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Seminario de Grado II
Profesora Tutora: Liliam Almeyda
Estudiante: Fernando Fuentes.
Antecedentes:
Lo primero que se ha de realizar en torno a este reporte es aclara cuales son los
antecedentes teórico conceptuales que sustentan el problema de investigación referente al
aprendizaje de los estudiantes. Todo lo anterior bajo el contexto del proceso de práctica
profesional, en un aula de octavo básico en el Saint George’s College en la comuna de
Vitacura. Como insumo base para poder comprender los aspectos del pensamiento histórico
que los estudiantes deberían desarrollar en su proceso de aprendizaje de la HGCS se
considerará en primer lugar los preceptos de Antoni Santisteban, “La formación de las
competencias de pensamiento histórico”. Este nos es de utilidad en el sentido de que
permite darle una definición a dos de las competencias del pensamiento histórico en los
cuales se encuentran enmarcados los factores que se implican y relacionan dentro del
problema de aprendizaje.
Al enunciar el problema, “Cómo se relacionan la contextualización con el vínculo
entre el pasado el presente en el aprendizaje histórico de un octavo básico del SGC?”, se
reconoce que los factores implicados son la contextualización y los vínculos de pasado y
presente. El primero forma parte, en claves del autor mencionado, dentro de las
competencia más amplia a lo que se denomina como “imaginación histórica” la cual se
denomina como un instrumento para reconstruir el pasado, pudiendo rellenar los espacios
que deja el conocimiento de la historia, permitiendo efectuar razonamientos que le den
sentido a las acciones y evidencias sobre cómo fue el pasado a partir de las claves que se
manejan del periodo histórico a estudiar. En torno a esto es que las personas son capaces
de viajar en el tiempo, de tal forma que el pensamiento histórico es objeto de la creatividad
que crea una imagen del pasado, teniendo en sus escenas los aspecto referentes a los
cuestionamientos que surgen desde el presente. (Santisteban, 2010)
La imaginación histórica, a partir de lo que se ha enunciado, vendría siendo el
elemento que permite que los conceptos y representaciones que se tiene en torno al pasado
se puedan adquirir un sentido que permita entender el espacio que rodeó el mundo en el
cual se determinó el porqué de una acción. En relación a esto para poder determinar el
lugar y todo lo que envuelve al mundo en que se desarrolla un tiempo o proceso histórico,
se le denomina como la habilidad de “contextualización”. Sobre esto existen distintos
autores que han definido este concepto, por ejemplo Sam Wineburg define en su obra
“Pensamiento Histórico y otros actos antinaturales” lo esboza como el acto de engancharse
en un proceso activo de conectar cosas en un patrón, en donde por medio de la ignorancia
igual se puede llegar a entender algo que no sabe bien, por medio de las fuentes y una
panorámica que permita comprender las características que existían en un momento o
proceso histórico determinado, sobre todo a las que permitían comprender los aspectos que
determinaban la época. Esto evidentemente se puede abordar desde distintos parámetros,
social, político, etc. (Wineburg, 2008) Por otro lado el autor Santisteban plantea que la
contextualización es una competencia que permite analizar el pasado que “no sólo tenía
diferentes formas de vida, también tenía experiencias, actuaba de acuerdo con diferentes
normas y sistemas de creencias”. (Santisteban, 2010)Todo esto siendo relevado en base a
los cuestionamientos que surgen desde sus percepciones contemporáneas y juicios
morales. En relación a esto Martin Jay en sus “reflexiones sobre los límites de la
experiencia” plantea el hecho de que “los contextos nunca hablan por sí mismos sin al
menos sufrir cuestionamientos de los lectores actuales” (Jay, 2012), planteado el hecho de
que ningún aspecto que se releve para entender el pasado está realizado sin el hecho de
ser reconstruido desde el presente, en otras palabras, del hecho que la pregunta que lleva a
querer saber cómo se configuraba el pasado surge eminentemente desde un razonamiento
surgido desde una curiosidad del presente.
A partir de lo anterior es que se abre una relación intrínseca que posee el hecho de
contextualizar un proceso histórico, y es el hecho de que la compresión y noción del
presente se vuelve un aspecto irrestricto a la hora de realizar esta competencia, tal como lo
comprende el autor Reinhart Kosseleck con su concepto de “espacio de la experiencia”,
entendida como un pasado presente, es decir, “acontecimientos pasados que pueden ser
recordados, racionaliz aciones y formas de conducta que se han transmitidas de
generación en generación” (Blanco Rivero, 2012). En este punto emerge la competencia de
la conciencia histórica, ya que a partir de la contextualización por consecuencia se abre un
espacio en el cual se ha de desarrollar construcción del sentido de la experiencia del tiempo
para interpretar el pasado en orden de comprender el presente. En ese sentido es que el
autor Jorn Rüsen plantea que “la memoria está relacionada con la imaginación y la
conciencia histórica con la cognición” (Santisteban citando a Rüsen, 2010) siendo esta
última la competencia que permite “relacionar pasado, presente y futuro, desde una serie de
procedimientos mentales básicos, como la percepción de otro tiempo como diferente…”
(Santisteban citando a Rüsen, 2010).
La conciencia histórica es una competencia del pensamiento histórico que involucra
el concepto de tiempo histórico que está dotado de una complejidad que involucra “valorar
los cambios y las continuidades en el tiempo, los cambios que sucedieron, que suceden en
el presente, los que podrían ser, los que desearíamos que fuesen“ (Santisteban, 2010), para
lo cual necesita el aspecto de la memoria que les permita comprender el hecho de que
existen dos tiempos que difieren, que son distintos, y que han sido objeto de distinción, lo
cual se logra por medio de las categorías temporales, colocando en relieve información
histórica significativa para poder comprender los períodos en cuestión. En este sentido es
que las relaciones entre el pasado y presente emergen como un aspecto que se relaciona
con la contextualización, sobre el hecho de que las dos poseen una relación
complementaria para el entendimiento del presente, ya que el hecho de que se desarrolle la
importancia de la memoria acerca de temas pasados y la atmósfera que lo envolvía
(contextualización), no tiene sentido si es que esta no posee una lógica que responda a los
cuestionamientos del presente, ya que así es posible comprender y colocar en contraste
cuales son las características de estos tiempos diferentes, “en que la enseñanza de la
historia implica la transmisión de un conocimiento destinado a la comprensión del pasado,
pero siempre desde herramientas conceptuales que tienen sentido en el mundo presente”
(Carretero, 1999), siendo finalmente impensado el hecho de que la historia no tenga en
consideración ya que “La formación de la conciencia histórica es el objetivo prioritario de la
enseñanza de la historia. Esta conciencia, anclada en el presente, incluye tanto las
representaciones que los sujetos adquieren sobre el pasado como las imágenes con las que
proyectan el futuro. Por tanto, carece de legitimidad una enseñanza de la historia que evada
la consideración del presente” (Henriquez & Pagés citando a Jorge Saab, 2012).
El empleo de estos referentes teóricos tienen como razón de ser poder servir de
base para poder explicar el contexto de aula que se estudió en particular, siendo este el
objeto de estudio a analizar cualitativamente con el fin de levantar códigos y categorías de
análisis. Todo esto para poder situar el análisis didáctico disciplinar a partir de los
fenómenos que en la investigación se consideraron como relevantes para levantar el
problema de investigación.
El aula observada se caracterizaba por tener estudiantes ordenados al momento de
desarrollar la clase, son pocas las veces en que la intervención de los estudiantes hayan
limitado las actividades propuestas por el docente, sobre todo en el ámbito de su
comportamiento. Por el contrario en este caso se está investigando un aula en la que los
estudiantes, en gran parte, participan activamente en su proceso de aprendizaje, sobre
todo permeados por la presión académica de la que son objeto, lo cual los tiene
constantemente enfocados en obtener buenos resultados en sus estudios y sus notas
parciales. Al mismo tiempo se ha de destacar el hecho de que los estudiantes poseen la
garantía de que están familiarizados con el desarrollo autónomo de actividades de
aprendizaje, es decir, es un espacio donde se puede otorgar trabajo tanto individual como
grupal, ya sea complementarios a una clase o pensada para una actividad de evaluación.
Por último, a lo que lo pedagógico refiere, se puede dar cuenta de que la clase está
profundamente marcada por el discurso del enseñante. A través de este medio es que el
docente emplea esta herramienta como elemento de exposición de los contenidos
programados para las clases, a la vez ocupa esto como un elemento para tensionar los
contenidos al momento de desarrollar preguntas, a los estudiantes, que vinculan los
contenidos con el presente y también como herramienta de contención llamado de atención
conductual para los estudiantes. Todo esto nos da cuenta de que el profesor es la figura que
más se explaya y se expone dentro de la clase, lo cual a la vez se ocupa como un elemento
que le dé la responsabilidad a los estudiantes de participar del proceso, otorgando y
compartiendo el protagonismo de la sesión.
Al tener presente los aspectos pedagógicos es posible situar con mayor claridad en
cuales son los aspectos críticos, del ritual de clase, en donde se expresan de manera más
clara el problema de investigación planteado, ya que estas representaciones que se ha
logrado recopilar a lo largo del periodo de indagación de evidencias, se han elegido para la
elaboración de informe de tal forma que la lecturas de los antecedentes conceptuales
orienten la reflexión sobre el por qué estas podrían ser un problema de aprendizaje que
mereciera ser investigado. Teniendo en consideración esto, lo a continuación se
describirá cada aspecto Indagado que Sustentan el problema de investigación.
“El profesor retoma el contenido del humanismo presentado el pensamiento de los distintos
autores del contexto: “Como hemos desarrollado en las clases anteriores, hemos podido ver
que en esta época aparecen pensadores que dan cuenta de un cambio de mentalidad, esto
responde a un contexto en particular. A ver Efer, qué características tenía ese contexto?”.
Efer queda en silencio y luego dice:
- P: mmm… puede ser, hay algo de eso, pero la religión sigue siendo importante.
Recuerden que si bien hay un paso en el cual el hombre pasa a ser el centro del universo,
estos no dejan de tener una influencia importantísima de la religión.
Ebet: “Nosotros nos oponemos a que en Chile se imponga un modelo como este, ya
que en países como Cuba, Venezuela, China o Corea del norte se ha intentado y no
les ha resultado nada bien. Por ejemplo Cuba, que tiene entre un 70 y un 80% de
población viviendo en la pobreza extrema, por ende Venezuela no es muy diferente, y tiene
según su propio gobierno un 25% viviendo en la pobreza, lo que se contrasta con estudios
internacionales que tiene un 85% de población empobrecida. Corea del norte es otro
ejemplo que tiene una tasa de desempleo de personas aptas para el trabajo es de 46%, a
diferencia de su vecino del sur que tiene un 6% de desempleo.”
Marco teórico:
Bibliografía consultada:
-
- Henriquez & Pagés, 2012, La relación pasado–presente en la enseñanza de la
historia en la educación secundaria obligatoria catalana
- Barton, K.C. (2010). «Investigación sobre las ideas de los estudiantes acerca de la
historia.» En Enseñanza de las Ciencias Sociales. Revista de investigación, n° 9.
Barcelona, pp. 97–114.