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[AFO004649] Curso Práctico de la Trascendencia de las Enfermedades Mentales en el Derecho Penal

[MOD004865] Trascendencia de las Enfermedades Mentales en el Derecho Penal


[UDI017510] El Delincuente

1. Conceptualización del término

1.1 Antecedentes históricos

Teoría del criminal Nato (C. Lombroso)

La primera teoría relevante para el Derecho Penal, centrada en el delincuente es la teoría del

criminal nato, elaborada por Cesare Lombroso sobre 1870, aunque en esta época ya ha sido

es
desmentida y derrumbada en gran cantidad de ocasiones, ya que el “hundimiento de la fosa

u.
occipital” como punto fuerte del sistema, ya no se considera el indicio característico de cualquier

tendencia criminal, ya que hoy día todos los cráneos sirven para la criminología.

d
.e
Para su obra, se dedicó a coleccionar cantidades ingentes de cráneos, llegando a estudiar la

va
morfología de 27000 criminales o personajes “anormales” (criminales, tarados, epilépticos,

prostitutas, etc.), y mostró sus resultados en su obra “el criminal”. En ella hacía el inventario de los
no
"estigmas" criminales aptos para traicionar a los delincuentes congénitos. Aparte de la famosa "fosa
in

occipital hundida", la lista incluía particularidades físicas que aclaró: una caja craneana demasiado

desarrollada, una frente demasiado huidiza, unas arcadas superciliares demasiado marcadas, así
ro

como unos brazos demasiado largos y "colgando a lo largo del cuerpo como los monos". A todas
eu

aquellas anotaciones físicas añadía también indicaciones de orden intelectual y psicológico, según

decía, son "unos psicópatas incapaces de sentir piedad y paradójicamente muy fácilmente
s.

sentimentales": sus defectos son lo bastante específicos como para que se pueda hacer un
pu

inventario. Los criminales son de buen grado versátiles, perezosos, hipócritas y -lo cual a menudo les
m

pierde- se muestran generalmente "ligeros en sus actos".


ca

Según Lombroso las características anatómicas más destacables del criminal nato, son:

a) Poseen una capacidad craneana inferior al resto de las personas.

b) Sus pómulos son prominentes y aparecen separados

c) Tienen una mandíbula con mayor peso y anchura que la del resto.

d) Presentan una anomalía craneana y más concretamente en la foseta occipital media.

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e) En el cerebro presentan un desarrollo incompleto del "praecus", con surcos supernumerarios

y un número de células inferior al normal. También presentan deformidades hipertróficas del

vermis.

f) En tronco y extremidades presentan vértebras y costillas supranumerarias y un desarrollo

excesivo del fémur.

Toda esta teoría no gozaba de ningún rigor científico, y tuvo muchas críticas ya en su época, pero

es
pervivió durante muchos años. Sus teorías y estudios están basadas en un auge de las teorías

naturalistas muy influenciado por Spencer y Darwin. También establece una analogía entre la

u.
delincuencia y la locura, indicando que para combatir la delincuencia hay que estudiar en

d
profundidad la personalidad del delincuente.

.e
Influido por su compañero de escuela y gran exponente de la sociología criminal Enrico Ferri,

establece una tipología de delincuentes: va


no
Delincuente nato: son la mayoría, y atribuye estos actos delictivos a un patrón genético
in

determinado.
ro

Delincuente loco o alienado: también lo llamo loco moral o perverso constitucional.


eu

Delincuente por hábito profesional.

Delincuente ocasional o primario: los delitos de éste los achaca a la influencia de los factores
s.

del medio o a consideraciones sociales.


pu

Delincuente por pasión: son individuos impulsivos que denomina “sanguíneos y nerviosos”.
m

Teoría del criminal (E. Ferri)


ca

Ferri construye su teoría criminal a partir de los siguientes factores:

Factores individuales

Como la constitución orgánica (referida a la estructura craneal, cerebral y vísceras), la


constitución psíquica (referida a la inteligencia, los sentimientos, el sentido moral, etc.) y
los caracteres personales (como la raza, el sexo, la edad, el estado civil, el nivel educativo,
etc.)

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Factores físicos

Como el clima, el suelo, la temperatura, las estaciones del año, etc.

Factores sociales

Como la densidad de la población, los valores morales y religiosos, la educación, las


características familiares, el sistema de justicia las desigualdades sociales. etc.

Ferri establece que lo que es socialmente dañino se establece partiendo del estudio mismo de la

sociedad, es decir, habla de una relación entre la acción individual y la reacción defensiva de la

es
sociedad. Por esto establece una teoría de la defensa social basada en dos principios:

d u.
Los individuos son siempre responsables ante la sociedad

.e
Se impone una sanción social que es la reacción natural contra el delito.

Basándose en esto la pena se aplica según: va


no
La peligrosidad del delincuente
in

La naturaleza y extensión serán las necesarias para neutralizar la peligrosidad


ro

Desaparecen las condiciones sobre la culpabilidad


eu

La Teoría de la Terribilidad (R. Garófalo)


s.
pu

Para Garófalo el hombre delincuente responde a un modelo de deficiencia psíquica o moral, de

carácter hereditario, con una falta de sentimientos altruistas, e incapacidad para vivir en sociedad.
m

Además defiende el bien de la sociedad por encima de todo, aunque para ello hubiese que eliminar a
ca

los individuos causantes del mal común, incluso su "raza", entendiendo como raza un concepto que

se acerca más a lo que hoy conocemos como cultura, con el fin de evitar la perpetuidad de la misma.

Garófalo crea una teoría para sancionar al autor de un delito:

Teoría de la Terribilidad:

La terribilidad es la perversidad constante y activa que hay que temer de parte del delincuente. Esta

teoría es criticada por Arturo Rocco, quien dice que la terribilidad no es característica del autor sino

más bien es repercusión social de esa característica.

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Tesis de la Peligrosidad:

Más tarde, se abandona esta teoría y se la reemplaza por la Tesis de la Peligrosidad como base de la

responsabilidad criminal. Por ejemplo si alguien da un abortivo a una mujer no embarazada, no se

debe sancionar el daño objetivo, en realidad no lo hay, sino la peligrosidad subjetiva que emana de la

personalidad del autor.

Este autor dice que para que exista un delincuente nato establece cuatro tipos:

es
u.
1. El Asesino

d
Criminal nato que no tiene sentimientos de altruismo y de probidad, por lo que puede cometer

.e
delito cuando se le presente la oportunidad.

2. El Delincuente Violento
va
no
Le falta de sentimiento de piedad, por lo que comete delitos violentos.

3. El Ladrón
in

El que atenta contra la probidad. Este sentimiento no tiene raíces profundas en estos
ro

individuos. Le falta el sentimiento altruista y está influenciado por el medio ambiente.


eu

4. El delincuente Lascivo

No encaja en las anteriores, podría ser delincuente sexual.


s.
pu

Además Garófalo define que La pena tiene por objeto defender a la sociedad de los inadaptados y los
m

socialmente peligrosos, en casos graves, a los primeros se les debe aplicar la pena capital y a los

segundos abandonarlos en una isla. Además impone tres clases de penas:


ca

Pena de muerte para los asesinos.

Cadena perpetua para los delincuentes violentos.

Trabajo en colonias agrícolas de ultramar para los ladrones

Otras corrientes que también consideraron al delincuente a partir del Siglo XIX, son el marxismo,

que encabezados por W. Bonger a inicios del S XIX, y la obra “Pena y estructura social” de G.

Rusche y O. Kircheimer, se observa un desarrollo de esta corriente en la comprensión criminológica

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penitenciaria.

Esta visión se orienta hacia la explicación del crimen y la conducta antisocial sobre bases

macrosociales. Al respecto, ha habido avances propios en las sociedades socialistas, y también

manifestaciones de una criminología materialista en los países occidentales, con variantes, según el

grado, de mayor o menor asimilación de las tesis del materialismo dialéctico.

Los criminólogos que siguen esta concepción en su versión ortodoxa, parten de una comprensión y

es
explicación de la criminalidad tomando como eje central la concepción de la filosofía marxista;

asimismo, consideran que la criminalidad es un producto de la sociedad capitalista, que las teorías

u.
criminológicas desarrolladas en dicho ámbito social son enfoques errados, y que con el advenimiento

d
del socialismo, este fenómeno (la criminalidad) desaparecerá, entre otras generalizaciones.

.e
Siguiendo tal perspectiva, Margarita Viera señala que “la criminología socialista, por su objetivo y

va
finalidad, es la ciencia que contribuye a esclarecer los determinantes criminógenos que propician la
no
delincuencia, favorecen el cumplimiento de las principales líneas o estrategias contra tales

actividades, elevando a un nivel más alto la tarea de enfrentamiento a las conductas antisociales”.
in
ro

Asimismo, afirma que se “hace imprescindible definir el objeto de la criminología partiendo de

postulados diferentes a los que esta ciencia refiere en el mundo burgués”, considerándose a la
eu

criminología como una ciencia ecléctica. Asumiendo el criterio central de esta corriente, reitera que
s.

el fundamento general de la criminología, como toda ciencia particular, se basa en los principios de

la teoría marxista-leninista, y en el empleo del método dialéctico. Por tanto, los “métodos especiales
pu

de la criminología socialista están iluminados por el método filosófico general de la teoría marxista-
m

leninista sobre la cual descansan”.


ca

También afirma que la “delincuencia es un fenómeno condicionado históricamente. Lenin

manifestaba que las causas principales de las violaciones de las normas radicaban en la explotación

de las masas y la miseria; esto explicaría el hecho consustancial de la delincuencia con el sistema

capitalista. En consecuencia, las razones de la criminalidad no están interrelacionadas con el modo

de vista socialista, sino con los ‘remanentes del pasado’”.

Partiendo de la corriente biológica, Kretschmer establece una tipología delictiva que en la

actualidad, todavía se tiene en cuenta, diferenciando:

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El autor elabora una doble clasificación tipológica, distingue, por una parte, los tipos

(constitucionales) leptosomático, el atlético, pícnico y displástico; y de otra, el

tipo esquizotímico, el ciclotímico, y el viscoso, estableciendo las oportunas correlaciones e

interdependencias.

El tipo leptosomático

es
Cuerpo alargado y delgado, cabeza pequeña, nariz puntiaguda (su representación gráfica
es una línea vertical);

u.
El tipo atlético

d
.e
Gran desarrollo del esqueleto y musculatura, tórax y cabeza grande (su representación
geométrica es una pirámide invertida);

El tipo pícnico va
no
Gran desarrollo de las cavidades viscerales, abdomen prominente, cabeza redonda y
ancha, extremidades cortas y tendencia a la obesidad (representación circular);
in

El tipo displástico
ro

Que cuenta con características muy exageradas y son individuos que no encajan en los
tipos anteriores, con tres variantes o subtipos (como el gigantismo, la obesidad o el
eu

infantilismo eunocoide).
s.

Relacionando los tipos constitucionales anteriores con las correspondientes características


pu

psicológicas, formula una segunda tipología: tipos esquizotómicos, ciclotómicos y viscosos.


m

Al tipo esquizotímico pertenecen los individuos de constitución leptosómica y de


ca

temperamento introvertido;

al tipo ciclotómico le corresponde las personas extrovertidas, de constitución pícnica;

aunque puedan oscilar de un extremo a otro, de la alegría a la tristeza;

al tipo viscoso le pertenecen los individuos de constitución atlética, que oscilan entre el tipo

leptosomático y el pícnico, por lo general pasivos, tranquilos.

En cuanto a las relaciones entre tipo y criminalidad, Kretschmer llega a la conclusión de que los

pícnicos arrojan los índices más bajos de delincuencia, constituyéndose raras veces en delincuentes

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habituales; los leptosómicos son de difícil tratamiento y proclives a la reincidencia, siguiendo a los

atléticos en porcentajes de criminalidad; abundan entre estos los ladrones y estafadores; los

atléticos son violentos y representan los índices más altos de delincuencia.

Hasta la situación actual, estas fueron las primeras y más destacadas teorías sobre la delincuencia y

el crimen en Europa.

es
1.2. Conceptualización contemporánea

u.
La situación actual permite conocer un auge de la investigación geneticobiológica que da lugar a dos

d
campos de Estudio: La Neuroquímica de la conducta criminal y la Psicobiología de la conducta

.e
criminal.

va
En este sentido, existe un renovado interés por las variables de personalidad que dan lugar a la
no
Teoría de la conducta delictiva (Eysenk) y, posteriormente a las Teorías integradoras (Farrington en

1992 y Hirschi y Gottfredson en 1990)


in

En nuestros días se ve la necesidad de un estudio desde una perspectiva multidisciplinar e


ro

integradora sobre la conducta delictiva.


eu

Por ello, se ponen en juego una serie de factores explicativos derivados un interjuego de fuerzas que
s.

necesitan del concurso de variables biológicas, psicológicas y sociales.


pu

La teoría más destacada desde finales del Siglo XX hasta nuestros días es la denominada los “Cinco
m

Grandes”: Modelo “BIG FIVE” de la personalidad.


ca

Este modelo fue acuñado por P. T. Costa, R. R McCrae y T. Widi-Ger.

Ya, en 1933 McDoygall había sugerido que la mejor forma de analizar la personalidad era

considerarla como expresión de 5 factores distintos.

Thurstone analizó 60 adjetivos calificativos que caracterizaban la personalidad y encontró que

podían reducirse a 5 factores independientes.

Cattell siguió la línea de Thurstone y concluyó que podían definirse 5 soluciones factoriales de orden

superior para representar los 16 factores básicos que había investigado.

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El M.C.F. (Modelo Big Five) deriva fundamentalmente de los estudios del léxico popular y, aunque

hay algún desacuerdo respecto a la denominación utilizada para representar los 5 factores, existe el

suficiente acuerdo entre contextos y culturas distintos como para considerar los siguientes factores

altamente fiables:

Aunque este modelo ha recibido importantes "críticas" en cuarto a sus supuestos y apoyo

empírico, proporciona un interesante esquema de rasgos factoriales muy útiles para clasificar y

caracterizar los trastornos de la personalidad.

es
A pesar del gran apoyo que ha recibido Costa y sus colaboradores a favor de la idea de que el

u.
M.C.F. es el modelo dimensional que permite entender los trastornos de la personalidad. Sus

d
esquemas, sin embargo son de naturaleza básicamente transversal y, por tanto, incapaces de

.e
proporcionar una explicación sobre sus antecedentes evolutivos. Además, no pueden competir

va
con las numerosas combinaciones y sutiles variaciones que ofrecen otros esquemas teóricos.
no
No obstante, el M.C.F. ha demostrado ser extremadamente consistente a través de numerosas

soluciones factoriales usándose en varias culturas y lenguajes y mostrándose estable entre


in

observadores .Por último, se correlaciona bastante bien con diferentes medidas clínicas no
ro

factoriales.
eu

Los Cinco (Big Five) Factores De La Personalidad


s.
pu

Extroversión
m

Se define como "la disposición a las interacciones interpersonales, esto es, la búsqueda de
ca

estimulación y de vivacidad".

Agradabilidad

Representa a "aquellas personas que tienden a tener un buen carácter y son confiados,
dispuestos a la ayuda y altruistas".

Responsabilidad

Refleja "un alto grado de organización, fiabilidad, persistencia, ambición y control".

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Neuroticismo

Refleja "niveles crónicos de inestabilidad emocional y susceptibilidad al malestar


psicológico".

Apertura a la experiencia

Se refleja en "el aprecio hacia nuevas experiencias, proposición de nuevas ideas, la


curiosidad y la imaginación".

Vamos a ver en una tabla cada uno de los factores y las facetas con las que se relacionan.

es
Apertura a la
Extroversión Agradabilidad Responsabilidad Neuroticismo

u.
Experiencia
Cordialidad Confianza Competencia Ansiedad Fantasía

d
Gregarismo Franqueza Orden Hostilidad Estética

.e
Asertividad Altruismo Sentido del deber Depresión Sentimiento
Actividad Actitud Conciliadora Necesidad de logro Ansiedad social Acciones
Búsqueda de
emociones
Emociones
Modestia
Sensibilidad hacia
los demás
va
Autodisciplina
Deliberación
Impulsividad
Vulnerabilidad
Ideas
Valores
no
positivas
in
ro
eu
s.
pu
m
ca

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2. El Delincuente

2.1. Delincuentes imputables e inimputables

El repaso histórico de los discursos penales y criminológicos que se ocuparon del tema de las

respuestas para el tratamiento del delincuente peligroso nos deja entrever la vital importancia que

tenía —y tiene— para el sistema punitivo la identificación, precisamente, de las personas portadoras

de Peligrosidad criminal o también conocidos como sujetos peligrosos.

es
u.
A lo largo de la historia, se les ha atribuido esta característica a gran cantidad de individuos como:

brujas, herejes, prostitutas, alcohólicos, vagos, maleantes, comunistas, anarquistas, traficantes de

d
droga, armas, etc., terroristas, agresores sexuales, homicidas y/o asesinos en serie, etc. pero este

.e
concepto ha ido variando de unas personas a otras con el paso de los años, por tanto hoy día todas

va
esas personas no son consideradas delincuentes, solamente algunos de los que hemos citado como:
no
agresores sexuales, ladrones, homicidas, asesinos en serie, etc.
in

Dentro de esto, tenemos que diferenciar entre imputables e inimputables.


ro

Inimputables
eu

Según el orden jurídico sólo podrá reprocharse la comisión de una acción típica y antijurídica a un
s.

sujeto que, en principio, goce de determinado nivel de desarrollo o madurez de la personalidad y


pu

que, además, ostente determinadas condiciones biopsíquicas que le permitan conocer la ilicitud de

sus acciones —u omisiones— y obrar conforme a dicho conocimiento.


m

De este hecho se deriva la idea de que, de forma inversa, el Estado no puede reprochar a una
ca

persona la comisión de un injusto siempre que se pruebe que esta se hallaba en una situación tal que

no podía actuar de otro modo. En este sentido, la doctrina ha denominado a las personas que se

hallen en esta situación con el nombre de inimputables, esto es, “personas que carecen de capacidad

de culpabilidad” Este grupo de personas, según lo estipulado por la legislación penal española

vigente, estaría conformado, a saber, por:

a) las personas que padezcan anomalías o alteraciones psíquicas que excluyan penalmente

su imputabilidad: trastornos mentales orgánicos (psicosis exógenas), esquizofrenia y trastornos

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delirantes persistentes (psicosis endógenas, p. ej. la paranoia), trastornos del humor o afectivos

(psicosis maniaco depresiva), neurosis, psicopatías y, finalmente, retraso mental;

b) quienes, al tiempo de cometer el injusto, se encuentren en un estado de intoxicación

plena — no en estado de inconsciencia, en cuyo caso nos encontraríamos ante un supuesto

de falta de acción — por la ingestión de determinadas sustancias que excluya penalmente

su imputabilidad: bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas, u

otras que produzcan efectos análogos.

es
c) por quienes padezcan alteraciones de la percepción que excluyan penalmente su

u.
imputabilidad: Sordomudos y/o ciegos.

d
.e
Imputables

va
Una situación distinta, sin embargo, ha sido la vivida en torno a la polémica relacionada con el

tratamiento penal que el Estado debe disponer para el delincuente imputable peligroso. En este
no
sentido, fue sólo a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta del siglo pasado, cuando la

doctrina —al menos la española— se comenzó a preocupar por los problemas que presenta la
in

comprobación de la existencia de peligrosidad criminal en un sujeto plenamente imputable.


ro

Por supuesto, el debate en relación con el delincuente imputable peligroso podría calificarse como la
eu

más reciente Reyerta derivada de la teorización y positivización de las medidas de seguridad y


s.

reinserción social pues, como vimos, la polémica únicamente se inició hace poco más de dos
pu

décadas. Es bastante probable que debido a esta razón la doctrina contemporánea no disponga de

un marco conceptual que circunscriba el tema materia de análisis, es decir, que establezca las bases
m

teóricas de lo que debe entenderse cuando se utiliza el término delincuente imputable peligroso por
ca

lo que, a la fecha, dicha expresión suele confundirse con mucha facilidad con otras categorías que

presentan particularidades distintas y específicas, tales como la de los delincuentes habituales y la

de los reincidentes o multirreincidentes

El sujeto imputable criminalmente peligroso es aquella persona que goza de plena capacidad de

culpabilidad y en la que, por añadidura, se aprecia la probabilidad de que realice, en el futuro, una

acción constitutiva de delito.

Nos encontramos, pues, ante un concepto jurídico-criminológico, en la medida en que:

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a) el primero de sus caracteres (esto es, la noción de culpabilidad y, por ende, la de imputabilidad)

no es sino una institución jurídico-penal cuyos parámetros de medición han sido establecidos por la

norma penal, y

b) la segunda de sus características (es decir, la peligrosidad criminal) es determinada por el Juez o

Tribunal en función a ciertos datos de carácter puramente criminológico (juicio de peligrosidad).

Como es sabido, en términos generales, la doctrina mayoritaria es unánime al afirmar que la

es
imputabilidad de una persona que haya cometido una acción típica y antijurídica queda acreditada

desde el momento en el que se determina que al agente que cometió dicha acción puede

u.
reprochársele el hecho de que su conducta se haya desarrollado en contra de lo establecido por el

d
ordenamiento jurídico dado que, efectivamente, pudo obrar de otro modo.

.e
Además hay que destacar que un delincuente con capacidad de culpabilidad plena puede, al mismo

va
tiempo, ser portador de peligrosidad criminal. No obstante, estos supuestos parecen ser
no
excepcionales pues, de hecho, la mayoría de la población de delincuentes está conformada por los

llamados delincuentes ocasionales.


in
ro

No obstante, existen algunos casos en los que el agente, además de ser plenamente imputable, es

portador de peligrosidad. Este es el caso de los llamados delincuentes de estado o condición.


eu

En cualquier caso, el análisis criminológico de los delincuentes imputables de estado o condición


s.

reviste especial interés en la medida que:


pu

a) su personalidad, con frecuencia, es fruto del padecimiento de ciertas circunstancias que, de una u
m

otra forma, alteraron el normal desarrollo de su carácter


ca

b) dichas alteraciones podrían ser síntomas —no determinantes— de la peligrosidad criminal que

dicho sujeto porta.

En relación con esta clase de infractores, la doctrina suele distinguir entre:

Delincuentes imputables de peligrosidad grave

Delincuentes y agresores sexuales y asesinos en serie, homicidas, etc.

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Delincuentes imputables de peligrosidad leve

Carteristas, timadores, etc.

Delincuentes profesionales

Esto es, los que hacen del delito un medio de vida, también llamados delincuentes “de
cuello blanco”, por ejemplo la corrupción política y, finalmente,

Delincuentes por convicción o consciencia

Con una gama de delitos que van desde la simple —y cuestionada— ocupación de vivienda

es
desocupada, hasta la ejecución de acciones terroristas

d u.
2.2. Otras categorías de delincuentes

.e
La Doctrina que se ha ocupado del análisis de esta cuestión, con frecuencia suele hacer uso de

va
diversos términos para referirse al sujeto imputable peligroso (delincuente habitual, delincuente
no
reincidente, multirreincidente, plurirreincidente). Sin embargo, y a pesar que estas categorías

ostentan un interés especial para otras cuestiones relacionadas con el tratamiento penal de la
in

recaída en el delito, existen ciertas particularidades que, en principio, desaconsejarían la utilización


ro

de estas denominaciones para hacer referencia a los sujetos materia de estudio.


eu

Delincuente habitual
s.

Una buena parte de la literatura hace referencia a los términos “habituales ”, “delincuente
pu

habitual ”, así como “delincuente habitual peligroso ” para referirse a los sujetos imputables

portadores de peligrosidad criminal, sin embargo, como veremos a continuación, los términos que
m

tienen como base esta idea de habitualidad difícilmente podrían prestarse para circunscribir, de
ca

forma coherente, las características del delincuente imputable peligroso.

Si partimos de la idea de que un delincuente habitual es aquella persona en la que por la comisión

reiterada de hechos delictivos se ha creado un hábito de delinquir podemos efectivamente deducir

que serían dos los elementos que, de concurrir en un sujeto, configurarían esta categoría criminal:

a) una multiplicidad de acciones delictivas (elemento objetivo) y

b) la posesión, por parte del sujeto que las comete, de una especial propensión a delinquir (elemento

subjetivo)

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Por otra parte, conviene recordar que la habitualidad no es sinónimo de reincidencia. En efecto,

mientras que aquella, como indicábamos, es una institución criminológica, ésta es, más bien, una

institución de carácter jurídico caracterizada por la constatación de la existencia de una (o varias)

condena previa. No obstante para apreciar la habitualidad el legislador ha introducido, además del

requisito de la multiplicidad de acciones delictivas, la exigencia de que el reo haya sido condenado

por los delitos anteriores.

Ahora bien, en relación con la confusión existente entre las categorías de delincuentes imputables

es
peligrosos y la de delincuentes habituales, creemos necesario precisar dos cuestiones:

u.
a) No cabe duda que la habitualidad criminal pude ser un indicio de que determinado sujeto es,

d
además de habitual, portador de peligrosidad; pero no debemos olvidar que este dato no garantiza,

.e
en modo alguno, que el sujeto sea peligroso.

va
b) Otra cuestión a tener en cuenta en relación con el tema, es la de que el concepto de habitualidad
no
criminal no excluye a los sujetos semiimputables, por lo que la regulación da cabida a que se

incluyan dentro de esta categoría los delincuentes habituales con capacidad de culpabilidad
in

disminuida. Por esta razón, parece que el recurso al uso del término “delincuentes habituales” para
ro

referirse a los delincuentes imputables portadores de peligrosidad criminal sería del todo equívoca,
eu

en la medida que tendrían también cabida algunas personas no imputables o, al menos,

semiimputables.
s.
pu
m
ca

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.e
va
no
in
ro

Reincidente
eu

En términos generales, la doctrina elaborada en los campos de la Psicología y la Psiquiatría es


s.

sumamente propensa a confundir el significado del término “delincuente imputable peligroso” con el
pu

de “reincidente”.
m

En este sentido, conviene poner de manifiesto que tal concepción solo sería defendible si

partiésemos de la idea de que todo reincidente es un sujeto criminalmente peligroso. Sin embargo,
ca

queda claro que tal concepción trastocaría, “ab initio”, el significado y fundamento que, de forma

más o menos pacífica, se ha venido atribuyendo a la polémica agravante de la reincidencia.

La noción de reincidencia (que por su naturaleza solo podría ser aplicada a sujetos imputables) no

da cabida a que se evalúe o tenga en cuenta la peligrosidad criminal del agente, pues aquella puede

perfectamente configurarse con o sin la concurrencia de ésta última.

Teniendo en cuenta esta precisión, podemos afirmar que, por un lado, dado que la reincidencia

constituye solo un indicio de la peligrosidad, un reincidente no necesariamente ha de ser

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criminalmente peligroso —piénsese por ejemplo, en un sujeto que ha sido condenado por sendos

delitos imprudentes en los cuáles ni siquiera previó el resultado— y que, por otro, un sujeto

criminalmente peligroso no necesariamente ha de ser reincidente.

es
d u.
.e
va
no
in
ro
eu
s.
pu

2.3. Factores criminógenos de los delincuentes


m

Llegados a este punto, puede ser el momento adecuado para intentar analizar, aunque sea de
ca

manera somera, la realidad que nos rodea, sin que ello signifique dejar de lado o minusvalorar las

teorías que hasta ahora hemos esbozado. A continuación enumeraremos, de forma totalmente

abierta, una serie de realidades sociales que estimamos pueden ser muchas veces desencadenantes

de la delincuencia existente en nuestro entorno. Somos conscientes de que olvidaremos alguna, pero

sinceramente pensamos que las que aparecen influyen, en mayor o menor medida, en el cotidiano

hecho delictivo.

Insolidaridad, competitividad, egocentrismo y relativismo jurídico

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El hombre, ser sociable por naturaleza, se ha encargado en las sociedades contemporáneas de ver a

un competidor en la persona que tiene a su lado en el trabajo, en la calle e incluso en su propio

hogar. La postura de "ir cada uno a lo suyo" no es una mera impresión, sino una realidad que en el

día a día va cobrando más fuerza. Esto puede suceder en mayor medida en las grandes urbes donde

el anonimato juega a favor de la insolidaridad. El hombre se ha convertido en el peor enemigo del

hombre; la cultura de la competitividad es imbuida a la persona desde niño: hay que ser el mejor por

encima de todo y, si hace falta, de todos.

es
Por otro lado, las normas que regulan la convivencia en sociedad, son desprestigiadas por

u.
determinados grupos que parecen jactarse de su continua vulneración. Llega un momento en que

puede parecer que las normas están ahí para que las cumplan otros, siendo signo de inteligencia y

d
.e
de admiración su constante violación por sectores sociales cada vez más amplios, que enarbolando y

haciendo suya la bandera de la libertad de conciencia, adoptan decisiones que perjudican al

va
conjunto de la sociedad. Nos estamos refiriendo, a título meramente ejemplificativo, a los individuos
no
que cometen grandes fraudes fiscales, a los que ocupando puestos de alta responsabilidad se dejan

sobornar, a los promotores de nacionalismos excluyentes y violentos y un sinfín de comportamientos


in

desviados que transgreden sistemáticamente la legalidad vigente.


ro

Desempleo, consumismo y medios de comunicación.


eu

El desempleo constituye, qué duda cabe, un factor criminógeno de primer orden, sobre todo
s.

referido a delincuencia juvenil. El joven desea tener acceso a una serie de productos que la sociedad
pu

le presenta. "Cuanto más consumas más feliz serás", es el mensaje con el que los medios de

comunicación bombardean a los jóvenes. Llega un momento en el que hay que acceder a dichos
m

bienes de la manera que sea. Si el joven carece de recursos por su situación laboral, acabará
ca

delinquiendo para dar satisfacción a sus deseos. A su vez, la inactividad que lleva consigo una

situación de desempleo da pie a posturas como el pasotismo y a verdaderas subculturas.

Pero lo anterior tampoco debe llevarnos a pensar que si desapareciera el desempleo, se reduciría

automáticamente la delincuencia, puesto que como afirma Pinatel, criminólogo francés, "la

criminalidad es tan hija de la miseria como de la riqueza". Piénsese solamente en la delincuencia "de

cuello blanco", los grandes defraudadores fiscales, las mafias del juego y de la prostitución de alto

standing, tráfico de sustancias estupefacientes consumidas por la clase alta, como la cocaína y un

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largo etcétera de delitos vinculados a un alto nivel económico.

Otro aspecto a tener muy en cuenta es el de los medios de comunicación como escuelas del delito.

La proliferación de imágenes violentas de todo tipo, -violaciones, asesinatos, reyertas, batallas

campales en los estadios, etc.- hacen que el individuo se acostumbre a la violencia, hasta el punto de

ser ésta la regla general como solución a los problemas cotidianos. Por este camino ya nadie se

sorprende de nada, creándose una especie de coraza, "haciendo callo" una serie de situaciones que

por muy reprobables que sean, acaban justificándose en aras a un respeto a la libertad mal

es
entendido. La televisión puede convertirse en una "escuela de delincuencia", sobre todo para niños y

u.
jóvenes en cuyas unidades familiares no exista un mínimo control, unido a su potencial de

influenciabilidad en función del grado de madurez en el proceso de formación de su personalidad.

d
.e
Inmigración.

va
Hay que partir obligatoriamente, de que le inmigración es positiva para cualquier sociedad, sobre
no
todo a nivel social, cultura, etc., ya que consideramos que produce una evolución natural de la

sociedad. No obstante, la estratégica situación geográfica de la península ibérica unida a penosas


in

condiciones de vida en los países de origen, lleva a un fenómeno que cada día se extiende con mayor
ro

intensidad, desbordando en muchas ocasiones la burocracia institucional.


eu

Algunos inmigrantes cuya situación administrativa está sin regularizar, se ven abocados a delinquir
s.

ante el sombrío panorama en un país que no conocen, del que ignoran hasta su lengua y con unas

precarias condiciones económicas y todas las dificultades estructurales e institucionales que, como
pu

decimos, les lleva a la comisión de delitos contra la propiedad.


m

También la llegada de grupos organizados de mafias de otros países a refugiarse en nuestro país
ca

aprovechando la buena calidad de vida y el nivel económico bajo para resguardarse y seguir

haciendo aquí su vida.

Adicciones.

No hace falta demostrar con ninguna estadística lo que aparece como un hecho indubitado:

determinadas dependencias -fundamentalmente alcohol y drogas, sin olvidar, por ejemplo, ludopatía

y sexo- constituyen un caldo de cultivo perfecto para la delincuencia. Al distorsionar la realidad del

individuo, el sujeto pierde el control sobre sus propios actos y puede llegar a cometer delitos

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gravísimos con tal de conseguir la dosis de sustancia que necesite para superar dicha situación.

Asimismo, la dependencia al alcohol está detrás de muchas agresiones físicas a la pareja, llegando

incluso hasta el homicidio y de innumerables reyertas producidas en el seno de la unidad familiar.

Sin ignorar, por supuesto, un fenómeno, lamentablemente muy de actualidad, como es el de la

conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con un coste social enorme, no sólo en

muertes, sino en tratamiento médico de secuelas físicas y psíquicas producidas por accidentes de

circulación.

es
La prisión como factor criminógeno.

u.
Algunos sectores sociales opinan que la prisión no cumple el fin rehabilitador que se le supone, sino

d
que más bien al contrario, el delincuente sale de la institución en peores condiciones de las que

.e
tenía cuando ingresó. Ya decía Concepción Arenal Ponte, ilustre criminóloga ferrolana, que "la

va
cárcel es una fábrica de reincidencia". Sin querer caer en el pesimismo más absoluto, es cierto que

la prisionización -asimilación de la cultura carcelaria- puede influir claramente en la criminalidad y


no
antisocialidad del interno.
in

La prisionización o institucionalización del delincuente es más alta cuanto más larga es la condena,
ro

cuanto más débil es la personalidad del penado y cuanto más estrechos son los vínculos del interno
eu

con otros compañeros prisionizados. Diversos estudios han acreditado que a mayor trayectoria

delictiva y número de ingresos se produce una mayor prisionización e igualmente, a menor edad en
s.

el comienzo de la carrera criminal son mayores las posibilidades de reincidencia. Del mismo modo,
pu

cuanto más severas sean las penas impuestas y más rígido su cumplimiento, mayor será la

reincidencia de los así penados.


m
ca

Al margen de las teorías biológicas y de una posible predisposición genética hacia el delito,

pensamos que el delincuente no nace, sino que se hace y quizás uno de los lugares fundamentales de

formación sea la institución penitenciaria, sobre todo si hablamos de las carreras delictivas de los

delincuentes más jóvenes.

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3. Personas criminalmente responsables

En el Título II del Código Penal, se incluyen las personas que se consideran responsables de los

delitos y faltas, así como los cómplices de los mismos.

Por esto, el artículo 28 recoge que son autores las personas que realizan los hechos por sí solos,

conjuntamente o por medio de otro del que se sirven como instrumento. También se consideran

autores:

es
Los que inducen directamente a otro u otros a ejecutarlo

u.
Los que cooperan a su ejecución con un acto sin el cual no se habría efectuado.

d
.e
En función de esto vamos a ver los tipos de autoría que nos podemos encontrar. Podemos hablar del

va
sujeto activo como una categoría genérica, en la situación concreta podemos hablar de autoría
no
material y de participación.
in

Autoría material:
ro
eu

Directa: el que realiza el hecho por sí mismo.

Coautoría: puestos de acuerdo dominan todo el hecho y reparten las acciones para cometerlo.
s.

Mediata: cuando el autor se vale de una tercera persona para cometer el delito.
pu

Participación:
m
ca

Inducción.

Cooperación necesaria.

Cómplice.

El sujeto pasivo del delito es sobre el que recae el hecho delictivo. Hay que diferenciar entre sujeto

pasivo del delito y sujeto pasivo de la acción:

Sujeto pasivo del delito: es el titular del bien jurídico protegido.

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Sujeto pasivo de la acción: es sobre el que recae la acción delictiva.

Autoría:

La autoría y la participación nos van a situar siempre en el plano de la concreta realización de un

hecho delictivo. Se trata de determinar qué persona o personas intervienen en un hecho delictivo y

en qué medida han contribuido a la realización del mismo.

es
Se va a determinar, por tanto, la clase de responsabilidad criminal que va a corresponder a cada

interviniente.

d u.
Concepto doctrinal: Existe un concepto doctrinal de autor en sentido estricto, que establece

.e
que lo será aquella persona que cometa el hecho delictivo de manera directa, de tal forma que

va
el delito aparece como su propio hecho, o lo que es lo mismo como obra suya. Junto al autor

pueden intervenir otra u otras personas que colaboran en su comisión, pero lo hacen de una
no
forma indirecta, por lo que el hecho típico aparece como algo ajeno que ni dominan ni
in

controlan, es así como podemos distinguir entre autoría y participación.


ro

La diferencia entre autor y participe se fundamenta sobre criterios materiales, y es independiente de


eu

la clase de responsabilidad criminal que la ley decida atribuirles.


s.

Son tres los artículos del CP que regulan la autoría y la participación (27,28 y 29), en ellos ha
pu

desaparecido el encubrimiento como forma de participación para pasar a ser un delito autónomo e

independiente (contra la Ad. de Justicia).


m
ca

En caso de concurrencia de varias personas o pluralidad de sujetos, tenemos que decidir la

contribución personalizada que cada uno tiene dentro del hecho delictivo, porque no todos realizan

los mismos actos, ni la misma actividad, ni esa actividad tiene la misma importancia en la conducta.

Habrá que decidir la contribución personal en concreto. Así hay personas que realizan la conducta

principal (autores) y otros que simplemente ayudan (partícipes).

Concepto jurisprudencial: Define al autor en sentido material o directo como aquella

persona que ejecuta, total o parcialmente, el hecho típico, siendo el titular de la acción y quien

tiene el dominio del hecho.

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También define el concepto de partícipe como aquél cuya aportación es secundaria, auxiliar o

accesoria, y que además sigue a la conducta principal con actos no ejecutivos anteriores o

simultáneos.

Dentro de la doctrina y la jurisprudencia hay teorías que niegan la diferencia entre autoría y

participación porque entienden que el hecho delictivo es uno y que todos intervienen en su

realización, aunque no sea con la misma clase de responsabilidad criminal ni los mismos actos. La

opinión mayoritaria se inclina por afirmar la diferencia entre autoría y participación.

es
A nivel de actos materiales ejecutivos, por ejemplo en un delito de homicidio, autor es quien mata,

u.
en caso de hurto quien realiza el apoderamiento. Será partícipe en el homicidio el que entrega el

d
arma para que se cometa, y en el hurto quien se informa de la forma de acceder al lugar.

.e
Las teorías que niegan la distinción son fundamentalmente tres: teorías negativas.

va
no
in

La teoría de la equivalencia de las condiciones


ro

Se señala autor a toda persona que haya puesto una condición del resultado típico, es
decir, todo aquél que condiciona el resultado típico y lo haga posible.
eu

La teoría de la asociación criminal


s.

Es la que considera al delito como un fenómeno unitario de naturaleza asociativa, es decir,


que cuando interviene una pluralidad de personas hay una asociación para cometer el
pu

delito.

La teoría del acuerdo previo


m

Considera que sería el previo concierto entre varias personas lo que determina que todos
ca

respondan como autores, con independencia de cuál haya sido la contribución de cada
uno.

Las teorías que afirman la distinción son: teorías positivas.

Teorías objetivas

Son aquellas que distinguen autoría y participación en función de los hechos que se

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realizan.

Teorías subjetivas

Señalan que el autor tiene un dolo o interés diferente al del partícipe.

Teorías mixtas

Se fundamentan en criterios objetivos y subjetivos. Dentro de las objetivas podemos


distinguir entre las objetivo materiales y las objetivo formales. Las primeras establecen la
diferencia según el valor sustancial de cada contribución, siendo su máximo exponente la
moderna teoría del dominio del hecho. Los objetivos formales fijan la diferencia en función

es
de la descripción típica, es decir, conforme a criterios normativos, de modo que sólo sería
autor quien realice el acto ejecutivo previsto en la conducta típica descrita en cada

u.
precepto de la parte especial.

d
Clases de Autoría:

.e
Encontramos tres tipos de autoría:
va
no
Autoría única inmediata (o directa): se produce cuando se realiza el hecho por sí sólo. Se

refiere a los casos donde existe un único autor, que además realiza directamente el hecho
in

delictivo, lo que significa que sólo una persona comete el hecho en calidad de autor. El autor
ro

directo realiza la acción típica mediante actos ejecutivos típicos.


eu

Coautoría: aquellos autores que realizan el acto delictivo conjuntamente, se refiere a los

supuestos donde dos o más personas, puestas de acuerdo, realizan colectivamente el hecho, es
s.

decir, cada uno de ellos participa ejecutando parcialmente el hecho delictivo pero en común.
pu

Para que pueda hablarse de coautoría se requieren como requisitos:


m

Un requisito objetivo: la coejecución del hecho.


ca

Un requisito subjetivo: el acuerdo de voluntades entre todos ellos.

La coautoría es la realización conjunta del hecho, lo que implica que cada coautor lleva a cabo una

aportación objetiva y causal eficazmente dirigida a la consecución del fin común, que no es otro que

la resolución del hecho delictivo. Sin embargo no es necesario que cada autor o coautor ejecute por

sí mismo todos los actos materiales integrantes del tipo, pues a la realización del mismo se llega por

la agregación de las diversas aportaciones según un plan conjunto.

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Requiere pues una aportación esencial de cada coautor conforme a un acuerdo previo.

La jurisprudencia señala que son coautores quienes co-dominan o dominan en conjunto

funcionalmente el hecho, que se integra en la conducta típica, ese dominio de cada coautor se

manifiesta en el papel que le corresponde en función de la división del trabajo derivado de la

situación en que se decide conjuntamente ejecutar el hecho delictivo. Sin embargo existen dos

supuestos complejos en la coautoría:

es
El exceso en la ejecución: ocurre cuando uno de los coautores se excede de lo que previamente

u.
se había pactado, en este supuesto el exceso no debe ser imputado al resto de coautores.

Coautoría aditiva: existe cuando varias personas, de común acuerdo, realizan al mismo tiempo

d
la acción ejecutiva pero sólo alguna o algunas de las acciones producen el resultado. Este

.e
supuesto se puede confundir con la participación sucesiva, en la que ya alguien ha dado

va
comienzo a la ejecución del hecho y posteriormente intervienen otros simplemente ratificando
no
lo ya realizado o uniendo sus actos con los del primero para producir el resultado.
in

Autoría mediata: regulada en el art. 28.1 CP al decir que son autores quienes realizan el
ro

hecho por medio de otro del que se sirven como instrumento. En este caso el autor mediato
eu

realiza el hecho como si fuese propio, por tanto tiene que ser considerado como autor principal

del hecho delictivo, pues en realidad utiliza a un tercero para cometer el delito, la esencia de
s.

este tipo de autoría se encuentra en la instrumentalización del tercero, que es el ejecutor


pu

material. Ala autoría mediata también se la denomina “el hombre de atrás”.


m

Los medios de instrumentalización de otro son tres:


ca

A través del engaño: personas de buena fe, menores,…

A través de la violencia.

A través de la intimidación.

Participación

No puede existir ningún delito sin autor, pero sí sin partícipes. Nunca puede darse en supuestos en

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los que se pretenda castigar a alguien como partícipe si no existe autor de un delito.

Existen tres tipos de partícipes:

Inductores.

Cooperadores necesarios.

Cómplices.

es
En los tres casos se trata de conductas accesorias, pero que tienen tal trascendencia para el hecho

u.
que la ley les confiere un significado especial.

d
En el caso concreto de la inducción y cooperación necesaria el legislador, por razones de política

.e
criminal, ha considerado castigar estos supuestos con la misma entidad que para los autores (art.

28.2 CP).
va
no
Sin embargo para los cómplices no ocurre esto, sino que se impondrá para ellos la pena inferior a la

que corresponda a los autores por su participación en el hecho (art. 29 en relación con el 63 CP).
in
ro

Inducción: consiste en determinar, persuadir, instigar, influir o mover a otra persona para que

cometa un hecho delictivo. Supone hacer nacer la voluntad criminal, que previamente no tenía.
eu

Los medios para provocar la inducción pueden ser diversos, son indeterminados, los más
s.

habituales son la intimidación, el mandato, el consejo o cualquier otro medio eficaz que sirva
pu

para crear en el autor la voluntad criminal.


m

Requisitos de la inducción:
ca

Ha de ser anterior al hecho delictivo.

Ha de ser directa, ejercida sobre persona determinada, y encaminada a la realización por otro

de un hecho delictivo.

Ha de ser eficaz, con entidad suficiente para mover la voluntad de la persona inducida.

El sujeto ha de tener la intención de inducir y también la intención de que el autor cometa el

hecho, bastando para ello sólo el dolo eventual.

Es necesario que el inducido ha de empezar a ejecutar el hecho o lo haya consumado.

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Cooperación necesaria: se trata de los que cooperan con un acto sin el cual no se habría

ejecutado el delito. Supone una ayuda cualificada al autor principal, es decir, una intervención

en el proceso de ejecución del delito que supone una aportación indispensable.

Elementos:

Acuerdo de voluntades.

es
Ha de producirse una contribución, activa u omisiva, eficaz y trascendente.

u.
La contribución ha de ser necesaria para el caso concreto y puede suponer tanto un apoyo moral

d
como una contribución motivacional. La cooperación necesaria es difícil de diferenciar de la

.e
complicidad simple, para ello se han utilizado distintas teorías:

va
Teoría de la “conditio sine que non”: en ella se establece que si suprimimos mentalmente la
no
aportación del partícipe y la ejecución del hecho se hubiese producido igualmente, su
in

contribución sería no necesaria, y al revés.

Teoría de los bienes escasos: es la más seguida por la doctrina científica, toma en
ro

consideración la escasez de los medios existentes, la remoción de los obstáculos y sobre todo
eu

que la aportación sea difícilmente reemplazable o que se trate de aportaciones necesarias o


s.

causales para el resultado.

Teoría del dominio del hecho: seguida por la jurisprudencia, señala que si la persona que
pu

interviene, tiene la posibilidad de impedir el delito a través de retirar su contribución


m

estaríamos en una cooperación necesaria. La jurisprudencia ha calificado de cooperación


ca

necesaria a quién vigila en el coche mientras otros roban, a quienes suministran información

precisa para que otros cometan un crimen, a quien facilita su domicilio para preparar un delito,

a quien presta el dinero a otro para la adquisición de droga para luego venderla, a quien prestó

su casa para que se guarde la droga,…

Complicidad simple o no necesaria: art. 29 C.P. Los cómplices son aquellos que no

hallándose comprendidos en el art. 28, cooperan a la ejecución del hecho con actos anteriores

o simultáneos, supone una contribución al hecho principal que realiza otro, pero siempre con

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actos no ejecutivos no necesarios para la ejecución del delito.

Es una participación accidental y secundaria.

Precisa también una intencionalidad como elemento subjetivo, el que se tenga la conciencia de

ilicitud del hecho y de que la contribución va a ser eficaz para ejecutar el hecho delictivo.

La complicidad puede ser activa u omisiva, material o moral, pero se caracteriza porque no es

es
imprescindible.

u.
La jurisprudencia considera complicidad el prestar el coche a otro para cometer un robo, dejar la

pistola a otro para producir amenazas, facilitar víveres y munición a los autores de un delito, facilitar

d
.e
el acceso a los sistemas de seguridad, acompañar a otro al lugar donde este vende drogas, ocultar

una pequeña cantidad de drogas, el que primero intimida y luego observa pasivamente como otro

comete un delito, etc. va


no
in
ro
eu
s.
pu
m
ca

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4. Circunstancias que Modifican las Responsabilidad Criminal


del Delincuente

4.1. Circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal

El Código penal de 1995 ha mantenido un sistema de adecuación de la pena al caso concreto que se

basa en la inclusión, en la “Parte General” del texto legislativo, de una serie de circunstancias que

es
han de ser observadas en cada supuesto con el objetivo de determinar su posible influencia en la

determinación de la pena. Éstas son las “circunstancias modificativas de la responsabilidad” que se

u.
recogen en los artículos 21, 22, y 23. Además, el Código establece también una serie de reglas

d
(artículos 65 a 68) en las que se precisa el modo en el que las diversas circunstancias inciden en el

.e
cálculo de la pena correspondiente. Con este modelo se concede un mayor peso a la “fase

va
legislativa” en la concreción de la pena, limitando, en principio, el margen de decisión en la “fase

judicial”.
no

En definitiva, parece que nuestro legislador ha optado por conservar un sistema ya “típico” en
in

nuestro Derecho penal, que ha demostrado su funcionalidad en la práctica y que resulta


ro

especialmente escrupuloso con el principio de legalidad y de seguridad jurídica, frente a otros


eu

modelos de adecuación de la pena que prefieren confiar esta labor al juez que se ocupa del caso

concreto
s.
pu

Las circunstancias atenuantes aparecen reguladas en el artículo 21 del nuevo Código penal de 1995.

El legislador de 1995, no obstante, ha introducido unas interesantes modificaciones en el sistema de


m

atenuantes.
ca

En primer lugar, ha sustituido la anterior “embriaguez no habitual”, que sólo podía ser

empleada en los casos de intoxicación leve por ingestión de alcohol, por la circunstancia de

“grave adicción” a las bebidas alcohólicas, drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias

psicotrópicas y otras de efectos análogos, con un ámbito de aplicación más extenso.

En segundo lugar, la antigua circunstancia de “minoría de edad” ha sido eliminada de la

relación de atenuantes en la medida en que todo lo concerniente a los menores ha sido

remitido a una ley penal del menor. Otra importante novedad es la desaparición de la llamada

“preterintencionalidad”, recogida en el anterior artículo 9.

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También merece una valoración positiva el nuevo tratamiento de la antigua atenuante de

“arrepentimiento espontáneo”. En el CP de 1995 esta circunstancia ha perdido las objetables

connotaciones morales con las que aparecía en el CP de 1973. Ya no cabe hablar de circunstancia de

“arrepentimiento espontáneo” porque esta denominación ha desaparecido. La vieja circunstancia se

ha transformado en dos, la “confesión a las autoridades” y la “reparación del daño”, que desposeídas

del carácter “moralista” que parecía impregnar la anterior fórmula, responden claramente a un

es
objetivo de política criminal: garantizar la persecución de los delitos.

u.
En primer lugar, analizaremos brevemente el régimen especial de las denominadas “eximentes

incompletas”. A continuación, pasaremos a ver el atenuante de “grave adicción” en los problemas de

d
.e
diferenciación con las eximentes de intoxicación plena y de síndrome de abstinencia. En tercer

lugar, revisaremos algunos de los problemas que la atenuante de estados pasionales ha presentado

va
en la práctica. Por último, este análisis práctico se llevará cabo también con las atenuantes de
no
confesión y de reparación del daño.
in

Eximentes Incompletas
ro

Lo que la doctrina y la Jurisprudencia reconocen como eximentes incompletas son las circunstancias
eu

eximentes del artículo 20 del Código penal (artículo 8 del Código penal de 1973), cuando no se

presentan todos los presupuestos exigidos por la ley para su apreciación.


s.

En torno a las eximentes incompletas es posible plantear si la atenuación por exención incompleta se
pu

basa en argumentos de política criminal o si, en otro sentido, responde a la incidencia de la


m

estimación de la circunstancia incompleta en el injusto y en la culpabilidad.


ca

En este aspecto, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito de las atenuantes estrictas, parece no

existir discusión en la doctrina y se admite con carácter general que las eximentes incompletas

afectan en todo caso al injusto o a la culpabilidad: puesto que si las eximentes completas (anomalía

psíquica, intoxicación plena, legítima defensa, estado de necesidad, etc.) interesan a estos

presupuestos del delito, la falta de alguno de sus requisitos (lo que permite la apreciación de la

circunstancia incompleta) no supondrá que dejen de hacerlo, si sustancialmente la situación es la

misma.

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Las eximentes incompletas aparecen en el capítulo III del título I, bajo la rúbrica "De las

circunstancias que atenúan la responsabilidad criminal". Esta localización sistemática de las

eximentes incompletas nos parece adecuada pues sigue a la dedicada a las circunstancias

eximentes, con las que se relaciona y de las que, no obstante, es preciso diferenciar, pues mientras

que estas últimas conducen a la exención, las incompletas sólo permiten la atenuación de la pena.

La fórmula de la exención incompleta, peculiaridad de la legislación española, ofrece importantes

ventajas en la práctica que aconsejan su empleo. La utilización de la exención incompleta ha

es
facilitado en nuestra jurisprudencia soluciones viables en un considerable número de situaciones en

u.
las que si bien no podía ser afirmada la exención, tampoco la responsabilidad plena aparecía como

una respuesta “justa”.

d
.e
El modelo seguido por el CP español se corresponde con el deseo de garantizar al máximo la

va
seguridad jurídica y las previsiones legales sobre la exención incompleta facilitan, en nuestra

opinión, la resolución de los complicados problemas prácticos que se plantean en el ámbito de la


no
inimputabilidad o de la justificación.
in

El artículo 68 del nuevo Código penal mantiene la misma influencia en la determinación de la pena
ro

que señalaba el CP de 1973 en su artículo 66, a saber, la disminución en uno o dos grados. Sin
eu

embargo, el nuevo precepto introduce una serie de significativas modificaciones. Por un lado, parece

que con el artículo 68 del nuevo Código penal la atenuación en el caso de la exención incompleta es
s.

facultativa, ya que este precepto señala que la pena inferior se “podrá imponer”. Desde luego, si la
pu

mayoría de la doctrina y jurisprudencia admite que la atenuación de la pena en estos casos se ve

precedida por un presupuesto material que consiste en la subsistencia de determinados elementos


m

justificantes y exculpantes, no del todo idóneos para proceder a una exención pero sí a una
ca

graduación de la responsabilidad, está claro que no es posible concluir que la atenuación sea

facultativa.

Si en el caso concreto se ha determinado una culpabilidad o una antijuridicidad disminuidas,

entonces la atenuación de la pena ha de ser inexcusable. Otro aspecto que diferencia al artículo 68

del CP de 1995 del artículo 66 del CP de 1973 es que el nuevo precepto exige para la atenuación la

consideración de una serie de elementos hasta ahora no tenidos en cuenta: las circunstancias

personales del autor y, en su caso, las circunstancias atenuantes o agravantes, razonándolo en la

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sentencia.

La eximente de intoxicación plena

El artículo 21. 2ª del Código penal de 1995 recoge la posibilidad de atenuar la pena en los casos en

los que el sujeto actúe a causa de su grave adicción a las bebidas alcohólicas, drogas tóxicas,

estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras que produzcan efectos análogos. En el campo de

las eximentes, el artículo 20. 2º del nuevo Código, prevé la exención completa en los casos de

es
intoxicación plena por el consumo de las sustancias mencionadas, así como en los de síndrome de

abstinencia, siempre y cuando, se demuestre que estos estados ocasionan en el sujeto un efecto

u.
concreto: la imposibilidad de comprender la ilicitud del hecho y de actuar conforme a esa

d
comprensión.

.e
Lo más destacable es que el Código Penal, ya no recoge solamente casos de embriaguez, sino que

va
también recoge casos de "intoxicación" como causa de exención de la responsabilidad, incluso se
no
incluye el Síndrome de Abstinencia que veremos más adelante.
in

Los efectos producidos en el sujeto por la ingestión de alcohol (y más tarde también por la ingestión
ro

de otras sustancias) y su trascendencia en la responsabilidad criminal, han recibido un tratamiento

diferente en los diversos Códigos penales.


eu

Desde un punto de vista médico resulta incontestable que la ingestión de drogas y alcohol puede
s.

llegar a producir diversos estados de alteración psicológica, ya se transitoria o con carácter más
pu

perdurable (o incluso patológico). Los problemas se presentan a la hora de decidir qué

consecuencias jurídico-penales han de tener estos estados en la determinación de la responsabilidad


m

del sujeto. La ingestión de drogas, alcohol u otras sustancias análogas puede conducir a diferentes
ca

situaciones, si tomamos como ejemplo el alcohol podemos considerar las siguientes situaciones.

En primer lugar, que estemos ante sujetos con un estado de perturbación que supera la mera

intoxicación concreta de un determinado momento, sino que se trata de estados con una continuidad

temporal (mayor o menor), realmente calificables de enfermedad. Esto ocurre, por ejemplo, en los

casos de delirium tremens, alucinosis, etc.

En segundo lugar, la ingestión de alcohol o de drogas es capaz de producir estados transitorios de

intoxicación que pueden coincidir o no con una situación previa de alcoholismo o drogodependencia,

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en los que concurre un elemento de alteración psíquica. Estos casos (sea cual sea su intensidad o su

origen), desde nuestro punto de vista, se asemejarían más a la circunstancia del trastorno mental

transitorio que a la de intoxicación plena propiamente dicha.

En tercer lugar, pueden presentarse casos de simple intoxicación concreta (en un momento

determinado) por la ingestión de estas sustancias, en los que tampoco puede probarse un trastorno

psicológico, aunque sea momentáneo. Estos casos son los que, a nuestro parecer, encajarían en la

nueva eximente de intoxicación plena.

es
Además, la ingestión de estas sustancias puede conllevar a un peculiar trastorno, producido ante la

u.
falta de la toma ya precisa para el sujeto, caracterizado por perturbaciones psicológicas promovidas

d
por un estado intenso de ansiedad, conocido como síndrome de abstinencia.

.e
Siguiendo con esto, el Código Penal recoge la posibilidad de intoxicación por "bebidas alcohólicas,

va
drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas y otras sustancias análogas" con lo que se
no
introduce explícitamente un amplio catálogo de sustancias que pueden dar lugar al estado de

intoxicación (y no sólo el alcohol).


in
ro

Sin embargo, la exigencia de que el estado de intoxicación se presente al tiempo de cometer la

infracción, determinando además que éste deba incidir en la capacidad de comprensión del sujeto,
eu

puede plantear distintos problemas. Por un lado, parece estar requiriéndose que la perturbación
s.

concreta conlleve una privación del libre albedrío del sujeto. En relación con la mencionada

exigencia (que el sujeto en estado de intoxicación no esté en condiciones de percibir el mensaje de la


pu

norma) se plantea otro problema. Y es que este requisito puede ser hasta cierto punto explicable en
m

los casos de intoxicación ocasional en los que no siempre estamos ante un sujeto con una
ca

problemática específica. En estos supuestos parece más lógico exigir que en el momento de la

acción concurriera una disminución en la capacidad intelectiva del sujeto y una concreta

“anormalidad” en el proceso de motivación.

El síndrome de Abstinencia

Los casos de síndrome de abstinencia merecen un estudio aparte. Desde luego, normalmente las

situaciones de síndrome de abstinencia van unidas a una situación continua patológica de adicción.

Con la redacción del nuevo artículo 20. 2º, se contemplan tres posibilidades de provocación de la

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situación de inimputabilidad: provocación con dolo de primer grado (“que no haya sido buscada con

el propósito de cometerla”), con dolo eventual (“que no se hubiese previsto”), o con imprudencia

(“que no hubiese debido prever su comisión”). Sin embargo, habrá que entender que el dolo,

eventual o de primer grado, o la imprudencia han de ir referidos a la comisión del hecho y no a la

adquisición de la situación de intoxicación (este requisito, por otra parte, no parece afectar a los

casos de síndrome de abstinencia). Por tanto, puede mantenerse que el nuevo Código ha prescindido

de valoraciones éticas sobre la conducta del sujeto (no ya de la delictiva sino de la consistente en la

es
toma de alcohol o drogas), en el sentido de no exigir el ocasionamiento fortuito de la intoxicación. Ya

que lo realmente importante es valorar la alteración producida en la psique del individuo y no el

u.
grado de valor ético o moral de la conducta consistente en ingerir alcohol o estupefacientes.

d
.e
La atenuante de grave adicción

va
Si tenemos en cuenta la variedad de preceptos antes indicados, es necesario dilucidar cuál es el

ámbito específico que corresponde a la atenuante de grave adicción.


no
Pues la a actuación debida a la grave adicción a las sustancias antes mencionadas podría encajar en
in

la eximente de síndrome de abstinencia o en la eximente incompleta, cuando no se pueda decir que


ro

el síndrome era pleno en el momento de la comisión de los hechos. Es decir, la posibilidad de acudir
eu

a la exención incompleta parece responder adecuadamente a todas las hipótesis que pueden

presentarse en estos casos.


s.

Estados Pasionales
pu

El Código penal de 1995 ha mantenido, en el número 3 del artículo 21, la tradicional circunstancia
m

atenuante de arrebato u obcecación. Si aceptamos que el arrebato, la obcecación o, en definitiva, los


ca

estados pasionales, influyen en la culpabilidad del sujeto, al producirse una disminución de la

imputabilidad, entonces hay que concluir que la previsión legal es correcta pues la reducción de la

imputabilidad ha de reflejarse en una atenuación de la pena.

En cuanto a si arrebato, obcecación y otros estados pasionales suponen tres figuras diferenciadas o

si en realidad son la misma cosa, nos inclinamos por afirmar que, aunque en todo caso se trata de

estados anímicos caracterizados por una perturbación intensa y ocasionados por una causa o

estímulo, se pueden atisbar ciertas disimilitudes. La obcecación alude a un estado de carácter más

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duradero que el del arrebato. Este criterio delimitador, basado en la persistencia del estado, es

admitido por la jurisprudencia.

Se ha mantenido también la referencia de tipo genérico a un “estado pasional de entidad

semejante”. Esta decisión, nos parece acertada en la medida en que los términos “arrebato” u

“obcecación” no recogen todos los posibles estados pasionales que, no obstante, pueden producir

una disminución en la imputabilidad del sujeto.

es
Por otra parte, tampoco parece justificada la pretensión jurisprudencial de que los estímulos que

desencadenan el estado pasional provengan de la víctima, siendo suficiente con que obedezcan a

u.
una causa exógena. Tampoco tiene sentido la exigencia de inmediatez temporal entre el estímulo y el

d
estado pasional. Cabría por último cuestionarse la conveniencia de esta circunstancia en cuanto

.e
pudiese suponer un "premio" o trato favorecedor al individuo nervioso o impulsivo frente al sereno y

va
sosegado. Sin embargo, no se trata de delimitar las penas y sus atenuaciones o agravaciones en

función de la personalidad y carácter del sujeto, sino en relación a las posibles alteraciones de
no
antijuridicidad o de culpabilidad.
in

Atenuantes de Confesión y Reparación del Daño


ro

El nuevo Código penal ha mantenido también el contenido de la antigua circunstancia de


eu

arrepentimiento espontáneo (artículo 9.9ª del CP de 1973) en los números 4ª y 5ª del artículo 21.
s.

Sin embargo, se han introducido modificaciones importantes, de tal manera que realmente, a pesar

de las semejanzas materiales, ya no es posible utilizar la denominación indicada de “arrepentimiento


pu

espontáneo”.
m

El fundamento, pues, es de tipo político criminal y hay que encontrarlo en el principio de reparación
ca

del daño y de persecución judicial. También desde el punto de vista criminal, dado el carácter

coactivo de la pena, se explica que se conceda un trato diferenciado al que intenta reajustar su

conducta a derecho. Esto no quiere decir que estemos introduciendo valoraciones de tipo ético o

moral, sino que la atenuación parece tener una cuenta en la determinación de la pena la existencia

de una actuación de encauzamiento de la conducta a Derecho, que merece una respuesta jurídica.

Antes de cualquier otro tipo de consideración, lo primero que hay que destacar es que llamemos

como llamemos a estas circunstancias, lo cierto es que ya no cabe hablar de arrepentimiento

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espontáneo. Esta es sin duda la novedad más importante, es decir, la supresión de la exigencia

contenida en el Código penal vigente, de que el sujeto actúe por “impulsos de arrepentimiento

espontáneo”.

Sin duda, este requisito del "arrepentimiento espontáneo" ha sido el que más dificultades ha

ocasionado en la aplicación de la circunstancia. Parte de la doctrina señaló que no cabía una

interpretación moral o ética del término "arrepentimiento", sino que habría que examinar la

actuación del sujeto y valorar el reajuste de la misma a Derecho.

es
La espontaneidad acarrea problemas similares en relación a la exigencia de inmediatez o no de la

u.
actuación del sujeto 53, lo que hace cuestionarse, teniendo en cuenta el fundamento de la

d
circunstancia, el sentido de este requisito temporal.

.e
Se ha producido una evolución notable desde una consideración esencialmente subjetiva de la

va
circunstancia hasta otra más objetiva, haciendo primar los principios de reparación del daño y de
no
persecución judicial.
in

La circunstancia 4ª del artículo 21 recoge la posibilidad de atenuar la pena, cuando el sujeto


ro

denuncia el hecho cometido a las autoridades. Esta atenuante obedece al principio de

favorecimiento de la persecución judicial, es decir, tiene una fundamentación político criminal: se


eu

atenúa la pena al sujeto que contribuye a la persecución judicial del hecho. La actuación de
s.

denuncia llevada a cabo por el sujeto debe consistir en “confesar” a las “autoridades” la infracción.
pu

La circunstancia 5ª del artículo 21 contempla la posibilidad de atenuación de la pena basada en una

actuación del sujeto a posteriori de la realización delictiva, encaminada a la reparación del daño
m

ocasionado. Este es precisamente el fundamento específico de esta atenuante. La primera


ca

observación se refiere, en términos semejantes a lo dicho en relación con la anterior circunstancia, a

que la nueva regulación permite la actividad subsanadora del sujeto "en cualquier momento del

procedimiento", siempre que sea antes de la celebración del juicio. Con esta mención, se acaba con

la antigua polémica sobre si el instante determinante es el del comienzo de las diligencias policiales

o la incoación del sumario, señalándose como tope la celebración del juicio. El nuevo texto implica

una mayor posibilidad de apreciación de la circunstancia puesto que, por un lado, se amplía

enormemente el plazo del que dispone el sujeto y, por otro, no se exige nada en relación al aspecto

subjetivo.

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Minoría de edad como eximente de responsabilidad penal

La minoría de edad penal (art. 19 C.P.) debe considerarse un supuesto diferente o especial. En todo

caso, estamos ante una causa de inimputabilidad relativa o impropia en la filosofía del Código de

1995, en el sentido de que el menor de edad no es propiamente un inimputable. La exención de

responsabilidad penal se refiere a la responsabilidad criminal ordinaria, pero no a la específica que

ha de regir a partir de 2001, la L.O. 5/2000 y que se establece en salvaguardia del derecho a la

educación que corresponde al delincuente menor o joven y en atención a su esperanza de

es
reinserción. Debe recordarse que, según la D.D., 1.a) de la L.O. 10/1995 de 23 de noviembre, el art.

u.
8.2 del Código de 1973 seguirá vigente, junto a las otras disposiciones que menciona, hasta que,

como indica la D.F. 7.ª de la ley que contiene el Código de 1995, la entrada en vigor de la L.O.

d
.e
5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores, permita la aplicación

del art. 19 C.P. y disposiciones relacionadas, señaladamente el art. 69 C.P.

va
no
4.2. Circunstancias agravantes de responsabilidad penal
in

a) Alevosía. (Art.22.1) Únicamente puede aplicarse a los delitos contra las personas. Consiste en
ro

emplear una serie de medios o procedimientos en la comisión del hecho delictivo que facilitan la
eu

comisión del delito, buscando la indefensión de la víctima y asegurando, de este modo, la producción

del resultado.
s.
pu

b) Abuso de superioridad. (Art. 22.2) Ejecutar el hecho mediante disfraz, con abuso de

superioridad o aprovechando las circunstancias de lugar, tiempo o auxilio de otras personas que
m

debiliten la defensa del ofendido o faciliten la impunidad del delincuente.


ca

c) La ejecución del hecho por precio, recompensa o promesa. (Art. 22.3) El elemento que

permite aplicar esta agravante es el móvil de lucro, el ánimo de lucro con el que actúa el autor.

Tiene que tener un contenido económico, aunque es indiferente que la entrega se realice antes o

después. Esta circunstancia puede aplicarse a toda clase de delitos, excepto a aquéllos en los que el

ánimo de lucro constituye ya un elemento del tipo penal.

d) Cometer el delito por motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación

(Art.22.4) Esta circunstancia se introdujo en el C.P. por LO 95 junto con la apología de los delitos

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de genocidio (art.607).

e) Ensañamiento. Aumentar deliberada e inhumanamente el sufrimiento de la víctima, causando a

ésta padecimientos innecesarios para la ejecución del delito (Art. 22.5). Para agravar la

responsabilidad es necesario que el autor actúe con la finalidad de que la víctima sufra un dolor

adicional; por eso, si la víctima ya no puede sufrirlo (p.ej., está muerta y se descuartiza el cadáver)

no es posible la aplicación de la agravante.

es
f) Obrar con abuso de confianza. (Art.22.6). Esto implica una relación de confianza entre el

delincuente y la victima consistente en la lealtad, Se dará el abuso de confianza cuando se

u.
aprovecha de ello para facilitar la comisión del delito.

d
.e
No es preciso, en contra de que la opinión dominante, que la comisión del delito haya sido realmente

facilitado, sino que basta con que el sujeto aproveche consciente y voluntariamente la relación de

va
confianza con al fin de facilitar la comisión del delito y que dicho facilitamiento no aparezca como
no
absolutamente improbable.
in

La agravante de abuso de confianza es inherente a los delitos de abusos sexuales mediante engaño,
ro

al de apropiación indebida y a los delitos de estafa.


eu

g) Prevalerse del carácter público que tenga el culpable. (Art.22.7). Puede aplicarse a todos

los delitos, excepto a aquéllos que exigen ya en el tipo penal la condición de funcionario público en
s.

el autor.
pu

h) Reincidencia. Hay reincidencia cuando, el culpable haya sido condenado ejecutoriamente por un
m

delito comprendido en el mismo título de ese Código, siempre que sea de la misma naturaleza. A los
ca

efectos de este número no se computarán los antecedentes penales cancelados o que debieran serlo

(Art. 22.8) Se excluyen las faltas.

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Glosario

Estudio: 1. Ejercicio o esfuerzo del entendimiento para comprender o aprender algo,

especialmente una ciencia o un arte 2. Obra o trabajo en el que se estudia un asunto o

cuestión, o se explica y se reflexiona sobre él 3. Vivienda o apartamento pequeño,

generalmente compuesto de una única sala y un cuarto de baño y, a menudo, cocina 4.

Habitación de una vivienda destinada a estudiar o a realizar alguna labor intelectual.

es
u.
Peligrosidad: Calidad de peligroso.

d
.e
Reyerta: Contienda, disputa.

va
Doctrina: 1. Conjunto de ideas o normas políticas, sociales o religiosas que rigen la manera de
no
pensar o de obrar y que son defendidas por un grupo de personas 2. Materia o ciencia que se
in

enseña.
ro

Jurisprudencia: 1. Ciencia del derecho 2. Conjunto de juicios que señalan los principios que
eu

en materia de derecho siguen en cada país los tribunales, y que sirven como norma que
s.

sustituye la falta de una ley basándose en las prácticas seguidas en casos iguales o parecidos.
pu
m
ca

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Recuerda

La primera teoría relevante para el Derecho Penal, centrada en el delincuente es la teoría del

criminal nato, elaborada por Cesare Lombroso sobre 1870, aunque en esta época ya ha sido

desmentida y derrumbada en gran cantidad de ocasiones, ya que el “hundimiento de la fosa

occipital” como punto fuerte del sistema, ya no se considera el indicio característico de

cualquier tendencia criminal, ya que hoy día todos los cráneos sirven para la criminología.

es
Ferri establece que lo que es socialmente dañino se establece partiendo del estudio mismo de

la sociedad, es decir, habla de una relación entre la acción individual y la reacción defensiva de

u.
la sociedad.

d
Para Garófalo el hombre delincuente responde a un modelo de deficiencia psíquica o moral, de

.e
carácter hereditario, con una falta de sentimientos altruistas, e incapacidad para vivir en

sociedad.
va
La situación actual permite conocer un auge de la investigación geneticobiológica que da lugar
no
a dos campos de estudio: La Neuroquímica de la conducta criminal y la Psicobiología de la
in

conducta criminal.
ro

El repaso histórico de los discursos penales y criminológicos que se ocuparon del tema de las

respuestas para el tratamiento del delincuente peligroso nos deja entrever la vital importancia
eu

que tenía —y tiene— para el sistema punitivo la identificación, precisamente, de las personas
s.

portadoras de peligrosidad criminal o también conocidos como sujetos peligrosos.

Se puede diferenciar entre imputables e inimputables, aunque existen otras clasificaciones,


pu

como el delincuente habitual y el reincidente.


m

En el Título II del Código Penal, se incluyen las personas que se consideran responsables de los
ca

delitos y faltas, así como los cómplices de los mismos.

Se puede hablar de auditoria material (directa, coautoría y mediata) y participación (inducción,

cooperación necesaria y cómplice).

El Código penal de 1995 ha mantenido un sistema de adecuación de la pena al caso concreto

que se basa en la inclusión, en la “Parte General” del texto legislativo, de una serie de

circunstancias que han de ser observadas en cada supuesto con el objetivo de determinar su

posible influencia en la determinación de la pena.

Las circunstancias atenuantes de la responsabilidad penal más frecuentes son: eximenntes

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incompletas, eximentes de intoxicación plena, estados pasionales, atenuantes de confesión y

reparación del daño, y minoría de edad como eximente de responsabilidad penal.

Las circunstancias agravantes de responsabilidad penal son: alevosía, abuso de superioridad, la

ejecución del hecho por precio o recompensa o promesa, cometer el delito por motivos racistas

u otra clase de discriminación, ensañamiento, obrar con abuso de confianza, prevalerse del

carácter público que tenga el culpable y reincidencia.

es
d u.
.e
va
no
in
ro
eu
s.
pu
m
ca

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Autoevaluación

1. Completa el espacio en blanco del siguiente enunciado: “La primera teoría


relevante para el Derecho Penal, centrada en el delincuente es la
_________________”.

La teoría de la terribilidad.

es
La teoría del criminal.

d u.
La teoría del criminal nato.

.e
va
2. Indica si es verdadero o falso el siguiente enunciado: “La prisionización o
no
institucionalización del delincuente es más baja cuanto más larga es la condena”.
in

Verdadero.
ro
eu

Falso.
s.
pu

3. ¿Qué teoría considera que sería el previo concierto entre varias personas lo
que determina que todos respondan como autores?
m
ca

La teoría de la asociación criminal.

La teoría del acuerdo previo.

La teoría de la equivalencia de las condiciones.

4. Dentro de la intoxicación plena encontramos (respuesta múltiple):

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Alevosía.

El síndrome de abstinencia.

La atenuante de grave adicción.

es
5. Entre las circunstancias agravantes de responsabilidad penal se encuentran
(respuesta múltiple):

d u.
Abuso de superioridad.

.e
Ensañamiento. va
no

Estados pasionales.
in
ro
eu
s.
pu
m
ca

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