Está en la página 1de 4

TEXTO·

• Traducción de Manuel G. Morente.


PRÓLOGO l

Puede darse el nombre de raz6n derada como el conjunto de los fe-


pura a la facultad del conocimiento n6menos (cuya forma es igualmente
por principio a priori, y el de Críti- dada a priori); la crítica coloca to-
ca de la raz6n pura a la investiga- dos los demás conceptos puros entre
ci6n de la posibilidad y límites de las ideas, las cuales son trascenden-
la misma en general, aunque por esa tes -para nuestra facultad de conoci-
facultad se entiende s610 la raz6n miento teórico, aunque no por eso
en su uso te6rico, como, bajo aque- son inútiles o superfluas, sino que
lla denominaci6n, ha ocurrido así sirven de principios regulativos, ya
en la primera obra, no queriendo sea para contener las inquietantes
someter también a investigaci6n su pretensiones del entendimiento, que
facultad como razón práctica, según (porque tiene la facultad de estable-
sus principios peculiares. Aquélla se cer a priori las condiciones de la
aplica, pues, a nuestra facultad de posibilidad de todas las cosas que
conocer cosas a priori, y así se ocu- él puede conocer) cree por eso ha-
pa tan s610 de la facultad de cono- ber encerrado en esos límites tam-
cer, excluyendo el sentimiento de bién la posibilidad de todas las co-
placer y dolor y la -facultad de de- sas en general, ya sea también para
sear, y, entre las facultades de co- conducirlo él mismo en la contem-
nocer, ocúpase del entendimiento se- placi6n de la naturaleza, según un
gún sus principios a priori, exclu- principio de integridad, aunque nun-
yendo el Juicio 2 y la raz6n (como ca lo pueda conseguir, y, fomentar
facu~tad que pertenece igualmente de ese modo el fin último de todo
al conocimiento teórico) , porque conocimiento.
posteriormente se averiguó que nin- Era, pues, propiamente el enten-
guna otra facultad más que el enten- dimiento, el cual tiene su propia es-
dimiento puede proporcionar princi- fera, y la tiene en la facultad de co-
pios del conocimiento constitutivos nocer, quien debía, en cuanto en-
a priori. La crítica, pues, que los dis- cierra principios de conocimientos
tingue todos según la participación constitutivos a priori, ser, por medio
que cada uno de ellos pretende tener de la llamada, en general, Crítica de
en la simple posesión del conoci- la razón pura, puesto en segura, pero
miento por raíces propias, no deja única, posesión contra todos los de-
resto alguno, más que aquello que más competidores. Del mismo modo,
el entendimiento prescibe a priori la raz6n, que no encierra principios
como ley para la naturaleza, consi- constitutivos a priori más que en re-
lación con la facultad de desear, ha
1 En la segunda y tercera edición encontrado su esfera propia en la
dice: "Prólogo a la primera edición.»- Crítica de la razón práctica.
(N. del r.) El 1uicio, que, en el orden de
2 Entiéndase, en lo sucesivo, Juicio
como la facultad de juzgar, y juicio nuestras facultades de conocimiento,
como una operación particular de esa forma un término medio entre el en-
facultad. Sobre esto véase la página tendimiento y la raz6n, ¿ tiene tam-
XXXIV, nota del prólogo del traductor.- bién por sí princ.Ípios a priori? ¿Son
(N. del r.) éstos constitutivos, o meramente re-
185
186 MANUEL KANT

gulativos (que no determinan esfera tico no debe ser, sin embargo, deri-
propia alguna)? ¿Da el Juicio la re- vado de conceptos a priori, pues los
gla a priori al sentimiento de placer conceptos pertenecen al entendimien-
y dolor, que es el enlace entre la fa- to y el Juicio se ocupa tan sólo de
cultad de conocer y la facultad de su aplicación. El mismo debe dar
" dese~r . (del mismo. modo que el en- u!l conéept~ por medio del cual pro-
tendImIento prescrIbe leyes a priori pIamente nmguna cosa sea conoci-
a la primera y la razón a la segun- da, pero que le sirva a el mismo de
da)? Con estas cuestiones se ocupa regla, aunque. no de regla objetiva
la presente CRÍTICA DEL JUICIO. a. la que pudIera conformar su iui-
Una crítica de la razón pura es CIO, porque entonces, otro Juicio se-
decir, de nuestra facultad de ~sta­ ría necesario para poder decidir si
bl~ce~ jui,cio.s según principios a el caso de la regla es dado o no.
prlOrl, se~I!l Incompleta si el Juicio, Esa perplejidad por un principio
que tambIen reclama para sí, como (sea éste subjetivo u objetivo) en-
facultad de conocimiento, ese dere- cuéntrase, sobre todo, en aquellos
cho, no fuera tratado como una par- juicios llamados estéticos, que se re-
te especial de la misma; por más fieren a lo bello y lo sublime de la
que sus principios no pueden en naturaleza o del arte. Y, sin embar-
~n ~istema de la filosofía pura, ~ons­ go, la investigación crítica de un
tItUlr una parte especial entre los principio del Juicio en ellos es el
teóricos y los prácticos, sino que en trozo más importante de una crítica
caso de necesidad, pueden ser ~a­ de esa facultad. Pues aunque por sí
sionalmente referidos a urio de esos solos no contribuyan en nada al co-
dos. Pues si un sistema semejante nocimiento de las cosas, pertenecen,
ha de llegar alguna vez a constituir- sin embargo, solamente a la facul-
se bajo el nombre general de meta- tad de conocer y muestran una rela-
física (y es posible realizarlo en su
complet~ integridad, y ello es alta-
ción inmediata de esta facultad con
mente Importante en todo sentido el sentimiento de placer o dolor, se-
para el uso de la razón) , debe la crí- gún algún principio a priori, sin con.:
tica haber antes explorado el suelo fundir este último con lo que pueda
para ese edificio hasta la profundi- ser el motivo determinante de la
dad ~n donde están los primeros fun- facultad de desear, pues ésta tiene
d~me!ltos de !a facultad de princi-
sus principios a priori en conceptos
P!Os mdependIentes de la experien- de la razón. En lo que toca al juicio
CIa, para que no venga a hundirse lógico de la naturaleza, allí donde
por alguna parte, arrastrando tras sí, la experiencia establece una confor-
inevitablemente, la caída del todo. midad a leyes, en cosa que el con-
Pero de la naturaleza del Juicio cepto general de 10 sensible en el en-
(cuyo uso correcto es tan necesario tendimiento no alcanza" ya a enten-
y tan generalmente exigido, que por der o a explicar, allí donde el Jui-
eso, bajo el nombre de entendimien- cio puede sacar de sí mismo un prin-
to sano, no se piensa ninguna otra cipio de relación de la cosa natural
cosa sino justamente esa facultad) con 10 suprasensible incognoscible,
puede inferirse fácilmente que han aunque sólo debe emplearlo con res-
de acompañar grandes dificultades pecto a sí mismo para el conocimien-
a la empresa de encontrarle un prin- to de la naturaleza, allí puede y debe
cipio característico (pues el Juicio ser aplicado, desde luego, algún prin-
tiene que encerrar en sí algo a prio- cipio a priori, y serlo para el cono-
ri, porque de otro modo, aun para cimiento de los seres del mundo,
la crítica más vulgar, no sería pues- abriendo al mismo tiempo para la
to como facultad particular de cono- razón práctica ventajosas perspecti-
,,;.H ~ .. ..tl"' , ' c;te principio caracterís- ·vas; pero no tiene relación alguna
CRÍTICA DEL JUICIO 187

inmediata con el sentimiento del pla- bién la gran dificultad de resolver


cer y dolor. que es justamente lo un problema que la naturaleza ha
enigmático en el principio del Jui- complicado tanto, puede excusar, yo
cio. lo cual hace necesaria una parte lo espero. una oscuridad imposible
especial en la crítica para esa facul- de evitar del todo si. suponiendo
tad, puesto que el juicio lógico por que esté el principio puesto correcta-
conceptos (del cual no puede sacar- mente y presentado con bastante cla-
se nunca una conclusión inmediata ridad, la manera de derivar de él
sobre el sentimiento del placer y do- el fenómeno de Juicio no tiene, sin
lor) hubiera podido, en todo caso, embargo, toda la claridad que pue-
añadirse a la parte teórica de la filo- de exigirse con razón en otras oca-
sofía, comprendiendo en ella tam- siones, por ejemplo, en un conoci-
bién una limitación crítica de la miento por conceptos, claridad que
misma. creo también haber conseguido en
La . investigación de la facultad la segunda parte de esta obra.
del gusto cOlno Juicio estético se ex- Aquí termino, pues, toda mi ocu-
pone aquí, no para la formación y pación crítica. Voy en seguida a pa-
el cultivo del gusto (pues éste se- sar a la doctrinal, para arrebatar en
guirá adelante su camino como has- lo posible a mi veJez creciente el
ta ahora, sin necesidad de ninguna tiempo en algún modo favorable. Se
de estas investigaciones posterio- comprende por sí mismo que en
res), sino con una intención tras- ésta no tiene el Juicio una parte es-
cendental; me complazco en pensar, pecial, pues aquí la crítica sirve de
por lo tanto, que en lo que toca a teoría. Después de la división de la
la imperfección de aquel primer filosofía en teórica y práctica y de
asunto, será juzgada con indulgen- la filosofía pura en iguales partes,
cia; pero en lo que toca al segundo, la metafísica de la naturaleza y la
debe estar prevenida para el exa- de las costumbres constituirán aque-
men más severo. Mas en esto tam- lla ocupación.

También podría gustarte