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Detinis, L. (2001). La toma del caso. En: Revista Homeopática Uruguaya 1.

Consultada
en Enero del 2013. Disponible en:
http://revistahomeopaticauruguaya2.blogspot.com/p/la-toma-del-caso.html

LA TOMA DEL CASO

Dr. Luis Detinis


A poco que se transite por el estudio y el ejercicio de la Homeopatía se tendrá
clara conciencia de la importancia del tema "la toma del caso". Hahnemann le
dedica varias páginas, del parágrafo 82 al 104 y remata a manera de sentencia:
Una buena anamnesis nos asegura un 50 % de la cura.
Una condición ineludible para el médico homeópata es colocarse frente al
paciente en una postura de respeto y empatía. Sin juzgar, sin condenar. Los
sentimientos que nos despierte el enfermo no deberían ser otros que los de
compasión, caridad, cordialidad y un auténtico deseo de ayudarlo.
Como el artista que hace abstracción de su yo identificándose con el objeto que
observa y formando con él una unidad, el homeópata, en la consulta, se hace
uno con el paciente, con el propósito de comprenderlo emocionalmente para
establecer su problemática profunda, su sufrimiento, su drama existencial. Sin
esta comprensión no podremos percibir la imagen del cuadro sintomatológico.
Hahnemann fue el primero en hablar de imagen, en el parágrafo siete dice
que se debe basar la prescripción sobre la totalidad, IMAGEN reflejada al
exterior de la enfermedad interior e invisible. Pero esta totalidad no es la suma
de todos los síntomas del enfermo, sino una totalidad seleccionada y
jerarquizada.
Stuart Close escribía: "La totalidad no es un mero amontonamiento de
síntomas en forma fortuita. Son todos los síntomas capaces de combinarse en
forma lógica, en un todo armónico y consistente, que tenga forma, coherencia e
individualidad"
Mientras que Paschero sostenía: "Solo es característica una totalidad bien
integrada, es decir comprendida por el médico. Lo más importante y más difícil
en homeopatía es la "toma del caso" .Ningun recurso técnico o computador
electrónico es capaz de suplir el "instrumento" semiológico de la mente del
médico, desarrollado gracias a su propia experiencia emocional interna para
detectar el síntoma característico determinativo del cuadro. El homeópata debe
cultivar ese sentido clinico de síntesis que lo capacita para comprender lo que
debe curar en cada enfermo".

La totalidad de los síntomas no es más que una fotografía del cuadro total,
mientras que la Totalidad Característica es la obra de arte del homeópata
artista que ha captado la esencia.

La totalidad característica se construye con los síntomas característicos. Estos


deben reunir determinadas condiciones para ser considerados como tales.

1º Ser raros, extraños y peculiares


2º Ser intensos, marcados, sobresalientes.
3º Generar sufrimiento o esclavizar al enfermo. Ejs. Conscientious,
Responsability, great sense of, Fastidious, Jealousy.
4º Condicionar conductas. Ejs. Una azafata que elige su profesión por un fuerte
deseo de viajar o una bailarina por el deseo de danza. Un gourmet que elige
ser cocinero. Un jugador que va al casino. Un religioso que reza y va todos los
días a la iglesia. Una mujer coqueta que pasa dos horas, todos los días frente a
su tocador, para su arreglo personal, etc.
5º Estar modalizados.
6º Ser históricos( Continuos o periódicos, ejemplo: se podrá tomar fiebre sin
sed como síntoma crónico, si aparece con cada cuadro febril).
7º Estar integrados y ser referidos a la totalidad.
8º Ser universales ( el compasivo debe compadecerse ante diversas
situaciones, el afectivo, ser afectuoso con todos, etc).
Si se cumplen al menos dos o tres condiciones de estas ocho, estaremos en
presencia de un síntoma característico. Escuché decir a colegas que si el
síntoma no está modalizado no debe considerarse. Pero es frecuente en la
práctica encontrarnos con síntomas que no presentan modalidades y sin
embargo ser útiles para seleccionar el medicamento. De la misma manera el
síntoma puede no ser universal y tener el valor de característico. Por ejemplo si
el paciente sólo es celoso con su pareja, pero se trata de celos intensos del los
cuales el paciente es esclavo y le generan sufrimiento.
Si insisto con esta lista de condiciones para definir los síntomas característicos
es porque en los últimos tiempos se ha generado una suerte de confusión con
respecto a los llamados síntomas caracterológicos. Son ejemplos: Falta de
confianza en sí mismo, Culpa, Nostalgia, Afectuosidad, Compasividad,
Sentimental, Sensibilidad a la música, Aptitud por las matemáticas, Precocidad,
Carácter suave y delicado, etc.
Algunos homeópatas los desestiman. Argumentan que son características
normales del enfermo y que constituyen rasgos comunes a todos los seres
humanos. Nosotros decimos que deben ser marcados para tener valor de
característicos. Y en este caso son los de mayor jerarquía.
Algunos de estos síntomas, no siempre se modifican bajo la acción del remedio
homeopático, pero muchos de ellos son vividos en forma diferente por el
paciente. Por ejemplo una paciente Pulsatilla seguirá siendo muy afectiva, pero
ya no de una manera infantil o sometida en constante búsqueda de aprobación.
Se han ideado diversos métodos de abordaje en la toma del caso, algunos de
ellos útiles en casos complicados o que no responden al método clásico. Lo
peligroso es abandonar este método, utilizando otros que no han mostrado en
la práctica, hasta el momento, ser aplicables sistemáticamente, o en forma
excluyente, ya que toman en consideración una totalidad parcial. Más que
métodos, se trata de artificios que pueden resultar útiles en pacientes que no
presentan una imagen clara de un medicamento o en casos donde se ha
fracasado en varias prescripciones. Como ejemplos tenemos el miasmático y el
de la "búsqueda forzada de remedios chicos".
Algunos homeópatas contemporáneos subestiman o desacreditan el método
clásico argumentando que medicar por imagen, es medicar de "ojito" o "por
palpito", o por lo que "me parece", o por un estereotipo. Alegan que el método
carece de valor porque la imagen es intrasferible.
A decir verdad, la imagen es intransferible, porque no todos los homeópatas
ven la misma imagen, pero esto no es obstáculo para la determinación del
simillimum, ya que la imagen, aunque tiene una esencia, presenta múltiples
facetas que concurren al mismo medicamento, por lo tanto no se trata de un
estereotipo.
No negamos que trabajar con la imagen requiere de experiencia, intuición y
arte. Pero no debemos, por ello, desalentar a los jóvenes homeópatas. Estos
deben capacitarse y desarrollar la intuición, que en mayor o en menor grado
todos poseemos.
¿Qué es la imagen? Es una forma superior de un conocimiento. Es una gestalt,
una
síntesis. La repertorización, esqueleto de la síntesis, ha sido denominada de
distintos maneras: Totalidad Característica por Hahnemann; Taburete de tres
patas por Hering, mientras que Jhon Weir lo denominó Sindrome mínimo de
valor máximo.
Hahnemann y Kent nos ofrecen un método claro, completo y eficaz para la
toma del caso. El método tiene siempre presente la jerarquización de los
síntomas, sustentada y recomendada por todos los autores clásicos de la
Homeopatía, dando prioridad a los síntomas mentales antes que a los
generales, y a los síntomas generales, antes que a los particulares
modalizados. Una buena jerarquización nos asegura la elección del simillimum
en casi todos los casos. Pero ante cuadros defectivos, con ausencia de
síntomas mentales y generales característicos, los particulares modalizados
pueden ser la única guía para la prescripción.
En el método miasmático se trabaja con una totalidad parcial según el miasma
activo o predominante.
En la clasificación miasmática de los síntomas, todos los autores se
contradicen. Por ejemplo Kent dice que Rhus Tox. no es ningun remedio
antisicotico, mientras que J.H.Allen sostiene que Rhus Tox. es uno de los
principales remedios antisicoticos.
Kent como ejemplo de remedio antisicótico cita a Calcarea carbonica, mientras
que Proceso sánchez Ortega lo define como paradigma de antipsórico.
David Flores Toledo dice que Allen no da el sí porqué y el no porqué de la
clasificación miasmática de los síntomas, lo mismo dice de Kent señalando que
no da los parámetros de la clasificacion. Ghatak, se pierde y se confunde al
clasificar y finalmente dice de Roberts, que es coincidente en muchos puntos
con lo enseñado en homeopatía de México, aunque a veces es diametralmente
opuesto.
Coincidimos con David Flores Toledo, ya que no hay acuerdo en la
clasificación. Tampoco se subsana el problema diciendo que todos los
síntomas son trimiasmáticos ya que si consideramos a todos los medicamentos
trimiasmáticos, se invalida totalmente el mecanismo metodológico que consiste
en atribuir un determinado síntoma, por ejemplo, a la sycosis, cuando este
síntoma es curado por un remedio puramente antisycótico. En síntesis, al curar
un síntoma un remedio, no sabemos si lo hace por lo que tiene de antipsórico,
de antisifilítico o de antisycótico. Muchos autores utilizan el efecto curativo de
los medicamentos para la clasificación de síntomas y modalidades, como
parece deducirse de las obras de los distintos autores que escribieron sobre
miasmas. J. H. Allen, tal vez el autor que más aportes hizo sobre miasmas,
dice en su libro Psora y Pseudopsora: "La cura de un número de casos de
blefaritis con Syphilinum en pacientes escrofulosos, me lleva a pensar, que la
escrófula no cuenta únicamente con la Psora como base, sino principalmente
con la sífilis o sífilis injertada sobre una base psórica". Este afirmación parte del
prejucio de suponer que syphilinum es un remedio puramente antisifilítico.
La gran similitud que existe entre las modalidades de algunos remedios y
los distintos miasmas, hace suponer que se ha trasladado la sintomatología de
un remedio que se prejuzga como máximo representante de su grupo, al
miasma respectivo. Ejemplos: Se adjudicarían a la Psora, entre otros, los
siguientes síntomas de Sulphur:
Peor al mediodía
Peor por el calor
Peor por el sol
Indolencia
Sobreestimación de sí mismo
Olor a sucio

Se adjudicarían a la sífilis, entre otros, los siguientes síntomas de Mercurius:


Peor por el frío y calor (termómetro humano)
Peor de noche
Peor por eliminaciones fisiológicas (ej. Sudor)

Y en relación a la sycosis los siguientes síntomas de Thuja y Medorrhinum:


Thuja:
Peor por la humedad
Peor de 3 a 5 a.m.
Olor a pescado de las secreciones
Olor dulzón de los genitales
Capilares en tela de araña en las mejillas
Ideas fijas
Ilusión de ser frágil como vidrio
Mejor ocupado

Medorrhinum:
Desea hacer cosas que posterga
Obsesionado por suprimir el flujo
Agitación
Apuro
Existen otras metodologías para la clasificación. Proceso Sánches Ortega
utiliza la alteración nutritiva de la célula y otros homeópatas, la intencionalidad
del síntoma, que sólo puede observarse en el paciente.
Como vemos, no hay acuerdo entre los distintos autores, lo que torna muy
poco confiable la consideración de la selección de los síntomas, como sugería
Ghatak, para medicar de acuerdo al miasma predominante.
Constantino Hering, uno de los más grandes maestros de la Homeopatía, quien
enunció la Ley de Curación, señala la carencia de utilidad práctica del
conocimiento miasmático aplicado a la clínica. En las observaciones
preliminares al Organón (3ª edición americana) se expresa en estos términos:
"¿ Qué influencia puede tener que un homeópata adopte o no las opiniones
teóricas de Hahnemann, en tanto disponga de los instrumentos principales del
Maestro y de las materias médicas de nuestras escuelas? ¿Qué influencia
puede tener que un médico adopte o rechace la teoría psórica si siempre
selecciona el remedio más similar posible?"
Como vemos, el tema de los miasmas aun no está resuelto, ya que plantea
numerosos interrogantes.

Quienes sustentan el método de búsqueda forzada de remedios chicos,


argumentan que todos los remedios estan en un pie de igualdad, que no
existen remedios chicos ni grandes, que la principal causa de fracasos es el
déficit de nuestros instrumentos, en especial lo incompleto de nuestra materia
médica. Vayamos a la opinión de Kent en Escritos Menores: "Escuchamos a
muchos quejarse de la insuficiencia de nuestra Materia Médica, de la inutilidad
de nuestros repertorios, pero generalmente el mayor fracaso en prescribir
correctamente y aun fácilmente, no es debido a la falta de buenos libros, sino a
la falta de un examen cuidadoso y concienzudo del paciente. No olviden esto,
que las mayores curaciones del mundo y de las que se tiene prueba, han sido
hechas por los primeros homeópatas con una biblioteca mucho menos
completa que la que poseemos ahora".
¿Qué podríamos decir nosotros en la actualidad, cien años después de las
palabras de Kent, y con toda la literatura homeopática a nuestra disposición y
la velocidad que nos otorga la computadora con sus programas
enciclopédicos?.

También en Escritos Menores sentencia Kent: "Puede ver como cuando alguien
se desvía detrás de medicamentos que tienen unos pocos síntomas
experimentados y registrados y descuida aquellos de los cuales se tiene un
conocimiento exacto a traves de nuestros propios registros y
experimentaciones, éste se vuelve más y más insatisfecho con su trabajo diario
y necesariamente recurre a métodos dudosos y finalmente a mescolanzas; por
eso, ruegue que nuestros jóvenes tomen el caso con cuidado, que registren
sus progresos conscienzudamente y en su debido tiempo serán lo que todos se
esfuerzan por ser : maestros prescriptores".

Dunham opina sobre los remedios chicos: "Se da el nombre de policresto, a


una cantidad de remedios, los empleados con más frecuencia en la práctica
médica con un gran campo de aplicación. Sin embargo sería un error suponer
que un policresto de prescripción diaria sea más útil en un caso determinado
que una droga que prescribimos quizás, una sola vez al año en el caso que lo
reclame. Nunca debe olvidarse que cada caso requiere justamente un remedio,
el que sea más homeopático, aun si ese remedio es raro y de uso poco
frecuente, y que ningun otro remedio por mas popular que sea y por
constantemente que se lo emplee, podrá ser tan bueno o reemplazar al
remedio homeopático indicado" .... ..."debemos conocer bien nuestros
policrestos. Tiene sin embargo suma importancia que al dedicarnos a su
estudio no descuidemos ninguno de los otros remedios de nuestra materia
médica"
Con todos los elementos que hoy tenemos a nuestro alcance: las patogenesias
, las
re-experimentaciones, la comprobación clínica, la amplia casuística de
numerosos autores reunida en enciclopedias en los sistemas de computación,
estamos en condiciones de afirmar que existen distintas categorías de
medicamentos no sólo debido a la mayor o menor experimentación
patogenética, sinó también a la mayor frecuencia de experimentadores o
pacientes que corresponden a medicamentos policrestos. En 29 años de
práctica, por ejemplo, sólo seis veces encontré indicado a Bryonia como
remedio de fondo, otro tanto ocurre con Aconitum y Belladona, habiendo sido
estos medicamentos suficientemente experimentados y utilizados a diario en
cuadros agudos. Es riesgoso sostener que al prescribir policrestos como
Lycopodium, Sulphur, Calcarea Carbonica, Natrum Muriaticum o Phosphorus
caemos en una práctica simplificada o superficial. Es más probable
equivocarnos dando un policresto por otro, que un policresto por un remedio
chico.
Algunas veces, la falta de respuesta óptima del paciente no es el resultado de
nuestro desacierto en la prescripción del medicamento. Cada vez son más los
obstáculos a la curación de los que nos habla Hahnemann en los parágrafos 77
y 94 del Organón. El sedentarismo, el tabaquismo, la polución ambiental, los
agroquímicos, los alimentos refinados, el exceso de trabajo, las micro-ondas,
las radiaciones, etc., impiden una completa curación. Por su parte Kent dice: "
A menos que el pueblo lleve una vida ordenada y honesta, no curará sus
enfermedades crónicas".
La pregunta que debemos formularnos, es: ¿ Porqué fracasamos cuando
empleamos el método clásico en pacientes con cuadros no defectivos y
habiendo hecho una correcta comprensión y una adecuada jerarquización de
los síntomas?
Una de las razones, es que el paciente corresponda a un medicamento chico
que no tenga aun una patogenesia completa. Esta categoría de remedios,
carece en general de síntomas mentales profundos. Por lo tanto, es de buena
técnica, ante reiterados fracasos en un caso determinado, tomar sólo los
síntomas particulares modalizados. Los síntoma mentales curados podrán ser
agregados al medicamento, si se verifican en otros pacientes. Un ejemplo
práctico lo tenemos en Medorrhinum. En un comienzo, carecía de síntomas de
la esfera afectiva, era imposible arribar a este remedio si se repertorizaban del
paciente esa categoría de síntomas. Era frecuente prescribir erróneamente
Pulsatilla en lugar de Medorrhinum. Posteriormente, con los agregados de
Roberts y Pierre Schmidt: Nostalgia, Sentimiento de abandono, Sentimiento de
Desvalimiento, Celos, Sentimental, Cavila sobre hechos desagradables del
pasado, Temor a la pobreza, etc., Medorrhinum se transformó en uno de
nuestros más importantes policrestos.
Algunos homeópatas jerarquizan los síntomas generales o particulares en
primer lugar ya que ofrecen menor dificultad en la comprensión que los
síntomas mentales y reclaman un menor compromiso del paciente y del médico
en el abordaje de la problemática afectiva. Sostienen que al león se lo puede
reconocer tanto por su cabeza cuanto por su cola. A esto contestamos que no
existe ningún cuadro puro. No todos los síntomas del enfermo se corresponden
exactamente con los del medicamento. La Homeopatía utiliza el principio de la
semejanza, no el de la identidad absoluta entre paciente y remedio. El
simillimum surgirá más seguramente de entre los remedios que cubran los
primeros tres o cuatro síntomas de la repertorización que en general son los
síntomas mentales. Si en cambio se repertorizan quince o veinte síntomas
podrán surgir medicamentos entre los cuales el simillimum no aparezca en
forma decisiva. Kent en su trabajo "El uso del repertorio" dice que es suficiente
con repertorizar los síntomas mentales y agrega: " estos síntomas relativos al
paciente como totalidad no pueden omitirse so pena de fracasar".

Lo beneficioso para el enfermo, para el homeópata y para la Homeopatía, es


encontrar un punto de equilibrio para evitar caer en la antinomia "policresto Vs
medicamento chico". Lo aconsejable, para los que recién se inician en la
práctica homeopática, es, ante la duda en el diagnóstico diferencial, prescribir
primero el policresto y no el remedio chico. Es más fácil fracasar con el remedio
chico que con el policresto.
Pero tampoco debemos caer en la utilización exclusiva de los policrestos por
rutina o negligencia.

En este gran capítulo de la Toma del Caso, es ineludible mencionar el


parágrafo tres del Organón que alude a lo que en el paciente debemos curar y
por extensión qué es lo digno de curar. Si percibimos ésto, estaremos en
condiciones de remover mediante el simillimum, los verdaderos obstáculos
para lograr la maduración psicológica, que permita, como lo señala
Hahnemann en el parágrafo nueve, la evolución espiritual con el cumplimiento
de su destino. Es importante en cada consulta, actualizar la toma del caso y
cuando constatemos que el paciente se halle libre de los síntomas que lo
esclavizaban, estaremos en condiciones, en la medida de nuestras
posibilidades y nuestra propia realización personal, orientar y conducir al
paciente en el camino de su auto-realización.

Luis Detinis, Buenos aires 2001.

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