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GIAN FRANCO BETTETINI: LA CONVERSACIÓN AUDIOVISUAL

1
EL CUERPO DEL SUJETO ENUNCIADOR

1. LOS CUERPOS DEL CINE Y DE LA TELEVISIÓN


La materialidad significante de los cuerpos textuales es extraña y con
frecuencia no relacionable con los cuerpos del mundo cotidiano (metalenguaje,
significación ostensiva del objeto-signo que remite a sí mismo).
El cine (y los audiovisuales): aparato de significación y de comunicación que
excluye la corporeidad de la materia significante exhibida a los ojos del
espectador. Conjunto de elementos incorpóreos sobra la pantalla en la fase de
proyección: la materialidad de la pantalla es un soporte para la exhibición
solamente fantasmática de un juego de luces y sombras.
Todos los cuerpos materiales usados en el proceso productivo del sentido
desaparecen: los actores (el cuerpo más negativo), el cuerpo de la película, los
cuerpos de las máquinas, etc.
Pero existe otro tipo de corporeidad en el cine y en los audiovisuales que goza
de una particular suerte transformacional: el cuerpo del «autor», del sujeto de la
enunciación → aparato cultural ausente, productor y producto del texto, que
deja rastros de su paso ordenador en el cuerpo del mismo texto, rastros
dirigidos a una instancia en proyecto: la relativa al intercambio comunicativo
que escoge el texto como objeto propio.
Este «sujeto» no tiene cuerpo desde su misma definición, tampoco el « autor-
modelo ».
Autor-modelo → producto del destinatario que utiliza las huellas del sujeto
enunciador.
Dos sujetos distintos, uno observado objetivamente en el análisis del texto, el
otro producido subjetivamente por el destinatario, pero ambos sin cuerpo. El
cuerpo del sujeto enunciador es el proyecto de un decir, el cuerpo del autor-
modelo es la constatación de un dicho.
2. SUJETO Y CUERPO
Sujeto → algo sometido, algo subyacente, que en el pensamiento y en el
lenguaje se constituye como soporte de cierta calidad o de ciertas acciones.
El sujeto es aquello de lo que se habla, aquello que está «sometido» a la
observación o a la reflexión: el clásico sujeto «lógico».
(sujeto psicológico, sujeto gramatical, sujeto cognoscente…)
Sujeto → papel y función de un principio activo, de un origen ontológico, de un
punto de referencia no reductible a la mera práctica descriptiva.
Sujeto → ente que tiene cierta calidad y que cumple ciertos actos.
Ciencias lingüísticas → «sujeto hablante»: lugar en el cual se encuentran
reunidas las condiciones necesarias para garantizar el objeto que (el sujeto) es
susceptible de construir.

Por tanto, la noción de «sujeto» se encuentra en el cruce de dos instancias:


- la de la forma lingüística (y lógica)
- la de una ontología (papel del «Yo»), postula una componente
cognoscitiva, una componente sentimental y una componente más
específica («sentimiento del cuerpo»).
De este cruce se deriva una contradicción ente una motivación de
sometimiento y de pasividad y un reconocimiento de originalidad y de
autonomía operativa.
Algunos lingüistas relativizan el estatuto del sujeto → prioridad de la relación
(verbo y función) → tipología de gramática «actoncial».
Desestructuración filosófica que favorece el proceso y la acción en prejuicio del
origen y del principio.

Ámbito semiótico → nueva categoría subjetiva → «sujeto de la enunciación» →


¿es un simulacro instalado en el discurso o es un ente que está en el origen de
la comunicación, dotado incluso de una corporeidad? Si sólo es el producto de
las huellas identificables de un texto, ¿dónde termina esta corporeidad que
sería un elemento compositivo de la naturaleza de la relación establecida con
un destinatario?
Ambigüedad semántica del término «sujeto».
Para la semiótica, «sujeto de la enunciación» → simulacro; para otras
disciplinas → sujeto concreto.
El sujeto de la enunciación es sólo el producto cultural de una instancia de
ordenamiento y jerarquización, subyacente a una trama de prácticas
significantes y de proyectos comunicativos.

El sujeto que cumple el acto enunciativo es un apersona, un grupo o un


aparato, cuyo sometimiento es existencial y antológicamente verificable, pero
es reconducible a esquematizaciones homogéneas sólo por medio de bien
definidas elecciones de pertinencia en el acercamiento analítico. Este sujeto
empírico es un origen, un principio activo, su subyacencia es secundaria,
respecto a su presencia y el papel que desarrolla enunciando; «fuente» de la
enunciación.

Sujeto de la enunciación → la subyacencia es su razón de ser: desde su


constitución se somete a las exigencias de un proyecto, acumulando los
indicios de una intencionalidad que no es siempre del sujeto empírico.
Semióticamente llega primero el texto y después, inherente a ello, el sujeto de
la enunciación.
Es el enunciado textual el que, dotado de huellas y marcas encaminadas a la
enunciación, produce la instancia del sujeto. La descodificación presupone la
reconstrucción de una instancia de la enunciación, externa al texto y productora
de sentido, que concretamente puede coincidir o no con aquella inscrita en la
señal-texto, con el sujeto de la enunciación.

El texto contiene al sujeto de la enunciación porque lo ha producido, el


destinatario lo produce a su vez. Ambos, sujetos-productos, están sin cuerpo,
mientras el destinatario tiene un cuerpo propio, con el cual participa
activamente en el intercambio comunicativo.

Cine (audiovisual) → desmaterialización del sujeto empírico, corporeidad


sustituida, espectador corporalmente en relación con fantasmas y simulacros.
6. LAS MARCAS EXTRATEXTUALES:
Huellas de su proyecto comunicativo no presentes en el texto. Inciden
sensiblemente en el intercambio y en su recepción, se activan en la situación
concreta en que el mismo texto es consumido.
Presuposiciones (la imagen que el enunciador se hace en confrontación con el
comportamiento del destinatario) + conocimientos relativos al contexto del
ejercicio de la comunicación de masas.
Desde el origen del proceso → situación de inmaterialidad, estructurada sólo a
nivel simbólico.
Marcas «pragmáticas» que condicionan las modalidades de la recepción,
actuando según determinaciones contextuales e intertextuales: éstas
predisponen en el destinatario actitudes comunicativas no atribuibles al texto,
sino a las situaciones del consumo en la cual se coloca el texto. La estructura
del sujeto de enunciación debe tener en cuenta su presencia y su acción.

6.1.
Típica marca contextual → manifestaciones discursivas que se acompañan de
un texto favorecido por la comunicación de masas → «paratexto»: producción
integradora, cuyo fin es imponer una bien definida modalidad de uso de texto,
una única forma legitimada de acercamiento a su significado, un único y
despersonalizado modelo de consumo.
El usuario de las comunicaciones de masas a veces no puede hacer una
elección autónoma frente a su interlocutor → una situación comunicativa no
dominada por completo, estableciendo una relación con un emisor
contractualmente más fuerte → puede asumir actitudes de sumisión y de
heterodireccionalidad, pero también puede empujarlo a la construcción usos
libres de los textos, a la articulación de «lecturas» subjetivas y productoras de
sentido. Aquí los aparatos no pueden intervenir, prever todas las
configuraciones y todas las soluciones. Entonces obran contra la misma
posibilidad de usos independientes y autónomos de sus productos, contra la
instancia de su mismo manifestarse, reduciendo los espacios e desarrollo o
impidiendo la actuación.
Las comunicaciones de masas producen también textos y discursos sobre sus
propios textos y discursos, provocando actitudes receptivas, modalidades de
consumo. El «paratexto» se articula en el trabajo publicitario, en el de las
críticas institucionalizadas, etc., todos elementos de un discurso social →
elección táctica → estrategia de la imposición de una legitimada forma de
acercamiento al texto.

6.2.
Otro tipo de marcas pragmáticas → «palimpsesto» (TV y radio) →
programación sincrónica y diacrónica de los textos difundidos por distintos
aparatos.
Articulación de los canales distribuidores → relaciones contextuales e
intertextuales → cada texto se manifiesta con otros textos que lo preceden, lo
suceden o son simultáneos.
Aparatos-sujetos empíricos → dos tácticas:
1) producción de palimpsestos muy rígidos (favores para unos textos,
marginación de otros → unicidad y necesidad frente al derecho de uso
2) oferta de textos de calidad e interés
Dos tácticas comunicativas, distintas situaciones de intercambio y distintas
atribuciones de papeles al destinatario:
1) sujeto empírico → control completo del consumo del texto, intervención
totalizante en la definición de su simulacro textual, forzada coincidencia
entre este aparato cultural y el producido por el destinatario (autor-
modelo o autor-implícito).
2) Sujeto empírico → favorece la elección del consumidor en confrontación
con el propio texto.
En la clausura del sentido que produce el destinatario pragmáticamente, la
configuración del autor-modelo es muy distinta a la del sujeto enunciador
producido por el texto.

6.3.
Tercer y último tipo de marcas pragmáticas → referido a los géneros
discursivos (sistemas semióticos y expresivos de autores, escuelas,…) en los
cuales los textos se inscriben.
Focalizando la atención sobre las expectativas que el hábito de ciertas
prácticas comunicativas de cosnumo de género, autor, escuela o sistema
productivo inducen en el destinatario, incidiendo sensiblemente sobre la
percepción., produciendo a veces distancias relevantes entre la configuración
códica del sujeto textual de la enunciación y la del autor-modelo, generada por
el destinatario.
El autor-modelo se acerca al sujeto enunciador de la tradición precedente y de
un cierto consenso social, pero su configuración códica está muy lejos de la del
verdadero sujeto de la enunciación textual.
En la situación concreta en que se da el intercambio comunicativo, la prótesis
simbólica producida por el destinatario y por su cuerpo puede estar siempre
menos programada por el simulacro inmanente al texto y siempre más
condicionada por simulacros inmanentes a su mismo sistema simbólico, a los
condicionantes que ésta ha sufrido y sufre en la práctica discursiva.
No obstante el texto existe, con todo su potencial simbólico y con toda su
agresividad comunicactiva.
Interesante distinguir entre situaciones o épocas en las cuales predomina un
consumo guiado por el texto, y por el sujeto enunciador inmanente a él, y otras
en las que el consumo esté sobretodo determinado por condiciones y por
modelos simbólicos externos al mismo texto.

7. EL CUERPO DEL SUJETO COMO SABER


Hipótesis: cuerpo del sujeto enunciador del texto fílmico → saber estructurado y
estructurante.
Lingüística → Benveniste:
Subjetividad en el lenguaje y mediante el lenguaje.
«yo» y «tú» → formas personales
3ª persona (él, ellos, etc) → formas no personales
«Yo» → pronombre con existencia lingüística sólo en el acto de palabra que lo
prefiere → signo vacío del sistema lingüístico de quien se apropia el hablante.
«yo» y «tú» → como todos los deícticos, no remiten a la realidad, ni a
posiciones objetivas en el espacio y en el tiempo, sino a la enunciación que le
contiene y reflejan así su propio uso.
«tú» → persona no-yo, de ordinario el interlocutor, el enunciatario.
3ª persona → enunciados que no entran en la condición personal, no remiten a
sí mismo sino más bien a una situación “objetiva”.
En el cine y los audiovisuales faltan formas expresivas que correspondan a las
formas vacías de los pronombre personales: la institución de la subjetividad
enunciativa y de la personalidad del enunciador se basa sobre las huellas de
un trabajo semiótico que organiza un material significante y que predispone su
disfrute. Este material significante no «habla» al destinatario, pero si «muestra»
al espectador: aparentemente los enunciados del cine son todos objetivos 3ª
persona (él, ellos, etc) → 3ª persona. El «yo» no existe en el cine.
Benveniste → la 3ª persona es la única mediante la cual una cosa es predicada
verbalmente, al ser una no-persona puede referirse a un sujeto cualquiera o a
ninguno, añadiendo una precisión necesaria para la inteligencia del contenido,
no para la determinación de la forma.
Textos audiovisuales → predican cosas.
«yo» y «tú» se constituyen sobre las modalidades de esta predicación →
revelación de una actitud de un sujeto ordenador y de su proyecto en
confrontación con las recepciones → ingreso en una fase discursiva +
referencia a un saber más allá de la evidencia objetiva de las imágenes, de las
que es el presupuesto.
Saber estructurado sobre una evidencia (cuanto muestra la pantalla), sobre un
conjunto de modalidad y sobre una forma institucional de cine, sobre su imagen
social.

8. SABER EPISTÉMICO Y SABER COGNITIVO


Saber → ámbito de intercambios comunicativos → posibilidad de transmisión
→ estructura transitiva.
Cuando el saber se convierte en objeto de un circuito comunicativo y se
traduce en un discurso, éste se puede concebir como un <<hacer>> o como un
<<ser>>.
- Saber-ser → objetos, modalidades → competencia epistémico
- Saber-hacer → actividad cognitiva/cognoscitiva producida en el discurso,
capacidad de estructurarlo → competencia cognitiva/cognoscitiva.
El saber-ser del cine se basa en la evidencia audiovisual del significante. Su
enunciación se articula en una serie de sujetos cognoscitivos auxiliares.
En el cine de tradición narrativa → fijación provisoria de este saber-ser →
imagen del actor, fantasma de su cuerpo.
Esquema Natalia:

Saber
 hacer:
- actividad producida en el discurso
- estructuración del discurso } 3ª persona (él)
- competencia cognitiva/cognoscitiva
 ser:
- objetos, modalidades, se evidencia en el significante (imagen)
- sujeto, cognoscitivos auxiliares (delegación) } 1ª y 1ª p. (yo/tú)
- competencia epistémico

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