No Vamos Hacia Arriba y Adelante

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NO VAMOS HACIA ARRIBA Y ADELANTE

Análisis y comparación de la representación de la figura femenina en el arte


contemporáneo mexicano

Gladys Méndez Alayola

En la década de 1970, los movimientos feministas que se gestaban al otro lado de la frontera
del norte mexicano cobraron fuerza dentro de nuestro país. Las mujeres mexicanas se esforzaron
por reivindicar su cuerpo y su papel en la sociedad mediante expresiones artísticas y
manifestaciones, reconociendo el feminismo como herramienta (aunque prefiero llamarla arma)
política.

Durante la época de los grupos en México, se formaron colectivos de arte feministas. Pero
no fueron los únicos acontecimientos característicos de esta época. Entre los eventos que marcaron
los años circundantes se encuentra la llamada matanza de Tlatelolco. Este movimiento, que buscaba
cambios relativos a la (falta de) democracia y rechazaba al PRI, culminó en una manifestación
celebrada el 2 de octubre de 1968. En ella, intervino el ejército nacional, asesinando a un número
incierto de estudiantes, y dejando una huella imborrable en la consciencia de país. Diez días
después, el entonces presidente, Gustavo Díaz Ordaz, preside la inauguración de los Juegos
Olímpicos. Dos años después, México es la sede del mundial de fútbol de 1970.

Los anteriores hechos crearon un mayor ambiente de descontento y la sociedad artística


decidió crear una muestra en espíritu de insurrección para protestar contra el régimen priista. La
primera imagen que analizo en este ensayo es parte de estas obras de protesta.

Felipe Ehrenberg fue un artista mexicano multidisciplinario. De acuerdo con la biografía


ofrecida por el Museo de Arte Carrillo Gil1, entre 1968 y 1974 se autoexilió a Londres con su familia.
La pieza a tratar aquí fue hecha durante estos años de exilio, como una crítica a la sociedad mexicana
y a la situación sociopolítica de la época en general.

1
Museo de Arte Carrillo Gil (s.f.) Felipe Ehrenberg. México. Recuperado de:
http://www.museodeartecarrillogil.com/coleccion/artistas-de-la-coleccion/felipe-ehrenberg
Ilustración 2- Lorena Wolffer. Mientras dormíamos (el caso Juárez)
Ilustración 1- Felipe Ehrenberg- Obra secretamente titulada (2002).
Arriba y Adelante... y si no pues también (1970).

En la ilustración 1, compuesta de 200 postales que Ehrenberg mandó por correo a la Ciudad
de México junto con instrucciones para su armado, podemos observar el torso (y no más que eso)
a una mujer desnuda tocándose un seno con una mano, y con la otra sostiene un balón de futbol.
Tiene la boca entreabierta, pero no podemos observar el resto de su cara.

La segunda imagen es parte de un performance de Lorena Wolffer, acerca de los


feminicidios en Ciudad Juárez. En ella podemos observar a Wolffer mostrando un seno, y dibujando
una línea punteada alrededor de su pezón. Otras líneas punteadas fueron dibujadas sobre su
cuerpo, delimitando la forma de las heridas sufridas por las mujeres asesinadas.

En el diario mexicano de La Jornada, en el reporte de esta pieza, menciona que Wolffer narra
tan solo 50 de los más de 300 casos de feminicidio registrados desde 19932. Esto implica que,
probablemente, la cifra de trescientas asesinadas sea poco más que un chiste deprimente.

2
Coll, E. (2004) Lorena Wolffer sacude a Nueva York con los casos de asesinadas en Juárez. La Jornada,
México. Recuperado de: http://www.jornada.unam.mx/2004/04/07/10an1esp.php?printver=1&fly=
Quizá a primera vista las similitudes no sean tan obvias, en materia de forma. Pero ambos
utilizan la figura femenina para hablar de problemas sociales graves, asesinato e impunidad en
México. Sin embargo, la obra de Ehrenberg me parece problemática en el mejor de los casos, y el
peor, completamente machista. ¿Por qué? Porque la comparación de Ehrenberg acerca del cuerpo
femenino y los problemas de ceguera social de los mexicanos y represión sistemática del gobierno
me parece un artilugio barato, que se refuerza en el arquetipo de mujer como tentación y fuente de
las miserias de los hombres.

En un análisis (no es el statement de la pieza, el cual me ha sido imposible hallar) del blog
Apuntes de Rabona, su autor, Diego Andrade, nos habla de cómo Ehrenberg decide criticar al fútbol
pues es usado por el gobierno como cortina de humo para ocultar o disimular las descomunales
fallas políticas existentes. Ubica a este deporte como una forma de enajenar, distraer e idiotizar al
pueblo mexicano para que no se centre en los problemas sociopolíticos del momento. Cito un breve
extracto de dicho artículo:

Era el futbol como teta, como primer alimento que no se juzga ni se rechaza, como
leche materna sin filtro crítico alguno. Felipe buscó a lo largo de su obra crear contextos que
busquen ser reflexivos y lo logró con la obra.3

Yo, como mujer, sabiendo y reconociendo que la función de los senos es amamantar,
igualmente debo reconocer que en la imagen presentada no se hace ver de ninguna manera la idea
propuesta. El supuesto rol de madre que se relaciona con amamantar no se encuentra presente en
la obra. Por el contrario, lo que sí se encuentra dentro de ella es una carga sexual, la fragmentación
del cuerpo femenino (nótese que solo nos presentan con un torso, una mano sosteniendo un seno
y una boca entreabierta) y el despojo de la agencia de la mujer representada. En esta imagen, ella
no es dueña de su cuerpo. Su cuerpo, su seno, pasa a ser un objeto de deseo, un símbolo de supuesta
estupidez humana (lo que me parece degradante), de distracción, de engaño, y últimamente, del
mal.

El uso y apropiación del cuerpo femenino como encarnación de la tentación y de la condena


de la humanidad es una ocurrencia milenaria que tiene su seno en el Génesis cristiano, con Adán y

3
Andrade, D. (2017) Felipe Ehrenberg. El balón pegado a las tetas. Apuntes de Rabona. Recuperado de:
http://apuntesderabona.com/rabona/felipe-ehrenberg-el-balon/
Eva. Mucho se ha escrito al respecto. Me asombra que esta pieza haya sido hecha a la par del alza
de movimientos feministas políticos y artísticos en México.

Vayamos ahora a la pieza de Lorena Wolffer. Para empezar, esta pieza no es originalmente
imagen fija, sino que se trata de un performance. Sin embargo, quiero atenerme a la imagen en este
análisis por simplicidad.

A diferencia de la imagen previa, Lorena Wolffer no necesita sexualizar su cuerpo para


transmitir su punto. Ella utiliza su cuerpo, su torso semidesnudo para relatar eventos ocurridos a las
mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua. Utiliza su cuerpo como arma política, y el lugar de
despojarlo (y despojarse a sí misma) de agencia y propósito, se lo otorga con la fuerza de sus
acciones. Emplea su desnudez para apuntar a la violencia de género y condenarla, no normalizarla.
Se planta dentro de una posición de solidaridad con otras mujeres, como defensa.

Mediante los trazos sobre su cuerpo denuncia y señala la violencia de género. Su cuerpo no
es meramente un objeto sexual o de cualquier índole, y lo reivindica condenando esta problemática.
Mira directamente a la cámara con una actitud desafiante. Es una mujer, no solo un cuerpo
femenino. Más aun, es una persona que protesta en solidaridad con otras personas.

El seno en ambas imágenes tiene significados completamente diferentes. Quizá la intención


de ambos era ser armas de cambio político y social. Ambos representan machismo, violencia y
visiones problemáticas de la sociedad mexicana acerca de la mujer. Solo que uno lo hace como
ejemplo de esto, y otro como denuncia.

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