Está en la página 1de 23

NUTRICIÓN, MENTE Y EMOCIONES

por Mike Benton

INTRODUCCIÓN

El bienestar emocional depende de una buena nutrición

La nutrición adecuada no es sólo la base de la salud física, sino que también es el


requisito previo para gozar de un bienestar emocional y mental. "Mente sana en cuerpo
sano" es como los griegos de hace dos mil años expresaban esta relación. Hoy en día
empleamos términos como psicosomático, salud holística, dietética, etc. que también describen el
conocimiento cada vez mayor de que la salud de la mente es inseparable de la salud del cuerpo.

Esta observación no en absoluto sorprendente. Las enfermedades y la mala salud física dan
lugar a sentimientos de ansiedad, preocupación y depresión. Igualmente, el estrés mental y
el trastorno emocional pueden contribuir a muchas enfermedades que normalmente se piensa
que tienen un origen físico. Tan interdependientes son la salud del cuerpo y de la mente que no
puede existir una "persona deprimida sana" ni un "individuo esquizofrénico físicamente sano."

Podemos afirmar que la salud física radiante produce un equilibrio emocional y mental
y que una mente tranquila y clara produce bienestar físico. No cabe duda de que un estado
mental y emocional saludable se puede asegurar gracias a una buena nutrición.

El hecho de que el bienestar mental dependa de la nutrición debería ser obvio si tenemos en
cuenta que la calidad de nuestra sangre determina la calidad de nuestros pensamientos. Al igual
que los demás órganos, nuestro cerebro recibe su sustento a través del oxígeno y nutrientes
transportados en la corriente sanguínea. Si se extrajera casi toda la sangre del cerebro, nos
desmayaríamos. Si se vaciase al cerebro de sangre por un breve espacio de tiempo, moriríamos.

Cuando el contenido de oxígeno de la sangre desciende debido a una mala respiración, el


oxígeno del que el cerebro puede disponer también desciende, y nos sentimos débiles y apáticos.
Nuestros procesos mentales se hacen lentos y confusos.

Si a la corriente sanguínea le faltan nutrientes vitales, o si están circulando toxinas por el


cuerpo, el cerebro se verá afectado exactamente igual que el hígado, los riñones, los huesos y los
músculos.

En casos extremos de una corriente sanguínea tóxica o de que las cantidades de nutrientes
sean escasas, pueden producirse enfermedades mentales. Estas enfermedades son evidentes
incluso para el observador fortuito. Sin embargo, en los casos más sutiles de "envenenamiento de
la sangre" ocasionado por una mala nutrición, la mente también resulta muy afectada.

De hecho, la mayoría de la población nunca ha disfrutado de una salud mental completa


porque sus corrientes sanguíneas, que nutren al cerebro, están contaminadas constantemente.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Pocas personas han experimentado la claridad cristalina de una percepción mental aguda que
acompaña a una corriente sanguínea purificada. Por consiguiente, la mayoría de la gente acepta
sus temores y frustaciones diarias como algo natural. Sin embargo, con la nutrición óptima nuestro
bienestar mental no tiene porque verse en esa tesitura

Las emociones y su relación con la dieta y la salud

Las emociones también desempeñan un papel complejo. Influyen en la elección de la dieta y


en la utilización de los nutrientes por parte del cuerpo. De hecho, quizás la razón más importante
por la que una nutrición óptima no sea aplicada universalmente sea que comer tiene tantas
connotaciones emocionales. Para muchas personas, la comida y el alimento están relacionados
con los estados emocionales de placer, dolor, recompensa, castigo, etc.

Todos nosotros tenemos asociaciones agradables y desagradables con los alimentos y nos
resistimos a cambiar esas asociaciones. Como resultado de eso, la persona normal a menudo
piensa que la nutrición adecuada significa dejar los alimentos que emocionalmente favorecen y
comer aquellos que odian. "Si sabe bueno, engorda" es el típico chiste entre los que hacen dieta.

No sólo estas emociones influyen en nuestra elección de la dieta, sino que la dieta a su vez influye
sobre las emociones. Ciertos alimentos hacen estragos en el nivel de azúcar de la sangre,
haciendo que las personas pasen por periodos de depresión e irritabilidad. Otros alimentos
convierten a niños tranquilos en ruidosos e hiperactivos.
Es obvio que la nutrición desempeña un papel vital en nuestra salud mental y emocional. Al
estudiar este papel en detalle, podemos descubrir la dieta óptima y las actitudes mentales y
emocionales adecuadas que fomentan la salud total en el individuo.

CÓMO LOS ALIMENTOS INFLUYEN SOBRE LA SALUD MENTAL Y EMOCIONAL

En una interesante historia sobre una familia que seguía una dieta óptima a base
principalmente de frutas frescas, complementada por algunos frutos secos y semillas, los tres
niños de la familia habían estado siguiendo una dieta de predominantemente fruta durante varios
años. Durante ese periodo, su comportamiento fue excelente. Eran agradables y simpáticos con
sus padres y con los demás. Cooperaban en el trabajo y jugaban sin ninguna muestra de
irritabilidad.

A modo de experimento, la madre les dio de comer un día varias rebanadas de pan integral.
Una hora después de comer, los niños se estaban peleando entre ellos y tenían varios accesos de
cólera y arrebatos emocionales.

¿Casualidad? Quizás, pero consideremos que muchas personas son alérgicas a los productos
que contienen trigo y que comer trigo se asocia generalmente a poblaciones belicosas. (Ver las
observaciones hechas por J.I. Rodale más adelante en esta lección.)

La cuestión es que cuando una persona sigue una dieta pura y de alta calidad, cuando
consumen alimentos de calidad inferior inmediatamente notan sus efectos en el estado mental y
emocional.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
No sólo comer trigo produce problemas de salud y las consiguientes alteraciones emocionales
y mentales, sino también comer alimentos altos en grasa tienden a embotar la mente y entorpecer
el pensamiento. La digestión de la grasa es tan pesada que mucha sangre se desvía del cerebro
hacia el sistema digestivo. A causa de eso, los procesos mentales se hacen más lentos y se
produce una depresión leve.

Los ejemplos anteriores representan sólo casos leves. cuando se consumen alimentos de muy
baja calidad, sus efectos sobre la mente y las emociones son más intensos - causando a veces
depresiones mentales completas y transformación de la personalidad. Hablaremos más adelante
de los alimentos insanos y sus efectos.

Los efectos de los alimentos sobre la mente han sido estudiados durante muchos miles de
años por los filósofos orientales. Muchos de estos filósofos han ido tan lejos como a clasificar los
efectos que muchos de los alimentos que se comen frecuentemente tienen sobre el estado
mental.

Alimentos puros

Los alimentos puros, que consisten principalmente de frutas y verduras frescas, se dice que
traen calma y tranquilidad a la mente. Estos alimentos tienen fama de incrementar la claridad de
la mente y la dulzura del carácter. Se recomiendan especialmente a aquellos que deseen crecer
espiritualmente y lograr una mente reflexiva.

Alimentos estimulantes

Los alimentos estimulantes incluyen especias, carne, huevos, cebollas, etc., y se dice que
crean pasiones animales y que provocan un estado mental intranquilo e insatisfecho. Estos
alimentos contribuyen a provocar trastornos nerviosos y arranques emocionales.

Alimentos impuros

Los alimentos impuros que incluyen alimentos putrefactos, procesados y en conserva,


disminuyen la capacidad de pensar, embotan los sentidos y contribuyen al desarrollo de
enfermedades mentales crónicas. Aceleran el proceso de envejecimiento y provocan una muerte
temprana.

Independientemente de nuestras creencias religiosas personales, debemos apreciar las


concienzudas observaciones hechas miles de años antes por estos estudiantes de la dieta y de la
mente. Hace tiempo que sabían, lo que ahora están descubriendo los científicos, que la calidad de
nuestro alimento afecta directamente la calidad de nuestros pensamientos.

En sus relatos sobre Diet and War, J.I. Rodale proporcionó una correlación entre la tendencia
de un país hacia la guerra o hacia la paz basándose en su dieta nacional. Descubrió que la actitud

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
nacional era más belicosa y agresiva en proporción a la cantidad de azúcar, carne, productos de
trigo y cebada consumidos por su población. A lo largo de la historia, han sido los nómadas
comedores de carne los que han hecho la guerra a las tribus agrarias pacíficas.

Las dos maneras en que los alimentos influyen sobre nuestra mente y emociones

Básicamente, los alimentos influyen sobre nuestro estado mental y emocional de dos maneras:

1) O bien proporcionan o agotan los nutrientes vitales de los que depende nuestra salud mental
y emocional, y

2) O bien producen o no producen subproductos tóxicos en el cuerpo que envenenan al


cerebro y contribuyen a la aparición de problemas emocionales.

Veamos algunos ejemplos. Comer uvas proporciona a la sangre azúcares y minerales fáciles
de asimilar que favorecen la actividad mental; consumir azúcar blanco, por otro lado, reduce las
vitaminas del grupo B del cuerpo, y esto terminará por producir nerviosismo y depresión mental.
Comer alimentos crudos y frescos a penas deja sustancias tóxicas en el cuerpo; mientras que
comer alimentos en conserva y cocinados satura a la corriente sanguínea con toxinas que
envenenenan al organismo e interfieren con la función cerebral.

Podemos deducir de las observaciones anteriores que la nutrición óptima para tener salud
física, mental y emocional consiste en seleccionar alimentos que, en primer lugar, puedan
proporcionar al cuerpo todas sus necesidades nutritivas y que no interfieran con el equilibrio
nutricional, y, en segundo lugar, a penas tienen subproductos tóxicos.

Los alimentos que alteran el equilibrio nutricional del cuerpo e intoxican el sistema son los
culpables nutricionales de la mala salud mental y emocional. La mayoría de estos culpables son
realemente "sustancias no nutritivas" (como azúcar, alcohol, cafeína, bebidas, etc.) y no tienen un
lugar legítimo en la dieta humana.

Ladrones nutricionales

Cada día millones de personas ingieren diversas sustancias que no tienen ningún valor
alimenticio. Peor todavía, estas "sustancias no nutritivas" no sólo no porporcionan los nutrientes
necesarios, sino que también roban al cuerpo minerales vitales, vitaminas, etc. Estas sustancias
no nutritivas privan al cuerpo de nutrientes y sus efectos sobre la mente y las emociones son muy
perjudiciales. Quizás el ladrón nutricional más dañino y nocivo sea el azúcar blanco.

Azúcar

Los azúcares se encuentran de forma natural en la mayoría de nuestros alimentos.


Especialmente alto es el contenido de azúcares de las frutas que suministran al cuerpo y a la
mente combustible de alta calidad. Los azúcares en su forma natural tal y como los encontramos
en los alimentos frescos y sin procesar son una parte valiosa de la dieta.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Sin embargo, el azúcar blanco refinado es una amenaza química porque carece de minerales
esenciales y de las vitaminas del grupo B para su metabolización. Por ello, el cuerpo se ve
obligado a recurrir a sus propios minerales y vitaminas del grupo B para utilizarlos en la
metabolización del azúcar refinado. La reducción de vitaminas y minerales del cuerpo, causada
por el consumo de azúcar, perturba el equilibrio nutricional del organismo y predispone al
individuo a enfermedades mentales y emocionales que tienen sus raíces en deficiencias
nutricionales.

El azúcar blanco provoca arrebatos emocionales, especialmente en niñas y adolescentes.


Digno de destacar es el descubrimiento de que los delincuentes juveniles de Chicago por término
medio consumían tres veces más azúcar blanco en su dieta que los no delincuentes. Las
escuelas que han eliminado las máquinas expendedoras de refrescos y caramelos han
descubierto que el vandalismo y el absentismo también disminuyen.

El consumo de azúcar a largo plazo, del que abusa la mayoría de la población americana,
produce problemas crónicos en el cual el azúcar de la sangre que pueden manifestarse como
diabetes o hipoglucemia. Las personas con problemas de azúcar en la sangre son propensas a
periodos de depresión, irritabilidad y ataques nerviosos. Es frecuente experimentar "sacudidas
nerviosas" cuando el nivel de azúcar en la sangre sube y baja.

Una bajada anormal de los niveles de azúcar en la sangre es terrible -envía ondas de choque a
través de cada célula en el cuerpo y afecta al cerebro y al sistema nervioso sobre todo. El
resultado es un estado mental errático, y algunos de los síntomas que lo acompañan son: dolores
de cabeza, fatiga, insomnio, irritabilidad, accesos de llanto, crisis nerviosas, preocupación
excesiva, incapacidad para concentrarse, depresión, falta de memoria, pensamientos suicidas,
miedos ilógicos, alergias, etc.

Cafeína, nicotina y alcohol

Además del azúcar, algunos otros ladrones nutricionales son el cigarrillo, la taza de café y el
martini.

La nicotina, tal como se obtiene al fumar el tabaco,aumenta la disfunción metabólica. Daña la


absorción de vitamina C e interfiere con la circulación de la sangre. Al estrechar los vasos
sanguíneos, la nicotina roba al cerebro sus nutrientes esenciales, especialmente la glucosa de la
sangre, su combustible principal. De hecho, no sólo la nicotina inhibe la absorción de la vitamina
C, sino que realmente destruye algo o toda la vitamina C que hay en la sangre. Uno de los efectos
mentales de la disminución de vitamina C es una mayor irritabilidad. Los fumadores tienden a
irritarse fácilmente y a menudo tienen arranques emocionales.

La droga cafeína que se encuentra en el café, té, bebidas de cola y chocolate, provoca
alteraciones emocionales, incluyendo ansiedad. De una a tres tazas de café contienen suficiente
cafeína para causar ansiedad y otras alteraciones emocionales. La cafeína también estimula la
secreción de insulina, perturbando el nivel de azúcar en la sangre.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
El alcohol también perturba el nivel de azúcar en la sangre. De hecho, entre un 70 y 90% de
todos los alcohólicos tienen el azúcar sanguíneo bajo. Como resultado de una serie de estudios,
se descubrió que la mayoría de los alcohólicos padecen una deficiencia de niacina (vitamina B3)
que da lugar a periodos de depresión y sentimientos de falta de autoestima. Estos estados
emocionales pueden hacer que se beba más alcohol en un intento para huir de esos sentimientos.

Todos los ladrones nutricionales mencionados anteriormente tienden a ser perpetuadores, es


decir, crean las mismas condiciones que a menudo hacen que el usuario de estos artículos
vuelvan a ellos. Los síntomas de abstinencia de la cafeína, por ejemplo, pueden frenarse
bebiendo otra taza de café. La irritabilidad causada por fumar se calma fumando otro cigarrillo.
Las "sacudidas" causadas por un periodo de sobriedad pueden eliminarse con otra copa de
whiski. La bajada del nivel de azúcar en la sangre creada por la ingestión de azúcar puede
elevarse temporalmente comiendo una barra de caramelo u otro "alimento" azucarado. En
resumen todos estos artículos no nutritivos son realmente drogas adictivas al igual que el opio y la
heroína. Si estamos verdaderamente preocupados por el "problema de la droga" en America, será
mejor que pongamos nuestra casa en orden primero. Esto supimiría la causa de muchos de
nuestros problemas mentales y emocionales que se producen por una mala nutrición.

ASPECTOS EMOCIONALES DE LA DIETA Y LA DIGESTIÓN

Hasta ahora hemos hablado de cómo la nutrición afecta a la mente, conretamente de cómo
una deficiencia nutricional puede contribuir a la aparición de enfermedades mentales y
emocionales. De igual importancia es darse cuenta de que, aunque la dieta afecta a nuestro
bienestar mental y emocional, nuestro estado emocional influencia a su vez la elección de la dieta
y lo bien que nuestro alimento se digiere y se asimila.

Cómo las emociones inhiben la digestión

Depresiones, preocupación, nerviosismo, ansiedad, tensión y otras emociones negativas todas


ellas están basadas en la emoción básica del miedo. La preocupación es miedo a lo deconocido;
la ansiedad es miedo de situaciones próximas; la tensión es miedo a la gente o exigencias que la
gente hace; el nerviosismo es miedo a la propia incapacidad de uno mismo para hacer frente de
forma adecuada a las responsabilidades de la vida diaria, etc.

Cuando el hombre primitivo tenía miedo, generalmente intentaba salir corriendo de la causa del
miedo. Cuando los animales tienen miedo, su primer impulso es huir. Sin embargo, el hombre
moderno teme las cosas intangibles de la vida. La mayoría de sus miedos son debidos a factores
internos, no externos, y no puede huir de ellos.

Aunque los miedos humanos han pasado de preocupaciones por los animales salvajes de la
selva a preocupaciones por los pagos de la hipoteca, etc., las respuestas fisiológicas a estos
miedos no han cambiado en millones de años.

El pánico es una manifestación extrema de miedo, y es instructivo examinar los cambios


fisiológicos en el organismo que acompañan a esta emoción.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Tan pronto como una amenaza para el organismo se manifiesta como un miedo intenso, una
compleja cadena de acontecimientos se pone en marcha y terminará por afectar a cada célula del
cuerpo.

En primer lugar, el hipotálamo, glándula situada en la base del cerebro, transmite una serie de
señales fuertes a través de la columna vertebral a los centros nerviosos por todo el cuerpo. En la
garganta, se liberan cantidades grandes de la hormona tirotópica en el sistema para estimular al
organismo. Cerca de los riñones, se produce una gran cantidad de la hormona
adrenocorticotrópica cuando las glándulas suprarrenales se ponen en movimiento. Estas
hormonas entonces desencadenan una serie de respuestas programadas por todo el cuerpo.

Los vasos sanguíneos de la piel y el sistema digestivo sufren un estrechamiento rápido para
dirigir la sangre hacia los músculos de los brazos y piernas (de ahí, la expresión "pálido como la
cera"). Esto prepara al cuerpo para la respuesta "huir o luchar" ante el miedo.

Al mismo tiempo, el bazo se contrae y vierte una gran cantidad de glóbulos blancos y
plaquetas en la corriente sanguínea para hacerse cargo de las heridas que puedan producirse. El
hígado también envía una gran cantidad de azúcar sanguíneo para alimentar las demandas
excepcionales hechas por el sistema estimulado.

La saliva en la boca se seca puesto que las ganas de comer desaparecen ante el miedo. Las
ventanillas de la nariz se dilatan para dejar entrar más oxígeno y las pupilas se dilatan para
abarcar más estímulos visuales. En casos de miedo extremo, los gases abdominales se muevan
hacia abajo y expulsan fuera del sistema las heces u orina que haya, aligerando de este modo al
cuerpo y preparándolo para la lucha.

La emoción del miedo produce las reacciones fisiológicas oportunas en el cuerpo para que
pueda salir corriendo rápidamente o luchar si se ve acorralado. Estos tipos de cambios en el
cuerpo realmente son muy beneficiosos si hay un peligro inminente de daño
Estas mismas reaciones ocurren, generalmente en un grado menor, ante un miedo intangible
como si fuera una amenaza física.

Si nos preocupamos por los recaudadores de impuestos o por la hora punta de tráfico,
nuestros cuerpos experimentan reacciones fisiológicas similares como cuando nuestras vidas se
ven físicamente amenazadas.

Veamos ahora en más profundidad la relación entre el miedo y la digestión.

En primer lugar, es obvio que nadie cuya vida esté en peligro va a tener apetito.

El Dr. Herbert M. shelton describió una vez un experimento realizado con un gato que acababa
de comer. Se observó el estómago del gato por rayos X, y la digestión se desarrollaba
normalmente. Entonces se introdujo un perro en la misma habitación y el gato se dio cuenta.
Inmediatamente se detuvieron todos los procesos digestivos en el gato. Su estómago dejo de
moverse y los jugos digestivos dejaron de segregarse. Cuando se llevaron al perro, la digestión
del gato se reanudó.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
El alimento no puede digerirse o asimilarse cuando se tiene miedo. Si comemos cuando
estamos preocupados, deprimidos, tensos o temerosos, el sistema digestivo no puede manejar el
alimento de forma adecuada. Puede ser sólo parcialmente digerido y acabar fermentando o
pudriéndose en el estómago.

Nunca deberíamos comer cuando estamos alterados emocionalmente o "de mal humor." Si
estamos molestos en cuerpo o mente, no deberíamos comer hasta que nos sintamos mejor y
recobremos nuestro equilibrio.

Más aún, no es una buena idea tratar de comer mientras conducimos, discutimos de negocios
o problemas personales, leyendo noticias preocupantes, viendo la televisión o en cualquier
situación que pueda dar origen a emociones intensas.

Cómo las emociones positivas favorecen la digestión

Hace varios años, la profesión médica diagnosticó a un hombre con cáncer terminal. Le dijeron
que probablemente le quedaban cerca de seis meses de vida.

Le dieron el alta en el hospital y terminó su tratamiento médico cuando regresó a su casa a


vivir. Durante los primeros meses estuvo muy deprimido y se pasaba todo el día tumbado en la
cama viendo al tele. Tenía dolores constantemente.

Cada día a última hora de la tarde veía los programas de dibujos animados antes de las
noticias de la noche. Siempre se reía con los dibujos y notaba que al final del programa apenas
tenía dolores. Sin embargo, volvía a tenerlos cuando veía las noticias.

Decidió que podría existir una relación entre su risa y la disminución del dolor. Se hizo instalar
un video y entonces compró todas las películas de humor que recordaba de su juventud.

Se veía todas las comedias de payasadas que pudo encontrar durantes horas. Se compró
docenas de tebeos y los leyó. Tomó la decisión de reirse lo más posible durante las horas de
vigilia.

Gradualmente, el dolor desapareció. Tras seis meses, todavía estaba vivo y su cáncer se
había detenido.

Las emociones felices influyen sobre los procesos fisiológicos del cuerpo, al igual que las
emociones negativas. Cuando estamos contentos, despreocupados y felices, raramente nos
ponemos enfermos. Uno de los resultados de un carácter feliz es una mejor digestión.

Cuando nos sentimos positivos sobre nosotros mismos y nuestro entorno, saboreamos nuestro
alimento más y lo asimilamos más fácilmente. Rodearnos de buena compañía, conversación
agradable y un entorno saludable hace de comer un placer, y la digestión progresa fácilmente.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Cuando estamos relajados, nuestro estómago y otros órganos están menos tensos; se sienten
menos constreñidos y pueden realizar sus tareas más fácilmente. De hecho, el acto físico de
reírse después de una comida permite que el alimento pase más rápidamente a través del tracto
digestivo.

Deberíamos esforzarnos por rodearnos de emociones y pensamientos agradables antes y


durante las comidas. Rezar, meditar o un periodo de silencio antes de empezar una comida
pueden ayudarnos a "disminuir" nuestras actividades. Al fijarnos un periodo tranquilo antes de
empezar a comer, nos alejamos de las emociones apresuradas y pensamientos del día. Nos
damos tiempo para renovarnos espiritualmente antes de renovarnos físicamente.
Independientemente de nuestras creencias religiosas o falta de creencias, es de sentido común
observar un periodo de equilibrio emocional y tranquilidad mental antes de comer. Esto puede
tomar la forma de una oración, una afirmación sobre los alimentos que vamos a comer, o
simplemente un periodo de silencio donde anticipamos el disfrute de la próxima comida.

Factores emocionales y alimentos que elegimos

Comer una dieta óptima sería simple si todos fueramos seres racionales, libres del
condicionamiento emocional. Sin embargo, en el reino de la dieta, a menudo las emociones y
hábitos del pasado son los reyes y las reinas en vez de la razón y la percepción clara.

Comemos helados, alimentos picantes, dulces y otros alimentos destructivos básicamente


debido a necesidades emocionales y a asociaciones emocionales con estos alimentos - no debido
a ninguna necesidad fisiológica auténtica o por una razón premeditada.

Las personas se encariñan emocionalmente con los alimentos como resultado de experiencias
de la infancia, asociaciones pasadas o autocondicionadas. Por consiguiente, ciertos alimentos se
comen a menudo durante estados emocionales determinados, como la depresión, etc., o con la
esperanza de crear una emoción específica, como la alegría o la felicidad.

Por ejemplo, el helado frecuentemente se asocia con las recompensas que nos daban en la
infancia. Cuando eramos niños, el helado representaba un regalo o quizás una señal de la
aprobación o tolerancia paternas. "Si eres bueno, te compraré un helado," es una promesa típica
de unos padres heridos.

Así, a una edad temprana, el helado se asocia con "ser bueno" y con la aprobación de los
padres. Por consiguiente, cuando hemos sido buenos (como hacer una buena dieta durante unas
pocas semanas), decidimos desempeñar los papeles de padre e hijo y premiarnos con un cuenco
de helado. Igualmente, si nos sentimos deprimidos o agobiados por los problemas de la vida,
podemos comer otros alimentos "recompensa" de la niñez para escapar temporalmente de
nuestros problemas de adultos.

Las fiestas como las Navidades están estrechamente asociados con fuertes emociones y
ciertos alimentos típicos de esas fiestas. Tan fuerte es esta asociación emocional del alimento con
la diversión en las fiestas que algunos individuos conscientes de su salud pueden comer pavo,

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
pasteles y dulces en una fiesta en esfuerzo por recuperar los recuerdos de la infancia, además de
por obtener la aprobación de los padres en el presente.

Téngase en cuenta que nos estamos juzgando las asociaciones emocionales y apegos hacia
alimento. Hasta cierto punto, todos nuestros gustos o aversiones alimenticias se basan en
nuestras emociones. Pocas personas comemos guiándonos por razones puramente racionales, ni
es necesario hacerlo así. Lo que es necesario, no obstante, es ser conscientes del papel que las
emociones desempeñan en nuestras elecciones alimenticias. Si vamos a comer ciertos alimentos
que no son convenientes para la salud debido a un estado emocional alterado, deberíamos ser
conscientes de nuestro comportamiento y tratar de abordar nuestros problemas de otra manera
además de la comida.

Los propios alimentos no pueden satisfacer las necesidades emocionales. Si estamos


deprimidos, comer galletas de chocolate puede avivar los recuerdos de una niñez sin
preocupaciones, pero no suprimen la causa de esa depresión. En vez de eso, los alimentos que
estamos comiendo pueden estar creando los problemas emocionales de los que estamos
intentando escapar.

Por ejemplo, en nuestra cultura, a muchos niños se les educa para asociar los alimentos
dulces y azucarados con aprobación, amor, afecto, etc. A menudo un niño recibe un caramelo
como premio. Este tipo de condicionamiento se convierte en una pauta interna que pervive
cuando es adulto.

Cuando las personas adultas se sienten solas, aburridas o desanimadas, pueden comprar un
helado o echar dinero en la máquina expedendora de refrescos más cercana. Comen el alimento
dulce como premio y se sienten algo mejor emocionalmente durante unos breves minutos. Esto
es un ejemplo de cómo un estado emocional negativo (aburrimiento, inseguridad, soledad, etc.)
puede influir sobre la selección de comer artículos no nutritivos (caramelos, galletas, tentempiés,
etc.)

Estos artículos no nutritivos contribuyen a un desequilibrio nutricional que puede, a su vez,


recrear el estado emocional del que se está intentando escapar. Por ejemplo, el azúcar refinado
en los alimentos dulces da una subida temporal de energía y una "subida" emocional falsa.
Después de esta oleada de energía, el azúcar tiene el efecto de privar al cuerpo de las vitaminas
del grupo B y de otros nutrientes. Esta privación creada por el azúcar prepara el escenario para
más alteraciones emocionales y depresión.

Un ciclo aparentemente inevitable se crea: Una persona está comiendo continuamente


alimentos llenos de azúcar en intento por escapar a la depresión que los propios alimentos están
ayudando a crear.

Preferencias y aversiones alimenticias

Muchos de nuestros antojos o de nuestras aversiones hacia ciertos alimentos surgen de


asociaciones emocionales del pasado. Hay muchos adolescentes y jóvenes hoy en día que se

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
niegan a comer verduras porque, cuando eran niños, sus padres les regañaban si no limpiaban
sus platos de todas las verduras cocinadas en exceso y sin vida que les servían.

Ahora que son mayores, asocian su negativa a comer verduras con independencia de sus
padres.

Un hombre conocido de este escritor no come fruta de ninguna clase. Cuando era niño sus
padres le obligaban a comer sandía como un castigo por no comer su cena.

Otro ejemplo lo tenemos también en el uso extendido de productos lácteos que tiene sus
raíces en asociaciones emocionales de la niñez. A los chicos jóvenes sus padres (a quienes la
industria de productos lácteos les decía) les decían "la leche te hará fuerte." Los profesores de la
escuela tenían pósters de los "cuatro" grupos alimenticios "básicos", con la leche en primera
plana. Beber leche se asocia también con ser criado con biberón cuando éramos bebés. Beber
leche puede llegar a ser el puente entre la vida emocionalmente estresante del adulto y el mundo
despreocupado del niño.

Emociones y la cantidad de alimentos que comemos

No sólo nuestras elecciones alimenticias están determinadas en gran parte por nuestras
emociones sino también lo está la cantidad de alimentos que comemos y la manera en qué lo
comemos. Cuando estamos estresados o nerviosos, tendemos a engullir los alimentos, comiendo
"deprisa y corriendo" y apenas dejando tiempo para masticar nuestro alimento como es debido.

Comer en exceso

Comer en exceso es también un problema principalmente emocional. El alimento para él que


come en exceso se convierte tanto en un escape de la insatisfacción de la vida como una droga
para insensibilizar las emociones. Comer de forma compulsiva cuando no se tiene hambre
auténtica sirve como una forma de abuso sensorial no muy diferente alcoholismo, drogadicción o
excesos sexuales.

El comedor compulsivo a menudo utiliza el alimento como un bálsamo emocional. Lo más


frecuente es que se utilice como un sustituto de los sentimientos de amor y afecto. Las barras de
chocolate y las patatas fritas pueden reemplazar relaciones personales significativas en la vida del
que come en exceso. El alimento ya no se utiliza para proporcionar combustible y nutrientes al
cuerpo, sino que se convierte en una forma de placer que se puede conseguir fácilmente y del
que se puede abusar con una cantidad mínima de desaprobación social.

Comer en exceso se produce principalmente por tener una imagen de uno mismo negativa.
Los comedores impulsivos a menudo creen que no merecen ser amados. Para demostrarlo ante
ellos mismos, se hacen obesos y poco atractivos. Se dicen a si mismos: "Nadie me quiere ahora
porque soy poco atractivo. Estoy gordo." Al hacerse físicamente poco atractiva, la persona obesa
es capaz de evitar hacer frente a los problemas reales que se esconden trás su falta de amor o
afecto. Estos problemas pueden ser una falta de atractivo real o imaginaria o un trastorno de la
personalidad.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Puesto que comer en exceso es la mayoría de las veces un problema emocional, el único
modo eficaz de solucionarlo es cambiando el estado emocional del que come en exceso. Si los
comedores compulsivos pudiesen cambiar sus elecciones de alimentos de modo que al menos
coman en exceso de alimentos sanos, y no "alimentos basura," evitarían por lo menos los
problemas emocionales adicionales que los "alimentos basura" crean. La única solución para la
obesidad es el desarrollo de una autoimagen más positiva y la comprensión de que todas las
personas merecemos amor y afecto.

Comer poco y hacer dieta

Al igual que él que come en exceso, él que hace dietas o él que come poco sufren
generalmente de problemas emocionales y psicológicos. El fenómeno de la "anorexia nerviosa" -
hacer dieta hasta la inanición - se ha convertido en un problema cada vez más común, sobre todo
entre las mujeres jóvenes.

Mientras que comer en exceso a menudo proviene de un deseo de "recompensarse," comer


poco es a menudo un intento por "castigarse" a uno mismo y a las personas que viven alrededor
del que come poco (sobre todo los padres). Al rechazar la necesidad de alimentos, él que come
poco se castiga por defectos reales o imaginarios. Comer poco se convierte en un método de
castigar a los padres en particular, porque la negativa a comer es el rechazo de la relación más
básica de padre-hijo -la de nutrir.

Es evidente que abstenerse de ingerir alimentos hasta llegar a la inanición es el resultado


extremo de una perturbación emocional. Debemos señalar que un ayuno controlado por razones
de salud no es lo mismo que una dieta irregular, prolongada, deficiente en nutrientes y pobre en
calorías.

Aunque no tan extremo como la anorexia nerviosa, millones de americanas normalmente se


ponen a hacer dietas que se anuncian a bombo y platillo en las revistas y libros de bolsillo más
recientes o en folletos fotocopiados. Con frecuencia estas dietas autoprescritas son tan pobres en
nutrientes vitales y tan altas en calorías vacías que causan un perjuicio grave a los riñones,
hígado, estómago, etc. La manía de hacer dieta entre está creando una nación de inadaptados
mentales y emocionales.

Vamos a explicar la diferencia entre ayunar y hacer dieta para perder peso. Muchas dietas
para perder peso publicadas en la prensa popular permiten al que hace dieta seguir comiendo
alimentos perjudiciales, bajos en calorías mientras, al mismo tiempo, reducen la cantidad de
alimentos beneficiosos en la dieta. A consecuencia de eso, se producen graves desequilibrios
nutricionales que pueden contribuir a problemas emocionales. En comparación, el ayuno permite
al organsimo restablecer su desequilibrio nutricional. Tanto éxito tiene el ayuno a este respecto
que ha sido empleado para tratar pacientes trastornados emocionalmente que tenían
desequilibrios nutricionales por todo el cuerpo.

En muchas dietas reductoras de peso, se permite a la persona que tome todo el café, té o
bebidas dietéticas que desee ya que estas bebidas no tienen calorías. Estas bebidas alteran

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
gravemente el ya alterado nivel de azúcar sanguíneo y pueden sumergir al que hace dieta en una
profunda depresión. Si a esto añadimos que una persona que está haciendo dieta generalmente
fuma más (si es que ya fumaba antes), vemos que todo está preparado para que se produzcan
desequilibrios nutricionales suplementarios.

Una dieta popular da instrucciones a la persona para que renuncie a todos los carbohidratos
(como fruta y verduras frescas) y que coma sólo proteína (como carne cocinada). Esto
invariablemente ocasiona envenenamiento proteínico, alteraciones metabólicas, confusión mental,
falta de equilibrio emocional, y daño al hígado y al riñón. A propósito, precisamente esta dieta era
la que los antiguos chinos utilizaban para acabar con la resolución emocional y la salud mental de
sus prisioneros capturados.

La mayoría de las dietas para perder peso cometen los mismos errores nutricionales que
conducen a problemas emocionales. En primer lugar, ignoran las diferencias entre carbohidratos
refinados (que proporcionan calorías incompletas y apenas vitaminas o minerales) y carbohidratos
no refinados (que tienen calorías que proporcionan nutrientes esenciales). En segundo lugar,
muchos de los alimentos recomendados son "alimentos recompensa," como un trozo pequeño de
pastel, unos pocos gofres de vainilla, algo de mermelada de frambuesa, etc. Estos tipos de
alimentos se incluyen en estas dietas para convencer a la persona que siga con la dieta.
Literamente, se le permite tener su pastel y comérselo también, aunque no sin algunas
dificultades.

Lo que ocurre con muchas dietas para perder peso es que los que hacen dieta se vuelven
irritables, deprimidos y confusos. Se privan de nutrientes necesarios y se atiborran de alimentos
no nutritivos bajos en calorías que contribuyen al desequilibrio nutricional. La privación de
nutrientes y los subproductos tóxicos creados por estas dietas a menudo producen cambios
drásticos en la personalidad. No es raro oír a los cónyuges de muchas personas que hacen dieta
el siguiente comentario: "Prefiero que estés gordo y feliz a cómo eres ahora."

Algunos investigadores israelís realizaron un estudio sobre diez hombres y mujeres que fueron
internados en una institución psiquiátrica como resultado de problemas mentales y emocionales
cuasados por su dieta irregular. Descubrieron que la reducción drástica de peso siguiendo una
dieta convencional tenía efectos devastadores especialmente sobre el sistema nervioso. Seis de
cada diez personas que hacen dieta nunca habían sufrido problemas emocionales antes de su
primer intento de pérdida de peso.

La pérdida de peso y el control del peso pueden lograrse sin los cambios negativos mentales y
emocionales propios de las dietas convencionales ayunando o consumiendo la dieta adecuada. El
ayuno supervisado no sólo produce una pérdida de peso, sino que también permite que se
produzca un equilibrio nutricional en el cuerpo para que la salud mental y emocional sean
constantes. Comer alimentos bajos en calorías y altos en nutrientes como frutas y verduras
frescas permite al peso normalizarse sin negar al cuerpo los nutrientes necesarios.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
La dieta y el ego

Nos queda por hablar de un último tema sobre hacer dietas y las necesidades mentales,
aplicable sobre todo a aquellas personas que están verdaderamente interesadas por su dieta y su
búsqueda de una manera de mejorar su nutrición global. Este tema es la relación entre el orgullo
personal, o "ego," y la dieta que adoptamos.

Casi todo el mundo está apegado emocionalmente a la dieta que siguen. He oído a gente que
cena exclusivamente en restaurantes de "comida rápida" defender su dieta con gráficos
nutricionales de patatas fritas y sucedáneos de chocolate. Los comedores de carne argumentan
que los seres humanos somos carnívoros por naturaleza. Las personas que siguen una dieta
macrobiótica creen fervientemente que los cereales deberían ser una parte esencial de nuestras
dietas.

Cada grupo es muy emotivo respecto a la dieta que adoptan. Creen que son los únicos que
tienen razón y han invertido una gran cantidad de orgullo personal en la dieta que han elegido.

Esto es cierto sobre todos en el caso de personas que realmente se han tomado el tiempo
investigando los efectos de la dieta sobre la salud. Cuando al final descubren "su dieta," a menudo
terminan cegados a la razón. Abrazan su nueva dieta como una madre abraza a su bebé recién
nacido, y la defenderán con mucha emoción (y sin apenas razón).

Con esto no queremos dar a entender que no exista una dieta óptima. Por supuesto que existe
una dieta mejor, y es la única que favorece la salud física, mental, emocional y espiritual mucho
mejor que las demás. Sin embargo, esta dieta sólo podemos reconocerla y evaluarla cuando nos
despojamos de la emoción apasionada y del ego.

Esto es muy difícil de hacer. Todos estamos apegados a nuestras ideas y teorías personales.
A todos nos gusta creer que tenemos razón. A nadie le gusta darse cuenta de que está
equivocado sobre su querida creencia, ya sea política, religiosa o nutricional.

Sin embargo, si estamos dispuestos a dejar de lado las identificaciones emocionales y


personales con la dieta y comprender el papel adecuado de la nutrición en la salud, entonces
debemos estar abiertos y estar dispuestos a dejar marchar las creencias pasadas cuando ya no
nos sirven.

Está claro que la experiencia personal y la educación pueden ayudarnos a elegir la dieta
correcta. Por difícil que pueda parecer debemos enfocar la idea de la nutrición óptima con tan
pocos prejuicios u opiniones preconcebidas como sea posible.

Sólo cuando estamos mental y emocionalmente "despejados" seremos capaces de reconocer


el camino correcto que nos conduzca a la dieta adecuada y, dese luego, a la vida apropiada.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
MÉTODOS PARA SUPERAR EL CONDICIONAMIENTO EMOCIONAL NEGATIVO

Hemos visto cómo muchos hábitos dietéticos malos están relacionados con un
condicionamiento emocional desde la niñez y en nuestra vida de adultos. Cambiar nuestros
hábitos alimenticios y adoptar una manera mejor de nutrirse implican cambios a un nivel
emocional además de cambios en nuestras actividades diarias.

El conocimiento es el método más valioso que podemos usar para superar las asociaciones
emocionales con alimentos destructivos como dulces, alimentos fritos, etc. Si somos conscientes
de porqué queremos un cuenco de helado, estamos en una mejor posición para hacer frente a
ese deseo. Al reconocer que el impulso nace de un condicionamiento emocional del pasado y no
de una necesidad fisiológica actual o real, estamos mejor capacitados para cambiar nuestros
hábitos.

Junto con este conocimiento es necesario educarnos sobre los alimentos que deseamos o
evitamos. Si comprendemos cómo comer azúcar blanco obliga al organismo a utilizar su propio
suministro de nutrientes vitales para su metabolismo, es menos probable que la comemos. Si
sabemos los muchos beneficios para la salud de los alimentos crudos, estamos en mejor posición
de aprender a disfrutarlos. De modo que primero debemos educarnos sobre lo qué es la nutrición
adecuada y entonces desarrollar un conocimiento sobre los alimentos que introducimos en
nuestros cuerpos.

Otro importante método para superar el condicionamiento emocional es el desarrollo de una


autoimagen positiva.Muchas personas abusan de hábitos alimenticios autodestructivos con el
deseo de castigarse por "no ser lo bastante buenas." Si las personas piensan que no valen gran
cosa, les costará bastante querer mejorar su salud a través de un cambio en la dieta. el deseo de
una buena salud indica a menudo el desarrollo de una autoimagen positiva. Muchas personas
experimentan sentimientos de inadecuación y de inferioridad. No sienten que merezcan gozar de
una salud óptima. De lo que necesitamos darnos cuenta es que la salud radiante y el bienestar es
un derecho de nacimiento para todos los seres humanos. Todos nosotros merecemos estar
completamente sanos en cuerpo, mente y alma, y debemos recobrar este derecho de nacimiento
mediante una nutrición adecuada y una actitud emocional positiva.

Afirmaciones

Junto a estas líneas, el empleo de afirmaciones y de la meditación pueden ser útiles para
desarrollar el entorno emocional positivo que necesitamos para hacer estos cambios en nuestra
dieta y en nuestras vidas. Afirmar las cualidades que deseamos desarrollar dentro de nosotros
mismos es un método poderoso para superar el condicionamineto emocional del pasado. Por
ejemplo, si tenenos una fuerza de voluntad débil para resistir a los alimentos destructivos,
podemos decirnos diariamente:

Tengo una fuerza de voluntad y un autodominio fuertes.


Como sólo alimentos que son buenos para mí.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Estas declaraciones reciben el nombre de afirmaciones. Una afirmación es simplemente una
declaración positiva que hacemos sobre nosotros mismos. Al emplear estas declaraciones
positivas, puedes efectuar muchos cambios a nivel emocional y mental.

Deberías idear las afirmaciones que son adecuadas para ti en una etapa determinada de tu
vida. Es importante que afirmes las cualidades emocionales que deseas de una manera positiva.
Por ejemplo, en vez de decir: "No me preocuparé," es mejor afirmar: "Estoy tranquilo, sereno y
centrado." También es beneficioso si expresamos estas declaraciones en tiempo presente, como
si estuvieran ocurriendo ahora mismo.

Estas afirmaciones pueden escribirse diariamente o pueden repetirse en silencio o en voz alta.
Deberían llegar a ser parte de tu vida diaria durante varias semanas para que realmente
funcionen.

Las afirmaciones no son mágicas, ni son una forma de "autohipnosis." Son un método efectivo
para rodearte de un entorno positivo y de un estado mental saludable en el que crecer. Permiten
que asuman la responsabilidad por tu propia salud emocional, y que sirvan como medios directos
de activar tus poderes latentes. Son una forma de autoterapia ideada personalmente que sólo
tiene resultados positivoos e inofensivos.

Las afirmaciones son el nexo de unión entre nuestra mente consciente y nuestras emociones
ocultas. A medida que dirigimos conscientemente nuestras energías hacia una cualidad deseada,
tendemos a alcanzar esa meta. Si empleamos las afirmaciones regularmente y de buena fé,
podrémos vencer en seguida esos estados emocionales perjudiciales que obstaculizan nuestro
crecimiento personal.

Somos los únicos responsables de nuestra salud mental y emocional

En 1865 Louis Pasteur hizo un descubrimiento que es la base de la "teoría del germen" de la
enfermedad. Esta teoría de la enfermedad se adaptaba perfectamente al ego del hombre
moderno. Ya no tenía que culparse por las enfermedades causadas por sus propias
transgresiones de las leyes naturales de la salud, sino que en vez de eso culpaba a los gérmenes
que habían invadido su cuerpo.

La teoría del germen desplazó de forma eficaz la propia responsabilidad personal del hombre
por su salud a los hombros de la profesión médica que sabía cómo matar a los gérmenes
ofensores. Por consiguiente, el hombre percibió pronto su propia salud personal como algo que ya
no estaba en sus manos.

Esta es la forma de pensar que predomina también en otras áreas. Si estamos de mal humor o
estamos enfadados con el mundo, la culpa la tienen siempre nuestros padres, nuestra esposa,
nuestro jefe o el gobierno. Alguien o algo es el causante de nuestros problemas emocionales y
mentales. Seguro que no es culpa nuestra nos decimos.

Este deseo de culpar del fracaso de las relaciones interpersonales, o incluso de las crisis
emocionales y mentales, a factores "externos" como el estrés oculto, un entorno familiar malo,

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
etc., nos permite desplazar la responsabilidad de nosotros mismos a otra persona o
acontecimiento. Por ello buscamos ayuda exterior a estos problemas en la forma de terapeutas,
consejeros, psiquiatras, etc.

Sin embargo, el hecho es que un cuerpo que está bien cuidado con una nutrición adecuada es
capaz de hacer frente a las causas principales de enfermedades emocionales y mentales, al igual
que es capaz de hacer frente a las causas principales de las enfermedades físicas.

Si asumimos la responsabilidad por nuestra salud y proporcionamos al cuerpo una nutrición


superior y vivificante, podemos también asegurarnos la paz de mente y estabilidad de emociones
que nos permitan hacer frente al estrés y a otras causas de las enfermedades mentales o
emocionales. Una persona que está bien nutrida puede hacer frente a factores que podrían
provocar crisis mentales y emocionales en personas peor alimentadas.

En un artículo sobre fracasos matrimoniales, la Dra. Cecilia Rosenfeld afirmaba: "Una de las
causas principales de las desavenencias conyugales -la deficiencia nutricional- se pasa por alto
muy a menudo. En el ejercicio de la profesión, he descubierto que, en un número sorprendente de
matrimonios desavenidos, los cónyuges sufrían de un desequilibrio de azúcar en la sangre.
Muchos de estos maridos y esposas mostraban síntomas de irritabilidad, temperamento violento,
sensibilidad anormal y fatiga extrema. Estos síntomas desagradables desparecerán con una
adecuada orientación nutricional en la mayoría de los cónyuges y es probable que durante el
proceso se solucione la crisis matrimonial y el matrimonio se refuerce."

En la misma línea, el Dr. Joseph Nichols, presidente de Natural Food Associates, escribió: "Las
personas que son desgraciadas en sus matrimonios frecuentemente padecen deficiencias
nutricionales más que las típicas incompatibilidades sociales y tradicionales que los terapeutas se
dedican a analizar."

Culpar de nuestros problemas a un jefe exigente o a un cónyuge al que le encanta discutir es


algo parecido a atribuir todos nuestros problemas físicos a gérmenes invisibles. Si deseamos
gozar de una buena salud mental y emocional, debemos esforzarnos por conseguirla y asumir
plena responsabilidad por esta faceta de nuestro bienestar. Debemos crear las condiciones
adecuadas para lograr una estabilidad mental y emocional a través de una dieta y nutrición
adecuadas. Es aquí cuando una dieta óptima ayuda.

LA DIETA ÓPTIMA PARA TENER SALUD MENTAL Y EMOCIONAL

Llegados a este punto, es útil resumir lo que hemos aprendido hasta ahora sobre la relación
entre la nutrición y la mente y emociones para determinar lo que constituye una dieta óptima.

En primer lugar, para asegurar un bienestar mental y emocional, la dieta debe proporcionar
todos los nutrientes necesarios en forma de alimentos enteros y sin procesar. Los suplementos
nutricionales son inútiles; el cuerpo no los puede utilizar de forma eficaz y no pueden usarse para
llenar los vacíos nutricionales causados por una mala dieta.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
En segundo lugar, todos los "alimentos" (alimentos no nutritivos) que roban al cuerpo los
nutrientes deben eliminarse para mantener el equilibrio nutricional crucial para una estabilidad
mental y emocional.

En tercer lugar, los alimentos que dejan fuertes subproductos tóxicos en la corriente sanguínea
no deben comerse si deseamos evitar envenenar nuestro cuerpo y nuestra mente. Incluso
cantidades pequeñas de estas toxinas son bastantes para desencadenar una depresión en la
mayoría de los individuos.

En cuarto lugar, los alimentos deben comerse en un entorno armonioso, mientras estamos
tranquilos y relajados.

Por último, los alimentos deben comerse cuando hay una auténtica necesidad fisiológica, es
decir, cuando tenemos hambre. No deberían comerse como sustitutos emocionales, como
estimulación o como un medio para "escapar."

Quizás la necesidad más apremiante sea la eliminación de todos los artículos alimenticios no
nutritivos de la dieta. Estas sustancias no nutritivas incluyen azúcar blanco, harina refinada,
alcohol, sal, condimentos y todos los alimentos muy procesados. Estos alimentos son los únicos
causantes principales de enfermedades mentales y emocionales, y no realizan ninguna función
positiva en el cuerpo.

La mayoría de los individuos y de los sistemas dietéticos interesados por la salud condenan
estos alimentos no nutritivos como explícitamente perjudiciales. Los alimentos no nutritivos son
injustificables desde el punto de vista de la buena nutrición y deben eliminarse inmediatamente de
nuestra dieta si deseamos recobrar nuestra estabilidad natural mental y emocional .

La segunda prioridad es la eliminación de todos los alimentos que dejan subproductos tóxicos
en el cuerpo. Algunos de los alimentos que dejan toxinas en el cuerpo son: todos los alimentos
con aditivos y conservantes químicos, carnes, huevos, productos lácteos, hierbas, alimentos
artificiales y en conserva, alimentos fritos, alimentos cocinados y ciertas verduras perniciosas
como cebollas, ajo, etc.

Para aquellas personas que todavía no han adoptado una dieta vegana (es decir, una dieta sin
carne y sin ningún producto de origen animal), es de extrema importancia eliminar todos los
alimentos que contienen aditivos, conservantes, etc., para disminuir la sobrecarga tóxica que
comer productos animales produce. Los productos animales, y la carne en concreto, impiden el
desarrollo de una tranquilidad mental plena debido a la cantidad de toxinas contenidas de forma
natural o añadidas de forma artificial a ellos.

Además de seguir una dieta vegana, la cantidad de alimento cocinado debería disminuirse y
eliminarse. Comer alimentos cocinados provoca un estado de lasitud mental y priva al cuerpo de
una amplia gama de nutrientes contenida en los alimentos. Para obtener un estado extraordinario
de claridad mental, lo más recomendable es consumir una dieta de alimentos crudos.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
Lo que descubrimos tras examinar las observaciones anteriores es que una dieta óptima
debería consistir básicamente de los siguientes alimentos: frutas frescas, verduras, frutos secos,
semillas y brotes todos ellos sin procesar y comidos en un ambiente harmonioso.

Estos alimentos proporcionan una amplia gama de todos los nutrientes necesarios; apenas
dejan subproductos tóxicos en el cuerpo; no ocasionan ninguna pérdida de nutrientes; ni alteran el
equilibrio natural nutricional del organismo. Proporcionan las bases para una salud física total y
fomentan un estado mental óptimo y una excelente salud emocional.

Estos alimentos solos no garantizarán un bienestar total -ninguna dieta puede hacer eso- sino
que nos darán la base necesaria para tener salud mental y emocional.

RESUMEN DE LA LECCIÓN

Esta lección ha enseñado que existe una fuerte relación entre la nutrición y el bienestar mental
y emocional. Si los seres humanos evitan los alimentos que son ladrones nutricionales que alteran
el equilibrio natural del organismo, experimentarán un nivel mental de salud superior. Los
alimentos deberían elegirse pensando que nos van a proporcionar una salud mejor en vez de
elegirlos basándonos en condicionamientos emocionales del pasado. Esto proporcionará un
buena base para gozar de una buena salud emocional.

La dieta debería elegirse de tal manera que proporcione todos los nutrientes necesarios para
un bienestar físico, mental y emocional constantes. La dieta no debería incluir sustancias no
nutritivas que carguen al cuerpo de toxinas y que contribuyan a la aparición de problemas
emocionales y enfermedades mentales.

No sólo la elección de ciertos alimentos afecta la salud mental y emocional, sino que el estado
emocional a menudo influye sobre los alimentos que seleccionamos y sobre la digestión y
asimilación de esos alimentos. Los seres humanos deberían esforzarse en mantener un equilibrio
emocional y mental mientras comen.

Comer para gozar de un salud física y mental constantes y no por razones emocionales,
proporcionará las bases para un bienestar radiante que es el derecho de nacimiento de todos los
seres humanos.

TEXTOS COMPLEMENTARIOS

SOBRE LAS EMOCIONES Y LA SALUD

Marti Fry

Herbert M. Shelton, el padre de la Higiene Natural moderna, escribió un artículo titulado


"Emociones y salud" para su revista, Dr. Shelton`s Hygienic Review, en octubre de 1978. Describe
la relación entre nuestro estados mentales y emocionales y nuestros procesos fisiológicos,

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
especialmente el proceso de la digestión: "Cuando estamos sometidos a un estrés emocional, la
mayoría de las secreciones digestivas -saliva, jugo gástrico, jugo pancreático, jugo intestinal-
pueden suspenderse, y, cuando se produce esta inhibición, la digestión en curso puede
suspenderse de forma temporal."

El Dr. Shelton dice que la razón por la cual la digestión se suspende durante el estrés es
debido a que la fabricación y flujo de secreciones necesarias en el proceso digestivo depende de
la energía nerviosa. La energía nerviosa "se transmite a todos los órganos del cuerpo a través de
una intrincada red de nervios. El estrés o shock emocional interfieren tanto con la generación
como con la transmisión de energía nerviosa." (La cursiva es nuestra.)

Continua diciendo: "Si el shock o la emoción fuerte suceden en plena digestión, puede haber
una pérdida repentina de las ganas de comer y dejar de comer. En muchos casos, una gran pena,
el miedo o un shock harán que alimento en el estómago sea vomitado. Es poco probable que las
emociones detengan la acción de las enzimas que ya han sido vertidas sobre el alimento en el
estómago y en el intestino, sino que inhiban la secreción de jugos posteriores que pueden ser
necesarios. Con toda seguridad las actividades musculares de estos órganos quedarán inhibidas
o suspendidas.

"Este deterioro de la digestión persistirá durante todo el periodo del shock o emoción fuerte y
hasta que se restablezca el equilibrio nervioso. Si la enervación es profunda, la reacción puede
tardar en desarrollarse de modo que el alimento no digerido terminará fermentando y
pudriéndose. "Estos daños funcionales terminan por ocasionar un cambio orgánico. Los cambios
orgánicos son el desenlace final resultante de crisis toxémicas repetidas."

Después de explicar la relación entre el estado mental y emocional y los procesos corporales
con la digestión, Shelton nos dice cómo emplear este conocimiento. "Nuestra Regla de Oro es
esta: Si no te sientes tranquilo en cuerpo y mente entre una comida y otra, saltate la comida
siguiente. Si estás preocupado, inquieto, triste, enfadado, celoso, deprimido, irritable,
malhumorado, irascible, temeroso o alterado mentalmente de otro modo, espera hasta recobrar el
equilibrio antes de comer. Esto es tan importante como no comer cuando te duela algo o cuando
tengas fiebre. Es igual de importante como no comer cuando estás fatigado. La buena digestión
depende del equilibrio emocional."

Asimismo Shelton aconseja que comamos alimentos más ligeros y fáciles de digerir como
frutas frescas que alimentos más pesados, como proteínas (carne o incluso frutos secos o
semillas) o carbohidratos, cuando preveamos la posibilidad de un estrés emocional o mental. Dice
que, para evitar las molestias y el envenenamiento de alimentos no digeridos o parcialmente
digeridos en nuestro sistema, "hay veces y ocasiones en las que no debemos comer nada en
absoluto. Si preveemos un shock para nuestro sistema nervioso o si uno es inevitable,
encontraremos más prudente hacer frente a la emergencia con un estómago vacío más que uno
lleno."

Sin embargo, no es sólo para evitar una, molestia temporal por lo que deberíamos abstenernos
de comer o comer muy ligeramente durante o antes de una situación estresante. Deberíamos
seguir esta regla por el bien de nuestra salud a largo plazo. No sólo la digestión se inhibe durante
el estrés, sino también la excreción (eliminación.) El estrés mental o emocional continuo o

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
frecuente,"al inhibir las funciones de la vida -secreción y excreción- genera enfermedades
crónicas." Shelton recomienda que "nos liberemos de nuestros problemas imaginarios malhumor
innato o aprendamos a controlar nuestra forma de comer." Hace hincapié en el siguiente punto:
"Dejar de comer, saltarse unas pocas comidas exactamente en el momento adecuado -el
momento psicológico - evitando así la indigestión y el envenenamiento resultante, hará más por
prevenir la enfermedad que casi cualquier otra cosa que se nos pueda ocurrir. Por tanto, es
importante que aprendamos a ajustar nuestros hábitos de vida y especialmente nuestros hábitos
alimenticios a nuestros estados mentales."

El Dr. Shelton dice que una "razón importante por la que tantas epidemias de resfriados,
tonsilitis, difteria, sarampión, escarlatina, etc., se produzcan poco tiempo después de la época de
vacaciones" es debido a la gran cantidad de alimentos no muy saludables que se comen durante
momentos de gran excitación. Dice, "La sobreexcitación y comer en exceso crean un estado
séptico de la Prima Via, envenenando al cuerpo entero." En palabras del Dr. Weger, un doctor en
medicina que se volvió Higienista, "estás equilibrado o envenenado." Naturalmente se estaba
refiriendo a la retención de desechos durante el estrés. el Dr. Shelton dice, "Aunque él único
efecto negativo de las emociones excesivas fuera la detención o inhibición de la digestión, esto
solo ya es suficiente para que se produzca la enfermedad. Las glándulas de secreción interna
(endocrinas) tienen sus funciones alteradas por las emociones, de modo que todo el proceso de la
nutrición resulta dañado."

Mientras que un estado mental equilibrado y una disposición emocional tranquila a menudo
reflejan un estado físico saludable y actitudes saludables hacia uno mismo, los demás, y la vida, el
equlibrio también es necesario para mantener un nivel alto de salud física. Cuando nuestra vida
esté llena de emoción y de estrés, sigamos la "Regla de Oro" de Shelton y saltémonos la siguiente
comida. Recordemos que " una buena digestión depende del equilibrio emocional."

FRUGIVORISMO PARA GOZAR DE SALUD Y TENER UNA LARGA VIDA

Dr. O.L.M. Abromowski

Tan grande como la mejora en mi estado corporal, el cambio para mejor en mis facultades
mentales e intelectuales ha corrido parejas con ello. Mi padre, pasados los cincuenta años, se
convirtió en un hipocondriaco y también veía la vida desde un punto de vista muy pesimista.
Cuando me acerqué al medio siglo, yo también desarrollé esta inclinación pesimista, y había
asumido por completo mi destino: que era el de ser un hipocondriaco sin pelos en la lengua.

Estaba insatisfecho conmigo mismo y con mi entorno y había perdido la esperanza de alcanzar
algún día una condición mejor. ¡Cada año que pasaba parecía demostrarme que la vida no
merecía la pena vivirla! Notaba especialmente este desánimo al despertar por la mañana, cuando
a veces un miedo real de un desastre inminente se apoderaba de mí y convertía mi vida en algo
absolutamente miserable.

Todo esto ha desaparecido ahora; la hipocondría y el descorazonamiento hace tiempo que se


quedaron atrás. El pesimista que se preparaba para morir ha dado paso a un optimista
incontrolable que siente que debe vivir un siglo pleno y expandir el alegre evangelio de la salud y
del rejuvenecimiento entre la sufrida humanidad con todo su vigor y resistencia.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
La mejoría es especialmente destacable en el plano intelectual: mi memoria ha mejorado
enormemente y puedo concentrar mis pensamientos mucho mejor ahora que antes. De ser un
seguidor decidido de la autoridad, vacunador público, etc., he pasado a ser un crítico
independiente, un buscador intelectual de la verdad. He sido capaz no sólo de deshacerme de
una cantidad incalculable de ideas viejas y erróneas, sino también de explorar nuevos campos de
estudio y observación con un celo e interés que no había conocido desde mis días en la
universidad.

El tiempo ya no pasa lentamente ahora; trato a todas mis ocupaciones diferentes, estudios y
empresas con el mismo interés absorbente. Todavía encuentro tiempo para jugar y hacer
ejercicio con los fascinantes bebés de mi familia y para charlar con los amigos por la noche. No
tengo miedo de ninguna enfermedad ni de ningún accidente rutinario, porque ahora sé que mi
cuerpo crea las enfermedades y es más capaz de hacer frente a los accidentes. Hago mis planes
con la firme convicción de que todavía me quedan muchos años por vivir y que la mía será una
vejez lozana con una muerte tranquila y sin dolor al final de mi existencia cuando las puertas se
abran a la Vida Eterna.
Nota del editor: El Dr. Abramnowski tiene ahora 98 años.

LOS MANIPULADORES DE LA MENTE

Keki R. Sidhwa, N.D.,D.O.

Cuando la gente muestra síntomas de inestabilidad mental o de enfermedad mental,


invariablemente nos tragamos la jerga burocrática de que la psiquiatría moderna con sus
medicamentos, inyecciones, tratamientos de electroshocks, lobotomía prefrontal o psicoterapia a
la Freud, Jung o Adler corregirán todos los males en unas pocas sesiones breves. Pero si
debemos decir la verdad, y ya es hora de que nos digan la verdad, la psiquiatria tal y como se
practica hoy en día no resulta beneficiosa para nadie.
Tanto la psiquiatría como la psicoterapia son ramas de la medicina ortodoxa. Hubo una época
en que la medicina se basaba principalmente en la magia y todavía es así. Platón, el gran filósofo
griego, creía que el útero o hysteros tenía un fuerte deseo por producir hijos. Si permanecía estéril
mucho tiempo después de la pubertad, se volvía caprichoso. Empezaba a fluir alrededor, y se
atribuía la histeria a esta causa. Hipocrates (el supuesto Padre de la Medicina) prescribía
valeriana para hacer retroceder al útero a su lugar correcto. En Inglaterra algunos médicos todavía
prescriben una mezcla de valeriana y bromuro como tratamiento para las mujeres mentalmente
deprimidas. ¡La valeriana es un depresor!

Otro ejemplo de problemas mentales y emocionales inducidos por el médico -y el


medicamento- se observó en una encuesta. Las personas que habían tomado barbitúricos
durante un año o más tenían enfermedas psiquiatricas y físicas crónicas y cada vez necesitaban
más barbitúricos. Los barbitúricos vuelven a la gente más ansiosa y más deprimida a largo plazo.

Harry Solomon, un profesor de Psiquiatría en la universidad de Harvad, prohibió todos los


barbitúricos, y sus pacientes se hacían cada vez más competentes. Se ha sugerido y se ha
sospechado que la ingestión de barbitúricos pudre los cerebros de los embirones jóvenes
humanos y afecta a la inteligencia del niño. A pesar de eso los hospitales, doctores y psiquiatras

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576
prescriben estos medicamentos para "curar" la depresión, insomnio y ansiedad. Tanto el médico
como el público casi siempre asumen que el tratamiento con medicamentos es bueno hasta que
no se demuestre lo contrario lo cual lleva tiempo y mientra tanto el daño ya ha se ha producido.

Que los trastornos mentales y nerviosos provienen de nuestro mal comportamiento en la vida y
de los hábitos de vida antinaturales, al igual que los trastornos físicos , es algo que hay que
meterle en la cabeza tanto al público como a la profesión médica. La mala nutrición; la falta de
ejercicio; el aire contaminado; la falta de sol; el descanso y sueño insuficientes; la enervación; los
hábitos mentales y emocionales; y tomar medicamentos, medicinas y venenos sociales como té,
café, chocolate, cacao y alcohol, todo ello da lugar a tejidos toxémicos, ocasionando la
descomposición de las células cerebrales y de los tejidos nerviosos.

En vez de tratar con estas causas primordiales de nuestra falta de bienestar, la profesión
médica reparte pastillas y/o muchas sesiones en el sofá del analista, causando ambos más
problemas, aparte de la pérdida de tiempo y de dinero.

Nadie sabe cuantas enfermedades y muertes son atribuibles al alcohol. El alcohólico


intermedio tiene casi cuatro veces más bajas por enfermdad en el trabajo que una persona
normal, y su expectativa de vida está reducida a diez o doce años comparada con la media. En
Gran Bretaña, cerca de un 1% de la población, i.e., casi 350,000 personas, son alcohólicas, y un
cuarto de ellas muestran deterioro mental y físico. En America el porcentaje es más alto, un 4%.
Los psiquiatras con toda su insistencia en sustituir un estimulante por otro, un medicamento por
otro, no tienen éxito impidiendo que la gente beba. Hasta la fecha, los médicos han tenido más
éxito causando la adicción que curándola.

La culpa por la adicción a toda clase de medicamentos puede y debería ser atribuida a:

1) Los médicos y la profesión médica ortodoxa por darnos una sensación falsa de seguridad
mediante la dependencia de los medicamentos;

2) A los fabricantes de medicamentos, alcohol y otros venenos; y

3) Al gobierno que tolera e incluso fomenta la venta de estos productos.

Las compañías de medicamentos no son instituciones de caridad. Nuestros achaques y


dolores, nuestros trastornos mentales y nuestro insomnio son su mina de oro. Por lo que no es
sorpendente que sus medicamentos más rentables sean aquellos que de forma suave pero
segura terminan por enganchar a la gente, mientras se aseguran una clientela regular y
entusiasta. Las compañías de medicamentos, las fábricas de cerveza y las compañías de tabaco
todas ellas proceso de manipular la mente, empezado ya desde la tierna infancia, consigue su
golpe de gracia final con el estrés, la tensión y las injusticias políticas y sociales de nuestra
sociedad moderna.

Instituto Holístico de Higiene Vital. C/ Diego de León, 22 3º Dcha. 28006- Madrid. Tel.: 915776576

También podría gustarte