Está en la página 1de 2

CONCLUSIÓN

La valoración nutricional permite detectar factores desencadenantes de


malnutrición, identificar pacientes en riesgo y planificar el tratamiento nutricional. La
insuficiencia renal aguda y crónica son un síndrome clínico que se produce como
consecuencia de una pérdida irreversible de las capacidades metabólicas, endocrinas y
excretoras del riñón.
La nutrición ha constituido durante décadas la piedra angular del tratamiento. La
identificación precoz, valoración y monitorización nutricional contribuyen a evitar muchas
de las complicaciones subyacentes y mejorar el pronóstico clínico. No existe un solo
marcador que permita realizar una valoración completa e inequívoca del estado
nutricional, siendo recomendable la utilización colectiva de varios parámetros
nutricionales.
El consejo nutricional y la monitorización secuencial del estado nutricional son
estrategias que permiten optimizar los resultados y mejorar el pronóstico adverso. Las
fórmulas enterales completas pueden también utilizarse como suplementos nutricionales
(considerándose que no cubren los requerimientos diarios de macronutrientes y
micronutrientes), o módulos de aquellos nutrientes específicos que requieran
suplementarse (HC, lípidos, proteínas, vitaminas, oligoelementos, minerales) para
complementar la ingesta oral habitual.
La modificación dietética son los de satisfacer las necesidades nutricionales y
energéticas, atenuar los signos clínicos y las consecuencias de la uremia, minimizar las
alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico, vitamínico-mineral y acidobásico, y ralentizar
la progresión de la insuficiencia renal. Una monitorización regular para asegurar que el
manejo dietético y médico siguen siendo óptimos para las necesidades del paciente es
crucial para el bienestar y el éxito a largo plazo del tratamiento de la insuficiencia renal
crónica.

También podría gustarte