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EA06 Tu Nombre en Claves Es Jonas PDF
EA06 Tu Nombre en Claves Es Jonas PDF
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. -' . J TU ERES EL HEROEjDE ESTA NOVELA!
. 1 ELIGE ENTRE 27 J;'óSIBLES FINALES
iu NOMBRE EN CLAVE
ESJONAS
POR EDWARD PACKARD • ILUSTRACIONES DE PAUL GRANGER
EDITORIALATLANTIDA
ELIGE TU PROPIA AVENTURA@ - 3
TU CLAVE
ESJONAS
TIMUN MAS
1
Si no has hablado con Timbers y decides Si no has hablado con la señora Bitner y
interrogarle, decides interrogarla,
pasa a la página 53. pasa a la página 52.
Si ya has hablado con Timbers y decides Si has hablado con la señora Bitner y
interrogar de nueuo a McKim, decides interrogar de nueuo a McKim,
pasa a la página 4 7. pasa a la página 4 7.
Fin
Fin
60 61
de un disparo. Abres la puerta de una patada
Cuando pronuncias el nombre de DuMont,
y enfocas con tu linterna el rostro alarmado de
hay un momento de silencio. Después, se oye
Claude DuMont que está atado a una sílla.
una voz excitada:
Rápidamente, le liberas de sus ataduras.
- Sí lquién es?
- Grupo Especial de lngeligencia. Sígame
Oyes otra voz con acento extranjero proce
- le dices.
dente del piso superior. Está como atontado. Le agarras del brazo y
- iEh! lquién anda ahí abajo? lván, vuelve le sacas tú mismo. Cuando le estás indicando
aquí y trae esos perros.
que salga por la puerta de cristal, oyes pasos
Tienes que actuar con rapidez.
en la escalera.
- iApártese! - gritas.
Sacas tu PPK de 9 mm y saltas la cerradura
Fin
76 77
Saltas por la ventana y corres entre la male·
za, intercambiando disparos con el enemigo.
Te diriges hacia las dunas y ellos te siguen.
Los perros cada vez están más cerca. Te que·
das sin munición. Te arrojas sobre la playa
desde una duna. Miras hacia atrás y ves saltar
en el aire a los dos perros. Tu única esperanza
es zambullirte en el mar y nadar. El agua está
helada, pero no te queda otra opción para sal
var la vida. Una vez que te has adentrado lo
suficiente, aterido de frío, regresas y nadas
bordeando la playa. Oyes aullar a los perros
en la orilla.
No puedes continuar. Vas a helarte. Allá, a
tu derecha, se ve la luz verde de un barco. Gri
tas pidiendo ayuda. La embarcación vira hacia
ti.
- iSocorro!- vuelves a gritar.
Inmediatamente te suben a bordo; son dos
pescadores de langostas. Estás en las últimas.
Más tarde, despiertas en la cama de un hospi
tal, débil y agotado. Una doctora está inclina·
da sobre ti.
- Tengo que salir de aquí- dices.
- Imposible - te contesta sonriendo-. Tie·
nes neumonía, y mucha fiebre. No,te preocu·
pes, un telegrama ha llegado de tu ¡efe conce
diéndote seis semanas de permiso.
Le respondes con una sonrisa y te.quedas
dormido.
Fin
78 79
Cuando bajáis Klein y tú, dos hombres pro Siguiendo las instrucciones, Klein les da
cedentes del coche de delante, bien vestidos y otra grabación aunque disimula bien, descu
con un maletín en la mano, se acercan hacia bren el engaño. No podéis defenderos y
vosotros. Uno es bajo y tiene el pelo gris corta· terminan con vosotros para siempre.
do a cepillo; el otro es delgado y lleva un bigo
te bien arreglado. Mientras, dos matones que Fin
han bajado del otro coche os desarman y os
apuntan con sendas pistolas PPK-3 automáti·
cas.
Os conducen al interior del centro de cálcu
lo. El guardia de seguridad saluda a Klein
amablemente, pero su saludo se convierte en
un grito de horror al ver que los colegas de
Klein le están apuntando. Uno de ellos ata y
amordaza al guardia con la maestría de un
profesional, mientras Klein y tú observáis sin
poder hacer nada.
- Llévenos hasta donde se encuentra la gra
bación de las ballenas - dice el bajo -, y no se
olvide de desactivar cualquier alarma que
haya o nosotros le dejaremos desactivado a
usted ... para siempre.
Klein te mira amedrentado.
- Doctor Klein, lleve a nuestros amigos has
ta la grabación - le dices.
Mientras entráis en el edificio, tienes la oca·
sión de susurrarle algo a Klein.
Fin
84 85
Corres agachado por las dunas. Oyes el sil
bido de una bala y luego de otra. Ahora ya es
tás fuera de su alcance, corriendo hacia el em
barcadero.
En el curso de adiestramiento del GEi te en
señaron a poner en marcha sin llave cualquier
motor de coche o de barco en menos de trein·
ta segundos. Llegas a la barca, quitas las ama
rras y te subes de un salto.
La marea separa la barca del muelle. Oyes
pasos de alguien que corre. Con la linterna
enfocas los mandos y encuentras el del encen
dido. Quitas el tablero de plástico y, momen
tos después, ya tienes en marcha el motor.
Aceleras: quieres interceptar la balsa. Oyes
disparos y mantienes agachada la cabeza.
Pronto estarás fuera de su alcance.
Minutos después, ves la balsa delante de ti.
Los agentes de la KGB abren fuego. Aceleras
y pones rumbo a toda velocidad hacia ella. En
el último momento, te desvías dando un giro
completo produciendo el suficiente oleaje
para volcar su embarcación. Después, dejas
subir a los supervivientes uno por uno y los
desarmas según van subiendo. Uno de ellos
lleva una caja que posiblemente contenga la
grabación. Les obligas a tumbarse boca abajo
en cubierta y te diriges mar adentro. Tu plan
es doblar Galey Point y llegar a la base naval
de Boston; una travesía, en total, de unas 60
millas.
Lo pasas mal intentando gobernar el barco,
consultar el mapa y vigilar a tus prisioneros al
mismo tiempo, mientras la barca cabecea y se
balancea en el agitado mar.
De repente, las olas se abren delante de ti:
algo está emergiendo del agua iun submarino!
86 87
Das marcha atrás. El arma de 20 mm mon· Viras en dirección a la costa y pones el bar·
tada en la cubierta gira hasta encañonarte di· co a toda máquina. Te agachas y sólo mantie·
rectamente. nes la cabeza en alto lo suficiente para ver el
- iSube a proa o te hacemos saltar por los rumbo que sigues, mientras una lluvia de ba·
aires! - grita una voz en inglés titubeante. las de gran calibre agujerean el casco del bar·
co. La profundidad del agua es cada vez me·
nor El submarino ya no puede seguir avan·
zando, pero los disparos arrecian. Es un
milagro que no te hayan herido, aunque el
motor está ardiendo. Los agentes han desapa·
recido. Han debido lanzarse al agua.
Ahora toda la popa está en llamas. Corres
hacia la proa y te lanzas al mar. Avanzas rápi·
do buceando con destreza. Entonces oyes un
ruido apagado y sientes la onda expansiva
que sucede a la explosión.
Cuando emerges, compruebas que toda la
parte de popa ha volado mientras que la proa
se hunde rápidamente.
Continúas nadando hacia la costa que aún
está lejana. El mar está bastante tranquilo y
podrás llegar a la playa si no te pones nervio·
so. Miras a tu alrededor inquieto. Mar adentro
hay algo que se mueve. Parece una pequeña
balsa neumática que la explosión ha debido
lanzar al agua. Piensas en nadar hasta ella
pero, una vez que consigas subir, el viento y la
corriente pueden empujarte mar adentro.
Fin
92 93
Obbard se sorprende ante tu inesperada de
cisión.
- No puedes dimitir - contesta -. No pode
mos perder a un agente como tú. No puedes
hacerlo. Es antipatriótico. Mira, yo me encar·
garé de que tengas un buen aumento de suel
do.
- No, no es cuestión de dinero - le respon
des-, ni de patriotismo. Porque sé que la me·
jor forma de servir a mi país es haciendo el
tipo de trabajo que de verdad me gusta. Quie·
ro aprender cosas de las ballenas en lugar de
explotarlas y, por tanto, voy a estudiar Biolo
gía marina.
- Te deseo buena suerte - dice Obbard -.
Pero no pienses que es inmoral ser espía. Des
pués de todo, somos los ojos de la libertad.
Se levanta para dar más énfasis a su última
frase.
- Tal vez sea cierto, aunque yo no estoy
muy seguro - piensas en voz alta mientras es·
trechas su mano como despedida.
A los pocos minutos estás disfrutando de un
hermoso día ... contento e impaciente por lnl·
ciar una nueva vida
Fin
94 95
Asientes con la cabeza y descuelgas. Quien Media hora más tarde estás hablando
llama se identifica como Claude DuMont y por teléfono con Obbard.
dice estar retenido en una casa de Cape Cod - Muy bien - te dice-. Coge un avión a
Massachusetts. Provincetown. Alquílalo, si es necesario.
- De la única forma que puede usted salvar Allí te estarán esperando agentes especia
a las ballenas es cooperando con los rusos les. Rodearemos su cuartel general cuando
- dices-. Los submarinos estadounidenses ya se ponga el sol.
están aniquilándolas para evitar que nadie Ochenta minutos después, cuando te ba
descubra su secreto. Si averiguan que los ru· jas del avión, te está esperando la agente
sos ya lo conocen, detendrán la matanza. L-3.
- Comprendo - dice DuMont. Misión cumplida - te dice-. DuMont ha
Confías en que comprenda la falsedad de sido liberado. A los espías rusos les ha re·
sus palabras. cogido uno de sus submarinos. Creen que
Uno de los matones te arrebata el teléfono DuMont les dijo todo... pero no es así. iSa
para hablar. El otro te mira burlón. bes! la persona con la que hablaste no era
- Has estado bien - dice después-. Voy a DuMont sino Antón Roudnitska. Ha estado
encadenarte a la cama. Quizá te volvamos a trabajando para nosotros.
necesitar.
Te lleva al vestíbulo.
- iEh! Vladimir --grita el otro. Fin
En ese momento, ves la oportunidad de
huir. Te metes corriendo en el cuarto de baño
y cierras la puerta; te encaramas a la ventana
y saltas justo a tiempo de escapar a una lluvia
de balas. Aterrizas con un sonido sordo en el
fangoso suelo, te recuperas y corres.
Fin
100 101
- Tenemos que entrevistarnos con ellos El casco del Arcturus se está partiendo en
-dices. dos. El agua entra a raudales. Las olas rom-
- Avante - grita el capitán-. Rumbo 090: pen en cubierta.
Las velas tiemblan al soplar con fuerza el - lPiensas que lo han hecho adrede? - te
viento. Poco después, el Arcturus se escora pregunta el capitán.
para tomar el nuevo rumbo. Te encoges de hombros.
- Ahora vamos derechos a ellos - te dice el - Parece que nos vamos a pique - dices.
capitán -. El timonel hace sonar la sirena cada - Me temo que sí - responde el capitán.
minuto. Si está en la superficie, el submarino El timonel está hinchando una balsa salva
soviético nos oirá. vidas y se prepara a botarla. Viene hacia voso
- Les he perdido en el radar - grita un tri tros una enorme ola.
pulante-. Deben de estar casi encima de no - Tira la balsa al agua - grita el capitán-.
sotros. iSaltad!
De repente, sientes como si estuvieras en Los tres saltáis dentro y os alejáis mientras
medio de un nubarrón. El Arcturus se eleva el Arcturus se hunde, llevándose consigo al
por encima del océano y se escora fuertemen resto de la tripulación y al desertor ruso.
te. Entre. todo este estruendo oyes el ruido del El capitán reza una oración y, después, se
casco abriéndose bajo la presión. vuelve hacia ti.
- lEstán saliendo a la superficie justo debajo - No creo que nos encuentren con esta nie
de nosotros! - grita el capitán. bla - dice-. llntento mandar señales con
Está agarrado fuertemente a la bitácora. Te nuestro transmisor electrónico? En todo caso
estrellas contra la caseta y te agarras como creo que nos rescatarán en un par de días.
puedes a la escota principal para no caerte
por la borda.
Si respondes afirmatiuamente,
pasa a la página 103.
Si respondes negatiuamente,
Sigue en la página 101. pasa a la página 105.
102 103
- Alejémonos de aquí- dices. - Si, lo mejor que podemos hacer es encon
Lindstrom ordena inmediatamente al timo· trarnos con ellos - dices.
ne) que cambie el rumbo y se dirija hacia el El capitán activa el transmisor. A los pocos
cabo. El Arcturus surca suavemente las olas. minutos, llega el submarino ruso y os hacen
Las botavaras giran hacia fuera. Con viento a subir a bordo. Pronto entráis en calor con una
favor la nave adquiere velocidad y surca el sopa rusa en el cuarto de oficiales.
mar suave y silenciosamente. El comandante del submarino os habla en
- No haremos sonar la sirena- dice el cap!· un inglés titubeante.
tán-. Apenas hay peligro de colisión con otro -Ante todo, quiero decirle que siento haber
barco porque estamos fuera de las rutas habi· mandado a pique su bonito barco - dice-. Por
tuales. supuesto, no queñamos hundirlo: fue un acci
Tras varias horas de travesía, c::iptáis un dente. Ahora todo lo que podemos hacer es
mensaje por radio. Lo descifráis. iEs de Ob· ofrecerles una buena sopa.
bard! . Se ríe y vosotros le devolvéis una sonrisa.
- Operación can::elada - dice-. Alcanza Su cortesía os produce una sensación de alivio
do acuerdo con rusos. Total protección balle pero no estáis dispuestos a fiaros de él.
nas. Detalles a tu vuelta.
- Estoy contento - le dices a Lindstrom-,
porque ahora, si me encuentro alguna vez
una ballena, no me dará vergüenza mirarle a
la cara.
Los dos reís alegremente.
Fin
Fin
112 113
Nadas con todas tus fuerzas hacia la playa.
Avanzas mucho, pero la corriente te arrastra
cada vez más de prisa hacia el saliente. Si no
puedes hacer ple antes de llegar a él, estás
perdido. Los brazos te pesan como si fueran
de plomo. Agarrotado por el fño, sigues lu·
chanclo por nadar unos pocos minutos... Des·
pués, sientes cómo te traga el mar...
Hoowoop, hoowoop, hoowoop ... extraños
y bellos sonidos que llegan a tus oídos y te de
vuelven a la vida. Confuso te das cuenta de
que estás escuchando el canto de una ballena
gibosa a la que, inmediatamene, se unen otras
entonando todas el nuevo canto. Al mismo
tiempo sientes que una oleada de energía te
recorre el cuerpo, junto con un deseo imperio·
so de vivir. Empiezas a nadar de nuevo: más
deprisa. Rápidamente te acercas al saliente; la
corriente te arrastra más allá. Intentas hacer
pie; sientes durante un segundo la arena en
los dedos de los pies y eso te hace dar braza·
das con más furia. iPor fin haces pie! Todavía
luchando con la corriente, llegas a la playa y
te dejas caer exhausto en la arena.
Momento después, miras al mar y ves un
chorro de agua, y otro más allá. Levantas la
mano como saludo. lSaben las ballenas que
su canto te dio la fuerza necesaria para llegar
a tierra? De alguna forma, estás convencido
deque sí.
Fin
114 ¿TENDRAS EXITO EN ESTA
PELIGROSA MISION?
Le dices a McKim que tendrás que pensár
telo y hacer lo que te dicte la conciencia. Os
dais la mano y te despides. Horas más tarde, Eres un inteligente espía norteamericano. Tu nombre
cuando recibes una llamada de Obbard, toda en clave es Jonás. En misión especial en la isla De
vía no te has decidido. Sorprendentemente, cept!on, frente a la costa de Groenlandia, descubres
está informado de tu conversación con un secreto de importancia mundial. Pero -por razo·
McKim. nes que entenderás cuando leas la historia-puede
- Quedas despedido - te comunica. Tene resultar peligroso revelar este secreto a alguien.
mos un proverbio en el Grupo Especial de In·
teligencia, que dice así: si a la conciencia dejas ¿Qué harás? Si decides mantener tu lealtad hacia el
ser tu guía, nunca servirás como espía. Gobierno de los Estados Unidos y contárselo, pasa a
la página 88. Si decides ser precavido y guardarte el
secreto para ti, pasa a la página 89.
Fin
¿Qué es lo que pasa después? Todo dependerá de tu
elección. ¿Cómo termina la historia? Sólo tú lo pue
des averiguar.
Lo mejor de todo es que puedes leerla y releerla
tantas veces como quieras y vivir no una, sino
muchas aventuras increíbles.
ELIGE TU PROPIA
AVENTURA