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Ensayo reflexivo: “Pruebas estandarizadas, ¿instrumento de medición o

de formación?”

Hoy por hoy las pruebas estandarizadas y su ejecución dentro del sistema
educativo chileno son una realidad que se efectúa con total normalidad y
regularidad, siendo estas un instrumento que adquiere una relevancia considerable
dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto se puede ver reflejado en que
existe una institucionalidad que sustenta la realización de estas evaluaciones, ya
que tienen finalidades que son de utilidad para poder obtener referencias acerca de
ciertos aspectos a los que estas se dedican a estudiar, principalmente en el carácter
de normalización y estandarización que se busca impulsar, ya que, después de
todo, estos estudios motivados por los entes que están constantemente pensando
con cómo desarrollar la educación a nivel país, han de hacerse de estas
perspectivas subyacentes al análisis de ciertos resultados dentro de la población
estudiantil hacia la posibilidad de sacar conclusiones en torno a las expectativas que
el sistema educativo posee de sus estudiantes.
Frente a lo anteriormente planteado es posible preguntarse acerca de la
finalidad que posee esta estrategia de medición, debido a que surgen muchos
cuestionamientos actualmente acerca de si estas pueden ser consideradas como un
aspecto que potencie el aprendizaje de los estudiantes. Frente a esto se plantea la
pregunta sobre si ¿las pruebas estandarizados son un instrumento de medición o de
formación? Este cuestionamiento supone el hecho de comprender que como un
instrumento de medición se comprende como un aspecto del aprendizaje que puede
ser medible, cuantificable o, incluso, cualificable. Por otro lado entenderlo como un
instrumento de formación se debe comprender como un elemento evaluativo que
permita y fomente la formación de los estudiantes, es decir, que tenga una finalidad
que, más allá de medir, esta sea un instrumento que oriente la formación de los
estudiantes. Ante la pregunta surgen importantes aspectos a revisar, como por
ejemplo el hecho de mirar a la prueba estandarizada en base a los aportes que
puede otorgar al proceso de aprendizaje, sobre todo considerando si es que es
realmente un aporte. Para esto, se realizará un análisis de las pruebas más
populares y que más tienen repercusión en la política educacional chilena, la Psu y
el Simce.
Estas evaluaciones poseen un espacio de relevancia en el proceso de
enseñanza en la educación formal que, de cierto modo, generan revuelo en torno a
los diseños de planificaciones en base a los contenidos y el curriculum, ya que, en
parte, estas pruebas se hacen de los contenidos que los profesores deben enseñar
a sus estudiantes para poder relevar las cosas que se desean medir. Esto en la
cultura escolar ha ido determinando muchas veces el proceso ya mencionado, en
este sentido se puede ejemplificar con el hecho de que existen colegios en los
cuales se programan actividades y cursos referentes netamente a poder preparar
estas evaluaciones, tales como asignaturas dedicadas a la revisión de facsímiles
(documentos en los cuales los estudiantes responden la prueba) y los contenidos
que normalmente se manejan en estas pruebas, como sucede con los ramos Psu o
en casos que hay colegios que poseen sus propios preuniversitarios, como por
ejemplo el colegio Pedro de Valdivia. Al mismo tiempo con el simce existen
programas y materiales que están dedicados netamente a desarrollar actividades y
tareas en virtud de la preparación de las competencias que exige la mencionada
evaluación. Las características que poseen dan cuenta de que si bien
ontológicamente este sistema de pruebas tiene una raiz de controlar y medir el
aprendizaje a gran escala, también, casi por osmosis, ciertas instituciones plantean
el desarrollo de su práctica de enseñanza y planificación en virtud de formar a los
estudiantes de tal forma que respondan positivamente a las exigencias y
competencias establecidas.
Frente a esto es posible decir, respondiendo a la pregunta inicial, que estos
elementos sirven para poder medir y para poder llevar a cabo un proceso formativo,
lo cual da cuenta de la notable utilidad que pueden tener estos instrumentos, pero
es aquí donde para poder desarrollar un análisis crítico en torno a la pertinencia que
poseen estos en la enseñanza de los profesores y el aprendizaje de los estudiantes,
cuáles son las finalidades que hay detrás de todo esto, ¿cuál es el aporte para el
aprendizaje del estudiante?, ¿qué es lo que se desea lograr en el estudiante en
torno a estas mediciones? ¿qué información buscan recabar y para qué será
utilizada esta información? Es en estos cuestionamientos que podemos dar cuenta
de qué tan positivo puede ser la psu y el simce, en el comprender cuál es la
educación que se le quiere dar a los estudiantes, sobre todo comprendiendo que en
el marco de que la medición y formación basada en estos aspectos, puede
transformarse en un proceso que impulse y fomente en la mentalidad de los
estudiantes un modelo de pensamiento cercano a la reproducción de contenidos y
respuestas predefinidas, más allá de dotar al estudiante las posibilidades desarrollar
un pensamientos crítico, y en el contexto de mi práctica, un pensamiento histórico
complejo.
En conclusión es posible ver que las pruebas estandarizadas, poseen una
utilidad y puede fomentar la formación de los estudiantes, lo cual puede ser más o
menos válido en torno al proyecto educativo desde el cual se asume a estas
evaluaciones dentro de su proceso. En este sentido es posible dar cuenta de que
las pruebas estandarizadas pueden ser un instrumento de medición y a la vez de
formación, lo cual está mediado por qué tan cercano se está a la lógica de
reproducción de las respuestas y preguntas impuestas por el currículum y por el
enfoque e importancia que se le dé a estas evaluaciones.

Fernando Fuentes O.
Ped. Historia
20 de abril de 2018

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