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ANDRÉ MARTINET

ELEMENTOS DE
LINGÜÍSTICA GENERAL
ANDRÉ MARTINET
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA
DIRIGIDA POR DÁMASO ALONSO

I I I. MANUALES, 13
ELEMENTOS DE
LINGÜÍSTICA GENERAL
VERSIÓN ESPAÑOLA DE

JULIO CALONGE RUIZ

SEGUNDA EDICIÓN REVISADA

BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA


EDITORIAL GREDOS
MADRID
O EDITORIAL GREDOS, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1974,
para la versión española.

Título original: Éléments de linguistique générale, LIBRAIRIE ARMAND P R O L O G O


COLIN, Paris, 1960.

Cuando se reflexiona qué natural y qué provechoso es


para el hombre identificar su lengua con la realidad, se vis-
REIMPRESIÓN.
lumbra el grado de sofisticación que ha sido preciso alcanzar
para disociarlas y hacer de cada una un objeto de estudio. Es
conocida la historia del tirolés que, al regreso de un viaje a
Italia, ensalzaba ante sus compatriotas los encantos del país,
pero añadía que sus habitantes debían de ser bien tontos,
ya que se empeñaban en llamar cavallo a lo que toda persona
con sentido común sabía que era un Pferd. Esta identifica
ción de la palabra y la cosa es tal vez la condición para un
uso inconsciente y sin dificultades del lenguaje. Pero tiene que
ser necesariamente rebasada cuando se desea pasar del uso
de una lengua a su observación. Los primeros esfuerzos en
este sentido han conducido al hombre a identificar su len-
guaje con la razón; la palabra «lógica» designa en su origen
el arte de hablar. Esto era,' desde luego, exponerse a encon-
trar un carácter razonable y lógico a las peores inconsecuen-
cias de la propia lengua, o bien a legislar allí donde el uso
Depósito Legal: M. 34136-1974.
no parecía conformarse a la razón. La comparación de len-
ISBN 84-249-1137-7. Rústica. guas, practicada la mayor parte de las veces con intenciones
ISBN 84-249.1138.5. Tela. historicistas, es la que ha hecho entrever la variedad de las
Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1974. -- 4347. estructuras lingüísticas. A partir de entonces, si la razón
humana seguía siendo una, las formas del lenguaje no podían
Elementos de lingüísticas general Prólogo 9

confundirse con ella. Era preciso ver en el lenguaje un re- lingüistas contemporáneos. No es necesario decir que
flejo del pensamiento, de un pensamiento del que se sos- todo intento de sincretismo estaría consagrado al fracaso. Los
pechaba que estaba determinado por estructuras sociales principios y métodos que se van a exponer a continuación están
más bien que sometido a las leyes de la lógica. La lingüística caracterizados, frente a otros principios y métodos, por un
se hizo así psicológica y sociológica •durante todo el tiempo mayor realismo y por menos formalismo o a priori: Si le es
que consideró como tarea propia el estudio de la evolución permitido al autor escribir esto sin salirse de la modestia,
y no el descubrimiento de los rasgos constitutivos del len- es porque los teóricos de hoy no siempre recomiendan la
guaje. Sólo un punto de vista estrictamente sincrónico podía sumisión a los hechos. Se pondrá el acento tanto en la fun-
permitir purificar la lengua por abstracción de las necesida- ción de las unidades lingüísticas como en las estructuras
des cambiantes del ser humano, necesidades que reclaman que ellas forman. Más allá de la sincronía aparecerán pre-
en cada momento una adaptación del mecanismo lingüístico. ocupaciones diacrónicas sin que, desde luego, los puntos de
La legitimidad de una lingüística general perfectamente vista se mezclen nunca. Las diferentes partes de esta obra
autónoma no ofrece duda desde la publicación del Cours de reflejan todas, evidentemente, las preferencias y la persona-
Ferdinand de Saussure, en el que se presenta el análisis lidad de su autor, pero en grados muy diferentes. Los princi-
sincrónico como el arranque. inicial y fundamental de esta pios del análisis fonológico son desde hace tiempo de domi-
disciplina. Sin embargo, la enseñanza de Saussure no ha pro- nio público. Por el contrario lo que se dice en el capítulo IV
ducido verdaderamente fruto más que injertada en otros sobre la sintaxis es nuevo, demasiado nuevo para un manual
brotes. Los diversos movimientos estructuralistas han tenido como éste; la necesidad de presentar un método de descrip-
que eliminar desde el principio, o poco a poco, lo que en ción que abarque de manera coherente el conjunto de los
dicha enseñanza había de caduco, a saber, un psicologismo hechos de lengua nos obliga a anticipar los resultados de un
más o menos explícito que impide atribuir una situación esfuerzo colectivo, aunque mal coordinado, que tiende a ob-
plenamente lingüística a la articulación fonemática y que tener para las unidades significativas lo que la fonología re-
no permite percibir que todo lo que cuenta en la lengua está
presenta para las unidades distintivas. Lo que se dice en los
representado, bajo una u otra forma, en cada punto del cir-
capítulos V y VI sobre la variedad de los usos y la dinámica
cuito del habla.
de las lenguas es ciertamente menos original; bajo una for-
Los «estructuralistas» de hoy están de acuerdo en estable-
ma u otra, todo esto ha sido tratado ya anteriormente, pero
cer en principio la prioridad del análisis sincrónico y en re-
se está muy lejos de que todo lo que ahí se dice sea acep-
chazar toda introspección. Pero, más allá de eso, los puntos
tado universalmente.
de vista y los métodos difieren ampliamente de una escuela
a otra o de una tendencia a otra, y las concordancias termi- Este libro presenta, en forma condensada, un curso de
nológicas ocultan con frecuencia divergencias fundamentales. lingüística general profesado en la Sorbona durante el año
Hay que renunciar, pues, a presentar en una sola obra el escolar 1958-1959. Los párrafos 2-13 a 2-39, consagrados a la
conjunto de las doctrinas que están vigentes entre los fonética articulatoria, redactados especialmente para la edi-
10 E l e m e n t o s d e lingüística general

ción española, se diferencian sólo en pequeños detalles del


texto original, Algunos títulos nuevos figuran en la biblio-
grafía que va al fin de la obra.
El autor se complace en dar las gracias aquí a don Julio
Calonge, que se ha encargado de traducir este libro al es-
pañol y que se ha esforzado en hacer más fácil para un
nuevo público la comprensión de la obra reemplazando, siem-
Capítulo 1
pre que esto era posible, los ejemplos franceses por ejem-
plos españoles. LA LINGÜÍSTICA, EL LENGUAJE Y LA LENGUA

1-1. La lingiiistica, disciplina no prescriptiva

La lingüística es el estudio científico del lenguaje


humano.
Un estudio se llama científico cuando se funda sobre
la observación de los hechos y se abstiene de proponer
una selección entre estos hechos en nombre de ciertos prin-
cipios estéticos o morales. «Científico» se opone, pues, a
«prescriptivo». En el caso de la lingüística es particularmen-
te importante insistir sobre el carácter científico y no pres-
criptivo de su estudio. Al ser el objeto de esta ciencia una
actividad humana, hay una gran tentación de abandonar el
dominio de la observación imparcial para recomendar un
determinado comportamiento, de no anotar lo que realmente
se dice, sino de dictar lo que es preciso decir. La dificultad
que existe para separar la lingüística científica de la gramá-
tica normativa recuerda la que existe para separar de la mo-
ral una verdadera ciencia de las costumbres. La historia nos
muestra que, hasta una fecha muy reciente, la mayor parte
de los que se han ocupado del lenguaje o de las lenguas lo han
hecho con intenciones prescriptivas proclamadas o eviden-
12 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua

tes. Todavía hoy, la mayor parte de la gente, incluso la culta, bre este soporte por el buril, el estilo o la pluma. Es lo que
ignora casi la existencia de una ciencia del lenguaje distinta se resumía por medio del proverbio verba volant, scripta
de la gramática escolar y de la actividad normativa de esc manent. Este carácter definitivo de cosa escrita ha dado a
ritores y periodistas. Pero el lingüista contemporáneo, ante ésta un prestigio considerable. Bajo la forma escrita se trans-
expresiones como te pido lo hagas pronto, el negocio que te miten hasta nuestros días las obras literarias (por otra parte,
he hablado, es por eso que decimos, se aparta tanto de la así llamadas precisamente por esta forma escrita) que cons-
virtuosa indignación del purista como de la alegría no con- tituyen aún la base de nuestra cultura. Las escrituras alfa-
tenida del ironoclasta. Ve ahí simplemente hechos que debe béticas ofrecen para cada signo una sucesión de letras, bien
anotar y explicar en el cuadro de los usos en que ellos apa- separadas en los textos impresos, que la escuela ha enseñado
recen. No se saldrá ele su papel si señala las protestas o las a conocer; cualquier español instruido sabe cuáles son los
burlas de ciertos auditorios y la indiferencia de otros, pero, componentes del signo escrito caballo, pero le costaría es-
por su parte, se abstendrá de tomar partido. fuerzo distinguir los componentes del signo vocal corres-
pondiente. De hecho, todo concurre para que se identifiquen
• 1- 2. Cardcter vocal del lenguaje en el espíritu de las gentes instruidas el signo vocal y
su equivalente gráfico y para que este último se imponga
El lenguaje que estudia el lingüista es el del hombre. No como el único representante válido del complejo.
habría necesidad de precisar esto, porque los otros empleos Esto no debe hacer olvidar que los signos del lenguaje
que se hacen de la palabra «lenguaje» son casi siempre met humano. son con, ,prioridad vocales, que, durante centenas de
afóricos: el «lenguaje de los animales». es una invención de miles de años, estos signos han sido exclusivamente vocales,
los fabulistas, el «lenguaje de las hormigas» supone más y que todavía hoy la mayoría de los seres humanos saben
bien una hipótesis que un dato de observación, cl «lenguaje hablar sin saber l e e r . Se aprende a hablar antes de aprender
de las flores» es un código corno tantos otros. En el hablar . a leer; la lectura viene a doblar la palabra, jamás al contra-
corriente, «el lenguaje» designa propiamente la .facultad que rio. El estudio de la escritura representa una disciplina dis-
tienen los hombres de entenderse por medio de signos voca tinta de la lingüística, aunque, prácticamente, es uno de sus
les. Merece la pena detenerse en este c a r á c t e r vocal anexos. Así, pues, el lingüista hace abstracción, por principio,
del lenguaje. En los países civilizados, desde hace algunos de los hechos de grafía. No los tiene en cuenta más que en
milenios se hace uso con mucha frecuencia de signos pic- la medida, en total restringida, en que los hechos de grafía
tóricos o gráficos que corresponden a los signos vocales del influyen en la forma de los signos vocales.
lenguaje. Esto es fo que se llama escritura. Hasta la inven-
ción del fonógrafo, todo signo vocal emitido era percibido
1.3. El lenguaje, institución humana
inmediatamente o quedaba perdido para siempre. Por el
contrario, un signo escrito duraba tanto cuanto durara su Con frecuencia se habla del lenguaje como de una fa-
soporte: piedra, pergamino o papel, y los rasgos dejados so- cultad humana. Nosotros mismos hemos empleado este tór-
14 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua

mino más arriba, pero sin concederle un valor riguroso. Es tables. Son capaces de cambiar por la presión de necesida-
probable que las relaciones del hombre y de su lenguaje des diversas y por la influencia de otras comunidades. Pues
sean de naturaleza demasiado particular para que se pueda bien, veremos que las diferentes modalidades del lenguaje
deliberadamente colocar a este último en un tipo más amplio que son las lenguas no se comportan de otro modo.
de funciones determinadas. No se podría afirmar que el
lenguaje sea el resultado de la actividad natural de algún
órgano, como lo son la respiración o el andar, que consti- 1 .4 . Las funciones del lenguaje
tuyen, por así decirlo, la razón de ser de los pulmones y las
piernas. Se habla,. es cierto, de órganos de la palabra, pero Sin embargo, decir que el lenguaje es una institución es
se añade, en general, que la primera función de cada uno algo que informa imperfectamente sobre la naturaleza de
de estos órganos es otra cualquiera : la boca sirve para la este fenómeno. Designar una lengua, aunque sea metafóri-
ingestión de los alimentos, las fosas nasales para la respira- camente, como un instrumento llama la atención muy útil-
ción, y así sucesivamente. La circunvolución del cerebro en mente sobre aquello que distingue la lengua de muchas otras
que se ha querido ver el asiento de la palabra, porque sus instituciones. La función esencial del i n s t r u m e n t o que
lesiones están frecuentemente unidas a la afasia, tiene algo es una lengua es la de la c o m u n i c a ció n. El francés,
que ver probablemente con el ejercicio del lenguaje, pero por ejemplo, es, ante todo, el mecanismo que permite a las
nada prueba que ésa sea su función primera y esencial. personas «de lengua francesa» entrar en relación unas con
En esta situación se ha pensado en situar el lenguaje entre otras. Veremos que si todas las lenguas se modifican a tra-
las i n s t i t u c i o n e s humanas, y esta manera de ver ofre- vés del tiempo, ello acontece esencialmente para adaptarse
ce ventajas indudables, pues las instituciones humanas sur-
del modo más económico posible a satisfacer las necesidades
gen de la vida en sociedad., Éste es precisamente el caso del de comunicación de las comunidades que las hablan.
lenguaje, que se concibe esencialmente como un instrumento No obstante, deberá tenerse en cuenta que el lenguaje
de comunicación. Las instituciones humanas suponen el ejer- ejerce otras funciones que la de asegurar la mutua com-
cicio de las más diversas facultades. Pueden hallarse muy prensión. En primer lugar, el lenguaje sirve, por así decirlo, de
extendidas o incluso ser universales, como el lenguaje, sin soporte al pensamiento hasta el punto de que es posible hacerse
aparecer idénticas de una comunidad a otra. La familia, por la pregunta de si una actividad mental a la que faltara el
ejemplo, caracteriza tal vez a todos los grupos humanos, marco de una lengua merecería propiamente el nombre de
pero se, manifiesta en diferentes partes bajo formas diver- pensamiento. Pero corresponde a los psicólogos, no a los
sas. Igualmente el lenguaje, idéntico en sus funciones, difie- lingüistas, dar su opinión sobre este punto. Por otra parte,
re de una comunidad a otra, de tal manera que no puede el hombre emplea con frecuencia su lengua para expre
funcionar más que entre individuos de un grupo determi- sarse, es decir, para analizar lo que siente sin ocuparse
nado. Como las instituciones no son en modo alguno datos
excesivamente de las reacciones de eventuales oyentes:- En-
previos, sino productos de la vida en sociedad, no son inmu-
cuentra en ella, al mismo tiempo, el medio de afirmarse
Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 17

ante sí mismo y ante otros sin que en realidad tenga deseos clones en este paralelismo constituirían los «idiotismos». Las
de comunicar nada. Se podría igualmente hablar de una función mismas producciones vocales estarían normalmente comp
estética del lenguaje que sería difícil analizar, de tal uestas, en todas las lenguas, de los mismos sonidos; las

manera que se entremezcla estrechamente esta función con únicas diferencias de una lengua a. otra consistirían en la
las de comunicación y expresión. En último análisis, es la elección y agrupamiento de esos sonidos para cada palabra.
comunicación, es decir, la comprensión mutua, la que es Esta concepción ingenua se confirma cuando se piensa en
preciso retener como función central del instrumento que la grafía más que en los sonidos, en razón al empleo del
es la lengua. Es notable, a este respecto, que las sociedades mismo alfabeto para las lenguas más diversas; los rótulos
reprimen por medio de la burla el soliloquio, es decir, el cheval, horse, Pferd utilizan, efectivamente, las letras de un
empleo del lenguaje con fines puramente expresivos. El que mismo alfabeto : la e en las tres palabras, la h en cheval y
quiera expresarse sin temor a censura debe encontrar un horse, la r en horse y Pferd, etc. Ciertamente es preciso es.
público ante el cual. representar la comedia del intercambio tablecer que para el oído no se reduce todo a diferencias
lingüístico. Por otra parte, todo indica que la lengua de cada en la elección y ordenación de los mismos elementos; en-
individuo se corrompería rápidamente si no existiera la ne- tonces se habla ingenuamente de «acento». Un «acento»
cesidad de hacerse comprender. Esta necesidad permanente representaría algo un tanto marginal que se sobreañade a la articu
mantiene el mecanismo en buen estado de funcionamiento. lación normal de los sonidos del lenguaje y que sería ur
poco ridículo y casi inconveniente intentar imitar cuando
se aprende una lengua distinta de la propia.
1- 5. ¿Las lenguas son nomenclaturas?

Según una concepción muy ingenua, pero bastante 1.6. El lenguaje no es un calco de la realidad
extendida una lengua sería un repertorio de palabras, es

decir, de producciones vocales (o gráficas), cada una de las
Esta noción de la lengua repertorio se funda en la idea
cuales correspondería a una cosa. A un determinado animal,
simplista de qué el mundo en su totalidad se clasifica, con
el caballo, por ejemplo, el repertorio particular conocido
anterioridad a la visión que de él tienen los hombres, en
por el nombre de lengua española haría corresponder una
categorías de objetos perfectamente distintos, cada una de
producción vocal determinada que la ortografía representa
las cuales recibe necesariamente. una designación en cada
por la forma caballo; las diferencias entre las lenguas se
lengua. Esto que, hasta. cierto punto, es verdadero cuando
reducirían a diferencias de designación; para caballo el
se trata, por ejemplo, de especies de seres vivientes, no lo
francés diría cheval, el inglés horse y el alemán Pferd.
es en otros campos. Podemos considerar como natural la di-
Aprender una nueva lengua consistiría simplemente en
ferencia entre el agua que fluye y la que no fluye, pero den-
retener en la memoria una nueva nomenclatura en todo
tro de estas dos categorías, ¿quién no advierte lo arbitraria .
paralela a la anterior. Los casos aislados en los que es preciso
que es la subdivisión en océanos, mares, lagos y estanques, o
establecer altera-
Elementos de lingüística general
La lingüística, el lenguaje y la lengua 19
en ríos importantes, afluentes, arroyos y torrentes? La. dos como azul y la otra lo esencial de nuestro amarillo.
comunidad de civilización produce, sin duda, el hecho de que
Ciertas lenguas se conforman con dos colores básicos que
para los occidentales el Mar Muerto sea un mar y el Gran
corresponden groseramente a las dos mitades del espectro.
Lago Salado, un lago, pero no impide que sólo Ios franceses
Todo esto vale del mismo modo para aspectos más abstrac-
distingan entre río que desemboca en el mar (fleuve), y tos de la experiencia humana. Es sabido que palabras como
afluente que lleva sus aguas a otro río (rivière). En otro cam- Inglés wistful, ul, alemán gemütlich, ruso nicevó, no correspon
po, el francés expresa con el mismo término bois un lugar den en español a nada determinado. Incluso palabras como
plantado de árboles, la madera en general, la madera de cons- español tomar, francés prendre, inglés take, alemán nehmen,
trucción, la madera de quemar, aparte de usos más especia- ruso brat', consideradas como equivalentes, no son emplea-
les del tipo bois de cerf «cuernos de ciervo». El danés tiene
das siempre en las mismas circunstancias, o dicho de otro
una palabra, trce, que designa el árbol y la madera en ge- modo, no cubren exactamente el mismo campo semántico.
neral y, en concurrencia con tommer, la madera de construc- De hecho, corresponde a cada lengua una o r g a n i z a c i ó n
ción; pero no utiliza esta palabra para un lugar plantado de particular de los datos de la experiencia.
árboles, que se dice skov, ni para la madera de quemar, que Aprender otra lengua no es poner nuevos rótulos a objetos
se dice braende. Para los principales sentidos de la palabra conocidos, sino acostumbrarse a analizar de otro modo aque
francesa bois, el español distingue entre bosque, madera, llo que constituye el objeto de comunicaciones lingüísticas.
leña; el italiano, entre bosco, legno, legna, legname; el ale-
mán, entre Wald, Gehölz, Holz; el ruso, entre les, dérevo,
drová. Cada una de estas palabras es susceptible de aplicarse a 1-7. Cada lengua tiene sus tipos
cosas para las que el francés usaría otra palabra distinta de
Acontece lo mismo en el plano de los sonidos del len-
«bois»; el alemán Wald es preferentemente «bosque»; el ruso
guaje. La vocal del inglés bait no es una é francesa pronun-
dérevo, como el danés trae, corresponde normalmente al
ciada con acento inglés, ni la de bit una i deformada del
español árbol. En el espectro solar, un español, como la mismo modo. Es necesario darse cuenta de que, en la zona
mayor parte de los occidentales, distingue entre violeta,
articulatoria en la que el francés distingue entre i y é, el
azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Pero estas distinciones
inglés opone tres tipos vocálicos, representados, respectiva-
no se encuentran en el espectro mismo donde no hay más
mente, en las palabras beat, hit y bait, tipos perfectamente
que un todo continuo del violeta al rojo. Este todo conti-
irreductibles a i, é del francés. La consonante que la orto-
nuo se articula de modo diverso según las lenguas. Sin salir
grafía española nota con s y que se pronuncia en Castilla
de Europa, en bretón y en galés, una sola palabra, glas, se
de una manera que recuerda un poco la inicial del francés
aplica a una parte del espectro que cubre aproximadamente.
chien, no es s ni tampoco ch francesas. De hecho, entre cier-
las zonas del azul y el verde. Es frecuente que lo que nos-
tas modalidades articulatorias, el francés retiene dos tipos,
otros llamamos verde, se halle dividido entre dos unidades, de los de las iniciales de sien y chien; el español no posee más
las que una cubre una parte de lo que nosotros designa- que uno que no se podría identificar con la inicial de sien
20 Elementos de lingüística general lingüística, el lenguaje y la lengua 21
tinta si pronuncio la frase me duele la cabeza. Aquí ninguna
ni con la de chien. Lo que se llama «acento» extranjero pro-
de la s cuatro unidades sucesivas, me, duele, la, cabeza,
viene de la identificación abusiva de unidades fónicas de
corresponde a lo que tiene de específico mi dolor. Cada
dos lenguas diferentes. Ver en la inicial del español todo,
una de citas puede encontrarse en cualquier otro contexto para
francés tout, inglés tale, alemán Tat, ruso tuz, variantes de
comunicar otros hechos de experiencia : duele, por ejemplo,
un mismo tipo, es tan peligroso y erróneo como considerar
en duele la ingratitud, y cabeza, en se ha puesto a la cabeza.
que español • tornar, francés prendre, inglés take, alemán
nehmen, ruso brat', responden a una misma realidad preexis- Es manifiesta la economía que representa esta primera ar-
tente a estas designaciones. ticulación. Se podría imaginar un sistema de comunicación
en el que a una situación determinada, a un hecho de expe-
riencia dado correspondiera un grito particular. Pero basta
1.8. La doble articulación del lenguaje pulsar en la infinita variedad de estas situaciones y de estos
hechos de experiencia para comprender que si semejante
Se oye decir con frecuencia que el lenguaje humano es
sistema debiera rendir los mismos servicios que nuestras
articulado. Los que así se expresan tendrían probablemente
lenguas tendría que comprender una cantidad de signos dis-
dificultad para definir exactamente lo que ellos entienden
tintos tan considerable que la memoria del hombre no po-
por esto. Pero no hay duda de que este término responde a
dría almacenarlos. Algunos millares de unidades, como ca-
un rasgo que caracteriza efectivamente a todas las lenguas.
beza, duele, la, me, ampliamente combinadas nos permiten
Conviene, no obstante, precisar esta noción de articulación
hacer más comunicaciones que las que se podrían conseguir
del lenguaje y tener en cuenta que se manifiesta en dos
con millones de gritos inarticulados diferentes.
planos diferentes; cada una de las unidades que resultan de
una primera articulación es a su vez articulada en unidades La primera articulación es la manera según la cual se
de otro tipo. dispone la experiencia común a todos los miembros de una
La primera articulación del lenguaje es aquella comunidad lingüística determinada. Solamente hay comuni-
con arreglo a la cual todo hecho de experiencia que se vaya cación lingüística en el cuadro de esta experiencia, limitada
a transmitir, toda necesidad que se desee hacer conocer a necesariamente a aquello que es común a un número consi-
otra persona, se analiza en una sucesión de unidades, dota- derable de individuos. La originalidad del pensamiento no
das cada una de una forma vocal y de un sentido. Si sufro se podrá 'manifestar más que con una disposición inesperada

d o l o r e s d e c a b e z a puedo manifestarlo por gritos. Estos de las unidades. La experiencia personal, incomunicable en
pueden ser involuntarios; en este caso dependen de la fisio- su unicidad, es analizada en una sucesión de unidades, cada
logía. También pueden ser más o menos voluntarios y des- una de ellas de débil especificidad y conocida por todos los
tinados a hacer conocer mis sufrimientos a los que me ro- miembros de la comunidad. Se conseguirá una mayor espe-
dean. Pero esto no basta para hacer una comunicación lin- cificidad añadiendo nuevas unidades, por ejemplo, adjetivos
güística. Cada grito es inanalizable y corresponde al conjun- a un nombre, adverbios a un adjetivo, en general determi-
to inanalizable de la sensación dolorosa. La situación es dis- nantes a un determinado.
Elementos de lingüística general La lingüí s tica , e l lenguaje y la le ngua 23

Cada una de estas unidades de la primera articulación (lue se notará entre comillas («me duele la cabeza», «me
presenta, como hemos visto, un sentido y una forma vocal duele», «cabeza»), y de un significante, en virtud del
(o fónica). Pero no puede ser analizada en unidades sucesi- cual se manifiesta el signo, que se representará entre barras
vas mis pequeñas dotadas de sentido. El conjunto cabeza oblicuas (/me duele la kabeOa/, /me duele/, /kabe0a/). En el
quiere decir «cabeza» y no se puede atribuir a ca-, a -be- y lenguaje corriente se reservaría el nombre de signo al
a -za, sentidos distintos cuya suma sea equivalente a «cabe- significante. Las unidades que ofrece la primera articulación,
za». Pero la forma vocal es analizable en una sucesión de con su significado y su significante, son signos, mejor dicho,
unidades, cada una de las cuales contribuye a distinguir signos mínimos, pues ninguno de ellos podría ser analizado
cabeza cíe otras unidades como cabete, majeza o careza. en una sucesión de signos. No existe un término universal-
Esto es lo que se designará como la segunda a r tic u1 mente admitido para designar estas unidades. Emplearemos
a c i ó n del lenguaje. En cabeza, estas unidades son seis; a q u í e l d e m o n em a.
podemos representarlas por medio de letras que, por acuer-
Como cualquier otro signo, el monema es una unidad de
do, son colocadas entré barras oblicuas, esto es, /kabc0a/.
dos caras; por una parte, el significado, su sentido o su valor,
Es evidente la economía que representa esta segunda articu-
y por otra parte, el significante, que reviste forma fónica y
lación. Si tuviéramos que hacer corresponder a cada unidad
que está compuesto de unidades de la segunda articulación.
significativa mínima una producción vocal específica e in-n
Estas últimas son llamadas fonema s.
alizable, tendríamos necesidad de distinguir millares, lo
que sería incompatible con las posibilidades articulatorias y' En el enunciado que venimos utilizando hay cuatro mo-
la sensibilidad auditiva del ser humano.Gracias a la segun nemas que coinciden con lo que en la lengua corriente se
da articulación, las lenguas pueden limitarse a algunas de= llama palabra: me, duele, la, cabeza. Pero no se debe sacar
cenas de producciones fónicas distintas que se combinan de aquí la conclusión de que «monema» no es más que un
para obtener la forma vocálica de las unidades de la primera equivalente culto de «palabra». En la palabra como hay dos
articulación: casa por ejemplo, utiliza dos veces la unidad monemas : co rn - /kom/, que designa cierto tipo de acción, y
fónica que representamos por medio de /a/ y coloca delante -o /o/, que designa a la persona que habla. Tradicionalmente se
de estas dos /a/ otras dos unidades que notamos : /k/ y /s/. distingue entre com- y -o diciendo que el uno es un semantema y
el otro un morfema. Esta terminología tiene el
inconveniente de sugerir que sólo el semantema estaría
1- 9. Las unidades lingüísticas de base dotado de sentido, mientras que el morfema estaría privado
de él, lo que es inexacto. En la medida en que la distinción
Un enunciado como me duele la cabeza o una parte de es útil, sería mejor designar como lexemas simples a los
dicho enunciado que tenga sentido, como me duele o cabeza, monemas cuyo lugar está en el léxico y no en la gramática, y
se llama signo lingüístico. Todo signo lingüístico se com- conservar morfema para designar los que como -o aparecen
pone de un i n i f i c d o que es su sentido o su valor, en las gramáticas. Los monemas como para o con, que figuran en
el léxico y en la gramática, deben clasificarse
Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 25
entre los morfemas. Hay que tener en cuenta que el lexema el enunciado, es decir, sus relaciones con los otros signos, les
com- figura tradicionalmente en el léxico bajo la forma comer, permiten figurar en diferentes posiciones sin afectar
decir, se le encuentra disfrazado con el morfema -er del realmente al sentido del conjunto. Este es, por ejemplo, el
infinitivo caso del latín, donde puerum, suficientemente caracterizado
como objeto por el segmento -um, puede figurar
1-10. Forma lineal y carácter vocal indistintamente antes o después del verbo: puer-um uidet o
uidet puer-um.
Toda lengua se manifiesta en la forma lineal de enunciad
os que representan lo que se llama frecuentemente cadena
hablada. Esta f o r m a lineal del lenguaje humano deriva 1.11. La doble articulación y la economía del lenguaje

último análisis de su c a r á c t e-r v o c a 1; los enunciados El tipo de organización que acabamos de esbozar existe
vocales se desarrollan necesariamente en el tiempo y el oído en todas las lenguas descritas hasta la fecha. Parece que se
los percibe necesariamente como una sucesión. La situación impone a las comunidades humanas como el mejor adap
3s diferente cuando la comunicación es de tipo pictórico y tado a las necesidades y a los recursos del hombre. Sólo la
percibida por la vista. El pintor, en efecto, pinta los element economía que resulta de las dos articulaciones es' capaz de
os de su cuadro sucesivamente, pero el espectador percibe obtener un instrumento de comunicación de empleo general
el mensaje en su conjunto, o bien aplicando sucesivamente que permite transmitir tanta información con tanta facili
;u atención a los elementos del mensaje siguiendo un orden dad. Además de la economía suplementaria que representa,
malquiera, sin que el valor del mensaje se vea afectado por la segunda articulación tiene la ventaja de hacer 1 a forma
ello. Un sistema visual de comunicación, como el que repres del significante independiente del valor del s
enta la señalización de carreteras, no es lineal, sino de dos ignificado correspondiente y de este modo asegurar una
limensiones. El carácter lineal de los enunciados explica la s estabilidad mayor a la forma lingüística. Es evidente, en
ucesividad de los monemas de los fonemas. En esta suc efecto, que en una lengua, en la que correspondiera a
esión, el orden de los fonemas tiene el mismo valor distin- cada palabra un gruñido particular e inanalizable, nada im
tivo que la elección de un fonema determinado: el signo sal pediría a las personas modificar ese gruñido en el
/sal/ contiene los mismos fonemas que el signo las /las/, sin sentido en el que a cada una de ellas le pareciera más
fue se confunda con él. La situación es algo diferente en descriptivo del objeto designado. Pero, como en este
o que se refiere a las unidades de la primera articulación. punto sería imposible alcanzar la unanimidad, se llegaría a
En efecto, el francés le chasseur tue le lion tiene significac una inestabilidad crónica poco favorable al mantenimiento
ión. distinta de le lion tue le chasseur, pero no es raro que un de la comprensión. La existencia de una segunda articulación
signo pueda cambiar de lugar en un enunciado sin modifi asegura este mantenimiento uniendo la suerte de cada uno
cación apreciable de sentido: estará allí el martes y el mar- de los componentes del significante, por ejemplo, cada
es estará allí. Por otra parte, es bastante frecuente que los uno de los tramos de sal /s/, /a/, /1/, no al sentido del
exemas admitan morfemas que, por indicar su función en significado correspondien-
26 Elementos de lingiiistica general La lingiiistica, el lenguaje y la lengua

te (aquí «s al »), sino al de los componentes de otros signi fi Sabemos ya que las palabras de una lengua no tienen
cantes de la lengua, la /s/ de silla, la /a/ de cabe, la /1/ de equivalentes exactos en otra. Esto está, naturalmente, de
mole, etc. Esto no quiere decir que la /s/ o la /1/ de sal nc acuerdo con la variedad de análisis de los datos de la expe
pueda modificarse en el curso de los siglos, sino que, en e riencia. Es posible que las diferencias de análisis lleven con-
caso de que cambie, no podrá hacerlo sin que al mismc sigo un modo diferente de considerar un fenómeno, o bien
tiempo y en el mismo sentido cambie también la /s/ de que una concepción diferente de un fenómeno produzca un.
silla o la /1/ de mole. análisis diferente de la situación. De hecho, no es posible
hacer la distinción entre uno y otro caso.
En lo que se refiere a la articulación de los significantes,
hay que precaverse de juzgar los hechos tomando como base
1-12. Cada lengua tiene su propia articulación las grafías, incluso cuando se trata de transcripciones y no
de formas ortográficas. Si se parte de /z e mal a la tet/ y
/me duele la kabe0a/, no se debe pensar que la primera /a/
Si todas las lenguas coinciden en practicar la doble de /kabe0a/ cubra la misma realidad lingüística que la /a/ de
articulación, todas difieren en cuanto al modo como los usua /mal/. En francés, donde la /a/ de mal se distingue de. la /â/
rios de cada una de ellas analizan los datos de la experiencia :le mâle, la primera no puede tener más que una articulación
y en cuanto a la manera como aprovechan las posibilidades poco profunda, mientras que la /a/ de cabeza, única vocal
ofrecidas por los órganos de la palabra. En otros términos, abierta del español, tiene mucha más amplitud. Razones de
cada lengua articula a su modo tanto los enun- economía hacen que se transcriban por medio de los mismos c
ciados como los significantes. En las circunstancias en que aracteres los fonemas de dos lenguas diferentes.
un español dice me duele la cabeza, un francés dice j'ai mal à
la tête. En el caso del francés, el sujeto del enunciado será el
que habla; en español, la cabeza que sufre. La expresión del
dolor será nominal en francés, verbal en español, y la atri- 1-13. Número de monemas y de fonemas
bución de este dolor se hará en el primer caso a la cabeza;
El número de enunciados posibles en cada lengua es teór
en el segundo, a la persona indispuesta. Importa poco que el
francés pudiera también decir la tête me fait mal. Lo deci- icamente infinito, porque no existe límite para el -número
le monemas sucesivos que un enunciado puede contener.
sivo es que, en una situación dada, el francés y el español
habrán recurrido de una manera natural :a a dos análisis com- La lista de los monemas de una lengua es, en efecto, una
Lista abierta
pletamente diferentes. En el mismo orden de ideas, se pue- Es
imposible determinar precisamente cuántos
den comparar los equivalentes: latín poenas dabant y espa- monemas distintos presenta una lengua, porque en ioda
ñol eran castigados; inglés smoking prohibited, ruso kurit' comunidad se manifiestan a cada instante nuevas
vosprescáetsja y francés défense de fumer; alemán er ist necesidades que hacen nacer nuevas designaciones. Las
zuverldssig y francés on peut compter sur lui. palabras que un civilizado de nuestra época es capaz de
emplear o
28 Elementos de lingüística general
La lingüística, ' el lenguaje y la lengua 29
comprender se cuentan por decenas de millar. Pero muchas
de estas palabras están compuestas de monemas, bien sus-
ceptibles de aparecer corno palabras independientes (por ej., cada comunidad, en unidades dotadas de un
sello-postal, autopista), bien limitados a la composición (por
contenido semántico y de una expresión fó
ej., en termostato, telégrafo). De ello resulta que los mone nica, los monemas. Esta expresión fónica se
mas, incluso con la ayuda de desinencias como -mos y de articula a su vez en unidades distintivas y
sufijos como -able, son mucho menos numerosos que las sucesivas, los fonemas, en número determi-
palabras. nado en cada lengua, cuya naturaleza y rela-
La lista de los fonemas de una lengua es una lista cerrada. ciones mutuas difieren también de una
El castellano, por ejemplo, distingue 24 fonemas, ni más ni l e n g u a a o t r a . Esto implica: 1.°) que reservarnos el
menos. Lo que hace con frecuencia delicada la respuesta a la término de lengua para designar un instrumento de
pregunta «¿cuántos fonemas tiene tal lengua?» es el hecho
comunicación doblemente articulado y de manifestación
vocal, y 2.°) que, aparte de esta base común, como lo indican
de que las lenguas de civilización, que se hablan en
las expresiones «de modo diferente» y «difieren» en la
amplias zonas, no presentan una perfecta unidad y varían
formulación precedent e , n o h a y n a d a p r o p i a m e n t e
algo de región a región, de una clase social a otra, de una l i n g ü í s t i c o q u e no p u e d a d i f e r i r d e u n a l e n g u a
generación a otra generación. Estas variaciones no impiden, a o t r a . E n e s t e . sentido es en el que se debe entender la
en general, la comprensión, pero pueden llevar consigo dife- afirmación de que los hechos de lengua son «arbitrarios» o
rencias en el inventario de unidades, tanto distintivas (fone- «convencionales».
mas) corno significativas (monemas o signos más amplios).
Así, el español hablado en América presenta frecuentemente 1- 15. Al margen de la doble articulación
22 fonemas en lugar de 24. La variedad del francés utilizado
por el autor de . esta obra contiene 34 fonemas. Pero entre Todas las lenguas presentan el tipo de organización que
los habitantes de París nacidos desde 1940 no es raro un se acaba de describir. Pero esto no quiere decir que las len-
sistema de 31 fonemas. Se utiliza este último, que es más guas no hayan recurrido a procedimientos que no entran en el
simple, en la transcripción de los ejemplos franceses. cuadro de la doble articulación. En francés, por ejemplo, es
frecuente que el carácter interrogativo del enunciado no esté
1-14. ¿Qué es una lengua? marcado más que por una elevación melódica de la voz en la
última palabra. Así se distingue muy bien entre la
Podemos intentar ahora formular lo que entendemos por afirmación il pleut y la pregunta il pleut? Esta última es el
«lengua». Una lengua es un instrumento de co-
equivalente de est-ce qu'il pleut?, es decir, que la elevación de
municación con arreglo al cual l a e x p e r i e n c i a
la voz en il pleut? desempeña el mismo papel que el signo
h u m a n a s e a n a l i z a , d e modo diferente e n /esk/ en la forma ortográfica est-ce que. Se puede entonces
decir que esta curva melódica es un signo, exactamente igual
que est-ce que, con un significado: «interrogación», y un sig-
nificante perceptible: la elevación de la. voz. Pero, en tanto
Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 31

ción enérgica; la aseveración se hará menos categórica a medida


que el significante de est-ce que se conforma a la segunda a
que la caída melódica sea menos rápida. Al elevarse la
rticulación con su sucesión de tres fonemas /e s k/, y a la
curva, se pasará insensiblemente a afirmaciones matizadas de
primera en el sentido que aparece en la sucesión de monem
duda y por incremento de la duda, a preguntas cada vez más
as, el significante de la curva melódica no hace nada de e
dubitativas. No se trata en modo alguno de una elevación por
sto. En efecto, no ocupa una posición particular en la ca-
iena hablada, sino que se superpone, por así decirlo, a las grados determinados en la que la elección de un nivel lle-
iniclades de las dos articulaciones y no se puede analizar e varía a un enunciado radicalmente diferente, sino de una
n una sucesión de fonemas. A los hechos lingüísticos que lo situación en la que cualquier modificación de la curva me-
se conforman a la articulación en fonemas se les llama f lódica lleva consigo una modificación paralela y proporcional
recuentemente «suprasegmentales» y constituyen un capít- del sentido del enunciado.
ulo intitulado pro s o di a, distinto de la fonemática en la que
se trata de unidades de la segunda articulación.
1-17. Las unidades discretas

Cuando se trata no de dos direcciones diferentes de la


1. 16. Carácter no discreto de la entonación
curva de entonación, sino de dos fonemas, la situación es dis-
tinta. Las palabras pino ¡pino/ y vino /bino/ no se distinguen
Existe una oposición fundamental entre la diferencia me-
más que por el empleo en una de ellas de ¡p/ allí donde la
lódica que distingue la afirmación il pleut de la pregunta il otra tiene ¡b/. Se puede pasar insensiblemente de la articula-
pleut? y la diferencia entre dos fonemas. La fisiología de los ción característica de /b/ a la de /p/ reduciendo progresiva-
órganos de la palabra produce normalmente al comienzo mente las vibraciones de las cuerdas vocales. Así, pues, fisio-
de un enunciado una elevación de la voz que corresponde lógicamente encontramos aquí la misma • continuidad sin
a una tensión progresiva y, hacia el fin del enunciado, un interrupción alguna que hemos establecido para la elevación
descenso de la voz que corresponde a un relajamiento pro- de la voz. Pero mientras que todo cambio en la elevación de
gresivo. Si no se produce este descenso, el oyente tendrá la la voz lleva consigo una modificación quizá mínima, pero real del
impresión de que no se ha terminado el enunciado, que re- mensaje, nada parecido se produce en el caso de las vibraciones 4
quiere, por ejemplo, un complemento bajo la forma de una que caracterizan a ¡b/ con relación a /p/. En tanto que ellas
respuesta a una pregunta. Esto es lo que se aprovecha para permanecen perceptibles, la palabra pronunciada será
hacer de il pleut? el equivalente de est-ce qu'il pleut? Pero entendida como «vino». Pero se llega a alcanzar un umbral,
no quiere decir que la elevación de la voz al fin de un enun- que puede variar con el contexto y la situación, en el que el
ciado tenga un valor bien determinado que se opone a otro oyente entiende «pino», es decir, que la inicial no es ya in-
valor bien determinado del descenso de la voz. La significación terpretada como /b/, sino como /p/. El sentido del mensaje,
exacta del enunciado variará según el grado de altura o de por tanto, cambiará enteramente. Si el que habla articula
gravedad alcanzado. Una nota muy baja implicará una afirma-
32 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 33

mal, o si hay ruido y la situación no facilita mi función de Se trata, en efecto, de la misma unidad, como lo señala la
oir, podría vacilar en interpretar lo qüe oigo, como es un transcripción idéntica, unidad que los hablantes tienen in-
buen vino, o bien es un buen pino. Pero necesariamente de- terés en realizar del mismo modo, si desean facilitar la corn-
bería elegir entre una u otra interpretación. La noción de prensión de lo que dicen.
un mensaje intermedio no tiene sentido. Del mismo modo Las unidades discretas son, pues, aquellas cuyo valor lin-
que no se puede concebir nada que sea un poco menos «vino» y güístico no resulta afectado en nada por variaciones de
un poco más «pino», no se podría hallar una realidad lin- detalle determinadas por el contexto o por circunstancias
güística que no fuera del todo /b/ o fuera casi /p/. Todo • diversas. Son indispensables para el funcionamiento de todas
segmento de un enunciado que sea reconocido como español las lenguas. Los fonemas son unidades discretas. No son
ha de ser necesariamente identificable bien como /b/, bien unidades discretas rasgos prosódicos como los hechos de
como /p/, bien como uno de los 22 fonemas restantes de la entonación indicados más arriba. En cambio, otros hechos
lengua. Se resume todo esto diciendo que los fonemas son prosódicos, caracterizados como tales porque no se inte-
gran en la segmentación fonemática, son discretos como los
unidades di s c r e t a s. Este carácter discreto de los fone-
fonemas. Se trata de los t o n o s, que se encuentran en un
mas estaba naturalmente implícito en la indicación dada
número determinado en cada lengua. No existen en español
más arriba de que los fonemas están en número fijo en cada
ni en la mayor parte de las lenguas europeas; hay dos en
lengua. Nuestra grafía alfabética, que es en su origen un .
sueco, cuatro en chino del norte, seis en vietnamita.
calco de la articulación fonemática, ha conservado bien el
carácter discreto. En un texto manuscrito se puede vacilar
al interpretar algún rasgo bien como u, bien como n, pero
se sabe que necesariamente se trata de u o de n. La lectura
1 -18. Lengua y habla, código y mensaje
implica la identificación de cada letra como una unidad entre
un número determinado de unidades, para cada una de las Cuando se dice que una lengua tiene 24 fonemas, se quiere
cuales el cajista de imprenta tiene una caja distinta, pero de decir que, en cada momento de su enunciado, el que hable
ningún modo implica la interpretación subjetiva del detalle de debe elegir entre 24 unidades ele la segunda articulaciór )
la forma de cada letra individual. Un texto bien impreso es ara producir el significante que corresponda al mensaje
aquel en que las diferencias entre las a individuales sucesi- tue quiere transmitir : /b/ y no /p/ o /t/ o cualquiera otrc '
vas son tan mínimas que no alteran en nada la identificación fonema español en la inicial de vino si quiero decir es un
de todas esas a como la misma unidad gráfica. Sucede lo buen vino. Pero cuando se dice que un enunciado contient
mismo con los enunciados y los fonemas. El enunciado 24 fonemas, se quiere decir que presenta 24 partes sucesivas
será tanto más claro cuanto más identificables sean las reali- ada una de las cuales es identificable como un fonema de :
zaciones sucesivas de un mismo fonema como una misma erminado sin que esto implique que las 24 unidades suces
unidad fónica. Esto enlaza con lo que se ha dicho antes so- ivas sean todas unidades diferentes: el enunciado es una
bre la solidaridad que une la /s/ de silla con la /s/ de sal. buena niña contiene 13 fonemas en el sentido de que present

E. DE LINGÜÍSTICA.-3
3 4 •
Elementos de lingüística general lingiiistica, el lenguaje y la lengua 35

13 partes sucesivas, identificables cada una de ellas como un Esta distinción, muy útil, entre lengua y habla, puede
fonema determinado. Sin embargo, utiliza tres veces el fo- var a creer que el habla posee una organización independ
nema /n/ y cl fonema /a/, dos veces el fonema /b/ y no iente de la organización de la lengua de manera que se
utiliza más que siete fonemas diferentes. Lo que aquí se podría, por ejemplo, considerar la existencia de una lingüís
dice para los fonemas .vale igualmente para unidades lin- tica del habla frente a la lingüística de la lengua. Ahora bien,
giiísticas más complejas, con la diferencia de que no se necesario convencerse de que el habla no hace más que
puede decir cuántos monemas o cuántas palabras tiene una concretar la organización de la lengua. Sólo por el examen
lengua. En el mozo lleva el vaso hay cinco monemas suce- habla y del comportamiento que determina en los oyen-s
sivos, pero solamente cuatro monemas diferentes. podemos alcanzar un conocimiento de la lengua. Para
Es indispensable distinguir cuidadosamente entre, por conseguirlo será necesario que hagamos abstracción de lo
una parte, los hechos lingüísticos de todas clases, tales cua- que 1 el habla es no-lingüístico, corno el timbre de voz
les aparecen en los enunciados y, por otra parte, los hechos propio un individuo, es decir, que no forma parte de los
lingüísticos en tanto que pertenecen a un repertorio del que hábitos )lectivos adquiridos durante el aprendizaje de la
dispone la persona que intenta comunicar. No corresponde lengua.
al lingüista, como tal lingüista, precisar dónde se hallan dis.
ponibles en el hablante estos hechos lingüísticos, ni tampoco
por qué procedimiento este hablante ha sido llevado a hacer 1-19. Cada unidad supone una elección
una elección conforme a sus necesidades comunicativas. Pero
le es imprescindible suponer la existencia de una organiza- Entre los hechos lingüísticos hay algunos que se manif
ción psico-fisiológica que durante el aprendizaje de la lengua iestan por simple examen de un enunciado y otros que no
por el niño, o más tarde si se trata de una segunda lengua, identifican más que por la comparación de enunciados dif
está acondicionada para permitir el análisis, según las nor- erentes. Unos y otros son hechos de lengua. Sea un enun-
mas de esta lengua, de la experiencia que se va a comuni- iado como es un buen vino; si suponemos ya realizado el
car y para ofrecer en cada punto del enunciado las eleccio- nálisis en monemas y en fonemas, este enunciado nos inf
nes necesarias. Este acondicionamiento es Io que se llama orma sobre ciertos rasgos no despreciables de la estructura
propiamente lengua. Esta lengua, en efecto, no manifiesta e la lengua: buen puede aparecer después de un y antes e
su existencia más que por el discurso o, si se prefiere, por vino; en vino /bino/ el fonema /o/ puede aparecer al nal
actos del habla. Pero el discurso, los actos del habla, no son del enunciado y el fonema /b/ en inicial de un mo-
la lengua. La oposición, que es tradicional, entre I e n g u a Lema, etc. Todas estas posibilidades forman parte de las
y h a b 1 a, puede expresarse también en términos de c ó d i- eglas con arreglo a las cuales se analiza en español la
g o y m e n s a j e. El código es la organización que permite xperiencia humana y pertenecen a la lengua. Para el ling
la redacción del mensaje y con el que se confronta cada üista, estos rasgos tienen sobre otros la ventaja de que se
elemento de un mensaje para obtener el sentido. nanifiestan al simple examen de la repartición respectiva
le las unidades en un enunciado. No obstante, si estamos en
36 Elementos de lingüística general la lingüística, el lenguaje y la lengua

condiciones de decir algo sobre las posibilidades combina- que no estén determinadas? No hay que pensar que la elec-
torias de buen, es que este segmento del enunciado ha ción de monemas sea más «libre» que la de fonemas.
sido reconocido como una unidad particular distinta de un y
de vino. Para llegar a ese resultado ha sido necesario
establecer que buen en este contexto correspondía a una 1.20. Contrastes y oposiciones
elección específica entre un cierto número de adjetivos
posibles. La comparación de otros enunciados españoles ha Se ve que las unidades lingüísticas, ya sean signos o fo-
mostrado que en los contextos en que figura buen aparece nemas, se hallan entre sí en dos tipos distintos de relaciones.
también excelente, mal, etc. Esto indica que el hablante, más Están, por una parte, las relaciones en el enunciado que se
o menos conscientemente, ha descartado todos los competi-t llaman s i n t a g m á t i c a s y son observables directamente.
dores que hubieran podido figurar entre un y vino, pero que Son, por ejemplo, las relaciones de buen con sus vecinos
no resultaban convenientes en este caso. Decir que un oyente un y vino y las de /n/ con /o/ que sigue y con /i/ que pre-
entiende el español implica que identifica por experiencia cede en vino. Interesa reservar el término con t r as t es
las elecciones sucesivas que ha debido hacer eI hablante, que para designar estas relaciones. Por otra parte, se hallan
reconoce buen como una elección distinta de la de un y de las relaciones que se conciben entre unidades que pueden
la de vino, y que no queda excluido que la elección de buen figurar en un mismo contexto y que, en ese contexto por
en lugar de mal influya en su actitud. lo menos, se excluyen mutuamente. Estas relaciones se
Sucede lo mismo en lo que concierne a Ios fonemas. Lo l l am an p ar adigmát ic as y s e le s da e l no mbre de o p os
que podemos decir sobre las posibilidades combinatorias de i c i o n e s; buen, excelente, mal, que pueden figurar en los
/b/ en /bino/ (vino) es que /b/ ha sido reconocida como mismos contextos, están en relación de oposición; sucede
una unidad distintiva particular, notablemente diferente de lo mismo con los adjetivos que expresan colores que pueden
la /i/ que le sigue en /bino/. Sc ha establecido también que aparecer todos entre el libro... y ...ha desaparecido. Hay
/b/ corresponde a una elección específica en la que el ha- oposición entre /b/, /s/, /1/ que pueden aparecer en la ini-
blante ha descartado, sin duda inconscientemente, /t/ que hu- cial antes de /-ino/.
biera dado /tino/, /s/ que hubiera ciado /sino/, /1/ que hu-
biera dado /lino/ o /d/ que hubiera dado el pronunciable
pero inexistente /divo/.
Es cosa clara que todas las elecciones que hace el ha-
blante en cada punto de su discurso no son elecciones gra-
tuitas. Evidentemente, la naturaleza de la experiencia que
va a comunicar le lleva a preferir buen a mal, vino a limo-
nada. Porque el sentido reclama vino tiene que elegir en la
inicial /b/ en lugar de /t/, /s/ o /1/. Pero. ¿existen elecciones

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