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Sumario
editorial
artículos
reseñas
Bolívar, A. y Beke, R. (2011). Lectura y escritura para la investigación.
Reseñado por Laura Ferrari 115
Londoño Zapata, O.I. (2012). Los estudios del discurso: miradas
latinoamericanas 1
Reseñado por Juan Eduardo Bonnin 120
Índice Acumulado 125
editorial
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de lengua hablada o lengua escrita se leen de manera desarticulada como un
bloque de datos que nos proporciona información sobre el lenguaje como un
todo, sobre el sistema mismo desde distintas posiciones teóricas; mientras que
los corpus discursivos se leen de acuerdo con los enfoques o teorías que adopta
el analista sobre la forma en que los actores sociales se relacionan en distintos
contextos y en diferentes culturas, sobre cómo construyen discursivamente
el conocimiento, a los otros y a sí mismos. La búsqueda de datos variará de
acuerdo con la preguntas de la investigación y según el alcance del contexto
y, de la misma forma en que los corpus lingüísticos pueden permitirnos el
estudio del léxico referencial y evaluativo, los corpus discursivos nos pueden
ayudar a relacionar las prácticas sociales con las prácticas discursivas, a explicar
cómo surgen los géneros discursivos en contextos micro y macro, cuáles son
los temas preferidos, las formas de argumentar, las ideologías, las estrategias
discursivas, etc.
En discurso necesitamos ampliar la definición de corpus para incluir otros
lenguajes y otros métodos, por lo menos para diferenciar entre los objetivos de la
lingüística y del análisis del discurso, y para comprender por qué en un campo
multidisciplinar como el nuestro se abordan los datos de manera diferente.
El “giro lingüístico” que han tomado las distintas disciplinas humanísticas y
científicas al reconocer que la realidad se construye socialmente, en y con el
lenguaje, impone a todos un mayor conocimiento sobre el lenguaje situado en
su contexto histórico y social. Por eso es importante que las investigaciones en
la lingüística se conozcan y se tomen en cuenta, ya que un mayor conocimiento
del sistema de la lengua nos permitirá hacer afirmaciones de significado mucho
más confiables. Esto aplica tanto a la lingüística crítica como al análisis crítico
del discurso. Una de las áreas que más apoyo necesita de la lingüística de corpus
es el análisis crítico del discurso debido a los ataques que reciben los analistas
por su supuesta falta de rigor metodológico ya que, a menudo, hacen explícita
su posición ante el abuso de poder, la discriminación, las desigualdades, etc.
El análisis de los problemas sociales necesita contar con evidencia lingüística
porque, cuando las afirmaciones están apoyadas en datos confiables, es más
fácil sustentar los argumentos que si las propuestas provienen de opiniones o
de comentarios sobre textos. En estos casos la lingüística de corpus es una gran
aliada para responder a las críticas (ver por ejemplo Bolívar, 2009; Orpin, 2005).
Un punto importante en relación con el corpus es diferenciar entre el
proceso de construcción por el que pasa el investigador (durante el cual se
hace muchas preguntas teóricas y busca el camino para responderlas) y otra
el acto de reportar la investigación que se plasma en un artículo de investiga-
ción, el género académico clave para legitimar la investigación. Los procesos
de construcción pueden variar según el tipo de estudio, pero en el reporte
para los pares es obligatorio que se presenten y expliquen detalladamente los
materiales empleados en la investigación, la justificación de por qué esos y no
otros materiales, la forma en que se recogieron los datos, cómo se codificaron
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de ‘socialismo’ en el discurso del ex presidente Hugo Chávez. Para ello recurre
primero al análisis cognitivo propuesto por Lakoff y Johnson ([1980] 2007)
y luego al análisis lingüístico según Cameron (1999). El corpus lo conforman
cuatro emisiones del programa Aló Presidente del año 2005 relacionados con los
temas dominantes: educación, salud, cultura y economía. El estudio muestra
cómo las redes metafóricas construidas en el discurso del expresidente se asocian
y combinan como familias semánticas para cumplir con los fines ideológicos
del “socialismo del siglo XXI”.
El cuarto artículo, Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos, corres-
ponde a Gabriel Dvoskin, quien analiza las representaciones sobre la sexualidad
en un debate parlamentario en la Argentina a raíz del Proyecto de Educación Sexual
Integral. El autor sigue la propuesta de la Lingüística Crítica (Hodge y Kress,
1979, Raiter, 1999a) con el propósito de averiguar de qué forma el Proyecto
está sustentado en un discurso que cuestiona el eje de referencias impuesto por
el discurso dominante que marca la sexualidad con valores represivos. En el es-
tudio se analizan las intervenciones de dos diputados, uno en favor de la sanción
del Proyecto y otra en contra, y se discute en qué medida ambos paradigmas
presuponen valoraciones diferentes sobre el signo ideológico “sexualidad”.
El quinto artículo, titulado La ciudad y el campo como referentes de iden-
tidad en adolescentes mapuches de Temuco y Santiago, escrito en colaboración
por Chery Pérez Arce, Sandra Garrido Osses, Gabriel Llanquinao Llanquinao,
Héctor Turra Chico, y María Eugenia Merino Dickinson, se concentra en el
rol que juegan los espacios ‘ciudad’ y ‘campo’ en la construcción de identidad.
El estudio se aborda desde el análisis del discurso y el enfoque de identidades
espaciales de Proshansky (1978). Los datos se recogieron mediante entrevistas
semiestructuradas y los resultados indicaron que las construcciones discursivas se
enmarcan principalmente en las modalidades de identificación por pertenencia
y apego (Dixon y Durrheim (2000). Se muestra que la noción ciudad evoca
un contexto en el cual se relevan aspectos sociales, culturales y lingüísticos,
mientras la noción de campo se asocia a modos de apego vinculados a tipos
de afectividad en prácticas de socialización mapuche.
Las dos reseñas fueron enviadas por colegas de Argentina. El primer libro
(Bolívar, A. y Beke, R. (Comp.) (2011). Lectura y escritura para la investiga-
ción) tiene que ver con la formación de formadores en el campo del discurso
académico y fue reseñado por Laura Ferrari. El segundo (Londoño Zapata, O.
I. (2012). Los estudios del discurso: miradas latinoamericanas 1) es la segunda
reseña que publicamos sobre un libro de este autor. En el libro anterior en-
trevistó a analistas europeos y en este caso se trata de entrevistas a un grupo
de analistas del discurso en América Latina. La reseña estuvo a cargo de Juan
Eduardo Bonnin.
En general, los artículos y las reseñas dan una muestra de la intensa activi-
dad que se lleva a cabo en nuestra Asociación y de la forma en que se abordan
los problemas lingüísticos y sociales.
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Press.
AB
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ARTÍCULO
THAYS ADRIÁN S.
Instituto Pedagógico de Caracas (UPEL)
Introducción
El análisis lingüístico del discurso político representa una vía válida para
aproximarse al estudio de los eventos que forman parte de un importante
ámbito de la vida de una nación. Los cambios de poder o sus continuidades
se evidencian en la práctica discursiva y esta se vale de recursos gramaticales,
fonológicos, léxico-semánticos y pragmáticos para construir y reproducir el
mundo.
El componente pragmático y el referencial, decisivos para el discurso polí-
tico, integran recursos lingüísticos y no lingüísticos que inciden en la conducta
de los electores tales como la identificación con quien se habla, la adhesión a
una candidatura, la aceptación de un modo de conducir al país y la distribución
de las relaciones de poder que se promueven (Marafioti, 2008). En cuanto a los
medios léxico-semánticos, comprenden numerosos recursos lingüísticos entre
los que se hallan las relaciones de significado (Van Dijk, 2008). Dos de ellas,
básicas en la comunicación política, son la sinonimia y la antonimia (Fairclough,
1995, 2001). Esta última, como estrategia lingüístico discursiva, constituye
un mecanismo de polarización que define lo que está dentro o fuera de un
grupo. Con mayor precisión podría afirmarse que las relaciones de identidad
o pertenencia, relaciones con otros grupos como aliados/adversarios o amigos/
enemigos, pueden organizarse y comunicarse a través de parejas o series de
antónimos y, aunque no sean el fiel reflejo de la sociedad, se posicionan como
construcciones ideológicas. Dicho con otras palabras, el uso de antónimos en
las alocuciones de Hugo Chávez Frías evidencia el modo como se articula la
ideología en el nivel del significado discursivo.
En las siguientes páginas se analizará la antonimia, estrategia lingüístico-
discursiva empleada por Hugo Chávez Frías con la finalidad de polarizar
sociopolíticamente a los venezolanos.
1. Fundamentos teóricos
Diversas estrategias contribuyen a polarizar los modelos mentales, lo que
en la práctica se materializa en la selección de vocablos con los que se representa
de manera positiva al propio grupo y negativamente al contrario (Van Dijk,
2000). Dichas estrategias fungen como mecanismos lingüístico-discursivos a
los que se recurre con la finalidad de “seducir al interlocutor para que acepte
el universo del pensamiento del sujeto hablante” (Molero, 2010: 116). Las
vinculadas al vocabulario, al igual que cualquier otra, no solo devienen en
medios para obtener fines, también representan “un estilo, un modo de llevar
a cabo esa acción global de la manera más efectiva posible” (Molero, 2010:
116). Dicho de otro modo, las estrategias representan “recursos lingüísticos y
discursivos que pone en escena el emisor para lograr un objetivo o propósito
específico” (Molero, 2010: 116).
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2. El contexto
Desde 1958 hubo en Venezuela cuarenta años de relativa estabilidad po-
lítica (Caballero, 2007; Méndez, 2000; y Diccionario multimedia de historia
de Venezuela, 1998). No obstante, una fuerte devaluación de la moneda en
1983 desestabilizó las finanzas al tiempo que se iniciaba un progresivo desen-
canto hacia los partidos políticos del estatus y sus dirigentes en virtud de su
ineficiente desempeño y por los notables casos de corrupción administrativa
(Méndez, 2000). Entre 1989 y 1998, se acentúan los problemas económicos
y sus repercusiones sociales, hecho al cual se atribuyen el Caracazo (explosión
social que se inicia con protestas por el incremento del precio de la gasolina
en las que hubo víctimas y desaparecidos) en febrero de 1989, dos frustrados
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3. Método
En este trabajo nos concentraremos en identificar las oposiciones en pares
de antónimos como estrategia legitimadora/deslegitimadora. Para tal efecto,
ubicaremos en los textos escogidos las señales que nos indican diferentes tipos
de antonimia con funciones polarizantes.
El estudio se realizará a partir del enfoque hermenéutico thompsoniano
(Thompson, 1993) del cual hemos elaborado una versión que contempla la
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4. Análisis y resultados
4.1. Discurso CH1999a
El 04 de enero de 1999 Hugo Chávez instala un Comando Patriótico con
el propósito de promover la Asamblea Nacional Constituyente. Pronuncia un
discurso en el que rememora la campaña electoral que lo llevó a la presidencia y
expone los retos que habrían de enfrentarse a partir de ese momento. Manifiesta:
[1] “Hemos decidido comenzar este año con una fuerte dosis de ofensiva política.
Craso error sería, compatriotas, dormirnos en los laureles, no”. Complementa
la idea con una frase de El Libertador: “Bolívar dijo alguna vez: ‘Le temo
más a la paz que a la guerra’ (CH1999a).
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tienen derecho a ser pálidas pero nosotros, los que chisporroteamos, tenemos
derecho a chisporrotear (CH1999a).
El énfasis viene dado por la antipolítica exhibida por Hugo Chávez durante
la campaña electoral. Los sintagmas comando político de partidos/comando
de patriotas, mutuamente excluyentes, sobrevaloran la condición de patriotas
frente a la de quienes pertenecen a partidos políticos. En la misma dirección,
establece otra oposición:
[6] cada uno de ustedes es un comando propio, no es un comando de subordi-
nados, no, es un comando de hombres libres lo que necesitamos (CH1999a).
Chávez esboza de ese modo los lineamientos generales para crear el coman-
do patriótico constituyente: ha de ser patriótico, no político partidista; debe
estar formado por hombres libres, no por subordinados. Características estas
requeridas para ir al combate que “tiene defensa y ofensiva”, aunque aclara:
“nosotros vamos a la ofensiva”, “nosotros estamos obligados a vencer, aquí se
prohíbe fallar, no podemos fallarle a nuestro pueblo”. Ideas que concluye con
una cita, en este caso de José Félix Ribas:
[7] No podemos optar entre vencer o morir. Necesario es vencer (CH1999a).
Llegados a este punto del discurso está claro lo siguiente: hay una batalla o
lucha por la Asamblea Nacional Constituyente, el sector que está a la ofensiva
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Chávez hace
[10] un llamado patriótico a todos los sectores nacionales que quieran de verdad
transformar a Venezuela hacia una democracia verdadera. Pero aquellos
que quieran lanzar cortinas de humo, aquellos que quieran atrincherarse
en legalismos absurdos, aquellos que pretendan entrampar un proceso tan
hermoso como el que estamos impulsando, están llamados a la derrota,
los vamos a derrotar, así como el 6 de diciembre, les vamos a propinar una
contundente derrota, igual, en 1999 (CH1999a).
Estos actos de habla no solo marcan ideológicamente, sino que –al des-
cribir la situación en términos bélicos– presentan como enemigos a quienes
adversan el proceso constituyente, intimidándolos con el anuncio de acciones
violentas.
A continuación, las principales oposiciones en pares de antonimias y su
función con las siglas respectivas.
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A juicio de Chávez, estos demuestran que en las últimas décadas los valores
ciudadanos se dejaron a un lado y se invirtieron los valores “de la gloria, la
grandeza y el honor” (CH1999b). Al respecto sentencia:
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Una vez más pone de relieve la condición social para dividir a los vene-
zolanos en dos grupos: el pueblo pobre, sufrido y la minoría oligárquica, rica.
Ya en párrafos precedentes se subrayó que los términos antagónicos pueblo/
oligarquía son de uso común en el discurso de Chávez Frías. Con su empleo
reiterado y selectivo legitima al pueblo (sectores populares que lo apoyan,
especialmente las clases más deprimidas económicamente) frente a lo que él
denomina pequeña minoría oligárquica (expresión cuyo referente puede variar
según el contexto: políticos, empresarios, intelectuales, clero, profesionales
clase media).
La reivindicación de esa mayoría solo ha de lograrse con una revolución,
y advierte:
[19] Si permitimos que se cierre el camino pacífico de la revolución, nadie podrá
impedir que se realice por los caminos de la violencia (CH2000a).
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Aquí destaca el antagonismo entre decir y hacer que más adelante comple-
menta con callar/hablar y despojar/dar, para concluir sentenciando:
[24] en la medida en que callemos cuando debamos hablar; que despojemos a los
demás cuando en verdad debiéramos darles, en tales medidas lo que hacemos
es enterrar a Jesús y a Bolívar en el corazón de quienes están sojuzgados
(CH2000a).
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grande de todos los sacrificios que se le pide al soldado: (...) que ofrezca su
vida por la patria (CH2000b).
Una vez más nos topamos con dos ideas que se contraponen sistemá-
ticamente: los privilegios de la minoría y las carencias de la mayoría de los
habitantes del país que se hallaba en camino de su destrucción y que ahora va
en pos de la resurrección.
Quizás por tratarse de una misiva dirigida a la milicia, asoma el nombre
de Bolívar y explica cómo lo “traicionó” la oligarquía de su época y de qué
manera concluyeron sus días:
[28] El nació en cuna rica pero terminó al lado de los pobres, condenado por su
propia clase (CH2000b).
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Thays Adrián: Divide y vencerás: la antonimia como estrategia ideológica de polarización en el discurso...
incertidumbre que nos partía el alma todos los días. Y de esa oscuridad pero
de esa fuerza surgió el relámpago bolivariano el 4 de febrero. Fue Bolívar.
(CH2003a).
Y añade:
[33] Yo envainé la espada y me equivoqué. Luego me obligaron a desenvainarla
de nuevo y más nunca la voy a envainar... (CH2003b).
Palabras estas con las que justifica las acciones que pudieran emprender-
se para defender la revolución en la calle ante la amenaza de la “oligarquía
depredadora y golpista” y los medios de comunicación “desestabilizadores
y golpistas”, pues
[34] No es tiempo de blandenguerías, es tiempo de fortaleza, (...) de decisiones,
(...) de avances, (...) de coraje, por amor a la Patria (CH2003b).
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A estas alturas del análisis resulta oportuno hacer notar que luego del 11
de abril de 2002 (fecha del golpe de estado contra Hugo Chávez) y del 02 de
diciembre del mismo año (fecha del paro convocado por empleados de la es-
tatal Petróleos de Venezuela y otros sectores) algunos términos pasan a formar
parte de frecuentes dicotomías. Cuando se hace referencia a lo ocurrido el 11
de abril, el presidente asevera lo siguiente:
[36] los golpistas no sólo fueron un grupo de militares. No, también había un
grupo de civiles ahí (...) dirigiendo al golpe de abril y la masacre de abril,
fueron ellos los que convocaron aquella marcha, engañando a los seguidores
de la oposición de buena fe (CH2003c).
Esta idea se complementa con otra: “no puede haber República si lo que
reina es la impunidad. (...). Tiene que imponerse la justicia”. Acepta el disenso,
admite que “cualquier venezolano puede estar en contra de Chávez (...) puede
aspirar a que Chávez se vaya de la presidencia (...), puede estar en contra de la
revolución bolivariana”... pero advierte que si bien
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[38] es válido no estar de acuerdo con Chávez, no puede ser válido apoyar
delincuentes (CH2003c).
Califica los hechos ocurridos en el país como “una guerra contra la oli-
garquía, contra los golpistas, contra los saboteadores, contra los terroristas”
y destaca la “victoria popular contra el golpismo y la oligarquía, traidora
a la Patria, que ha azotado a Venezuela”. Insiste en que a estos grupos se
les ha derrotado y se les seguirá derrotando (CH2003c) y alude al caso
específico de PDVSA, la empresa petrolera que sustenta la mayor parte de
la economía del país, respecto a la que señala:
[41] PDVSA estaba en manos de la oligarquía (...), en manos de enemigos del
pueblo (...). Una nueva PDVSA está naciendo para manejar el petróleo
no en función de los intereses de la oligarquía (...), sino de todo el pueblo
venezolano”(CH2003c).
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5. Conclusiones
Al inicio del trabajo se aseveró que en el discurso político los antónimos
constituyen estrategias lingüístico discursivas que contribuyen a polarizar
la sociedad. En los textos analizados se les utiliza para (a) diferenciar social
e ideológicamente, (b) enjuiciar moralmente, (c) exacerbar emociones, (d)
sobrevalorar/desvalorizar, (e) justificar acciones. La primera categoría, (Ds)
(Di), pone en evidencia prácticas discriminatorias recurriendo a vocablos que
expresan pertenencia grupal. Su importancia radica en la demarcación que
con ella se establece entre el pueblo y los otros (oligarquía, ricos, opositores);
pueblo que respalda al proceso revolucionario, y al que socialmente Chávez
ubica en los estratos pobres. Respecto a lo que hemos denominado (Em),
se trata de una categoría cuya función consiste en poner de manifiesto la
diferencia de valores entre los dos bloques en los que el presidente divide la
sociedad. De la lectura de los textos se infiere que la falta de ética atribuida
por Hugo Chávez al outgroup llega al límite con los eventos del año 2002
(golpe de estado y paro petrolero). En tal sentido, el campo semántico de
los adjetivos con los que se le califica está asociado con lo delincuencial
y la transgresión de normas y valores –incluidos los relacionados con la
nacionalidad y la religiosidad-. Respecto a (Ee), sobresale la mención a los
sentimientos de amor desde/hacia el grupo al cual se adscribe el presidente
y los de odio, provenientes del adversario. La cuarta categoría, (S/D), se
asocia con la magnificación de los rasgos positivos de sectores oficialistas,
de los militares, del pueblo en general y la mitigación o negación de los que
pudiese tener el oponente. En cuanto a (Ja), categoría significativa, Chávez
echa mano de ella cuando requiere del consentimiento o aprobación de su
grupo para ejecutar acciones en contra del parecer o la actuación del out-
group. Hechos como la aprobación de la Asamblea Constituyente de 1999
o las sanciones a los golpistas potencian el uso de estrategias discursivas
con esta función.
El análisis llevado a cabo muestra que en cada pareja de antónimos uno
tiene polaridad negativa y el otro positiva. El discurso de Hugo Chávez Frías
se apega al valor de uno de ellos creando una serie sinonímica que acentúa
el contraste, enfatizando los rasgos negativos del outgroup o los positivos del
ingroup: “conspiradores, gerentes traidores, traidores a la patria”, se opone a
“gerente patriota”; “derrota del golpismo, la oligarquía, los saboteadores, los
terroristas” a “victoria popular” (CH2003c). Lo mismo aplica en situaciones
contrarias: “sociedad venezolana, pueblo venezolano, pueblo bolivariano de
Venezuela”, constituyen sintagmas de signo positivo que se enfrentan al voca-
blo “élite”. Como resultado de esto puede afirmarse que generalmente no se
plantea una oposición término a término sino entre una palabra, sintagma u
oración y un paradigma de signo antinómico. En palabras de Mounin (1974),
se hablaría de constelaciones de oposición en torno a un mismo vocablo.
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Otro rasgo que reviste interés se vincula con la reiterada aparición de los
mismos antónimos que contribuye a reforzar su valor y agudizar las tensiones,
en consecuencia, sus efectos verbales y extraverbales actúan sobre lo que les es
externo: la sociedad entera (Jitrik, 2008). Un ejemplo de marcada relevancia
viene dado por el arraigo e instauración definitiva de la antonimia patriota/
antipatriota que luego del paro nacional del 02 de diciembre de 2002 se instaura
definitivamente en el discurso de Hugo Chávez como mecanismo de exclusión
que delimita dos tipos de ciudadanos:
[44] los patriotas de hoy (...) estamos dando una batalla de los patriotas contra
los antipatriotas; los que amamos a la patria contra los que quieren destruir
a la patria; los que creemos de verdad en la democracia y los que pretenden
asesinar la democracia en Venezuela; los que le entregamos todo a la lucha por
la patria de nuestros hijos, y los que pretenden hundir la patria de nuestros
hijos. Así está planteada hoy la batalla en Venezuela; así está planteada la
lucha de Venezuela hoy (CH2003c).
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ARTÍCULO
ADRIANA AGUAYO
CIESAS-DF
Abstract. This article presents the results of a quantitative analysis applied to a corpus
containing 373 newspaper articles published in three national newspapers in Mexico
(La Jornada, Reforma, El Universal) between March 2011 and February 2012 to learn
how the Mexican press addresses discrimination. We were particularly interested in
finding out how many texts about discrimination were published in the corpus; which
discourse genres mentioned discrimination; and who were the subjects or groups most
frequently mentioned. The results show that the texts report but do not go deep into
Recibido: 14 de febrero de 2013 • Aceptado: 15 de junio de 2013.
the issue of discrimination in Mexico and that they highlight only a few types of dis-
crimination (sexual orientation, gender and ethnicity) and emphasize the vulnerability
of groups such as indigenous peoples, women and gay community, but rarely single
out the responsible or take a stance on the events they cover.
Keywords: Discrimination, written press, discourse, Mexico.
Introducción
En América Latina, especialmente durante las últimas dos décadas, nu-
merosos estudios han abordado el tema de la discriminación desde diferentes
disciplinas y perspectivas de análisis. Algunos se centran en el análisis de la
discriminación por género, preferencia sexual, condición social o de salud,
pertenencia étnica o nacionalidad. Sin embargo, particularmente se ha dado
énfasis a los trabajos sobre discriminación racial en tanto los pueblos indígenas
y afroamericanos de la región han sufrido de manera histórica la segregación
y exclusión en los ámbitos económico, político y social. Al constituirse en
uno de los temas destacados de la agenda académica, encontramos proyectos
de investigación y publicaciones que buscan la reflexión interdisciplinaria en
torno al racismo a partir de experiencias en distintas comunidades y países
(Almeida, 1999; Castellanos y Landazuri, 2012; García, 2008; Zabala, 2008).
En México de igual manera el tema de la discriminación, especialmente de la
discriminación étnico racial, ha sido discutido en diversas publicaciones en los
últimos 20 años (Castellanos y Sandoval, 1998; Castellanos, 2003; Gómez,
2005). Los estudios del discurso no han sido ajenos al análisis de este fenómeno
social. Sólo por mencionar algunos trabajos de reciente publicación en Amé-
rica Latina podemos mencionar aquellos que dan cuenta de las estructuras y
estrategias del discurso racista de las élites (van Dijk, 2003, 2007), de los que
se interesan por describir cómo la discriminación es percibida por un grupo
determinado (Merino 2008; Pino y Merino 2010), aquellos que exploran y
describen algunas estrategias discursivas de los medios de comunicación en la
construcción de estereotipos (Cuccato, 2002; Pardo, 2011) y los que analizan
tipos particulares de discursos discriminatorios como el de la homofobia (Se-
villa y Álvarez, 2010).
A pesar de los esfuerzos de distintos sectores por hacer patente la existencia
de la discriminación en México, efectuar acciones de prevención y luchar contra
sus diversas manifestaciones, la violencia hacia algunos grupos como expresión
de la discriminación se ha incrementado y, otros, siguen sufriendo de manera
sistemática sus efectos. Como ejemplos recientes podríamos citar la oleada de
violencia hacia los migrantes centroamericanos en su paso por México rumbo
a Estados Unidos y el incremento de los crímenes de odio hacia la comunidad
LGBTTTI1, fenómenos que han sido denunciados por distintas organizacio-
nes no gubernamentales y atendidos de manera constante en la prensa escrita
durante los últimos años; el incremento de los feminicidios, por su parte, ha
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
1. La discriminación en México
El derecho a la no discriminación se reconoce en instrumentos inter-
nacionales de derechos humanos ratificados por México –tanto del sistema
internacional de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), como del Sistema Interamericano, integrado por la Organización de
los Estados Americanos (OEA)– así como en la Constitución política de Mé-
xico. Su incorporación a la Carta Magna es reciente; fue hasta el año de 2001
cuando se prohibió la discriminación mediante una modificación al artículo
1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con lo cual se
reconoció el derecho de todas y todos los mexicanos a no ser discriminados.
Como un avance en esta materia, dos años más tarde se promulgó una Ley
Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación con la que también se creó
el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED).
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
De este anhelo por la objetividad nace la distinción entre los géneros infor-
mativos y de opinión, para distinguir entre la presentación de los hechos y su
evaluación. Sin embargo, diversos autores subrayan que incluso en los géneros
informativos existe cierta interpretación ideológica de los hechos favorecida por
la estructura sintáctica y la elección léxica (Verón, 1987; Trew, 1983).
Si pensamos que de manera preferente aquellos con poder económico o
político controlan, o bien, tienen mayor acceso a los medios de comunicación,
no podemos suponer que difundan bienes simbólicos plurales sino hegemónicos
que pueden llegar a presentar distintas visiones dominantes sobre la realidad
(Thompson, 2000). Así, las visiones dominantes se producen, reproducen y
dan legitimidad a determinadas formas de ver el mundo validando cierto orden
social. Y claro está, el público tampoco es un ente pasivo. Interpreta, resignifica,
se adhiere –o no– a lo visto, leído o escuchado en los medios de comunicación.
Entre los medios de comunicación hemos elegido la prensa escrita pues si
bien se considera que en México es un medio de menor penetración que la tele-
visión, se estima que entre sus lectores se encuentra un grupo selecto de hombres
y mujeres encargados de tomar decisiones de trascendencia nacional (Guerrero,
2010).Por otra parte, “cumple un importante papel como elemento de cohesión
social, legitimación política, formación de consensos, o para propiciar, reforzar o
reorientar comportamientos específicos en grupos sociales” (Salgado, 2009: 22)
lo que le confiere un gran poder. Como lo plantea Fonte (2002):
La prensa tiene una función de legitimación y sostenimiento de la estructura
de poder de una sociedad. Los miembros de los grupos de poder tienen acceso
privilegiado al discurso de la prensa. Además, suelen ser los actores de las noticias
y las fuentes de opinión de autoridad y credibilidad. [...] Sin embargo, la prensa
no funciona como pasiva reproductora de versiones de los grupos de poder; por
el contrario tiene un desempeño activo. Mediante su propia construcción de los
hechos (énfasis, interpretación, dimensión, etc.) influye en la definición de la si-
tuación. Produce así su propia versión de la estructura de poder (Fonte, 2002: 25).
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
4. Resultados
4.1. Los textos sobre discriminación por periódico
Se encontró que del total de textos que componían el corpus, sólo alre-
dedor de 30 se referían directamente a un tipo de discriminación: racismo,
homofobia, xenofobia. Casi la mitad de los textos fueron publicados en La
Jornada (184 textos, 49%); Reforma se ubicó en segundo lugar al publicar
menos de una tercera parte (103 textos, 28%) y El Universal publicó poco más
de una quinta parte (86 textos, 23%). Es interesante notar que El Universal,
si bien cuenta con un perfil de periodistas y colaboradores plural –aunque
es considerado más conservador que los otros dos– fue quien publicó el
menor número de textos al respecto del fenómeno investigado; menos de
la mitad de las veces que La Jornada lo que pudiera indicar que le interesa
menos tratar el tema.
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Los temas que se abordaron en las notas informativas fueron muy va-
riados. Entre los más frecuentes encontramos, a propósito de la celebración
del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), algunas notas que hicieron
referencia a la discriminación que sufren las mujeres en general y cómo entre
ellas algunos grupos de edad como las niñas y las adultas mayores sufren una
doble discriminación por género y por edad; también se retomó el tema del
aumento de los feminicidios, de la violencia que sufren una gran cantidad de
mexicanas en manos de sus parejas sentimentales y de la trata de personas,
importante problema a escala mundial.
En los meses siguientes otros temas cubrieron la agenda periodística
mediante notas, retomando los resultados de la ENADIS 2010 que de ma-
nera general hablaban sobre la persistencia de la discriminación en México
o de manera particular centraban la atención en los resultados hacia algún
grupo vulnerable. También se encontraron muchas notas que tuvieron como
referente la discriminación hacia la comunidad LGBTTTI ya sea para tratar
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
el tema del aumento de los crímenes de odio por homofobia, las expresiones
homofóbicas de algunos miembros de la iglesia católica y de algunas leyes
encaminadas a la defensa de sus derechos.
La discriminación que sufren las personas con discapacidad también fue
otro de los temas que relucieron en las notas informativas dando especial
énfasis a la falta de adecuaciones que presentaba el nuevo edificio del Senado
de la República ubicado en la ciudad de México para esta población, así como
la necesidad de que sus derechos políticos fueran respetados a propósito de la
elección presidencial que estaba por llevarse a cabo el 1º de julio de 2012 y
la falta de adecuaciones en las casillas y de campañas dirigidas especialmente
hacia esta población.
También se informó sobre la constante violación a los derechos humanos
que sufren los migrantes centroamericanos en su paso por México rumbo a
Estados Unidos y las leyes antimigrantes propuestas en Alabama, Georgia,
Arizona, Utah y Carolina del Sur, Estados Unidos que de aprobarse afectarían,
entre otros grupos, a cientos de miles de mexicanos.
Finalmente, otro de los temas mencionados fue el de la situación de
racismo en México que invisibiliza a la población afrodescendiente y con-
tinuamente vulnera los derechos de esta comunidad y los de los pueblos
indígenas de México. Algunas de estas notas fueron publicadas en el marco
de la comparecencia de México ante la Comisión para la Eliminación de
todas las formas de Discriminación Racial (CERD) de la ONU.
Los artículos de fondo que, de acuerdo con los resultados de la Tabla 1,
constituyen el segundo género más recurrente en el corpus (35 textos, 9.4%),
no alcanzan a representar, sin embargo, ni el 10% de todos los textos publica-
dos sobre el tema de la discriminación en México en el momento estudiado.
De hecho sumando aquellos géneros considerados de opinión (artículos,
cartas de lector3, columnas y editoriales) tenemos que representan menos
del veinte por ciento del total obtenido en el corpus (73 textos, 19.57%). Es
decir que, sobre el tema de la discriminación en México, los diarios analizados
principalmente se dieron a la tarea de informar más que generar opinión.
La Jornada fue quien publicó más artículos (16 textos), en segundo lugar El
Universal (14 textos) y en tercer lugar Reforma quien sólo publicó 5 textos.
Los tipos de discriminación más abordados en artículos de opinión fueron
aquellos que tienen por grupo vulnerable a la comunidad LGBTTTI, las
mujeres y los indígenas. Es decir, sólo la discriminación dirigida hacia estos
tres grupos abrió espacio a un análisis más profundo en la prensa analizada.
Los temas fueron variados, sin embargo, como veremos más adelante este
resultado coincide con el realizado por temas y sujetos de la discriminación
en que son estos tres grupos los que cubre mayoritariamente la agenda perio-
dística dejando de lado –o tratando en menor medida– temas referentes, por
ejemplo, a los discapacitados, los migrantes, la población afrodescendiente.
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
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Número
Tema Porcentaje
de textos
Discriminación en México 45 12.1%
Discriminación a personas de la comunidad LGBTTTI 42 11.3%
Discriminación a indígenas 40 10.7%
Discriminación a mujeres 30 8.0%
Políticas públicas y leyes contra la discriminación 29 7.8%
Xenofobia 25 6.7%
Discriminación en instituciones públicas 24 6.4%
Discriminación a discapacitados 21 5.6%
Políticas públicas y leyes en EU anti migrantes 21 5.6%
Clasismo 13 3.5%
Discriminación religiosa 12 3.2%
Discriminación en medios de comunicación 10 2.7%
Discriminación en instituciones y empresas privadas 10 2.7%
Autoridades y funcionarios públicos que discriminan 8 2.1%
Discriminación a enfermos/portadores de VIH-SIDA 8 2.1%
Discriminación a jóvenes 7 1.9%
Discriminación a niños 6 1.6%
Discriminación a afrodescendientes 6 1.6%
Discriminación en el futbol 6 1.6%
Discriminación a adultos mayores 3 0.8%
Discriminación a empleadas domésticas 3 0.8%
Discriminación a obesos 2 0.5%
Discriminación a gente pequeña 2 0.5%
Total 373 100%
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Número de textos en
Grupo/sujeto
que se mencionan
Miembros de la comunidad LGBTTTI 61
Indígenas 57
Mujeres 46
Mexicanos en situación de vulnerabilidad (sin particularizar 45
en algún grupo)
Discapacitados 27
Migrantes en México 27
Mexicanos en EU 21
Afrodescendientes 16
Niñas y niños 11
Personas con VIH/SIDA 10
Policías 10
Jóvenes 10
Adultos mayores 8
Habitantes del DF en situación de vulnerabilidad 6
Jugadores de futbol 6
Creyentes de una religión diferente a la católica 4
Enfermos crónicos 4
Defensores de Derechos Humanos 3
Empleadas domésticas 3
Habitantes del norte del país en situación de vulnerabilidad 3
Ciclistas 2
Empleadas despedidas de la empresa Samsung 2
Habitantes de Xochimilco 2
Personas con sobrepeso 2
Personas consideradas “gente pequeña” 2
Académicos y estudiantes de la UACM 2
Jubilados ISSSTE e Infonavit 2
Cineastas (mujeres) 1
Concheros 1
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
De acuerdo con la Tabla 3, podemos observar que son tres los grupos más
mencionados. En primer lugar los miembros de la comunidad LGBTTTI, en
segundo lugar los indígenas y en tercer lugar las mujeres. Al comparar estos datos
con los de la Tabla 2, notamos que los primeros cuatro lugares de las Tablas 2 y
3 son muy similares, salvo por el grupo mexicanos en situación de vulnerabilidad
que correspondería al tema que se mencionó en mayor medida. Lo anterior
sucede porque otros temas también tuvieron como sujeto de discriminación a
mujeres, indígenas o miembros de la comunidad LGBTTTI, lo que aumenta su
frecuencia de aparición, tales como instituciones que discriminan, intolerancia
religiosa, discriminación en medios de comunicación, etcétera. En contraparte,
a otros grupos se les presta poca atención en la prensa a pesar de ser considerados
grupos comúnmente discriminados como los adultos mayores, los enfermos
crónicos, las empleadas domésticas, las personas con sobre peso, las personas
de talla pequeña, las personas en situación de calle, las trabajadoras sexuales.
Por otra parte, el hecho de que algunos grupos se vean más visibilizados
en la Tabla 3 nos puede indicar también una menor visibilidad temática. Por
ejemplo, la discriminación hacia los afrodescendientes, que de acuerdo con
la Tabla 2 fue cubierta en seis textos, aparece referida en 16 ocasiones como
sujeto de la discriminación en la Tabla 3. Es decir, si bien aparecen como ob-
jeto de discriminación, el tratamiento temático en la prensa a veces los relega
a un segundo plano donde el tema y no el sujeto (la persona) es el centro de la
noticia. En otras palabras, se puede afirmar que, cuando una noticia se centra
en el tema de la migración o el racismo, en realidad se habla de ciertos grupos
vulnerables como los afrodescendientes pero dando prioridad al tema por sobre
el grupo discriminado.
5. Conclusiones
A partir de este primer acercamiento a los materiales de prensa que cons-
tituyeron nuestro corpus podemos notar que la prensa analizada cubrió sólo
algunos temas de discriminación y lo hizo principalmente con el objetivo de
informar más que de profundizar en los mismos. Pareciera ser que opinar sobre
la discriminación es un tema delicado mientras que reconocer su existencia
no lo es tanto.
Algunos acontecimientos dieron pie a la inclusión del tema de la dis-
criminación en la agenda de la prensa analizada porque algunos eventos se
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Notas
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
3 Las cartas de lector son consideradas aquí como uno más de los géneros de opinión
que podemos encontrar en el discurso periodístico. Fueron retomadas porque al ser
impresas por los diarios generan también cierto clima en torno al tema de inves-
tigación al producir o reproducir determinada visión sobre la realidad. No deben
confundirse, sin embargo, con los comentarios que los lectores pueden introducir
en la versión digital de los diarios.
4 El 11 de mayo del 2011 el nigeriano Isaac Chinedu fue atropellado en la ciudad
de México al escapar de una agresión policíaca. Sus familiares consideraron que el
prejuicio racial resultó en la muerte de Isaac y pidieron a las autoridades se apre-
hendiera a los culpables.
5 Los rarámuris, también conocidos como tarahumaras, son uno de los más de 60
grupos indígenas de México.
6 Los concheros son grupos de danza ritual –con raíces prehispánicas–, vinculada a
diversas fiestas religiosas.
7 Con el término de infografía nos referimos a aquellas fotografías que aparecen en
los diarios con un pequeño párrafo a manera de pie de foto.
8 El término homofobia ha sido utilizado para referirse a la aversión hacia hombres
o mujeres homosexuales, bisexuales, travestis y transgénero. Sin embargo, en la
actualidad se habla también de lesbofobia, bifobia y transfobia para hacer visibles
a estos sectores.
Referencias
Aguayo, A. (2008). Indígenas en la prensa durante el sexenio salinista. Tras la huella del
racismo en los discursos del poder en México. Tesis doctoral. México: CIESAS.
Almeida, J. (comp.) (1999). El racismo en las Américas y el Caribe. Quito: Ediciones
AbyaYala.
Böckelmann, F. (1983). Formación y funciones sociales de la opinión pública. Bar-
celona: Gustavo Gili.
Castellanos, A. (coord.) (2003). Imágenes del racismo en México. México: UAM-I/
Plaza y Valdéz.
Castellanos, A. & Landazuri, G. (Coords) (2012). Racismos y otras formas de
intolerancia de Norte a Sur en América Latina. México: UAM-I/UAM-X/
Juan Pablos Editor.
Castellanos, A. & Sandoval, P. (coords.) (1998). Nación, racismo e identidad.
México: Editorial Nuestro Tiempo.
CONAPRED (2012). Discriminación e igualdad, recuperado en http://
www.conapred.org.mx/index.php?contenido=pagina&id=84&id_
opcion=142&op=142 (fecha de consulta 06 de marzo de 2012)
CONAPRED (2010). Resultados generales encuesta nacional de discriminación
2010. México.
CONAPRED (2008). Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación, Mé-
xico, 2008 [2004].
Cuccato, M. (2002). Cómo ‘hacer hacer’ cosas con palabras. La construcción
discursiva del estereotipo femenino en la publicidad de los 90 el caso de
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Adriana Aguayo: Una mirada a la discriminación en México desde el discurso de la prensa escrita
55
ARTÍCULO
MERCEDES DUARTE A.
Universidad Central de Venezuela
Introducción
La enorme cantidad de investigaciones sobre metáforas cognitivas proce-
dentes de múltiples campos del conocimiento (Gibbs, 1999) pone en evidencia
la importancia de este dispositivo del lenguaje en el discurso cotidiano y, muy
especialmente, en el discurso político (Chilton e Ilyin, 1993; Chumaceiro,
2004; Hernández, 2004; Molero 2009; Adrián, 2010; Duarte, 2011). Uno
de los modelos más conocido en el estudio de las metáforas es el de Lakoff y
Johnson ([1980] 2007), en cuya perspectiva se plantea que las metáforas no
son sólo recursos retóricos o estéticos del lenguaje, sino también fenómenos
de la cognición y la comprensión intersubjetiva. Por esta razón, en el análisis
textual, las categorías canónicas formuladas por estos autores son útiles en
el reconocimiento inicial de las metáforas simples. Sin embargo, el enfoque
presenta algunas limitaciones porque su sistema del esquema metafórico sólo
contempla la fórmula ‘A es B’ (‘el tiempo es dinero’), lo que implica también,
restricciones importantes en la identificación de las redes de metáforas en los
textos.
Aunque abundan los estudios sobre metáforas en el discurso político
(Gibbs, 1999), los que se relacionan directamente con redes de metáforas son
mucho menores. La investigación llevada a cabo hasta ahora (Lakoff, 1991;
Chilton e Ilyin, 1993; Cameron y Low, 1999; Hernández, 2004; Molero, 2009;
Adrián, 2010) revela, por un lado, que muchos estudios sobre metáforas se
concentran principalmente en la identificación analógica del mapa conceptual
metafórico (A es B) dejando por fuera el estudio de las redes de metáforas.
Trabajos como el de Chumaceiro (2004) sugieren que las metáforas se ordenan
como grupos semánticos o ‘macrometáforas’ y coloca el énfasis en la función
semántica de las metáforas en el texto, pero no en la forma en que ellas se
relacionan. Esto quiere decir que, hasta el momento en el que se produce este
estudio, ninguna de las investigaciones sobre metáforas en el discurso político
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
venezolano analiza las familias de metáforas como redes de sentido que estruc-
turan el discurso y que se validan durante la interacción entre el emisor del
texto y sus interlocutores “óptimos”, es decir, aquellos a quienes se dirige en
primera instancia y para quienes el texto es más efectivo (Bolívar, 2005: 116).
Por todo ello, nos preguntamos cómo funcionan las redes de metáforas en el
discurso político de Hugo Chávez cuando habla del socialismo del Siglo XXI
a los venezolanos, y cómo las utiliza para persuadir sobre las bondades de su
propuesta política.
Entenderemos por metáfora cognitiva una elaboración conceptual produci-
da por los hablantes durante el evento de comunicación, y un recurso discursivo
generado y actualizado durante el intercambio comunicativo, empleado en
forma deliberada o inconsciente por los participantes de dicho intercambio
(Lakoff y Johnson, [1980] 2007). En este artículo planteo que el estudio de las
redes de metáforas debe considerar no sólo los elementos lingüístico-cognitivos
sino además, todos los factores que concursan en el intercambio de comuni-
cación, es decir: los participantes del evento, las metas de comunicación y los
ámbitos y circunstancias temporales y espaciales en los cuales se desarrolla
dicho intercambio, porque estos son los elementos que ayudarán a identificar
las redes y a explicar el sentido que adquieren en el discurso.
Escogimos concentrarnos en las redes de metáforas en torno al ‘socialismo’
porque este es un término y propuesta política que adquirió vigor en el escenario
venezolano desde 2005 en la voz del ex mandatario de ese país (Chávez, 2005),
y fue aumentando a partir de 2006 cuando, en los comicios presidenciales, la
palabra comenzó a resonar y a ganar mayor relevancia en el eslogan, o parte del
eslogan de la campaña por la reelección del ex presidente venezolano “Patria,
socialismo o muerte”. Aunque existe gran cantidad de literatura respecto del so-
cialismo venezolano (Guerra, 2007; López Maya, 2009), se ha generado mucho
debate sobre lo que significa este nuevo modelo postulado por el presidente
Chávez en términos económicos, sociales y políticos. Creemos que una forma
de dilucidar la noción de socialismo en el escenario socio-político venezolano
actual será aproximarnos a lo que nos pueden revelar las redes de metáforas
en las propias palabras del creador del concepto. En este sentido, se escoge el
programa Aló Presidente, como corpus para el estudio.
Aló Presidente fue un programa conducido por el ex presidente Chávez y
transmitido en formato radial, televisivo y a través de Internet. Considerado
como un género nuevo del discurso venezolano (Bolívar, 2003; Duarte, 2011),
Aló Presidente pertenece al denominado macro género ‘Discurso Político’
(Charaudeau, 2009). Siguiendo a Charaudeau entendemos por discurso político
todo texto que tenga como propósito fundamental el de persuadir a la audiencia
o a la ciudadanía sobre el hecho de que la propuesta o ideal social del emisor
es el mejor, mientras que promueve el rechazo del ideal social del adversario;
para lograr estas metas, el emisor echa mano de todas las estrategias retóricas
disponibles (especialmente las que apelan a la emotividad).
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1. Un marco analítico
El análisis de las redes de metáforas nos obliga primero, a revisar breve-
mente el concepto de metáfora cognitiva, y luego lo que entendemos por redes
de metáforas.
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
2. El método
2.1. El corpus
Considerando el propósito fundamental de este estudio, que consiste en
analizar las redes de metáforas asociadas con la palabra socialismo en el dis-
curso del ex presidente venezolano, el corpus consta de cuatro programas Aló
Presidente descritos en el Cuadro No. 1 en el que se resumen los datos sobre
el contexto temporal y espacial de cada emisión del programa y los temas
principales.
Cuadro 1. El Corpus
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
3. Resultados
El análisis reveló que la metáfora de mayor ocurrencia en la muestra es
la estructural, que aparece 299 veces. Las orientacionales y las ontológicas
aparecen 8 y 16 veces, respectivamente. Entre las metáforas estructurales,
analizadas de manera independiente, resultó de mayor incidencia en el texto
global la que se denominó ‘socialismo es tópico’ (i.e. el socialismo es tema
del discurso).
Al someter estos resultados parciales al análisis paradigmático del texto
global, se comprobó que, independientemente de esta clasificación, algunas
metáforas presentaron la tendencia a repetirse en grupos semánticos. Esto
indica que, aunque la cuantificación sirvió para observar la tendencia gene-
ral de predilecciones entre un tipo de metáfora u otro por parte del emisor,
no explica las implicaciones discursivas de las metáforas en redes o familias
semánticas y su uso recurrente durante el intercambio.
El análisis global de cada texto permitió detectar la vecindad semántica
entre algunos grupos de conceptos metafóricos extendidos en todo el corpus,
y por su aparición sostenida y sistemática los agrupamos en redes de sentido.
La presencia de dichas redes de metáforas explica el funcionamiento de las
expresiones metafóricas en el texto global, en términos que el análisis de las
relaciones sintagmáticas (gramaticales) en la cláusula no suministró, porque
el grupo o la red de metáforas es un recurso del discurso que depende de
los factores contextuales y su presencia depende del evento comunicativo
y se actualiza en él. Las redes reconocidas fueron: i) metáforas del decir;
ii) metáforas de conducción; iii) metáforas de concreción; iv) metáforas
religiosas; v) del socialismo nacional; vi) de economía; vii) deóntica; viii)
metáforas bélicas.
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
En [4] resalté los elementos léxicos que señalan que ‘socialismo es tópi-
co’, aunque el complejo clausular tiene varias metáforas religiosas en relación
con socialismo que serán explicadas más adelante. El conjunto de ejemplos
expuestos indica que los límites que separan una red de otra no son completa-
mente claros y, esto supone que, en algunos casos las redes pueden solaparse.
Si volvemos al ejemplo [1], observaremos, articulado con la red del decir, una
metáfora distinta, expresada en: ‘el socialismo está en las bases del pueblo’,
cuyo concepto metafórico es ‘edificación’, subordinado a la noción de tópico
que es lo que se nombra varias veces en la cláusula. El ejemplo [3] muestra
también, relacionadas con la red del decir, metáforas de igualdad (‘socialismo
es igualdad’). Cada uno de estos ejemplos ilustra el hecho de que las metáforas
de la red del decir pueden coordinarse o subordinarse entre sí en los mismos
segmentos textuales en los que además, podrían aparecer otras metáforas.
La red del decir es la familia de metáforas de mayor incidencia en la
muestra, lo que se explica porque es una red que se urde, justamente, con la
introducción del ‘socialismo’ de HCH en el escenario socio-político venezolano.
Su uso recurrente en la muestra informa el interés que tiene el emisor principal
por hablar (y persuadir) sobre el socialismo a sus interlocutores y seguidores.
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13 (1)
mo), más o menos de esta manera, eso hay que definirlo mucho mejor […]
entonces te haces merecedor del apoyo a otro proyecto, y así vas.
En los ejemplos [5] y [6] resaltamos el léxico que refiere a camino, mo-
vimiento, meta y orientación. En ambos casos, la noción superordenada que
organiza a la red es ‘movimiento’ y ‘conducción’. En [6], “rumbo al socialismo”,
socialismo “es meta/orientación”, que es una metáfora típica en el discurso
de HCH y en ella se ejemplifica cómo las nociones de conducción, meta y
orientación se articulan en forma casi indisoluble.
[7] No, ¡hay dos caminos: el capitalismo o el socialismo!
Edificación Concreción
Una de las metáforas estructurales más conocidas en el discurso político
es la de edificación4. En este grupo colocamos casos de metáforas de camino,
edificación y concreción, porque son conceptos que se subordinan a la noción
superordenada ‘concreción’, es decir, que el emisor con esta red expresa su in-
terés por explicar de forma llana y clara la noción de socialismo atribuyéndole
al término cierta materialidad en su discurso. Ya en el ejemplo [5] vimos que
cuando la metáfora de camino se relaciona con construcción remite a metáforas
de edificación (‘construimos el otro camino’). Otra evidencia de la relación
entre estos hipónimos metafóricos es:
[8] El socialismo del siglo XXI, el camino para construirlo es lo que ha llamado
Roberto Fernández Retamar, hablado de la democracia revolucionaria y es
lo que aquí nosotros debemos tener como norte en la brújula, la brújula
democracia revolucionaria.
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Cristo; la moral socialista es amaos los unos a los otros, el espíritu de her-
mandad, que de verdad nos veamos todos iguales, todos como hermanos y
nadie se crea superior al otro, independientemente de su condición, de sus
caracteres personales; el socialismo moral, la cooperación entre nosotros,
la solidaridad decía Simón Rodríguez, un socialista auténtico.
En [12] concurren cultura, identidad (‘lo que hemos sido’) e historia, asociadas
metafóricamente a partir de la metáfora ontológica ‘el socialismo rescata’. De
nuevo se demuestra que las analogías no son directas. El registro del complejo
clausular es de promoción del socialismo a través de algunos valores nacio-
nalistas como la cultura autóctona, la identidad nacional y la propia historia.
Predomina en el segmento la noción de nacionalismo asociada con socialismo,
como un recurso retórico de apelación a la emoción para lograr la persuasión
del auditorio.
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
Economía Cooperativa
En el caso de HCH, los temas sobre economía y socialismo suelen estar
relacionados discursivamente. Si el socialismo es postulado como modelo
político que puede incidir en la economía de un país, no es de sorprender que
se les halle en los mismos segmentos textuales y que lleguen a constituir un
mismo campo semántico. Así, identificamos dos tipos de metáforas asociadas
semánticamente y desde el punto de vista de la organización textual, porque
suelen presentarse en los mismos segmentos y los mismos complejos clausulares.
Se trata de ‘socialismo es economía’ y ‘socialismo es cooperación’. Cuando el
emisor se refiere a socialismo y economía, también alude a la cooperación y al
modelo económico de las cooperativas como sistema sustitutivo del capitalismo.
[13] El socialismo del siglo XXI, el crédito que les hemos dado a los trabajadores,
a la cooperativa.
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Batalla
Ideológica
Aunque las metáforas bélicas aparecen sólo en 9 ocasiones, se observó que
en todos los programas de la muestra hay al menos una alusión a lo bélico en
términos metafóricos, expresada como ‘socialismo es batalla’:
[16] El socialismo concreto, de la construcción, del modelo. Bueno, un poco... Por-
que por ahí viene la batalla también, la batalla ideológica. Hemos decidido
antier convocar a un conjunto, vamos a hacer seminarios para batallar o dar la
batalla ideológica con la idea socialista, los que quieran saquen su capitalismo
pues, saquen el capitalismo para pulverizarlos, he dicho, en el debate.
4. Conclusiones
El análisis de las redes de metáforas asociadas con ‘socialismo’ en Aló
Presidente mostró que, las metáforas utilizadas de manera preeminente por el
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presentes en las redes y también con las funciones estratégicas de las redes de
metáforas en el discurso político.
Notas
1. Sobre los superordenados cf. Halliday y Hasan (1997). Sperber y Wilson (1994)
denominan ‘hiperónimos’ a los superordenados.
2. Mi traducción.
3. Según Lakoff y Johnson ([1980] 2007) y Cuenca y Hilferty (1999), ‘metáfora’ es
concepto metafórico y ‘expresión metafórica’ es su actualización lingüística.
4. Así también las metáforas bélicas, cf. Adrián (2010 y 2009), Molero (2009), Cuvardic
García (2005), Moreno Lara (2005), Hernández (2004), Chilton e Ilyin (1993) y
Lakoff (1991).
5. El emisor se refiere a Abreu y Lima.
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Mercedes Duarte: Redes de metáforas cognitivas en el discurso político: “el socialismo del siglo XXI”...
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ARTÍCULO
GABRIEL DVOSKIN
Universidad de Buenos Aires
Instituto de Lingüística C.O.N.I.C.E.T.
Abstract. This paper analyzes the representations about sexuality that emerged in
the parliamentary debate regarding the Sexual Education Bill on August 16th, 2006,
in Argentina. The method is based on Critical Linguistics (Hodge and Kress, 1979),
which postulates that every dialect provides its speakers with models to classify and
interpret the events of the world. The aim of this article is to find out how the Sexual
Education Bill is supported by a discourse which questions the referential focus im-
posed by the dominant discourse (Raiter, 1999a). This discourse marks the ideological
sign “sexuality” with repressive values, either as immoral, associated with sin, or the
stigmatization of certain sexual practices, or fear of contracting certain diseases, abuse,
or unplanned pregnancy. We specifically focus our analysis on the interventions of
two Members of Congress, one in favour of the project and the other one against it.
Thus, we intend to elicit the conceptions about sexuality that underlie the acceptance
and rejection of sexual education and the degree in which both paradigms presuppose
different values of the ideological sign “sexuality”.
Keywords: sexuality, repression, social representations, ideological sign, dominant discourse,
parliamentary debate.
Introducción
Concebir las interacciones verbales como meras transmisiones de informa-
ción de un emisor a un receptor supone entender la lengua como un código
homogéneo, democrático y transparente, disponible de forma igualitaria para
todos, en cualquier lugar y situación. Esta concepción trae aparejada la ilusión
de que el conocimiento de la gramática de una lengua es condición suficiente
para su uso y que el análisis del lenguaje puede desarrollarse a partir de reglas
inmanentes al propio sistema. La lengua se presenta, bajo esta perspectiva,
como un código estable e inmutable, concepción que naturaliza la relación
entre el signo y su referente y hace del sentido un elemento ya dado, conocido
y evidente.
Sin embargo, el uso del lenguaje en modo alguno es lineal: ante cada
enunciado, diversos son los efectos de sentido que pueden ser generados, por
lo que la interpretación realizada por el receptor no es un fenómeno que pueda
ser determinado de antemano por el emisor (Pêcheux, 2010). La producción
de sentido forma parte de la producción social general, esto es, el sentido de
un discurso no está dado por el discurso mismo sino por la relación que el
discurso establece con sus condiciones de producción. En el discurso se mani-
fiesta materialmente el sentido, dejando allí sus huellas las condiciones sociales
bajo las cuales fue producido y es allí también donde se revela la dimensión
significante de los fenómenos sociales (Verón, 1993).
Todo signo es ideológico debido a que no sólo refleja la realidad, también
la refracta; al tiempo que nombra el mundo, lo constituye y le otorga una sig-
nificación (Voloshinov, 2009). La forma material por excelencia de la ideología
es el signo lingüístico, la palabra, cuyo sentido no está en su oposición con el
resto de las palabras que conforman el sistema de la lengua, sino en la relación
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Gabriel Dvoskin: Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos
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13 (1)
1. El marco analítico
1.1. El uso del lenguaje como práctica social
El Parlamento constituye un escenario discursivo en el que los participantes
se presentan en calidad de representantes de los diversos sectores políticos y
sociales, y sus intervenciones están normadas de forma explícita por el Regla-
mento de la Cámara de Senadores y Diputados. Además de los legisladores –los
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Gabriel Dvoskin: Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos
diputados, en el caso de nuestro trabajo–, que son los actores centrales en este
tipo de evento, es de particular importancia la función del presidente de la
cámara, quien debe dirigir las discusiones, pero no participa de ellas.
Además de estos participantes, es necesario tener en cuenta en este evento
comunicativo a otro destinatario, el ciudadano común que se informa de lo
sucedido en el debate ya sea a través de los canales de televisión que transmiten
las sesiones en vivo y los noticieros que repasan los fragmentos más destacados,
o bien a través de las versiones taquigráficas disponibles en la página web del
Congreso de la Nación6. Este destinatario indirecto (García Negroni, 2001), si
bien no está presente físicamente en el recinto y no es a él a quien está dirigido
explícitamente el mensaje, condiciona la forma en que es construido el enun-
ciado, ya que todos los legisladores conocen de su existencia y lo consideran
al tomar la palabra, especialmente en aquellos debates que tratan asuntos de
gran repercusión a nivel social.
Caracterizamos el debate parlamentario como un tipo de discurso político
y, por consiguiente, inherentemente polémico (Verón, 1987). En el caso de los
debates acerca de un proyecto de ley, se debe buscar el consenso, para lo que los
legisladores, además de presentar su voto, lo fundamentan, hecho que los lleva
a valerse de estrategias discursivas muy diversas (Pérez, 1999), razón por la cual
el Análisis del Discurso resulta una herramienta provechosa para su abordaje.
83
13 (1)
cada una de las cuales señala una posición ideológica determinada. Las dife-
rentes formas de clasificación se articulan en sistemas de representación de los
que se desprenden explicaciones más o menos explícitas sobre la realidad, por
lo que su análisis resulta de suma importancia para estudiar la representación
del mundo que se construye en los distintos discursos.
En un segundo momento, nos interesamos por los tipos de procesos y los
roles temáticos asignados a los actores sociales que aparecen en el texto, para
lo que seguimos la propuesta metodológica de Hodge y Kress (1979), quienes
postulan que cada lengua, cada dialecto, provee a sus hablantes de modelos
para clasificar e interpretar los eventos del mundo, proceso que es continuo y
constante. Estos autores distinguen entre modelos accionales, que pueden ser
transactivos, no transactivos o pseudotransactivos, y relacionales, que pueden
ser atributivos, ecuativos o posesivos. Seguimos la noción de transactividad,
tal cual la entiende Trew, como aquellas cláusulas que comprenden “transac-
ciones que pueden ser físicas (“pegar”), mentales (“asustar”) o actos verbales
(“amenazar”)” (1983: 169).
Estos dos modelos constituyen las formas básicas de los enunciados. Sin
embargo, estas estructuras sintagmáticas pueden sufrir una serie de operacio-
nes (borramiento, sustitución, combinación o reordenamiento de sintagmas
o partes de los mismos) llamadas transformaciones, como la pasivización,
la impersonalización, la nominalización o la incorporación negativa. Estas
transformaciones pueden cumplir dos funciones, economía o distorsión, tan
íntimamente ligadas que resulta imposible determinar a cuál de ellas se debe
la operación discursiva realizada.
El análisis de las transformaciones constituye un espacio provechoso para
estudiar ante qué tópicos el emisor elige no ser explícito, selecciona qué decir y
qué no decir, debido a que este tipo de operaciones sobre el enunciado básico
presupone algo no dicho, un elemento (o varios) que debe(n) ser recuperado(s)
para poder interpretar el enunciado a pesar del vacío producido en el eje sin-
tagmático (Raiter, 1999b). Es la ideología, el modelo construido del contexto,
los valores asociados con el tópico discursivo y los conocimientos atribuidos al
destinatario, lo que determina lo que podrá ser repuesto, cómo será llenado ese
vacío para completar lo no dicho y, así, poder otorgar un significado al mensaje.
2. Análisis
El proyecto de Educación Sexual Integral fue presentado primero en la
Cámara de Diputados, el día 16 de agosto de 2006, donde obtuvo media san-
ción, con tan solo un voto en contra, y luego en la Cámara de Senadores, el 4
de octubre del mismo año, donde fue sancionada la ley, también con un solo
voto opositor. En esta investigación, nos centramos en el análisis de dos inter-
venciones en particular que constituyeron el corpus de nuestra investigación:
la de Marta Olinda Maffei, diputada del partido Afirmación de una República
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Gabriel Dvoskin: Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos
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13 (1)
sujeto colectivo, sin hacer distinción de edad, clase social o género. Esta
clasificación de los participantes impide tratar el tema únicamente mediante
la educación formal, dado que esta vía resulta insuficiente para abordar el
verdadero problema, que es la “vida sexual” de los individuos:
[1] Si existe un ámbito donde la libertad se manifiesta de un modo claro
hasta alcanzar los límites de la repugnancia [se refiere a la pedofilia] o el
misterio de lo sublime [se refiere a la reproducción], es en la vida sexual
de las personas. (LK: Cl. 5)
[2] Para poner sólo un ejemplo me remitiré a una de las consecuencias más
drásticas que la vida sexual de una persona puede acarrear: el contagio
de una enfermedad de transmisión sexual. (LK: Cl. 9).
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Gabriel Dvoskin: Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos
[5] Todos sabemos –y los docentes lo hemos visto mucho más– lo que han
padecido nuestros chicos. [...]Saquémonos la careta y empecemos a hablar
seriamente de los verdaderos trastornos que padecen nuestros pibes. (MOM:
Cl. 61)
Esta distinción permite restringir el alcance del tema únicamente a los jóvenes,
y por lo tanto, la educación formal, obligatoria para ellos7, se convierte en una
herramienta privilegiada para su tratamiento.
La educación sexual se presenta como parte de un proyecto más amplio
de educación integral, hecho que se corrobora en la recurrencia de palabras
relacionadas con el ámbito escolar, como “escuela” (MOM: Cls. 10, 13, 17, 71,
105, 112, 118, 148), “docente”(MOM: Cls. 18, 61, 67, 112, 148), “educar”
(MOM: Cls. 55, 57, 80, 83, 98, 104 ), “educación” (MOM: Cls. 58, 59, 68,
92, 131, 140, 147, 163), “maestro”(MOM: Cl. 145), “aprender” (MOM: Cls.
39, 118, 148) o “institución escolar” (MOM: Cl. 163). Esta vinculación le
permite a la diputada plantear el tema de la educación sexual como un derecho
de las personas, a la vez que introduce la noción de sexualidad como un fenó-
meno integral, que involucra aspectos biológicos, psíquicos, sociales y afectivos.
Sin embargo, el uso reiterado de palabras que contienen ciertos rasgos
negativos, como en la cita anterior, el lexema “padecer”, verbo pseudotran-
sactivo que supone un experimentante de un proceso intrínsecamente nega-
tivo (Kerbrat-Orecchioni, 1986), o términos como “enfermedades”(MOM:
Cl. 64), “trastornos”(MOM: Cl. 78), “víctima”(MOM: Cls. 47, 74, 82),
“victimario”(MOM: Cl. 83), “abuso”(MOM: Cls. 47, 64, 68, 84) o
“violencia”(MOM: Cls. 43, 47, 63, 75), vuelve a presentar a la sexualidad
como un tema conflictivo, como un problema. La concepción integral sobre
la sexualidad, basada en la idea de que atraviesa distintas dimensiones del ser
humano, es rápidamente opacada por una representación que la reduce nueva-
mente a la mera genitalidad y, especialmente, la asimila con las consecuencias
no deseadas de su práctica.
Vemos, de esta manera, que la disputa entre ambos diputados radica,
principalmente, en determinar a qué público debe orientarse la medida, hecho
que hace aparecer otras cuestiones, como la forma de implementación, los con-
tenidos a impartir o las personas encargadas de hacerlo. Sin embargo, ambos
discursos coinciden en presentar la sexualidad como un factor desencadenante
de situaciones no deseadas, razonamiento que aparece, con mayor o menor
explicitud, en ambos discursos:
[6] Lamentablemente, esta educación [la educación sexual] ha motivado que
se acelere el tiempo del comienzo sexual, lo cual ha provocado la pandemia
de SIDA y de tantas enfermedades venéreas, como asimismo la crisis que
hoy sufren los países desarrollados. (LK: Cl. 114)
[7] Todos conocemos las consecuencias de haber ocultado la educación sexual.
[...] Ya es tiempo de actuar y educar no sólo a la víctima. También hay que
87
13 (1)
LixKlett 52 (43%) 35 (29%) 15 (12, 5%) 6 (5%) 8 (6, 5%) 4 (3, 3%)
Maffei 58 (38%) 44 (29, 3%) 19 (12, 6%) 9 (6%) 12 (8%) 8 (5, 3%)
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[15] De algún modo aquí [en el proyecto de ley] se ha dicho que los padres no
tenemos derechos (LK: Cl. 119)
En los únicos dos casos en que los jóvenes desempeñan el rol de agente, o bien
no es claro su rol activo debido a las características particulares del proceso
“recibir”, o bien es a la vez el agente y el paciente de una acción valorada ne-
gativamente por el emisor:
[19] El derecho de los jóvenes a recibir educación sexual. (MOM: Cl. 13)
[20] [El pibe] está mal informado o con conocimientos dudosos brindados por
sus compañeros. (MOM: Cl. 149)
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Gabriel Dvoskin: Paradigmas en disputa, presupuestos compartidos
Esta clasificación de los legisladores y docentes los constituye como los actores
principales para llevar adelante la implementación del proyecto de educación
sexual en los colegios. Los padres, en cambio, quedan excluidos al ser descalifi-
cados tanto por lo que no hacen como por lo que no pueden hacer. Los jóvenes,
por su parte, representan el tercero discursivo: a través de su sexualidad, se habla
metonímicamente de ellos, a quienes hay que “cuidar” y “educar”, objetivo que
los relega a un lugar pasivo en este proyecto de “educación integral”.
91
13 (1)
de la forma básica de la cláusula por parte del oyente o lector. De este modo, a
partir de la complejidad sintáctica manifiesta en las estructuras de superficie,
procuramos reponer las distintas formas básicas de las cláusulas que compo-
nen esta clase de enunciados, de modo de determinar en qué momentos del
discurso los emisores eligen no ser explícitos, confusos o simplemente optan
por el silencio.
Si observamos los siguientes enunciados del discurso de LixKlett
(ejemplos 25 y 26), notamos que hay mucha información que queda sin ser
explicitada, lo que obliga al interlocutor a tener que reponerla a partir de
procesos inferenciales:
[25] La bibliografía científica señala que luego de años de intentar disminuir el
contagio del virus del SIDA sólo a través de la distribución gratuita de profi-
lácticos, el caso Uganda llevó a que más de 140 personalidades de 36 países
africanos [...] adoptaran por consenso la estrategia del ABC. (LK: Cl. 44)
[26] Esta estrategia consiste, en primer lugar, en que la abstinencia es el único
método seguro para evitar el contagio y, de no ser posible, en segundo lugar
se debería recomendar a la población que mantenga relaciones sexuales
mutuamente monógamas con personas no infectadas, y solamente en tercer
lugar se advierte a la población que el preservativo puede reducir el riesgo
de contagio, pero nunca eliminarlo del todo. (LK: Cl. 50)
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3. Conclusiones
El estudio del sentido no puede valerse exclusivamente de reglas inmanentes
al lenguaje, dado que excede el marco propio de la lingüística. La dimensión
significante de un discurso constituye el punto de confluencia entre la lengua,
la historia y la ideología, por lo que no puede analizarse sino en la relación que
el discurso establece con sus condiciones productivas, entre las que siempre
se encuentran otros discursos. Reponer esos otros discursos, identificar los
signos y las valoraciones que circulan en una época determinada es una tarea
imprescindible que debe realizar el analista si pretende lograr un conocimiento
–siempre parcial– del funcionamiento de los significados y su disputa en una
sociedad determinada:
Los signos no “significan” aislados sino en el texto en el que aparecen, y a la vez
como resultado de toda una producción discursiva de determinados emisores,
personales o institucionales. De acuerdo con los sintagmas en los que aparecen, con
qué otros signos se los combina o califica, con cuáles se los compara, contrapone
o coordina, los signos adquieren diferente valor. (Raiter, 1999a: 43)
95
13 (1)
en las sociedades modernas occidentales, que han silenciado el goce del sexo
relegándolo a lo no dicho o lo tabú, y en su lugar, han enfatizado su carácter
inmoral o peligroso.
De esta manera, hemos observado que el discurso que sustenta la educa-
ción sexual integral no logra imponer nuevas valoraciones sobre la sexualidad,
sino que, al justificar la inclusión del tema como contenido curricular a partir
exclusivamente de los tópicos que ya estaban presentes en el interdiscurso,
especialmente las consecuencias no deseadas de la práctica sexual, como los em-
barazos no deseados, las transmisiones de enfermedades o los abusos, reproduce
los mismos valores ya establecidos en el discurso dominante. La predominancia
del discurso de la medicina preventiva, manifestada en la insistencia en el uso
de métodos anticonceptivos y de prevención de enfermedades, vuelve a reducir
la sexualidad a la mera genitalidad, dejando en el olvido las perspectivas de
género y de derechos humanos, que vendrían a incorporar otras dimensiones
en el abordaje del tema.
El discurso de Maffei queda, así, calificado como un discurso opositor
(Raiter, 1999) a aquel que se pronuncia en contra del proyecto al negar los
tópicos planteados por dicho discurso: al tiempo que los niega, los reconoce y
legitima y, así, pierde iniciativa su propio discurso.
Sea a causa del pecado que implica, sea por el riesgo que conlleva, la
abstinencia se presenta, con mayor o menor explicitud, en ambos discursos
como la única solución al problema de la sexualidad hasta formar una pareja
estable, monógama, adulta y saludable. Mientras tanto, el carácter integral de
la sexualidad permanece fuera del campo de las significaciones posibles.
NOTAS
1 Giddens (1998) señala que si bien la libertad sexual extramatrimonial era una
práctica propia de los grupos aristocráticos, su ausencia entre las clases más pobres
no respondía a una cuestión ética, sino a la falta de tiempo y energías producto de
un estilo de vida caracterizado por intensas jornadas dedicadas al trabajo agrícola.
2 La mayor frecuencia de notas a partir de esa fecha relacionadas con la sexualidad o
temas afines en los principales diarios de la Argentina, como son Clarín, Página/12
y La Nación, da cuenta de este hecho.
3 A comienzos del año 2006, se difundió en los medios dos casos de abuso emble-
máticos debido a que se trató de mujeres discapacitadas víctimas de violación, a
quienes la Justicia les negó la autorización para que se les practicara un aborto.
4 Una encuesta realizada por el Instituto Social y Político de la Mujer/ISPM y la
United Nations Funds for Population/UNFPA, en el año 2004, consultó a 1200
personas de entre 16 y 55 años de edad, en varias jurisdicciones de la Argentina, y
dio como resultado que un 96, 9% de los encuestados estaba a favor de incluir la
educación sexual en el ámbito escolar.
5 Ley 26. 150, Programa Nacional de Educación Sexual Integral.
6 www.congreso.gov.ar
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ARTÍCULO
Resumen. Este artículo describe los espacios ciudad y campo y el rol que estos juegan
en la construcción de identidad de adolescentes mapuches de las ciudades de Temuco
y Santiago. El estudio es cualitativo descriptivo y los datos se abordan desde el análisis
del discurso y el enfoque de identidades espaciales de Proshansky (1978). La muestra
es representativa de jóvenes mapuches urbanos de las ciudades de Temuco y Santiago.
Los datos se recogieron a través de entrevistas semiestructuradas. Los resultados indi-
can que las construcciones discursivas de los espacios ‘ciudad’ y ‘campo’ se enmarcan
principalmente en dos modalidades de identificación relevadas por Dixon y Durrheim
(2000): pertenencia y apego. La noción campo evoca un modo particular de contexto en
el cual se relevan aspectos sociales, culturales y lingüísticos. En el campo, a diferencia
de la ciudad, se generan modos de apego vinculados a tipos de afectividad relacionadas
con prácticas de socialización mapuche.
Palabras clave: identidad, identidad de lugar, identidad urbana, identidad mapuche.
Resumo. Este artigo descreve as áreas da cidade e do país eo papel que desempenham
na construção da identidade jovem mapuche das cidades de Temuco e Santiago. O
estudo é descritivo e os dados qualitativos são discutidos a partir da análise do discurso
e do foco de identidades Proshansky espacial (1978). A amostra é representativa das
cidades mais jovens mapuches urbanos de Temuco e Santiago. Os dados foram coleta-
dos através de entrevistas semi-estruturadas. Os resultados indicam que as construções
discursivas de ‘cidade’ os espaços e ‘campo’ são enquadra dos principalmente em duas
formas de identificação pesquisados p or Dixon e Durrheim (2000): a pertença e apego.
O conceito evoca um campo específico do contexto em quea relevância dos contextos
social, cultural e linguística. No campo, ao contrário da cidade, os modos de fixação
são gerados relacionada com os tipos de práticas de socialização afectivas relacionadas
com mapuche.
Palavras-chave: identidade, identidade de lugar, identidade urbana, identidade mapuche.
Abstract. The spaces of city and countryside are described in this article as well as
the role that these play in the identity construction of Mapuche youngsters from
Temuco and Santiago. The study is qualitative and descriptive and the data is analyzed
through discourse analysis and the spatial identity approach (Proshansky, 1978). The
Recibido: 22 de noviembre de 2012 • Aceptado: 10 de mayo de 2013.
Introducción1
La cultura mapuche se caracteriza por su relación con la tierra y la natu-
raleza, además de poseer una estructura social, política y religiosa propia. En
contextos urbanos estos elementos culturales pueden verse afectados lo que ha
provocado una tendencia a reformular la cultura y contextualizar estos elemen-
tos en torno a dichos espacios urbanos. Por ejemplo, Cuminao (1998) plantea
que la cultura e identidad de los migrantes mapuches en Santiago se encuentra
en un constante proceso de reformulación y reelaboración de elementos cultu-
rales propios, pero sin perder la historia que los conecta a un pasado común, ya
que no se rompen los vínculos con la comunidad de origen de forma radical,
pero que al verse enfrentado a la sociedad moderna u occidental, el mapuche
está inmerso en una situación compleja. De igual forma, Aravena (2000) se-
ñala la relevancia de los procesos de construcción, recomposición y adaptación
de los mapuches migrados a Santiago para responder a los imperativos de la
sociedad moderna. Para Giannelli (2006), los mapuches urbanos apelan a la
pertenencia étnica sobre la base de su auto-adscripción y el reconocimiento de
los demás miembros y sectores que componen la sociedad mapuche. Esto se
logra a través del replanteamiento de la cultura en torno a los espacios físicos
que allí se encuentran de manera constante. De igual manera, Abarca (2002)
concluye que los mapuches sustentan una identidad basada en el recuerdo, en
el imaginario y en la recreación de prácticas culturales realizadas en un nuevo
contexto. Finalmente, Gissi (2002) describe el rol del barrio o sector que juega
en la reactualización de la identidad mapuche en Santiago.
Ante lo expuesto el presente estudio intenta dar cuenta de cómo los espa-
cios ‘ciudad’ y ‘campo’ respectivamente actúan como referentes de identidad
en adolescentes mapuches de las ciudades de Temuco y Santiago. Para ello,
el objetivo del presente artículo es describir cómo los adolescentes mapuches
de Temuco y Santiago construyen, por medio de su discurso, una identidad
de lugar referida a los espacios de la ciudad y el campo, y los modos de iden-
tificación que desarrollan en torno a ellos. De modo específico, nos interesa
relevar los modos de identificación con los lugares ‘campo’ y ‘ciudad’, desde el
enfoque de identidades espaciales propuesto por Dixon y Durrheim (2000).
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1. Marco conceptual
1.1. Identidad
La concepción filosófica moderna de identidad se basa en la creencia en
la existencia de un sí mismo, o centro interno, que emerge con el nacimiento,
como un alma o esencia, que permanece fundamentalmente igual durante
toda la vida (Larraín, 2001). Desde Marx en adelante, muchos sociólogos
y psicólogos sociales han desarrollado una concepción alternativa mediante
la cual las expectativas sociales de los otros juegan un rol fundamental en el
proceso de identificación con algunas cualidades. De este modo, la idea de un
sujeto producto de la interacción con una variedad de relaciones sociales llegó
a ser crucial. La identidad tiene que ver con las ideas que las personas se hacen
sobre quiénes son y sobre lo que tiene sentido para ellas. Estas interpretaciones
se forman en relación con ciertos atributos que tienen prioridad sobre otras
fuentes de significado (Giddens, 2002). Asimismo, Castells (1999) señala que
en la construcción de las identidades colectivas se utilizan materiales de la
historia, la geografía, la biología, las instituciones productivas y reproductivas,
la memoria colectiva y las fantasías personales, los aparatos de poder y las ins-
tituciones religiosas. Pero los individuos, los grupos sociales, y las sociedades
procesan todos esos materiales y los reordenan según las determinaciones
sociales y los proyectos culturales implantados en su estructura social y en su
marco espacio/temporal. Larraín (2001) entiende el concepto como un proceso
permanente en el cual los individuos construyen su forma de apreciarse. Este
proceso tiene que ver con las relaciones del entorno con el sujeto y cómo él
se construye en éste. Además, la identidad se va reelaborando a lo largo de la
vida, puesto que las personas tienden a cambiar las percepciones de aquello que
les resulta importante, cambiando de prioridades. Esta concepción dinámica
de la construcción y reelaboración de la identidad es la que se asume como
perspectiva en este trabajo, fundamentalmente, en los modos de expresión que
los jóvenes señalan vinculado al campo y ciudad como espacios relevantes de
construcción de su identidad. En efecto, la identidad no es una esencia innata
dada sino un proceso social de construcción Larraín (2001) propone tres ele-
mentos constitutivos a partir de los cuales se construye. En primer lugar, los
individuos se definen a sí mismos, o se identifican con ciertas cualidades, en
términos de ciertas categorías sociales compartidas. Al formar sus identidades
personales, los individuos comparten ciertas lealtades grupales o características
tales como religión, género, clase, etnia, profesión, sexualidad, nacionalidad,
que son culturalmente determinadas y contribuyen a especificar al sujeto y su
sentido de identidad. En segundo lugar, está el elemento material que incluye
el cuerpo y otras posesiones capaces de entregar al sujeto elementos de auto
reconocimiento. La idea es que al producir, poseer, adquirir o modelar cosas
materiales los seres humanos proyectan su ‘sí mismo’, se ven a sí mismos en
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Es así como el entorno urbano es considerado como algo más que el esce-
nario físico donde se desarrolla la vida de los individuos, siendo un producto
social fruto de la interacción simbólica que se da entre las personas que com-
parten un determinado espacio. Para Fox (2001) el espacio urbano supera la
dimensión física para adquirir también una dimensión simbólica y social. Más
aún, el entorno urbano es analizado como una categoría social, pero siempre
refiriéndose a la idea de llegar al concepto de identidad, como pertenencia a
un lugar, barrio o ciudad por parte del individuo o grupo. Todo esto lleva al
individuo a cuestionarse si reside o no en tal barrio o ciudad, apelando a una
comunidad y no a los individuos en sí. De este modo se conforman las repre-
sentaciones de determinadas comunidades según el grado de afinidad entre sus
individuos y, en cierto modo, con el entorno que ellos comparten. Si bien Fox
(2001) se refiere a lugares barrios y ciudad, él se enfoca más específicamente en
el barrio, aludiendo aún más a la idea de pertenencia en cuanto a su residencia.
2. Metodología
Las muestras para el análisis fueron seleccionadas del banco de datos del
proyecto Fondecyt 1090523 y se procuró su equivalencia en términos de género
con el fin de asegurar la amplia heterogeneidad cultural (aculturación) que se
observa en la sociedad mapuche. De esta forma, se seleccionó una muestra de
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3. Resultados y discusión
3.1. El espacio ‘ciudad’
Para los jóvenes de la ciudad de Temuco el espacio ‘ciudad’ evoca un tipo
de identificación restringida a determinadas funciones. Se considera la ciudad
como un lugar para el desarrollo académico (estudios):
salir a la ciudad y::: poder estudiar es que hay colegios igual que como que están en
el campo como que no son muy buenos de::: en cuanto a la educación T:M:J:24-26.2
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Para los jóvenes de Santiago, al igual que ocurre con los jóvenes de Temuco,
el espacio ‘ciudad’ se presenta como un lugar en el que se desenvuelven de ma-
nera cómoda, debido a que en ella los adolescentes pueden desarrollarse, por
ejemplo, a nivel económico y a nivel académico, a diferencia de lo que ocurre
en el contexto ‘campo-sur’. Lo anterior se evidencia a través de la preferencia
por la ‘ciudad’ por sobre el ‘campo’ como ocurre con EC:
no sé:::, (ja, ja) (.) yo cacho que acá se gana la plata, más bien, no como en el sur que
tienen que hacer pololos, (.) más en los veranos S:M:EC:471-472.
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porque me enseñaron, como le comentaba antes que pase mi niñez casi toda allá en
el campo, yo veía a mi abuela a algunos primos más cercanos y todos hablaban en
mapuche yo me sentía bien po T:H:Ju27-29.
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La noción ‘sur’ está asociada a un tipo de lugar en relación con las acti-
vidades que allí se desarrollan, lo cual expresa ciertos grados de pertenencia
como contexto de construcción de la identidad personal.
Los jóvenes de Santiago además dan a conocer el ‘apego’ emocional hacia
dicho espacio (‘campo-sur’), observándose atribuciones de cercanía emocional
con la familia en espacios sociales y físicos ligados a la cultura mapuche. Este
apego emocional muestra una valoración positiva por el espacio y la perma-
nencia en el mismo y de la misma forma por las actividades que ahí se realizan,
tal como lo describe A:
[…] es cercana igual poh, o sea yo todos los veranos voy pa´l sur y no sé poh, hace un
tiempo no había luz, agua potable, entonces era bacán ir pa´ allá poh S:H:A:71-72.
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El espacio ‘sur’ también está asociado a ‘lo diferente’ respecto del con-
texto urbano particularmente respecto de sus condiciones, lo cual se vuelve
atractivo e influye en el modo de identificación.
Algunos jóvenes de Santiago expresan también sentidos de ‘pertenen-
cia’ al espacio ‘campo-sur’, esencialmente relacionada con las visitas que los
entrevistados realizan a sus lugares de origen y su participación activa en
actividades de la cultura mapuche, tal como lo plantea AA a continuación.
ahí yo empecé como a aprender poh, a través de mi mamá poh (.) ehh y después (.)
bueno ella siempre había participado en las ceremonias y después yo ahí empecé a
ir desde chico con mi primos con mis tías (.) bueno el ehhh (.) mi abuela después se
fue a vivir al campo S:H:AA: 140-144.
4. Conclusiones
En este estudio describimos la relación entre los modos de ‘apego’, ‘perte-
nencia’ y ‘localicidad’ y nos enfocamos principalmente en cómo se presentan
dichos modos de identificación entre los jóvenes de Santiago y de Temuco
respecto de los referentes de identidad de lugar. En cuanto al modo ‘apego’,
hemos podido establecer que para los adolescentes mapuches de Temuco la
relación que se crea con el espacio campo-sur es un tanto dilemática; si bien
algunos de ellos expresan sentir apego por este lugar debido a la cercanía
emocional que allí se genera por el hecho de constituir un espacio ligado a
la cultura, otro grupo de adolescentes manifiesta no sentirse parte de éste, ya
que constituiría un espacio mayoritariamente indígena. Por el contrario, los
adolescentes mapuches de Santiago manifiestan sentir apego por dicho espacio.
Además, fue posible observar el modo ‘localicidad’ respecto del espacio
‘campo-sur’, presente sólo y de manera relevante en los jóvenes de Temuco,
quienes encuentran que dicho espacio ofrece proyecciones de vida o de trabajo.
Los entrevistados elaboran construcciones cognitivas sobre el campo debido a
que este espacio les permite la obtención de recursos naturales que posibilitan
la inversión económica. La ‘localicidad’ revela diferentes características que
los jóvenes atribuyen al espacio físico ‘campo-sur’. Los jóvenes de Temuco se
refieren a éste como un lugar donde se encuentra el origen mapuche, zona de
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Notas
1 Este artículo da cuenta de los hallazgos del proyecto Fondecyt 1090523 “Cons-
trucción discursiva de la identidad étnica en adolescentes de Temuco y Santiago”.
2 La sigla usada para la codificación de los extractos es la siguiente: primera letra
corresponde a la ciudad de residencia del entrevistado T ‘Temuco’ y S ‘Santiago’. La
segunda letra representa el sexo del adolescente H ‘hombre’ M ‘mujer’ y finalmente
la última letra representa la inicial del nombre del entrevistado.
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Reseñas
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Reseñas
los rasgos de organización discursiva como los recursos lingüísticos son similares
en los textos analizados, y en todos ellos aparecen los tres movimientos que, de
acuerdo con Swales (p.72), caracterizan el planteamiento del problema en la in-
troducción de un artículo de investigación. Cabe destacar que no pueden hacerse
generalizaciones significativas dado el escaso número de textos analizados. Sólo se
pueden identificar tendencias que deberán corroborarse en corpus más extensos.
El capítulo cuarto, “La introducción y la conclusión en el artículo de investi-
gación” de Adriana Bolívar y Francisco José Bolet, aborda al estudio de dos partes
textuales cruciales del artículo de investigación: la introducción y la conclusión.
Al igual que en el capítulo de Shiro y D’Avolio, los autores tienen como uno
de sus objetivos analizar la variación disciplinar. Señalan las dificultades más
frecuentes identificadas en la producción de estas partes textuales, y parten de la
caracterización de la introducción y conclusión en inglés y español; luego hacen
referencia al artículo de investigación como texto mayor en el que estas partes
están insertas y finalizan con una propuesta didáctica específica. Cabe destacar
que los autores hacen referencia a la variación que puede presentar la estructura
genérica de los artículos de investigación según las diferentes convenciones dis-
ciplinares y las tradiciones de las comunidades discursivas a las que estas revistas
pertenecen. Para ello presentan los resultados de una pequeña investigación
realizada en revistas venezolanas arbitradas e indizadas. Llegan a la conclusión
de que, si bien el propósito comunicativo en las partes textuales de las revistas
analizadas es relativamente uniforme, existen variaciones ligadas a tradiciones
discursivas y disciplinares.
El capítulo quinto, “El conocimiento ajeno en las disciplinas. Referencias y
citas” de Rebecca Beke, estudia cómo los investigadores presentan el conocimiento
ajeno en sus textos. La autora parte del supuesto de que los autores adoptan una
postura frente al contenido que introducen en sus escritos. El capítulo tiene dos
objetivos fundamentales: identificar las diferencias que tienen los investigadores al
presentar el conocimiento ajeno, e interpretar las implicaciones pragmáticas que
producen las diferentes formas de citar. Para lograr estos objetivos, Beke presenta
una secuencia de actividades. Las primeras son de autorreflexión a partir de la
propia práctica de escritura. Las siguientes tienen por objeto analizar, en primer
lugar, las normas de cita de dos revistas académicas y, en segunda instancia, la
introducción y las referencias de un artículo de cada una de las dos revistas. En la
última parte del capítulo la autora presenta un sistema de categorías que permite
sistematizar las diferentes opciones que tienen los investigadores para introducir
las voces de los otros en su propio discurso. El modelo presentado se sustenta
en un sólido estudio realizado sobre un corpus de cincuenta y seis artículos pu-
blicados en una revista especializada (p. 147). La autora destaca que las formas
de cita poseen funciones retóricas y pragmáticas ligadas a las intenciones de los
autores de persuadir a la comunidad de pares de la validez de los argumentos
presentados. Es notable la pertinente secuencia didáctica planteada en función
del modelo de análisis presentado.
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Reseñas
Laura D. Ferrari
Universidad de Buenos Aires
Universidad Nacional de General Sarmiento
lauradferrari@fibertel.com.ar
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Reseñas
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Ese es, sin duda, uno de los aportes originales que hace este volumen a
la reflexión latinoamericana sobre las problemáticas discursivas: el fantasma
de lo europeo y la dependencia parece –parcialmente– conjurado a la luz
del propio trabajo de análisis y la larga experiencia en investigación. No
se propone, entonces, ni “una teoría latinoamericana”, ni la reproducción
de “una teoría europea”, ni la denuncia de “una teoría extranjera”. Por el
contrario, la articulación práctica de problemas empíricos y conceptos
teóricos tiene como objetivo la respuesta a interrogantes: una respuesta
que se alcanza con un desprejuiciado y crítico eclecticismo. Parafraseando a
Jorge Luis Borges, pareciera que la tradición más específica del investigador
latinoamericano es toda la tradición de la reflexión discursiva en general:
podemos manejar todos los temas europeos, manejarlos sin supersticiones, con
una irreverencia que puede tener, y ya tiene, consecuencias afortunadas (Borges,
1972: 273).
Pueden señalarse, también, algunos desafíos que, presentados muchas
veces por las propias autoras, son todavía escasamente abordados en el
campo de la investigación. El primero de estos desafíos es el de la tensión
entre una definición amplia del objeto teórico –discurso– y un tratamiento
restringido del objeto empírico, principalmente verbal. Se abre aquí la
problemática de la multimodalidad de los mensajes, no sólo en cuanto
supone abordar nuevos objetos (los vinculados al mundo de las nuevas
tecnologías de información y comunicación) sino también mirar con otros
ojos los corpora tradicionales: desde la gestualidad en la interacción hasta los
diasistemas paratextuales de los textos escritos de diversa índole. Se abre,
también, el problema de los lugares sociales de producción de los mensajes:
las lenguas y sus hablantes (predominantemente el inglés y el castellano), la
accesibilidad (fundamentalmente se abordan textos escritos o interacción
verbal en medios masivos y en contextos urbanos) y los regímenes institu-
cionales de discurso (mediático, político, jurídico, académico).
En segundo lugar, aunque el libro muestra cómo los estudios del discur-
so en América Latina fueron fundamentalmente definidos por los procesos
de integración regional y, en un sentido más amplio, por los procesos glo-
bales de circulación de personas e información, es escasa la presencia que
la globalización y la integración tienen en sus páginas. Salvo en contadas
excepciones, se echa de menos una lectura no sólo de los discursos de la
globalización y la integración, sino también una mirada comparativa sobre
la región, que sea capaz de generar datos relevantes para la comprensión
de los procesos históricos y sociales que atraviesan las fronteras nacionales.
Estos retos, sin embargo, no hacen más que subrayar los logros alcanza-
dos por las entrevistadas y el mérito de la tarea realizada por el entrevistador.
Las memorias de corto plazo, descentradas, de nuestras culturas académicas
no suelen interrogarse por sus propias condiciones históricas. Como este
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Reseñas
Referencia
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Instrucciones para las reseñas
· La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el número
de páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada.
· En la introducción se identificará el tema y el problema central.
· Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios,
apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, se
especificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado.
· El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la obra
reseñada.
· El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema y/o
del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que aparece
publicado.
· Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribuciones
a la revista de la ALED.
· El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras (aproximadamente
diez cuartillas).
· Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de documento
Word (o compatible) a: Sírio Possenti, e-mail: siriop@terra.com.br o Irene Fonte,
e-mail: irenefz@yahoo.com
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Instruções para os autores
· Política Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originais
e inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos à
arbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se o
direito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim como
publicá-los no número que considerar mais conveniente.
· Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista
Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções:
1. Enviar seus trabalhos ao seguinte endereço postal:
Adriana Bolívar y Martha Shiro
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas:
revistaaled2004@yahoo.es
shiromartha@gmail.com
aled_edicion2006@yahoo.es
2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e ter
uma extensão máxima de 25 laudas, incluindo notas e bibliografia.
3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) e
inglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluir-se-ão até seis palavras chave. Os títulos
gerais e de seções devem ser breves e explícitos.
4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação biográfica em numa extensão
entre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituição onde
trabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, dever-se-á proporcionar, de forma
clara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a correspondência.
5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm de
cada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se
entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número de página.
Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25)
6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes das
Referências Bibliográficas.
7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, e como
se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y
práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R. (2003) De qué trata
el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y
sus desarrollos, en R. Wodak y M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-
43. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004). Las metáforas políticas en el discurso
de dos líderes venezolanos, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As
letras a, b, c, anexadas à data de publicação, podem ser usadas para referenciar trabalhos de um
mesmo autor publicados no mesmo ano.
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Revista Lationamericana de Estudios del Discurso
Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso
Instrucciones para los autores
· Política Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e
inéditos de los investigadores miembros de la Asociación. Los trabajos recibidos serán sometidos a arbitraje
por parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comité Editorial se reserva
el derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artículos que sean aceptados, así como
publicarlos en el número que considere más conveniente.
· Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la Revista
Latinoamericana de Estudios del Discurso, deberán seguir las siguientes instrucciones:
1. Enviar sus trabajos a la siguiente dirección postal:
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Adriana Bolívar y Martha Shiro
Editoras
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Los trabajos también pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrónicas:
revistaaled2004@yahoo.es
shiromartha@gmail.com
aled_edicion2006@yahoo.es
2. Los artículos deberán ser escritos en papel tamaño carta, a espacio y medio en Times New Roman 12, por
una sola cara y tener una extensión máxima de 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografía. Tanto las
imágenes, gráficos o tablas deben anexarse en su formato original (jpg, tif, gif, png, excel, power point...)
3. El texto del artículo debe ir precedido por un resumen en español, portugués (resumo) e inglés (abstract)
de no más de 150 palabras. Se incluirán hasta seis palabras clave. Los títulos generales y de secciones
deben ser breves y explícitos.
4. Todo artículo debe estar acompañado por una breve información biográfica y académica escrita en
una extensión entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo del o los
autores, nombre y dirección de la institución donde labora, teléfono, fax y correo electrónico. Asimismo,
aparte se deberá proporcionar de forma clara y completa la dirección postal más segura para recibir
correspondencia.
5. Las citas textuales de más de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangría de 1cm a
cada lado. Su referencia se hará según el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribe entre
paréntesis el apellido del o los autores, el año de publicación y el número de página. Ejemplo:
(Romano y Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003:25).
6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las Referencias
Bibliográficas.
7. Todas las referencias bibliográficas deben ser ordenadas alfabéticamente después de las notas, y
como se muestra a continuación: Libros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros.
Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial; capítulo de libro: Donaire, M. L. (2004)
La polifonía, una relación binaria, en E. Arnoux y M. M. García Negroni (Comps.) Homenaje a
Oswald Ducrot, pp. 117-133. Buenos Aires: Eudeba. Wodak, R. (2003). De qué trata el análisis
crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos,
en R. Wodak y M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa.
Artículos: Chumaceiro, I. (2004). Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos,
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fecha
de publicación, pueden ser usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en el
mismo año.
8. Cada autor recibirá 2 ejemplares del número de la revista donde aparece su trabajo.
Adriana Bolívar y Martha Shiro
Editoras de la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Apartado 47075, Los Chaguaramos
Caracas 1041-A, Venezuela
Mercedes Duarte y Ricardo Gualda
Asistentes editoriales
Email: aled_edicion2006@yahoo.es