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La incidencia de la RDP en los niños con peso de nacimiento menor a 1500 gr oscila entre 24 y
50% alcanzando hasta 90% en los neonatos con peso menor a 750 gr.
Control de la RDP:
Cerca del 90% de los bebés con RDP Etapa 1 y 2 presentan mejoras sin tratamiento. Sin embargo,
cerca de la mitad de los bebés con Etapa 3 y la mayoría de aquellos con Etapa 4 pueden
desarrollar daño ocular grave.
• Los bebés que al nacer tengan un peso menor o igual a 1500 g o una edad gestacional de
30 semanas o menos deberían ser sometidos a exámenes retinales.
• Los bebés que al nacer pesen entre 1500 y 2000 g o tengan una edad gestacional mayor a
30 semanas y se considere que presentan alto riesgo deberían ser sometidos a
exámenes retinales.
• Los exámenes retinales de bebés prematuros deberían ser realizados por un oftalmólogo
con experiencia en identificar los cambios retinales en la RDP.
• El momento oportuno para realizar los controles de RDP en fase aguda debería
determinarse según la edad cronológica del bebé y su edad gestacional al nacer.
Tratamiento:
Los bebés que desarrollan RDP grave pueden beneficiarse de un tratamiento llamado crioterapia
que utiliza la congelación para impedir que se produzca más daño.
Otro tratamiento utiliza la fotocoagulación láser para crear quemaduras pequeñas y tejido
cicatrizal. Estas cicatrices sellan los bordes de la retina y ayudan a evitar el desprendimiento.
Otros tratamientos para los casos más graves son el cerclaje escleral (es una banda de silicona
que se coloca alrededor del ojo para impedir que el humor vítreo en el ojo tire del tejido
cicatrizal) y la vitrectomía (procedimiento para extraer y reemplazar el humor vítreo, de manera
que se pueda reparar el tejido cicatrizal).