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La comunicación es fundamental en la relación entre pacientes y profesionales sanitarios porque permite la comprensión mutua y la toma de decisiones compartidas sobre el tratamiento. Si bien antiguamente el modelo era paternalista y el médico controlaba todo el proceso, actualmente prima el principio de autonomía del paciente. Los obstáculos a una buena comunicación incluyen falta de tiempo, dificultades para encontrar explicaciones sencillas y problemas de relación o malentendidos, especialmente cuando hay barreras idiomáticas o culturales diferentes entre el paciente y el profesional.
La comunicación es fundamental en la relación entre pacientes y profesionales sanitarios porque permite la comprensión mutua y la toma de decisiones compartidas sobre el tratamiento. Si bien antiguamente el modelo era paternalista y el médico controlaba todo el proceso, actualmente prima el principio de autonomía del paciente. Los obstáculos a una buena comunicación incluyen falta de tiempo, dificultades para encontrar explicaciones sencillas y problemas de relación o malentendidos, especialmente cuando hay barreras idiomáticas o culturales diferentes entre el paciente y el profesional.
La comunicación es fundamental en la relación entre pacientes y profesionales sanitarios porque permite la comprensión mutua y la toma de decisiones compartidas sobre el tratamiento. Si bien antiguamente el modelo era paternalista y el médico controlaba todo el proceso, actualmente prima el principio de autonomía del paciente. Los obstáculos a una buena comunicación incluyen falta de tiempo, dificultades para encontrar explicaciones sencillas y problemas de relación o malentendidos, especialmente cuando hay barreras idiomáticas o culturales diferentes entre el paciente y el profesional.
La comunicación es un elemento fundamental en la relación sanitario-paciente,
porque de ella depende la comprensión de la situación y la toma de responsabilidad por parte del enfermo, así como su adherencia correcta al tratamiento. En la en la relación sanitaria de tiempos atrás, de marcado carácter paternalista, el paciente tenía un papel secundario y era el medico el que llevaba el control de todo el proceso, informaba al paciente de su situación y dirigía su tratamiento. Actualmente se considera prevalente el principio de autonomía. La cual es el paciente quien tiene la última palabra sobre las propuestas que los profesionales de la salud presentan para solventar su problema de salud. Este modelo fomenta la corresponsabilidad a la hora de tomar decisiones. Obstáculos a la hora de conseguir una buena comunicación: falta de tiempo, dificultades para encontrar explicaciones sencillas, problemas de relación, malentendidos, etc. La falta de un idioma en común es el primer obstáculo, el segundo seria las palabras traducidas pueden tener un significado distinto según cada cultura. Además de las barreras idiomáticas y del bagaje cultural propio que pueden dificultar la comunicación con las personas de origen diferente, conviene añadir la precariedad económica y laboral frecuente que los acompaña, un aspecto a su vez puede generar nuevos problemas de salud.