muchos países de América Central, es un tema difícil de tratar por nuestra cultura. Esta dificultad se acentúa cuando hablamos de conceptos como ‘Libertad sexual’, que en muchos casos es confundido con ‘libertinaje’ que no es igual en lo absoluto. La libertad sexual es la facultad de definir por uno mismo la forma de vivir nuestra sexualidad, teniendo como límite el no afectar las libertades del prójimo. Queda claro que el concepto de libertad sexual conlleva implícito un grado de responsabilidad con uno mismo y con los demás miembros de la sociedad.
Entendiendo mejor cuáles son los márgenes de esta libertad, debemos
analizar qué engloba el concepto de sexualidad, que según la Organización Mundial de la Salud abarca el sexo, las identidades de género, los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.
Entonces, la libertad sexual corresponde a la capacidad o derecho de un
individuo de fijar los términos de cómo se desenvolverá en los aspectos antes mencionados, resaltando que estos términos no deben contravenir las libertades o derechos de otras personas.
Es importante resaltar que la sexualidad y a su vez la libertad sexual está
definida por la interacción de factores biológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, religiosos, entre otros. La libertad sexual al estar definida por la interacción de estos factores, en ocasiones provoca la creación de perjuicios sociales y culturales que se traducen en una actitud negativa, rechazo o discriminación hacia un grupo de personas de manera equívoca, presentándose en diversos ambientes y contextos. LA LIBERTAD SEXUAL La sexualidad en Panamá, al igual que en muchos países de América Central, es un tema difícil de tratar por nuestra cultura. Esta dificultad se acentúa cuando hablamos de conceptos como ‘Libertad sexual’, que en muchos casos es confundido con ‘libertinaje’ que no es igual en lo absoluto. La libertad sexual es la facultad de definir por uno mismo la forma de vivir nuestra sexualidad, teniendo como límite el no afectar las libertades del prójimo. Queda claro que el concepto de libertad sexual conlleva implícito un grado de responsabilidad con uno mismo y con los demás miembros de la sociedad.
Entendiendo mejor cuáles son los márgenes de esta libertad, debemos
analizar qué engloba el concepto de sexualidad, que según la Organización Mundial de la Salud abarca el sexo, las identidades de género, los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.
Entonces, la libertad sexual corresponde a la capacidad o derecho de un
individuo de fijar los términos de cómo se desenvolverá en los aspectos antes mencionados, resaltando que estos términos no deben contravenir las libertades o derechos de otras personas.
Es importante resaltar que la sexualidad y a su vez la libertad sexual está
definida por la interacción de factores biológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, religiosos, entre otros. La libertad sexual al estar definida por la interacción de estos factores, en ocasiones provoca la creación de perjuicios sociales y culturales que se traducen en una actitud negativa, rechazo o discriminación hacia un grupo de personas de manera equívoca, presentándose en diversos ambientes y contextos.