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A P A R A T O F O R M A L D E L A ENUNCIACIÓN 83

5. E L A P A R A T O F O R M A L D E L A E N U N C I A C I Ó N 1

M u y otra cosa es el empieo d e l a lengua. A q u i es cosa de u n


ecanismo total y constante que, de u n a manera o de otra,
"ecta a l a lengua entera. L a dificultad es captar este gran fe-
m e n o , t a n trivial que parece confundirse c o n l a lengua mis-
'pBia, tan necesario que se escapa.

T o d a s nuestras descripciones linguisticas consagran u n lugar a : J L a enunciación es este poner a funcionar l a lengua p o r u n
m e n u d o importante a l "empieo de las formas". L o que se en- acro, individuai de utijización.
tiende por esto es u n conjunto de reglas q u e fijan las condicio- i E l discurso —se dirà—, que es producido cada vez que se
nes sintàcticas en las q u e las formas pueden o deben aparecer habla, esa manifestación de l a enunciación, ^no es sencillamen-
normalmente, p o r pertenecer a u n paradigma que abarca las te el "habla"? H a y que atender a l a condición especifica de l a
elecciones posibles. Estas reglas d e empieo estàn articuladas con «nunciación: es eTacto m i s m o de producir u n enunciado y n o
reglas de formación previamente indicadas, de manera q u e se "éTtexto d e l enunciado l o q u e es nuestro objeto. Este acto se"
establezca cierta correlación entre las variaciones morfológicas deBé ajjfoartor_que moviliza l a lengua por su cuenta. L a rela-
y las latitudes combinatorias de los signos (concordancia, se- ^ejSn entre el locutor y l a lengua determina los caracteres l i n -
lección m u t u a , preposiciones y regimenes de los nombres y los ; euisticos de la enunciación. D e b e considerarsela corno hecho del
verbos, lugar y orden, e t c ) . Parece que, limitadas las eleccio- locutor, que t o m a l a lengua por instrumento, y en los caracte-
nes de una y otra parte, se obtenga asi u n inventario q u e po- res lingùisticos que marcan està relación.
dria ser, teòricamente, exhaustivo tanto de los empleos corno Este gran proceso puede ser estudiado de diversos modos.
de las formas, y en consecuencia u n a imagen cuando menos V e m o s tres principales.
aproximada de la lengua en uso. E l mas inmediatamente perceptible y e l mas directo — c o n
Deseariamos, con todo, introducir aqui una distinción en u n todo y que en geheral n o se le relacione con el fenòmeno gene-
funcionamiento que h a sido considerado desde el àngulo exclu- ral de la enunciación— es l a realización vocal de l a lengua. L o s
sivo de la nomenclatura morfològica y gramatical. Las condicio- sonidos emitidos y percibidos, y a sean estudiados en e l marco
nes de empieo de las formas no son, en nuestro concepto, idén- de u n i d i o m a particular o en sus manifestaciones generales,
ticas a las condiciones de empieo de l a lengua. S o n en realidad comò proceso de adquisición, de difusión, de alteración —son
mundos diferentes, y puede ser ùtil insistir en està diferencia otras tantas ramas de la fonètica— proceden siempre de actos
que i m p l i c a otra manera de ver las mismas cosas, otra manera 1 individuales, que el linguista sorprende en l o posible en u n a pro-
de describirlas e interpretarlas. ducción nativa, en e l seno del nabla. E n l a pràctica cientifica,
se procura eliminar o atenuar los rasgos individuales de l a enun-
E l empieo de las formas, parte necesaria de toda descripción,
ciación fonètica recurriendo a sujetos dife,rentes y multiplican-
ha dado objeto a gran nùmero de modelos, tan variados corno
do los registros, de manera que se obtenga u n a imagen media
los tipos lingùisticos de q u e proceden. L a diversidad de las es-
de los sonidos, distintos o ligados. Pero todo el m u n d o sabe
tructuras linguisticas, en la m e d i d a en que sabemos analizarlas,
j j u e , en el m i s m o sujeto, los mismos sonidos n o son n u n c a re-
n o se puede reducir a u n numero exiguo de modelos que com-
producidos exactamente, y que la noción de identidad sólo es
prenderian siempre y sólo los elementos fundamentales. C u a n -
^aproximada, precisamente cuando l a experiencia es repetida en
do menos disponemos asi de algunas representaciones bastante
jdetalle. Estas diferencias se deben a la diversidad de las situa-
precisas, construidas po r medio de una tècnica comprobada.
ciones en q u e es producida l a enunciación.
E l mecanismo de està producción es otro aspecto esencial
1 Langages, Paris, Didier-Laroussc, ano 5, num. 17 (marzo de 1970), pp. 12-18.
del m i s m o problema. L a enunciación supone l a conversión i n -
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dividual de la lengua en discurso. A q u i l a cuestión — m u y difi- gO£ una parte, y por m e d i o de procedimientos accesorios, por
c i l y todavia poco estudiada— es ver cornìTèT^'senliclo" se forma jgtraT
en "palabras", en q u é medida~puècTè distinguirse entre las^3os Pero inmediatamente, e_n cuanto se declara locutor y asume
nociones y en qué términos describir su interaction. É s là-se- la lengua, i m p i a n t a j l otro dcTahtc de e^'cuàlquiera que sea: el
màntización de la lengua l o que ocupa e l centro de este~aspéc- grado de presencia que atribuya a este otró. T o d a enunciación
to de là enunciación, y conduce a la teoria del signo y a l anali- « T e x p l ì c i t a o 'implicita, una alocución, postula u n àlocurario. ^
»SK^3e l à significancia. E n està m i s m a consideración' pondfe-
2
F i n a l m e n t e , en la enunciación, l a lengua se halla empleada
mós l o s procedirriientos mediante los cuales las formas linguis- en la expresión de cierta relación c o n el m u n d o . l a condición
ticas de la enunciación se diversifican y se engendran. L a "gra- misma de està movilización y de està apropiación de l a lengua
màtica transformacional" aspira a codificarlos y formalizarlos es.. en c i locutor, l a necesidad de referir por el discurso y, en el
para deslindar a n marco permanente y, a partir de u n a teoria otro, l a posibilidad de correferir idènticamente, en el consenso
de la sintaxis universal, propone elevarse a una teoria d e l fun- pragmàtico que hace de cada locutor u n colocutor. L a referen-
cionamiento de l a mente. cia es parte integrante de la enunciación.
Puede, eri f i n , considerarse otro enfoque, que consistiria en """Estas condiciones iniciales v a n a gobernar todo el mecanismo
. d e f i n i r la enunciación e n e l marco formai de su realización. de la referencia en el proceso de enunciación, creando u n a situa-
T a l es ei objeto propio de estas pàginas. Tratamos de esbozàr, ción m u y singular y de la cual n o se adquiere l a menor con-
dentro de la lengua, los caracteres formales de la enunciación ciencia.
a partir de l a manifestación i n d i v i d u a i que actualiza. Tales ca E l acto i n d i v i d u a i de apropiación de l a lengua introduce al
racteres son necesarios y permanentes los unos, los otros inci- q u ^ ' a b ì a en su habla. H e aqui u n dato c o s t i t u t i v o de l a
dentales y ligados a l a particularidad d e l i d i o m a elegido. P o r enunciación. L a presencia d e l locutor en su enunciación hace
c o m o d i d a d , los datos aqui utilizados proceden del francés usuai que cada instancia de discurso constituya u n centro de refe-
y de la lengua de l a conversación. rencia interna. Està situación se manifestarà por u n juego de
E n la enunciación consideramos sucesivamente el acto mis- formas especificas cuya función es poner al locutor en relación
m o , las situaciones donde se realiza, los instrumentos que la constante y necesaria c o n su enunciación.
consuman. Està descripción u n poco abstracta se aplica a u n fenòmeno
Et acto i n d i v i d u a i p o r el c u a l se u t i l i z a l a lengua introduce linguistico familiar en el uso, pero cuyo anàlisis teòrico apenas
primero el locutor corno paràmetro en l a s condiciones necesa- ,. se està i n i c i a n d o . Està p r i m e r o i a eraergencia de los indicios de
rias para la enunciación. Antes de la enunciación, la lengua nò jpeisom ( l a relación yo-tù), que no se produce mas que en l a
es mas que la posibilidad de la lengua. Después de la enuncia- enunciación y p o r ella: el t e r m i n o yo denota al i n d i v i d u o que

J
ción, l a lengua se efecttia en una instancia de discurso, que 'rofiere l a enunciación, el t e r m i n o t i i , a l i n d i v i d u o que està
^^lA _ e u n l 9 F ? forma sonora que espera u n auditor y que
o c u t
resente corno aIocutarip,_
suscita otra enunciación a cambio. " D e igual naturaleza y atinentes a l a m i s m a estructura de
E n tanto que realización i n d i v i d u a i , l a enunciación puede de- enunciación son los indicios numerosos de la ostensión (tipo
finirse, en relación con la lengua, corno u n proceso de aprppia- esie^oqui, e t à ) , términos que i m p l i c a n u n gesto que designa
ción. E l locutor se apropia el aparato formai de la lengua _y el objeto al m i s m o t i e m p o que es pronunciada l a instancia d e l
enuncia su posición de locutor mediante indicios especificos, termino.
Las formas llamadas tradicionalmente "pronombres perso-
Nos ocupanios particolarmente de esto en un estudio publicado en Semiotica I nales", "demostrativos", nos aparecen ahora corno una clase de
1969 (antes, pp. 47-69).
"individuos lingùisticos", de formas que remiten siempre y
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solamente a " i n d i v i d u o s " , tràtese de personas, de momentos, de *ases de signos que promueve, literalmente, a la existencia.
lugares, por oposición a los términos nominales que remiten ues no podrian nacer n i hallar empieo en el uso cognitivo de
siempre y solamente a conceptos. A h o r a , el estatuto de estos lengua. H a y pues que distinguir las entidades que tienen en
"individuos lingùisticos" procede del hecho de que nacen de la lengua su estatuto pieno y permanente y aquellas que, ema-
una enunciación, de que son producidos por este acontecimien- nadas de la enunciación, sólo existen en la red de " i n d i v i d u o s "
to i n d i v i d u a i y, si puede decirse, "semelnativo". S o n engendra- que la enunciación crea y en relación con el "aqui-ahora" del
dos >ìe nuevo cada vez que es proferida una enunciación, y cada ìlocutor. P o r ejemplo, el " y o " , el "eso", el " m a r i a n a " de la des-
vez uwsignan de nuevo. Cripción gramatical no son sino los " n o m b r e s " metalingùisticos
O t r a serie, tercera, de términos aferentes a la enunciación està :de yo, eso, mandria producidos en la enunciación.
constituida por d paradigma entero — a m e n u d o vasto y com- Aparte de las fuerzas que gobierna, l a enunciación da las con-
plejo— de las formas temporales, que se determinan por rela- diciones necesarias para las grandes Tunciones sintàcticas. N o
ción con el E G O , centro de la enunciación. L o s " t i e m p o s " verba- "Bien el enunciador se sirve de la lengua para influir de algùn
les cuya forma axial, el "presente", coincide con el m o m e n t o modo sobre el comportamiento del alocutario, dispone para
de l a enunciación, forman parte de este aparato necesario. 3
elio de u n aparato de funciones. Està, primero, la interroga-
V a l e la pena detenerse en està relación con el t i e m p o T y me- ' dòn, que es una enunciación construida para suscitar una "rès-
ditar acerca de la necesidad, interrogarse sobre l o que la sustenta. puesta", por u n proceso linguistico que es al m i s m o tiempo un
Podria creerse que l a temporalidad es u n marco innato del pen-
samiento. E s producida en realidad en la enunciación y por
ella. D e la enunciación procede la instauración de la categoria
E >roceso de comportamiento de doble entrada. Todas las formas
éxicas y sintàcticas de la interrogación, particulas, pronombres,
sucesión, entonación, e t à , participan de este aspecto de la
del presente, y de l a categoria del presente nace la categoria enunciación.
del riempo. E l presente es propiamente l a fuente del tiempo. 1 Parecidamente seràn atribuidos los términos o formas que
E s està presencia en el m u n d o que sólo el acto de enunciación llamamos de intimación: órdenes, llamados, concebidos en ca-
hace posible, pues —piénsese b i e n — el h o m b r e no dispone de tegorias corno el imperativo, el vocativo, que i m p l i c a l i una re-
n i n g u n otro m e d i o de vivir el " a h o r a " y de hacerlo actual mas lación viva e inmediata del enunciador v el otro, en una refe-
que realizarlo por inserción del discurso en el m u n d o . Podria reneia necesaria al tiempo de la enunciación.
mostrarse mediante anàlisis de sistemas temporales en diversas M e n o s evidente quizà, pero no menos cierta, cs la pertenen-
lenguas la posición centrai del • presente. E l presente formai no cia de la aserción a este m i s m o repertorio. T a n t o en su sesgo
hace sino explicitar el presente inherente a la enunciación, quel sintàctico corno en su entonación, la aserción apunta a comu-
se renueva con cada producción de discurso, y a partir de. j s t e nicar una certidumbre, es la manifestación mas comùn de la
presente c o n t i n u o , coextensivo con nuestra presencia propia, presencia del locutor en la enunciación, hasta tiene instrumen-
se i m p r i m e en la conciencia el sentimiento de una coritinufdad tos especificos que la expresan o i m p l i c a l i , las palabras si y no
que llamamos " t i e m p o " ; c o n t i n u i d a d y temporalidad se engen- que asertan positiva o negativamente una proposición. L a nega-
dran en el presente incesante de la enunciación que es el pre- ción corno operación lògica es independiente de la enunciación.
sente del ser m i s m o , y se delimitan, por refereneia interna, en- tiene su forma propia en francés, que es ne. . . pas. Pero la par-
tre l o que va a volverse presente y l o que acaba de no serio ya. ticula asertiva no, sustituto de una proposición, se clasifica corno
A s i la enunciación es directamente responsable de ciertas la particula si, cuyo estatuto comparte, entre las fornias que
participan de la enunciación.
* El detalle de los hechos de lengua que abarcamos aqui en una ojeada sintètica
es expuesto en varios capituloj de nuestros Problèmes de linguistique generale, I M a s ampliamente aùn, si bien de manera ménos categori-
(Paris, 1966; hay trad. esp. Mexico, 1971), lo cual nos disculpa de insistir. zable, se disponen aqui toda suerte de modalidades formales.
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unas pertenecientes a los verbos comò los " m o d o s " (optativo, yo que escucha interviene con una objeción, una pregunta, una
subjuntivp) que enunciali actitudes del enunciador hacia lo duda, u n insulto. L a forma linguistica que adopta està interven-
que enuncia (espera, desco, aprcnsión), las otras a la fraseolo- ción difiere segùn los idiomas, pero es siempre una forma "per-
gia ("quizà", " s i n d u d a " , "probablemente" ) y que indicali i n - sonal". O r a el yo que escucha se pone en el lugar del yo locutor
certidùmbre, posibilidad, indecisión, e t c , o, deliberadamente, y se enuncia pues corno " p r i m e r a persona"; asi en espafiol,
denegación de aserción. donde el " m o n ò l o g o " sera cortado por observaciones o injun-
ciones c o n i o : " N o , soy tonto, olvidé decirle que. . . " O r a el yo
que escucha interpela en "segunda persona" al yo locutor: " N o ,
L o que en general caracteriza a la enunciación es la acentuación no hubieras debido decirle que. . . " H a b r i a que establecer una
de la relación discursiva al interlocutor, va sea éste real o ima- interesante tipologia de estas relaciones; eji algunas lenguas se
ginado, individuai o colectivo. 2gl&.jpi£dQuiiaaL.G\.yQ,...oyGi&e corno sustituto del locutor, po-
Està caracteristica plantea por necesidad l o que puede lla- niéndose a su vez conio yo (francés, inglés), o en otras dàn-
marse el cuadro figurativo de la enunciación. C o m o forma de jdose por interlocutor del diàlogo y empleando tu (alemàn,
discurso, l a enunciación plantea dos "figuras" igualmente ne- ruso). Està traspOsición del diàlogo a " m o n ò l o g o " donde ì.co
cesarias, fuente la una, la ©tra meta de la enunciación. Es l a . ora se escinde en dos, ora asume dos papeles, se presta a figura-
estructura del dialogg. D o s figuras en posición de interlócutores ciones o trasposiciones psicodramàticas: conflictos del "yo
son alternativamente protagonistas de la enunciación. Este mar- p r o f u n d o " y de la " c o n c i c n c i a " , dcsdoblamientos provoca dos
co es dado necesariamente c o n la definición de l a enunciación.
por la "inspiración", etc. Suministra la oportunidad ci aparato
Podria objetarse que puede haber diàlogo fuera de l a enuncia- linguistico de la enunciación suirrcflcxiya que comprende u n
ción o enunciación sin diàlogo. D e b e n ser examinados los dos
juego de oposiciones del pronombre v del antònimo (cu francés
casos.
je I me /moi) . 4

E n l a justa verbal practicada por diferentes pueblos, y de la


Estas situaciones p e d i n a l i una descripciòn doble, de forma
cual es una variedad tipica el hain-teny de los M e r i n a , no se
linguistica y de condición figurativa. Se contenta uno demasia-
trata en realidad n i de diàlogo n i de enunciación. N i n g u n a de
do fàcilmente con invocar l a frccucncia y l a u t i l i d a d pràcticas
las partes se enuncia: todo consiste en proverbios citados y en
contraproverbios contracitados. N o hay u n a sola referencia de la comunicación entre los individuos para admitir l a situa-
explicita al objeto del debate. A q u e l de los dos competidores ción de diàlogo corno resultante de una necesidad y prescindir
que dispone de mayor provisión de proverbios, o que los em- de analizar sus mùltiples variedades. U n a de ellas se presenta en
plea mas diestramente, con mayor malicia, del m o d o mas i m - una condición social de lo mas trivial en apariencia, de las
previsible, sale ganando y es proclamado vencedor. E s t e juego menos conocidas en verdad. B . M a l i n o w s k i l a ha senalado con
no tiene mas que las apariencias de u n diàlogo. el nombre de comunión fatica, c a r i c a n d o l a asi corno fenòme-
A l a inversa, el " m o n ò l o g o " procede por cierto de la enun- no psicosocial de funcionamiento linguistico. T r a z ó su confi-
ciación. D e b e ser planteado, pese a la apariencia, corno una va- guración partiendo del papel que tiene el lenguaje. E s un pro-
riedad del diàlogo, estructura fundamental. E l " m o n ò l o g o " es ceso donde el discurso, con la forma de u n diàlogo, funda una
u n diàlogo interiorizado, formulado en "lenguaje interior", aportación entre los individuos. V a l e l a pena citar algunos pasa-
entre u n yo locutor y u n yo que escucha. A veces el yo locutor jes de este a n à l i s i s :
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es el ùnico que habla; el yo que escucha sigue presente, no obs-


tante; su presencia es necesaria y suficiente para tornar signifi- « Ver un articulo del BSL, 60 (1965), fase. 1, pp. 71 ss.
Traducimos algunos pasajes del articulo de B. Malinowsl<i publicado eh Ogden y
cante l a enunciación del yo locutor. E n ocasiones también e 1
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Richar'ds, The Meaning or' Meaning, 1923, pp. 313s.


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Onal creada, sostenida, por una forma convencional de enun-
E l caso del lenguaje empleado en relaciones sociales libres, sin meta,
iación que vuelve sobre si m i s m a , se satisface con su logro, sin
merece una consideración especial. Cuando se sienta gente alrededor
de la hoguera del pueblo después de concluir su faena cotidiana o cuan- rgar c o n objeto, n i c o n meta, n i c o n mensaje, pura enuncia-
do charlan para descansar del trabajo, o cuando acompanan un trabajo ción de palabras convenidas, repetida por cada enunciador. E l
simplemente manual con un chachareo que no tiene que ver con lo que anàlisis f o r m a i de està forma de i n t e r c a m b i o l i n g u i s t i c o està
hacen, es claro que estamos ante otra manera de emplear la lengua,
por hacer.
con otro tipo de función del discurso. Aqui la lengua no depende de
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lo que pasa en el momento, hasta parece privada de todo contexto E n el contexto de l a enunciación habria que estudiar otras
'situacional. E l sentido de cada enunciado no puede ser vinculado al muchas cosas. H a b r i a que considerar los cambios léxicos que
comportamiento del locutor o del oyente, a la intención de lo que l a enunciación determina, l a fraseologia que es la marca fre-
hacen.
g i e n t e , acaso necesaria, de l a " o r a l i d a d " . T a m b i é n habria que
Una simple frase de cortesia, empleada tanto en las tribus salvajes
distinguir la enunciación hablada de la enunciación escrita.
corno en un salón europeo, cumple con una función para la cual el sen-
tido de sus palabras es casi del todo indiferente. Preguntas sobre el es- Està se mueve e n dos planos: el escritor se e n u n c i a escribien-
tado de salud, observaciones sobre el tiempo, afirmación de un estado d o y, dentro de su escritura, hace que se enuncien i n d i v i d u o s .
de cosas absolutamente evidente, todas estas cosas son intercambiadas Se abren vastas perspectivas al anàlisis de las formas comple-
no para informar, no en este caso para ligar a personas en acción, tam-
jas del discurso, a partir del marco f o r m a i a q u i esbozado.
poco, de fijo, para expresar un pensamiento. . .
Es indudable que estamos ante un nuevo tipo de empieo de la len-
gua —que, empujado por el demonio de la invención terminologica,
siento la tentación de Itamar comunión fatica, un tipo de discurso en
el cual los nexos de union son cieados por un simple intercambio de
palabras... Las palabras en la comunión fatica ,;son empleadas prin-
cipalmente para trasmitir una significación que es simbòlicamente la
suya? No, de seguro. Desempenan una función social y es su principal
meta, pero no son resultado de una reflexión intelectual y no suscitan
por necesidad una reflexión en el oyente. Una vez mas podremos decir
que la lengua no funciona aqui corno un medio de trasmisióri del pen-
samiento.
Pero ^podemos considerarla comò un modo de acción? en qué
relación està con nuestro concepto decisivo de contexto de situación?
Es evidente que la situación exterior no interviene directamente en la
tècnica de la palabra. Pero iqué se puede considerar corno situación
cuando un grupo de gente diaria sin meta? Consiste sencillamente en
està atmosfera de sociabilidad y en el hecho de la comunión personal
de esa gente. Mas està es de hecho consumada por la palabra, y la situa-
ción en todos los casos es creada por el intercambio de palabras, por
los sentimientos especificos que forman la gregaridad convivial, por el
vaivén de los decires que constituyen el chacoteo ordinario. La situa-
ción entera consiste en acontecimientos lingùisticos. Cada enunciación
es un acto que apunta directamente a ligar el oyente al locutor por el
nexo de algùn sentimiento, social o de otro gènero. Una vez mas el len-
guaje en està función no se nos manifiesta corno un instrumento de
reflexión sino corno un modo de acción. « Sólo ha sido objeto de unas cuantas referencias, por ejemplo en Grace de Laguna,
S p e e c h , ^ F i c t i o n and Development, 1927, p. 244n, R. Jakobson, Essm de hn-
guisrique genera/e, trad. de N. Ruwet, 1963, p. 217.
Estamos a q u i en las lindes del "diàlogo". U n a relación per-

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