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Medellín, Colombia 06 de mayo de 2016

Armando Montoya

Coordinador del área de Integrado


Universidad de Antioquia
Facultad de Artes
Departamento de Artes Visuales

Estimado Profesor Armando Montoya, me dirijo a usted de la manera más


respetuosa para presentar mi inconformidad con respecto a la evaluación que me
realizaron el viernes 29 de abril los profesores Gabriel Botero y Agustín Parra, ya
que durante la evaluación me dio la impresión que el profesor Gabriel Botero más
que evaluarme, lo que hizo fue atacarme, debido a un acontecimiento que pasó
durante la evaluación, a continuación procedo a relatar lo ocurrido.

Para la evaluación entregué una página web como producto artístico, por
recomendaciones de la evaluación anterior decidí anexarle al trabajo una
ambientación del lugar, para introducir al espectador a una atmosfera más íntima
con el personaje creado desde la entrega anterior y expuesto en la página web,
debido a una mala interpretación mía tomé un objeto de teatro que tenía dueño y
lo puse en mi trabajo como ambientación, esto generó un reclamo por la persona
dueña del objeto durante la evaluación, después del reclamo el profesor Botero
continuó con la evaluación preguntándome por los objetos que ambientaban la
entrega y si era consciente de lo que implicaba apropiarme de una obra ajena, mi
respuesta fue que obviamente sabía que era un delito y que no era mi intención, el
lugar donde se encontraba el objeto, para mi percepción y después de haberlo
visto meses atrás daba para creer que era un material de indumentaria en teatro
abandonado, luego tratando de olvidar el altercado trate de continuar con la
evaluación explicando mi trabajo y recibo el comentario “¿y si te pongo a perder
qué?” esta frase me desubicó sin embargo mi respuesta fue: “profe eso es suerte,
tanto lo que acabó de pasar, más parte de mi trabajo y la nota que usted me
quiera dar, está enmarcada dentro de la suerte”, después de esto siguió
preguntándome por los referentes, que debido a lo ocurrido se me habían olvidado
los nombres, utilicé la bitácora como recordatorio para poder hablar de ellos, pero
al profesor no le pareció que esos referentes fueran acordes a mi trabajo, al
continuar con la evaluación el profesor me hablo de las obras que atentaban
contra el espectador y cuanto le disgustaba esto a él, luego el profesor Agustín
Parra hizo sus aportes ya que se tomó la molestia de ver todo mi trabajo y a quien
agradezco el gesto. Para finalizar me dan el nombre de referentes, después, el
profesor Gabriel Botero se me acerca y me dice “¿le doy un consejo?,
desmonte ese trabajo que me molesta verlo montado”. De esta manera finaliza
la evaluación.

Durante el viernes no quise exponer mi caso ya que mi molestia era bastante


grande y aunque han pasado días no quería ser permeado por comentarios de
estudiantes que se sintieron identificados con mi evaluación, por esto decidí
esperar a estar más calmado, evaluar la situación, reflexionar sobre lo sucedido y
expresarme frente al hecho, es así como decidí escribir esta carta.

Mi percepción frente a la evaluación es que al profesor le afectó los sucedido con


la persona de teatro y eso permeo la evaluación de una manera negativa, siento
que durante la evaluación se dieron comentarios no desde un ámbito pedagógico
si no desde lo personal, el hecho de decir “¿y si te pongo a perder qué?” es ya
una amenaza y un acto de vandalismo, no soy el primero ni soy el último en
expresar mi inconformismo frente a estas formas de evaluación tan personales,
tampoco soy una persona que opta por el salvajismo o la subversión para exponer
mi inconformidad. Por eso pido que se considere mi caso, para que en un futuro
este profesor no me evalúe ya que sé que las evaluaciones se convertirán en algo
personal y subjetivo más que en una evaluación objetiva y constructiva.

Agradezco, toda la atención prestada y la comprensión.

Jhonatam Steiner Castro Ruiz

Estudiante de Licenciatura en Educación Artes Plásticas

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