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Infame: una autobiografía que revisita las historias de las mujeres y las mujeres de la

historia

En su trabajo más reciente, Elizabeth Barreto, nos muestra una cara del
activismo que utiliza el lenguaje universal de la ilustración para
visibilizar el papel activo y determinante de las mujeres a través de la
historia. Desde mujeres cercanas a nuestro tiempo pertenecientes al
imaginario musical como La Lupe, mujeres víctimas de las injusticias
sociales como Nina Droz hasta personajes de la cultura popular como
La Llorona. Todas son representadas por Barreto, por un lado, con un
gran sentido de dignidad y admiración y por otro, con la certeza, de que
el imaginario popular que las acompaña está plagado de percepciones
erróneas que traducen su radicalidad en infamia.
Vanessa Hernández García

La palabra ‘infame’ me gusta mucho. Con “mala fama”, la que a veces no se pretende ni

se codicia. En la Real Academia de Lengua la definen como un adjetivo con dos acepciones a

saber: que carece de honra, crédito y estimación; y muy malo y vil en su especie. En el caso de la

primera acepción también puede usarse como sustantivo. Alguien infame es alguien famoso,

pero su fama es “vil” o “carente de crédito”. Ese ha sido el lugar de las mujeres en muchos de los

discursos, como el cosmogónico e histórico. Precisamente hoy un tallerista decía que la APA

(American Psychological Association) había decidido en su manual de estilo que las entradas en

las fichas bibliográficas eliminaran el nombre y se redujeran a, por ejemplo, Pagán A., para

evitar los prejuicios por género. No sé cuán cierta sea esta información, pero muestra cuán

generalizado está el supuesto del prejuicio hacia las mujeres, incluso en las esferas académicas.

Somos infames.

El sábado, 10 de noviembre fui a la apertura de la exhibición de Elizabeth Barreto,

Infame en Taller Malaquita de Santurce. La colección de piezas centraliza a las mujeres y las

hace protagonistas de una historia que va desde lo mítico hasta lo histórico, de lo revolucionario

a lo poético, como señala en el epígrafe Vanessa Hernández García.


Cada pintura en tinta y acrílico escribe, reenfoca y reivindica la presencia de las mujeres

en ese conglomerado de discursos en los cuales han sido infamadas. Se trata de una serie de

retratos y autorretratos que fusionan el arte tradicional del tatuaje de Estados Unidos con

ilustraciones que me recuerdan las estampitas católicas, y esto último lo digo y me maravillo

porque precisamente esta colección mitifica a las mujeres desde sus más diversos roles en la

historia. Por ello en una de las piezas declara “Sin mujeres no hay revolución” en un tipo de

homenaje a las zapatistas que le hace eco a la obra de José Alicea.

En esa línea de aludir a las zapatistas, se me hace imperioso incluir la nota biográfica de

que Barreto está residiendo intermitentemente en México y es por esto por lo que Infame muestra

una conciliación entre México y Puerto Rico que nos hermana en una lucha, una historia y hasta

una cosmogonía. El cuadro a mano derecha que recibe a los que entran en el Taller Malaquita

retoma la pintura “Unos cuantos piquetitos” de Frida Kahlo y la transforma en algo que raya en

lo cínico, pero contrario al cinismo descarado, burlón y furioso, plantea otra posibilidad. Una

mujer que pudiera considerarse como chicana por su atuendo, mas es un autorretrato y tiene un

tatuaje que dice Bayamón (pueblo de procedencia de la artista), ha asesinado a puñaladas a un

hombre que yace en el suelo. El cuadro de Kahlo centraliza a un hombre que mira triunfante a su

víctima y de ella solo nos queda un cadáver tendido en una cama a modo de exhibición

seudocientífica y sin ninguna otra narrativa que la tortura y violencia de su asesinato. Vemos una

imagen completa en un balance aterrador que denuncia un feminicidio, pero que a la misma

parece un tipo de advertencia en torno a la violencia de género y a sus víctimas: las mujeres.

Contrariamente, en la pintura de Barreto se coloca en un primer plano a la mujer que nos mira de

frente con una seriedad que la dignifica, y el cadáver del hombre en la distancia está acostado

boca abajo sin ofrecer nada más allá que la certeza de que de ese cuerpo crecen varias plantas de
maíz1 que salen de cada tajo que tiene en su espalda. Hay un trato hacia ese cadáver que lo

vuelve principio de vida, parte del paisaje natural agrícola. La mujer en primer plano queda

distante del cadáver, como quien no se queda mirando su obra (como el hombre de la pintura de

Kahlo) e interpela de frente sin disimulos ni arrogancias. La imagen de la mujer más cerca hacia

el espectador al que encara con rectitud y templanza en lo que parece un ajuste de cuentas a

primera impresión, se complica de un modo esperanzador cuando vemos en el fondo la

posibilidad de un comienzo nuevo con sustento2, vida.

Además, esta mujer tiene tatuada una sirena que dice “Popa”, con lo cual le rinde tributo a la

artista que demandó a Bad Bunny por usar su arte en un video. Este ejercicio de solidaridad (que

se enfatiza con un tatuaje de la bandera negra de Puerto Rico también en el cuerpo de la mujer de

la pintura) marca igualmente la voz de las mujeres que demandan una justa representación en el

arte y en el entretenimiento, aun cuando por esto las infamen.

Le siguen varias pinturas que aluden al pasado mítico mexicano, pero que se actualiza

mediante y el trasfondo que nos brinda un contexto aclarador y a veces un tanto paradójico como

en el caso de La Malinche, pintura que tituló Malitzin. En otras piezas los tatuajes que tienen las

mujeres en los brazos nos ofrecen un relato alternativo al que le brinda el imaginario tradicional

asociado a la figura que se representa, como lo vemos en Lillith. Y serán esos tatuajes enigmas o

mensajes cifrados en varias piezas, los cuales les brindan un carácter lúdico y recalcan esa
1
Planta que también lleva una madre indígena que carga en su reboso en la espalda a su bebé en la pieza titulada
Cultivo de amor, lo cual refuerza mi planteamiento en torno a las plantas que germinan del cadáver del hombre.
2
Al decir sustento aludo intencionalmente el performance de Awilda Rodríguez Lora, Sustento. En una entrevista
que le realizó Sarah G. Sharp ella explicó: “I want to have a conversation about “What is SUSTENTO for us?” I
want us to recognize each other as humans. Working on breaking away from the dichotomy of the two spaces, the
performer and the audience, the audience and the performer.  I use performance to transform things that affect me,
that affect women of color, queers, there is so much charge with that and this can’t be done without having a
relationship with the people present. I don’t want them to think we’re invincible. Therefore, SUSTENTO allows me
to have a conversation about what keeps us alive, because at the end of the day that’s always a question we ask.
We’re all trying to push through, to keep doing the things we love, or keep loving, or being there for somebody.
SUSTENTO is what keeps us moving.” En esa coordenada me parece que reside la propuesta en esta pintura que es
la más violenta de la colección: un tipo de transformación en el que el acto de violencia redime a la mujer, pero no
en un acto vengativo, sino reconstructor de paradigmas.
conversación con el arte del tatuaje tradicional de los Estados Unidos, vínculo inexorable en

nuestra relación colonial.

La resistencia en la relación colonial de la Isla se plantea también en la pieza Terruño que

figuró en una de las ediciones de Cruce3, revista que actualmente dirijo, en Lolita, homenaje a

Lolita Lebrón, y en Homenaje a Nina Droz, quien aún sigue encarcelada por los eventos de la

manifestación del 1 de mayo de 2017 y en su pintura sale la cifra 4645, el estimado de muertos

por el huracán María. Todas se acompañan de la bandera de Puerto Rico negra y todas presentan

mujeres luchadoras, mas Terruño y Nina Droz son autorretratos que insisten en una yoidad que

se centra en el contexto de la lucha y la distinción de aquellas que son símbolo del activismo

protagonizado por mujeres.

La única pieza que no presenta mujeres lleva por título Doble vara, también figuró en la

revista Cruce4, y presenta el amor en un gesto entre soldados cubanos, cuya guardia está asediada

por otros hombres, pero la pintura nos revela con unas manos enlazadas la conexión entre las dos

figuras principales de la pieza. Los sujetos centrales tienen una banda del cielo estrellado en sus

ojos; o bien supone la conexión entre ambos, la vinculación con lo espiritual o bien ese sentido

de ceguera poderoso y cósmico que nos permite el amor para descubrir lo verdaderamente

esencial5. La pieza muestra cómo lo interpretado como femenino es repudiado y es una infamia

en el concepto de la revolución cubana.

Así estas piezas intencionalmente elocuentes, unen, cuestionan y replantean un universo

pictórico en el cual las infames mujeres son ejecutoras de un futuro en construcción. Lo

3
Me refiero a la edición del 26 de julio titulada Retratos e historias, disponible en
https://issuu.com/revistacruce/docs/26_de_julio.
4
Se trata de la edición del 13 de octubre, Las utopías en la literatura: Actas del Segundo Programa Académico del
Festival de la Palabra. Este número fue impreso, pero también puede accederse en
https://issuu.com/revistacruce/docs/actas_del_segundo_programa_academic.
5
Esto es un parafraseo de la célebre frase de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, publicado en 1943, que
dice: “lo esencial es invisible a los ojos”. 
autobiográfico de la colección muestra cuánto de esos discursos influencia de modo directo e

indirecto el cómo las mujeres nos representamos en un contexto literal y simbólico. De allí que el

arte y las expresiones culturales de las mujeres y sus aliadxs genere tantas posibilidades

discursivas para reconstruir las historias de las mujeres y las mujeres de la historia. Sin mujeres

no hay revolución, los cambios en nuestra historia se darán en la medida en que las mujeres

dejen de ser infames ante los ojos de los grandes discursos formativos. Sin mujeres tampoco hay

arte.

La exhibición estará disponible en el Taller Malaquita el 18, 23 y 24 de noviembre de

5:00- 8:00 pm o por cita previa. 

Referencias

Barreto, Elizabeth. Ilustración en “En el cielo con diamantes y El Lobo, el Bosque y el hombre

Nuevo de Senel Paz: la conciencia homosexual revolucionaria y el Estado Cubano”.

Cruce, vol. 5, 14 de octubre de 2018: 38. Recuperado de

https://issuu.com/revistacruce/docs/actas_del_segundo_programa_academic.

---. “Trabajos recientes”. Cruce, 26 de julio de 2018: 83- 91. Recuperado de

https://issuu.com/revistacruce/docs/26_de_julio.

Sharp, Sarah G. "Performance is alive." A Call for Sustento- Interview with Awilda Rodríguez

Lora. NY, 2018. <https://www.performanceisalive.com/news/a-call-for-sustento-

interview-with-awilda-rodriguez-lora-by-sarah-g-sharp>.

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