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Laurencia Laurencia
A medio torcer los paños, Tirando viene a algún corzo.
quise, atrevido Frondoso Escóndete en esas ramas.
para no dar qué decir,
desvïarme del arroyo; Frondoso
decir a tus demasías Y ¡con qué celos me escondo!
que murmura el pueblo todo,
que me miras y te miro, (Entra el comendador)
y todos nos traen sobre ojo.
Y como tú eres zagal Comendador
de los que huellan, brïoso, No es malo venir siguiendo
y excediendo a los demás un corcillo temeroso,
vistes bizarro y costoso, y topar tan bella gama.
en todo lugar no hay moza,
o mozo en el prado o soto, Laurencia
que no se afirme diciendo Aquí descansaba un poco
que ya para en uno somos; de haber lavado unos paños;
y esperan todos el día y así, a mis asuntos vuelvo,
que el sacristán Juan Chamorro si lo permite su señoría.
nos deje por esposos
que tal imaginación Comendador
ni me desvela ni aflige Aquesos desdenes toscos
ni en ella el cuidado pongo. afrentan, bella Laurencia,
las gracias que el poderoso
Frondoso cielo te dio, de tal suerte,
Tal me tienen tus desdenes, que vienes a ser un monstruo.
bella Laurencia, que tomo, Mas si otras veces pudiste
en el peligro de verte, hüír mi ruego amoroso,
la vida, cuando te oigo. agora no quiere el campo,
Si sabes que es mi intención amigo secreto y solo;
el desear ser tu esposo, que tú sola no has de ser
mal premio das a mi fe. tan soberbia, que tu rostro
huyas al señor que tienes,
Laurencia teniéndome a mí en tan poco.
Es que yo no sé dar otro.
Laurencia
Frondoso Id con Dios, tras vueso corzo;
¿Posible es que no te duelas que a no veros con la cruz,
de verme tan cuidadoso os tuviera por demonio,
y que imaginando en ti pues tanto me perseguís.
ni bebo, duermo ni como?
¿Posible es tanto rigor Comendador
en ese angélico rostro? ¿Qué estilo tan enfadoso!
¡Viven los cielos, que rabio! Pongo la ballesta en tierra
[puesto que aquí estamos solos],
Laurencia y a la práctica de manos
Pues salúdate, Frondoso. reduzco melindres.
Frondoso Laurencia
Ya te pido yo salud, ¿Cómo?
y que ambos, como palomos, ¿Eso hacéis? ¿Estáis en vos?
estemos, juntos los picos,
con arrullos sonorosos, Comendador
después de darnos la iglesia... No te defiendas.
Acaba, ríndete.
Laurencia
Dilo a mi tío Juan Rojo;
PROFESORES: CRISTIÁN OLATE/ÁLVARO GARCÍA/CONSTANZA MACHUCA
GUÍA COMPRENSIÓN LECTORA
NM2/SEMESTRE II
Frondoso
¿Cómo?
Que me quitaréis la vida.
Y advertid que Amor es sordo,
y que no escucha palabras
el día que está en su trono.
Yo me conformo
con mi estado, y, pues me es
guardar la vida forzoso,
con la ballesta me voy.
Comendador
¡Peligro extraño y notorio!
Mas yo tomaré venganza
del agravio y del estorbo.
¡Que no cerrara con él!
¡Vive el cielo, que me vengaré!
Laurencia
¿Cómo así a venir te atreves,
sin temer por tu vida?
Frondoso
Laurencia, deseo saber
si vive en ti mi cuidado,
y si mi lealtad ha hallado
el puerto de merecer.
Mira que toda la villa
ya para en uno nos tiene;
y de cómo a ser no viene
la villa se maravilla.
Los desdeñosos extremos
deja, y responde “no” o “sí”.
Laurencia
Pues a la villa y a ti
respondo que sí.