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El respeto y garantía de los Derechos Humanos es un propósito general de todas las constituciones,

es el Estado quien tiene la obligación de respetarlos y de garantizarlos, adoptando las medidas


necesarias para lograr su satisfacción en la población y asegurar la prestación de determinados
servicios.

La necesidad de la existencia de los Derechos Humanos se ve reflejada desde hace varios siglos, ya
sea por medio de la religión como de largas luchas o significativas batallas. Por tal razón la legislación
universal de los derechos humanos nació a raíz de la primera guerra mundial. El organismo precursor
de las Naciones Unidas, la Sociedad de las Naciones, exhortó a las potencias poseedoras de los
territorios a promover el bienestar de las poblaciones locales.

Los derechos humanos son pautas que orientan la vida humana basándose en los principios de
libertad, la igualdad, la justicia y la paz; y se dividen en tres grandes ramas: los derechos civiles, los
sociales y los políticos.

Los primeros, son los más antiguos. Reclaman el derecho a la libertad de expresión, a la opinión, a
tener un juicio en caso de acusación, a transitar tranquilamente por sus propios territorios, a ejercer
derechos de propiedad, entre otros.

Los segundos, son los que establecen que se debe poseer una educación gratuita, un seguro social,
la utilización de buenos hospitales, una vivienda digna, un trabajo en correctas condiciones, entre
otros. Éstos de penden del grupo al que cada individuo pertenezca, ya sea por la edad como por
otro criterio.

Los terceros, son los que comenzaron por la mutualidad, siguieron con los sindicatos, luego con los
partidos políticos, y por último con el sufragio universal. Estos dan derecho a elegir o a ser elegidos
como gobernantes.
Las garantías constitucionales se definen como los medios o instrumentos que la Constitución
Nacional pone a disposición de los habitantes para sostener y defender sus derechos frente a las
autoridades, individuos o grupos sociales; mientras que las garantías procesales como "las
instituciones o procedimientos de seguridad creados a favor de las personas, para que dispongan
de los medios que hacen efectivo el goce de sus derechos subjetivos".

Se denominan garantías constitucionales a los medios que la ley dispone para proteger los derechos
de las personas, pues su simple declaración, sin los correspondientes remedios previstos para el
caso de violación, resultaría una utopía.

Son garantías constitucionales:

 La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los
derechos constitucionales conexos.
 La Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás derechos reconocidos
por la Constitución. No procede contra normas legales ni contra resoluciones judiciales
emanadas de procedimiento regular.
 La Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier
autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere el
Artículo 2°, incisos 5), 6) y 7) de la Constitución.
 La Acción de Inconstitucionalidad, que procede contra las normas que tienen rango de ley:
leyes, decretos legislativos, decretos de urgencia, tratados, reglamentos del Congreso,
normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales que contravengan la
Constitución en la forma o en el fondo.
 La Acción Popular, que procede, por infracción de la Constitución y de la ley, contra los
reglamentos, normas administrativas y resoluciones y decretos de carácter general,
cualquiera sea la autoridad de la que emanen.
 La Acción de Cumplimiento, que procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente
a acatar una norma legal o un acto administrativo, sin perjuicio de las responsabilidades de
ley.
Las garantías constitucionales son enormemente importantes en cualquier democracia porque
permiten poner un límite a algunos abusos que podría llevarse a cabo por parte del estado. Dada su
importancia, estas garantías se mantienen vigentes a lo largo de los años sin que sea posible
eliminarlas por medios convencionales. En el caso, no obstante, de que la constitución quede
suspendida por algún motivo político, las mismas deberían ser reestablecidas al momento de la
normalización y seguramente acarrearían un duro tratamiento a los responsables de esta
circunstancia. No obstante, cabe mencionarse que una situación como la descrita solo podría ocurrir
en democracias inmaduras, en donde existen enormes conflictos civiles de difícil resolución; en el
caso de un país con instituciones con una larga trayectoria, lo planteado es casi imposible.

Las garantías constitucionales reciben este nombre por el hecho de estar contenidas explícitamente
en la constitución de cada país, es decir, en la ley básica sobre la que se asientan las demás leyes.
Su modificación es infrecuente y en el caso de llevarse a cabo estas garantías se mantienen vigentes
por el hecho de ser esenciales. En efecto, las garantías deben ser ante todo una defensa de derechos
ampliamente aceptados, derechos que pueden entenderse connaturales al hombre.

Los antecedentes de las garantías constitucionales en el mundo se encuentran en la declaración de


independencia de Estados Unidos (1776), la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano
(1789) y la declaración universal de derechos humanos promulgada por la Asamblea General de la
ONU (1948).

Las garantías constitucionales son los medios y recursos procesales que los estados democráticos
tienen la obligación de respetar y cumplir, para que las personas puedan ejercer sus derechos. En
muchos países del mundo, la elaboración e implementación de ellas han supuesto una diversidad
de conflictos de poderes a loa largo de sus historias nacionales.

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