima de In neurastenia qu\: No faltaron excepciones tampoco en la sutiles e incontrolables, y finalmente, beca un presentimiento de la paterni-
paralizaba sus actividades, Charlotte ama- misma Noruega; por ejemplo, el director monstruosas". Por el contrario, Gabriel dad del doctor junto al cual se crió, y
ba con locura a su esposo, y para rea.. del teatro de Bergen, donde se estrenó Finne declara: "Cuanto más pienso en una demostració'11"del complejo de
nimar su capacidad de producci6n. no por primera vez, Gunnar Heiberg, ,la Rosmersholm, más grande y sublime la Edipo".
se le ocurrió olro procedimiento que: define como "la singular tragedia de un encuentro.." .Tiempo adelante, obtendria Por su. cuenta, observa el conde Pro-
darse una puñalada, con la esperanza hombre y una mujer amándose con un.. por doquiera la obra un éxito rotundo, zor: "En estos dramas modernos nos
de que el sangriento suceso sirviera de amor tan grande, que .cambian sus al- y entre todos los comentaristas de sus muestra Ibsen el resu}tadci de las con-
estímulo al enfermo para emprender dis- mas", y añade que es "un gran símbolo características, se distinguirían les fran- venciones políticas y sociales que aho-
tinto género de' vida. Br~ndel traiciona de Aa conducta humana". Bjornson, de ceses, cuya fina sensibilidad les permi- gan la individualidad humana y tra.
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ban nuestro libre desarrollo... Se en- En cuanto a. La Chesnais, el más ella continúa ajena a cuanto constituye Kinder del Welt; la vida y los libros
cuentra en este drama el acento que moderno biográfo y traductor de Ibsen, su existencia del momento: las hijastras, de Adda Ravnkilde, joven noveli3ta que
vibra en la3 viejas baladas escandi- conceptúa Rosmersholm como ampliación la casa. y ni hace ya vida conyugal con se suicidó a los veintiún años, dejando
navas..... de El pato salvaje, donde se dice lo que el doctor. Padece ,la obsesión del mar-la inéditas tres novelas que se publicaron
Acerca del mismo dice Charles Sa- se dejó de decir y se sacan las conse- llaman la Dama del Mar-, y asimila a después... Por 10 que respecta a Elida
ralea: "Rosmersholm es con mucho la cuencias de lo que se dijo, y a Rebeca. su concepto la imagen del desconocido -nombre más bien masculino, que en
obra más desentrañada y más profun- como una nueva versión 'de la señora He aquí que de súbito se pres:nta el viejo nórdico significa: "el que va con
da de Ibsen... Es una maravilla de psi- Soerby. Circuscribiéndose a la obra en ausente para llevársela. Ella encuentra la tempestad"-, en ella creyeron reco-
cología, un regalo al cual se puede in- sí, agrega después: "Pero Rosmersholm refugio en su marido, mientras la fascina nocerse Camilla CaUet y otras; Hilda,
vitar a los más delicados. Por una par- sigue siendo, entre los grandes dramas aquel hombre, y se lo confiesa a Wange1, una de las hijas de Wangel, que será la
te, el conflicto entre el amor y el de- de Ibsen, aquel cuyo éxito resulta pidiéndole la libertad fe optar entre él heroína de El maestro Solness, parece
ber, la dicha y el crimen, la libertad y más incierto y depende sobre todo de la y el extranjero. Tras 'le un sordo com- inspirada en una tal Engelke Wulff, a
el determinismo; por otra parte... la manera como se desempeñen los papeles bate interior, Wangel se la concede, quien conoció Ibsen al borde del mar
pugna entre las ideas nuevas y las viejas de Ulrico Brendel y de Rebeca." movido del amor que la profesa; y cuan- precisamente , y además, recuerda un po_
ideas transmitidas por Ja herencia." Consignemos, por ~ltimo, que hay do por última vez viene el hombre mis- co a la esposa del dramaturgo; el escul-
A. Ehrhardt opina como sigue: "He quien estima que este drama recuerda a terioso, ella, libre ya para elegir y con tor tísico acaso reproduzca algo al pintor
aquí la obra maems¡ de Ibsen. Lo que Esquilo y Sófocles, que sus conclusiones toda la responsabilidad de sus actos, se alemán Deininger; el doctor Wanger se
tornan sin par este drama son la in- se acusan más conservadoras de lo que queda cerca de su marido y de las hijas denota una réplica parcial del propio Ib-
tensidad y la pureza de las emociones parece, y que, sin exteriorizarse tan enig- de éste, que ahora serán hijas suyas tam- seno Por último, los simbólicos desposo-
que procura. La obra habla a nuestra mático cual pretenden algunos. constitu- bién. ' .
rios ,cabe las olas. evocap J9s del poeta
inteligencia, y en ello está contenida ye indiscutiblemente una de las mejores A propósito dc;:l asunto. dice R:né con Rikke Holst en elpas1ido.
una gran idea moral... ./\1 mismo tiem- producciones de Ibsen, autor de tantas Doumic: "La idea que Ibsen ha querido Después de hacer Ibsen varios ma-
po influye el drama poderosamente sobre obras maestras. traducir es la que sigue. Una muchacha nuscritos, según su costumbre, se pu-
nuestra sensibiJidad y nuestra imagina- lleva en sí un ensueño de amor, y contrae blicó el texto a fines del año 1888, aco-
ción." LA DdMd DEL MdR matrimonio de conveniencia. Se acre- giéndolo bien la prensa en general. No
El vizconde de ColleviUe y Fritz de cienta en. su espíritu el deseo de no sé obstante, suscitó polémicas su ideología,
Zepelin 10 definen así: "Romersholm es El doctor Wangel, médico de una pe- qué dicha que ha permanecido descono- de la cual s~ desprende que la dicha con-
un drama psicológico muy extraño, una queña localidad noruega junto a un f;ard cida para ella. Todas las restricciones no yugal requiere el impulso voluntario de
historia de amor a lo Stendhal, donde y viudo con dos hijas jovencita/!, se ha lograrán más que exasperar este deseo; cada uno de los cónyuges. La pieza en-
una mujer apasionada hasta el crimen casado en segundas nupcias con la hija todos los remedios y todos los sostenes cierra una trascendencia social feminizan-
adora a un hombre que sufre y que de un torrero de faro. Elida, poco mayor no la ayudarán más que a perderse. Pero te por lo que atañe al matrimonio, sin
muere por impotencia de amar." que sus hijastras, la cuat hubo de acep- si mira de frente el peligro, si comprende que vaya contra esta institución y pro-
Véase cómo reacciona Berteval ante tarle por razones de interés. Antes amaba que es libre y responsable, puede salvar- pugnando sólo su libertad. Ya había un
la obra: ''Y si Rosmersholm representa a otro, un marino, misterioso personaje se todavía." anticipo de todo ello tanto en Casa de
todavla"'una tendencia, la representa des- cuyo nombre efectivo ni siquiera llega En la génesis de este drama intervie- muñecas como en Rosmersholm. Con
.de un punto de vista amplia y admirable- a averiguarse. Años atrás, a la orilla del
mente humano. He aquí el secreto del agua, celebraron ambos unas bodas sim-
I
J
nen factores muy distintos y difícilmente
discemib1es: un viaje en 1887 al mar
motivo de La Dama del Mar, pues, se
pusieron en orden de batalla, de un la-
encanto de este drama, y he aquí por bólicas; pero luego se marchó el viajero, bravíO',que amaba como buen noruego, do. apasionadas feministas. y de otro, no
qué muestra mejor que los anteriores 10 y ella se consideró desligada de su com- 1 con el pensamiento de las ondinas que menos apasionados dectractores de las
que hay de irrevocable en las opinio- promiso. escribiéndoselo así. De pronto. lleva aparejado en los cantos daneses, y mujeres deseosas de emancipación, entre
nes de Ibsen. Ya no es el revolucionario sin saber por qué, recela que va a venir que inspiró a Andersen algún día; los ellos Strindberg, quien afirmaba: "La
fogoso; es el que añora el pasado, y él a buscarla, y se altera su sistema ner- cuadros de sirena3 def pintor Bot.cklin, mujer es un adólescente que no alcan-
hombre con todo, marcha hacia el por- vioso hasta el punto de figurársele que evocado en cierto modo al comienzo de la za sino la mitad de su crecimiento, un
venir." Ernest Tissot confiesa que "su un niño suyo, muerto. fruto efimero d(' , acción; el recuerdo de Magdalena Tho- hombre nacido prematuramente, deteni-
sentido es tan oscuro, sus intenciones su unión con'el doctor, tenia los ojos del resen, Cuya historia guardaba cierta ana- do en su desarrollo y afectado de una
tan múttiples, que, despué3 de más de marino aquel. y acaba por contárselo todo logía con la de la llamada Dama del Mar, clorosis crónica."
veinte lecturas, no estoy seguro de ha- a su esposo, quien lo mira como prueba en opinión de la señora Ibsen; una no- Hay en el desenlace de este drama
berlo comprendido todo." del desequilibrio de Elida. Por lo demás. vela del aJemán PauJ Heyse, titulada un franco optimismo que no solía sentir
108 109
_o. /

da, se dispara un tiro de improviso. funtos. Su drama compona el drama


Como en El pato salvaje, en Hedda del anhelo inflIlito que choca con la in-
Gabler el autor profesa el principio pe- suficiencia humana, y su gesto terminal,
simista de que no pueden realizarse nun- en plena juventud y en pleno espl~ndor,
ca los ideales, y de que, ante tal imposi- resulta un soberano gesto de desdén. Hay
bilidad, los espíritus superiores-y Hedda quien cuenta que, a raíz del ~treno de la
se yergue por encima de la ruindad y obra, se mató en Cristiania, para "morir
de la pequeñez del "ambiente donde se con belleza", una exquisita ado1e~cente
desenvuelve-prefieren perecer a claudi- de dieciocho años, próxima a casarse...
car. En la conferencia que dió Jules Le- Helda Gabler empezó a escribirse,
maitre al estrtnarse en Parls la versión probablemente, en Gossensass y se re-
francesa del drama, juzgaba con hana mató en Munich el año 1890. Acerca
severidad a su herolna, censurando su de su origen afinna Halvdan Koht "que
carácter cruel.. Sin duda, jamás Intentó parece el punto de partida del nuevo
Ibsen hacer de ella una creación sim- drama el suicidio de un señora ociosa
pática; pero tampoco la conceptúa una de la alta sociedad", e Ibsen declaró en
ctiatura fundamental ni esencialmente Berlín, al estrenarse la obra en alemán,
milla. En rea1idad~ si bien se mira, es que tuvo por modelo a una dama con
digna de compasion, y en resumidas quien coincidió en Munich, la cual se
cuentas, irresponsable por" completo, a había envenenado; hay asimismo en la
pesar del mal que le complace"sembrar protagonista reminiscencias de Emile
en tomo suyo"un poco inconscientemen- Bardach, su jliJ"tdel Tirol, y del propio
te j digna de compasión por ser una Ibsen, en fin, aun cuarido, en !=lfondo,
enamorada de la belleza, que entraña su no reproduce a ninguna persona definida.
ideal y ver cómo la belleza la escarnece. Ejlen Lovborg está tomado, por lo visto,
Por eso, pues, reniega y deseI:ta de la del profesor alemán Julius Hoffory, por
vida, cuyo mediocre tono habitual le re- más que alguien pretende, sin verdadero
pugna. No se somete, no, orgullosa a fundamento, que retrata a Hans Jáeger
'/
la par que hennosa, aunque acaso menos Tesman se inspira un tanto, según.varios
perversa de lo que se cree, hasta el biógrafos, en el teólogo alemán Julius
postrer momento. Elías, y la tía Julle, en una Elisa Holek.
jPobre Hedda Gabler! Con su su her- El episodio del manuscrito y el matrimo-
mosura, con su altivez, aun con su re- nio de Hedda se basan en casos análogo3
lativa maldad, tiene la grandeza de una que llegaron a conocimiento del autor, al
diosa antigua, de un fatal demonio-los parecer.
griegos llamaban demonios a sus divi- Para concluir, por 10 que atañe al mé-
nidades-que no soporta lo vulgar. Así, rito dramático y escénico de esta dis-
desprecia a su marido y cuanto le ro- cutida Hedcla Gabler, se revela de todo
dea, despreciando, por último, la vida punto indiscutible, y en opinión de mu-
al abandonarla, si no se desprecil'. a si chos, constituye la obra maestra de Ib-
misma Inclusive. Su presúnta perversidad sen, que ha escrito diversas obras maes..
obedece al deseo de buscarse emocio- tras; pero s~ cabe asegurar que se trata
nes, y a la postre tal vez encuentre h. de su obra más objetiva, y en general,
emoción suprema cuando sale con" va- de una obra perfecta que no"deberia es-
lentía al paso de la muene, que ha de- timar incomprensible" nadie. Sin embar-
bido de acogerla en su seno con el res- go, la señora Ibsen manifestaba con frc..
peto con que las criptas sagradas acogen cuencia que, para comprender los dra..,
bajo sus bóvedas oscuras a los reyes di- mas de su esposo, la crítica solía necesitar
111
con vesánico ademán... Por culpa suya Abundando en parecido criterio, opina
unos diez años... y en cuanto a la in- nial, siquiera no sea ni arquitecto, que acaba de morir el poeta de la altura. Georges Leneveu que El maestro Solness
tensidad psicológica del drama, prema- primero ha edificado iglesias de eleva- que ha sucumbido... ¿a qué? Dentro del es una de las' piezas más perfectas del
turamente freudiana, busca hondos abis- das torres, homenaje si no reto a Dios, ánimo late una pregunta enigmática. ¿Ex- teatro de Ibsen, "la que prefiere, porque
mos y descubre recónditos arcanos de aun cuando a ratos piensa que Dios mis- piación? iQuién sabe! Sea como fuere, ha puesto en ella 10 mejor de sí mismo,
un alma misteriosa. mo le destina a su gloria: así deduce que \ por allí ha soplado el vendaval de la y donde nos brinda un nuevo instru-
por designio divino se quemó su casa y ! fatalidad. mento de autobiografía bajo una forma
EL MAESTRO SOLNESS murieron a consecuencia indirecta del si- En el prólogo de su traducción fran- dramática nueva en su extremado sim-
niestro sus dos hijitos gemelos, a fin cesa, el conde Prozor quiere encoritrar bolismo". Considera "que alcanza las
Quizá se halle la génesis de este dn... de liberarle de trabas familiares, deseando a lo largo de esta obra simbólica un alturas más misteriosas de la evocación
ma, uno de los principales de la última que se entregara exclusiva y libremente paralelo entre la vida espiritual de su psíquica", y agrega: "Es la historia de
época de Ibsen, en el poema Proyectos a la arquitectura sacra. Luego no está protagonista, verdadero iluminado de la su pensamiento y el testamento de este
de construcción, escrito tiempo atrás, conforme con este designio y anhela arquitectura, y la vida espiritual de Ib- pensamiento, el resumen de sus obras,
donde evocaba cómo había pretendido construir hogares alegres para los hom- sen, verdadero iluminado de la drama- la síntesis de sus dramas, la encarnación
edificar un castillo de ensueño con dos bres. Sobreviene entonces en su vida turgia. Tras de puntualizar el simbolo de su yo, toda la cadena intelectual desde
alas, la grande para un poeta inmortal, Hilda, una doncella con quien {;oinci- que constituye por sí solo cada perso- Brand y las diferentes f1uctuac~oncspor
y la pequeña para un::;mujer joven; pero dió siendo ella impúber y de quien se naje, añade: "Luego, si se pasa a las las cuales pasó de la fe a la duda hasta
el ala grande resultó demasiado peque- había olvidado, ejerciendo un influjo de- ideas, las iglesias que construía Solness al este esplendo( de idea que írradia igual
ña, y la pequeña hubo de derrumbarse... cisivo y funesto sobre él, que a la sazón iniciarse su carrera son los dramas fi- que un faro sobre los hombres."
Contribuyeron al asunto también el re- temia la llamada a su puerta de la ju- losóficos de Ibsen, y en general, las Asimismo aduce Berteval: "Por do-
cuerdo de la torre de la iglesia de Skien, ventud para anuJarle. Hilda es la juven- obras religiosas o místicas por las' cuales quiera .siente Ibsen crujir a. .sus sondeos
a la cual se asomó en su infancia sobre tud, y no persigÜe'-atiularle de ningún han comenza'dotantos poetas en su país; la delgada corteza de los hechos, y de-
la .población un tierno Henrik, y lós dos modo, pues le admira y le ama. No tar- las moradas familiares que más tarde bajo de ellos percibe análogo misterio,
incendios que la devastaran, así como da Solness en amarla a su vez, nombrán- se ha dedicado a construir, después de un orden de cosas que no es voluntad
la sensación de vértigo y reminiscencias dola princesa del fantástico reino de To- una crisis de esperanza y de rebeldía, de nadie y todos realizan, que no expresa
de leyendas relativas a constructores de ronjalia, y anhela levantar para ambos son las tendencias humanitarias que, du- ninguna palabra y cuyo símbolo ofrecen
templos que perecen porque castiga Né- un ideal castillo en el aire-el del poema rante la época en que Ibsen procuraba los hechos todos. Ibsen ha llegado a su
mesis su orgullosa osadía al subir tan Proyectos de construcción-, un castilló con sus dramas modernos reformar la forma dramática definitiva... y ha nacido
alto. Hay, además, una remembranza de imposible-"lo imposible es lo que más sociedad por el teatro, terminaban de el teatro simbólico."
su propia madre, apasionada por las mu- atrae", dice en detertninado pasaje de la triunfar en Escandinavia de la vieja fe A propósito de algunos mOmentos en-
ñecas, como la señora Solness, antes de obra-, mientras se lanza de lleno a su 'misticista. Al desaparecer ésta, les ha debles o poco resistentes del drama, nota
convertirse en la seca luterana que llegó quimera. Ella se le imagina según le vió legado el culto del ideal' y el amor Georg Brandes: "Mucho arte es nece-
a ser con la edad. Respecto al personaje díez años antes, al inaugurarse una torre a lo bello, cuya huella comporUln todos sario, en efecto, para hacemos creer com-
de Hilda, Ja heroína, a quien ya hemos en la igl,esia de su ciudad natal, subién- los movimientos sociales de esas comar- pletamente en el simbolo, de modo que
conocido casi niña en La Dama del Mar, dose a lo más alto para colgar de la ve- cas, incluso el movimiento obrero actual.. . nos dé la impresión de puro símbolo.
diriase más o menos tomado de la distin- leta una corona. El maestro padece ahora
En fin, la resolución que adopta [Solness] Para mantener al lector en la atmósfera
guida vienesa EmiJie Bardach, quien, re- de vértigo y no lograría repetir la haza- de no edificar ya nunca más que casti- de Ja obra, ha debido Ibscn tapar con
ciente el estreno, le firm.6 un día su ña; pero Hilda sueña con vede todavía llos encantados, si bien haciéndolos des- maravilloso esmero todas las puertas y
foto titulándose "princesa de Toro{1jalia", entre ),as nubes y le induce a repetirla. cansar sobre fuenes cimientos, simboliza ventanas, de guisa que impida penetrar
aunque afirmaba que reconoció en la Cuando inaugura su propia casa, que la última evolución del genio de Ibsen cualquier soplo de/sana razón humana de
obra bastante más a Ibsen que a sí mis- viene de construir, el maestro Solness y acaso Ja de nuestro siglo [eJ XIX]."Más la vida diaria."
ma; otros creen que le inspir6 este tipO sube con la corona hasta lo último del adelante, al referirse a tan excepcional El gran dr3lp3turgo belga Maurice
de mujer Ja pianista Hildur Andersen, edificio por complacer a su' "princesa", y constructor, identifica "el germen de lo- Maeterlinck, sobré quien ha denotado
quien despertaría algunos celos de la cae, estrellándose contra un mont6n de cura que yace en el fondo de este cere- indiscutiblemente el gran dramaturgo no-
señora Ibsen. Y en cuanto al carácter piedras. Entre tanto, Hilda, que vuelve
bro. 'atormentado", y a la postre afirma: ruego una influencia profund3, discernía
moral de Solness, no cabe duda de que a contemplar la apote6tica visión de su "Creo que 'Solness es la primera confe- en El maestro Solness "el más extraño
tiene mucho de su autor. niñez, cree percibir en el espacio,.como
Hablemos por lo pronto del drama en otrora, cierto sonoro cántico y una mú- sión que desde el teatro nos ha hecho un de los extraños dramas de Ibsen". Y
poeta." observaba: "Reinan en este drama 50-
sí. Halvard Solness es un constructor ge- sica de arpas, agitando un chal blanco
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nambúlico no sé qué potencias nuevas. sin saber muy a menudo qué aplaudía. de las antiguas leyendas y consejas del dimiento por Ja muerte del niño, decae
Cuanto se dice en él esconde a la par Otro tanto se impone argüir respecto a ., None. Refiriéndose a esta figura, afir- en el hombre el amor, y cuando se hace
que descubre las fuentes de una vida des- diversos públicos y por extensión al pú- ma Georges Leneveu que parece "salida la situación insostenible, se inclinan una
conocida." blico en general, pues jamás fué Ibsen de un cuento de Andersen... postrer ava- y otro por el altruismo en memoria del
Algo así estima, por su cuenta, un poeta dramático para las mayorías, a tar del espíritu maligno, agente misterio- pobrecillo muerto. Ya no tiene razón de
Edouard Schuré al aseverar que se cuyo gusto no se amoldaba, y su inmen- so que surge por doquiera algo bulle. roe ser el libro sobre la responsabilidad hu-
"aporta un nuevo concepto de la vida" so éxito de última hora, harto mere- e impide a las personas dormir". En rea- mana, que no se concluye ni necesita
en esta acción. cido en un principio y siempre, se debe lidad, la fascinación que ejerce sobre el concluirse, pues al cabo comprenden él
Para concluir, el crítico español Ri- más a contingencias de la moda que a la niño esta vieja siniestra, la ejerce también y ella tal responsabilidad y la asumirán
cardo Baeza-que tradujo a nuestro idio- impresión multitudinaria. No querer con- sobre nosotros, turbando el espíritu con con corazón enternecido.
ma algún títUlo de Ibsen-Ia conceptúa fesarlo implicaría una flagrante falta de un escalofrío de espantó y con un soplo Varios criticas disciernen en tan dis-
"quizá }a más original de sus obras en sinceridad, y hacerlo no va ni por asomo sobrenatural. La Mujer de las Ratas cutida obra tendencia optimista, siquiera
procedimiento", y juzga que, dentro de en menoscabo del genio ibseniano, sino constituye uno de los mayores aciertos se denote su presunto optimismo bastante
su modalidad postrera, "marca el comien- al contrario precisamente. en detalle de Ibsen. problemático. La informa, sí, un alto
zo de un período lírico, más subjetivo, A juzgar por determinados antece- sentido piadoso ante los padecimientos
de exploración del alma humana en sus EL PEQUERO EYOLF dentes, debieron de intervenir en la gé- de la humanidad dolorida; mas no tras-
regiones más misteriosas y en sus fuer- nesis del drama el recuerdo de un her- luce el menor rastro de gozo-y el op-
zas más ocultas". Es una muestra cabal del último pe- mano del dramaturgo, a quien dejó caer timismo engendra -gozo-, sino un negro
El autor, por su parte. no ha ne- ríodo de Ibsen, y en eija hay uno de una niñera, provocando su invalidez, y fondo de tristeza. En el prólogo de su
gado nunca el simbolismo que encierra esos seres a quienes llamaba, como an- la evocación nostálgica de ciena tía suya, traducción francesa observa el conde Pro-
El maestro Solness, e indicaba que debía. tes a Solness, "criaturas de Satán", por.. :'1. un tanto Joca, que se vestía com~ la Mu- zor: "La escena final de . El pequeño
comprenderse "simbólicamente", por' más lo cual no ha faltado quien supusiera que. jer de las Ratas, y recibió este apodo des- Eyolf torna esta pieza una magnífica pro-
que alguna vez entendiera que se había coincidía, hasta cierto punto, con Mal- conocemos'por qué. Habrán' contribuido, fesión de fe en el poder del amor y de
recurrido a demasiado simbolismo en el thus. Se trata de un drama extraño y sin duda, otros factores, además, a su- la vida, una ge¡¡ial respuesta a La sonata
modo de representarlo, con detrimento sombrío, donde el infantil protagonista gerirle el núcleo de la intriga; pero, a Kreutzer, cuyo autor no ha colegido
del realismo. Y por 10 que atañe a deta- muere al terminar el primer acto, para por nuestra parte, los ignoramos. el lazo que media entre todas las formas
lles hasta cierto punto biográficos, cuan- que su sombra acusadora llene los dos Esbocemos el asunto ahora. Rita ama del amor, ni ha visto que no está en
do en 1897 le entrevIStó Jules Claretie y actos siguientes. A o largo del desarrollo a su marido, Alfredo, con un amor fre- la violencia ],a fuente de los males estig-
le declaró que por
era él,
este drama la pieza nético, y un día, mientras se entregaban . matizados por él, sino, antes' bien, en la
suya preferida Ibsen replicó que, flota la vaga
captaría atmósfera
Maeterlinck deldegran
5sterio
poeta que
es- los dos a sus a¡rrebatos pasionales. se insuficiencia de este sentimiento en aque-
en puridad, era ésta la obra en que candinavo, e impresiona la idea del des- cayó su hijo, de 'escasos meses, abando- llos que lo desencadenan o a quienes
reflejaba, más de sí. tino presidiéndolo todo, ni más ni me- nado encima de una mesa, quedándose alcanza." Por ende, en este drama, don-
Realmente, aparte de su valor sim- nos que en el teatro griego, sin salirse, inútil de una pierna para siempre. Alfre- de a la postre el amor carnal deriva
b!Slico,todo el drama está informado por no obstante, de la existencia moderna. A do está escribiendo una obra sobre la hacia una abnegación espiritual tras de
la idea del destino a la manera del mtan- ratos desconciertan las inopinadas reac- responsabilidad humana, y quiere hacer un proceso evolutivo, si palpita algo
ké griego. Podría resumirse en e3ta ad- .ciones psicológicas que pone de relieve el feliz a todo trance al vástago condenado de optimismo, es sólo de una manera
vertencia: "Sé tú mismo; pero ello en- autor, y alguien sospecha que a su vez de antemano a no pocas limitaciones; relativa, resignada, o dicho más gráfica-
traña una serie amenaza." Solness siem- se desconcierta Un poco a sí mismo... pero el niño se ahoga por nadar sin mente, por medio de una paradoja, un
bra fatalidad en torno suyo y cae Victima Huelga añadir que no comprendió de saber, y desaparece irremediablemente optimismo melancólico...
de su fatalidad, personificada para el caso veras esta pieza, como de costumbre, el bajo el agua del fjord, en cuyas ondas En todo caso, El pequeñoEyolf acu-
en la entusiasta Hilda, rindiéndose al público, si bien por aquella época se sobrenada una muleta... Ana, hermanas- sa incontestables méritos, entre ellos, y
vértigo de la altura y al vértigo de su enorgullecía de su glorioso compatriota, tra legal de Alfredo, descubre de impro- en particular, su Jlcuidad analítica, la in-
alma. y que tampoco resultaba demasiado ase- viso que no los une ningún vínculo de tensidad de sus raras sensaciones, su casi
Nada de esto iba a apreciar desde quible a o~os públicos, c~n excepción sangre, a despecho de Jas apariencias; mágica percepción de un mundo inte-
luego el público compatriota de Ibsen, de selectas.minorías.. . le asusta luego su equivoco afecto mutuo, rior en cada hombre o cada mujer y de
que al cabo le consideraba. un .motivo En El pequeño Eyolf requiere. especial y acaba por evadirse de la tentación con otro mundo invisible fuera de la órbita
de orgullo nacional, adorándole como a mención un personaje secundario, la Mu- otro hombre que la solicita. Entre tanto, terrena. Contadas obras de nuestro tiem-
un ídolo y aplaudiéndole frenéticamente, jer de las Ratas, qne diríase arrancado sufre el matrimonio un constante remor- po se acreditan así de interesantes.
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¡UAN GABRIEL BORKMAN empezó a escribirse en Cristianía un año gor psicológico, 10 expresa exactamente dos parejas cuando ella y él resucitan...
después y se compuso por completo Henry Fouquier al opinar que supone en la muerte, conforme la otra mujer y
Los últimos dramas de Ibsen tienen en poco más de tres meses. Denota una "'!.!l-hermoso estudio del orgullir'. el otro hombre se envilecen en la vida,
algo de grandes poemas en torno a subyugadora intensidad dramática y una a favor de un paisaje maravilloso, apo-
asuntos de carácter moderno; poemas un fuga lírica no exenta de grandeza nunca. CUANDO DESPERTAMOS teótico.
poco misteriosos, donde ¡las ideas se sim- Está basada en Ja realidad de los escán- LOS MUERTOS Dos años estuvo Ibsen cavilando acer- .
ca de esta obra, que apareció a fines
bolizan en ~ersona~
~-;:ehO$8Dtes- "de s.person~s
ASl este dalos financieros
entonces, y su JuanqueGabriel
menudeaban por
fué inspira- En este drama supremo, "epílogo dra- de 1899 para desconcierto respetuoso de
7uan Gabriel Borkman, poema de la do, sin duda, en algún modelo vivo, lo mático", según lo denomina el pro- la critica, la cual le dispens6 una aco-
ambición y de ~aespeculación, cuyo pro- mismo que el tipo de Ela Rentheim y pio Ibsen, vuelve a plantearse aquella gida halagüeña en conjunto. Ahora no
tagonista es, según Lauren! Tailhade, el los demás del drama; pero sabe a ratos duda que ya le acompañará ha3ta la tum- procede afirmar concretamente que sus
verdadero jefe aristócrata nato que !JD salirse de esa tangible realidad y escalar bao ¿" u.. . raz6~? ¿D6 está personajes se basan en personajes .reales,
vacila en sacrificar 1" pxistenc~1 altas cimas del pensamiento humano verdád? He aquf e lic des- aunque el protagonista denota rasgos del
".!Iulló1dc-~es-por-éLsol<Lco~- hasta hacerla sobrehumano, extrahuma- eñCañtO . acaso un re i- autor a menudo, sin duda. Drama del ~
prendidos. El autor, por su parte, le es- no... e inhumano, por añadidura. lento de la muer s de mu- pmtu, lo incorporan unas cn as- me-
"'ritffiliiñ Napoleón de las finanzas "que Como aumentaba en toda Europa el chas m ma o "autoanato- n anas ue espirltuale, y diríase
ha caído en su primera batalla". Y hay interés por cada nueva creaci6n de Ib- rota , para emplear una palabra suya, en total como una smtes¡s de los dramas
quien cree ver en todo esto una influen- sen, a raíz de publicarse y de estrenarse mientras desarrolla una v ás el anteriores, como una mirada del maes-
cia filosóficade Nieusche. motivó 1uan Gabriel Borkman numerosas conflicto entre a rea "z ci6n ex a tro al largo camino recorrido.
Borkman, banquero en quiebra,. tras críticas de importancia y-conferencias~e- existencl en calma; ~la ~ Al representarse este epílogo; obtuvo
de cU!11plir.en un presidio la sentencia insignes escritores, representándose con'
dictada contra su delito,. vive orgullosa- éxito en los principales teatros del mun- .~a ael los
. lmIento ~la escrúpulos
-alarmacrerremor-
de ~11A¡;:la, el éxito
dado el que debía forzosame~te
renombre obtener,y.:
muridial "9,eIbsen,
mente retirado, fuera de contacto alguno do. Ofrecía una indudable novedad e todo ellif vago, nebuloso, en una atmós- nadie o casi nadie vió en Já.pieza indi-
con su mujer, aun habitando ambos bajo iba bien con las mentalidades de la fera de sueño, de agonía ~\1i-..á,ame la cios de vejez, salvo Edmund Gosse, quien
el mismo techo, sin querer ver a nadie época, sin perjuicio de adaptarse a~i- 1
I
y sin que nadie quiera vede tampoco. mismoa las épocastodas.Constituyeuna . muerto ~ de
certeza a men
mo~~do~no 1 dramatuZ::-tigado, cuya. fuerzas
estamos la concepJUaba "obra de físicas declinan".
un ancianofa-
Sólo le reconfortan en su decadencia un epopeya del tiempo actual a la vez que ¡(O,próximo a su fin, vacila y se entris- En cambio, observa A. Joyce: '~r mlly..,
viejo amigo, a quien arruinó, y Ela, su arranca de .unos tiempos remotos. teee... p1"rlP"'''~<pIe pUf'''~n ~.." J"" Ct"eaciones
cuñada, a la cual había amado y traicio-
nado para casarse por interés con la her-
mana de ella, dándose, pues, el caso in-
Por lo que atañe a su ideolo a, en
este drama ubsiste la u o,
iniciada al envejecer, acerca de dónde
Relatemos por encima el asunto. En }!!1terioresde Ibsen ~be preguntarse si
un balneario se aburren el famoso es- alguna de sus mujefes akanfii la
cultor Rubek y su joven esposa, y coin- ldad de c:... .. n suma,
-
cide con ellos en aquel establecimiento Croiñdo despertamos los muertos puede
sólito
él son de
dosque
de los
sus únicos queA creen
víctimas. en
la vuelta ~til hallará Ja verdad
mib ~iU611 -en 'Uiyvida.
de atiay
qUién-:aS1S;;-
tamlñéIt una . pobre perturbada a quien custodia contarse entre las obras más grandes de
dé diversos incidentes familiares-entre a(fuf una relJUJl1SCenCla del poema El una especie de' enfermera. Es Irene, la su auto(, Si no es Ja máS grande:'
ellos la liberación del hijo en compañía minero y una ternura concentrada que mujer cuya a1ma captó el cincel emocio- No nos atrevemos a negar que lo
de un amor inseguro-, mientras aún trasciende a nosotros de cuando en cuan- nado. de Rubek al vivificarla en su es- sea, máxime en ciertos aspectos, por-
abriga el agiotista ilusiones de rehacerse do. Se trata, en suma, de una obra tatua desnuda; esfuerzo pigmaliónico al que se trata de un originalísimo dra-
y replicar COnsu triunfo.-al mundo, mue- profunda, llena de bellezas y digna de su revés, hace much03 años. Se encuen- lIla del subconsciente, con un l!2ndo
re de improviso en plena madrugada de autor, con 10 cual hemos hecho su má-
invierno, al aire helado, entre la nieve, ximo elogio. tran de improviso
de acuerdo con Ja "muertos"a\
tesis indicada,presente,
y revi- ~an"e
presionanídeológtCOy un §imho~
, que glosa de manera
ven, al modo que en un delirio de ultra- eClsa influencia .del arte sobre el ar-
-
soñando un supremo C'ñsueño mágico Por último, conviene ret;al.carque 1uan
de oro, mientras se estrechan las manos Gabriel Borkman, drama muy moderno, tumba, su novela antigua, donde, a pe- tista creador y sobI;.Cla musa inspiradora.
sobre el cuerpo muerto las dos her- se asienta sobre una estructura clásica, sar de los pesares, no hubo amor si- ¿Dónde está la verdad? En el caso se
manas rivales según han observado bien .camille Mau- quiera.. . mezclan resurrección y muerte, y hay en
Esta obra, cuya...arrió" transcurre du- clair y Emile Faguet, finos espiritUso'crí- Entre tanto, van a iniciar otra no- determinados pasajes un sentido austico,
rante pocas horas' de una sara noche, ticos. vela,. sin. amor tampoco, la joven esposa sin que el poeta se pronuncie claramente
como la de taInas proauCClonesIDsenía- Y en cuanto a su indiscutible fuer- aburrida y un cazador semisalvaje. Viene por los asertos de ninguno de los inter-
nas, se concibió a mediados de 1895, za poética dentro del más minucioso ri- a la postre el amor para la primera de las locutores, cuerdos unos, locos otros..
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1 ternidad no tienen ya el mismo sentido constituyen el ser humano entero y com-
¿Quién tiene raz6n? Tiene raz6n Ibsen cuatro 'notas decisivas de Beethoven con que en tiempo de la guillotina. Los po- pleto cuando están reunidos; un sexo
al no definirse por completo acerca de que llama el destino; iba a morir... líticos no quieren comprenderlo, y yo complementa el otro." Recordemos la
un tema tan resbaladizo. Pero lÍo juz- Por eso-probablemente sin presumir- los odio." teoría de Platón relativa a las dos mi-
guemos debilidad lo que s610 consti- lo ni, sospecharlo-su drama postrero, De 10 transcrito se deduce que el poe- tades del sexo doble que se buscan, ajus-
tuye simple duda, tal vez desaliento... cuya ejecuci6n le traía inquieto y des- ta ideólogo propugnaba la libertad in- tándose a maravilla por obra de la pa-
Ibsen iba a morir por la época en asosegado, resultó al cabo un epílogo dividual, prescindiendo del Estado y de reja conyugal, cuando se han buscado
que escribi6su último drama, Cuando grandioso, un testamento ideal y una la politica, los cuales no le inspiraban a conciencia, sin obedecer a ningún in-
despertcmws los muertos, y si bien se humilde confesión llena de nobleza. "Lo la menor simpatia, por cierto. Hay ejem- flujo ajeno, y así lo comprende Ibsen.
demoraría la muerte siete años aún, la único que yo sé es que nada sé", declara plos de ello en Casa de muñecas, donde Después de haber creado esas mujeres
escuchaba llamar a su puerta con las Sócrates. Nora va en busca de la verdad, y en Un superiores-cada una por distintos con-
enemigo del pueblo, donde el doctor ceptos, y no buenas todas-que se lla-
Stockmann se queda muy a su gusto man Inés en Brand, Nora en Casa de
CAPITULO V solo. Porque la soledad hace recobrarse muñecas, la señora Alving en Espectros,
al individuo, e Ibsen se inclina a la re- Rebeca en Rosmersholm, Elida en La
forma social por medio de Ja indepen- Dama del Mar, Hedda Gabler en el
IDEOLOGIA dencia individual. "Libres o no-puntua- drama de 'su nombre, Ela Rentheim en
liza A. Fouillée-, tendemos a la liber- Juan Gabriel Borkman, el literato, me-
duo", refunfuña. E indica en una carta tad, a la independencía absoluta, cuya tido a socializar, no podía menos de
lDB4 DB LA UBBRTAD idea tenemos." Y ya sabemos cómo-ama- mostrarse propicio a la emancipaci6n. de
a' su bi6grafo Brandes, perfilando esta
Refiriéndose a Ja Rusia, zarista, un opinión: "Quien' posee la libertad de ba Ibsen la libertad, sin importarle en la mujer, dado su concepto indefinido
día exclamó Ibsen: " ¡Qué país tan es- otra manera que .como un ideal por al- cierto modo que se alcance o no, pero de la libertad; pero' no 'le convence el
pléndido esa Rlbia I IQué magnífico canzar, la posee muerta y aniquilada, adorándola por 10 que significa en sí. feminismo de las sufragistas, puesto que
despotismo el suyo1" Este entusiasmo no pues la idea de libertad tiene de caracte- El hecho de que Ibsen sea individua- no le convence el sufragio tampoco, y
reflejaba, sin embargo, apego al aherro- rístico que se ensancha y se extiende lista no equivale a que se declare ad- anhela el desarrollo moral del bello sexo,
jamiento de los pueblos, sino, por el con- sin cesar." .
versario total de la fatnilia. "La fami- como anhela el del hombre, por medio
trario, un parad6jico amor a la libertad, lia-observa Guérin-debe ser un árbol de esa libertad individual tan ,procla-
De ahi que pueda asegurane que
Y lo explica como sigue: "Rusia es uno amaba la libertad, pero a condición de poderoso cuyas raíces se bunden a gran mada.' '
de los raros paises de la Tierra en que profundidad en el suelo, tnientras sube No confundamo'J individualidad con
no obtenerla, como se ama lo inasequi-
los hombres aman la libertad y le ofren- ble,. sentimentalmente. Y añade: "PolÍ- su copa hacia el cielo y las ramas pro- individualismo, y advirtamos que Ibsen
dan sacrificios aún. He aqui por qué gamos la tnina y la zapa a la idea del tectoras cubren un amplio espacio. Por se denota individualista por partidario
se revela tan grande en la poesía y en el Estado. No reconocemos'más que 'la es- lo demás, se halla reducida al estado de de }a individualidad y no del individua-
,arte ese país." Cuando fué tomada Ro- pontaneidad y la simpatía como los úni- un endeble arbusto sin raíces, cuyo po- lismo político. En cuanto al socialismo,
ma en 1871, afirmaba: "Roma era Ja cos factores de una asociaci6n. Este será bre follaje es impotente para servir de lo rechaza 'y le repele, por más que se
única plaza pacifica de Europa, la única el momento de la sola libertad que tenga abrigo." Podría suscribir estas palabras ha pretendido considerade como socia-
ciudad que gozaba de verdadera libertad. algún precio." el propio dramaturgo, que aboga por la lista. Muy al contrario de serio, ni repu-
5610 ella estaba libre de la tiranla de En 1870 había escrito al tnismo Bran- fatnilia, combatiendo sus vicios, en Casa blicano siquiera, olvidadas sus veleida-
la libertad... Porque en tal libertad yo des: ''La antigua Francia ilusoria está de muñecas, en Espectros, en Rosmers- des de la adolescencia, aspira a la ilusión
no amo más que Jas luchas para conquis- hecha trizas. IOjalá ocurra pronto otro holm. del superhombre de Nietzsche y le dis-
tarla y no me preocu e poseerla." tanto con la nueva Prusia, no menos fic- y por lo que atañe al matrimonio, gustan la medianía democrática y el
Estas últimas frases cotni ya a acla- base de la familia, desea el libre acuer- triunfo de "la mayoría compacta", de esa

~
ticia! Entonces pasaremos de un salto
rar todo lo anterior, que recia, si bien a un período nuevo... Los hombres no do mutUo de un hombre y una mujer mayoría que "siempre está equivocada",
genial, un poco incoherent en suma. quieren sino revoluciones especiales y libres para formar una familia libre que mientras "la miDó'ria tiene siempre ra-
Una vez CO!1SeguidaJa libertad, no loCalizadas,revoluciones externas y, poli- sirva de sostén a una sociedad libre. Uni- z6n"., Respecto a semejante estructura
cree Ibsen que ap10veche al individuo ticas. Pero todo eso supone mero char- da por libre albedrío la mujer al hom- ideológica, hacía notar Bjornson: ''Re-
lo que aprovecha al ciudadano, y él no latanismo. Lo que importa es la revo- bre, entre ambos compondrán un todo, volucionario en las ideas, llegando hasta
quiere que se vuelva ciudadano nadie. lución del espíritu humano." Y más ade- que es el matrimonio perfecto. "El bom- el transformismo en moral, Ibsen es un
"El Estado es la maldición del indivi- lante agrega: "Libertad, igualdad, fra- bre y ]a mujer-precisa Kant-solamente reaccionario y un aristócrata en política.
118 119

....
Tratad de hablarle del socialismo de cara a cara con la humanidad. Un mun- tado el dolor." No cabe duda de que el RELIGIOSIDAD
Estado ó del sufragio universal, y se en- do en medio de otro mundo, según la ideólogo, pesimista, individualista y un
cogerá de hombros." definición c1ésica. La personalidad se poco anarquista a su manerá, se solida- Hemos advertido que era Ibsen un
¿Y la libertad? ¡Ah! La libertad si- manifestará, se desarrollará, pues, con riza con el prójimo y entrevé un cami- temperamento esencialmente religioso, "1
gue en pie ahi, por encima de todo im- desprecio de las demás, por incesantes, no de salvación, entendiendo tácitamen- una vez más recordaremos cómo le ve-
precisa, equiparable a un sueño... por crueles, si es menester, y en todo te que puede remediarse el mal, aunque nía su religiosidad desde la infancia, ante
caso, siempre, por irresistibles esfuerzos no esté muy seguro de que se remedie... todo por obra de su madre, pietista fer-
de voluntad. Y en suma, ¿no es la vo- Por tanto, bien mirado, sólo se acusa vorosa, y luego por obra de su educación
QUERER. PODER, DEBER . luntad J.a razón, el principio, la norma, pesimista a medias y divisa una vislum- primaria, a cargo de sacerdotes, sin que
en fin, de la acción y del pensamiento? bre de esperanza. haya podido nunca desposeerse de este
Dice Ernest Tissot: "Ibsen es el pen- Sin embargo, enfrente de este ensueño Más de una vez I\punta el dramatur- poso indestructible su alma. Hay, em-
sador exaltado por )a soledad, enervado social de una humanidad que haya co- go su confianza en la redención por el pero, en. su producción una aparente irre-
por la lucha, cuya enseñanza, de una elo- brado conciencia de sí misma por la vo- amor y por la verdad, de lo cual vemos. ligiosidad que en el fondo no lo es. Si
cuencia fogosa, persuasiva, result:¡ peli- luntad, y cuyo espíritu habrá conseguido ejemplos en Peer Gynt y en Las colum- en ocasiones combate a los representan-
groso, entre todas, escuchar demasiado. elevarse hasta la aristocracia intelectual, nas de la socied4d. La idea de la reden- tes de la religión, no debe entenderse
Su obra evoca lejanos paisajes del Norte, ¿qué son nuestro mundo, nuestra raza, ción por el amor, idea cristiana, está tan que. 10 haga por odio a esta religión,
de una tristeza moral, atisbados vag~men- nuestra civilización? Un mundo de ho- clara, que no vale la pena de insistir sino, muy al contrario, para de.fenderla
te a través de las brumas y las lluvias, las rrores, una raza de cobardes, de igno- sobre ella; pero, para redimirse por vir- contra la conducta de ciertos agentes su-
prolongadas lluvias de otoño. En estan- rantes, y una civilización de tinieblas. tUd de la _ verdad, se impone redimirse yos, quienes, al fin y al cabo, son hu-
cias sofocadas, donde parece faJtar el Así, en último análisis, el pensamiento antes de la mentira y de los prejuicios manos y por eso .están sujetos a error
aire, van y vienen unos seres discutien- de Ibsen' nega al pesimismo, y en lo que sOCiales'por virtud de la honradez, cua- -erran. humanunI est~; 10 cual tiene
do . interminablementecon palabras des- tiene de más trágicamente rebelde. Sus lidad admirable y no tan ordinaria como de impío mucho menos de. lo que pa-
alentadas, de una laxitud para hacer llo- libros son libros de odio o ¡¡bros de des- se pregona oficialmente, si ha de ser rece. Ahora bien: no aseguraremos que
rar; pobres seres, por 10 demás, nervio- esperación." honradez absoluta. Ibsen, descontento, sea justo en todos los casos ni negare-
sos, sangrados a cuatro venas, a quienes Hemos cedido a )a tentación de tra- por boca de unos personajes no menos mos que haya algo de prejuicio anticle-
ha desviado la ciencia moderna, y que ducir íntegro este largo párrafo, ple- descontentos que él, y que se identi~ rical en sus apreciaciones un tanto hete-
caminan al azar de sus impresiones, sin tórico de inte~és, por encontrarlo real- fican con el propio Ibsen, combatirá la rodoxas, aunque llenas de buena fe.
saber adónde, quizé a esa noche que, mente inspirado, SI no. del todo exacto. hipocresía en sus diversas manifestacio- Y de buena fe, eso sí, siquiera no
como afinna lúgubremente uno de ellos, En efecto, no se' nos figura tIIn desolada nes, para fundamentar una organización con estricta justicia siempre, repetimos,
es "lo mejor que hay" a la postre. O ni tan desesperada la filosofía de Ibsen. mejor, ante las deficiencias que le saltan arremete contra el clero, que entonces
bien son péginas de sétira conteniendo Por lo pronto, del mismo párrafo se a la vista, conceptuándolo un deber in- ejercía una acción preponderante en la
la triste, )a despiadada enumeración de desprende que cree en la voluntad, fruto eludible. luterana Noruega, presentándonos sem-
nuestras ridiculeces, de nuestras debili- de la personalidad, lo cual ya implica Kropotkin, por su parte, advierte: blanzas deformadas por su propia visión
dades, de nuestras indulgencias, de nues- mucho por sí solo. Homines sunt wlun- "Se hace sentir una necesidad de vida o caricaturas flagrantes de algunos mi-
tras pequeñas mentiras de sociedad, y tates. (La voluntad es el hombre mismo), nueva. Ya no parece suficiente el código nistros de la Iglesia. Son, por ejemplo,
asimismo, més inhumanamente aún, la define San Agustín. Querer es poder; de moralidad establecida que gobierna a aquel diabólico obispo Nicolás, de Ma-
burla' fria de las ternuras bonitas, de las pero ¿se puede siempre que se quiere? la mayoría de los hombres en su exis- dera de reyes, en el pasado, y en el pre-
niñerlas exquisitas, de lo que él llama, "La cuestión deJ .),ibre arbitrio es del tencia' cotidiana... El conflicto entre las sente--en el presente de Ibsen, que data
con una sonrisa sardónica, "la comedia dominio de la metafísica e insoluble", ideas nuevas y las viejas tradiciones es- ya de casi un siglo-, el. pastor Stra-
del amor". Pero juzgando en seguida in- opina Ribot. . talla en todas las. clases de la sociedad, amand, de La comedia del amor, o el
útil roda rebeldfa, ha concluido en una Ibsen cree en el dolor también, por- en todos lo medios, hasta en el.seno de melifluo deán de Brand, o el vicario Roy-
aristocracia intelectual, tan orgullosa, que que lleva a la bondad' y porque )0 había la familia;" ¿Y no hallamos análogos lund, de Las :columnas de la sociedad,
conduce al aislamiento, porque es el sen- experimentado. A este respecto com- asertós en Brand, en La coalición de los o el pastor Manders, de Espectros, o el
timiento reflexivo de no ser, como el fa- prueba Spencer: "Lo mismo. que. eS:l1e- jóvenes,. en Las columruJsde la sociedad, rector Kroll, de Rosmersholm, y quizá
riseo de la Escritura, semejante al res.. cesario un oído musical para' compartir en Un enemigo del pueblo, en Ros1JUTs-algún OrrO.Esto. aparte, insistimos en la
to de los hombres. Y este aislamiento el placer que proporciona la música, no holm? Sí; los hallamos, y del conjunto anterior' afirmación de que tuvo hasta
desarrolla la noción de la personalidad, puede nacer la simpatía por el dolor destacan tres .palabras específicamente ib- su. muerte buenos amigos sacerdotes,. y
puesto que el hombre se siente entonces ajeno sino en. aquel que ha experimen- senianas: querer,. poder, deber. aun osaremos decir que, por su cuenta,
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~..' /

manifestaba a momentos un espfritu rela-


tivamente sacerdotal..,
ter malas acciones, ora a sabiendas, ora
por ignorancia.
J culpa suya, a los neurópatas, a los lo- tidad de miras tan completa como 'entre
cos, y cuando se rebelan, se rebela con Ibsen y Carlyle. Uno y otro son hipo-
Si andaba equivocado, en suma, no ellos. Unos adolecen ya de una tara condriacos, aislados, descontentos de la
Acerca de este punto considera el con- al venir a la vida, y otros en el curso sociedad y de la época en que viven;
de Prozor: "No quiero decir que Ibsen debe ocultársenos que le impelía la me- de la vida la contraen. "Seres incom- uno y otro profesan el culto de los hé-
fuese ateo. El ateísmo es una negación, jor intención; y aun cuando hay un re- pletos, no tienen más que el deseo, sin roes, el Rero Worship, al lado del indi-
e Ibsen no era negativo. No era afir- frán que dice que "el infierno está em-
pedrado de buenas intenciones", ¿quién tener el pensamiento; imaginan, pero vidualismo más absoluto; ambos son
mativo tampoco. Soy el primero en ase- no saben querer", dice Elisée Reclus. idealistas y moralistas antes de ser poe-
verar que hay un elemento religioso en no disculpará al hombre movido de un
propósito loable? Un loable propósito Por su parte, Ibsen tiende a que sepan ta e historiador."
el sentimiento que anima la obra total querer todos y cada uno. Por eso se Sí, evidentemente, hay una fuerte do-
de Ibsen, puesto que sin cesar le vemos guiaba en su circunstancial anticlerica- apiada de quienes nunca llegarán a lo.. sis de descontento en Ibsen, del mismo
preocupado por una fuerza universal, en lismo a. Ibsen, que era un espíritu pro- grarlo. . descontento que hay en todos los hom-
el sentido de la cual parece tener con- fundamente religio~o, a pesar de esca- y en su repulsión contra la injus- bre. de ideas, porque no es perfecto el
ciencia de obrar él mismo. Pero acabo de parse de la ortodoxia a ratos. ticia Plutocrática a que hemos aludido, mundo por culpa de sus moradores. No
decir de qué naturaleza se me figura ¿no hay compasión también? Sobre existe en ello un pesimismo total, sino
esa fuerza, y no puedo, por consiguiente, DESCONTBNTO
hacer entrar la religión de Ibsen en la este último extremo, a la vez que con una honda an:)argura, esa amargura que
Otra de las características de Ibsen, otros, coincide con Stuan Mili, quien traslucen los grandes escritores sagra-
esfera de ningún culto establecido..... alegaba: "Ningún hombre de sentido dos y profanos, desde Jeremías hasta
Además de creer en el dolor, en la dados su mal humor y su prurit~ de
personalidad y en la voluntad, Ibsen perfección social, es que muy .pocas puede sostener que sea justo que una Flauben, quienes, ante el espectáculo
cosas 'le. satisfacen en la organi~ción del débil minoría goce de' todas las ventajas ofrecido a su vista, sienten un dolor en
creía, pues, en Dios, seguramente; creía "
de la vida, sin haberlas ganado de algún el alma y un sabor . de 'ceniza en la
en Dios y era puritano, sirviéndole a su mundo llevada a cabo por los hombres,
modo. De ahí que se indignara de cuan- y anhela una mejora de eUas.Así, pues, ,
modo por su trabajo o por sus méritos, boca... .
mientras la inmensa mayoría viene al
do en cu~do contra quienes le servían se pronuncia contra los politicos profe- mundo condenada a una vida de labor IBSBN y BL MISTBRIO
mal, a su juicio, demostrando así una sionales (La coalición de los jóvenes. Un incesante para alcanzar a duras penas
especie de piedad dentro de su concep- enemigo del pueblQ), contra los capi- Una vez todavía hemos de recurrir
to mistico de la vida. Creía en Dios ytalistas desalmados (Las columnas de la una subsistencia precaria."
Refiriéndose al dramaturgo, puntUa- al conde Moritz Prozor, que se incluye
sociedad, 1uan Gaqriel Borkman~ a pesar
. veneraba a Dios, sin' perjuicio de incurrir liza Ossip-Lourié como sigue: "Ibsen, entre los mejores biógrafos de Ibsen,
de todos los simbolismos líricos de este
en paradójicas irreverencias, en honrados en su teatro, hace el proceso de la so- de quien era amigo y cuyas obras tra-
drama, que parecen a prlmexlavista dar
yerros, en feroces intransigencias, co~o ciedad actual, ataca su organización y sus dujo al francés en su tiempo, pues le
Brand mismo; pero creía en Dios, no la razón al desfalcador, y El pato salvaje, prejuicios, desenmascara las convencio- debemos muy curiosos datos que apli-
cabe duda. donde hay un riCo sin corazón, al fm y
Dios se halla por encima de las con-al cabo, con ligerísimas veleidades hu- nes hipócritas de la mora} social, diseca car a la compleja ideologia del gran
manitarias), contra la prensa venal (La las magnas ficciones grandiosas en apa- hombre.
vicciones más contrarias, y para confir- riencia que los' hombres consideran como Según él, Ibsen fué francmasón mi-
marlo, no puede menos de escribir Ba- coalición de los jóvenes, Las columnas su salvaguardia... Alli tienen sus repre- litante en cierta época, y en los últimos
kunin : "Todos los hombres le deben de la sociedad, Un enemigo del pueblo, años de su vida escuchaba con sumo in-
Rosmersholm), contra la corrupción y sentantes todos los elementos y las cla-
una. obediencia pasiva e iluminada, por- ses todas, y allí encontramos a nuestros terés la lectura de folletos procedentes
que contra la razón divina no hay ra- degradación de la familia (La comedia del contemporáneos con costUmbres de fi- de la Sociedad Teosófica de Madrás,
zón humana, y contra la justicia de amor, Casa de muñecas, Espectros, El listeos. Los rasgos principales de sus que tenía ramificaciones en todas partes,
Dios no hay justicia terrestre' que re-pato salvaje, La Dama del Mar), y en caracteres nos desvelan los móviles,de su y por ende en los países escandinavos,
sina." . general, contra todo régimen. que se es-
Con todo, no olvidemos esta frase detanca en las ideas preconcebidas y reo. actividad y las bases . de su vida: la habiendo escrito determinado miembro
cobardía y la mentira." de la misma una. exégesis adecuada de
Hyacinthe Loyson: "Dios no tiene ne- quiere una inmediata reforma. No le A propósito de todo ello, indica Char- Peer Gynr. Sin que lo hubiera practi-
cesidad de la mentira,. pero la mentiracontenta lo que está lleno de deficiencias,
tiene a menudo necesidad de 'Dios" E y lo proclama en "busca de' un remedio. les Sarolea: ~'Ibsen es un puritano es- cado nunca, siempre atrajo al maestro
Por tanto, su actitUd no puede resultar. cocés, a la par cándido y rebelde. Es el el ocultismo, como demuestran muchos
Ibsen, puritano,' que odiaba la. mentira, Carlyle del drama. Y de hecho' no co- pasajes de sus obras, y en el orden moral
saUa en defensa de Dios y .a~minaba más lógica, en resumen. nocemos en la historia literaría una ana- ha hecho, sin duda, sus experiencias
precisamente de cuantos se escudan tras Ni más piadosa tampoco. Compade-
la . divinidad para mentir o para come- ce, por ejemplo, a los degenerados sin logia de carácter tan palpable, una iden- psíquicas. Esto aparte, no ha dejado de
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inclinarse más o menos al terreno so- notan los manejos mágicos de Máximo batalla, se daban por sí mismos la muer- RESUMEN
brenatural, o extranatural, si se prefiere en Emperador y galileo, así como la idea te para ascender al recinto glorioso. ¿No
denominarlo así. Por tanto, no incu- de predestinación que preside el drama; palpitaban reminiscencias de todo esto Hemos visto cómo amaba Ibsen la li-
rriremos en ninguna exageración al afir- recordemos aquellos fantásticos caballos en la mentalidad dt¡ poeta? Probable- bertad, conforme se ama un ideal que
mar que el dramaturgo era un apasionado blancos que surgen de improviso en mente, y además, palpita aún hoy el deia de serio al obtenerse, y cómo creía
del misterio. Rosmersholm cuando muere alguien de hechizo del misterio, que ejercía de con- en la voluntad, en la personalidad, en
Para convencerse, bastará una rápida la familia en su casa sola.riega; La Dama tinuo su virtud sobre él, en las obras el deber dentro de un concepto puritano,
ojeada a sus dramas. Por ejemplo, en del Mar pone de relieve una telepatía que ha legado a la posteridad. en la misión providencial del super-
Calilina se aparece de un modo miste- entre la neurótica Elida y el maríno En cuanto a esto respecta, señala Ber- hombre; hemos visto cómo odiaba la
rioso el espectro dc Sila, y la persecu- enigmático con quien celebró un día teval: "Los dramas de Ibsen nos pa- democracia y el Estado, con otras mu-
ción de Furia, salvada milagrosamente junto al agua raros esponsales; en El sean por un mundo. extraño, donde ya chas instituciones, oficiale;¡o no, que me-
del emparedamiento, nos escalofría con maeslro Solness, drama simbolista de no obedecen los hechos a las leyes físicas, recían sus antipatías. Se nos muestra
un helado. soplo de ultratumba, aunque hondo alcance espiritual, 5e vuelve a donde los personajes son visionarios per- individualista y anarquista, sin perjuicio
sabemos que no existe tal fuera de su hal:!lar de la predestinación, y el per- turbados y a menudo locos." de mostrarse también partidario de una
imaginación; todo el segundo .acto de sonaje principal da órdenes mentales y A intervalos, por añadidura, parece dictadura inteligente, y pesimista con li-
La noche de San Juan .constituyeuna afirma ayudan a la raza humana demo- participar Ibsen del mal, y en algunas geros asomos circunstanciales de opti-
fantasmagoría encantadora, donde, sobre nios buenos o malos, de cabellos rubios de las producciones citadas, como El mismo, a la vez que algo esotérico y
la base de añejas leyendas, intervienen o cabellos negros; El pequeño Eyoll, maestro Solness o El pequeño Eyolf, co- hermético, mientras anhela divulgar sus
duendes y brujerías; en Dama Inger de que tiene algo de . pesadilla,. evoca un nocemos las que su autor llamaba "cria- ideas; se nos muestra asimismo más
OSlraat nos .transportan al plano sub- mundo desconocido por. medio de su turas de. Satán", para cuya destrucción pensador ,que filósofo, místico, solitario,
consciente el miedo de la ca'Stellanaa los inquietante Mujer de lás Ratas, arran-'. entendía necesario el concurso de fuer- malhumorado y evangélicO;,en una amal-
retratos de sus antepasados y el de cada a las pretéritas consejas del None, zas . fatales que aniquilaran.'personas o gama de diversos matices. Como dato
Nils Lykke a pasar por delante del se- y nos sugiere el espectáculo interior de cosas no víables, aun cuando él mismo elocuente y paradójico, recordaremos
pulcro de Lucía, a quien sedujo; Fiesla unas abnas debatiéndose dentro de sus sintiera por éstas fugaces simpatías. Por- que, cuando se pronuncia contra los ale-
en Solraug nos habla de los legendarios propias tinieblas; en Juan Gabriel Bork- que no olvidemos cómo alguna vez ha manes, verbigracia, era un poco germa-
nixos, en los cuales creen a pies juntillas man, su protagonista ve animarse el oro dicho que "en nosotros es siempre po- nizante sin pretenderlo... En todo esto
algunos de sus personajes, su heroína la debajo de la tierra, con las mil riquezas derosa la atracción hacia lo prohibido hay mucho de contradictorio, al parecer,
primera; al galán de Olal Liliekrans, que saldrán un día á la luz, y muere y funesto", y que "toda nuestra exis- y quizá sólo al parecer, si bien se con-
obra que se inspira en viejas canciones, en medio de una alucinación donde tQ- tencia no es más que una lucha contra sidera.
diriásele hechizado por los elfos que le man cuerpo sus ideales ambiciosos; 10 que hay de tenebroso en nosotros". . Traducimos un párrafo del tan men-

secuestraron, se imagina, una noche; en Cuando desperranws los muertos, en fin, * * * cionado Ossip-Lourié, que describe a su
Lós guerreros dll H elgoland pronuncia materializa la abstracción de cómo arre- modo con bastante exactitud la compleja
palabras sibilinas Hjordis, y después de bata el alma a una mujer el..anista que y para terminar, recalquemos la in- ideologia ibseniana: ''Resulta por com-
muerta, la ve un niño en las nubes a la reproduce en toda la desnudez de su discutible influencia de Ibsen sobre pleto imposible-dice-clasificar a Ibsen
lomos de un negro corcel; misterio hay hermosura.. . Maurice Maeterlinck.' Si el insigne li- desde el punto de vista de sus ideas.
asimismo en Madera de reyes alrededor Al hablar del misterio, se impone terato belga ha negado a ser, por su El hombre extraño que ejerce una in-
del obispo Nicolás y en el poder impal- hablar necesariamente de la muene, y pane, eJ dramaturgo de la muerte y del fluencia poderosa &obre el pensamiento
pable del rey Haakon sobre sus súbdi- observamos que en la producción total misterio, se lo debe a Henrik Ibsen, moderno y sobre J.avida moral de Euro-
tos; Brand nos ofrece frecuentes mani- de Ibsen hay varios suicidios de seres dramaturgo del misterio y de la muer- pa entera, no pertenece a ninguna escue-
festaciones prodigiosas, ya el Tentador superiores.. Este detane nos recuerda te antes, sin que ello reste al discípulo, la; como Brand, 'es él mismo. La filoso-
del Desierto, ya las voce> de seres in- cuánto despreciaban los antiguos escan- digámoslo así, nada de su personalidad, fía de su teatro es muy suya. Según
visibles; PIlIlTGynt podría conceptuarse dinavos la muerte natural, o para em- que ha sabido desarrollar después por Séneca, filosofar' -es ~prender a morir..
comedia de magia, a lo largo de cuyo plear una expresión suya, "muene sobré cuenta propia. Pero el germen de su Para Ibsen, filosofar es aprender a vivir.
desarrollo se animan unos ovillas de lana, la paja". Conforme se sabe, su mitolo- entonces futura personalidad, tan origi- Vida, ensueño, realidad, deseo, visión,
. las hojas secas, los susurros del aire, gia nos narra que quien' muriera de en- nal, tan destacada y tan brillante, a amor, gozo, sufrimiento,. todos los re-
las. gotas de roclo, las briznas de paja, fermedad o vejez no sería admitido en pesar de todo, estaba en Ibsen, de quien, sortes del alma humana están en él sin-
sin contar las apariciones simbólicas del el Valhala, y muchos guerreros, que no consciente o inconscientemente, 'había tetizados en Voluntad, Ideal, Dicha."
final; especialmente misteriosos se de- habían logrado sucumbir en el campo de aprendido mucho. . Notaréis que antes hemos calificado,
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con reservas, de contradictorio el caos absolutamente personal. Personal, sí, y chacho y le exigiera que pusiese a la literaria de 10s "holandeses", el gran
con todas sus aparentes contradicciones muñeca un rostro bonito. Henrik mos- hombre, oscuro escritor a la sazón, se
ideológico de Ibsen, y luego lo hemos tró su obra y dijo: .
calificado de complejo, porque menos o sus efectivas complejidades, no cabe regocijaba y regocijaba a sus compañeros
contradictorio que complejo se revela al en ningún molde, se desborda de los -Ya ves, mamá, que la pinto lo más poniendo sobre el tapete cuestiones más
cabo. Ahora lo calificamos de desconcer-
tante, y en definitiva lo calificamos de
cauces todos, pues no hay nada capaz
de contener su vastísima amplitud.
guapa que puedo. Si sonreía, sólo era
pensando en la cara grotesca que ha-
bría podido pintarle.
dojas. _-
o menos absurdas y alucinantes para-
Por ejemplo, una vez se complacía en
suponer la reacción ps.icológica de un
EL ASTRONOMO bubo a quien asustaran las tinieblas, o
.CAPITULO VI de un pez que temiese al agua... Y
Un compañero de escuela de Ibsen un dia preguntaba a sus desconcena-
ANECDOTAS y PENSAMIENTOS evocaba, largos años después, cierto re- dos <:ontertulios'qué pasaría si un hom-
cuerdo de la infancia que nunca se le bre cayera en un agujero que atravesara
había borrado de )a imaginación. Helo nuestro globo por el centro...
acerca de Ibsen, y por nuestra cuenta, aqui escuetamente: Si, 120rcasualidad, invalidaba sus ar-
LA ANECDOT A ES EL HOMBRE Concurría a tal escuela, entre ..otros
sólo hemt)s escogido las que estimamos gumentos alguna objeción ajena y de-
Si "el estilo es el hombre", la anéc- a propósito para plasmade con firmeza muchos niños, un chiquillo de cabeUos masiado razonable desde el punto de
dota n03 da )a medida del estilo y, por en el panorama de la posteridad. Sinta- rojos y rostro colorado, a quien Uámaban vista natural, Ibsen replicaba, sin perder
tanto, es el hombre tambi6n quizá más máticas unas, concretas otras, desconcer- los demás el Astrónomo, porque a me- su aplomo: '

tantes esotras, contradictorias a ratos, 'y nudo contemplaba la luna a"trav.és de -¿Está usted bien seguro de que
fundamentalmente que el estilo mismo. una pequeña lente, preguntándose si es-
En ella sorprendemos al hombre con a ratos dé una lógica convincente, todas dos y dos no serán cinco e~: Júpiter?
taría habitada. El muchacho en cuestión Comentando estas salid#;' en ciena
su 'estilo y con su alma, con su aura nos ayudan a conocerlemejor 1" a ad-
propia y en su propio jugo... La anéc- mirarle más cuanto más le conocemos. provocó a Henrik varias veces, y hasta ocasión concluyó Sars que aqui el efec-
dota es el hombre, pues, y podemos ob- No nos ha impelido otro designio y a se pennitió dedicarle mordaces epigra- to precedia a la causa.
servarle a fondo a trav~s de sus momen- eUo nos hemos limitado modestament~, mas compuestos de acuerdo con otro
tos anecdóticos. Como cosa viva que en suma. escolar. La víctima hubo de callarse por AMOR DE ANTARO
constituye al cabo, la anécdota vivifica La anécdota es el hombre, repetimos, lo pronto, aunque sin desistir de poner
la figura del hombre hasta en la lonta- y para acabar de ver al hombre, nece- en ridiculo a su enemigo. El año 1853 se enamoró Ibsen, en
nanza del recuerdo, y aun cuando ~ste sitábamos el imponante aditamento de Y un buen día, antes de empezar la Bergen, de la pequeña Rikke Holst, a
haya borrado UJ1 poco los contornos, sus principales anécdotas. A continua- clase, se enfureció de súbito el pelirrojo, quien había conocido de niña en Grims-
vuelve aqu~lla a acusados con vigorosos ción hablarán eUas por él, mientras nos- sentado frente a Ibsen. Este desplegaba tad. Ya sabemos cómo se declaró a ella,
un papel' grande con una caricatura de por medio de una cana en verso, y cómo
trazos, imprimi~ndole sus verdaderos otros nos retiramos entre bastidores, sa-
gestos, sin adularle y sin cancaturizade. tisfechos de haber contribuido, desde un su camarada, donde le representaba mi- se opuso a aquel noviazgo el padre de
Por consiguiente, el hombre pervivírá en segundo plano, a esta directa comunica- rando a la luna, mientras decía en el la muchacha, la cual sólo contaba die-
su anécdota, a condición de que a su ción del autor con el público. siguiente letrero, al pie: "No creo que ciséis años y aún no había tomado la
esté habitada." confirmación. A partir de entonces, pues,
vei la anécdota perviva y de que se
identifique aut~ntica, además. RESERVA MENTAL se entrevistaban a escondidas ambos no-
Con arreglo al criterio mantenido asi, PARAD07AS vios, dejando de guardia a una amiga de
hemos rebuscado en la existencia de Ib- Tomamos de La Chesnais esta anécdo- ella o a su hennano. Pero un día, por
sen anécdotas, frases, rasgos que nos le ta infantil de Ibsep, transmitida por A pesar de la seriedad y del gesto una distracción de éste, los sorprendió
capten bien, basándonos en la autoridad su hermana Hedvig, quien cuenta que, adusto con que ha pasado Ibsen a la el poco acomodaticio padre, y el joven
,de sus biógrafos para recopilar estos en su niñez, un día su madre le hizo una historia, de joven era muy festivo a poeta, asustadisima, echó a correr, sin
detalles definitivos. y característicos, a muñeca y rogó luego al hennano mayor ratos.oo,sólo a ratos, pues la vida no se pensar siquiera que abandonaba a su
fin de reconstituirlé y presentarle luego que )e pintase la cara. Henrik accedió.de mostraba entonces muy propicia con él. novia en el apuro. ,

animado por su personal espíritu, con buen grado, y mientrJls pintaba Sonreía' y a este respecto cuenta La Chesnais
_
Muchos años después, cuando volvie-
su fisonomía efectiva, dentro de su ver- con una muda sonrisa socarrona. Enton- cómo, por la época en que se reunían en ron a encontrarse, casados ya los dos,.
dad, vivo, en una palabra. ces si: enfadó la pequeña Hedvig, pi- casa de Botten-Hansen o en un café de preguntó el dramaturgo, conmovido, a
No abundan demasiado las anécdotas diendo a su madre que regañara al mu- Cristianía los componentes de la tertulia su antigua amada:
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acudian atraídos pQr el alboroto. Nada ceptuaba et país más refractario a la
-¿Por qué no llegó a haber algo en- FIEBRE> NE>RVIOSA más vedos, se paró de repente el drama- belleza la patria de Bismarck.
tre nosotros? turgo, interrumpiendo su perverso re- y como alguien, para rebatir su aser-
-Pero, querido tbsen-le hizo ob- creo, y su rostro adquirió una expresión to, le citara el nombre del genial e infe-
En los primeros años de su matrimo- de inefable bondad. liz Henrich von Kleist, contestó al
.servar ella-, ¿no recuerda usted que nio, cuando habitaba aún en Cristiania,
salió por pies?., punto:
y él confirmó, pensativo: padeció I~en una corta enfermedad, -Ese caso corrobora mi conclusión de
"fiebre nerviosa", según definición de EL ESCORPION
que un poeta no puede vivir en Prusia,
-Sí, por cierto. Nunca he sido va- su suegra, Magdalena Thoresen. Duran-
liente cara a cara. te el curso de la tal dolencia, cierta no- Mientras Ibsen escribia Brand en Ita- puesto
matarse.
que el pobre K.1eist tuvo que
En realidad, uno Y otra guardaron che de tempestad, el paciente abandonó lia-relata, algún biógrafo-, tenia sobre
siempre con ternura el recuerdo de su su lecho y salió a la calle, sin que se su mesa de trabajo un escorpión preso
casto amor juvenil. En 1885, al visitar dentro de una copa invertida. De cuan- LA ELOCUENCIA DEL GESTO
Ibsen una vez más Bergen, fué ella a percatara de ello la familia al pronto.
Cuando lo hubo adverud:> la señora do en cuando languidecia el animalito,
verle, tornaron a tutearse y quedaron Ibsen, fué, apuradísima, a casa de Die- y entonces le daba el escritor una fruta, A pesar de ser, en general, hombre
hasta la muerte inmejorables amigos. trichson, que vivía muy cerca, y ambos sobre la cual se arrojaba el bicho, furi- de muy pocas palabras, Ibsen resultaba
se dedicaron junto. a buscar al enfermo, bundo, para soltar su veneno, tranqui- expresivo por su rostro, por sus ade-
hasta que por fin le encontraron en un lizándose en seguida asi. manes y sobre todo por su manera efu-
PROLOGOCONYUGAL
muelle contemplando el mar... y a este respecto, dijo Ibsen una vez: siva de estrechar la mano en ocasiones.
El propio Ibsen cuenta así las impre- -¿No nos pasa otrO tanto a nosotros .Su mutismo ordinario y la aparente frial-
CuandQ..Ibsen 'conoció en Bergen a siones un tanto. confusas de aquella es- los poetas? Las leyes del organismo se dad de su actitud habitual obedecía
Susannah Thoresen, la cUQl.sería su es- extienden al dominio intelectual. más bien a timidez,. y. sl,lpQníanun ver-
capatoria insólita: "Yo' creia. que iba a
posa pronto, le habló ~ eqn.tanta dis- sucumbir; pero andaba como un somnám- dadero pudor del alma q'!Je;:seavergüen-
creción de DC111'14 Inger de Ostraat, que bulo, porque era menester mantenerse en za de mostrar sin más 'ni m~s intimos
hubo de .responderle: LA PRIMERA RIQUEZA sentimientos. Y pQr su parte, también
-En usted hay material para hacer pie. Lo más curioso es con qué preci-
sión me represento a mí mismo en medio sabia apreciar la elocuencia del gesto en
una dama Inger y una Elina. Re::uerda un biógrafo cómo a finales el prójimo.
Volvió a verla clfas más tarde en un de los muelles, erguido al resguardo de del año 1876, estando Ibsen en Italia, Cierta vez, durante una de sus esta-
un muro, Y cómo recuerdo el' mar, los
baile, y como ninguno de los dos bai- barcos, el mugido del oleaje, todo." fué a verle un compatriota que había das en Alemania, fué a verle un joven
laba, no se les ocurrió otra manera de Poco después, al conocer¡5e el caso. llegado a Roma escaso de recursos. Al pintor noruego, y cuando personas de su
pasar el tiempo que charlar amenamente. cundió la especie, infundada ,por com- momento se ofreció el poeta a prestarle familia o amigos le preguntaron qué le
Bastó este par de encuenlros para~ins- dinero, y para convencerle sacó del ca- habia dicho el visitante, respondió:
pleto, de que Ibsen había querido sui-
pirar al poeta los versos A la única, que cidarse.. jón de su mesa una bolsita llena de mo- -Como decir, realménte, no me ha
.
copió en un papel rosado e hizo entregar nedas de oro. dicho nada; pero su modo de llenarme
a su destinataria por mediación de ter- HUMOR CAMBIANTE -Esto es Brand-dijo. la pipa y su manera amable de ofrecér-
cera persona. Con el poema incluyó una Por si no bastaba ello a decidide a' mela, me 'han llegado al corazón.
breve misiva Indicando fecha y hora en aceptar el préstamo tan espontáneamente
que irla a recoger la respuesta. Como ejemplo de} humor cambiante brindado, añadi4 el nuevo' capitalista que
Fué, se le pasó al salón y aguardó de Ibsen, a la par que de §u buen en un Banco guardaba más numerario TELEI'ATIA LITERARIA
iülf un largo rato, impliciente. 'Por fin, fondo, refiere Knudtzon que cierto dia, aún.
al ver que nadie entraba a recibirle, iba en los alrededores de Roma, a raíz de Relata Ernest Tissot que, cuando
a marcharse ya con aire mohíno, cuan- salir, con unos amigos, de un ventorro CONTRA ALEMANIA Bjomson hubo terminado su novela Pol-
do de súbito sonó una carcajada debajo donde había bebido demasiado, llamó vo, guardó bajo llave el manuscrito sin
de un sofá, de donde salió Susannah a la atención del poeta un enorme perra- Cuando Ibsen residia en. Alemania, mostrárselo a nadie, pues no pensaba
gatas... ¿Será por esto por .10 ~ue la zo que ladraba detrás de una verja, y descontento de ella entonces, aunque publicarla en seguida por determinadas
llamaba él "su gato"? estuvo ho¡¡tigándolocon su bastón duran- después se reconciUaria con la nación razones. Al cabo de algunos meses, mien-
.

Así empezaron los esponsales de am- te seis u ocho .minutos, hásta ponerlo que tan bien supo acogerle, aseguraba tras leía el drama E:;pectros,que acaba-
oos, quienes se. casarian poco tiempo furioso. . que jamás podría vivir y desenvolverse ba de dar a la estampa Ibsen, se sor-
después. En esto, pasaron por la carretera dos en Prusia un verdadero poeta, pues con- prendió al ver literalmente reproducidos
niños italianos, con traje del país, que
129
128 HI5
./ ;

:n esta obra varios pasajes de su novela, TRABA10 INTERIOR él tratara a latigazos a Jos demás, me rey, sino un anarquista. Además, en
de Ja cual tuVOque borrarlos para que no parecería muy bien. aquel tiempo yo no e.ra autor dramático,
le acusasen de plagiario después. No ca- Según sus biógrafos, a pesar de la sino mancebo de botica. ¿Y cuánd<.'ha
bia tampoco acusar de plagiario al autor quietud que recJamaba para escribir, lb- sido.mancebo de botica Manio Greif?
del drama, puesto que Bjomson no sa- WGICA DE IBSEN Conrad confiesa que este argumento
sen trabajaba de continuo interiormente,
lía de Noruega entonces e Ibsen se' en- no sólo en la calma monacal de su des- le dejó aplastado, SI no absolutamente
contraba en el extranjero, Roma o Mu- pacho, sino también en casa ajena. en El doctor Rudolph Lothar dice que ~nvencido. ..
riich, sin que le fuese posible conocer la la misma calle y sobre todo en el café, en el diario de Michael Georg Conrad
tal novela, inédita además, y a buen re- estudiando los gestos y reacciones de in- consta una curiosa anécdota que trans-
caudo, por añadidura. dividuos que pudieran llegar a ser perso- cribimos como sintomática de la fuer- FEMINISMO RELATIVO
¿Cómo se explica tan asombrosa si- najes suyos. za dialéctica de Ibsen
militud de textos? Tissot 10 hace a su . En Munich iba con frecuenciaal café A los postres de un banquete cele- Ya hemos dicho que Camilla Collet
modo por Ja identidad de espiritu en- Maximiliano, donde se le reservaba me- brado en Munich por la Asociación de influyó sobre la señora Ibsen para atraer-
tre ambos escritores y por la unidad mo- sa, y cuando sus amigos le veían abstraí- Periodistas y Escritores Muniqueses, al la a la causa del feminismo, y la seño-
nótona de la vida noruega; pero la do, pasaban por delante de él sin sa- cual asistía nuestro hombre, se levantó ra Ibsen a su vez empleó la influencia
explicación no resulta nada satisfactoria, ludarle siquiera para no distraerle. a hablar y le lanzó varias indirectas un que ejercía sobre su esposo, pará hacerle
ciertamente. ¿Habrá que creer en una Entre quienes no observaban esta de- tanto mordaces el poeta nacionalista Mar- simpatizar con las reivindicaciones fe-
especie de telepatía literaria, en un caso licada conducta había cierto joven litera- tin Greif, más apreciado por su lírica meninas, sugiriéndole, sin duda, tipos
rarísimo de transmisión del pensamien- to s1emán que le interrumpía a menudo que por sus producciones dramáticas. como el de Nora, Elina y otros.
to?. . sin darse cuenta de su indiscreción. Y Ibsen le contestó con alguna iracundia,
Por nu¡:stra parte, confesamos con Pues bien: a pesar de Casa. de mu.
de él se quejatia Ibsen. a John Paulsen, .y al final del acto, Conrad, presidente de ñecas. y a pesar de todo, Ibsen no era
franqueza que no nos lo explicamos y llamado el PlutaTCOdel Norte, en los la Asociáción, hubo de reconciliarlos y un feminista absoluto ní mucho menos.
en una humilde inhibici6n, renunciamos siguientes términos: les hizo darse la mano ante la concu- Lo demuestra el hecho de que apena~
desde luego a expl1c4rseloa otros. -Este hombre se imagina que yo rrencia. Después acompañó al famoso si le gustaba )a obra de Stuart MiU sobre
vengo al café para beber cerveza. La dramaturgo noruego hasta su casa, pues la emancipación de} bello sexo ní apre-
verdad es que aquí trabajo con el sudor ya le flojeaban un poco las piernas, y ciaba mayonnente la personalidad del
CONCBNTRACION de camino fueron comentando el inci- célebre escritor inglés. Y cuando se en-
de mi frente.
. dente. teró de que la señora MiU había cola-
Cuando Ibsen trabajaba en plena ins- A LATIGAZOS -¿Qué mosca había picado a ese Mar- borado a fondo en el Jibro de su marido,
piración, requerla alrededor suyo el más tín Greif?-extrañ6 Ibsen-. No lo com- solía decir que lamentaba no saber, al
absoluto silencio. le sacaba de quicio prendo. iCon los dramas que escribe! leerlo, si leía a Stuart MiU o a su es-
el menor ruido, y daría entonces todo Dice Brande, que, ciena vez, entre Dramas acerca de individuos muenos
tantas otras veces, sostenía una acalorada posa.
por la soledad de un monje en su celda. discusión con lbaen, quien, como de largos siglos atrás y a Jos que nunca ha
Necesitaba seguir sil' interrupción el hilo podido conocer. ¡A quién se le ocurre
de su pensamiento, abismado en el im- costUmbre, elogiaba el régimen de opre- urdir dramas con personajes a los cuales
sión zarista, explicando cus1 una conse- LA CIENCIA, PRBSENTIDA
palpable universo interior desde donde cuencia del mismo el reflorecimiento de no ha visto 1 ¿Qué relación existe entre
escribía, del cual le costaba verdadero Greif yesos difuntos? Debía dejarlos
esfuerzo salir para ocuparse de otro asun- la liter!ltura rusa. Su biógrafo, y contra- en paz. y dramatizar cuanto quiera a los Una vez, echando Brandes en cara a
dictor en este caso, acabó por replicarle,
to que sobreviniera de improviso, trans- vivos. Está molestando a los príncipes Ibsen no haberse elevado al nível actual
portándole a la atmósfera cotidiana. indignado, que en Rusia se podían im- bávaros en sus sepulcros. entonces de 1a ciencia, le arguy6 el poeta
Si en su presencia se hablaba de algún poner arbitrariamente castigos corporales Conrad le objetó que él, por su pane, con palabras casi de iluminado:
escritor que fuese a lava hombre de a los súbditos del emperador, y éstos a babía procedido 10 mismo, y sin acor- -¿Cómo iba' a' hacerlo? ¿No neva
sociedad y frecuentara el gran mundo, sus siervos. darse en el momento del rey Haakón ní consigo desde el nacimiento cada uno
respondía: -Usted tiene un' hijo-repuso para de otros históricos personajes ibseníanos, de nosotros el espíritu de su 'raza? La
-Cae fuera de mi comprensión có- convencerle-. ¿Y le gustaría que' tra- le citó, para ejemplo, Catilina, exhumado ciencia que no poseemos los profanos,
mo puede después ese individuo recon- taran a su hijo a latigazos? en el drama de su nombre. Pero Ibsen hasta cierto punto, nos la da el instinto
centrarse y crear. -Que le trataran a latigazos, de nin- replicó con viveza: en estado de adivinación. El escritor debe
gún modo-contestó Ibsen-; pero que -Por 10 pronto, Catilina no era un ser vidente sobre todo.
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pudiera desprenderse de El maestro Sel- -Dígame, ¿qué edad tiene Irene, la
PROTESTA POR LA AUSENCIA cribir sin estos menudos objetos a mi ness,' en cuyo trágico desenlace queda protagonista?
vista; pero, por lo que atañe al modo con vida Hilda, después de haber sido la Porque la actriz, señora Wettergreen
La ausencia constituía una manera de como los utilizo,.. iAh !, ése es mi se- verdadera re~ponsable espiritual de la hacia una Irene bastante joven, y él ha-
creto. . muerte del protagonista, a quien empuja bía oído decir que con la aprobaci6n del
protestar, por cuenta de Ibsen, si estaba y se echó a reír con una risa inge- inconscientemente a la catástrofe. Y le autor, quien concretó en seguida: .
disgustado con alguien o con algo. -Irene tiene veintiocho años.
Cuando se negó a su hijo Sigurd nua, si no zumbona acasó. hizo notar cómo algunos habían creído
cierta cátedra en la Universidad de Cris- descubrir el pensamiento secreto que -Eso es imposible. .
tianía, a pesar de convenir todo el claus- inspiró este desenlace, citándole al res- El gran hombre miró de arriba aba-
EL MAR Y LQS ARROYOS pecto cierta frase de un poeta ruso, jo a su amigo y repuso con una cal-
tro universitario en que a tal fin había -Sí-confirm6 el autor del aludido ma desconcertante:
presentado una memoria excelente, el Conmemorando el aniversario de la
padre, miembro de la Sociedad de Cien- muerte de Ibsen, recordó alguien, al drama simbolista-, tiene raz6n. iPerez- -En ese caso, lo sabrá usted mejor
cias, en cuyas sesiones tomaba parte de cabo de lo~ largos años transcurridos, can los Solness, con tal que las Hil- que yo.
buena gana, dejó de asistir a ellas. La una frase suya. Hela aqui: das queden y continúen su misión hasta -Sí que lo sé.
razón era que creía que Gustav Storn, encontrar al hombre fuerte y capaz de "Y empecé a explicarle-refiere el pro-
En cierta ocasi6n, hablando con él,' resistir al vértigo! pio Heiberg-que Irene debía de contar
secretario general, se había opuesto al un crítico le reprochaba sin ninguna ma-
nombramiento del Joven. lo menos cuaren~ años. Habían trans-
levolencia la oscuridad de algunas de sus currido muchos desde que ella y Rubek
Recordaremos otra ocasión en que se obras y de determinados. pasajes sobre
FUE~ZA MAYOR se vieron por 111timavez... Los inciden-
repite este modo de protestar por la todo. A ello respondi6 el dramaturgo,
ausencia. Una noche, en la Soci.e,d,adde también sin acrit~d, pero con todo ap~o- tes menudos estaban olvidados. Se acor-
Literatos, habló del teatro alemán e hizo mo, valiéridose de una imagen apro'" Según refiere Fredrik Veiterlund, du- daban de que se habían ámado 'y ha-
indicaciones prActicas a los jóvenes es- piada: rante una comida que daba el rey de bían supuesto mucho el uno' para, el
critores noruegos. Pero he. aquí que hu- Suecia Oscar 11, como homenaje a Ibsen otro. Los numerosos años intermedios
-Unícamente los arroyuelos corren el año 1898 en Estocolmo, el monarca habían dejado como una bruma entre
bo de levantarse el crítico y autor dra- límpidos y claros; las grandes profun-
mático Nils Kjaer, para decir .que con- didades del mar permanecen ,oscuras. dijo á su huésped: entonces y ahora, y de esta bruma sa-
vendría consultar acerca de este extremo -Pero tú, Ibsen, nunca debías ha- lían ellos a la luz, echando atrás una
a Gabriel Flnne, mucho más entendido ber escrito Espectres. No es una buena mirada tranquila; de suerte que las pa-
sobre el particular. Ibsen, sin respon- ¡ obra, no. ¡Dama lnger de Ostraat sí labras pedían caer distintas y claras....
der, abandonó el 'local acto seguido. IBSEN, ARQUITECTO,
4 que es una obra buena! -Irene tiene veintiocho años-repiti6
Por la época en que s:: gestaba den- t No contestaba Ibsen por respeto a
la majestad de su interlocutor, y la
Ibsen, interrumpiendo a su interlocu-
tor-. Pero ¿por qué me lo pregunta
LOS FBTICHBS tro del cerebro del dramaturgo su fa-
moso drama simbolista El maestra Sol- reina quiso acudir en auxilio del dra- usted, si lo sabe tan bien?
maturgo cambiando de conversación; pe- Y añade Heiberg que se separó de
Al hablar de las costumbres de Ibsen ness, verdadero poema de la construc-
ción, le sorprendi6 un día contemplando, ro el soberano insistía sin tregua sobre el él con cara fosca. Sin embargo, al día
en su trabalo, se ha dicho ya que tenía absorto,. un grupo de casas nuevas su mismo tema. Entonces, tras de una lar- siguiente le envió una carta concebida
sobre su escritorio una pequeña b;mdeja ¡¡migo el pintor Erik W:erensl~dd, a ga pausa, para no incurrir en descortesía, en estos términos:
auxiliar de fumador, con un oso mi- quien se debe el primer relato de ésta hubo de responder Ibsen:
núsculo ~ madera tallada, un diab1ejo anécdota tan curiosa. Entonces, un poco -Señor, he tímidO' que e1cribirla. "Querido Gunnar Heiberg: Tenía us-
negro y varios ¡atltos y conejitos de extrañado, hubo de preguntarle: ted razón, y era yo quien estaba equivo-
cobre, uno de los cuales tocaba el violín. -¿Le interesa a usted la arquitec- cado. He revisado mis notas. Irene con-
y como un dIa le preguntara acerca tura? LA EDAD DE IRENE tarA unos cuarenta años.
de ellos una visitante curiosa, el gran Ibsen le' respondi6, impertértito: ". Suyo,
hombre declaró que lamb escribía ni -Sí; es mi propio oficio. Algunos días después del estreno de Henrik lbsen."
la menor línea de sus dramas sin tener CuandO'despertat.nOsles muertes en el
ante él aquellos fetiches. Arreciaba la Teatro Nacional de Cristianía, se encon- "Para Ibsen, viejo ya-concluye Hei-
dama en su curiosidad, queriendo ave- HILDA Y SOLNESS tró Ibsen en la caile con Gunnár Hei- berg-, la diferencIa entre unos treinta
riguar nuevos detalles, y entonces mani- berg, y charlaron un rato. Al ir a despe- y unos cuarenta años carecía de impor-
festó el poeta: Recuerda el conde Prozor que hablaba tancia. Había considerado únicamente
dirse, preguntó éste al dtamaturg~:
-Repito que me sería imposible es- un día con Ibsen acerca de la tesis que
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ciones de mejorar su situación y de ad- Los poemas por hacer son siempre
que Irene era aún lo bastante joven para asusta su idea sombría cuando me asalta quirir medios más amplios de Jibenad los más bellos.
amar y ser amada." mientras trabajo en un drama. Me ob- y goce. *
sesiona pensar que podría morir antes *
de haber terminado mi Jabor. No le En nuestro tiempo toda obra literaria
WS CIVILIZADORES, gusta a uno callarse sin haber dicho todo nueva debe desplazar los postes de fron~
lo que le quedaba por decir. Un pueblo sin pasado o sin recuerdos tera.
En 1900, con motivo de la guerra del del pasado no tiene punto de apoyo en *
Transvaal, entrevistó un periodista a el peligro. Si es el recuerdo testimonio
Ibsen para pedirle su opinión respecto a PENSAMIENTOS
de una antigua grandeza, implica una Las verdaderas columnas de la socie-
la contienda, y el gran hombre hizo sin exhortación a no empañar su brillo; si dad son la verdad y la libenad.
rebozos las siguientes manifestaciones, A manera de síntesis ideológica que el recuerdo es lamentable, no deja de
que produjeron mucho revuelo y ver- remate este estudio, recogemos unO$ encerrar un tesoro de experiencias. En .
dadero escándalo en todo el mundo: cuantos pensamientos de Ibsen, entre- el pecho de todo hombre alienta cierto
-No cabe duda-dijo-de que mi sim- sacados de sus obras, de escritos in- sentimiento devoto para las naciones y Para mi, la libertad es la primera
patía por los bóers ha ido mitigándose éditos hasf4 hoce poco, de sus cartas. las impresiones recibidas en la infan- condición de vida. Mis compatriotas se
un poco. Recuerde que ellos se apo- de su conversación misma, para que por cia ; y si se concibe una nación como ocupan bastante poco de la Jibenad; an-
deraron de esos territorios de una ma- sí solos completen la semblanza moral un individuo, el pasado equivale enton- sían libenades en mayor o menor escala,
nera ,indebida y echaron a los primi- del poeta y del hambre.. o ces a sus recuerdos de infancia, los cua- según el matiz de su panido.
tivos pobladores. Sin embargo, fueron l." les hablarán siempre en lenguaje conso-
allí 'sólQ,cOmO un pueblo .culto, a me- Se debe presumir que todo individuo
J
lador y previsor, suponiendo una protec- .
dias y no con ánimo d~ expandir la ci- reflexivo, antes de tomar resoluciones, i
ción poderosa contra la desmoralización,
vilización. Bien al contrario, durante lar- supute las dificuttades que puedan opo- de dondequiera que pueda ésta provenir. Quien posee la libertad de otro modo
go' tiempo hicieron lo posible por excluir nerse a ellas, así como los peligros ane- que como un bien deseado con ardor,
del país una civilización superior. Ahora jos a su ejecución y por eso ha de con- * posee algo sin vida y sin alma, porque la
llega un pueblo de más alta cultura, co- venirle conocerse, a fin de saber si su noción de libertad se amplía sin cesar.
mo son ,los íngleses, y quiere imponerse. fuerza es capaz de apanar aquéllas, o si Así, pues, si durante el combate se detie-
Esto no es peor... ni siquiera tan des- su valor le permite adelantarse a éstos. Vivir es luchar contra los demonios del ne alguien proclamando que la ha alcan-
agradable como lo que han hecho los El conocimiento de sí mismo, pues, ten- corazón y del cerebro. Ser poeta es pro- zado, probará precisamente que la ha
bóers mismos. Los ingleses se limitan a drá siempre una importancia' preponde- nunciar sobre sí mjsmo el juiciQ final. perdido.
tomar lo que los bóers robaron, y éstos rante sobre la manera de obrar del hom- *
deben resignarse. bre, ya que le pone en.situación de poder *
En otro tiempo no se habrían tole¡:ado calcular con alguna certeza el éxito de De Ja libertad proviene la belleza de
a Ibsen estas declaraciones, aunque ha- sus empresas. un reino.
bría sido 10 mismo... y bien mirado, Primero viene lo inorgánico, y luego, *
¿podría aliuien acusarle con justicia de * lo orgánico. Primero, la naturaleza muer-
haber mentido? Lo dudamos. ta, y luego, la vi,da. Lo mismo ocurre
El trabajo tiene su recompensa en con el ane. De un dato que se ofrece Quien sea libre, tendrá su patria en
sí mismo... Sea llevado el hombre a quiero siempre hacer por 10 pronto un todas partes. *
LA OBRA Y LA Ml!ERTE la actividad por una tendencia innata croquis; pero después se convierte en
en nosotros en diferentes grados, o sean un drama.
Ibsen, encariftado siempre con su obra las condiciones de vida las que le cons- ¿Qué valor ofrecen las verdades pro-
personal, le daba suma importancia, y, triñan a ejecutarla, siempre es análogo clamadas por la:'rrtasa? Son viejas y ca-
refiriéndose a ella, declaró una vez en su. resultado. En el primer caso, sigue ducas. Y cuando una verdad es vieja, se
sus últimos aftos: su inclinación, y de ahí que esté bas-' ¿Qué es la belleza? Es el acuerdo en- puede decir que es una mentira, porque
-Tenio interés en vivir algún tiempo tante premiado su esfuerzo. En el se- tre el contenido y la forma. acabará convirtiéndose en' mentira.
todavía. Síento una constante curiosidad gundo caso, obra por imposición; pero
por ver cómo evoluciona el mundo. No esta imposición constituye en 'realidad * *
temo la muene; pero confieso que me un bien, puesto que le deja en condi-
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El Estado es la maldición del indi- Lo que importa es la revolución del Si no puedes ser lo que debes, sé
viduo. Yo no me preocuparía de existir, si
espíritu humano. no tuviera adversarios; nada me que- con seriedad lo que puedes.
* * daría que hacer entonces. Para mí, lo
esencial es poner los espíritus en mo- *
Es necesario abolir el Bstado, y por La antigua noción de patria ya no vimiento; no busco el éxito y quiero
ñli parte aprobaré esta revolución. satisface al individuo de inteligencia algo la oposición, pues entonces es cuando No hay ideas bajas ni ideas elevadas";
* desarrollada. Ya no podemos darnos por hay una vía por abrir. todas se equivalen, porque todas obe-
satisfechos con ser ciudadanos de un decen a una misma necesidad.
Estado. Creo que el sentimiento nacional *
Cambiando la forma de gobierno, sólo va extinguiéndose, >¡ que será sustituido *
se obtienen diferencias de grado, pero, por la idea de raza.
en el fondo, nada bueno de veras. Puede un hombre caer por la obra .
de otro; pero si ha"de seguir viviendo, Silo das rodo, menos la vida, has de
. * idebe vivir para la suya! saber que no diste nada.
* *
La plebe es la materia prima que El hombre más poderoso del mundo
hay que transformar en pueblo. es el que está más solo.
* La vida encierra la renovación en si Lo ~ás fácil es dar lo que no posee
* misma. Aferrémonos a ena. Siempre se- uno nusmo. ti
rá demasiado pronto para dejada.
El enemigo más peligroso de la ra- fJablando franéamente, yo no he ex- No confundas la 'luz '<con el vaho.
zón y de la libertad de I)uestra ,sociedad perimcntado nunca a fondo el senUmien- *
es el sufragio univ.::rsal. to de la solidaridad. '
Recuerda que vivir es un <arte. '

* * Es la alegría la que ennoblece los *


espíritus.
La mayoría no tiene razón nunca... No me pidáis soluciones. Mi misión * Bl que no dice su verdad, el que .no
La minoría siempre tiene razón. no es responder; no soy médico para puede decida, por mucho que hable, es
* curar. Para alcanzar una victoria auténtica mudo, y por mucho que se agite, está
* ha de sostener su causa, un hombre ale- muerto. Son infinitos los mudos que no
gre y sin reproche. hacen más que hablar, hablar, hablar
El papel principal de la democracia para decir' la verdad ajena.
es aristocratizarse. Si alguna vez llevara a cabo yo una *
* obra magna, sería una obra de tinieblas. *
Un partido es un instrumento para * Lo mejor que hay en nosotros es Si alguien da un rodeo para evitar lo
hacer picadillo de carne..., de carne hu- el pensamiento. más grave, todo lo demás no mermará
mana. Mi pensamiento es amargo cuando no * su condena.
* triste. *
* Es un pecado grave matar un pensa-
Todo cabecilla es un lobo, un lobo miento hermoso. No quitéis la mentira al hombre, que
hambriento que necesita para vivir cier- no sabría ya vivir sin ella.
to número de gallinas y corderos. El ruido de la muchedumbre me es-
panta. No quiero dejar que salpique
* ~.. .<1
*
* mi ropa el lodo de las canes. Quiero con
, ,
limpias vestiduras de fiesta, aguardar la La felicidad es, ante tod~, ,el tran- Lo mejor que podemos hacer en este
El tabernero es el mejor soldado. aurora del porvenir. 'quilo, dichoso y se&Uro sennmlento de mundo es jugar siempre.
la inocencia.
* * * *
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ma latina tomada de Hip6crates, y que do y aun 'algunos del presente, no sabe.
Amar, sacrificarlo todo y ser olvidada La vida de sociedad no sólo absorbe nadie ha controvertido. Pues ,bien: si mas sustraemos a la idea de que los
constitUye la saga de la mujer. un tiempo precioso, sino que embrutece. el arte es largo en comparación con la primeros hayan llegado hasta nosotros
Un escritor, si quiere hacer obra que existencia, ¿qué no será en comparación y que los segundos nos sobrevivan, como
* valga Ja pena, debe aislarse, vivir solo con la efimera moda, brillante mariposa sobrevirán a numerosos sucesores nues-
con su pensamient~ y para su trabajo. del gusto que muere a las pocas horas de tros inclusive. Persisten tiempo y tiem-
iQué misteriosa atracción tiene el pe- nacer? Todo ello provocará en cualquier po, mientras en la carrera de las gene-
cado! La felicidad parece aumentar de * persona reflexiva una sonriSCI,aunque no raciones los pobres hombres perecemos
valor cuando se debe comprada con san- huelga consignar el caso, y lo consigna- casi a raiz de venir al mundo, cediéndo-
gre, icuando se debe pagar al precio del Cualquier hombre que examine su mas, a titulo de curiosidad, por eso, per- nos la antorcha del progreso unos a
alma! conciencia, siempre encontrará un punto mitiéndonos asimismo sonreír... otros. Nuestra vida, harto corta, consti-
. negro que es' menester ocultar. ¿Tanta importancia tiene esta cuestión tuye un parpadeo fugaz en proporción
de todo punto somera? Ninguna en ab- con la vida dilatada de esos pretéritos
Lo imposiblees lo que más atrae. * saluto. Ignoramos y preferimos ignorar vestigios, que a su vez desaparecerán. Y
. si Esquilo o Shakespeare estuvieron de tras de haber desaparecido ellos también.
moda en algún periodo de su historia y queda todavia eJ ane, que alienta en las
Bien mirado, está enfermo todo el
si más tarde se demodadan en mayor o almas y cuya ¡íltima supervivencia es-
, La vida podda ser bastante agradable, mundo, por desgracia. menor grado, ni nos interesa este extre- pirituál jamás se exúngue.
si nos dejaran en paz los malditos acree- * mo tampoco. Ibsen si lo estuvo durante Pasan las' modas, mueren los hom-
dores que llaman de puerta en puena una época, y su auge circunstancial le bres, se derrumban los templos, se mo-
reclamando el cUmplimiento de Jas exi- sirvió para desengañarle de la .gloria ha- difican las costumbres, corre el tiempo
gencias del idcaJ.a pobres hombres-como A momentos Ja historia de la Huma-
nosotros. nidad me parece un gran naufragio; será ciéndole adoptar a la postre un cansino al galope, y el ane permanece, ínfluyendo
cuestión de salvarse uno a si mismo. gesto melancólico.Ei ane que había crea- de una u otra manera en las edades pos-
* do se hallaba y se halla por encima de teriores, marcando a cada instante alguna
caprichos momentáneos, sin que 10 crea- huella de su fecundo paso, indestructible
ra con ánimo de que se pusiera de moda al fin y al cabo, eterno. Y por milagro
CONCLUSION nunca, por supuesto, y si se puso, peor de este arte qu'e no se marchita ni se
para él, que no buscaba una boga de empaña, que no envejece ni ha de enve-
temporada, sino mucho más, y 10 ha jceer, porque proviene del inacabable
Recient~ente oimos a alguien, con tal suerte y con un poco de ámargura en encontrado antes y después de su' sentimiento, Henrik Ibsen ha entrado ya
pretensiones de cultura y de agudeza nombre de Ja memoria de 'Ibsen... No muerte. en la eternidad.
crítica, que "Ibsen iba pasando ya de valla la pena de contradecir, en efecto. Cuando -contemplamos con admiración
moda." La afumación nos dejó mudos Sin embargo, ¿vaUa la pena de renovar, esos maravillosos monumentos del pasa- GERMÁNGÓMEZDE LA MATA.
de. sorpresa, y atónitos como estábamos, toda una dramaturgia con vistas al futU-
nO pudimos menos de representamos el ro, para "pasar de moda" al ténnino de
calvario sufrido por el genio del teatro unos cuantos años?
moderno ante la incomprensión del pú- Acabábamos de releer atentamente en BIBLIOGRAFIA
blico en su día... Aquí viene a propósito su totalidad la producción dramática del
una frase de Jacinto Benavente acerca de gran poeta noruego, Y la habíamos es- ALBEn (Salvador): El lesoro drllmlÚico de de): Le maÍlre du drame modeme: Ibsen
que, en cienas ocasiones, 10 que oimos timado tan viva, tan fresca, tan actual, H enri" l bsen (Barcelona). (L'homme el l' "",,,,,e) (Parls).
no vale la pena de contradecir, y de ahí tan perenne, que advertimos desde luego BEImIVAL (W.): Le IMlirre d'lbsefl (París. CHENEvmt8 (Ad.) JOHANSEN (H.): Pré/acc.
que baste "contrapcnsar". Por nuestra en ella la esencia de Jas cosas inmonales, 1912). de SU traducción..francesa de La Dama del
Mar y Un enemigo del pueblo (París. 1892).
de lo que perdura a través de Jos siglos.
pane, nada replicamos al extraño aseno, Por BEYIR (Haralc1): LiUralura 1Ioruega (Barcelona).
su inconmovible solidez nos parecía DAlÚO (Rubén): Los raros (Madrid).
sin dudar de la buena fe de nuestro in- BORDEAVX(Henri): Ames modernes (Paris, DoUMIC (Renc!): De 5cribe a Ibsen (Cause-
terlocútor; quien nos' miraba, satisfecho de ayer, de hoy y de' mañana, de siem- . 1917).
ríes sur le IhU/re COtl/emporain) (París,
de sí mismo~ tras' lós cristales 4e sus pre. y ahora nos preguntamos con un BRANDÉs (Georg): Henrill Ibsen (Copenha. 1893). .
gafas de miope; pero "contrapensamos", asomo de estupor si cabe siquiera ha- gue, 1918). BHltARDT(Auguste): H. Ibsefl el le IM;;Ir/l
eso si, "contrapensamos" con un poco blar de modas ante 'una obra así. Ars COLLBVILLI!(Vic:omte de) y ZEPELIN (Fria conlemporain (Parh).
de lástima para el que se expresaba de langa, vira brevis, dice la célebre máxi-
139
138
F'ERENS-GEVAERT:Bsrai s.., I'a,. con..mporain MOGIC (E.): Milolo,ia nó,dica (Barcelona).
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FREUD(Sigmund): lmago (Viena). IhéGI,' d'l bs,n (Patls, 1900).
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-
PEER GYNT
DRAMA POETlCO EN CINCO ACTOS

(1867)

NOTA PRELIMINAR

El año 1867, mucho antes de llevarse los países escandinavos, se dió esta obra
a la escena, se publicó P(:er Gynt en Co- en el Théálre de l'(Euvre, de París, el
penhague como volumen de librería, y 11 de noviembre de 1896, con una con-
a esta primera edición siguieron otras ferencia de Víctor Barucand y nueva mú-
diez hasta 1896, incluyéndose asimismo sica de Grieg, llevándose más tarde ,a
en la definitiva, sin contar las innume- algunos Olros teatros de Francia, así co-
rables que han aparecido con posteriori- mo a varios de distintas naciones.
dad en Escandinavia y en los demás paí- Desde luego ha provocado este drama
ses. Por lo pronto se traduio al inglés, poético criticas copiosas, la mayoría para
al fran/;és, al ruso, al alemán, al español alabarlo, con reservas o sin ellas, en la
y, con 'el tiempo, a todas las lenguas. prensa primero y luego en libros, donde
Según ya se ha indicado, tuvo lugar la estudiarían !1 fondo los biógrafos de
su estreno en el Teatro de Cristiania, el Ibsen.
24 de febrero de 1876, baio la modalidad Ultimameme, el año 1950, por encar-
de ópera, musicada por Edvard Grieg, go del director del Teatro del Estado, de
obteniendo un ruidoso éxito; se presentó, Oslo, ha hecho una versión moderna, y
además, en el Teatro de Goteburg, el no mUY respetuosa, de Peer Gynt el tra-
2 de febrero de 1872; en el Te~tr.o de ductor de Shakespeare al noruego, Hen-
Dagmar, de Copenhague, el 15 de enero rik Ryter, con una partitura no menos
de 1886, y en la Opera Real, de Esto-- moderna del compositor Harald Sde-
colmo, el 16 de abril de 1895. Fuera de 'Verna, que ha sido muy discutida.

737
'" 24

J
de la cosecha, para inventar reinos en do el monstruo empezó a bramar des-
la nieve, y después vuelves malparado, enfrenadamente y se puso de pronto
PERSONAJES ~in fusil y sin caza; para colmo, esperas sobre sus cuatro patas. De un salto atrás,
AMo viuda de un eam- . UN rAR DE Brujas. La I>sFINGEDE GIZEH. que vas a hacerme creer a pies juntillas me hizo soltar cuchillo y vaina, engan-
pcsino. UN NlijO FEO. BEGRIPFENFELDT.cate- las patrañas de cazadores más absurdas. chándome con los cuernos. i Estaba co-
PbFR GYNT, su hijo. UNA VOZ EN LA OSCU- drático, doctor en Fi- Bueno; ¿dónde encontraste ese macho gido como entre un par de tenaza3!
Dos Mujere.s con sa- RIDAD.
. losofia. director del de reno? y así, brinca que brinca, en línea recta
cos de tro¡o. G d d A m a n i c o m i o de El
ASLAJC,herrero. razm os. e ves. Cairo. hacia Gendin-Eggen... (1).
Invitado. a la boda. KARI. mUJer de un la- HUHU reformador ma- PEER GYNT.
UN TRINCHANTE. brador. . lab.,'r. Al Oeste de Gendin (1). ASA. (Involuntarilmlente.)
UN M1)slco ambulante. M~STER C;:OTTON.Yta- HUSSBIN, miniStro de j Jesús! .. .
UN MATRIMONIOde la- Jero. Oriente ASA. (Riendo, burlona.)
bradores inmlRrados.
SOLVIIG y HELOA. sus
hllaa.
HERR VON EBERltOPP.
idt:m
. _:
MO¡;SIEUR BALLON, id. Un FEu:.AH con una
mOlJUa.<0".
iEso es, eso es! PEER GYNT.
EL PROPIBTARIO DE HERR TRUMPETERSTRALE, Otros ~os con sus
¿Has visto Gendin-Eggen alguna vez?
HOBOSTAD. idem guardIanes.
PEER GYNT. Tiene media milla de longitud y es afi-
INORID, su hila. UN LA~R6N Un CAPITÁN NORUEGO Y Yo iba contra el viento, y él estaba lado como una guadaña... Precipitán-
EL NovIo. . UN ENCUB~DOR
. su Iripulaci6n. escondido detrás de unos chopos, escar- dose por ventisqueros y laderas, bajando
Los Padres del novIO. A.. hi d . . Un PASAJERO.
Tres Pastoras. nnrTRA, Ja e un le- U P
bando en la nieve, buscando liquen... de cabeza por 103 grises despeñaderos,
UNA MUJBR vestida de fe beduino. n ASTOR. puede uno atisbar a ambos lados los
verde. Arabes, Esclavos. Bai- Un CORTEJO PWBBRB.
EL RBY DB DOVRB. larinas, etcétera. Un ALCALDB. ASA. (Camo antes.) lagos, que dormitan negros y espesos,
Hechiceros, G n o'm o s, La ESTATUADE MEM- Un FUNDIDOR. ¡Sí, sí! ¡Eso es! más de trescientas varas abajo... Por
Duendes, etcéten. NÓN. I Un HOMBRBPLACO. Eggen fuim03 abriéndonos camino él y
PEER GYNT.
La acción comienza en los primeros años del siglo actual (1), y acaba en nues- yo a través de los árboles. ¡Jamás ca-
Me quedé a\ acecho, conteniendo el balgué potro igual! Frente a nosotros,.
tros di... Se desarroUa, sucesivamente, en Gudbrandsdalen y las montañas cir-
cundantes. en la costa de Marruecos, en el Sah2ra, en el manicomio de El Cairo, aliento; oía el crujido de sus pezuñas y a lo largo de nuestra ruta, diríase que
en d mar, ete. pude ver la rama de uno de sus cuer- centelleaban soles deslumbradores. Los
nos. Entonces fuí aproximándome entre pardo> vuelos de las águilas destacaban
la3 piedras, a rastras, cautelosamente. en el blanco y extenso abismo, a mitad
ACTO PRIMERO Oculto en el despeñadero, me asomé. de camino, entre nosotros y los lagos.
¡En tu vida has visto un reno tan gordo
i Atrás se quedaron como copos! El hie-
CUADRO PRIMERO ASA. y reluciente! lo golpeaba y se resquebrajaba contra
Entonces, ¡júrame que es verdad! ASA. la orilla; pero apenas se oía ruido algu-
Una ladna de montaña póbloda de tirboles con no : sólo los torbellinos, que saltaban
esp.so follaje, en"""" a la aldea d. Asa. Al PEBR GYNT. ¡No! ¡Claro está que no!
como en una danza, cantaban, oscilando
loro, un 10000nle. Al otro extremo, un viejo
molino. Día ealu,osq de ""ano. ¿Jurar? ¿Por qué? PEER GYNT. en círculos ante mis ojos.
Disparé. El reno cayó al suelo de
PESR GYNT, mozo rubio de veinte años, fuerte ASA. bruces; pero en el mismo instante en ASA. (Aturdida.)
y bien constituido, desciende por el sendero. ¡Vaya'l ¡No te atreves! ¡Todo es ¡Ay, Dios me ampare!
AsA, su madre, fina y menudita, le sigue. Está mentira de cabo a rabo! que caía ya me había sentado yo so-
enfadada y chilla. bre su lomo. Le cogí por la oreja iz- PEER GYNT.
quierda, y estaba a punto de' hundirle De súbito, en un punto absurdamen-
ASA. PEER GYNT. (Deteniéndose.) el cuchillo en la misma cerviz, cuan- te escarpado, remontó el vuelo entre
IEs verdad, verdad en absoluto!
i Peer, mientes! (1) Lago en Gudbnndsdalen (Valle de Gud- aleteos el macho de perdiz, cacareando,
brand), de unos 18 kilómetros de extensión y temeroso, desde el lugar donde estaba
ASA. (Poniéndose delante de él.) más de 146 metros de profundidad, circundado
PEER GYNT. (Sin detenerse.) escondido, al paso del reno, por la
No, no miento: . ¿Y no te da vergüenza, en presencia por altas y escarpadas montañas. A lo largo
de tu madre? Por lo pronto, te vas a de sus orillas crecen abedules. Este y otros rela- mella. Dió éste media vuelta, y de un
tos de Ja obn están tomados de Asbjomsen,
(1) Téngase en cuenta que el li¡lo a que cazar renos a las montañas, durante me- que cuenta en uno de sus libros la historia de (1) Expresión que viene a significar: "el Ju-
alude es el XIX. ses enteros, precisamente en el tiempo Peer Gynt. gar que está a una. milla de G.endin".
738 739
go que yo, pobre viuda desvalida, haya caballo y un trineo en agradecimiento
salto mortal nos precipitamos ambos en mucho peores que podrían haber suce- de estar cosechando siempre oprobios a sus amables palabras." j Oh, enton-
el abismo. (ASA se tambalea y se apoya dido, con un salto semejante. (Se calla como recompensa? (Llora olra vez.) ces sí que iban )as cosas bien! Pasto-
con Ira un árbol. PEER continúa.) Tras de pronto, mirándole con la boca abier- ¿Qué resta ya a la familia de los días deres, capitanes y otro. pasaban aquí todos
las oscur\lS parede. de )a montaña, de- la y los ojos dilatados, sin poder en- prosperidades de tu abuelo paterno? los días, comiendo y bebiendo, llenán-
bajo de nosotros, se abría un abismo conlrar palabras; por fin exclama:) i Ah, ¿Dónde están las medidas (1) llenas de dos e hasta casi reventar. Pero en la
sin fondo: hendimos primero estratos embustero del diablo! i Santo Dios! monedas que dejó el viejo Rasmus Gynt? desgracia se conoce al prójimo. Desde
de niebla; luego dividimos una bandada i Cómo sabes mentir! Ahora mismo me j Bien las hacía rodar tu padre, derro- el mismo día en que Juan el Rico em-
de gaviotas, que volaron por 103 aires acuerdo de que oí ese cuento cuando chándolas como si no fuesen más que pezó a andar con la mochila del buho-
retrocediendo y gritando a los cuatro era una moza de veinte años. i Fué a arena, comprando tierras en todos los nero, todo fué aquí vacío y silencio. (Se
vientos, Descendíamos rápidamente; pe- Gudbrand-Glesne a quien le ocurrió eso lugares y viajando en carruajes dorados! seca los ojos con el delantal.) Tú, que
ro en el fondo brillaba algo blanquecino ynoati! ¿Dónde está todo lo que se derramó eres fuerte y alto, deberías ser báculo y
como el vientre de un reno... ¡Madre, con la gran fiesta de aquel invierno, en apoyo de tu anciana madre abandonada,
era nuestra propia imagen, que en medio PEER GYNT. trabajando en )a aldea y luchando por el
que cada invitado estrelló su copa y su
de la calma del lago montañés subía A mí también me ha ocurrido. Una botella contra la pared? resto de tu herencia. (Llora nuevamente.)
hacia la superficie como una flecha, con cosa así puede pasar más de una vez. ¡Ay, Dios mío! ¿Qué utilidad he saca-
la misma desenfrenada velocidad que PEER GYNT. do de ti, bribón? En casa permaneces
nos arrastraba hacia abajo! ASA. (Iracunda.) ¿Dónde está 'a nieve del año pa- tumbado junto al fuego, removiendo la
Sí, una mentira puede desfigurarse, sado? ceniza y el carbón. Cuando estás entre
ASA. (¡adeanle.) adornarse al gusto de uno y vesúrla la gente del contorno, espantas a las
iPeer ! iDios me guarde! Termina con plumaje nuevo, de modo que no ASA. mozas en las fiestas, poni~ndome en mal
pronto! se advierta su huero buche. Eso has Delante de tu madre debes callane. lugar por doquiera, rifri:.ndo con los
hecho tú, desmesurándolo todo dispara- Mira la casa. De cada dos ventanas, una peores sujetos del distrito.
PEER GYNT. tadamente, adornándolo con águilas y se ha rellenado con trapos viejos; caen
El reno de 103 aires y el reno de las demás cosas horribles, quitando y po- por los suelos setas y estacadas; el PEER GYNT. (Yéndose.)
profundidades se embistieron en el. mis- niendo mentiras, provocando un miedo ganado ená expuesto al frío y la lluvia; j Déjame en paz 1
mo instante, mientras saltaba la espuma tan atroz, que acaba una por no reco- los campos, baldíos; cada mes, un em-
en torno nuestro. Y henos allí chapo- 'nocer )0 que hace mucho tiempo fué bargo... ASA. (Detrás de él.)
teando. Poco a poco, ¿sabes?, alcanzamos dicho y sabido.
la orilla None; el reno nadaba, yo iba PEER GYNT. ¿Vas a negar que fui>te tÚ quien
encima de su lomo..., y vine a casa... PEER GYNT. i Deja de una vez todos esos lamentos inició aquella trifulca que no hace mu-
Si habJara ouo de esa guisa, le mo- de comadres! La suerte nos parecía a c~o ~ubo en Lunde (1), donde conten-
ASA. lería a golpes. menudo enferma, y después se ha res-o disteis como perros rabiosos? ¿No fuiste
Pero ¿y el reno? tablecido. tú quien parúó el brazo a Aslak, el he-
,, rrero... o, por lo men03, )e dislócaste
ASA. (Llorando.) ASA. un dedo?
PEER GYNT. iPluguiera a Dios que me hubiese No queda m~s que sal (2) esparcida
Por ahí andará todavía, supongo. (Hace mueno, que dunníese en la negra tierra! por donde florecía ella. ¡Ay, Dios! Pero, PEER GYNT.
chasquear sus dedos, y girando sobre No hace caso de' ruegos ni de llantos. claro está tú eres hombre imponante, ¿Quién ha venido a contarte tales
,1 sus talones, añade.) Si puedes encon- Peer, estás y estarás siempre perdido. chismes?
í y hoy te hallas a gusto, tan orgulloso
trarle, cógele. como aquella vez que el pastor que vino
Pmm GYNT. ASA. (Colérica.)
ASA. de Copenhague te preguntó tu nombre
Querida, encantadora madrecita mía, de pila. Juraba que pórte como el tuyo iLa mujer del labrador oyó los gri-
¿Y no te has partido la cabeza? ¿Ni tienes razón en todo Jo que dices. Así, le faltaba a más de un príncipe en su
tos!
las piernas? ¿Ni te has roto la espina pues, ponte contenta y alegre. país; tanto, que tu pad~e le regaló el
dorsal? iAh, Dios mío! iBendito seas PEER GYNT. (Frotándose el codo.)
por la ayuda que has prestado a mi ASA. (1) La palabra noruega indica unas medidas Pues era yo el que gritaba.
hijo!' Eso sí, el calzón tiene un des- ¡Cállate! ¿Podría alegrarme, aunque de' unos diecisietelitros. -
garrón; pero casi no vale Ja pena men- quisiera retener a semejante hijo mal- (2) En los jardines se c:¡parcc sal para que (1) Nombre de varios lugare, de Noruega,
no broten matas hierbas. que significa "bosquecillos".
cionarlo, cuando piensa una en las cosas vado? ¿Acaso no es humillante y amar-
741
740
ASA. ASA. ASA.
PEER GYNT.
¿Tú? ¿Tú cree,? Sí, ése va a ser su marido.
i Ah, camorrista! j Acabarás llevándo_
PEER GYNT. me a la tumba con tu conducta! PEER GYNT.
ASA.
Sí, madre; yo fuí el que recibí la PEER GYNT. El viejo no tiene hoy fuerzas para Aguárdame aquí hasta que haya en-
paliza. contrariar a su hija. Es testarudo a su ganchado un caballo al carro... (Hace
¡No! ¡Qué he de llevarte! Tú vales ademán de irse.)
más, veinte mil veces más que todo manera; pero la que realmente manda
AsA. es Ingrid, y por donde vaya ella, la si-
eso... Pequeña, fea, buena madre mía, ASA.
¿Tú? créeme cuando )0 digo: la comarca en- gue el gruñón cojeando, (Vuelve a llo- Puedes ahorrarte esa caminata. Ma-
tera te venerará. Aguarda 3Ó.10hasta que rar.) iAh, Peer!; una muchacha tan rica, ñana se celebra la boda...
PEER GYNT. yo haya hecho algo... algo verdadera- propietaria alodial... i Fíjate bien! i S~lo
El se da muy buena maña. mente grande. con que hubieras querido, serías un ca- PEER GYNT.
sado pudiente, tú que ahora andas sucio ¡Y e30 qué importa! Si llego yo esta
ASA. ASA. (Socarrona.) y remendado!
¡Tú!
noche...
¿Quién se da buena maña?

PEER GYNT.
PEER GYNT.
i Quién
.
sabe lo que puede ocurrir!
PEER GYNT. (Vivamente.)
¡Ven, vamos por el comentimiento!
ASA.
i Maldito seas! ¿Quieres aumentar mi
Aslak, por supuesto. pena cargándome con la burla de todo
ASA. ASA. el mundo?
ASA. ¿Adónde?
Si, a) menos, fueses tan listo que al- PEER GYNT.
i Puaf, puaf! i No tengo más reme- guna vez supieras remendar el roto de PEER GYNT. Tranquilízate. Todo saldrá bien. (Grita
dio que escupir! ¿Te ha, dejado pe- tu propio calzón... y ríe a un tiempo.) ¡Heisan (1), madre!
i A Hoegstad!
gar por ese miserable borracho, por Ahorremos la carreta; buscar a la yegua
ese crapuloso bebedor de aguardiente? PEER GYNT. (Con ira.) ASA.
i Seré rey, emperador! lleva tiempo. (La leventa en brazos.)
(Llora. de nuevo.) Muchas vergüenzas y
afrentas he. debido sufrir; pero ha sido ¡Pobre de ti ! Ese camino está ce-
ASA. rrado. ASA' .
mi mayor humillación que hubiera de
¡Ay, Dios me guarde! i Ahora se le
¡ S ue1tame.'
acaecer semejante cosa. Y aunque él se
escapa el último resto de razón! PEER GYNT.
dé buena maña, ¿es razón para que tú PEER GYNT.
seas tan poltrón? ¿Y por qué?
PEER GYNT. No; en mis brazos te llevaré a la
i Sí, lo seré! i Tú espera! ASA. casa de la boda. (Avanza unos pasos por
PEER GYNT. el torrente.)
ASA. ¡Ay, tengo que suspirar! Se ha per-
Tanto da que yo pegue o que me pe- dido .la ocasión, se ha perdido la for-
guen ; de todos modos, hay que llorar Sí, tú espera, y serás príncipe; así ASA.
tuna... me libre!
lo mismo. (Risu~ño.) Consuélate, ma- se dice, si mal no recuerdo. j Socorro! i Dios ¡Peer!
dre... Nos ahogamos...
PEER GYNT. PEER GYNT.
ASA. i Ya lo verás, madre! ¿Y cómo eso? PEER GYNT.
¿Qué estás diciendo? ¿Me has men- Para muerte más digna he nacido
ASA. ASA. yo...
tido toda vIo?
i Vas a callarte ya! Estás loco de re- Mientras tú en las montañas del Oes-
mate... Bueno; la verdad es que podias. te, ibas por 103 aires cabalgando renos, AsA. .
PUUR GYNT. haber sido algo si no te hubieras dedi- Mads Moen ha conseguido la mano de ¡Ya, ya, por sup'uesto! iA ti acabarán
la muchacha. ahorcándote! (Le tira de los pelos.)
SI, esta vez si. Pero sé buena y sécate cado a decir mentiras, disparate. y ton-o
esas hlgrimll3... (Cerrando el puño iz- tunas todos Jos dias. La. hija de los iMala bestia!
PEER GYNT.
quitrdo.) ¿Ves?.. Con estas tenazas su,' Hoegstad te miraba con buenos ojos; (1) Interjección popular noruega de entusias-
¡eté al herrero; la mano derecha era' fácilmente habrías podido sacar partido, ¡Cómo! ¿Ese coco de Jas mujeres? mo, que expresa, por 10 general, la expansión
mi martillo. si te hubieras empeñado... ¡El muy...! de una plétora de vida.
742 743
PEER GYNT. PEER GYNT. ASA. PEER GYNT.
¡A ver si te está> quieta, que el f'm- Además, diJe 1a clase de mozo que ¿Y qué vás a hacer? i Qué horror, madre!
do es resbaladizo! es Peer Gynt.
PEER GYNT. ASA.
ASA. ASA.
Te dejaré sentada en la techumbre ¡Puaf! (Escupe.)
¡ Pillastre ! Sí; de eso puedes estar seguro. ¡Bo- del molino. (Hace lo que dice. ASA
nito testimonio voy a dar de ti! Te des- chilla.)
cribiré en todos tus aspectos. Contaré PEER GYNT.
PEER GYNT.
eso no hace daño a todas tus diablu.',s conforme son... Sería mejor que me dieras tu ben-
Bueno, chilla; ASA.
ningún hombre. dición para el viaje, ¿quieres, eh?
¡Bájame!
vez... lAnda! Subimos otra PEER GYN~.
¡Ah! ¿SI? ASA.
PEER GYNT. iLo que quiero es pegarte, aunque
ASA. Cuando quieras escuchanne...
¡ Suéltame I ASA. (Palaleando de rabia.) ya eres bastante crecido!
y no me callaré hasta que el viejo te
eche el perro como si fue5es un vaga- ASA.
PEER GYNT. PEER GYNT.
bundo. j Tonterías! Bueno; pues, entonces, adiós, que-
¡Heisan, salta I Vamos a jugar a Peer
y el reno... (Galopando.) ¡Yo soy el PEER GYNT. PEER GYNT. rida madre mia. Ten paciencia; no tar-
lleno y tú eres Peer. daré mucho. (Antes de irse, volviéndose,
¡Hum! Pues entonces tendré que ir Querida madre, te '10 ruego... levanta el dedo índice en señal de amo-
solo.
ASA. nestación y dice:) Acuérdate de no pata-
ASA. (Arrojándole un puñado de hier- lear. (Vase.)
¡Oh, ya ni sI! dónde estoy! ASA. ba.) (1).
Sí, Y yo iré detrás. i Bájame en seguida, Peer!
PEER GYNT. ASA.
¿Ves? Hemos alcanzado la orilla. (Pisa PEER GYNT. PEER GYNT. ¡Peer ! ¡Dios me proteja! iSe mar-
tierra firme.) y ahora dale un beso al Pero, querida madre, si no tienes Eso quisiera; pero no me atrevo.
cha! ¡Embustero! ¡Eh, escúchame! No
reno en n¡radecimiento por el trans- aliento.. . quiere; ya va a campo traviesa. (Gri-
(Aproximándose.) Y no te olvides de es- tando.) ¡Socorro! ¡Me dan vénigos!
porte. tar bien quietecita. No patalees ni arran-
ASA. (Dos viejas, con sacos a la es-
ques las piedras, porque puedes caene palda, descienden hacia el mo-
ASA.(Le da un manotazo.) ¿Qué no? Estoy tan furi6sa, .que se-
y tener mal fm. lino.)
¡Toma, para que te Jo cobres! ría capaz de pulverizar piedras, y has-
ta sería capaz de comer guijarros. i Suél- ASA.
PEBR GYNT. tame! VIEJA 1.&
¡Granuja! . ¡Jesús! ¿Quién grita?
¡Ay I
floJo.
ese golpe ha sido demasiado n.._ G T
n>"'~ YN. PEER GYNT. AsA.
Siempre que me prometas...
No patalees.
ASA. ASA.
¡Soy yol
j Suéltame I ¡Nada! ¡Quiero ir allá! ¡Van a sa- ASA. VIEJA2.&
ber quién eres! ¡Ojalá hubieras sido barrido del mun- ¡Asa! ¡Vamos, adónde se ha subido!
PEBR GYNT. do como un bytting! (2).
Antes tenemos que ir a Ja casa de PEER GYNT;
AsA.
la boda. Serás mi intercesora. Tú eres Eso no; tendrás que aguardar aquí. (1) Las casa. del campo en Noroega suelen
lista; hablas c;on él, con ese viejo tonto, estar techadas de piedras y tierra. en 1& cual Eso es 10 de menos. ¡Pronto, que
crece hierba. me voy al cielo! (1).
y le dices que Mads Moen es un hol- AsA. (2) BYlling toroviene del verbo biue (cam-
gazán... . IJamás! Quieró ir allá. biar). El byuing era, según creencia popular, un
niño cuya paternidad se atribula a lo. duende.. (1) Expresión figurada y popular del noroe-
ASA. los cuales le habían cambiado por un niño 10, que significa: "Me muero," En algunas re.
PEER GYNT. humano. También se acostumbraba creer que ¡iones españolas, entre la gente del pueblo, se
i Suéltame ! No te lo permito. los niños contrahecho. eran byuing. emplean términos semejante.. .

744 745
Al fin y al cabo, no me matarán por e30. ASLAK. (Apoyándose en la cerca, con
VIEJA l.a CUADRO SEGUNDO (Se tiende entre los brezos y permanece una oncha sonrisa en su rostro.)
j Buen viaje! mI buen rato de espaldas, con las ma- iAnda, levántate, hijo mío!
Pequeña colina cubieTta de matOTTalesy bTezos. nos bajo la cabeza, mirando al cielo.)
ASA. Al fOTo, la C<lTTelera,
bOTdeadade uno cerca. PEER GYNT.
i Qué nube tan extraña! Parece un ca-
j Cna escalera I i Quiero bajar! El mal- PEERviene por un sendero; se dirige. decidido. ballo. Además, lleva un jinete... y silla... ¡Qué demonio! i El herrero! ¿Qué
dito Peer... a la cerca }' se queda unos inst3ntes cantem.. y bocado. Detrás viene una vieja mon- te trae por aquí de bueno?
pian'.:o el paisaje que se extiende ante él. tada en una escoba. (Riéndose para sus
VIEJA 2.a adentros.) ¡E3 madre! Grita, insulta... ASLAK. (A los otros.)
¿Tu hijo? PEER GYNT. " ¡Granuja! i Eh, Peer!" (Poco a poco Todavía le dura la borrachera de
He aquí Hoegstad. Pronto he llegado. cierra los ojos.) Sí, ahora le da miedo (1). Lunde.
ASA. (Traspone la cerca, pero vacila.) Quizá Peer Gynt es el primer jinete y le si-
PEER GYNT. (Se levanta de un salto.)
Ya pod~is decir que habéis visto có- esté Ingrid sola en casa. (Hace pantalla guen muchos... El caballo lleva arnés
iVete, y hazlo por Jas buenas!
mo se porta. con la mano y mira en esa dirección.) de plata y cuatro herraduras de oro. Peer
No; los invitados se agolpan como mos- lleva guantes y sable co~ su vaina. La
quitos por la carretera... ¡Hum! acaso capa es larga, forrada de -seda. Cuantos
ASLAK.
VIEJA 1.& sea mejor que me vuelva. (Retira del Sí, sí; ya me iré. Pero, muchacho,
Seremos testigos. le siguen son grandes hombres; pero
seto el pie.) No hacen más que reírse nadie cabalga como él. i Nada puede ¿de dónde has venido? ¡Seis semanas
a e3paldas de uno y murmuran. Puede brillar tanto como el sol! Abajo se aglo- fuera! ¿Te habían secuestrado los duen-
ASA. verse bien claro. (Se retira de la cerca mera la muchedumbre junto a la cerca. des de Jas montañas? jHabla !
Ayudadme. Quiero ir directamente a unos pasos y arranca distraídamente al- Ellos se descubren y miran hacia lo alto.
Hoegstad... PEER GYNT.
gunas hierbas.) i Quién tuviera algo fuer- Las mujeres hacen reverencias. Cada
te para beber! O si pudiese pasar inad- cual conoce al emperador Peer Gynt y He estado haciendo cosas extrañas, he-
rrero.
VIEJA2." vertido, si fuese un desconocido... Una a sus miles de hombres. El les arroja
¿Está ~I alll? En ese caso, serás ven- bebida fuerte sería Jo mejor, porque así monedas de oro y plata cual si no fue- ASLAK. (Guiñañdo el ojo a los otros.)
gada; el herrero también va a asistir a las risas__. (De repente mira, asustado, sen más que guijarros. Todos los de la ¡Anda, cuéntanos, Peer!
la fiesta. en torno suyo y se esconde entre los comarca serán ricos como duques. Peer
matorrales. Unos invitados, portadores de Gynt atraviesa el mar sobre Jas nubes. PEER GYNT.
ASA. (Retorciéndose las manos.) provisiones (1), pasan por la carretera, El príncipe de Inglaterra espera en la i Eso no le importa a nadie!
¡Ay, Dios mio! iMi hijo! iAcaba- camino de la casa donde se celebra la bahía para recibirle; lo mi3mo hacen
rán por matarle! boda.) todas las doncellas inglesas. Los mag- ASLAK. (Después de una pausa corta.)
nates ingleses, el emperador de Ingla- Ibas camino de Hoegstad, ¿no?
terra, todos se Jevantan de sus mesa3
VI!!JA 1,& UN HOMBRE.(Conversando.) PEER GYNT.
cuando pasa Peer con su caballo. El
i Ah! eso es lo que suelen decir. Su padre era borracho, y la madre emperador se quita Ja corona y dice... No.
Consu~late; es así el destino. no vale gran cosa.
UNA MUJER. ASLAK. (Aparece el herrero por la cer- ASLAK.
VIEJA 2.a Pues entonces no es extraño que el ca con algunos amigos en este mis- Se estuvo diciendo algún tiempo que
Está completamente sin sentido. (Gri- mo instante.) la muchacha te querfa.
chico haya salido gandul.
tando hacia la altura.) iEjvind, Anders! (Pasan. Poco después sale PEER, i Mirad ahí! iPeer Gynt, el cerdo bo- PEER GYNT.
jEh, venid aquí! con la cara enroiecida de vergüen- rracho !
j Mal bichó!
za, y los sigue con la mirada.)
PEER GYNT. (Incorporándose a medias.)
UNA Voz DE HOMBRE. i Cómo, el emperador...!
ASLAK.(Retrocediendo unos pasos.)
¿Qué hay? PEER GYNT. (En voz baja.) j No te enfades; Peer! Si Ingrid te
Hablaban de mi... (Da un salto, fin- (1) Aunque toda la obra e.tá versificada, tie~ ha despreciado, ya habrá otra. ¡Fíjate!
giendo indiferencia.) i Bah, que hablen I ne momentos particularmente poéticos, como éstt ¡Para el hijo de Juan Gynt! Ven con
VIEJA 2." y otros que la diversidad de idiomas obliga a
i Peer Gynt ha dejado a su madre (I) En ¡as bodas aldeanas se acostumbraba traducir en prosa, pues de otro modo perderi. nosotros; haSta vienen corderitos y viu-
llevar vituallas como regalo en Noruega. en exactitud 10 que ganara en ritmo. das entradas en años...
en la techumbre del molino!

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" .'.,' ,1

PEER GYNT.
COADRO TERCERO EL NOVIO. (Se acerca, llorando, a su MOZA 4.a (Volviéndose.)
i Al diablo!...
padre, que charla con algunos invi- No tengo tiempo.
ASLAK. Plaza de HoceS/ad, rodeada de casas. Al faro,
lados, y le lira de la chaqueta.)
la vivienda de fiesla. Muchos ¡nvilados. Se ¡No quiere, padre! ¡Es tan terca! PEER GVNT.(A la MOZA5.")
Ya encontrarás alguna que te quiera. haila animadamenteen el césped. ¡Tú, si no!
j Buenas noches! Ahora voy a saludar EL PADRE.
a la novia en tu nombre. El MúsIco está senlado sobre una mesa. El ¿Qué deseas? MOZA 5." (Marchándose.)
(Vanse riendo y cuchicheando TRtNCHANTE(1) aguarda de pie a la puerta. La. Yo me voy a casa.
enlre sí.) cocineras van y vienen de una a otra casa. Las EL NOVIO.
personas de edad, sentadas acá y allá, charlan. Se ha encerrado. PEER GVNT.
PEER GYNT. (Los sigue dUranle algún ¿Esta noche? ¿Estás Joca?
EL PADRE.
liempo con la mirada, brinca y da UNA MUJER. (Agregándose a un grupo
media 'lJUeIla.) que se ha acomodado sobre unos lron- ¡Eres un imbécil! (Se vuelve nueva- ASLAK. (Momenlos después, a media
cos.) mente a los olros.) voz.) _
Por mí, la novia de Hoegstad puede
ca3arse con quien quiera. jNo me im- ¿La novia? Sí, naturalmente, está llo- (EL NOVIOvaga pcrrel césped.) Peer va a bailar con un viejo.
porta! (Examinándose.) El calzón, ras- rando un poco; pero por eso no hay que
gado y sucio. jQuién tuviera algo nuevo preocuparse nunca. UN Mozo. (Gritando detrás de la casa.) PEER GYNT. (Encarándose rápidamente
que ponerse! (Golpea el suelo con el j Muchachas! i Ahora sí que habrá con un hombre enlrado en años.)
pie.) ¡Si f'udiese yo de un golpe certero EL TRINCHANTE.(En Olro grupo.) animación! ¡Ha llegado Peer Gynt! ¿Dónde están Jas vacantes? ¿Oyes?
arrancarles del pecho el desprecio! (De jA beber, buena gente! ¡Vaciad el EL HOMBRE.
tonel! ASLAK. (Que acaba de venir.)
pronto mira en lorno suyo.) ¿Qué es ¿Quién le ha invitado? Búscalas.
eso? ¿Quién se de ahl detrás? ¡Hum! UN HOMBRE. (Le deja. PEER se queda de
parecía enteramente... No, pues no era Gracias al que ofrece; pero creo que EL TRINCHANTE. improviso callado. Mira con azo-
nadie. Quiero volver a Ca3acon mi ma- sirve3 demasiado a menudo. Nadie. (Se encamina hacia la casa.) ramiento y de soslayo al grupo.
dre. (Sube unos cuaruos pasos par la Todos le observan, pero nadie
colina; pero IOrn4 a detenerse y escucha UN JOVEN.(Al MÚSICO,en el momenlo ASLAK. (A las mozas.) habla. Se acerca a olros grupos.
en dirección a la casa donde se celebra
en que pasa corriendo con una joven Si os habla, no Je hagáis caso. Por donde pasa, callan Iodos;
la boda.) Están tocando' para el baile. agarrada de la mano.) cuando se aleja, lados sonríen y
(Mira y escucha. Baja Olrostanlos pasos; ¡Heisan, Guuorm! No ~conomices las UNA MOZA. (A las olras.) le siguen con la mirada.)
los ojos le brillan y se frola las piernas.) cuerdas. No; haremos como si no le hubié-
¡Cuántas mozas habrá I Más de siete ramos visto. PEER GVNT. (En voz baja.)
por cada hombre. ¡Condenación! . .. LA JOVEN. Miradas, pensamientos burlones, son-
Quiero ir a la fiesta. Pero ¿y mi madre, i Anda, toca! i Que resuene por todo PEER GYNT. (Llega brioso y ani1nado, risas... (Se desliza a lo largo de la cerca.)
que se ha quedado sentada en la techum- el campo! se para anle el grupo y da unas pal- (SOLVEIG, llevando de la mano
bre del molino? (Otra vez se posa su 1nadas.)
a la pequeña HaGA, viene por
mirada en ,¡ lugar de la fiesla; salla y VARIAS MOZAS. (Haciendo corro a un ¿Cuál es Ja moza más ágil de todas? el césped, acompañada de sus
ríe.) ¡Hl1isan! ¿Cómo bailan el ha- mozo que baila.) padres.)
lling! (1). iAh I ese Gu~torm es un ver- ¡Bonito paso! MOZA 1.a (A quien se acerca.)
dadero maestro con el violln; toca y Yo, no. HOMBRE. 1.0 (A otro, cerca de PEER.)
salta como las cataratas en un precipi- UNA MOZA. Mira: los inmigrados.
cio. IY además, todas las mozas están i Tiene las piernas flexibles! MOZA 2.a (Del mismo modo.)
Yo, no. HOMBRE 2:°
deslumbradorasI ¡Condenación! iTen-
go que participar en la fiesta, sea como EL Mozo. (Bailando.) MOZA 3.a ¿Los del Oeste?
sea I (De un salto salva la cerca y corre El techo es alto y las parede3 están Yo, tampoco. HOMBRE 1.0
hacia el foro.) lejos.
Sí, los de Hedalen.
(1) Oon7.1 eampalno noruesa, bailada exelu- (1) Eneargado.de recibir a los invitados y PEER GYNT. (A la MOZA 4.a)
.Ivament. por hombre.. <.\e compb muy mar. de velar por el orden en una boda aldeana de Entonces, ven tú, antes que se pre- HOMBRE2.0
ea<lo. Noruega. sente otra mejor. Bien.
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749
I

_1
PEER GVNT. (Aproximándose a los recién Mozo 1.0 PEER GVNT. PEER GYNT.
llegados, seña/a a SOLVEIGy pregunta Sí. Te acordarás del otro día en Lun- ¿Qué te ocurre? Déjame probar. (Bebe.)
al hombre:) de, ¿eh?
¿Me dejas bailar con tu hija? (Los mozos ríen :Y se dirigen SOLVEIG. Mozo 2.°
al lugar del baile.) Se me ha soltado la liga; voy a atár- Ahora vas a probar del mío tam-
EL MARIDO.(Reposado.) roela. (Le deja.) bién.
Sí; pero primero tenemos que en- SOL~EIG. (A la puerta.) EL NOVIO. (Tirando a su madre de la PEER GYNT.
trar a saludar a los dueños. (Entra.) Tu eres el muchacho que querías bai- falda.)
lar, ¿verdad? No.
i Madre, no quiere!
EL TRINCHANTE.(A PEER GYNT, ofre- PEER GYNT. Mozo 2.°
ciéndole bebida.) ¡Naturalmente! ¿No te acuerdas? (La LA MADRE.
Ya que has venido, me figuro que tcmuJde la mano.) ¡Ven! jQué tontería! No seas imbecil. iBe-
¿No quiere? ¿Qué es 10 que no be, Peer!
beberás, ¿no es así? quiere?
SOLVEIG. MOZA }.& (A media voz.)
PEa GYNT.(Sin perder de vista ni un ¡No demasiado lejos, ha dicho ma- EL NOVIO. Anda, vamos.
instante a los reciJn llegados.) dre! i No quiere, madre!
Gracias; voy a bailar. No tengo sed. LA MADRE.
PEER .GYNT.
(EL TRINCHANTE se aleja. PEa mira ha- PEER GYNT. ¿Te infundo miedo, jovencita?
cia la casa :Y ríe.) iQué rubia! iHa- iHa dicho madre, ha dicho madre! No quiere ¿qué?
bráse visto co;a igual! Mirándose los za- ¿Es que naciste el año pasado? Mozo 3.°
EL NOVIO.
patos y la blancura del delantal... asién- ¡A quién no infundirás tu míedo!
dose a la falda de la madre, con un SOLVEIG. Abrir. la puerta.
libro de salmos envuelto en su pa- ¡Te burlas L.. Mozo 4.°
ñuelo (1). He de verla. (Hace ademán EL PADRE.(Furioso, en voz baja.) Bien demostraste en Lunde lo que
de entrar en.la casa.) PEER GYNT. . sebre!
¡Ah, mereces que te aten a un pe- eres capaz de hacer.
La verdad es que casi eres una niña.
Mozo l." (Saliendo con otro.) ¿Cuántos años tienes? PEER GYNT.
Peer, ¿abandonas el baile ya? LA MADRE. De mucho más soy capaz, cuando
SOLVEIG. I Bueno, bueno; no le regañes al po- arranco de veras.
Esta primavera hice la confirma- bre. i Todo se arregIárá! (Vanse.)
PEER GYNT.
No. ción (1). Mozo 1.0 (Cuchicheando.)
Mozo 1.0 (Que viene con otros muchos ¡Ya va bien!
PEER GYNT. del baile.)
Mozo l." ¿Un poco de aguardiente, Peer? VARIOSMozos. (Rodeándole.)
iPues te equivocas de camino I (Le Dime tu nombre, muchacha' así es
¡Cuenta, cuenta I ¿Qué eres capaz de
coge por un hombro para hacerl~ dar más fácil hablar. ' PEER GYNT. hacer?
la vuelta.) SOLVEIG. No.
Me llamo Solveig... ¿Y tú? Mozo 1.0
PEER GYNT.
PEBR GVNT. Mañana...
i Déjame pasar! PEER GYNT. Un poquito nada más...
Peer Gynt. Mozo 2.°
Mozo l." PEER GYNT. (Con mirada sombría.) No, esta noche.
¿Tienes miedo al herrero? SOLVEIG. (Retirando la mano.) ¿Lo tienes ahí?
¡Jesús! MOZA 1.& .
FI!ER GVNT. Mozo 1.0 ¿Sabes hacer brujerías, Peer?
¿ Miedo, yo? (1) Sacramento que en la religión \;gente Acaso. (Saca un frasquito del bolsillo,
en Noruega se recibe hacia los catorce o quince PEa GYNT.
años. Es frecuente el empleo del expresado cir- :Ybebe.) ¡Ajajá! e3to sí que es fuerte...
(J) A.¡ en aOlonce. 1. coslumbre. cunloquio para aludir a la edad de los jóvenes. ¡vaya1... ¡ Sé evocar al diablo I

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UN HOMBRE. PEER GYNT. UNO DEL GRUPO. PEER GYNT.
i Eso lo sabia mi abuelo antes de
Es que fui a la fragua y le pedí que ¡Vamos, Peer! cabalga un.poco por El sombrero, querrás decir. ¡Claro
nacer yo I me cascara la avellana. Me dió palabra el aire. que lo tengo! (Le vuelve la espalda.
de que lo haría y la puso sobre el yun- SOLVEIGcruza el césped, llevando a HEL-
PEER GYNT. que. . . Pero como Aslak es tan bruto y MUCHOS. GA de la mano. PEER se dirige hacia ella.
iMentiroso! Lo que yo sé hacer no siempre emplea el manillo... ¡Eso, eso, amigo Peer Gynt!... ya más animado.) ¡ Solveig! iMenos mal
es capaz de hacerlo nadie. Una vez que has venido! (La coge por la muñe-
evoqué al diablo dentro de una ave- UN'" Voz EN EL GRUPO. PEER GYNT. ca.) Ya verás qué bien vamos a bailar
¿Mató al diablo? No hace falta que me lo pidáis tanto.
llana (1). Estaba picada, ¿comprendéis?
Pasaré cabalgando como la tempestad SOLVEIG.
V"'RIOS. (Riéndose.) PEER GYNT. sobre vuestras cabezas; la comarca en-
tera ha de arrodillarse ante mí. i Suéltame !
Sí, sí; se comprende. Asestó el golpe como todo un hom-
bre; pero el díablo se escapó y salió UN HOMBRE ENTRADOEN AÑOS. PEER GYNT.
PEER GVNT. disparado cual una llama por el techo, Se ha vuelto Joco de remate. ¿Por qué?
Renegaba, lloraba, quería recompen- haciendo derrumbarse los muros...
sarme con todo lo habido y por haber... V"'RIOS. HOMBRE 2.° SOLVEIG.
¡Trapalón! Eres demasiado travieso...
¿y el herrero?
UNO DEL GRUPO.
Pero ¿es que no tenía más remedio PEER GYNT. HOMBRE 3.° PEER GYNT.
que entrar? Pues allí se quedó, con las manos que- ¡Fanfarrón! Travieso es el reno macho cuando' se
madas. Desde aquel día no hemos vuel- P¡¡ER GYNT. (Amenazándolos.) aproxima el verano. Anda, ven, mucha-
PEER GVNT. to a ser amigos. cha. jNo seas tan tozuda!
Esperad, pues; ya lo veréis.
Claro está. Luego. cerré el agujero (Risa general.)
con un palito. ¡Oh, si le hubierais oído HOMBRE4.° (Medio borracho.) SOLVEIG. (Retirando el brazo.)
zumbar y rezumbar!... ALGUNOS.
i Sí, espera, que ya te sacudirán el No me atrevo.
j No está mal el cuento!
polvo!. ..
MOZA La PEER GYNT.
OTRO.
¡Hay que ver! VARIOS. ¿Por qué?
J ) Es uno de los mejores ~uyos. ¡Te medirán las costillas! iTe hin-
PEER GYNT. P¡¡ER GYNT. charán un ojo I SOLVEIG.
Era exactamente como oír un mos- ¿Creéis que lo estoy ínventando? (El grupo se disemina; los vie- No, porque has bebido. (Se aleja
cardón. jos, enojados; los jóvenes, riendo con HELG )
HOMBRE 1.0 y bromeando.)
MOZA La. IOh, no! ¡Descuida; la mayor parte PEER GYNT.
¿Le guardas todavía metido en la ave- de lo que has contado lo conocía yo ya EL NOVIO. (Acercándose a PEER.) i Ah ! si estuviera en mi mano atra-
llana? por mi abuelo! Oye, Peer, ¿es cierto que sabes ca- vesar a todos con una navaja...
balgar por los aires?
PEER GYNT. PEER GYNT. EL NOVIO. (Dándole un golpecito con
se evadió. El PEER GYNT. (Secamente.)
No; el muy bribón ¡Mentira! iMe ha ocurrido a mí! el codo.)
tiene Ja culpa de que el herrero me Sé hacerlo todo, Mads. iNo te figuras
HOMBRE 1.0 de lo que soy capaz! ¿No puedes ayudarme a entrar con
odie. la novia?
¿Sí? A ti te ha ocurrido todo... EL NOVIO.
Mozo 1.0
PEERGYNT.(Dando una vuelta.) ¿Entonces también tendrás }a capa que P¡¡ER GYNT. (Distraído.)
¿De verdad? hace invisible? (1). ¿La novia? ¿Dónde está?
iAh! Y sé cabalgar; surco los aires
(1) Este relato elt' tomado ..1milmo de un montado en un magnífico caballo. ¡No (1) No e. una capa. sino un sombrero. en EL N OVIO.
cuento recosido por Abl!omlen y Moe entre 11$ olvidéis que sé hacer muchas cosasI otro de .los cuentos populares recopilados por
En e..I granero.
leyenda. popularcl de Noruega. (Nuevas carca;adas.) Absjomsen y Moe.

752 753

a_ _
PEER GYNT. SOLVEIG. ASLAK. da, inténtalo, si te atreves! A>a y yo (1)
¡Ah! ya. Lo que hace falta aqui son púños; tenemos dientes y garras. ¿Dónde está?
¡ Déjame en paz!
no bastan las palabras. (Llamando.) i Peer!
E!. NOVIO. PEER GYNT. EL MARIDO. EL NOVIO.(Viene corriendo.)
Oyeme; a ver si lo consigues, Peer ¡No! (En voz baja, pero con acento ¡Cálmate, hombre! iDios mío! ¡Ay de mí! iPadre, ma-
Gynt. rudo y amedrentador.) ¡Puedo transfor- dre, venid!
marme en duende! Esta noche a las HaGA.
PEER GVNT. EL PADRE.
doce estaré al pie de tu cama. Si oyes ¿Es que intentan pegarle, madre?
No; tendrás que arreglártelas sin mi a alguien que bufa y runrunea, no va- ¿ Qué sucede?
ayuda. (De súbito le asalla una idea, y yas a creer que es el gato. i Soy yo! Mozo 1.0
dice en voz baja y áspera:) ¿Está Ingrid i Te sacaré la sangre en una taza, y a tu Mejor será que nos divirtamos con EL NOVIO.
en el granero? (Se acerca a SOLVEIG.) hermanita me la comeré; porque has sus mentiras. ¡Figúrate! Peer Gynt...
¿Lo has pensado bien? (SOLVEIGquiere de saber que por la noche' me convieno
irse; él se lo impide.) ¿Te da vergüenza en' lobo I Te morderé 103 lomos y las Mozo 2.° ASA. (Gritando.)
porque parezco un vagabundo? piernas... (De repenre cambia de tono iEchadle de la. reunión a puntapiés! ¿Le han matado?
y pide, angusliado:) iBaila conmigo, Sol- Mozo 3.° EL NOVIO.
SOLVElG. (Precipiladameme.) veig!
¡No, no pareces un vagabundo! iE~o iEscupidle en los ojos! No, Peer Gynt... i Mirad allá arriba,
no es cierto! por la ladera!...
SOLVEIG. (Mirándole con. lristeza.) Mozo 4.° (A AsLAK.)
PEER GYNT. i Has sido malo! (Enlra en la casa.) ¿Estás preparado? Los CIRCUNSTANTES.
Sí, y además, estoy un pQCObebido. j Con la novia!
Pero lo he hecho adrede, Porque me ha-
EL NOVIO. (Viene vagando olra vez.) ASLAK.(Arrojando la chaqueta al sue-
i Te daré un toro si me ayudas! lo.) ASA. (De;a caer el garrote.)
bías ofendido. ¡Ven!
iLa bestia va a ser degollada! i Ay, qué pillo!
PEER GYNT.
SOLVEIG.
Ahora me atrevo menos. iNi aunque ¡Ven! LA.MUJER.(A SOLVElG.)' AsLAK.(Estupefaclo.)
quisiera! (Desaparecen detrás de la casa. iYa ves en qué estimación le tienen! iDios santo! iEscala la montaña más
Mienrras, vuelve un gruPI> del escarpada igual que un macho cabrío!
césped. Unos cuantos bailan. La AsA. (Llega con un garrote en la mano.)
PEI!R GVNT.
mayoría de sus individuos están ¿Está mi hijo por aquí? iAhora sí EL NOVIO. (Llorando.)
¿A quién tienes miedo? completamenle borrachos. Tumul- que le voy a vapulear! iAh, con qué i Madre, se la lleva como se llevaría
to y alboroto. SOLVEIGy HaGA, gusto lo haré! un cerdo!
SOLVEIG.
con el matrimonio de inmigrados,
A padre sobre todo. salen, enlre otros, a la puerta.) ASLAK.(Remangándose la camisa.) ASA. (Amenazándole.)
Para un cuerpo como el suyo, el ga- i Ah! i Ojalá te cayeras!... (Gritando
PEER GYNT.
EL TRINCHANTE.(A AsLAK, que es el
rrote es demasiado suave. con angustia.) i Oye, pisa con cuidado,
¿Padre? iSI, claro I Es de los devo- primero del grupo.) no vayas a resbalarte!
tos (1), que andan bajando la cabeza, VARIOS.
i No alborotéis! ¡El herrero quiere pegarle! EL . PROPIETARIODE HOEGSTAD. (Lle-ga
¿eh? ¡Responde!
ASLAK. (Quitándose .la chaqueta.) sin sombrero y blanco de cólera.)
SOLVEIG. OTROS.
Pues esto hay que aclararlo; o cae i Le mataré por haberla raptado!
¿Qué puedo responder? i Desollarle !
Peer Gynt, o caigo yo.
ASLAK.(Escupiéndóse en las manos. dice AsA.
PEER GYNT. i Oh, eso no! i Castígueme Dios si
a ASA:)
¿Es de los que leen? Y tú y tu ma- V."~?S.. i Ahorcarle ! lo permito!
dre, lo mismo... Bueno, ¿quieres res- ISI, SI; que se peguen!
ponder? OTROS. ASA. (1) Manera popular de designarse a sí mis-
(1) AIusiún a los pietistas de la época. ¡No; que disputen solamente! ¡Cómo! ¿Ahorcar a .mi Peer? .
I An - mo' que puede verse, por ejemplo, en las obras
d e H olberg.

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INGRID. PEER GYNT.
¡ Jesús! i Debe de haberse vuelto loco! Como una roca.
ACTO SEGUNDO
PEER GVNT. INGRID.
INGRID. Cuando uno te mira, ¿hay fiesta en Bien. ¡Ya veremos quién gana! (Des-
CUADRO PRIMERO
¡Querido Peer, por...! al alma? ¡Di! ciende por el sendero.)
Angosto sendero de montaña en las cumbres.
Amanece. PEER GVNT. INGRID. PEER GVNT. (Permanece callado unos
¡Cállate! No; pero... instantes; de premto grita:)
PEERGVNTcan1ina, presuroso, con aire de con-
trariedad. INGRID, cubierta a medias por su INGRID.
¡Al diablo todos los recuerdos! ¡Al
PEER GYNT. diablo todas las mujeres!
vestido de novia, intenta retenerle.
No piensas 10 que dices. i Qué importa, entonces, 10 demás!
PEER GYNT. (Hace ademán de irse.)
PEa GYNT. INGRID. (Vuelve la cabeza :Y advierte,
¡Déjame! ¡Vetel
INGRID. (Cerrándole el paso.)
sardónica:)
Lo pienso y Jo deseo.
¿Te percatas de que, si me aban- iMenos una!
INGRID. (LlQTando.) INGRID.
iDespués de lo ocurrido! donas, has de arrepentirte? PEER GYNT.
ir? ¿Adónde ¡Primero, seducir, y después... re- Sí; menos una...
chazar ! PEER GYNT.
PEER GYNT. i Qu~ ,se le va a hacer!
(Se aleian cada cual por su ca-
PEER GYNT. mino.)
Por mí... a donde quieras.
¿Y qué puedes ofrecer tú? INGRID.
INGRID. (RctOTcidndose las manos.) Tendrás bienes y honores si me acep-. CUADRO SEGUNDO
INGRID. tas.. .
¡Oh, qué traición 1...
Hoegstad y mucho más. A oril/as de un lago de monl4ña. rodeado de
PBER GYNT. PEER GYNT. rerrenos húmedos y panranosos. Amenaza
PEEn GYNT. No puedo. tempestad.
Es inútil cliscutir. Siga su camino cada
uno. ¿Llevas libro de sal,mos en el pañue-
lo? ¿Y trenza de oro sobre la nuca? INGRID.(Rompe a llorar.) ASA. desesperada, llama y mira en todas direc-
INGRID. ¿Llevas la mirada fija enl el delantal? ¡Ah, me has seducido! ciones. SOLVEIG.la sigue con trabajo. Algo más
distanciados, los padres de SOLVEtGy HELGA.
IEl pecado!... ¡Nos liga el pecado! ¿Te agarras a la falda de tu madre? PEER GYNT.
¡Di!
PEER GYNT.
Tú te presta te a ello. :Y mesándose los ca-
ASA. (Gesticulando
INGRID. bellos.)
IÁl diablo todos los recuerdos! ¡Al INGRID.
. diablo todas las mujeres... menos una! No; pero... iTodo está furiosamente en contra
¡Estaba desesperada! mía: el cielo, .el agua, las montañas ho-
PEER GYNT. rribles! El cieJo envía niebla para extra-
INGRID. PEER GVNT.
¿Quién es esa mujer? ¿Fuiste aj pastor (1) esta prima- y yo, borracho. viarle; el agua se esconde, alevosa, para
vera? arrancarle de la vida; Jas montañas in-
PEER GYNT. INGRID. INGRID. (En tono amenazador.) tentan alcanzarle con sus aludes. ¿Y los
Tú, no. No ; pero, Peer. .. i Ah ! pero caro te va a salir el cas- hombres? iLos hombres quieren darle
tigo. muerte!' iOh Dios mío! iNo lo logra-
INGRID. PEER GYNT. rán! iNo puedo perderle! ¡Qué byt-
¿Quién, pues? PEER GYNT. ting (1) travieso! ¿Por qué Je tentó el
¿Es tímida tu miFada? ¿Eres capaz El castigo más caro habría que lla- diablo? (Volviéndose a SOLVEIG.)jAh.
PEER GYNT. de negar cuándo yo suplico? marlo barato...
j Vete! ¡Vuelve al sitio de d d (I) Expresión que alude a los seis meses (I) Recuérdese la nota explicaliva del acto
INGRID.
liste ! ¡Pronto! j Con tu pa d reo~ e sa- firmación.
durante los cuales el pastor prepara a la con- primero acerca de este hijo de los duendes sus-
¿Es firme tu actitud? tituido por un hijo de los hombres.
756
757
sí! ¿Verdad que cuesta creerlo? ¡El, ASA.
que siempre mentía e inventaba histo- aprisionado los duendes de Ja montaña, SOLVEIG.
rias; él, que jamás había hecho nada estái Sí,a salvo.
sí! Soy mísera... Pero mi hijo habrá que hacer sonar las campanas (1). ¡Sí... todo lo que sepa!
q.Je valiera la pena; él, que".! ¡Es para
llorar y reír a un tiempo!... j Ay ! i Y EL MARIDO. (En voz baja y con dulzu- EL MARIDO. ASA. (Sonríe y hace un gesto de or-
cuán unidos estábamos en Jas penas y en i Hum! aquí hay un sendero. gullo.)
ra en la mirada.)
las desgracias! Porque sabrás que mi ¿Todo?.. ¡Te cansarias!
Su coraz6n está endurecido, y su al- ASA.
marido bebía y danzaba por todo el con- ma, condenada.
torno a tonta'; y a locas, derrochando y ¡Dios os pague con creces esta ayuda! SOLVEIG.
pisoteando nuestro bienestar... Y, entre ASA. (Con angustia.) Antes se cansaría usted de hablar que
tanto, yo permanecía en casa con el pe- EL MARIDO. yo de escuchar.
¡No, no! ¡Nuestro Señor no puede Es un deber de cristiano.
queño Peer. No teníamos más remedio ser "tan duro 1
que olvidar, pues ¡es tan difícil comba-
tir la verdad, y tan terrible mirar al EL MARIDO. ASA. CUADRO TERCERO
I Pues entonces todos los demás son pa-
destino cara a cara! Además, conviene ¿Crees acaso que es capaz de arre-
prescindir de las pena 1 y tratar de ale- pentirse de su pecado? ganos. Ni uno hubo que quisiera acom- Pequeñas eminencias sin árboles, bajo la meseta
montañosa. Bn lontananza, cumbres. Las som-
jar los pensamientos. Unos recurren al pañarme. bras se proyectan alargadas.
ASA.
aguardiente; otros, a las mentiras. i Ah, I Ocaso.
sí, sí! Nosotr03 recurrimos a los cuentos EL MARIDO.
No; pero j surca los aires cabalgan_
de príncipes, duendes y toda cJase de do sobre renos! Le conocían demasiado bien.
PEER GYNT. (Llega a la carrera veloz-
I
animales. .. Y a las historias de raptos mente y se detiene en una loma.)
de novias también.., Pero ;c6mo iba LA MUJER. ASA. "¡La comarca entera me" sigue en tro-
yo a pf:mar que todavía viviéran en él ¡Jesús! ¿Estás loca? I i Le envidiaban! (Retorciéndose las pel! Se han armado de palos y escope-
esas malditas historias? (Tornando a su
primitívo terror.j ¿Quién grita? ¿Será
ASA. t manes.) ¡Y pensar... pensar que su vi- tas. A la cabeza de todos se oye aullar
da está en peligro! al viejo de Hoegstad. iHoy sí que se
el Tritón o algún duende? ¡Peer, Peer! Ninguna tarea es demasiado ardua habla de Peer Gynt! Esto es muy dife-
i Arriba, a 111colina 1 ... (Trepa precipi- para él. Ya lo veréis, si logra vivir lo EL MARIDO. rente de pelear con un herrero. "iEsto
..' , tadamente a una pequeña colina, y otea suficiente.. . Aquí hay huellas del paso de un hom- es vivir! En cada miembro del cuerpo
sobre las 0Rua.\.Los inmigrantes la al- bre. siente uno la fuerza de un oso. (Da pu-
canzan.) ¡No se ve ni rastro! EL MARIDO. I ñetazos de derecha a izquierda y salta.)
i Mejor sería verle ahorcado! ASA. i Desafiar, luchar, hacer frente a la ca-
EL MARIDO.(Con voz tranquila.) ASA. i Busquemos por aquí! tarata, pegar, arrancar pinos de cuajo!
jPeor para éll j Santo Dios! i Esto es vida! j Robustece y eleva! ¡Al
EL MARIDO. diablo todas Jas mentiras insípidas!
EL MARIDO. En Jos alrededores de nuestra hacien-
ASA. (Llorando.)
da nos separarem03. (Se adelanta con TRES PASTORAS (1). (Corriendo por las
j Pobre Peer, mi cordero perdido! Quizá se arrepienta entre las manos su mujer.) colinas, gritando y cantando.)
del verdugo.
iTrond de las montañas! ¡Bard !
SOLVEIG.(A ASA.) i Kare ! ¡Duendes! ¿Queréis dormir en
EL MARIDO.(Asintiendo con la cabeza.) ASA. (Aturdida.) Cuénteme un poco más. nuestros brazos?
Sí, perdido, en efecto. ¡No tardáis en hacerme desfallecer!
ASA. iHemos de encontrarle! ASA. (Secándose los ojos.) PEER GYNT.
No, no digas eso. j Es tan listo 1 No EL MARIDO. ¿De mi hijo? ¿A quiénes llamáis?
hay nadie como él. Para salvar su alma... (1) Una antigua y popular creencia noruega TRES PASTORAS.
ASA. atribuía la desaparición de un hombre en el cam- ¡A 103 duendes, a los duendes!
EL MARIDO. PO"a los duendes de las montañas. Para salvar-
Y su cuerpo. Si ha caído en la tur- l., se hacían sonar las campanas de la iglesia. Ha
¡ Mísera mujer! sido éste motivo utilizado frecuentemente en (1) Episodio tomado del cuento de Asbiorn-
bera, tendremos que sacarle; si le han cuentos folklóricos. sen acerca del legendario Peer Gynt.
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'1
..

PASTORA La TRES PASTORAS. CUADRO CUARTO que el príncipe de Inglaterra! i Si, mi-
j Trond ! ¡Trátame con cuidado! i Trond de Jas montañas! iBard ! En medio de Rondane (1). Puesla de sol. rad cuanto queráis, jovenzuelas! A na-
¡Kare ! ¡Duendes I ¿Queréis dormir en Alrededor reluce" las nevadas cumbres. die le importa mi viaje! i Y será inútil
PASTORA 2.& nuestros brazos? que esperéis! Quizá os haga una visita
i Bard ! i A mí, con energía! PEER GYNT. (Llega borracho y extra- al pasar... Pero ¿y las águilas pardas?
PEER GYNT. (De un brinco se planta viado.) i Diríase que se las ha llevado el dia-
PASTORA3.a entre ellas.) ¡Se asoman Jos castillos unos tras blo! i Ah! i Ahí se elevan los ángulos del
En la cabaña (1) están vacías las ca- i Yo soy duende de tres cabezas y otros! i Qué pórtico tan reluciente! edificio! iBrota de las piedras del sue-
mas. hombre para tres mozas! ¡Quieto! ¿Quieres estarte quieto? i Ca- lo! ¡Ved! i El portón está abierto de
da vez se aleja más! i El gallo de la par en par! i Oh, sí ! Ya reconozco la
PASTORA 1.& TRES PASTORAS. veleta (2) abre sus alas para volar. casa; es la nueva mansión de mi abuelo
iEnergía es cuidado! ¿Sí? ¿Tú crees? i Azulea el espacio entre las hendidu- paterno. L03 viejos remiendos han des-
ras! Y la montaña está cerrada... ¿Qué aparecido; han desaparecido asimismo
PASTORA 2.- PEER GYNT. troncos y raíces son esos que crecen en las vallas caídas. Los cristales de, las
iY cuidado es energíaI iYa lo veréis! la colina? i Son gigantes con pies de ventanas lanzan destellos. iHay fiesta en
garza! iTambién ellos languidecen aho- la sala grande! Acabo de oír al señor
PASTORA 1.. pa,stor repiqueteando su copa con el cu-
PASTORA 3.. ra ! i Me ciegan estrías de arco iris!
Cuando faltan mozos, se juega con iA la granja, a la granja! iHieren mi espíritu y mi vista! ¿Qué chillo. El capitán ha estrellado su bote-
los duendes. PASTORA 2.. será aquello que repica en Ja lejanía? lla 'contra eJ espejo, que se ha hecho
" Tenemos hidromel. i Cuánto peso gravita sobre mis párpa- añicos. iNo derroches más, despilfarra-
PEEif GYNT. dos! iAy, cómo me duele la frente! dorl ¡Bah, es Jo mismo madre! ¡Juan
¿Y dónde andan los mozos? PASTORA3.& , iEs un anillo al rojo que me oprime! Gynt el Rico da la fiesta!' i Un viva a
iEsta noche de sábado no ha de estar ¡No puedo recordar quién diablos me la familia Gynt! Mas ¿qué ruid03 y la-
TRES PASTORAS. (A carcajada suelta.) vacío ningún lecho! (1). lo puso! (Se desploma en tierra.) ¡El mentos son ésos? ¿Y ese griterío y ese
iNo pueden venir! vuelo sobre el pico de Gendin! i Mal- bullicio? El capitán reclama a su hijo,
PASTORA 2.& (Besándole.) ditos cuentos y mentiras! Trepando y el pastor quiere brindar en mi honor.
PASTORA J.& Echa lumbre como hierro candente. por la abrupta montaña con la novia, Entra, pues, Peer Gynt; d~sciendes de
El mío me llamaba amor y queri- y veinticuatro horas borracho, per- grandes, y grande has de ser algún
da... Ahora está ca3ado con una viuda PASTORA3.& I seguido por el azor y el águila, ame- dia... (1). (Avanza corriendo; pero da
~ .r vieja. i Como ojos de niño desde el fondo nazado por Jos duendes, divirtiéndome con la cabeza contTa una roca. Cae y se
negro del estanque! con muchachas locas... i Malditos cuen- queda inmóvil.)
PASTORA 2.- tos y mentiras! (Mira largo rato a las
El mío se encontró con una gítana PEER GYNT.(Bailando entre las tres.) alturas.) Dos pardas águilas navegan por
CUADRO QUINTO
en la aldea. Ahora vagabundean los dos El espíritu está triste y el pensamien- el espacio. Los pat03 salvajes se dirigen
por los caminos. to es juguetón. iEn los ojos, risa, y en hacia el Sur. Y heme aqui al cabo te- LaderIJ con rrandes árboles. cuyo ¡ol/aje agilIJ
la garganta, llanto! niendo que trotar y tropezar entre fan- el lJiento. Canlan los pájtJ1'osen las frondas.
PASTORA 3.. go y basuras hasta las rodillas. (Se le-
El mío dió muerte 11nuestro bastar- TRES PASTORAS. (Se dirig~ hacia las Una MUJER VESTIDADB VERDB(2) camina por
cumbres gesticulando, gritando y can-
vanta de un salto.) Yo a mi vez quiero la ladera. PBBa GYNT la sigue haciendo geslos
do. Ahora hace muecas su cabeza en un tando.)
volar y bañarme en los aires cortantes. de enamorado.
palo. iTrond de las montañas! iBard ! ¡Quiero subir, hundirme y purificarme
en Ja pila deslumbradora! i Quiero ir
(1) Propiamente le alude aqul a la vivienda iKare ! iDuendes! ... iYa no dormiréis LA MUJER DE VERDE. (Se detiene y se
o agrupación de vlvlend.. eltlvales. emplazadas en nuestros brazos! (Con PEER entre allende los. pastos de montaña! i Quie- 'VUelve.)
en los pastos de montalla. donde los pastores ro calmar mi espíritu cabalgando;. quie- ¿Es verdad eso?
permanecen durante la ~poca cálida del !lño ellas, desaparecen, bailando, tras Jas co- ro cruzar el mar salado! iY ser más
para aprovisionarae del forrale que en las restan- linas.) , (1) He aquí otro momento panicularmente'
tes estaciones conlumJnI el ganado. Los serer (1) Macizo montañoso, cuyos picos sobrepasan poético de la obra que no osamos tnducir en
~omo se denominan cn nONcgo Citas instilla- (1) Como d lligar era apartado, habia faci- los mil metros. verso.
lacione~onltltuyen al mismo tiempo las guar- lidades para entrevistarse con las vaqueras, y (2) En Noruega todas las veletas están rema- (2) En las leyendas noruegas abundan las
derlas de ganado dunnte la misma ~poca del sobre todo se efectuaban los encuentros con dlas tadas por un gallo, símbolo de la vigilancia. mujeres duendes vestidas de verde.
año. el sábado por la noche.
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.J
""1

PEER GYST. LA MUJER DE VERDE. LA MUJER DE VERDE. Los DUENDES CORTESANOS.


Tan verdad como me llamo Peer, tan Cuando mi padre está enfadado. se iLo negro semeja blanco! iLo feo, i Dale muerte! jEl hijo de cristianos
verdad como que eres una mujer en- agrietan las montaña). bonito! ha seducido a la hija más hermosa del
cantadora... ¿Quieres ganarme? ¡Ya ve- rey de Dovre!
PEER Gy".,.. PEER GYNT.
rás qué bien me comporto! No pisarás
Las montañas entran en erupción i Lo grande semeja pequeño! ¡Y su- U N
-
el telar ni deberás hilar. Tendrás co-
cuando regaña' mi madre. cio lo limpio! N INO
mida hasta reventar. Y ademá1, no te ¿Puedo cortale un dedo?
tiraré de los cabellos... LA MUJER DE VERDE. (Abrazándole.)
LA MUJER DE VERDE. Si es así, Peer. comprendo que he- OTRO NIÑO.
LA MUJER DE VERDE. Mi padre puede dar con el pie en el mos nacido el uno para el otro.' ¿Puedo tirarle del pelo?
¿Ni me pegarás? techo más alto (1).
PEER GYNT. UNA DONCELLA.
PEER GYNT. PEER GYNT. Como el pie y la bota, como el ca- ¡Ea, déjame mordede en el muslo!
Pero ¿qué estás diciendo? Nosotros Mí madre puede vadear a caballo el bello y el peine.
los hijos de reyes no pegamos a las mu- río más rápido. UNA BRUJA. (Con un cucharón.)
jeres. LA MUJER DE VERDE. (Llam~Jndo por la ¿Harem03 un guiso con é.1?
LA MUJER DE VERDE. ladera.)
LA MUJER DE VERDE. ¿Tienes otro traje que esos andrajos? i Caballo de boda, caballo de boda! OTRA BRUJA. (Con un cuchillo de co-
¿Ere3 hijo de rey? ¡Ven, caballo de boda! cína.)
PEER GYNT. (Aparece corriendo un cerdo
PEER GYNT.
¿Le asaremos en espetón, o le tosta-
¡Ah ! si vieras p1i traje de fiesta... gigantesco. con un trozo de cuer- remos en una marmita?
Sí. da pi:1rrienda y un saco viejo por
1
LA MUJER DE VERDE. silla. PEER le monta, y acomoda EL REY.
LA MUJER DE VERDE. Yo me visto de seda y oro a diario. I a la MUJER delante de él.)
Yo soy la hija del rey de Dovre (1). I PEER GYNT.
iFuego de hielo en )a sangre! (Con
un ademán hace que se aproximen sus
PEER GYNT. PEER GYNT. l' j Arre, arre! i Hay que pasar por el conse;eros.) iBasta ya de alardes! Es-
¿De veras? Pues no me parece mal Para mí, e30 es como estopa y hier- I
portón de Ronden! t03 últimos años hemos atrasado mu-
~ro~. ~ cho; ya no sabemos si estamos o no en
LA MUJER DE VERDE. LA MUJER DE VERDE. (Con voz cari.ño- decadencia. No debemos rechazar la
LA MUJER DE VERDE. Hay algo que debes recordar, y es co- sa.) ayuda de los humanos. En fin, el mozó
Mi padre tiene su palacio dentro de rriente en Rondane. Todos nuestros bie- i Ah!, estaba tan triste hace poco... es casi perfecto y está bien constituido,
Ronden (2). . nes presentan dos aspectos. Si vas al Nunca se sabe lo que puede acontecer. a 10 que veo. Verdad es que sólo tiene
palacio de mi padre. desde luego cree. una cabeza; pero tampoco mi hija tie-
PEER GYNT.
rás que te encuentra. en el más feo PEER GYNT. (Fustigondo al cerdo, que ne má3 que una. Los duendes de tres
Pues el de mi madre es mayor, en de los despeñaderos. Ct
sale al trote.) cabezas han pasado ya de moda, y hasta
todo caso. i Por los arreos se conoce a la gente los de dos; rara vez se encuentran. y
PEER GYNT. de viso! en suma, son .cabezas bastante deficien-
LA MUJER DB VERDE. ¿Sí? Pues precisamente ocurre algo tes. (A PEER GYNT.) Así, pues, ¿pides
. ¿Conoces a mi padre? Se llama el análogo en mi casa. Todo el oro te pa- CUADRO SEXTO la mano de mi' hija?
rey Brose. recerá fango y paja, y es posible que
cada crístal reluciente de las ventanas Sala del "'ono dentro de DC1fJre.Gran asamblea PEER GYNT.
PBER GYNT. esté sustituido por un tapujo de trapos de duendes cortesanos. viejos genio$J gnomo!, Tu hija y el reino como dote, claro
¿Conoce. a mi madre? Se llama la viejos. 1 etcétera. está.
reina Asa.
(1) En algunos valles típicos noruegos (Ha- El REY DE DOVRBestá sentado en su trono. con
(1) Maci10 de montal\aa de Gundbrandadal. Uing, Springdans, etcétera) debe el hómbre du su cetro y su corona. A ambos lados, sus hiios EL REY.
El vieio duende mon.truoso Uamado rey de Do- un salto, y volviéndose por el aire, ha de tocar y familiares. PEER permanece delante del rey. La mitad será tuya mientras yo viva,
vre aparece ya en Iu primera. "IU norucsa.. el techo con el pie. A ello alude, probablemente.
(2) El pico m'. elevado del macizo Rondane. la mujer vestida de verde.
Mucha agitación. y la otra mitad, cuando muera. .

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PEER GYNT. EL CORTESANO MÁS VIEJO. (A !>EER.) EL REY. EL CORTESANOMÁS VIEJO.
Conforme. ¿Penetras el profundo sentido...? Eso es; así se hab)a... Pero ¿está3 i A ver con qué garbo te contoneas y
escupiendo? meneas el rabo!
EL REY. PEER GYNT.
i Eh! iAguarda, muchacho! ¡Tú Me parece nebuloso. PEER GYNT. PEER G.YNT. (Colérico.)
también debes comprometerte a, algu- Sin embargo, confío en que con la jAh! ¿Queréis obligarme a más aún?
nas cosas! Si queda sin cumplir una EL REY. fuerza de la costumbre... ¿Exigís también mi fe cristiana?
sola de ellas, se deshace el pacto, y no Ba3tarse a sí mismo, hijo mío... La
saldrás de aquí con vida. Por Jo pronto, expresión enérgica y cortante ha de fi- EL REY. EL REY.
ha; de prometer que nunca prestarás gurar en tu blasón. No; puedes' guardártela tranquila-
Ahora debes despojarte de tus ropas
atención a 10 que suceda fuera de los de cristiano. Porque has de saber que, mente. La fe pasa libre; no paga adua-
límites de Rondane; deberás prescindir PEER GYNT. (Rascándose detrás de la na. Es por la cá;cara y por el corte
oreja.) para mayor honra de Dovre, aquí todo
del día y de todo lugar de luz. es producto de )a montaña; nada viene por )0 que se reconoce al duende. S610
Pero... somos iguales en costumbres y manera
PEER GYNT. del valle, salvo el Jazo de seda de la
punta del rabo. de vestir; tú puedes llamar fe a lo que
Con tal de ser llamado rey, eso pa- EL REY. nosotros llamamos miedo.
rece hacedero. Es indispensable, si quieres ser so- PEER GYNT. (Furioso.)
berano de este reino. PEER GYNT.
EL REY. ¡Yo no tengo rabo!
PEER GYNT. Pues, a pesar de todas las condicio-
Ahora deseo probar tu inteligencia. nes, eres un hombre más razonable de
(Se pone de pie.)
EL REY:
Bueno; ¡qué má3 da! No tiene im- lo que uno podía esperar.
portancia. Pues puedes tenerlo... ¡Cortesanos,
EL CORTESANO MÁS VIEJO. (A PEER.) ajustadle mi rabo de gala!
iVamos a ver si tienes una muela EL REY. EL REY.
del juicio capaz de partir la avellana del PEER GYNT. Hijo mío, los duendes somos siempre
Además, debes aprender a apreciar mejores que nuestra fama; he aquí otra
enigma del rey de Dovre! nuestro modo de vivir sencillo y hoga- ¡No! iEso, de ningún modo! ¿Que- de la; diferencias que hay entre nosotros
reño. (Hace una 'seña. Dos duendes, con réis burlar03 de mí?
EL REY. y vosotros. Bueno; la parte seria de la
cabezas de cerdo y blancos gorros de
¿Cuál es Ja diferencia que hay entre dormir, fiesta ha terminado; ahora alegremos la
traen comida y bebida.) La vaca EL REY.
un duende y un hombre? No pretendas jamás a mi hija con el
vista y el oído. ¡Adelante, tañedores!
da pasteles; el toro, hidtomel. No pre- Haced sonar el arpa de Dovre. IAdelan-
!>En GYNT. guntes si agrio o dulce; lo principal es, trasero al aire.
te, bailarina! iDanza en la sala real de
Por lo visto, no hay diferencia: los y no lo olvides, que está hecho en casa. Dovre! (Música y baile.)
duende3 mayores quieren asar, y los pe- ~ PEER GYNT.
queños arañar. Igual que entre los hom- PEER GYNT. (Rechazando lo que le pre- i Convertir en animales a las perso- EL CORTESANOMÁS VIEJO.
bres... si se Btrevieran (1). sentan.) nas ! ¿Qué te parece?
i Al diablo todas vuestras costumbres
EL RBY. domésticas! Jamás me famiiiarizaré con EL REY. PEER GYNT.
L j Cierto. En ese aspecto somos, poco 103 usos de este pais. Te equivocas, hijo mío; me limito a ¿Qué me parece? ¡Ejem!...
más o menos, iguales. Pero la mañana EL REy. convertirte en un pretendiente digno.
es la mañana y la noche es la noche; Tendrás un lazo amarillo como una lla- EL REY.
de modo que siempre hay alguna dífe- Cogerás el cuenco, que es de oro; ma, yeso se considera aquí un honor
quien 10 toma, posee el coraz6n de mi Habla sin temor. ¿Qué ves?
rench.. Te la voy a explicar. Allá fue- supremo.
ra, bajo la b6veda reluciente, se dice ~L n
PEER GYNT.
entre los, hombres: "j Hombre, sé tu PEER GYNT. PEER GYNT. Algo espantosamente horrible; una va-
mismo!" Aquí dentro, entre los quen- Está" escrito~ has de vencer tu pro- j Prendédmelo, si gustáis! ca con un cencerro punteando con sus
des, se dice: " jDuende, bástate a ti
mismo!" pia natUr:tleza, y a la larga quizá no pezuñas las cuerdas del instrUmento, y
te resulte tan EL RBY. una marrana con calcetines dando salti-
(1) Frase tomada de una obra de Holberg. i Venga, pues! Eres un hombre amable. tos a compás.

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."i. b ""'ida. C<do.l


EL REY. PEER GYNT.
Los DUE:I1DES CORTESANOS. EL REY.
¿Y qué vas a hacer fuera? Tu lengua miente.
i A él! i A comérsele! Te arañaré levemente el ojo izquier-
do (1). Bizquearás algo; pero todo lo PEER GYNT. EL REY.
EL REY. que veas te parecerá hermoso y magní- Alejarme de aquí. i Tendrás que casarte con ella!
Recordad que son humanos sus sen- fico. Luego te quitaré la ventana de-
tidos. recha.. . EL REY. PEER GYNT.
¡Alto! ¡Eso no! Entrar acá es fá- ¿Te atraves a culparme de...?
Los DUENDES FEMENINOS. PEER GYNT.
cil; pero el portón de Dovre no se abre
i Arrancadle las orejas y los ojos! ¿Estás borracho? hacia afuera. EL REY.
¡Cómo! ¿Quizá vas a negar que era
EL REY. (Coloca sobre la mesa algunos PEER GYNT. tu deseo y tu codicia?
LA MARRANA. (Llorando.) instrumemos cortantes.)
jJi, jiI iTener que oír semejantes co- ¿No querrás obligarme por la fuerza? J_
Mira, éstas son las herramientas de P EER G YNT. (S opIanuu.)
sas cuando tocamos y bailamos yo y mi vidriero. V!lS a tener un ojo como el El. REY.
hermana! jAh! ¿Por eso no más...? ¿Qué dia-
toro torvo. Así te darás cuenta de que Oyeme: sé razonable, príncipe Peer. blos puede imponar esa pequeñez?
PEER GYNT. la novia e, deJiciosa, y nunca se dejará Posees dotes para ser duende. ¿Verdad EL REY.
engañar tu vista, como antes, por. marra- que tienes ya maneras de duende?
i Ah ! Pero ¿eres tú ? Ya sabes que nas que bailan y vacas con cencerro. Los hombres siempre son lo mismo.
no se debe tomar a mal una bromita. ¿Quieres sedo?
Sólo de palabra veneráis el espíritu;
PEER GVNT. . PI!ER GYNT. pero únicamente os importa lo que se
LA MARRANA.
¿ Qué locuras estás diciendo? ¡ Sí, bien lo sabe Dios! Por" una no- puede coger con las manos. ¿De modo
¿Puedes jurarme que era una broma?
via y un buen reino de añadidura, es- que para ti el deseo no significa nada?
EL CORTESANO MÁS VIEJO.
toy dispuesto a hacer algunos sacrificios;
Aguarda; pronto verás que no es así.
PEI!R GYNT. _. i Deja hablar al rey de Dovre! ¡El
Cláveme el gato sus unas SI no eran cuerdo es él, y tú eres el loco! pero todo tiene un .límite. De buen gra- PEER GYNT.
encantadores la música y el baile. do acepté el rabo, aunque supongo que
podré desprenderme de Jo que me pren- iNo me atraparás con el cebo de la
EL REY. mentira l
EL REY. dió ese duende. Me he despojado de
Imagínate Ja cantidad de molestias y mis ropas, viejas y remandadas, aunque LA MARRANA.
i Qué extraña resulta esta naturale7.3 disgustos que podrías ahdrrarte durante podré ponérmelas de nuevo. Y de se-
humana! i Es difícil de extirpar! Si el resto de tu existencia. Pues no debes ¡Peer mío, serás padre antes que aca-
guro, lograré amoldarme a los usos de be el añol
luchando con ella logramos sacada, que- olvidar que el ojo es el manantial de Dovre. No me importa jurar que una
da una cicatriz, por supuesto; pero se las lágrimas amargas. vaca es una doncella: i al fin y a 'la pos- PEER GYNT.
cura pronto. Mi yerno es complaciente tre, un juramento se digiere fácilmente l
como ninguno; amablemente se dejó PI!ER GYNT. ¡Abrid! Debo salir.
Sin embargo, saberse en definitiva sin
despojar de su traje de cristiano, ama- Cierto, y dice la Sagrada Escritura: libenad, no morir como una persona de-
"Si tu ojo te escandaliza, arráncalo" (2). EL REY.
blemente bebió el hidromel, amable- cente, tener que ser duende para el res-
¡Bscucha, pues! ¿Puedes indícarme Detrás de ti írá el rorro envuelto en
mente ha aceptado el rabo. En pocas pa- to de la vida, no poder volverse atrás
labras, parecía tan diopuesto a cuanto cuándo recobrará ini ojo la vista hu- una piel de macho cabrío.
nunca... son cosas a Jas cuales no das
le pedíamos, que yo ya estaba conven- mana?
ninguna importancia tú,; pero yo no me PEER .GYNT. (Secándose el sudor.)
cido de que el viejo Adán había sido doblegaré a ellas en ningún caso.
desterrado para siempre. Pues no; de EL REY. ¡Ay! si pudiera despertar...
improviso sale a reluci~... Bien, bien, ¡Jamás, amigo mío! EL REY. EL REy.
hijo mío; habrá que ponerte en trata- iMe enfadaré de veras! Por tanto, ¿Deberá ser enviado al palacio real
miento contra esa maldita naturaleza hu- PI!ER GYNT.
mejor será que no me gastes chanzas, o... ?
mana. Entonces, adi6s,'y gracias... mozalbete pálido como el día. ¿Sabes
PEER GYNT. (1) Tomado también de un cuento recogido quién soy? En primer lugar, te has acer- PEER GYNT.
por Absjomsen. cado demasiado a mi hija... ¡Llévale al hospicio!
¿Qué vas a hacer? (2) San Mateo, V, 23.

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EL REV. Los DUENDECILLOS. oyen, lejanas, las campanas (1) de una PEER GVNT.
iEstá bien, príncipe Peer ! Eso es i Cerrad todas las salidas! iglesia.) Puedes guardar te esa estúpida res-
asunto tUyo. Pero hay una cuestión evi- puesta sin sentido. ¿Quién eres?
dente: que lo hecho, hecho está, y que EL CORTESANO MÁS VIEJO. Los DUENDECILLOS.
crecerá tu prole. Estos vástagos se re- i Cómo se divierten los pequeñuelos! i Cencerros en las montañas I jEs el LA Voz.
producen con una rapidez inconcebible. rebaño del hombre negro! Soy el gran Boigen (1).
PEER GYNT. (Debatiéndose contra un (Tumulto y gritos. Huyen los
PEER GVNT. duendeci/lo que le muerde la oreja.) duendes. La sala se derrumba; PEER GYNT.
iNo seas terco cual un toro anciano! ¿Quieres dejarme, descarado? LOdo desaparece.) jAh, ya! Antes el enigma era ne-
iY tú, doncella, sé razonable1 Aceptad gro ; ahora parece gris. j Atrás, Boi-
mi proposición. Has de saber que no soy EL CORTESANOMÁS VIEJO. (Golpeándole gen!
rey, ni príncipe, ni hacendado, y aunque en los dedos.) CUADRO SEPTIMO
me midieras o me pesaras, nada ganarías j Eh, bribonzuelo, ten cuidado con el LA Voz.
con poseerme. hijo de un rey! Oscuridad. Se oye a PEERgolpear a diestro j Da la vuelta, Peer!
(LA MARRANA se desmaya y es y siniestrocon una rama grande.
retirada en brazos de varias don- PEER GYNT. PEER GYNT.
PEER GYNT.
cellas.) ¡Un agujero de ratas! (Corre en la di- i Pasaré al otro Jado! (Golpea.) ¡Ha
rección correspondiente.) ¡Responde! ¿ Quién eres?
caído! (Quiere pasar, pero tropieza de
EL REY.(Se le queda mirando con pro- Los DUENDECILLOS. UNA Voz EN LA OSCURIDAD. nuevo.) ¡Ahl ¿hay otro?
fundo desprecio y dice:) Yo mismo.
iArrojadle contra las rocas .para que j Gnomo! i Ciérrale el paso, ciérrale el LA Voz.
se estrelle, hijos mios l paso! PEER GYNT. Boigen, Peer Gynt, Boigen nada más:
¡Atrás! Boigen el invulnerable y Boigen el que
Los DUENDBCILLOS. PEER GYNT. fué herido; Boigen el que ha muerto y
¡Oh padre 1 Antes deja que juguemos i El viejo era malo; pero los jóvenes LA Voz. Boigen el que vive.
al buho y el águiJa, al juego del lobo, son peores!... j Da la vuelta, Peer I j La montaña
al ratón y el gato... Los DuENDECILLOS.
es bastante grande! PEER GYNT. (Arroja la rama.)
i El arma está hechizada; pero tengo
EL REY. ¡ Descuartizadle ! PEER GYNT. (Intenta pasar al otro la- puños I (Se abre paso a golpes.)
SI, pero de prisa; estoy de mal hu- do, pero tropieza.)
mor y tengo sueño. iBuenas noches! PEER GYNT. ¿Quién eres? LA Voz.
(Vase.) i Ah ! i Quién fuese pequeño como Sí; fíate de los puños, fíate del cuer-
un ratón 1 (Corre de un lado a otro.) LA Voz. po. j Ja, ja! así llegarás a la cumbre.
PEER GYNT. Yo mismo, ¿puedes tú decir otro
decillos.) (Perseguido por los duen- Los DuENDECILLOS. (Pululando en tor- tanto? PEER GVNT. (Volviéndose.)
¡Soltadme, simientes del diablo! (1). Vaya o venga... ¡siempre estoy a la
(Intenta huir por la chimenea.) no suyo.) la verja, cerrad la ...er¡a
.¡Cerrad. . l PEER GYNT. misma distancia! Tanto da que entre
j Yo puedo decir lo que quiera, y como que salga: siempre es igual de
Los DUENDECILLOS. PEER GYNT.(Llorando.) mi espada sabe herir! i En guardia! estrecho. ¡Helo aquí! jY alli! ¡Y a
¡Gnomos! ¡Trasgos! ¡VamOSt(as él! jAh! iQuién fuese piojo! (Cae al ¡Ya la hago caer con todo su peso! la vuelta del recodo I Me parece haber
¡A morderle! suelo.) El rey Saúl mató a centenares; Peer
Gynt, a millares. (Golpea.) ¿Quién eres? (1) Boigen (el curvado, el torcido) es un
PEER GYNT. Los DUENDECILLOS. duende con apariencia de serpiente. Se le cita
iLe sacaremos los ojos! LA Voz. en varias leyendas noruegas y en otras. del sur
¡Ay! (Intenta huir por la trampa de de Suecia y el norte de Dinamarca. Al em-
la bodega.) Yo mismo. plear Ibsen este personaje legendario en Peer
PEER GYNT. (Sepultado bajo un mon- Gynl dió lugar a la expresión corrienle norue~a
tón de duendecillos.) t (1) Se tocaban las campanas de la iglesia boigen para rderirse a una resistencia escurridiza
(1) Tomado de la historia del Peer Gynt le- para liberar a una persona retenida en las mon- y poco franca. También le cita Asbjomsen en su
gendario. tañas por los duendes, según se ha dicho. cuento.

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....

salido, y estoy en e) centro... i Nóm- carne! iTengo que sentir las gotas de iLa hija del rey de Dovre me perse-
brate! i Aléjate para que te vea! ¿Qué mi propia sangre! CUADRO OCTAVO guía como un tábano!
eres? (Se oye como batir de alas de
aves gigantescas.) Salida de/ Sol. Paisaje montañoso, alrededor SOLVEIG.
LA Voz. de /0 cabaña de Asa. La puerta está cerrada.
Todo permanace desierto y callado. i Suerte ha sido que tocasen las cam-
Boigen. GRAZNIDO DE AVE (1).
panas!
¿Viene, Boigen?
PEER GYNT. PEEa GYNT. tendido fuera de la cabaña.
duerme. PEER GYNT.
i Ni muerto ni vivo! ¡Desparramado, LA VOZ.'
nebul030! No tiene forma. Es como tro- Si, paso a paso. Peer Gynt no es mozo que se deje
pezar con un montón de osos gruñones PEER GYNT. (Se despierta, mira lenta- engañar. ¿No te parece?
y adormilados. (Gri/a.) ¡Defiéndete! GRAZNIDODE AVE. mente en t,amo suyo con ojos cansi-
i Hermanas lejanas, volad a su en- nos. Escupe.) HELGA. (Llorando.)
LA Voz. cuentro! ¡Quién tuviera un arenque bien sa- j Oh, ya ves cómo se va corriendo!
Boigen no está loco. lado! (Vuelve a escupir. En el mismo (La sigue.) iAguárdame!
PEER GYNT. instante aparece HELGA, que viene con
PEER GYNT. i Si quieres salvarme, muchacha, haz- un cesto de provisiones.) j Cómo! ¿Eres
tÚ, pequeña? ¿Qué haces aquí? PEER GYNT. (Cogiéndola por el brazo.)
¡Hiere! lo pronto! iNo bajes la mirada, tímida i Mira lo que tengo en el bolsillo!
y encogidaI ¡El Jibro de salmosI iTí- iEh, chiquilla! j Un botón de plata!
LA Voz. raselo a un ojo! HaGA.
Te )0 doy si hablas por mí.
Boigen no hiere. Es Solveig la que...
GRAZNIDOS DE AVES.
PEER GYNT. ¡Vacila! PEER GYNT. (Se pone de pie dando un HELGA.
¡Lucha I ITe lo mandol... salto.) i Suéltame! ¡Déjame ieme!
LA VOZ. ¿Dónde está?
LA Voz. ¡Ya le tenemos! PEER GYNT.
El. gran Boigen vence sin luchar. HEI.GA. Tómalo.
GRAZNIDOS DE AVES. Detrás de la cabaña.
PEER GYNT. i Hermanas, daos prisa t HELGA.
jSi fuese un ¡noma capaz de pelliz- i Suéltame ! ¡Mi cesto!
carme, o siquiera un duendecillo de un PEER GYNT. SOLVEIG. (Oculta.)
año apenas l IAlguien con quien luchar! ¡Es comprar demasiado cara )a vida Si te acercas, me marcho a escape.
PEER GYNT.
¡Pero no hay nadie l iAhora ronca ! pagándola con una hora de juego ago:'
¡Boigen1 PEER GYNT. (Deteniéndose.) i Dios te ampare! i Si no...!
tador como ésta! (Se desploma.)
¿Tienes miedo de que te estreche
LA Voz. GRAZNIDOS DE AVES. en mis brazos? HELGA.
¿Qué quieres? ¡Boigen, ya ha caído! ¡Cógele, c6- ¡Ay! ¡Me das miedo!
gele! SOLVEIG.
PEBR GYNT. (Se oyen campanas lejanas y ¿ No te da vergüenza?.. PEER GYNT.(La deja con dulzura.)
¡Emplea 1a violencial cániicos de iglesia.) No; sólo quería decirte... iPídele que
LA Voz. PEER GYNT. no me olvide!
BOIGEN.(Reduciéndose a la nada, dic; ¿Sabes dónde estuve esta noche?... (HaGA sale corriendo.)
,El gran Boigen todo lo consigue por en un suspiro:)
la mansedumbre. Era demasiado fuerte. ¡Había mu-
jeres detrás de él!
PEER GYNT. (Mordiéndose brazos y ma- (1) Las mujeres duendes P?eden tO!f1ar.
nos.) voluntad la forma de grandes pájaros, segun tra-
¡Garras! j Dientes que desgarren la dición noruega.
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inclusive. Pero hacerla... j no! j No pue- no hay nada en poder de la familia. El
do comprenderlo! (Mueve la cabeza y viejo fué duro; pero más aún lo ha
ACTO TERCERO reanuda su rrabajo.) sido la justicia. No hubo ayuda ni pie-
dad... .peer estaba lejos; nadie podía
aconsejarme.
esculpiré en la cartela una sirena con CUADRO SEGUNDO
CUADRO PRIMERO KARI.
forma de p~z desde e) ombligo. La gira l. Habitación en casa de Asa. Todo c.~lá rc'Vue.'ro;
En la c!lpesura de un bOJquc de. pino!i. Tiempo dilla y la, cerraduras serán de metal. las arcas, abIertas, y las ropas, desparramadas hastaSin embargo, puedes quedar te aquí
gri., de 010>10. NitlJa, También procuraré hacerme con vidrios. por todas partes. Sobre la cama hay un IZato.
morir.
I-'EER GVNT1 en man¡u de: cami53, derriba Los forasteros se preguntarán qué se-
árboles. rá lo que brilla tanto allá en las colinas. ASA Y KARI. mujer de un labrador. se hallan ASA.
(Riendo con rabia.) iMaldita mentira! muy afanadas para poner todo en orden. Sí, el gato y yo, comiendo pan de
PEER GYNT. (Dcmdo hachazos a un vie- i Ya empezaba otra vez!... i Estás pros- limosna.
jo pillO de ramas retorcidas.) crito, hijo mío! (Dando hachazos con fu- ASA. (Corriendo a un extremo de la
Sí, sí; eres un viejo terco. No obs- ria.) Una cabaña cubierta con ramas de estcmcia.) KARI.
tante, de poco va a servírte; están con- pino presta asimismo sus servicios con- ¡Oye, Kari! i Dios te amparará, mujer! Pero Peer
tadas tus horas. (Recmuda los hacha- tra el frío y Ja lluvia. (Dirigiendo la mi- te ha salido demasiado caro.
zos.) Ya veo que tienes cota de malla; KARI.
rada a la copa del árbol.) Ya se tamba-
pero yo la romperé, por fuerte que sea. lea. Con una sola patada, rodará por el ¿Qué? ASA.
Sí, sí j agitas tu brazo retorcido. Es na- suelo... Las multitudes de los árboles ¿Peer? i Estás loca! ¡Si Ingrid vol-
tural que rabies. i Pues, de todos modos, jóvenes se estremecen. (Comienza a des- ASA.' vió sana y salva! 'Mejor harían en culpar
habrás de doblegarte! (Se interrumpe trozar el tronco; pero de pronto se inte- Oye... ¿Dónde está? ¿Dónae se habrá al diablo... El es el culpaQle, y nadie
bruscameme.) ¡Mentira! Es un árbol terrumpe otra vez en su tarea y se queda metido? i Respóndeme ! ¿Dónde está?.. más. iEl muy malvado tentó a mi po-
viejo no más. j Mentira! No es un ca- escuchando, con el hacha en alto.) i De- ¿Qué es )0 que busco? i Me noto aton- bre hijo!
ballero armado de acero; es un simple trás de mí hay alguien! ¿De modo que tada! ¿Dónde está la llave del arca?
pino con la corteza agrietada. ¡Trabajo eres tú, viejo de Hoegstad; de modo KARI.
duro este de derribar árboles! j Y cuan- que intentas sorprenderme a traición? KARI. ¿No sería preferible que mandáramos
do uno se pone a soñar, es, además, una (Se oculta tras el árbol y, se asoma de En la cerradura. llamar a) pastor? Quizá estés peor de
maldición! Hay que acabar de una vez cuando en cuando.) ¡Un rhozalbete, sólo lo que crees.
con esto de andar siempre por las nub~s un mozalbete! Parece asustado. Mira ASA.
soñando despierto. i E,tás proscrito, mu- con recelo en torno suyo. ¿Qué escon- ¿Qué ruido es ése? ¿Qué pasa? ASA.
chacha! Te han desterrado al bosque. derá bajo la chaqueta?... ¡Una hoz! Se ¿Al pastor? ¡Ah! Sí, quizá... (Po-
(Trabaja con ahirn;o durame un rato.) detiene, mira de nuevo..., coloca su ma- KARI. niéndose de pie bruscamente.) ¡ No, no!
i Sí, proscrito! Ya no tienes madre que no sobre un tronco. ¿Qué pasa ahora? El último carro que llevan a Hoegs- i Por Dios! Si no puede ser. Soy la
te ponga Ja mesa y te sirva de comer. tad. madre del mozo. Mi deber es ayudarle
¿Por qué se apoya?... ¡Ay, se ha corta-
Si deseas comer.. hombre, habrás de arre- do el dedo, el dedo entero! Sangra como en lo que sea, cuando todo el mundo
glarte tú mismo y traer crudo del bos- un toro". Allá va corriendo con la mano ASA. (Llorando.) le abandona. Le han dejado esta chaque-
que y del río Jo que sea. Y luego, partir- envuelta en un trapo. (Levantándose.) i Ojalá me sacaran de aquí también! ta. Voy a remendarla. i Ah, Dios mío!
te la leña, encenderte el fuego, hacértelo i Demonio, se necesita valor! iUn dedo i Pero ~n un negro ataúd! i Ay, cuánto Si me atreviera a quedarme con la man-
todo como puedas. Si deseas rop~s de no se puede perder así como así! ¡Y se ha de sufrir en e,te mundo! ;Dios ta de piel... ¿Dónde e,tán los calceti-
abrigo, cazarás renos. Si deseas cons- cortárselo del todo, sin que le obligue tenga piedad de mí! i Toda la casa nes?
truirte tu casa, partirás piedras. Y si la nadie! ... iAh, ahora rcuerdo! Es la vada! Lo que ha dejado el viejo de
quieres de madera, derribarás árboles y única manera de librarse de) servicio del Hoegstad, me lo ha quitado el juez. KARI.
los cargarás a Ja espalda hasta el em- rey. i Eso es! ¡Claro está! Han que- i Ni siquiera ha prescindido de la ropa . Ahí, entre las otras cosas.
plazamiento. (Deja caer el hacha y se rido enviarle a la guerra,' y el mucha- que llevaba puesta! ¡Maldita gentuza!
queda absorto mirando al vacío.) ¡Mi cho, se explica, no ha querido ir... Pe- iOjalá lo. paguen los que obran tan in- ASA. (Revolviendo.)
casa será magnífica! Sobre el tejado ro ¡cortar. .., separarse para siempre flexiblemente! (Se sienta en el borde Mira lo que me encuentro. ¡Un vie-
se elevará Ja torrecilla con su veleta... y de...! Pensarlo, desearlo, sí; quererlo de la cama.) ¡Ni casa, ni tierras! ¡Ya jo molde de fundir, Kari! Con esto
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lo

jugaba al fundidor de botones (1). Fun- ba reir ni llorar. No estaba segura de lo atr~ves a vivir con el cazador, yo sé
día, moldeaba, grababa. Una vez, cuan- CUADRO TERCERO que querías; sólo estaba segura de mi que Dios bendecirá la cabaña. i Solveig!
do se daba aquí un banquete, entró el deber. i Déjame que te mire! j No te acerques
chico y le pidi6 a su padre un pedazo, En el bosque. Ante una cabaña recién construida.. más! ¡Sólo mirarte! i Cuán rubia, cuán
de estaño."Estaño,no--dijo Juan- j una Sobre la entrada~ astas de. reno. Nieve espesa.. P¡¡ER GYNT. pura eres! Déjame que te levante. i Ah !
Anochece.
moneda de plata de Cristián I (2). Sepan Pero ¿y tu padre? eres tan fina, ,tan ligera... Si me deja-
que eres hijo de Juan Gynt," ¡Dios haya PEER GVN'r. del~nte de !a puerta, clava una SOLVEIG. ras llevarte en mis brazos, Solveig, ja-
perdonado a Juan I Cuando e3taba bo- gran cerradura de madera.
rracho,todo le dabaigual,estañou oro,.. Sobre la inmensa tierra del Señor, ya más silntiría cansancio. j No te manci-
llaré ! j Con 103 brazos extendidos te ten-
Aquí están los calcetines. iAh, si no PEER GYNT. no tengo a nadie a quien llamar padre
ni madre; me he desligado 'de todos. dré a distancia de mí, amor! ¡Quién
tienen más que agujeros! jHay que zur- Debe haber una cerradura, una ce- hubiera pensado que tú podías querer-
cirios, Kari! rradura que cierre bien la puerta a los. me! ¡Oh, no sabes cuántos días y cuán-
PEER GYNT.
duendes, al hombre y a Ja mujer; debe tas noches te he añorado! Mira mi cons-
KARI. í Solveig, mi bien! ¿Para venir a mi
haber una cerradura, una cerradura que lado? trucción; habrá que derribarla: es de-
iBuena falta les hace! impida entrar aJos gnomo s furi030Soo. masiado pobre y pequeña.
Vienen con la oscuridad, golpean y lla- SOLVEIG.
ASA, man... "j Abre, Peer Gynt! Somos li- Sí, sólo para venir a tu Jado. Serás mi SOLVEIG.
En cuanto haya acabado, me meteré geros como pensamientos, andamos bajo amigo y mi consuelo... (Llorando.) ¡Qué Grande o pequeña..., me gusta. ¡Qué
en la cama. Me siento muy floja. Estoy la cama, esparcimos .las cenizas, en-" duro fué 3epararme de mi hermanita! bien se respira cara al viento! Alli aba-
cansada y enferma... (Contenta.), iDos tramos POr la chimenea como dragones. ¡Pue,. fué peor aún tener que despedir- jo hacía un tiempo de bochorno; me
camisa. de lana, Kari! iLas han olvi- llameante3, ¡la, ja! ¿Crees tú, Peer me de mi pá~e! i Y todavía p~or dejar sentía oprimida. También eso me ha he-
dado! Gynt, que bastan tablas y clavos para a aquella que me llevó junto a su seno! cho huir del lugar... Pero aquí, donde
impedir la entrada a los malos pensa- ¡Ay, no, Dios mio! Lo más duro fué se oye murmurar los pinos, i qué silen-
KARI, mientos de los gnomos?" dejarlos a todos, a todos. cio y qué música a la vez! jAquí se
Sí, es verdad. (SOLVEIG, con un pañuelo a la halla mi hogar!
cabeza y una azUcena en la manO, PEER GYNT.
ASA. aparece deslizándose por la nieve ¿Conoces la sentencia dictada esta PEER GYNT.
; Nos vienen muy bien. Puedes apar- sobre sus esquís.) primavera, que me desposee de heren- ¿Estás segura? ¿Para toda tu vida?
I cia y hogar?
tar una, o escucha, mejor será que nos SOLVBIG. SOLVEIG.
quedemos con las dos. j La que llevo SOLVEIG.
puesta está tan gastada! i Dios bendiga tu trabajo! No me El camino que yo he pisado no con-
rechaces. Vengo po!que me has llama- ¿Acaso puedes creer que por la he- duce atrás nunca.
KARI. do; t6mame... rencia y 103 bienes me he separado de
mis seres queridos? PEER GYNT.
¡Jesú3, madre Asa! (3). í Eso es pe- PEER GYNT. Eres mía, pue3. Entremos. Deja que
PEER GYNT.'
cado! ¡Solveíg! '¿No es...? ¡Sí.> sí, cierto 1 ¿Y sabes las condiciones? Cualquíera te vea dentro de la cabaña. j Pasa! Iré
ASA. ¿No tienes miedo a acercarte? a buscar leña para el fuego. Habrá luz
que me encuentre fuera del bosque tie-
ne derecho a detenerme... y calor. Estarás cómodamente sentada,
Sí, si; pero ya sabes que, según dice SOLVEIG, sin tener frío jamás... (Abre la puerta.
el pastor, pecados como éste y otros se SOLVEIG. SOLVEIG entra. PEER continúo un ins-
perdonan. Me enviaste recado con la pequefla
Helga. El viento y el sHencio me tra- He venido sobre mis esquís pregun- tante inmóvil; ríe, lleno de alegría, :v da
(1) Los, trajes regionales noruegos llevan bo-
jeron otros mensajes. Memajes me traía tando el camino; querían saber adónde un brínco.) i Mi princesa! i Por fin la
tone. de plata. '
tu madre en todo lo que me refería de iba, y yo respondía:, "A casa." he encontrado! ¡Es mía! ¡Oh, ahora
(2) Cristián VII; bajo cuyo reinado debió de ti, y yo los multiplicaba en mis sueños. sí qUe construiré el palacio real! (Toma
transcurrir la infancia del Peer Gynt lbseniano. Las noches tristes y los días vacíos me PEER GYNT. el hacha y se diríge al bosque.)
El legendario es anterior. ¡Entonces, afuera clavos' y tablones!
(3) En ciertas regiones de Noruega es cos-
avÍ3aban que era el momento de venir (En el mismo instante sale de
tumbre llamar a las personas de edad con los aquí... Parecía que la vida se había apa- Ya no hace falta cerradura contra los la espesura una vieja MUJER VES-
apelativos padre 'i madre antepuestos al nombre. gado allI abajo. Mi corazón no me deja- pensamient03 de los gnomos. Si .tú te TIDA DE VERDE y andrajosa. UN
774 775

...
PEER GV~T. PEER GVNT.
NIÑo FEO, con un cuenco de cer- ¿Cuándo nos hemos vi3to por última i Afuera de aquí, bruja maldita! i El mal e3 para otra persona! ¡Sol-
veza en la mano, la sigue cojeml- vez? veig, mi puro tesoro!
do y agarrándose a sus faldas.) LA MUJER DE VERDE.
LA MUJER DE VERDE. i Si, eso quisieras tú! LA MUJER DE VERDE.
LA MUJER DE VERDE. La última vez que nos vimos, fué j Si, sí! "Los inocentes son los que
i Buenas tardes, Peer andarín! PEER GYXT. pagan", dijo el diablo cuando su ma-
la primera. (Al NIÑo FEO.) i Anda y da i Te daré un golpe en el cráneo!
PEER GVNT. de beber a tu padre; me parece que dre le pegaba porque su padre estaba
tiene sed! LA MUJER DE VERDE. borracho. (Desaparece torpemente en la
¿Qué pa3a? ¿Quiénes sois? espesura con el niño, que arroja el cuen-
¡ Imémalo, si te atreves! ¡Ja, ja! ¡Yo co Iras su padre.)
LA MUJER DE VERDE. PEER GVNT. re si310 todos los golpes, Peer Gynt !
.iSomo~ anti~uos amigos, Peer Gynt! ¿Pa~re? iEstás borracha! ¿Llamas a Volveré cada dia. Abriré la puerta para
MI cabana esta cerca. Somos vecinos. este.... veros a los dos. Y si estás sentado en PEER GYNT. (Después de un largo si-
lencio. )
PEER GVNT. LA MUJER DE VERDE. el banco junto a la muchacha, si te po-
nes mimoso, Peer Gynt, si tienes ganas " i Da la vuelta!", decia Boigen. No
i Ah ! ~De veras? Pues eso es más ¿Es que no conoces al cerdo por la hay otro remedio. Se ha derrumbado
piel? ¿Dónde tienes los ojos? ¿No ve; de jueg03 y caricias, me sentaré entre
de lo que yo sé. ruidosamente el palacio real. Ahora una
que es paralítico de un pie, como tú vosotros y exigiré mi parte. i EJla y yo
LA MUJER DE VERDE. lo eres del espíritu? alternaremos! iAdiós, bien mio! iPue- muralla me separa de Ja que tanto amo.
des casarte mañana! i Todo me parece horrible de pronto, y
A medida que se iba construyendo mi alegría ha envejecido! i Da la vuelta,
tu cabaña, iba la mía cOn>truyéndose PEER GVNT. hombre! ¡No hay camino recto que te
asimismo. ¿ Quieres hacerme creer...? PEER GV)IT.
lleve a ella! ¿Recto? i Ah! Debe de
i Qué odiosa pesadilla!
haber uno... Algo he leido sobre el
PEER GVNT. (Hat:II ¡mención de mar- LA MUJER DE VERDE. arrepentimiento, si mal no recuerdo.
charse.) Pretendes desentenderte... LA MUJER DE VERDE.
Tengo prisa... i Ah! Por cierto que tendrás que man- Pero ¿qué era, qué decía? No tengo
PEER GVNT. tener al niño vagabundo. Diablillo, ¿quie- el Jibro; ya casi lo he olvidado por com-
LA MUJER DE VERDn. i Este niño desgarbado...! res ir con tu padre? pleto, y aquí, en pleno bosque, no en-
iSiempre la tienes, hombre! Pero yo contraría con s e j o. ¿Arrepentimiento?
troto detrás y acabo dando contigo siem- LA MUJER DE VERDE. PEER GVXT. (Escupiendo al niño.) Pasarían años quizá hasta que alcanzara
pre. i Ven, que te voy a dar un hachazo! el camino. Sería una pobre vida. Rom-
Ha crecido de prisa.
¡Ven! per lo que es frágil, dulce y hermoso,
PBBR GYNT. PEER GYNT. haciéndolo añicos...; puede ser con un
ITe en¡ailas, buena mujer! LA MUJER DE VERDE. (Besando al niño.) violín, pero no con una campana. Donde
¿Te atreves, hocico de duende, a ha-
cerme pasar por...? i Qué cabeza tiene este cuerpo! Cuan- ha d~ crecer el cé3ped no se debe pi-
LA MUJER DB VBRDB. do sea, mayor, serás enteramente como sar. iTodo Jo de esa mujer con jeta
Me c:nsañ~ hace tiempo, en aquella LA MUJER DE VERDE. tu padre. de marrana ha sido mentira! i Se acaba-
0::asi6n en que creí en tus promesas. E1cucha, Peer Gynt. IEres terco cual ron Jas abominaciones! i Ay! he logrado
PEER GYNT. (Pataleando de cólera.)
un toro! (Llorando.) ¿Qué culpa tengo apartarlas de mi vista, pero no de la
PBBR GYNT. ¡Quisiera veros lejos de aquí! mente. Se han deslizado dentro de mí
¿Prf)mesas?" . ¿De qu~ diablo) estás de no ser va bonita como cuando in- los pensamientos resbaladizos. i Ingrid!
hablando? tentabas seducirme por Jaderas y coli- LA MUJER DE VERDE.
nas? Este otoño, cuando di a luz, el ¿Estamos cerca ahora? i Y las tres pastoras que corrían por
LA MUJER DE VnRDB. diablo me sostuvo la espalda; así se las colinas! ¿Querían a su vez interpo-
¿Has olvídado acaso aquella noche en comprende que me haya vuelto fea. Pero, PEER GVXT. (Retorciéndose las 1Y.anos.) nerse entre nosotros, pidiendo entre ri-
que bebías en casa de: mi padre? ¿La si quieres verme tan hermosa como an- i y todo esto...! sas y enfados que las abrazara y las
has olvidado? llevara cuidadosamente sobre mÍ> bra-
tes, no tienes más que enseñar la puerta
a la muchacha "que está ahí dentro; LA MUJER DE VERDE. zos tendidos? i Da la vuelta, hombre!
PEER GVNT. i Sólo por pensamientos y deseos! i Aunque tuviera el brazo tan Jargo como
apártala de tu vista y de tu mente. iHaz-
iHe olvidado lo oue no he sabido lo, bien mío! ¡Y verás cómo desapa- ¡Pobre Peei! ' el tronco de un abeto, siempre me pa-
jamás! ¿De qué estupideces hablas? rece mi hocico!
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recería que jamás podría verla tan lejos ASA. As (Sonriendo.)
de mí, que lograra conservarla pura e CUADRO CUARTO
Sí, Peer: pronto se habrá acabado Se habla de cierta joven que echa de
inmaculada! Debo salir de aquí de una Vivienda "e Asa. Por la nDche. En la chimenea. Todo. Cuando veas que se extingue la menos las montañas...
manera o de otra. para que no haya arden UtlOSleños, aluttlbrando la habitación. El luz de m¡~ ojos. los cerrarás con cui-
ventaja ni perjuicio. ¡Hay que despren- galo, en W:/l silla, al pie del lecho. dado. Y luego te ocuparás del ataúd;
derse de semejantes cosa3 y entregarlas PEER GYNT. (Precipitadamente.)
pero que sea bueno, hijo mio... ¡Ah,
al olvido! (Da unos pasoshacia la ca- ASA crispa nerviosamente sus manos sobre las.
no! Me oh'idaba... ¿ Y Mads Moen? ¿ Se conforma?
baña. pero se detiene de nuevo.) ¿En- sábanas de la cama, donde está acostada.
trar. después de esto? iCubierto de lodo PEER GY:-;T. ASA.
ASA.
y vergüenzaI (Entrar seguido por una ¡Cállate! Tiempo hay para pemar en Dicen que ella no presta oídos al
legión de duendes? (Hablar y callar, no i Dios mío! ¿No viene? i Tarda tan- llanto de los viejos. Deberías hacerles
to! No dispongo de nadie a quien en- esas cosas.
obstante? (ConCesar. y con todo, ocul- una visita, Peer; quizá encontras~s al-
tar? (Arroja el hacha.) Esta noche es viar por él. iY tengo tantas cosas que gún remedio...
decirle! ¡No se puede perder un mo- ASA.
víspera de fiesta. iIr al encuentro de Bien, bien. (Mirando con inquietud PEER GYNT.
ella tal y como ahora estoy sería un mento! ;Ha resultado tan repentino!
¡Quién lo pensara! ¡Ah. si yo pudie3e roda la alcoba.) Ya ves lo poco que
sacrilegioI han dejado. j Es digno de ellos! Dime : ¿ y el herrero. qué hace?
estar segura de no haber sido demasia-
SOLVEIG.(Desdela puerta.) do severa con él!... ASA.
¿Vienes? PEER Gy:-.< (Haciendo un gesto.)
PEER GYNT. (Entrando.) iOtra vez lo mismo! (Con voz áspe- i Oh, no hables del puerco del herre-
PEER GYNT. (En voz baja.) ¡Buenas noches! 'ra.) Sí, ya sé que yo tengo la culpa. ro! Prefiero decirte el nombre de la
iHay que dar la vuelta! .:Para qué recordármelo? muchacha de qu~en te he, hablado an-
ASA. tes... '
SOLVEIG. ¡Dios te bendiga! i Al cabo has lle- ASA.
(Qué dices? gado, hijo mío! Pero ¿cómo te has PEER GYNT.
~Tú? i No ! La maldita bebida es la
atrevido a venir aquí? Aqui corre peli- culpable de la desgracia. i Pero, hijo de No ; charlemos, pero de cosas lige-
PEER GYNT. gro tu vida. ras. Y olvidemos todas las deprimentes
mi alÍna, si estabas borracho, y estando
Has de esperar. Está 03CurO y debo a:í no sabe uno lo que hace!,.. Ade- y complicadas, todo lo que pueda hacer
buscar algo que pesa mucho. PBER GYNT. daño... ¿Tienes sed? ¿Te traigo de be-
más, como acababas de cabalgar en el
¡Oh, la vida no me importa! Tenia macho de reno, es natural que te encon- ber? ¿Puedes estirarte en la cama? ¡Es
SOLVEIG. que venir. uases algo aturdido. tan corta!... Déjame ver. Pero. oye, si
Aguarda. Yo te ayudaré. Compartire- mal no recuerdo, ésta es la cama en
mas la carga. ASA.
PEER GYKT. que dormía yo de chiquillo. ¿Te acuer-
Entonces Kari dará la cara, y yo po-
PEER GYNT. dré partir en paz. Sí, sí; deja esa historia. iY todas las das? i Cuántas noches pasaste sentada
i No! Quédate donde estás. He de lle- demás! Vamos a dejar todo lo triste para a mi cabecera, arropándome con la man-
varla yo solo. PBBR GYNT. después para otro día. (Se sienta en ta de piel y cantándome tonadas y ro-
(Partir? ¿De qué está3 hablando? el borde de la cama.) Ahora. madre. mances !
SOLVEIG. charlemos, pero sólo de cosas ligeras.
¿Adónde piensas ir?
Pero j no vayas demasiado lejos, Peer! Y olvidemos todas las deprimentes y ASA.
ASA. complicadas, todo lo que pueda hacer ¡Sí! ¿También te acuerdas tú? Cuan-
PEER GYNT. iAy, Peer! i El fin se acerca!... ¡Ya daño... ¡Caramba! aquí está el viejo do salía de viaje ru padre, jugábamos
Ten paciencia, mujer; lejos o cerca... no me queda mucho!... gato. ¿De modo que vive todavía? al trineo. La manta de piel era la ca-
habrás de e3perat. pota. y el piso. un "fjord" cubierto de
PBBR GYNT.(Se estremece y pasea por ASA. hielo.
SOLVBIG. (Afirmando con la cabeza.)la alcoba.) . i Se lamenta tanto por las noches!
¡Esperaré! . i Vaya! Había huído de las tristezas Ya sabes lo que eso pronostica. Peer. PEER GYNT.
(PEER 'liase por el senderodel pensando que aquí podría deshacerme ¡Eso! Pero ¿y 10 mejor, madre? ¿Lo
bosque. SOLVEIG permanece a la de ellas... ~Tienes Críos 103 pies y las PEER GYNT. (Variando de conversación.) recuerdas? Aquellos magníficos caba-
puerta.) manos? ¿Qué novedades hay por la comarca? llos...
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-
PEER GYNT. ASA.
ASA. ASA.
De ¡as puertas y ventanas del pala- i Esta velocidad me agota!
¡Claro! ¿Creías que lo había olvida- Más valdrá que busques la Biblia en cio. Hay baile, ¿lo oyes?
do? Era el gato que no~ prestaba Kari el armario. i Estoy tan intranquila! PEER GYNT.
y se quedaba sentado en el taburete. ASA. i Ya veo asomar el palacio! Dentro
PEER GVNT. Sí. de po:o habrá acabado el viaje.
PEER GYNT. En el palacio de Soria-Moria celebran
Nuestra ruta nos llevaba por valles una fiesta el rey y el príncipe. Descansa PEER GYNT. ASA.
y montañas al palacio situado' al oeste en el asiento; te llevaré hasta allá a San Pedro está fuera y te invita a Cerraré los ojos. i Confío en ti, hijo!
de la Luna y al oeste del Sol, al pala- trav¿s de los campos desiertos... entrar (1).
cio de Soria-Moría (1). Aquel bastón PEER GYNT.
que encontramos en el armario te ser- ASA. ASA. ¡Date prisa, Grane, caballo mío! La
vía de fusta. Pero, querido Peer, ¿estoy invitada? ¿Saluda? multitud se agolpa ddante del palacio;
ASA. se dirigen como hormigas hacia el por-
l'EER GVNT. PEER GVNT. tón. i Ya llega Peer Gynt con su ma-
Y yo iba en el alto del pescante.
Sí, los dos estamos invitados. (Rodea Sí, con reverencias, y obsequia con dre! ¿Qué dices, señor San Pedro?
PEER GVNT. cm! una cuerda la silla donde duerme su vino más dulce. ¿Que no dejas entrar a mi madre? Pues,
i Sí, sí! Y soltabas la~ riendas a me- el galO, toma un bastón y se sienta a
ASA.
por mucho que busque3, no encontrarás
dida que avanzábamos, volviéndote a los pi¿s de la cama.) ¡Arre, caballo, un pellejo tan honrado... De mí no
¿Vino? ¿Tiene pasteles, además?
preguntarme si tenía frío... j Dios te arre! ¿No tendrás frío, madre? ¡Vaya! hay para qué hablar; puedo esperar fue-
bendiga, vieja gruñomi! Posees un alma bien se ve que cuando Grane aprieta.
PEER GYNT. ra. Si .quieres, ofréceme una copa de
cariñosa... tDc qué te quejas? a correr... aguardiente, y si no, me ,;marcho tan
¡Ya lo creo! Una fuente llena hasta contento. He inventado demasiadas his-
ASA. ASA. 103 bordes... Y la difunta mujer del torias como aquella de} diablo en el púl-
Es mi espalda. i Está tan rígida! Peer, ¿qué es eso que suena? pastor te prepara café y merienda. pito, y he llamado gallina a mi madre
porque cantaba y tarareaba... Pero a ella
PEER GVNT. PEER GYNT. ASA.
habréis de respetarla y honrarla, y muy
Estírate; yo te sostengo. ¿Ves como Los cascabeles relucientes, madre. ¡Dios mío! ¿Y podremos estar los en serio, a fe mía. Hoy no viene tan
,J, ya estás mejor? dos juntos? buena gente de la comarca... ¡Vamos!
ASA. ¡Ahí está Dios Nue3tro Señor! ¡Pron-
ASA. (Intranquila.) PEER GYNT. to tendrás tU merecido, San Pedro!
i Ah! ¿Y cómo es que suenan a
No, Peer, ¡Quiero irme! hueco? Cuanto quieras. (Ahuecando la voz.) ¡Abandona esos mo-
PBER GVNT. dales de trinchante! ¡Madre Asa, pasa
PEER GVNT. ASA. libremente! (Lanza una carcajada y se
¿Irte? Ahora estamos cruzando un "fjord". ¡Hay que ver, Peer, a qué ceremo- vuelve Mcia su madre.) ¿Lo ves? ¡Ya
nias me traes, con lo pobre que soy! lo sabía yo! i Han cambiado de tono!
ASA.
Sí, irme de aqui; '10 he deseado ASA. (Con angustia.¡ ¿Por qué me miras con
PEER GYNT.
tanto... i Tengó miedo! ¿Qué es eso que e30S ojos que parece que van a saltarse?
¡ Arre, caballo, arre! ¡Madre! ¿Has perdido el conocimien-
zumba y suspira de manera tan fuerte
PEER GYNT. y tan rara? to?... (Se acerca a la cabecera.¡ ¡No
ASA. me mires así! ¡Habla, madre! ¡Soy
iQuia ! i Eso son ganas de hablar!
¡Arrópate! Deja que me siente en el PEER GYNT. Querido Peer, ¿tendrás cuidado de no yo, tu hijo! (Toca con cuidado la frente
salirte del camino? y las manos de ASA; luego suelta la
pescante; vamos a abreviar la noche con Son los abetos, madre, que susurran
tonadas y canciones. en el páramo. i Tranquilízate! cuerda sobre la silla y dice con voz
-- PEER GYNT. (Dando' un fustazo.) sorda:) iAh ! sí... Puedes descansar,
(1) Castillo o patacio que aparece frecuen- Aquí el camino e3 ancho. Grane. ¡En este mi;mo momento se ha
temente en los cuentos folklóricos norue~osl en ASA.
rI cual el muchacho pobre encuentra a la prin- (1) Alusión quizá a la puerta del cielo. donde acabado e} viaje! (Cierra los ojos a ASA
C'eS3p~cdida. Suele representarse como una gran Algo brilla y centellea allá en lon- espera Peer Gynt que entre su madre. y se inclina sobre su cuerpo.) ¡Gracias
mansión dorada y deslumbradora. tananza. ¿De dónde viene esa luz?
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por todo..., por tus golpes y por tus la cama.) Procura que sea enterrada con
caricias! y ahora dame las gracias a mi todos los honores; tengo que hacer por la trilogia... ¿No era esto lo que que- HERR TRUMPETERSTRALE. (Dando un gol.
también.., (Apoya la mejilla en los la- salir de aquí. ría decir usted, "monsieur"? pe etl la mesa.)
bios de su madre.) i Eso es! En pre- i Ya! i Esos brujos aristócratas I (1).
mio al viaje... KARI. MONSIEURBALLON.
¿Vas lejos? Sí, es posible; en francés no suena PEER GYNT. (Encogiéndose de hombros.)
KARI. (Emrando.) tan bien. Altezas extraviadas que ponen todo
;Cómo! iPeer I Entonces, se acaba- su orgullo en evitar la mancha de la
PEER GYNT.
ron ya las penas... ¡Dios mlo, qué tran- HERR VON EBERKOPF. plebeyez sobre el escudo de familia.
Hacia el mar.
quilamente duerme 1... ¿O es que...? "Ach wass!" (1). i Es un idioma tan MfsTER COTTON.
PEER GYNT. KARI. poco flexible... Pero si queremos
con el origen del fenómeno... dar y se estropeó el asunto, ¿eh ?
iChist ! i Está muerta I (KARI liara ¿Tan lejos?
junto al cadáver. PEER GYNT durante MONSIEUR BALLON.
PEER GYNT.
largo rato se pasea por la habitación. PEER GYNT. Ya hemos dado con él. La razón es
¿ Se oponía la, familia?
A la postre, se detiene junto al pie de Y más lejos aún. (Vase.) que no me he casado. i Si, señores míos, PEER GYNT.
la cosa está clara! ¿Qué debe ser el ¡No! todo lo contrario.
hombre? El mismo. Tal es mi lacónica
ACTO CUARTO respuesta. El mismo y lo que a. él mis- MONSIEUR BALLON.
mo corresponde han de ser su preocupa- ¡Ah!
ción. Pero ¿cómo lograr esto? ¿Acaso
CUADRO PRIMERO PEER GYNT.
sirviendo al bienestar y a la fortuna de PBER GYNT. (Con acento indulgente.)
Comparto el honor con mi dinero. los otros como un camello de carga? Es que no faltaban motivos ¿com-
En la cosla $udoeue de MOTTuecos. BO$que mi cocinero y mi mayordomo... prende usted? para que se verificara la
de palmeras. Mesa preparada bajo un laIdo;
eucrillos, elCétero. En el bosque cuelgan de los I-IERR VON EBERKOPF. boda lo más pronto posible. Pero, si
árbole$ hamacas. Fuero de lo bahía, un yole de MfsTER COTTON. , Pero semejante existencia, reconcen- he de ser franco, el hecho no me agradó
..opor con los pobellone$ noruego y norleamen' "Very well" (1). iA la salud de los
cano. A la orilla, una lancha. Ocaso. cuatro I 'trada en sí misma, de seguro, ha de- desde el principio. Yo, para ciertas co-
bido de obtenerla a costa de una gran sas, soy baStante delicado, y prefiero se-
PEEa GYNr, hombre apuesto, de edad mediana. MONSIEUR BALLON. lucha. guir siendo independiente. Cuando se
vistiendo elegante traje de turista, con lentes de presentó mi suegro haciéndome una de-
oro colgando sobre el pecho, hace los honores "Monsieur", tiene usted "un gout, un manda disimulada de que cambiase de
de anfitrión, MlsTER CoTTON, MONSI1!URBA- ton" (2), cosa que rara vez ~e encuen- PBER GYNT.
LLON, HERR van EBERKOPP(1) y HERR TauM- j Oh, sí ! Por supuesto; así fué en nombre y posición, y sacara un título
PBTERSTltALE (2) están acabando de comer. tra hoy día entre hombres que viven otro tiempo..., aunque siempre salí con de nobleza, más otras cosas de un gusto
"en garl¡:on"(3); un algo, un no sé qué... honra. No obstante, una vez estuve a francamente discutible, por no decir in-
PEER GYNT. punto de caer en Ja trampa contra mi aceptable, me retiré dignamente, recha-
i Beban, señores! Si hemos nacido HBRR VON EBERKOPF. voluntad. Entonces era yo un muchacho zando su ultimátum, y renuncié a mi
para gozar, gocemos, pues. Porque está Un aire, una soltura como de cierto guapo y despejado, y la dama de mis joven prometida... (Tamborilea con los
punto de vista independiente e inge- pensamientos era de estirpe real...
dedossobrela mesa y añade en un tono,
escrito: "Lo perdido, perdido queda, y al parecer, solemne:) Si, sí; existe un
10 agotado, agotado..." ¿Qué quieren to- nioso ; un modo de vivir que le hace
mar ustedes? ciudadano universal; una visión que atra- "fatum" (2) que nos obliga, y podemos
MONSIEUR BALLON. tener en él absoluta confianza. iEs un
viesa eJ jirón de la nube, que no se ¿ De estirpe real?
deja atar por el criterio estrecho; una consuelo saberlo!
HERR TRUMPETBRSTRALE.
naturaleza primitiva que se une a la MONSIEUR BALLON.
jResulta un anfitrión magrúfico, her- experiencia de la vida en la cumbre de PEER GYNT. (Como sin darle impartan-
mano Gynt! cia.) ¿Y acabó así el asunto?
(1) "Mu)' bien", en inglés. De esa estirpe, si..., ya sabe usted... WQuiere más bien decir, no tan ¡¡teral-'
(1) Cabeza de Puerco. (2) "Un gusto, un tono", en francés. mente: u iEstos endiabladosnobles!..."
(2) Trompetazo. (3) "A lo soltero", en francés. (2) Hado, fatalidad, en latín.
(1) H¡Y. tanto!", en alemán.
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-s...

PEER GYNT. cuencias; y pasar los limites siempre me rras en el Sur, no sin antes haberme
PEER GYNT. (Encendiendo un cigarro.) ha acobardado un poco... Además, em- quedado con la última carga humana
No; muy al revés, sucedieron ba~- Queridos amigos, tengan también en
tantes cosas más. Hubo intrusos que se cuenta las demás circunstancias de mi pecé a sentirme viejo: me acercaba a importada, que era de primera calidad,
mezclaron en la cuestión poniendo el los cincuenta; poco a poco blanqueaban por descontado. Prosperaron todos, se
vida y cómo llegué al Oeste cuando no
grito en el cielo. Los peores de todos mis cabellos, y a pesar de que mi salud pusieron gordos y IU3trosos, para alegría
era más que un muchacho pobre, con suya y mía. Me atrevo a decir-y. no
fueron los miembros más jóvenes de la era excelente, se me antojaba penoso te-
las manos vacías... Tuve que trabajar ner que soportar tal idea... i Quién sabe
familia; hube de batirme en demfío con penosamente para ganarme un trozo de es vanagloria-que me porté con ellos
siete de ellos... Viví unos momentos que pan, y créanme, era bastante duro en cuándo habría de sonar la hora del Jui- como un padre..., lo cual no dejó de
nunca olvidaré aunque salí con suerte más de una ocasión. Pero la vida, ami- cio y 3e separarían los machos cabríos producirme, con el tiempo, buenos in-
del lance... Costó sangre; pero la san- gos, es amable, y según dicen, la muerte de los corderos (1). ¿Qué hacer, pues? tereses. Edifiqué escuelas para adiestrar-
gre atestiguó mi valor, y debe tomarse es amarga. ¡Bien! La suerte, conforme Suspender el tráfico con China era im- los en la virtud, y conseguí que pudie-
como señal confortadora de futura dí- posible. En todo caso, encontré una so- ran mantenene siempre a un nivel nor-
comprenderá usted, estuvo de mi parte, lución: por primavera exportaba ído- mal de vida, cuidando escrupulosamente
cha, del imperativo inequívoco del "fa- y el eterno "fatUm" se mostraba fleKÍble.
tum..... j Aquello pasó! Y como yo mismo solía los, y por otoño enviaba sacerdotes, en- de que su termómetro económico no
adaptarme, fué todo cada vez mejor. cargándome de abastecer les de todo lo bajara de ese nivel, en suma. Por aña-
HERR VON EBERKOPF. necesario, como calcetines, Biblia3, ron didura, me retiré en definitiva de aque-
i Años más tarde, los armadores de Char-
Tiene usted un concepto de la vida leston me consideraban ya un Creso! y arroz... llos negocios, vendiendo la plantación,
que le eleva al rango de los verdaderos incluidas las almas y todas mis pose3io-
pensadores. Mientra~ los mediocres sólo j Corrió mi nombre de puerto en puer- MíSTER COTTON. nes. El día de la despedida, distribuí
to! Tenía la fortuna en mi bolsillo...
ven ante sí hechos sin conexión, y siem- ¿ Con beneficio? gratis "grog" entre grandes y pequeños,
pre andan a tientas, usted atina a resu- MÍsTER COTTON. para que hombres y mujere3, sin excep-
mirlo todo y ajustarlo a una misma ¿Con qué traficaba usted? PEER GYNT. ción, pudieran emborracharse a su gus-
norma. Usted sabe sacar partido de cual- i Claro está! La cosa dió resultado. to; y a las viudas les di, además, rapé...
quier momento, brillan los rayos lumi- PEER GYNT. Se entregaron sin descanso a la evan- Por todo esto espero-y no son sólo
nosos de una auténtica contemplación Más que nada con negros para Ca- gelización; por cada ídolo que se com- palabras, 3upongo-que, como quien no
del mundo... ¿Y no ha estudiado ja- rolina y con imágenes para China. praba bautizaban a conciencia un "cooli"; hace el mal hace el bien, se olviden
más? de modo que se neutralizaba el efecto. los errores de mi pasado, pues he sa-
MONSIEUR BALLON. bido rescatar mis iniquidades con bue-
PEER GYNT. La misión no dejó ni un solo instante
f. "Fi donc"! (1). de dar SU3 frutos, y los misioneros tu- nas acciones mejor que muchos otr03...
Soy, como he dicho, un simple auto-
didacto. No he aprendido nada metó- HERR TRUMPETERSTRALE. J vieron en jaque a los 'ídolos distribuí-
dos... HERR VONEBERKOPF.(Brindando con él.)
dicamente; pero he pensado, he medi- i Caramba con el amigo Gynt!
Realmente, conforta oír cómo se pone
tado y he leído un poco de todo. Mis PEER GYNT. MíSTER COTTON. en práctica un principio vital redimién-
comienzos se verificaron a edad algo Por lo visto, estiman ustedes la em- Bueno; ¿y la mercancía africana? dolo de la noche de las teorías y hacién-
tardía, y ya sabe usted que a esas altu- presa al borde de lo admisible. Yo mis-
ras resulta un poco trabajoso lo de tra- PEER GYNT. dole aparecer imperturbable ante las exi-
mo la juzgué así claramente, y hasta También triunfó en eso mi moral. gencias externas.
garse páginas entera~, Jeyendo todo lo llegó a parecerme abominable. Pero
habido y por haber... Estudié la histo- Comprendí que aquel tráfico no era muy
créanme : una vez que se ha empezado P¡¡ER Gr.-,,.. (Quien durante la tirada an-
ria a retazos, pues el tiempo no me algo, es muy molesto dejarlo; por lo propio de una persona de edad avanza- terior no ha de;ado de beber.)
daba para más; y como en épocas difí- menos, es sumamente difícil, tratándose da : nadíe sabe cuándo le llegará su Nosotros los hombres del Norte .3abe-
ciles debe uno tener fe en algo, me en- de un negocio de tamaña envergadura, hora... Ello, sin contar con los miles mas dirigir la batalla. La clave del arte
tregué por rachas a la religión... De y que proporciona trabajo a millares de de lazos que nos tendían nue3tros filán- de vivir se reduce sólo a mantener los
tal guisa la cosa se hace más asequible; personas, cortar el a3unto por lo sano. trapos, además de Jos peligros de la pi- oídos herméticamente cerrados a las pre-
no debe uno leer para devorarlo todo, ratería y el riesgo de las tempestades...
No me gusta interrumpir nada brusca- tensiones de cierta víbora peligr03a.
. sino para ver lo que puede aportar algu- mente, aunque, por otra parte, confieso Me dije para mis adentros: "i Peer, re-
na utilidad... coge velas! Procura, si puedes, rectifi- MÍSTER COTTON.
que siempre he sentido algún respeto a
MíSTER COTTON. eso que llamamos cargar con las conse- car tUs errores." Y entonces compré tie-
¿A qué víbora se refieré usted, que-
i Ya se ve! iE~o es práctico! (1) Exclamación francesa de repulsión. (1) San Mateo, XXV, 32-33. rido amigo?
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J.
PEER GVNT. MfsTER COTTON. siempre mi conducta. Cuando chico, ya PEER GYNN.
Se trata de una víbora diminuta, pero Todo eso está muy bien; pero, "sir" navegaba en 3ueños sobre una nube por No es suficiente... Eso quizá valga
harto tentadora... (Bebe otra 'Vez.)El se- ahora quisiera saber qué piensa usted encima de los mares lejanos; alcancé para ser emperador "a lo Lippe-Det-
cr~to del arte del atrevimiento, del arte hacer con tanto dinero. las alturas con manto y cetro de oro, y mold" (1), sobre dos o tres hectáreas de
de ser capaz de verdaderas hazañas, con- caí... a cuatro patas... Pero el objeto tierra. Pero yo quiero ser yo mismo en
siste en poseer Ja libertad de opci6n en PEER GVNT. (Sonriendo.) que perseguía quedaba en pie, amigos. una sola pieza, "Gynt" sobre todo el pla-
medio de las emboscadu insidiosas de ¡Hum! Hacer... Pues... Está escrito, no recuerdo ahora d6n- neta. "i Sir Gynt" de pies a cabeza!
la vida, en' saber que no todo acaba el de O), que "si conquista3 el mundo
día en que termina la lucha, que tras Los CUATRO.(Aproximándose más a él.) entero, pero te pierdes a ti mismo, tu MONSIEUR BALLON. (Entusiasmado.)
uno se puede contar con un puente i Sí ! ¡Eso! iDiganoslo ! triunfo no será más que una corona iPoseer la principal belleza del mun-
abierto para permitir la retirada... Esta sobre un cráneo hundido..." Así está do!
teoría me ha sostenido y ha caracteriza- PEER GYNT. escrito, poco más o menos, y no se trata
do toda mi existencia; la heredé del de palabras hueras... HERR VON EBERKOPF.
¡Vaya! En primer término, pienso
pueblo, que fué mi primer hogar, y viajar; ése fué el motivo de que em- j Todo el johannisberg (2), centena-
entre el cual transcurri6 mi infancia. HERR VON EBERKOPF. rio!
barcase conmigo en Gibrahar a todos
ustedes. Me hacia falta un coro de dan- Pero ¿qué 'es, entonces, el yo "gyn-
teano"? HERR TRUMPETERSTRALE.
MONSIEUR BALLON. zarines amigos en torno al altar de mi
Es noruego usted, ¿no? becerro de oro... PEER GYNT. i Y todas las e s p a d a s de Car-
los XII! (3).
PEER GYNT. HERR VON EBERKOPF. El mundo que se alberga tras la b6-
i V~rdaderamente sutil! .. veda de mi cráneo, que hace que yo MísTim COTTON.
. De nacimiento, sI. Pero soy ciudadano sea yo y no otro, del mismo modo que Pero primero hace falta tener una
del mundo por naturaleza. Todo lo que MíSTER COTTON. Dios no e3el diablo. oportunidad para...
me ha concedido la suerte se lo debo
a América, y mis bibJiotecas, bien re- Pero nadie se hace a ,la mar sin más HERR TRUMPETERSTRALE.
ni más. Usted persigue algún fin; de PEER GYNT.
pletas de Ubros, se las debo a las mo- ¡Ya entiendo lo que quiere usted
dernas escuelas alemana3. De Francia eso no cabe' duda... ¿Y ese fin es...? decir! Ya la tengo; ése es el motivo de
que levemos anclas. Esta noche hare-
recibí mis chalecos, mis modales y mi PEER GVNT.
ingenio; de Inglaterra, manos laborio- MONSIEUR BALLON. mos rumbo al Norte. Los diarios que
,~. Ser emperador. i Como pensador, es usted sublime! he recibido a bordo (4) me han comuni-
sas y un gran sentido del provecho per-
sonal. Una pequeña propensi6n al "dol- cado una noticia interesante... (Se pone
Los CUATRO. HEER VON EBERKOPF. de pie, copa en mano.) Diríase que la
ce far niente" (1) me lleg6 de Italia. Y ¡Cómo! j Y como poeta, es usted grande! fortuna ayuda sin descanso al que es
en cierta ocasi6n un tanto apurada, pude arrogante.. .
auq¡entar ~a medida de mis días, gra-
cias al acero sueco... PEER GVNT. (Asinriendo con la cabeza.)' PEER GYNT. (Con animación creciente.)
¡Emperador! El yo "gynteano" es un ejército de Los CUATRO.
codicias, concupiscencias y dese03 ; el Bueno; pero expliquenos...
HERR TRUMPETERSTRALE. (Levantando su Los CUATRO. yo "gynteano" es un mar de ideas, (1) Pequeño Estado alemán situado en West-
copa.) ¿Emperador de d6nde? exigencias y pretensiones... En poca3 pa- faHa, entre Tentoburgerwald y Weser. que ~u¿
¡Ya, el acero sueco!
PEER GYNT. labras: todo lo que hinche mi pecho y un antiguo condado y despu ~s una especie de
soberanía dinástica con corte en DetmoH. Se
HERR VON EBERKOPF. hace posible mi vida como tal. Pero lo unió a Prusia en 1866.
Emperador del mundo entero. mismo que Nuestro Señor necesita la (2) Viejo vino del Rhin.
¡Nuestro homenaje al "blandidor" de (3) El famoso Carlos XII, rey de Suecia,
acero suéco. MONSIEUR BALLON. tierra para existir como Dios del mun- cuyo reinado constituyó una guerra casi co,ti-
(Todos chocan 'as copas y be- ¿Qué dice usted, amigo? do, yo a mi vez necesito el oro para nua que le \levó hasta Turquía (1638-1718). Con
brillar como emperador. Gustavo Adolfo 11 integra la pareja característica
ben con PEERGYNT,a quien em- de monarcasguerreros suecos que de moúo
pieza a caldeársele la cab,eZfl.) PEER GYNT. MONSlEURBALLON. incuestionable influyó en el destino histórico <!e
~'
i Por el poder del oro! No se trata i Pues el oro lo tiene usted!
Europa.
de un proyecto nuevo, ni mucho me- (4) H. Logeman hace observar que Peer
(1) Conocida frase italiana que significa "la Gynt mal podía proporcionarse diarios en una
dulzura de no hacer nada". nos; ha sid~ la idea que ha animado (1) San Lucas, IX, 25. costa desierta.
786 787

J
PEER GVN'r. "1
MíSTER COTTO:O:.
j Grecia se ha sublevado! HERR VON EBERKOPF. laureles, rodeado de hermosas grie-
No, e30 es demasiado; a lo sumo, por La conclusión es chistosa; pero no ga 3! ...
un fatuo... I
Los CUATRO.(Enderezándose de un J pa3ará de una broma...
HERR TRuMPETERsTRALE.
sallo.) HERR TRUMPETERSTRALE.(Quiere be- PEER GVNT. (Se calla por breve rato, y i y yo veía en mis manos de sueco
. ¡Cómo I ¿Los griegos...? sar/e.) apoyándose en la silla, adopta una ac- las enormes espuelas del héroe!
i y yo, hermano mío, por un ejem- ti¡ud arrogante.)
PEEH GVNT. plar de la peor canalla yanqui!... i Per- HERR VON EBERKOPF.
Oiganme, señores: más vale que nos
Se han sublevado. dóneme ! separemos antes que se desvanezca como ¡Yo veía la cultura de mi gran pa-
HERR VON EBERKOPF. humo el último resto de amistad. Es tria propagada por tierras y mares le-
Los CUATHO. .¡anos....
I
fácil arrie3garse cuando no se tiene na-
iHurra ! Todos nos hemos equivocado.,.
da; cuando no se posee apenas otra co- MÍSTER COTTON.
PEEH GVNT. PEER GVNT. sa que el pedazo de tierra sobre el cual
se proyecta Ja propia sombra, parece ¡La mayor pérdida es la de )0 po-
y el turco se encuentra en un ver- . ~ero ¿qué disparates están ustedes que está uno abocado a ser carne de sitivo! "God dam"! (1). Sería capaz de
dadero aprieto. (Vacia la .copa.) dIcIendo? cañón... Pero el que, como yo, ha lle- llorar... ¡Ya me veía como dueño y se-
ñor del Olimpo! Y si el monte no
HERR VON EBERKOPF. gado a tierra firme, se juega algo más
MONSIEUR BALLON. de3dice de su reputación, en él se en-
i Ahora podemos ver reunido todo el importante. Vayan a Grecia. Cuenten
iA Grecia I iEl pórtico de la gloria esplendor cuentran, de seguro, yacimientos de co-
del ejército "gynteano" de co- con que yo los armaré y pondré en tie-
está abierto I iYo aportaré ayuda con dicias, rra gratuitamente; cuanto más avíven bre que podrían explotarse de nuevo.
la3 armas francesas! concupiscencias y de3eos!... Además, esa fuente Castalia, que tanta
ustede3 el fuego de la lucha, más podré
yo atiranta'i ~i arco... i Luchen heroi- fama tiene, cuenta con múltiples cas-
H¡¡F.R VON EBERKOPF. MONSIEUR BALLON. (Con admiración.) cadas que, calculando por lo bajo, re-
¿ Conque era a eso a lo que usted camente por la libertad y Ja justicia!
i y yo con arengas... a distancia! iLáncense con toda el aJma a la em- p.resentarían más de mil caballo 3 de
llamaba ser "monsieur Gynt"? fuerza. ..
presa! iDesaten contra el turco todas
MfsTER COTTON. las furias infernales y acaben con gloria HERR ThUMPETERSTRALE.
HERR VON EBERKOPF. (En el mismo
iYo a mi vez con provísiones! lona.) sus días en la punta de una lanza je- ¡He de ir a toda costa! iMi espada
i Eso es ser "Gynt", y a mucha honra! nízara ! . . . Pero, por lo que a mí se sueca vale más que el oro yanqui!
s. HERR TRUMPETERSTRALE. refiere.., discúlpenme... (Dando unos
¡Adelante! ¡Yo buscaré en Bender (1) PEER GYNT. golpecitos sobre el bolsillo imerior de s4- MíSTER COTTON.
las e~puelas famosas en el mundo en- ¡Ea! concreten ustedes... chaqueta.) Tengo dinero, y soy yq ,mis- Quizá. Pero, confundidos en las fi-
tero! mo: sir Peter Gynt. (Abre su quíta- las, desapareceríamos entre Ja multitud.
MONSIEUR BALLON. i sol y penetra en el bosque, donde se ¿Y dónde está entonces Ja utilidad?
MONSIEUR
GVNT.)
BALLON. (Abrazando a PEER Pero ¿no comprende usted? I divisan las hamacas.)
MONSIEUR BALLON.
P.::rdóneme, amigo mío, si por un PEER GYNT. HERR TRuMPETERSTRALf¡. i Maldita sea! i Tan cerca como n03
segundo le he juzgado erróneamente... iQue me cuelguen si Jo entiendo! ¡ Qué grosero! hallábamos de la cumbre de la fortu-
na I iY tener que detenemos al pie de
MONSIEUR BALLON. su tumba!
HERR VON EBERKOPF. (Eslrechando la MONSlEUR BALLON. j Su sentido del hónor...
mane a PEER GYNT.) ¿Pues no va a dirigirse usted a los
i Y yo, imbécil de mí oue estuve B griegos COI}barcos y dinero? MfsTER COTTON. (Amenazando con el
MfsTER COTTON.
pUnto de tomarJe por un malvado! puño cerrado al yate.)
PEER GVNT. (Soplando.) i Oh! lo deJ honor aún pudiera pa- ¡Ah! ese negro ataúd encierra el do-
¡No, gracias! Yo apoyo al más fuer- sar... Pero piensen ustedes en el enor- rado sudor de )os negros del nabab...
(1) Bender, o PO" otro nombre Tishina: ciu-
dad situada en Djenstr (RumanIa). Culos XII te j prestaré dinero al turco... me beneficio que nos aportaría la li-
de Suecia residió en Bender de 1709 a 171J. bertad del país... HERR VON EBERKOPF.
Atacado por fuerzas muy superiorel, al huir MONSIEUR BALLON. ¡ Tengo una idea' soberana! ¡Pronto!
de los tUrcos, se enredó en sus espuelas y cayó MONSlEUR BALLON.
prisio:1cro. ¡Imposible! ¡Yo ya estaba: viéndome coronado de (l) Típica interjección inglesa.
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¡Partamos! ... ¡Su imperio pende de un gos felones... iDios mío, escúchame! morder a su dueño y señor; tienen ins-
hilo! "Hurrah"!
Tú, que eres justo y bueno, juzga... tinto, perciben con tanta claridad que CUADRO CUARTO
MONSIEUR BALLON. (Alzando los brazos.) iSoy yo, Peer es peligroso jugar con fuego... Pero...
Gym! iProtégem.e, Señor! iProtége. conviene... buscarse un árbol. Allá se A>nanecer. Grupo de palmeras y acacias.
¿Que pretende u3ted?
me, Padre mío, o pereceré! Haz que re- cimbrean varias palmeras y acacias; si PEER GVNT, en el árbol, ahuyenta a un tropel
HERR \lOS EBERKoPF. trocedan las máquinas. Haz que boten puedo trepar a una, estaré seguro, y so- de monos por medio de una rama.
la lancha. Detén a los ladrones. Haz que bre todo, isi supiera algún salmo!. ..
Hacerme con el mando; la tripula- se les enrede el aparejo. iEscúchame; (Trepa a un árbol.) i"La mañana no se PEER GVNT. .

ción es mercenaria. . . i A bordo! ¡Yo deja los asuntos de los demás. Que se parece a la noche"! ¡Cuántas vece3 se i Qué fatalidad! i Ha sido una noche
me apropio del yate! arregle solo el mundo, entre tanto! ha medido y discutido esta sentencia! espantosa! (Golpeando en torno suyo
MisTER COTTON. iDios mío! No me escucha; está sordo, (Acomodándose.) iQué hermoso es sen- con la rama.) ¿Ya estás aquí otra vez?
como de costumbre. ¡Bonito papel! tirse un espíritu elevado! iPensar con i Malditos sean! Ahora arrojan fruta.
¿Usted?... ¡Cómo! iUn Dios sin recursos! (Inicia un ade- i No! Es otra cosa. iQué sucios ani-
nobleza más que saberse rico! ¡Con-
mán hacia el cielo.) i Chist! ¡Ya me fiar en El! iEl conoce bien la cantidad males! Está e3crito: "Has de velar y
HERR VON EBERKOPF. combatir." Pero ya no puedo más;' me
deshice de la plantación! iYa no tra- que puede beber un hombre en el cá-
Me incauto de todo. (Se dirige ha- fico con negros! jHe enviado mísio- liz del dolor! iMe trata paternalmente! encuentro cansado, rendido. (Nuevamente
cia la lancha.) (Mira hacia el mal', y dice, en un su- le molestan los monos. Impacientándo-
neros a Asia! iFavor por favor! jAyú-
dame a llegar a bordo! (Se alza del surro, suspirando:) Pero ¡no es lo que se.) i Hay que acabar de una vez con
MisTER COITON. se dice económíco!... todo esto! Intentaré atrapar a uno de
yate una liamarada. Suena una explo-
De ser así, me veré obligado a to- sión sorda. PEER GYNT lanza un grito esos sinvergüenzas, a fin de estrangu-
mar parte por mi propio interés! (Le y se desploma en la arena. Poco a paco larle y de30llarle. Me ingeniaré para dis-
sigue.) CUADRO TERCERO frazarme con sus pieles vellosas, de mo-
se disipa e( humo; el yate ha desapare-
cido. PEER GYNT palidece, y dice en do que los demás me tomen por un
MONSIEUR BALLON. mono auténtico. ¿Qué somos los hom-
un susurro:) iLa espada del castigo! Noche. Campamenlo >narroquí al eXlremo del
¡Una canallada-!... Pero "enfin"... (1). En un abrir y cerrar de ojos todo se desierto. bres? Un grano de arena y nada más..
ha ido al fondo: hombres y ratones. Siempre hay que amoldarse a distinta3
HERR TRUMPETERSTRALE.
iBendita sea mi suerte!... (Conmovido.) Hay una hoguera de centinela y varios Ruerre- costumbres y distintas prácticas... i Otro.
Pues no tendré más remedio que se- ¿Mi suerte? No, ha sido otra cosa. Yo ros entregados al descanso. tropel! iHay que ver cómo pululan!
;. guirlos... iAh ! Pero eso sí, protestaré tenia que sa!varme, y ellos tenían que iAfuera de aquí! ¡Sus! Se agitan como
ante el mundo entero... (Sigue a los caer. ¡Oh! gracias te sean dada, por ha- UN ESCLAvo. (Llega, mesándose los ca- locos. Si, al menos, tuviese un rabo
otros.) postizo, algo que me diera cierta seme-
berme escuchado, por haber velado so- bellos.)
bre mí, a pesar de todas mis culpas... i El caballo blanco del emperador ha janza con un animal... Y ahora, ¿qué?
CUADRO SEGUNDO (Respira con' satisfacción.) iQué segu- desaparecido! Alguien se mueve sobre mi cabeza...
ridad, qué consuelo comprobarse parti- (Mira hacia arriba.) ¡El viejo!... (;on
Olro lugar de la COsla. Noche de luna. Plolan cularmente protegido! iAh ! pero en OTRO ESCLAVO. (Que llega a su vez, las manos llenas de porquería. (Se acu-
por el espacio "arias nubes. En lonlananza medio del desierto, ¿dónde encontrar rruca, temeroso, y permanece un rato
desgarrándose las vestiduras.) inmóvil. El mono hace un movimiento;.
nafJega el' yale a lodo vapor. comida y bebida? iBah! algo encontra- iHan robado el traje sagrado del em-
ré; e30 debe de haberlo previsto El. perador! PEER GYNT empieza a atraerle y hablar-
PEER GVNT corre a lo largo de la playa. Tan iNo hay por qué inquietarse! (En voz 'le cariñosamente, como a un perro.)
pronto .., pellizca un brazo. como se queda jAh!... ¿Estás aquí, viejo Bus? (1). ¡Es
mirando con fijeza hacia el mar. alta y con acento de halago.) ¡Dejémos- UN .CENTINELA. .
lo en manos del Señor y no llevemos buen bicho! Se le puede conquistar con
PEER GYNT. las orejas gachas...! (Dando un salto de jCien palos a cada uno en la planta dulzura. No va a tirarme nada, claro
de los pies si no se coge al ladrón! que no. ¡Eh ! ¡Que soy yo! j Psit, psit!
iQué pesadilla!... ¡Desvaríol... No terror.) ¿Ha sido el rugido de un león (Los guerreros montan en sus Som03 buenos amigos, ¿verdad? ¡Aaah,
tardaré en despertar. jCuán espantosoI entre los cañaverales?... (Le castañe- caballos, y parten a galope ten- aaah! iYa ves que conozco tu lenguaje!
¡Ay! es cierto, por desgracia. Esos ami- tean los dienteS.) ¡No, npe.ra un león! dido en distintas direcciones.) ¡ Si Bus y yo somos como de la fami-
íInfundiéndose ánimos a sí mismo.) ¡Sí,
(1) En el original. en francés. que significa lo sí, era un león! Pero esas. fieras se man- (1) Mote que equivale en cierto mo~o al
mismo que en español. tendrán a distancia. No se atreverán a español Coco.
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I

.:. 1
lia! ... Mañana Bus tendrá azúcar... ¡El EL ENCUBRIDOR.(Escuchando.) en el Libro de los Proverbios de Salo- do islas. Al Norte, se transformaría el
muy cochino! iTodo el cargamento en- Suenan pasos por la maleza. iHuya- món? i E3 fatal! Advierto que, según Atlas en una verde costa montañosa.
cima de mí! iUf, qué asco! ¿O sería mas! Pero ¿adónde?
comida? . iTenía un sabor! Claro que, pasan los años, se pierde mi noción del Podrían navegar las naves rumbo al Sur,
por lo que rc:specta a sabore~. todo de- EL LADRÓN. tiempo y del espacio. (Toma asienro en corno aves voladoras sobre las huellas
la sombra.) Aquí está fresco para des- de las caravanas. Un aire vivificador
pende de la costumbre. Algún pensa- i La caverna es profunda, y el 'Pro- cansar y desentumecer las piernas. ¡Aquí disiparía esta atmósfera caliginosa, y des-
dor (1) ha dicho en cierta ocasión: "Hay feta es grande!
que escupir y confiar en la fuerza de la hay helech03! iRa í c e s comestibles! de el cielo fina lluvia se precipitaría...
(Huyen, dejándose el bOlÍn. Los (Prueba una.) Esta comida es propia de Surgirían ciudades a una y otra orilla, y
costUmbre." ¡Anda! ¡Y ahí tenemos tam- jinetes se pierden en lontananza.)
bién a la prole! (Golpea con la rama bestias; pero está escrito: "i Domina tu alrededor de las palmeras cimbreantes
a diestro y sinies/ro.) jEsto es ya el naturaleza!" Y luego se añade: "Hay crecería la hierba. Las tierras del Sur,
PEER GYNT. (Llega, tallando una flauta que doblegar el orgullo" (1), y "Quien más allá del muro del Sahara, queda-
colmo! iQue el hombre dueño y señor de caña.)
de la creación, tenga que...! iVaya un se humille, será ensalzado" (2). (Inquie- rían convertidas en un país marítimo,
i Espléndida mañana! El e3carabajo to.) ¿Ensalzado? Sí, así me sucederá; no de lozano cultivo. El vapor haría tra-
atropello! El viejo era malo; pero los hace rodar su pelota sobre la arena, y
jóvenes son peores. puede ser de otro modo. Me ayudará el bajar a las fábricas de Tombuctú; pron-
el caracol sale de su casita... He aquí De3tino, y podré abandonar este país. to sería colonizado Bornú, y a través de
una mañana de oro (1). Si bien se mi- Esto no es más que una prueba; des- Hanes (1) podría viajar el explorador, 3e-
ra, es un poder extraño el que da la pués llegará la salvación... Si Nuestro guro en su coche, hasta el Alto Nilo...
CUADRO QUINTO Naturaleza a la luz del día. Se siente Señor me concede la salud necesaria. En medio del mar, en un oasis fecundo,
Prlm,ras hlJras de la ,"añana. Paisaje rocoso. uno tan seguro, aumenta tanto el valor... (Hoa un gesto como para espantar los yo reproduciría la raza noruega; la san-
d..'sdl' fli c.ud SI: divisa el desierto. A un lado, No se preocuparía uno ni aunque tu- pensamientos; enciende un cigarro, se gre de GUdbrandsdal (2) es casi real, y
una hcndidura entre las Tocas y ~na car.~CTna.viera que desafiar a un toro... ¡Qué estira y peTTl".anececon la mirada absorta un cruzamiento árabe haría el resto. En
silencio en torno! ¡Ah, la alegría del en la extensión del desierto.) j Qué in- una ensenada escarpada construiré Pee-
En ]a hendidura, un ladrón y un encubridor, campo abierto!... ¿Cómo he podido re-
con el caballo y e] traje del emperador. El chazarla en otro tiempo? mensa soledad! Allá lejos avanza un répolis, la capital. iEl mundo e3tá an-.
<.aballo,ricamente eniaezado, está sujeto a una
¡Encerrarse avestruz... Realmente, ¿qué debe uno ticuado! iHa llegado la hora de Gynta-
roca. A 10 lejos aparecen varios jinetes. en las grandes urbes, nada má3 que para creer sobre la intención de Dios al crear nia, mi país naciente! (Se yergue de un
ser atropellado por la canalla! He aquí todo este vacío y todo este ai3lamiento? brinco.) i Sólo se requieren capitales, y
EL LADRÓN. que permanecen al acecho los lagartos Esta extensión que carece de toda fuente es un hecho! ¡Una llave de oro que abra
Las pumas de la; lanzas despiden prontos a cazar, meditando... en nada. de vida, esta llanura calcinada y sin uti- las puertas del mar! i Una batalla con-
l. destellos... iMira, mira! i Hay inocencia hasta en la vida de los lidad alguna, este fragniento baldío del tra 1a muerte! ¡Haré aflojarse la bolsa
animales! i Cada cual cumple con exac- mundo, este cadáver que desde el prin- que guarda el avaro ávido! En todos los
EL ENCUBRIDOR. titud el mandato del Creador, sin que se cipio de la Tierra no ha mostrado si- países se emalza la libertad. Corno el
Yo ya siemo mi cabeza rodar por la atenúe su sello individual, 3iendo ~l quiera su gratitud al Creador, ¿por qué asno en el arca (3), quiero esparcir por
arena. ¡Ay! mismo siempre, en el juego o en la lu- se hizo? La Naturaleza es pródiga... todo el mundo mi clamor y llevar el
cha, ¡El mismo, corno lo fué el día de ¿Será el mar aquella superficie que bri- bautizo de /a liberación a las hermo-
EL LADRÓN. (Cruzándose de brazos.) su primer impulso! (Ajustándose el bi- lla hacia el Este? iNo es posible! ¡Sólo sas playas prisioneras que surgen a la
Mi padre era ladrón; su hijo tiene nóculo sobre la mp-iz.) i Un sapo! Entre será una alucinación! El mar está si- vida. ¡Se impone que salga de ~quí!
que robar... una masa de arena petrificada, asoma tuado hacia el Oeste; sus olas están se- iVengan capitales del Este y del Oeste!
sólo la cabeza. Ahí e3tá contemplando' paradas del de3ierto por un dique de i Mi reino... 1a mitad de mi reino por
EL ENCUBRIDOR. por esa ventana el mundo, y se basta montañas. (Tiene una idea repentina.)
Mi padre era encubridor; su hijo a sí mismo. (Reflexionq.) ¡Bastarse a sí iUn dique! Bastaría una brecha, un (1) Abisinia.
tiene que encubrir... mismo! ¿Dónde he leído eso? (2). Cuan- canal, y el agua se precipitaría en olea- (2) Región sitUada en la parte centroorien-
do niño, me parece, en un libro an- das por la garganta y llenaría el desierto! ta! de Noruega, patria chica de Peer Gynt, don-
EL LmRóN. tiguo. ¿Sería en la Biblia de casa? ¿O Toda esta tumba de
candente quedaría drama. Se desarrollan las primeras escenas de este
Las montaña. de Dovre y et macizo
Has de soportar tu propio destino, pronto convertida en un mar fresco y Rondanc, que ya conoce el lectorJ se encuentran
has de ser tú mj;mo, (1) Literalmente, "la mañana t:enc oro en al norte de esta región, cuyos habitantes crelan
~a bocan, Se trata áe un ¿icho muy usual en ondulante. Emergerían los oasis, forrnan-
descender de los anúguos reyes.
Noruega.
(1) Era el mi.mo Peer Gynl delanle del re)' (2) Olro recuedo de su estonc;o entre los (3) Alusión al enigma: ..¿Qué asno rebuznó
de Done. duende., que Se le escapa. (1) Proverbios, XVI, 18. tan fuerte como para que le oyeran en el mundo
(2) Proverbios, XXIX, .23. entero?" Era el asno del arca de Noé.
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un caballo! (1). (El caballorelincha en ANITRA. ante un alfiler de corbata... Pero ni ani- en cierto modo, constituyen una hez in-
la hendidura.) iUn caballo! iY vesti- Es blanco su caballo llo ni alfiler son propiamente la perso- munda. Anítra, no puedes imaginarte con
menta!.., iY joyas!... iUna espada! como la leche que fluye p"r los rios del paraíso. na... ¡Profeta! iEsta, al menos, es una qué desconsideración han estafado...
(Se aproxima.) ¡Imposible! Pero ¡es i Poneos de hinojos. humillad 1.. cabezas! situación clara! Así sabe uno qué te- j ejem I vamos, han pecado, hija mía.
derto! Aunque no, no puede ser. No sé Sus ojos son estreUas dulces y resplandecientes; rreno pisa. Si cae en gracia, Jas ova- i Bueno, basta! IBailad, mujeres! ¡El
dónde he leído que la voluntad puede no hay criatura tcrrcna ciones van dirigidas a uno mismo y no Profeta desea alejar los malos recuer-
transportar montañas: pero que también que p"eda resistir el fulgor de fulgores de esal a .las libras esterlinas y los chelines que dos!
pueda transporcar... caballos... i Tonte- Adornan
i Ha llegado por el desierto!
su pecho oro y perlas.
[estrellas. posea. Uno es lo que es y nada más.
:rías! El hecho es que el caballo e3tá Por doquiera que cabalgaba. resplandecia todo. Nada se debe a la casuaJ.idado aJ vaivén CORO DE JÓVENES.(Danzando.)
aquí. "Ab esse ad posse" (2), tecétera, Tras él ha quedado la oscuridad; de la fortuna; no se apoya uno en con- jEl Profeta es .bueno! iEl Profeta eSla triste
etcétera... (Se pone el crajesobreel suyo tras él han quedado el simún y la avidez. cesiones ni patentes. ¡Profeta! Ello va por los pecados que han cometido los hiios del
con mi carácter, aUnque llega de ma- [polvo!
y se concempla.)¡Sir Peer, y además, i El Divino ha llegado! ¡El Profeta es clemente! i Bendita sea tu ele-
turco de arriba abajoI Verdaderamente, Llega por el desierto, nera imprevista... No hice más que atra- (mencia!
nunca se sabe lo que puede suceder... ataviado como un hijo de la tierra. vesar el desierto y encontré en mi ruta i Abrirá las puertas del Paraiso a los pecadores!
iArre, Grane, mi buen alazánI (Monca.) i¡La Kaaba (1) está vacia!
El mismo lo ha comprobado! (2).
a estos hijos de la naruraleza. El Pro-
¡Estribos de oro para apoyar mis pies! feta había llegado; la cosa está clara. PEER GYNT. (Siguiendo con la mirada
¡Por los arreos se conoce a la gente de CORO DE JÓVENES. Yo no tenía }a menor intención de en- a ANITRA durance el baile.)
'viso! (Galopa adenrrándoseen el de- iSuenen.1a flauta y el tambor 1 gañar; no es lo mismo una mentira que Se muellen sus piernas como pali-
.sierto.) una .profecia. Esto aparte, siempre me llos de tambor. ¡VayaI es apetitosa .de
i El Profeta, ha llegado el Profeta! queda tiempo de retirarme; no estoy veras la muy impúdica. Tiene unas for-
(Las jóvenes danzan al son de atado... No se trata de -nada peligroso;
mas un tanto extravagantes, que no coin-
CUADRO SEXTO la suave música.) codo se limita a una cuestión privada, ciden en absoluco con el canon de la be-
digámoslo así... Puedo marcharme como lleza. Pero ¿qué e3 la belleza? Puro con-
PEER GYNT. vine; mi caballo se halla dispuesto. 'Para
vencionalismo; una moneda cuyo valor
Oasis. TI,nda d, un jaque árabe.
Está escrito: '''Nadie es profeta en decirlo de una. vez, soy dueño de la cambia según el lugar y la ocasión. Pre-
su patria" (3). IQué verdad! Me agra- situación. cisamente es 10 extravagante lo que agra-
PEEa QVNT,venido con su uaje oriental. des- da esto mucho más que la vida que lle-
cansa entre collnea. Bebe caCé y fuma en una AmTRA. (Aproximándose.)
da cuando se ha gozado de lo común y
1ar¡a p:pa. ANITRAy varlal jóvenel danzan y vaba allá entre los armadores de Q¡arles- corriente hasta la saciedad. En lo regular
cantan ante él. ton. Había una especie de vacío en aque- i Profeta y soberano! (1).
se frustra toda fascinación. O gorda con
lla vida; tenía algo extraño en el fondo PEER GYNT. exceso, o. con exceso delgada; o joven
CORO DE JÓVBNES. y escondía cierta oscuridad. iNunca me ¿Qué quiere mi esclava? hasta aJarmar, o vieja hasta asustar. ¡Lo
sentía a gusto entre ellos! Además, ¿por normal empalaga!... No están sus pies
I Ha llagado el Profeta I
1El Profeta, el Sellor, el que todo 10 sabe.
qué me había metido en aqueJ enredo? ANITRA. muy limpios, que digamos; ni sus bra-
ha lleaado caba1gando por el mar de arena! (3) iSiempre hurgando y removiendo el Ante la tienda se agrupan los hijos zos, en particular uno... Pero, si bien
1El Profeta, el Sellor Infalible fango de los negociosI Ahora que lo del desierto; anhelan ver tu rostro... se mira, eso no es un defecto; yo lo
ha llegado a nOlotrol navegando pienso~ no llego a comprenderlo bien. llamaría mejor una cualidad... ¡Escucha,
a travél del mar de arenal Ocurrió así; eso es todo lo que sé... Ser PEER GYNT. Anitra !
I Suenen la nauta y el tambor I uno mismo, afirmándose sobre cimientos i Alto ahí!. DiJes que continúen apar-
I BI ProCeta, ha Ueaado el ProCetaI de oro, e3 como edificar una casa so- tados, Diles que escucharé a dístan- ANITRA. (Aproximándose.)
bre arena. Por un reloj, una sortija u cia sus oraciones. Y añade que no quie- l1Lu esclava escucha!
(1) I bien hace aqul una Intencionada pa- otra cosa cualquiera, estas gentes se arras- ro ver hombres aqui dentro. Los hom-
rodia de la exclamación de Ricardo III en la PBER GYNT.
tlltlma eleena de la uagedia de Shakespeare: tran y menean Ja coJa; se descubren bres, hija, son de naturaleza miserable;
"1 Un cabillo. un caballo 1 1Mi reino por un iCuán seductora eres, hija mia! ¡El
caballo 1" (1) Piedra sagrada en la Meco que Ibsen (J) En Hamar a cierto sacerdote le toma- Profeta se ha conmovido! Si no quieres
(2) Principio de una máxima latina, equi- confunde con la tumba de Mahoma. ban' por Díos sus feligreses, y un domingo se creerme, te daré una prueba: ite haré
valente a "querer el poder". (2) No se ha podido dar cierto ritmo a posuó a SUI pies una mujer, que le dij~: "¡Tú
(3) Como habrá adv"rtldo el lector culto, esta canción ni a las siguientes. como se ha eres Jesús!" Según O. Arvesen, al ser contada hurí (1) en el paraíso!
Iblen hace aqul una imitación, relativamente hecho antes en otral ocasiones. esta historia a Ibsen, le sugirió el episodio de
afortunada, del "paralelllmo", procedimiento poé- (3) Máxima que se encuentra en los cuatrO Anitra. La Chesnais recuerda el caso en su es- (1) Espíritu Cemenino que cumple, entre
tico caraeterbtico de la IIrlca árabe. evan¡elios. crupulosa traducción francesa de la obra. otras, la finalidad de satisfacer. con seis más

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ANITRA. ANITRA. (Señalando el turbante de PEER cuchado mi endecha? ¿Acechará quizá ANITRA. (Alarmada.)
iImposible, señor! GYNT.) tras las cortinas, ataviada con velos y j Compararte a ti, eJ mayor tesoro del
PEER GVNT. i Ese hermoso ópalo! otros adornos?.. i Chist! Diríase que mundo, con un viejo gato asqueroso!
he oido el descorchar de una botella!
¡Cómo! ¿Crees que desvarío? Es PEER GYNT. (Entusiasmado, entregándo-
i Otra vez! i Y ahora otra! ¿Serán sus- PEER GYNT.
cierto. iTan cierto como que vivo! le la gema.) Hija mía, desde el punto de vista
¡Anitra! iAuténtica hija de Eva! piros de amor? No; es un cántico... No,
ANtTRA. es un claro ronquido. ¡Dulce música! amoroso, un gato macho y un profe-
i Me atraes magnéticamente, porque soy ta vienen a ser lo mismo.
Pero yo no t~ngo alma. hombre, y como dice un respetable es- jAnitra duerme! Suspende tus trinos,
ruiseñor. iMaldito seas si te atreves...! ANITRA.
PEER GVNT. critor, "das ewig weibliche zieht uns
an!" (1). ¡Vaya! dejémo3lo pasar. El ruiseñor es i De tus labios mana la miel de la
Pues la tendrás. cantor corno yo. Del mismo modo que chanza, señor!,
yo, él fascina tiernos y dulces cora-
ANITRA. CUADRO SEPTIMO zoncitos. La noche serena está hecha PEER GYNT.
¿Cómo, señor? para eJ canto; el canto es nuestro ele- Amiguita, tú, como otras mucha3, juz-
Noche de luna. Bosque de palmeras ante ta
tienda de Anitra. mento común. Cantando, somos nosotros gas a los grandes hoinbres tan sólo por
PEER GVNT.
PEER GVNT, con un rabel, está sentado al mi3mos: j Peer Gynt y el ruiseñor! el pellejo. En el fondo, yo tengo un
De eso me encargo yo; me ocuparé pie de una palmera. Se ha hecho rapar el i Colma mi dicha amorosa que la joven carácter bromista, especialmente cuan-
de tu educación... ¿Que no tienes al- cabello y recortar la barba, y parece notable- duerma! Rozar la copa con los labios do me encuentro a solas con alguien...
ma? Sin duda, no eres muy inteligente, mente rejuvenecido. Mi posición me obliga a llevar una
a fe mía j ya lo he notado con descon- y no beber ni una gota... Pero jqué
¡. diablo! aquí está ella. i De todos mo- máscara de seriedad; las obligacione3
suelo, por mi parte. Pero no importa; PEER GVNT. (Tocando y cantando.) r
dos, es mejor que haya venido! - cotidianas me constriñen. El sacrificio
para un alma siempre tendrás sítio. ¡Ven
aquí! Déjame medir tu sesera. Hay si-
Cerré las puertas de mi paraíso y me llevé
[las llaves
i y Jas cuentas que debo a Jas gentes me
I ANITRA. (Desde la tienda.) convierten con frecuencia en un profeta
tio, claro que hay sitio: ya lo sabía yo. mar adentro, con la brisa del Norte, 1
¿Me llamas en la noche, señor? arisco; pero sólo de palabra... ¡Basta
Verdad es que nunca tendrás una inte- mientras bellas .mujeres lloraban [ensu lapérdida
costa. de farsa3! Entre los dos... soy Peer, soy
ligencia despejada, nunca tendrás un al- La quilla del navio hendia hacia el Sur PEER GYNT. el que soy... iAfuera el Profeta! j Aquí
ma grande... Pero iqué más da! Tendrás las corrientes saladas del mar. Sí, por cierto; eJ Profeta te llama... me tienes a mí mismo!... (Toma asien-
lo 3ufíciente para no hacer mal papel... AJIi donde la palmera se cimbrea con artO-
El gato me ha despertado armando un to al pie. de una palmera y la atrae sobre
I (gancia alboroto tremendo... sus rodillas.) ¡Ven, Aniua! Descanse-
ANITRA. bo,'deando la bahía, a orillas del Océano,
El Profeta es bueno... prendí fuego a mi embarcación. mos bajo el verde abanico de la pal-
ANITRA. mera. Mientras yo hable quedo, tú son-
Embarqué en el buque del desierto,
PEER GYNT. un buque de cuatro patas (2). ¡Ay, señor! No era eJ gato; era algo reirá) ; luego trocaremos los papeles, y
¿Va::ilas? ¡Habla! ¡Lanzaba espumarajos bajo el castigo del lá; mucho peor... tUs frescos Jabios murmurarán palabras
[tigo! de amor mientras sonrío yo...
ANtTRA. I Ah, buitre! i Yo soy un pájaro ligero PEER GYNT.
Yo preferiría... que gorjea en la rama! ¿Qué, entonces? ANITRA. (Tendiéndose a sus pies.)
i Anitra! eres mosto de palmaj Cada una de tus palabra3 es dulce
PEER GYNT. bien lo advieno ahora. ANITRA. como un cántico, aunque apenas las
iHabla sin temor! Ni el queso, de cabra de Angora comprendo... Dime, señor: ¿podrá tu
es alimento tan dulce ¡ Ten cuidado de mí!
como eres tú, i Anitra!
hija ganar un alma escuchándote?
ANITRA. PEER GYNT.
PEER GYNT.
No me interesa tanto el alma; yo pre- (Se cuelga el rabel en bandolera y se ¡Habla!
feriría.. . aproxima a la tienda.) ¡Silencio! ¿Esta- iEl alma! ¡La luz y la conciencia
PEER GYNT. rá la hermosa atendiendo? ¿Habrá es- ANITRA. del espíritu! Ya la tendrás con el tiem-
¡Oh! me haces sonrojar. po! Cuando por el Este, sobre un fondo
¿Qué? (1) "El eterno femenino pos atrae". En ale- rosado, aparezcan estas palabras' dora-
mán en el original, tomado del último verso PEER GYNT. (Acercándose.)
por persona, los deseos de cada uno de los del Fausto de Goethe. das: "He aquí el día", entonce3, hija
bienaventurados mahometanos después de su (2) Alude al camello, el "buque del desior-. ¿Acaso era lo que me caldeaba por mía, recibirás mis enseñanzas; tendrás
muerte, en premio a los méritos de su vida. to", según expresión estereotipada. completo cuando te di mi ópalo? una buena instrucción. Pero, en la abri-
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1.

PEER GYNT. ANITRA.


gada calma de la noche, sería estúpido ra, pequeña mía, por qué con mi bon- 1
¡Locuela! Dame el anmo que llevas al dedo.
que pretendiera portarme como un maes- dad te he cautivado, por qué he elegido
tro de escuela a¡ exponer los restos de tu corazón, fundando sobre él, como ANITRA. PEER GYNT.
una .abiduria gastada. l'ensándolo bien, quien dice, el califato de mi propio ser? I Toma todas estas bagatelas.
iQuiero ser el dueño de tus anhelos, ¿Qué pretendes?
el. alma no es lo principal; es el coraron
lo que importa. reinar como un déspota sobre mi impe- ANITRA.
rio de. amor I iHas de ser mía solamen- I PEER GYNT.
i iTus palabras mn alegres cancio-
ANITRA. te I Quiero ser para ti tan fa3cinador ¿Qué pretendo? ¡Jugar a la palo-
i Habla, señor! Cuando me hablas, cual el oro y las piedras preciosas. Si
I ma y el halcón! ¡Secue3trarte ! ¡Hacer
nes!
me parece ver resplandores de ópalos. nos separ.amos, se acabará la vida para locuras! PEER GYNT.
ti, no lo dudes. Tú por entero, <;ada i Qué gozo el de sentirse tan amado I
PEER GYNT. fibra y cada pulgada de tu persona-sin ANITRA.
¡Un viejo ¡Quiero apearme ! i Como tu esclavo,
iExceso de cordura, es necedad! voluntad, sin sí ni no-, quiero saberlas ¡Vergüenza debia darte!
Profeta... I quiero conducir el caballo! (Le entrega
iCapullo de cobardía en flor, es cruel- saturadas de mi mismo. Tu cabellera ne- el látigo y desmonta.) Así, rosa mía, flor
dad! ¡La exageración de la verdad es gra como la noche, todo lo que pueda fragante; quiero caminar sobre esta are-
lo contrario de )a sabiduría! .iSí, hija calificarse de encantos, como jardines PEER GYNT.
na y no pedir cuartel hasta coger una
mía! iConviértnme en perro si no es babilónicos han de estar dispuestos a la: ¡Bah, tonterías I ¡No es tan viejo insolación y recibir mi merecido. ¡Soy
cierto que en la tierra hay gente. ati- visita del sultán. Por eso tu. cráneo va- el Profeta, tonta! ¿Te parece esto un joven, Anitra! i TenIa en cuenta I No
borradas de almn! iCuán difícilmente cío es una ventaja en el fondo; quien signo de vejez? . debes analizar mis genos tan detenida-
alcanzan la luzl Conocí un tipo así: tiene alma, tiene, en consecuencia, obli- mente; Jos juegos y las bromas son prue-
era una perJa entre todos los demás, y gaciones... y puesto que hablamos de ANITRA. ba de juventud. ¡Si tu espíritu no fues(
sin. embargo, también él perdió en la ello, óyeme: si quieres, poseerás una iSuéltame ! ¡Quiero volver a mi tan torpe, comprenderías, hermosa adel-
algazara su razón de ser... ¿Ves el de- pulsera para tu tobillo; será mejor para casa! fa, cómo, cuando hace tonterías tu aman-
.sierto en torno al oasis? Con sólo agitar los dos. Yo reemplazaré el alma y todo te, e3 porque es joven!
mi turbante, haría que las 0la3 del Océa- lo demás... "Statu quo" (ANITRAronca.) PEER GYNT.
no lo llenasen por entero. Pero sería un ¡Cómol ¿Duerme? ¿Es que no ha surti- No seas coqueta. ¿Conque a casa?.. ANlTRA.
imbécil si hiciera nacer así mares y con- do efecto nada de )0 que he dicho? i Con el suegro I ¡Qué bien! Nosotros, Sí, eres joven. ¿Tienes más sorti-
tinentes. ¿Sabes lo que es vivir? iNo I eso mismo da prueba de mis fa- locos pajarillos e3capados de )a jaula, jas?
cultades para que ella se deslice en sue- jamás podríamos presentamos ante sus
ANITRA. ños, arrastrada por la corriente de mis PEER GYNT.
ojos. Por más que nunca debe perma-
¡Enséñomelo I palabras de amor. (Se pone de pie y necer uno en el mismo lugar mucho ¿No es verdad? ¡Mira! i Salto como
deposita joyas en el regazo de ANITRA.) tiempo, hija mia; pierde en respeto lo un cabritillo! Si hubiera pámpanos por
PEBR GVNT. iToma collares! iMás aún! ¡Duerme, estos contornos, me haría una corona.
que gana en relaciones, especialmente
Es cernerse sobre el río del tiempo Anitra ! ¡Y sueña con Peer!. .. Duer- cuando .e presenta como profeta o cosa ¡Ya lo creo que soy jovenl ¡Ah! quiero
sin- mojane los pies, permaneciendo ín- me... Soñando, has colocado )a corona semejante. ¡Ya iba siendo hora de que bailar. (Baila Y canta:)
tegramente uno mismo. Só)o gracias a sobre las sienes de tu emperador. ¡Esta se acabara la visita! Son espíritus in-
la fuerzo varonil puedo ser el que soy, noche ha logrado. Peer Gynt la victoria, i Soy un gallo dichoso...!
constantes estos hijos del desierto; aca-
amiguita. El águila vieja pierde su plu- gracias a sí mismo I barán por faltar el incienso y las ora- ANITRA.
moje; la vieja comadre pierde sus dien- cione:;.
tes; a) hombre viejo se le marchitan las CUADRO OCTAVO Sudas, Profeta; temo que vayas a
manos, y a todos sin excepción acaba derretirte... Dame esa cosa pesada que
Sendero de CaT""anas. El oasis se pierde en ANITRA. oscila en tu cintura.
por ajérJeles el alma... ¡Juventud, ju- lo lejanía. Sí; pero ¿de veras eres profeta?
ventud I Quiero reinar como un sultán
PEER GYNT, sobre su caballo blanco, galopa PEER GYNT.
ardoroso y potente, no sobre )as institu- a través del desieno, llevando a ANtTRAen la PEER GYNT. .
ciones de Gyntania, bajo el follaje de las ¡Tierna preocupación! iToma la bol-
parte anterior de la silla.
palmeras y los viñedos, sino sobre lo que i Soy tu emperador I (1menta besar- sa para siempreliLas corazones aman-
esté más próximo, sobre el pensamiento ANITRA. la.) i Mira cómo se hace valer la ave- tes son felices sin oro I (Baila y canta
virgen de una mujer. ¿Comprendes aha- i Déjame, O te muerdo!
cillal de nuevo:)

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uno que andar siempre entre tinieblas; cultivado después esta clase de cono-
El joven Peer Gynt es un loco; ANITHA. desde el punto de vista profético, en se- cimientos. Deseo seguir la ruta del ..~-
no sabe con qué pisa. i Anitra obedece al Profeta!... ¡Adiós! guida se ve uno perdido, pórtese como se nero humano; porque quiero flotar cual
n¡ Qué importa! -dice Peer Gynt-. i Lo mi.. (Le da un fuerte latigazo en los dedos una pluma sobre la corriente de la his-
[mo da! porte, con sobriedad o con largueza. En-
i El joven Peer Gynt es un loco!"
y se "I:uelve a todo galope por el d€;- tre tanto, cuando menos, he cumplido toria, reviviéndola como en un sueño...,
sierto.) como exigían las circunstancias galan- pero, eso sí, siempre a salvo, como sim-
teando a esa oca. No obstante... (Suelta ple espectador; ver sucumbir a los pen-
ANITRA. ., PEER GVNT. (Se queda largo rato inmó- una carcajada.) ¡Vamos, qué idea! ¡Que- sadores y sangrar a los mártires, fun-
Resuha un verdadero deleite ver bal- vil, como herido del rayo.) darse y derrumbarse los imperios, sur-
rer detener el tiempo dando saltitos y
lar al Profeta. ¡Ah, por todos los...! bailando! i Empeñarse de esa guisa en gir de la nada los hecho. universales:
PEER GVNT. luchar contra la corriente tocando el en pocas palabras, quiero extraer la quin-
i Deja de una vez al Profela!... i Cam- CUADRO NOVENO rabel, acariciando y suspirando, para aca- ta esencia de la historia. Me haré con
biem03 los trajes! ¡Anda! iQuítate el bar como un gallo, dejándome desplu- un libro de Beder (1) y emprenderé
El m:smo lugar. U.IQ hora despues. mar! Este proceder puede calificarse un viaje cronológico hasta donde sea
vestido!
P5~R GVST. serio y pensativo, se despoj3 del de proféticamente dísparatado... iEso es, posible. Bien mirado, no son sólidos mis
traje oriental, pren:la p::1r prenda. Por último, conocimientos previos, y el mecanismo
ANITRA. saca del bolsillo su gorra de viaje, se la pone y
desplumar! j Porque me ha desplumado
Tu caftán me vendría demasiado lar- aparece de nuevo trajeado a la europea. bien! Por fortuna, algo me resta to- interno de la historia se acusa insidioso.
go, tu cinturón demasiado ancho, y tus davía : un poco en América y otro Pero no importa; cuanto más desatinado
PEER GVNT. (Arrojc¡ndo lejos de sí el poco en el bohillo; de manera que aún es el punto de partida, el resultado es
medias, demasiado estrechas.
turbante.) . no puede considerárseme un vagabun- con frecuencia más original. . . Además,
PEER GVNT.(Se arrodilla.) i Ahí se queda el turco, y aquí estoy do... En puridad, este término medio proponerse una meta y llegar a ella por
Pues bi:n: al menos, procúrame una yo! Este paganismo no sirve para na- es lo mejor; ya no tengo cochero ni ca- encima de todo, constituye algo que ele-
pena violenta; para el corazón amante da. i Suerte que haya sido sólo de ropas ballo de tiro, y se acabaron las fatigas va. (Emocionado.) Romper todos los la-
es dulce el sufrimiento. Mira: cuando afuera y no me haya llegado a la san- del equipaje y del vehículo; en resumen, zos que ligan a la tierra natal y a los
lleguemos a mi castillo... gre, como suele decirse! Además, ¿quién soy, digámoslo así, dueño de la situa- amigos, hacer volar por los aires la pro-
me llamaba a meterme en estos trotes? ción... ¿Qué camino escogeré? Se abren pia riqueza, despedirse de la dicha del
ANITRA. Al fin y al cabo, siempre le trae a uno varios ante mi, y en la elección se dis- amor para desentrañar el secreto de la
A tu paraho... ¿Queda mucho trecho mejor cuenta vivir como cristiano y re- tingue el cuerdo del necio. Mi vida verdad (Secándose una lágrima.), ¡he
por cabalgar? chazar la ostentación del P¡1vo real. amol- comercial es capítulo concluido, y mis aquí la conducta del auténtico investiga-
dando a la ley y a la motal su compor- escarceos amorosos SOIJ asunto termi- dor! iMe siento tan feliz! Ya he re-
PaER GYNT. tamiento: ser uno mismo y recibir a la nado... No siento la menor vocación por suelto el enigma de mi destino; ahora
iOh I unas mil millas... postre coronas sobre el ataúd, ditirambos la andadura del cangrejo: ''Vaya o ven- sólo me resta perseverar en la dicha y
sobre la tumba. (Avanza unos pasos.) ga, siempre estoy a la misma distancia. en la adversidad. Será, pues, perdonable
ANITRA. ¡Qué desvergonzada!. . . i Ha estado a Tanto da que entre como que salga: que me encumbre a mí mismo como Peer
iBstá demasiado lejos! punto de hacerme perder la cabeza ! siempre es igual de estrecho..." Creo Gynt hombre, o de otro modo, empera-
i Así me embrujen. si entiendo por qué que así está escrito en una inscripción dor de la vida humana. Quiero poseer
PBBR GYNT. me he atolondrado y me he dejado fas- ingeniosa. Así, pues, necesito algo nue- el facit y la summa del pasado, no em-
Escucha: te daré el alma que te cinar hasta ese extremo! ¡Ea! lo pasa- vo : tomar un rumbo digno. perseguir plear jamás los caminos de los vivos;
prometí.. . do, bien pasado está. Si la broma du- un designio que valga la pena... y el dí- el presente no vale lo que una suela
rara un poco más, habría caído yo de nero. ¿Y si escribiese mi vida sin ocul- de zapato. Los hombres se comportan
ANITRA. lleno en el ridículo... Me he equivocado, tar nada, un libro que sirviera de en- hoy como si no tuvieran medula ni fe;
¡Gracias I Puedo pasarme muy bien no lo niego... Pero siempre supone un señanza y ejemplo?.. O mejor... pues- su espíritu no pos~ vuelo, sus hazañas
sin alma. Pero me pedías que te pro- consuelo pensar que 1D1equivocación se to que díspongo de tiempo, ¿por qué carecen de grandiosidad. Y las mujeres...
curase una pena... debía a circunstancias bastante delica- no dedicarme, como sabio explorador, (Encogiéndose de hombros.) Son raza
das; no ha sido 'mi persona la que ha al e~tudío de la veracidad de los tiempos frágil. (Vase.)
PEER GVNT.(Enderezdndose.) fallado. Realmente, la vida de profeta pretéritos? En realidad, es una labor'!ftuy
Sí. ¡CondenaciónI Una pena violen- está tan falta del sabor de la actividad, apropiada para mi; ya en mi infancia (1) K. F. Becker. historiador de principios
ta, p:ro breve... sólo para un 'par de que acaba dejando una fuerte desazón. leía las antiguas crónicas, y además, he del siglo XIX.
días. i Mal oficio el de profeta! En él tiene
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LA ESTATUA DE MEMNÓN. (Cantando.) lumnas... Pero este extraño animal hí-


cio fundado sobre el yo "gynteano". De la ceniza del semidiós se elevan reiu- brido, esta mezcla de león y mujer a
CUADRO DECIMO Luego emprenderé la ruta de Asiria. Si aves cantarinas. (vcnecedoras un tiempo, ¿lo recuerdo también de al-
me remontase a la creación del mundo, Zcus, el omnisciente, gún cuento? ¿O acaso se trata de un
Día de verano del NOrle. Cabaña en el bosque. lograría sólo perderme; deseo evitar la las creó en la pelea. recuerdo real? ¿Un cuento? i Ah! aho-
Puerla abierta con gran cerradura de ntadard. Historia Sagrada, pues siempre daría con Buho de la sabiduría, ra me viene a la memoria el viejo. ¡Claro
Sobre la puerla~ las astas de un reno. Van'as sus huellas profana., y examinarla bajo ¿dónde duermen mis aves... ? está! i Boigen, a quien di en plena ca-
cabras junto a un murO de la cabaña. Una i Descifra el enigma del canto, o muere!
mujer de edad medímuJ. rubia y bonita, per- este aspecto, o como suele decirse, por beza! Mejor dicho... 10 soñé... estaba
manece sentada al sol, hilando. las costuras, es algo que está fuera de con fiebre. (Se aproxima.) Los mismos
PEER GYNT.
mi propósito y de mi> fuerzas. (Se sien- ojos, los mismo. labios..., aunque no
LA MUJER. (Mira hacia el camino y Ciertamente..., me parece que ha bro-
ta sobre una piedra.) Vaya descansar y tado un sonido de la estatua. j Música
tan indolente, sino un poco más des-
cama.) (1). a esperar con con$tancia hasta que la pierto... Pero, por lo demás, idéntico.
estatua haya rematado su habitual canto prehistórica! Percibí las inf1exio~es de ¡Vaya, vaya, Boig! ¿Conque tomas as-
Pasarán, quizá, el invierno y la primavera, la voz de piedra... Lo anotaré para que
y el próximo verano, y todo el año; matutino. Después del desayuno subiré mediten los sabios. (Escribe en su li- pecto de león cuando uno te ve por
pero estoy segura de que lIesar4s algún dla, a la pirámide, si me da tiempo para detrás y en pleno día? ¿Sabes enigmas
ello, y luego exa~naré su interior. Más brilo de notas.) "La estatua cantó. Oí aún? Vamos a probarlo. iYa veremos
y esperaré, conforme prometl a última hora. a las claras su voz; pero no he com-
tarde me daré una welta por el mar prendido bien el texto de )a canción.
si respondes como la última vez! (Gri-
(Llama a las cabras, vuelve a Rojo, y acaso encuentre la tumba del tando a la ESFINGE.) i Eh, Boig! ¿quién
rey Putifar... (1). Entonces seré asiático. Sin duda, no era más que una alucina- eres?
hilar y sigue cantando.) ción... Por 10 demás, nada importante
En Babilonia me entregaré a la busca
i Dios te guarde, dondequiera que esté,! de los famosos jardines colgantes y de he observado hoy." (Prosigue su ca- UNA Voz. (Detrás de la ESFINGE.)
Dios te colme de dicha si estás sobre su las meretrices, es decir, las huellas más mino.) "Ach Sfinx, wer bist du!'? (1). .
Aqul te e.peraré hasta que retornes, {trono. importantes de la civilización. En seguí-
r si me asuordll all4 arriba, ¡allá nos en- PEER GYNT.
da, de un salto, me plantaré al pie de CUADRO DUODECIMO
[conlraremos, amado mío!
los muros de Troya, pues desde Troya ¡Cómo! i El eco habla alemán! ¡Qué
estaré en el rumbo maritimo directo notable!
Cercanías de la población d. Gizeh (1), con
CUADRO UNDECIMO de la antigua y divina Atenas... Allá re- la gran Ssfinge rallada en la ,oca. Sn lonta- LA VOZ.
correré, piedra por piedra, el lugar del nanza. rorres y alminar.s de SI Cai,o. Wer bist du?
hecho: el desfiladero que defendió Le6-
.; Sil Sripro. AmaIlICI'. Sob,e la arella se «eva
nidas (2). Frecuentaré el itrato de los
Llega PEER GYNT Y contempla atentamente la
Esfinge, tan pronto con su binóculo como ha- PI!ER GYNT.
la ""alua di Memnón (2).
filó30fos más selectos; encontraré la pri- ciéndose anteojo con ta mano abuecada. i Pues domina
ese idioma a la per-
PBeR QVNT Ilesa a pie y permanece alguno. sión en que halló S6crates la muerte... fección! j Esa observación es nueva y
momentos observando alrededor suyo. iAh ! ya recuerdo..., actUa}mente está PEER GYNT. mía! (Anota en su libreta:) "Eco ale-
el país en guerra. Bueno; dejaré el hele- ¿Dónde diablos he encontrado algo, mán. Acento berlinés."
PI!I!R GVNT. nismo para más adelante. (Mira su relo;.) ca.i olvidado ya y parecido a este tipo? (BEGRIFFENFELDT(2) sale por
Bien puede comenzar aquí mi camino. iEsto no es correcto! iCuánto tarda en Porque no cabe )a menor duda de que detrás de la ESFINGE.)
Ahora soy egipcio, por variar, pero egip- salir el sol! El tiempo apremia.:. Ast, 10 he visto antes, en el Norte o en el
pues, de.de Troya..., que era adonde ha- Sur. ¿Era 'una persona? Y en ese caso, BEGRIFFENFELDT.
(1) Bdvard Orles, el famoso compositor no- bía llegado... (Se levanta y escucha.) ¿quién? Pasado tiempO, se me ocurrió i Un hombre!
ruelo que muslcó PII' Gynt, compuso la par- ¿Qué extraño murmullo es ése? (Sale el que Memnón se parecia a los duendes PEER GYNT.
thura de esta canción, conocida en el mundo sol.) de Dovre, según los llaman; conforme
entero bajo el titulo La canción de Sol"eóg. Su ¡Ahl Es el que hablaba. (Anota otra
letra recuerda un poco oua canción escrita para estaba, tieso como un palo, con el tra- vez:) "Con el tiempo he llegado a otras
el actu sesundo de La noche de San 'Juan. (1) Putifar. cuya mujer tentó a José cuan- sero plantado sobre el capitel de las co- conclusiones,"
(2) I'lgura orlllnarla de la mitología grie!ja. do éste enlró a su servicio, fué conesana del
Rey de Btlopla que ayudó a lo. troyanos y fué faraón y ocupó varios carsos adminisuativos. ha-
mUerto por Aqulles. Los sriesos creían que las bléndose1a sepultado a orlIlas' del mar Rojo. (1) .Población situada a la orilla izquierda del (1) "¡ Eb, Esfinge! '¿quién eres?" En ale-
dos eslatuas colosales de Amenhotep III pcóxí- (2) Alude al famoso dcafiladero de tas Ter- Nilo, en el none de Egipto. muy cerca de El mán en el original.
mil a Tebu (BSlpto) representaban a Memnón. m6pi1as, al none del monte Pamaso, que el Cairo, en cuyos alrededores se encuentran tas (2) De begri'l. concepción. Según el conde
D. una de ell.. se asc¡¡uraba que cada mañana rey Leónídas de Esparta defendió hasta ta muer- tres famosas Pirámides y la no menos famosa Prozov, debería traducirse este nombre por" el
rolerfa un srlto para saludar a su madre Eos, te contra tas hueste. de Jerjes, rey de los Esfinge. de concepcionario.
r.I Aurora.
persas.
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BEGRIFFENFEI.DT.(H acie/ldo multitud de VIGILA:-ITE1.0 PEER GVNT.
gestos de intranquilidad.)
de,conocido, lo venidero, aquello cuya
llegada me había sido anunciada... Ha salido esta mañana, antes de ama- Pero, ipor Dios! señor director, se-
i Perdón, señor! Una lebensfrage (l). neccr. ñor doctor...
¿Qué es lo que )e trae aquí hoy en PEER GYNT.
particular? VIGILA:-ITE 4.° BEGRIFFENFELDT.
¿De veras? ¿Y ahora está usted aquí
para buscar...? Creo que le ha ocurrido algo desagra- i Ni lo uno ni lo otro! Lo era an-
PEER GYNT.
dable, porque esta noche... tes... Señor Peer Gynt, ¿será usted
Hago una visita. Saludo a un amigo BEGRIFFENFEI.DT. discreto? Necesito expansionarme.
de mi juventud.
i Peer Gynt! ¡Profundo! i EnIgmáti- VIGILANTE 1.0
co! "Was"! (1). Cada palabra encierra una PEER GYNT. (Con inquietud creciente.)
BEGRIFFENFELDT. i Chist! ¡Silencio! iEstá ahí, a la ¿Qué ocurre?
enseñanza ilimitada... ¿Qué es usted? puerta!
¡Cómo! ¿La Esfinge?
(Entra BEGRIFFENFELDT/levan- BEGRIFFENFELDT.
PEER GYNT. (Asintiendo con la cabeza.)
PEERGYNT.(Con modestia.) do a PEER GYNT. Cierra el portón Prométame no temblar.
La conocí en otros tiempos. Siempre he intentado ser yo mismo. y se guarda la /lave en el bol-
Por lo demás, aquí tiene usted mi pasa- sillo.) PEER GYNT.
BEGRIFFENFELDT.
porte.
Lo procuraré...
iFantástíco I ... iY después de una BEGRIFFENFELDT. PEER GYXT. (Para sus adentros.)
noche como la pasada! Mis sienes la- iOtra vez! iSiempre la paJabra enig- En verdad, es un hombre inteligente BEGRIFFENFELDT.(Le lleva a un rincón
ten y están a punto de estallar! ¿Con- mática en eJ fondo! (Cogiéndole por la con exceso; casi todo lo que dice so- y dice en voz baia:)
que la conoce? ¡Hablel IResponda! muñeca.)¡Ál' Cairo! ¡Ha sido hallado brepasa el entendimiento de uno. (Mi- La razón absoluta expiró anoche a
¿Puede usted decirme )0 que es? el Emperador de )os Intérpretes! rando en torno suyo.) ¿Y éste es el club las once.
PEER GYNT. de los sabios?
PEER GYNT. PEER GYNT.
¿Qu~ e1? Sí, fácilmente:
misma. es ella ¿Emperador? BEGRIFFENFELDT. i Dios me valga!. ..
Aquí encontrará usted, en un solo blo-
BEGRIFFENFELDT. BEGRIFFENFELDT.
BEGRIFFENFBLDT. (Dando un brinco.) que, el círculo de los setenta (1) intér-
¡Venga! Sí, es francamente lamentable. Y en
IAh I iEl enigma vital se ha ilumi- pretes, que recientemente ha sido au-
mentado con ciento sesenta más... (Lla- mi situación, doblemente desagradable,
nado ante mi vista como un relámpa- PEER GYNT. I porque esta institución pasaba hasta. el
go ! f,Es /lila mIsma, con toda ~eguri- ¿Soy, efectivamente, conocido...? mando a los vigilantes.) ¡Mikkel! i Schi-
j1 dad? liyelberg ! i Schaffmann ! ¡Fuchs ! ¡Ho- momento por un manicomio.
.1
BEGRIFFENFELDT. (Arrastrándose.)
la, a las jaulas ahora mismo!
PUBR GYNT. PEER GYNT.
¡El Emperador de los Intérpretes... ¿Un manicomio?
Sí: eso dice, aJ menos. sobre la base del yo! Los VIGILANTES.
¿ Nosotros?
BUORIFFBNFBLDT. BEGRIFFENFELDT.
¡Ella misma! iLa hora de la evolu- CUADRO DECIMOTERCERO ¡Ya, no! ¿Comprende usted?
BEGRIFFENFELDT.
,- ción está cerca! (Quitándose el sombre- ¿Quién, si no? ¡Hala, adentro! Ya
ro.) ¿Su nOl11bre,señor? En El Cairo. Patio grande, rodeado de edificios PEER GYNT. (Palideciendo, en wz baia.)
y altas mural/as. Ventonas enreiadas. Jaulas que el mundo da vueltas, demos vuel- Por fin me hago cargo de) caso. i Es-
de hiena. . tas con él. (Los obliga a entrar en una te hombre está loco... y nadie lo sabe!
PEBR GYNT.
Hay tres vigilantes. Ucga el VIGILANTB4.'
jaula.) Esta mañana acaba de negar el (Inicia la retirada.)
Me bautizaron Peer Gynt. gran Peer. Podéis reuniros con el resto...
BnORIPFBNFBLDT. VIGILANTE 4.° No digo más. (Cierra la jaula y arroja BEGRIFFENFELDT.(Siguiéndole.)
Dígame, Schaffmann, ¿dónde está el la llave a un PQZQ.) Por lo demás, supongo que habrá
IPeer Gyntl ISimbólicoI Era de es- director?
comprendido usted que, cuando digo que
-
peror... ¿Peer Gynt? Quiere decir Jo
(1) Prellunta vital. Bn alem4n en el orl¡lnal.
(1)
mán.
Como. si se dijera: ni Eso es!" En ale-
(1) Se refiere a los setenta traductores de
la Biblia, que en Noruega se llamaban intér- ha muerto, se trata de una exageración.
pretes. Ha salido de sí misma, ha salido de su
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1

propio pellejo, igual que el zorro de mi PEER GVNT. llora las penas ajenas, nadie concibe las tro siglos (1) cayó sobre el simio, y ya
cómpatriota Münchausen... (1). Pero, hombre... ideas de otros. Somos nosotros mismos se sabe que noches tan largas detienen
(Los locos van saliendo al pa- en el pensamiento y en la conducta, el desarrollo de los pueblos. La- primiti-
PEER GYNT. lio, uno Iras olro.) nosotros mismos hasta no poder más.:. va voz de la selva enmudeció; no se ha
Perdóneme; un momento... Por tanto, si debe ocupar el trono un vuelto a oír ni un gruñido... Si quere-
BEGRIFJo'ENFELDT. emperador, evidentemente es usted el mos expresar nuestros pensamientos, nos
BEGRIFFENFELDT. (Releniéndole.) i Buenos días! Saludad la aurora de hombre indicado... vemo; obligados a recurrir a la palabra.
No, no ha sido como el zorro... fué la liberación. i Vuestro emperador ha lle- iQué opresión para todas Jas especies!
como una anguila. Un clavo en el ojo..., gado! PEER GYNT. Portugueses y holandeses, Ja raza mes-
pataleó sobre el muro... i Ah! i Ojalá el diablo...! tiza y malabar, todos han caído en el
PEER GVNT.
mismo achaque:.. Yo he intentado lu-
PEER GYNT. ¿Emperador? BEGRIFFENFELDT. char por nuestro efectivo idioma de la
¿Por dónde escaparé?
BEGRIFFENFELDT.
iVamos! ¡Animo! Al principio todo selva; he intentado animar el cadáver...,
suele resultar demasiado nuevo. iEl yo! ha reivindicado el derecho del pueblo al
BEGRIFFENFELDT. ¡Naturalmente! Venga, aqui tiene usted un ejemplo: grito (2). Yo mismo grité, demostrando
Un corte en el cuello y ihala, fuera PEER GYNT. escojo el primero, sin hacer distingos... la necesidad de su empleo en los can-
(A un hombre de aspeclo sombrío.) tos populares... y aun así, mis esfuer-
del pellejo! El honor es tan grande, tan excesivo... II iBuenos días, Huhu I ¿Qué hay, hijo zos no han tenido recompensa... Supon-
PEER GYNT. mío? ¿Seguimos aún bajo el peso de la go que ahora comprenderás mi dolor.
j Loco, loco de remate!
BEGRIFFENFELDT. I aflicción? Gracias por haberme escuchado. i Si co-
i Nada de falsa modestia en un ins- I noces algún remedio, dímelo! .
tante como éste!
'BEGRIFFENFELDl'. I! HUHU.
La cosa está clara; no puede ocul- PEER GYNT. i ¿Cómo ha de ser si no, ya que el pue- PEER GYNT. (En voz baja.)
tarse.,. Esta impugnación del yo origi- Pero concédame un respiro, al me- blo muere siempre incomprendido, gene- Afirman que "hay que aullar con los
nará una evoluci6n en la tierra y en el
I ración tras generación? (A PEER GYNT.) lobos con que se topa uno" (3). (Elevan-
nos... No, yo no sirvo; estoy totalmen-
mar. Aquellos que antes eran considera- te embrutecido. Tú eres forastero. ¿Quieres escuchar?... do la voz.) Querido amigo: si mal no
dos como locos, se hallan, a partir de recuerdo, existen en Marruecos unos ár-
las once de anoche, en estado normal, BEGRIFFENFELDT. PEER GYNT. (Inclinándose.) boles donde vive toda una manada de
.' según la nueva fase del intelecto. Y si ¿El que ha comprendido! el pensa-
I
Por supuesto. ¿Cómo no? orangutanes sin intérpretes ni canciones;
examinamos Ja cuestión debidamente, es miento de la Esfinge?.. 3U idioma recuerda al malabar... Haría
evidente que, desde esta misma hora, I
HUHU. usted un gran bien y realizaría una ac-
los cuerdos han empezado a delirar. PEER GYNT. Presta oídos, pues En el Oriente ción ejemplar si, como otros hombres
Sí, ahí está precisamente el obstáculo. lejano, cual corona ciñendo una frente, dignos, emigrase allá para favorecer a
PEER GYNT. Yo soy yo en todo y por encima de se extienden las playas malabares. Allá sus compatriotas...
A propósito de horas, mi tiempo es todo; pero, según entiendo, aquí se tra- están portugueses y holandeses impo-
escaso.. . ta de prescindir de uno mismo... niendo su cUltura; asimismo habitan HUHU.
aquel Jugar multitUd de auténticos ma-
BEGRIJo"FENFELDT. BEGRIFFENFELDT. labares. .. Estas gentes han confundido Gracias por haberme escuchado. Se-
¿Prescindir? No; en eso se equiyoca los idiomas y son ahora los dueños del guiré tu consejo. (Con gesto magnífico.)
¿Su tiempo? iAh! . Acaba usted de i El Oriente rechazó a su poeta! j Pero
aguijonear mi pensamiento. (Abre una usted de medio a medio. Aquí se trata país. Pero en otros tiempos remotos do- el Occidente cuenta con orangutanes!
puerla y grira:) ¡Salid! iLa nueva era de ser uno mismo, uno mismo hasta el minaba el orangután; él era dueño y
límite, uno mismo y nada más... Sien- señor de la selva... Podía pegar y enfu- (Vase.)
se anuncia! iMurió la razón! ¡Viva
Peer Gynt! do uno mismo, se marcha viento en recerse a su antojo, como le hizo la na-
popa; cada uno se encierra en el tonel turaleza, maltratando y vociferando. Po- (1) Se refiere a la unión de Noruq¡a con
del yo, se sumerge del todo en la fer- día desgañitarse a su gusto; para eso era Dinamarca.
(1) Alude al capítulo de la famosa obra ale- (2) Alusión satirica a los reformadores de
mana Aventuras del barón de Münchausen en mentación del yo... Con el tapón del yo el rey del país... Pero ¡ay! llegó el la lengua Noruega por aquel tiempo.
que se refiere cómo Münchausen hizo salir a un se cierra herméticamente y se templa yugo extranjero y dió al traste con el (3) Proverbio escandinavo muy frecuente. cu-
zorro de su piel a fuerza de latigazos. la madera en los pozos del yo. Nadie lenguaje de la selva. Una noche de cua- yo sentido salta a la vista.
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BEGRIFFENFELDT. EL FELLAH. PEER GYNT. (Mesándose los cabellos.)
dice el doctor, a "recht~ und link (1)
¡Bien! ¿Verdad que era en absoluto contra el turco. Por e\lo Egipto entero' le i Eso haré! i Mi vida por una cuer- Bueno. ¡Vengan! ¡Mejor que mejor!
él mismo? ¡Ya)o creo que sí! Está sa- adoró como dios, entronizándole en los da ! ¡AJa horca sin perder momento!
turado de su propio yo sin mezcla. Es templos bajo la figura de un buey... Pe- Al principio habrá alguna diferencia; HUSSEIN.
él mismo en todo )0 que hace; él mis- ro el rey Apis soy yo; lo veo claro como pero el tiempo jo iguala todo. (Se aleja, ¿Quiere usted dispensarme el honor
mo justamente por el hecho de eSlar fue- la luz del so\... Y si tú no lo entiendes. disponiéndose a ahCJ1'CQTse.) de mojarme? (Hacienda una profundlJ
ra de sí... iVenga! Ahora Je emeñaré pronto te )0 explicarás. El rey Apis es- reverencia.) Soy una pluma.
otro que desde anoche no está menos de taba en cierta ocasión emregado a la ca- BEGRIFFENFELDT.
acuerdo con la razón que el anterior. za, y apeándose del caballo, ~e retiró a i Este sí que era una personalidad, PEER GYNT. (Haciendc una reverencia
(A un fe\lah (1) que lleva una momia a un rincón apartado de los terrenos de mi señor Peer Gynt! i Un hombre de si.- aún más profunda.)
cuestas.) Rey Apis (2) ¿Cómo está vues- bisabuelo. Y el terreno que el rey ester- tema...! Y yo un antiguo pergamino imperial,
tra majeslad? coló me ha alimentado a mí con su tri- orlado.
go... Si necesitas otra prueba, sabe que PEER GYNT.
HUSSEIN.
EL FELLAH. (Con ira, a PEER GYNT.) tengo cuerno. invisibles. ~No es, pues, Sí, sí; ya lo veo... Pero ise ahorca,
en efecto! ¡Dios me ampare! Me pon- Mi historia, señor, es bien sencilla:
¿Soy yo el rey Apis? una desgracia que nadie quiera reconocer
mi poder? Soy, en este país, Apis por go malo..., vaya perder el conocimien- me toman por una salvadera, y soy una
to... pluma.
PEER GYNT. (Guareciéndose detrás del nacimiento; pero el pueblo m~ tiene por
doctor.) un "fe\lah". Si puedes decirme 10 que PEa GYNT.
puedo hacer, aconséjame sin rodeos; el BEGRIFFENFELDT.
Por desgracia, debo confesar que no Y la n :1, señor pluma, es bien bre-
caso es que me asemeje al rey Apis el El estado de transición dura poco. . ve: soy una hoja de papel que siem-
estoy muy al corriente de la cuestión; Grande.
pero a juzgar por el tono... PEER G~T. pre ha de permanecer en. blanco.
PEER GYNT. ~De transición para qué? Perdóne- HUSSEIN.
EL FELLAH. Vuestra alteza tendrá que construir me; he de irme... Las gentes no saben para qué sirvo.
También mientes tú. pirámides, esculpir una Esñnge aún ma-
BEGIUFFENFELDT.(Reteniénqole.) Todos se empeñan en emplearme para
yor y guerrear, como dice el doctor, a esparcir arenilla.
BEGRIFFENFliLDT. "re::hts und links" contra el turco. ~Está usted loco?
Vuenra alteza debe exponer el asun- PEER GYNT.
to... EL FELLAH. PEER GYNT.
5... Yo fuí un libro, con adornos de pla-
i Pues sí que e3 buena 'ocurrencia! Todavía no... ¿Loco? ¡Eso faltaba!
¡Yo, un "fe\lah", un piojo hambriento! (Tumulto. El ministro Hus- ta, en manos de una mujer. La errata de
EL FELLAH. imprenta es la misma, séase cuerdo o
Bastante tengo con preocuparme de qu~ SEIN (1) se abre pasa entre la loco. .
¡Muy bien! (Volviéndose hacia PEER muchedumbre.)
GYNT.) ¿Ves al que llevo sobre mis hom- mi cabaña esté libre de ratas y ratones.
bros? Pues se llamaba el rey Apis; al ¡Vamos, hombre! Discurre algo mejor. HUSSEIN. HUSSEIN. .
algo que me magnifique y me dé con- Imagínese qué existencia tan desola-
presente p~sa bajo el nombre de momia, i Me han anunciado que acaba de \le-
fianza, algo que me torne de todo punto
y además, está muerto en absoluto. Fué
igual al rey Apis que \levo a cuestas gar un emperador! (A PEER GYNT.) ¿Es da... i Ser pluma y no haber probado
él quien edificó todas las Pirámides, es- usted? jamás la punta del cuchillo!
culpió la gran Esfinge y guerreó, como PEER GYNT. PEER GYNT. (Dondo un gran salto.)
PEER GYNT. (Desesperado.)
¿Y si vuestra alteza se ahorcara y Si. ¡Eso ya es un hecho! Imagínese usted... i Ser un reno ma-
(1) Campesino egipcio en contraposición con luego, en el seno de la tierra y dentro cho que se lanza hacia abajo de cabeza...
el copto, que es el habitante de las ciudadel. HUSSEIN.
Los fellahs son los descendientes de los antl. de los limites naturales del ataúd, se y no tocar jamás la tierra con las pe-
guos egipcios, cruzados con árabes, y constItu- mantuviera bien muerto? Entonces, aquí hay varias notas que zuñas!
yen los dos tercios de la población mahometana. firmar.
Se ha interpretado generalmente este peuonaie
como representación de Suecia, oraullola de IU (1) En alemán, "a derecha e izquierda". HUSSEIN.
pasado. Como va se ha advertido al lector. to:las las (1) Aquí la alusión apunta directamente al ¡Un cuchilloI ¡Estoy embotadol
(2) El buey. Apis era el animal laRndo de expresiónes, tanto alemanas como inglesas. fran- conde Mandcrstrom, ministro sueco de Asun..
los antiguos egipcios. encarnación del dios ~c~s, italianas y latinas, están así en el ori- tos Extranjeros en 1864. a quien Ibsen habia iCortadme, raspadme! iEl mundo se
Ptah. slnal. . ahorcado. en efigie. hundirá si no me sacan punta I
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PEER GVNT. criptum", no lo olvide: "Vivió y murió
iHa sido una desdicha para el mundo 'como una pluma ayudada" (1). PEER GVNT. PEER GVNT.
que Di03 Nuestro Señor, como cosa crea- La brisa es fuene. i Ah! sí.
da por El mismo, le haya encontrado PEER GVNT. (Mareándose.)
tan bien hecho! ¿Qué va a ser de mi? ¿Qué soy? ¡Ay,
EL CAPITÁN. EL CAPITÁN.
gran...! iNo me sueltes! Seré todo lo Esta noche tendremos tempestad. Parece que conoce usted esto.
BEGRIPPENFBLDT. que quieras..., turco, pecador, duende PEER GYNT.
¡He aquí un cuchilloI de las montañas..., pero ayúdame... ¡Al- PEER GVNT.
go se ha roto! (Grita.) No puedo recor- ¿Se ve Ronden (1) desde el mar?
Cuando dejé el país, pasé por aquí.
HUSSEIN. (Tomdndol¡).) dar tu nombre ahora... ¡Ayúdame, tu- EL CAPITÁN. i Y bien dicen que la úlúma impresión
iAh! jCómo voy a absorber la tinta! tor de todos los locos! (2) (Se desmaya.)
jQué placer cortar8e! (Se degüella.) No, no... está detrás de Folgefonno. es la que más grabada queda! (Escupe
y mira fijamente la costa.) Allá dentro,
BEGRIFFENFELDT. (Con una corona de pa- PEER GYNT. . donde se ven azulear el desfiladero y el
BEGRIFFBNFELDT. (Apartándose.) ja, da un brinco y se sienta a horca- ¿Y Blahoe? (2). precipicio, donde negrea la garganta
No salpique. jadas sobre PEERGVNT.) montañosa, estrecha como un foso, y allá
iMirad cómo se encumbra en el lodo! EL CAPITÁN. abajo a lo Jargo del "fjord" abierto... es
PBBR GVNT (Con angusria creciente.) Está fuera de sí... iHa llegado el mo- No; pero .desde la punta del aparejo donde viven las gentes. (Mira al CAPI-
i Cójale ! mento de su coronación! (Le pone la puede uno ver Galdhopiggen (3) en tiem- TÁN.) Las casas se construyen separadas
corona y exclama:) ¡Viva! ¡Viva el em- po claro. en este país...
HUSSBIN. perador .del Yo!
PEER GYNT. EL CAPITÁN.
. ¡Cójanme! iUsted lo ha dicho! iCo- . ¿Hacia dónde cae Harteigen? (4). Sí; están lejos unas .de Otras.
ja, coja la pluma I iEl papel está en la SCHAFMANN. (Desde la jaula.)
mesa I (Cae.) Me he gastado. El "posts- "Es lebe hoch der grosse Peer"! (3).
EL CAPITÁN.(Señalando.) PEER GVNT.
Allá, poco más o menos... ¿Llegaremos antes de amanecer?
y situada hacia el centro de la comarca de Ha- EL CAPITÁN.
ACTO QUINTO lling, relativamente cerca de la parte meridional
de la coSta oeste de Noruega, a la ahura de Para esa hora, si la noche no se pone
Bugen.-Joklen: ventisquero en forma de cúpula muy mala...
CUADRO PRIMERO manto de hielo... Folgefonno aparece tan redonda ro:leado de otros cinco o seis des-
elegante como una virgen vestida de li- «endentes, situaao en la comarca de Hadeland.
«erca del fjord de Hadanger. más al sur de PEER GYNT.
A bordo de un barco en el del Norre, no ... jNo seáis locuelos, vejetes! Que- Bergen, en la misma costa de Noruega. El pico
daos donde estáis; no sois más que picos más elevado tiene una altura de 1.862 metros Se encapota el cielo por el Oeste.
onre los cosras noruegas. PueSI<! de sol. Tiem-
po bOTTascoso. de piedra gris (4). sobre el nivel del mar. 1ok!en SIgnifica precisa-
mente uventisqueron.-FoIgefonno: ventisquero EL CAPITÁN.
de gran extensión .ituado entre el fiord de En efecto.
PEEa GYNT. anciano robusto,. con cabello y EL CAPITÁN. (Gritando a la tripulación.) Hardanger ~. el de Soer, más al sur de los ante-
barba blancos, está sobre el alcázar de popa. riore.. Tiene una altura de 1.653 metros sobre
Viste casi como un marino, con chaquetón )' IDos hombres al timón! iSacad las el nivel del mar. Folgefonno sigoüica "capa de PEER GVNT.
botas altas, un traje muy deteriorado. Tiene linternas! nieve". Según La Chesnais, desde el barco no
el rostro curtido, de una expresión endurecida. podian verse todos los sitios indicados. A propósito: recuérdeme después,
Cerca del timón, el capitán. La tripulación. Q (1) Como ya se indica en el acto segundo, cuando ajustemos cuentas, que me pro-
(1) Se trata, en realidad, de una expresión es el pico más alto del macizo Rondane. situa-
proa. intraducible; pero en este caso quiere decir do en Gudsbrandal. tierra nativa de Peer. pongo, como se dice, dispensar ciertos
claramente que siempre fué dirigido por otro. (2) Montaña sitUada al sur de Gudsbrandal. beneficios a la tripulación...
PBERGYNT.(Acodado sobre la barandi- .(2) . Logeman recuerda a dte respecto un en el interior de la parte central de Noruega.
Tiene 1.680 metros sobre el nivel del mar. Bla-
lla, contempla la costa.) proverbio que dice gue Dios es el tutor de todo. EL CAPITÁN.
los locos. . hoe significa haltura azul".
Ahí está Hallingskarben en traje in- (3) u i Viva, arriba el gran Peer!". En ale- (3) El pico más elevado de Noruega, .i- Gracias.
vernal; el viejo se engríe al re3plandor mán. tuado en Opland, al oeste de Gudsbrandal y al
(4) Hallin~skaben: elevada montaña que se noroeste de Jas alturas anteriores. PEER GYNT.
del sol ponie¡ue. Joklen, su hermano, extiende en dirección noroeste-sudoeste al norte (4) Parcelas de terreno labrantío establecidas
está detrás; aún lleva puesto su verde del valle Usta, integrada por varios ventisquero. en forma de minifundios y relativamente pró- No será gran cosa. He encontrado oro
ximas a la costa oeste de Noruega. y perdí lo que hallé; el "fatum" y yo es-
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tamos reñidos. Usted sabe lo que he PEER GVNT. EL CAPITÁN. PEER GYNT.
traído a bordo; el resto, lo demás, se ¿Y si llegan por la noche...?
fué al diablo. Lo que debo dacJe es un recibo y ¡ Baren la lancha!
EL CAPITÁ!-:.
no una paliza. Perdóneme: ahora vamos
EL CAPITÁN. a tener tempestad en vez de viento. (Se EL CAPITÁN.
Pues supongo que la mujer les traerá dirige a proa.)
Es más que suficiente para que pueda algo bueno de cena, por una vez... Zozobraría antes de poder hacerse na-
U3ted crearse una posición entre los su. (Ha oscurecido; se encienden las da. (Vase a proa.)
yos. PEER GVNT. luces de los camarotes. Aumenta
PEER GVNT. ¿y pondrá una vela en la mesa? la marejada. Niebla y nubes es- PEER GYNT.
pesas.) iQuién piensa en eso! (A varios
No tengo familia. Nadie espera al rico EL CAPITÁN.
vagabundo. ¡Mejor I Así, al menos, me miembros de la tripulación.) i Salvadlos,
O dos quizá, y una copita de aguar- PEER GYNT. si sois hombres! ¿Qué diablos puede
libro de ovaciones en el muelle.
diente acompañando )a comida. i Tener un montón de niños revolto- importaras que se os moje el pellejo?
EL CAPITÁN. sos en casa! i Ser la alegría de todos
Ya tenemos encima la tempestad. PEER GVNT. ellos! j Sentirse seguido ¡'ror sus pensa- EL CONTRAMAESTRE.
¿Y Juego se sentarán cómodamente, mientos en el camino...! Nadie piensa Con un mar así, es imposible.
PEER GYNT. y echarán leña al fuego, y se alborotará, en mí jamá3. i Una vela en la mesa! PEER GVNT.
Lo dicho: no olvide que, si algún alegre, la casa, y nadie escuchará a otro iAh! hay que apagada. Tengo que idear
i Han gritado otra vez! jEl viento
miembro de la tripulación se encuentra hasta el final, de tan grande como será algo... Los emborracharé; ninguno de
verdaderamente necesitado, no escatima- su felicidad?... esos pobres diablos debe llegar sereno arrecia! ¿Te atreves tú, cocinero ? Yo
ré el dinero. a tierra. Regresarán embriagados junto pago...
EL CAPITÁN. a la mujer y los hijos. Blasfemarán. Da- EL COCINERO.
EL CAPITÁN.
Acaso. Por eso mismo me ha pare- rán puñetazos sonor03 sobre la mesa.
Es un hermoso ge3to por su parte. La cido hermosa su promesa de antes..., su Llenarán de terror y angustia a quienes libras No, ni aunque me diera usted veinte
mayoría vive en la estrechez.,. Todos promesa de ayudarlas un poco... esterlinas,..
los esperaban. Las mujeres gritarán y
tienen mujer e hijos .o:ncasa, y no les huirán de la casa, arrastrando a los hijos PEER GVNT.
alcanza la paga. Pero si ahora pudiesen PEER GYNT. (Dando un puñetazo sobre consigo. i Su gozo en un pozo! (El bar-
regresar a su hogar con unas cuantas la barandilla.) co da fuertes bandazos. PEER GYNT se i Ah! ¡'Perros, cobardes, miserables!
moneda. de añadidura, sería para ellos ¡Nada de e301 ¿Cree uSfed que estoy tambalea y a duras ptrnas conserva la po- ¿Olvidáis que son hombres con mujer-
un acontecimiento que tardarían mucho loco? ¿Piensa que voy a arruinarme pa- sición vertical.) ¡Vaya, menuda sacudi- e hijos que en este momento están espe-
tiempo en olvidar. rándolos en casa?
ra favorecer a los niños ajenos? i Bas- da! El mar trabaja como si le pagaran
PEER GYNT. tante he tenido que luchar para ganar por ello. Aquí junto a las costas nórdi- EL CONTRA~..iAEsTRE.
mi dinero! j Nadie espera al viejo Peer cas, sigue siendo el mismo de siempre,
¡Cómo! ¿Tienen mujer e hijos? ¿Son Gynt! el mar revuelto, tornadizo y áspero. (Es- La paciencia es sana.
casados?
cucha.) ¿Qué grito es ése? EL CAPITÁN.
EL CAPITÁN. EL CAPITÁN.
Bien, bien; como quiera. Su dinero Capee el temporal.
¿Casados? Sí, todos. Pero el que se es de usted. EL VIGíA. (Desde proa.)
encuentra en peor situación es el coci- i Restos de un naufragio a sDtavento! EL PILOTO.
nero ; en su casa reina el hambre más PEER GVNT. La baha de los náufragos ha volcado.
espant03a. Ciertamente. Mío y de ningún otro.
PEER GYNT. EL CAPITÁN. (Dando órdenes desde el PEER GYNT.. '
En cuanto haya echado usted el ancla, puente.)
. ' . .
¿Conque casados? Tienen, pues, al- liquidaremos mi pasaje desde Panamá. ,
IT lmon a e st n b or.
." '
1Flrme. I
Y este SI1enclO. d e repente...
.
guien que los espera en casa: personas Luego habrá aguardiente para la tripu- EL CONTRAMAESTRE.
que s:: alegran de su vuelta, ¿no es así? lación, y nada más. Y si 10 ofrezco, ca- EL PILOTO. Si, como usted cree, estaban casados,
pitán, puede usted darme una paliza (1). ¿Se ve algún náufrago? el mundo acaba de recibir tres viudas
EL CAPITÁN.
flamantes.
Sí, claro..., a la manera de 103 po- (1) S'apa munden, expresión intraduciblc EL VIGíA. (La tempestad arrecia. PEER
bres... q'!e alude
miente al golpe
o se que se da en la boca a quien
propasa. Distingo tres... GVNT pasa a popa.)
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PEER GYNT. PEER GVNT. (Metiéndose la mano en el
PEER GVNT. diendo e implorando... A esto no me ~Bendición? bolsillo.)
Las gentes ya no tienen fe..., ya no opongo. Pero nadie tendrá ni un cénti- ¡Ah, ya! Dinero...
se practica el cristianismo tal y como mo de lo que me pertenece. Si yo hube EL PASAJERO.
está escrito y predicado. El bien que de sollozar bajo el látigo del Destino, i Olas tan altas como casas! iAh! se EL PASAJERO.
hacen es poco, y aún son más escasas no me será difícil encontrar aún a quie. me hace la boca agua. iFigúrese usted No es eso. Pero si tuviera usted la
sus oraciones; han perdido el respeto nes zotar por mi propia mano... cuántos despojos habrá esta noche! amabilidad de cederme su honorable ca-
a las potencias superiores. En una tem- i Imagínese la de cadáveres que serán dáver...
pestad como Ja de esta noche se da de: UN PASAJERO DESCONOCIDO (1). (Junto arrojados a tierra!
lado a Nuestro Señor. Los muy brut03 a PEER GYNT, en la oscuridad, saluda
PEER GYNT.
PEER GVNT.
deberían andar con cuidado y recordar amablemente.) i Esto ya es el colmo!
una verdad incuestionable: que es peli- ¡ Buenas noches! ¡Ya lo creo!
groso jugar con elefantes. iY sin em-
PEER GYNT.
bargo, le provocan abiertamente ! Yo, en
cambio, no tengo nada que reprochar- ¡Buenas noches! ,Eh? ¿Quién es
me; puedo probar que en el momento usted?
oportuno estaba presente, dispuesto a dar PEER GYNT.
EL PASAJERO. PEER GYNT.
mi dinero. ¿Y cómo se me recompen- ¡ Márchese de aquí!
sa?.. Desde luego, según dice, "una Su compañero de viaje, para servirle. iEsto pasa de la raya1...
conciencia tranquila es una buena almo- PEER GYNT. EL PASAJERO. EL PASAJERO.
hada'" (1). Al fin y al cabo, eso puede ¡Ah! Pues yo crda ser el único pa- Los cadáveres ríen; pero su risa es Pero, amigo DÚO, reflexione... Se tra-
pasar en tierra firme; pero aquí a bor- sajero. forzada, y' en general, suelen morderse ta de un beneficio para usted. Yo le
do, donde un hombre decente se encuen- la lengua. haré abrir y le expondré a la luz del
tra entre la canalla, no sirve de nada. A EL PASAJERO. dia. Lo que busco principalmente es el
bordo nunca se puede ser uno mismo; Presunción equivocada que ya se ha PEER GYNT. lugar donde se asientan las fantasías, y
hay que seguir a los demás desde la cu- desvanecido.. . iBueno, bueno! No me moleste... poder examinar el resto detenidamente...
bierta a la quil1a. Si ha llegado la hora
de vengarse, el cocinero y el contramaes- PEER GYNT. PEER GYNT.
EL PASAJERO.
tre, de segUro, me arrastrarán al abis- Pero es extraño que 110le haya visto ¡Nada más que una pregunta! Si, i Afuera de aquí!
mo. iNo se andan con miramientos ni hasta ahora, hasta esta noche... por ejemplo, naufragáramos y nos hun-
consideraciones! En el momenUl de la diésem03 en medio de la noche... EL PASAJERO.
matanza no vale uno más que una sal- EL PASAJERO. Pero, amigo mío, un cuerpo ahogado...
chicha. Mi equivocación ha sido ponar- No salgo de día. PEER GYNT.
me con excesiva benevolencia, y en pre- ¿Cree usted que hay peligro? PEER GYNT.
mio no recibo. más que ingratitud. De PEER GYNT.
¡No bla3feme, hombre! Está usted
ser yo más joven, sería muy otra su acti- ¿Está usted enfermo quizá? Se ha EL PASAJERO. provocando a la iempestad. ¡Es inaudi-
tUd, probablemente, cuando quisiera lle- puesto blanco como una sábana. to! Tenemos un fuerte viento y lluvia,
Reldmente, no sé qué responder...
var la voz cantante... iTodavía estoy a En fin, supongamos que yo floto y usted una marejada imponente y toda clase de
tiempo! Por todo el pals ha de correr la EL PASAJERO. se hunde. síntomas que amenazan aconamos Ja vi-
noticia del regreso de Peer Gynt. He de No; me encuentro muy bien. da... ¡Y usted se comporta como si qui-
recobrar la casa paterna, por las buenas PEER GYNT.
PEER GYNT. siera precipitar el acontecimiento!
o por las malas, y quiero reformarla, iQué tempestad tan tremenda! i Qué disparate!
darle el esplendor de un palacio: Pero EL PASAJERO.
no permitiré la entrada a nadie; debe. EL PASAJERO. EL PASAJERO. Pare:ce que no está usted dispue3to a
rán permanecer ante la puerta dando ¡Una verdadera bendición, hombrel No es más que una eventualidad... prolongar las negociaciones. :. Pero i se
vueltas a la gorra entre las manos, pi- Pero cuando se tiene un pie en la se- cambia tanto con el tiempo!... (Saluda
(1) Bxtrafto personaje, acerca del cual no pultura, uno se ablanda y se dedica a re- afablemente.) Volveremos, a vemos cuan-
(1) Ya se ha recalcado esta expresión no. estlin de acuerdo los comentaristas, que parece partir generosamente donativos. do se hunda usted. Si no antes... ¡En-
ruega. muy usual, cuyo scntido resulta llícil anunciar la muerte, o quizá personifique la voz
de comprender. de la conciencia.
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PEER GVNT. PEER GYNT.
tonces quizá se halle de mejor humor! EL CONTRAMAESTRE. (Desde proa.)
(Entra en el camarote.) i Bajío a proa! ¡No, tú! Puedes saltarte eso, cocinero; ya ten-
PEER GYNT. drás 10 que necesites.
EL CAPITÁN. EL COCINERO.
i Qué tipos más siniestros son estos i Se hará astillas! ¡Ya, ya!... EL COCINERO.
hombres de ciencia! i Este ateo...! (Al (El barco choca. Alboroto y (Luchan. EL COCINEROse dis- "...dánosle hoy..."
CONTRAMAESTRE, que pasa por sIr lado.) confusión.) loca uria mano y se agarra con la
i Un momento, amigo! ¿De qué mani- otra.) PEER GYNT.
comio ha salido ese pasajero? ¡ Siempre la misma canción! ¡Cómo
CUADRO SEGUNDO PEER GVNT. se nota que has sido cocinero!... (Le
EL CoNTRAMAESTRE. ¡ Quita esa mano!' suelta.)
Yo no sé que haya más pasajeros que Arrecifes >' rompientes cerca de la COSta,
usted. EL COCINERO. EL COCINERO.(Sumergiéndose.)
El barco se hunde. Entre la niebla se dis-
tingue el bote salvavidas con dos hombres a ¡Ay! ¡Por amor de Dios, piedad! "...dánosle hoy..." (Se hunde.)
PEER GYNT. bordo; lo anega una ola. El bote vuelca. Se iPiense en mis hijos!
¡Cómo! ¿No hay otro? j Esto va de oye un grito; luego todo queda en silencio du- PEER GYNT.
mal en peor! (Al AYUDANTEDEL PILO- rante un rato. Surge la quilla del bote, y cerca PEER GYNT. ¡Amén, hombre! Has sido tú mismo
de eUa, la cabeza de PEER GYNT.
TO, que sale del camarote.) ¿Quién ha Yo tengo más necesidad de la vida hasta el final... (Monta sobre la quilla.)
entrado en el cam¡uote? PEER GYNT. que tú: todavía estoy sin hijos... Mientras hay vida, hay esperanza.
¡SOCorro! iUna lancha costera! j So- EL PASAJERO.(Agarrándose a la quilla.)
EL AYUDANTEDEL PILOTO. corro! iMe muero! i Señor, Dios mío, EL CoCINERO. i Buenos días!
j El perro de a bordo (1), señor! sálvame ! i Sálvame como está escrito! ¡Suelte! ¡Usted ya ha vivido! ¡Yo
(Vase.) (Se agarra a la quil/a.) soy joven! PEER GYNT.
¡Huy!
EL VIGíA. (Gritando.) EL COCINERO.(Surgiendo por la parte PEER GYNT.
i Tierra a proa I opuesta.) ¡Pronto! i De prisa! Húndete de una EL PASAJERO.
¡Ay! iSeñor, Dios mío..., por mis vez! j Estás haciendo mucho peso...! He oído gritos... j Qué p1'acer volver
PEER GYNT.
hijos! jTen piedad! iHaz que alcance a encontrarle! j Vaya! habrá visto usted
¡Mi maleta! ¡Mi baúll iTodo sobre tierra! (Se agarra a la ~i/la asimismo.) EL COCINERO. que era acertado mi pronóstico.
cubierta!
iTenga piedad! i Suelte, en nombre
EL CONTRAMAESTRE.
PEER GYNT. del Señor! jUsted no tiene quien le llo- PEER GYNT.
¡Suelta! re ni quien le eche de menos! (Grita, ¡Suelte, sueJte! Apenas hay sitio para
Tenemos otras cosas que hacer. soltándose.) i Me ahogo!... uno.
EL COCINERO.
PEER GVNT. ¡Suelta! EL PASAJERO.
iSi no era más PEER GYNT. (Cogiéndole.) Puedo sostenerme con el pie izquier-
pitán l ¡Tonterías 1 que una broma, ca- PEER GYNT. Te sostengo por la nuca. iReza tu do. Sí, floto; me basta apoyarme con
rreré al cocinero... Claro está que soco- Padrenuestro!
iQue te golpeo!... la punta del dedo en la juntura... Pero,
EL COCINERO. a propósito de lo del cadáver...
EL CAPITÁN.
iSe ha roto el foque I EL j Y
COCINERO. I
yo te devolveré el golpe.... No puedo acordarme..., lo veo todo PEER GYNT.
negro... ¡Cállese!
EL PILOTO. PEER GYNT.
PEER GYNT. EL PASAJERO.
jEl trinquete se ha ido al diablo I ¡Te voy a moler a puñadas y pata-
das! ¡Suelta! La quina no resiste a dos. ¡Lo indispensable..., pero pronto! Con los otros ya no se puede contar...

(1) Como le IIbe, en las leyendol nórdicas EL COCINERO. EL COCINERO. PEER GYNT.
de muene.
abundan 1..
ap8ricionel de anlmalel mensalerOI Ya lo sé. Suelta i tú! ". ..dánosle hoy..." i Cállese de una vez!
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EL PASAJERO. za algún peligro, se tiene miedo... Pero
Como usted quiera. (Pausa.)
EL PASAJERO. "8. pesar de que quería seguir su ruta
los términos que u3ted emplea son afec- Respecto a eso, esté usted tranquilo. apartado, a pesar de que se comportaba
tados para...
PEER GYNT. iNo se puede morir en la mitad del como un extraño entre nosotros. acaso
¿Y qué? quinto acto! (Desaparece.) sepáis tod03, por mucho que él inten-
EL PASAJERO. tara ocultado, cómo aquella mano que
EL PASAJERO. ¿Ha experimcntado usted por una sola PEER GYNT. escondia no tenia sino cuatro. dedos.
¡Me callo! vez en su vida el triunfo que la angus- INo ha logrado disimular más! ¡Era Recuerdo perfectamente, hace ya muchos
tia procura? un moralista aburrido! años, una mañana en que se celebraba
PEER GYNT. consejo de reclutamiento (1) en Lun-
¡Hombre del demonio1... ¿Qué hace PEER GYNT. (Mirándole.) de (2). Eran tiempos de guerra; en
usted? CUADRO TERCERO boca de todos había palabras sobre las
Si ha venido usted para propoKionar-
me una salida, es una lástima que no calamidade3 del pais y Jas condiciones
EL PASAJERO. Cementerio de una comarca montañosa. Cortejo
haya llegado antes. No hay derecho de en que se presentaba el porvenir. Yo
Esperar. júneln'e. Un pastor )' acompañante.. Cantan estaba presente; en la presidencia de la
opción precisamente en el momento en el último versículo de un salmo.
mesa se sentaba el capitán, entre el
PEER GYNT. (Tirándose de los pelos.) que el mar se propone tragade a uno...
IMe vuelvo local ¿Quién es usted?
PEER GYNT pasa por la senda, fuera del alcalde y los sargentos. Todos los mozos,
cementeriQ. uno por uno, fueron tallad03 de pies a
EL PASAJERO. .
cabeza, inscritos y admitidos como sol-
EL PASAJERO. ¿Acaso seria posible el triunfo en un PEER GYNT. (']unto a la enrrada.) dados. Llenaban la estancia y desde
¡Su servidor I rincón acogedor y apacible, al lado de Por lo visto, se trata de un compa- fuera podían oírse sus risas. Entonces
la estufa? triota que va camino del polvo. j Gra-
PEER GYNT. sonó un nombre; y se adelantó un
¿Qué más? ¡Hable! cias a Dios, no. soy yo! (Penerra.) nuevo mozo; estaba pálido como la
PEER GYNT. nieve en el ventisquero. Le hicieron
EL PASAJERO. i Quién sabe! Pero su manera de ha- EL PASTOR.(Predicando jumo a la tum- acercarse; avanzó hasta la me3a... Lle-
¿Qué cree usted? ¿No .conoce a na- blar ha sido provocativa. ¿Cómo puede ba.) (1). vaba )a mano derecha envuelta en un
die que se me parezca? usted creer que haga reflexionar a nadie? y ahora, cuando el alma se dirige a trapo; jadeaba, tragaba saliva, buscando
su juicio y la materia descansa como las palabras; pero no le obedecía la
PEER GYNT.
EL PASAJERO. vaina vacia, queridos herman03, hablemos voz, a pesar de la orden del capitán.
¡El diablo lo sabrá! un poco del paso del difunto por nues- Por fin pudo hablar, y entonces, con las
Para aquel en cuyo Jugar vengo, una
sonrisa vale tanto como el tono patético. tra tierra. No era rico ni tampoco inte- mejillas encendidas, murmuró algo so-
EL PASAJBRO. (En 'Voz baja.) ligente. Su voz era timida; su actitud, bre una hoz que se le habia resbalado
Alguien que acostUmbra a encender poco varonil. Expresaba su opinión in- y )e había cortado un dedo de la ma-
un faro en el camino nocturno de la PEER GYNT.
deciso y embarazado, y apenas mandaba no (3). Se hizo profundo silencio en la
vida por medio del temor... Cada cosa tiene su oportunidad; ea- en su propia casa. Al llegar a la iglesia, sala; se cambiaban miradas, se contraían
PBER GYNT.
mo está escrito, lo que es decoroso pa- diriase que pedía permiso para entrar y las bocas; todos los ojos se clavaban,
ra un publicano, para un obispo es re- sentar3e como los demás. Según sabéis hoscos, en el mozo. El senúa la tormenta
¿Ve cómo se aclara la cuesti6n? A probable.
lo mejor, resulta que es usted un men- todos, había venido de Gudbransdal; era en torno suyo, sin veda. Entonces se
sajero de la luz... casi un niño cuando lleg6. Seguramente, puso de pie el anciano y canoso capi-
EL PASAJERO. recordaréis que siempre se le veía con tán; escupió, señaló )a puerta, y dijo:
EL PASAJERO. Quienes han dormido en la urna de la mano derecha metida en el bolsillo; "IVetel" y el mozo salió. Se apartaron
Amigo, ¿ha sentido usted alguna vez las cenizas no suelen andarse con ro- la mano derecha en el bolsillo era la
a fondo, aunque s6lo haya sido de se- deos. característica que dejaba grabada su ima- (1) Reunión de jefes militares que. ase-
sorados por una inspección médica. se ocu-
mestre en semestre, el rigor de la an- gen en nuestra mente, y a esta impresión
se unía su encogimiento, su confusa re- pan de reclutar e!\ cada pueblo a los mozos, pre-
gustia? PEER GYNT. via una comprobación de la capacidad fisica
IVete de aquí, fantasma! ISus! serva, en todo sitio adonde asisúa. Pero, de éstos. .
PEER GYNT. (2) Nombre que reciben muchos latifundios
IAtrás, hombre! iNo quiero morir ! (1) Esta oración fúnebre del pastor es con- en Noruega, como se ha dicho ya.
Pues..., por supuesto, cuando amena- jTengo que llegar a tierra! siderada como una obra maestra dentro de la (3) Esta historia se encuentra ya en el Da-
producción ibseniana. mado "B,and épico", antecedente de Brand.
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I
PEER GYNT. CUADRO CUARTO
a ambos lados los circunstantes; de modo exigir algo de gratitud por parte de ¡A esto llamo yo cristianismo! ¡Na-
que él, como una baqueta que se saca ellos. Y no obstante, tres señores aco- da que atemorice el espíritu! No ca- Colina. Lecho seco de un lorrenre. TeTTeno re-
I del cañón, atravesó entre ell03 hasta modados olvidan en este momento, des- be duda de que la tesis de que se debe m01Jido. Desolación alrededor. En la altura. un
t alcanzar la puerta y echó a correr, su- de el Nuevo Mundo, al padre noruego ser uno mismo a toda costa alrededor '"caTón, donde se celebra una subasta. Gran
biendo por las laderas, cruzando .Ias ar- y el camino de la escuela... Era un de la cual giraba e} disCUI30 del pastor, concu"encia. Se bebe y se hace ruido.
boledas, bordeando el precipicio. Su ho- hombre miope de espiritu; fuera del resultaba también edificante por sí. (Baja PEER GYNT está sentado sobre un montón de>
gar estaba allá entre las montañas. Medio circulo de 103 suyos, nada veía. Para la vista a la sepultura.) Quizá fuese el escombrost emplazamiento de un molino tiem-
año después regresó con su madre, su él sonaban locamente, como cascabeles, que se cortó el dedo cuando talaba yo po atrás.
novia y una criatura. Arrendó tierras en las palabras que deben llegar solemnes . árboles en el bosque. ¡Quién sabe!
alguna parte de la colina donde el des- al corazón. Nación, patria, lo que ilumi- Si no estuviera aquí apoyado en mi PEER GYNT.
poblado linda con Lomb (1). En cuanto na, lo que eleva, siempre estaba velado bastón, al borde de la tumba de este
por una niebla para sus ojos. Pero era "Vaya o venga, isiempre estoy a la
le fué posihle se casó; construyó su pariente espiritual, habría sido capaz misma distancia! Tanto da que entre
casa, limpió de piedra el duro terreno y humilde, humilde de veras, y desde el de creer que soy yo el que. duerme, como que salga: i siempre es igual' de
lo cultivó, como lo prueban las manchas día d"el reclutamiento, la sentencia pe- v que, soñando, he escuchado mi ala- estrecho!" El tiempo desgasta y el río
amarillas de amelgas esparcidas allí, on- saba sobre su alma tan positivamente banza. En verdad: es una hermosa cos- acorta: "Da la vuelta", dijo Boigen.
dulando valientemente. En la iglesia ocul- como llevaba en sus mejillas el fuego lumbre cristiana esta de echar lo que ¡Aquí no queda otra alternativa!
taba Sll mano derecha dentro del bol- de la vergüenza y escondia sus cuatro llaman una revisora ojeada benévola
silla; pero en su casa creo que usó dedos en el bolsillo. ¿Que ante la ley sobre la vida del difunto. Yo no ten- UN HOMBREDE LUTO (1).
con afán sus nueve dedos, tanto o más de la nación era un rebelde? Claro dría ningún inconveniente en recibir Ya no restan más que cascotes. (Ad-
que otros hubiesen utilizado sus diez... que' sí. Pero hay algo. que brilla por mi última sentencia de este digno pastor virtiendo la presencia de PEER GYNT.)
El torrente lo arrastró todo una prima- encima de la ley; esto es tan evidente de aldea. ¡Vaya! Aún ha de pasar tiem- ¿También hay extraños? iDios le guar-
vera. El y los suyos lograron salvar la como que sobre la cumbre deslumbra- po antes que el enterrador venga a vi- de, amigo!
vida. Pobre y sin yacija, volvió a su ta- dora del Glittertind (1) hay nubes más sitarme, Y como está escrito: "Pese a
rea, y antes del otoño se alzaba el humo altas todavía. Era mal ciudadano, planta lodo, lo mejor es siempre lo mejor", o PEER GYNT.
de una vivienda montañosa, construida en estéril, tanto para e} Estado como para "Cada pena a su tiempo", o "No tomes i Bien venido! Aquí sí que corre el
lugar más defendido... ¿Defendido? Del la Iglesia. Pero allá, en }o alto de la tU entierro a crédito (1). Sea como dinero hoy! ¿Se trata de un bautizo
torrente:, si, pero no del ventisquero; ::olina, en medio de la estrechez fami- sea, la Iglesia es un efectivo consuelo. o de una boda?
-,
~.
dos años más tarde, fué sepuJtado por liar, fué donde él vió s~ misión; allí Esto no he sabido apreciarlo antes debi-
la nieve. E3carbó, desescombró, quitó las era grande porque era él mismo. Con- damente; pero ahofa puedo afirmar en EL HOMBRE DE LUTO.
piedras, y antes de caer la primera nie- servó siempre el mismo diapasón a que redondo: i Qué bitn se siente uno al Yo lo llamaría más bien la fiesta del
ve del invierno, levantó por tercera vez sonó desde el primer momento. Así. oír confirmado por una voz autorizada: retorno. La novia vive en un nido de
su modesto hogar. Había tenido tres hi- pues, idescansa en paz, callado luchador. "Según siembres, así recogerás! " Hay gusanos.
jos, tres muchachos inteligentes, y de- que peleaste y caíste en el pequeño com~ que ser uno mismo; preocuparse de uno PEER GYNT.
biá enviarlos a la escuela: pero ésta se bate del campe3ino! Nosotros no que- mismo y de lo que le pertenece, tanto
hallaba distante. Lo má3 dificultoso era remos analizar corazones ni entrañas; en lo pequeño como en lo importante. Si
Y los gusanos se disputan los des-
alcanzar el término de }a carretera co- ésa no es misión de} polvo, sino de la suerte se opone, cuando menos, posee pojos.
marcal a través del desfiJadero angosto Aquel que lo dirige. En todo caso, ex- uno la gloria de haber vjvido en armo- EL HOMBRE DE LUTO.
y escarpado. ¿Qué hizo entonces? El preso mi sincera y firme confianza en nía con la doctrina. i Ahora, a casa!
mayor de los hijos tuvo que arraglárselas que este hombre no habrá comparecido
Es el final de la copla: así acaba.
iNo importa que la vereda sea empina-
como pudo, y cuando el sendero era ya como un inválido ante su Dios... da y angosta! i No importa que el des- PEER GYNT.
demasiado abrupto, el hombre sostenía (El cortejo fúnebre se aleja, y tino sea cruel conmigo! El viejo Peer Todas las coplas tienen el mismo fi-
al mu::hacho con una cuerda mientras desaparece. PEER GYNT se queda Gynt sigue su camino y continúa sien- nal, y todas son viejas; ya las cono:::ía
cargaba a los otros dos sobre su espalda solo.) do el que es : pobre, pero honesto. yo cuando era pequeño.
y en sus brazos. Así luchó año tras año, (1'ase.)
y sus hijos se hicieron hombres. Con (1) Montaña emplazada en la comarca de (1) S~n se verá, el homhre de lulO es
tal conducta, era muy justo que pudiera Lomb. a 2.453 metros sobre el nivd del mar. el herrero Aslak, quien, por to visto, se caSÓ
Su cresta está cubiena por una capa de nieve con ln~rid, Y el hombre de gris, Mads Moen. el
de 30 metros de espesor. Glicrertind significa (1) Proverbios populares poruegos. estúpido novio del acto primero.
(1) Fueblo situado al norte de Gudsbrandal. "pico brillante".
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Mozo l." (Con un molde.) PEER GVNT.(En voz baja.) PEER GVNT. ga. ¡Eh! i Aqui hay más! j Un cas-
: Mirad qué preciosidad hc compra- Podrías llegar hasta una copita. Ofre- carón de huevo! j Las canas de un loco!
do. En esto fundia Peer Gynt sus bo- Pues aqui se encuentran conocidos... cer menos, seria una vergüenza. j Las barbas del Profeta! Todo para el
tone3 de plata. que me enseñe en el collado un poste
Mozo 1.' (Dando voces detrás del hom- MozO 2.'
Mozo 2." bre vestido de luto.) ¡:;on una inscripción que diga: "Este es
iTiene gracia el viejo! el camino."
¡Hombre! ¡Y yo... I ¡Una corona por i Eh, Aslak! i Como remojes el gar- (Todos se agrupan en tomo
el talego del dinero! guero, la difunta vendrá por ti!...
a PEER GVNT.) EL ALCALDE.
(Que acaba de llegar.)
Mozo 3." ¡Buen hombre! Te comportas de un
PEER GYNT. (Poniéndose de pie.) PEER GYNT.' (Gritando.) modo, que me parece que tu camino
¿Y mejor que csto?... ¡Corona y Pues aquí no se cumple lo que di- iGrane, mi caballo...; ¿Quién ofre- va directamente a.1 calabozo.
mediapor el sacodel buhonero! cen los agrónomos: que cuanto más ce?
se revuelve el terreno, mejor huele. PEER GYNT. (Descubriéndose.)
PEER GTh'T. USO DEL GRUPO. ¡Es posible! Pero, digame: ¿quién
¿Peer Gynt? ¿Quién era? Mozo L' (Con una piel de
oso.) ¿Por dónde anda? era Peer Gynt?
EL HOMBRE DE LUTo. ¡Mira! i El gato de Dovre! ¡Nada
más que .la piel! Este fué el que he- PEER GYNT. EL ALCALDE.
Lo unico que sé es que era cuñado chizó por Nochebuena... ¡Allá lejos! iPor el Oeste! ¡Hacia
de la muerta y de Aslak el herrero. ¡Monsergas! ...
el Poniente, muchachos! ¡El trotón co-
UN HOMBREDI! GRIS. Mozo 2~o (Con una calaVera de reno.) rre tan de prha como mentía Peer PEER GriIT.
¿Te olvidas de mí? ¿Acaso estás bo- Este es el magnífico macho de reno' Gynt! Permítame... j Se Jo ruego!
rracho, o te has vuelto idiota? que llevó a Peer Gynt por las crestas VOCES.
y 'desfiladeros de Gendin. EL ALCALDE.
EL HOMBRI!DI! LUTO. ¿Qué más tienes? Pues dicen que era un mal narra-
Y tu te olvidas de la puerta del gra- Mozo 3.' .cc;.01!
un martillo, dando vo- dor...
ces al de luto.) . PEER GYNT.
nero que había en Hoegstad.
¡Eh, Aslak! ¿Te acuerdas de tu mar- i Oro y pacotilla! S~ c?mpró con la PEER GYNT.
,,;,' EL HOMBRI! DE GRIS. tillo? ¿Fué éste el que empleaste cuan- ruina, se vende con perdtda. ¿Un narrador?
E~ cierto... Pero tú mismo fuiste di- do e.1 diablo derrumbó :los muros? Mozo l.'
fícil de contentar. EL ALCALDE.
iDi lo que te queda! Sí... Hacía una mezcolanza de todo
EL HOMBRE DI! LUTO. Mozo 4.' (Con lasmanes vacías.)
Oye, Mands Moen; aqui está la capa: PEER GYNT. lo grande y todo Jo beno, atribuyéndo-
Con
te... tnl de no burlarse de la muer- iEl recuerdo de un libro de salmos! selo a sí mismo... Pero perdóname,
invisible. ¡Con ésta volaron Peer Gynt e
Ingrid por .los aires! . ¡Podéis Ilevároslo por un corchete I amigo; tengo otros deberes... (Vase.)
..
EL HOMBRE DE GRIS.
PEER GYNT. Mozo l.' PEER GYNT.
¡Ven, cuñado! ¡Bebamos un trago ¿Y dónde está ahora ese extraño per-
por el parentesco! ¡Aguardiente, muchachos I Me siento iAl diablo los recuerdos!
sonaje?
El. HOMBRI! DI! LUTO. viejo; quiero suba3tar restos y. despojos. I
PEER GYNT.
¡Tu cuñado 10 será el diablo! ¡Es- Mozo l.' iMi imperio! iOs lo arrojo! iPara el UN VIEJO.
que lo coja! Se fué por el mar a otras tierras. En
tás tRn borracho..que no haces más que
decir majaderías! ¿Qué tienes para vender? . }
ellas lo pasó mal, .como era de suponer...
.J Mozo l.' Ya hace muchos años que le ahorca-
EL HOMBRI! DI! GRIS. . PEER GYNT.. .1, ¿Va incluida la corona? ron.
¡Bah, simplezas! No se puede tener muyTengo un palacio. Está en Ronden... \
bien construído... PEERGYNT. PEER GYNT.
la sangre tan floja, que no se sienta
uno emparentado con Peer Gynt. (Se Mozo L' Hecha con la más hermosa paja. Le ¿Le ahorcaron? ¡Estaba seguro! El
le lleva.) sentará bien al primero que se la pon- difunto Peer Gynt fué el mismo hasta
1Yo ofrezco un botón por él!
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.I

el último momento. (Saludando.) iAdiós! excesivameme exagerada. He aquí lo que peer! i No importa que aúlles y supli- sirena que valga! Briznas..., maderos...,
y muchas gracias por todo. (Se aleja le sucedió al diablo por imbécil y por ques! (Coge una cebolla y le 'Va quitando una cerradura que impide la entrada a
unos pasos y se detiene.) Jóvenes ale- no saber escoger su público (1). las capas, una a una.) La postrera capa los pensamientos de los duendecillos...
gres, bellas mujeres, ¿queréis que o; (Saluda :v se tia. Reina entre los rota e3 el náufrago sobre los restos de
cuente un cuento en prueba de gratitUd? la lancha. Esta es la capa del pasaje- SOLVEIG. (Dentro, cantando.)
presentes un silencio inquietante.) ro, miserable y delgada; aun así, con- Amigo mio, que tan lejos
ALGUNOS. serva el sabor de Peer Gynt... Esta in- te hallas de mi...
¿Sabes cuentos? CUADRO QUINTO terior es la capa del buscador de oro; ¿Vendrás?
el jugo ha desaparecido, si lo tuvo algu- Si tu carga es pesada,
PEER GYNT. na vez. Esta, tan áspera, con lo, bordes descansa en el camino.
Noche de Pentecostés. En """dio de la espe_
sura, algo distanciada, en un claro, una cabaña resecos, es el pescador de la bahía de Yo te espero;
Ya lo veréis... (Se aproxima; su ros- con las astas de un reno sobre la entrada. así lo prometí...
tro cambia de expresión.) En San Fran- Hudson. Esta, aún más adentro, parece
ci,co fuí buscador de oro. Toda la ciu- PBBR GVNT, andando a gatas, busca cebollas una corona. ¡ Sí! La tiraremos .in ma- PEER GYNT. (Se incorpora despado, pá-
dad estaba llena de titiriteros. Uno to- silvestres. ,'or comentario. Esta es el explorador
lido como la muerte.)
caba el violín con los dedos de los pies; del pasado, corta, pero fuene. Y é3ta, Una que ha recordado... y uno que
otro bailaba danzas españolas de rodillas; PEER GYNT. el profeta, fresco y jugoso. Pero trascen- ha olvidado. Uno que ha perdido... y
otro hacía versos mientras le atravesaban i Esta es una etapa moral! (2). ¿Y dente a mentira, como está escrito, tanto,
una que ha guardado. ¡Ay, qué pre-
el cráneo con un tornillo... También se la próxima? Hay que probado todo y que a un hombre honrado se le arrasarían
presentó el diablo en la feria de bufones; escoger lo mejor. Así lo he hecho yo: los ojos de lágrimas... Esta capa que ocupación! ¡Y que jamás pueda jugarse
quería probar fortuna como los demás. de César he descendido a .Nabucodono- se enrosca blandamente es el gran señor de nuevo!... i Ay, qué angustia!... j Aquí
estaba mi imperio! (Se precipita corrien-
Su abrumadora profesión consistía en sor (3). Tuve que recorrer toda la His- que apareció entre placeres y riquezas.
gruñir como un auténtico marrano. Era toria Sagrada. El niño viejo hubo de re- La próxima parece enferma. Tiene pun- do por el sendero del bosque.)
un personaje atractivo, a pesar de ser currir otra vez a su madre. Desde Juego lOS oscuros, negros; puede ser por el
forastero. La sala estaba de bote en bote, ya está escrito: "del polvo has veni- sacerdote o por el l1p.gro. (Arranca 'Varias CUADRO SEXTO
y había una expectación enorme. Apa- do"... (4). Lo que impona en la vida es capas a un tiel1lpo.) ¡Cuántas capas!
reció envuelto en un manto de pliegues llenarse Ja panza. ¿Llenada con cebollas ;Cuándo va a aparecer el grano? (Des- Noche. PáTamo con pinos detJastados por un
flotantes; "Man muss sich drappie- silvestres? i Qué poco cunde !.. . ¡Seré hace toda la cebolla.) ¡No! ¡Vive Dios, incendio. A.'rededor, troncos carbonizados. Blan-
ren" (1), como dicen los alemanes. Pero mañoso y colocaré trampas! Aquí en el que no lo tiene! Las capas llegan a lo cos ¡¡rones de niebla flotan acá y allá s"bre
la ¡ierra.
bajo el manto, sin que nadie lo supiera, riachuelo hay agua; no I tendré sed. A más profundo... pero son cada vez más
había escondido un cerdo. Y entonces pesar de todo, debo ser considerado el pequeñas. La naturaleza es divertida. ..,
empezó la función. El diablo pellizcaba primero entre las fieras del bosque. Y (Aroja el resto.) i Medítelo eJ diablo! PEERGYNTatraviesa el paramo comendo.
y el cerdo cantaba. El número consistía cuando, un día, tenga que morir"'"'7"lo Quien anda meditando, con facilidad da PEER GYNT.
en una especie de fantasía sobre la exis- cual habrá de suceder, como es lógico-, un resbalón... Bueno; bien mirado, pue- Ceniza, niebla, polvo esparcido al vien-
tencia del cerdo en estado de cautiverio y me acurrucaré bajo un árbol caído, me do reirme del peligro, porque yo sí que to... ¡Mucho hay que edificar! Dentro,
en estado de libertad... Para final, se cubriré, como el oso, con un montón de toCO el fondo por los cuatro costad03... fetidez y podredumbre... (1). Todo no
oyó un chillido, como el que proferiría hojas, y a zarpazo s sobre el tronco es- (Se rasca la nuca.) ¡Extraño mecanis- es más que un sepulcro infecto. Fanta-
el animal bajo el cuchillo del carnice- cribiré en grandes caracteres: "Aquí mo el de todo este tinglado! La vida es sías, sueños y ciencia muerta antes de
ro, a continuación de lo cual el ejecutan- yace Peer Gynt, e1. buen hombre, em- como si se tuviera una mosca detrás nacer son la base de la pirámide; en
te hizo una profunda reverencia y se re- perador de todos los animales"... ¿Em- de la oreja; pero, cuando quiere atra- esta base han de apoyarse los escalones
tiró... La exhibición fué discutida yana- perador? (Riéndose para sus adenrros.) parla uno, se escapa la mosca y coge de la construcción, mentira sobre men-
lizada por gente experta: se censuró y iAy, viejo cuco, viejo profeta! Tú no uno otra cosa... o nada. (Se ha ido apro- tira. La falta de cordura y el temor
se elo¡;ió la afinación... A}gunos encon- eres emperador; eres tan sólo una ce- ximando a la cabaña; ciéndola, se de- del arrepentimiento destacarán en la cús-
traban el gruñido demasiado fino; a bolla. iAhora te voy a mondar, querido liene, sobrecogido.) Esta cabaña en pide como una inscripción llena de sen-
otros les pareela el chillido final harto medio del eríaJ.:. ¡Ah! (Se frota los ojos.) tenciosa altisonancia: "Pertus Gyntus
estudiado. Pero todos estaban de acuerdo (1) Adaptación de una fá!>ula célebre de Diríase que la he visto ya antes... La Caesar fecit". (Escuchando.) ¿Qué?..
Fedro.
en que )a presentación del gruñido era (2) Esta tirada constituye otro de los mo- cornamenta del reno clavada sobre la
¿Voces de niños que lloran? Llanto, pe-
mentos paniculannente poéticos de la obra. entrada... Una sirena con cuerpo de pez
(1) En .Iem~n en el original. Literalmente: (3) Daniel, IV, 33. .. . desde el ombligo... ¡Mentira! iNo hay (1) San Mateo, XXIII, 27.
IIPodlo drapearsc.u (4) Génesis, 111, 19.
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EL FUNDIDOR.
ro casi una canción... ¡Y ovillos rodan- PEER GYNT. CUADRO SEPTIMO
Como ves, soy fundidor. Has de en-
do a mi~ pies! (1). j Veneno hay en ti, voz estúpida I trar en mi cazo.
Olro lugar del páramo.
¿Acaso disponía yo de tiempo para ver-
Los OVILLOS. (En el suelo.) sos y tontunas? (Toma un vericueto.) PEER GYNT.
PEER GYNT. (Cantando.)
i Somos los pensamientos que deberías ¿Y qué voy a hacer yo en tu cazo?
haber pensado, 'as manos que deberías i Un sepulturero" un sepulturero! ¿Por dón-
haber e;trechado! RocÍo. (Cayendo de las ramas.) [de andáis perros? EL FUNDlDOR.
Somos las lágrima3 nunca vertidas. Un canto como un balido en bocas de 58-
(cristanes.. . Vas a ser fundido de nuevo.
Hirientes agujas de hielo. Hubiéramos Rodeando el sombrero, una cinta de luto.
PEER GYNT.(Saliendo del sendero.) podido derretirnos. Ahora se clava la Tengo muchos muenos, y he de acompa- PEER GYNT.
A uno de vosotros di la vida y re- aguja en el velludo pecho. La herida se [ñaros.
sultó un engendro de piedras punúa- ha cerrado, y se consumió nuestro po- ¿Fundido?
gudas. der... (EL FUNDIDOR de botones (1),
EL FUNDIDOR.
con una caja de herramientas y
Los OVILLOS. un gran cazo de fundir, llega por He aquí el cazo 'impio y vacío. Tu
fosa está cavada; ya se ha encargado
Deberíamos habernos elevado a las al- PEER GYNT. un camino lateral.)
i Sí, sí! He llorado en la sala de Ron- tu ataúd. En tu cuerpo se darán los gu-
turas como voces incitantes... i Y he- sanos un festín opíparo. Pero yo tengo
EL FUNDlDOR.
n03 aquí, teniendo que rodar como ovi- den, y de nada me ha ,servido. orden del mae3tro de llevarme sin tar-
llos grises de lana'l i Bien hallado, anciano!
danza tu alma. .'
BRIZNAS DE PAJA. PEE,R GYNT.
PEER GYNT. (Dando un tropezón.) i Somo3 las obras que debiste realizarl PEER GYNT.
i Buenas noches, amigo!
i Ovillo maldito 1 jHolgazán!
¿Ha- La duda asfixiante nos ha aplastado y iNo es posible! Así, sin avisar...
ces tropezar a tu padre? (Huye.) nos ha desmenuzado. El Día del Juicio EL FUNDIDOR.
vendremos en tropel y lo atestiguare- EL FUNDIDOR.
¿Llevas prisa? ¿Adónde va3?
Ya es una vieja regIa establecida, tra-
HOJASSECAS.(Volando por los aires.) mos así... iEntonces recibirás tu mc;re- tándose de funerales y bautizos. designar
iNosotras somo~ el lema que debie- cido! PEER GYNT.
en secreto el día del festejo, sin avi3ar
, . ras haber pregonado1 jMira cómo nos A unos funerales.
.. ~,. al invitado de honor.
ha desgajado 'a desidia! El gusano ~ PEER GYNT. '

roído todos nuestros bordes; jamás pu- EL FUNDIDOR. PEER GYNT.


dimo3 extendernos como una corona en i Disparates de amor! ¿Os atrevéis a
torno a los frutos. censurarme por Ia abstención? (Apresura ¡Ah! ¿sí? No lo veo claro... Perdo- Sí, es verdad; Todo da vueltas en
el paso.) :1 na, ¿no te llamas Peer Gynt? mí cerebro. ¿Asl. pues, tú eres...?
PEER GYNT. .J' PEER GYNT.
EL FUNDIDOR.
Pero no ha sido en vano vuestro LA Voz DE ASA. (Lejana.) Peer Gynt me llaman.
t Ya lo has oído: fundidor.
nacimiento... Posaos en silencio y ser- ¡Puaf! iVaya un conductor de tri~ EL FUNDIDOR.
vid de abono. neo! ¡Ay! has h~o que vuelque. ¡Por PEER GYNT.
mal camino me llevaste! ¿Dónde estA i Esto si que es suerte! iPrecisamen-
te a Peer Gynt tenía que buscar yo esta ¡Comprendo! El amiguito recibe di-
SUSURROS EN EL AIRE. el palacio, Peer? El diablo te ha sedu~ versos nombres. j De manera, Peer, que
noche!
¡Somos las canciones que debieras ha- cido. 'u4 en esto debías acabar! Pero, buen hom-
ber cantado1 Millare3 de veces nos has PEER GYNT. bre, no es honrado eJe proceder. Sé que
reprimido. En el fondo de tu corazón merezco un trato más benigno; no soy
permanecemos, aguardando... Nunca nos PEER GYNT. ¿De veras? ¿Qué quieres?
tan malo como quizá crea usted. He prac-
buscaste. iHabla veneno en tu ,gargan- Mejor será que' escape cuanto antes. (1) Parece ser que este personaje fantástico. ticado mucho el bien en este mundo.
ta I i Pobre de mí! Si ha de cargar uno con que recuerda otros de 1.. leyendas' populares
las culpas del diablo, pronto desmayad noruegas, evoca un detalle de la infancia de En el peor de los casos, podia calificar-
Ibsen, quien se entretuvo alguna vez en fundir me de granuja, pero nunca de gran pe-
(l) En 101 cuentol populares noruegos se en su vida. jBastarán las propias cul- botones. cador.
alude con frecuencia a los ovillos. pas! (Corre.) 1)
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EL FUNDIDOR. EL FUNDIDOR. !'EER GVNT. PEER GVNT.
De modo que una cosa :intermedia, Yo tiraba la chatarra. Yo soy modesto; no aspiro a llegar
¿Sí? Pues en eso, por cieno, está
el inconveniente, hombre; en el senti- ¿no es así?... Nada más vulgar... No tan alto. Pero no soltaré ni un ápice de
do más alto de la palabra. no eres un se encuentra fácilmente hoy día un pe- EL FUNDIDOR. mi propio yo. ¡Condénenme según las
pecador... ¿Lo ve3? Por eso justamente cador escogido. No basta con patalear ¡Ya, ya! Juan Gynt tenía fama de viejas costUmbres y según la ley! Haz
es por lo que te libras de los tormen- en el fango; hacen falta energía y serie- derrochador mientras le quedaba algo en que permanezca algún tiempo en el lu-
tos y vas a ir, como otros, al cazo del dad para el pecado. el bolsil1o; pero el maestro ¿sabes? es gar donde está el del pie de cabano: por
fundidor. persona ahorradora, y por eso es hombre cien años, ha de cumplirse la pena; esto,
PEER GVNT. acaudalado. El no tira como cosa inú- al menos, es soportable, pues se trata de
PEER GVNT. Sí, e3 exacto lo que dices; se requie- til 10 que puede emplearse como mate- un dolor exclusivamente moral, y la co-
Llámalo como quieras: cazo o peci- re ser temerario, como los antiguos ván- ria prima. sa no será tan tremenda. Es algo tran-
nao MunngQu y bier (1), son cerveza dalos.. . sitorio, como está escrito y como dijo
PEER GYNT. el zorro (1). Uno espera y llega la hora
ambos. iApártate, Satán!
EL FUNDlDOR. ¿No pensarás. fundirme con Pedro o de la redención; uno permanece aguar-
Pero tú has tomado el pecado a la con Juan para fabricar un nuevo' pro- dando tiempos mejores. Pero eso de con-
EL FUNDIDOR.
d.ucto? fundirse comp una molécula en un cuer-
Supongo que no serás tan grosero co- ligera, amigo. po extraño, esos procedimientos de fun-
mo para imaginarme trotando sobre cas- EL FUNDIDOR. dición, aniquilamiento de lo gynteano. le
cos de caballo... (2). PEER GVNT. 1
Sólo superficialmente, como una sal- Sí. claro está que lo pienso. Ya he- sublevan a uno desde lo más profundo
picadura de lodo... mos hecho eso, y no con pocos... En del espíritu.
PEER GVNT. Kongsberg (1) hacen )0 mismo con las
Sobre cascos de caballo o sobre pa- monedas cuyo cuño se ha borrado' de EL FUNDIDOR.
EL FUNDIDOR.
tas de: zorro, ilárgate de aquí, y cuida tanto rodar. Querido Peer, no hay' que alterane
mucho de lo que haces! Ahora empezamos a estar de acuer-
do. La ciénaga sulfurosa no se hizo para tanto por minucias tan insignificantes.
PEER GYNT. Tú jamás fuiste tú mismo. ¿Qué puede
EL FUNDIDOR. vosotros 103 que chapoteáis en el lodo.
¡Pero é3a es la más indecente de las importar, entonces, que mueras de una.
Amigo mío, estás en un craso error. tacañerías ! Querido amigo, eximeme de vez para siempre?
Los dos llevamos prisa; de modo que, PEER GYNT. e3e requisito; un botón sin engaste, una
para ganar tiempo, te explicaré lo má3 meAsí, pues, amigo, ¿puedo marchar-
como he venido? moneda sin cuño, ¿qué pueden signi- PEER GYNT.
fundamental de la cuestión. Como tú ficar para un hombre de la posición de ¿Que yo no he sido...? ¡No me ha-
mismo has dicho, no eres lo que se lla- EL FUNDlDOR. tu maestro? gas reír! iAhora va a resultar que Peer
ma un pecador importante..., ni siquíe- Gynt ha sido otro! No juzgues cie~a-
ra un mediano pecador. ¡No! Así, pues, amigo, has de ser EL FUNDIDOR.
fundido de nuevo. mente, fundidor; si pudieras ver mis en-
Mientras se tenga en cuenta que el trañas, no hallarías más que Peer, Peer
PI¡'ER GYNT.
PEER GYNT. alma sirve de algo, se puede contar con y siempre Peer.
¡Vamos, vamos! Ya empiezas a ser
razonable... ¿Qué artimañas habéis estado prepa-
rando aquí mientras yo corría por el ex-
el valor del metal.
PEER GYNT.
EL FUNDIDOR. .
No es posible. Aquí tengo la orden
EL FUNDIDOR.
tranjero? iNo, no y mil veces no! iMe resis- que he recibido. Míra, está escrito:
Aguarda un poco... Llamarte virtuo- EL FUNDIDOR.
tiré a ello con uñas y dientes! jCual- ''Exigirás a Peer Gynt, quien no ha ofre-
so sería ir demasiado lej03... Se trata de una costumbre tan anti- . quier cosa antes que eso! cido resistencia a su destino, que entre,
gua como la creación de la serpiente, como producto frustrado, en el cazo de
PEER GYNT. EL FUNDIDOR. fundir."
y se sigue con ella para evitar la pérdida Pero ¿qué entiendes tú por cualquier
Tampoco tengo yo semejante preten- de valores. Tú, que ya conoces el ofi.-
sión. cosa? Sé razonable; en el cielo no cae- PEER GYNT.
cio, de sobra sabes que una fundición rías bien...
resulta con frecuencia francamente mal; j Qué tonterías! Se trata, seguramente,
(J) Dos clases de cerveza noruega. a veces los botones se obtienen sin en- (1) Nombre con que se designa la Casa de
(2) Al diablo se le representa a menudo con la Moneda noruega. (1) Alusión a una antigua fábula.
un casco de caballo en el lugar de un pie. gaste... ¿Qué hacía3 tú entonces?
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,,-
de otro. ¿De veras pone Peer? ¿O Ras- EL FUNDlDOR.
PEER GYNT. EL REY DE DOVRE.
mus) o Juan? Bien; pase. Pero recuerda que nos en-
contraremos en la próxima encrucijada. ¿El rey de Dovre? ¿En serio? ¡El i El de la montaña del Val! (1).
EL FUNDlDOR. (PEER GYNT 'liase corriendo.) rey de Dovre! i Di !
PEER GYNT.
A ésos los fundí hace ya mucho tiem-
po. ¡Anda! ¡Ven por las buenas) y no EL REY DE DOVRE. i Ah) sí! Aquel a quien privé de las
CUADRO OCTAVO ¡Ay! He tenido que reducirme tan- pastoras.
pierdas el tiempo!
Olro lugar del páramo. to... EL REY DE DOVRE.
PJ¡ER GYNT. PEER GYNT. Ahora mi nieto está gordo y medrado,
i Ni por pienso! i Pues sí que tendría PEER GYNT. (Corriendo velozmente.) ¿Arruinado? y ha dejado hijos hermosos por todo
gracia que mañana se descubriera que Está escrito que el tiempo es oro. el país.
3e trataba de otro! jAnda con tiento, EL REY DE DOVRE.
iQuién supiera la dirección de la en-
buen hombre! Y no olvides la respon- crucijada! iQuizá esté cerca) quizá le- i Despojado de cuanto poseía! Y aquí PEER GYNT.
sabilidad en que puedes incurrir... me tienes vagabundeando, hambríento Bueno) amigo; huelga tanta palabre-
jos! La tierra me quema como el hierro como un lobo.
candente. ¡Un testigo) un testigo! ¿Dón- ría... Hay otra cosa que me preocupa.
EL FUNDIDOR. de encontrade? Aqui en el bosque es casi Me hallo en una situación bastante di-
PEER GYNT. fícil) y quiero un te3timonio o un certi-
Ante mí tengo el escrito... imposible. iEl mundo e,tá hecho sólo
de. embustes! iLa organización se acusa ¡Albricias! No se tropieza uno a dia- ficado. Usted, suegro, podía ayudarme
PEER GYNT. destestable cuando un hombre trata de rio con un testigo como éste. mejor que nadie; por mi parte, ya en-
i Dame un plazo) en último término! probar su indiscutible derecho! contraría algo con que recompensarle...
EL REY DE Dom.
. (Un ANÓANO encorvado. con
Su alteza también ha encanecido des- EL REY DE DOVRE.
EL FUNDIDOR. un cayado en la mano y un zu-
rrón a la espalda, aParece cami- de la última vez que nos vimos. ¿Es posible que esté en mi mano pres-
¿Para qué?
nando delante de PEER GYNT.) PEER GYNT. tar algún servicio al príncipe? De ser
PEER GYNT. así, acaso quiera darme otro testimonio
EL ANCIANO.(Deteniéndose.) Queñdo suegro, los años corroen y a cambio.
Quiero probar cómo he sido yo mis- i Por lo que más quiera! i Una limos- desgastan. iEa ! prescindamos de nues-
mo durante toda la vida; al fin y al tr03 asuntos paniculares. Sobre todo. hu- PEER GYNT.
na para un viejo sin hogar!
cabo, ésa es la cuestión que hemos de- yamos de disputas familiares. En aquella
batido. I Con mucho gusto. Me encuentro al-
PJ¡ER GYNT. ocasión me porté como un loco... go apurado de dinero y debo hacer eco.
EL FUNDIDOR.
Lo lamento; no tengo suelto... nomías en tod03 los aspectos... Pero vea
EL REy DE DOVRE.
¿Probar? ¿Con qué? usted' de qué se trata. ¿Recuerda aque-
EL ANCIANO. i Sí, sí! Entonces era joven el prín- lla noche en que me presenté como pre-
iEI príncipe Peer! ¿Quién iba a de- cipe:.. ¿Y qué no se hará siéndolo? tendiente en Ronden?
PEER GYNT.
cir que volveríamos a encontramos? Pero el príncipe se ponó inteligentemen-
Con testi¡os y certificados. te rechazando a su novia; así ha podi- EL REY DE DOVRE.
PEER GYNT. do evitar la cólera y la humillación) pues i Naturalmente) príncipe!
EL FUNDIDOR. ella acabó por apartarse del buen camino.
¿ Quién eres?
Temo mucho que el maestro los re- PEER GYNT.
chace. EL ANcIANo. . PEER GYNT.
i Dejemos lo de principe! El caso
¿Ya no se acuerda del viejo de Ron- ¡Vaya, vaya! es que usted se había empeñado en mo-
PEER GYNT. den? dificar mi visión. por medio de un cor-
IImposible 1 Además, cada pena tie- EL REY DE DOVRE.
te en el ojo para hacerme pasar de Peer
ne su tiempo. Concédeme un crédito so- PEER GYNT. Ha andado por ahí sin que nadie le
Gynt a duende. ¿Qué hice entonces?
bre mi mismo) hombre; pronto volveré ¿Es posible que tú seas...? hiciera caso. ¡Figúrese! ahora lleva vida
común con Trond. Me opuse; juré que quería permane-
aquí. No se nace més que una vcz) y cer independiente) renunciando al amor,
uno tiene apego a si mismo, tal como EL ANCIANo. PEER GYNT.
Cuécreado... ¿Qué) estés de acuerdo? El rey de Dovre. iSí, hombre, sí! (1) Una de las montañas a que se alude
¿Qué Trond? en el acto segundo.
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al poder, a la gloria, a todo, en suma, PEERGVNT.(Retrocediendo un paso.) PEER GYNT. PEER GVNT.
para seguir siendo yo mismo. Debe ates- ¡Bástate... ! ¿A mí? i Como duende de montaña! Buen hombre, estás completame~te
tiguar ante el tribunal esta actitud mia. desorientado... Yo también he sido des-
EL REY DE DOVRE. pojado de todo.
EL REY DE DOVRE.
EL REY DE DOVRE. Si, y de3de entonces la has seguido
Sí; bien claro lo ~ce.
con todos tus arrestOs. EL REV DE DOVRE.
iPue~ no puedo hacerla! PEER GYNT.
¿De suerte que habría sido Jo mis- ¿Será posible? ¿Arruinado el prín-
PEER GVNT. cipe?
PEER GYNT. mo que me hubiera quedado donde es-
¿Qué absurdo es ése? ¿Yo? ¿Peer Gym? taba, continuando tranquilamente en PEER GYNT.
Ronden, ahorrándome disgustos, moles- En absoluto. Mi yo "principesco" ha
EL REY DE DOVRE. EL REY DE DOVRE. (Llorando.) tias y muchos pares de zapatos?... jPeer sido hipotecado; esto es 10 que provo-
No querrá usted forzarme a mentir... i Eres ingrato! Has vivido como un Gynt... un duende! ¡Qué tontería! ¡Qué can las malas compañías..
¿No recuerda que se atavió de duende duende, pero ocultándolo. La frase que estupidezI ¡Adiós! Toma unos cénti-
y probó el hidromiel? te enseñé te puso en condiciones de su- mos para tabaco. EL REY DE DOVRE.
bir y llegar a ser un hombre acomodado, Con eso pierdo mi última esperanza.
y luego vienes aqui engreido, desdeñán- EL REY DE DOVRE.
PEER GVNT. Adiós. Es preferible que intente llegar
iEso no, mi querido príncipe Peer! como
Si, me tentasteis entre todos con vues- dome y de3deñando la consigna a la cual pueda a la ciudad.
tras seducciones..., pero me opuse con lo debes tod9. PEER GYNT.
resolución a dar el paso definitivo. En P¡¡ER GVNT. ¡Déjame! Estás loco o chocheas. Bús- PEER GYNT.
esto se conoce a un hombre; el último cate un hospital. ¿Qué piensas hacer?
verso es el que impona. ¡Bástate! j Un duende de montaña!
iUn egoísta! i Sin duda, esto es absur- EL REY DE DOVRE. EL REY DE DOVRE.
do! Pienso dedicarme a la comedia. Se-
EL REY DE DOVRE. iAh, pues sí, eso es lo que busco!
Pero, Peer, isi lo último fué lo con- EL REV DE DOVRE.(Sacando un montón Como he dicho antes, la prole que ha gún los periódicos, buscan tipos nacio-
trario de eso! dejado mi nieto tiene gran poder en nales.. .
de periódicos vieios.) el país, y se asegura que sólo existo en
PEER GYNT.
¿Creías que no teníamos periódicos? los libros. Parece que son los propios PEER GYNT.
Aguarda; aquí vas a ver, en caracteres familiares los que peor se ponan, y yo, i Buen viaje, y dales recuerdos de mi
¿Qué estupideces hablas? encarnado3 sobre fondo' negro, cómo te ipobre de mí! hatto lo compruebo. iDu- parte! Si logro zafarme, tomaré el mis-
ensalza y aplaude "El Correo de Bloks- ro es pasar por fantasía y fábula!... mo camino. Escribiré una farsa loca y
EL REY DE DOVRE. berg" (1). Lo mismo hizo "El Noticiero profunda que se titulará; "Sic transit
Cuando dejaste Ronden, llevabas mi de Heklefjeld" (2) desde aquel invierno PEER GYNT. gloria mundi".
lema marcado detrás de Ja oreja. en que te fuiste... ¿Quieres leerlo, Péer? Querido amigo, no eres tú el único a (Echa a correr por el camino.
Te los prestaré. Aquí viene un arúculo quien Je sucede otro tanto. EL REY DE DOVRE grita detrás
PEER GYNT. firmado por "Casco de Caballo" (3). Y de él palabras con/usas.)
¿ Qué lema? esto trata del espíritu nacional de los EL REY DE DOVRE.
duendes. El autor demue3tra-lo cual es y nosotros no tenemos fondos de so-
EL REY DE DOVRE. verídico-cuán poco hacen Jos cuernos corro, ni caja de ahorros, ni asistencia CUADRO NOVENO
La frase... conante,

PEER GYNT.
enérgica. y el rabo si no se tiene más que un pe-
llejo. "Nuestro "bástate a ti mismo"
-termina el arúculo-es 10 que da su
a los menesterosos; estas cosas no hu-
bieran podido aclimatarse en Ronden. .Una encrucijada.

PEER GYNT. PEER GYNT.


¿La frase...? sello al duende",- y te cita cómo ejemplo.
No; allí lo que valía era el maldito ¡Vaya, Peer, ahora sí que estás en
(1) Btoksberg es una montaña de Alemania. "bástate a ti mismo". un apuro! Ese "bástate a ti mismo" te
EL REY DE DOVRE. considerada en la. mitologla popular como cen- ha perdido. El navio naufraga, y hay
La que distingue a Jos hombres de tro de reunión de brujas y duendes una vez
al afto.
EL REY DE DOVRE. que agarrarse a los restos. i Todo an-
los duendes: "Duende, bástate a ti mis- (2) Heklefjeld, sitio análogo a Bloksberg. iAh I El príncipe no puede quejarse tes que ser confundido entre los otros
mo.u (3) Flnna del diablo. del lema; en un sitio o en otro... despojos!
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EL FUNDlDOR. PEER GYNT. sas", dijo Esben agachándose a coger
EL FUNDlDOR.(En la encrucijada.) Sí; mas concédeme una tregua. Quie- el ala de una picaza (1). iQuién hubie-
Bueno, Peer Gynt; ¿dónde está ese "Ser uno mismo" es matar el yo; ro buscar al pastor, confesarme con él ra pensado que los pecados habrían de
certificado? pero esta explicación no va contigo. De en un momento y traerte el certificado. sacarme del aprieto la última noche I
modo que podriamos decir mejor que es Bueno; el asunto sigue siendo enojo-
PEER GYNT. presentarse en todas partes con la opi- EL FUNDIDOR. so. En realidad, esto es ir de mal en
¿Ya aquí, en la encrucijada? ¡Qué nión del maestro como propio reclamo. En cuanto me 10 traigas, por supues- peor. Pero existe un dicho confirmado
pronto! tO, te librarás del cazo de fundir. Pero por la experiencia: "Mientras hay vida,
PEER GYNT. la orden, Peer... hay esperanza." (UN HOMBREFLACO,
EL FUNDlDOR.
Veo escrito en IU cara lo que dice Pero ¿y quien nunca logra saber lo ccm indumentaria de pastor, abotonado
la nota, antes de haberla leido. que el maestro había pensado sobre él? PEER GYNT. hasta el cuello y una red de cazar pája-
Se trata de un papel viejo; proba- ros al hombro, viene a toda prisa por la
EL FUNDIDOR.
PEER GYNT. blemente, data de hace bastante úem- loma.) ¿Quién será? ¡Un pastor con una
Me cansé de tanto correr j uno pue- Eso es que algo sospecha. po, cuando yo llevaba una vida relajada red de cazar pájarosI ¡VayaI por 10
de extraviarse, y... y dulce, haciendo de profeta y creyendo visto soy el niño mimado de la Fortuna.
PEER GYNT. en el ¡atum. Oye, ¿me permites que in- Buenas noches, señor pastor. El sendero
EL FUNDIDOR. Pero i cuántas veces son falsas esas tente... ? es malo...
Sí; y además, ¿a qué conduce? sospechas, y se va uno al diablo en me-
dio de su carrera! EL FUNDIDOR. EL HOMBRE FLAco.
PEER GYNT. Pero.. . Sí, efectivamente; pero ¿qué no se
Es verdad; en el bosque, de noche:.. EL FuNDIDOR. hará por un alma?
La cosa está clara; Peer Gynt; en la PEER GYNT.
EL FUNDIDOR. pobreza de las sospechas tiene el del iAnda, sé amableI De fijo, no tienes PEER GYNT.
Por estos lugares anda un viejo... casco de caballo su anzuelo principal. gran cosa que hacer. Son tan sanos los iAh I ¿Hay alguien que va a empren-
¿Quieres qu~ le llamemos? aires de esta comarca, que agregan una der el camíno del cielo?
PEER GYNT. porción más de años a la vida de los
PEER GYNT.
He aquí una cuesúón demasiado com- habitantes. Recuerda 10 que escribió el EL HOMBREFLAco.
No; déjale. El pobre está borracho. plicada. Escucha: renuncio a ser yo mis- pastor de Justedal (1). "'Es cosa rara No; espero que haya tomado otra
mo. .. Ta.1vez ni pudiera Iprobado. Con- que alguien muera en este valle." dirección.
EL FUNDIDOR.
sidero perdida esta parte del asunto. Pe-
Pero quizá pudiera... ro hace poco vagaba solo por el páramo, EL FUNDIDOR.
sentí que el zapato de la conciencia me Hasta la próxima encrucijada, pero PEER_GYNT. .
PEER GYNT. no .más... Senor panor, ¿me permtte usted que
apretaba, y me dije a mí mismo: ""A le acompañe un rato?
¡Chis!... No... iDéjale! pesar de todo, eres un pecador..."
PEER GYNT.
EL FUNDIDOR.
EL FUNDIDOR. Un pastor. iAunque tenga que co- EL HOMBREFLAco.
Bien. ¿Empezamos ya? gerle con tenazas I (Vase corriendo.) Con mucho gusto; me agrada ir acom-
Parece que vuelves al punto de partida. pañado.
PEER GYNT.
Una pregunta solamente: ¿qué quie- PEER GYNT.
CUADRO DECIMO PEER GYNT.
re decir, en resumidas cuentas, "ser uno De ninguna manera. Quiero decir un
mismo"? Tengo un peso en el corazón...
gran pecador, no sólo por las acciones, LtmUJ cubierrll de brezo. El camino serpenrea
sino por los deseos y ).as palabras, ade- en la altura.
EL HOMBRE FLAco.
EL FUNDIDOR. más; En el extranjero llevé una vida
. Pregunta extraña, sobre todo en bo- desenfrenad.a. . PEER' GYNT.
""Heraus"I (2). Empiece.
ca de uno que acaba de... "Esto puede servir. para muchas co-
EL FUNDID~R. (1) Frase citada en uno de los cuentos
PEER GYNT. de Absjorsen y Moc.
Es posible; pero necesito el certifi- (1) Frase de un cuento popular noruego. (2) fuera. En alemán en el original.
Responde sin evasivas. cado.
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PEER GVNT. EL HOMBREFLACO. EL HOMBRE FLACO. PEER GYNT.
Aquí, ante los ojos de usted, se en-i Un apretón de manos! Le creo a ¿Habitación caliente? Si; pero ¿sabe usted una cosa?... iHe
cuentra un hombre decente. He respe-
usted libre de prejuicios. Bien, amigo; fingido ser profeta 1
tado la ley del Estado honradamente;
¿en qué puedo servirle? No me pida PEER GVNT.
nunca fuí esposado ni permanecí entre
poder ni dinero; no podría proporcio- No muy caliente, y a ser posible, con EL HOMBRE FLACO.
rejas. Sin embargo, uno puede dar al-
nar tales cosas, aunque me ahorcaran. No opción a abandonada sano y salvo, o ¿En el extranjero? iMentira! Si no
guna vez un resbalón y caer... cabe imaginarse lo mal que va el nego- con derecho, como se dice, a retirarse tiene usted otro argumento en que apo-
cio; las transaccíones han bajado nota- cuando lleguen dias mejores. yarse, no podría dade alojamiento, por
EL HOMBRE FLACO. blemente. Ya no llegan almas; sólo una mucho que quisiera.
iBah! Eso le ocurre hasta al más de tarde en tarde... EL HOMBRE FLACO. PEER GYNT.
perfecto. Querido amigo, }o lamento sinceramen- Escuche: en un naufragio... iba sen-
PEER GVNT. te ; pero no puede usted figurarse la tado sobre la quilla de una lancha, y
PEER GYNT.
¿Tanto ha mejorado el género? cantidad de ruegos con un contenido aná- como está escrito: "Cuando uno se aho-
Pues verá usted: esas pequeñeces...
logo que me envían las gentes cuando ga, se agarra a una paja"... Y también
EL HOMBRE FLACO. van a dejar su misión en la tierra. está escrito: "Cada uno debe pensar en
EL HOMBRE FLACO.
¿Nada más que pequeñeces? No; al contrario, se ha degradado ver- sí mismo". De suerte que en parte se-
gonzosamente. La mayor parte acaba en PEER GYNT. paré a un cocinero de la vida.
PEER GVNT. el cazo de fundir. No obstante, si se toma en cuenta
mi comportamiento anterior, soy hombre EL HOMBRE FLAco.
Sí, siempre me abstuve de pecados
grandes. PEER GYNT. con derecho a entrar... Me conformaría .con que hubiera se-
Sí, algo de ello, he oído decir, y da parado en parte a un cociÍlero .de otra
EL HOMBREFLACO. la coincidencia de que he venido por EL HOMBRE FiAco. cosa. ¿Qué es eso de decir "en parte"?
En ese caso, buen hombre, déjeme en esa causa. Esas no eran más que cosas sin im- ¿Quién cree usted que, en tiempos como
paz. No soy lo que usted parece creer. portancia. .. éstos, es capaz de derrochar combustible
Mire mis dedos. ¿Qué encuentra de EL HOMBRE FLAco. por seres mezquinos y tan poco serios?
particular en ellos? Hable sin reparo. PEER GVNT. Sí; no se enfade... La indirecta se re-
En cierto sentido; pero ahora recuer- fería a los pecados de usted, y perdone
PEER GYNT. PEER GvNT. que me explaye de esta guisa. Escuche,
do, además, que me dediqué a la trata
Una uñas extraordinariamente des- Si no fuese inmodesto, quisiera... querído amigo: deseche esa presunción
de negros...
arrolladas. de la cabez,a y hágase a la idea del cazo
EL HOMBRE FLAco. EL HOMBRE FLAco. de fundir. ¿Qué sacaría con que yo le
EL HOMBRE FLAco.
¿Un alojamiento? I:Ia habido quienes han hecho la trata procurase manutención y alojamiento?
¿Y ahora? ¿Está usted mirando mis Piénselo usted, que es hombre sensato.
pies? de voluntades y almas; pero 10 hicie-
PEER GYNT. ron tan disparatadamente, que no logra- Claro que se queda con el recuerdo;
Ha adivinado usted mi ruego antes ron entrar. pero las cjeadas sobre el paisaje del re-
PEER GVNT. (Señalando con el dedo.) cuerdo serían, tanto para el corázón como
¿Ese casco es natural? que yo lo formulara. La empresa va, co-
mo usted dice, mal; de manera que PEER GYNT. para ,la inteligencia, 10 que los suecos
quizá no le importe... llaman CObra litet rolig" (1). Usted no tie-
EL HOMBREFLACO. Exporté imágenes de B r a h m a a ne por qué dolerse o sonreír, regocijarse o
Sí, me precio de ello. China.
EL HOMBRE FLAco. escaparse. Nada que le dé frío o calor;
PEER GYNT. (Descubriéndose.) Pero, querido... EL HOMBREFLAco. '
si acaso, algo de resquemor.
Habría jurado que era usted un pas- i Otra vez el estilo del hombre dé- PEER GYNT.
tor, y resulta que tengo el honor... En PEER GYNT. bil! De estas cosas no podemos hacer
fin, lo mejor es lo mejor siempre... Si Mis pretensiones no son muy gran- Está escríto que no es fácil saber dón-
más que sonreímos. Hay gentes que ex-
la puerta grande está abierta, evita la des. En puridad, no necesito sueldo; me de aprieta el zapato 'al que 10 lleva
portan figuras aún más feas en prédicas, puesto.
puerta de la servidumbre; si puedes basta con un trato amable, según el en arte y en literatura, y aun así tienen -"
llegar al rey, evita a los lacayos. lugar y las circunstancias... que quedarse fuera... (1) Cosa poco divcnida.

836 837

I
1.&1
EL HOMBRE FLACO. o sea lo que se llama el po3itivo. Pero EL HOMBREFLACO. enterrado "Nadie". Y luego... despues...
Así es. Yo-gracías a quien me sé- si, como en el caso de usted, la prueba Entonces tendré que irme en seguida. isuceda lo que sea! (Por el camino del
tengo necesídad de una sola bota... Pe- es algo borrosa, de nada sirven el azufre j Ojalá Je cace a tiempo! Ese Cabo, ese bosque.avanzan 'Ilariaspersonas que se
ro, a propósito de botas, recuerdo que y la sosa cáustica. Cabo, jamás me agradó. Andan por allá dirigen a la iglesia.) iNo los miraré ja-
debo marcharme; he de ir en busca de unos malos misioneros de Stavanger (1). más! jHay vacío y soledad en ellos!
una carne para asar. que supongo de PEER GVNT. (Se marcha precipitadamente en direc- (Intenta deslizarse entre los arbustos,
prímera calidad. Por tanto, será mejor De manera que hay que llegar a us- ción Sur.) pero se encuentra en la encrucijada.)
que no me entretenga aquí diciendo ton- ted como un grajo, para luego marchar3e
terías.. . como una perdiz, ¿no es así? ¿Puedo PEER GVNT. EL FUNDlDOR.
preguntarle qué nombre da usted al ne- ¡Qué perro estúpido! ¡Cómo sale co- iBuenos días, Peer Gynt! ¿Dónde
PEER GVNT. gativo que va a convertir ahora en po- rriendo con la lengua fuera! Pues se está la lista de los pecados?
¿Y puedo preguntar qué pienso pe- sitivo? va a quedar con la cara larga. Se hace
caminoso ha cebado a valer un tipo como ése; pero ya puede PEER GYNT.
usted se refiere? ese tipo a que EL HOMBRE FLACO. darse importancia, pues su oficio no le ¿Querrás creerme que he llamado y
Peer Gynt. hará engordar, a buen seguro. Pronto silbado con todas mis fuerzas...?
EL HOMBRE FLAco.
caerá. Bueno; yo tampoco me encuentro
PEER Gm. muy seguro, que digamos: se puede de- EL FUNDIDOR.
Según creo, fué él mismo, tanto de
noche como de cUa. Yeso es, en el ¿Peer Gynt? ¡Ah! ¿Ya ha conser- cir que he sido expulsado de la clase ¿Y no has encontrado a nadie?
vado el señor Gynt su yo? de noble3 propietarios... (Se 'Ve caer una
fondo, 10 que importa. estrella.) ¡Recuerdos a Peer Gynt, her- PEER GYNT.
EL HOMBREFuco. mana estrella! Aparecer, apagarse y mo- A nadie; 3ólo a un fotógrafo ambu-
PEER GYNT. Sí; él lo jura así. rir en el abismo... (Se estremece bajo lante. -
¿El mismo? ¿De modo que esa clase una sensación de angustia y se adentra
de per30nas son los feligreses de usted? PEER' GYNT. en la niebla. Continúa en silencio un EL FUNDIDOR.
Por supuesto, ese Peer Gynt es dig- rato; luego grita:) ¡No hay nadie! ¡Na- Pues ha expirado el plazo.
EL HOMBRB'FLAco. , no de crédito. die entre la multitud! iNadie en el
Depende... Para ellos, al menos, la abismo! ¡Nadie en el cielo! (Reaparece PEER GYNT.
puerta está entreabierta. Recuerde que se EL HOMBREFuco. más abajo. Arroja su cayado.) ¡Tan in- Todo ha expirado; el buho 10 anun-
¡;~It,.
puede ser uno mismo de dos maneras: ¿Le conoce u3ted quizá? creíblemente pobre puede volver un al- cia. ¿Oyes sus graznidos?
I! 'j por el dercd10 o por el revés del traje. ma a la nada entre la3 tinieblas grises!
I ¿Sabe usted que hace poco han des- PEER GYNT. ¡Tierra divina, no te enojes porque haya EL FUNDlDOR.
cubierto en Parls un modo de hacer i Pchs! Conoce uno a tantos... pisoteado tus hierba3 inútilmente! ¡ Sol Es la campana de maitines.
retratos con el sol? Se pueden sacar bien adorable, has derrochado tus rayos re-
retratos directos o bien los que llaman EL HOMBREFLACO. lucientes sobre una cabaña deshabitada! PEER GYNT. (Señalando con el dedo.)
negativos. Estos últimos presentan la luz No tengo tiempo que perder. ¿Dónde No había dentro nadie a quien calentar ¿Qué es aquello que brilla?
y la sombra a la inversa. y a los oj03 le vió usted por última vez? y animar; dicen que el amo nunca esta-
profanos parecen feos. Pero también se ba en casa. Sol divino, tierra hermosa, EL FUNDIDOR.
encuentra en ellos semejanza, y no hay PEER GYNT. fuistei3 necios al alumbrar y alimentar No es sino la luz de una cabaña.
más que revelarlos... Si un alma-durante Por el Cabo... a mi madre. Espíritu de avaro o natura-
el curso de su vida da una fotografía ne- leza pródiga, es caro pagar con la vida PEER GYNT.
gativa, la placa no es rechazada por EL HOMBREFuco. el propio nacimiento... Quiero subir al ¿Y ese sonido?
ello... Placa3 así me envían, senci1lamen~ "Di Buona Speranza"? (1). pico más alto y escarpado; quiero ver
te. Yo las trato por mi propia cuenta, aún una vez más la salida del sol, con- EL FUNDIDOR.
y merced a medios adecuados, se verifi- PBBR GYNT. templar hasta cansarme la tierra prome- Una mujer .que canta, nada más.
ca una transformación. Las paso por Sí; pero, si no me equivoco. abando- tida, intentar cubrirme bajo un montón
vaho, unto, quemo, limpio con azufre y nará pronto aquel lugar. para que pongan sobre él: "Aquí está PEER GYNT.
otros ingredientes análogos. hasta que - (l) Stavanger era la sede de los mISIoneros
.. Pues allí ' ahí mismo,
. es donde tengo
aparece la imagen que debe dar la placa, (1) En italiano en el original. noruegos. l t a de los Pecados.
que encontrar 1a ,lS
838 839

I
ILL
EL FUNDIDOR. (Agarrándole por un bra- EL FUNDlDOR.(DelTás de la cabaña.) SOLVEIG. SOLVEIG. (Cantando suavemente.)
zo.) ¿Y la lista, Peer Gynt? iEn mi fe, en mi esperanza y en mi i Duérmete, hijo mío, tesoro!
iOcúpate de iu casa! amor! Yo te meceré y te velaré...
(Han salido de la maleza y se PEER GYNT. El niño ha estado en e( regazo de su madre
encuentran junto a la cabaña. i Pregona mi culpa! jugando con ella el dia entero.
PEER GYNT. (Retrocede, sorprendido.) El niño ha descansado sobre el pecho de su
Amanece.) ¿Qué dices...? ¡ Cállate! Son palabras (madre
SOLVEIG.(Sentándose a su lado.) alegres que diriges al hijo que vive en la vida entera. i Dios te bendiga, consuelo
PEER GYNT. i Has convertido mi vida en un can- ti, del cual eres la propia madre! (mío!
¿Que me ocupe de mi casa? Esta es. to divino! iBendito s~a nuestro en- El niño ha estado reclinado sohre mi corazón
¡Vete! ¡Déjame! Aunque el cazo tu- cuentro en esta mañana de Pentecos- SOLVEIG.
toda la vida. i Cuán cansado parece!
viera el tamaño de un ataúd, no cabría- tés!
i Duénnetc, hijo mío, tesoro!
Sí, lo soy; pero ¿quién es su padre? ¡Yo te meceré y te velaré!
mos en él yo y mi lista, créeme.
PEER GYNT. Es él quien perdona a ruegos de la ma-
i Entonces, estoy perdido! dre. EL FUNDlDOR.(Detrás de la cabaña.)
EL FUNDIDOR. Nos encontraremos en la última en-
i Hasta la tercera encrucijada, Peer! SOLVEIG. crucijada, Peer; veremos a la postre...
Pero entonces... (Se aparta y vase.) PEER GYNT. (Brillándole la cara al com-
Hay alguien que dispone... prender, grita:) No digo más.
i Mi madre! iMi esposa! i Mujer sin
PEERGYN'(. (Acercándose a la cabl:ña.) PEER GYNT. mancilla! i Ah ! i Ocúltame, ocúltame SOLVEIG. (Cantando en tono más alto,
"Vaya o venga... ¡siempre estoy a ¡Perdido! A no ser que sepas re- ahí dentro! (La abraza con fuerza y es- en medio del resplandor diurno.)
la misma distancia! Tanto da que en- solver enigmas.' . . conde el rostro en su seno. Larga pausa. Yo te meceré y te velaré...:
tre como que salga. ¡Siempre es igual Sale el sol.) i Duerme y súeña, hijo mío I
de estrecho!" (Se detiene.) ¡No! Es tris- SOLVEIG.
te como un lamento interminable entrar ¡Dímelos !
en casa para salir... (Torna a detenerse
a los pocos pasos.) "Da Ja vuelta", de- PI!I!RGYNT.
da Boigen: (Oye cantar dentro de la ea-. ¿Que los diga? ¡Ah! ¿Cómo no?
baña.) No; ahora iré derecho, por in- ¿Puedes indicarme dónde ha estado Peer
grato que sea el camino. (Se dirige ca- Gynt desde Ja última vez que le viste?
rriendo a la casa. En el mismo momento .
aparece en el umbral SOLVEI~,con el SOLVEIG.
libro de salmos envuelto en el pañuelo y ¿Dónde ha estado?
un bastón en la mano. Se muestra es-
belta y cariñosa. PEERse prosterna bajo PEER GYNT.
el dintel.) Si tienes sentencia para un pe- Sí, ¿dónde estuvo tal como Dios le
cador, pronúnciala ya. concibió, con el sello de la predestina-
ción sobre la frente? ¿Puedes indicár-
SOLVEIG. melo? Si no, tendré que volverme y
iEs él, es él! iAlabado sea Dios I (Le hundirme en países nebulosos...
busca a tientas.)
SOLVEIG. (Sonriendo.)
PEER GYNT. i Oh ! ese enigma es muy sencillo.
¡Quéjate! i Repróchame mi delito I
PEBR GYNT. .

SOLVEIG. IPues di )0 que sepas !¿Dónde estu-


¡Nada has pecado, mi único amor l ve "yo mismo"; el íntegro, e) auténti-
(Le busca a tientas otra 'lJez y por fin co? ¿Dónde estuve, con el sello de Dios
le encuen.tra.) sobre la frente?
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