Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Economia de Los Recursos Naturales
Economia de Los Recursos Naturales
La economía de los recursos naturales puede definirse como el estudio de cómo las
sociedad asigna recursos naturales escasos tales como reservas pesqueras, plantaciones de
árboles, agua dulce, petróleo, entre otros. Debe distinguirse este concepto del de, economía
ambiental cuyo objeto de estudio es la forma en que son dispuestos los residuos, y la
calidad resultante del agua, el aire y el suelo como receptores de dichos residuos. La
economía ambiental también se encarga del estudio de la conservación de los ambientes
naturales y la biodiversidad.
Una pregunta crítica en la asignación de recursos naturales es ¿Qué cantidad del recurso
debe ser extraído o cosechado en el presente?. Encontrar la mejor asignación del recurso a
través del tiempo se considera un problema de optimización dinámica. En tales problemas
es común tratar de maximizar alguna medida de valor económico neto a través de un
horizonte futuro, sujeto a la dinámica del recurso extraído y cualesquiera otras
restricciones. La solución a la optimización dinámica de un recurso natural es un programa
o patrón de tiempos que indica la cantidad óptima de extracción o cosecha en cada período.
Con el objeto determinar la óptima asignación de los recursos a través del tiempo, uno debe
inmediatamente confrontar el problema de la preferencia temporal. La mayoría de los
individuos muestran preferencia por recibir beneficios en el presente en oposición a recibir
el mismo nivel de beneficios en el futuro. Se dice que estos individuos tienen preferencia
temporal positiva. Un individuo con una preferencia temporal positiva descontará el valor
de un contrato que promete pagar una cantidad fija de dinero en alguna fecha futura, a una
tasa de descuento. El valor resultante de ese descuento es el valor presente de los beneficios
netos (los ingresos de la extracción una vez restados los costos), que al ser maximizado en
la extracción o aprovechamiento del recurso natural, se encuentra la óptima asignación del
recurso.
Recurso Natural
Recursos renovables
En los recursos renovables podemos encontrar las fuentes de energía: que son aquellos
materiales o fenómenos de la naturaleza capaces de suministrar energía en una cualquiera
de sus formas. También se les llama recursos energéticos. Hay de dos tipos, las fuentes
renovables y las no renovables: • Fuentes renovables, si al usarlas no se agotan; como la luz
del Sol, el viento, las corrientes de los ríos o las mareas de los mares. • Fuentes no
renovables, si se agotan cuando las usamos; como el petróleo, el carbón o el gas natural.
Universidad de Costa Rica Notas de Clase, Setiembre del 2008.
Escuela de Geografía Elaboró. Melvin Lizano Araya
GF-0206- Geografía Económica
Recursos no renovables
Se denomina reservas a los contingentes de recursos que pueden ser extraídos con
provecho. El valor económico (monetario) depende de su escasez y demanda y es el tema
que preocupa a la Economía. Su utilidad como recursos depende de su aplicabilidad, pero
también del costo económico y del coste energético de su localización y explotación. Por
ejemplo, si para extraer el petróleo de un yacimiento hay que invertir más energía que la
que va a proporcionar no puede considerarse un recurso. Como es también el carbón y la
madera.
La contabilidad de las reservas produce muchas disputas, con las estimaciones más
optimistas por parte de las empresas, y las más pesimistas por parte de los grupos
ecologistas y los científicos académicos. Donde la confrontación es más visible es en el
campo de las reservas de hidrocarburos. Aquí los primeros tienden a presentar como
reservas todos los yacimientos conocidos más los que prevén encontrar. Los segundos
ponen el acento en el coste monetario creciente de la exploración y de la extracción, con
sólo un nuevo barril hallado por cada cuatro consumidos, y en el coste termodinámico
(energético) creciente, que disminuye el valor de uso medio de los nuevos hallazgos.
Una explotación racional supone el retiro periódico de organismos viejos, lo que permite el
crecimiento y dinamismo de las poblaciones, aumentando el esfuerzo reproductivo de los
organismos y la reducción de la mortalidad.
Si se sobreexplota una población, se consumen los organismos maduros y los jóvenes que
quedan, son incapaces de generar desarrollo, y la población se colapsa. El objetivo del
desarrollo sostenible, es evitar ese colapso. La tasa de explotación para que tenga un
rendimiento sostenible, depende directamente de la tasa de incremento (r). Este rendimiento
no supone el mantenimiento de una población a la capacidad de carga del ecosistema (k),
para la cual dN/dt = 0 (tasa instantánea de cambio en la densidad poblacional N es igual a
cero). Una población estable, sin recolección, puede administrarse bajo rendimiento
sostenible sólo si se logra aumentar la tasa de incremento. Esto se puede lograr aumentando
los recursos disponibles (nutrientes, espacio, etc), lo que fomenta la supervivencia y la
reproducción. Otra forma consiste en eliminar aquellos organismos más viejos, con lo que
la demanda de recursos disminuye y aumenta su disponibilidad. La tasa de recolección debe
igualar a la tasa de crecimiento para mantener estable la densidad de la población
reproductiva.
El modelo del pool dinámico es otra forma de explotación, en la que se pone cuidado
especial en la edad óptima de los especímenes a capturar. El uso de redes de determinado
tamaño de malla, permite, por ejemplo, capturar sólo organismos de cierta talla y por ende,
de cierta edad, evitando aquellos que no han alcanzado esas dimensiones.
Cualquiera de los métodos que se utilizan chocan inevitablemente con la presión social que
los rodea. Se tiene la tendencia de que siempre hay que aumentar la captura, superar la
marca anterior. Es difícil que los grupos humanos involucrados acepten que hay un límite
que no se debe rebasar. La idea de que se perderán empleos, de que se tiene que amortizar
la inversión y de que los beneficios deben obtenerse de manera inmediata, nunca a mediano
o largo plazo, son los obstáculos que constantemente amenazan la explotación racional o
sostenible. Pocas veces e soportan esas presiones;
frecuentemente se sucumbe ante ellas. Es la historia de la desaparición de muchas especies.
Parece que los humanos carecemos de una visión a futuro, el nosotros, ahora y aquí parece
que es todo lo que importa. Las regulaciones nacionales e internacionales que establecen
las políticas de captura que se deben cumplir, quedan siempre como recomendaciones que
muy pocos atienden. La captura de ballenas, de distintos felinos, de zorros, de diversos
animales que producen marfil, constantemente nos recuerda la fragilidad de los acuerdos
internacionales.
Cualquier análisis que se haga sobre una realidad espacial, ya sea un área metropolitana,
una región, un país, una comarca o un conjunto de ciudades, necesita introducir una
multiplicidad de factores que interactúan en el espacio. Así, además de los
condicionamientos naturales, otros factores como la historia que impregna esa realidad
espacial, las características de la población, el sistema de relaciones sociales implantado,
las pautas culturales dominantes o la organización político-institucional constituirán
variables claves para explicar la situación actual de esa localización humana y económica
que intentamos conocer. Ahora bien, entre ese conjunto de variables que acabamos de
enumerar, resulta crucial el papel de las condiciones económicas sobre la estructura y el
dinamismo de los territorios. Aspectos tales como el tamaño de las empresas ubicadas en
un determinado territorio, su organización interna, sus objetivos prioritarios y las
estrategias para conseguirlos tienen una consecuencia directa sobre el número de puestos de
trabajo y su distribución espacial, la movilidad de la población, los flujos comerciales entre
países (es decir el comercio internacional) o dentro de un país (comercio interregional), el
grado de urbanización o el impacto de la actividad económica sobre el medio ambiente.
En definitiva, las condiciones de vidas mejores o peores que tienen los habitantes de las
diferentes regiones del mundo, de nuestras ciudades y de nuestros pueblos están
íntimamente condicionadas por la estructura económica que las singulariza y que a su vez
influye sobre el uso del espacio y del tiempo por parte de las personas que viven en cada
área. Ahora bien, limitar la vinculación entre la economía y el espacio a una relación causa-
efecto como la que acabamos de describir no deja de ser una visión miope pues reduce el
territorio a un escenario inerte sobre el que actúan múltiples factores. Por el contrario, el
territorio debe entenderse como un agente activo más, que influye de forma directa sobre
las iniciativas empresariales, favoreciendo o dificultando su desarrollo posterior al tiempo
que incide sobre las decisiones empresariales de implantarse en un determinado lugar y no
en otro. Los modelos de excelencia (1) ilustran muy bien esta idea. Algunos ejemplos
serían el Cambridge Scientific Park, el Silicon Valley o la Ciudad Científica de París.
También los polos tecnológicos o clusters de empresas de altas tecnologías atraen a grandes
plantas para disponer de mano de obra cualificada, centros de I+D y estar cerca de
mercados de productos nuevos en expansión; tales serían los casos de Toulouse o Seatlle
que concentran actividades aeronáuticas.
En sus ciudades se concentrarían la mano de obra más cualificada, los segmentos más
dinámicos del sistema productivo y los centros de decisión económica y política. Además,
Universidad de Costa Rica Notas de Clase, Setiembre del 2008.
Escuela de Geografía Elaboró. Melvin Lizano Araya
GF-0206- Geografía Económica
En los últimos años, una de las líneas de investigación más fructíferas dentro de la «nueva
geografía económica» es aquélla que vincula la integración comercial y económica con las
economías de aglomeración.
Conclusiones
Bibliografía
Seijo, J.C., Defeo, O.y Salas, S. (1997). Bioeconomía pesquera. Teoría Modelación y
Manejo. FAO, Roma.
Costanza, R. & al. (1997). The value of the world's ecosystem services and natural capital.
Nature, 387: 253-260.
Naredo, J.M. & Parra, F. (compiladores) (1993). Hacia una ciencia de los recursos
naturales. Siglo XXI de España Editores, Madrid.
Boletín Económico de ICE N° 2740 Del 23 al 29 de setiembre del 2002. Madrid. España
El rendimiento máximo sostenible. Fecha de revisión1 Setiembre 2008 página de internet
http://www.sagagea.org/hojared_biodiversidad/paginas/hoja28.html