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El poder en tiempos de la república era ejercido por una serie de magistrados elegidos por
los distintos comicios. Cada magistrado tenía distintas funciones, atribuciones y periodo de
ejercicio. De mayor a menor importancia estas magistraturas eran:
Dictador (y su Magister Equitum asociado)
Censor
Cónsul
Pretor
Cuestor
Edil curul
Además existía una magistratura especial reservada exclusivamente a los plebeyos, que no
formaba parte del cursus honorum: el tribuno de la plebe, junto con el cargo asociado
de Edil plebeyo.
Magistrados Ordinarios
Cónsul Edil
Pretor Tribuno de la plebe
Cuestor
Promagistrado Censor
Tribuno Militar Gobernador
Magistrados Extraordinarios
Dictador Triumvirato
Magister Equitum Decemvero
Las magistraturas romanas eran los cargos públicos encargados de ejercer el poder
ejecutivo en la República. Existía una clara jerarquía entre los distintos cargos, lo que
formaba el cursus honorun, la “carrera política” en la Antigua Roma.
Este sistema magistratural fue el producto de una larga evolución, el número y atribuciones
de los magistrados cambiaban con el tiempo, aun así, existen algunas generalidades que se
explicarán a continuación:
En primer lugar estas magistraturas eran electivas, la elección se realizaba en
los comicios y ser escogido para desempeñarlas significaba un gran honor, eran, por cierto,
no remuneradas, de modo que el objetivo de su desempeño no era más que ascender en el
ya mencionado cursus honorun. Huelga decir que el ejercicio del poder, ya que conllevaba
grandes gastos, sólo podían ejercerlo los miembros de una clase privilegiada,
la nobilitas. En segundo lugar eran anuales, con algunas excepciones, aunque no existía una
fecha determinada para todo el conjunto de cargos. En ocasiones, el año que duraba el
mandato no era suficiente para cumplir determinadas empresas, sobre todo cuando había
que actuar lejos de Roma, para ello existía la prorrogatio, esto era la capacidad de cumplir
las funciones de los magistrados pero sin estar en el cargo. Nacían así las promagistratura
que ocupaban antiguos magistrados que habían cursado un rango inferior al de la función
que iban a desempeñar, tenemos así a los propraetores o a los proconsules. Otra
característica, las magistraturas eran colegiadas y contaban como mínimo con dos
miembros cada una, y relacionado con esto tenemos el último principio, el de la intercessio
o derecho a veto. Cada miembro del colegio poseía el mismo poder que sus colegas
magistrados y no necesitaba llegar a un consenso para ejercer sus labores, sin embargo,
gracias al veto, cualquier decisión podía paralizarse si esta se temía sospechosa de ser
contraria a los intereses del Estado.
Potestad e Imperium
Potestad es un término algo abstracto, podemos definirlo como la capacidad legal de un
magistrado de cumplir con sus funciones. El imperium, sin embargo, designaba un poder
concreto. Cuando algún magistrado era investido de imperium (este honor sólo estaba
limitado a algunas magistraturas), se le concedía el privilegio de recibir los auspicios, por
tanto, de dirigir al ejército en combate y si resultaba victorioso, de realizar un triunfo.
El Cursus Honorum
Cada magistratura ocupaba un lugar en la escalada del cursus honorum. Llegados a este
punto, a continuación se explicarán las diferentes magistraturas y sus principales
características y funciones.
Cuestura: La magistratura con el grado de honos más bajo. Sus funciones eran la
administración del tesoro público y de los asuntos contables en general. También tenían
como deber la protección de los archivos estatales que se guardaban en el templo de
Saturno. Originariamente el colegio contaba con dos miembros pero en las últimas etapas
de la República, con Sila, le elevó su número a veinte.
Edilidad: Se encargaban de las tareas policiales y logísticas de Roma, y muy importante,
organizaban los juegos y espectáculos. Su colegio estaba formado por cuatro miembros, dos
ediles curiles, es decir, patricios, y dos plebeyos.
Tribunado de la plebe: Paralelo en el cursus honorum a la edilidad. Lo formaban diez
magistrados plebeyos cuyo poder de veto era utilizado, en cumplimiento de su deber
del auxilium, para defender al pueblo de los abusos de las demás magistraturas. Estaban
protegidos por la sacrosanctitas, es decir, no podían recibir ningún tipo de daño físico. El
tribunado de la plebe fue una magistratura esencial en la historia de la República, para que
podamos entender mejor su poder, observemos el siguiente texto de Aulo Gelio:
“…Aulo Hostilio Mancino fue edil curul. Éste había citado a una prostituta, llamada
Manilia, para que compareciera ante el pueblo, porque la noche anterior había sido
golpeado por una piedra lanzada desde el balcón de la mujer, y mostraba la herida
producida por la pedrada. Manilia apeló ante los tribunos de la plebe. Declaró ante ellos
que Mancino había acudido a su casa a celebrar una fiesta; que ella no quiso recibirlo por
su voluntad; y que, como él pretendió irrumpir a la fuerza, fue echado a pedradas. Los
tribunos decretaron que el edil había sido expulsado de aquel lugar con todo derecho, por
lo que hubiera sido más conveniente que no viniera con tonterías. Y, para que el edil no
sometiera el asunto al pueblo, interpusieron su veto.” (Aulo Gelio, Noches Áticas, 14.3-6)
Pretura: El siguiente paso en la escalada en el cursus honorum. Fue desarrollándose a la
par que la expansión de Roma: a un inicial praetor urbanus encargado de la administración
de la justicia ciudadana se le añadió un praetor peregrinis, que organizaba la justicia entre
ciudadanos y extranjeros. Se añadieron cuatro nuevos pretores con una función muy
distinta: administrar las provincias. Sila unificó sus competencias y aumentó el número de
pretores a ocho. Estaban, además, investidos de un imperium de menor categoría.
Consulado: Sobre los dos cónsules, uno plebeyo y otro patricio, recaía el imperium de
mayor categoría. Representaban el poder estatal en su conjunto, a ellos se les
encomendaban la dirección del Estado y del ejército. En unos primeros momentos de la
República, era uno de los magistrados el que se quedaba en Roma cumpliendo sus
funciones de gobierno y su colega en la magistratura se encargaba de dirigir las campañas
en el exterior. Representan, junto con los censores, el mayor grado en el cursus
honorum, tal era su prestigio que los años eran llamados con el nombre de los cónsules.
Censura: A pesar de tener gran prestigio, no contaba con imperium y sus funciones estaban
más restringidas que la de los cónsules. Formaban un colegio de dos miembros, elegidos
cada cinco años, que tenían como tarea principal la elaboración del censo en un periodo de
año y medio. A esto se les añadió una nueva y vital función, la elección de los senadores.
Eran también los encargados de velar por el cumplimiento de las costumbres y ejercían
de guardianes de la moral, criterios que se seguían para confeccionar la lista de senadores.
De este modo, el Senado estaba permanentemente formado por individuos conservadores y
fieles a las tradiciones. Al permanecer en el cargo más tiempo que cualquier otro
magistrado, se encargaban también del control de las finanzas y las obras públicas.
Dictadura: Ésta era una magistratura extraordinaria. Cuando se consideraba que el Estado
se encontraba en una grave situación de amenaza exterior o interior, los cónsules podían
nombrar a un dictador que concentraba todo el poder durante un tiempo máximo de seis
meses. Tal era la acumulación de poder que estos magistrados eran inmunes al veto que se
les pudiera ejercer así como de la apelación ante el pueblo.
EL SENADO ROMANO
Etimológicamente, la palabra Senado viene del latín Senatusy ésta, a su vez, de senex, que
significa anciano.
Escena de banquet o simposi, Tomba del llit funerari, de Tarquínia (470-460 a. C.), Museo
Nazionale Etrusco, Roma (Photo credit: Sebastià Giralt)
b) El Senado en la República (509-27 a.C.)
Ahora es cuando el senado representa una parte importante dentro de un sistema “casi
democrático”. Muchos historiadores defienden, que aunque en la teoría fue un gran avance
que el poder se asentara en los magistrados, senado y pueblo, en la práctica fue el senado el
que detentó el poder gracias a su carácter menos móvil que las magistraturas y a
su auctoritas. Por ello lo dotó de un cierto tono aristocrático.
El senado a finales del s. III estaba constituido por unos 300 miembros, los cuales subieron
a 600 con Sila, 900 con Julio Cesar y bajaron a 600 con Augusto. Como es de suponer, los
senadores fueron los miembros del estrato más alto de la sociedad romana
(patricios, equites, terratenientes…). Al principio la designación de nuevos senadores
(lectus senatus) se hacía por la elección de los cónsules, pretores… y posteriormente en
virtud de la lex Ovinia (312 a.C) por el censor. Con el tiempo se impuso el principio de que
los nuevos senadores fueran los que hubieran ocupado anteriormente una magistratura
(cónsul, pretor, edil…). A los senadores no patricios se les designó con el
término conscripti, es decir los nuevos, los otros… cuya admisión data de finales s.IV a.C.
Las reuniones del senado solo podían ser convocadas por los magistrados que tuviesen
el ius agendi cum patribus (Como pej. los cónsules), es decir, los que
tenían imperium, aunque posteriormente también lo pudieron hacer los tribunos de la plebe.
El citado magistrado presidía la sesión. Esta comenzaba con la toma de auspicios (consulta
a los dioses viendo vuelo de pájaros, tripas de terneros o similar), seguía con un informe
llamado relatio (donde se relataba lo que se quería, quién lo hacía…), luego se discutía y se
votaba y a la decisión tomada se llamaba senatus consultum.. Estos se componían de
una praescriptio en la que se hacían constar las circunstancias de lugar y tiempo, una parte
dispositiva dividida generalmente en apartados (Capita), y la sanctio en la que se daba a
conocer lo que pasaba si se incumplía. Hay que destacar las ventajas de las senatus
consulta con respecto a la lex ya que se podía modificar en el curso de las deliberaciones,
no necesitaba previa publicación. Las decisiones del senado no eran vinculantes, es decir no
había razón legal para obedecerlas, pero en la práctica nadie las desobedecía ni nadie hacía
nada sin consultar con él y la razón de esto se debía a la auctoritas.
Las atribuciones del senado fueron muy amplias. Las funciones más importantes del senado
fueron:
1. Dar con su auctoritas el visto bueno a cualquier decisión legislativa o electiva.
2. Dirección de la hacienda pública, en la cual creaba y quitaba impuestos y aranceles.
3. Gestionaba la política de abastecimientos.
4. Otra función muy importante fue la política exterior. Proponían a los embajadores
o legati para que los designaran los cónsules, recibían a embajadores extranjeros,
ratificaban tratados, declaraban la guerra o la paz…
5. En cuanto a las operaciones militares asignaban el poder a un cónsul para que
dirigiera la campaña y a la vez le daban una cierta cantidad de recursos (humanos,
financieros y materiales).
6. También ejercían el interregnum si quedaba vacante la magistratura máxima, es
decir, el cónsul.
7. Sobre el 121 a.C. con ocasión de las turbulencias de las reformas de Cayo Graco el
senado en circunstancias especialmente graves podía aprobar un senatus consultum
ultimum con lo que se proclamaba el estado de excepción (aquél que se decreta
cuando el Estado vive un período de alerta propiciado por diversas causas. En la
Constitución española en su art. 116 existe un elemento parecido a éste) por el que
se atribuían a los cónsules facultades extraordinarias propias del dictador.
8. El senado también dirigió el gobierno y dirección de las provincias y nombró
gobernadores.
Destacar que el conservadurismo que dio estabilidad a la república acabó con ella ya que no
supo adaptarse a las nuevas circunstancias, es decir, principalmente a los nuevos problemas
surgidos por una enorme expansión.
c) El Senado en el Principado (27 a.C.-235d.C.)
El elemento más reseñable del principado es la incorporación del princeps, el cual no era
más que uno igual a todos pero de entre ellos el primero. Por lo que en esta época el senado
mantiene su auctoritas. Con el tiempo pierde todo su poder en favor del princeps y se
queda como un órgano consultivo de mucho peso, por la cantidad y calidad de las
opiniones que allí se reúnen.
Uno de los elementos que hizo perder importancia al senado fueron las proscripciones
de senadores que se produjeron durante las guerras civiles poco antes de la instauración
del principado. Por lo que desde esas fechas la entrada de nuevos senadores estuvo
condicionada al apoyo al princeps. Vamos a destacar tres hechos: el primero, que para ser
senador había que contar con un mínimo de 1.000.000 de sestercios, segundo que
los Flavios dieron entrada a nuevos senadores procedentes de las zonas fuertemente
romanizadas y, por último, que los Antoninos dejaron entrar en el senado a cualquier
miembro del Imperio.
Algunas de sus funciones fueron:
1. Una vez muerto el princeps, el senado se encargó de reconocer a cada
nuevo princeps.
2. Otra función muy curiosa es la de juzgar el conjunto de hechos del princeps a lo
largo de su mandato para divinizarlo, (Como a Augusto); otras, se negaba, pero lo
forzaba el pueblo o el ejército (Como con Caracalla), en otros casos con la damnatio
memoriae se le hacía desaparecer cuantas huellas de él quedaran (escritos,
efigies…) e incluso con la actorum rescissio se hacían nulos sus actos de gobierno y
que luego deberían ser confirmados por el emperador siguiente para que tuviera
validez (como con Calígula y confirmado por Claudio).
3. Perdió a favor del princeps la política exterior y militar, el control de las provincias
(nacen las provincias imperiales que son del princeps y las senatoriales que son
controladas por el Senado), controla cada vez menos el Tesoro Público…
4. Pero no todo fueron recortes ya que en compensación obtuvo nuevas funciones en
los campos electorales (desde Tiberio el senado hacía las listas a las magistraturas,
aunque como es evidente sujeto a las disposiciones del princeps), jurisdiccional y
legislativo. Pero en la práctica esto se quedaba en nada ya que el princeps poseía las
llamadas commendatinoes o recomendaciones a las que el senado no se podía
resistir.
5. Confiaron los princeps en el senado para que actuara como juez en delitos de tipo
político. Siempre a favor del princeps y ofreciendo una garantías menores que las de
cualquier tribunal ordinario.
6. El senado fue paulatinamente recogiendo las funciones de los comicios por lo que
sus senatus cosulta eran ya equiparable a leges a partir del s. II d.C. Como es
natural el Senado y sus decisiones estaban sometidas, no en teoría pero sí en la
práctica, al princeps. Es más el princeps podía mandar epistulae (cartas que se leían
en público) o debatir él mismo como un senador más orationes.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
El gobierno del periodo monárquico tenía como autoridad al Rey, a la Asamblea Popular y
al Senado.
a. EL REY
Constituía la autoridad máxima, con poder absoluto. Era al mismo tiempo sacerdote
supremo, juez y jefe militar. El rey elegido por la Asamblea Popular propuesta por el
Senado.
b. LA ASAMBLEA POPULAR
Estaba integrada por los ciudadanos libres con edad militar. Dicha Asamblea era convocada
por el rey, al pie del Capitolio, donde aprobaban o rechazaban las leyes, por aclamación
unánime.
c. EL SENADO
Estaba conformado por 300 ancianos patricios, padres de familia. Su función era aconsejar
al rey y presentar los candidatos para la sucesión al trono real. El cargo de senador era
vitalicio.
3. ORGANIZACIÓN SOCIAL
3.1 LA FAMILIA
La familia era la base de la organización social.
Estaba conformada por el padre, la madre y los hijos.
El padre era la máxima autoridad del hogar, jefe, juez y sacerdote familiar. Tenía derecho
a la vida o muerte de su esposa y de sus hijos, pudiéndolos vender en ciertas ocasiones
como esclavos.
La madre, se dedicaba exclusivamente a los quehaceres del yogas. Las mujeres romanas
contaban con mas libertad que las mujeres griegas, pues acompañaban a sus esposos a las
grandes ceremonias y actos públicos.
Los hijos no tenían libertad aunque fuesen casados. A esta dependencia se les llamo patria
potestad. Los matrimonios podían adoptar un hijo cuando no tenían descendencia.
3.2 LAS CLASES SOCIALES
En la monarquía romana existían las siguientes clases sociales: los patricios, los plebeyos,
los clientes y los esclavos.
Nacimiento de la República
De acuerdo con los documentos escritos por el historiador romano Tito Livio, el secuestro
de Lucrecia patricia de clase alta fue el detonante de la revolución que acabó con el reinado
de Tarquinio el Soberbio, el último rey de Roma en 510 a.C. La violencia y tiranía con la
que el rey etrusco gobernó Roma y la abolición de ciertas reformas sociales que realizó
durante su mandato que limitaban los poderes de los ciudadanos romanos propició que el
Senado se planteara la forma de gobierno conveniente para la ciudad.
Entre 510 y 509 a.C. se produjo una etapa de transición tras la cual el Senado decidió que
Roma jamás volvería a ser una monarquía. El poder recayó en su sobre el Senado, que
ficticiamente lo repartió entre la población creando diversos puestos políticos denominados
magistraturas, que en la realidad sólo podían ser ocupados por los patricios o clase alta
romana.
Dentro del senado se escogía a dos líderes o Cónsules que serían las personas con mayor
poder en la República, que sin embargo no podían tomar decisiones de forma separada. Los
primeros dos Cónsules fueron Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino los líderes de
la revolución contra Tarquinio el Soberbio. Fue en este momento en el que se adoptó la
expresión SPQR, Senatus Populusque Romanus “El senado y el pueblo romano” como
lema de la república.
Sociedad y política en la República Romana
Clases sociales
La sociedad romana durante la república se dividió en dos clases sociales de ciudadanos:
Patricios. Clase alta romana, descendientes de las familias fundadores de la ciudad.
Disponían de muchos privilegios, puesto que eran los únicos que podían ocupar los
cargos públicos, tanto en el senado como en las demás magistraturas.
Plebeyos. Pagaban numerosos impuestos y se les llamaba a formar filas del ejército
cuando era necesario obligándoles a dejar sus tierras y sus cultivos y originando en
ocasiones su ruina. Apenas tenían derechos políticos, únicamente se les permitía
reunirse en asamblea una vez al año para elegir a los magistrados entre los
candidatos patricios. Todos estos inconvenientes de su situación les llevaron a
emprender diversas revueltas para reclamar más derechos.
Organización política
Numerosas instituciones y funcionarios que existieron durante la monarquía desaparecieron
y otras se adaptaron para prestar mejor servicio al pueblo, distinguimos entre cuatro tipos
de instituciones políticas
1. Los cónsules. El poder que hasta ahora recaía en la única figura del rey se repartió
entre dos personas, los cónsules que se encargaban por lo tanto de dirigir Roma en
la paz y en la guerra, convocar el senado y las asambleas y administrar justicia. Se
escogían anualmente por medio de asambleas y se ejercían un control mutuo entre
los dos elegidos.
2. El senado. Institución ya existente durante la monarquía, mantuvo sus atribuciones
y se afianzó como órgano consejero del gobierno de la ciudad.
3. Las Asambleas. También llamadas comicios, las hay de tres tipos. Asamblea curial
que reunía a grupos de 30 patricios, la asamblea centurial que se formaba por
grupos de 100 ciudadanos de bajo sistema militar y la asamblea tribal, formada por
la plebe agrupada en tribus que escogía a los tribunos de la Plebe. Cada uno de los
comicios tenía una serie de competencias políticas.
4. Magistrados. Personas encargadas de llevar a cabo distintas tareas de
administración de la república, escogidos en las asambleas, destacan los censores
(contabilizaban la población y sus bienes), los cuestores (recaudaban impuestos), los
pretores (administraban justicia) y los ediles (abastecimiento y conservación de la
ciudad).
República Romana temprana (509-208 a.C.)
Con el establecimiento de este nuevo régimen de gobierno Roma quedaba gobernada
principalmente por los patricios. La clase social baja, los denominados plebeyos
únicamente podían votar una vez al año a ciertos magistrados patricios para que los
representaran, pero no podían ser elegidos ciudadanos plebeyos. Estos enfurecidos por los
elevados impuestos y la escasa consideración de la clase alta decidieron dejar de cultivar las
tierras, de comerciar y de servir al ejército y se retiraron en masa a la colina del Aventino
en el año 494 a.C..
Es lo que se conoce como la secesión del Aventino y gestación del conflicto que llevaría al
final de la república. Los plebeyos exigían el reconocimiento de sus derechos y hasta que
esto no se hiciera realidad no volverían a sus trabajos. Los patricios se vieron obligados a
ceder ante las exigencias de la gran mayoría de la población romana y se decretó la
creación de una nueva magistratura, los tribunos de la plebe. Magistrados que solo podían
ser elegidos entre candidatos plebeyos y que defendían los intereses de esta clase social.
La comunicación entre Roma, el centro del vasto imperio, y las demás regiones estaba
garantizada por la existencia de una extensa red de carreteras. De ahí proviene el famoso
dicho: "Todos los caminos llevan a Roma".
Las carreteras romanas, además de posibilitar la comunicación entre las diferentes regiones
del imperio, facilitaban el movimiento de tropas y equipamientos militares, contribuyendo
al éxito de las campañas.
Después de la muerte de Augusto (14 dC) hasta el final del siglo II, cuatro dinastías se
sucedieron en el poder. Son ellas:
A partir del siglo III, el Imperio de Roma atravesó varias crisis, que acabaron por provocar
su decadencia y, finalmente, su desintegración.
La caída del Imperio de Occidente marcó el fin de la Edad Antigua y el inicio de la Edad
Media.
De acuerdo con muchos historiadores, sin embargo, el Imperio sólo llegó de hecho a su fin
en 1453, con la toma de Constantinopla por los turcos otomanos.
Esto se debe a que, a pesar de ser conocido en los libros de historia como el Imperio
Bizantino (Imperio cuya capital es Bizancio), su nombre oficial era el Imperio Romano de
Oriente.
Sacro Imperio Romano-Germánico
Dado que los bárbaros se instalaron en roma y cristianizados, la sociedad medieval
comienza a soñar con la restauración del antiguo Imperio de Occidente.
Esta idea es emprendida por los príncipes y nobles germánicos quienes conquistaban un
gran territorio y se hacían siempre coronar o ser consagrados por el Papa.
Por lo tanto, los intentos de volver al esplendor de la Roma antigua fundaron el Sacro
Imperio Romano.
El nombre era "Sacro" por ser respaldado por el pontífice, "Imperio" por la gran extensión
territorial. El "Romano" se debía al hecho de recibir el título de reyes de Italia y germánico,
porque la mayor parte de su territorio era en aquella región.
Oficialmente, el Sacro Imperio Romano-Germánico sólo terminará en 1806 con las guerras
napoleónicas.