Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los trastornos psicosexuales incluyen los trastornos de identidad de género, las parafilias y las disfunciones
sexuales. Estas últimas son la categoría que con mayor frecuencia se observa en la práctica médica general.
Las normas de conducta sexual y las actitudes frente a ellas varían ampliamente de unas culturas a otras y dentro
de un mismo contexto cultural. Así, por ejemplo, la masturbación, que en su día se consideró como una
perversión causante de trastornos mentales, en la actualidad se contempla como una actividad sexual normal a lo
largo de la vida; solamente se considera un síntoma cuando inhibe el comportamiento orientado a la pareja, o bien
si se realiza en público o es lo bastante compulsiva como para causar angustia. La incidencia de la masturbación
es de cerca del 97% en los hombres y el 80% en las mujeres. En sí misma es una actividad inocua, pero la culpa
generada por las actitudes desaprobatorias y punitivas de los demás puede causar considerable angustia y afectar
a la vida sexual.
Cerca del 4 al 5% de la población tiene una orientación preferentemente homosexual durante toda su vida. A
partir de 1973 la American Psychiatric Association dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad.
Al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad es el resultado de complejos factores, que conducen a una
preferencia casi inevitable en la elección de pareja sexual. Para la mayoría de las personas no es un asunto de
libre decisión. No obstante, mucha gente, incluidos los médicos, consideran la homosexualidad como inmoral y
pecaminosa, lo cual tiene su importancia, porque la intensa aversión a la homosexualidad (homofobia) por parte
de un médico puede interferir con la adecuada asistencia a las personas homosexuales.
La actividad sexual frecuente con muchas parejas, a menudo en encuentros esporádicos únicos, indica una escasa
capacidad para establecer vínculos. Por otro lado, el miedo al SIDA ha dado lugar a una disminución de las
relaciones sexuales fortuitas. La mayoría de las culturas no ven con buenos ojos las prácticas sexuales fuera del
matrimonio. No obstante, en Estados Unidos la mayoría de las personas mantienen relaciones sexuales antes de
casarse, dentro de la tendencia general a una mayor libertad sexual en los países occidentales.
Un médico bien informado puede ofrecer consejo sobre temas sexuales con sensibilidad y coherencia, así como
prestar ayuda útil al respecto, siempre que tenga en mente que las prácticas sexuales varían de una cultura a otra,
igual que la intensidad del impulso sexual, las necesidades individuales y la frecuencia de los contactos sexuales.
TRASTORNOS SEXUALES
PARAFILIAS
Esencialmente consisten en que el individuo tiene unas necesidades y fantasías sexuales intensas y recurrentes
que generalmente suponen:
1. Objetos no humanos
2. Sufrimiento o humillación propia o del compañero
3. Niños o personas que no consienten
Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o fantasías parafílicas pueden ser estímulo de excitación sexual
para una persona sin ello llegar a ser una parafilia. Por ejemplo, la ropa interior femenina suele ser excitante para
muchos hombres. Será parafilia sólo cuando el individuo actúe sobre ellas o cuando le afecten en exceso.
1. Exhibicionismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una
persona extraña. En ocasiones el individuo se masturba al exponerse o al tener estas fantasías.
2. Fetichismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican el uso de objetos inanimados (fetiches).
Ropa interior, zapatos, botas, son fetiches comunes. El individuo se masturba mientras sostiene, acaricia, etc., el
fetiche o le pide al compañero que se lo ponga. El objeto ha de ser marcadamente preferido para lograr la
excitación sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente
perturbada ellas.
3. Frotteurismo
4. Pedofilia
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican actividad sexual con niños prepúberes.
Los niños suelen ser menores de 12-13 años y el individuo ha de tener por lo menos cinco años más que el niño
para que sea considerado el trastorno. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra
marcadamente perturbada ellas.
5. Masoquismo sexual
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica el acto (real o simulado) de ser
humillado, golpeado, atado o cualquier tipo de sufrimiento. La persona ha actuado de acuerdo con estas
necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
6. Sadismo sexual
7. Fetichismo transvestista
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican vestirse con ropas del sexo contrario.
La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
Generalmente guarda una importante colección de ropa para transvestirse cuando está sólo, luego se masturba
imaginando que otros hombres se sienten atraídos por él como si fuera una mujer.
8. Voyeurismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías
sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica el hecho de observar ocultamente a otras
personas cuando están desnudas o en actividad sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o
se encuentra marcadamente perturbada ellas.
9. Transexualismo
Trastorno de identidad de género por el que la persona cree ser víctima de un accidente biológico, que le tiene
presa en un cuerpo incongruente con su identidad sexual subjetiva. La incidencia calculada es de cerca de 1 caso
por cada 30.000 varones nacidos y 1 por cada 100.000 niñas. En raras ocasiones el transexualismo se asocia a
ambigüedad genital o anomalías genéticas. La mayoría de los transexuales que solicitan tratamiento son hombres
que reivindican una identidad de género femenino y consideran repugnantes sus órganos genitales y rasgos
masculinos. El objetivo primario de estas personas no es lograr tratamiento psicológico, sino conseguir hormonas
y una intervención quirúrgica que aproxime su aspecto físico al género con que se identifican.
10. Homosexualidad
DISFUNCIONES SEXUALES
Se consideran disfunciones sexuales a la existencia de inhibición de los deseos sexuales o de los cambios
psicofisiológicos que caracterizan al ciclo completo de la respuesta sexual. El ciclo completo de la respuesta
sexual se divide en cuatro fases:
1. Deseo: Incluye fantasías y ganas de tener actividad sexual.
2. Excitación: consiste en la sensación subjetiva de placer que va acompañada de cambios fisiológicos.
(Erección, lubrificación vaginal, etc.)
3. Orgasmo: Es el punto culminante del placer sexual con la eliminación de la tensión y la concentración
rítmica de los músculos del perineo y de los órganos reproductivos pélvicos. En el hombre existe la sensación de
inminencia eyaculatoria, seguida de la emisión del semen. En la mujer existen contracciones de la pared del
tercio externo de la vagina. En ambos sexos existe a menudo tensiones o contracciones musculares generalizadas.
· Hablamos de disfunciones sexuales cuando una o más de estas fases sufre alteraciones, pudiendo hablar por
tanto de:
Trastornos del deseo sexual
Trastornos de la excitación sexual
Trastornos del orgasmo
Trastornos sexuales por dolor
Desde la Terapia Breve Estratégica del psicólogo Nardone se han analizado unas soluciones intentadas
que los pacientes ponen en marcha para solucionar su problema pero que en cambio son el motivo de
creacioá n y mantenimiento del problema. Las soluciones intentadas principales que no funcionan en
los problemas sexuales son:
La búsqueda de forma voluntaria y deliberada de sensaciones y de reacciones. EÉ stas que
deberíáan de ser espontaá neas si el paciente las intenta controlar se acaban descontrolando. Maá s la
persona se concentra e intenta sentir las sensaciones o conseguir las prestaciones necesarias y estaá s