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LA IMPUTACION DEL PAGO

INTRODUCCIÓN

El pago es el modo de extinción de las obligaciones por antonomasia y, por eso, la codificación
civil le ha prestado siempre una atención especial al ocuparse de sus varias modalidades.

Como antecedente, es necesario indicar que ya desde Roma, en el caso de que un deudor tuviera
varias obligaciones en favor de un solo acreedor, se establecieron las reglas para la imputación del
pago. Según ellas, correspondía, en primer lugar, hacer la imputación al solvens (El que hace el
pago de una obligación) y si éste no la hacía correspondía hacerla al accipiens (Persona que paga
una obligación), según un texto atribuido a Ulpiano, estableciéndose también un orden de
prelación, atribuido a Papiniano, cuando la imputación no la hacían ni el deudor ni el acreedor.

La imputación al pago es aquella operación jurídica que, en virtud de la determinación voluntaria


o por mediación de la correspondiente aplicación legal, una o más prestaciones se transforman en
el pago de uno o más débitos.

En palabras del Dr. Luciano Barchi Velaochaga “… es de conocimiento general, imputar significa
señalar la aplicación de un desplazamiento patrimonial (pago) a una determinada obligación entre
una pluralidad de obligaciones de la misma naturaleza constituidas por prestaciones fungibles y
homogéneas entre un mismo deudor y un mismo acreedor. Así, por ejemplo, si el deudor tiene con
el acreedor dos obligaciones pecuniarias por S/ 120,00 y ejecuta un pago de S/ 120,00, debe
establecerse si este pago debe ser imputado a la primera o a la segunda obligación. El problema,
precisamente, encuentra solución en la disciplina de la imputación del pago.”1

CONCEPTO

Algunos autores definen a la imputación del pago como la determinación que, por voluntad de la
ley o del propio deudor, se hace cuando este posee varias deudas con respecto al mismo acreedor
a objeto de saberse por cuál de las deudas se ha hecho el pago.

1
Luciano, Barchi Velaochaga. La imputación del pago en el Código Civil Ius et Praxis - Perú, Revista de la Facultad
de Derecho de la Universidad de Lima
La imputación del pago se presenta en los casos en que un deudor deba a un mismo acreedor dos
o más prestaciones de la misma naturaleza y homogéneas, vale decir, que todas ellas sean de dar
o de hacer. Y siempre que existan dudas, lo reiteramos, sobre cuál obligación se extingue. A las
obligaciones de no hacer, esto es, a las obligaciones negativas, no se aplican las reglas de la
imputación del pago.

El profesor español Guillermo Cabanellas de Torres, define a la imputación del pago, como la
determinación que hace el deudor, cuando tienen más de una deuda pendiente con un acreedor, de
la obligación u obligaciones que deben considerarse parcial o totalmente extinguibles con el pago
que efectúa. A falta de indicación de deudor se aplican las reglas generales, salvo aceptar el
obligado lo que el acreedor le propone.

Para Josserand2, la hipótesis de la imputación de pago es que existan varias deudas a cargo del
mismo deudor y respecto del mismo acreedor. Y además de que estas deudas tengan objetos de la
misma naturaleza, por ejemplo, sumas de dinero. Luego, el deudor efectúa un pago que no basta
para extinguir todas sus relaciones obligatorias, siendo el problema de la imputación de pagos el
saber cómo debe ser comprendido ese pago y a cuál de las deudas conviene imputarlo.

Para que la imputación pueda operar se requiere de varias obligaciones del deudor que imputa
frente a un mismo acreedor, es decir, de la existencia además de una relación jurídico-obligación
entre el deudor y el mismo acreedor y que el pago que va efectuar el deudor no las solventa en su
totalidad.

IMPUTACION DEL PAGO POR PARTE DEL DEUDOR

El artículo 1256 del código civil nos introduce en el tema de la imputación del pago:

2
JOSSERAND, Louis. Derecho Civil, Tomo II, Volumen II, Página 688. Bosch y Cía. Editores, Buenos Aires, 1952.
Articulo 1256.- “Quien tiene varias obligaciones de la misma naturaleza
constituidas por prestaciones fungibles y homogéneas, en naturaleza de
un solo acreedor, puede indicar al tiempo de hacer el pago, o, en todo
caso, antes de aceptar el recibo emitido por el acreedor, a cuál de ellas
se aplica este. Sin el asentimiento del acreedor, no se imputara el pago
parcialmente a una deuda liquida o no vencida”.

Cuando el deudor paga en cumplimiento de una obligación, no debería existir incertidumbre, en


rigor, para conocer que tal pago lo está efectuando en razón de esa obligación, y no de otra, porque
usualmente el deudor carece de otras obligaciones de la misma naturaleza y homogéneas con su
acreedor.

El tema de la imputación del pago no se presenta, en consecuencia, cuando el deudor tiene con un
mismo deudor varias obligaciones, pero todas ellas de diferente naturaleza.

La imputación del pago por el deudor requiere, como precisa la norma materia del comentario, que
las obligaciones sean de la misma naturaleza que, en nuestra opinión, son las de dar, o de hacer, y
que las prestaciones en que las obligaciones consisten sean fungibles y homogéneas. Así, por
ejemplo, si el deudor tiene varias obligaciones de dar sumas de dinero u obligaciones de hacer
consistentes en pintar del mismo color diversas paredes de un edificio con los materiales que le
proporciona quien se constituye en su acreedor, en relación a las prestaciones de dar, el deudor
puede imputar sus pagos, como también puede respecto de sus prestaciones de hacer, porque en
uno y otro caso se trata de obligaciones de la misma naturaleza, cuyas prestaciones son fungibles
y homogéneas.

La fungibilidad debe entenderse en el sentido de lo que tiene la misma especie y calidad, pero no
en el sentido de lo consumible, y la homogeneidad puede entenderse en el sentido de lo que
pertenece al mismo género y tiene iguales caracteres. La misma naturaleza de las obligaciones de
dar o de las obligaciones de hacer la determinan, entonces, la misma especie y calidad, así como
el género y caracteres, de las prestaciones en las que las obligaciones consisten.
La imputación del pago y su eficacia suponen, entonces, la indicación que hace el deudor al
acreedor respecto de la obligación a la que le está dando cumplimiento, cuando sus obligaciones
reúnen el requisito de la misma naturaleza y sus prestaciones son fungibles y homogéneas.

La oportunidad para formular la imputación del pago es la del momento de realizarlo o, si ya fue
efectuado, antes de aceptar el recibo emitido por el acreedor.

La imputación viene a ser un acto jurídico unilateral y recepticio que viene a regular la relación
jurídico-obligacional, por lo que la norma bajo comentario precisa que no requiere de la
manifestación de voluntad del acreedor, bastando la sola manifestación del deudor si la formula al
momento de realizar el pago o antes de aceptar el recibo que debe emitirle el acreedor. El deudor,
de este modo, está ejerciendo el derecho a realizar la imputación. La norma no prescribe
formalidad, por lo que la imputación puede formularse oralmente sin que nada obste para que se
haga documentalmente, especialmente para la prueba de haberse efectuado la imputación.

Es importante reparar en el carácter unilateral y recepticio, pues la norma, in fine, le hace perder
ese carácter cuando se trata de imputar el pago parcialmente o ha obligaciones ilíquidas o no
vencidas.

En efecto, tratándose de obligaciones de la misma naturaleza y con prestaciones fungibles y


homogéneas, si el pago es parcial o se trata de obligaciones ilíquidas o no vencidas, la imputación
se torna bilateral pues requiere del asentimiento del acreedor.

Por tanto, la imputación del pago se presenta en los casos en que un deudor deba aun mismo
acreedor dos o más prestaciones de la misma naturaleza y homogéneas, es decir, que todas ellas
sean de dar o de hacer. A las obligaciones de no hacer, esto es, a las obligaciones negativas, no se
aplica las reglas de la imputación del pago, conforme veremos mas adelante.

El tema de la imputación del pago tiene relevancia en tres casos vinculados con los artículos 1256
y 1257 del código civil, a saber:

(a) Cuando entre el mismo acreedor y deudor existen dos o más obligaciones de igual
naturaleza y homogéneas, y el deudor no indica al tiempo del pago de una de ellas, cual es
la desea extinguir.
(b) Cuando en el supuesto anterior, el deudor intenta pagar todas ellas, pero lo que entrega con
tal fin es insuficiente para alcanzar sus objetivos.

La diferencia entre ambos casos es que en el primero está en la voluntad del deudor pagar solo una
de las obligaciones que mantiene con su acreedor, en tanto que en el segundo intenta efectuar el
pago de todas sus obligaciones, pero el monto diminuto le impide hacerlo.

(c) Cuando el deudor mantiene una sola obligación con su acreedor, pero el pago que efectúa
no alcanza para cubrir su monto total, el mismo que podrá, además del capital, comprender
gastos e intereses.

El artículo 1256 del código civil peruano solo se refiere a los dos primeros supuestos. El tercero
lo trata el código en el artículo 1257.

Además de obligaciones de la misma naturaleza, tiene que tratarse de prestaciones de carácter


homogéneo, lo que significa que estas deberán consistir en dar o hacer sustancialmente lo mismo
(pudiendo variar el volumen o cantidad de las prestaciones que deban ejecutarse).

Por otra parte, precisa aclararse que cuando el código civil se refiere a que las prestaciones deben
ser fungibles y homogéneas, lo hace en el sentido de que -pudiendo ser ambas prestaciones de
montos distintos- sus contenidos (objetos) sean fungibles entre si y homogéneos unos respecto de
los otros.

Sin embargo, conviene efectuar alguna precisión sobre el tema.

Creemos que el código, al utilizar la palabra “fungibles”, lo hace refiriéndose a que las prestaciones
que revisten carácter de homogeneidad puedan reemplazarse indistintamente las unas por las otras.
Empero, nos permitimos disentir de la utilización de ese término, ya que la fungible será aquello
que se pueda intercambiar con otra cosa y de exactamente lo mismo una de otra. En cambio, para
que se presente un supuesto de imputación del pago, bastara el carácter homogéneo de las
prestaciones, sin que sea necesario que ambas tengan igual magnitud.

En este punto cabria preguntarnos si la imputación del pago puede estar referida a bienes inciertos
(determinables). La respuesta afirmativa se impone.
Si, por ejemplo, un deudor hubiese contraído con su acreedor dos obligaciones distintas de entregar
un cuadro y se practicara la elección sin especificarse a cual obligación se refiere, al ejecutarse la
prestación tendrían que aplicarse las reglas de la imputación del pago.

Las reglas de imputación del pago, en consecuencia, solo serán de aplicación a los bienes
determinables en el supuesto en el supuesto en que ambas obligaciones sean homogéneas.

Por otra parte, entendemos que el problema de la imputación del pago reviste claridad absoluta en
los supuestos de las obligaciones de dar, es inusual en las obligaciones de hacer; y está descartado
en las obligaciones de no hacer.

En efecto, bien puede ocurrir que una persona se obligue primero a dar un bien, y luego se obligue
nuevamente con el mismo acreedor, a dar otro bien de la misma naturaleza y homogéneo a aquel.
En este caso, podemos tener la oportunidad de aplicar las normas de imputación del pago. Aquí el
asunto seria de nitidez meridiana.

Como hemos señalado, el tema de la imputación del pago, aunque aisladamente, también podría
presentarse en las obligaciones de hacer. si una empresa de limpieza, por ejemplo, contrajese dos
obligaciones distintas con el dueño de un edificio, consistente cada una de ellas en limpiar una vez
al año las ventanas del referido inmueble y solo lo hiciese una vez, ¿podría entenderse que está
ejecutando la primera obligación contraída? ¿O se entendería que no puede conocerse con
exactitud cuál de las dos está cumpliendo?

ORDEN DE LA IMPUTACION CONVENCIONAL

“Artículo 1257º.- Quien deba capital, gastos e intereses, no puede, sin el


asentimiento del acreedor, aplicar el pago al capital antes que a los gastos, ni a
éstos antes que a los intereses.”

La norma es también regulatoria de la imputación por el deudor y registra como antecedentes al


artículo 2230 del Código Civil de 1852 y al artículo 1266 del Código Civil de 1936, tamizados
durante el proceso de reforma que concluyó con el texto vigente.
La norma es indicativa de una obligación de dar sumas de dinero y puede llevar a considerar que
la imputación del pago sólo opera con obligaciones de esa naturaleza. Pero, como ya lo hemos
expuesto, la imputación funciona tanto en las obligaciones con prestaciones de dar como con
prestaciones de hacer, por lo que la norma bajo comentario es de carácter especial pues atiende
sólo a obligaciones de capital.

Las obligaciones de capital tienen el efecto de generar intereses y eventualmente pueden generar
también gastos. La norma se pone en la hipótesis de que la imputación dé lugar a pagos parciales
al no quedar cubiertos los intereses, los gastos y el capital y, por eso, establece un orden de
prelación para que primero se satisfagan los intereses, sobre los cuales no hacemos disquisición
alguna, luego los gastos y, por último, el capital.

El temor de la norma lleva también a considerar que debe tratarse de una sola obligación. Pero no
es ésta la interpretación que deba hacerse, pues nada obsta que sean más de una las obligaciones
de capital frente a un mismo acreedor, las cuales, obviamente, son todas de la misma naturaleza y
todas con prestaciones fungibles y homogéneas. Por eso, si son varias las deudas el orden de
prelación es el mismo, es decir, que la imputación debe hacerse primero al pago de los intereses
dándose prioridad a los generados por la deuda más antigua, luego a los gastos de las deudas que
los hubieran generado, considerando también a la más antigua, pues los gastos también pueden
generar intereses y, por último, al capital, considerando al que corresponde a la obligación de
mayor antigüedad.

Sea que se trate de una sola obligación o de varias, se requiere del asentimiento del acreedor, lo
que significa que la imputación pierde su carácter de unilateralidad para constituirse,
necesariamente, en un acto jurídico bilateral.

JURISPRUDENCIA
"Las sumas parciales entregadas por el obligado debieron imputarse, en primer lugar, como
pago del capital" (Exp. Nº 2171-95, Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Lima,
Hinostroza Minguez, Alberto, "Jurisprudencia Civi/'~ p. 146).
"No habiéndose ejecutado íntegramente la prestación, no se puede entender efectuado el
pago a cuenta del capital" (Cas. Nº 183-95. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 33. Junio 2001,
p. 275). .
"Existe un orden para pagar deudas, no pudiendo abonarse la obligación principal antes que
los intereses, situación que no da por concluida la obligación que tenía el demandado contra
el actor" . (Cas. Nº 149-95. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 33. Junio 2001, p. 275).
"Los pagos que refieren haber efectuado a cuenta de la deuda puesta a cobro, han sido hechos
con posterioridad al emplazamiento con la demanda, y no cubren el total del monto
demandado y, en todo caso, deben ser hechos valer en la etapa correspondiente y en la forma
legal señalada por el artículo 1257 del Código Civil" (Cas. N° 50563-97. Diálogo con la
Jurisprudencia NI! 33. Junio 2001, p. 275).

IMPUTACIÓN POR ACREEDOR

“Artículo 1258º.- Cuando el deudor no ha indicado a cuál de las


deudas debe imputarse el pago, pero hubiese aceptado recibo del
acreedor aplicándolo a alguna de ellas, no puede reclamar contra esta
imputación, a menos que exista causa que impida practicarla.”

La norma regula la imputación por el acreedor y sólo registra como antecedente al artículo 1265
del Código Civil de 1936. Como puede apreciarse, la imputación por el acreedor opera ante el
silencio del deudor, dándole la norma a su silencio el significado de haber convenido en que sea
el acreedor el que realice la aplicación, de conformidad con la doctrina que ha generado el artículo
142. El comportamiento silente del deudor legitima la imputación por su acreedor.
Como la imputación del pago es un derecho del deudor, la norma permite, de manera subsidiaria,
la imputación por el acreedor luego que su deudor haya aceptado el recibo en el que se indican las
prestaciones a las que se está aplicando el pago, sin que por el hecho de su aceptación pueda el
deudor reclamar la imputación, la que queda firme.
Sin embargo, la misma norma plantea la posibilidad de impugnar si existiera causa que le impida
al acreedor practicar la imputación. Debe tratarse de causa impediente y la impugnación,
obviamente, corresponde al deudor. La norma bajo comentario no ha receptado de su antecedente
la referencia a una causa de invalidez, por lo que si, como ya lo hemos expuesto, la imputación del
pago configura un acto jurídico, a ella le son de aplicación las causales que pueden determinar su
nulidad, absoluta o relativa. Por ello, la cuestión radica en lo que debe entenderse por la causa
impediente a la que se hace referencia en el texto vigente que norma la imputación por el acreedor.

Al respecto, participamos del criterio expuesto por Felipe Osterling y Marío Castillo (p. 345) en
cuanto sería causa impediente que el acreedor practique la imputación en deudas ilíquidas o no
vencidas o que la practique sobre obligaciones ya extinguidas, o, agregamos nosotros, que la
practique sobre obligaciones suficientemente garantizadas, existiendo otras menos garantizadas, o
que la practique sobre las menos onerosas o sobre las de menor antigüedad.
Si la impugnación se declara fundada por el órgano jurisdiccional, la imputación queda sin
efecto y las obligaciones quedan subsistentes.

JURISPRUDENCIA
"Es práctica comercial conocida que la emisión de dicho documento ('voucher') se le atribuye
al pago de las cuentas que el emiten te autoriza" (Exp. N° 1212-92. Diálogo con la
Jurisprudencia Nº 33. Junio 2001, p. 275).

IMPUTACIÓN LEGAL

“Artículo 1259º.- No expresándose a qué deuda debe hacerse la


imputación, se aplica el pago a la menos garantizada; entre varias
deudas igualmente garantizadas, a la más onerosa para el deudor;
y entre varias deudas igualmente garantizadas y onerosas, a la más
antigua. Si estas reglas no pueden aplicarse, la imputación se hará
proporcionalmente.”
La norma franquea la imputación ante el silencio del deudor y del acreedor y registra como
antecedente al artículo 1267 del Código Civil de 1936. Se trata de una genuina norma supletoria
que opera ante el silencio del deudor y del acreedor respecto de la imputación del pago. La norma
dispone un orden de prelación que establece un equilibrio entre el derecho que asiste al deudor y
el que asiste al acreedor.

En efecto, el orden de prelación establecido dispone, en primer lugar, que el pago se aplique a la
deuda menos garantizada en evidente protección del derecho del acreedor ante la posible
insolvencia de su deudor. La cuestión radica en lo que debe entenderse por la deuda menos
garantizada.

Habría que establecer si la garantía de la deuda es una personal o si se trata de una garantía real.
La disminución de la garantía personal puede ser consecuencia de la situación de insolvencia en
la que puede haber incurrido, o estar incurriendo el fiador y, si se trata de garantías reales, de la
pérdida del valor de los bienes afectados en prenda o en hipoteca. Este primer orden de la prelación
favorece al acreedor en cuanto da preferencia a la deuda menos garantizada a fin de evitarle la
frustración de su derecho a ser pagado.

En segundo lugar, el orden de prelación está referido a la obligación menos onerosa para el deudor
si todas sus deudas están igualmente garantizadas. La onerosidad de las deudas puede ser resultado
de los intereses que se vienen devengando, los que respecto de una u otra obligación alguna puede
estar devengándolos con una tasa mayor, o que, incluso, respecto de alguna se haya formalizado
un pacto de anatocismo. Pero puede ser resultado también de la necesidad del deudor de utilizar el
bien afectado en garantía si, por ejemplo, fue prendado con entrega física. Este segundo orden de
prelación, como puede apreciarse, se ha establecido en favor del deudor.

En tercer lugar, si todas las deudas están igualmente garantizadas y son igualmente onerosas, la
prelación está referida a la obligación más antigua, pues así se va aliviando la responsabilidad del
deudor frente a su acreedor y éste se favorece también al hacer efectivo su crédito sobre la
obligación de mayor data.
Por último, la norma dispone que si las reglas que establece no pueden aplicarse, la imputación
deberá hacerse proporcionalmente, a prorrata. La solución es adecuada y equilibra los respectivos
derechos del accipiens y del solvens.

LEGISLACIÓN COMPARADA

Algunos ordenamientos jurídicos tienen un orden jerárquico distinto del adoptado por el Código
Civil peruano; así, por ejemplo, el artículo 1174 del Código Civil español:

“Artículo 1174 del Código Civil español.- Cuando no pueda imputarse el


pago según las reglas anteriores, se estimará satisfecha la deuda más onerosa
al deudor entre las que estén vencidas. Si éstas fueren de igual naturaleza y
gravamen, el pago se imputará a todas a prorrata”

El artículo 778 del Código Civil argentino:

“No expresándose en el recibo del acreedor a qué deuda se hubiese hecho la


imputación del pago, debe imputarse, entre las de plazo vencido, a la más
onerosa al deudor, o porque llevara intereses, o porque hubiera pena
constituida por falta de cumplimiento de la obligación, o por mediar prenda o
hipoteca, o por otra razón semejante. Si las deudas fuesen de igual naturaleza,
se imputará a todas a prorrata”

El artículo 2093 del Código Civil mexicano:

“Si el deudor no hiciere la referida declaración, se entenderá hecho el pago


por cuenta de la deuda que le fuere más onerosa entre las vencidas. En
igualdad de circunstancias, se aplicará a la más antigua, y siendo todas de la
misma fecha, se distribuirá entre todas ellas a prorrata”

Y el artículo 1128 del Código Civil de Puerto Rico:

“Cuando no pueda imputarse el pago según las reglas anteriores, se estimará


satisfecha la deuda más onerosa al deudor entre las que estén vencidas. Si
éstas fueren de igual naturaleza y gravamen, el pago se imputará a todas a
prorrata”

En efecto, en estos Códigos Civiles, entre varias deudas vencidas, se imputará a la más onerosa
para el deudor, a diferencia del Código Civil peruano que, siguiendo el orden jerárquico
establecido en el Código Civil italiano, primero se imputa a la menos garantizada (favor creditoris)
y, entre deudas igualmente garantizadas, la imputación se hace con referencia a la deuda más
onerosa para el deudor (favor debitoris).

Así, por ejemplo, entre una deuda quirografaria con bajos intereses y otra garantizada con hipoteca
con altos intereses, de acuerdo con el Código Civil peruano (1984), se imputaría a la quirografaria,
que es la menos garantizada para el acreedor, a pesar de que la deuda garantizada con hipoteca es
más onerosa para el deudor.

Finalmente, resulta interesante citar el artículo 489 del Código Civil japonés (1898) que establece
lo siguiente:

Si las partes no acordaron ninguna determinación sobre la imputación del


pago, se procederá de la siguiente manera: Si hubiese obligaciones vencidas
y otras que todavía no lo estuvieren, se imputará el pago a las primeras; Si
todas las obligaciones hubieren vencido o ninguna de ellas hubiere vencido,
se estimará satisfecha la deuda cuyo pago sea más provechoso para el deudor;
Si todas las deudas resultaren igual de gravosas, se imputará el pago a las
que hayan vencido o vencieren con anterioridad; Si, según las reglas de los
números anteriores, todas las deudas fueran de igual naturaleza y gravamen,
el pago se imputará a todas a prorrata.

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